LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA

de mayo de 1973, diciendo que laCIA o alguien lo había hecho desaparecer para impedir el
esfuerzo de descubrir lo que realmente sucedió en la Bahía de Cochinos. Kutler, 1997, p. 528. CAPÍTULO X
151 Apud Wyden, 1979, p. 322. '
152 Blight & Kornbluh, 1998, p. 72.
153 "The Inspector General's Survey of the Cuban Operation" (General Lyman
Kirkpatrick). National Security Archive at George Washington University. Website:
http://www.seas.gwu.edu/nsarchive. Según la Embajada de Brasil en Washington, los gas-
tos llegaron a US$ 200 millones. Telegrama No 70, de Itamaraty para la Embajada de Bra- La proclamación del carácter socialista de la Revolución Cubana -
sil en Washington, 16.6.1961, 6560-601.3 (24h)- Revolución- 1943la 1967. AHMRE-B.
154 Quirk, 1993, p. 374.
Castro, la ruptura con los dogmas estalinistas- El proyecto de industria-
155 Higgins, 1989, p. 117; Hersh, 1997, p. 210. lización de Cuba - El esfuerzo para exportar la revolución y el esparci-
miento del castrismo en el continente - La Alianza para el Progreso -
Guevara y la búsqueda de diálogo con Estados Unidos- Las doctrinas del
Pentágono y los golpes militares en América latina

El día 16 de abril de 1961, después del bombardeo de los aeropuertos

de San Antonio de los Baños, Santiago y La Habana por los aviones de la
re
~
CIA, Fidel Castró, después de c~mp,ararlo, con justo motivo, con el ataque
pérfido y traicionero de Japón a Pearl Harbor, en 1941, declaró que los
QJ Estados Unidos no perdonaban a Cúbá porque ella realizaba frente a su
'"'O 1 - '
nariz una revolución socialista. "Esta es la revolvción socialista y demo-
e crática de los humildes, con l~s humildes y para los humildes" -agregó.'
QJ re En efecto, Castro había destruido la iniciativa privada y 1~ econpmía de
'"'O co mercado, bases del capitalismo, en la medida en que había estatizado, a lo
largo de sólo 18 meses de revolución, más del 75% de la industria del
u... N
·- país/ incluidos la producción y el comercio del azúcar, los recursos mine-
re e rales, el sistema bancario, el comercio interno y el comercio exterior, los
,_ o medios de transporte y de comunicación, así como los servicios públicos.

~
..f-J Este hecho posibilitó que la Junta Central de Planeamiento (JUCEPLAN),
~
creada en el segundo semestre de 1959 y subordinada al Consejo de minis-
re
o tros, pasase a controlar y a dirigir la economía de Cuba, centralizando las
~ ..f-J
~
decisiones, según el modelo estalinista de planificación económica. Pero
al proclamar aquel día el carácter socialista de la Revolución Cubana, lo
QJ QJ que hasta entonces públicamente no había hecho, el intento de Castro fue
o -.e de constreñir a la Unión Soviética a defenderla de la inminente invasi6n
organizada por los Estados Unidos que el bombardeo de los aeropuertos
<(
había vaticinado. Temió que Kruschev, en la línea de una coexistencia
N
·- pacífica y de entendimientos con Kennedy para una reunión de cúpula,

__.
::J sacrificase a Cuba en pro de mejores relaciones con los Estados Unidos,
cambiándola por Berlín.3 Y jugó con el conflicto político e ideológico que
entonces había eclosionado entre Moscú y Beijing y dividido el Bloque
Socialista. Si Kruschev, de un modo o de otro, no socorría a Cuba, estaría

2M
265

LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA
/~ ,,
justificando las críticas de Mao Zedong a la línea de la coexistencia pací-
fica y las acusaciones de que la Unión Soviética había capitulado frente
a Estados Unidos, lo que la llevaría a perder la dirección del movimien-
to comunista mundial, ya bastante debilitado por varias disensiones,
desde que Kruschev denunciara los crímenes de Stalin y el culto de su
personalidad, durante el XX Congreso del PCUS, en 1956. Naturalmente,
después del programa de desestalínización y liberalización, que Lavrenti
Beria, jefe del combinado MVD-MGB: pretendiera ejecutar después de la
muerte de Stalin, Kruschev no podía dejar de seguir un camino parecido,
por cuanto la Unión Soviética necesitaba urgentemente profundas refor-
mas económicas y políticas. Pero al hacerlo, con el informe presentado
al XX Congreso del PCUS, había dado el primer gran golpe contra la ide-
ología monolítica que hasta entonces había caracterizado al movimiento
comunista mundial e imposibilitado, prácticamente, el éxitó de cualquier
disidencia.
El segundo golpe le correspondió a Castro, cuando proclamó el carác-
ter socialista de la Revolución Cubana. Tal afirmación contrarió todos los
dogmas que Joseph Stalin y sus epígonos, como Kruschev, Mao Zedong y
otros cristalizaron bajo el rótulo de marxismo-leninismo. La Revolución
Cubana, que Castro calificara de socialista, había sido realizada no por un
partido supuestamente obrero, constituido bajo las normas del llamado
centralismo democrático y rotulado de comunista, sino por el Movimien-
to 26 de Julio (M-26-7), una organización compuesta, sobre todo, por ele-
mentos de las clases medias que, en el curso de la guerra de guerrillas,
pasaron a incorporar al Ejército Rebelde a campesinos y trabajadores
rurales, los guajiros, en beneficio de los cuales realizaron la reforma agra-
ria. Los dirigentes comunistas que visitaban La Habana consideraban la
revolución en Cuba extraña al modelo por ellos reconocido, dado' que no
había un proletariado industrial, y juzgaban a Fidel Castro y a sus com-
pañeros como un "grupo sin experiencia, con formaciones ideológicas diver-
sas y poco definidas", orientados por lo que calificaron corno "marxismo
amador, o mejor aún, como cubanismo" .5 Teóricamente, de conformidad
con la ortodoxia estalinista, Cuba no tenía condiciones materiales sino
para una revolución agraria y democrática, mediante la instalación de un
"gobierno patriótico", de unión con la burguesía progresista, que se pro-
pusiese impulsar el proceso de industrialización y, liberando al país del
dominio imperialista, promover el desarrollo económico y la emancipa-
ción nacional. Los dirigentes del M-26-7, principalmente los comandantes
del Ejército Rebelde, también convenían en que la principal tarea de la
revolución consistía en la realización de la reforma agraria, que había
266
De M artí a Fidel
comenzado en Sierra Maestra, con el objetivo de crear condiciones para
que Cuba se industrializase, diversificase su comercio exterior y, al elevar
el nivel de vida del pueblo, liberase su economía del predominio nortea-
mericano. El Che Guevara, al asumir el Departamento de Industria del
Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA), había anunciado, en el
primer año de la revolución, d propósito de fomentar la Industrializa-
ción, con medidas aduaneras, para proteger la producción nacional de
manufacturas, y la expansión de un mercado interno, incorporándole las
masas campesinas, los guajiros, mediante la elevación de su poder adqui-
sitivo.6 En la primera etapa, la meta no era crear industrias de exporta-
~ión, sino sustitutivas de importaciones, debiendo Cuba, aún sin poseer
yacimientos de hierro, obtener financiamiento de la Unión Soviética para
aumentar su producción de acero, del orden de 70.000 toneladas en 1959,
a 350.000 y, en fases sucesivas, a 500.000 y 1.500.000 toneladas, en el
periodo de algunos años.' Guevara entendía que, sin una poderosa indus-
tria siderúrgica, no era posible la emancipación económica, y llegó a pre-
d~cir que, pasados diez años, Cuba figuraría entre los diez mayores pro-
Cl.uctores de acero de América latina. 8 Su proyecto tendía a capacitarla
con una industria pesada para que pudiese desarrollar, más allá de la pro-
ducción de azúcar, otras industrias, como el níquel, construcción naval,
automotriz y textil. 9
Con la decisión de no redistribuir inmediatamente la totalidad de los
latifundios expropiados por la reforma agraria y de crear, al lado de Coo-
perativas, las Granjas del Pueblo, dedicadas, principalmente, a la pecua-
ria y al cultivo del arroz, el gobierno revolucionario estableció, no obs-
tante, las premisas sociales de un fuerte sector estatal, percibido como
base para cualquier transformación económica con sentido socialista.
Este paso fue acentuado y acelerado en la medida en que las contra-
dicciones con los Estados Unidos se intensificaron, como consecuencia,
máxime, de las sanciones económicas que el gobierno de Eisenhower
había comenzado a imponer a partir del primer acuerdo comercial entre
Cuba y la Unión Soviética, en febrero de 1960. El gobierno revoluciona-
rio, sin embargo, no podía erradicar (sin toda una serie de etapas inter-
medias de desarrollo) los cimientos del capitalismo, aunque promoviese
una radical redistribución de la propiedad territorial, favoreciendo al
campesinado. Con esto, su economía asumió un carácter mixto, una forma
híbrida de capitalismo de estado, a partir de que Fidel Castro y el Che
Guevara trataron de impulsar el proceso autónomo de industrialización
acelerada, con vistas a la completa socialización de Cuba. Dentro de tales
circunstancias, si cualquier país dentro del Bloque Socialista, inclusive
267
 LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA
Albania, el más atrasado de todos, era considerado socialista, no hibía
motivo para rehusar este calificativo a la revolución en Cuba. Pero al
usarlo, Fidel Castro, más allá de obligar políticamente a la Unión Sovie-
tica, reduciendo, en el contexto del conflicto con la China, sv libertad de
negociar con los Estados U nidos la invasión de Cuba a cambio de la ane-
xión de Berlín Occidental a la República Democrática Alemana (Alem~­
nia comunista), no sólo demolió el dogma estalinista que atribuía su
dirección al partido comunista, presupuesto como vanguardia de la clase
obrera, sino que rehabilitó tambien la teoría de la revolución permanen-
te, defendida por León Trotsky. Según esta teoría, la "solución verdadera
y completa de las tareas democráticas y nacionales-libertadoras" sólo
sería concebible por medio de la dictadura del proletariado, que asumi-
ría la dirección de la nación oprimida y, antes que nada, de sus masas
campesinas. 10 Trotsky igualmente consideraba que la construcción del
socialismo sólo sería concebible cuando, basada en la lucha de clase en
escala nacional e internacional y, dada la dominación decisiva de las
relaciones capitalistas en la arena mundial, esta lucha no podía dejar de
producir erupciones violentas, tanto en el interior del país, bajo la
forma de guerra civil, como en el exterior, bajo la forma de guerra revo-
lucionaria. La revolución socialista no podría completarse dentro del
modelo del estado nacional y de ahí su carácter permanente, ya se tra-
tase de un país atrasado, como Cuba, que apenas había acabado de
emprender la reforma agraria, aspirando a la industrialización, como de
un país capitalista desarrollado, que ya había experimentado un largo
periodo de democracia.
Trotsky había pronosticado que en un país atrasado y semifeudal,
como Rusia, la revolución democrática, entendida como revolución agra-
ria e industrial, solamente sería posible bajo la forma de dictadura del
proletariado, apoyada por los campesinos, y ella también tendría que
colocar en el orden del día, inevitablemente, las tareas socialistas, impri-
miendo al mismo tiempo un formidable impulso a la revolución socialis-
ta internacional, sin la cual el Poder Soviético no podría subsistir. 11
Directrices fuertemente emparentadas con estas fueron las que imple-
mentaron Castro y el Che Guevara, tanto a nivel de la teoría como de la
práctica, en el curso de la revolución en Cuba. Y, como los dirigentes bol-
cheviques, ellos incurrieron en el mismo error de atribuir validez universal
a la forma insurrecciona! que había acarreado la caída de Batista, trans-
formando la necesidad en virtud. Un año después de la victoria de la
revolución, el Che Guevara publicó un manual titulado la Guerra de Gue-
rrillas,12 en el cual, al indicar la contribución de Cuba a los movimientos
26R
ue ¡vu¡r¡¡ a rzaet
revolucionarios en América latina, contestaba, implícitamente, la doctrina
que privilegiaba la vía pacífica para el socialismo, sustentada por Kruschev
durante el XX Congreso del PCUS y desde entonces profesada por todos los
partidos comunistas, a pesar de que había habido disidencias, con el
apoyo de China. De acuerdo con su pensamiento, no siempre había nece-
sidad de esperar que todas las condiciones para la revolución madurasen,
por cuanto un foco insurrecciona! (guerrillas) podría crearlas y las fuer-
zas populares podían ganar una guerra contra el ejército, en la medida en
que el campo fuera, fundamentalmente, el terreno de la lucha armada en la
América subdesarrollada. 13 Las condiciones por él referidas eran aquellas
en que si las masas ya no querían la continuidad del statu quo, las clases
dominantes ya no podían sustentarlo al modo antiguo. Esta situación
realmente se había dado en Cuba, cuando la lucha armada, que Castro y
sus compañeros desencadenaron a partir de Sierra Maestra, se esparció y,
perjudicando las actividades productivas y los intereses de las compañías
norteamericanas, sobre todo en vísperas de la cosecha de la caña de azúcar,
sustento de toda la economía cubana, el Departamento de Estado retiró el
soporte dado a Batista y lo presionó para que él, ya socialmente aislado,
abandonase el gobierno y huyese. Seguramente, el foco de guerrilla, corno
método para crear las condiciones que posibilitasen la victoria de una insu-
rrección, no sería viable en países que, corno :Brasil, ya habían alcanzado
cierto nivel de urbanización e industrialización, según había reconoci-
do14el propio Guevara, lo' mismo que en otras regiones de América latina,
aunque subdesarrolladas, cuando los Estados U nidos ya estaban alertados
por el rumbo que había tomado la revolución en Cuba.
Con todo, Fidel Castro y Guevara no sólo habían difundido el méto-
do de las guerrillas -la vía cubana de la insurrección- para que sirviese de
ejemplo y modelo, sino que trataron de impulsar materialmente su apli-
cación en todos los países de América Latina. De un lado, ellos necesita-
ban que la revolución se expandiese, como un incendio, a otras partes del
hemisferio, a fin de aliviar las presiones que los Estados Unidos ejercían
sobre Cuba. Del otro, lo hicieron porque imbuidos de un espíritu mesiá-
nico, creían que, así corno Simón Bolívar, José de San Martín y José Martí
lucharon, en el siglo XIX, contra el dominio colonial de España, ellos,
Castro y Guevara, estaban predestinados a la misión de liberar América
latina del yugo imperialista que los Estados Unidos ejercían. El propio
Fidel Castro manifestó el propósito de "continuar haciendo de la nación
el ejemplo que puede convertir a la cordillera de los Andes en la Sierra
Maestra del continente americano". 15 Y no escondió que si los Estados
Unidos se creían con el derecho de promover la contrarrevolución en
2(,9
 Lurz ALBERTO MONIZ BANDEJRA
De Martí a Fidel

Cuba y la reacción en América latina, Cuba también se sentía con el dere-

técnicos en guerrillas en Sumapaiz, Quindio y Valle, orientando algunas
cho de alentar la revolución continental.'" En este esfuerzo, Castro y
organizaciones, a ejemplo del Movimiento Obrero, E~tud.iantil y ~am-
Guevara se opusieron frontalmente a la orientación oficial_ de Moscú, que
esino (MOEC) y otros, que mantuvieron, durante algun tiempo, ciertas
los partidos comunistas, al defender la alianza con la burguesía progre-
Pegiones como "repúblicas independientes", sobre todo la de Marqueta-
sista y el camino pacífico para el socialismo, obedecían, obligándolos a
radicalizarse o llevándolos a escindirse. La mayoría resistió. Los parti-
~ia, comandada por el famo"so Tiro Fijo y destruida durante ~~ gobierno
del presidente Guillermo León Valencia (1962-1966). El prop1~ Guevara,
dos de izquierda no comunistas, con raíces en la socialdemocracia o en
acusando a los partidos de izquierda (comunista) de Colombia de tratar
el nacionalismo populista, fueron, entretanto, lós que más fuerte impac-
de frenar la lucha armada en favor del proceso electoral, declaró, en un
to recibieron de las doctrinas de Castro y Guevara y gener~ron en Amé-
discurso frente a los miembros del Departamento de Seguridad del Esta-
rica latina tendencias revolucionarias más radicales que el comunismo
do, en Cuba, que el MOEC había surgido "bajo la influencia absoluta de la
orientado por Moscú.
Revolución Cubana" y se componía de tendencias anárquicas de derecha,
En Venezuela, debido principalmente a factores internos, para los
a veces matizadas con ideas anticomunistas, pero que reflejaban el germen
cuales, sin embargo, la Revolución Cubana había servido como parámetro,
de una decisión de lucha.' 0
la Acción Democrática, partido del presidente Rómulo Betancourt, se
Guevara y Castro no discriminaban las tendencias políticas de izquier-
escindió en abril de 1960. Una fuerte facción, bajo el liderazgo de Domingo
da que se dispusiesen partir para la insurrección y cambiar e~ :tatu q~o: y
Alberto Rangel, constituyó el Movimiento de la Izquierda Revolucionaria
este hecho ya los diferenciaba de los comunistas, de formacwn estahms-
(MIR), inspirado directamente por Silvio Frondizi,' 7 que había fundado
ta y obedientes a las directrices de Moscú. Esta fue una de las razones p~r
(1956) en Argentina una pequeña organización con el mismo nombre,
las cuales, inter afia, la Revolución Cubana había contado con una ampha
reivindicando la teoría de la revolución permanente, no obstante recha-
simpatía en América latina y estuvo en condiciones de influir sobre las
zar la etiqueta de trotskista. Al MIRle cupo la deflagración de la lucha
más diversas tendencias de izquierda, nacionalistas, antiimperialistas o
armada y formar con el Partido Comunista, que había sido inducido a la
meramente anti Estados Unidos. En países como Ecuador, Chile y Uru-
radicalización, las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), res-
guay, fueron los militantes, sobre to~o jóvenes, de los partid~s. socialis-
ponsables no solo de audaces operaciones de guerrilla, frecuentes desór-
tas, vinculados a la Internacional Socialista, los que más decididamente
denes y actos de terrorismo en Caracas y en otras ciudades, sino también
defendieron la Revolución Cubana y las posiciones teóricas sustentadas
de las rebeliones en las bases navales de CarÚNno (del 4 al 6.5.1962) y
por sus dirigentes. En Perú, el Ejército de Liberación Nacional, coman-
Puerto Cabello (del2 al4.6.1962), en que 400 hombres murieron y más de
dado por Héctor Béjar, había surgido a partir de una disidencia del Par-
1.000 quedaron heridos. 1' En Colombia, después del triunfo de la Revo-
tido Comunista de Perú, pero una disidencia del APRA, denominada, al
lución Cubana, el número de organizaciones revolucionarias aumentó.
principio, APRA-Rebelde y, después, Movimiento de la Izquierda Revolu-
Hasta dentro del Partido Liberal un grupo de 17 diputados formó el
cionaria (MIR) -el mismo nombre adoptado en Venezuela y en Argentina-
Movimiento de Recuperación Liberal, bajo el liderazgo de Felipe Salazar
que recibió igualmente el respaldo de Guevara (cuya primera esposa, Hilda
Santos, y presentó una moción a la Cámara de Representantes, solidari-
Gadea, pertenecía a ella) y comenzó también a prepararse para la lucha
zándose "con el pueblo y el Gobierno de Cuba, con la obra revolucionaria
armada, bajo el liderazgo de Luis de la Puente U zeda y Guillermo Loba-
en busca de su independencia nacional y con el gran conductor americano,
tón.21 Y, en Argentina, país para el cual siempre había tenido volcadas sus
Fidel Castro". 19 Y la violencia, que se había tornado crónica en Colombia
atenciones, el Che Guevara procuró una alianza con la izquierda justicia-
y costado la vida de más de 200.000 personas, recrudeció desde que el
lista (peronista), habiendo Castro, inclusive, invitado a Perón a visitar y
presidente Alberto Lleras Camargo tomara la iniciativa de proponer la
residir en Cuba. 22 Perón no respondió. John William Cooke, principal
convocatoria a la Reunión de Consulta de los Cancilleres Americanos con
exponente del peronismo revolucionario, que en 1957 ya defendía una
la intención de votar sanciones contra Cuba. Constaba entonces que el
"política insurreccional de masas aplicada a las nuevas condiciones", fue,
gobierno de La Habana había proporcionado a los castristas y comunistas
sin embargo, a vivir a La Habana y se acercó a Guevara, con el cual cola-
cerca de US$ 60.000, solamente en el primer semestre de 1961, y enviado
boró en la preparación de guerrillas a ser desencadenadas en Argentina,

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271
 !
LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA
inicialmente bajo la dirección del periodista Jorge Ricardo Massetti. 23 En
Brasil, el gobierno cubano sustentó las Ligas Campesinas, organizadas en
la segunda mitad de los años 50 por el abogado Francisco Juliao, del Par-
tido Socialista Brasileño, y le suministro todos los recursos para la pre-
paración de la lucha armada, en el noreste de Brasil, probablemente la parte
de América latina más golpeada por la pobreza, según Chester Bowles,24
subsecretario de Estado norteamericano, y que se le figuraba a Guevara
como "la zona insurrecta por excelencia,( ... ) donde la explotación halle-
gado a tal extremo que los campesinos no aguantan más". 25 La Organiza-
ción Revolucionaria Marxista -Política Obrera, formada por militantes
oriundos de la Juventud Socialista y de otras corrientes influenciadas por
el trotskismo y contrarias a la orientación oficial Clel Partido Comunista
Brasileño, ya dividido por una facción favorable a la línea de Mao Zedong-
reforzó las tendencias pro Castro, al defender el carácter socialista de la
revolución en Brasil, aunque se opusiese, en principio, al método de gue-
rrilla, por ser Brasil un país industrializado y tener un gobierno demo-
crático, ejercido por el presidente Joao Goulart.
El estímulo no sólo ideológico, sino, sobre todo, material, dado por
el gobierno cubano a la deflagración de la lucha armada en toda América
latina provocó, naturalmente, severas reacciones, en todas las áreas, dado
que, interfiriendo en la política interna de otros países, el propio gobier-
no de Fidel Castro violaba los principios de respeto a la autodetermi-
nación de los pueblos y de no intervención, invocados exactamente para
condenar e impedir la intervención de los Estados U nidos en Cuba.
Incluso los partidos comunistas, aunque apoyasen la Revolución Cubana,
no escondieron su irritación y desagrado frente a la política de Castro y
Guevara, fomentando escisiones e insuflando la lucha armada, a través de
actos y palabras, en oposición a sus directrices más moderadas, que no
aspiraban al socialismo y solamente tendían a una amplia alianza con
todas las fuerzas consideradas progresistas para resistir a los Estados Uni-
dos. El Partido Comunista de Argentina había aplaudido rápidamente la
Revolución Cubana y enviado técnicos para suplir las carencias que la
emigración había provocado, pero algunos de sus dirigentes intermedios,
con peso en los aparatos de información, desempeñaron un doble papel
en La Habana, donde procuraron influir en la situación interna, domes-
ticando a los revolucionarios cubanos de acuerdo con los intereses y los
puntos de vista de Moscú. 26
La Unión Soviética, que siempre había tratado de mantener la cohesión
del movimiento comunista y sólo había entablado relaciones con parti-
dos ideológicamente sólidos, acompañó el comportamiento de Castro
272
De Martí a Fidel
y Guevara con fuertes reservas, debido a su carácter, considerado divisio-
nista. El clima creado por el proceso de desestalinización fue, entretanto,
el que inicialmente le permitió a Kruschev, después de alguna vacilación,
apoyar la Revolución Cubana, aunque no el liderazgo de Castro, de cuya
confiabilidad tenían dudas en Moscú. 27 Kruschev, cerca de dos semanas
antes de la invasión de la Bahía de Cochinos, había mandado decir a Ken-
nedy, a través de Llewellyn Thompson, embajador de los Estados Unidos
en Moscú, que Castro no era comunista." Él mismo volvió a repetirle, per-
sonalmente, durante la reunión de cúpula en Viena (4 de junio de 1961 ),2'
criticando a los Estados Unidos por acusar a todo movimiento naciona-
lista de ser fomentado por fuerzas extranjeras, antes de analizar las razo-
nes por las cuales los pueblos buscaban derrocar a sus opresores. "Castro
no es comunista, pero la política de los Estados Unidos podría hacerlo"
-afirmó30 • Y agregó: "La política norteamericana es el grano en el molino
de los comunistas, porque sus acciones prueban que ellos están en lo cier-
to".3' Castro no era comunista, en el sentido estalinista de la palabra, i.e.,
no estaba subordinado a la disciplina de un partido, pero a los Estados
Unidos se le figuraba mucho peor, en la medida en que el gobierno revo-
lucionario en Cuba los desafiaba como potencia hegemónica y desestabi-
lizaba todo el sistema interamericano -tanto a nivel económico y social
como político y militar- montado y construido en el hemisferio.
Las condiciones de subdesarrollo existentes en todos los países de
América latina exigían profundos cambios y favorecían la propagación
de las tendencias fuertemente nacionalistas y socialistas, con las cuales la
Revolución Cubana se había identificado, en la medida en que se contra-
decía con los intereses de los Estados Unidos. El propio Arthur Schle-
singer Jr., asistente especial de Kennedy, había concluido, después de un
viaje a la Argentina, Brasil, Perú, Bolivia, Panamá y Venezuela, que el
proceso de modernización en el sub continente demandaba "drastic revision
of the semi-feudal agrarian structure of society" y que esta necesidad se
configuraba tan opresiva que, si las clases poseedoras impedían la revolu-
ción de las clases medias, la revolución obrera y campesina (i.e., comunista
o peronista) se tornaría inevitable. 32 Si destruían a Rómulo Betancourt,
ellas garantizarían la victoria de un Castro o de un Perón. Schlesinger se
asustó con el hecho de que una parte de los jóvenes intelectuales tendía a
considerar partidos como la Acción Democrática, en Venezuela, o el APRA,
en Perú, agotados, superados e irrelevantes, al tiempo que para la vieja
generación -de la misma forma que la oligarquía en aquellos países- ellos
se configuraban como "parties of red rev~lution". 33 Y constató que el
nivel de expectativa en el hemisferio continuaba siendo alto -estimulado
273
 De Ma;-tí a Fidel
LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA

un plan para el derrocamiento de Castro_, por !Tiedio d~ ~: aplicación

por el conspicuo incremento del consumo y expansión de las ide~s revo-
directa de las Fuerzas Armadas norteamencanas.·" La decJsJOn era casti-
lucionarias de Castro- al mismo tiempo que, como consecuencia de la
garlo por la "humillación" que había infligido a los Est~dos Unidos en
declinación en el estándar de vida, muchos comenzaban a ver el comunismo
sus propias puertas. 3H Robert Kennedy, hermano del presid_ente y procu-
como salida para sus resentimientos y la técnica más rápida y segura para
rador general, ya había sugerido, en el momento en que el ftasco de Playa
la modernización social. Schlesinger entendía que, mientras la estructura
Girón se había configurado, que los Estados U nidos alardeasen acerca de
económica atrasada existiese, con la oligarquía rural dominando más o
un ataque a la Base Naval de Guantánamo, por uno o dos MIG soviéticos
menos la mayoría de los gobiernos, sobre todo en las naciones de los
recibidos por el gobierno de Castro, a fin de justificar la intervención
Andes -Chile, Perú, Ecuador y Colombia-la mitad de la población, man-
directa en Cuba. 3" El Estado Mayor Conjunto también recomendó, pocos
tenida en la pobreza y en el analfabetismo, estaría excluida de la sociedad
días después, la creación de un incidente que fuese presentado como un
nacional, lo que imposibilitaría la industrialización~ el desarrollo e~onó­
acto de guerra, a fin de legitimar la aplicación de las Fuerzas Armadas
mico y la movilidad social. 34 También criticó al gobierno norteamenca~o
norteamericanas para derrocar el gobierno de Castro.' 0 Y la provocación
por comprometerse, bajo la influencia "maligna" del Fondo ~oneta_no
casi se efectivizó. El servicio secreto cubano, de acuerdo a lo que el Che
Internacional, con el punto de vista de que lo primero en Aménca launa
Guevara revelaría, desmontó, posteriormente, una trama para asesinar a
no era el desarrollo económico, sino la estabilización monetaria, a fin de
Raúl Castro durante las conmemoraciones del26 de Julio, y disparar, en
atraer inversiones extranjeras. Y destacó que las consecuencias para
seguida, morteros contra la Base Naval de Guantánamo.'' Mientras tanto,
Argentina, Chile y Bolivia eran "drastic inflationary pro?rams, which
aunque estuviese decidido a promover la intervención directa de los
induced economic stagnation, lowered living standards and fmally broug~t
Estados Unidos para acabar con el gobierno de Castro, Kennedy,
about an entirely predictable pro-Communist reaction", mientras Brasil,
enfrentándose con una "creciente oposición"," necesitaba actuar con
que había desafiado al Fondo Monetario Internacional, había conseguido,
• • • .,. • 35 cautela, cuidadosamente, en virtud de los efectos internacionales que la
junto con una seria inflación, un genumo crecimiento economico. .
acción unilateral produciría contra Cuba.' 3 El episodio de la Bahía de
El propósito de fomentar reformas capitalistas antes de que ocurne-
Cochinos había tenido una repercusión extremadamente negativa, no
sen revoluciones populares, tal como Schlesinger había expresado en su
sólo en América latina sino también en Europa Occidental, donde
apreciación sobre los países de América latina, constituía aparenteme~te
muchos periodistas y líderes políticos no podían creer que el gobierno nor-
la esencia de la Alianza para el Progreso, que, según Kennedy reconoCie-
teamericano fuese "quite so incompetent, irresponsable and stupid", como
ra, públicamente y en una conversació~ pal'l:icular con el_ ~x presiden~e
informó Schlesinger a Kennedy.' 4 De lo que más, casi unánimemente, se
Kubitschek, representaba un desdoblamiento de la Operacwn Panamen-
lamentó -adujo- fue de la decisión de invadir Cuba antes que del fraca-
cana.31' Entretanto, había diferencias en su carácter y trasfondo político.
so de la invasión 45 • En un memorando al grupo de trabajo encargado de
La Operación Panamericana había tenido como propósito oblig~r a l~s
la cuestión de Cuba, Schlesinger también observó que Castro continua-
Estados Unidos a cooperar con el desarrollo económico de Aménca lati-
ba siendo visto, en la mayor parte del mundo, esencialmente como un
na, como vía para la superación del atraso social. La Alianza para el Pro-
nacionalista de izquierda, sin duda agresivo y emocional, pero empeña-
greso presentaba un aspecto más asistencialista, preocupándose _menos
do en la autoafirmación nacional y propulsado hacia el comunismo gra-
por el apoyo al desarrollo de las fuerzas productivas que por la me¡o_ra de
cias únicamente a la corta vista y a las políticas imperialistas de los Esta-
las condiciones de vida de la población: vivienda, higiene, saneamiento
dos Unidos.' 6 Y resaltó que una investigación de opinión, promovida
básico, etc. Y si tendía, por un lado, a estimular reformas económicas,
por el Instituto Gallup, había indicado que, incluso en los Estados U ni-
pretendía, por otro, crear condiciones para seducir a los estados latinoa-
dos, el65% contra el24% de la población estaban en contra de la inter-
mericanos y obtener el apoyo de la OEA para una acción colectiva contra
vención armada en Cuba y que apenas un 44% ~ontra un 41% favorecí-
el régimen de Fidel Castro.
an la ayuda indirecta a las fuerzas anti Castro. 47
Kennedy había recibido la fragorosa derrota de la Brigada 2506 como
Más allá de no contar con el apoyo de la opinión pública en América
un desprestigio para Estados Unidos. Apenas pasado el primer momen-
latina, ni en Europa Occidental ni aún dentro de los Estados Unidos, una
to, el 20 de abril, solicitó al Departamento de Defensa la elaboración de

275
274.
 LUIZ ALBERTO MONIZ BANDF.lRA
acción unilateral de los Estados Unidos para derrocar el gobierno de Cas-
tro podía producir consecuencias aún más graves en el contexto interna-
cional. ¿Por qué los Estados Unidos no podían vivir con Cuba, como la
Unión Soviética vivía con Turquía y Finlandia? -esta pregunta hecha a
Arthur Schlesinger en Europa Occidental 48 indicaba que, si se ordenaba
una intervención armada, unilateral, para derrocar al gobierno de Castro,
Kennedy no tendría ética ni contaría con ningún respaldo para oponerse
a una represalia de la Unión Soviética en Europa Occidental o en Asia. Al
parecer preparado por el Consejo de Seguridad Nacional, después de la
invasión de la Bahía de Cochinos, una Fuerza de Tarea Interdepartamen-
tal, compuesta por los representantes de los Departamentos de Estado,
Defensa y Justicia, así como de laCIA y USIA (United States Information
Agency) había concluido que no había un medio seguro de derrocar
a Castro fuera de la intervención armada de los Estados Unidos, pero
la Unión Soviética podría usar el hecho como pretexto y atacar el siste-
ma norteamericano en Europa o incluso invadir Irán, lo que provocaría
un retroceso en las negociaciones internacionales y convertiría los tradi-
cionales puntOs de confrontación, tales como Berlín o Quemoy y Matsu,
más explosivos y peligrosos.'" Esta evaluación era bastante correcta. El
embajador de la Unión Soviética en Washington, Mikhail Menshikov, al
declararse persuadido de que los Estados Unidos procuraban apoyo del
hemisferio para la acción armada contra el gobierno cubano, dejó clara la
posición de su país, en una conversación con el encargado de negocios de
Brasil, ministro Carlos Alfredo Bernardes: en caso de que la intervención
ocurriese por medio de voluntarios o emigra~ os, indirectamente, la Unión
Soviética promovería una idéntica operación en un país de la órbita nor-
teamericana; si la intervención era directa, con empleo de fuerzas de los
Estados Unidos, la Unión Soviética procedería de la misma forma, posi-
blemente contra Grecia, Irán o Turquía, lo que podría hacer estallar la
tercera guerra mundiaJ.5° Menshikov adelantó que la Unión Soviética
levantaría todavía, aquel año, la situación de Berlín. Y esta perspectiva,
que el gobierno norteamericano percibía con claridad, no podía desvin-
cularse del caso de Cuba, dado que la Unión Soviética podía alegar una
idéntica amenaza a su seguridad para invadir la parte occidental de aque-
lla ciudad, situada como un enclave dentro del territorio de Alemania
Oriental. De ahí el porqué de que el Board of1nquiry ( Cuban Study Group ),
presidido por el general Maxwell D. Taylor, aunque favorable personal-
mente a un "positive course of action" contra Castro, reconociera el peli-
gro de que el gobierno norteamericano tratase el problema de Cuba fuera
del contexto mundial de la Guerra Fría. 51 La cuestión de Berlín, además,
276
De Mm·tí a Fide!
continuó preocupando a Kennedy, incluso después de que, autorizada por
el Pacto de Varsovia, la República Democrática Alemana levantara un
muro, el 13 de agosto de 1961, separando el lado oriental, bajo control
comunista, del lado occidental de aquella ciudad. Aunque juzgase que "lt
is nota very nice solution ... but ahell of a lot better than a awar" ," este peli-
gro, en realidad, no había desaparecido. De acuerdo con lo que reveló, en
conversación con el ex presidente Kubitschek, Kennedy estaba convencÍ·
do de que la Unión Soviética firmaría, antes de fin de año, el Tratado de
Paz con la República Democrática Alemana, pero los Estados U nidos no
permitirían el cierre de los accesos a Berlín Occidental y que, si no se alcan-
zase un acuerdo con la Unión Soviética, "there will be trouble"Y
En función de tales escenarios, igualmente previstos por el grupo de
trabajo, integrado por los representantes del Departamento de Estado,
Departamento de Defensa, CIA y USIA, la recomendación al Consejo de
Seguridad Nacional fue en el sentido de que los Estados Unidos estimu-
lasen la creación de una fuerza de seguridad con los países del Caribe e
indujesen a los demás estados latinoamericanos a romper relaciones diplo-
máticas, consulares y comerciales con Cuba, reconociendo que el r·égi-
men vigente de Castro violaba los principios básicos de la OEA y los con-
ceptos asentados en las Declaraciones de Caracas, Santiago y San J osé. 54
Tales medidas, en los marcos del Tratado de Río de Janeiro, crearían las
condiciones para una ulterior intervención en Cuba, en los marcos del
Tratado de Río de Janeiro, bajo la cobertura de la OEA. El gran problema
consistía en obtener el apoyo de los países más grandes de América latina,
particularmente Brasil55 • El Departamento de Estado no tenía duda de
que obtendría quórum para convocar una Reunión de Consulta de los
Cancilleres Americanos, pero solamente quería realizarla cuando hubiese
un nítido consenso sobre las medidas a tomar, entre las cuales se encon-
traba la ruptura de relaciones diplomáticas con Cuba. 56 Él temía que un
grupo fuerte de países, entre los cuales estaban Brasil y México, pudiese
forzar una resolución en términos ambiguos, con énfasis en una solución
pacífica, lo que dificultaría aún más la acción militar contra el gobierno
de Castro, por cuanto los policy makers, aunque juzgasen que ésta era la
única solución posible para el problema, no la aconsejaban si no surgía
como resultado de una decisión mayoritaria de la OEA. 57
La posición de Brasil se les figuraba decisiva tanto a Berle J r. como al
propio Kennedy/" quien la juzgaba, en cierto modo, antagónica a la de los
Estados Unidos y esto, en su opinión, fortalecía a Castro. 59 Según le dijo
Kennedy, personalmente, a Clemente Mariani, ministro de Hacienda de
Brasil, los.Estados Unidos estarían decididos a no recorrer la intervención
277
 LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA
directa en Cuba y sólo le quedaban dos hipótesis: 1 - mantener el statu quo,
permitiendo que Cuba continuase diseminando el comunismo y poner en
riesgo la estabilidad de varios gobiernos en el Caribe e incluso en Améri-
ca del Sur, como Bolivia; o 2 - promover una acción conjunta del hemis-
ferio con el intento de aislar al gobierno de Castro e impedir la propaga-
ción del comunismo en América latina_6° Este dilema, respecto del cual
Kennedy deseaba conocer la opinión del presidente Jánio Quadros, que
había asumido el gobierno de Brasil en 1961, constituyó una forma de
presión, que recrudeció sobre Brasil, en los meses subsiguientes, como un
problema, inclusive, de política interna.
Mientras tanto, dado que la tentativa de convocar una Reunión de
Consulta de la OEA para tratar el problema de Cuba hecha por el Depar-
tamento de Estado había tenido una "fría recepción", Kennedy, bajo pre-
texto de adelantar y aclarar los planes de la Alianza para el Progreso,
antes de la conferencia del Consejo Interamericano de Desarrollo Eco-
nómico y Social (CIES), que trataría de su estructuración e implantación,
envió a Adlai Stevenson, representante de los Estados Unidos en la ONU,
a diez países de América latina, con el objetivo de sondear también las
posibilidades de una acción colectiva para defender el hemisferio contra
"la penetración comunista y la subversión", incluyendo la "agresión indi-
recta" a través del gobierno de Castro." Stevenson, aunque reiterase que
los Estados Unidos no pretendían intervenir directamente en Cuba, pro-
curó efectivamente conocer el punto de vista del gobierno brasileño sobre
los problemas continentales y saber de sus "planes o formulaciones ten-
dientes a proteger al continente del comuaismo y de la intervención
de potencias extracontinentales"Y El entonces canciller Afonso Arinos de
Melo Franco le recordó, en relación con esto, que los Estados Unidos
precisaban siempre considerar que la cuestión de Cuba unía a la opinión
pública norteamericana y desunía la opinión pública latinoamericana, y
por esto mismo ellos deberían actuar con "extrema cautela" y evitar deci-
siones precipitadas.'') Por su parte, el presidente Quadros, con quien igual-
mente Stevcnson tuvo una audiencia, declaró que Brasil estaría dispuesto
a participar de una l:onfcrtncia dt alto nivel para tratar la coyuntura con-
ti ncntal, pero pondcn'> que la cuestión de Cuba debería ser congelada,
dado que, en aqud monlt'lllo, su discusión, fuera del ámbito bilateral, sólo
Sl'rviría para ;lllltlt'lltar t•l clima de t<'nsi<'>n existente en América latina.'''
l.a conferencia dd < :ll·:s st• n·ali:r.<Í l'll Punta del l•:stc, a partir del 5 de
a~osto de 1961, y, al inau¡.:urarla, el secretario del Tesoro norteamericano,
1)ouglas 1>ilion, anunció que los l•:stados Unidos, l~ll d primer aíío del
gobierno dl: Kenned y, colocarían por lo menos US$ 1.000 millones para
278
De Martí a Fidel
asistencia al desarrollo de América latina,"' a la cual destinarían un total
de US$ 20 mil millones en el decenio siguiente. Che Guevara, a quien le
correspondió, como ministro de Industria, la jefatura de la delegación
cubana, aprovechó la oportunidad para criticar la Alianza para el Progre-
so. Su discurso fue bastante mordaz. Después de resaltar que "una refor-
ma agraria, antifeudal y antiimperialista (... ) fue transformándose por
imp~rio de su evolución interna y de agresiones externas, en una revolu-
ción socialista", con lo que responsabilizó, implícitamente, a los Estados
Unidos por el rumbo de la Revolución Cubana, resaltó que, aunque los
Estados Unidos sólo hubiesen aprobado hasta entonces el monto de US$
500 millones, Douglas Dillon estaba prometiendo una ayuda de US$ 20
mil millones, en el curso de los próximos diez años, lo que equivalía al2/3
de lo que Fidel Castro había preconizado en la conferencia de Buenos Aires
(1959) como necesaria para el desarrollo de América latina. 66 Pero la estruc-
tura del primer préstamo hecho por el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), del orden de US$ 120 millones, casi configuraba una "condición
colonial", según calificó, pues US$ 40 millones correspondían al finan-
ciamiento de vivienda, acueductos, saneamiento, etc. "Me da la impresión
de que se está pensando en hacer de la letrina algo fundamental" -Gueva-
ra comentó, sarcásticamente, agregando:
"Eso mejora las condiciones sociales del pobre indio, del pobre negro,
del pobre individuo que yace en una condición subhumana: 'vamos a
hacerle la letrina y entonces, después que le hagamos letrinas, y des-
pués que su educación le haya permitido mantenerla limpia, enton-
ces podrá gozar de los beneficios de la producción'. (... ) Para los
señores técnicos, planificar es planificar la letrina. Lo demás, quién
sabe cuándo se hará" 67 •
Lo que le extrañó a Guevara fue el hecho de que, en el análisis de los
técnicos responsables por la elaboración del programa de la Alianza para
el Progreso, el tema de la industrialización no figuraba, mientras en
Cuba, según él, el gobierno revolucionario estaba construyendo 250 fábri-
cas.''K De acuerdo con la opinión del embajador brasileño Roberto Cam-
pos, que participó de la conferencia del CIES en Punta del Este, Guevara,
"una figura de trato agradable, con ropa de combate, botas, una boina negra
y, fiel al estilo castrista, compulsivo fumador de habanos", lo sorprendió
como "un buen dialéctico y razonablemente familiarizado con los proce-
sos parlamentarios, cosa no plausible ante su background de médico y
revolucionario", pero se extendió "líricamente" sobre las perspectivas del
279

LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA
· Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), cerca de las 2 de 1~ madr~­
desarrollo industrial de Cuba. 69 De hecho, Guevara pronosticó que Cuba,
habiendo ya obtenido de los países socialistas financiamiento del orden
de US$ 350 millones, el que incluso llegaría a US$ 500 millones, iba acre-
cer a una tasa del12% en el próximo cuatrienio, transformándose en uno
de los países más industrializados de América latina, con el primer lugar
en la producción per cap ita de acero, cemento, energía eléctrica, tractores,
nylon, calzados, textiles, refinación de petróleo, superado apenas por
Venezuela, y ocuparía el segundo lugar en el mundo en la producción de
níquel metálico, etc. 7° Cuba, según lo que, inclusive, previó, alcanzaría
autosuficiencia en la producción de alimentos, aun proteínas y arroz, así
como de algodón y fibras duras, generando excedentes exportables de fru-
tas tropicales, etc., lo que contribuiría a aumentar su comercio exterior."
Por otro lado, Che Guevara, presentando la Alianza para el Progreso
como un "intento de buscar solución dentro de los marcos del imperia-
lismo económico", presagió su fracaso e incluso dudó de que el gobierno
Kennedy, debido a las trabas políticas y administrativas existentes en los
Estados Unidos, pudiese efectivamente destinar a América latina, de
acuerdo a lo que había prometido Douglas Dillon, el monto de US$ 20 mil
millones." Además, agregó, tales recursos, como quedó explícito, funda-
mentalmente fomentarían la libre empresa, o sea, "los monopolios impe-
rialistas asentados en cada uno de los países de América". 73 Tampoco se le
pasó desapercibido que había "un peligro flotando en el ambiente", dado
que los Estados Unidos iban a buscar votos afirmativos para, después de
la conferencia económica, que allí se realizaba, reunir a los cancilleres
americanos a fin de tratar la cuestión de Cuba. 74 Cuba revolucionaria,
como Che Guevara proclamó, era "la gallina de los huevos de oro", por-
que mientras ella existiese los Estados U nidos les darían dinero a los
países de América latina.
A pesar de su estilo sardónico, el lenguaje de Guevara, según el emba-
jador Roberto Campos, fue menos "agresivo que hiperbólico"/ 5 así, le
pareció moderado e incluso conciliatorid6 al declarar que no deseaba el
fracaso de la Alianza para el Progreso 77 y reconocer aspectos positivos en
la Carta de Punta del Este, aprobada por el CIES, mientras se rehusaba a
suscribirla, en nombre de Cuba, por no coincidir con sus principios.n
Esta actitud suya animó a un miembro de la delegación de Argentina,
Horacio Rodríguez Larreta, asesor del canciller Adolfo Mugica, y al
embajador brasileño Edmundo Barbosa da Silva, al término de la con-
ferencia, a esperar la oportunidad de un encuentro suyo con Richard
Goodwin, asistente especial del presidente Kennedy. 79 El encuentro ocu-
rrió en la cas;\ del jefe de la Delegación de Brasil junto a la Asociación
2HO
De Martí a Fidel
gada del 17 para el18 de .agosto,. y .el Che Guevara, dcs~ués de afirmar, sm
· tancia que la revoluciÓn soCiahsta en Cuba, de la 1msma forma que su
¡ac , . . .d , ,
· mi·ento de la esfera de mfluenna de los Estados
a1e¡a . .
U m os, tema carac-
, .
ter irreversible, reconoció que ella enfrentaba dJÍlcultades economiCa.s Y
políticas, entre las cuales se hallaban la caída de las res~rvas monetanas,
1a e arencia de bienes de consumo para atender las necesidades1populares,
. d
la falta de piezas sobresalientes para las fábricas "he~edad~s", a ,acciÓn e
los saboteadores y de las guerrillas contrarrevolunonanas, asi como la
0
hostilidad de la pequeña burguesía y de la Iglesia Católica.' Durante
la conversación, que entremezcló con varias bromas con !as que de~,os­
tró su buen sentido del humor, reconocido por Goodwm, agradec10 .la
· vasión de la Bahía de Cochinos, porque esta le dio a Cuba una gran VIC-
lil . 1
toria política y transformó un pequeño país agre~ido en un ¡gua , y ~ro me-
tió, riendo, que el gobierno de Castro no atacana la base de Guantan.amo.
Mientras tanto, hablando seriamente, Guevara adelantó que el go.bierno
revolucionario se disponía a indemnizar a las propiedades confiscadas
-industrias y bancos- con recursos de las exportacion.es; no pret~ndía· cer-
car a Cuba con una cortina de hierro, adoptar las mismas medidas agre-
sivas aplicadas en el Este Europeo, ni establecer n~ngun~ alianza políti~a
y
con el Bloque Socialista, a pesar de sus naturales sim~atla~; convoc~r~a
a elecciones libres, después de institucionalizar el partido umco. Tambien
indicó, oblicuamente y no sin cierta aversión a causa de los testi~?nios,
la posibilidad de discutir la cuestión del apoyo de Cuba a las act1Vldades
subversivas en otros países. 8' •
La actitud moderada y conciliadora de Guevara, tanto en el d1scurso,
durante la conferencia, como en la conversación privada con Richard
Goodwin, así como el hecho de insistir con la necesidad de un diálogo
con el gobierno norteamericand2 revelaron al embajador Edm_und~ ~ar­
bosa da Silva que el gobierno de Castro no sólo enfrentaba senas dificul-
tades internas, tanto económicas como políticas, que amenazaban su esta-
bilidad,83 sino que temía una acción colectiva continental y tenía recelos
de que el conflicto Este-Oeste asumiese tal magn~tud que l.l;vase a la
Unión Soviética a negociar a Cuba con los Estados Umdos, cambiandola por
Berlín. Una impresión similar le transmitió Richard Goodwin a Kennedy.
Luego de la conversación se le antojó que Cuba estaba soport~ndo s~veras
tensiones económicas y que, si Guevara tomaba aquella actitud, Siendo
innegablemente el más convencido de la tendencia comunista "dentro d:l
gobierno de Castro, habría otros líderes cubanos probablemente mas
ansiosos aún para una adaptación con los Estados Unidos"."' Guevara, al
281
 LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA
regresar a Cuba, menospreció el significado del encuentro, al que calificó
de "corto, cortés, frío, como corresponde a dos funcionarios de países
oficialmente enemigos", acentuando que ni él ni Goodwin estaban auto-
rizados para ningún tipo de conversación. 85 Era normal que procediese
así. Guevara, en Cuba, no podría tener otra actitud ni exteriorizarse de un
modo diferente, por el efecto que produciría en la política interna y por-
que podría enfriar la combatividad del pueblo, más allá de que él creía que
cualquier encuentro con los Estados Unidos perjudicaría la causa de la
revolución en América latina. 86 Cualquiera que fuese, sin embargo, su
intento, ya fuera para convencer a Brasil y Argentina de que Cuba no
pretendía ingresar en el Bloque Socialista y así entorpecer los esfuerzos
de los Estados Unidos para promover una intervención colectiva a través
de la OEA, ya por presión de la Unión Soviética, el hecho fue que el
encuentro había tenido una alta significación. Esto fue así en la medida en
que, al transmitir el recado de que Cuba deseaba negociar un modus
vivendi con los Estados Unidos, Guevara reflejó realmente una disposi-
ción manifestada por el gobierno de Castro, inmediatamente después de
obtener la victoria militar y política, que configuró el fiasco de la Bahía
de Cochinos. En nota entregada al Cuerpo Diplomático acreditado en La .
Habana, el presidente Oswaldo Dorticós y Fidel Castro, como primer
ministro, manifestaron inequívocamente estar dispuestos a sustentar cuan-
tas discusiones fuesen necesarias para encontrar una solución para la ten-
si6n existente entre los Estados Unidos y Cuba y que posibilitasen "una
forma de convivencia pacífica, relaciones diplomáticas y aún amistosas",
si el gobierno norteamericano así lo deseaba. pero también estaban dis-
puestos a combatir hasta la última gota de sangre si eran atacados. 87
Cerca de dos meses antes (mayo de 1961) de la Conferencia de Punta
del Este, al llegar a Río de Janeiro, Carlos Olivares, viceministro de Rela-
ciones Exteriores de Cuba, visitó al canciller Afonso Arinos de Melo
Franco en su residencia, y le adelantó que el propósito de su misión, de
"carácter secreto", era realizar consultas al más alto nivel con los gobier-
nos de Brasil, México y Ecuador y solicitarles los buenos oficios/8 en el
sentido de encontrar una solución que, sin "desprestigio de la soberanía
y de la autodeterminación y sin invasión de los asuntos internos de Cuba,
pudiese restaurar la confianza entre su país y los Estados Unidos y resta-
blecer la tranquilidad continental". 89 En esa oportunidad, reiteró que
Cuba "estaba dispuesta a resolver su caso con los Estados Unidos en con-
versaciones bilaterales, con la agenda abierta y la salvaguarda de su sobera-
nía", y afirmó "categóricamente" que ella no deseaba ser comunista y que
su "sujeción económica al Bloque Socialista" provenía exclusivamente del
282
De Martz' a Fidel
;,aislamiento forzado por los Estados Unidos"."· El gobierno noneame.ri-
cano rechazó cualquier gestión conciliatoria y, teniendo como propós1to
destruir el régimen revolucionario en La Habana, había pasad~ a presentar
el litigio Cuba-Estados Unidos como un problema del contmeme y no
'lo una cuestión bilateral." Pero lo que Olivares dijo al canciller Afon-
so f. '
so Arinos de Melo Franco fue lo que Guevara implícitamente con mno
durante la Conferencia del CIES, en agosto. Al fundamentar su voto, con-
trario a la Declaración de Punta del Este, él declaró, públicamente, que el
obierno de Cuba, sin que tuviese que mendigar ninguna clase de apro-
~imación ni ningún tipo de tregua, se disponía a dirimir sus dificultades
con el gobierno de los Estados Unidos, con la única con~ición de ~ue no
hubiese condiciones previas. 92 Y, durante la conversaciÓn con R1chard
Goodwin, no sólo había insistido sobre la necesidad del diálogo entre La
Habana y Washington, sino también en demostrar el deseo de restablecer
el comercio con los Estados U nidos, a través del cual indemnizaría ~as
propiedades confiscadas, así como también les permitió.tanto ~1 :mba¡a-
dor Edmundo Barbosa da Silva como a Richard Goodwm perc1b1r que la
Unión Soviética no les suministraba los artículos ni en la cantidad ni de
la calidad que Cuba necesitaba. 93 Según la versión transmitida a Buenos
Aires por el diplomático Rodríguez Larreta, Guevara declaró que Cuba
no había hecho la revolución para ser "satélite" de la Unión Soviética y
acentuó que resultaba necesario restablecer sus relaciones con los Estados
Unidos, bajo un plan de pasos sucesivos, 94 de forma tal que la isla saliese
de la situación de dependencia. Guevara, además, había demostrado
abiertamente en la Conferencia de Punta del Este que Cuba no pretendía
sustituir la dependencia de los Estados Unidos por otra dependencia, la
de la Unión Soviética, de cuyo desarrollo industrial él mismo ya se mos-
traba bastante crítico. 95 En su discurso inaugural, el Che Guevara lo dijo
con mucha lucidez:
"El pueblo que compra manda. El pueblo que vende sirve. Hay ~ue
equilibrar el comercio para asegurar la libertad: El pueblo que qmere
morir vende a un solo pueblo. Y el que quiere salvarse vende a más de
uno. (... ) Cuando un pueblo fuerte le da de comer a otro se hace servir
de él. Cuando un pueblo fuerte quiere dar batalla a otro, compele a la
alianza y al servicio a los que necesitan de él. El pueblo que quiere ser
libre, sea libre en negocios". 96
Al contrario de lo que los anticomunistas en La Habana y Miami siem-
pre supusieron, el Che Guevara no fue el hombre que, al influir sobre
Castro, patrocinó la sumisión de Cuba a la Unión Soviética, sino que
283
 LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA
fue prácticamente el arquitecto de las relaciones entre los dos países." Al
hacerlo, su objetivo, como también el de Castro, fue liberar a Cuba del
monocultivo de la caña, a través de la industrialización, acabar con la
absoluta predominancia que los Estados Unidos adquirieron sobre ella
en la medida en que constituían el principal mercado para la colocació~
de su producción de azúcar. A pesar de que tenía una formación teórica
marxista," Guevara siempre había sido independiente de cualquier línea
partidaria y no le agradaba, ni le convenía a Cuba, el dominio efectivo
que la Unión Soviética había pasado a ejercer sobre su economía, com-
prándole, por interés político y a un precio inferior al del mercado nor-
teamericano, el azúcar que no necesitaba y suministrándole petróleo, a
larga distancia y a un costo más elevado.'9 En verdad, la predominancia de
la Unión Soviética en Cuba ya se tornaba incómoda. Su embajador en La
Habana, Sergei M. Kudryavtsev, había pasado a disfrutar en los medios
oficiales una situación única de prestigio, que a los quincuagenarios les
recordaba a dos embajadores norteamericanos, durante la vigencia de la
Platt Amendment. 100 Actuaba como procónsul, dando consejo de mode-
ración al gobierno de Castro, cuyos excesos, así como la desorganización
y el desorden administrativo, él criticaba abiertamente en las conversa-·
ciones con otros diplomáticos. 101 La Unión Soviética, que había acogido a
Fidel Castro en su conflicto con los Estados Unidos, como un triunfo en
la Guerra Fría, se preocupaba por la posibilidad de que él se tornase una
dificultad para su política. Seguramente no le convenía sustituir a los
Estados U nidos y cargar con todas las responsabilidades por el sustento
económico y financiero de Cuba, razón por la cual varias veces instó al
gobierno de Castro a agotar las opciones de diálogo con el gobierno de
Kennedy. Durante la visita a Moscú, en octubre de 1960, Guevara había
comenzado también a sentir las dificultades existentes para atender la
demanda de Cuba, cuando Kruschev sólo aprobó la compra de 1,2 mil
millones de toneladas de azúcar, en vez de los 3 millones que él había soli-
citado, e insistió en que la responsabilidad por la absorción del restante
-2,8 millones de toneladas- fuese repartida entre los demás miembros del
Bloque Socialista. Por esto, seguramente, el embajador brasileño Vasco
Leitao da Cunha, en un informe secreto, con fecha del 23 de enero de
1961, presentado al Itamaraty al dejar la jefatura del puesto en La Haba-
na, había informado que el Che Guevara, al regresar de su viaje a Moscú y
a Beijing, "se halló en la posición ideal para poder enfrentar públicamen-
te a Fidel Castro, recomendando una política internacional de modera-
ción y una política interna realista, de disciplina y profundidad". 102 Según
Lcitao da Cunha, "a pesar de sentirse contrariado con las expresiones
2H4 .
De M artí a Pide!
'blicas de Che", Fidel Castro no tuvo alternativa ''sino adoptar aquella
~u ( ). abriendo verbalmente un crédito de confianza al nuevo gobier-
lmea ··· '
no de los Estados Unidos (Kennedy) y moderando sus habituales encan-
tos oratorios". 103 No sin fuertes motivos, por lo tanto, Guevara, en Punta
del Este, había propuesto públicamente y durante la conversación con
Goodwin el restablecimiento del comercio entre Cuba y los Estados
Unidos, aunque esto implicase el pago de las propiedades confiscadas y
algún costo político. . . .
El propósito de conversar sobre los buenos oficios que Argentn~a
había ofrecido para mediar en el conflicto entre Cuba y los Estados U m-
dos fue lo que llevó a Guevara a viajar secretamente a Buenos Aires, algu-
nas horas después del encuentro con Goodwin, el día 18 de agosto, con
el objetivo de conversar con el presidente Arturo Frondizi. La entrevista
se realizó en Olivos, organizada por Jorge Carlos Carretoni, asesor del
consejo Federal de Inversiones de Argentina. Y, en esa ocasión, Frondizi
expresó la necesidad de un entendimiento continental con los Estados
Unidos y de evitar la exclusión o el aislamiento de Cuba, pero Guevara
construyó un escenario "explosivo", en el que toda América latina iba a
transformarse en "un Vietnam", sustentando que sólo a través de la lucha
armada sería posible liberarla del imperialismo. 104 N o obstante, declaró
que Cuba quería permanecer dentro del sistema interamericano y se dis-
ponía a un entendimiento con Estados Unidos, como le había dicho ante-
riormente a Richard Goodwin. 105 Aseguró que Cuba no entraría en el
Pacto de Varsovia y adoptaría un modelo de estado socialista, indepen-
diente de los soviéticos. Sobre este particular, Guevara no escondió su
preocupación por el retraso de la industrialización de Cuba y por la per-
sistencia del monocultivo de la caña que implicaba el compromiso de Fidel
Castro de suministrar grandes cantidades de azúcar a la Unión Soviética.' 01'
Y, cuando Frondizi le preguntó si él había estudiado mucho el marxismo,
respondió: "No. Tengo lecturas de marxismo, pero nunca he hecho un
estudio en profundidad sobre el tema". Durante la conversación, que duró
setenta minutos, Guevara, sereno y afable, demostró una gran humildad y,
al reconocer la gravedad de la situación internacional de Cuba, dejó
entreabierta la puerta para la mediación entre los gobiernos de Washing-
ton y La Habana. 107 A las 14, volvió para Montevideo, después de comer
un "bife", ofrecido por la esposa de Frondizi. Pero el secreto de su pasa-
je por Buenos Aires enseguida trascendió y Frondizi se enfrentó con una
grave crisis militar y la amenaza de un golpe de estado.
Cuatro días después, el22 de agosto, Janio Quadros, presidente de Bra-
sil, públicamente recibió a Guevara, el único delegado de la Conferencia de
285

Lurz ALBERTO MoNrz BANDEIRA
los CIES que se rehusara a firmar el Acta de la Alianza para el Progreso, y
lo condecoró con la Orden del Cruzeiro del Sur. Este gesto, aunque ten-
diese a expresar el inconformismo de Brasil vis-a-vis de los Estados Uni-
dos, asumió, en aquellas circunstancias, el carácter de provocación e irri-
tó a muchos oficiales superiores de las Fuerzas Armadas, llevándolos a
devolver sus insignias, como manifestación de protesta. Como represalia,
Carlos Lacerda, gobernador del Estado de Guanabara, 10B entregó las lla-
ves de la ciudad al líder contrarrevolucionario cubano Manuel Antonio
Varona, apadrinado por la CIA. Y, en la noche del 24 de agosto de 1961,
compareció a la televisión para denunciar que Quadros tramaba un golpe .
de estado, lo que lo llevó a renunciar a la presidencia de la República, en
la mañana siguiente, con el propósito de crear un impasse institucional y
coaccionar al Congreso a otorgarle los poderes legislativos, dado que los
ministros militares, del ala conservadora de las Fuerzas Armadas, habrí-
an de preferir su retorno al cargo a permitir que el vicepresidente Joao
Goulart, del Partido Laborista Brasileño y conocido por sus vinculacio-
nes con la izquierda, asumiese el gobierno. Así sucedió, de acuerdo con
lo que había previsto. Pero la maniobra, sin embargo, fracasó, porque el
Congreso consideró su renuncia un fait accompli y el gobernador Leonel
Brizola levantó a Río Grande de1 Sur, recibiendo apoyo del III Ejército, lo
que dividió a las Fuerzas Armadas y aseguró la investidura de Goulart en
la presidencia, mediante una fórmula de compromiso, consustanciada en
la adopción del régimen parlamentario. En aquella ocasión, cuando Bra-
sil se enfrentaba, por primera vez desde 1930, con la amenaza real de una
guerra civil, Fidel Castro pronunció entonces un discurso en el cual,
públicamente, recomendó a las "fuerzas populares, de izquierda, progre-
sistas" el desencadenamiento de guerrillas, tomando la "experiencia de
Cuba, en la cual un puñado de hombres pudo frente a los ejércitos pro-
fesionales". 109
Esta actitud, que generó la protesta del Itamaraty, 110 causó el más pro-
fundo desagrado en los círculos políticos brasileños y en la opinión
pública, inclusive en la izquierda, no sólo porque configuraba una inge-
rencia en los asuntos internos de Brasil sino también por fortalecer las
fuerzas de derecha que, además de que se oponían a la investidura de
Coulart en la presidencia, presionaban para realizar cambios en la políti-
ca de defensa de la soberanía de ( :uha. Che Cuevara lo considení, mien-
tras tanto, m u y normal, porque este tipo de opinión era la que un revo-
lucionario debía dar "en momentos de tanto peligro y de tant:t necesidad
de decisi6n como éste"."' Observó que la investidura de Goul:trt en el
gobierno "no fue realmente un triunfo de las fuerzas populares", sino
286
De Martí a Fidel
· .. 1 nte una transacción", en la que el grupo que tenía el poder, las
~'snnp eme 1 .d :l b ,
1 decisión de emplearlas y, además de todo, la e an ac so re que
armas, a . d 1.
. h b' edido parte de sus prerrogativas para tratar e tomar as en
hacer: a ta e . 1 .
' mento cuando ocurriera otro choque. 112 Sm embargo, e presi-
otro rno ' . 1 T
turo Frondizi previendo, en septiembre de 1961, que os mil-
dente Ar ' . , . -
tares dana
' n golpes de estado en Argentma y despues en Brasi1., paises d
que d ef en di'an
, la soberanía de Cuba ' comentó con Afonso Armos . , e
Melo Franco, ya entonces nombrado por Goulart jefe de la Delegacw,n
·1 - la Asamblea General de la ONU, que Fidel Castro no, habw
brasi ena a d 1
P erci·b·d
1 o
que , con su "demagogia provocadora", llevaría a los paises e
. d ura. 113
continente a 1a d teta
Frondizi tenía razón. Si bien la Alianza para el Progreso, de acuerdo
con lo que Kennedy había establecido, tenía como uno de sus presupues-
tos el no reconocer gobiernos que emanasen de actos de fuerza -g~lpes
de estado 0 revoluciones- y no obedeciesen a las ~ormas de ~~s _regime-
democrático-representativo, como elecciones hbres y penodtcas, fue
nes . . · , 1
dur ante su administración que los Estados Umdos mcentlvaron mas a as
1 1'. .
Fuerzas Armadas de América latina a participar de a po Itica m terna en sus
respectivos países. La Junta Interamericana de Defensa ya había a~robado,
en diciembre de 1960, la Resolución XLVII, instituyend~ !a doc_tnna de ~a
·vic action según la cual las Fuerzas Armadas en Amenca latma, consi-
~eradas como el grupo profesional más estable y mod~rnizador: deberí-
an tener mayor participación "en el desarrollo eco~Ómico _Y soCial de l~s
naCiones" , a fin de emprender las reformas necesanas y evitar el esparCI-
.
miento de la revolución social, que Cuba directa o indirectamente e~umu-
laba. De ahí el papel de policía atribuido a los militares latinoamencanos
por el Departamento de Defensa d~ los Estad~s Unidos, c~m~ conse-
cuencia de la mutación en la estrategia de segundad del hemisfeno, cu~a
esencia consistió en sustituir el "enemigo extracontinental", como pn-
mera hipótesis de guerra, por el "enemi~o interno". ~as Fu~rzas ~rmadas
latinoamericanas, dentro del marco contmental, no e¡ecutanan mas, po~ !o
tanto, la tarea clásica de "defensa externa", sino que ejercerían la func10n
de fuerzas de seguridad interna, con la misión de erradi~ar l~s causas que
podrían generar la subversión y la comunización del hemisfer~o. Y l_a_Junta
Interamericana de Defensa úiD), convirtiéndose, bajo la onentacwn del
Pentágono, en una verdadera Internacional Militar, trat~ d: implementar
la estrategia de counter-insurgence, que sería tanto terapeutica c_o~o p:~­
filáctica con la finalidad de remover todos los obstáculos a la ehmmacwn
del régi;11 en revolucionario en Cuba, acus~do d: _serví: _como "base ~~ra
comunizar América latina". Esta nueva d1menswn militar de la pohuca
287
 LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIHA
de seguridad continental, que Kennedy había impulsado, representó, pues,
la vertiente económica de la Alianza para el Progreso. Por otra parte, la
tendencia de los militares a intervenir, desde entonces, en el proceso políti-
co de las repúblicas latinoamericanas no consistió solo en factores endóge-
nos, inherentes a ella. Configuró, en realidad, mucho más un fenómeno
de política internacional continental que de política brasileña, argentina,
ecuatoriana, etc. Tanto es así que las manifestaciones de las Fuerzas Arma-
das, al principio, ocurrieron, generalmente, en países como Argentina,
Ecuador y Brasil, cuyos gobiernos se rehusaban a romper relaciones con
Cuba, y tendieron a dictar decisiones diplomáticas, de conformidad con
las directrices de la política exterior de los Estados Unidos.' 14 La renuncia
de Quadros, el25 de agosto de 1961, y la subsiguiente tentativa de golpe
militar contra la ascensión de Goulart al gobierno, configuraron no sólo
un fenómeno interno de Brasil, sino la primera manifestación más especta-
cular de una crisis continental que comenzaba a estremecer los regímenes
democráticos en América latina, donde el conflicto entre Cuba y los Esta-
dos Unidos, expresando y agudizando sus propias contradicciones sociales,
se había tornado; igualmente, un problema de política nacional.
Notas
1 Discurso pronunciado por Fidel Cástro el día 16 de abril, en ocasión del sepulta-
miento de las víctimas del bombardeo del aeropuerto de La Habana, en Castro et elt., 1981,
pp. 454 a 476.
2 Matos, 1961, p. 123.
3 Fursenko & Naftali, 1997, p. 89.
4 Ministerio de Asuntos Internos y Ministerio para la Seguridad del Estado. Sobre la
actuación de Beria como reformador, vide Knight, 1997, pp. 234 a 246; Moniz Bandeira,
1992, pp. 76 a 78.
5 Telegrama N° 226, confidencial, de la Embajada de Brasil en La Habana (Marcos
Antonio de Salvo Coimbra), 16/17.8.1960. 600. (24h)- Situación Política- Cuba- Confi-
dencial- 1945-1960-6.218. AHMRE-B.
6 Guevara, 1991, vol. Il, p. 19.
7 Íd., 1977, vol. VI, p. 178.
8 Campos, 1994, p. 422.
9 Íd., ibíd., p. 182.
10 Trotsky, 1979, p. 137.
11 Íd., 1947, p. 558.
12 Che Guevara, 1991, pp. 26 a 49. Este libro fue publicado en Brasil en 1961, por Edi-
ciones Futuro, Río de Janeiro, en traducción hecha por Mauricio Grabois, dirigente del
Partido Comunista de Brasil (línea china). · Telegrama N° 641, de la Embajada de Brasil en Washington (Carlos Fernando Leckie
13 Che Guevara, 1991, p. 31.
14 Artículo publicado en Verde Olivo, La Habana, 9.4.1961, cf. Moniz Bandeira,
1%2, p. 175.
:ZHH
De Martí a Fidel
'15 Apud Oficio N° 203, confidencial, embajador Álvaro Teixeira Soares al canciller
f-Iorácio Lafer, Bogotá, 26.7.1960, Bogotá- Oficios - 1960-1964. AHMRE-B.
16 Discurso de Fidel Castro con motivo de la recepción de las milicias en La Habana,
en 20 de enero de 1961, en Castro et al t., 1981, p. 350.
17 Silvio Frondizi, autor de varios libros de historia y sociología, era hermano del pre-
sidente Arturo Frondizi. Como abogado, defendió a los guerrilleros encarcelados por el
régimen militar argentino (1966-1973) y fue asesinado en 1974 por un grupo terrorista de
extrema derecha, la Triple A.
18 "Der Komunismus in Venezuela". Ein Überblick von LR Dr. Munz, Juni 1962.
Referat 306, Band 291. AA. Bericht Nr. 592/62, Botschaft der Bundesrepublik Deutsch-
land ande las Auswiiartige Amt, Caracas, 3.7.1962. Ibíd.
19 Oficio No 203, confidencial, embajador Teixeira Soares al canciller Horácio Lafer,
Bogotá, 26.7.1960; Ofício No 204, confidencial, Teixeira Soares a Lafer, Bogotá, 27.7.1960.
Bogotá- Oficios- 1960-1964. AHMRE-B.
20 Guevara, "La influencia de la Revolución Cubana en la América latina", en Guevara,
vol. U, 1991, pp. 469 a 492.
21 Luis de la Puente U zeda y Guillermo Lobatón cayeron en combate en 1965 y el
foco de guerrillas, que intentaron implantar, fue liquidado por el Ejército.
22 Goldar, 1985, p. 14. Anderson, 1997, pp. 539 y 552. Kalfon, 1997, pp. 385 y 386.
23 Goldar, 1985, p. 16. John William Cooke, que había sido dirigente de la Juventud
Peronista y representante personal de Perón, fundó en 1962, con la aprobación de Guevara,
la Acción Revolucionaria Peronista.
24 Memorando: "from the Under Secretary of State (Bowles) to Secretary of State
(Rusk). Subject: Montevideo Conference". Washington, 25 de julio de 1961. FRUS, vol. Xll,
1961-1963, American Republics, pp. 44 a 45.
25 Guevara, "Discurso ante los miembros del Departamento de Seguridad del Estado",
18.5.1962, en Guevara, vol. II, 1991, p. 481.
26 Gilbert, 1994, p. 60.
27 Andrew & Gordiewsky, 1991, p. 468.
28 Telegrama No 2362: "from Embassy (Thompson) in the Soviet Union to Depart-
ment ofState", Moscú, 1 de abril de 1961, S p.m .. FRUS, vol. X, 1961-1962, Cuba, pp. 182 Y 183.
29 Fulbright, 1982, pp. 128 y 129.
30 Memorando: "Conversation between President Kennedy and Premier Nikita
Khrushchev, at Vienna Summit", 3 de junio de 1961. En The Cuban Missile Crises- 1962
-a National Securiry Archive Documents Reader (editado por Laurence Chang & Peter
Kornbluh), The New Press, Nueva York, 1992, pp. 11 a 14.
31 Ibíd.
32 Memorando: "from the President's Special Assistant (Schlesinger) to President
Kennedy", Washington, 10 de marzo de 1961. "Attachment: Report to the presidente on
Latin American Mission" -12 de febrero- 3 de marzo de 1961, ArthurSchlesinger Jr., FRUS,
vol. XII, 1961-1963, American Republics, pp. 10 a 18.
33 Ibíd., p. 13.
34 Ibíd., p. 11.
35 Ibíd., pp. 14 y 15.
36 Memorando Dor/104/1650.(20), confidencial, a) 2° secretario Frederico Carlos
Carnaúba, jefe de la División de Organismos Económicos Internacionales y Asuntos
Específicos, 17.3.1961. 650(20) Asuntos Económicos- América latina, 1957-1963- 8059;
Lobo), 15/16.9.1961. Telegramas- Secretos- Rec. Q-W. AMRE-B.
37 Memorando: "from the Secretary of Defense McNamara to the Chairman of the
Joim Chiefs of Staff (Lemnitzer)", Washington, 20 de abril de 1961. FRUS, vol. X, 1961-1962,
Cuba, pp. 396 a 307.
289
 LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA
38 "Notes on the 479th Meeting of the National Security Council- Notes on Cuban
Crisis", Washington, 27 de abril de 1961. Ibíd., p. 397.
39 Memorando: "from the Attoney General (Kennedy) to President Kennedy", Was-
hington, 19 de abril de 1961. Ibíd., pp. 302 a 304.
40 Memorando: "from the Joint Chiefs of Staff (Earle G. Wheeler) to Secretary of
Defense McNamara. JCSM-278-61. Subject: Cuba". Washington, 26 de abril de 1961.
Appendix la- Analysis of Courses of Actíon, Ibíd., pp. 371 a 376.
41 Discurso en la Conferencia del Consejo Interamericano Económico y Social de la
OEA, 8 de agosto de 1961, en Guevara, vol. II, 1991, p. 429.
42 Telegrama No 301, secreto-urgente, de la Embajada de Brasil en Washington (Car-
los Alfredo Bernardes), 2/2.5.1961. Secretos Q-W- Cts Rec. y Exp.- 1960-1961. AHMRE-B.
43 Ibíd.
44 Memorando: "from the President's Special Assistant (Schlesinger) to President Ken-
nedy. Subject: Reactions to Cuba in Western Europe". Washington, 3 de mayo de 1961.
FRUS, vol. X, 1961-1962, Cuba, pp. 423 a 428.
45 Ibíd., p. 425.
46 Memorando: "from the President's Special Assistant (Schlesinger) to the Política! Warfa-
re Subcommittc of the Cuban Task Force". Washington, 8 de mayo de 1961. Ibíd., pp. 490 a 492.
47 Ibíd., p. 492.
48 Memorando: "from the President's Special Assistant (Schlesinger) to President
Kennedy. Subject: Reactions to Cuba in Western Europe". Washington, 3 de mayo de
1961. Ibíd., p. 425.
49 "Paper prepared for Nacional Security Council by an lnterangency Task Force- Cuba
and Communism in the Hemisphere", Washington, 4 de mayo de 1961. Ibíd., pp. 459 a 475.
50 Telegrama N° 310, secreto, Dpo/920.(22) (24h), de la Embajada de Brasil en Was-
hington (Carlos Alfredo Bernardes), 4/4.5.1961, 12hs30. Secretos- Q -W- Cts. Rec. y Exp.
- 1960-1961. Ibíd.
51 Memorando: N° 4 - "Recommendations of the Cuban Study Group, Recommenda-
tion - Narrative and Memoranda of Taylor Committee", en Operation Zapata, 1984, p. 53.
52 Anotación de su secretario Kenneth O'Donnel, apud Dennis, 1988, p. 32.
53 Telegrama N° 641, secreto, de la Embajada de Brasil en Washington (Carlos Fernan-
do Leckie Lobo), 15/16.9.1961. Secretos- Q- w- Cts. }Zec. y Exp. - 1960-1961. AHMRE-B.
54 "Paper prepared for National Security Council by an Interagency Task Force -
Cuba and Communism in the Hemisphere", Washington, 4 de mayo de 1961. Ibíd., p. 471.
55 Ibíd., p. 470.
56 Telegrama No 301, secreto-urgente, Dpo/920.(22) (24), de la Embajada del Brasil
en Washington (Carlos Alfredo Bernardes), 2/2.5.1961, 11hs45; Telegrama No 357, secre-
to-urgente, Dpo/601.3 (24h), de la Embajada de Brasil en Washington (Carlos Alfredo
Bernardes), 18/19.5.1961. Secretos- Q -W- Cts. Rec. y Expedidos -1960-1961. AHMRE-B.
57 Telegrama N° 301, secreto-urgente, Dpo/920.(22) (24), de la Embajada del Brasil
t~n Washington (Carlos Alfredo Tlernardcs), 2/2.5.1961, 11 hs45. lb íd.
511 'l'eley;rnm¡¡ N" 370, sc~rcw, Dpo/(,0 1 3 (24h ) de In Emhnj•1da de Brasil en Was-
hiny;ton (Cnrlos Alfrcdollrrnnnlr.1), 22/225.1%1, 11hN:l0. fb(d.
!1'.1 'l'clcy;nunu N" 34.l, srt:rcto ur¡¡cntr, l>po/H12. (42) (22), de lu Ernbnjndu dr llrnsil
en WMhiny;ton (Curios Alfredo 1\rru.mlrs), J(,/1(,.~.1')(,1. lh!d.
r.o It.kl.
(¡J 'l'rlrf\1'1111111 N" 40 1), wnfidcrrdnl, dr In J·:rnhnj.HIII dt• fllll~il rll w.~.~hilll{lllll (< :,u·lo.l
Allr·cdo 1\rmurdrs), .1/.I.H,I'It.l. MO (lO) •INtllllo.• Ewnc\rnit·os Amfrk,, l,uirut I'JV 1%.1
HO~'J. JJ,(d. "f{cport from thc l{rprrsent•llivt• to thc llnitrd NulionN (StrvrnHoll) to l'rrsidr11t
1\ennrdy" "Hcponto thr l'rrsidrnl on Sorrth Arncrit:nn Mi.1sion", dcl4nl22 dr junio de IW.I.
Wnsltinl{toll, 21 de junio de IW.I. 111\llS, vol. XII, IW.I ·1%3, Ameri~1111 Rcpuhlics, pp. 30 n .!2.
290
De Martí a Fidel
62 Telegrama N° 295, secreto, de Iramaraty para la Embajada de Brasil en Washing
ron, 15.vr.1961. Secretos- Q-W- Cts Rec. y Exp .. AHMKE-ll.
63 Ibíd.
64 Ibíd.
65 La suma sería de US$ 1,3 mil millones, así distribuidos: US$ 350 núllones por una
nueva ley de auxilio exterior (AID), rodavía en discusión en el Congreso, US$ 300 millones o
US$ 400 millones a través del Eximbank, US$ 300 millones por el programa Food for Peace
y US$ 250 millones, del Fondo de Bogotá, a través del BID. Tales parcelas ya incluían las can-
tidades ya concedidas por el Eximbank y por el Food for Peace a países del continente, entre
los cuales estaba Brasil, al cual debían también caber US$ 100 millones, a través del AID. Tele-
grama N° 562, confidencial, de la Embajada de Brasil en Washington (Carlos Alfredo Ber-
nardes), 1/2.8.1961.650 (20) asuntos Económicos- América latina -1957-1963- 8059. Ibíd.
66 Discurso en la Conferencia del Consejo Interamericano Económico y Social de la
OEA, 8 de agosto de 1961, en Guevara, vol. II, 1991, pp. 420 a 458.
67 Íd., ibíd., p. 435.
68 Íd., ibíd., p. 435.
69 Campos, 1994, pp. 419 a 422.
70 Discurso en la Conferencia del Consejo Interamericano Económico y Social de la
OEA, 8 de agosto de 1961, en Guevara, vol. ll, 1991, p. 445.
71 Discurso en la Conferencia del CIES, fundamentando la oposición de Cuba a firmar
la Carta de Punta del Este, 16.8.1961, en Guevara, vol. 11,1991, p. 446.
72 Íd., ibíd., p. 465.
73 Íd., ibíd., p. 465.
74 Íd., ibíd., pp. 464 y 465.
75 Campos, 1994, p. 421.
76 Telegrama No 707, confidencial, expedido, Gabinete-Río para el Gabinete en Bra-
silia, 19.8.1961. 600 (24h)- Situación Política- Cuba- 1961. AHMRE-B.
77 Discurso en la Conferencia del Consejo Interamericano Económico y Social de la
OEA, 8 de agosto de 1961, en Guevara, vol. 11, 1991, pp. 437 y 438.
78 Discurso en la Conferencia del CIES, fundamentando la oposición de Cuba a firmar
la Carta de Punta del Este, 16.8.1961. Íd., ibíd., pp. 459 a 468.
79 "Es hasta hoy oscuro quién tomó la iniciativa de la conversación que Goodwin
describe como 'casual'. Según el asesor de Kennedy, la primera demostración de inrerés
partió del Che Guevara que, viendo a Goodwin fumar habanos compulsivamente, le
habría dicho a uno de los delegados argentinos: -Apuesto que él no osaría fumar habanos
cubanos ... ". Campos, 1994, p. 424.
80 Telegrama N° 707, confidencial, expedido, Gabinete-Río para el Gabinete en Bra-
silia, 19.8.1961. 600 (24h)- Situación Política- Cuba- 1961. AHMRE-B. Este telegrama
retransmitió para el presidente Janio Quadros las informaciones prestadas por el embaja-
dor Edmundo Barbosa de la Silva sobre la reunión informal del Che Gueva con Richard
Goodwin. Su contenido coincide con el relato hecho por Richard Goodwin al presidente
Kenncdy. Vide "Mcmornndum from the Presidcnt's assistant Special Counsel (Goodwin)
to J>resident Kennedy. Subjcct: Convcrsation with Commandant Ernesto Guevara of Cuba".
Wa~hington, 22 de agosto de 1961. I'RUS, vol. X, 1961-1962, Cuba, pp. 642 y 645. También
reproducido (fa,:s(mil) en Hatncr & Smith, pp. 76 la80. Gondwin, posteriormente, relató
!.1 WIIVcrs;~cit'ln ,,1 embajador de Brasil en Washington, Roberto Campos, que también la
mrnmmiti6 al ltam;~rnty. Oficio N" 1191/920 (22) (24h), secreto, embajador Roberto
CóllllflllS ni cnm·illrr Jlrnncisco Clementino Jc SanTiago Dantas, Washington, 23.10.1961.
Oficios <) W · IW.0-1962. 1\IIMI\E-11. Parn la versión basada en el Memorando de Good-
win ~,¡¡/,. Anderson, 19'.17, pp. 518 a 520. Castañeda, 1997, pp. 258 a 251. Referencia más
corta en 1:1ibo 11, 1'.197, p. 430. Versión no muy exacta en Kalfon, 1997, pp. 356 a 357.
291
 LUIZ ALBERTO MONIZ BANDEIRA
81 Memorando: "from the President's Assistant Special Counsel (Goodwin) to Presi-
dent Kennedy. Subject: Conversation with Commandant Ernesto Guevara of Cuba". Was-
hington, 22 de agosto de 1961. FRUS, vol. X, 1961-1962, Cuba, p. 644.
82 Telegrama N° 707, confidencial, expedido, Gabinete-Río para el Gabinete en Bra-
silia, 19.8.1961. 600 (24h)- Situación Política- Cuba- 1961. AHMRE-B.
83 Ibíd.
84 Memorando: "from the President's Assistam Special Counsel (Goodwin) to Presidem
Kennedy", Washington, 22 de agosto de 1961. FRUS, vol. X, 1961-1962, Cuba, pp. 640 y 641.
85 Apud Castañeda, 1997, p. 259. Vide también Taibo ll, 1997, p. 430.
86 Castañeda, 1997, p. 259.
87 "A los distinguidos miembros del Honorable Cuerpo Diplomático acreditado en
el País", Note ande las Diplomatische Korp- Anlage- Bericht 303/61, Botschaf der Bun-
desrepublik Deutschland ande las Auswartige Amt, Habana, den 2. Mai 1961. Referat 306,
Band 182. AA.
88 Telegrama N° 362-21345, Dpo/920.(22) (24h), secreto-urgente, del ltamaraty a la
Embajada de Brasil en Washington, 17.6.1961. Secretos- Q-W- Cts. Rec. y Exp. -1960-1961.
AHMRE-B.
89 Telegrama No R-8, secreto-urgente, del Gabinete-Río al Gabinete en Brasilia (para
transmitir al presidente de la República), 23.5.1961. Secreto- Consulados- Diversos en el
Interior y Exterior - Tel. Rec. y Exp. -1960-1961. Ibíd.
90 Ibíd.
91 Telegrama No 362-21345, Dpo/920.(22) (24h), secreto-urgente, del ltamaraty a
Embajada de Brasil en Washington, 17.6.1961. Secretos- Q-W- Cts. Rec. y Exp.- 1960-
1961. Ibíd.
92 Discurso en la Conferencia del CIES, fundamentando la oposición de Cuba a firmar
la Carta de Punta del Este, 16.8.1961, en Guevara, vol. II, 1991, p. 464.
93 Telegrama No 707, confidencial, expedido, Gabinete-Río para el Gabinete en Bra-
silia, 19.8.1961. 600 (24h)- Situación Política- Cuba- 1961. AHMRE-B. Oficio No 1191/920
(22) (24h), secreto, embajador Roberto Campos al Chanceler Francisco Clementina de San
Tiago Damas, Washington, 23.10.1961.. Oficios- Q-W- 1960-1962. Ibíd. "Memorandum
from the President's assistant Special Counsel (Goodwin) to President Kennedy", Was-
hington, 22 de agosto de 1961. FRUS, vol. X, 1961-196~ Cuba, pp. 640 y 641.
94 El plan consistía de los siguientes puntos: 1- Compromiso de los Estados Unidos
de respetar la existencia de la Revolución Cubana (suspendiendo la ayuda a los exiliados
cubanos), cualquiera que fuese su ideología; Cuba iba a comprometerse a no" exportar" su
revolución a otros países de América latina; indemnización de las propiedades confiscadas
durante la revolución; recomendación de la cuota de azúcar para Cuba en el mercado nor-
teamericano; fin de los secuestros de aviones y devolución de los terroristas. De acuerdo
incluso con la información de Larreta, Goodwin aseguró que comunicaría la propuesta a
Kennedy, ponderando, sin embargo, que los mecanismos constitucionales en los Estados
Unidos eran lentos. Guevara retrucó que, en Cuba, eran menos democráticos, pero el
asunto requería muchas consultas, y agregó: "Ahora tengo que convencerlo a Fidel Cas-
tro". Apud Lanús, 1984, p. 207. Las versiones transmitidas por los tres participantes, el
argentino (Rodríguez Larreta), el brasileño (Barbosa de la Silva), y el norteamericano
(Goodwin) fueron en sus líneas generales coincidentes.
95 Anderson, 1997, p. 479.
96 Discurso en la Conferencia del Consejo Interamericano Económico y Social de la
OEA, 8 de agosto de 1961, en Guevara, vol. II, 1991, p. 420.
97 Anderson, 1997, pp. 492 y 494.
98 En la conversación con Goodwin, Guevara confirmó que los dirigentes de la Revo-
lución Cubana no tenían formación teórica marxista, siendo él, Guevara, el único que tenía
De M artí a Fidel
más lecturas en ese campo. Telegrama N° 707, confidencial, expedido, Gabinete-Río pare'
eJ Gabinete en Brasilia, 19.8.1961. 600 (24h)- Situación Política- Cuba- 1961. AHMRE-B.
99 "Informe para el Señor Ministro de Estado de Relaciones Exteriores - Política
Exterior de Cuba", secreto, a) Vasco Leirao da Cunha, anexo al Oficio Dpo/2/900.1 (24h),
secreto, de la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores para la Embajada de Brasil en
La Habana, Río dejaneiro, 25.1.1961. 900.1 (00)- Política Internacional- De (10) a (98)-
1955-1966. Ibíd.
100 Ibíd.
101 Ibíd.
102 Ibíd.
103 Ibíd.
104 Este relato se basa en las informaciones obtenidas por el diplomático argentino
Juan Archibaldo Lanús, que realizó un intenso, serio y criterioso trabajo de investigación
documental, así como en entrevistas con personajes en Buenos Aires, para escribir una
excelente obra, fundamental para la comprensión de la política exterior de Argentina, en la
pos Segunda Guerra Mundial, sobre todo en los años 60 y 70 del siglo XX. Vide, Lanús,
1984, p. 250 a 251 y 276 a 277.
1os Íd., ibíd., p. 251.
106 Íd., ibíd., p. 251 y 277.
107 Íd., ibíd., p. 251.
108 Con la transferencia de la Capital Federal para Brasilia, la ciudad de Río de Janei-
ro se transformó en el Estado de Guanabara. Recién en 1977 fue hecha la fusión .con el
Estado de Río de Janeiro.
109 "Política del Brasil en relación a Cuba", secreto, Información de la División Polí-
tica delltamaraty, 1. .9. 1961. 600(24h) Situación Política- 1958-1961. Ibíd.
110 Telegrama N° 127-42240, confidencial, de la Secretaría de Estado (Itamaraty) a la
Embajada de Brasil en La Habana, 6.7. 1961. La Habana- Cts- Telegrama Expedidos-
1960-1964. Ibíd.
111 Guevara, "La Influencia de la Revolución Cubana en América latina", en Guevara,
vol. II, pp. 481 y 482.
112 Íd., ibíd., pp. 482 y 483
113 Melo Franco, 1968, p. 185.
114 Sobre el tema, vide Moniz Bandeira, 1995, pp. 152 a 200.
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