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Marcadores de rasgo y de estado.

Existen esencialmente dos tipos de marcadores, los que son de rasgo y los que son de
estado.

Los marcadores de rasgo son aquellos que determinan si la persona en estudio presenta
carga genética, heredada de sus antecesores para padecer algún tipo de enfermedad, que
puede estar ya en desarrollo o bien puede ser un portador sano.

Se utilizan cuando se conoce la preexistencia de la enfermedad en algún antecesor y nos


informan si la patología ha sido transmitida hereditariamente o no.

Los marcadores de estado son aquellos que determinan el estadio en el que se encuentra
una determinada enfermedad y como va evolucionando la misma.

Sirven para realizar el diagnóstico y para evaluar la eficacia de la medicación elegida


para realizar la corrección de la avería neuroquímica.

Con ellos podemos saber cuando hay que empezar a medicar y con que tipo de
molécula, cuando hay que modificar las dosis de las mismas y cuando ya se puede
suspender la medicación porque la rectificación de los receptores ya se ha producido.

Ejemplos de marcadores de rasgo son: Bialelo e4-e4 de la APO E para la enfermedad de


Alzheimer. Bialelo e3-e4 de la APO E para la demencia vascular. Bialelo e2-e4 de la
APO E para los trastornos de ansiedad. Alfa 1 anti quimotripsina para la enfermedad de
Parkinson. Inmunoglobulina D para el trastorno bipolar. Glucosa 6 fosfato
dehidrogenasa para el ADHD.

Ejemplos de marcadores de estado son por ejemplo: Interleuquina 2R para la psicosis.


Alfa 1 antitripsina para los trastornos de ansiedad. Inmunoglobulina A para los
trastornos depresivos. Complemento C3 y C4 para la enfermedad de Parkinson. Beta
amiloide 1/42 para la enfermedad de Alzheimer. Apo B para la demencia vascular.
Superóxido dismutasa para la demencia oxidativa. Inmunoglobulina M para el ADHD.

Ninguno de ellos es excluyente y determinante de un diagnóstico pero asociados con


otros marcadores que constituyen un verdadero perfil neuroquímico para cada patología,
sí permiten hacer un diagnóstico preciso. (Marquet J. y cols. 2004).

También puede resultar muy útiles las neuroimagenes como marcadores de rasgo y de
estado, ya que las alteraciones estructurales presentes en una tomografía computada o
en una resonancia magnética nuclear constituirían marcadores de rasgo mientras que las
alteraciones funcionales presentes en la tomografía por emisión de fotón único, en la
resonancia magnética espectroscópica, en la resonancia magnética tractográfica o en la
resonancia magnética funcional constituirían marcadores de estado. (Marquet J. y cols.
2009).

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