ADORACIÓN AL SANTÍSIMO ORACIÓN PERSONAL:

No hay otro camino para llegar al Padre si no es a través de Jesucristo, el Aquí estoy, mi Dios, ante Ti, tal como soy ahora. Estoy de rodillas ante Ti,

intercede sin cesar por nosotros, es nuestro mediador, sin su sacrificio Señor, tranquilo y en paz. Estoy en tu presencia y me dejo conducir. Me abro

hubiese sido inútil cualquier esfuerzo del hombre para obtener la salvación. a tu proximidad, Tú eres la fuente de mi vida, la fuerza de vida que me

A Él le debemos toda la alabanza y gloria, pero abre tu corazón y háblale penetra. Tú eres mi respiración que me conduce. Deja que tu paz habite en

como a tu amigo: mí.

Él te escuchara. Que cada visita que tú hagas al señor sea un encuentro de Concédeme la gracia de dejarme limpiar por Ti, ser vasija que se llena de Ti,

amor, de abandono, de gratitud, de ofrecimiento, de alegría. ¡Déjate amar mi Dios. Que todos mis pensamientos y sentimientos, mi voluntad y libertad

por Jesús! estén orientados hacia tu servicio y alabanza, mi Dios fuente de vida. Así sea.

Iniciamos este momento de oración, pidiendo al Espíritu Santo, que Él nos Amén.

dirija, nos inspire, nos acompañe.

ADORACIÓN

CANTO: Eterno Padre, yo te agradezco porque tu infinito

BENDITO BENDITO amor me ha salvado, aún contra mi propia

Bendito, bendito, bendito sea Dios. voluntad. Gracias, Padre mío, por tu inmensa

Los ángeles cantan y alabarán a Dios. (2) paciencia que me ha esperado. Gracias, Dios mío,

Creo en Jesús mío, que estas en el altar, por Tu inconmensurable compasión que tuvo

Oculto en la hostia os vengo a adorar. (2) piedad de mí. La única recompensa que puedo

Bendito, bendito, bendito sea Dios. darte en retribución de todo lo que me has dado

Los ángeles cantan y alabarán a Dios. (2) es mi debilidad, mi dolor y mi miseria.

Adoro en la hostia el cuerpo de Jesús Estoy delante de ti, Espíritu de Amor, que eres

Y en el cáliz la sangre que dio en la cruz. (2) fuego inextinguible y quiero permanecer en tu adorable presencia, quiero

Bendito, bendito, bendito sea Dios. reparar mis culpas, renovarme en el fervor de mi consagración y entregarte

Los ángeles cantan y alabarán a Dios. (2) mi homenaje de alabanza y adoración.

Jesús bendito, estoy frente a ti y quiero arrancar a Tu Divino Corazón
innumerables gracias para mí y para todas las almas, para la Santa Iglesia,
tus sacerdotes y religiosos. Permite, oh Jesús, que estas horas sean Bendito seas, oh poder divino de tu paternal Corazón, que aunque todo lo
verdaderamente horas de intimidad, horas de amor en las cuales me sea puedes, sin embargo, no puedes darnos un don más precioso que este
dado recibir todas las gracias que tu Corazón divino me tiene reservadas. Santísimo Sacramento.
Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, me uno a Ti y te suplico me hagas Oh Pan celestial, gran Sacramento, te adoro y te alabo en todo momento.
partícipe de los sentimientos de Tu Corazón Inmaculado. Bendita seas, oh Sabiduría del Verbo Divino, que todo lo sabes y lo ordenas,
¡Dios mío! Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no y sin embargo no sabías preparar una comida más exquisita, que este
creen, no adoran, no esperan y no te aman. Santísimo Sacramento.
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente y Bendito seas, oh Dios mío, que en tu inefable dulzura de amor te has
te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro transformado en este pan para darnos como el más dulce manjar.
Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación Bendito seas, oh Dios mío, que has encerrado todos tus misterios en esta
de todos los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es humilde forma de pan terrena. ¡Oh Trinidad Santísima!
ofendido. y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón y del
Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pobres Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
pecadores.
Señor mío Jesucristo, que por el amor que tienes a los hombres, permaneces
Padre Nuestro, Ave María, Gloria. de día y noche en este Sacramento, lleno de misericordia y ternura, espe-
rando, llamando y acogiendo a todos los que vienen a visitarte, yo creo que
Oh Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, aquí presente en el Santísimo estás aquí presente. Te adoro desde el abismo de mi nada, te doy gracias por
Sacramento del altar, creo todo lo que Tú, mi Señor, me has revelado. Arre- todos los favores, y especialmente por haberte Tu mismo dado a mí en este
pentido de todos mis pecados, esperando en Ti, que nunca permites que sea Sacramento; por haberme concedido a María como propia Madre, como
confundido, agradeciendo por este don supremo, amándote sobre todas las intercesora; y por haberme llamado a visitarte en esta iglesia. Yo te saludo
cosas en este Sacramento de tu amor, adorándote en el misterio profundo hoy amadísimo Corazón y deseo adorarte, en agradecimiento por este
de tu humildad, te manifiesto y hago patente todas las heridas y miserias de grande don, en reparación de todos los ultrajes que Tu mi amado Jesús,
mi pobre corazón y te pido me des todo lo que necesito y deseo. Pero tan recibes en este Sacramento de tus enemigos.
solo te necesito a Ti, oh Dios mío, tan solo te deseo a Ti, tu gracia, poseerte Oh Jesús mío, te amo de todo corazón. Me arrepiento de haberte ofendido
en esta vida y poseerte en la otra. tantas veces. Me propongo con tu gracia no ofenderte más en adelante, y
ahora, aunque, estoy lleno de faltas e imperfecciones me consagro del todo a cuando los hombres me abandonen, cuando el tedio me persiga y la
Tí. Haz de mí, lo que te agrade. Yo sólo te pido y sólo deseo tu santo amor, y desesperación clave su garra en mí, al pie del Sagrario, cárcel donde el amor
la perseverancia hasta el fin. te tiene prisionero, aquí y sólo aquí buscaré fuerza para luchar y vencer.
Te encomiendo también las almas del purgatorio, especialmente a aquellas No temas que te abandone, cuando más me huyas, más te llamaré y verteré
que han sido más devotas del Santísimo Sacramento y de María Inmaculada. tantas lágrimas que, al fin, vendrás... Sí..., vendrás, y al posarte, disfrutaré en
Por fin, mi amado Salvador, uno todos mis afectos a los de tu amorosísimo la tierra las delicias del cielo.
Corazón, y los ofrezco a tu Padre Eterno, suplicándole que por amor a Ti, se Dame tu ayuda para cumplir lo que te ofrezco; sin Ti nada soy, nada puedo,
sirva aceptarlos y escucharlos. Así sea. nada valgo... Fortaléceme, y desafiaré las tempestades.
Jesús, mío, dame humildad, paciencia y gratitud, amor..., amor, porque si te
Padre Nuestro, Ave María, Gloria. amo de veras, todas las virtudes vendrán en pos del amor.
Te ruego por los que amo... Tú los conoces, Tú sabes las necesidades que
¡Oh Jesús de mi alma, encanto único de mi corazón!, heme aquí postrado a tienen; socórrelos con generosidad. Acuérdate de los pobres, de los tristes,
tus plantas, arrepentido y confuso, como llegó el hijo pródigo a la casa de su de los huérfanos, consuela a los que padecen, fortalece a los débiles,
padre. Cansado de todo, sólo a Ti quiero, sólo a Ti busco, sólo en Ti hallo mi conmueve a los pecadores para que no te ofendan y lloren sus extravíos.
bien. Tú, que fuiste en busca de la Samaritana; Tú, que me llamaste cuando Ampara a todos tus hijos, Señor, más tierno que una madre. Y a mí, que te
huía de Ti, no me arrojarás de tu presencia ahora que te busco. acompaño cuando te abandonan otros, porque he oído la voz de la gracia; a
Señor, estoy triste, bien lo sabes, y nada me alegra; el mundo me parece un mí, que no te amo por el cielo, ni por el infierno te temo; a mí, que sólo busco
desierto. Me hallo en oscuridad, turbado y lleno de temor e inquietudes...; te tu gloria y estoy recompensado con la dicha de amarte, auméntame este
busco y no te encuentro, te llamo y no respondes, te adoro, clamo a Ti y se amor y dadme fortaleza para luchar y obtener el apetecido triunfo.
acrecienta mi dolor. ¿Dónde estás, Señor, dónde, pues no gusto las dulzuras Adiós, Jesús de mi alma salgo de tu presencia, pero te dejo mi corazón; en
de tu presencia, de tu amor? medio del bullicio del mundo estaré pensando en Ti, y a cada respiración,
Pero no me cansaré, ni el desaliento cambiará el afecto que me impulsa entiende. Oh Jesús, que deseo ser tuyo. Amén.
hacia Ti. ¡Oh buen Jesús! Ahora que te busco y no te encuentro recordaré el
tiempo en que Tú me llamabas y yo huía... Y firme y sereno, a despecho de Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
las tentaciones y del pesar, te amaré y esperaré en Tí. Jesús bueno, dulce y
regalado padre y amigo incomparable, cuando el dolor ofusque mi corazón,
CANTO:
OH BUEN JESÚS
Acto de fe
¡Oh, buen Jesús! Yo creo firmemente
que por mi bien estás en el altar,
que das tu cuerpo y sangre juntamente
al alma fiel en celestial manjar,
al alma fiel en celestial manjar.
Acto de humildad
Indigno soy, confieso avergonzado,
de recibir la santa Comunión;
Jesús que ves mi nada y mi pecado,
/prepara Tú mi pobre corazón./ (bis)
Acto de dolor
Pequé Señor, ingrato te he ofendido;
infiel te fui, confieso mi maldad;
me pesa ya; perdón, Señor, te pido,
/eres mi Dios, apelo a tu bondad (bis)
ORACIONES DIRIGIDAS
Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas
apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente
al contemplarte, y se rinde totalmente al contemplarte. Al juzgar de Ti, se
equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con
firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero
que esta Palabra de verdad.
TODOS: Señor creo, pero aumenta mi fe.
PETICIÓN: Por la Iglesia de Jesucristo, el Papa y sus intenciones para que
siga guiando por caminos de santidad al pueblo de Dios. Roguemos al
Señor.
TODOS: Señor creo, pero aumenta mi fe.
En la cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la
humanidad; sin embargo, creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió
aquel ladrón arrepentido. No veo las llagas como las vio Tomás pero
confieso que era mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere
y que te ame.
TODOS: Señor creo, pero aumenta mi fe.
PETICIÓN: Para que aumenten las vocaciones sacerdotales, religiosas y para
que los jóvenes se comprometan en el Evangelio al servicio del Reino de
Dios y de su Iglesia. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor creo, pero aumenta mi fe.
Cristo, en nuestros días y nuestras noches, tú llamas a nuestra puerta para
despertarnos a la realidad del Dios vivo. Tú nos dices: “¡Por qué
preocuparte. Escucha a los pájaros del cielo, mira a las flores del campo. ¿No
vales tú más que ellos? En tu oración confíalo todo. Cristo, tú te ocupas de lo
que nos preocupa.
TODOS: Señor creo, pero aumenta mi fe.
PETICIÓN: Por todos los jóvenes del mundo para que sean generosos y
valientes en la misión que el Señor les encomienda, reflejando en los demás
el amor a nuestro Padre Dios. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor creo, pero aumenta mi fe.
¡Señor! ¡Colma de esperanza y de dulzura mis labios, pon en mis ojos la luz
que acaricia y purifica en mis manos el gesto que perdona.
Dame Señor valor para la lucha, con pasión para las injurias, misericordia
para la ingratitud y la justicia. Líbrame de la envidia y de la ambición
mezquina, del odio y de la venganza, y que al volver hoy nuevamente al calor
de mi lecho, pueda, en lo más íntimo de mi ser sentirte a ti presente, Amén.
TODOS: Señor creo, pero aumenta mi fe.
PETICIÓN: Por todas nuestras familias, para que en ellas reine la paz, el
amor, la unidad y para que cada uno contribuya a realizarlo.. Roguemos al
Señor.
TODOS: Señor creo, pero aumenta mi fe.
Señor Jesús, quisiera creer y aceptarte de todo corazón. Pero tengo algo de
Tomás dentro de mí, que me hace gritar: Yo necesito ver y tocar para creer.
Señor Jesús, como el discípulo incrédulo muéstrame tus llagas, tu costado,
como el discípulo incrédulo dirígeme tu reproche: no seas incrédulo sino
fiel. Entonces, yo podré también gritar: ¡Señor mío y Dios mío!
TODOS: María alcánzame la gracia de creer.
CANTO:
NECESITO DE DIOS
No soy nada sin Él y con Él todo lo tengo. Nada puedo sin Él , todo es fácil
lograr, si cuento con Él.
Necesito de Dios como el río del agua. Necesito de Dios como la ola del mar.
Necesito de Dios como el rocio del frescor. Necesito de Dios como la hierba del
color. Necesito de Ti como la noche del alba. Necesito de Ti como el cuerpo del
alma. Necesito de Ti mi Dios, necesito de ti mi Dios como el fuego del calor.
Necesito de Dios como el ave sus alas. Necesito de Dios como la hoja de su
rama. Necesito de Dios como la sal de su sabor. Necesito de Dios como el
perfume de su olor. Necesito de ti como del canto la cigarra. Necesito de Ti
como el mendigo de su casa. Necesito de Ti mi Dios, necesito de Ti mi Dios
como el cantor de su voz.
 ORACIÓN DE ABANDONO TEXTO BÍBLICO
Padre, en tus manos me pongo, haz de mí lo que Jn 6, 26-35
quieras. Por todo lo que hagas, te doy gracias.
Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo con tal de
Jesús les contestó: “En verdad les digo: ustedes me buscan, no porque
que tu voluntad se haga en mí y en todas tus
han visto a través de los signos, sino porque han comido pan hasta
criaturas. Te la doy, Dios mío, con todo el ardor de
saciarse. Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento
mi corazón porque te amo y es para mi necesidad
que permaneces y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del Hombre,
de amor el darme, el entregarme en tus manos sin
él ha sido marcado con el sello del Padre”
medida, con infinita confianza, porque Tú eres mi
Padre.
Entonces le preguntaron: “¿Qué tenemos que hacer para trabajar en
las obras de Dios?” Jesús respondió: “La obra de Dios es esta: creer en
Haz que crea yo en ti más y más, que espere en Ti y te ame. ¡Pan - vino, que
aquel que Dios ha enviado” Le dijeron: ¿Qué puedes hacer? ¿Qué señal
das vida al hombre! Da a mi alma, que viva y disfrute siempre de tu dulce
milagrosa haces tú, para que la veamos y creamos en ti? ¿Cuál es tu
sabor.
obra? Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, según

Señor, límpiame de mis pecados con tu sangre, cuyas gotas pueden limpiar dice la escritura: se les dio a comer pan del cielo”

al mundo entero de todo pecado. Amén.

PETICIÓN: Por nosotros que aún permanecemos en este mundo y por
nuestros familiares más cercanos, para que seamos consolados por la
palabra de Dios y confortados con la Eucaristía. Roguemos al Señor.
Jesús contestó “En verdad les digo: no fue Moisés quien les dio el pan
del cielo. Es mi Padre el que les da el verdadero pan del cielo. El pan
que Dios da es aquel que baja del cielo y que da vida al mundo.”
Ellos dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan”.

Jesús les dijo: “Yo soy el pan de vida. El que viene a mí nunca tendrá
hambre y el que creen mí nunca tendrá sed.”
 REFLEXIÓN Este Pan, venido de Dios, “perdura hasta la vida eterna”. Los alimentos que
Jesús, Pan de vida. El evangelio de Juan habla de un diálogo de gran interés, comemos cada día nos mantienen vivos durante años, pero llega un
que Jesús mantiene con la muchedumbre a orillas del lago Galilea. El día momento en que no pueden defendernos de la muerte. Es inútil que sigamos
anterior han compartido con Jesús una comida sorprendente y gratuita. Han comiendo. No nos pueden dar vida más allá de la muerte.
comido pan hasta saciarse. ¿Cómo lo van a dejar marchar?
Jesús se presenta como ese Pan de
Lo que buscan es que Jesús repita su gesto y los vuelva a alimentar gratis. No vida eterna. Cada uno ha de decidir
piensan en nada más. Jesús los desconcierta con un planteamiento cómo quiere vivir y cómo quiere
inesperado: “Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que morir. Pero, creer en Cristo es
permaneces y da vida eterna”. Pero ¿cómo no preocuparnos por el pan de alimentar en nosotros una fuerza
cada día? El pan es indispensable para vivir. Lo necesitamos y debemos indestructible, empezar a vivir algo
trabajar para que nunca le falte a nadie. que no terminará con nuestra muerte.
Seguir a Jesús es entrar en el misterio
Jesús lo sabe. El pan es lo primero. Sin comer no podemos subsistir. Por eso de la muerte sostenidos por su fuerza
se preocupa tanto de los hambrientos y mendigos que no reciben de los resucitadora.
ricos ni las migajas que caen de su mesa. Por eso maldice a los
terratenientes insensatos que almacenan el grano sin pensar en los pobres. Al escuchar sus palabras, aquellas gentes de Cafarnaún le gritan desde lo
Por eso enseña a sus seguidores a pedir cada día al Padre pan para todos sus hondo de su corazón: “Señor, danos siempre de ese pan”. Desde nuestra fe
hijos. vacilante, nosotros no nos atrevemos a pedir algo semejante. Quizás, solo
nos preocupa la comida de cada día. Y, a veces, solo la nuestra. (Podemos
Pero Jesús quiere despertar en ellos un hambre diferente. Les habla de un reflexionar en silencio o también compartir lo reflexionado)
pan que no sacia solo el hambre de un día, sino el hambre y la sed de vida
que hay en el ser humano. No lo hemos de olvidar. En nosotros hay un
hambre de justicia para todos, un hambre de libertad, de paz, de verdad.
Jesús se presenta como ese Pan que nos viene del Padre, no para hartarnos
de comida sino “para dar vida al mundo”.
CANTO: ROSARIO AL SANTÍSIMO SACRAMENTO
PADRE ME ABANDONO EN TI
 Señal de la Cruz
Yo siento, Señor, que tú me amas, yo siento, Señor, que te puedo amar.
Háblame, Señor, que tu siervo escucha. Háblame, ¿qué quieres de mí?
1. Iniciar recitando el Credo
Señor, tú has sido grande para mí, en el desierto de mi vida: ¡háblame! Yo
2. Acto de Contrición,
quiero estar, dispuesto a todo. Toma mi ser, mi corazón es para Ti, por eso
Señor Mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador padre y
canto tus maravillas, por eso canto tu amor (bis)
redentor mío, por ser tú quién eres, bondad infinita y porque te amo
sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido,
ayudado de tu divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar,
A LA SANTISIMA TRINIDAD
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén
¡Oh, Santísima Trinidad, te adoro! Dios mío, ¡te amo en el Santísimo
Sacramento!
3. Padre Nuestro, 3 Aves Marías y Gloria.
¡Dios mío, creo en Ti, te adoro, espero en Ti y te amo! Te pido perdón por
todos los que no creen, no te adoran, no esperan en Ti ni te aman. ¡Oh,
 Anuncie el Misterio y recite Padre Nuestro
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro con todo mi
 En la cuenta del Ave María recitar 10 veces: HOSTIA PURA,
corazón! Te ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de
HOSTIA SANTA, HOSTIA INMACULADA, SEAIS POR SIEMPRE
Jesucristo, tu Hijo, presente en todos los tabernáculos del mundo en
BENDITA Y ALABADA
reparación por los ultrajes, los sacrilegios y la indiferencia con que se le
 Recitar Gloria al Padre…
ofende, y por los infinitos méritos del Sagrado Corazón de Jesús y del
 Después de cada Misterio, recitar: “Ángel de mi guarda ve y visita
Inmaculado Corazón de María, te ruego por la conversión de los pobres
en mi nombre a todos los Sagrarios del mundo y di a Jesús muchas
pecadores.
cosas que yo no sé decirle y pídele su bendición, para mí y para
todos los cristianos del mundo. Amén
PRIMER MISTERIO: La Preparación de la Última Cena
Jesús envía a Pedro y a Juan a seguir a un hombre que lleva un cántaro de
agua hasta una casa donde el dueño les mostrará en el piso superior una
pieza grande, amoblada, ya lista, allí deben preparar la Cena Pascual.
¡Oh mi Jesús Eucaristía! Que observaste la obediencia de tus discípulos, haz
que suscite en mí una sincera voluntad y obediencia de colaborar en la Santa
Misa.
SEGUNDO MISTERIO: Jesús lava los pies a sus Discípulos.
En un acto sagrado de humildad, Nuestro Señor Jesucristo, lava los pies a sus
discípulos a fin de purificarlos antes de compartir la Cena Pascual.
¡Amoroso Jesús mío! Que humilde lavas los pies a tus discípulos, concédeme a
tu ejemplo el amor y servicio a mi prójimo a fin de vencer mis actitudes
soberbias y sentimientos de orgullo.
TERCER MISTERIO: La traición de Judas El Iscariote
Jesús anuncia que unos de sus discípulos va a entregarlo a sus enemigos por
30 monedas de plata.
¡Jesús Eucaristía! Sé que no soy digno de estar en tu presencia, pero también
que tú eres misericordia, compasión y perdón sin límites. Te prometo ser fiel a
tu Iglesia y sus santas enseñanzas, hasta la consumación de mi cuerpo y
salvación de mi alma.
CUARTO MISTERIO: El Pan Eucarístico de la Santa Misa
Jesús toma en sus santas y venerable manos, toma un pan en la mesa y
elevándolo al cielo en acción de ver al Eterno Padre, lo consagró y
ofreciéndolo. Como que ya era su Sangre y Cuerpo Sagrado y por la
redención del mundo se los dio a comer.
¡Oh Jesús Eucaristía! Tú eres el Pan de Vida, manantial de luz espiritual y
torrente de gracia, me acerco a ti, llevado de la mano de María Reina Dolorosa
y purificado con el sacramento de la penitencia, para recibirte y me hagas
comprender este Don Celestial. Amén.
QUINTO MISTERIO: El vino Eucarístico de la Santa Misa.
Jesús toma en sus santas y venerable manos, y consagró el Vino en un Cáliz y
ofreciéndolo porque ya era su sangre lo dio a beber.
¡Oh Jesús Eucaristía! Tú eres la Sangre Preciosísima. Tú bajaste del cielo para
traernos la vida y dárnosla abundantemente para destruir mis debilidades,
mis egoísmos, mis cobardías y todos mis pecados en el horno de tu Amantísimo
y Sacratísimo Corazón.
LETANÍA DE REPARACIÓN A NUESTRO SEÑOR EN LA EUCARISTÍA
Señor, Ten piedad de nosotros.
Cristo, Ten piedad de nosotros.
Señor, Ten piedad de nosotros.
Cristo, Óyenos.
RESPUESTA: Ten piedad de nosotros
Cristo, Benignamente óyenos.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
Santa Trinidad, un solo Dios,
Sagrada Hostia, ofrecida por la salvación de los pecadores,
Sagrada Hostia, anonadada en el altar para nosotros y por nosotros,
Sagrada Hostia, despreciada por los cristianos tibios,
Sagrada Hostia, signo de contradicción,
Sagrada Hostia, entregada a los judíos y herejes,
Sagrada Hostia, insultada por los blasfemos,
Sagrada Hostia, Pan de los ángeles, dado a los animales,
Sagrada Hostia, tirada en el lodo y pisoteada,
Sagrada Hostia, deshonrada por los sacerdotes infieles,
Sagrada Hostia, olvidada y abandonada en tus iglesias.
Sé misericordioso con nosotros, Perdonanos,oh Señor.
Sé misericordioso con nosotros, Escúchanos, oh Señor.
RESPUESTA: Te ofrecemos nuestra reparación
Por el ultrajante desprecio en este maravilloso Sacramento,
Por tu extrema humillación en tu admirable Sacramento,
Por todas las comuniones indignas,
Por las irreverencias de los malos cristianos,
Por la profanación de tus santuarios,
Por los copones deshonrados y llevados a la fuerza,
Por las continuas blasfemias de los hombres alejados de ti,
Por la impenitencia y la indiferencia a la fe,
Por las conversaciones y actitudes indignas en tus santos templos,
Por los profanadores de tus iglesias, y a las que han profanado con sus
sacrilegios,
Para que aumente en todos los cristianos la reverencia debida a este
adorable Misterio, Te suplicamos, óyenos.
Para que manifieste el Sacramento de tu amor a los pecadores, Te
suplicamos, óyenos.
Para que los insultos de aquellos que te ultrajan sean dirigidos hacia
nosotros, Te suplicamos, óyenos.
Para que misericordiosamente recibir esta nuestra humilde reparación, Te
suplicamos, óyenos.
Para que hacer nuestra adoración aceptable a Ti, Te suplicamos, óyenos.
Hostia Pura, Escucha nuestra oración.
Hostia Santa, Escucha nuestra oración.
Hostia Inmaculada, Escucha nuestra oración.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, oh Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Benignamente óyenos, REPARACIÓN A LA PRESENCIA REAL Y VERDADERA DEL CUERPO,
oh Señor. SANGRE, ALMA Y DIVINIDAD DE NUESTRO SEÑOR EN EL SANTÍSIMO
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten misericordia de SACRAMENTO DEL ALTAR
nosotros.
1. Oh Jesús: Quiero adorarte como el Dios Único. Deseo obedecerte como a
Señor, ten piedad de nosotros. Señor y Padre. Te temo como a mi Juez. Te pido como a mí Gratificador. Te
Cristo, ten piedad de nosotros. doy gracias como a mi Bienhechor. Hoy mírame Jesús. Y háblame. Con tus
Mira, oh Señor, nuestra aflicción, Y da gloria a tu Santo Nombre. oídos de Jesús, escúchame y con tus Pies Jesús, sígueme. Manos y Corazón de
Jesús, llévenme, acójanme e inflámenme.
OREMOS Oh Jesús: purifícame como la blanca Hostia. Que yo sea humilde como tu
Señor Jesucristo, que te dignas permanecer con nosotros en tu maravilloso pequeña Hostia. Que yo sea disponible como tu manejable Hostia. Que yo
Sacramento hasta el final del mundo, para darle a tu Padre, por la memoria haga el bien calladamente como tu benéfica Hostia. Que yo viva escondido
de tu Pasión, gloria eterna, y para darnos a nosotros el Pan de vida eterna: en él Sagrario como tu oculta Hostia. Que yo me transforme en Ti como tu
concédenos la gracia de llorar, con corazones llenos de dolor, por las injurias Sagrada Hostia.
que Tú has recibido en este Misterio adorable, y por los muchos sacrilegios
que cometen los impíos, los herejes y los católicos. Inflámanos con deseo 2. Oh Jesús: Tu sagrario como en la cueva de Belén; ¡Bendita pobreza! El
ardiente de reparar todos estos insultos a los que, en tu infinita taller de Nazaret; ¡Bendita humildad! El cenáculo de Jerusalén; ¡Bendita
misericordia, has preferido exponerte antes que privarnos de tu Presencia caridad! El calabozo de Caifás; ¡Bendita humillación! En el Patio de Pilatos;
en nuestros altares. Tú, que con Dios Padre y el Espíritu Santo vives y reinas, ¡Bendito varón de dolores! El monte calvario; ¡Bendito silencio! El sepulcro
un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén vacío; ¡Bendito el resucitado que me ama! Ahora Jesús: Estoy triste;
consuélame. Estoy enfermo; sáname. Estoy hambriento; sáciame. Estoy
necesitado; remédiame. Estoy caído; levántame. He pecado;
perdóname. Gracias Jesús, tú nos invitas a este sagrado banquete: Para
hablarnos, que yo te escuche. Para unirnos, con el otro que yo sea caritativo.
Para consolarnos; sé mi alegría. Para curarnos; sé mi medicina. Para
alimentarnos; sé mi pan de cada día.
3. Oh Jesús, tu sagrario: Es un refugio: de perseguidos y maltratados. Es para
ti una cárcel: de cuántos queremos justicia y te tratamos como a un ladrón,
malhechor. Es como un lugar de burla: cuántos te miran como cómo sino
existieras y como un loco de moral absurda. Es como un patíbulo: cuántos te
atormentan con blasfemias profanaciones, sacrilegios y toda clase de
desacatos. Es como un sepulcro: cuántos quisieran que fueses en el olvido
sepultado. Jesús, yo quisiera adornar tu sagrario:Con todos los lirios de
pureza. Con todas las violetas de humildad. Con todos los heliotropos de
obediencia. Con todas las rosas de caridad. Con todos los crisantemos de
penitencia. Con todas las flores de santidad.
4. Oh Jesús, aquí estás en el sagrario, esperando: desde la eternidad estabas
esperando este momento. Como quien está cansado y así te sentaste un día
junto al brocal de un pozo; ahora estas con nosotros es tu descanso.
Enseñando: así te sentabas sobre el monte de las Bienaventuranzas, o en la
barca de Pedro; Tú sigues enseñándonos. Tú que velas por nosotros que
somos tu heredad, y nos acechas porque quieres cazarnos con los dardos de
tu amor. Tú riges el universo desde el silencio del sagrario. Como quien
reina: éste es el trono del amor; desde aquí reinas en miles de corazones por
toda la tierra.
5. Oh Jesús, desde el sagrario pareces clamar como un día en la explanada
del templo: "Si alguno tiene sed, que venga a Mí y beba". Yo te digo, como la
Samaritana: "Dame de esa agua". Dame de ese agua dulcísima: Para que me
sacie, que estoy sediento de bien. Para que riegue mi alma, que está árida y
falta de virtudes. Para que me lave, porque estoy manchado con muchos
vicios. Para que me ablande, porque estoy endurecido por muchos pecados.
Para que me refrigere, porque son muchas las pasiones y amores terrenos
por los que estoy abrasado. Para que me eleve como un surtidor a la vida
eterna: "El agua que Yo le daré, vendrá a ser dentro de él un manantial, que
saltará hasta la vida eterna".
6. Oh Jesús, te quedaste en el sagrario: Para acompañarnos noche y día,
como noche y día estabas con tus apóstoles. Para alimentarnos mejor que a
los cinco mil hombres del desierto, entrando por la comunión en nuestras
almas y cuerpos. Para bendecirnos en nuestras iglesias, plazas y calles, en
magnificas procesiones, como cuando recorrías las ciudades de Galilea y de
Judea. Para santificar y dar el parabién a los que se juntan por el enlace
matrimonial o se consagran al culto divino por el sacerdocio, como lo hiciste
en Caná y en el Cenáculo. Para consolar a los enfermos yendo a sus mismas
casas y entrando en sus íntimas habitaciones, como lo hiciste con la suegra
de Pedro y con tantos enfermos. Para dar fuerza y ser compañero de viaje
del moribundo, en el último trecho del camino, que raya con la pavorosa
eternidad.
7. Oh Jesús, tu Sagrada Hostia me recuerda las palabras que el Sacerdote
pronuncia cuando al comulgar nos dice: "He aquí el Cordero de Dios, que
quita los pecados del mundo". Sí: Tú eres el escogido, el cordero, Cordero
inmaculado y que haces inmaculados. Tú eres manso como el cordero, de
modo que ni una queja amarga brota de tus labios. Tú eres humilde como el
cordero: "Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón". Tú eres
amable como el cordero; como el cordero al pastor, Tú nos sigues de cerca.
Tú eres sabroso como el cordero: nos alimentas en el viaje de la vida, como
el cordero que tomaron los israelitas a su salida de Egipto. Tú eres
propiciatorio como el cordero; te ofreces por nosotros en sacrificio y con tu
sangre nos libras de una muerte peor que la de los primogénitos de los
egipcios.
8. Oh Jesús, ahí estas en el sagrario como en la cruz: Perdonándonos. "Padre,
perdónalos porque no saben lo que hacen". Prometiéndonos el cielo: "Hoy
estarás conmigo en el paraíso". Ofreciéndonos una Madre: "He ahí a tu
Madre". Deseando nuestra compañía: "Padre mío, Padre mío, ¿por qué me
has abandonado?". Mendigando nuestro amor: "Tengo sed", de corazones.
Haciendo cuanto puedes por nosotros: "Todo está consumado".
9. Oh Jesús, que pusiste como medianera entre Ti y los hombres a tu Madre y
Madre nuestra, María Inmaculada: Yo quisiera adorarte en esa Hostia
bendita, como tu Madre te adorara en tu vida mortal y en tu Hostia
sacrosanta. Madre, alcánzame esta gracia. Quisiera serte agradecido con el
mismo amor que tu Madre entono el Magnificat en acción de gracias. Madre,
alcánzame esta gracia. Quisiera pedirte con la misma eficacia con que tu
Madre te pidiera cuando obtuvo de Ti en las bodas de Caná el que
convirtieses en vino el agua. Madre, alcánzame esta gracia. Quisiera servirte
y rendirme a tu voluntad como tu Madre se rindió cuando dijo: "He aquí la
esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra". Madre, alcánzame esta
gracia. Quisiera llevarte en mi pecho y en mi alma, con la misma pureza con
que tu Madre te llevara. Madre, alcánzame esta gracia. Oh Jesús, yo quisiera
acompañarte siempre, aun hasta el Calvario, del mismo modo que tu Madre
te acompañara. Madre, alcánzame esta gracia.
10. Jesús habla a mi corazón en el sagrario y me dice las mismas palabras
que en su vida me decía: Palabras de compasión: "Venid a Mí todos los que
estáis cansados y cargados, que Yo os aliviare". Palabras de confianza:
"Pedid y recibiréis. Todo lo que pidiereis en mi nombre os será dado".
Palabras de consuelo: "En verdad en verdad os digo que vosotros lloraréis y
plañiréis mientras que el mundo se regocijará. Os contristaréis, pero vuestra
tristeza se convertirá en gozo". Palabras de amenaza: "No temáis a los que
solo pueden matar el cuerpo, sino temed más bien a los que pueden
condenar el cuerpo y el alma al infierno". Palabras de aliento: "En el mundo
tendréis grandes tribulaciones, pero tened confianza: Yo he venido al
mundo". Palabras de amor: "Como me amó a Mí el Padre, así os amo Yo a
vosotros... No os llamaré siervos, sino amigos".
11. Oh Jesús, que un día dijiste: "Bienaventurados los que lloran": Que mis
ojos derramen lágrimas de contrición, para que se purifique mi alma. Que
derramen lágrimas de resignación, para que se alivie mi alma. Lágrimas de
compasión, para que se ablande mi alma. Lágrimas de agradecimiento, para
que se enardezca mi alma. Lágrimas de alegría, para que se anime mi alma.
Lágrimas de amor, para que se enamore de Ti mi alma. Oh Jesús, me parece
que estás en el Sagrario como un día sobre el pesebre: Que yo haga mullida
la dureza de las pajas con la ternura de mi cariño y entusiasmo. Que yo
caliente el frío de tus miembros ateridos con el ardor de mi celo abrasado.
Que yo seque las lágrimas de tus ojos con el llanto doloroso de mis pecados.
Que yo alegre la soledad en que te abandonan, acompañándote como San
José y tu Madre te acompañaron. Que yo ahuyente el olvido en que te hayas,
como los ángeles, con las alabanzas de mis labios. Que yo alivie la pobreza
en que vives, ofreciéndote el tesoro de mis buenas obras, como los pastores
y los magos.
12. Oh Jesús, qué preciosas palabras del Evangelio: "Y habitó entre
nosotros". Yo te pregunto como aquellos dos discípulos: "Maestro ¿dónde
moras?" Respóndeme como a ellos: "Ven y ve":Que te vea en la casa de Santa
Isabel, para santificar al Bautista; en la casa de Jairo, para resucitarle la hija;
en la casa de Zaqueo, para salvar a su familia; en la casa de la suegra de San
Pedro, para curarla de la fiebre; en la casa de Marta y María, para
consolarlas. Entra así en la casa de mi alma.Que te vea en la cueva de Belén,
hecho niño, para atraerme; en el lejano Egipto, perseguido, para buscarme;
en el taller de Nazaret, escondido, para enseñarme; en el templo, orando
para encomendarme; en el cenáculo, haciéndote Pan Vivo, para
alimentarme. Que te vea en la casa de Anás y Caifás, abofeteado; en el
palacio de Herodes escarnecido, en el patio de Pilatos, azotado, coronado de
espinas y condenado. Que te vea en el desierto de la cuarentena, ayunando;
junto al pozo de Siquem, sediento; en Getsemaní, orando; en el Calvario,
sepultado. Que te vea en el Sagrario escondido, pidiendo y amando.Que te
vea en el cielo, siendo el gozo de todos, y gozando.
13. Oh Jesús ante tu Sagrada Hostia yo te digo como un día el Centurión:
"Señor, yo no soy digno de que entres en la pobre morada de mi alma":
Morada pobre y desamueblada, por la falta de virtudes y de gracia. Morada
fría, por la mucha frivolidad y tibieza de mi vida desairada. Morada revuelta,
por mi vida desordenada. Morada sucia, por las impurezas de mi cuerpo y de
mi alma. Morada llena de ruidos, por mi vida disipada. Si no soy digno de
que me recuerdes, mires y hables, cuánto menos lo seré de que visites mi
pobre morada. Pero di una solo palabra, y la casa de mi alma quedará
confortable y arreglada.
Oh Jesús, tú eres el Buen Pastor, y yo la oveja perdida: Tú me conoces por mi
nombre. Tú me das el pasto nutritivo y el agua pura de tu carne y de tu
sangre divinas. Tú me atraes con blandos silbidos en el peligro. Tú me
buscas por caminos pedregosos y entre espinas. Tú me defiendes de mis
enemigos. Tú me amas hasta dar por mí la vida. Oh Jesús, la mujer incurable
del Evangelio murmuraba en voz baja mirando a tu vestido: "Si yo pudiese
tan sólo tocar la orla...". Y al tocarla quedó sana. Sáname a mí lo mismo:
Cuando toques mis labios en tu Sagrada Hostia, sánalos para que besen
puros tus sangrientas llagas. Cuando toques mi lengua, sánala para que no
se rebaje y manche con malas palabras. Cuando toques mi paladar, sánalo
para que no se deje arrastrar por comidas y bebidas regaladas. Cuando
toques mi garganta sánala para que entone con júbilo tus divinas alabanzas.
Cuando toques mi pecho, sánalo para que no se encariñe con las cosas
humanas. Sana todo mi cuerpo, sana toda mi alma, pues no toco tan sólo la
orla de tu vestido, sino que te toco por entero, al tomar tu Hostia sacrosanta.
14. Oh Jesús, que desde el Sagrario pareces decir como un día en Getsemaní:
"Mi alma está triste hasta la muerte, y muerte de cruz": Cuántos te
desconocen. Cuántos te blasfeman. Cuántos te odian. Cuántos te persiguen. Y
aún de los tuyos, cuántos se avergüenzan de Ti. Cuántos te niegan y
traicionan.
Oh Jesús, que estás ahí en el Sagrario orando noche y día, yo te digo como los
apóstoles: "Enséñame a orar". Oh fuente de aguas vivas, como la Samaritana ORACIÓN CONCLUSIVA
te pido: "Dame de esa agua". Oh luz que ilumina a todo hombre que viene a “Jesús Mío, antes de salir de tu Presencia, dame tu bendición,
este mundo, como el ciego de Jericó te digo: "Señor, que yo vea". Oh y que el recuerdo de esta visita, persevere en mi memoria y
hermosura de los cielos y esplendor de la gloria del Padre, como el leproso me anime a amarte más y más. Haz que cuando vuelva a
te digo: "Si quieres, puedes limpiarme".Oh médico celestial, como Marta te visitarte, regrese más santo. Aquí te dejo mi corazón para que
digo: "El que amas está enfermo". Oh esperanza de los que se hunden, como te adore constantemente y lo hagas más agradable a tus
los apóstoles te digo: "Sálvanos, Señor, que perecemos". Oh modelo de divinos ojos.”
resignación y de abandono en las manos de Dios, como Tú en Getsemaní te
digo. "No se haga mi voluntad, sino la tuya".
CANTOS:
15. Oh Jesús, cuando esté bajo el peso de la cruz, recuérdame las palabras de CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES
tu Escritura: "La vida del hombre es sobre la tierra una lucha continua: Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid
Ganarás el pan con el sudor de tu frente hasta que vuelvas a la tierra, dé adoradores, adoremos a Cristo Redentor.
donde has salido, porque eres polvo y en polvo te has de convertir." "A los Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierra, bendecid al señor. Honor y gloria a
que aman a Dios, todo se les convierte en bien." "Bienaventurados los que Ti; Rey de la gloria; amor por siempre a Ti, Dios del amor.
lloran, porque ellos serán consolados". "Vuestra tristeza se convertirá en Por nuestro amor oculto en el sagrario, su gloria y esplendor; para nuestro
alegría". "Por muchas tribulaciones hemos de entrar en el reino de los bien, se queda en el santuario, esperando al justo y a pecador.
cielos". "Porque eras adepto a Dios, fue necesario que la tentación te
probara". "Cerca está el Señor de los afligidos de corazón". "Hemos aceptado MIRARTE SOLO A TI
lo bueno de las manos de Dios; ¿por qué no hemos de aceptar también lo Mirarte sólo a Ti Señor (3)
malo?". "Lo que ha hecho Dios, eso ha sucedido; sea bendito su santo y no mirar atrás.
nombre". "Ejemplo os he dado". "Oh vosotros, los que pasáis por el camino, Seguir tu caminar Señor,
considerad y ved si hay dolor como mi dolor". "El que quiera venir en pos de seguir sin desmayar Señor
Mí, tome su cruz y sígame". postrarme ante tu altar Señor
y no mirar atrás.
 Me llamas, Tu Señor, a mí,
fijándote en mi pequeñez; ME ENAMORE DE JESÚS
me brindas tu amor y bondad Me enamoré de Jesús y de su vida perfecta
y tu fidelidad. Me enamoré de Jesús y de su eterna palabra
/Tan solo me quieres pedir, Me enamoré de Jesús cuando a los hombres hablaba
que cumpla con tu voluntad, Me enamoré e Jesús cuando a los hombres curaba
que deje todo hoy por Ti Me enamoré, de sus manos, de su voz, de su mirada, de las veces que a
y alegre caminar/. mi vida él hablaba, de las veces que su amor me demostraba

TU REINARÁS HOMBRES NUEVOS

¡Tú reinarás!, este el grito, que ardiente exhala nuestra fe, ¡Tú reinarás! ¡Oh Danos un corazón, grande para amar
Rey bendito! pues Tú dijiste ¡Reinaré! Danos un corazón, fuerte para luchar
Reine Jesús por siempre, reine su corazón, en nuestra patria, en nuestro Hombres nuevos, creadores de la historia
suelo, que es de María la nación. constructores de nueva humanidad.
¡Tú reinarás!, dulce esperanza, que al alma llena de placer, habrá por fin paz Hombres nuevos que viven la existencia
y bonanza, felicidad habrá doquier. como riesgo de un largo caminar
Reine Jesús por siempre, reine su corazón, en nuestra patria, en nuestro
suelo, que es de María la nación.
¡Tú reinarás!, dichosa era, dichoso pueblo con tal Rey, será Tu cruz nuestra
bandera, Tu amor será la única ley.
Reine Jesús por siempre, reine su corazón, en nuestra patria, en nuestro
suelo, que es de María la nación.