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Psicopatología
Bachiller:
Podemos decir que la Psicopatología tiene un largo pasado y una corta historia como
disciplina científica; se trata de una ciencia joven. Aunque su tarea no ha hecho nada más
que empezar, se van consiguiendo logros importantes porque el saber de la Psicopatología
ha ido cimentándose sobre los conocimientos acumulados por la observación clínica y la
investigación experimental. A la hora de definir que es la Psicopatología, existen muchas
definiciones. Cada autor ha dado la suya (Eysenck y cols., 1972, Hemsley, 1984, Millon y
Klerman, 1986, Barlow, 2003...). Me voy a centraren la propuesta por B. Maher (1970;
1978), que define la Psicopatología como la ciencia de la conducta desviada que, basada
en la Psicología Experimental, trata de encontrar las leyes generales que permitan
explicar los distintos tipos de conducta desviada.
“Durante los dos o tres últimos decenios se ha producido una expansión considerable
de las investigaciones científicas en psicopatología. Este desarrollo se ha debido,
principalmente, a la aplicación seria de los principios de la psicología experimental a los
problemas de la conducta anormal, así como a las innovaciones de la psicobiología”.
B.A. Maher: Principios de Psicopatología.
Sin embargo, buscar leyes generales en Psicopatología no parece ser una tarea fácil;
para algunos es casi un descubrimiento utópico, aunque seguramente no es un problema
exclusivo de la Psicopatología. En cualquier caso la dificultad de buscar leyes generales
que expliquen la conducta anormal no debería ser un obstáculo que nos lleve a abandonar el
estudio científico del comportamiento anómalo. Actualmente se entiende que la
Psicopatología es una ciencia que se "construye interdisciplinarmente"; en ella, la
Psicología científica tiene una aportación importante y necesaria. Podemos afirmar que la
Psicopatología no pertenece al ámbito exclusivo de una única disciplina, sino que a ella
también contribuyen las aportaciones de otras disciplinas como la Psicología Social, la
Psicología del Desarrollo, la Neurología, la Genética, la Fisiología y la Psicofarmacología.
De cualquier forma, las aportaciones de la Psicología científica son fundamentales para la
nueva concepción de la Psicopatología. Decir que el objeto de la Psicopatología es el
estudio de la conducta anormal es, no cabe duda, insuficiente, ya que al estudio de la
conducta anormal se dedican también otras disciplinas tan diversas como la Medicina, la
Psicología, la Sociología, la Fisioterapia, e incluso, por qué no, el Derecho, aunque, claro
está, cada una de ellas desde un punto de vista (a nivel conceptual y metodológico) muy
diferente.
Grecorromana
La concepción sobrenatural o mágica de la conducta anormal fue dejando paso a
una concepción del trastorno mental como fenómeno natural a lo largo del periodo de la
antigüedad clásica, a resultas de la influencia ejercida por las corrientes de pensamiento de
la civilización grecorromana. Sin embargo, durante los primeros tiempos de la cultura
griega, todavía se encuentran prácticas de tipo religioso encaminadas a exorcizar a los
demonios de la locura en las que se invocaba a Asclepio, dios de la medicina y la curación.
Con la aparición de la Escuela jónica en el siglo VI a. C., la mitología va dejando paso a las
explicaciones racionales a través de la denominada filosofía de la naturaleza. La filosofía
presocrática sentó las bases de esta nueva concepción naturalista de la realidad. Filósofos
como Tales de Mileto (ca. 630 - 545 a. C.), Anaxímenes (ca. 585 – 524 a. C.) o
Anaximandro (610 - 546 a. C.) entre otros, teorizaban acerca del Arché u origen esencial de
todas las cosas en el ámbito de lo material.
Se considera que el inicio de la psicopatología como tal tiene lugar con la obra de
Hipócrates (460 - 370 a. C.), que desde una perspectiva somatogénica equiparó las
alteraciones mentales al resto de enfermedades físicas, en el sentido de que todas ellas
tendrían un origen natural radicado en determinadas alteraciones anatómicas o fisiológicas.
Hipócrates situó el origen de las funciones intelectivas en el cerebro, y realizó la primera
clasificación de los trastornos mentales, dividiéndolos en tres grupos: manía, melancolía y
frenitis. Describió las afecciones que hoy relacionamos con los términos de paranoia,
alucinosis alcohólica y psicosis postparto, y desdeñó las interpretaciones mágicas al
respecto de la epilepsia. Desde un punto de vista constitucionalista, elaboró su célebre
teoría de los cuatro humores corporales (sangre, bilis amarilla, bilis negra y flema), de cuyo
equilibrio (eucrasis) o desequilibrio (discrasis) dependía la salud del individuo. A pesar de
los escasos conocimientos fisiológicos de la época, la tradición constitucionalista ha
seguido ocupando un lugar en la psicopatología hasta nuestros días, con un mayor o menor
grado de aceptación.
Ya en la época romana, destaca la figura de Galeno (130 - 200), médico de la corte del
emperador Marco Aurelio. En su obra El tratado de las pasiones, Galeno esboza la figura
del psicoterapeuta, como una persona que orienta al paciente a través de la palabra,
señalando sus defectos y equilibrando sus emociones.18 De sólida formación fisiológica,
incorporó la teoría hipocrática de los cuatro humores a la tradición médica occidental.
Empleó el término «temperamento» (en latín, temperamentum, «mezcla proporcionada»)
para referirse al resultado de la mezcla de las cuatro cualidades fundamentales (caliente,
frío, húmedo y seco). Estableció nueve posibles combinaciones de los cuatro humores, una
de ellas temperada o proporcionada, y las otras ocho, intemperadas o desproporcionadas.
Edad Media
Sin embargo, en la Edad Media también existió una preocupación por establecer una
distinción entre los «locos» y los «endemoniados». Autores como Alberto el Grande (1193
- 1280), Tomás de Aquino (1225 - 1274) o Arnau de Vilanova (1204 - 1311) establecieron
relaciones entre la enfermedad mental y la enfermedad somática. Las teorías humorales
seguían estando presentes, así como la teoría de las facultades, según la cual la locura podía
deberse a la pérdida de alguna facultad de tipo sensorial, intelectual o conativa. En los
casos en los que se consideraba que la locura no obedecía a una posesión demoníaca, los
afectados podían ser cuidados en sus casas por sus familiares cercanos si no se les
consideraba peligrosos, y en caso contrario podían ser recluidos en cárceles. De entre las
primeras instituciones dedicadas al cuidado de los enfermos mentales en Europa, destaca el
Hospital Real de Bethlem, considerado el primer hospital psiquiátrico de Europa. Otros
centros a mencionar son los de Metz (1100), Braunschweig (1224), y Érfurt (1385).En
Valencia, el religioso Juan Gilaberto Jofré fundó el primer centro dedicado exclusivamente
al cuidado de los enfermos mentales en el año 1409, que se inauguró el 1 de junio de 1410
bajo el nombre de Hospital d’Innocents, Follcs i Orats, conocido popularmente como
Hospital de Inocentes de Valencia. El papa Benedicto XIII autorizó el hospital con la
condición de que se encontrara bajo la advocación de los Santos Inocentes Mártires. En el
año 1412, el Hospital de la Santa Cruz de Barcelona designó un departamento para atender
a este tipo de pacientes.
Renacimiento
A partir del siglo XVI tiene lugar en occidente la que se ha considerado como la
«primera revolución en salud mental». El humanismo que caracteriza al periodo del
Renacimiento establece el centro de interés en el ámbito del hombre, la razón, la ciencia y
la naturaleza, aunque en el ámbito de la salud mental, las creencias religiosas encuentran un
arraigo muy firme que se mantendría todavía durante mucho tiempo. No obstante, el
estudio de la salud mental abandona paulatinamente el modelo demonológico para adoptar
una perspectiva naturalista, organicista y biologicista; la idea del pecado deja paso a la de
enfermedad; los «endemoniados» pasan a ser pacientes. Entre las causas de este cambio de
perspectiva puede señalarse un enriquecimiento de la infraestructura cultural: la aparición
de la imprenta favorece la difusión de los textos científicos; los avances alcanzados durante
el Imperio Bizantino fluyen hacia Occidente tras la conquista de Constantinopla; y el
descubrimiento de nuevos territorios (América, Asia) amplía la visión general del mundo.
Además, aumentan en gran medida los conocimientos en las áreas de medicina, anatomía y
fisiología. Todos estos factores hacen que el periodo comprendido entre los siglos XVI y
XVIII se caracterice por una densidad cultural muy superior a la de épocas anteriores.
Psicologismo
Es fundamental darse cuenta que el psicologismo representa más bien una tendencia
más que un tipo específico de teoría. Cualquier concepción que, por ejemplo, hiciera
relativas o dependientes a las “categorías” de un “estadio del desarrollo humano” o a la
“constitución psicofísica de la especie homo” es claramente psicologista. Pero, se puede
recurrir en el psicologismo de manera mucho menos obvia. Incluso la utilización de una
frase tal como “mi mente” es psicologista en la medida en que sugiere que la razón es algo
determinado por mí o entendido en mí. Todas las expresiones similares, como por ejemplo
“mente grupal”, o la “mente de una determinada época”, o incluso “la mente”, son
psicologistas. Por supuesto, tales expresiones pueden ser utilizadas legítimamente. En este
último caso, ellas indican lo que ha sido aprehendido o afirmado como verdadero por cierta
persona o ciertas personas. Pero si usamos estas expresiones sin extremas precauciones, en
el discurso común en la época actual, representan al psicologismo, porque significa que la
razón como tal está esencialmente influida o determinada por alguna entidad particular o
específica. No importa si esta entidad sea concebida como subracional u supraracional.
Referirse a la mente angélica o incluso a la mente divina es incurrir en psicologismo porque
es sugerir que la razón puede estar sometida a determinaciones tanto accidentales como
esenciales de una fuente externa. La razón, doquiera que se realice, es pura y simplemente
razón. Negar esto es incurrir en psicologismo.
En los capítulos III a X del primer volumen de las L.U Husserl no se interesa en
varias aberraciones metafísicas con las que está indisolublemente unido. Se limita a un
examen del estatuto lógico de la doctrina, cualquiera que sea la forma particular que adopte.
Después de considerar la distinción entre el acto mental psicológico y la intención
del acto (cap. III), y la explícita reducción de la última a la primera por lógicos tales como
Mill, Sigwart y Lipps (cap. III), procede a examinar, en primer lugar, las consecuencias
fatales de esta confusión (capítulos IV, V, VI) y luego, en segundo lugar los prejuicios
erróneos sobre los cuales descansa (cap. VIII). Resumiré, dejando fuera el capítulo sobre el
relativismo (cap. IX), estas dos fases de la investigación.
En primer lugar, hablar de lo que es verdad para una cierta especie o género de seres
implica que el mismo contenido es falso para una especie o género de seres. Pero el mismo
contenido no puede ser a la vez ambas cosas, es decir, verdadero y falso. Por lo tanto, la
tesis del relativista contradice el sentido de las palabras que utiliza para afirmarla. Tal tesis
es, hablando en estricto rigor, algo sin sentido. En segundo lugar, hacer a la verdad
dependiente de la constitución o conformación de cierta especie es basarla sobre un hecho
temporal e individualmente determinado. Por supuesto, la verdad acerca de un hecho no
debe ser confundida con el hecho. Pero es aún más absurdo confundir la verdad en general
con ciertos hechos o acontecimientos individuales. Lo que es significado por el juicio
2+2= 4 no debe ser confundido con el acto temporal mediante (o por) el cual juzgamos que
2+2= 4. Hacerlo es un absurdo. En tercer lugar, si la verdad es esencialmente determinada
o cualificada esencialmente por la constitución humana se sigue que si esta constitución
fáctica cesase de existir, cesaría también de existir la verdad. Esto equivale a sostener que
es verdad que no hay verdad. Y esta conclusión es un puro non – sense. Sin embargo, el
antecedente es lógicamente posible. Puede ser falso, pero ciertamente no es un absurdo, el
que la especie humana, o cualquier otra especie constituida fácticamente, pudiera cesar de
existir. De aquí que toda esta argumentación hipotética sea un absurdo lógico, porque junta
un antecedente lógicamente posible con una conclusión lógicamente imposible.
En cuarto lugar, si la existencia fáctica de una especie, por ejemplo, el hombre,
causa su propia existencia verdadera, estamos forzados a concluir que este ser fáctico es
causa sui. El absurdo de una tal afirmación aparece mucho más clara si consideramos la
verdad (posible con respecto a cualquier ser fáctico) que ya no existe. En este caso nos
veríamos forzados por la tesis del relativismo, a afirmar que este ser es la causa de su
verdadera no – existencia. Finalmente, en quinto lugar, no podemos “subjetivizar” la
verdad sin “subjetivizar” todo aquello a que apunta (“intenciona”) la verdad. No habría
pues un mundo an sich (en sí), sino sólo un mundo para esta o aquella variedad de ser. Este
ser, junto con el contenido de su conciencia, pertenece también al mundo. De aquí que si
cambiase su constitución en ciertos respectos, no sólo tendría que negar su propia
existencia, sino que el mundo mismo cesaría de existir, puesto que no existiría una tal
especie particular que estuviese en posición, que pudiera, afirmar su existencia (la del
mundo).
Funcionalismo
Se consideraba que la biología estaba mejor preparada que cualquier otra ciencia
para resolver los problemas de la psicología, donde los humanos como organismos
vivientes que luchan por sobrevivir, que se adaptan al ambiente y que buscan satisfacción.
La psicología retomó estas ideas y consideró la significación de las funciones mentales
como factores relacionados con la totalidad de las funciones de la vida. Es se comenzaron a
bordar las problemáticas de la herencia y el ambiente, del adaptación a la vida y de la lucha
por la supervivencia. (Sáiz, 2009).
James trabaja con los métodos de introspección, es decir que mediante el examen de
uno mismo es posible conocer la manera cualidad de los estados de la conciencia. El
método experimental era también utilizado por ello a pesar de que en ese tiempo lo único
que podría estudiarse experimentalmente eran los procesos sensoriales. (Wolman, 1968). El
método comparativo de acuerdo al estudio con animales niños instituciones lenguaje y
mitos entre otros se puede mostrar la vida cíclica en parte de su medida. Con james hay tres
temas relevantes como son el hábito la corriente de la conciencia y el Yo. (Sáiz, 2009).
A finales del siglo XIX las problemáticas que existían en Europa eran totalmente
diferente de las que acontecía en el América, se da mucho la lucha por la supervivencia y
que a diferencia del viejo continente tenían mejores posibilidades de movilidad y de
progreso económico. Por esta razón era importante conocer y dominar todos aquellos
medios que conocían al éxito, es por ello que se viró hacia el estudio de los aspectos
funcionales adaptativos de la mente en lugar de su estructura y enfoque teórico como lo
había hecho Wundt (Wolman, 1968).
Conductismo
El conductismo es una de las orientaciones más comunes entre los psicólogos, si bien
hoy en día es más habitual que se practique en su vertiente cognitivo-conductual. A
continuación repasamos la historia del conductismo y sus características principales.
¿Qué es el conductismo?
De hecho, aquellos procesos que ocurren en el sistema nervioso y que para muchos
otros psicólogos son la causa de cómo actuamos, para los conductistas no son más que otro
tipo de reacciones generadas a través de nuestra interacción con el entorno.
1. Estímulo: Este término se refiere a cualquier señal, información o evento que produce
una reacción (respuesta) de un organismo.
2. Respuesta: Cualquier conducta de un organismo que surge como reacción a un estímulo.
La caja negra
Para Watson los seres vivos somos “cajas negras” cuyo interior no es observable.
Cuando los estímulos externos llegan a nosotros damos respuestas en consecuencia. Desde
el punto de vista de los primeros conductistas, si bien se dan procesos intermedios dentro
del organismo, al ser inobservables deben ser ignorados al analizar el comportamiento.
Sin embargo, a mediados del siglo XX los conductistas matizaron esto y, sin desdeñar
la importanca de los procesos no onservables directamente que ocurren en el interior del
cuerpo, señalaron que la psicología no necesita dar cuenta de ellos para aportar
explicaciones sobre las lógicas que rigen la conducta. B. F. Skinner, por ejemplo, se
caracterizó por dar a los procesos mentales exactamente el mismo estatus que la conducta
observable, y por concebir el pensamiento como conducta verbal. De este autor hablaremos
más adelante.
Watson y el conductismo en general fueron influidos de forma clave por dos autores:
Ivan Pavlov y Edward Thorndike.
Ivan Petrovich Pavlov (1849-1936) era un fisiólogo ruso que se dio cuenta, mientras
realizaba experimentos sobre secreción de saliva en perros, de que los animales salivaban
de forma anticipada cuando veían u olían la comida, e incluso simplemente cuando se
acercaban los encargados de darles de comer. Posteriormente consiguió que salivaran al oír
el sonido de un metrónomo, de una campana, de un timbre o de una luz por asociar estos
estímulos con la presencia de comida.
Un estímulo incondicionado (es decir, que no requiere aprendizaje para provocar una
respuesta) provoca una respuesta incondicionada; en el caso de los perros, la comida causa
salivación de forma espontánea. Si se empareja repetidamente el estímulo incondicionado
(la comida) con un estímulo neutro (por ejemplo la campana), el estímulo neutro acabará
produciendo la respuesta incondicionada (salivar) sin necesidad de que esté presente
también el estímulo incondicionado.
En las cajas había varios elementos con los que los gatos podían interactuar, como un
botón o una anilla, y sólo el contacto con uno de estos objetos podía hacer que se abriera la
puerta de la caja. Al principio los gatos conseguían salían de la caja por ensayo y error,
pero a medida que se repetían los intentos cada vez escapaban con más facilidad.
A partir de estos resultados Thorndike formuló la ley del efecto, que afirma que si una
conducta tiene un resultado satisfactorio es más probable que se repita, y que si el resultado
es insatisfactorio esta probabilidad disminuye. Posteriormente formularía la ley del
ejercicio, según la cual los aprendizajes y hábitos que se repiten se ven reforzados y los que
no se repiten se debilitan.
El conductismo entró en declive a partir de los años 50, coincidiendo con el auge de la
psicología cognitiva. El cognitivismo es un modelo teórico que surgió como reacción al
énfasis radical del conductismo en la conducta manifiesta, dejando de lado la cognición. La
inclusión progresiva de variables intervinientes en los modelos conductistas favoreció en
gran medida este cambio de paradigma, conocido como “revolución cognitiva”.
Las terapias de tercera generación desarrolladas en los últimos años recuperan parte de
los principios del conductismo radical, reduciendo la influencia del cognitivismo. Algunos
ejemplos son la Terapia de Aceptación y Compromiso, la Terapia de Activación
Conductual para la depresión o la Terapia Dialéctica Conductual para el trastorno límite de
la personalidad.
Psicologia Dinamica
1 PROPOSICIONES:
Todo comportamiento del ser humano es siempre significativo, tiene un sentido. El sentido
no es algo que se agregue a posteriori, sino que es una de sus cualidades esenciales.
2 PREMISAS BÁSICAS:
- Determinismo psíquico
Como todas las psicoterapias psicoanaliticas el objetivo es la consecución, por parte del
paciente, de un verídico insight.
Se le atribuye el uso por primera vez a R.S. Woodworth en Estados Unidos porque en
1918 publica un libro con el titulo de “Psicología Dinámica”; sin embargo, este autor era un
psicólogo experimental- funcionalista más que dinámico.
Psicosociales
En 1950 el psicoanalista Erick Erickson propuso la teoría de las 8 edades del hombre,
después de haber realizado sus estudios en el Instituto Psicoanalítico de Viena.
A pesar de ser un fiel seguidor de Sigmund Freud, discrepaba con la relevancia del
desarrollo sexual, Erickson pensaba que con los años el individuo se desarrollaba por medio
de la interacción social. Proponía que desde el nacimiento hasta la vejez pasamos por 8
crisis, y estas son influenciadas por la sociedad, por ende el desarrollo del yo dura toda la
vida.
Crea confianza hacía su medio y a sus padres o cuidadores, ¿qué tan confiables
son?. Los padres deben transmitirle confianza al bebé (primeramente por la alimentación y
profundidad del sueño) Si se crea con éxito el bebé será seguro, si hay mucha desconfianza
el niño tendrá miedo del mundo
Segunda edad del desaroollo: Autonomía vs. Vergüenza/Duda (18 meses — 3 años)
El niño comienza a hacer cosas por sí solo y logra más independencia. Se necesita
un equilibrio entre autonomía y control externo como el de un guía Comienzan con la
palabra ‘’no’’, cuando algo no les gusta. Esta edad es importante para la proporción amor-
odio, la cooperación, el nivel de terquedad terquedad y la libertad de expresión. Si fallan en
las actividades que quieren realizar tendrán vergüenza.
Quiere descubrir el mundo y por ello hace muchas preguntas. Descubre, identifica y
proyecta roles Desarrolla su iniciativa cuando no es abrumado por la culpa, hacen un
balance de lo permitido y lo que no. Se puede crear sentimiento de culpa, debido a que se
pueden equivocar o cuando los padres reaccionan negativamente ante alguna actividad que
hayan realizado.
Quinta edad del hombre: Búsqueda de la identidad vs. Confusión de la identidad (12- 20
años)
Por otra parte, todos estamos de acuerdo en señalar que en el modelo médico habría tres
niveles básicos:
1. El nivel de lo que llamaríamos los elementos, es decir, una teoría del Síntoma.
2. El nivel de lo que llamaríamos las estructuras, que sería en este caso una teoría del
Síndrome.
3. Nivel que se podría llamar el sistema, que sería básicamente una teoría de la
Enfermedad.
Por tanto síntoma, síndrome y enfermedad serían como los tres grandes niveles que
mundialmente se reconocen en el terreno de intervención de la medicina. De la medicina,
en cuanto que instancia que pretende explicar el hecho de enfermar, la enfermedad misma,
el curso de la enfermedad y el proceso de curación. Desde el punto de vista médico el
síntoma es un elemento descontextualizado, aislado de la relación, de la situación, la
biografía y sobre todo las relaciones que mantiene un individuo con su propio medio. El
síntoma es aislado de su dinámica, de su génesis. El síntoma es una señal orgánica, en este
modelo el síntoma no sería el signo que está mencionando la presencia de algo sino el algo
mismo.
Las técnicas que utiliza son semejantes al modelo psicométrico, lleva a cabo la
aplicación de diferentes pruebas tipificadas, las puntuaciones obtenidas se comparan con
normas de referencia. En este modelo se busca llevar a cabo un estudio particular de cada
paciente, buscando clasificarlo de acuerdo a como se desarrolla en las distintas entidades
nosológicas, las cuales se consideran enfermedades mentales, de igual manera se busca que
causas biológicas subyacentes podrían dar lugar a la aparición o mantenimiento de dicha
enfermedad.
En este modelo las interpretaciones logran alcanzar los niveles II y III, esto significa
que la conducta del individuo muestra la expresión de la existencia de un atributo
subyacente, este se encuentra incluido de igual manera se explica gracias a una teoría
completa. Cinco fases del proceso: Determinación de los síntomas, por medio de la historía
clínica y la valoración psicológica; utiliza pruebas de confirmación o rechazo;
determinación de síndromes, se agrupan los síntomas que se han obtenido, hasta obtener un
cuadro o síndrome; elaboración del diagnóstico, se lleva a cabo un ajuste del cuadro
obtenido a una entidad nosológica, de ahí se obtiene la clasificación o diagnóstico:
elaboración del pronóstico: se considera discusión del curso que puede llegar a tomar la
enfermedad, en dado caso observar su evolución; también tenemos la toma de decisión
terapéutica, considerada como las medidas que se pueden adoptar medidas de tratamiento
para resolver o aliviar dicha situación en la que se encuentra el paciente.
El objetivo que persigue se deriva de la explicación de la conducta lleva a un
diagnóstico, apoyado en la etiología determinada para el pronóstico o predicción de la
conducta, también su control.
Tal como expone Castilla del Pino (1991), el modelo biomédico actual tiene sus
antecedentes inmediatos en Griesinger, Wernicke, Flechsig, Kahlbaum, Morel, y muchos
otros autores que coincidieron en la premisa de que los trastornos mentales han de ser
considerados como enfermedades cerebrales, ya sean primarias o secundarias
(enfermedades somáticas que afectan secundaria y eventualmente al cerebro, como el
paludismo, la fiebre tifoidea, etcétera). Desde la perspectiva de este enfoque, los síntomas
de los trastornos mentales son psíquicos en su manifestación, pero fisiológicos en su
naturaleza. Kraepelin es probablemente el autor que mejor sistematizó este enfoque: a cada
factor etiológico ha de corresponder un cuadro clínico particular, un curso determinado y
una anatomía patológica precisa.
De acuerdo con Buss (1962), los diferentes tipos de enfermedad pueden ser clasificados
en tres grandes grupos, en función de que su causa sea un agente externo (como un virus)
que ataca al organismo (enfermedad infecciosa), un mal funcionamiento de algún órgano
(enfermedad sistémica), o un trauma (enfermedad traumática). De estos tres modelos, el de
enfermedad sistémica ha sido el que ha alcanzado una aplicación más extensa a una gran
variedad de trastornos mentales (Claridge, 1985).
No está de más, como indica Gil (1990), repasar algunas opiniones del propio Skinner
sobre la relación entre psicología y fisiología, veamos:
“Sería más fácil ver cómo están relacionados los hechos fisiológicos y los conductuales
si tuviéramos una explicación completa de un organismo que se comporta: tanto de la
conducta observable como de los procesos fisiológicos que ocurren al mismo tiempo (…) el
organismo es un sistema unitario, cuya conducta es claramente una parte de su fisiología.
(Skinner, 1969, p. 253)”
La conducta no es separable de la fisiología, ni la fisiología es separable de la
conducta. La explicación [del fisiólogo] constituirá un importante avance sobre el análisis
comportamental porque este último es necesariamente «histórico» —es decir, reducido a
relaciones funcionales que poseen lagunas temporales—. “Hoy se hace algo que mañana
afecta al comportamiento del organismo. Al margen de la claridad con que se pueda
establecer el hecho, se pierde un paso y debemos esperar a que el fisiólogo lo suministre.
Podrá mostrar cómo se cambia un organismo cuando se le expone a las contingencias de
refuerzo, y por qué el organismo cambiado se comporta de manera diferente. (Skinner,
1974, p. 195)”
Modelo cognitivo
Al igual que en los otros enfoques, o tal vez en mayor medida, en la perspectiva
cognitiva existen diferentes aproximaciones al objeto de estudio de la psicopatología y
preferencias diversas sobre los recursos metodológicos más apropiados para abordarlo; es
por eso por lo que algunos autores (Ibáñez, 1982) han sugerido la conveniencia de no
hablar de enfoque cognitivo, sino de modelos cognitivos de determinados trastornos o
grupos de trastornos, o de modelos cognitivos de anomalías en procesos o contenidos
psicológicos.
Ingram y Wisnicki (1991) propusieron una clasificación de los constructos cognitivos
utilizados en psicopatología en cuatro grandes grupos: estructurales, proposicionales,
operacionales y productos. Los constructos estructurales hacen referencia a la arquitectura
del sistema, es decir, la manera en que la información es almacenada y organizada.
Ejemplos de constructos estructurales son la memoria a corto plazo y la memoria a largo
plazo. En contraste con los mecanismos estructurales, las proposiciones se refieren al
contenido de la información que es almacenada y organizada. Ejemplos de variables
proposicionales son el conocimiento episódico o el conocimiento semántico. Los
constructos operacionales se refieren a los procesos mediante los cuales el sistema
cognitivo funciona, como codificación, recuperación, atención, etcétera. Finalmente, los
productos son definidos como el resultado de las operaciones del sistema cognitivo; son los
pensamientos que el individuo experimenta como resultado de la interacción de la
información entrante con las estructuras, proposiciones y operaciones cognitivas. Son
ejemplos de productos las atribuciones, las imágenes mentales, etcétera.
La principal deficiencia del enfoque cognitivo reside, según Bunge (Bunge y Ardila,
1988), en lo reducido de su marco de referencia, dado que se presenta con un cierto
aislamiento respecto a otros campos de conocimiento como la biología y las matemáticas.
Tal vez esta sea una crítica exagerada, puesto que existen múltiples ejemplos de relación
entre teorías cognitivas y teorías biológicas (Gray, 1982), así como de formalización
matemática de teorías cognitivas (Townsend y Schweickert, 1989). Su principal virtud es
abordar la mayor parte de la problemática tradicional de la psicología, así como hacerlo con
los recursos más potentes de la metodología experimental, aunque añadiendo demasiada
especulación en algunos casos.
Felipe Pinel nació el 30 de abril de 1745 en St. André d'Alayrac, pequeña aldea del
sur de Francia. Inició sus estudios en la carrera eclesiástica, pero luego tornó a la medicina
como su padre y su abuelo. En Tolouse tomó gran interés en las matemáticas y llegó a
graduarse en ella. Recibió su título de médico en 1773 y continuó sus estudios cinco años
en la Universidad de Montpellier. Llegado a París en 1778, no se dedicó a la práctica de la
medicina por varios años, sino que se instaló modestamente en el Barrio Latino, ganándose
el sustento por medio de la enseñanza de las matemáticas y dedicándose a la literatura
médica. Visitaba frecuentemente el hospital privado del Dr. Belhomme, donde transitaban
enfermos mentales.
En ejercicio de sus funciones, Pinel tuvo que presenciar la ejecución de Luis XVI;
se le confiaron posiciones médicas de importancia durante la Revolución y el Terror; fue
testigo de la carrera de Napoleón, y sirvió también durante la Restauración. Fue honrado y
condecorado por cada uno de estos gobiernos, a pesar de lo cual permanecía fiel a sus
convicciones y firme en sus esfuerzos dirigidos a mejorar el tratamiento de los enfermos
mentales y aliviar sus sufrimientos.
Juan Ciudad Duarte o Juan de Dios (1495 - 1550). Fue internado en un centro tras
sufrir un episodio psicótico en su juventud, decidió que el tratamiento allí recibido no se
ajustaba a las necesidades de los enfermos mentales, por lo que en el año 1527 fundó una
institución en Granada cuyo modelo humanitario de tratamiento al paciente se extendió al
resto de España, Italia y Francia. Los tratamientos que se ofrecían en la mayor parte de los
centros de la época incluían medidas tranquilizantes o estimulantes, así como vendajes,
baños, sangrías o dietas. Por otra parte, se buscaba garantizar un trato humano al enfermo
mediante la ausencia de agresiones físicas, el ofrecimiento de medios de disfrute cultural
(libros, música, etc.) y la posibilidad de realizar tareas ocupacionales con vistas a la
reinserción social.