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En la actualidad se plantea una nueva problemática jurídica a resolver que es determinar cuándo
comienza la vida. Su importancia radica en que de ello dependerá a partir de cuándo comenzará
la tutela jurídica y por ende qué conductas serán jurídicamente tolerables y cuáles
reprochables1.
La objeción a esta teoría se encuentra desde un ángulo estrictamente biológico derivada del
hecho que se presenta como un instante lo que en realidad es un proceso, que tratándose de
una fecundación in Vitro, dura entre diez y veinticinco horas3.
Sin embargo, los antecedentes jurisprudenciales existentes en la Argentina adoptan esta teoría
como el fallo de la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil “R., R.D. S/ medidas
precautorias” del 3 de diciembre de 19994 en donde se sostuvo que en nuestro sistema legal el
ser humano y todo ser humano es persona, susceptible de adquirir derechos y contraer
obligaciones, carácter que, no sólo se atribuye a la persona nacida, sino también a la persona
por nacer desde el momento de la concepción, siendo irrelevante que esta última se produzca
dentro o fuera del seno materno. En este sentido La Corte Suprema de Justicia de la Nación
también adhirió a esta teoría por voto mayoritario en el precedente “Portal de Belén –
Asociación Civil sin Fines de Lucro c/ Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación”5 en el cual
sostuvo que “…ante el carácter plausible de la opinión científica según la cual la vida comienza
con la fecundación constituye una amenaza efectiva e inminente al bien jurídico primordial de
la vida que no es susceptible de reparación ulterior. En efecto, todo método que impida el
anidamiento debería ser considerado como abortivo. Se configura así una situación que revela
la imprescindible necesidad de ejercer la vía excepcional del amparo para la salvaguarda del
derecho fundamental en juego (Fallos: 280:238; 303:422; 306:1253, entre otros) Que esta
1
MASSAGLIA DE BACIGALUPO, María Valeria, ob. cit. pág. 23
2
MOSSO, Enrique: “problemas éticos de la procreación artificial”, Revista Fundación Facultad de
Medicina, vol. 5, n° 19, 1996; citado en MASSAGLIA DE BACIGALUPO, ob. cit. pág. 24
3
MARTINEZ, Stella Maris en “Observaciones sobre el comienzo de la vida humana” en “Tratado de los
Delitos Tomo I” de BUJAN, Javier y DE LANGHE, Marcela, Ed. Ábaco de Rodolfo Depalma, pág. 373
Buenos Aires – Argentina, 2004
4
CNCiv. , Sala I, diciembre 3-1999 “R., R D s/ medidas precautorias”. E.D. t. 185, p. 407
5
CSJN, 05/03/2002, Portal de Belén – Asociación Civil sin Fines de Lucro c/ Ministerio de Salud y Acción
Social de la Nación, LL 2002-B-520
solución condice con el principio pro homine que informa todo el derecho de los derechos
humanos. En tal sentido cabe recordar que las garantías emanadas de los tratados sobre
derechos humanos deben entenderse en función de la protección de los derechos esenciales del
ser humano. Sobre el particular la Corte Interamericana, cuya jurisprudencia debe seguir como
guía para la interpretación del Pacto de San José de Costa Rica, en la medida en que el Estado
Argentino reconoció la competencia de dicho tribunal para conocer en todos los casos relativos
a la interpretación y aplicación de los preceptos convencionales (conf. arts. 41, 62 y 64 de la
Convención y 2° de la ley 23.054), dispuso: "Los Estados...asumen varias obligaciones, no en
relación con otros Estados sino hacia los individuos bajo su jurisdicción" (O.C. - 2/82, 24 de
septiembre de 1982, parágrafo 29, Fallos: 320:2145).
b) TEORIA DE LA FORMACION DEL GENOTIPO: para esta teoría una vez concluida la fusión
entre los pronúcleos de los gametos – proceso que tiene lugar alrededor de veinticuatro
horas de haber sido penetrado el óvulo por el espermatozoide – surge una nueva vida.
Para quienes sostienen esta postura, el embrión de más de veinticuatro horas es una
persona en potencia y tal potencialidad deriva su inviolabilidad, aunque para otros es
persona en el acto que durante su desarrollo completa su potencialidad.
Se ha dicho al respecto que el cigoto es material celular humano vivo, merece reconocimiento
y protección jurídica por lo que es y por lo que está destinado a ser, pero ese reconocimiento en
modo alguno exige que se le otorgue la misma consideración bioética y jurídica que a un
hombre6.
También se ha criticado a esta teoría al confundir unidad genética (presente desde el instante
de la fecundación) con unidad de desarrollo (recién es constatable al aparecer el surco neural),
por cuanto el óvulo fertilizado puede derivar en formaciones patológicas que son material
celular humano y portadoras de un código genético único, pero no logran desarrollo alguno.
También apoya esta teoría el hecho que recién se confirma el embarazo de una mujer a partir
de la implantación en el útero. En los casos de la utilización de técnicas de fecundación asistida,
6
MARTINEZ, Stella Maris ob. cit. pág. 384
la anidación determinada el límite entre la obra del hombre y la obra de la naturaleza ya que
una vez implantado el embrión éste queda librado a su suerte natural7.
Las criticas a esta teoría, refieren que antes de la segmentación el ser viviente es único y es uno
solo, simplemente tiene la característica de poder dividirse hasta determinado estadio de su
evolución. En caso de que esa división excepcional se produzca, estaremos frente a dos o tres
individuos cada uno de los cuáles será único. A ello hay que agregar que conforme los
parámetros habituales utilizados en el derecho penal, si se considera que un bien jurídico
determinado merece protección, ante la duda sobre la existencia de una o varias entidades a
proteger, lo lógico sería mantener o incrementar esa protección, no eliminarla.8
La diferencia entre preembriones (ovocito fertilizado hasta los 14 días) y embrión (desde su
anidación en el útero materno) constituye una distinción central en relación a la utilización
destinada a los primeros, que abordaremos más adelante.
La actividad eléctrica recién puede ser registrada a partir de las 8 semanas, lo que ha llevado a
algunos adherentes de la teoría de la formación del sistema nervioso central a sostener que tan
sólo con la emisión de impulsos eléctricos cerebrales verificables puede estimarse que se ha
iniciado una vida específicamente humana.
Desde el punto de vista jurídico esta teoría luce particularmente atrayente por cuanto
numerosas legislaciones establecieron que el fin de la vida humana está dado por la falta de
actividad eléctrica del encéfalo momento a partir del cual el hombre deja de ser tal para
comenzar a ser un cadáver.9 Así el concepto de muerte cerebral sirve para avalar esta teoría de
la formación de los rudimentos del sistema nervioso central ya que si aceptamos que un ser
humano dotado de una estructural corporal en la plenitud de su desarrollo – pero poseedor de
un cerebro que no revela la existencia de impulsos eléctricos- es un cadáver, cuyos órganos
pueden ser extraídos e implantados en otro sujeto, no podemos simultáneamente proclamar la
calidad de persona de una criatura viviente que aún no posee – y a cuyo respecto es imposible
predicar a ciencia cierta que alguna vez vaya a poseer- ni tan siquiera los rudimentos del órgano
susceptibles de emitir tales impulsos.10
7
MASSAGLIA DE BACIGALUPO, María Valeria, ob. cit. pág. 26 y 27
8
MARTINEZ, Stella Maris, ob. cit. pág. 389
9
Como la ley argentina 24.193 (modificada por la ley 26.066) de trasplante de órganos y tejidos siendo que
el artículo 23 refiere que El fallecimiento de una persona se considerará tal cuando se verifiquen de modo
acumulativo los siguientes signos, que deberán persistir ininterrumpidamente seis (6) horas después de su
constatación conjunta Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI).
10
MARTINEZ, Stella Maris, ob. cit. pág. 394
LOS DELITOS CONTRA LA VIDA E INTEGRIDAD CORPORAL DE LA VIDA HUMANA
DEPENDIENTE
La vida humana dependiente es la que se desarrolla desde la anidación del embrión en el útero,
lo cual se produce unos doce días después de la fecundación, y hasta el nacimiento del bebé,
con el que empieza la vida humana independiente. La vida humana independiente se considera
que comienza con la primera respiración pulmonar. La vida humana dependiente, por lo tanto,
se desarrolla en el útero materno durante la gestación. La gestación de un feto dura nueve
meses aproximadamente, desde la fecundación, por tanto, en ese período de tiempo se
desarrollará la vida dependiente.
En este caso, el Código Penal otorga una protección al feto, ya que pueden existir actos que
vayan en contra de la vida dependiente.
En el Código Penal se castigan los delitos de aborto y de lesiones al feto, ya que son los dos casos
en los que se puede producir un daño a la vida humana dependiente. En estos dos delitos se
daña al feto, ya que en el aborto se produce una interrupción de la gestación, con la desaparición
del feto, y en las lesiones al feto, se daña la integridad física del mismo.
La protección de la vida humana dependiente, puede ser más o menos extensa, en cuanto a los
delitos que se pueden cometer, existe una fuerte polémica en torno al delito de aborto cuando
éste es con consentimiento de la mujer. Existe cierta diversidad en los Estados en cuanto a su
mayor o menor permisión. En nuestro ordenamiento jurídico, la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de
marzo, aumentó los posibles casos de aborto dentro de la legalidad, aunque con la Ley Orgánica
11/2015, de 21 de septiembre, para reforzar la protección de las menores y mujeres con
capacidad modificada judicialmente en la interrupción voluntaria del embarazo, se elimina la
posibilidad de que las menores de dieciséis y de diecisiete años puedan prestar el
consentimiento por sí solas, sin informar a sus progenitores.
FIN DE LA PERSONA HUMANA
El Derecho penal mantiene la protección del derecho a la vida de la persona hasta que deja de
existir; por muy precario que sea su estado vital. La protección de la vida humana concluye con
la muerte de la persona. El concepto muerte ha variado con el transcurso del tiempo. En un
determinado momento se admitió de manera general, salvo para casos de trasplante de órganos
el criterio de muerte bio-fisiológico consistente en el cese irreversible de las funciones vitales
cardiorrespiratoria, que por motivo de la medicina intensiva se han visto superadas, toda vez,
que es posible la recuperación artificial de aquélla, pues la muerte no se produce de manera
instantánea sino progresivamente.
El derecho penal peruano contiene diferentes figuras penales de protección al derecho a la vida:
los que son consecuencia del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho
internacional humanitarios (genocidio), ejecución extrajudicial – que aún no ha sido incorporada
a la legislación penal interna-, y las del derecho penal común: homicidios (arts. 106 al 113 del
CP), abortos (arts. 114 al 120 CP) y diferentes formas llamadas preterintencionales (estructuras
compuestas dolosas e imprudentes, ej. Arts. 121 penúltimo párrafo del CP, etc.)