Un virus que se destruye con la luz y el calor El sarampión es una enfermedad
producida por un virus, del género Morbillivirus. Se trata del único virus de este género que provoca enfermedad en el ser humano y que se destruye con los rayos ultravioleta, la luz y el calor. La enfermedad que produce se incluye dentro de las llamadas “exantemáticas”, que significa que una parte de sus manifestaciones incluye manchas en la piel.
¿QUE ES EL SARAMPIÓN? Enfermedad infecciosa y contagiosa, causada por un
virus, que se caracteriza por la aparición de pequeñas manchas rojas en la piel, fiebre alta y síntomas catarrales; generalmente, se padece durane la infancia.
¿CÓMO SE CONTAGIA?
El sarampión se propaga a través de la tos y los estornudos del paciente, y su
contagio se inicia un promedio de 5 días antes de la aparición de las manchas en la piel -período de máxima diseminación- y se mantiene 5 días después de ésta.
Los primeros síntomas suelen aparecer 10 días después del contagio y la
manifestación en la piel, unos 14 días después. SE contagia a través del contacto directo con las secreciones nasales o de la garganta de personas infectadas, o con menor frecuencia, a través de la transmisión aérea. El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas.
Causas La causa del sarampión es un virus que se multiplica en la nariz y en la
garganta de un niño o de un adulto infectado. Cuando alguien con sarampión tose, estornuda o habla, se esparcen en el aire gotas diminutas que otras personas pueden inhalar. Las gotitas infectadas también pueden caer sobre una superficie, donde permanecen activas y contagiosas durante varias horas. Es posible contagiarse por llevarse los dedos a la boca o a la nariz, o por frotarse los ojos después de haber tocado la superficie infectada.
¿Cuáles son sus síntomas? Los síntomas del sarampión se distribuyen en unas fases o períodos muy bien delimitados:
1. Período de incubación: una vez que el virus entra en el organismo, se inicia
la incubación de la enfermedad, que dura, por término medio, unos 10-12 días. 2. Período prodrómico: se llama así a la fase en la que se inician los primeros síntomas y suele durar unos 3-4 días. En esta fase, el paciente puede presentar: o Fiebre, que asciende con rapidez y se mantiene elevada. o Síntomas digestivos como dolor abdominal y diarrea. o Catarro muy característico, acompañado de conjuntivitis intensa con lagrimeo y un enrojecimiento de los ojos(incluso con secreciones purulentas). o Tos seca, irritativa, que puede llegar a ser laríngea (la conocida como “tos perruna”). o Cara llena de manchas (“facies sarampionosa”). o Manchas blanquecinas en la mucosa interna de las mejillas: se asemejan a salpicaduras de azúcar que resaltan sobre la mucosa enrojecida a su alrededor y reciben el nombre de “manchas de Koplik”. Son muy fugaces y solo aparecen 1-2 días antes de las manchas en la piel, y desaparecen 1-2 días después.Durante estos días, el aspecto de la cara del enfermo es muy llamativo y se denomina “facies sarampionosa”. 3. Período exantemático: en el que ya aparecen las manchas en la piel, acompañadas de: o Fiebre alta, que alcanza los 39-40ºC. o Manifestaciones catarrales previas, con tos seca intensa. o “Exantema” o manchas de color rojo violado: se inician en la cara, detrás de las orejas, en las alas de la nariz, alrededor de la boca y del mentón y en la espalda. Por lo general, el primer día se mantienen en la cara, al día siguiente aparecen en el tronco y el tercer día, en las extremidades, respetando las palmas de las manos y las plantas de los pies. A partir del segundo día de esta fase, la fiebre desciende y el estado general mejora. La duración media de la erupción de piel es de 7 días.
4. Período de declinación: el estado general mejora progresivamente y en
la piel aparece una típica descamación. Cuatro de cada diez personas pueden sufrir complicaciones
Las complicaciones derivadas de esta enfermedad pueden ocurrir hasta en un
30%-40% de los casos y son más frecuentes en el lactante menor de un año y en la persona adulta.
Su severidad es variable, y van desde la otitis media o la queratoconjuntivitis,
hasta otras complicaciones más importantes de tipo respiratorio y neurológico:
Complicaciones respiratorias: el sarampión puede ocasionar neumonía de
intensidad variable, provocando, en algunos casos, la hospitalización e incluso la muerte. Complicaciones neurológicas: se distinguen tres tipos: o Encefalomielitis: es más frecuente en adultos y produce fiebre, convulsiones y trastornos muy variados que pueden tener una mortalidad de hasta un 30%. o Encefalitis: es poco frecuente pero muy grave y suele aparecer en personas con las defensas bajas (inmunodeprimidos). o Panencefalitis esclerosante subaguda: complicación muy poco frecuente que aparece años después de padecer la enfermedad. El virus se queda en el organismo, produciendo una enfermedad progresiva que lleva al coma.
Factores de riesgo
Algunos factores de riesgo del sarampión son:
No estar vacunado. Si no has recibido la vacuna contra el sarampión, tienes
muchas más posibilidades de contraer la enfermedad.
Viajar a otros países. Si viajas a países en desarrollo, donde el sarampión es
más frecuente, tienes mayor riesgo de contraer la enfermedad.
Tener falta de vitamina A. Si tu dieta no tiene suficiente vitamina A, tienes
más posibilidades de contraer sarampión y de tener síntomas más intensos. ¿Cuál es el tratamiento? En el sarampión, no existe un tratamiento específico, pero sí se suelen tratar los síntomas, como la fiebre, para la que es recomendable paracetamol e ibuprofeno. Además, es necesaria una correcta higiene de la piel y los orificios (ojos, nariz…), y, en algunos casos, se puede necesitar tratamiento antibiótico si se complica con sobreinfección bacteriana.
COMPLICACIONES
Las complicaciones del sarampión pueden ser las siguientes:
Infección de oído. Una de las complicaciones más frecuentes del sarampión
es una infección bacteriana en el oído.
Bronquitis, laringitis o difteria. El sarampión puede provocar la inflamación del
aparato de la voz (laringe) o la inflamación de las paredes internas que alinean las principales vías de paso de aire de los pulmones (tubos bronquiales).
Neumonía. La neumonía es una complicación frecuente del sarampión. Las
personas que tienen el sistema inmunitario deprimido pueden contraer una variedad especialmente peligrosa de neumonía que, a veces, es mortal.
Encefalitis. Aproximadamente, una de cada mil personas con sarampión
puede contraer encefalitis, una inflamación del cerebro que puede causar vómitos, convulsiones y, rara vez, un estado de coma o, incluso, la muerte. La encefalitis puede manifestarse muy poco después de haber contraído sarampión o después de varios meses.
Problemas del embarazo. Si estás embarazada, debes tener mucho cuidado
de no contagiarte sarampión porque esta enfermedad puede provocar la pérdida del embarazo, un parto prematuro o bajo peso en el bebé al nacer. Recuento bajo de plaquetas (trombocitopenia). El sarampión puede generar una disminución de las plaquetas —el tipo de células sanguíneas que son esenciales para la coagulación de la sangre—.
¿Se puede prevenir el sarampión?
El sarampión es una enfermedad que se puede prevenir con la vacuna triple
vírica (que incluye también la prevención frente a la rubeola y la parotiditis). En el calendario de vacunación infantil de nuestro país se administran dos dosis: a los 12 meses y a los 3-4 años.