Isonomía

Isonomía es una palabra griega compuesta por isos (igual) y nomos (ley). Se

traduce como igualdad ante la ley o como igualdad jurídica.

Vale la pena mencionar que igualdad ante la ley no es lo mismo que igualdad en la

ley. La igualdad en la ley se refiere a un derecho de las personas oponible a quien

crea las leyes (el Congreso de la Unión), encaminado a proteger que en las leyes

no se dé trato distinto a personas que se encuentren en la misma situación. En estos

casos, las leyes pueden ser desiguales si tratan de forma distinta situaciones

iguales. Un ejemplo de desigualdad en la ley sería el caso de una que establezca

que sólo los hombres rubios y de ojos verdes deben pagar IVA.

En cambio, la igualdad ante la ley es un derecho oponible a los operadores del

derecho (la Administración Pública o el Poder Judicial) y que obliga a que las leyes

sean aplicadas de modo igual a todas aquellas personas que se encuentran en la

misma situación. En otras palabras, podríamos decir que la igualdad jurídica es un

valor que sitúa a las personas en un plano horizontal y asegura que las

particularidades económicas, sociales o culturales no den a nadie ventajas ni

desventajas en la ejecución de las leyes.

La igualdad ante la ley significa que nuestras libertades, la cuales están

garantizadas en las leyes, van a ser iguales para todas las personas, sin importar

su religión, raza, sexo o condición económica. Es por eso que la igualdad jurídica
garantiza que todas las personas tengan el mismo reconocimiento, sin

discriminación, ante las leyes que regulan a la sociedad.

La igualdad ante la ley obliga a que ésta sea aplicada de modo igual a todos aquellos

que se encuentran en la misma situación, sin que el aplicador pueda establecer

diferencia alguna en razón de las personas, o de circunstancias no contempladas

en la ley. La igualdad ante la ley se ve reflejada cuando su aplicación es uniforme y

sin discriminaciones arbitrarias.

La igualdad ante la ley y la igualdad en la ley están muy relacionadas con el principio

de justicia. Estas igualdades nos garantizan que la justicia será válida siempre y en

todas partes, independientemente de a quien se le esté aplicando.