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Hoy hablaremos de un tipo particular de personas que amamos y Dios ama, pero pueden ser muy difíciles de
tratar. Hablaremos de cómo amamos y tratamos a las personas que son hipócritas. ¿Cuántos de nosotros
conocemos a una persona hipócrita? Levanta la mano. ¿Cuántos de ustedes están sentados junto a un
hipócrita? No levantes la mano, por el bien de todos. Sólo finge que no sabes de lo que estoy hablando.
¿De dónde viene la palabra hipócrita? Es una palabra que fue utilizada incluso antes del nacimiento de Jesús
en los teatros griegos. “Hypokrites”, es un actor en un escenario, o significa uno que lleva una máscara. Es una
persona que, en el exterior retrata una cosa, pero interiormente no está viviendo la vida que están retratando
externamente. Jesús no tenía tolerancia a la hipocresía. Mateo 23:25-28 (NTV).
¿Por qué actúan así las personas hipócritas? Podrían existir varias razones: Tal vez no conozcan realmente a
Dios o tal vez, en vez de ser un hipócrita, nunca han nacido de nuevo espiritualmente. (1 Juan 2:4 NTV).
Lo segundo es que tal vez no saben nada mejor todavía. Pueden ser nuevos en su fe, pero no se les ha
enseñado cómo se supone que deben vivir. De hecho, Pablo estaba lidiando con este problema en la iglesia de
Corinto entre muchos otros problemas complicados, (Corintios 3:1 NTV).
Entonces, ¿Cómo lidiar con los hipócritas en tu vida? Todos ustedes los han visto. ¿Cuál es tu papel en una
situación como esta? ¿Cómo respondemos? ¿Cómo amamos a los que proclaman una cosa, pero interiormente
están viviendo algo muy diferente? “No juzgues para que no seas juzgado”.
A la luz de la Biblia, veamos tres consejos que nos ayudan a tratar con personas que actúan con hipocresía: