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CULTURA PATRIARCAL, FEMINISMO Y NORMATIVIDAD ESTATAL

SÓFOCLES. Antígona. Pehuén Editores, 2001, 30 páginas.

La feminista Elizabeth Cady Staton dijo: “El lugar de una mujer en la sociedad,
marca su nivel de civilización”. La obra Antígona, se convierte en un punto de
partida para reflexionar y hacernos las siguientes preguntas ¿Han evolucionado las
normas en beneficio de la mujer? ¿Qué tan eficaces son esas normas estatales en la
sociedad actual en busca de la igualdad entre los géneros? ¿Se ha posicionado la
mujer en los diferentes ámbitos de la sociedad como persona humana sujeto de
derechos?

Para responder a estas cuestiones se toma como referente el contexto en el que fue
escrita la obra Antígona, la cual describe la posición que la mujer tenía en los tiempos
iniciales de nuestra humanidad, específicamente en la antigua Grecia, sociedad que
hasta hoy ha influenciado nuestra cultura en todos los ámbitos.

En esta obra, se evidencian dos concepciones de la justicia las cuales entran en


colisión. Por un lado, las leyes del Estado, de la ciudad, que persiguen el
mantenimiento del orden; por otro, las normas religiosas, las leyes eternas dictadas
por los dioses; a razón de la muerte de polinices hermano de Antígona quien se
caracteriza como una mujer emprendedora y atrevida capaz de enfrentarse al rey
Creonte por querer dar sepultura a su hermano polinices, a quien amaba de forma
excesiva; cabe resaltar que este Rey Creonte era un hombre soberbio, el poder no le
dejaba ver más allá de sus narices:”...imponía sus leyes diciendo: “Quien se propase
a faltar las leyes o pretenda imponer las suyas a la autoridad, este tal no será quien
escuche alabanzas mías, al que la ciudad ha colocado en el trono, a ése hay que
obedecerle, en lo pequeño y en lo justo y en lo que no lo es”, Además era un hombre
tremendamente machista el cual representa la actitud de aquellos hombres que tienen

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en poco a la mujer a pesar de que ambos tienen los mismos derechos. Esto se refleja
cuando dialogaba con Antígona diciéndole: “Ya que tienes que amar, baja, bajo
tierra a amar a los que ya están allí. En cuanto a mí, mientras viva, jamás una mujer
me mandara; Pero ella desafió su mandato y llevó a cabo los ritos funerarios, es
decir se convirtió en una defensora de sus derechos como mujer capaz de liderar esta
situación. Creonte y Antígona mantienen una pugna irreconciliable que conduce a la
destrucción y al sufrimiento.

Siguiendo con este orden de ideas, se puede identificar que Antígona estaba viviendo
dentro de un contexto machista, donde la mujer no tenía ni voz ni voto dentro de la
sociedad de la cual hacia parte, por lo tanto no se le reconocían sus derechos, y que
lo que ellas decían o pensara era tenido en poco. Esto refleja una vez más que en la
antigüedad existía una gran desigualdad entre los géneros, ya que la mujer estaba
subordinada al sexo masculino, quedando bajo las responsabilidades y ordenes que
este le emitía, estando así exenta sin autonomía de su voluntad; todo esto influenciado
por una cultura basada en una normatividad en donde la mujer no tenía ningún rol
protagónico, es decir no se le brindaban espacios en contextos donde se tomaban
decisiones importantes, como lo era el familiar, social, cultural y político.

Cabe resaltar que aunque actualmente seguimos gobernados por un sistema


patriarcal, donde se le da más importancia al sexo masculino por su “fuerza e ideales”
y donde la mujer es reconocida como el sexo “débil y afectivo” se han venido
haciendo unos cambios socio-políticos en busca de poder llegar a esa igualdad entre
estos dos géneros. Es así como las normas Colombianas han ido cambiando en busca
de que haya una transformación en la cultura Colombiana en relación a esta temática.

La participación de la mujer se hace más efectiva en el siglo XX, ya que a nivel


mundial se realizan transformaciones que benefician los derechos fundamentales del
sexo femenino, especialmente en la región occidental, en donde la mujer comienza a
demostrar su liderazgo y capacidades.

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La constitución de 1991, es nuestra constitución actual, está es reconocida como la
norma de normas en nuestro país, y gracias a ella, la cual declara en su artículo # 1
que Colombia es un estado social de derechos, se ha logrado un gran avance en los
derechos de la mujer Colombiana. Por ejemplo el Artículo 43 dispone: “La mujer y
el hombre tienen iguales derechos y oportunidades. La mujer no podrá ser sometida a
ninguna clase de discriminación. Por lo tanto los elementos notorios que esta
constitución otorga a la mujer es: la participación ciudadana, la libertad, igualdad,
derecho a conformar una familia, y el derecho a ejercer una profesión, pasan de
sujetos de protección a sujetos titulares y responsables de sus derechos con autonomía
para decidir sobre si y sobre asuntos públicos.

En conclusión, se puede notar que desde la normatividad estatal se ha procurado por


darle a la mujer una posición igualitaria como persona humana en los diferentes
contextos de la sociedad, sin embargo no podemos ocultar que estamos inmersos en
una cultura machista que de cierta manera minimiza la efectividad de estas normas,
aún existen mujeres que como Antígona luchan por sus derechos en beneficio de sus
familias y comunidades en busca de brindarles una mejor calidad de vida, aunque al
igual que la protagonista de esta historia sufran las consecuencias negativas y difíciles
por “rebelarse” . Cabe resaltar que a través del feminismo, la mujer ha logrado que
su voz sea escuchada y sus puntos de vistas sean tenidos en cuenta no solo en la
familia sino también en escenarios donde se toman decisiones muy importantes para
la sociedad como el político, económico, laboral etc…pero de igual, manera falta
mucho por cambiar en nuestro sistema cultural para obtener mejores resultados.

Liceth Paola Funes Lezama

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BIBLIOGRAFIA

 Sófocles. Antígona. Pehuén editores, 2001.


 Colombia. Constitución política. Legis. Bogotá. 2005.
 Mujer: fenómeno político de los dos últimos siglos. Capitulo II. Evolución
normativa como reivindicación del ser mujer. Bogotá. Colombia. Pp 35-59.

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