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¿Qué es la lateralidad cruzada?

Iñigo Mezcua 16 marzo, 2015 ¿Qué es la lateralidad cruzada?2015-03-


27T22:52:27+00:00Información y utilidades 5 Comments

La lateralidad es la preferencia que muestran la mayoría de las personas


por un lado de su propio cuerpo. La mayoría de los seres humanos son
diestros.

Una aproximación al concepto lateralidad


Tradicionalmente se ha asociado el hemisferio izquierdo con la zona que
procesa de forma verbal, lógica, secuencial. Por su parte el hemisferio
derecho es más intuitivo, menos racional, global, creativo, más capaz
con las relaciones espaciales y el procesamiento simultáneo de la
información.

La lateralidad es una función compleja que se deriva de la organización


binaria de nuestro Sistema Nervioso. De hecho, gran parte de nuestro
cuerpo se articula de forma doble: dos ojos, dos oídos, dos orejas, dos
pulmones, dos riñones… Nuestro cerebro igualmente dispone de dos
estructuras hemisféricas especializadas y que son las responsables de
controlar todo el complejo sistema dual, integrando la diferente
información sensorial, orientándonos en el espacio y el tiempo y, en
definitiva, de interpretar eficientemente el mundo que nos rodea.

Una lateralidad bien establecida es un factor facilitador de los diferentes


aprendizajes (a partir de los 4-5 años), siendo un factor de riesgo en
caso contrario.

Diferentes tipos de lateralidad y dominancia

1. Dominancia Manual: Preferencia o mayor facilidad para utilizar


una de las manos (derecha o izquierda) para ejecutar acciones
como coger objetos o escribir.
2. Dominancia Podal: Indica el pie dominante para efectuar
acciones como golpear una pelota, mantenerse en pie con sólo
una pierna…
3. Dominancia Ocular: Aunque los dos ojos son necesarios para
configurar una imagen correcta, hay uno que se prefiere para
mirar por un telescopio o apuntar con un tirachinas, se trata del
ojo dominante.
4. Dominancia Auditiva: Preferencia o tendencia a escuchar más
por un oído que por el otro, por ejemplo, al coger un auricular, un
teléfono móvil.
Hablamos de lateralidad homogénea cuando mano, pie, ojo y oído
ofrecen una dominancia en el mismo lado ya sea en el lado derecho
(diestro) o izquierdo (zurdo).

Estamos ante una lateralidad cruzada cuando existe una lateralidad


distinta de la manual para pies, ojos u oídos (por ejemplo mano derecha
dominante con dominio del ojo izquierdo). En estos casos también se
habla de “asimetría funcional”.
La lateralidad cruzada mano-ojo, ha sido una de las más estudiadas y
con frecuencia es sinónimo de problemas en el aprendizaje, en especial
en los procesos de lectura y escritura.

En ocasiones se utiliza el concepto de lateralidad contrariada para


expresar que el niño ha invertido en algún o algunos miembros su
tendencia natural (por ejemplo niño zurdo que se le ha forzado ha
aprendido a escribir con la derecha).

Hay también otras posibilidades como la denominada lateralidad mixta


que se utiliza para designar a aquellos individuos que presentan
heterogeneidad en alguna o todas las lateralidades (p.e. algunas
actividades se realizan con una mano y otras con la contraria), también
el ambidextrismo que señala a aquellos sujetos que son igualmente
hábiles con cualquiera de las dos partes del cuerpo (derecha-izquierda)
para efectuar algunas actividades.
¿Qué determina nuestra lateralidad?
La información genética. La influencia del entorno (medio cultural,
costumbres…).La educación y aprendizaje recibido.
En la construcción de la lateralidad, siempre que no haya factores
patológicos, se ha constatado un predominio de un cierto determinismo
genético. Así algunos estudios apunta que la posibilidad de tener un hijo
zurdo siendo ambos progenitores diestros es de un 9,5% aumentando
esta cifra al 26% si ambos padres son zurdos.

También está probada la influencia de factores ambientales o sociales.


En este sentido se apunta a que los niños ya desde muy pequeños
suelen recibir los objetos dirigidos a la mano derecha por parte de los
adultos. Además muchos de dichos objetos están hechos para ser
manipulados por diestros.

Una de las actividades donde más se refleja la influencia social es en la


escritura manuscrita. En las sociedades más conservadoras, en las que
se prohíbe la escritura con la mano izquierda, el porcentaje de zurdos
puede situarse entorno al 4 o 5%.

Relación entre lateralidad y aprendizaje

Los niños que presentan una lateralidad homogénea ( mano, pie, ojo,
oído dominantes en el mismo lado), tradicionalmente se ha creído que
tienen una mejor disponibilidad para el aprendizaje al poder integrar de
forma más eficaz la diversa información sensorial. Esto puede resultar
cierto en muchos casos pero no en todos. No puede establecerse de
manera concluyente una relación efecto-causa entre la presencia de una
lateralidad no homogénea y la de trastornos del aprendizaje. Sin
embargo, debe evaluarse la lateralidad como un factor de riesgo
añadido a otros factores.

Diferentes estudios efectuados comparando el porcentaje de disléxicos


de la población general con el porcentaje en grupos de zurdos manuales,
de individuos con lateralidad cruzada o de zurdos de la mirada, dan
como resultado un mayor porcentaje en estos grupos que en población
normal.
Es a partir de la Educación Primaria cuando el niño con una lateralidad
mal establecida puede presentar dificultades específicas en el
aprendizaje. A continuación se muestra un resumen de los síntomas en
los diferentes ámbitos.

Lateralidad y TEA
La lateralidad cruzada o contrariada se presenta muy a menudo en niños
diagnosticados de T.D.A.H. y trastornos del espectro autista, por lo que
existe una gran comorbilidad entre ellos. No obstante, no ha podido
establecerse ninguna relación causa-efecto sólida y se especula con la
posibilidad de que las mismas alteraciones neurológicas que están en la
base de estos trastornos clínicos sean los causantes de los problemas de
lateralización.

La lateralidad y la lateralidad cruzada:


¿qué son?
Imagen: https://pixabay.com/es/ni%C3%B1o-por-escrito-escritor-diario-360791/
El cuerpo del ser humano, al igual que el de casi todos los cuerpos que pueblan el
conjunto de formas de vida animal, sigue unos patrones de simetría.

Tenemos dos brazos, dos piernas, dos ojos y una nariz en nuestro eje central, y la
misma lógica se repite en la disposición de casi la totalidad de nuestros órganos.
Estamos adaptados para percibir y actuar de forma muy parecida tanto hacia la
izquierda como hacia la derecha.

¿Qué son la lateralidad y la lateralidad


cruzada?
Tal y como cabría esperar, estas mismas normas se plasman en la forma de
nuestro cerebro. Tenemos dos hemisferios cerebrales, cada uno a izquierda y
derecha, que son algo así como imágenes especulares el uno del otro… al menos
a simple vista. En realidad ambos hemisferios son muy distintos a escala celular y,
de hecho, se encargan de procesos distintos. Todos conocemos esa idea que dice
que el hemisferio izquierdo es racional y analínico, mientras que el derecho es
emocional y responde de manera especial a la música.

Estas sutiles variaciones hacen que para ciertas tareas tengamos un lado de
nuestro cuerpo que responde de manera diferente a su lado opuesto, ya que cada
una de estas mitades está relacionada con uno de los dos hemisferios del
cerebro. Por ejemplo, casi todos tenemos una mano dominante y nos
consideramos diestros, ya que utilizamos la derecha para casi todo. Sin embargo,
este hecho no significa que tengamos una mitad del cuerpo que sea enteramente
dominante. Curiosamente, es posible que una persona tenga una mano derecha
dominante, pero que ocurra lo contrario con sus ojos o sus piernas. Estos son los
casos de lateralidad cruzada.

Lateralidad cruzada, lateralidad homogénea


y dominancia
Normalmente hablamos de lateralidad homogénea, porque las personas cuya
mano dominante es la de un lado tienden a tener alineadas en esa mitad las
dominancias del resto de sus miembros y sentidos. Por lo tanto, cuando hablamos
de lateralidad estamos haciendo referencia a las distintas dominancias que
existen en una persona, y el conjunto de esas dominancias será lo que defina si
se da una lateralidad cruzada u homogénea.

En todo caso, la lateralidad cruzada es una forma más de lateralidad, y la


existencia de uno u otro tipo es una consecuencia del funcionamiento de nuestro
sistema nervioso. Eso significa que es en las interconexiones de nuestras
diferentes partes del cuerpo a partir de los nervios donde tienen que buscarse las
causas de uno u otro tipo de lateralidad, y esta puede definirse también por las
áreas del cuerpo a las que afecta. En ese sentido, existen diferentes clases de
dominancia que sirven como criterio para definir el tipo de lateralidad:

1. Dominancia manual: definida por la dominancia de una u otra mano a la


hora de coger objetos, escribir, tocar, etc.
2. Dominancia podal: definida por la dominancia de uno u otro pie para dar
patadas, chutar una pelota, mantenerse sobre una sola pierna, etc.

3. Dominancia auditiva: tendencia a usar más uno u otro oído para escuchar,
colocarse un auricular, etc.

4. Dominancia ocular o visual: definida por el ojo dominante a la hora de


apuntar con la mirada.

¿Por qué existe la lateralidad cruzada?


No se conocen muy bien los mecanismos nerviosos por los que se da uno u
otro tipo de lateralidad, ni por qué a veces se dan casos de lateralidad cruzada
siendo que lo mayoritario es que exista la homogénea. En todo caso, la lateralidad
cruzada sería una prueba de que no existe un gran centro de planificación
encargado de coordinar las distintas dominancias o que, si existe, su función o es
imprescindible.
De todas formas, actualmente se cree que la lateralidad cruzada podría dar
algunos problemas a la hora de coordinar las partes del cuerpo cuya dominancia
es discordante, como por ejemplo a la hora de escribir. Faltan investigaciones en
este sentido, pero se considera cauto tener en cuenta la lateralidad cruzada
como un factor de riesgo en la aparición de trastornos del aprendizaje en
niños.

De todas formas, como el sistema de conexiones entre neuronas sobre el que sea
asienta la dominancia es altamente plástico (es decir, adaptable según nuestros
aprendizajes y experiencias) la lateralidad no viene determinada sólo por la
genética, sino que también influye en ella la conducta aprendida, la cultura, los
hábitos, etc.

La lateralidad cruzada no es una excepción a esta norma, y por lo tanto puede


aprenderse a mitigar los efectos de una dominancia muy extrema para utilizar
también la parte del cuerpo homóloga en la otra mitad, pasando a hablar en este
caso de lateralidad forzada.

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