Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Versión española de
ANTONIO M. SANCHO S. J
Nihil obstat:
AGAPITO AMIEVA
Censor
Imprimatur:
JOSÉ LUIS LÓPEZ RICONDO
Vicario General
Santander, 3 de Diciembre de 1970.
PRÓLOGO DEL TRADUCTOR
Por fin, un destacado especialista publica en España, por primera vez, el veredicto de la ciencia sobre los
«misterios» de la transmisión del pensamiento; adivinación, conocimiento del futuro, telepatía, comunicaciones del
«más allá», «apariciones» de muertos...
Temas apasionantes que siempre han interesado a la humanidad, su explicación fue distinta según las diversas
épocas y ambientes, y sólo muy recientemente comenzaron a ser tratados con el rigor propio de la investigación
científica.
La Parapsicología liberó esos fenómenos de las leyendas, exageraciones y credulidades que frecuentemente los
acompañaban, y los estudia hoy científicamente en su contenido objetivo, reduciéndolos a su verdadera dimensión de
fenómenos del inconsciente humano, con poquísimas excepciones que llamamos milagros.
En este libro se estudian las fabulosas posibilidades de nuestro inconsciente: su memoria y talento prodigioso que
permiten al hombre, por ejemplo, hablar lenguas desconocidas para el consciente, o que le hacen posible inventos
sensacionales sin una elaboración consciente. Se estudia también la extraordinaria agudeza de nuestros sentidos,
capaz de percibir sensaciones mínimas y los reflejos fisiológicos de nuestros más íntimos pensamientos, aun
inconscientes, lo que explica tantos fenómenos de adivinación.
En «El rostro oculto de la mente» se estudian con especial interés, facultades recientemente descubiertas en el
hombre, capaces de explicar el conocimiento del futuro, y los fenómenos de telepatía, que esclarecen muchas
supuestas comunicaciones del «más allá», apariciones de muertos y hechos semejantes.
Oscar González-Quevedo, nació en Madrid el 15 de Diciembre de 1930. Es Licenciado en Humanidades por el «Centro
Superior de Estudios Clásicos» de Salamanca; en Psicología y Filosofía por la Universidad de Comillas; en Teologia
por las Facultades Teológicas de Comillas y Säo Leopoldo (Brasil).
Se ordenó sacerdote el 7 de Diciembre de 1961, en la Compañía de Jesús.
Desde joven se dedicó en Europa a la especialización en Parapsicología.
Es Profesor de Parapsicología en las «Facultades Anchieta» de São Paulo (Brasil) y (Director del «Instituto de
Parapsicología» de las mismas facultades.
Y, también en las Facultades de Anchieta, es Decano del «Departamento de Educación».
Es Director del «Departamento de Experimentación y Pesquisa» del «Instituto Brasileño de Parapsicología» de
Río de Janeiro y miembro honorario del «Instituto de Investigaciones Parapsicológicas» de Córdoba (Argentina).
Miembro de la «Sociedad Española de Ilusionismo» de Barcelona y Madrid. Ha escrito numerosas publicaciones en
revistas universitarias.
Oscar González-Quevedo ha dictado cursos de Parapsicología en las Universidades argentinas de Buenos Aires,
Rosario, Córdoba, Santa Fe, etc., así como recientemente en las Universidades de Río de Janeiro, Sao Paulo,
Campinas, Lins, etc., en Brasil.
El P. González-Quevedo S. J., como decía una prestigiosa revista de Buenos Aires, está considerado por los
especialistas come el mejor parapsicòlogo de América Latina.
P R Ó L O G O
En «El Rostro Oculto de la Mente», nos limitamos a tratar los fenómenos parapsicológicos de conocimiento.
Tenemos el proyecto de ir publicando una serie de libros de Parapsicología en la cual se tratarán, de una manera
sistemática, todos los fenómenos y lemas parapsicológicos.
El nivel del libro equidista de la rigurosa metodología científica y de ¡a pura divulgación. Colocamos abundantes
notas bibliográficas para las personas que profundizaron o quieren ahondar en esta importante ciencia. Incluimos
también algunas citas de los libros «populares» (que tanto leen, infelizmente, las personas de «clase media cultural»)
desde que los hechos citados sean de alguna significación científica.
En igualdad de condiciones preferimos citar los casos o experiencias de los pioneros de la investigación. De esta
manera se hace, casi imperceptiblemente, una historia de la Parapsicología.
No obstante, no dejamos de citar descubrimientos, casos o experiencias de estos últimos años, especialmente en
ocasiones, por cierto numerosas, en las cuales se dio algún nuevo paso adelante en la investigación.
Citamos muchos ejemplos. Evidentemente que a los ejemplos concretos damos, en general, un valor
representativo: nunca citaríamos un caso aislado; cada ejemplo que citamos está respaldado por centenares de otros
casos semejantes y por experiencias u observaciones de Laboratorio.
Los fenómenos parapsicológicos, con frecuencia, están relacionados unos con los otros. Esto nos obliga en
algunas ocasiones a presuponer tesis que sólo se probarán en los próximos tomos. La tendencia, sin embargo, es la de
fundamentarnos en las conclusiones ya establecidas en capítulos anteriores.
Contenido
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................. 7
1 L O S F E N Ó M E N O S ........................................................................................ 7
BRUJOS Y MAGOS EN LA HISTORIA........................................................................................ 7
2 I N V E S T I G A C I Ó N ........................................................................................ 13
Brujas y hechiceros ante la historia ..................................................................................... 13
Neo-ocultismo ......................................................................................................................... 14
Tentativas científicas ............................................................................................................... 14
Sociedades, Congresos e investigadores ................................................................................. 15
Nace una ciencia nueva ........................................................................................................... 16
Metapsíquica y Parapsicología ................................................................................................ 16
En 1934 con la reforma y perfeccionamiento de los métodos, nace la Parapsicología. ..... 17
3 D E F I N I C I Ó N .................................................................................................... 17
UNA CIENCIA NUEVA ........................................................................................................... 17
4 C L A S I F I C A C I Ó N ........................................................................................ 21
PRIMERA PARTE .......................................................................................................................... 21
5 H I P E R E S T E S I A D I R E C T A ............................................................. 21
6 E M I S I Ó N H I P E R E S T E S I C A .......................................................... 31
7 C U M B E R L A N O I S M O ............................................................................... 35
8 H I P E R E S T E S I A I N D I R E C T A ......................................................... 43
9 P A N T O M N E S I A ................................................................................................ 51
1 0 X E N O G L O S I A .............................................................................................. 59
1 1 E L T A L E N T O D E L I N C O N S C I E N T E .............................. 72
SEGUNDA PARTE ......................................................................................................................... 79
1 2 « A D I V I N A C I Ó N » ..................................................................................... 81
1 3 P S I - G A M M A ................................................................................................... 92
1 4 P S I - G A M M A Y D I S T A N C I A .................................................... 102
15 PSI-GAMMA Y T I E M P O .......................................................... 105
1 6 P S E U P O - P R E C O G N I C I O N E S - I ............................................ 107
1 7 P S E U D O - P R E C O G N I C I O N E S - I I ........................................ 113
1 8 P R E C O G N I C I Ó N ..................................................................................... 121
1 9 E L P L A Z O E X I S T E N C I A L ........................................................ 136
TERCERA PARTE ......................................................................................................................... 150
20 TELEPATÍA Y C L A R I V I D E N C I A ................................... 151
21 DIVISIONES DE L A T E L E P A T Í A .......................... 160
2 2 T I E E S P O N T Á N E A .............................................................................. 161
2 3 T I E E X P E R I M E N T A L ...................................................................... 168
24 ST ESPONTÁNEA — I ..................................................................... 176
25 ST ESPONTÁNEA - I I ............................................................... 183
2 6 S T E X P E R I M E N T A L .......................................................................... 188
INTRODUCCIÓN
1 LOS FENÓMENOS
BRUJOS Y MAGOS EN LA HISTORIA
Hechos extraordinarios llaman la atención de la humanidad desde los tiempos más antiguos.—
Persas, hindúes, etc., conocían y practicaban la adivinación.— Primeros contactos del Cristianismo con
las ‹‹artes ocultas».— La espantosa estadística de las hogueras con carne humana.
LA COMPROBACIÓN y consiguiente análisis de ciertos hechos extraordinarios de la vida del hombre, hechos que podían
deberse a fuerzas ocultas naturales del mismo hombre, ocupa un lugar preeminente en la moderna investigación científica.
Durante siglos y siglos ha sido ignorada por la ciencia la explicación profunda de estos prodigios e incluso el veredicto sobre
su misma existencia. Son tan antiguos como la propia humanidad. Reales o imaginarios, naturales o atribuidos a fuerzas su-
periores, siempre han atraído la atención y la curiosidad de los hombres.
Remota antigüedad
Los pueblos más antiguos, como los babilonios, los persas, los etruscos, practicaban la adivinación y «evocaban los
espíritus de los muertos». Pero son pocos los vestigios históricos que conservamos de aquellos pueblos tan antiguos.
Biblia y magia
En los libros históricos de la Biblia, apenas considerados ahora bajo ese punto de vista, tenemos numerosísimas alusiones
a prodigios. Tales son, por ejemplo, las fantásticas maravillas realizadas por los magos del FARAÓN, en lucha con MOISÉS y
AARON (1), hasta que aquéllos se rindieron ante los jefes del pueblo hebreo, diciendo: «El dedo de Dios está aquí» (2). El caso
del rey NABUCODÒNOSOR convertido en fiera, prenuncio de la abundante literatura posterior sobre los hombres-lobo (3). JOSÉ
tiene sueños premonitorios e interpreta los sueños, también proféticos, del FARAÓN (4). Los mismos Evangelios nos refieren
sueños monitorios, como el de la mujer de PILATOS (5). La Pitonisa de Endor «evoca» al profeta SAMUEL ante el rey SAÚL (6),
etcétera.
Los textos de la Biblia en que se condena la adivinación, el espiritismo, la hechicería, son numerosísimos, y nos indican
que estas prácticas debían ser entonces muy frecuentes. Se lee, por ejemplo: «No haya entre vosotros quien pretenda purificar
a su hijo o su hija haciéndolo pasar por el fuego, quien consulte adivinos u observe sueños y augurios, ni quien sea hechicero
o encantador, ni quien consulte a los pitones o adivinos, ni quien indague de los muertos la verdad. Porque todas esas cosas
las abomina el Señor y por semejantes maldades exterminará Él estos pueblos a tu entrada» (7).
Todavía podríamos citar otros numerosos casos: milagros, profecías, endemoniados... Son fenómenos que interesan al in-
vestigador científico.
La Grecia clásica y misteriosa
Muchos escritores de la antigua Grecia nos hablan de esta clase de fenómenos. Por ejemplo, HOMERO en la Odisea
describe a ULISES «consultando a los muertos» por consejo y con las instrucciones de la maga CIRCE (8). HERÓDOTO (9)
entre otros muchos prodigios nos cuenta que hasta uno de los siete sabios de Grecia, PERIANDRO, mandó «consultar el alma»
de su mujer, degollada hacía tiempo por orden del mismo PERIANDRO. Según PLUTARCO, PAUSANIAS «evocó el espíritu» de
una joven que había mandado matar, y CALANDAS «evocó el espíritu» de AQUILAO también asesinado por él. Más tarde los
Nos cuenta PLATÓN (12), entre otros ejemplos, cómo el «genio» había avisado a Sócrates que no permitiese a
CHÁRMIDES ir a Menea. CHÁRMIDES no obedeció y sucumbe en Menea.
Lo mismo nos testifican JENOFONTE (13) y PLUTARCO (14). Aquél pone en boca de SÓCRATES la afirmación de que el
«genio» nunca lo había engañado.
Entre los fenómenos que nos cuenta PLUTARCO, es también curiosa la aparición de un ángel malo («yo soy tu mal
ángel»), de maravillosa y monstruosa figura. BRUTO ve la aparición sin perturbarse (15).
Cierta clase de quiromancía y astrologia encontró nada menos que en ARISTÓTELES un gran entusiasta. «Las líneas—
dice—no están escritas sin ninguna razón en las manos de los hombres, sino que provienen de la influencia del cielo en su
destino». Y hasta se cuenta que regaló a su discípulo ALEJANDRO Magno un tratado de esa especie de quiromancía escrito en
letras de oro, hallado en un altar dedicado a MERCURIO. También PLATÓN aceptó los principios de esa quiromancía (16).
Muchos otros fenómenos «misteriosos» nos refieren FILÓS-TRATO (17), DEMOCRITO .(18), PITAGORAS (19), etc.
Los latinos no se quedaron detrás de los griegos
Ya en las «DOCE TABLAS» se castigaba con pena capital a quien echase hechizos o «malos fluidos» contra los sembrados
ajenos. CICERÓN recoge e intenta analizar muchas adivinaciones y visiones (20).
TÀCITO entre otros casos cuenta cómo «se apareció (a RUFO) un fantasma de mujer de forma ultra-humana y se
oyó una voz» (21).
En lo que se refiere a encantamientos, hechizos, etc., nos cuenta SUETONIO que AUGUSTO mandó quemar más de dos mil
libros de la materia, lo que puede darnos una idea de cómo estaba el ambiente lleno de magia y ocultismo, teniendo en cuenta
que entonces los libros eran escasos y de difícil edición. HORACIO más de una vez hace alusión a encantamientos en sus poe-
sías (24). COLUMELA describe prodigios del hechicero DÁRDANO. LUCANO habla de la famosa hechicera de Tesalia ÉRITON
Fera (a la cual aludirá más tarde DANTE). PETRONIO, el árbitro de la elegancia, habla de niños robados por los hechiceros
para preparar sus hechizos. De ello hablan también APULEYO, Sexto Pompeyo FESTO y otros.
Como los griegos, también los romanos practicaron cierta clase de quiromancía y astrología. La época más brillante (u
oscura), fue en los tiempos de JUVENAL, llegando el propio emperador AUGUSTO a ejercer dicha quiromancía.
Los testimonios históricos sobre oráculos célebres en la época clásica son innumerables: así, los de Tropocia de Grecia,
junto al río Aqueronte; la Sibila de Cumas en las márgenes del lago Averno; Figalia en la Arcadia; en el cabo Tenaro en
Heracles. El más famoso fue Delfos. Incontables adivinaciones salieron de estos centros.
El Cristianismo enfrenta la magia
El Cristianismo, desde sus mismos comienzos, adoptó una postura clara contra muchas supersticiones que se mezclaban
en esta clase de fenómenos.
Éfeso era famosa por sus libros de magia y por sus encantamientos, muy frecuentes en aquella ciudad.
El evangelista San LUCAS cuenta cómo muchos de los que habían ejercido la magia y hechicería llevaron sus
libros al apóstol San PABLO, que organizó una hoguera en presencia de todos (25). SIMÓN el Mago, «que había
engañado al pueblo» (26) fue expulsado de la Iglesia por pretender comprar con dinero el poder de San PEDRO y San
JUAN que él tenía por mágico (27).
Los Santos Padres y Escritores Eclesiásticos se refieren innumerables veces a fenómenos «misteriosos». TERTULIANO,
por ejemplo, en el siglo II, habla de «evocaciones de los muertos», adivinaciones, sueños provocados «(hipnosis o trance),
movimientos de mesas para dar respuesta al contacto de las manos, así como de muchos otros prodigios mezclados con
supersticiones «con las cuales engañan al pueblo».
La filosofía alejandrina, con la cual JULIANO el Apóstata pretendía subyugar al Cristianismo, tenía como dogma funda-
menta] la «evocación de los muertos» y presentaba los fenómenos usuales del espiritismo.
Una verdadera pasión por el ocultismo y por los fenómenos maravillosos existía en todas las capas sociales, como
afirman San GREGORIO de Nisa (28), LACTANCIO (29), etc.
Incontables casos semejantes nos cuenta sir George MACKENZIE en su libro «Criminal Law››.
El P. HEREDIA, S. I. (35), resumiendo más de diez autores, afirma que sólo en Escocia y en el corto período que va desde
la ejecución de María ESTUARDO hasta que su hijo ciñó la corona de Inglaterra, esto es, en 32 años, fueron ejecutadas 17.000
brujas. En Ginebra, Suiza, sólo en tres meses fueron quemadas 500 brujas, según la «Chamber’s Encyclopedia››; y según la
«New International Encyclopedia››, 7.000 brujas fueron quemadas en pocos años en Tréveris. La «Nelson’s Encyclopedia»
afirma que la brujomanía costó sólo en Alemania 100.000 vidas.
30. Sobre CAGLIOSTRO se consultará con interés el libro: «Compendio della vita e delli gesti di Giuseppe
Balsamo, indenominato Conté Cagliostro», Roma, 1791.
31. ALEJANDRO IV: Bula «Quod super nonnullis», que se encuentra en el ‹‹Magnum Bullarium
Romanum a beato Leone Mago usque ad S. D. N. Benedictum XIV, opus absolutissimum Laertii
Cherubini», Luxemburgo, H. A. Gosse, 1712 (la Bula es de 1257).
32. ALEJANDRO VI: Bula «Cura acceperimus», Decret. Lib. V, Tit XII, tomo VII (la Bula es de 1494).
33. JUAN XXII, Bula «Super illius specula», 1326.
34. INOCENCIO VIII: Bula «Summis desiderantes affectibus», 5 de Diciembre de 1484.
35. HEREDIA, S. I., Carlos María: «Los fraudes espiritistas y los fenómenos metapsíquicos», 5.a edición, Montevideo, Mosca, 1945.
36. Max Müller, Louis Jacolliot, Charles Goddard, Chabos-seau. La Mairesse, Guymiot, Calebrook,
Alvevdre, Sinnett, Laue-den, Huc, Zeffar, Vergenard, Seabrook, Pellenc, Betelsok, entre otros
muchos se destacan por la abundancia de descripciones, no siempre críticas. Ducret tal vez sea el
más maravillado ante tales prodigios, entre los escritores más modernos. William L aid es el más
conocido y leído entre los antiguos.
«Los fenómenos parapsicológicos han sido señalados en todas las épocas y pueblos. Las descripciones que han llegado
hasta nosotros son fundamentalmente idénticas, aunque las interpretaciones sean muy diferentes en las diversas
civilizaciones»: así concluye, en la obra citada, DINGWALL, uno de los mejores historiadores de la Parapsicología.
Investigar si tales prodigios son o no reales, o en qué parte, y cuáles son sus causas, etc., es el objeto de la Parapsicología.
El objeto, pues, de la Parapsicología, es fundamentalmente idéntico, único, uniforme, aunque los fenómenos sean
atribuidos a las más diversas causas, inclusive «sobrenaturales» como demonios, espíritus, larvas astrales, maatmas, gnomos,
genios, hadas, etc. El fenómeno es uno solo. La interpretación que la ignorancia científica de épocas anteriores haya dado, es
una diferencia meramente accidental.
Los fenómenos parapsicológicos se dan en todos los pueblos y en todas las épocas.
Los fenómenos parapsicológicos son propios del hombre, son humanos.
2 INVESTIGACIÓN
Brujas y hechiceros ante la historia
En la Biblioteca de Alejandría perecieron fantásticos secretos de valor incalculable. —Sabios
considerados brujos.— Los ‹‹sabios-brujos›› empiezan a hacerse respetar. —En el siglo XX la ‹‹Ciencia
Oficial» se interesa por la ‹‹brujería››.—Una ciencia de vanguardia.
PARECE ser que en la investigación de los fenómenos «ocultos» los antiguos iniciados de la India habían llegado muy
lejos. De ellos, probablemente, recibieron sus secretos los iniciados de Caldea y Egipto.
Ciertamente conocían algo y tal vez mucho del funcionamiento de los fenómenos «misteriosos», pero resulta insostenible,
por falta de pruebas, la pretensión de algunos de que aquellos antiguos «ocultistas» hubiesen llegado a penetrar en los estudios
de estos fenómenos más profundamente que los investigadores modernos. Sea lo que fuere, es cierto que estos conocimientos
eran guardados de los profanos con rigurosísimo secreto. Los conocedores de las explicaciones eran muy pocos, y los
prácticos, más numerosos, que realizaban los prodigios, ignoraban muchas veces su explicación profunda y verdadera,
atribuyéndolos erradamente a la intervención de diferentes fuerzas extraterrenas.
Hay autores que incluso afirman que las explicaciones naturales y verdaderas fueron redactadas en manuscritos
celosamente guardados en la Biblioteca de Alejandría. Ciertamente existen indicios históricos de esto, pero resulta
dificilísimo saber el verdadero valor de esta afirmación. Y aun concediendo que ya entonces hubiesen llegado hasta donde
tanto ha costado llegar recientísimamente, aquella ciencia ha resultado inútil para nosotros, ya que pereció en el incendio de la
Biblioteca de Alejandría en tiempos de Teodosio.
Destruidos los manuscritos y dispersados los que practicaban la magia (por otra parte ignorantes de las explicaciones),
estos fenómenos continuaron siendo algo misterioso y sobrenatural en la mente de los pueblos (1).
Investigadores aislados
La ciencia «oficial», por su parte, «ignoraba» esas «leyendas». Sólo de vez en cuando aparecieron algunos investigadores
aislados, haciendo brillar pequeñas luces de verdad, aunque mezcladas con muchos errores. Así, por ejemplo, Basilio,
Valentino, Paracelso, Avicena (2) y Agrippa.
Los ocultistas, algunos de ellos cultos, hablan estudiado esos fenómenos. El ocultismo—como se ha dicho—es un
conjunto de verdades que se volvieron locas. Locas y concretamente megalomaníacas. Al comienzo del libro de Hartmann
podemos leer: «Cualesquiera que sean las falsas interpretaciones que la ignorancia de todos los tiempos ha dado a la palabra
magia, su única verdadera significación es: la más alta ciencia o sabiduría fundamentada en el conocimiento y en la
experiencia práctica» (3).
Es demasiado: no negamos que exista algo de verdad en la magia, en el ocultismo... Pero el ocultismo es más un arte loco
y orgulloso que una verdadera ciencia o sabiduría; proporciona pocas verdades y siempre mezcladas con muchísimos errores.
Ya Agrippa aseguraba que existían estas verdades, cuando después de muchos años de estudio se defendía a sí mismo:
«No dudo de que el título de mi obra sobre la Filosofía Oculta o Magia, podrá por su rareza seducir a muchos lectores. Entre
ellos, algunos dotados de juicio falso y otros perversos; entiendan lo que quiero decir: porcrasa ignorancia habrán dado a la
palabra magia su sentido más desfavorable, y habiendo sólo mirado el título, dirán que practico las artes prohibidas, que
arrojo las semillas de la herejía, que ofendo la piedad y que escandalizo a los espíritus virtuosos. Me tratarán de hechicero, de
supersticioso y de diabólico, y dirán que yo soy realmente un brujo. Les responderé que, para las personas cultas, ser mago no
significa ser brujo o cualquier otra cosa de supersticioso o demoníaco, sino un sabio». Asi se expresaba Agrippa en su obra
«Tres libros de Magia», en el prólogo «Cornelio Agrippa al lector» (4).
1. En el Oriente (yogas, lamas, bonzos, faquires, etc.) la práctica de la «magia» se conservó por
tradición. Pero en la investigación científica, están muy atrasados en Oriente, respecto a la
Parapsicología. La teoría, si de hecho la conocieron, no se ha conservado, y está muy mezclada
con supersticiones y apriorismos.
2. Sobre este interesante sabio, se leerá con gusto, AFHAN. S. M.: «Avicena, his life and works»,
Londres, 1958. Desde el punto de vista de la Parapsicología debe destacarse entre las obras de
AVICENA la titulada «De Natura».
3. HARTMANN, Franz: «Magie White and Black. Infinite Life», Londres, 1893, pág. 23.
4. AGRIPPA, Henry Cornélius, trad. WHITEHEAD. W. F.: «Occult philosophy or Magic», Chicago. 1898. La primera edición
inglesa fue en 1651, pero el autor escribió en 1510. aunque sólo publicó en 1533: «H. Corn. Agrippae ab Nettesfreim a Consiliis
et Archius ludiciarii sacrae Cesariae majestatis: De Occulta Philosophia Libri Tres», Colonia, 1533.
Y sin embargo, es tan poca la luz oculta en las tinieblas del «ocultismo» que, al final de su vida, el mismo Agrippa tuvo
que retractarse de una grandísima parte de su obra: «Es verdad que siendo joven yo mismo escribí tres libros sobre la Magia
que intitulé De la Filosofía Oculta. ¡Cuántos errores cometí entonces! Hoy, habiéndome vuelto más prudente, debo refutarlos
públicamente y reconocer que he perdido mucho tiempo en tales futilidades» (5). Retractación que tomamos como síntoma de
la poca luz que hay en el «ocultismo».
6. MESMER, Franz Anton, obra confeccionada por Gaullet y Veau-Morel: «Aphorismes de M. Mesmer, dictés a l’assemblée de ses
élevés».3.a ed., París, 1735. Del mismo autor: «Mémoire sur la découverte du Magnétisme Animal», París, Didot, 1799. «System
der WechselwirkngenTheorie und Anwendung der Thierischen Magnetismus als die allgemeine Heilkund zur Erhaltung des
Menschen», Berlín, herausgegeben vonWolfart. 1914.
7. PUYSEGUR, Armand Marc Jacques Chastened du: «Mémoirs pour servir a l’histoire du magnétisme animal», Paris, Dentu,
1784. Del mismo autor: «Du magnétisme animal considérée dans ses rapports avec différents branches de la physique», Paris,
Dentu, 1807. «Recherches, expériences et observations physiologiques sur l’homme dans l’état de somnambulisme naturel et
dans le somnambulisme provoqué par l’acte magnétique», Paris, Dentu, 1811.
8. DELEUZE, J. P. F.: «Histoire Critique du Magnétisme Animal» (4 vol.), Paris, Hypolite Bailliere, 1919. Del mismo autor, con
comentarios de MiALLÉ: «Mémoire sur la faculté de previsión», Paris, Chochard, 1836.
9. POTET, Baron du: «Manuel de l’étudiant magnétiseur», 8.a éd., París. Alean. 1908 (1.a ed. 1846).
10. CHARCOT, Jean Martin: «Les leçons des Mardis en la Salpéttière». (Polychlinique 1887-88, y 1888-89), Paris, Babet. 1892. Del
mismo autor: «Lectures on diseases of the nervon System», London, New Sydenham Society, 1889. «Oeuvres completes,
Metallotherapie et Hypnotisme», Paris, Bourneville et E. Brisand, 1890.
11. BERNHEIM, H.: «Sugestive therapeutics», New York, G. P. Putnam’s and sons, 1902, y London, Book Company. 1947.
12. LIEBEAULT, A.: «Le Somneil Provoqué», Paris, Doin, 1899.
13. LEVÍ, Eliphas (Alphonse Louis CONSTANT), trad. CAMAYSAR. Rosalis: «Dogma e ritual da Alta Magia», 7.a ed., Sao Paulo, O
pensamento. 1955 (titulo del original francés: «Rituel de la Haute Magie»).
14. GUAITA, Stanislas de: «Essais de Sciences maudites. Au seuil du mystère». 5.a ed., Paris, 1915. Del mismo autor: «La clé de la
magie noire». Paris, 1897.
15. PAPUS. Gérard. Anaclet Vincent Encausse: «A. B. C. d’occultisme», París, Dorbon Ainé. 1919. Del mismo autor: «L’Occultismc
et le spiritualisme. Exposé des théories, phylosophiques et des adaptations de l’occultisme», París, Bibliothèque de phylosophie
contemporaine, 1902. «Qu’est-ce que l’occultisme?» París, Niclaus, s. d. «Traité élémentaire d’occultisme», Paris, Diffusion
Scientifique, s. d. «Tratado elemental de Magia Práctica». 3.a ed.. Sao Paulo. O pensamento. 1949 (Título original en francés:
«Le traité elementaire de magie pratique»).
El inconsciente engaña, no sólo a los observadores, sino también al consciente propio. Se trata de fraudes involuntarios,
inconscientes e irreprimibles.
En 1879, después de haber constatado la necesidad de estudiar seriamente los fenómenos llamados espiritistas, la
«Dialectial Society» ro llega a publicar los trabajos del Comité.
Por fin, después de 1870, un sabio bien conocido en el campo de la Química, William CROOKES, comunica las
observaciones que hizo durante varios años sobre los prodigios realizados por una de las hermanas Fox, Catalina, y por el más
famoso de los médiums varones, Daniel Douglas HOME (16). Estas son las primeras observaciones serias y sistemáticas, con
intención científica, sobre los fenómenos del espiritismo moderno, aunque con muchísimas fallas. No en vano eran las
primeras investigaciones en un campo dificilísimo.
«Society For Psychical Research»
Deberían pasar todavía trece años, 42 desde el nacimiento del espiritismo, para que surgiese la primera sociedad de inves-
tigación. Fue en 1882 (17). Los más destacados investigadores colaboraron con la Sociedad. Sus dos publicaciones periódicas,
«Proceedings» y «Journal», recogen millares de casos constituyendo el acervo más importante y de más sólido criterio de los
fenómenos «misteriosos».
Sociedades, Congresos e investigadores
Después se funda una filial de la «Society for Psychical Research» en los Estados Unidos, la
«American Society for Psychical Research», y, con el correr de los años, aparecen en varios países
sociedades semejantes (18).
Se celebran algunos Congresos internacionales (19). En las naciones más cultas, los más
destacados científicos se habían dedicado a estudiar profundamente los fenómenos «misteriosos»
relacionados con el hombre (20).
16. CROOKES. William: «Experimental investigation on psychic force», Londres, Gillman, 1811. Traducción francesa: «Nouvelles
expériences sur la force psyquique», 2.a ed., París, Librairie des Sciences Psyquiques, 1878. Traducción española: «La fuerza
psíquica», Barcelona, Mancri. s. f. Del mismo autor: «Researches on the phenomene of Spiritualism», Londres, 1874.
Traducción francesa: «Recherches sur les phénomènes du spiritualisme», Paris, Leymarie, 1878.
17. La iniciativa partió de Willam BARRET, de Dublin, y de J. ROMANES, fundándose en Londres la «Society for Psyquical
Research». Su primer presidente fue Henri SIDCWICK, siguiéndolo sucesivamente en la presidencia Balfour STEWART, William
CROOKES, William JAMES, A. J. BALFOUR...
18. «International Foundation of Parapsychology», de Nueva York; o el «Parapsychology Laboratory», de la Universidad Duke de
Durham, en Carolina del Norte, famoso por los recientes trabajos de RHINE; «L’Institute Metapsychique international», de
París, del que fueron presidentes los famosos RICHET y OSTY, fundado por el no menos famoso Dr. GELEY en 1919 con la ayuda
económica de Jean MEYER, y reconocido como de utilidad pública; la «Associazione Italiana Scientifica di Metapsiquica», de
Como; a «Società Italiana de Parapsicologia», de Roma, reconocida por el Estado; «II Centro di Studi Parapsicologici», de
Bolonia; el «Comité Belgue pour l’Investigation Scientifique des Phenomenes Reputes Paranormaux», etc.
19. Congresos Internacionales de Conaghem, en 1921; Varsovia, 1923; París, 1927; Atenas. 1930; Oslo, 1935; Utrech, 1953; Saint
Paul de Vence, 1954; Cambridge, 1955; Abadía de Royaumont, 1956...
20. He aquí el cuadro de honor de la investigación parapsicologica, no obstante las inevitables (y notables) fallas de los antiguos:
Inglaterra: MYERS († 1901), WALLACE († 1913), BARRET († 1925), LODGE († 1940), Harry PRICE († 1948), y nuestros
contemporáneos: Eric John DINGWALL y Samuel George SOAL.
Francia: ROCHAS († 1914), GELEY († 1924), FLAMMARION († 1925), RICHET († 1935). OSTY († 1938), BERGSON († 1941). y los
contemporáneos: René WARCOLLIER († 1962) y Robert AMADOU, etc.
Italia: ERMACORA († 1898), LOMBROSO († 1909), MORSELLI († 1929), SANTOLIQUIDO († 1931). MARZORATI († 1931), BOZZANO (†
1943). y entre los contemporáneos: Ferdinando CAZZAMALLÍ. Gastone de BONI y Emilio SERVADIO.
Estados Unidos: HARE († 1858), HODGSON († 1905), William JAMES († 1910), PRINCE († 1929), y los contemporáneos: Whately
CARINGTON, Gardner MURPHY, Joseph Banks RHINE y otros.
Alemania: ZÖLLNER († 1882), PREL († 1899), SCHRENCK-NOTZING († 1920), y DRIESCH († 1941) y nuestro contemporáneo Hans
BENDER (Suiza).
Son dignos también de mención el ruso Aksakov († 1902), el polaco Ochorowicz († 1918), y los contemporáneos, Guliaeff y
Wasilieff.
En otras naciones, también se ha investigado sobre la fenomenología paranormal, pero sus estudios son esporádicos o no
llegaron en todo caso a la categoría de los realizados en las naciones reseñadas.
Nace una ciencia nueva
Las primeras investigaciones causaron una verdadera revolución en el ambiente materialista de la
ciencia de finales del siglo pasado y comienzos del actual. Los «nuevos» cientistas hablaban del
espíritu y llegaron a asegurar que ciertos fenómenos no podrían explicarse si no era presuponiendo
un alma espiritual... La nueva ciencia se interesaba por el estudio del espiritismo, de los milagros, de
los endemoniados y de tantos otros fenómenos que los cientistas tradicionales ni siquiera tenían en
cuenta.
Gran parte de la ciencia de entonces se manifestó decididamente en contra de las investigaciones
psíquicas, y los numerosos errores en que cayeron los primeros investigadores alentó aún más a los
contradictores. Unos y otros, los tradicionales y los modernos, exageraron creando un ambiente de
polémica muy perjudicial al progreso de las investigaciones. La exageración de los cientistas
tradicionales, como bien analiza RICHET en su «Tratado de Metapsíquica», consistía en juzgar imposible
cualquier fenómeno extraordinario por considerarlo contrario a la ciencia. Esta afirmación aprioristica
confundía «contrario a la ciencia» con «nuevo en la ciencia». Por su parte, los nuevos investigadores,
sin atender a la deficiencia de sus métodos de investigación, llegaron a despreciar la ciencia clásica.
Metapsíquica y Parapsicología
La nueva ciencia usó varios nombres. En Inglaterra y Estados Unidos prevalecía la denominación
de «Investigaciones Psíquicas», que no debe confundirse con «psicológicas» («Psychical Research» no
es lo mismo que «Psycological Research»).
RICHET, en su «Presidential Address», ante los miembros de la «Society for Psychical Research» de Londres, en 1905,
introducía el nombre de «Metapsíquica» (21), triunfando la denominación en los países latinos. Ya antes, en 1837, según las
investigaciones de G. van RIJNBERK (22), habla empleado GÖRRES un término casi idéntico, «Metapsicología», para designar
las mismas investigaciones y fenómenos.
En Alemania nació el nombre de «Ocultismo científico» o también «Parapsicología», usado, al
parecer, por primera vez por Max DESSOIR (23) en 1889, siendo Jules Bois el principal popularizador del
término. BOIRAC, en 1908, divulgaba el término «parapsicológico» (24). El nombre de «Parapsicología»
fue adoptado más tarde en los Estados Unidos.
Otros nombres menos frecuentes son: «Psicología Supranormal», «Psicología Transcendente»,
«Estudio del Mediunismo», «Psicología Desconocida», etc.
Hoy, sin que se haya logrado una perfecta uniformidad, prevalece el nombre de «Parapsicología»
para designar la ciencia contemporánea, especialmente desde 1934, con la nueva orientación
recibida después de la publicación del primer libro de RHINE (25), reservándose el nombre de
«Metapsíquica» a las investigaciones más antiguas. Fue el mismo RHINE el impulsor de esta tendencia al
definir la Parapsicología como una «Metapsíquica experimental y científica».
Después de arduos trabajos, la ciencia parapsicológica encontró por fin su camino y es reconocida
y respetada como ciencia de vanguardia. El reconocimiento «oficial» como ciencia data de 1953, del
Congreso Internacional de Parapsicología de Utrech. En esa misma fecha y Universidad surgía la
primera cátedra de Parapsicología, regentada por el Dr. W. H. C. TENHAEFF. Posteriormente se han
multiplicado estas cátedras universitarias de Parapsicología en los países más adelantados.
La investigación de los fenómenos «misteriosos» del hombre siempre interesó a ciertos
grupos y destacados sabios. Pero la investigación sistemática y con intención científica sólo
comenzó en 1882 con la llamada Metapsíquica.
En 1934 con la reforma y perfeccionamiento de los métodos, nace la Parapsicología.
A partir de 1953 las conclusiones de la Parapsicología son oficialmente reconocidas como cientí-
ficas.
21. RICHET, Charles: «Presidential Adress», en «Revue de l’hypnotisme». 1905, págs. 258 ss. Pero esta palabra ya había sido usada
con otro sentido en una obra polaca: Wyclady Iagiellonskie» (Cracovia, 1902). como observó, después del discurso de RICHET,
W. LULOSLAWSKI.
22. RIJNBERK, Gerard Van: «Les Métasciences biologiques», París, Adyar, 1952, pág. 16.
23. DESSOIR, Max: «Von Jenseits der Seele», Stutgart, Emcke, 1917 (pero la primera edición sería de
1889).
24. BOIRAC, Emile: »La Psychologie Inconnue», 3.a ed., París, Alean, 1912. Pero la primera edición fue en
1908, como afirmamos en el texto. Personalmente sólo poseemos la 3.a ed. que es la que
utilizamos.
25. RHINE, J. B.: «extra-sensory perception», Boston, Bruce Humphries, 1934, y Boston, B. S. P. R., 1934.
3 DEFINICIÓN
UNA CIENCIA NUEVA
Hay definiciones tan amplias que parecen querer incluir dentro de la Parapsicología todo el saber
humano. Estas definiciones se refutan por sí mismas.
Definiciones restringidas
«La Parapsicología estudia las funciones psíquicas todavía no incorporadas definitivamente al sistema de la
Psicología». Según esta definición, bastante difundida, la Parapsicología no sería más que la fuerza de choque de
la Psicología, una avanzada en la investigación de fenómenos más o menos oscuros. En el momento en que todos
estos fenómenos fuesen entendidos por la Psicología o, en último término, por la Psiquiatría, etc., la
Parapsicología no tendría razón de ser.
Esta definición es, en parte, verdad. Hay fenómenos que pueden ser considerados durante
algún tiempo como para psicológicos, extraordinarios, oscuros, y pasar después a ser poco menos
que del dominio público. Es lo que aconteció con el hipnotismo, considerado en épocas antiguas
como fenómeno «ocultista», trance debido a posesión de un espíritu o demonio, y hoy tenido por todo el
mundo como un fenómeno natural y hasta vulgar. Pero hay fenómenos, como la telepatía, que aun cuando esté
científicamente comprobada, continuará siempre siendo un fenómeno parapsicológico por su carácter esencial de
fenómeno al margen de la Psicología normal o patológica.
Otras definiciones son más amplias, pero también parciales, limitadas: «La Parapsicología estudia todos los
hechos en los cuales la vida y el pensamiento se manifiestan por fenómenos aparentemente inexplicables»
(BOIRAC); O «es una rama de la Psicología que trata de fenómenos mentales y de su comportamiento en los
casos que parecen exigir principios todavía no aceptados» (RHINE).
En definiciones como éstas, aparte de las expresiones: inexplicable, todavía no aceptados, de que hablamos
antes, se incluye el elemento: mental, pensamiento, vida. Entonces cualquier fenómeno del espiritismo, de la
demonología, de los milagros, cualquier fenómeno, en fin, capaz de suscitar una controversia sobre su carácter
extraterreno, sería por este mismo hecho excluido del estudio de la Parapsicología, por no ofrecer certeza a
primera vista de su carácter mental, de la vida humana, del poder del pensamiento. En definitiva, sólo los
naturalistas declarados podrían ser parapsicólogos en muchos casos, para no decir en todos. Sin embargo, los
fenómenos parapsicológicos siempre estuvieron envueltos en interpretaciones de las más contradictorias y
misteriosas, pero generalmente de carácter «místico».
¿Sería el caso de estudiar primero si tales fenómenos son o no mentales, vitales, de pensamiento? Entonces
tendríamos al parapsicólogo estudiando una materia que todavía no sabe si le pertenece...
¿Se debería esperar a que otras ciencias determinasen el carácter mental u vital de determinados fenómenos
para que sólo entonces los estudie el parapsicólogo? Afirmar esto sería lo mismo que ignorar el origen de esta
ciencia que nació precisamente para investigar si estos fenómenos «misteriosos» existían de hecho, y, en caso
afirmativo, si superaban en la realidad las fuerzas de la naturaleza, o cuáles de ellos superaban y cuáles no
superaban estas fuerzas.
Los fenómenos mentales y vitales, por consiguiente, no constituyen la única materia del estudio de la
Parapsicología.
Omitimos otras definiciones de mayor o menor difusión entre los parapsicólogos, pero también incompletas.
El campo es mayor
Robert AMADOU, representando el sentir más general de los metapsíquicos y parapsicólogos, da en diversos
lugares de su magnífica obra «La Parapsychologie» definiciones mucho más amplias. Por ejemplo: «El fin de la
parapsicología es la constatación. y explicación de hechos desconcertantes, extraños, misteriosos, cuyos
caracteres desorientadores pueden agruparse en la vasta categoría, profundamente heteróclita, de lo oculto perceptible,
de las experiencias mágicas, de lo maravilloso empírico. Sobre estos hechos, la Parapsicología quiere pronunciar
el veredicto de la ciencia. Su ambición no es ni más ni menos modesta». El lema de los estudios que, bajo la
dirección de Robert AMADOU, se llevan a cabo en la «Tour Saint Jacques» se puede considerar como otra
definición de la Parapsicología: «Rien de ce qui est étrange ne nous est étranger».
Como se ve, no nos limitamos, como hacen algunos autores, a los fenómenos llamados PSI-GAMMA O PSI-
KAPPA. Nuestro concepto de la Parapsicología es más amplio, de acuerdo con destacados metapsíquicos y
parapsicólogos, y supuesta la historia y la finalidad de esta investigación. Según la expresión de Robert
AMADOU: «nada de lo que es extraño lo es para nosotros», si presenta cierta posibilidad de deberse a facultades
humanas.
Hay mucho que investigar
El campo en que trabaja la Parapsicología es inmenso. A veces se tratará de aparentes incorporaciones: un
supuesto endemoniado, un «desencarnado» que parece hablar por boca de un «médium»... Otras veces será
preciso estudiar, al menos como investigación previa, un supuesto milagro, o los poderes extraordinarios que se
atribuyen a un hechicero, a un faquir, a un brujo. No raramente la ciencia «tradicional» queda sorprendida ante el
anuncio de hechos que van a suceder después de 20, 30, 100 años, cuando era «imposible» preverlos por vías
normales, y ve que los hechos comprueban los pronósticos; o ante adivinaciones de hechos sucedidos a miles de
kilómetros de distancia... Y ¿qué decir de una mesa que se eleva por los aires desafiando aparentemente al
menos, la ley de la gravedad? ¿Qué pensar de un ignorante y analfabeto que de repente empieza a hablar en
lenguas extranjeras? O ¿de una adolescente que pasea con los pies descalzos sobre brasas sin sufrir quemaduras
ni sentir dolor? O todavía, ¿de otro individuo que escribe automáticamente en un extremo de un aposento,
mientras que en el otro se oyen voces, música, ruidos, sin causa aparente? En un recipiente, herméticamente
cerrado, aparecen objetos que momentos antes, según se afirma, estaban en sitios lejanos; se habla de curas
extraordinarias; se comentan apariciones de fantasmas, miembros humanos tangibles, separados de su cuerpo y
que, no obstante, siguen vivos; aparecen escritas en papeles respuestas sin que nadie haya sido visto
escribiéndolas. En fin, son en número incalculable los fenómenos asombrosos, increíbles, esto es, para-
psicológicos.
¿Son reales? ¿Son alucinaciones, fraudes...? ¿Cómo se explican estos fenómenos reales o aparentes? Ya es
tiempo de que surjan especialistas perfectamente preparados para abordar estos difíciles pero interesantísimos
problemas. Ya es la hora de no afirmar ni negar nada en nombre de la ciencia y sin previo estudio especializado.
Tentativa de definición
Es difícil encerrar en una definición tantos y tan variados fenómenos. Algunas de las definiciones que se han
propuesto esquivan la dificultad y caen en tautologías. Por ejemplo: «La Parapsicología tiene por objeto la
constatación y análisis de los fenómenos de apariencia paranormal», o «Estudia los fenómenos parapsicológicos
y los con ellos relacionados». Los términos que se quieren definir no deben entrar en la definición. Son
justamente esos «fenómenos parapsicológicos y los con ellos relacionados», «los fenómenos de apariencia
paranormal» los que queremos definir.
Sin embargo, los términos empleados en esas definiciones y otros equivalentes son de uso continuo en la
Parapsicología: paranormales, para psíquicos, parapsicológicos, supranormales...
Nosotros los tomamos como sinónimos de extraordinario, sorprendente, al margen de lo normal, inexplicable
a primera vista.
Paranormal no significa anormal en el sentido peyorativo de la palabra. Fenómeno paranormal no es
sinónimo de patológico, propio de enfermos o de locos... Aunque el límite entre paranormal, anormal, normal, es
muchas veces simple cuestión de grado, no siempre fácil de precisar. Y la frecuencia de los fenómenos
paranormales, espontáneos o provocados, puede llevar a la anormalidad.
Aparte de esto, las facultades paranormales, consideradas como facultades, son patrimonio de todo el género
humano y en ese sentido son facultades normales. Pero su manifestación es privativa de personas especiales o de
circunstancias extraordinarias. Por tanto, el fenómeno, la manifestación de la facultad, es paranormal,
extraordinaria, al margen de lo normal.
Preferimos el prefijo «para» (para = al margen) al prefijo «supra» (supra = por encima de). Supranormal, en
efecto, sugiere más o menos refleja o inconscientemente, una relación con lo sobrenatural, que escapa del plano
en que directamente se mueve la Parapsicología.
Los fenómenos llamados paranormales son, al menos generalmente, «espontáneos», irreproducibles a
voluntad... Y este aspecto también está incluido en el término «paranormal». Con todo, los fenómenos
paranormales, a pesar de ser «espontáneos», no reproducibles a voluntad, pueden ser comprobables matemáti-
camente.
Notemos también que el aspecto de «espontaneidad o incontrolabilidad» incluido en el concepto de
paranormal, o el aspecto de extraño, de inexplicable (nuevos para la ciencia «tradicional»), no son propios de
todos los fenómenos que estudia la Parapsicología. Por eso debemos ampliar el término con el de «aparente» o «a
primera vista» paranormal (1).
Nuestra definición
Proponemos una definición, a título de orientación:
La Parapsicología es la ciencia que tiene por objeto la constatación y análisis de los fenómenos a
primera vista inexplicables, pero que presenten posibilidad de ser resultado de las facultades
humanas.
2. AMADOU, Robert: «La Parapsychologie», Paris, Denöel, 1954. pág. 45. Hay traducción española: «La Parapsicología»,
Buenos Aires, Paidós, 1957.
3. AMADOU, Robert: o. c. pág. 31.
Ciencias limítrofes
Como se ve, la Parapsicología tiene muchos puntos de contacto con otras ciencias. Como ciencia auténtica,
no sólo no contradice a otros ramos del saber, sino que los presupone, se sirve de ellos y con ellos colabora.
Concretaré con un solo ejemplo: supongamos una curación extraordinaria, inexplicable al menos a primera
vista. Varias ramas de la ciencia y no sólo la Parapsicología, están interesadas en el asunto. Debe el médico, en
primer lugar, ver si la curación puede explicarse simplemente con los datos de la Medicina. Si fuese así, ni el
teólogo, ni el filósofo ni el parapsicólogo deben intervenir.
Mas supongamos que la Medicina «queda sin respuesta» ante semejante cura. ¿Hay que atribuirla ya, sin más
investigación, al demonio, a los espíritus «desencarnados», a Dios...? No. Desde el momento en que parece como
sorprendente, a primera vista inexplicable, según el criterio de la Medicina y ciencias afines, la curación pasa al
terreno del parapsicólogo.
Es misión del parapsicòlogo investigar exhaustivamente, con métodos propios, tratando de descubrir
cualquier dato que lo pueda poner en la pista de una explicación parapsicologica. Al más mínimo indicio, si es
preciso, pedirá la colaboración del especialista en Psiquiatría, Psicología, Fisiología, Física, etc., incluso del
Ilusionista, según lo pida el caso. El parapsicòlogo ideal sería el especialista en todas esas materias simul-
táneamente. En las sociedades de investigación parapsicologica hay miembros especialistas en los diversos
campos, cuya finalidad es asesorar en aquello que pueda tener relación con su especialidad.
Solamente cuando, más allá de la explicación ordinaria, quede excluida toda posibilidad de explicación
parapsicologica sólo entonces el parapsicòlogo deberá dejar el caso al teólogo, filósofo...
4 CLASIFICACIÓN
Los GRANDES GRUPOS DE LA FENOMENOLOGÍA
Los fenómenos que estudia la Parapsicología requieren una doble división:
Fenómenos «extraordinario-normales» (si es que se pueden juntar estas dos palabras, como ya hizo RICHET),
son fenómenos «misteriosos», pero que en la realidad no exceden el poder de las facultades y sentidos conocidos
por la ciencia tradicional, aunque aparezcan con un funcionamiento extraordinario, o en manifestaciones
extraordinarias, a primera vista inexplicables.
Fenómenos «paranormales» son aquellos que se deben a unas facultades desconocidas por la ciencia tradicional,
y recientemente descubiertas o estudiadas por la Parapsicología. Facultades, como veremos, no sensoriales,
facultades espirituales.
Por fin, la Parapsicología estudia los fenómenos posiblemente «sobrenaturales», o «transcendentes», hasta ver
si, según la Parapsicología, tales fenómenos no tienen explicación natural satisfactoria. Sólo entonces
abandonaría la Parapsicología el estudio de estos fenómenos, dejándoles al especialista en Mística, Teología, etc.,
el cual, con sus medios propios, analizaría tales fenómenos debidos a fuerzas extraterrenas (Dios).
En una segunda división, más o menos bien delimitada y que se entronca con la anterior, los fenómenos
parapsicológicos pueden ser:
En este volumen sólo estudiaremos los fenómenos de efectos psíquicos del conocimiento, tanto
extraordinario-normales como paranormales.
PRIMERA PARTE
FENÓMENOS «EXTRAORDINARIO -NORMALES» DE CONOCIMIENTO
5 HIPERESTESIA DIRECTA
AGUDEZA DE NUESTROS SENTIDOS
Asombrosa agudeza que pueden alcanzar nuestras sensaciones. — Esperanza para las personas que
perdieron algún órgano de los sentidos.—Los ciegos pueden ver sin ojos.
Es innegable que algunos radiestesistas, cartománticos, adivinos, médiums, etc., e incluso personas comunes
obtienen éxito en el conocimiento de «cosas ocultas». Dejamos de lado ahora los trucos, las casualidades,
sugestiones...; sólo tratamos de las «adivinaciones» auténticas.
Todos estos prodigios de «apariencia paranormal» ¿llegan de hecho, a ser paranormales, extra-sensoriales,
debidos a una facultad capaz de conocer sin el auxilio de los sentidos?
La percepción hiperestesia
Hiperestesia (de hiper = sobre; estesia = sensación) significa exaltación de la sensación. Hiperestésico es el
que capta y puede manifestar estímulos mínimos. Las personas que manifiestan con alguna frecuencia este
fenómeno, y por extensión otros fenómenos extraordinario-normales, de conocimiento, son llamadas «sensitivas»
(reservándose el nombre de «metagnomos» para los que manifiestan fenómenos paranormales de conocimiento).
Las mariposas machos de la especie «Arestias selcne» son atraídas por la hembra, en la época de celo,
hasta la distancia de 11 kilómetros.
Un perro de caza se guía por una admirable hiperestesia del olfato, sobre el mínimo olor de que queda
impregnado el suelo pisado hace una hora o más por la liebre que pasó por allí.
La sensibilidad de los sentidos de ciertos animales sirve para alertarnos y obligarnos a admitir la posibilidad
de la hiperestesia en el hombre, al menos de una hiperestesia inconsciente.
Introducida una persona en una habitación en la cual nunca había estado antes, se le dan solamente
cuatro o cinco segundos para que observe todo lo más que pueda de ella. Al salir de la habitación podrá
dar cuenta de unos 10 ó 16 objetos. Pero si la hipnotizamos en seguida para aprovechar las sensaciones
que de hecho tuvo y de las cuales no se dio cuenta conscientemente, observaremos que puede enumerar,
bajo el efecto de la hipnosis que hace surgir ciertas sensaciones inconscientes, unos 40 ó 50 objetos más,
que estaban en la habitación y de los cuales sólo inconscientemente tuvo conocimiento (1).
El descubrimiento de las sensaciones inconscientes no es cosa reciente. Ya en 1846, GERDI avisaba «que era
necesario habituarse a comprender que puede haber sensaciones sin percepción (consciente) de la sensación» (2).
Muchos años antes, el talento de PLATÓN enseñaba la misma tesis, aunque con un lenguaje algo metafórico.
Escribe, en efecto, el famoso filósofo griego en el Filón: «Debes suponer que entre las impresiones que recibe
nuestro cuerpo en todo instante, algunas se detienen en el cuerpo antes de penetrar hasta el espíritu, al cual dejan
indemne (conscientemente), pero otras atraviesan uno y otro y producen una especie de vibración, de la cual, una
parte es particular de cada uno de ellos, y la otra, común a los dos». Es, como se ve, la distinción entre
percepción consciente, de un lado, e hiperestesia inconsciente, de otro.
Otro tipo de sensaciones inconscientes (en el caso, subconscientes) (3) son aquellas que no percibimos por la
fuerza de la inhibición y concentración, pero que podríamos aprender en cualquier momento si así lo
En una cinta de cine, .por ejemplo, se impresiona en un solo fotograma, y en segundo plano,
suavemente, la palabra «sangre». En otro fotograma, y también de manera poco nítida, una calavera.
Cuando la película es proyectada, en una escena de horror, nadie podrá darse cuenta de la palabra
«sangre» ni de la calavera. Sin embargo, la ínfima sensación puede ser captada subconscientemente y,
surgiendo a la superficie, la impresión tétrica del film es, o puede ser, acentuada.
También el consciente puede llegar, gracias al entrenamiento, a grados fantásticos de hiperestesia. Los
marineros distinguen objetos a distancias mucho mayores que las personas dedicadas a otras profesiones. Los
pintores consiguen distinguir matices en los colores, completamente indiferenciables para el común de los
hombres. Ciertos salvajes poseen, por el ejercicio, un oído que supera en sensibilidad al más sensible micrófono,
y un olfato que recuerda el de los perros de caza. Los ciegos y sordomudos frecuentemente presentan algún
sentido notablemente hiperestesiado, por verse obligados a «captar» sus sensaciones, a hacer conscientes las
sensaciones que en las otras personas permanecen inconscientes. Así, muchos sordomudos pueden llegar a
entender lo que habla una persona, sólo por el movimiento de los labios del interlocutor; cuán difícil sea esto se
comprenderá apagando el sonido del televisor y mirando sólo la imagen.
El ejercicio es lo que les ha permitido la manifestación de la hiperestesia. Si lo pueden manifestar, es señal
de que la facultad estaba ahí; el hombre posee una gran capacidad de sensación. Esto es lo que nos interesa
destacar.
Como en otros problemas, han sido las experiencias con animales las que orientaron a los investigadores para
encontrar la verdadera solución de la «visión» de los ciegos. Más adelante hablaremos del célebre caballo Barto,
uno de los caballos de Elberfeld, viejo y ciego. No obstante su ceguera, hoy es sabido que captaba los
movimientos aparentemente imperceptibles de los asistentes.
Hace ya mucho tiempo que Rafael DUBOIS trató ampliamente de los animales que «ven sin ojos».
El gran naturalista SPALANZANI llamaba la atención de los especialistas para que estudiasen el escarabajo.
Estos hechos, evidentemente, deben ser relacionados con lo que acontece con algunos hombres ciegos,
especialmente los ciegos de nacimiento.
DIDEROT afirma que hay ciegos que, entrando por primera vez en una habitación desconocida, se
desvían de los muebles con tal precisión que dan la impresión de que ven.
DUCAMP cuenta maravillado lo que presenció en el Instituto para niños ciegos de París. Varios niños
ciegos de aquel Instituto saltan y corren en diversos juegos al aire libre sin chocar entre ellos. ZABAL
interrogó a los directores del Instituto en busca de una explicación, mas no obtuvo sino la confirmación
del hecho: esos niños son ciegos absolutamente, y evitan los obstáculos.
Personalmente tengo referencias de un ciego a quien le gusta «ver» la televisión; y de varios ciegos
de un Instituto especializado de Italia que acostumbran a subir a la azotea para «ver» entrar los barcos en
la bahía.
Experiencias semejantes se repiten con relativa frecuencia (4).
¿Cómo explicar todo esto? Se ha hablado del eco, como en el caso de los murciélagos, de radar, incluso de
telepatía o de percepción extra-sensorial.
Ahora bien: que exista en el hombre una emisión de sonidos para provocar el eco, como los murciélagos, o,
todavía más, una emisión de rayos «antropoflúxicos» para imitar el radar, son teorías bellas, pero totalmente
«desprovistas de fundamento. No se deben explicar hechos difíciles por teorías todavía más difíciles. Acudir a la
telepatía o a cualquier otro fenómeno para-normal, es muy cómodo, pero el fenómeno paranormal sólo se debe
admitir en los casos en que cualquier otra explicación normal o extraordinario-normal sea imposible o muy poco
lógica. Y si los hechos pueden ser repetidos regularmente y con precisión continua en determinadas personas,
como sucede con los fenómenos que estamos analizando, entonces el recurso a lo paranormal debe ser excluido.
La explicación es la hiperestesia. En el caso del escarabajo, por ejemplo, todos saben que este animal tiene el
centro motor y sensitivo en el tórax y no en la cabeza. Puede, por tanto, seguir moviéndose y sintiendo
perfectamente, sin cabeza. Los rayos de luz solar se reflejan sobre los objetos y reinciden sobre el escarabajo que,
hiperestésicamente, con los nervios «al descubierto», los siente. No es visión ocular o retiniana pues no tiene
ojos. El animal siente el contacto de los rayos luminosos, o el eco de sus propias pisadas, calor, ondulación del
aire provocada por el movimiento, o la ondulación del aire al chocar con un objeto, etc...
Lo mismo, o parecido, debemos decir del célebre caballo Barto. Hiperestésicamente sentía las ondulaciones
del aire, los reflejos de la luz causados por los movimientos de los asistentes, oía las palabras pronunciadas
inconscientemente tenuísimamente con el movimiento de las cuerdas vocales y los labios cerrados, etcétera... A
lo largo de este capítulo se irá comprendiendo mejor la explicación.
En ciertas enfermedades psicosomáticas, se observa como síntoma ordinario algún tipo de hiperestesia
patológica consciente, bien conocida por los médicos y psiquiatras. Decimos que es consciente, porque la
hiperestesia inconsciente la consideramos común a todos los hombres, en mayor o menor grado.
En los histéricos, por ejemplo, puede darse, entre otras perturbaciones del oído, cierta hiperacusia
(hiperestesia auditiva), generalmente unilateral, de modo que oyen pequeños ruidos a grandes distancias; o gran
intolerancia para ciertos olores o sabores (hiperestesia olfativa y gustativa), de modo que puede bastar una sola
gota de alguna sustancia mezclada en la sopa para volverla intolerable. En muchos neurópatas se puede observar
hiperestesia visual por la que perciben objetos pequeños distantes, como si usasen prismáticos. Hiperalgesia
(hiperestesia al dolor o hiperestesia táctil), de manera que un pequeño estímulo cause un fuerte dolor, es frecuente
en los neurasténicos, como también en los histéricos, generalmente muy localizada, difícilmente general.
Es hiperestesia que se manifiesta fácilmente en el breve tiempo de una crisis. Si en tan breve tiempo puede
manifestarse al consciente, es señal de que la facultad está ahí. Inconscientemente puede ser de actuación más
frecuente.
Una de las experiencias preferidas por CHARCOT, fundador, como se sabe, de la escuela de hipnotismo de
Salpetriére, era la siguiente:
Escogía algunos histéricos entre los pacientes del hospital. Primeramente los ponía en estado
hipnótico de sonambulismo y, en este estado, les mostraba un papel blanco sugeriéndoles que era una
fotografía. Hecho esto, mezclaba el papel con una docena de papeles, todos en blanco y perfectamente
iguales. Escogía de propósito papeles en los que a primera vista fuese imposible descubrir cualquier
marca que los diferenciase.
Antes de despertar a los pacientes les sugería que, una vez despiertos, seguirían viendo el retrato en el
papel. Entonces presentaba todos los papeles a cada paciente. Éste los iba pasando sin saber para qué,
sólo porque así se lo mandaban. De repente, y al llegar precisamente al papel en que debería estar el
imaginario retrato sugerido, el paciente se detenía con sorpresa por ver que ese papel era una fotografía.
Por el lugar en que había sido colocado el papel en cuestión, CHARCOT comprobaba el éxito de la
experiencia.
4 Ver, por ejemplo: «Enciclopedia Ilustrada Europeo-Americana». Madrid-Barcelona, Espasa-Calpe, artículo «Telepatía», pág. 578.
De esto debe deducirse que hubo hiperestesia, como bien analiza BINET (5). A pesar de que los papeles
parecieran enteramente iguales, en la realidad no lo podían ser.
El paciente había percibido por hiperestesia alguna señal característica y asi pudo distinguir el papel. Nótese
que los experimentadores que sabían el lugar que ocupaba el papel en cuestión, estaban ausentes en la mayoría de
las experiencias, para no guiar ellos mismos con gestos involuntarios a la persona histérica.
Que se trataba de hiperestesia y no de telepatía o algún otro fenómeno extra-sensorial, paranormal, se puede
confirmar, como hizo el Dr. BERNHEIM, de la escuela de hipnotismo de NANCY, utilizando sujetos menos
sensibles:
BERNHEIM repitió la experiencia de CHARCOT con varios sujetos. Entre ellos, una empleada
doméstica de dieciocho a veinte años, convaleciente en el Hospital. Despertada de la hipnosis, reconoció
inmediatamente el papel en cuestión, viendo en él su retrato. Un minucioso examen del papel mostró la
presencia de algunas señales o defectos, muy pequeños, que podrían haber servido de orientación. Para
comprobar esta sospecha, BERNHEIM resolvió hacer señales semejantes en los otros papeles. Sin
embargo, la sonámbula continuó distinguiendo «su» papel. BERNHEIM entonces mandó hacer
exactamente, concienzudamente, idénticas señales en todos los papeles. Esta vez, la sonámbula se
desconcertó repetidas veces.
Todavía BERNHEIM hizo otro tipo de experiencia que nos interesa aquí. «Uno de mis sonámbulos
imitaba mis movimientos sin verlos, cuando me colocaba detrás de él para ejecutarlos. Cuando yo hacía
movimientos de rotación con los brazos, se ponía también, algún tiempo después, a agitar los suyos,
aunque sin conseguir una imitación exacta del movimiento que yo ejecutaba... En breve nos
convencimos de que el sonámbulo oía el ruido de nuestros brazos y pies y que la idea del movimiento a
ser ejecutado le era trasmitida al cerebro por el oído, ya que bastaba hacer los movimientos sin ningún
ruido, esto es, sin rozar la ropa, para que él permaneciese inmóvil».
BERNHEIM, analizando profundamente las experiencias que realizó, llegó a la conclusión de que no había
exaltación propiamente dicha, aumento de agudeza en los sentidos, sino apenas de la atención, concentrándola en
un punto determinado. No es aumento de la hiperestesia sino sólo manifestación en el consciente de la
hiperestesia de que estos individuos eran capaces (en la medida en que pueda hablarse de consciente en
individuos hipnotizados) (6).
Hiperestesia en la hipnosis
Nótese que en las experiencias que acabamos de citar, aunque al comienzo se usase el hipnotismo para hacer
las sugestiones, el reconocimiento del papel se hacía estando despierto el paciente. Por consiguiente, incluso en
estado de vigilia, existe o puede existir una hiperestesia asombrosa en el hombre.
Con hipnotizados especialmente sensitivos (así se llaman: repetimos, los que manifiestan la hiperestesia), es
más fácil experimentar hasta qué grados de hiperestesia puede llegar el hombre en ciertas circunstancias. En
efecto, la manifestación de la agudeza de los sentidos llega a límites insospechados.
No sólo con los ojos semicerrados, sino estando completamente cerrados, algunos hipnotizados sienten con
tal nitidez los rayos luminosos que consiguen ver (visión auténtica) objetos sumamente distantes, imposibles de
ser percibidos (conscientemente) por otra cualquier persona en estado normal y con los ojos abiertos.
La Academia de Ciencias de París nombró una Comisión para el estudio de algunos fenómenos del entonces
naciente «magnetismo» o hipnotismo. La Comisión, científica y seria, después de cinco años de estudio, concluía
en la proposición 24:
5 BINET, A. y FERE, C: «Le magnétisme animal», París, Alean, 1887, pág. 166.
6 De hecho, la inhibición respecto a lo que pasa alrededor, ayuda a la percepción (consciente) de señales mínimas. Pero las
experiencias y conclusión de BERNHEIM nos parecen que deben ser completadas o explicadas. En primer lugar, la concentración
explicaría el éxito de los sujetos en cuestión y de otros no muy sensitivos. Pero de ahí no se puede deducir que otros más sensitivos no
pudieran acertar donde fracasaron los sujetos experimentados por BERNHEIM. Tenemos otras muchas experiencias y casos
espontáneos, como iremos viendo, que muestran que la hiperestesia no tiene límites tan estrechos. Por otra parte, la concentración (e
inhibición) explica los casos de hiperestesia consciente, mostrando que de hecho no hay aumento de la sensibilidad, sino simple
aumento e la manifestación en el consciente de la capacidad de sensación. Pienso que la inhibición consciente no afecta a la
hiperestesia inconsciente: veremos, en efecto, que incluso cuando el consciente atiende fuertemente a otra cosa, el inconsciente capta
estímulos mínimos; es realmente hiperestésico hasta límites insospechados.
En una palabra: la concentración (e inhibición consecuente), harían que el consciente perciba más, no refiriéndonos al
inconsciente, que siempre sería hiperestésico.
«Vimos a dos sonámbulos distinguir, con los ojos cerrados, objetos colocados delante de ellos,
designar el color y el valor de cartas de baraja sin tocarlas, leer palabras escritas a mano, o algunas líneas
de libros que les eran abiertos al azar. Y estos fenómenos se daban incluso cuando con los dedos se les
cerraban rigurosamente los párpados» (7).
Ya BRAID, para citar un ejemplo de los pioneros del hipnotismo, relata el caso de un paciente que no
tenía buen oído pero que, sugestionado, percibía lo que se le decía cuchicheando, estando de espaldas y a
más de cinco metros de distancia. El que normalmente no oía el tic-tac de un reloj sino a la distancia
máxima de un metro, lo oía nítidamente, en estado hipnótico, a una distancia de diez metros (8).
El Dr. BREMANT observó un hipnotizado en estado de sonambulismo que, desde el consultorio del
médico, seguía perfectamente, a través de los vidrios de la ventana, un diálogo mantenido en voz baja en
el otro extremo de la calle (9).
Ciertos hipnotizados se quejan cuando les aproximan una aguja a unos veinte centímetros de ellos. Por esto,
algunos investigadores creyeron que la sensibilidad salía del cuerpo formando una capa a su rededor. Así, por
ejemplo, el Dr. BOIRAC, (10), que repitió con algunas modificaciones las experiencias anteriores del célebre De
ROCHAS (11). En realidad, nada hay que pruebe esa exteriorización de la sensibilidad. No sospecharon aquellos
científicos que, con sólo mover una aguja y aproximarla a diez o veinte centímetros del cuerpo, el hipnotizado
fuese capaz de notarlo en el propio cuerpo por la ondulación del aire, por el ruido imperceptible del
movimiento... Otros, según BRAID, llegaban a más, pues podían sentir el movimiento de la mano a quince metros
de distancia.
Insistimos: si en la hipnosis, por la fuerza de la sugestión, es posible manifestar tanta hiperestesia, es señal de
que esa hiperestesia existe, señal de que nuestros sentidos, al menos inconscientemente, son sumamente agudos.
A veces la hiperestesia parece, más que sensibilidad, una exacerbación alérgica, exagerada de la misma. No
sólo se percibe sino, al parecer, se «aumenta» la influencia del objeto. Es como si todo el cuerpo estuviese en
carne viva y muy excitable; no puede ser tocado, ni aun suavemente, sin dolor. En definitiva, esto nos muestra
cómo las terminaciones nerviosas son sensibles y excitables hasta el máximo por estímulos mínimos; y cómo
inconscientemente podemos «exagerar» los estímulos, como cajas de resonancia.
El Dr. AZAM (12) colocaba la mano a cuarenta centímetros de distancia de la espalda desnuda de una
hipnotizada. Ésta no sólo sentía el calor de la mano sino que se inclinaba hacia adelante, quejándose de
gran calor. Lo contrario sucedía a causa del frío cuando un pedazo de hielo era colocado a bastante
distancia: el poco frió que podía llegar hasta ella la impresionaba tanto que temblaba todo el cuerpo y
mostraba la clásica reacción de «carne de gallina» (piel hanserina).
Sería interesante poder fijar hasta dónde llega o puede llegar la hiperestesia del hombre; pero esto nos parece
imposible. Creemos que los sentidos pueden ser impresionados por los menores estímulos, al menos
inconscientemente.
La brújula es un instrumento delicado. Pues bien: el cuerpo humano siente también, al menos
inconscientemente, el magnetismo terrestre. Y sensitivos excepcionales pueden sentir la influencia magnética
incluso conscientemente. Los sensitivos observados por REICHENBACH reaccionaban violentamente en presencia
de imanes, tanto más violentamente cuanto más potente fuese el imán. No podían dormir sino en la dirección del
meridiano magnético, con la cabeza hacia el norte. En otra posición experimentaban una sensación de inquietud y
malestar físico. En plena oscuridad percibían ciertos objetos por el «aura» luminosa que despedían, por ejemplo,
cristales c imanes (13).
7 La Academia rechazó apriorísticamente todas las conclusiones de la Comisión. Sorprendida por lo que le parecía imposible, a pesar
de no haberlo observado, rehusó publicar las conclusiones de cinco años de trabajo serio y científico de la Comisión. Ni siquiera quiso
discutirlas, motivo por el que quedaron como autógrafo. Hoy, sin embargo, deben ser incorporadas a la ciencia.
8 BRAID, James: «Neurhypnologi, or the Rational Nervous Sleep», Londres y Edimburgo, 1843. Traducción francesa de SIMÓN,
Jules: «Neuropnologie. Traite du somneil nerveux ou Hypnotisme», 1883, traducción que lleva un apéndice con el resumen de los
trabajos de BRAID aparecidos hasta 1860 (año de su muerte) y con un prefacio de BROWN-SEQUARD. El mismo libro prácticamente
es: WAITE, A. E.: «Braid on Hypnotisme» Londres, George Redway, 1889.
9 Citado por CASTELLAN, Yvonne: «La Metapsíquica», Buenos Aires, Paidós, 1960, pág. 95.
10 BOIRAC, Émile: «La Psychologie Inconnue», París, Alcan, 1912 (3.a ed., 1908), págs. 252, 264, 271.
11 ROCHAS, Albert de: «L'exteriosisation de la sensibilité», París, Chamanuel, 1894 (hubo un edición posterior en 1909).
12 AZAM, E.: «L'Hypnotisme et le dédoublement de la personalité». Paris. Baillière, 1887; París, Alean. 1892.
13 REICHENBACH, Karl von, traducción de LACOSTE, Ernest, prefacio de ROCHAS, Albert de: «Les phénomènes odiques ou
recherches physiches et psychologiques sur les dynamides du magnétisme, de l'électricité, de la chaleur, de la lumière, de la
cristalisation et de l'affinité chi miche, considérés dans leurs rapports avec la force vitale», Paris, 1904. Hay también traducción
inglesa, con prefacio y notas de ASA-BURNER, John M. O.: «Physich-physiological Researches...». Londres. 1851. Del mismo autor,
Es más: los Doctores FRIEDMAN y BACHMAN, de los EE. UU., después de una serie de observaciones y
experiencias, calificaron a ciertos sensitivos como «brújulas humanas». Numerosas observaciones realizadas con
los primitivos de Australia Central confirmaron el hecho, según testimonios presentados en el último Congreso
Internacional de Biomagnetismo.
Muchas de las experiencias anteriormente descritas y otras semejantes pueden verse en los buenos tratados de
hipnotismo como cosa relativamente frecuente.
Le llamada visión paraóptica
Los conocimientos obtenidos por hiperestesia pueden ser tan nitidos que algunos autores llamaron a este
fenómeno «visión paraóptica, hiperóptica o cutánea».
Paul JACOT encontró (o mejor dicho, lo encontraron sus discípulos y lo llevaron al maestro) un
sujeto que, hipnotizado, leía perfectamente las horas en un reloj colocado sobre su cabeza. No se trataba
de señales dadas inconscientemente por los investigadores, pues éstos cambiaban las agujas del reloj por
detrás del sonámbulo, y sólo observaban la hora marcada después de que el sonámbulo la había dicho
(14).
El profesor LOMBROSO encontró una histérica que, en ataques sonambúlicos de hipnotismo
espontáneo, perdía completamente la visión por los ojos, viendo mientras tanto, casi con el mismo grado
de claridad, por el lóbulo de la oreja izquierda. No sólo distinguía los colores, sino también los caracteres
de una carta llegada hacía poco. Más aún: si el experimentador concentraba con una lente algunos rayos
de luz sobre el lóbulo de la oreja, se resentía la paciente vivamente y gritaba, sacudía la cabeza y cubría
con el brazo la oreja, como haría con los ojos si éstos fuesen heridos por una luz demasiado intensa.
(Igual transposición se daba con el olfato. El amoniaco y la asafétida aplicadas a la nariz no daban
reacción alguna; aplicadas al mentón la hacían estornudar y obligaban a la paciente a apartar la cabeza en
señal de náusea y desagrado) (15).
Fue famosa la pequeña Giselle COURT. LOS esposos DUPORT, campesinos de la Gironda, en Francia,
la sacaron de la asistencia pública cuando tenía tres años. Después de una perturbación nerviosa, la niña
quedó ciega. Poco a poco, con el ejercicio y la voluntad de vencer, fue hiperestesiando las extremidades
de los dedos hasta conseguir distinguir los colores con sólo aproximar y detener los dedos sobre ellos
(16).
Visión paraóptica en estado de vigilia
Estos fenómenos de aparente transposición de sentidos tienen lugar también con personas en estado normal.
O expresándonos con mayor exactitud: posiblemente estos fenómenos llamados de transposición de sentidos (en
la realidad, hiperestesia) se dan en todas las personas, al menos inconscientemente. Hay, sin embargo, algunas
personas en las cuales lo captado inconscientemente aflora al consciente. Son los llamados «sensitivos» como ya
dijimos (17).
El cronista científico Jean LABADIE, por ejemplo, describe dos casos extraordinarios y muy bien
comprobados por él mismo, de la llamada «transposición de sentidos» o «visión paraóptica» (una clase de
hiperestesia), en personas normales.
sobre estos temas puede consultarse en la traducción de CAGNES: «Lettres odiques-magnetiques», Paris, Baillière, 1856; «Les
phénomènes odiques». Paris, Flammarion, 1907; «Der Sensitive Mensch und Sein Verhalten zum Od», Sttugart, Cotta, 1855.
14 JAGOT, Paul Clement : «Méthode moderne scientifique de Magnétisme Hypnotisme, Sugestion» París, Ed. Dangles s. f
Traducción española: «Magnetismo, Hipnotismo, Sugestión», Barcelona, Ed. v Publ. Iberia, s.f. (1956).
15 LOMBKOSO, Cesare: «Ricerce sui fenomeni ipnotici e spiritici.-Turin, 1909. Utilizamos la traducción francesa de
ROSSGNNEUX: «Hypnotisine et spiritisme», París, Flammarion, 1922.
16 OLIVEIRA, Martins: «Magia do hipnotismo», 2A, ed. Porto. Progredior, 1959, pág. 58.
17 Con todo, los sensitivos pueden ser personas comunes, normales, perfectamente integradas en la sociedad, aunque sean
frecuentes los sensitivos entre los más o menos anormales.
No obstante, esa anormalidad es sólo con referencia al aspecto peyorativo de la palabra anormal. Porque en otros aspectos
siempre será posible encontrar en los sensitivos «normales» alguna falla o lesión orgánica, algún desequilibrio psíquico... A veces
puede bastar una excesiva emotividad, cansancio habitual, etc.
Es cierto que el fomentar y pretender desarrollar la «sensibilidad» (la hiperestesia o cualquier fenómeno extraordinario-normal,
o para-normal) es muy peligroso. Ser sensitivo (o metagnomo, como se llaman las personas que manifiestan frecuentes fenómenos
paranormales de conocimiento) no es una cualidad sino un defecto. Tanto más notable defecto cuanto más frecuentes sean los
fenómenos manifestados.
El primer sujeto observado era una señora de la mejor sociedad de París. Además de Jean LABADIE, otras seis
personas fiscalizaron el experimento.
Colocaron primeramente una venda horizontal de tafetán sobre los párpados cerrados, y después otra
venda vertical. Una tercera, muy ancha, fue colocada sobre las anteriores, y una gran cantidad de
algodón en rama se puso sobre toda la superficie de los globos oculares. Finalmente otra venda negra y
opaca completó la rigurosa obturación.
No obstante, la señora identificó, después de algunos momentos de observación, todo aquello que le
fue presentado: dibujos, letras, números, objetos...
En otra serie de experiencias, para evitar aún más la hipótesis de un fraude inconsciente o irresponsable (tan
difícil de prevenir en los sensitivos o metagnomos), se recurrió a un control geométrico.
A una caja de cartón en forma de paralelepípedo rectangular se le quitó la mitad de una de las caras.
Lo que quedó formó una especie de escenario de teatro con el telón a medio echar. Se colocó entonces en
el fondo de la caja una carta de naipes y se invirtió el aparato a fin de que, presentado a la señora, fuese
la frente y no los ojos la que pudiese «ver». Después de unos segundos de examen, la señora identifica la
carta. Y así una y otra vez... Se diría que veía por la frente.
Como resultado de la publicación de estas experiencias, los investigadores recibieron un dia una carta
enviada desde Nay (Bajos Pirineos). El Sr. Raymond SIMONIN informaba que tres sobrinas suyas, de 11, 13 y 14
años, presentaban el mismo fenómeno con una regularidad asombrosa. Acompañaba a la carta el testimonio
cientifico publicado en un periódico por el Dr. SOUN, profesor de Física en el Liceo de Burdeos.
A pesar de que el Dr. SOUN había realizado severamente las comprobaciones, Jean LABADIE se trasladó
para comprobar el fenómeno por sí mismo.
Se hizo acompañar por un operador de cine para filmar toda la prueba y poder así después analizar,
comprobar, evitar posibles autosugestiones...
Las experiencias se repitieron muchas veces. No cabía duda de la realidad del fenómeno (18).
Numerosas y muy rigurosas experiencias sobre la «visión paraóptica» están siendo realizadas bajo la
dirección del Dr. Gregory RAZRAN en el Instituto de Neurología de Moscú, especialmente con la sensitiva Rosa
KULESHOVA; y bajo la dirección del Dr. Richard P. YOUTZ en el Bernard College de Nueva York, principalmente
con la sensitiva Patricia STANLEY.
Tanto los especialistas rusos como los norteamericanos, en su mayoría, consideran «nuevo» este antiguo
descubrimiento y han inventado un nuevo nombre: «dermo-optical perception» (DOP).
La novedad en estas experiencias tal vez sea únicamente el constatar que se pueden captar incluso los rayos
infrarrojos.
La importancia de la captación de rayos luminosos sobre otros posibles estímulos (calor...) fue comprobada
con filtros, superposición de papeles transparentes amarillos y azules con los cuales se capta el color verde como
en la visión retiniana. Pero esto no es nada nuevo: en la misma Rusia, el Dr. CHOWRIN, en 1894, había
comprobado el influjo de los colores complementarios en las experiencias que estudiaremos en el capítulo 8.
La visión «dermo-óptica» observada en algunos sensitivos es tan perfecta y a tanta distancia como la visión
retiniana. Los investigadores rusos calculan que hay en el hombre 10 «fotorecep-tores» por cada 6 cm.2 de piel.
Sin precisar el porcentaje, ya en 1920 FARIGOULE afirmaba que teníamos «pequeños ojos» por todo el cuerpo
(19).
La captación no retiniana de los rayos luminosos es, pues, un tipo importante (pero no único), de la
hiperestesia humana.
PÉTÉTIN, BOIRAC, etc., cuentan casos de lectura por el estómago.
En Bangkok (Tailandia) un equipo de científicos, bajo la dirección del Dr. Rhun Vichit SUKHAKARN está
tratando de controlar la llamada «visión paraóptica» para que los privados de la vista puedan ver sin emplear los
ojos. Se trata, en la realidad, de aprovechar la hiperestesia.
El único avance podría ser el intento de sistematizar el ejercicio. El hipnotismo aumenta la concentración y la
confianza., a fin de conseguir la manifestación de la hiperestesia más rápidamente.
Las experiencias comenzaron cuando un viajero expuso a un médico de Bangkok las teorías sobre
hiperestesia que había oído a un viejo monje budista tailandés.
En Bangkok se procura que la DOP se manifieste en los pómulos, con lo que se dará la impresión de que de
hecho los ciegos «ven», ya que vuelven el rostro hacia el objeto.
Somos capaces de percibir por medio de nuestros sentidos (al menos inconscientemente), estímulos
mínimos, e incluso podemos «exagerarlos». Esta extraordinaria capacidad de sensación, se llama téc-
nicamente «hiperestesia».
6 EMISIÓN HIPERESTESICA
UNA pregunta se impone por su interés práctico. ¿Será que los sentidos pueden captar el pensamiento de otra
persona? Directamente, es claro que no, porque el pensamiento en sí es algo inmaterial, que escapa a los
sentidos. Pero, indirectamente, ¿no podrá ser captado el pensamiento? Esta pregunta, de enorme transcendencia,
puede ser sustituida por esta otra: el pensamiento humano ¿se traduce por alguna señal fisiológica, externa,
aunque mínima? Si así fuera, aparece la posibilidad de que por hiperestesia se pueda captar indirectamente el
pensamiento humano... Sería lo que llamamos «hiperestesia indirecta del pensamiento».
¿Existen en el hombre señales externas, fisiológicas, que corresponden o acompañan a los actos psíquicos?
(Pues tomamos la palabra «pensamiento» abarcando todos los actos psíquicos).
1 CHEVREUL: Carta a AMPERE, en «Journal des Débats», 13 de mayo, 1853. »De la baguette divinatoire, du pendule
explorateur et des tables tournantes», París, Mallet-Bachelier, 1854.
2 KiRCHER, S. I., Atanasio: «Ars Magna LUCÍS et Umbrae», Colonia. 1646. Del mismo autor: «Magnes sive de Magnética Arte
Libri Tres», Roma, 1654.
3 JANET, Pierre, publicó de un anónimo: «Seconde lettre de Gros-Jean à son Eveque au sujet des Tables Parlantes, des
Possessions et Autres Diableries», Paris, 1855. Véase también del mismo autor: «L'Automatisme Psychologique. Essai de psychologie
expérimentale sur les formes inférieures de l'activité humaine» (Tesis para el Doctorado en Letras). París. Alean, 1903 (pero la
primera edición es de 1859).
4 PAULOV, Yvan Petrovich: «Conditions réflexes», Nueva York, Oxford Univ. Press, 1934.
5 JUNG. C. G., en «Les phénomènes occultes» (Alma, muerte, creencia en los espíritus: tres estudios), Paris, Aubier. 1938.
Relación entre la idea y los movimientos inconscientes
Sobre una hoja de papel se dibuja un círculo, y cortándolo, dos líneas perpendiculares entre sí. El
sujeto del experimento mantiene sobre el círculo un péndulo no excesivamente pesado, sujetándolo por el
extremo de un hilo con las puntas de los dedos.
En esta posición, el sujeto piensa en cualquiera de los diseños que hay en el papel: el círculo, una de
las líneas o la otra perpendicular. Supongamos que piensa en el círculo, o mejor, piensa que el péndulo se
mueve en círculo, de derecha a izquierda. El sujeto no debe hacer nada conscientemente para mover el
péndulo. No obstante, después de algunos segundos, muy pocos, si el péndulo es de las debidas
dimensiones y el sujeto no está mudando continuamente de pensamiento, veremos que el péndulo oscila
en círculo, de derecha a izquierda. La oscilación irá aumentando paulatinamente en amplitud.
Estando el péndulo en pleno movimiento, si el sujeto cambia de pensamiento, escogiendo ahora, por
ejemplo, una de las perpendiculares, el péndulo comenzará a variar de dirección, hasta seguir
perfectamente la línea pensada. Si piensa después en la otra línea, el péndulo se acomodará dócilmente al
pensamiento. Concentrándose en la idea de que el péndulo queda inmóvil, se consigue rápidamente la
más completa inmovilidad.
Lo curioso es que el sujeto no hace nada (conscientemente) para provocar los movimientos, pero no puede
evitar que el péndulo se acomode perfectamente a su pensamiento.
Son muy numerosas las experiencias de otras clases, a veces ingeniosísimas, demostrando plenamente la
realidad de los reflejos inconscientes e involuntarios, como traducción fisiológica de las ideas e imágenes.
Escribe el especialista en la Enciclopedia Espasa: «La realidad de los movimientos inconscientes e involuntarios
correspondientes a todos los actos internos o de conciencia, debe ser admitida por todos, pues ha sido muy bien
estudiada por la Psicología Experimental» (8).
Es tan íntima la relación entre la imagen mental y el reflejo fisiológico «visible» externo, que TASSY puede
escribir que la «imagen y su expresión son un solo fenómeno» (9).
Hasta tal punto son «un solo fenómeno» el acto de conciencia y su expresión, que no es sólo el acto de
conciencia el que provoca la «mímica» externa, sino que también se da la inversa: la «mímica», el gesto, la
actitud, etc., tienden a provocar la imagen, la idea, el sentimiento... O mejor, los provoca en el inconsciente y de
ahí tienden a surgir al consciente.
En virtud de las leyes de asociación, al suscitarse en la mente una idea o imagen cualquiera, aun las más
abstractas, surgirán en el cerebro, simultáneamente, las imágenes visuales, auditivas y motoras correspondientes a
ella. Estas imágenes, a su vez, podrán en movimiento, aunque normalmente esto sea imperceptible, los músculos
de la fonación, de la acción, de la mímica y todos los músculos que concurren al complicado mecanismo del
lenguaje hablado o escrito en determinadas circunstancias. (He ahí el fundamento de la psicografia o escritura
automática). Será una especie de tentativa, como un comienzo de hablar, etc.
Todos estos movimientos son de tal manera característicos de las diversas ideas, que constituyen como un
lenguaje subterráneo, mínimo, pero perfecto, y que acompaña a todas las representaciones mentales.
Es tan inseparable esta traducción fisiológica, también externa, que STRUCKER intentó demostrar
experimentalmente que «es imposible tener la representación mental aunque sea de una sola letra, sin que se
produzca simultáneamente un movimiento en los músculos que sirven para articular esa letra, y no sólo los
músculos de la fonación u otros directamente interesados, sino todos los músculos del cuerpo participarán-de
alguna manera en la modificación» (11).
El movimiento de los órganos de la fonación, o mejor, la emisión muy tenue de las palabras internas con que
pensamos, fue demostrado experimentalmente.
Los doctores LEHMANN, director del Laboratorio de Psicofísica, y su colega, C. HANSEN, ambos de
la Univer- sidad de Copenhague, colocaron frente a frente dos grandes espejos cóncavos metálicos a una
distancia de dos metros uno de otro. En el foco de uno de esos espejos, una persona ponía la boca cuando
pensaba alguna cosa, y en el foco del otro espejo, otra persona colocaba el oído. Las experiencias fueron
hechas de tres maneras diferentes: con la boca del individuo que pensaba medio cerrada, cerrada,
apretando los labios respirando siempre por la nariz.
Los resultados obtenidos fueron equivalentes en los tres modos de la experiencia, habiendo sólo un
25 % de fracasos completos; fracasos que pueden explicarse por el hecho de no tratarse, evidentemente,
de sensitivos extraordinarios. La persona que colocaba el oido en el foco de uno de los espejos oía lo que
pensaba la otra persona, colocada en el foco del otro.
Hubo, por tanto, articulación de las palabras correspondientes a los pensamientos, ya fuesen cosas abstractas
o concretas, imágenes, números, etc., a pesar de que no hubo movimiento alguno visible externamente. (Sin
espejos, por hiperestesia inconsciente, todos captarían aquellas palabras pronunciadas inconscientemente por la
persona pensante; más sólo en los sensitivos lo captado subiría al consciente). El análisis acústico del fenómeno
reveló haber reducción y alteración de las consonantes, como sucede en los ventrílocuos. Los sonidos, pues,
provenían principalmente de la laringe, pues no excluimos otras señales. Son movimientos reflejos involuntarios
e irreprimibles.
Debemos citar las numerosísimas experiencias del Dr. CALLIGARIS, profesor de Neuropatologia de la
Universidad de Roma. La relación de ellas aparece en una serie de libros publicados por él (12). A través de esas
«Le catene lineari del corpo e dello spirito», Roma. Pozzi. 1928.
«Le catene lineari secondarie del corpo e dello spirito», Roma. Pozzi. 1930.
«...Le meraviglie dell'autoscopia», Roma, Pozzi, 1933.
«...Le meraviglie dcll'eteroseopia», Roma, Pozzi, 1934.
«...Le meraviglie della Metafisiologia», Brescia, G. Vannini, 1944.
«...Maletie infettive». Udine, Inst. dello Ediz. Academ., 1938.
«...Malatie mentali», Milano, Fratelli Bocca, 1942.
«...Nuove ricerce sul cancro», Milano, Fratelli Bocca, 1940.
«...Telepatie e radio-ondecelebrari», Milano, Hoepli, 1934, y Brescia, Vannini, 1945.
«...Telepatia e Telediagnostisi», Udine, Inst. delle Ediz. Acad.. 1935.
13 KLAUDER: «Psychogenie aspects skin diseases», en «Journal of nervous and mental disease», vol. 84, septiembre, 1936.
7 CUMBERLANOISMO
ADIVINACIÓN POR CONTACTO
Animales que responden «inteligentemente» —. Ciertas personas «tocan» el pensamiento ajeno.
—Experiencias científicas.
Hemos visto en el capítulo anterior que todo acto psíquico tiene su expresión característica en señales
externas, aunque mínimas. Hemos visto que ciertas personas manifiestan una asombrosa hiperestesia, capaz de
captar incluso como aumentados, mínimos estímulos. Parece que todos, al menos inconscientemente, seríamos
hiperestésicos. Todos, inconscientemente, podríamos percibir el reflejo fisiológico de los pensamientos de otras
personas....
De estas bases surge una conclusión lógica: captando por hiperestesia los reflejos fisiológicos del pensamiento
de otra persona se puede captar, indirectamente, el mismo pensamiento, por secreto que sea, contando que el
«pensante» esté en presencia del «adivino», o por lo menos a no excesiva distancia. De esta manera no
necesitaremos recurrir a lo paranormal o a lo extra-sensorial para explicar tales «adivinaciones».
En 1908, Ernest NAVILLE lanzaba la idea: «Creo que todo fenómeno psíquico tiene su correspondiente
fisiológico, y admito... que un sabio ideal, conocedor de toda la psicología y fisiología... podría leer como en un
libro abierto los hechos psíquicos producidos en el individuo (1). Este «sabio automático» sería el inconsciente de
los sensitivos.
Más allá de la conclusión lógica, es necesario comprobar experimentalmente si por hiperestesia indirecta se
puede captar el pensamiento humano. Hablamos aquí del pensamiento más o menos consciente.
En 1892 un viejo oficial alemán jubilado, Wilhelm von Ostem, adquirió un caballo ruso llamado
Hans, al que enseñó a hacer diversas operaciones aritméticas, por medio de tarugos y después de
números. Fueron realizadas adiciones, sustracciones y hasta raíces cuadradas. La pregunta se hacía
verbalmente; el caballo respondía dando patadas en el suelo un determinado número de veces, según
fuese la solución del problema...
Todavía más: preguntado sobre algún problema simple de la vida ordinaria, el caballo pateaba el
suelo tantas veces como fuesen los números del lugar que ocupaban en el alfabeto las letras necesarias
para formar la respuesta.
OSTEM, excéntrico y considerado por muchos como auténtico maníaco, no conseguía llamar la atención del
mundo científico sobre su «inteligente» caballo. Desesperado, anunció en-un periódico las fabulosas cualidades
de Hans, prometiendo a los compradores unas demostraciones gratuitas de ellas. Fue así que el Mayor Eugen
ZOBEL, escritor y profundo conocedor de la hipología, comenzó a publicar artículos sobre el «talento» del
caballo Hans. A partir de entonces, el n.° 10 de la calle Griebenow, en Berlín, se vio continuamente asediada por
curiosos, y también por sabios que querían investigar el prodigio.
En el mes de Septiembre de 1904, una primera comisión científica compuesta de profesores de Psicología,
Fisiología, Zoología, Veterinaria, y especialistas en Equitación y Adiestramiento de animales, estudió
detenidamente el caso, con el concurso además de oficiales de caballería, así como del director del Jardín
Zoológico y el del Circo Busth. La comisión sólo llegó a la conclusión de que el caso debía ser tomado muy en
serio y que se debía investigar científicamente y despacio, pues tal vez se llegase a conclusiones que
revolucionarían los postulados admitidos hasta entonces sobre el comportamiento animal.
Un mes más tarde, en octubre, una nueva comisión científica nombrada por el Ministerio de Educación
estudiaba al caballo Hans, ya conocido en todo el mundo como «der kluge Hans» (el inteligente Juan).
La comisión científica, presidida por el Dr. C. STUMPF, director del Instituto de Psicología de la Universidad
de Berlín, declaró después de metódicos estudios, que el fenómeno era debido simplemente a percepción
hiperestésica por parte del caballo, de movimientos inconscientes realizados por su dueño o por los asistentes,
movimientos no percibidos por el hombre. El caballo Hans golpeaba ininterrumpidamente el suelo en cuanto
percibía que se le hacía una pregunta y hasta que algún espectador le hiciese la señal para detenerse, señal,
repetimos, mínima e inconsciente.
El rico industrial Karl KRALL, que en 1906 recibió como regalo el caballo Hans, decidió enseñar a
otros caballos las mismas operaciones que realizara aquél, pero en condiciones más espectaculares.
Empleó mucho tiempo, dinero e ingenio. Al fin consiguió que cuatro caballos pareciesen inteligentes.
Eran dos caballos árabes, Muhamet y Zarif; un poney, Hanschen, y un viejo caballo ciego, llamado Barto.
La literatura y las polémicas que surgieron por causa de estos caballos, especialmente después del libro
publicado por su propietario (4), es enorme. Los sabios más famosos de la época fueron a Elberfeld a estudiar la
«inteligencia» de los caballos (5). Muchos sabios y comisiones científicas llegaron a defender esa inteligencia o,
al menos, la telepatía en los caballos, para explicar el fenómeno.
Se dio el caso de que uno de estos caballos realizó cierta vez sus «cálculos» y dio las respuestas en ausencia
de todos, siendo solamente observado a través de una pequeña ventana. El Dr. MAETERLINCK observó al caballo
Muhamet en completa oscuridad. Y, sobre todo, el caballo Barto era ¡ciego! ¿Cómo admitir aquí la explicación
por señales inconscientes dadas por los espectadores?
Experiencias realizadas con el más severo control científico concluyeron, es verdad, la existencia de fraude
en algunas ocasiones, cuando, por ejemplo, un cuidador de los animales se ocultaba de los investigadores, pero
estando visible o cerca de los caballos. RICHET (6) protestó contra toda suposición de fraude inconsciente o
consciente, basándose, como argumento principal, en que la respuesta a veces se daba en pocos segundos. El
mejor calculador no podría encontrar tan rápidamente la raíz cuadrada de 456.776 o la raíz cúbica de 15.376
como los caballos hicieron en ciertas ocasiones delante del Dr. CLAPAREDE. Ahora bien, esta objeción de
RICHET sería un argumento más en favor del fraude: no vamos a suponer más inteligencia en los caballos que en
el hombre...
El cálculo de raíces
2 «Annales des Sciences Psychiques», 1904. pág. 384; 1906, pág. 781. «Archives generales de medicine» 1905, pág. 145.
3 VESME, C. de: «Les cheveux pensantes d'Elberfeld», en «Annales des Sciences Psyquiques», 1912, págs. 352-363. «Toujours les
chevaux d'Elberfeld»,ibidem, 1913,págs. 117 ss. CLAPAREDE, Ed. en «Archives de Psvchologie», Ginebra, 1912, XII, pág. 236 ss.;
1913, XIII, págs. 243-285.
4 KRALL, K.: «Dekende Thiere». Leipzig. 1912. Con el mismo título KRALL presentó una relación al Congreso de Investigaciones
Psíquicas de París.
5 Cito por orden alfabético algunos de los sabios más conocidos entre los que consta que examinaron el prodigio: ASSAGLIOLI. de
Florencia: BESREDKA, del Instituto Pasteur; BUTTEL-REENPEN. de Holden-burg; CLAPAREDE, de la Universidad de Ginebra; el
eminente neurólogo EDIXGER, de Frankfurt; FERRARI, de Bolonia; FREUDENBERG de Bruselas; GEHRKE. de Berlín; GOLDSTEIN, de
Darmstadt; HARTKOTF, de Colonia; KRAEMER, de Sttugart; MACKENZIE, William, de Genova OSTWALD, de Berlin; SARASIN, de
Basilea; SCHOELLER, de Berlin ZIEGLER
de sttugart...
6 PICHET, Charles: «Traité de Metapsychique», 2.A ed Paris Alcan, 1923, págs. 308 ss.
¿Cómo calculaban los caballos, superando en velocidad a los sabios? Hay métodos especiales para extraer las
más complicadas raíces, métodos que desafían a los mejores matemáticos y que incluso superan a las máquinas
calculadoras. Métodos especiales, reservados a los «iniciados», pero sin truco.
El Dr. MAETERLINCK quedó sorprendidísimo al comprobar que una vez en que el caballo Muhamet no
respondió, era porque el número que se le proponía no tenía raíz cuadrada exacta. Pero esto mismo sucede a los
«iniciados», que sólo pueden extraer, con sus métodos, raíces de los números que la tienen exacta. De los demás,
sólo por aproximación, o con métodos más complicados y menos rápidos sin que por eso dejen de ser especta-
culares.
Debemos notar que, en la realidad, la actividad aritmética es bastante simple y ajena a la inteligencia, puesto
que puede ser realizada por máquinas. Pero esto no quiere decir que los animales sean capaces de extraer raíces
cuadradas. Simplemente queremos decir que no sería difícil al rico señor KRALL encontrar alguna persona que
conociese este método simple, que es guardado celosamente por ilusionistas e «iniciados».
Podía darse incluso el caso de que alguno de los preparadores de los caballos hubiese descubierto ese método
intuitivamente. (En el capítulo 11 hablaremos del talento del inconsciente).
El método puede ser descubierto inconscientemente hasta por idiotas. Después el método podría aflorar al
consciente o permanecer en el inconsciente. Al consciente podría subir sólo el resultado del cálculo inconsciente,
sin que la persona supiera por qué se le «ocurrió» ese resultado.
FLEURY, ciego, degenerado, casi idiota, era capaz de calcular en un minuto (un minuto y quince
segundos exactamente),por ejemplo, el número de segundos que hay en 39 años, 3 meses y 12 horas,
sin olvidarlos años bisiestos. Igualmente aprendió a extraer raíces cuadradas de memoria, tan luego le
habían dicho lo que era una raíz cuadrada y sin que le hubiesen enseñado el método clásico.
Otras dificultades
El caso que mencionamos antes, en que el caballo era observado a través de una ventana, no ofrece dificultad
insoluble. Estamos precisamente hablando de la percepción hiperestésica de señales. Aquellos animales eran muy
sensibles. Captar las señales a través de una pequeña ventana no es aumentar excesivamente la dificultad, puesto
que las señales inconscientes se difunden por todo el cuerpo y cada una de sus partes. Queda, por lo menos, todo
el rostro del observador para transmitir la señal visual. Para señales de tipo auditivo, por ejemplo, la dificultad es
todavía menor. Y existen además otros tipos de «emisiones»...
¿Y el caballo Muhamet que fue observado por MAETERLINCK en gran oscuridad? Si la oscuridad no era lo
bastante intensa para impedir las observaciones de MAETERLINCK, menos lo seria para impedir las del
hiperestésico caballo. Y no se trata sólo de ver, sino de oír, sentir, etc....
¿Y el caballo Barto, viejo y ciego? Es maravilloso, pero la cuestión es que la ceguera, principalmente la de
nacimiento, en algunos casos no impide la «visión», como ya estudiamos en el capítulo anterior. (No se trata de
vista propiamente dicha, sino de toda clase de sensación hiperestésica...).
7 Citado por SILVA MELLO. A. de: «Misterios e realidades déste e do outro mundo». Rio de Janeiro, J. Olimpio, 1949, pág.
359.
Más animales «inteligentes»
Conocida o sospechada la solución de las dificultades, resultó fácil reproducir el fenómeno (8). Algunos
preparadores de caballos consiguieron amaestrarlos hasta igualar e incluso superar a los caballos de Elberfeld.
Hubo varios, sobre todo en los EE. UU. Así se hicieron famosos los caballos Lady y Black-Bear.
El caballo Lady también daba respuestas correctas a preguntas hechas en chino.
El preparador del poney Black-Bear le hizo un día dar una broma. Preguntó al caballo la raíz
cuadrada de 841. Respondió: 49. Pero la respuesta exacta habría sido 29. Notado esto, el caballo se acercó
a su entrenador y golpeando el suelo para designar letras, formó la frase: «Me está Vd. fastidiando».
Sin embargo, este poney no fue enseñado más que a entender a su entrenador. Muerto éste, el caballo
perdió sus «misteriosas» cualidades.
El Dr. BECHTEREF, y más tarde, el Dr. FLEXOR, de Moscú, estudiaron un perro fox-terrier y otro san-
bernardo. En una ocasión el perro ejecutó la orden prevista para una experiencia que se iba a hacer después.
(Como veremos en los capítulos 22 y 23, este curioso hecho de aparente precognición se explicaría por
hiperestesia por parte del perro de los reflejos fisiológicos provocados por la idea de la experiencia que luego
pensaba hacer, idea excitada por asociación en el inconsciente del experimentador.)
Fueron también muy famosos una gata llamada Daisy y los perros Rolf, Lola, Zoy, Awa, etc.
Ya en la época misma del caballo Hans, una perrita llamada Nora conseguía rivalizar con el caballo.
Emilio RENDICH, un inteligente pintor italiano que vivía en
Berlín y que había visto con gran admiración los experimentos con Hans, acabó sospechando la
explicación. A fuerza de paciencia consiguió hacer creer que su perrita Nora era capaz de leer, reconocer
las notas musicales, dar respuestas inteligentes, por medio de ladridos.
Nadie percibía las señales inconscientes, automáticas, que RENDICH daba al animal. Fue precisamente
RENDICH el que orientó con estas experiencias al Dr. STUMPF y sus colaboradores para descifrar el misterio del
caballo Hans.
Poco después se haría también famoso un chimpancé del zoológico de Frankfurt, el chimpancé Basso. Se
comprobó nuevamente que todo se debía a las señales inconscientes y mímicas proporcionadas por el guarda y de
las cuales el propio guarda no tenía conocimiento; el entrenamiento del animal, hecho al comienzo tal vez de
manera consciente, se fue realizando cada vez más insensiblemente, hasta terminar por sorprender al propio
entrenador.
Es verdad que el primer animal que llamó la atención de los científicos fue Hans. Mas no se piense que el
fenómeno fuera completamente nuevo.
El filósofo LE GANDRE, por ejemplo, nos habla de otro caballo expuesto en 1822 en la feria de Saint
Germain, y que después recorrió otras ferias de Francia. El escritor GUER, que también refiere el caso,
describe cómo el caballo reconocía cartas de baraja, sumaba los puntos de un dado, indicaba las horas y
minutos de un reloj, acumulaba el valor de las monedas que se le presentaban...
El sistema, como en Elberfeld, era golpear el suelo con la pata para dar las respuestas.
El filósofo LE GANDRE ya entonces daba la solución. El caballo era guiado por las señales mínimas dadas
por su dueño o por los asistentes al «prodigio», a pesar de que éstos (y Le Gandre se maravillaba de esto) no
percibían esas señales.
Toda la cuestión de la inteligencia de los animales calculadores, de telepatía, mediumismo y cuantas
otras teorías se adujeron
para explicar los hechos, debe estar hoy enterrada. El fenómeno sólo interesa a los artistas de circo. Marcel SIRE,
en 1954, en estilo algo violento, concluía así el asunto: «Ahí no hay más que tonterías y trampas de
aprovechadores. Hoy es difícil comprender cómo hombres serios dieron prueba de tan poco talento» (9). El
propio entusiasta dueño de los caballos de Elberfeld, aunque había comenzado las «lecciones» pretendiendo
demostrar la inteligencia de los caballos, tuvo que reconocer, decepcionado, que eran absolutamente incapaces de
8 Además de la bibliografía ya citada sobre los caballos de Elberfeld, donde también se trata de los animales a que vamos a
aludir, cfr. para aquellos caballos y estos animales: MACKENZIE, William, «Nuove rivelazioni della psique animale», Genova,
Formiggini, 1914.
9 SIRE, Marcel: «La intelligence des animaos», París, Hachette, 1954. pág. 208.
cualquier invención propia: sólo reproducían lo que habían aprendido. Ni se esfuerzan, ni calculan; sólo ven o
sienten. E incluso lo que pueden conseguir a fuerza de entrenamiento, tiene un límite bastante pequeño (10).
Marcel SIRE cita en su libro a HACHET-SOUPLET quien describe el modo generalmente empleado para
enseñar a caballos a hacer las mismas pruebas que los caballos de Elberfeld.
Se coloca al caballo en medio de la pista. Un auxiliar agita avena dentro de un recipiente al tiempo
que dice algunas palabras en tono de pregunta. Otro auxiliar impide que el animal avance para comer. El
caballo se impacienta y comienza a patear en el suelo sin cesar. Entonces se lo recompensa. Al poco
adquiere el hábito de empezar a golpear el suelo tan pronto el entrenador formule una pregunta, y sin
necesidad de mostrarle la avena.
Después se le enseña a detenerse a una señal que consiste, primeramente, en un movimiento de
retroceso del maestro; esta señal se va atenuando cada vez más. El caballo recibe una recompensa
inmediatamente después de obedecer a estas señales... Cuando se puede detener el movimiento del
caballo con un movimiento «invisible», provocado sólo por la idea del entrenador, sin moverse éste
conscientemente, ya se puede exhibir el caballo como calculador.
De cuanto hemos dicho, se desprende una conclusión interesantísima para nosotros: por hiperestesia los
animales pueden
llegar a captar, indirectamente, ciertos pensamientos de una persona, dar respuestas a preguntas aun muy difíciles y
que hasta no han llegado a ser formuladas. Y todo esto, en la oscuridad, observados por una pequeña ventana,
hasta un caballo viejo y ciego.
¿Podrán también algunos hombres captar el pensamiento de sus semejantes por hiperestesia indirecta?
Experiencias de cumberlandismo
Entre 1910 y 1920, el profesor Gilbert MURRAY, de la Universidad de Oxford y Presidente de la S. P. R.
desde 1915 hasta 1917, realizó en su casa experimentos de cumberlandismo, pensando que se trataba de telepatía
extra-sensorial. Cualquiera de los miembros de la familia, generalmente su hija, la señora TOYNBEE, escribía en
En Rusia
El Dr. Naum KOTIK hizo experiencias con la pequeña Sofía STARKER (13).
Sofía permanecía con los ojos rigurosamente cerrados y los oídos tapados con algodón. El padre estaba
de espaldas. En estas condiciones, cualquiera de los presentes escribía algo en un papel, que presentaba al
padre. El padre, entonces, sin volverse, tomaba la mano de su hija y ésta frecuentemente adivinaba, más o
menos completamente, lo que se había escrito.
No pensemos, como lo hizo el Dr. KOTIK, en telepatía, entre otras razones porque las experiencias llevadas a
cabo por el mismo Dr. KOTIK, estando el padre y la hija en cuartos separados, no tuvieron éxito ni siquiera
teniendo la niña libres ojos y oídos. Si fuese telepatía, y no simple cumberlandismo, el fenómeno se hubiera
realizado igualmente a distancia. Por tanto se trata solamente de transmisiones de señales inconscientes
hiperestésicas.
Experiencias especiales
Otras experiencias de laboratorio que, por su ingeniosidad o la novedad del método, deben ser citadas, son las
del Dr. ABRA-MOWSKI en Varsovia (14).
«Se decían al sujeto un cierto número de palabras, tres o cinco, según las experiencias. Yo escribía
una de esas palabras como objeto de la actividad telepática. Escogía aquella en la que iba a pensar
intensamente. El sujeto debía decir cuál era la palabra escogida por mí».
11 La relación completa de esas experiencias fue publicada en «Procecdings of the Society for Psvchical Research», XXIX. págs.
46 y ss y XXXIV, págs. 212 ss.
A propósito del problema de otros tipos de hiperestesia en las experiencias del Dr. MURRAY (como refuerzo del cumberlandismo
propiamente dicho), puédese ver: «Revue Metapsychique», 1925, 1, págs. 45ss.
12 La relación de estas nuevas experiencias apareció en «Journal of Society for Psychical Research». XXXII, págs. 29 ss.
13 KOTIK, Naum: «Die emanation der Psychophisichen energien», Wiesbabl, Bergmans, 1908 (original: Moscú, 1908). Puede
verse un magnífico análisis hecho en resumen del libro por SUCRE, Rene, en «Revue Metapsychique», 1923, II, págs. 104 ss.
14 Pensó que se trataba en realidad de telepatía, lo que consideramos errado, dadas las circunstancias de las experiencias.
Excluyendo el cumberlandismo, o condiciones aptas para la hiperestesia, las experiencias fracasaron.
ABRAMOWSKI: «Le subsconscient normal», París, Alean, 1918.
«En otras experiencias presentaba al sujeto veinte palabras que él leía una sola vez en voz alta.
Después de la lectura escribía él las palabras que había retenido en la memoria, esforzándose por recordar
las más posibles. De entre las palabras olvidadas, yo escogía una como objeto de la transmisión.»
En los experimentos, el Dr. Abramowski tomaba la mano del sujeto. Con la misma técnica realizó
transmisiones cumberlandísticas de dibujos o de movimientos de los dedos.
Sobre 324 experiencias, obtuvo éxito en 156, casi el 50 por 100, inexplicable por simple azar.
No es siempre preciso que el operador haga esfuerzo o se haya entrenado en captar las señales inconscientes.
Se pueden captar también inconscientemente, lo que nos interesa especialmente-desde el punto de vista de la
«adivinación». El operador puede incluso ejecutar acciones inconscientes y automáticamente. Se han hecho
diversos tipos de experiencias. Tal vez una de las más fáciles de repetir sea la de hacer que una persona, buena
sensitiva, completamente distraída, hablando de otras posas que absorben su atención, ejecute alguna acción que
se le sugiere por cumberlandismo. El «sujeto» del experimento, habiendo obrado como un autómata, no sabrá
decir al ser preguntado nada de lo que realizó. Pero hipnotizado, a veces recordará todo lo que se le hizo ejecutar
automática e inconscientemente (15).
Aunque en los capítulos 22 y 23 hablaremos de la «adivinación» del pensamiento inconsciente, debemos
aludir aquí a un tipo especial de cumberlandismo. En casi todos los fenómenos para psicológicos de
conocimiento, encontramos lo que podríamos llamar mecanismo indirecto o «en L», o «a tres», o «por
procurador»: el «adivino» capta en el consultante lo que éste sabe, de ordinario sólo inconscientemente, pero a
través de otra persona o de un objeto externo.
Osip FELDMAN, por ejemplo, llegó a tal perfección en el cumberlandismo consciente, que podía
incluso en experiencias públicas de ilusionismo (sin trucos) captar el pensamiento de un espectador a
través de varias personas que no sabían lo que se tenía que «adivinar». Todas esas personas estaban
unidas por las manos.
Experiencias de esta clase de cumberlandismo «en L» no son excesivamente raras entre los profesionales del
ilusionismo. Sin embargo, deberían repetirse más en el laboratorio. Si el hecho se confirmase, la explicación
parece que sería la siguiente: las personas interpuestas captarían sólo inconscientemente las ideas
del «pensante» (inconscientemente todos somos hiperestésicos) y transmitirían las señales inconscientemente
captadas. Osip FELDMAN, al final de la «corriente» los interpretaría y los haría conscientes. Feldman ha tenido
mucha fama entre los ilusionistas.
Otro tipo de cumberlandismo «en L» o «a tres», que también precisaría de más experiencias de laboratorio
para ser confirmado, es el experimentado, entre otros, por el Dr. BOIRAC.
Una histérica «leía», tomada de la mano por BOIRAC, un libro sobre el que el doctor pasaba las puntas
de los dedos (16).
15 GRASSET, J.: «L'Occultisme hier et aujourd'hui. Le merveilleux prescientifique», 2.A ed., Montpellier, Culet, 1908 (1.A ed.,
París, Masson, 1907) pág. 123.
16 BOIRAC, Émile: «Le Psychologie Inconnue», París, Alcan, 1912 (1A ed., 1908), págs. 252, 264, 271.
Digresiones prácticas
El cumberlandismo, como se ve, puede dar preciosas indicaciones a los médiums espiritistas, en la
hipersensibilidad del trance. La corriente o cadena que los espectadores forman en algunas sesiones, sería el
vehículo por el cual el interesado estaría manifestando al inconsciente del médium las ideas a comunicar.
Muchas revelaciones hechas por un hipnotizado, pueden ser explicadas perfectamente por cumberlandismo
sin necesidad de recurrir a conocimientos paranormales... Uno de los primeros pasos que se suelen dar para
desarrollar la «lucidez» en los hipnotizados, es precisamente puro cumberlandismo. El hipnotizado, para
diagnosticar una dolencia, por ejemplo, pone las manos sobre la frente del consultante, o, tomando entre sus
manos una de las del paciente, recorre lentamente los miembros posiblemente enfermos.
Por cumberlandismo puede un «adivino» hacer observaciones sobre el estado fisiológico, carácter, tendencias,
pasado clínico inmediato e inclusive futuro inminente, esto es, aquel cuyas causas ya están actuando en el
organismo.
Por las causas antes indicadas, los manuales de hipnosis previenen al hipnólogo principiante de no fiarse
mucho de lo que el hipnotizado revele sobre la otra persona con la cual está en contacto. Frecuentemente no dirá
nada más que lo que esta misma persona piensa de si propia, tal vez erradamente (17).
Los reflejos fisiológicos del pensamiento de una persona pueden ser sentidos por otra, habiendo contacto
corporal. Por ese medio se puede conocer el pensamiento mismo de otra persona. Esto, sin embargo, no quiere
decir que todas las señales sean transmitidas precisamente por contacto.
Este fenómeno de «adivinación por contacto» se llama técnicamente cumberlandismo.
17 Véase, por ejemplo, JAGOT. Paul Clement: «Magnetismo, Hipnotismo, Sugestão», Sao Paulo, Mestre jou, s. f., pág. 167.
8HIPERESTESIA INDIRECTA
Nos INTERESA especialmente la «adivinación» sin contacto. ¿Se puede, a cierta distancia, captar el legua je fisiológico
mínimo, esto es, los reflejos externos de la idea, de modo sea posible, indirectamente, como «ver» el pensamiento de otra
persona?
Es posible. Incluso para presentar este experimento en un teatro. Esto sería un «cumberlandismo sin contacto». Y se
puede llegar a extremos maravillosos, como el ilusionista MARIÓN, por ejemplo.
MARIÓN encontraba los objetos escondidos por los espectadores, estando el testigo que inconscientemente lo
dirigía, completamente escondido, excepto los pies, dentro de una caja.
MARIÓN en estos casos observaba las mínimas modificaciones inconscientes en la marcha del espectador que se
había prestado a la experiencia.
El Dr. SOAL (uno de los mejores investigadores de la moderna Parapsicología) estudió detenidamente las pruebas realizadas
por MARIÓN. SOAL llegó a la conclusión de que, no obstante las maravillosas experiencias, MARIÓN no tenía
los sentidos más desarrollados que el común de las personas (lo que confirma una vez más que todos somos
hiperestésicos en el inconsciente), sino que tenía muy perfeccionado el don de observador con lo que percibía
señales normalmente imperceptibles (1). Pero esas señales, que conscientemente se’ pueden percibir con mucha
práctica de observación, ya las había percibido antes el inconsciente. ¡Cuántas pseudotelepatías,
pseudocomunicaciones del más allá, no serán más que el aflorar a la conciencia de los sensitivos esas señales
inconscientemente captadas! (2).
Se hicieron famosas las experiencias del Dr. LAURENT.
Repitiendo las del Dr. PICKMANN, el Dr. LAURENT «pudo ejecutar, a una distancia de cuatro metros
más o menos, las órdenes dadas mentalmente por algunas personas, órdenes muy simples, evidentemente,
como escoger un objeto entre los varios que hay sobre una mesa» (3).
Esto no es telepatía, sino lo que llamamos hiperestesia indirecta del pensamiento. El «transmisor» al procurar
transmitir al receptor lo que debe realizar, no puede evitar que su pensamiento se refleje en señales inconscientes.
Estos, y no directamente la orden mental, son los captados. El mismo Dr. LAURENT añade: «Bien analizado el
fenómeno en mí mismo, tengo constatado que se trataba de hiperacusia (hiperestesia del oído) en mí, o percep-
ción de órdenes, como pronunciadas inconscientemente: a la derecha, a la izquierda, si, no».
Esta hiperestesia de las señales dadas inconscientemente por el «transmisor» es amplificada a veces, como
vimos se amplificaba en los hipnotizados.
El Dr. GRASSET transcribe la carta que le escribió el P. D’Aix: «Encuentro siempre con la mayor
facilidad los objetos que me esconden. Con los ojos vendados, sin ver... Me dirige por detrás de mí el Sr.
M..., concentrándose fuertemente en el pensamiento que me quiere hacer ejecutar... Siento, positivamente
siento, una presión sobre las espaldas, en la parte derecha superior, cuando me quiere hacer dar la vuelta...
Es una presión suave, algo de soplo y de imán, que se ejerce no directamente sobre mi cerebro, sino sobre
mi espalda... Yo estoy siempre a menos de dos metros de él».
1 SOAL, S. G.: «Preliminary Studies of a Vaudeville Telepatichs», Londres, «U. of London Council for Psychical Research», III, 1937.
Cfr. del mismo autor: «My Thisty Years of Psyquical Research», en «Proceeding of Psychical Research», CLXXXIII, págs. 80 ss.
2 Ya BINET llamaba la atención sobre esta posibilidad y aducía muchos casos confirmativos en su BINET, Alfred: «Le Magnetisme
animal», París, 1887.
3 LAURENT: «Les procedes des Lisseurs de Pensée. Cumberlandisme sans contact», en «Journal de Psychologie Normal et
Pathologie», París, t. II, n.o 6, pág. 481. Este tipo de experiencias se hizo clásico entre los hipnotizadores. El divulgador Paul Clement
JAGOT, por ejemplo, en las págs. 53 ss. de su libro «L'lnfluence a distance» (París, Dalgles, 1925) enseña el modo de entrenar a los
sujetos para que lleguen a realizar estas experiencias, incluso en vigilia, fuera de la hipnosis.
En la misma carta, el P. D’Aix describe más claramente la amplificación automática del estímulo
mínimo, añadiendo: «a veces, cuando el señor M... quiere que me incline, siento en la cintura un peso
extraordinario... se diría que soporto un peso de 50 kilos...» (4).
Un caso interesantísimo es el de Ludwig KAHN. Había sido condenado por el tribunal de Karlsrube, acusado
de atribuirse dolosamente un especial don de «lucidez». KAHN, para rehabilitarse, acudió al Dr. SCHOTTELIUS
pidiéndole que lo sometiese a cuantas pruebas quisiese, lo más rigurosas posible, para comprobar la veracidad de
su don de «lector del pensamiento».
Otras experiencias semejantes fueron realizadas por el Dr. SCHOTTELIUS, así como anteriormente las habían
realizado otros eminentes doctores, llegando, como él, a la conclusión de que la «visión sin ayuda de los ojos
corporales (en frase de SCHOTTELIUS es incontestable» (5).
Además de los médicos, también los metapsíquicos observaron rigurosamente a KAHN. Después de unas
experiencias de orientación, que comenzaron en París en 1925, en el Instituto Meta-psíquico Internacional, se
llevaron a cabo experimentos tanto más rigurosos cuanto más asombrosos parecían a los investigadores los éxitos
de KAHN. Finalmente tuvieron que reconocer que «estamos ante un fenómeno limpio e irrefutable», según la
expresión del Dr. OSTY, Director del Instituto (6).
Pero las experiencias del Instituto Metapsíquico Internacional terminaron de golpe porque nuevamente, en
1931, un tribunal de París condenó a KAHN como farsante. El tribunal no podía admitir tal capacidad humana de
conocimiento... (7).
En todas estas experiencias, y en otras que se podrían citar, se trata evidentemente de percepción
hiperestésica de las señales inconscientes emitidas por el «pensante»: diríamos cumberlandismo, pero sin
contacto. Algunos pueden pensar fácilmente que se trata-de telepatía, como pensaron SCHOTTELIUS, OSTY, y
cuantos observaron a KAHN, sin caer en la cuenta, entre otros detalles, que era necesaria la presencia del
experimentador que había escrito la frase o hecho el dibujo. En ausencia de él, nada
sucedía. El fenómeno era, pues, sensorial; era lo que llamamos hiperestesia indirecta del pensamiento (8).
Niños prodigiosos
Los casos que vamos a citar, entre otros, tal vez no sean más importantes que otros casos de «adivinos»,
profesionales o no. Pero tienen la ventaja de haber sido muy bien investigados. Por otra parte, al tratarse de niños
ingenuos, atrasados mentales, se prestan menos a una explicación por fraude...
Se hizo muy famosa la niña Ilga K. de Trapene (Letonia). De padres sanos, tuvo un desarrollo físico
normal, pero intelectualmente quedó muy retardada. A los ocho años hablaba como un niño de dos.
Nunca aprendió a leer o a calcular. No pasó del conocimiento aislado de las letras y números. Pues bien, a
los 9 años (en 1935), a pesar de ser incapaz de leer o calcular, Ilga «leía» cualquier párrafo en cualquier
lengua, incluso en latín, y resolvía problemas matemáticos, con tal que su madre estuviese en su
4 GRASSET, J.: «L'Occultisme hier et aujourd, hui. Le merveilleux prescientifique», 2.A ed., Montpellier, Coulet, 1908 (1.A ed.,
París, Masson, 1907), pág. 394.
5 «Armales des Sciences Psyquiques», 1914, marzo, pág. 65.
6 OSTY, Eugéne: «Un homníe doué de connaissance paranormale, E. Ludwig KAHN», en «Revue Métapsvchique», 1925, II, págs.
65 ss.; III, págs. 132 ss.
7 No queremos decir con esto que KAHN nunca engañase. El que nunca engaña no es sensitivo. No es sensitivo el que domina de
tal manera su inconsciente que no se vea impelido a engañar, al menos inconscientemente, cuando el fenómeno que se espera de él no
surge espontáneamente. Lo que afirmamos es que muchas de las experiencias realizadas por él fueron muy bien conducidas para
evitar todo fraude. El fenómeno en muchas ocasiones es incontestable para cualquier persona que conozca las experiencias realizadas.
8 Experiencias parecidas, más simples generalmente, son relativamente frecuentes, y es frecuentísimo que los hipnólogos las
consideren debidas a un fenómeno paranormal, al que llaman «sugestión mental», «telepatía»... La «sugestión mental», paranormal,
en esas condiciones es sumamente difícil, como veremos en los capítulos 24, 25 y 26.
presencia leyendo mentalmente el mismo párrafo, o pensando en la solución del problema. En una
ocasión, Ilga en vez de decir 42, dijo 12, mas se preguntó a la madre y se comprobó que la madre había
confundido el número 4 con el 1, por la manera como estaban escritos.
La pequeña no «leía» el papel, simplemente sentía lo que la madre leía. Un médico del lugar, el radiólogo Dr.
KLEINBERGER, comprobó el caso y avisó al Dr. NEUREITER, profesor de Medicina legal en la Universidad de
Riga. Ilga fue examinada por especialistas como los Dres. ROCHACKER y MENSHING (de Bonn), DUBICSCHFF
(de Berlín), etc.
Según las actas de las experiencias, «parece» que alguna vez se realizaron estando madre e hija separadas por una
puerta cerrada. Incluso así, es posible la hiperestesia en los sensitivos. La puerta cerrada no puede impedir que
por los intersticios lleguen al sensitivo los sonidos emitidos por las cuerdas vocales, el movimiento del aire, los
reflejos luminosos, etc.
Después de los experimentos de NEUREITER y la publicación de su libro al respecto (9), fue nombrada por el
Ministerio de Instrucción Pública una primera comisión, bajo la presidencia del Dr. DALE, director del
Laboratorio de Psicología Experimental de la Universidad de Riga, comisión que incluía psiquiatras, psicólogos,
físicos, especialistas en Fonética, en Pedagogía para sordomudos, etc.
Además de todo esto, la niña permaneció durante once meses bajo la observación de una especialista en
Psicología y Pedagogía. Los resultados de las investigaciones de la comisión fueron publicados por el Dr. Hans
BENDER, del Laboratorio de Psicología de la Universidad y actual catedrático de Parapsicología de Friburgo (10).
La conclusión de la comisión nos parece muy acertada: «no se trata de telepatía, a no ser de manera
esporádica», sino de hiperestesia indirecta del pensamiento, especialmente de naturaleza auditiva: Ilga percibía
los «cuchicheos involuntarios» de la madre, para expresarnos con los mismos términos de los investigadores:
«cuchicheos» que no percibían los testigos, por no ser sensitivos.
Por ser hiperestesia especialmente auditiva, se explica que pudiese captar lo que la madre leía o pensaba, a
pesar de encontrarse ésta detrás de una puerta; pero no percibía nada cuando la madre estaba dentro del estricto
aislamiento de la sala de transmisión de la emisora de radio de Riga, a pesar de que Ilga veía a su madre a través
de los cristales. En esta ocasión, la niña (retardada mental) gritó a la madre: «¡no oigo nada!»
«Los labios de la mujer... se movían simultáneamente con las expresiones de la niña», pero nadie, excepto la
sensitiva Ilga, podía oír absolutamente nada, aparte de que a veces, como expresamente se dice en las actas, la
pequeña pronunciaba la palabra antes de que se moviesen los labios de la madre. Además, la comisión hizo que
durante algunas experiencias se grabasen en disco los sonidos, mientras se iban filmando todos los movimientos,
comprobando de esta manera que no siempre hubo movimiento de los labios de la madre, ni antes, ni mientras la
niña decía lo que la madre pensaba. En estas ocasiones, como comprobó una segunda comisión de especialistas
lituanos, el «cuchicheo» de la madre era interno, en las cuerdas vocales y demás «órganos motrices del lenguaje»
internos.
Otra anotación nos interesa en este caso. Es que, como hemos indicado antes, los sensitivos lo son porque
pueden manifestar en el consciente lo que todos captamos sólo inconscientemente. Refiriéndonos al caso
concreto de Ilga, su audición consciente era absolutamente normal, como demostraron varios tests auditivos.
Las Academias de Medicina de París y de Angers, estudiaron el caso de Ludovico, idéntico al de Ilga.
Muchas revistas de Medicina y Psicología, dentro y fuera de Francia, se ocuparon del caso. El Dr. FARGUES
publicó una relación interesantísima a este respecto (11).
Esta cualidad, sin embargo, ponía a Ludovico en circunstancias difíciles para la vida. Cuando su
madre intentó enseñarle a leer, comprendió que era imposible. El niño, «adivinando» no ejercitaba la
inteligencia ni la memoria. La familia, alarmada, tuvo que separar al niño de la madre para que pudiese
recibir una educación normal. En ausencia de la madre, el pequeño dejó de distinguirse como «adivino».
Si fuese telepatía, como afirmaron las Academias y profesores que estudiaron el caso (12), el fenómeno se
habría producido, exactamente igual lejos de la madre, pues el concepto de telepatía incluye que el fenómeno
prescinde de la distancia. Es la hiperestesia la que requiere, evidentemente, la presencia del «transmisor». Por
otra parte, la telepatía no se podría provocar caprichosamente, y mucho menos con la pasmosa regularidad con
que Ludovico captaba las ideas de su madre.
9 NEUREITER, Ferdinand von: «Wisen um Frendes Wissen, auf umbekannten Wege erwobe», Gotha, 1935.
10 BENDER, Hans: «The Case of Ilga K. Report of a phenomenno o unusual perception», en «Journal of Parapsychology», II, 1938.
11 FARGUES, Msr. Albert: «Les phénomènes mystiques distingues des leurs contrafaçons humaines et diaboliques», París, Bonne
Presse, 1920, págs. 410 ss.
12 Ver, por ejemplo, ROCHAS, Albert, en «Cosmos», XLV, págs. 240 ss.
También se hizo muy famoso el niño Bo, de once años, retardado mental. La madre, precisamente por
el poco provecho que sacaba el niño en la escuela, le daba clases en su casa. Y descubrió que Bo le decía
espontáneamente palabras, números, cosas, que ella sólo había pensado. Bo, que era incapaz de hacer uno
de los dibujos, o repetir una de las frases que en el Test de BINET están señalados para niños de cinco años,
podía resolver cualquier problema o dar cualquier respuesta, por difícil que pareciese, si la solución era
conocida por la madre.
El Dr. DRAKE, del Wesleyan College de Georgia, estudió el caso e hizo experiencias con el pequeño (13).
Nuevamente, no se trataba de telepatía, como pensó el Dr. DRAKE. La telepatía, extra-sensorial, no requiere la
presencia del agente. Dicen expresamente las actas: «Era capaz de dar respuestas maravillosas, siempre que éstas
estuviesen en la mente de la madre, pero no podía hacer absolutamente nada si ella lo dejaba solo», o «el niño
no puede leer si alguien no está sentado cerca de él, mirando el libro. Entonces lee bien, pero si lo dejan solo,
no puede». Son captadas, pues, señales sensoriales. Es un caso de hiperestesia indirecta del pensamiento.
Acierta, por tanto, plenamente PALMES, cuando, refiriéndose precisamente al caso del niño Ludovico, escribe
ya en 1928, antes del nacimiento de la Parapsicología: «Los hechos aducidos se diferencian del cumberlandismo
propiamente tal, en que... falta el contacto muscular. Las impresiones corporales correspondientes a los
fenómenos mentales transmitidos, serían señales acústicas o visuales. También se puede recurrir a la percepción
táctil de las distintas emisiones de aire producidas inconscientemente por los órganos fonéticos del transmisor...
Todo esto parece la explicación más lógica en los casos en que el receptor está a corta distancia del transmisor»
(14).
La regularidad con que los niños Ludovico, Bo o Ilga captaban el pensamiento de la madre y la casi absoluta
ausencia de adivinación respecto a otras personas, se explica muy bien por pocas nociones que se tengan de
Reflexología. Los niños, por afectividad, o por entrenamiento natural, se habían acostumbrado a las señales
reflejas características de la individualidad de la madre. Ahora bien, el inconsciente tiene, o puede alcanzar, una
gran delicadeza para diferenciar los distintos estímulos. PAULOV (15) consiguió condicionar unos perros a un
sonido («señal condicionada») de 250 vibraciones. Los sonidos inmediatamente superiores e inferiores, no
constituían señal para los reflejos condicionados, a pesar de aparecer absolutamente indeferenciables para el
consciente (16).
Con todo, otros sensitivos no se condicionan tan específicamente a las características individuales, sino que
sólo captan las señales comunes a toda la especie humana, o de casi todos los hombres, no sólo los de una única
persona. Los perros de PAULOV en general eran condicionados mediante luces o toques de silbato o de campanilla
sin que distinguiesen los diversos matices o la intensidad de la luz.
13 DRAKE, R. N.: «An unusual case oí ESP», en «Journal oí Para-psychology», 11, 1938.
14 PALMES, S. J., Fernando María: «Telepatía», en «Enciclopedia Ilustrada Europeo-Americana», Madrid-Barcelona, Espasa-
Calpe, 192&. LX, pág. 577.
15 PAULOV, Ivan Petrovich: «Conditioned reflexes», Nueva York, Oxford Univ. Press, 1934.
16 De las traducciones hispano-americanas, puédense ver: «Los reflejos condicionados aplicados a la patología y psiquiatría»,
Montevideo, Pueblos Unidos, 1955, o en «Obras escogidas», Méjico, Ed. Quetzal, 1960. La asombrosa capacidad de diferenciación de
estímulos o señales condicionadas de que el inconsciente es capaz, es por sí misma una gran hiperestesia, como hemos sugerido en los
dos capítulos anteriores.
La criptoscopia fisiológica es, para los especialistas en Parapsicología, sólo un aspecto de la hiperestesia
directa estudiada en el capítulo 5. Visión retiniana a través de cuerpos relativamente opacos, opacos sólo para las
personas normales, no verdaderamente opacos para los sensitivos.
Pero algunos metapsíquicos creían que había verdadera visión a través de cuerpos totalmente opacos. Tal
criptoscopia, en este sentido estricto, no tiene base alguna científica. Por eso hemos puesto en el título: «La mal
llamada criptoscopia».
Tratando de demostrar la visión a través de cuerpos opacos, por error en las condiciones de la
experimentación, se hicieron muchas y magníficas experiencias de hiperestesia indirecta, o captación del
pensamiento de otra persona por medio de señales inconscientes emitidas por ella. En los experimentos estaba
siempre presente la persona que sabía lo que había bajo el cuerpo opaco... (17).
Alcanzaron gran fama las magníficas experiencias realizadas en Rusia con Sofía ALEXANDROVNA. Fueron
dirigidas por el Dr. CHOWRIN, director del Asilo de Alienados de Tambow.
Con la ayuda de diversos colegas de la Sociedad Médica de Tambow, el Dr. CHOWRIN tomó precauciones
ingeniosísimas para ponerse a resguardo de los asombrosos fraudes a que inconscientemente puede llegar una
histérica.
Se escribieron cartas con caracteres tan pequeños que sólo se podían distinguir con una lupa. Las cartas
se ponían en sobres que, una vez cerrados, se pintaban con anilina negra para hacerlos más opacos.
Algunas veces se metieron también en los sobres papeles fotográficos sensibles para descubrir si por si
acaso eran abiertos furtivamente. No obstante todas estas precauciones, la enferma describió el
contenido de las cartas en experiencias repetidas unas cuarenta veces.
Los investigadores concluyeron que la histérica leía las cartas a través de los sobres opacos por la anilina y a
través de los papeles fotográficos... En primer lugar, estas experiencias cayeron en el defecto fundamental de
estar presentes a la prueba las personas que habían escrito o leído las cartas. Esto bastaría para explicar el
fenómeno por hiperestesia indirecta del pensamiento.
Pero además, en las actas tenemos argumentos que apoyan la explicación por hiperestesia indirecta.
Efectivamente, no se podía suponer una visión a través de cuerpos opacos, porque Sofía ALEXANDROVNA no
miraba los sobres, como expresamente se afirma en una experiencia dirigida por los Dres. TROITZKI y SPERANSK.
Otro dato muy significativo: si no siempre, al menos frecuentemente no se «leía» el texto de la carta; sólo se
describían las imágenes correspondientes.
Por ejemplo, en una carta, escrita por el Dr. ANDREOFF se decía: «En el desierto de Arabia se yerguen
tres palmeras, entre las que fluye un manantial murmurante». ALEXANDROVNA dijo: «Un gran espacio. Es
un arenal blanco como la nieve, pero no es nieve. Tres árboles muy altos. Nunca vi nada semejante.
Pocas hojas, muy largas. Un manantial, cuyo murmullo se oye claramente».
Es la alucinación típica provocada reflejamente por las señales captadas inconscientemente por hiperestesia.
No se leyó la carta: se captaron las ideas o imágenes.
En otra experiencia se había escrito: «Sofía ALEXANDROVNA está en su cama y mira hacia la pared». La
enferma, sin mirar para la carta, dijo: «Veo una cama. Soy yo que estoy en mi cama, con cintas atadas
bajo la barbilla».
No se leía la carta por criptoscopia, esto es, visión retiniana a través de cuerpos opacos. Se captaba el
pensamiento de los asistentes: «Eres tú, tal como estás en la cama...».
Que no se trata tampoco de telepatía o clarividencia parapsicología, extra-sensorial, es claro, entre otras
razones, porque no se necesitaría la presencia de los experimentadores o de la carta...
La explicación por hiperestesia indirecta del pensamiento, supone que la enferma era hiperestésica. Lo era en
grado sumo. Como hemos descrito a propósito de algunos ciegos, también Sofía ALEXANDROVNA distinguía los
colores por el tacto. Por el tacto (o por el olfato, etc.) distinguía los sabores.
Los investigadores de Tambow llenaban diversas botellas con soluciones de soda, de clorato de
sodio, de clorhidrato de quinina, de sulfato de zinc. Después humedecían pequeños pedazos de papel con
alguna de estas soluciones.
17 Cfr. por ejemplo, ABELOUS: «Sur une observation de visión extrasensoriale. Melanges biologiques pour le jubilé de Ch.
Richet», París. Alcan, 1913, págs. 1-5.
ALEXANDROVNA, en contacto con los papeles, sentía inmediatamente el sabor salado, ácido,
astringente o amargo (18).
Se tomó la precaución de que humedeciese el papel alguien que después no asistiría al experimento. Por
tanto, los investigadores no sabían qué solución se había empleado. Esta precaución no se había tomado en la
lectura de las cartas. ¿Por qué? ¿No sería porque, si estaba ausente el que conocía el escrito, la experiencia
fracasaba? Pero, delante de los papeles impregnados, la sensitiva no necesitaba las señales inconscientes de los
asistentes; bastaba la hiperestesia directa del olfato, del gusto o del tacto sobre los objetos.
Siendo la enferma una extraordinaria hiperestésica, como demostraron estas últimas experiencias con papeles
humedecidos, no sería extraño que por hiperestesia de las señales inconscientes, captase indirectamente el
pensamiento de los asistentes. Las experiencias de Tambow, como se ve, no prueban la clarividencia fisiológica,
esto es, la visión retiniana a través de cuerpos opacos (suponiendo que fuesen verdaderamente opacos los ma-
teriales empleados). Menos todavía prueban la clarividencia o telepatía parapsicológica, extra-sensorial. Pero son
de gran valor, una vez más, en pro de la hiperestesia indirecta del pensamiento: adivinación del pensamiento de
los asistentes por medio de las señales inconscientes que emitían (19).
Sabemos que hay ciertas emisiones de señales correspondientes a los actos internos, aunque sea difícil
determinar en cada caso cuántos y de qué tipo son los reflejos fisiológicos externos o señales emitidas.
También sabemos que el hombre puede captar esas mínimas señales correspondientes al pensamiento de otra
persona presente, ya que el hombre es hiperestésico, al menos en el inconsciente.
La HIP (hiperestesia indirecta del pensamiento) es la captación e interpretación, generalmente inconsciente,
de esas señales. En los sensitivos esa interpretación aflora en el consciente sin que la conciencia sepa,
generalmente, de dónde vino esa «adivinación», por lo que frecuentemente fue atribuida al «más allá».
El Dr. CALLIGARIS, profesor de Neuropatología en la Universidad de Roma, en numerosos pasajes de uno de
sus libros (20), afirma, después de numerosas experiencias, que el reflejo fisiológico de las ideas pasa a las
personas presentes como por resonancia o consonancia. La idea, sentimiento, etc., no sólo tiene repercusión
fisiológica en determinadas y mínimas «áreas» o «campos» cutáneos de esa misma persona, sino que la misma
repercusión es experimentada por resonancia en las «áreas» o «campos» de las personas presentes.
Con determinadas técnicas se puede amplificar esa repercusión fisiológica.
Tal resonancia sería en definitiva lo que nosotros llamamos hiperestesia o percepción inconsciente de las
señales. Sería una hiperestesia cutánea que se añadiría a la hiperestesia visual, auditiva... Por múltiples caminos
el reflejo fisiológico de las ideas de otro pasarla a nosotros o a las personas presentes.
Y como tales reflejos se identifican con la idea, como idea y reflejo son apenas dos aspectos diferentes de un
mismo fenómeno, se comprenderá que, si inconscientemente son reproducidos en nosotros esos reflejos
fisiológicos de otra persona, también habremos captado inconscientemente la misma idea.
Si, con técnicas apropiadas, o por entrenamiento, ya espontáneo, ya provocado, o en circunstancias especiales
esta resonancia es aumentada en algunas personas, se comprenderá también por qué, en esas personas, lo que sólo
era «adivinación» inconsciente, pase a ser consciente. En los sensitivos, esta amplificación, este pasar del
inconsciente al consciente, es más frecuente, e incluso regular.
Aplicaciones prácticas
En primer lugar, debemos destacar la importancia de la hiperestesia indirecta del pensamiento. Es mucho más
frecuente que la telepatía o cualquier otro fenómeno paranormal, extra-sensorial. Ya PUYSÉGUR, uno de los
primeros investigadores del hipnotismo, advertía a los hipnotizadores del error de considerar como telepatía
muchas cosas que no lo son, tanto que llegó a afirmar expresamente que «es error pensar que por medio de un
18 CHOWRIN, N.: «Experimentelle Untersuchungen auf dem Gebiete des ráunlichen Hellsehens, der Kryptoscopie und
inádequaten Sinneserrengung», Munich, Reinhardt, 1919.
19 RICHET («Traite de Metapsychique», 2.» ed., París, Alean, 1923, pág. 235) se inclina por la clarividencia paranormal, aunque
admita la remota posibilidad de que los hechos se expliquen por hiperestesia directa, esto es, criptoscopia fisiológica a través de los
sobres. En efecto, es enorme la dificultad de explicarlos por hiperestesia directa. Pero ni el célebre metapsíquico, ni los investigadores
de Tanbow, pensaron en la hiperestesia indirecta del pensamiento...
20 CALLIGARIS, Giuseppe: «Le Mereviglie della Metafisiologia», Brescia, Vannini, 1944.
sonámbulo (hipnotizado) clarividente, se pueda adivinar el pensamiento de una persona ausente, pues lo único
que se obtiene en tales ocasiones es inspirado inconscientemente por el propio observador» (21).
PUYSÉGUR exagera y se equivoca al no admitir la posibilidad de la telepatía, pero está en lo cierto cuando
afirma que lo que en realidad ocurre en la casi totalidad de los casos es que el sonámbulo capta indirectamente
el pensamiento consciente o inconsciente del observador presente.
Una experiencia fácil, inspirada en el libro de Julio María (22), ha comprobado incontables veces que la
hiperestesia indirecta del pensamiento es más fácil y frecuente que la telepatía. Los mismos lectores pueden
hacerla con facilidad.
Esta o semejantes experiencias, prueban perfectamente que en el primer caso, esto es, cuando la consulta es
hecha por la misma persona que escribió la pregunta, es más fácil acertar, por tratarse de hiperestesia indirecta del
pensamiento. Pero en el segundo caso, cuando no puede haber señales inconscientes, los aciertos son más raros y
difíciles por tratarse de telepatía o conocimiento extra-sensorial.
Muchas veces es el espectador el que se traiciona a sí mismo al consultar a un «adivino» o en las sesiones
espiritistas. El médium o «adivino» no sabe más que aquello que le dice el consultante con el lenguaje de las
señales inconscientes e involuntarias. El estado de trance del médium, o de delirio, narcotismo, histeria en que
entran natural o artificialmente muchos «adivinos» ayuda evidentemente a la hiperestesia. Por otra parte, la
cadena de personas tomadas de la mano, en ciertas sesiones espiritistas, favorece la hiperestesia del pensamiento
de tipo cumberlandístico. Cumberlandismo e HIP en general, combinados, pueden, es claro, llegar a límites
insospechados en personas especialmente «dotadas» y especialmente entrenadas.
Y el resultado, repetimos nuevamente, puede ser sólo el confirmar al que consulta en su idea, tal vez
equivocada. Ya en su tiempo decía RICHET: «Si yo conozco la palabra Margarita, que el médium debe decir, y
sobre todo, si el médium duda, yo le proporcionaré, muy ingenuamente, las indicaciones que necesita,
rectificaré sus errores, seré su cómplice involuntario...» (23).
Dentro del ámbito de la hipnosis, son muchas las consecuencias prácticas que podríamos sacar de lo que
hemos expuesto sobre la hiperestesia indirecta del pensamiento. Entre ellas, por ejemplo, el peligro que pueden
tener sugestiones sólo pensadas por el hipnotizador y no manifestadas. Pacientes muy sensitivos o muy
entrenados pueden captarlas por hiperestesia indirecta del pensamiento. Como esas sugestiones no fueron hechas
expresamente, si el hipnotizador no las retira, en ciertos casos pueden después traer complicaciones.
En 1784, PUYSÉGUR descubría que con uno de sus pacientes no tenía necesidad de hablar para darle las
sugestiones «magnéticas» (hipnóticas, diríamos hoy).
«Yo pensaba simplemente en su presencia, y él me comprendía y me respondía. Cuando él se
mostraba dispuesto a decir más de lo que yo juzgaba prudente dejar entender, yo, sólo con el
pensamiento, interrumpía inmediatamente sus ideas, cortando las frases en medio de una palabra y
modificando completamente su curso» (24).
Por no sospechar la existencia de hiperestesia indirecta del pensamiento, muchos investigadores sacaron
consecuencias infundadas de sus experimentos con hipnotizados. Así, por ejemplo, quisieron probar la frenología
sirviéndose de las manifestaciones de personas sometidas a hipnosis. Decían: si estimulamos una determinada
zona del cráneo y el hipnotizado reacciona según el sentimiento correspondiente a la zona frenológica excitada,
esto prueba evidentemente que la frenología acierta cuando dice que «cada sentimiento... tiene una sede en el
cráneo y el estímulo de estas zonas provoca el sentimiento». No podría ser fingimiento por parte del hipnotizado,
porque ¿cómo podría un hipnotizado «analfabeto» saber cuál es el sentimiento que se debe excitar en esta o
aquella zona?
21 Citado por SILVA MELLO, A. da: «Misterios e realidades déste e do outro mundo», Rio de Janeiro, J. Olimpio, 1949, pág. 232.
22 PE. Julio María: «Os segredos do espiritismo», 4.a ed., Petrópolis, Vozes, 1950, pág. 180.
23 RICHET, o. c, pág. 77.
24 PUYSÉGUR, carta del 8 de marzo de 1784, citado por Cond. C. de Se. DOMINIQUE, en su libro «Animal magnetism», Londres, 1874.
Este raciocinio se encuentra ya en los primeros estudiosos del hipnotismo. Así BRAID, según una cita del Dr.
MURPHY (25), demostraba la frenología con la siguiente experiencia:
Y así con otras zonas. Pero el argumento no sirve: el hipnotizado, por hiperestesia indirecta del pensamiento,
podría adivinar las ideas preferidas por el experimentador y acomodarse a ellas en sus manifestaciones.
El mismo fallo en la argumentación han cometido muchísimos investigadores de la hipnosis. Algunos quieren
probar sus teorías sobre el hipnotismo basándose en las descripciones de los hipnotizados, incultísimos en las
teorías hipnóticas. Otros prueban teorías diferentes, aduciendo este mismo argumento de las descripciones de los
hipnotizados incultos...
Por el contrario, podría ser que los hipnotizados, a pesar de no saber nada de hipnosis teórica, captasen por
hiperestesia indirecta del pensamiento de su hipnotizador, las teorías preferidas del mismo...
Uno de los errores más lamentables y frecuentes es el de aquellos que intentan probar una regresión de la
edad hasta el óvulo fecundado e incluso hasta el espermatozoide... ¿Cómo podría el hipnotizado, siendo inculto,
describir perfectamente el espermatozoide, la evolución del óvulo, etc.? El hipnotizado, ciertamente no lo sabía,
pero ahí está el médico hipnotizador que sí lo sabe, y que desea que el hipnotizado confirme sus teorías de
regresión de la edad hasta aquellos estados iniciales de la vida.
Las consecuencias prácticas que podríamos sacar de lo que llamamos «hiperestesia indirecta del
pensamiento» son numerosísimas.
Los reflejos fisiológicos o señales correspondientes a todos nuestros actos psíquicos son
sentidos por las personas que se encuentran presentes.
Probablemente todos los presentes captan e interpretan, al menos inconscientemente, esas
señales externas o reflejas, y a partir de ellas se interpreta o capta el pensamiento que las
motivó.
A este fenómeno de «adivinación» sensorial lo llamamos «hiperestesia indirecta del
pensamiento» ( H I P ) .
Una gran mayoría de las «adivinaciones» no son paranormales, sino simplemente H I P .
25 MURPHY, Gardner: «Historial Introduction to Modern Psychology», Nueva York, Harcourt Brace and Co., 1949; y Londres,
Routtedge and Kegan Paul, 1949. Traducción española: «Introducción histórica a la Psicología contemporánea», Buenos Aires,
Paidós, 1960.
9PANTOMNESIA
Se acordó de lo que había visto cuando bebé. —Un analfabeto aprende obras literarias,
oyéndolas una sola vez. —Gracias a la memoria del inconsciente se recupera una fortuna.—
Nuestro inconsciente no olvida nunca.
EL FILÓSOFO DELBOEUF soñó que en el patio de su casa había encontrado dos lagartijas enterradas en la nieve
y rígidas por el frío. Las tomó, las calentó entre sus manos y las colocó en una grieta del muro. Después puso a su
lado unas hierbas que crecían por allí. Todavía soñando pronunció el nombre de la planta: «Asplenium ruta
muralis» (sic). El nombre se le presentó como algo familiar. DELBOEUF no se acordaba de casi ninguno de los
nombres técnicos de las plantas aprendidos en sus años de estudiante. ¿Cómo, pues, era posible aquel conoci-
miento técnico? Después de 16 años encontró casualmente la explicación: en casa de un amigo vio un pequeño
álbum de flores secas, en el cual estaba escrito por su propio puño: «Asplenium ruta muraria». El mismo
DELBOEUF lo había escrito mucho tiempo antes, después de consultar a un botánico. DELBOEUF ya no se acordaba
que su hermana había regalado aquel álbum a su amigo. Única variante: «muraría» por «muralis» (1).
Casos semejantes son bastante frecuentes. Esto nos prueba evidentemente que se guardan en nuestro
psiquismo antiguos recuerdos que el consciente ya había olvidado completamente. Surge, por tanto, la pregunta:
¿hasta qué punto llega la memoria del inconsciente? Daremos la respuesta por partes.
Época infantil
Para saber hasta dónde llega el poder amnésico del inconsciente, un primer paso importante es, sin duda,
constatar que nuestro inconsciente nos hace recordar cosas que conocimos cuando aún no teníamos uso de razón.
Este hecho ha sido comprobado muchas veces.
El Dr. MAURY, por ejemplo, cuenta que una noche soñó que era niño y que vivía en un poblado de
Triport. Imaginó ver allá un hombre uniformado que decía llamarse «fulano». MAURY gustaba de analizar
sus sueños. Aunque no tuviese la menor idea de aquel hombre ni de aquel poblado donde pensaba no
haber vivido nunca, había en el sueño una vaga sensación de «ya visto». Pasado algún tiempo se encontró
con su antigua ama seca. El ama le dijo que siendo él muy pequeño, fueron a la localidad citada, donde su
padre debía construir un puente, y que había allí un policía con el mismo nombre que había soñado (2).
Fue una impresión de «ya visto», confirmada contra toda verosimilitud (3).
Más todavía: también está comprobado que el recuerdo puede incluso referirse a las sensaciones tenidas
¡cuando se era niño de pecho!
RIGNANO, p. ej., cita en su «Ensayo de síntesis científica» el siguiente caso:
1 Citado entre otros muchos autores, por SILVA MELLO, A. da: «Misterios e realidades dêste e do outro mundo», Río de Janeiro, José
Olimpio Editora, 1949, pág. 312.
2 MAURY, Alfred: «Le somneil et les rêves. Études psychologiques sur ces phénomènes et les divers états que s'y rattachent», 4.» edic,
Paris, 1878, pág. 92.
3 Por la memoria del inconsciente se explican muchos casos de «ya visto». Esta memoria puede referirse a antiguas sensaciones
inconscientes o impresiones conscientes ya olvidadas. Las impresiones antiguas (conscientes o inconscientes) pueden haber sido
causadas, no por el mismo objeto del que la persona se acuerda ahora, sino por una fotografía, película, descripción... Pero no
queremos decir con esto que no haya otras explicaciones para otros casos de «ya visto». Muchas veces, en efecto, esa impresión de
recuerdo se debe a diversas ilusiones: «Ya he visto esto» y en la realidad no lo ha visto sino lo ha imaginado o soñado... (contra la
opinión que nos parece insostenible, como veremos, de LEONARD, que niega la corriente de unión o el recuerdo de sueño a sueño).
Otras veces la ilusión es que en la realidad vimos alguna cosa parecida pero no la misma, y frecuentemente habrá ilusión completa,
un «falso recuerdo» o una perturbación psicológica llamada en Psicología «recuerdo del presente». (Cfr. BERGSON. H.: «L'Energie
Spirituelle», París, Alean, 1924, pág. 117, así como «Revue Philosophique», 1908, 12.
La sensación de «ya visto» puede deberse también en algún caso al recuerdo de una «precognición» tenida antes, precognición
que puede ser meramente inconsciente. De las precogniciones reales y aparentes, hablaremos ampliamente en los capítulos 15, 16, 17,
18 y 19.
Un joven, al llegar a un lugar «donde nunca había estado», lo conocía todo perfectamente.
Impresionado, hizo averiguaciones descubriendo que cuando tenía pocos meses había sido llevado allí
por su ama.
El inconsciente había archivado todos los detalles. Ahora, en presencia del lugar, brotó el recuerdo.
Una familia estaba confusa por lo que aconteció a una de sus hijas.
Se trata de una joven de 16 años. Un día fue a un grupo escolar y percibió que «ya lo conocía, a pesar
de no haber estado nunca en él». Las profesoras del centro, impresionadas por el hecho, hicieron en aquel
mismo momento algunas experiencias y, efectivamente, la joven describía las distintas habitaciones antes
de que abrieran la puerta. Un solo fallo: dijo que una sala era el despacho de la directora, cuando en
realidad lo utilizaba la encargada de la limpieza. Los familiares de la joven estaban angustiados porque
algunos espiritistas les habían dicho que todo eso probaba evidentemente que la niña había estado en
aquel colegio en una reencarnación anterior (?!), teoría que los parientes, como católicos, no podían ad-
mitir.
Las averiguaciones realizadas comprobaron, en primer lugar, que sólo durante el primer año de
funcionamiento de la escuela aquel cuarto que la joven designaba como despacho de la directora, lo había sido de
hecho. Actualmente ninguna de las profesoras del colegio sabía esto, pues todas eran más recientes en la casa. Y
fue precisamente en aquel año de la inauguración cuando una tía de la joven estuvo visitando el grupo, llevando
en brazos a la niña, entonces con un año de edad (4).
Se han hecho algunas experiencias de leer a un niño, hasta de unos pocos días, un largo párrafo de un libro y,
pasados varios años, hacerle repetir en estado hipnótico el mismo párrafo que sólo oyó una vez y que no era
capaz de entender. El inconsciente, aun el de una criatura, es un óptimo magnetofón.
Se acuerda hasta de lo «no percibido»
Es un paso más para comprender hasta dónde llega la memoria del inconsciente.
Muchos son los aspectos y casos que se podrían analizar sobre el recuerdo de lo «no percibido». En efecto,
como hemos visto, el inconsciente se acuerda de lo que sólo se oyó en tierna edad. Es un tipo de «no percibido»
ya que los niños pequeños «no prestan atención». Son frecuentes los casos de acordarse de lo que se oyó estando
completamente distraído; he aquí otro tipo de lo que llamamos «no percibido». Podemos recordar hasta aquello
que jamás podría percibir el consciente; recuerdo de sensaciones hiperestésicas e inconscientes, como veremos en
éste y en el próximo capítulo.
Ahora queremos fijarnos en otro aspecto: posiblemente no existe un estado tal de «desmemorización» que
pueda incluso afectar al inconsciente. El ejemplo típico es presentado por CHARCOT en una de sus famosas clases
en Salpetriére.
Una enferma, después de una violenta crisis provocada por una emoción, lo olvida todo, desde un
mes antes de la crisis (amnesia retrógrada), y después no puede fijar nada ni guardar ningún recuerdo
(amnesia total). CHARCOT, el célebre investigador del hipnotismo en los enfermos, analiza así el caso en
su clase: «En realidad, los hechos que ella olvida tan rápidamente en estado de vigilia y que no puede
hacer aparecer en el consciente, estaban verdaderamente registrados (en el inconsciente). La prueba es
que espontáneamente logró recordarlos de noche, durante el sueño. Ordenamos que fuese observada por
dos enfermos cercanos a su cama y comprobamos así que frecuentemente sueña en voz alta haciendo a
veces alusiones a los acontecimientos... que no es capaz de suscitar en estado de vigilia. Pero la prueba de
que el inconsciente se acuerda de todo está, especialmente, en el hecho siguiente: esta mujer a la que
conseguimos hipnotizar encuentra en ese estado todos los hechos sucedidos hasta el momento presente, y
todos sus recuerdos reviven asociados, sistematizados, ininterrumpidos de manera que forman una trama
continua, como si hubiera un segundo «yo» que contrasta extrañamente con el «yo» oficial, del cual
todos conocéis la amnesia profunda» (5).
El Arzobispo de Burdeos refiere el caso siguiente: un joven sacerdote se levantaba durante el sueño,
sonámbulo, para escribir sermones o componer música. El Arzobispo lo acompañó varias noches
seguidas. Con precisión matemática el joven, con los ojos cerrados, reunía todo el material necesario.
Cuando componía música, trazaba primero el pentagrama con una regla. Las notas y el texto eran
perfectos y si había errores, al «releer» los corregía en sus lugares correspondientes. Los sermones los leía
en voz alta desde el comienzo al final, con ¡los ojos cerrados! Corregía los pasajes que no le gustaban. El
Arzobispo, sospechando que el sonámbulo viese a través de los párpados cerrados, interpuso obstáculos
como hojas de papel cuando el sacerdote leía. El padre continuaba leyendo con calma,
imperturbablemente. Otras veces el Arzobispo sustituía las hojas escritas por otras de igual forma, peso,
etc., y el padre «leía» sobre las hojas en blanco lo que estaba escrito en las otras. También, sobre esas
hojas en blanco, corregía los errores o frases menos felices, en los sitios que correspondían a los de las
otras hojas (8).
He aquí otro factor de gran importancia. Pueden considerarse tres aspectos que en la realidad se compenetran:
hasta qué edad anterior pueden retroceder nuestros recuerdos; hasta qué edad avanzada se archivan en el
inconsciente; y por cuánto tiempo se conservan.
6 Citado, entre otros autores, por LAPPONI, José: «Hipnotismo e Espiritismo», trad. de la segunda edic. italiana por VIEIRA,
Baptista Manoel, Sao Paulo, Falcone, 1907, pág. 227.
7 Citado, por ejemplo, por SILVA MELLO, A. da: o. c, pág. 324.
8 «Encyclopédie Française», en el artículo «Sonambulismo».
«¿Hasta qué edad anterior pueden retroceder nuestros recuerdos?» Ya hemos apuntado algunos casos de
memoria de hechos sucedidos antes del uso de razón e inclusive en la primera infancia. Tales casos son
relativamente frecuentes.
Aún más: un tipo de experiencia es presentado bajo el aspecto y denominación de «regresión» en la edad. El
hipnotizado es llevado por la fuerza de la sugestión a años pasados, reproduciendo entonces los criterios, gestos,
lenguaje, ocupaciones o juegos propios de la edad sugerida.
Algunos autores que no han considerado suficientemente el asunto, defienden la «regresión» hasta un estado
uterino anterior a la mielinización, o incluso pre-uterino. Los mejores especialistas evidentemente refutan el
hecho. Tales «regresiones» son puramente ficticias. El paciente, sometido a sugestión, es muy capaz de crear
maravillosas fantasías. Es verdad que, en algunos casos, el inconsciente podrá revelar hechos ocultos y que
después se comprueba que corresponden a épocas de la pre-mielinización o pre-uterinas sugeridas. No se trataría
en estos casos de un auténtico recuerdo del inconsciente, sino apenas, en último análisis, de conocimiento actual
paranormal. Generalmente será una mera proyección al pasado de conocimientos actuales conscientes o
inconscientes.
Es claro que en la «regresión» hipnótica no se trata de una verdadera regresión del tiempo y que, por tanto, no
se puede esperar una acomodación total de la personalidad a la edad sugerida, como esperaban algunos
hipnólogos menos avisados. El inconsciente toma de su archivo innúmeros recuerdos para fingir la «regresión»
que se le impone, pero no por eso se desprende de la personalidad adulta presente.
Hay personas que «retroceden» a edades infantiles y sometidas al test de RORSCHACH proceden aparentemente
con psicología de niños, lo que demuestra la memoria del inconsciente. Pero un psicólogo experimentado
descubrirá ciertos detalles de madurez, lo que demuestra que la regresión es sólo aparente.
Un hombre dibujó un árbol con trazos e ingenuidades propias de la edad sugerida de seis años, pero
no omitió las raíces, detalle que a los seis años de edad auténtica, habría omitido. Otro individuo, después
de aceptar la sugestión de que tenía cuatro años, preguntado repentinamente que hora era, no consiguió
reprimir el gesto de mirar el reloj de pulsera.
Ambos se habían olvidado, pero el inconsciente «no olvida nada». Al pasar por aquel lugar, treinta años
después, se efectuó la asociación de ideas y brotó el misterioso recuerdo.
«¿Por cuánto tiempo conserva el inconsciente los recuerdos?» Esta pregunta está ya implícitamente
respondida en las dos anteriores: desde la infancia hasta la vejez parece que el tiempo no afecta a la memoria del
inconsciente.
El encadenamiento de la memoria
Para saber hasta qué punto llega la memoria, necesitamos aún un dato más. Ya hemos visto cómo las cosas
sucedidas en estado de conciencia se archivan en el inconsciente. También se conserva en el inconsciente lo
sucedido durante los mismos estados de inconsciencia. Y el paso de un estado a otro de inconsciencia no está
cerrado para la memoria del inconsciente. Por ejemplo, lo sucedido durante la inconsciencia de una crisis
histérica surge en la hipnosis. Lo sucedido en la hipnosis, surge a la superficie, por ejemplo, en el desdoblamiento
de la escritura automática. Lo que ocurre durante el sueño es recordado, por ejemplo, en la alucinación cuando se
fija la vista en una bola de cristal, etc. Todo parece indicar, pues, que la memoria del inconsciente forma «una
trama continua e ininterrumpida», según la frase ya citada de CHARCOT.
He aquí un caso de recuerdo en el sueño natural, de algo realizado en la inconsciencia de la sugestión post-
hipnótica.
El Dr. VOISIN hipnotiza a un individuo. Hecho esto, le sugiere que al despertar, en plena vigilia,
deberá asesinar a una mujer que estaba entonces en una cama próxima, y le sugiere también que debe
olvidarlo todo. Despertado del sueño hipnótico, y sin saber por qué, el individuo se dirige a la cama
cercana y sin dudar apuñala un maniquí de mujer perfectamente simulado. Los magistrados ante quienes
se realiza el experimento, no consiguieron del supuesto asesino ni la confesión del crimen, ni la
descripción del hecho, ni el nombre del cómplice que lo había sugerido. Era una acción en vigilia pero ol-
vidada inmediatamente por efecto de la sugestión post-hipnótica. Tres días más tarde el hombre vuelve a
Sal-petriére. Su fisonomía muestra las señales de un intenso sufrimiento moral de pertinaz insomonio. Se
queja de que todas las noches, en cuanto se duerme, ve a una mujer que lo acusa de haberla asesinado con
un cuchillo. Se despierta siempre con gran excitación. Rechaza el sueño como absurdo, pero en cuanto
concilia de nuevo el sueño, surge la trágica aparición. Los médicos tuvieron que explicarle todo para que
el pobre hombre no se volviese loco (11).
BERNHEIM, después de hacer muchas experiencias corroborando el fenómeno de que por el hipnotismo se
pueden recordar hechos que parecían totalmente olvidados o nunca percibidos, pasó en sus experimentos al hecho
de que ahora tratamos. Demostró hasta la saciedad cómo, durante la hipnosis, pueden ser recordados todos los
hechos que se habían realizado en anteriores hipnosis, pero con la sugestión post-hipnótica (eficaz, por tanto, sólo
para el consciente) de que después fuesen olvidados (12). Se pide a un hipnotizado que describa lo que se ordenó
olvidar, y es curioso comprobar cuan perfectamente se acuerda de todo. El encadenamiento de la memoria era ya
completamente confirmado por JANET (13).
¿Pantomnesia o hipermnesia?
Si somos pantomnésicos (del griego «mnesis» = memoria, y «pantón» = de todas las cosas) lo recordamos
todo, absolutamente todo. Si somos hipermnésicos (del griego «hiper» = por encima de, extraordinario, y
«mnesis» = memoria) entonces nuestra memoria inconsciente sería admirable, superaría todo lo que generalmente
se piensa, pero no sería precisamente memoria de todo.
El dilema es antiguo. Fue RICHET el que propuso el término de «pantomnesia»: «Para indicar—escribe—que
la memoria no olvida nada y que todo lo que impresiona nuestros sentidos (añadimos nosotros: o nuestra
inteligencia, voluntad, imaginación...) permanece fijo en el cerebro inconsciente, yo propondría la palabra
pantomnesia. Por su etimología significa que ningún vestigio de nuestro pasado cognoscitivo se apaga» (14).
No es posible probar experimentalmente que no se olvida absolutamente nada.
Pero la pantomnesia parece lógica. ¿Qué es lo que se podría olvidar más fácilmente? Los casos espontáneos o
experimentales que se han logrado realizar y que hemos ido citando hasta aqui, muestran precisamente que las
cosas que más fácilmente se podrían olvidar, se guardan también en el inconsciente. Hasta los hechos captados en
la infancia antes del uso de razón y los hechos no captados por su insignificancia o por distracción, incluso en
personas que padecen de amnesia (falta de memoria) total en el consciente. Las cosas más complejas, o más
detalladas y minuciosas, son archivadas inmediatamente en pasmosa cantidad. El pasar del tiempo no parece
influir en la memoria del inconsciente, ni parece haber barreras que impidan el paso de la vida consciente al
archivo del inconsciente, o que separen los diversos estados de inconsciencia. Se forma así una trama del «yo»
único, perfectamente unido e ininterrumpido que nada puede olvidar.
No hemos hablado directamente de los datos que hemos recibido por vías paranormales, pues tendríamos
antes que explicar lo paranormal, difícil de ser entendido aquí. Pero también son archivadas las percepciones
paranormales.
Los casos observados y las experiencias realizadas nos autorizan a deducir que nada se olvida en nuestro
inconsciente. Ya a los comienzos de la investigación metapsíquica, numerosos autores, como JANET, FLOURNOY,
RICHET y otros, defendían la pantomnesia contra la hipermnesia.
No nos detenemos más en este capítulo, pues gran parte de los dos siguientes servirá para probar o confirmar
la memoria del inconsciente.
En todo caso, aunque tuviésemos que conceder que tal vez pueda apagarse alguna cosa de nuestra memoria
inconsciente, el hecho indiscutible es que el inconsciente conserva mucho más de lo que ordinariamente se podría
sospechar.
Y en Parapsicología, si algún fenómeno puede ser explicado por la memoria del inconsciente, es evidente que
no debemos recurrir a otras explicaciones más «misteriosas», como los fenómenos paranormales, y mucho menos
a explicaciones ultraterrenas o reencarnacionismo, como ya RICHET expresó en el lugar que acabamos de citar:
«Probablemente todos somos pantomnésicos. En todo caso, en la apreciación de los fenómenos metapsíquicos,
debemos admitir que no nos olvidamos absolutamente de nada».
La memoria es como uno de esos inmensos bloques de hielo llamados «iceberg». Sólo una pequeña parte
aparece sobre la superficie del mar, la memoria consciente, la memoria actual, si podemos emplear esta
expresión. Pero desde la superficie se puede también ver una pequeña parte del «iceberg», con tal que queramos
mirar hacia abajo: es la memoria preconsciente. Son todos esos recuerdos que tenemos archivados y a los que
ahora, por ejemplo, cuando estamos leyendo estas líneas, no prestamos atención. Pero basta que queramos para
que los recordemos: asi, nuestro nombre y el de nuestros parientes, dónde vivimos, en qué ocasión realizamos el
último viaje en avión, etc. Sólo es preciso mirar bajo la superficie del mar, hacia el preconsciente.
Hay otra zona del «iceberg» que no vemos, aunque miremos hacia ella. Pero si el bloque se inclina un poco,
esos recuerdos emergen. Esto sucede porque las circunstancias (asociación de ideas inconscientes) procurarán o
reclamarán tal recuerdo.
14 RICHET, Charles: «Traite de Métapsvchique», 2.A ed., París, Alean, 1923, pág. 69.
Muchas de las llamadas «intuiciones» o «inspiraciones» del momento, son en todo o en parte recuerdos de lo
que oímos, leímos o pensamos en ocasiones anteriores. Pero casi siempre pasan desapercibidas en su aspecto de
recuerdos.
Podemos fomentar la asociación de imágenes y excitar el inconsciente, haciendo así trabajar el archivador.
Se cuenta en la biografía del sabio español AMOR RUIBAL que su prodigiosa memoria consciente
(preconsciente) le permitía encontrar sin fichero lo que necesitaba en su confusa biblioteca personal. Un
día, sin embargo, la memoria consciente le falló y, a pesar de buscarlo durante varias horas, no encontró
un folleto raro sobre el Código de HAMMURABI.
Encargó a algunos auxiliares que mirasen libro por libro, dependencia por dependencia, para encontrar
el folleto. Todo inútil. Profundamente contrariado y preocupado, pues necesitaba con urgencia el folleto,
se acostó aquella noche, y en sueños lo vio en determinado lugar inesperado. Se levantó temprano y fue
rápidamente a aquel sitio para constatar si era verdad... Allí estaba el folleto extraviado (15).
El inconsciente, aguzado por lo desesperado de la situación, «trabajó en su archivo» toda la noche, hasta
encontrar el recuerdo deseado.
A veces es bastante largo el tiempo empleado por el archivador hasta encontrar el recuerdo que se desea.
BROCKELBANK, por ejemplo, había perdido un cortaplumas que estimaba mucho. Lo buscó en vano.
Conscientemente decidió no pensar más en el asunto. Pero el inconsciente quedó alerta. Cierta noche,
seis meses más tarde, el inconsciente consiguió suscitar el recuerdo archivado. BROCKELBANK soñó
entonces que tenía puestos unos viejos pantalones que ya había dejado de usar hacía mucho tiempo;
soñó que en ellos estaba el cortaplumas. ¿Por qué soñó esto? Intrigado, quiso ver si era verdad y fue en
busca de los pantalones. En el bolsillo que había soñado estaba el cortaplumas (16).
MAURY se esforzaba por recordar cierta cosa interesante, antes de acostarse por la noche. Y así muchas
noches iba «provocando» el archivador. Con alguna frecuencia, en sueños, le venían recuerdos y más recuerdos.
Un método casi idéntico, aunque admite una técnica mejor, es el de la hipnosis. Por la hipnosis, en algunos
casos, podemos obtener una excelente ayuda para la vida práctica (bajo la dirección de algún médico técnico en
hipnotismo, con lo que reduciremos al mínimo el peligro de fomentar el automatismo y otras consecuencias
peligrosas).
Un conocido especialista en hipnotismo nos refiere el siguiente caso.
La señorita W. trataba de encontrar una carta comercial muy importante que había perdido un año
antes de nuestra entrevista... En estado hipnóptico y en respuesta a preguntas específicas, dijo
primeramente cuándo había recibido la carta; después, en qué oportunidad la había utilizado; finalmente,
cuándo la había visto por última vez. Fue en el cuarto de huéspedes de la casa de su tía en Boston,
mientras preparaba la maleta para viajar.
• ¿No la colocó en la maleta? —No.
• ¿Desde entonces no ha vuelto a verla? —No.
Despertándola de la hipnosis le dije que había dejado la carta en el cuarto para huéspedes en Boston.
(En estado de vigilia había afirmado que la última vez que había visto la carta había sido en una oficina
de Nueva York). Ella no creía que esto fuese posible, pero dijo que lo comprobaría escribiendo a su tía.
Algunas semanas más tarde fui informado que la investigación había confirmado la revelación hecha
durante la hipnosis. La carta había sido hallada en Boston. Felizmente, la tía la había guardado» (17).
Por medio de hipnosis o asociaciones, tests, drogas, etc., el psiquiatra podrá obtener algunas veces del
inconsciente, recuerdos que lo ayuden en la recuperación del paciente. El abogado podrá conseguir datos
preciosos para la reconstrucción de los hechos de su cliente, etc.
Por medio de la hipnosis se ha llegado en ocasiones a bastante profundidad en el archivo del inconsciente.
Una experiencia casi de rutina es la comprobación de la memoria del inconsciente durante la hipnosis. «En
consecuencia, la imaginación se exalta también, dando al lenguaje de los pacientes un brillo y un colorido
15 GÓMEZ LEDO, A.: <Amor Ruibal o la sabiduría con sencillez», Madrid, 1949, pág. 40.
16 MYERS, Frédéric W. H., traducción francesa de JANKELEVTCH: ♦La personalité humaine. La survivance, ses manifestations
supranormales», París, Alean, 1919.
17 RHODES, Rafael H., traducción de NOVELLA, Domingo Juan: «Hipnosis, teoría, práctica y aplicación», 2.A ed., México,
Aguilar, 1958, pág. 146.
notable; la memoria reproduce con maravillosa precisión escenas y pormenores que, en estado de vigilia, están
completamente olvidados o jamás han sido fijados» (18).
La Criptomnesia
Para llegar a las capas más profundas del «iceberg» no existen técnicas viables. Se trataría simplemente de
provocar una tempestad, un profundo desgarramiento en el psiquismo. Diríamos que sería dar la vuelta al
psiquismo o hacer explotar el «iceberg», escindir la personalidad de manera que consciente o inconscientemente
«se presentasen en público» conjunta o sucesivamente una personalidad doble, triple, etc.
En ocasiones estos profundos desarreglos se producen como resultado de graves traumas físicos o psíquicos,
así como enfermedades, accidentes, golpes en la cabeza, desgracias, miedos...
Estas manifestaciones del inconsciente más profundo siempre se presentaron especialmente nimbadas de
misterio, porque sólo recientemente se descubrió su origen en la memoria del inconsciente. Es por esto que la
memoria del inconsciente fue también llamada «criptomnesia», que etimológicamente significa «memoria de
cosas ocultas». Explicando el concepto, diríamos que es una memoria sin que parezca tal, sin saber que se trata de
recuerdos.
Una gran parte del capítulo siguiente podría ser aducido aquí como ejemplo de «recuerdos ocultos», resultado
de un profundo desequilibrio psicofísico.
Los actos psíquicos, probablemente todos los actos psíquicos normales, extraordinario-normales,
para-normales, conscientes o inconscientes, se archivan para siempre en la memoria inconsciente,
desde la mielinización de los nervios.
La memoria del inconsciente se llama en Parapsicología «pantomnesia»: memoria de iodo, nada se olvida.
Hablar lenguas extranjeras sin haberlas aprendido... El fenómeno fue llamado por RICHET (1) xenoglosia (del
griego «xenos» = extranjero y «glotto» = hablar). Fuera de la ciencia experimental el fenómeno es más
comúnmente llamado «glosolalia» (hablar lenguas) o «don de lenguas».
El fraude como primera explicación
Hubo un caso que se hizo famoso por haber sido observado por RICHET.
«Una señora, de treinta y un años de edad, desconocía absolutamente el griego. A pesar de eso,
escribió en mi presencia frases exactas en griego... Después de algunas investigaciones encontré... los
libros de los cuales la misma señora extraía las frases... el diccionario griego-francés y francés-griego de
BYZANTIUS y COROMELAS (Atenas, 1851, 2.a edición), la Apología de SÓCRATES, el Fedón de PLATÓN
y el Evangelio de San JUAN...»
Lo interesante era que algunas frases se aplicaban muy bien a las circunstancias. Una tarde, por
ejemplo, a la caída del sol, la señora escribió en griego una frase que se encuentra en el diccionario citado:
«Cuando el sol está en su nacimiento o en su ocaso, la sombra se proyecta muy lejos». La frase fue escrita
sin acentos y con un pequeño error: una alfa en lugar de una Ípsilon.
RICHET consideró importante el caso de esta señora. Había escrito en griego un total de veinte líneas, 622
letras, con solamente un 6 por 100 de errores, además de la ausencia de los acentos (2).
Suponiendo que la señora conociese el abecedario griego, el esfuerzo de la memoria no sería muy grande,
dado que las frases fueron escritas en pequeñas «dosis», en diversas ocasiones. Era fácil que las fuese
aprendiendo. Y, si la señora no conocía el alfabeto griego, para aprenderlo no necesitaría más de una hora.
Esquivó la acentuación, más difícil de recordar. En cuanto al significado de las frases, constaba ciertamente en el
diccionario de BYZANTIUS y COROMELAS, después de las frases griegas. En Francia no son muy frecuentes las
ediciones de la Apología, el Fedón o los Evangelios sólo en griego: se acostumbra a hacer ediciones bilingües. En
estas condiciones es facilísimo estudiar, para cada sesión, algunas frases cortas e incluso aplicarlas a las
circunstancias, principalmente si se escribe espontáneamente y no en respuesta a preguntas.
La hipótesis de fraude no fue excluida en este caso, admitiéndose que podría tratarse de uno de esos fraudes
inconscientes o al menos irresponsables, muy frecuentes. RICHET afirmó que «se trata claramente de visión
mental de varios fragmentos de libros»; pero reconoce que no se puede rechazar la hipótesis de fraude. Justas
críticas le hizo el Dr. DESSOIR, sosteniendo la explicación por fraude (3). La «Society for Psichical Research»
discutió el caso, concluyendo también que probablemente se trataba de fraude; sólo en última hipótesis se podría
hablar de una representación visual memorizada por pantomnesia inconsciente (4).
Otra observada, Helena SMITH, dio también muestras de xenoglosia fraudulenta inconsciente, esto es, sin
voluntad deliberada y consciente de engañar.
Helena SMITH afirmó, durante un trance, que en una reencarnación anterior (!?), había sido la reina
Antonieta, y todavía antes, Simandini, hija de un jeque árabe y esposa del príncipe hindú Sivrouka
NAYAKA, señor de Kanara. Vivían en una fortaleza de Tschandraguiri, construida por su esposo en
1401...
Todo el esplendor y lujo del mundo oriental era descrito de un modo medio fantasmagórico por
Helena. Describió también hechos históricos de la época. Pero lo sorprendente, o al menos lo que más nos
interesa es que en una ocasión, en trance, escribió una línea en árabe y empleó palabras del sánscrito. Fue
solamente después de mucho trabajo que los profesores de la Universidad consiguieron verificar que la
1 RICHET, Charles: «Traite de Métapsychique», 2.» Edic, París, Alean, 1923, pág. 261. Traducción española junto con otro libro
de RICHET: «Tratado de Metapsíquica y Nuestro Sexto Sentido», Barcelona, Araluce, 1923.
2 RICHET, Charles, o. c, págs. 263 ss.
3 DESSOIR: «Von Jenseit der Seele», 4.A edic., Berlin, 1920.
4 «Journal of Society for Psychical Research», Londres, julio, 1906, pags. 276 ss.
línea en árabe y las palabras en sánscrito eran reales, como también los hechos históricos a que había
aludido.
El Dr. FLOURNOY se fingió espiritista para poder investigar con plena libertad el caso H. SMITH. Después
de varios años de observación de la médium y pacientísimos estudios, llegó a la conclusión clara e indiscutible
de que todo era fraude, inconsciente, pero fraude. Todos los datos, personajes, acontecimientos históricos a que
Helena aludía, provenían de un libro en francés (única lengua que ella conocía), muy raro en Ginebra, publicado
en 1828. La frase árabe había sido escrita por un médico en la dedicatoria con que ofrecía a un amigo el libro
escrito por él en la misma Ginebra. El médico, Dr. RAPIN, había frecuentado la casa de H. SMITH (5).
En cuanto a las palabras en sánscrito, se comprobó que Helena SMITH había ojeado una gramática y un
diccionario sánscritos.
No se trataba de leer o hablar «el sánscrito», como se ha afirmado con una exageración poco sincera.
FLOURNOY dice que eran solamente algunas palabras en sánscrito, escritas o pronunciadas. FLOURNOY sugiere la
explicación: «Uno de los miembros de la Sociedad de Investigaciones Psíquicas de Ginebra, el Sr. J., había
estudiado alguna cosa de este idioma, raro en Suiza, y tenía una gramática del mismo (Harler, C. de: «Gram-
maire pratique de la langue sanscrite», París, Lovaina, Bonn, 1878) en el propio aposento donde se realizaban las
sesiones; en esa casa, H. SMTIH estuvo haciendo sesiones durante un año entero, precisamente el que precedió a
la erupción de la fantasía hindú» (6).
En materia de xenoglosia el fraude más simple puede ser de un efecto altamente sorprendente, como muestra
el siguiente caso, entre otros muchísimos que se podrían citar.
En una sesión de psicografía, un médium escribió las palabras: «Emek Habaccha» y firmó «B. Cardosio»
(sic). Preguntado, el ignorante médium explicó a los sabios que las palabras significaban «Valle de
lágrimas», añadiendo que se encontraban una única vez en el Antiguo Testamento (7). Después de varias
investigaciones se descubrió que había existido un médico portugués, llamado Fernando CARDOSIO, que
había abrazado la religión judía. El médium ignorante no podía conocer palabras hebreas ni su
significado. El caso fue tenido por los espiritistas como una manifiesta intervención del «espíritu» del
médico que nadie conocía y menos aún en su carácter de judío. Más tarde se descubrieron las obras de
CARDOSIO en el «British Museum», llenas de citas en hebreo: nuevo «argumento» en pro de la
intervención del «espíritu».
El argumento parecía irrefutable, y no obstante era un simple truco, como se reveló después, al encontrarse
en un pequeño libro alemán de proverbios y sentencias las palabras: «Hemek Habaccha» = Valle de lágrimas»
con la indicación de ser el mote del médico judeo-portugués B. CARDOSIO (sic). De ahi las había tomado el
médium, sin sospechar que en el libro había dos errores: el nombre del médico no era «B.» sino «Fernando», y el
apellido no era «CARDOSIO» sino CARDOSO. También se comprobó que otras frases xenoglósicas empleadas por
el mismo médium en otras ocasiones, fueron tomadas del mismo libro. El médium fue desenmascarado (8).
Los médiums espiritistas que se hicieron más famoso por la xenoglosia, fueron EGLINTON y VALIANTINI, sin
contar H. SMITH en la xenoglosia impropia de inventar lenguas. EGLINTON y VALIANTINI en repetidas ocasiones
hablaron diversas lenguas (9). VALIANTINI, sin embargo, es más que sospechoso por haber sido sorprendido en
fraude con demasiada frecuencia. Respecto a EGLINTON, escribe el propio RICHET, generalmente muy entu-
siasta: «La sinceridad de EGLINTON es bien problemática» (10).
El fraude, por tanto, tal vez inconsciente o al menos irresponsable, explica muchos casos de xenoglosia
«aparente».
Xenoglosia impropiamente dicha
Un otro tipo de pseudoxenoglosia, sería el inventar lenguas nuevas, aun perfectas. Es el caso, por ejemplo, de la
famosa médium espiritista Helena SMITH, de la que hablaremos en el próximo capítulo. Inventar lenguas como
lo hizo H. SMITH, prueba el talento del inconsciente, pero no es xenoglosia propiamente dicha.
5 SAMONÁ, C: «Psiche misteriosa. I fenomeni detti spiritici», Palermo, Reber, 1910, pág. 76.
6 FLOURNOY, Th.: «Nouvelles observations sur un cas de sonnam-bulisme avec glossolalie» en «Archives de Psychologie», 1902, I,
pág. 213 (el artículo: págs. 3 00-266).
7 Salmo LXXX1I1, 7. Pero la moderna exégesis científica traduce «Valle árido» en vez de «Valle de lágrimas».
8 AKSAKOFF, Alexandre Nicolaevich, traducción alemana: «Ani-mismus und Spiritismus; Versuch einer kritischer prüfung der
medium-nistichen phaenomenem», 4.a ed., 2 vol., Leipzig, Mutze, 1901 (3.A ed., en 1890). Traducción francesa: «Animisme et
Spiritisme» París, Librerie des Sciences Psychologiques, 1895. Traducción española: «Animismo y Espiritismo», Barcelona,
Carbonell y Esteva, s. f.
9 BONI (de), G.: «Metapsichica, scienza dell'anima», Verona, 1946, págs. 123 ss.
10 RICHET, Charles: «Traite...», o. c, pág. 265.
Tampoco es xenoglosia entender lenguas, aunque generalmente los autores incluyan en el concepto de
xenoglosia el fenómeno de entender lenguas desconocidas.
He aquí un caso bastante antiguo, del siglo XVII, pero bien comprobado y que llegó a ser clásico.
La señora RAINFAING quedó viuda. Un médico-brujo le pidió que se casara con él. No fue oído. Le
dio entonces extraños «filtros» para conquistar su amor. Inútil. Dirigió entonces toda su «brujería» en el
sentido de la venganza, perturbando la salud de la Sra. RAINFAING. Después, sucedieron cosas tan
extrañas a esta señora que la juzgaron poseída por el demonio. Los médicos declararon no entender nada
de su estado y la recomendaron a los exorcismos de la Iglesia.
Por orden del señor de PORCELETS, Obispo de Toue, fueron nombrados exorcistas el P. VIARDIN,
Doctor en Teología y Consejero de Estado del Duque de Lorena, otro jesuíta y un capuchino. En las
sesiones de exorcismos, intervinieron también muchos padres y religiosos de Nancy, incluso el Obispo de
Tríboli, el Elector de Estrasburgo, el Embajador del Rey de Francia y el Obispo de Verdun. Fueron
además enviados dos doctores de la Sorbona.
La señora RAINFAING fue «exorcizada» varias veces en hebreo, sólo con el movimiento de los labios,
sin pronunciar una palabra. Y la supuesta posesa entendió perfectamente la fórmula del exorcismo. El Dr.
GARNIER, Doctor de la Sorbona, le dio varias órdenes y preguntas en hebreo. Ella respondió que sólo
hablaría en francés, añadiendo: «¿No es bastante que le muestre entender lo que dice?»
El mismo Dr. GARNIER, hablándole en griego, se equivocó distraídamente en la declinación de una
palabra. La «posesa» le dice:
• Usted, se ha equivocado.
• Muéstreme en qué—le exige en griego el doctor.
• Conténtese—respondió la Sra. RAINFAING— con que denuncie su error. No hablaré más de él.
En griego, pidió el doctor que se callase. En vano:
• Me ordena que me calle, pero no me callaré.
Y así otras frases semejantes fueron hechas por los exorcistas, seguidas de respuestas más o menos
confusas de la Sra. RAINFAING... (11).
No es extraño que, con los escasos conocimientos de la época y el ambiente de demonología y brujería, el
caso fuese tenido como indudable posesión diabólica. Pero no había nada de eso.
Nos interesa, y fue en lo que insistieron los exorcistas, el hecho de que entendiera la lengua, pero ya sabemos
que incluso ignorando completamente las lenguas extranjeras en que se dirigían a ella, la Sra. RAINFAING podía
captar el sentido de las preguntas y órdenes por hiperestesia indirecta del pensamiento. Luego insistiremos más
en esto.
Poco importaría ahora saber si la Sra. RAINFAING entendió directamente la frase extranjera que oyó, o si
solamente captó las ideas del doctor, sin entender directamente las frases extranjeras. Afirmamos que bastaría la
percepción de la idea por hiperestesia indirecta del pensamiento, consciente o inconsciente. La importancia de las
señales fonéticas debe probablemente reducirse en este caso, porque la lengua empleada era desconocida por la
sensitiva. Pero hay otras muchas señales comunes a toda la especie humana, como hemos indicado en los
capítulos sobre la hiperestesia indirecta del pensamiento.
Por esta hiperestesia, podía la Sra. RAINFAING captar los pensamientos de los interlocutores. Podía, por tanto,
responder en francés, su lengua propia, de acuerdo con lo que le decían en hebreo, griego o latín.
Lo mismo se diga del error que descubrió: por hiperestesia captó la reacción (tal vez sólo inconsciente) del
cerebro del Dr. GARNIER, percibiendo indirectamente que el Dr. se equivocaba.
Ni siquiera habría que recurrir a una percepción paranormal, extrasensorial, del pensamiento de los
interrogadores. Puesto que estos estaban presentes, bastaba la hiperestesia.
Es curioso que un ocultista como Eliphas LEVÍ, dé lecciones de sentido común a aquellos «hombres tan
serios», que atribuían el fenómeno al demonio. Así se expresa el famoso ocultista: «Me admiro de que hombres
tan serios no hubiesen notado la dificultad que tenía el pretendido demonio en responderles en una lengua distinta
de la de la enferma. Si el interlocutor hubiera sido un demonio, no solamente hubiera entendido el griego (latín o
11 CALMET, Agustín: «Dissertations sur les apparitions des anges, des démons et des sprits, et sur les revenants et vampires de
Hongrie, de Boheme, de Moravie et de Siiése... Nouvelle édition revue, corrigée et augmentée par l'auteur», París, «Chez de Bure
l'ainé quai des Augostins á L'Image S. Paul», 1756. Traducción inglesa de CHRISTMAS, Henry, con el título .«The Phantom World, or
the Philosophy oí Sprits, Apparitions, etc....», 2 vol., Londres 1850.
hebreo), sino que hubiera hablado en griego (latín o hebreo). Una cosa no costaría más que la otra a un espíritu
tan sabio como maligno» (12). Los paréntesis son nuestros.
Casos semejantes son relativamente frecuentes.
12 LEVÍ, Eliphas (CONSTANT, Alphonse Louis): «Dogma e Ritual de Alta Magia», traducción de CAMAYSAR, Rosabis, 7.a ed., Sao
Paulo, O Pensamento, 1955, pág. 364.
13 Las ideas inconscientes se expresan inconscientemente por medio de movimientos reflejos automáticos de la mano que sostiene el
lápiz (o péndulo, vaso, mesa, etc.). El fenómeno en sí es simple. El «misterio» de la psicografía y fenómenos afines, proviene de otros
hechos que explican de dónde ven las ideas, estilo, etc., manifestados. Estos fenómenos de conocimiento son los que explicamos en este
volumen.
14 HEREDIA (de) S. I., Carlos María: «Los fraudes espiritistas y los fenómenos metapsiquicos», 5.A ed., Montevideo, Mosca, 1945, pág.
249.
15 FREEBORN, H.: «Temporary reminiscence of a long forgotten langage during the delirium of broncho-pneumonia», en
<Lancet», 14 d e junio de 1902.
Como dice DWELSHAUVERS en su «Traite de Psychologie» al referirse a un caso casi idéntico al que
acabamos de mencionar: «El cerebro funcionó como un fonógrafo».
Casos semejantes son relativamente frecuentes, especialmente en países de inmigración. Sólo un mes después
de mi llegada a Sao Paulo ya me presentaron tres enfermos «endemoniados» que en sus crisis hablaban lenguas
que no conocían conscientemente. Cuando, después de un breve tratamiento, conseguí reequilibrar un poco el
sistema nervioso de estos tres enfermos, el «demonio» (?) fue expulsado...
La pantomnesia ha sido comprobada como la explicación más frecuente de la xenoglosia. Este hecho de
observación ha facilitado la experimentación del fenómeno.
Xenoglosia experimental
No es muy raro que en el sonambulismo hipnótico surjan espectaculares xenoglosias, más o menos provocadas
por el hipnólogo. La inconsciencia de la hipnosis es bastante parecida a otros estados de inconsciencia en los que
el fenómeno surge espontáneamente: fiebre, trance, narcóticos, traumatismo psico-físico...
Una muchacha, casi analfabeta, puesta artificialmente en estado de sonambulismo hipnótico, recitó
un largo trozo oratorio en latín, lengua de la que no sabía una palabra. Se comprobó, siguiendo las
orientaciones dadas por la misma hipnotizada, que años atrás un tío de la joven habla recitado un día ese
mismo trozo, cerca del dormitorio de la joven, entonces enferma (16).
Una mujer en estado de sonambulismo (hipnótico), recitó sin dudar largos capítulos de la Biblia en
hebreo, a pesar de que, despierta, no conocía ni una palabra de esa lengua. Se descubrió que repetía
simplemente lo que había oído a un rabino que tenía la costumbre de leer la Biblia en voz alta y del que
había sido empleada cuando joven (17).
Durante el estado hipnótico el inconsciente presentó con toda exactitud y vivacidad lo que había oído una
sola vez años atrás, sin entender nada y, posiblemente, lo que había oído por sensaciones hiperestésicas.
Un caso discutido
Un joven profesor, al principio por curiosidad y con gran sorpresa, después ya por una necesidad
morbosa, se dedicó meses y meses casi sin interrupción al peligroso ejercicio de la escritura automática
o psicografía. Consecuencia: el equilibrio psíquico de este joven se rompió, originando fácilmente un
desdoblamiento de la personalidad y un notable automatismo.
El P. GARÓ, Canónigo de la Catedral de Nancy, y otros seis sacerdotes quisieron presenciar
personalmente el fenómeno que juzgaban increíble. Llamaron al joven. Éste, que era católico, acudió
inmediatamente. «Le entregaron un papel y un lápiz, invitándolo a contestar a algunas preguntas
guardadas en un sobre cerrado que estaba sobre la mesa». El joven escribió las respuestas adecuadas. Una
de ellas en latín. Una frase hecha, no original, pero que tenía sentido de acuerdo con la pregunta.
El Canónigo GARÓ y los otros seis padres no dudaron: había respondido en latín quien ignoraba
completamente el latín. Sólo podía ser obra del demonio...; Y levantaron la sesión inmediatamente!
Esta fue la primera teoría explicativa.
Luego apareció otra: «Serán los espíritus». Y el caso fue publicado en la «Revue Spirite» (18), aunque el
comunicante, un testigo, no estuviese seguro de que se trataba de un fenómeno espiritista. «He leído—escribe el
articulista, no científico—gran número de obras sobre espiritismo y confieso que aún no hay una certeza sobre el
asunto... todas las afirmaciones son hipótesis sin ninguna justificación».
Hoy, con los avances de la ciencia, el caso es simple, pudiendo tener dos explicaciones fáciles y naturales.
Los mismos padres allí presentes eran los que habían formulado las preguntas contenidas en el sobre. No
sería difícil al joven, notablemente hiperestésico y entrenado, captar de los mismos padres el contenido del sobre.
Hiperestesia indirecta del pensamiento.
El conocimiento de las preguntas, a lo que parece por el tenor de la relación, fue inconsciente en el joven.
Inconscientes parece que fueron también las respuestas, facilitadas además por la psicografía. No hubo necesidad
de que pasaran al campo de la conciencia. Esto facilita mucho el fenómeno.
16 LAPPONI, José, traducción de la segunda edición italiana por Vieira Baptista Manoel: «Hipnotismo e Espiritismo», Sao Paulo
Falcome, 1907, pag. 226.
17 BRAID, James: «Neurhypnology, or the rationale of nervous sleep.. Londres, 1843. Este libro fue incluido posteriormente, como va
hemos indicado, en el libro de WAITE, A. E.: «BRAID on hypnotims» Londres, George Redwai, 1889.
18 «Revue Spirite», Paris, 16 de enero de 1886.
Pero una de las respuestas fue dada en latín... No hay nada de extraño en que un profesor católico hubiese
oído frases en latín. Todos las oian en la iglesia. No es extraño que supiese, al menos inconscientemente, el
significado de algunas frases latinas oídas, o porque fuesen comprensibles, o porque se las hubiesen explicado.
Aunque no recordase conscientemente esas frases y su significado, el inconsciente no se olvida de nada, es
pantomnésico. Pues bien, a una de las preguntas hechas por los sacerdotes, inconsciente e hiperestésicamente
captadas por el joven, se asoció más fácilmente una frase latina... ¿Dónde estaría el misterio?
Pero proponemos otra explicación más verosímil. Los padres habían formulado las preguntas. Para ellas
coincido con la explicación anterior. Para las respuestas mantenemos la misma línea: respuestas
inconscientemente formuladas por los padres y captadas en ellos mismos. Todo se reduce a hiperestesia indirecta
del pensamiento de los padres, tanto para las preguntas como para las respuestas, incluyendo la contestación en
latín.
Entre las causas de la xenoglosia, como explicación total, o como explicación parcial que completa a la
pantomnesia, parece que la hiperestesia indirecta del pensamiento (o la telepatía en último caso) es el fenómeno
parapsicológico que interviene más frecuentemente.
El espiritista Ernesto BOZZANO, atacando un libro de SUDRE (19), afirmó: «Para comprender una lengua, no
es necesario que el médium la conozca, porque le basta el pensamiento del consultante. No así cuando se trata de
hablar («inteligentemente», de acuerdo con las circunstancias): en este caso es taxativo que el médium conozca
la lengua. La clarividencia (o hiperestesia indirecta del pensamiento, o la telepatía) es impotente para hacerla
conocer, y tal impotencia deriva del hecho de que la estructura orgánica de una lengua es pura abstracción y, en
consecuencia, no se puede ver ni percibir en el cerebro de otro» (20). Los paréntesis son nuestros.
Si, pues, el médium no conoce una lengua y la habla, el fenómeno se debería a los espíritus, según BOZZANO.
El P. BALDUCCI, después de conceder que el entender lenguas es un fenómeno natural, añade: «En los libros
o en el cerebro de otro, se podrán, a lo sumo, leer frases en lengua extraña, pero no (para usarlas) entendiendo su
significado, cosa que presupone el conocimiento abstracto de la lengua. Es éste el argumento principal que da un
valor absoluto a nuestra afirmación» (de que la xenoglosia inteligente se debería al demonio) (21). Los paréntesis
son nuestros.
Hay hechos y experiencias que refutan estas teorías, no sólo apenas palabras y frases, sino también
significados, sentimientos, ideas, conceptos abstractos, etc., pueden ser captados hiperestésica o
paranormalmente.
Los mismos BOZZANO y BALDUCCI se contradicen: afirman que se pueden captar frases en el cerebro del
interlocutor. Afirman que se puede entender las frases extranjeras oídas, «leyendo» el pensamiento del que las
pronunció. ¿Por qué entonces no se puede entender el significado de estas frases captadas? ¿Por qué se
entendería sólo lo oído y no lo captado? En ambos casos es «leer» el pensamiento.
Y aunque BOZZANO y BALDUCCI tuviesen razón, ¿qué necesidad hay de entender para hablar? Ellos
conciben que el sensitivo puede captar frases en la mente del interlocutor. Pues bien: si el que pregunta conoce la
respuesta es evidente que en su cerebro se asocia automáticamente la /rase-respuesta adecuada a cada pregunta
consciente. El sensitivo puede captar y pronunciar automáticamente esa /rase-respuesta, aunque no la entienda.
La respuesta estará de acuerdo con las circunstancias, será «inteligente». Parece que BOZZANO y BALDUCCI
olvidaron que la xenoglosia, la respuesta, puede ser «inteligente» sin que el sensitivo entienda el sentido de lo
que dice...
Ya hemos hablado, cuando tratamos de la hiperestesia indirecta del pensamiento, del caso de los niños liga K.
y Ludovico.
A pesar de no haber comenzado aún las primeras lecciones elementales, liga «leía» de corrido o
recitaba cualquier trozo de un escrito o un discurso en cualquier lengua, con tal que su madre estuviese en
su presencia leyendo mentalmente o pensando el mismo trozo. El pequeño Ludovico, hablaba inglés,
19 SUDRE, René: «Introduction a la Métapsychique Humaine», Faris, Fayot, 1926. (Modernizado y aumentado en «Traité de
Parapsychologie», París, Payot, 1956).
20 BOZZANO, E.: «Per la difiesa dello spiritismo. A proposito della «Introduction a la Metapsvchique Humaine» de René
SUDRE», pàg. 92.
21 BALDUCCI, Corrado: «Gli Indemoniati», Roma, Coletti, 1959, pàg. 325.
español, e incluso un poco de griego (aparte del francés, su lengua nativa), justamente las lenguas que
conocía su madre. Y en la ausencia de su madre no sabía ni francés.
Si las madres pensaban inteligentemente en esas lenguas, la xenoglosia de los niños era inteligente.
El pensamiento captado por hiperestesia indirecta, puede ser el pensamiento (sensitivo, recuerdos...)
inconsciente. Por otra parte, es más frecuente captar el pensamiento inconsciente que el consciente, como
veremos al hablar de la TIE (telepatía o hiperestesia indirecta del inconsciente excitado) (22). Tal sería el caso,
por ejemplo, de las conversaciones en griego mantenidas por Laura.
Laura era hija del juez EDMONDS, Presidente del Senado y miembro de la Corte Suprema de Justicia de
Nueva York. Laura conocía (además del inglés, su lengua nativa) sólo los rudimentos del francés. No nos
interesa ahora el hecho de que, siendo solamente rudimentos para el consciente, el conocimiento de esta
lengua era tan completo para el inconsciente que, en estado de sonambulismo espontáneo, hablaba
perfectamente el francés. Lo que nos interesa es que ella podía hablar el griego correctamente, según las
circunstancias de la conversación con el Sr. EVANGELIDES, que era griego (23).
Atestigua el Juez EDMONDS: «Negar el hecho es imposible: es demasiado evidente. ¡No puedo negar
que el sol nos alumbra! El hecho tuvo lugar en presencia de ocho a diez personas, todas instruidas e
inteligentes. No habíamos visto jamás al Sr. EVANGELIDES, que nos fue presentado por un amigo aquella
misma tarde. ¿Cómo pudo Laura hablar y comprender el griego, lengua que nunca había oído? (24).
Laura anunció en griego que el hijo del Sr. EVANGELIDES acababa de morir. Nadie lo sabía todavía.
Posteriormente se confirmaron las declaraciones de Laura.
La noticia es evidentemente fruto de un conocimiento para-normal, dada la enorme distancia. ¿En quién? ¿Es
Laura quien capta paranormalmente lo sucedido? Tenemos por muy poco probable esta hipótesis.
Nos parece mucho más probable que el Sr. EVANGELIDES captase inconscientemente la muerte del hijo.
Evidentemente hay mucho mayor motivo para que se estableciese una relación telepática entre padre e hijo o los
parientes que asistieron a la agonía, que entre Laura y éstos...
Pero el padre, no siendo metagnomo, sólo inconscientemente capta la desgracia. Laura percibe la noticia en el
inconsciente del Sr. EVANGELIDES por hiperestesia indirecta del pensamiento inconsciente excitado (o en último
término por telepatía sobre el inconsciente excitado).
Laura captó la noticia en el inconsciente del Sr. EVANGELIDES. Es lógico, pues, que el inconsciente del St.
EVANGELIDES captase las expresiones griegas.
Claro está que Laura, por hiperestesia indirecta del inconsciente excitado, no captó el griego, toda la lengua
griega, de modo que pudiese hablarla independientemente de las circunstancias actuales. Captaba sólo las frases
que venían al caso, estando ellas asociadas en el inconsciente del Sr. EVANGELIDES a las preguntas o ideas que
tenia en el consciente. Y así, Laura podía conversar en griego, automáticamente, en la presencia del Sr. EVANGE-
LIDES. Poco interesa si entendía lo que decía o lo que le preguntaban. El mismo Juez EDMONDS afirmará
después: «Mi hija... (al hablar xenoglósicamente) frecuentemente no entiende lo que dice, pero el que pregunta le
entiende siempre las palabras» (25). Tales charlas «automáticas» ¿no son xenoglosia «inteligente»?
La Sra. WRIEDT, médium profesional (26), consultada una vez por el Sr. MITOVITCH, diplomático
servio, le dijo de repente, y pronunciando en servio, el nombre de su madre. En aquella ocasión, conversó
22 Supongamos que una persona aprendió juntas las palabras «reloj» y «pluma» al estudiar catellano. Cuando después, en una
experiencia de transmisión de pensamiento, quiera transmitir la palabra «reloj», el sensitivo especializado en hiperestesia indirecta (o
telepatía) del inconsciente excitado (TIE) captará, no la palabra «reloj» sino la palabra «pluma». El pensamiento (aquí consciente) de
la palabra «reloj» excitó la palabra «pluma» que estaba asociada con ella en el inconsciente. Hay otras causas de excitación de
determinadas ideas, sentimientos, etc., del inconsciente. Estudiaremos esto en los capítulos 22 y 23.
23 RICHET, Charles: «Traite...» o. c., pág. 272. Cf. también «Annale des sciences psychiques», París, 1905, XV, págs. 317-353 y .La
Xenoglossie de Miss Laura Edmonds», ibidem, 1907, XVII, pág. 603.
24 ¿Laura nunca oyó hablar griego? El padre lo afirma, pero en Nueva York... ¿Cuánto tiempo necesita el inconsciente oír hablar el
griego, oírlo tal vez con sensaciones inconscientes, para aprenderlo de manera que pueda formar al menos algunas frases con sentido
dentro de la conversación? Es por esto que semejantes casos son muy difíciles de ser clasificados. Las sensaciones inconscientes
pueden desempeñar un papel inesperado. En el caso de Laura y otros semejantes, la explicación por hiperestesia (o telepatía) del
inconsciente excitado, es muy probable; todavía más: es imposible que no se dé alguna vez xenoglosia por este medio. Pero, en la
práctica, casi siempre quedará una puerta abierta para que sean clasificados esos casos como pantomnesia de sensaciones
inconscientes.
25 EDMONDS, W.: «Letters and Tracts», Nueva York, 1855, pág. 198. Aquí solamente aludimos al caso Laura. En otro tomo
volveremos a él con más detalle.
26 Toda desconfianza es poca ante los «adivinos» y médiums «profesionales». El truco, tal vez inconsciente, siempre es posible.
Varios autores hicieron constar su desconfianza respecto a la Sra. WRIEDT, médium profesional. La Doctora BARRET, sin embargo,
inteligentemente en croata (aunque muy imperfecto) con uno de los amigos del diplomático, el abogado
Sr. HINKOVITCH, que era croata (27).
Y asi sin parar. Hay muchos casos de xenoglosia por hiperestesia indirecta del inconsciente excitado (o del
consciente, aunque así el caso sea menos «misterioso»). Más adelante volveremos de nuevo sobre la xenoglosia
«inteligente».
Plurixenoglosia
Decimos que hay monoxenoglosia cuando se habla (o se emplea) una sola lengua desconocida por el
consciente. Plurixenoglosia es cuando se emplean varias lenguas desconocidas. El fenómeno es enormemente
espectacular.
La pantomnesia y la hiperestesia, directa o indirecta, bastan para explicar muchos de estos casos.
Un caso de plurixenoglosia fue muy bien observado por el Doctor CADELLO, de Palermo.
Tratábase de una joven de 17 años, Ninfa FILITUTTO, siciliana. Padecía una fuerte crisis de histerismo
con sonambulismo espontáneo. En el primer día de la crisis aseguraba que era griega, escribía frases
italianas, pero con letras griegas. Es de notar que desconocía totalmente el griego... Al día siguiente,
hablaba correctamente el francés, conociendo solamente, en estado normal, los rudimentos de esta lengua.
El tercer día hablaba algo de inglés. El cuarto día de crisis, la enferma hablaba corrientemente el italiano,
el cual normalmente lo hablaba bastante mal y con mucho tonillo. Durante esos cuatro días, en el
consciente, olvidó completamente el siciliano, su dialecto nativo. Al quinto día, sin embargo, pasada la
crisis, recobra el dialecto siciliano, olvidando por completo los asombrosos progresos hechos en griego,
francés, inglés e italiano (28).
«Desconocía absolutamente el griego...», pero consta que, poco antes de la crisis, estuvo ojeando una
gramática griega. Poco tiempo es necesario para aprender el vocabulario griego, incluso conscientemente, como
tengo comprobado con niños. Para el inconsciente, pantomnésico, basta mucho menos tiempo.
«Del francés, sólo conocía en estado normal los rudimentos».
«Hablaba correctamente si italiano, que normalmente hablaba mal y con mucho tonillo». El estudio del
francés y la práctica diaria de hablar italiano y convivir con italianos, fueron suficientes para que el inconsciente,
pantomnésico, aprendiese a hablar correctamente esas lenguas.
«Hablaba algo de inglés». El Dr. CADELLO aseguraba que ella nunca había oído hablar en inglés. Dudamos
de esa afirmación pues en Italia, pais de turismo ¿habrá alguien que nunca haya oído hablar inglés? El Dr. HANN
(29) hizo una crítica muy acertada a esta afirmación temeraria del Dr. CADELLO.
Mezcla xenoglósica
Generalmente la plurixenoglosia es la plurixenoglosia común que acabamos de ver. Se hablan varias lenguas,
pero una un día, otra otro día. A veces, sin embargo, presenta un aspecto diferente: se emplean varias lenguas
mezclándolas en una misma conversación e incluso en una misma frase.
Tal es el caso, por ejemplo, de Alfredo, niño de siete años, el mayor de los llamados «endemoniados»
(!?) hermanos PAUSINI». Una tarde, al volver de una sesión espiritista, desequilibrado y psíquicamente
contagiado, entró espontáneamente en trance y empezó a hablar en una mezcla de griego, latín y francés
(él era italiano), aparte de recitar de corrido largos pasajes de la Divina Comedia. El fenómeno venía
acompañado, cosa por otra parte frecuente en estos casos, de una ligera ventriloquia.
El caso se explica por simple pantomnesia.
La xenoglosia, mezclando las lenguas, no impide a veces la «inteligencia» de la frase: las palabras empleadas
pertenecen a varias lenguas, conservando el conjunto un sentido «inteligente», según las circunstancias del
momento o de la conversación. Algunos de estos casos pueden atribuirse a pantomnesia y talento del
de la «Society for Psychical Research», de Londres, defendió vigorosamente a la médium en los casos de xenoglosia que referimos en
el texto.
27 «Deux extraordinaires scéances avec la médium Mad. WRIEDT à Londres», en .Annales des Sciences Psychiques», junio, 1912,
pág. 161. Ver también: «Light», 8 de junio de 1912.
28 CADELLO: «Storia di un caso d'histerismo con signatione spotina», Palermo, 1853.
29 HANN, en «Annales des Sciences Psychiques», 1901, págs. 149 ss.
inconsciente; otras veces, con todo, son el resultado de hiperestesia indirecta del pensamiento (y en último
análisis, de telepatía).
Esta difícil xenoglosia, rarísimas veces se manifiesta verbal-mente. Es menos rara, sin dejar de serlo, cuando
es facilitada por la «planchet», vaso, mesa girante, escritura automática, etc. Son éstos, diversos modos de
manifestarse automáticamente la actividad interna inconsciente.
Sirviéndose de estas «pragmáticas» o «mandas» y con un poco de suerte es hasta posible a veces provocar
experimentalmente el fenómeno. Supongamos un francés, un alemán y un sirio, los tres con buena sensibilidad.
Hagamos a cada uno en secreto y en su propia lengua una pregunta, la misma para todos. Esperemos la respuesta,
según un alfabeto convencional, por medio de los movimientos de la mesa sobre la cual todos apoyan las manos.
Es posible obtener, de esta manera, una plurixenoglosia, o mezcla de las tres lenguas en los movimientos de la
mesa.
No es preciso que alguno de los participantes en la experiencia llegue a captar, aunque inconscientemente, las
palabras extranjeras en que piensan los otros. Basta que cada uno de los participantes, por sensación inconsciente,
capte la orden de cesar, dada a través de los movimientos de la mesa, automática e inconscientemente, por alguno
de los otros. Las diversas órdenes serían dadas sucesivamente por los diversos participantes en el experimento,
para formar alguna palabra en su propia lengua. Si tenemos la suerte de que la iniciativa del automatismo reflejo
vaya pasando sucesivamente de uno a otro de los participantes, tendremos como resultado una frase
plurixenológica «inteligente». Yo tuve éxito una vez dirigiendo la experiencia con cuatro señoritas en Río Grande
do Sul (Brasil).
Xenoglosia inteligente y habitual
Lenguas renacidas
No nos referimos por ahora al caso en que sólo el inconsciente aprende una lengua. De eso hablaremos
después. Nos referimos, de momento, a un fenómeno menos espectacular aunque más frecuente: cuando también
el consciente aprende una lengua, olvidándola después completamente. Acordarse tal vez de pocas palabras no es
acordarse de una lengua. Esa lengua olvidada, ahora es una lengua desconocida. Si, pues, en determinado
momento surge de nuevo, temporal o habitualmente, con pleno sentido, «inteligentemente», el fenómeno puede
llamarse «hablar lenguas desconocidas», o xenoglosia.
BENEDIKT, por ejemplo, refiere el caso de un oficial inglés que, hipnotizado, se expresaba
correctamente en el dialecto «Walls» de Polinesia. Lo habia aprendido siendo muy niño, olvidándolo
después completamente (30).
Es muy citado el caso de aquel viejo que había nacido y vivió algunos años en la frontera de Polonia,
hablando solamente polaco. Todavía niño pasó a vivir en Alemania. Llegó a olvidar totalmente el polaco. Sus
hijos testimonian que durante treinta años se evidenció que lo había olvidado por completo. Lo mismo aseguraba
él mismo frecuentemente a sus hijos. No obstante, al tener que ser sometido a una intervención quirúrgica, bajo
el efecto del cloroformo y durante dos horas, habló, rezó, cantó y describió mil cosas, solamente en polaco.
Cuando pasó del todo el efecto de la anestesia, volvió a olvidar completamente este idioma.
Semejantes casos no son excesivamente raros. La lengua que se aprendió una vez, incluso después de muchos
años de olvido, puede resurgir hasta con perfección.
Xenoglosia sólo del inconsciente
30 Citado, entre otros autores, como también el caso que describimos a continuación, por SILVA MELLO, A. da: «Misterios e
realidades déste e do outro mundo», Río de Janeiro, Olimpio, 1949, pág. 307.
Un niño necesita algunos años para aprender conscientemente la lengua materna. Un adulto puede precisar
menos tiempo, incluso sin estudiar. Es necesario tiempo porque hay que oír y asimilar muchas palabras y datos
de esa lengua; y como sucede que frecuentemente algunas cosas se olvidan, esos elementos lingüísticos deben ser
oídos otras tantas veces. ¿No podrá el inconsciente hiperestesia) (y paranormal), pantomnésico, inteligentísimo,
aprender lenguas en menos tiempo que el consciente?
Varios de los casos citados podrían ser incluidos aquí: según los datos que tenemos, parece, por ejemplo, que
era corriente el indostaní que hablaba aquella anciana señora ya citada: ella sabía indostani en estado de crisis.
Sólo el inconsciente lo había aprendido en los cuatro primeros años de vida, aunque el consciente no lo
aprendiese: de esta manera, conscientemente no se acordaba de una sola palabra.
Un caso extraordinario
Cito un caso maravilloso y bien comprobado de xenoglosia habitual como resultado de un aprendizaje
inconsciente.
La Srta. Iris, de 16 años, hija del ingeniero químico Gero FARCZADY, de Budapest, «moría» en agosto
de 1933. Sin embargo, pocos instantes después de la «muerte», comenzaba de nuevo a respirar,
recuperaba los sentidos y terminó por sanar completamente. Pero ahora decía ser Lucía ALTARES de
Salvo, española, que acababa de morir en Madrid en la Calle Obscuro, n.° 1, que tenía 40 años y que era
madre de 14 hijos...
Iris (o Lucía) habló perfectamente el español de entonces en adelante y lo continuó hablando en todas
partes.
Aunque para los propios españoles el español hablado por iris no fuese tan perfecto como creían los
húngaros, no dejaron de considerarlo bueno. El Embajador de España en Hungría, así como la esposa e
hijas (todas españolas) del cónsul general húngaro en Barcelona, reconocieron que el español de iris era
bastante bueno, aunque no el de una verdadera española.
Otros españoles, ausentes de España por algún tiempo, como el empleado de circo Sr. Tadeo
BUSQUEL, con el cual habló Iris «con pasmosa velocidad» durante más de hora y media, no cayeron en la
cuenta de que ella, que se presentaba como española, no lo era en realidad. Lo mismo aconteció con el
Dr. PAFÉ, español, profesor de lenguas en Budapest...
Y, no obstante, antes de su «muerte» Iris no sabía absolutamente nada de español, como atestiguan
todos sus parientes, las profesoras y compañeras de Colegio.
Este caso asombroso de xenoglosia fue considerado y defendido como una «manifiesta transmigración del
alma de un cuerpo a otro»! (31).
Pero investigaciones posteriores del Dr. ROTHY (32) nos proporcionan los datos para considerar el caso como
plenamente natural.
Se comprobó, en primer lugar, que Iris tenía una extraordinaria facilidad para los idiomas. Ya en los primeros
años, en el Colegio Sta. Margarita (Hijas del Divino Redentor) asombró a las profesoras por su disposición para
el francés. Posteriormente, a los 14 años, demostró de nuevo su facilidad para las lenguas, o mejor, su capacidad
no vulgar para acomodar todo el mecanismo cerebral del lenguaje a una nueva lengua: Fue a Holanda: a los
cuatro meses, se comprobó que Iris habla olvidado totalmente el húngaro, su lengua materna (sólo lo entendía);
pero hablaba ahora perfectamente el holandés, como si fuese holandesa de nacimiento.
Cuando el caso Iris-Lucía ya había revolucionado el mundo, el comisario de Policía de Budapest tuvo que
ocuparse de la joven. El Embajador español deseaba saber si Iris-Lucía no sería una de las tres niñas que habían
desaparecido en Madrid.
Según los datos encontrados por la policía, Iris nunca había estado en España, pero había oído mucho hablar
español cuando residía, todavía niña, en Holanda, y hasta había dicho algunas palabras y pequeñas frases. Al
volver, pequeña aún, a Hungría, olvidó completamente el poco español que había aprendido. Así se explica que
nadie, ni familiares ni profesoras ni colegas la oyeran posteriormente decir palabras en español.
El Profesor Rudolf HOUTI explicó en la Comisaría de la Policía ser posible que el español que Iris había
grabado en su memoria infantil y había conservado por pantomnesia inconsciente, surgiese a la conciencia a los
31 VESME, C. de: «Transmigración d'áme d'un corps á autre», en «Revue Métapsychique», París, julio-agosto, 1935, págs. 234 s..
32 ROTHV, Charles, en un suplemento de «Neue Licht», Viena, año XIV. Traducción francesa del «Instituí Métapsychique
International», en «La Métapsychique 1940-1946», artículo: «Un cas de changement de personalité avec xenoglossie», París, Presses
Universitaires de France, s. f., (1947), págs. 121 ss.
16 años por causa de la grave enfermedad sufrida. Perfecta la consideración del Dr. HOUTI. El inconsciente ¿no
habría aprendido español?
Téngase además en cuenta que Iris, evidentemente, tuvo que oír mucho español: en Hungría hay españoles,
especialmente judíos-sefarditas, que en épocas pasadas fueron expulsados de la península...
Otros datos vinieron a fortalecer la explicación. El Dr. Zol-tán VEGH, profesor de español en el Colegio
Madrách, la reconoció como su antigua alumna en clases particulares de español. Posteriormente, presionado por
un hermano de Iris-Lucía, el Dr. VEGH se retractó.
Pero queda una curiosa coincidencia: el Dr. VEGH acostumbraba a enseñar juntas las palabras «calle» y
«obscuro», contando una anécdota sacada de un diario de Madrid. Ahora bien, la personalidad española de Iris-
Lucía, aseguraba haber muerto en Madrid en la «Calle Obscuro». Si de hecho el Dr. VEGH no dio clases a Iris-
Lucia, esto demuestra que ella conoció por medios normales, hiperestésicos o paranormales alguna cosa del
español enseñado por el profesor. Estos conocimientos se sumaron al español aprendido inconscientemente
cuando era niña y a los de los judíos-sefarditas, etc. Es claro que un «espíritu transmigrado» de España no iba a
utilizar justamente esta anécdota del Dr. VEGH. Pero esto explica por qué el inconsciente fingió un espíritu
madrileño, «desencarnado» en la Calle Obscuro.
El mismo investigador, Dr. ROTHY, presidente del Comité Nacional y del Congreso Internacional de
Investigaciones Psíquicas, llegó a la conclusión posible de que Iris, con la irresponsabilidad propia de una
enferma mental, hubiese perfeccionado el español que hablaba, estudiando en secreto ayudada por su disposición
para las lenguas. El Dr. ROTHY se basaba en el hecho de que el español de Iris-Lucía se iba perfeccionando poco
a poco; analizó variaciones importantes en el vocabulario y en la pronunciación. Este hecho, sin embargo, no
obliga a pensar en un estudio secreto. No es raro el afloramiento paulatino de los datos almacenados en el
«archivo» del inconsciente. Y aparte de esto, el ejercicio y las conversaciones con españoles evidentemente
ayudarían a ese progreso.
También se comprobó que la personalidad de Lucia era completamente imaginaria. En Madrid no vivió
ninguna Lucía ALTARES de Salvo. En Madrid jamás existió una calle llamada Obscuro. Lucía decía que en
Madrid tenía una hermana casada con el Sr. Emilio ANDRÓ, que vivía en la calle de la Virgen, n.° 23: todo
absolutamente falso, pura imaginación. Lucía citó también el nombre de la escuela donde estudiaban tres de sus
14 hijos. Ni la escuela ni los hijos fueron encontrados en Madrid...
Como confirmación basta indicar aquí que la otra personalidad de Iris no desapareció totalmente sino sólo en
la superficie. No «desencarnó» ni «transmigró» el alma de Iris, para expresarnos en términos de los
reencarnacionistas. Así se explica cómo entendía el húngaro aunque no lo hablaba. El Sr. Dido KASSAL tuvo la
acertada idea de hipnotizar a Iris-Lucía. Entonces afloró a la superficie la personalidad «desaparecida» de Iris y
hasta nos dio la explicación psicológica de cómo Iris no quería seguir siendo Iris y el inconsciente programó toda
la «novela» de la Lucía española: «Nadie me comprendía. En la escuela me decían que era un genio. ¿Y qué son
los genios? Son la naturaleza más difícil: un genio muere joven {y ella fingió la muerte a los 16 años). Para que el
genio sea comprendido, tendría que rebajarse a luchar solo contra la multitud. El genio avanza varios siglos,
mientras que los demás se quedan en el presente. Esa es la razón del desacuerdo que existe (ahí le dolía...) y que
sólo la posteridad comprenderá». Los paréntesis son nuestros. Consideraba al mundo indigno de ella y por eso la
personalidad Iris finge retirarse del mundo: caso característico en Psicopatología.
El camino para la maravillosa aparición de la personalidad Lucía, archivado en el inconsciente de Iris, se fue
preparando y planeando durante mucho tiempo. Cada vez más la personalidad Iris huía lejos: con más frecuencia
y por más tiempo era sustituida por otras personificaciones del inconsciente: ángeles o demonios, seres de otros
planetas, personajes famosos modernos y aun vivos, o antiguos como JERJES, LEÓNIDAS, LEILA, una de las
esposas de ARTAJERJES, etc. Raramente un «Don nadie»: megalomanía característica de estos casos.
Tales cambios de personalidad fueron, a los comienzos, de pocos minutos, más adelante de algunas horas, y
últimamente, una personalidad española conocida por el nombre de LETICIA permaneció toda una semana.
Cuando Iris despertó, después de una semana de fuga de la realidad, no recordaba nada de lo ocurrido. En 1932
las «fugas» fueron muy frecuentes. En 1933 ya casi seguidas. Hasta que, en agosto de ese mismo año de 1933, la
fuga de una realidad insoportable para Iris ya estaba suficientemente preparada y apareció definitivamente la
personificación altamente compensadora de Lucía ALTARES de Salvo...
El inconsciente solucionó definitivamente el drama de Iris, que ahora se movía ya dulcemente en un mundo
irreal.
El Dr. Frederik Bligh BOND, juntamente con su amigo el Dr. John ALLAYNE, se preparaba para dirigir
las excavaciones en los terrenos de la antigua Abadía de Glastombury. ALLAYNE era un buen sensitivo
ejercitado en psicografía. BOND formulaba una pregunta respecto a los problemas de las excavaciones. El
inconsciente trazaba entonces frases y dibujos psicografiados. Cuando, la psicografía tenía pasajes
ilegibles o proporcionaba informaciones poco precisas, intentaban una nueva psicografía complementaria.
Realizaron estas pruebas en el año de 1907-1908, antes de comenzar las excavaciones. Obtuvieron así
asombrosos datos: la localización exacta y las dimensiones de una capilla, croquis y planos, dibujos de
cornisas esculpidas y otros adornos en piedra, etc., aunque los dibujos psicográficos no fuesen un modelo
de arte. Al año siguiente, 1908-1909, realizadas las excavaciones, se comprobó la veracidad de muchos
datos obtenidos por psicografía.
Pero lo que ahora nos interesa es que la psicografía era xenoglósica: en latín y en inglés medieval. Los
dos investigadores reconocieron que ignoraban varias de las palabras y expresiones empleadas en la
psicografía, palabras y expresiones ya fuera de uso, raras.
¿Interpretación? Los propios protagonistas, a pesar de los escasos conocimientos psicológicos de la época
comprendieron que la teoría «de la presencia... de individuos fallecidos, de ningún modo tenía cabida en esos
escritos».
La explicación es compleja, pero clara. En primer lugar, como casi siempre en la xenoglosia, debemos
conceder bastante participación en el lenómeno a la pantomnesia: BOND y ALLAYNE eran sabios que tenían un
sólido conocimiento de cuanto se había escrito sobre la Abadía de Glastombury. Evidentemente, muchas de las
palabras raras en latín o expresiones desconocidas en inglés medieval (así como otros muchos datos lingüísticos
o arqueológicos) surgían de su propio inconsciente pantomnésico. Habían leído muchos manuscritos en latín e
inglés medieval, redactados por los antiguos monjes moradores de la abadía. La identificación de los diversos
monjes, de cuyos manuscritos habían obtenido los datos conservados por pantomnesia, seria posible analizando
los distintos tipos de letra. La psicograíía, en efecto, como sucede con frecuencia, imita el tipo de letra del autor
original donde el psicógrafo se ha inspirado.
Pero, de acuerdo con los Dres. ALLAYNE y BOND, muy probablemente en este caso había otras causas
complementarias, incluso paranormales, de diversos tipos. En primer lugar, ALLAYNE podía captar ciertos datos
del inconsciente de BOND. Algún otro dato podía ser captado por BOND y ALLAYNE, no sólo por hiperestesia
directa, sino también por clarividencia (33) extra-sensorial, ambas sobre la realidad oculta bajo sus pies y en leja-
nos libros o manuscritos. Por retrocognición (34) podrían captar datos lingüísticos y arqueológicos de
investigaciones anteriores, con referencia a la época misma en la cual la abadía estaba habitada. Inclusive por
precognición (35) el inconsciente estaría captando algo de lo que un año más tarde sería descubierto.
Todos estos fenómenos paranormales existen. Al menos los autores «sobrenaturalistas» deberían admitir que
son «Posibles». Si, pues, para un caso concreto no basta como explicación la pantomnesia, la HIP, etc., todavía
33 Telepatía es el fenómeno paranormal con que se capta o se transmite el pensamiento o contenido de un acto psíquico.
Clarividencia se dice cuando es captada la realidad física.
34 Sería retrocognición o conocimiento paranormal con el cual conocemos el pasado.
35 La precognición es el conocimiento paranormal del futuro.
deberán excluir positivamente la explicación por todos estos fenómenos enumerados como causas al menos
posibles.
En el caso que acabamos de analizar como ejemplo, se debe tener en cuenta que ALLAYNE era un buen
sensitivo y metagnomo. Los mismos protagonistas, analizando su propio caso, estaban convencidos de la
participación de la fenomenología paranormal, aunque empleasen la terminología de la época así como ciertos
conceptos errados o todavía no confirmados científicamente sobre el mecanismo de aquellos fenómenos (36).
La Xenoglosia es un fenómeno parapsicológico que consiste en emplear sin fraude lenguas reales
que el consciente no conoce.
Son más frecuentes los casos de xenoglosia meramente «mecánica», con la repetición de palabras
guardadas, como lo haría un grabador de cinta magnetofónica.
Pero existe también la xenoglosia «inteligente», empleándose en diversas circunstancias o incluso
ordinariamente, una lengua o lenguas desconocidas por el consciente.
La xenoglosia se funda principalmente en la pantomnesia y en segundo lugar en la hiperestesia indirecta
del pensamiento (HIP), aunque admite también otras explicaciones extraordinario-normales y paranormales.
UN GENIO DESCONOCIDO
¡Cuántas veces las personas proceden de una manera rara «sin saber por qué»! ¡Cuántas veces muchos se
encuentran tristes y no saben el motivo! Frecuentemente existen causas fisiológicas, pero en un buen porcentaje
de esas ocasiones un análisis profundo del alma descubriría los motivos inconscientes de orden intelectual.
Sensaciones inconscientes, hechos archivados en el inconsciente, se asocian, dando origen a imágenes
inconscientes y sentimientos, de los cuales el consciente sólo se da cuenta después por los efectos: está triste,
procede por impulsos, no conoce los motivos de sus actos, etc.
En la fase sonambúlica de la hipnosis se comprueba fácilmente la asociación inconsciente. Ya sabemos que
la memoria se exalta reproduciendo con pasmosa exactitud escenas, pormenores, conocimientos, que parecían
totalmente olvidados. La imaginación, a su vez, se excita también, el lenguaje adquiere un brillo y colorido
notables. Nada, pues, tiene de extraño que la actividad intelectual inconsciente se exalte también hasta el
máximo. Los casos que lo comprueban son numerosísimos, como se puede constatar en cualquier tratado de
hipnotismo.
Para citar un caso concreto, he aquí, tomado al acaso, el que refiere RENAUD.
En estado de sonambulismo hipnótico, un pariente del mismo RENAUD resolvía fácil y correctamente
un problema de trigonometría. Antes y también después de la hipnosis, tenía grandes dificultades con el
problema, ciertamente difícil (1).
El inconsciente estaba actualizando y combinaba otros datos, resolviendo el problema con notable facilidad.
El talento del inconsciente es tan grande a veces que algunos autores fueron llevados erróneamente a atribuir
responsabilidad al sueño (2). FREUD (3), lo hizo, y también GRÜNEWALD (4).
El problema es antiguo. El famoso teólogo y filósofo CARA-MUEL dirigfa en Wurzburgo, el año 1645, una carta
sobre el asunto al célebre científico P. KIRCHER, S. I., profesor de la Universidad Gregoriana. Defendía la
responsabilidad durante los sueños, «porque en ellos había inteligencia» (!). El aspecto de la inteligencia es el
que nos interesa: «examinando muchos sueñes míos y de otros, encuentro circunstancias en las cuales no se
puede descubrir imaginación o fantasía; es más: en ellos se percibe una inteligencia bastante cultivada y sutil». A
continuación refiere un ejemplo entre los sucedidos a él mismo.
CARAMUEL soñaba que asistía a un solemne acto académico. Invitado a impugnar las tesis
defendidas, lo hizo con todo vigor y eficacia y con argumentos inéditos. Al despertarse, impresionado,
examinó los argumentos empleados en el sueño. Comprobó que eran perfectos y ciertamente inéditos.
El inconsciente los había elaborado con los conocimientos del sabio teólogo y filósofo. En vigilia,
difícilmente habría conseguido ese resultado. La carta concluye: «Es cierto, por tanto, que el entendimiento del
hombre durmiendo, no descansa, sino que trabaja siempre y a veces perfectísimamente; es más: con más
perfección que durante la vigilia» (5).
1 Citado por LAPPONI, José, traducción de la 2.» edic. italiana por VIEIRA, Baptista Manoel: «Hypnotismo e Espiritismo», Sao
Paulo, Falcone, 1907, pág. 105.
2 Los locos pueden ser muy inteligentes. Sin embargo son irresponsables, porque la responsabilidad depende principalmente de
la voluntad y de la libertad.
3 FREUD, Sigmund: «Traumdutung», traducción española de LÓPEZ BALLESTEROS en «Obras Completas» de FREUD, Buenos
Aires, Rueda, 1943. Edición inglesa: «Interpretation oí dreams», London, Alien and Unwin, 1925, y Nueva York, MacMillan Co.,
1933 (1.A ed. 1913).
4 GRÜNEWALD, en un artículo publicado en «Wiener Zeitschrift für Praktische Psychologie», julio, 1950, págs. 117 ss.
5 «Revista de Filosofía», tomo 12, n.° 44, págs. 101-147.
El descubrimiento del talento del inconsciente es, pues, muy anterior a FREUD. E incluso antes de
CARAMUEL lo había descubierto PLATÓN, como veremos. Después de FREUD el reconocimiento de ese talento es
bastante general. Así, por ejemplo, Erich FROMM concluía en sus clases en el Instituto de Psiquiatría William A.
White y en el Bennington College de Nueva York: «en los sueños se producen operaciones intelectuales
superiores a las que realizamos estando despiertos» (6).
Intuiciones
La intuición es una visión intelectual que parece venir del fondo del alma, una revelación surgida del interior
y que no depende del esfuerzo mental. De repente, percibimos alguna cosa que después comprobamos ser
importante y verdadera.
PASTEUR decía que las grandes intuiciones sólo eran dadas a los que se preparaban para recibirlas. En la mayoría
de los casos es así. Digo en la mayoría, porque puede haber otros tipos de intuiciones, incluso paranormales,
como veremos. El investigador, el experimentador, el filósofo, tienen de repente una intuición genial, sin saber
de dónde vino, pero antes habían empleado mucho tiempo y energía buscando la solución que ahora se presenta
súbita, «irracional», «sin lógica». El Dr. LANGMUIR dice: «Frecuentemente subestimamos la importancia de la
intuición. En casi todos los problemas científicos, incluso en aquellos que nos llevaron días y meses de trabajo, la
solución final se presentó a nuestro espíritu en una fracción de segundo, por un proceso que, conscientemente, no
debe nada al raciocinio» (7). Es el resultado de un raciocinio inconsciente.
PERSIGOUT, matemático, demostró que Descartes, así como KEPLER, PASCAL y otros debieron una gran
parte de sus descubrimientos al trabajo del inconsciente (8).
Se trata de una obra literaria y de otras filosóficas: ambas exigen gran trabajo intelectual.
VOLTAIRE relata que un canto entero de su «Herniada» se le ocurrió durante un sueño: «En mi sueño
dije cosas que difícilmente habría pronunciado la víspera. Me pasaban por la mente pensamientos
concebidos sin que yo hubiese tomado parte -(consciente) en ellos. No teniendo ni voluntad ni libertad
(en el mecanismo del sueño) combiné ideas inteligentes y hasta con cierta genialidad». Los paréntesis son
nuestros.
6 FROMM, Erich: «The Forgotten Language». Nosotros citamos por la traducción española de CALÉS, Mario: «El lenguaje
olvidado. Interpretación de los sueños, mitos y cuentos de hadas», Buenos Aires, Hachette, 1953, pág. 48.
7 LANGMUIR, Irving, en el discurso pronunciado el 16 de diciembre de 1942 al dejar el cargo de Presidente de la «American
Association for the Advancement of Science».
8 PERSIGOUT, G.: «X Novembris 1919: Rosacrucisme et Cartésianisme», París, ed., La Paix, 1938. Este libro es un ensayo de
exégesis hermética del «Songe de Descartes» y principalmente de los tres sueños del 10 de noviembre de 1619, que tanta influencia
tuvieron en DESCARTES. Se esfuerza PERSIGOUT en demostrar que DESCARTES era un iniciado en el Rosacrucismo, pero queda muy
lejos de conseguir demostrarlo. Demuestra únicamente que de hecho Descartes fue un gran intuitivo y que debió mucho al trabajo de
su inconsciente.
Un caso muy conocido de descubrimiento durante el sueño es el de la cadena bencínica. El
descubridor había buscado inútilmente durante mucho tiempo la fórmula química de la bencina. Una
noche la vio en sueños. Tuvo la suerte de acordarse de ella al despertar.
El médico canadiense F. G. BANTING trabajó arduamente en el asunto de la diabetes. Estudió las más di-
versas soluciones que la medicina presentaba para explicar y dominar la enfermedad. Ninguna lo
satisfacía. Un día trabajó desesperadamente para encontrar una solución. Inútil. Cansado, agotado ya, fue
a dormir de mal humor porque al día siguiente tenía que pronunciar una conferencia sobre la diabetes y
lamentaba no poder ofrecer una solución satisfactoria, aunque presentía que esta solución tenía que
existir. Durante la noche, se levantó sonámbulo y escribió en el margen de un papel estas palabras: «Ligar
el conducto deferente del páncreas de un perro de laboratorio, esperar algunas semanas hasta que la
glándula se atrofie, cortar, lavar y filtrar la secreción». Por la mañana no tenía la menor idea de haberse
levantado, ni de haber escrito, ni siquiera de haber encontrado la solución que buscaba. Sólo al ver la
anotación comprendió lo que había pasado. Así fue cómo el mundo conquistó el aislamiento en cantidad
útil de la insulina.
Estado crepuscular
El trabajo del inconsciente aparece o se ejerce también frecuentemente en el estado de desdoblamiento de la
personalidad o en cualquier otro estado, incluso en vigilia, que obnubile más o menos el consciente en beneficio
del inconsciente.
Todos conocemos ese estado de semiinconsciencia, estado crepuscular, que media entre la vigilia y el sueño.
Ni dormimos ni estamos despiertos. Estamos simplemente en un estado de transición. El trance espiritista, el
sueño hipnótico, etc., son a veces un estado similar. Pues bien, ese estado en que el consciente deja en suficiente
libertad al inconsciente, es muy favorable a las elucubraciones del inconsciente. Un caso típico es el de la Srta.’
Frank MILLER. Escribe FLOURNOY: «Médium espiritista, la Srta. MILLER creía, sin sombra de duda, que era la
reencarnación de una princesa de la antigüedad histórica y prehistórica y no dejó de darnos interesantes
revelaciones sobre su preexistencia egipcia, asiria o incluso azteca» (9).
Muchas personas se espantan frecuentemente de esta clase de fenómenos del talento del inconsciente,
realizados en sus sesiones por médiums en trance. ¿Saben cuántos datos capta y almacena el inconsciente, incluso
el de una persona inculta?
Por otra parte, debemos tener en cuenta que todavía nos falta por exponer todo el conocimiento paranormal,
conocimiento que puede también sumarse a los otros conocimientos archivados en la mente de los médiums.
Todos estos conocimientos pueden ser combinados, elaborados, dando como resultado magníficas
«revelaciones» intelectuales. Esto acontece especialmente en los médiums, donde las disposiciones heredadas o
adquiridas, el ambiente, el contagio psíquico a veces desde la infancia, el entrenamiento durante años, etc., han
quebrado cada vez más el equilibrio psíquico de forma que facilita mucho la manifestación del inconsciente.
El desconocimiento de las posibilidades del inconsciente es el que llevó a tantas personas a atribuir tales
fenómenos a manifestaciones del «más allá».
«Posesos» por el inconsciente
Particularmente los grandes poetas, pintores, músicos, etc., deben muchas de sus mejores obras de arte al
inconsciente.
A este respecto, Francesco EGIDI (10) realizó recientemente un interesante estudio. El autor expone cómo los
grandes músicos sienten a menudo una especie de orquesta mental dentro de sí, siendo notable el caso de
BEETHOVEN que sentía zumbidos en los oídos y una «música infernal» en la cabeza cuando componía sus
melodías. La actividad inconsciente del genio era acompañada por estímulos del centro auditivo del cerebro.
En otros artistas, como Fra ANGÉLICO, la actividad inconsciente llegaba a tal punto que desaparecía
totalmente el consciente: pintaba en arrobo de éxtasis, en trance. La actividad inconsciente dominaba las energías,
dirigiendo la «máquina humana» en su totalidad física y psíquica.
Se diría {como se habló de «musas», «genios», etc., y más tarde de «espíritus») que los grandes artistas son
influidos por inteligencias extrañas; en la realidad es solamente el inconsciente, un inconsciente extraño y a veces
contrario al consciente. En este sentido, el escultor Ernesto BIONDI consideraba a los artistas como médiums,
poseídos por su propio inconsciente.
V. HENRY y principalmente FLOURNOY estudiaron a fondo la lengua marciana de Helena SMITH (12).
Analizaremos esta lengua, ligando las mismas frases empleadas por los investigadores: «el inconsciente había
elaborado una lengua propiamente dicha». «Para entenderla era preciso estudiarla, para traducirla era necesario
un diccionario, en el cual cada palabra tenía su significado propio».
«El marciano era una lengua completa, tenía su escritura especial, una especial combinación de caracteres».
«Estudiando a fondo se veía que no se trataba de un simple «argot» o algarabía de cualesquiera sonidos, dichos
al acaso. Eran palabras, palabras que expresaban ideas, y la relación entre palabras e ideas era constante, siendo
constante su significado».
11 LEMAITRE, Augusto: «Arquives de Psychologie», 1908, VII, págs. 63 ss. LOMBAR, E.: ibidem, págs. 1 ss.
12 FLOURNOY, Th.: «Des Indes á la Planéte Mars. Étude sur un cas de sonnambulisme avec glossolalie», Genova, Atar, 1900;
Ginebra, Eggiman, 1900; París, Alean, 1900; y «Nouvelles observations sur un cas de sonnambulisme avec glossolalie»,'en «Arquives
de Psychologie», 1902, I, págs. 100-255. HENRY, Víctor: «La langage martien», París, 1901.
El marciano tenía, como todas las lenguas, «consonantes predilectas, acento característico, letras
predominantes. Tenía, por ejemplo, superabundancia de «e» abiertas y cerradas, abundancia de «i» y escasez de
diptongos y nasales».
Se desvela el misterio
Tal fue el prodigio que muchos, al tener noticia de él, llegaron a pensar que era de hecho una lengua
extraterrena. Pero precisos y pacientes estudios demostraron que se trataba solamente de una modificación,
inconsciente, del francés. Iré enlazando las frases usadas por los investigadores.
En primer lugar, se comprobó que «el marciano se compone de sonidos que, tanto los vocales como los
consonantes, existen todos en francés». Ahora bien: en las lenguas reales esto no sucede jamás; por más parecidas
que sean y por más próximos que se encuentren geográficamente los que las hablan, siempre tienen algún sonido
propio. «La lengua del planeta Marte no se permite la más mínima originalidad fonética», sucediendo lo mismo
con la escritura. «Todos los caracteres marcianos y todos los caracteres franceses se corresponden dos a dos».
«Un considerable número de palabras marcianas» «reproduce de manera sospechosa el número de sílabas e
incluso de letras, de sus correspondientes francesas e imita a veces hasta la distribución de consonantes y
vocales».
Con admirable paciencia, FLOURNOY reprodujo, tradujo y analizó cuarenta y un textos marcianos,
demostrando que las reglas de la gramática y sintaxis marcianas no son más que «un calco o parodia de las reglas
del francés». Así, por ejemplo, en francés, los sonidos análogos «á» y «a», preposición y verbo respectivamente,
se traducen en marciano por los sonidos «é» v «e». La palabra francesa «que» tiene muchos usos: en marciano
tiene las mismas funciones la palabra «Ke». «Le», artículo y pronombre francés, corresponde al marciano «ze»,
también artículo o pronombre, etc.
«En las frases, el orden de las palabras es absolutamente el mismo en marciano y en francés. Y esto hasta en
los detalles»; la separación, por ejemplo, de «ne pas». Hasta la introducción de una letra en determinadas
circunstancias fonéticas: «Quand reviendra-T-il?, en francés; «Kevi berinm-M-eb?», en marciano.
«El procedimiento de creación del marciano parece consistir simplemente en tomar las frases francesas tal
cual son y sustituir cada palabra por «otra» cualquiera fabricada arbitrariamente, pero frecuentísimamente con el
«mismo número de sílabas y letras». El resultado de todo esto es que las frases son, sí, distintas de las francesas,
pero su estructura interna fonética, sintáctica y gramatical son idénticas. FLOURNOY previo «la necesidad de un
diccionario, pero no la de una gramática», ni de sintaxis ni de fonética.
El desarrollo de la médium
Generalmente el inconsciente necesita algún tiempo para «ir abriendo la puerta del sótano» donde está
escondido y así manifestarse. Por regla general se manifiesta gradualmente. Al comienzo de las manifestaciones
es fácil a los especialistas descubrir las explicaciones de los fenómenos. Cuando un «mago» ya se «desarrolló»,
esto es, cuando el inconsciente ya tiene bastante o totalmente «abierta la puerta», puede resultar dificilísimo al
investigador explicar las manifestaciones a no ser por comparación con otros casos semejantes observados desde
el principio.
En el caso de Helena SMITH hubiera sido difícil a los investigadores explicar la aventura y mayormente la
lengua marciana si no hubiesen acompañado los acontecimientos desde el comienzo. La elaboración fue
progresiva. Al comienzo, «el marciano es una lengua muy imperfecta, rudimentaria», «un pseudomarciano», «un
rompecabezas desordenado», «una pueril imitación del francés del cual conserva en cada palabra el mismo
número de sílabas y letras principales».
«Sólo medio año después el inconsciente había elaborado una lengua propiamente dicha».
El inconsciente necesitó tiempo para manifestar parte de sus posibilidades. Pero después de la aventura
marciana ya tenemos un inconsciente bastante «desarrollado», «la puerta» ya está bastante abierta. El tiempo
necesario para nuevas elucubraciones es cada vez menor, el talento inconsciente de una persona inculta aparece
cada vez más prodigioso.
Solamente después de diecisiete días de unas objeciones de FLOURNOY, Helena manifiesta nuevamente el
prodigioso talento del inconsciente. «Las nuevas costumbres y el nuevo idioma son ahora localizados en otro
planeta sin nombre y desconocido». Es el ciclo llamado «ultramarciano».
«Yo había acusado—escribe FLOURNOY— a la quimera marciana de no ser más que una imitación, barnizada
con brillantes colores orientales, del medio civilizado que nos rodea. Ahora {en el nuevo ciclo ultramarciano)
aparecía un mundo de una extravagancia horrible, con el suelo negro donde toda vegetación había sido eliminada,
y los seres, groseros, tenían más de bestias que de hombres. Había insinuado que las cosas y los habitantes de
Marte deberían ser de dimensiones y características diferentes de las nuestras, y he aquí que los habitantes del
nuevo globo eran verdaderos enanos con las cabezas dos veces más anchas que altas, y las casas en proporción.
Noté la riqueza del marciano en «i» y en «e», incriminé el sonido «ch», la sintaxis en general... tomado todo del
francés. Y he aquí una lengua absolutamente nueva, de un ritmo particular, extremadamente rica en «a», sin
ninguna «ch», y cuya construcción era tan diferente de la nuestra que no había medio de encontrar semejanza».
¡Todo en sólo 17 días!
Y luego nuevas manifestaciones, cada vez en menos tiempo. La «puerta» cada vez más abierta. Ya basta una
semana, tres días, un ¡solo día! «Había hecho yo alusión a la existencia posible de otras lenguas» en otros
planetas, sugiere FLOURNOY y con esas nuevas sugestiones aparecen nuevos viajes a la Luna, Urano, Júpiter,
Neptuno, etc., con sus correspondientes lenguas.
Hablando en Buenos Aires con el Director Nacional de la Sociedad Espiritista Constanza, que agrupa el
espiritismo más culto de Argentina, me decía él después de que asistimos a una sesión: «Profesor, ¿no es
ciertamente un argumento incontestable de la incorporación de los espíritus en los médiums el hecho de que esos
médiums aun analfabetos hayan hecho discursos inteligentes y dado consejos acertados?» Me limité a
preguntarle a mi vez: «¿Sabe usted de lo que es capaz el talento del inconsciente, incluso el de un analfabeto?»
Otro aspecto del trabajo del inconsciente es el del aumento de dramatización y simbolización a partir de
estímulos a veces mínimos, imperceptibles, quizá sólo hiperestésicamente captados.
El fenómeno fue provocado experimentalmente por A. MAURY, uno de los mejores investigadores de los
sueños en este aspecto (13). MAURY hacía que, estando dormido, otra persona le causase diferentes excitaciones
pequeñas. Comparando después el sueño con el pequeño estímulo, era posible, a base de muchas experiencias,
deducir el comportamiento del inconsciente.
Así, por ejemplo, se le hacían cosquillas suavemente, con una pluma de ave en los labios o en la nariz:
Maury soñaba que lo estaban sometiendo a un espantoso suplicio, que le ponían una máscara de pez en la
cara y después se la arrancaban violentamente, llevando juntamente la piel de los labios, nariz y del
rostro.
En otra experiencia, a cierta distancia de su oído se hacía vibrar suavemente una plumilla de acero con
unas tijeras. Entonces soñaba que oía un ruido de campanas, que al poco tiempo aumentaba hasta
convertirse en un toque ensordecedor. Creía hallarse en la revolución francesa de 1848.
Todavía en este mismo orden de cosas: se destapaba un frasco de agua de colonia cerca del científico.
Soñaba entonces que estaba en una perfumería del Cairo donde le sucedían las más pintorescas aventuras.
O encendían junto a él un fósforo, lo que le hacía soñar que estaba en el mar, en medio de un viento
violento y que un rayo hacía explotar el depósito de municiones del barco, poniendo a la tripulación en
extremo peligro.
En la literatura onírica es célebre el siguiente sueño producido casualmente por un estímulo externo.
MAURY estaba en la cama, enfermo. Soñó que se encontraba en medio de los horrores de la
revolución francesa. Después de terribles escenas, era conducido ante el tribunal revolucionario para un
amplio y angustioso interrogatorio. Condenado a muerte, era conducido al cadalso en medio de una
inmensa multitud. Veía con escalofríos los preparativos de la guillotina. Atado al cepo, sube la cuchilla,
cae, y MAURY siente cómo la cabeza se separa del tronco. Se despierta con terrible angustia y comprende
el origen del sueño. Moviéndose mientras dormía, había hecho que uno de los soportes de las cortinas de
la cama cayese sobre su cuello.
«Apariciones»
En ciertos ambientes es frecuente la dramatización del tipo de «apariciones de los muertos». La difusión del
espiritismo es probablemente la causa de que el inconsciente adopte esta clase de dramatización, dada la
tendencia que tiene el inconsciente de acomodarse al medio ambiente.
13 MAURY, L. F. Al/red: «Le somneil et les rêves. Études psychologiques sur ces phénomènes et les divers états que s'y
rattachent», 4.A éd., Paris, 1878.
Un joven recordaba que su difunto padre había comprado y pagado un pequeño terreno, pero él no
había podido heredarlo por no tener los documentos legales ni saber dónde podrían estar guardados. En
un proceso legal estaban disputándole la posesión, con peligro de perder el terreno. Preocupado, dormía
la víspera del juicio y he aquí que, soñando, ve a su padre que le dice que los documentos estaban en
poder de cierto escribano público. Despierto, quiso comprobar si era cierto, y electivamente allí estaban
los documentos con los que ganó el pleito (14).
Se trata de lo que llamábamos criptomnesia, es decir, «memoria de lo oculto». Tan oculto, tan olvidado, que
cuando se recuerda no parece recuerdo. El inconsciente, excitado por el peligro de perder el terreno, encontró el
recuerdo archivado y manifestó en sueños que el padre le había hablado sobre el asunto. En sueños, el caso es
dramatizado como si se tratara de una aparición.
Una niña, paseando un día con su hermano, perdió una pequeña navaja que estimaba mucho. Pasado
algún tiempo este hermano muere. Una noche la pequeña sueña que su hermano la lleva por la mano al
lugar exacto donde está la pequeña navaja. Se despierta, va al lugar soñado y la encuentra.
Se comprende—añade el Dr. GRASSET—que será difícil convencer a la niña de que no se trata de una
revelación de «más allá del sepulcro». Y, no obstante, es un simple caso de recuerdo inconsciente (15).
En general, todas las elucubraciones del inconsciente se prestan a supersticiones. Pueden producir resultados
tan extraordinarios, de apariencia tan completamente nueva, de origen tan inconsciente, con funcionamiento
plenamente independiente de la voluntad y el conocimiento del «mago», que fácilmente serán tomados como
comunicaciones del «más allá». ¡Qué natural el raciocinio de Helena SMITH atribuyendo a verdaderos habitantes
de Marte todo lo que su inconsciente le manifestaba durante el trance...!
Como bien advierte FLOURNOY, «el yo inconsciente de los médiums es plenamente capaz de inventar un
conjunto tan perfecto, que tenga las mejores apariencias de comunicaciones del más allá. Verdad
demasiado olvidada en ciertos ambientes: personas perfectamente normales y sanas cuanto se quiera, al
menos en apariencia, por el simple hecho de entregarse a las prácticas mediúmnicas, pueden fácilmente
romper su equilibrio psíquico y dar lugar a una actividad automática. Los resultados del automatismo
simulan de la manera más perfecta comunicaciones del más allá del sepulcro no siendo en la realidad
más que los resultados del funcionamiento inconsciente de las facultades ordinarias» (16).
Debe destacarse la sensación de absoluta independencia entre el consciente y el inconsciente. El P.
ALMIGNANA a duras penas conseguía responder a las invectivas que su inconsciente le dirigía y que con su
propia mano escribía con movimientos automáticos. El padre no conseguía explicar cómo podían encontrarse en
él mismo dos «yo», el «yo» inconsciente y el «yo» consciente, tan abiertamente contrarios uno al otro (17).
Es esta sensación de extrañeza, de modo especial, la que en épocas antiguas llevó a las gentes a pensar que
algunos sueños eran mensajes del «más allá» (oniromancía).
Todavía no hace muchos años era frecuente atribuir el sonambulismo hipnótico al demonio, etc., no pudiendo
explicarse el talento del inconsciente, ni la independencia y hasta aspecto contradictorio, en la realidad
complementario, entre consciente e inconsciente.
No sólo «el inconsciente puede hacer todo lo que hace el consciente», como decía RICHET sino que
incluso supera ampliamente en inteligencia al consciente.
El inconsciente, por otra parte, tiende a dramatizar siguiendo las propias ideas; frecuentemente
también amplía mínimos estímulos y los interpreta; a veces recurre a dramatizaciones o símbolos tan
exagerados que podemos decir que se convierte en una caja de resonancia.
A este conjunto de notables cualidades lo llamamos «talento del inconsciente».
14 LHERMITTE, Jean: «Le Somneil», París, A. Colín, 1931. Nosotros citamos por la traducción española: «Los sueños»,
Barcelona, Salvat 1953, pág. 85.
15 GRASSET, J. O. C, pág. 146.
16 FLOURNOY, Th.: «Genese de quelques prétendus messages spirites», en «Revue Philosophique», pág. 240. Ver también en
«Annales des Sciences Psychiques», 1889, pág. 216.
17 RICHET, Charles: «Traite de Metapsvchique», 2.a ed., París. Alean, 1923, pág. 78.
SEGUNDA PARTE
Hasta ahora hemos venido hablando de fenómenos maravillosos de conocimiento, a los que dábamos una
explicación más o menos cercana a los límites conocidos por la ciencia tradicional. Eran fenómenos
«extraordinario-normales». Se debían a facultades y sentidos tradicionalmente conocidos aunque la
manifestación en tales grados sea propia de personas especiales (llamadas «sensitivas») o en especiales
circunstancias.
Ahora la cuestión es otra: ¿hay de hecho fenómenos de conocimiento paranormales? ¿Existen fenómenos de
conocimiento imposibles de ser explicados por el funcionamiento de los sentidos y facultades tradicionalmente
conocidos?
La escuela del gran parapsicólogo moderno RHINE prefirió la expresión «percepción extra-sensorial» y su
sigla ESP (2). RHINE «inventó» lo que ya en 1870 había inventado Richard BURTON. TISCHNER (3) prefiere el
nombre «experiencia extra-sensorial», mejor que el de apercepción extra-sensorial», a pesar de que RHINE y sus
colaboradores no quieren indicar con la palabra «percepción» nada que se parezca a la percepción normal, sen-
sorial. Pero la misma palabra «experiencia», para algunos que no están al par de los conceptos filosóficos,
implicaría también una relación con los sentidos. Por esto preferiríamos la expresión «comportamiento extra-
sensorial».
Los términos «percepción extra-sensorial» y sus siglas ESP o también GESP (percepción extra-sensorial en
general, pues como veremos hay subdivisiones), fueron oficializados en el Primer Coloquio Internacional de
Parapsicología celebrado en 1953 en la Universidad de Utrech, Holanda.
Pero éstos, como otros nombres que ha recibido el conocimiento paranormal, incluyen una teoría o
explicación del fenómeno, lo cual podría resultar molesto para los científicos de fu era de la Parapsicología que
oyesen emplearlos. Era preferible esperar a que se divulgasen los motivos antes que la nomenclatura. Es por esto
que en el Primer Coloquio Internacional de Parapsicología, y siguiendo la sugestión de los Dres. WIESNER V
1 RICHET llamó al conocimiento que hoy llamamos paranormal, «criptestesia», esto es, «sensación de lo oculto», pues creía
que el fenómeno se debería a algún tipo de vibraciones o emisiones materiales desconocidas. Aún no se había demostrado que esa
facultad fuese, al menos en parte de su actuación, espiritual, extrasensorial. También entonces se hablaba de un «sexto sentido»
(RICHET, Charles: «Traité de Métapsychique», 2.A ed., París, Alean, 1923, pág. 3. Traducción española: «Tratado de Metapsí-quica y
nuestro Sexto Sentido», Barcelona, Araluce, 1923). BOIRAC prefirió los términos «metagnomia» (conocimiento más allá de] normal) y
diapsique (a través de la psique) en contraposición a los sentidos físicos, (BOIRAC, Emile: «L'Avenir des Sciences Psyquiques», París,
Alean, 1917, pág. 223). MAXWELL los llama fenómenos «intelectuales» (MAXWELL, Joseph: «Les phénomènes psychiques. Recherches,
observation, méthodes», París, Alean, 1914, que es la edición que utilizamos, aunque la edición original es de 1903). Van RIJNBERK,
de la Universidad de Amsterdam, los llama fenómenos «receptores» (RIJNBERK, Gérard van: «Les m< tasciences biologiques», París,
Adyar, 1952, pág. 161). Etc. No ponemos aquí la nomenclatura no científica.
2 RHINE, Joseph Banks: «Extrasensory perception», Boston, Bruce Humphries, 1934, y Boston, B. S. P. R., 1934.
3 TISCHNER, Rudolf: «Einführung in dem Okultismus und Spiritis-iDDsi, Munich, 1921, pág. 5. Cír. del mismo autor, traducción
francesa de LAMORLETTE: «Introduction a la Parapsychologie», París, Payot, 1952, pág. bi. Traducción española: «Introducción al
estudio de la Parapsicología», Buenos Aires, Oberón, s. f. (1957).
THOULESS (4), se oficializó la expresión PSI-GAMMA (PG), que simplemente designa y nada explica. Trátase
de las primeras letras griegas de la expresión «psico-gnosis» = conocimiento psíquico. Pero fueron escogidas
deliberadamente dos letras griegas y no la misma expresión psico-gnosis por los motivos apuntados. Escriben
los autores de la expresión PG: «Este símbolo simple no comporta ninguna explicación relativa al proceso
paranormal ni implicación alguna relativa a la identidad o multiplicidad del proceso» (5).
La expresión PSI-GAMMA ya está muy difundida. Sería de desear que se hiciese general.
¿Pero existe de hecho la facultad PS? Nosotros, en este volumen, no entraremos directamente en la
discusión sobre la esencia de la facultad y de sus manifestaciones, a pesar de que sustentamos, como la
Parapsicología moderna más representativa, que la facultad sería extra-sensorial, espiritual, al menos en parte
de su actuación. Por el momento tomamos la facultad PSí-GAMMA simplemente como una facultad de
conocimiento diferente de lo que puede atribuirse a los sentidos. Sería una facultad nueva (en el sentido de que
sólo ahora habría sido descubierta por la ciencia) en otro orden de cosas, la facultad habría existido siempre,
todos la tendríamos; únicamente su manifestación sería propia de personas o circunstancias especiales.
Leyenda e Historia
CRESO, Rey de Libia, quería escoger uno entre todos los oráculos de Grecia y Libia. Les envía
emisarios con el encargo de preguntarles «qué hacía en ese día CRESO, hijo de ALYATE, Rey de Libia».
La pitonisa del oráculo de Delfos respondió en versos hexámetros: «Yo conozco el número de los granos
de arena de las playas del mar; yo comprendo el lenguaje del mudo; yo oigo la voz del que no habla; mis
sentidos están impresionados por el aroma de una tortuga que se mandó cocinar juntamente con la carne
de un cordero, en una caldera de bronce, con tapa también de bronce».
CRESO escogió el oráculo de Delfos por ser el único que acertó y perfectamente, pues él «había imaginado la
cosa más difícil de imaginar y de conocer, y había partido en pedazos una tortuga y un cordero e hizo que los
cocinasen juntos en una caldera de bronce, con tapa del mismo metal» (6).
Es muy difícil juzgar, como decimos, de los hechos histórico-legendarios. No obstante, no raramente
aparecen algunos en los que parece difícil dudar de la buena fe del testigo o de la exactitud del relato. Tal vez
debamos dar razón a OLIVIER cuando afirma que sólo siendo verdad la existencia del conocimiento para-normal
puede explicarse que estas leyendas se hayan mantenido a lo largo de la historia (7). Pero es más fácil y segura la
verificación de los casos más recientes.
Las encuestas
En 1882 se fundaba en Londres la «Society for Psychical Research» para investigar si de hecho existía el
conocimiento extra-sensorial. Los metapsiquicos recogieron un caudal abundantísimo de casos que ya se
juzgaban inexplicables a no ser por una facultad paranormal de conocimiento. La principal colección, la más
abundante y al mismo tiempo la más severa, es la de la «Society for Psychical Research».
Ya a los dos años de la fundación de esta Sociedad, las encuestas dirigidas por ella habían llegado a cincuenta
mil personas, recogiéndose 5.705 casos. Bajo el riguroso criterio de la sociedad, y después de una constatación
4 WIESNER, B. P. y THOULESS, R. H.: «The present position of experimental research into the telepatv and related phaenomena»,
en «Procee-dings of the Society íor Psychicaí Research», 1942, XLV1I, págs. 3-19.
5 WIESNER, B. P. y THOULESS, R. H.: «Thoughet transferance and related phaenomena», en «Journal of Parapsychology», 1952,
marzo, pág. 30.
6 HERÓDOTO: «Historia», tomo I, nn. 46-48.
7 OLIVIER, C. W.: «Analisvs oí Magic and Witchcraft», Londres, 1928.
casi policial, fueron seleccionados y publicados 688 (8). Sin interrupción, la sociedad continuó recogiendo e
investigando casos espontáneos de conocimiento paranormal (9).
En 1894 publica SIDGWICK 170 casos escogidos y bien controlados (10), y el mismo autor, otra colección
en 1923 (11).
Por parte de la «Society for Psychical Research» de América del Norte, se destaca la encuesta de Waíter
Franklin PRINCE que se refiere a 10.000 personas y 430 casos, publicándose la colección a partir de 1928,
después de seria, critica y paciente investigación (12).
En fin, entre otras encuestas notables, figuran las dos de Camille FLAMMARION, especialmente la primera en
que se recogen 4.280 respuestas: 1.824 personas piensan haber experimentado casos de conocimiento
paranormal, publicando FLAMMARION 778 cartas con 1.030 casos escogidos (13) de los que la «Society for
Psychical Research», con su riguroso criterio, acepta sólo unos 50. RICHET selecciona después de encuestas
entre militares (14) 40 casos interesantes (15) y otros más el Dr. OSTY, entre las familias de los militares (16).
Finalmente citaremos una amplia encuesta reciente de los fenómenos paranormales durante la Segunda
Guerra Mundial, dirigida por el profesor de Parapsicología de la Universidad de Friburgo (Suiza), Dr. Hans
BENDER (17). Una gran abundancia de medios fueron puestos a .disposición del Dr. BENDER para la reunión y
verificación de los fenómenos espontáneos de apariencia paranormal. Se trata sin duda de una contribución
importante, aunque la Parapsicología moderna no atienda tanto a los casos espontáneos, preocupada como está,
como veremos más adelante, en la experimentación de laboratorio, ciertamente más importante.
Varias revistas especializadas recogen otros innumerables casos (18).
¿Qué decir de este enorme conjunto de casos espontáneos?
Evidentemente que no todos superan lo «extraordinario-normal». Hay, sin embargo, muchísimos casos
espontáneos que sugieren con mucha fuerza la existencia de una facultad paranormal de conocimiento. De
muchos de ellos nos ocuparemos más adelante por diversos motivos. Es imposible detenernos aquí en el análisis
de los casos espontáneos. Como ejemplo, he aquí apenas uno tomado al acaso.
8 GURNEY, E.; MIERS, F. V.; y PODMORE, F.: «Phantasms oí the living», 2 volms., Londres, Trubner, 1886-1887. Traducción
francesa resumida por MARILLIER: «Les Hallucinations Télépathiques», París, Alean, 1891.
9 «Journal of Society for Psychical Research» (S. P. R.), frecuentemente. «Proceedings of Society for Psychical Research» (Prod.
S. P. R.), frecuentemente. Sobre las precauciones tomadas principalmente en los últimos tiempos de la Metapsíquica, cfr. WEST, D. J.:
«The Investigation of Spontaneous Cases», en Proc. S. P. R., 1894, pág. 290 ss.
10 SIDGWICK, Henry: «Report of the census of Hallucinations», en Proc. S. P. R., XLVIII, 1894, págs. 26 ss.
11 SIDGWICK, Henry: en «Proc. S. P. R»., 1923, pág. 86 ss.
12 PRINCE, Walter Franklin: «Noted Witnesses for Psychic Occurrences», Boston, B.S. P. R. Press, 1928. «Human Expériences»
en «Boston, S. P. R», septiembre de 1931 y abril de 1933.
13 FLAMMARION, Camille: «La mort et son mystère», 3 vols., Paris, E. Flammarion, 1920-1921. Traducción anónima: «A morte
e o seu misterio», 3 vols. Rio de Janeiro, Federacâo Espirita Brasileira (FEB), s. f. ( 1 955). «L'Inconnue et les Problèmes Psychiques»,
2 vols., Paris, E. Flammarion, 1900. Traducción de S. THIAGO, Arnaldo: «O desconhe-cido e os problemas psíquicos», Río de Janeiro,
FEB, 1954.
14 RICHET, Charles: Encuestas formuladas en el «Bulletin des Années», 10 de enero de 1917.
15 RICHET, Charles: Casos publicados en «Annales des Sciences Psychiques» (A. S. P.), 1892-3. págs. 17 ss.
16 OSTY, Eugène: Casos publicados en «Revue Metapsvchique», 1 932, n.° 4, págs. 236 SS.
17 BENDER, Hans, en «Tomorrow», New York, vol. 4, n.° 2, 1956.
18 «Journal of Society for Psychical Research» (índice general para los tiempos de la Metapsíquica en el vol. XLI, 1932-1933, de
los «Proceedings S. P. R.»). «Proceedings of Society for Psychical Research» (cfr. índice citado). Igualmente la «sucursal» americana
con sus correspondientes: «Jnl. of American S. P. R.», desde 1907. «Proc. oí Amer. S. P. R.» desde 1923. También las revistas: «Luce e
Ombra», desde 1900; «Revue Métapsychique» («R. M.») desde 1920. Así como las ya desaparecidas: «Annales des Scineces
Psychiques» («A. S. P.»); «Bulletin of the Boston S. P. R.»; «Bulletin de L'Institut General Psychologique»; «Psychisque Studien»;
«Religio-Philosophical Journal». Y con frecuencia también en «Light», «Banner of Light» y otras.
19 «A. S. P.», 1914, julio, págs. 198-203.
¿Qué hiperestesia o qué previsión normal sería posible sobre hechos que están sucediendo a ocho kilómetros
de distancia, hechos casuales y concretos, como el del niño que acaba de caer de una escalera de mano
quebrándose una pierna?
Millares de casos semejantes ¿serán suficientes para demostrar la existencia del conocimiento paranormal?
Ya en 1891 afirmaba FOUILLÉE: «Es posible que haya, es más, es imposible que no haya modos de
comunicación a través del espacio» de unos hombres con otros (20). Y Jules Bois: «La luz en vibración se
comunica de estrella a estrella. Un alma ¿no puede comunicarse con otra de un modo semejante?» (21). ¿Más o
menos semejante?
Poco después, ante el número siempre creciente de casos que se iban recogiendo y comprobando, muchos
científicos, aunque enfrentando la aprensión de otros sabios más recatados, afirmaban que la existencia del
conocimiento paranormal no se podía negar: «La facultad de visión a distancia, de presentimiento—escribía por
ejemplo, PELLETIER—no se puede negar hoy; tan grande es el número de ejemplos que se ha encontrado» (22).
En el gabinete del médico-hipnólogo
Las colecciones de casos espontáneos impulsaron el trabajo dé laboratorio. Era necesaria esa experimentación
en busca de una base más firme para aceptar o «poner entre paréntesis» el conocimiento paranormal hasta épocas
futuras en que tal vez fuese posible un juicio definitivo.
No podemos detenernos aquí en la exposición ni siquiera sumarísima, de tantas y tan variadas experiencias.
Muchos de los fenómenos sucedidos durante el «sueño magnético» (o hipnótico) idénticos a muchos otros
que antes habían sido considerados como «extraterrenos», fueron considerados como naturales por los
descubrimientos de los magnetizadores. Lo mismo podríamos decir de muchos fenómenos sucedidos durante
ciertos ataques de histeria, por ejemplo, que antes fueron considerados como posesiones diabólicas. En esta
misma época de entusiasmo por el estudio y experimentación del «magnetismo» (hipnotismo), con mucha
frecuencia se provocaron, más o menos directamente, experiencias que sugerían una facultad paranormal de
conocimiento.
MESMER habla ya de un «sexto sentido» (23); PUYSÉGUR, provocó muchos casos que él llamó «lectura del
pensamiento» (24); PÉTÉNTIN dedica una obra postuma a numerosas experiencias de «visión a distancia»
realizadas con siete enfermos diferentes (25); DELEUZE consagra toda una obra a la «clarividencia» de un solo
sensitivo (26); D u POTET, basándose en innumerables experiencias propias y del Dr. CAHAGNET, considera la
lucidez o «vista interna» como una fase del sonambulismo hipnótico (27), etcétera.
En fin, es frecuente entre los libros de los antiguos «magnetizadores» encontrar experiencias que indican una
facultad de conocimiento paranormal. Especialmente el fenómeno que ellos llamaban «viaje telepático», surge
frecuentemente en las experimentaciones de «magnetismo».
Pasada la época del «magnetismo», con el nacimiento de la hipnosis moderna, es muy frecuente encontrar
aquí y allí en los diversos autores, experiencias de un posible conocimiento paranormal, tal como en ROCHAS
D’AIGLUN y su «exteriorización de la sensibilidad» (28), REJCHENBACH y su «fluido ódico-magnético» (29),
29 REICHENBACH, Karlo von: «Der sensitive Mensch und sein Verhalten zum Od», Sttugart, Cotta, 1855. «Kleine Shcrifften
Uber Sen-sitivatat und Od»; traducción inglesa: «Psyco-Physiological Researches on the Dvnamica of Mágnetism, Electricity, Light,
Crystalisation and Chemistry, an Their Relations to Vital Force. With the addiction of a Préface and critica] notes by John
Asaburner, M. D.», Londres, 1851 (pero la primera edición fue'en Brunswick, 1841); traducción francesa de LACOSTE, Ernest, con
prefacio de ROCHAS, Albert de: «Les phénomènes odiques ou recherches psvquiques e] physiologiques sur les dynamides du
magnétisme et de l'électricité, de la chaleur,' de la lumière, de la cris-tallization et de 1 affinités chimique considérées dans leurs
rapports avec la force vitale», Paris, 1904. De] mismo autor, traducción de CAGNET: «Lettres Odiques-Magnctiques», Paris, Baillière,
1865. ROCHAS, Alber de: «Le fluide des magnétiseurs» (resumen de los trabajos de REICHENBACH), Paris, Michel Carré, 1891.
30 BEAUNIS, H.: «Le somnambulisme provoqué», Paris, Doin, 1886, frecuentemente.
31 LIEBEAULT, A. A.: «Le somneil provoqué», Paris, Doin, 3 889, lui' u t -ntemente; ver especialmente las págs. 296 ss.
32 Bien sabía la comisión que sus conclusiones eran «nuevas en ia ciencia» y trató de preparar el camino de sus colegas para
doblegarse ante la realidad: «Antes de dar por concluida esta relación, la comisión se preguntó muchas veces a sí misma si, con las
precauciones que multiplicó para evitar cualquier sorpresa, el sentimiento constante de desconfianza con que siempre procedió y el
escrupuloso rigor observado en todos los exámenes que efectuó, habría satisfecho plenamente todas las exigencias que las
circunstancias reclamaban y desempeñado acertadamente el trabajo que se le había confiado... Nuestro interior, señores, respondió
altivamente a estas preguntas confirmándonos que vuestras excelencias no podrían esperar de la comisión nada que nosotros no
hubiéramos hecho... Nuestras convicciones sobre la realidad de los fenómenos -que hemos presenciado y que W. EE. no vieron ni
estudiaron, como nosotros hemos estudiado y visto...».
33 RICHET, Charles: «Traité...», o. c, pág. 153.
La experimentación metapsíquica
Debemos renunciar al análisis de tantas y tan variadas experiencias y observaciones que realizaron los
metapsíquicos encaminadas a la comprobación del conocimiento paranormal. Nos limitaremos a los casos más
famosos. Lamentablemente, la experimentación y observación directa de los metapsíquicos es menos importante
de lo que hemos expuesto hasta ahora, a pesar del entusiasmo de la mayoría de los autores...
Un «vidente supremo»
El metapsíquico más famoso, RICHET, escribe: «Después de las experiencias de Alexis DIDIER.... están
sobre todo las realizadas con OSSOVIESTZKI, caso que es decisivo» (34).
G. de BONI, resume admirado el poder «paranormal» de Alexis con estas palabras:
«Su potente facultad clarividente era conocida en toda Europa... Alexis veía las cosas ocultas como
nosotros vemos con la visión ordinaria; la constancia de su poder clarividente era extraordinaria, y todavía
más maravillosa su duración y continuidad. Llegaba a tal grado que podía casi habitualmente completar sus
famosas partidas de naipes con los ojos rigurosamente vendados. En tales circunstancias jugaba
correctamente la partida, conociendo en todo momento no sólo las cartas que tenía en la mano sino también
las que estaban en la mano del adversario. El célebre prestidigitador HOUDIN, llamado a intervenir en el
experimento para descubrir el eventual fraude, quedó francamente admirado del fenómeno a que asistía, del
cual no lograba dar explicación alguna por medio dé su arte. La llamada «lectura en libros cerrados» era una
experiencia corriente para Alexis DIDIER como había demostrado a muchos experimentadores» (35).
Mucho se escribió sobre Alexis en los periódicos de la época, con gran admiración. Cito, entre otros muchos,
los Doctores PÉTÉNTIN, LA FONTAINE, FRAPART y BERTRAND. DELEUZE escribió un libro dedicado sólo a
Alexis (36). FLAMMARION fue su defensor entusiasta (37).
Dio pruebas de su «conocimiento paranormal» ante los sabios en una serie de 14 sesiones realizadas en
Brighton. Para RICHET «es imposible poner en duda las facultades metapsíquicas extraordinarias de Alexis
DIDIER» (38).
Realmente habría sido un caso extraordinario... ¿Se trataría de un auténtico fenómeno paranormal? Pero la
misma Parapsicología quedaría asombrada ante un fenómeno paranormal tan regular, tan constante...
Con riesgo de «escandalizar» a muchos autores, es preciso advertir que el caso DIDIER parece sospechoso y,
en todo caso, enormemente exagerado por la propaganda. En primer lugar, de las pruebas aducidas, sólo dos tipos
serían auténticos fenómenos paranormales, caso de no ser fraudulentos. Estas pruebas convincentes serían: ver
los objetos guardados en cajas y leer un libro cerrado. Porque para jugar a la baraja con los ojos vendados,
conocer no sólo las cartas propias sino también las del contrario, no se precisa emplear una facultad paranormal;
la luz incide en las cartas, los asistentes las conocían... El fenómeno, pues, puede quedar reducido a un caso de
hiperestesia, directa o indirecta.
Veamos el fenómeno de lectura en un libro cerrado. Serla susceptible de ser paranormal, pero se debe
considerar que en el asunto hubo mucha publicidad. RICHET, aunque sugestionado por la «propaganda» al hablar
de «lectura en libro cerrado» de DIDIER, describe una realidad muy diversa:
«Robert HOUDIN que fue ciertamente uno de los más hábiles prestidigitadores de todos los tiempos,
constató y testimonió la clarividencia de Alexis. R. HOUDIN sacaba un libro de su bolsillo y abriéndolo,
pedía a Alexis que leyera una línea, a una altura determinada, pero ocho páginas más adelante de donde
había abierto el libro. El clarividente clavaba un alfiler para señalar la línea y leía cuatro palabras que
fueron encontradas en la línea correspondiente, ocho páginas más adelante». HOUDIN pone esta
declaración en las actas del experimento: «Afirmo que los casos arriba relatados son escrupulosamente
exactos».
Veamos. En primer lugar, no se trata de un libro cerrado: se afirma expresamente que el libro está abierto.
39 HOUDIN, Robert, traducción de MARTÍNEZ, Avelino: «Confidencias de un Prestidigitador. Una vida de artista», dos tomos,
Valencia, Aguilar, 1894.
40 HOUDIN, Robert, traducción de PALANCA y LITA: «Arte de ganar en todos los juegos», dos tomos, 3.a edic, Biblioteca de
Juegos, Presti-digitación e Ilusionismo, volúmenes XXXVIII y XXXIX, Barcelona, Smtes, 1959. «Los secretos de la Prestidigitacióri y
la Magia», 2 volms. Biblioteca de..., volúmenes XXXV y XXXVI, Barcelona, Sintes, 1959.
41 SARGENT, Epes: «Bases científicas do espiritismo» (!?), trad. del Mariscal EWERTON QUADROS, F. R., 2.a ed., Río de Janeiro
F. E. B., s. f. (1962), págs. 166 ss.
En cuanto a las partidas de naipes, en última hipótesis, no serían el resultado de un fenómeno paranormal,
sino hiperestesia directa sobre las cartas, o hiperestesia indirecta del pensamiento de los participantes.
HOUDIN, aparte de los dos tomos con el título «Arte de ganar en todos los juegos» con cartas, explica cómo
se pueden conocer las cartas de una baraja nueva sin tocarlas personalmente, a distancia. Cuenta que cuando un
jugador «afortunado» comenzó en Francia a servirse de este sistema, los más destacados expertos renunciaron a
descubrir el truco, o negaron que existiese. Él mismo, HOUDIN, empleó en eso veinte días de laboriosos
exámenes, llegando a abandonar también él el asunto; «decididamente no hay truco», concluyó. Y entonces, por
mera casualidad (aunque debemos tener en cuenta la magnífica preparación técnica de HOUDIN, descubrió el
truco, como amenamente cuenta y explica en el tomo primero de sus «Confidencias» (42). Y esto se puede hacer
con los ojos vendados, como se dice de Alexis. ¡Cuánta literatura sobre «ojos vendados» hay entre los ilusio-
nistas...! En la misma tapa del tomo segundo de «Arte para ganar en todos los juegos», de la edición citada,
aparece dibujado un ilusionista jugando a las cartas con los ojos vendados...
Lo curioso es que el mismo RICHET en su entusiasmo por DIDIER, afirma: «Evidentemente los testimonios de
Alphonse KARR y Víctor HUGO son insuficientes, tratándose de una partida de cartas jugada con Alexis, aunque
éste tuviese los ojos vendados, porque, en materia de cartas, los prestidigitadores hacen lo que quieren» (43).
Sería cuestión de preguntar a RICHET si cree que los prestidigitadores no son capaces de hacer con libros o
con cajas trucos semejantes a los que hacen con cartas.
Y así pasamos a otra prueba: se dice que Alexis descubría los objetos encerrados en cajas...
¡Cuántas cosas se podrían decir del ilusionismo con cajas! Pocos trucos son tan difíciles de descubrir como
los trucos de «clarividencia».
Los espectadores de HOUDIN (cosa que no hacían con Alexis) tenían, antes de las sesiones,
conciliábulos en los que discutían cuáles serían los objetos más difíciles de adivinar, para con ellos poner
a prueba la pasmosa «clarividencia» del ilusionista. Eran medallas antiguas, minerales raros, libros
escritos en caracteres diversos (turcos, griegos, hebreos), objetos envueltos, atados y sellados, estuches de
médicos con sus instrumentos especializados, etc. El «clarividente» HOUDIN, O SU hijo de pocos años, lo
adivinaban todo e incluso designaban el objeto por su nombre técnico. El hijo de HOUDIN, con los ojos
vendados y a distancia, averiguaba, por ejemplo, que se trataba de una moneda antigua; pero además la
describía, decía su nombre, bajo qué reinado había sido acuñada y cuál era su valor intrínseco, aunque
estuviese gastada. Averiguaba y nombraba técnicamente objetos rarísimos en mineralogía, piedras
preciosas, antigüedades o curiosidades. Tratándose de un reloj, decía, estando éste cerrado, el nombre del
relojero grabado en el interior, el número de rubíes, etc. (44).
Y todo era realizado por medio de trucos, desafiando al público, sin poder decir nunca: «Hoy no estoy en
forma».
El «Diario de Palacio», de la corte de Inglaterra, refiriéndose a una sesión celebrada ante la Reina
Victoria y toda la nobleza, refiere: «La Reina quedó admirada de la admirable clarividencia del hijo de
HOUDIN... Los objetos más complicados habían sido preparados de antemano... salieron victoriosos de este
combate intelectual e hicieron abortar todos los proyectos». En Francia, su alteza real la Duquesa de Orleáns
regaló a HOUDIN un alfiler de oro con diamantes por haberlo «visto» dentro de un bolso cerrado que la
Duquesa escondía entre sus manos.
Alexis no tenía que soportar desafíos intelectuales de nadie, ni tenía que salir siempre victorioso de la prueba.
Cuando el truco no estaba preparado o no resultaba, bastaba asegurar que «como no había truco», el fenómeno
«natural y espontáneo» no sucedía aquella vez. El propio G . de BONI, entusiasta defensor de Alexis, reconoce
que éste podía realizar sus experiencias «casi habitualmente» (45).
Hemos insistido en el caso de Alexis porque nos parece lamentable que se presente como el caso más
importante...
42 HOUDIN, Robert: «Confidencias...», o. c, vol. I, págs. 320-328. A] principio creyó que no era truco. Esto explica las cartas que
FLAMMARION cita (cfr. nota 36) v también SARGENT (cfr. nota 40).
43 RICHET, Charles: «Traite...», o. c, pág. 143.
44 HOUDIN, Robert: «Confidencias...», o. c , vol. 2, capítulos I, II, III Y IV, frecuentemente. Aunque concedamos, como es
opinión común entre los ilusionistas, que HOUDIN exagere sus propias alabanzas...
45 BONI, G. de: «Metapsíchica...», o. c, págs. 91-92.
No excluimos la posibilidad de que alguna vez, rara, DIDIER tuviese alguna manifestación de auténtico
conocimiento para-normal. Estos fenómenos paranormales se deben a facultades que todos tenemos. No se puede
negar a Alexis la posibilidad de alguna manifestación. Pero no es ciertamente el de Alexis el caso más notable.
Ni es con el que se puede demostrarla existencia de la facultad Psi-gamma.
Ya en los tiempos en que la fama de Alexis cubría toda Europa, HYSLOP escribía negando la clarividencia y
cualquier otra facultad parapsicológica de Alexis (46).
Otros líderes
«Después de las experiencias de A. DIDIER... están sobre todo las realizadas con OSSOVIESTZKY, caso que es
decisivo», decía RICHET, y añade (47): «Las experiencias hechas con Stephani OSSOVIESTZKI son de tal modo
decisivas que no parece poderse permitir la más leve duda al respecto de la criptestesia» (48).
RICHET se refiere así a estas experiencias: «Tengo constatado el fenómeno de criptestesia en todo su
esplendor con un individúo notable, no profesional». «Los doctores GELEY, LANGE y yo tuvimos, en Varsovia,
en abril de 1921, la ocasión de observarlo cuidadosamente. Nos hemos dado perfecta cuenta de que los hechos
atribuidos al Dr. OSSOVIESTZKT no eran en manera alguna exagerados» (49).
OSSOVIESTZKI era ingeniero en Polonia. Pertenecía a una familia en la cual varios miembros se habían
destacado como «clarividentes».
Continúa RICHET:
«Después de comer, LANGE, muy lejos del lugar donde estaba OSSOVIESTZKI, escribe algunas
palabras en un pedazo de papel, lo mete en un sobre y lo cierra. El Dr. OSSOVIESTZKI tomando el sobre y
sin abrirlo, le dice: «Está escrito en inglés... Veo una letra aislada, después «Cons...» y después
«vendredi». El Dr. LANGE había escrito en inglés: «I (la letra aislada) consider (percibió sólo el
comienzo: cons...) that you are (de esto no captó nada) wonderful» (lo confundió con «vendredi»; de
hecho algunas letras son comunes).
Este fenómeno ¿no podría explicarse por hiperestesia directa a través del sobre, o mejor por hiperestesia
indirecta del pensamiento, captando las señales inconscientes emitidas por el Dr. LANGE, puesto que estaba en
presencia del «adivino»?
A continuación RICHET cuenta otra experiencia semejante, concluyendo así: «Resultado admirable, que sin
embargo puede tornarse algo incierto, porque rigurosamente OSSOVIESTZKI podría, inconsciente e
imperfectamente, vei lo que yo había escrito». Otro argumento, aparte de la hiperestesia directa o indirecta del
pensamiento (HIP), para que no podamos considerar decisivas estas experiencias.
«Esta objeción no es válida para la experiencia siguiente» —continúa RICHET.
«Había yo recibido dos cartas la antevíspera, y estando solo en mi cuarto, las coloqué cuidpdosamer.te
cada una en un sobre cerrado; después tomé al acaso una de las dos, ignorando si era la carta A o la B y se la
di a OSSOVIESTZKI cuando éste llegó. Me dice entonces: Es una carta en francés que no viene de París; es
una contestación a una carta suya; un señor de cincuenta años, habla de una señora que tiene un nombre más
alemán que francés; lo convida a ir allá, donde ella vive, a la orilla del mar. Él tiene intención de venir a
París. Y OSSOVIESTZKI añadió algunos datos o de tipo general o equivocados» (50).
Para orientarse ¿no bastaría la hiperestesia directa, esto es, a través del sobre? Después, dichas las primeras
palabras, ¿no bastaría la hiperestesia indirecta del pensamiento (HIP), captando los movimientos inconscientes
delatores de los pensamientos de RICHET, ya conocedor de la carta de que se trataba?
Con más facilidad se explica otra experiencia hecha con el Dr. GELEY, pues se trata de un solo escrito.
OSSOVIESTZKI no tenía que escoger entre dos como con RICHET.
RICHET añade otras experiencias considerándolas menos importantes, pues sólo las enumera. Otras muchas
hicieron otros investigadores con el mismo sensitivo (51). A todas les podemos hacer las mismas críticas: no se
46 HYSLOP, J.: «Enigmas of Psychical Research», Boston, 1906, págs. 274 ss.
47 RICHET, Charles: «Traite...», o. c, prefacio, pág. I (en números romanos).
48 Como se recordará, RICHET llamaba «criptestesia» al fenómeno que hoy llamamos PSI-GAMMA (PG), esto es, al conocimiento
por «vías» diferentes de los sentidos.
49 RICHET, Charles: «Traite...», e. c., págs. 249 ss.
50 RICHET, Charles: «Traite...», o. epágs. 250 ss.
51 GELEY, Gustave: «Un Voyage d'Études Métapsychiques á Varsovia», en «Revue Métapsyquique», 1921, págs. 281 ss.
excluye plenamente la HIP. En todas ellas estaban presentes las personas cuyos pensamientos debía
OSSOVIESTZKI «leer». Por otra parte, la HIP estaba facilitada por el estado de auto-hipnosis en que siempre caía
OSSOVIESTZKI. La misma descripción que OSSOVIESTZKI nos hace del fenómeno, nos muestra las trazas de lo
que podría ser simplemente hiperestesia indirecta: «Ye no me ocupo del papel... De nada serviría verlo... la
finalidad es ponerse en relación con la persona... Cuando el fenómeno está para realizarse, me parece que soy
esa misma persona y es entonces cuando se presenta en mi espíritu, como un recuerdo, lo que ella pensó, lo que
escribió... Lo importante es que yo me ponga en relación con esa persona. Con ella todo es fácil, sin ella nada
se produce. Con algunas personas todo va bien, con otras es imposible» (52).
Como se ve, es necesaria la presencia de la persona que escribió: esto está claramente en favor de la HIP y
encentra del PG en el caso OSSOVIESTZKI.
Pero RICHET no siempre es constante en sus afirmaciones. En otra parte parece dar la primacía al caso de la
señora PIPER. Escribe RICKET: «La señora PLPER, de Boston, tiene poderes que sobrepasan probablemente todo
lo que se ha observado hasta ahora... Aunque no existiese más que el caso de la señora PIPER en el mundo, sería
suficiente para que la criptestesia estuviese científicamente establecida» (53).
No necesitamos detenernos en analizar las experiencias con PIPER. El mismo RICHET ros dispersa de ello
cuando escribe: «A las personas que vienen a visitarla, ella les dice en seguida, casi sin dudar...». Ahora bien,
aunque el conocimiento de la señora PIPER fuese para normal, este detalle {averiguar cosas de las personas que
están presentes) hemos visto que imposibilita la conclusión cierta, pues podría bastar la HIP para explicar el
fenómeno.
En fin, podríamos ir criticando todas las experiencias de los mete psíquicos, o mejor, casi tedas.
Aunque la HIP (principalmente) no sea excluida en muchos casos, con todo parece poco posible en otros.
Aparte ele esto, es tan grande el número de experiencias realizada? por los metapsíquicos, que el corjunto es
verdaderamente sugestivo... El Dr. RHINE estudió 3.600.634 experiencias en 145 series diferentes, realizadas sólo
por metapsíquicos de la «Society for Psychical Research»de Londres (54). Hay que añadir las experiencias
realizadas por otros metapsíquicos.
En los tiempos de la metapsíquica, se presentaban como ideales para la experimentación una larga serie de
exigencias (55). Estas exigencias fueron observadas al pie de la letra por la señora Henry SIDGWICK entre otros
varios: experimentó con cartas de baraja para facilitar el cálculo de probabilidades. Las cartas eran bien
barajadas, después se extraían una a una, sin que nadie las viese, y antes de que el sujeto hubiese dicho su
pronóstico; entonces se miraba la carta y se anotaba tanto el pronóstico como la carta en cuestión; no se decía si
se había equivocado o no; se repetían las experiencias en pequeñas dosis para evitar la fatiga, pero hasta alcanzar
en conjunto un número muy elevado para descartar claramente el azar. En estas condiciones (y otros requisitos
accidentales) realizó la señora SIDGWICK 2.585 pruebas; de éstas, el sujeto acertó 149 veces la carta, o más
exactamente, 189, contando las ocasiones en que fallando al primer intento, acertaba a] segundo. Tres veces más
de lo que puede atribuirse al acaso, según el cálculo de probabilidades (56).
Ahora bien: esas condiciones de experimentación, juzgadas ideales, ¿son suficientes para constituir una
prueba definitiva? ¿Se evita la posibilidad de acertar por otras causas diferentes de Psi-gamma? No totalmente:
entre otras cosas hay un defecto fundamental: las cartas, aunque no se miren, son sacadas del montón una a una,
en presencia del sujeto. En estas condiciones, aun con los ojos vendados {exigencia que se empleó a veces) un
buen sensitivo ¿no podría nombrar la carta por hiperestesia directa sobre ella?
El mismo investigador, por hiperestesia directa (DOP o visión paraóptica) podría saber inconscientemente 3ª
carta que separaba, y el sensitivo la captaría en el inconsciente del investigador por HIP, conocería la carta por el
RICHET, Charles: «Rapports des experiences avec M. Ossoviestzcki» en «Revue Métapsychique», 1922, págs. 158 ss. Las
observaciones de la S. P. R. en «Proced. S. P. R.»,XLI, págs. 345ss. GELEY, G. y DINGWALLE J.: «Una sensacional experiencia de M.
Ossovietstzki en el Congreso de Varsovia», en «R. M»., 1923, págs. 31 ss. GELEY, G.: «Un clairvoyant Ex-traordinaire», en «R. M».,
1920, págs. 275 ss. «Nouvelles Experiences de Clairvoyance avec Ossoviestzki», ibidem 1921, pág. 420 ss. «Clairvoyance de M.
Ossovietszki», ibidem 1922, págs. 247 ss. CHAUVET, Stephen: «Les Possibilités Mystérieuses de 1'Homme», ibidem págs. 302 ss.
Respecto al control, muy exacto (salvo el fallo de no excluir la posible hiperestesia), cír.: OSTY, Eugéne (testigo de las experiencias):
«Telepathie Spontanée et Telepathie Experimentelle», ibidem 1922, págs. 305 ss.
52 OSTY, Eugene, artículo citado, pág. 311.
53 RICHET, Charles: «Traite...», o. c, pág. 39.
54 RHINE, Joseph Banks: «Extra-Sensory Perception after Sixty Years», New York, Hold, 1940, cap. IV y apéndice 17.
55 RICHET, Charles: «Traité...», o. e, pags. 114 v 163.
56 SIDGWICK, Sra. Henry, en «A. S. P.», 1891, pàgs. 157 ss.
fenómeno que llamamos en «L» (como veremos en los capítulos 22 y 23, la hiperestesia indirecta sobre el
inconsciente es más fácil y frecuente que sobre el consciente).
Como se ve, en general eran más importantes, mucho más sugestivas las observaciones de los
«magnetizadores» e hipnólogos, así como las colecciones de casos, que las experiencias de los metapsíquicos,
salvo excepciones.
Conclusión
Nos la da el mismo RICHET. Al final de la época de la Metapsíquica podría repetir lo que había escrito en el
prólogo del libro en que GURNEY, MYERS y PODMORE recogen centenas de los mejores casos espontáneos
analizados y comprobados por la «S. P. R.» de Londres (57):
«La convicción que dan semejantes narraciones (casos espontáneos) es frágil... Por su parte, las
demostraciones experimentales son suficientemente débiles para que sea perfectamente lícito ser incrédulo...
Se han dado muchos bellos resultados, que, por mi parte, tengo por probativos, sin pretender por eso que sean
definitivos... Nadie ha realizado todavía la experiencia crucial. Hay notables experiencias, tentativas que han
sido casi un éxito, pero que, a pesar de los resultados, han dejado siempre lugar a cierto escepticismo y a la
incredulidad como un «caput mortuum», en la expresión de los alquimistas, que permite la duda e impide la
absoluta convicción».
1 BUCHANAN, Joseph Rhodes: «Science Divine», en «Journal of Man», Boston, 1849, I, n.° 3.
2 BUCHANAN, Joseph Rhodes: «Aurore d'une nouvelle civilization. Manuel de Psychométrie», Boston, 1849.
3 RICHET, Charles, en «Proceedings of Society for Psychical Research», 1889, VI.
4 BRUGMANS, H. J . F. W.: «Une comunication sur les expériences télépathiques au laboratoire de Psychologie à Gromingen,
etc.», en « P r e mier Congrès International des Researches Psychiques», 1922.
5 ESTABROOKS, G. H.: «A contribution to experimental telepathy», en Bulletin of «Boston Society for Psychical Research», V,
1927.
6 JEPHSON, I.: «Evidence for Clairvoyance in Card Guesting», en «Proceedings of Society for Psychical Research», 1928,
XXXVIII.
7 RHINE, J. B.: «Extra-Sensory Perception», Boston, Bruce Humphries, 1934; también: Boston, S. P. R., 1934.
mismo con la carta siguiente, hasta pasar así 25 cartas de la baraja especial. Cada prueba, pues, duraba 25
minutos.
El Dr. PRATT anotaba después por duplicado el orden de las cartas y enviaba una de las copias en
sobre cerrado y sellado al Dr. RHINE antes de reunirse con el metagno-mo {o sujeto de las experiencias
paranormales de conocimiento), Dr. PEARCE. El Dr. PEARCE en el otro edificio había consignado en su
hoja de registro a cada minuto, el símbolo de la carta que a su parecer había retirado el Dr. PRATT en ese
minuto. Al final de los 25 minutos también él sacaba una relación por duplicado y antes de nada mandaba
una de las copias selladas al Dr. RHINE. El Dr. RHINE, pues, confería independientemente los resultados
de los Drs. PRATT y PEARCE.
Estas operaciones se hacían solamente dos veces por día para evitar la fatiga del Dr. PEARCE. En un conjunto
de 300 intentos, el Dr. PEARCE acertó 119 veces.
Como hemos dicho, se trataba solamente de experiencias de sondeo a fin de que los sabios juzgasen si había
algún defecto en la experimentación. ¿Se podían explicar los resultados en aquellas condiciones por algo
diferente de PSI-GAMMA, si era excluido el azar?
Los resultados estaban sugiriendo que se avecinaba una verdadera revolución en el campo de las
investigaciones psíquicas. Sólo se habían hecho doce series de experiencias, con un total de 300 pruebas. Por el
azar era lógico esperar en 300 tentativas 60 aciertos; el Dr. PEARCE, sin embargo, había obtenido 119 aciertos,
casi la mitad de las cartas. La posibilidad de tal resultado según las estadísticas está expresada por una fracción
de uno sobre la unidad seguida de quince ceros.
Para que los no habituados a expresiones estadísticas se puedan dar cuenta de lo que significan expresiones
como «fracción de una unidad sobre la unidad seguida de 15 ceros» o 1/1015 que es exactamente la misma
expresión, bastará indicar lo siguiente: el denominador 1015 equivale al número de minutos que tiene la tierra de
existencia...
Si, de experiencias concretas como las que acabamos de citar o de las de SOAL con SHACKLETON, decimos
que la posibilidad es 1/1015, es lo mismo que decir que si los 11.000 ensayos de estas últimas experiencias se
hubiesen repetido una vez por minuto desde que el mundo es mundo, todavía sería muy improbable, de una
improbabilidad de fantasía, obtener una sola vez un resultado que se pareciese un poco al obtenido por
SHACKLETON. Como bien observa el profesor THOULESS, para conseguir por siempre acaso semejantes
resultados, se precisaría de un tiempo mucho mayor del que permite la historia del mundo (e incluso así podemos
asegurar sin ningún miedo de errar que no se conseguiría) (8).
¿Podremos entonces imaginar lo que significarán expresiones como 1/1015 que se obtuvieron en otras
experiencias de SOAL con la colaboración de la Sra. GOLDNEY y con el mismo metagnomo Basil SHACKLETON?
Y todavía estas cifras fueron sobrepasadas por las experiencias posteriores del mismo Dr. SOAL con la
metagnoma Sra. STEKART.
En fin, tal vez pueda ayudarnos a tener una idea de esos números «astronómicos» empleados en el cálculo de
probabilidades, recordar que el mayor número de protones calculados para todo el universo (!) es 1079.
Como se ve, el resultado obtenido por PEARCE es absolutamente inexplicable por el acaso. ¿A qué atribuirlo
entonces en aquellas condiciones de experimentación sino al PSI-GAMMA?
Dos años más tarde, se publicaba otra serie de experiencias de sondeo (9), esta vez con 1.550 tentativas en las
cuales se obtuvo una razón crítica de 6,87.
La expresión «razón crítica» o CR (Critical Ratio) es muy empleada en la estadística matemática aplicada a la
Parapsicología. En física o química es considerada como científicamente probatoria una posibilidad entre cien o
1/100, esto es, una razón crítica (CR) 2,33. Las razones críticas que tendremos en cuenta en este volumen son
muy superiores. Una CR de solamente (!) 5 equivale a una posibilidad contra más de tres millones (3.480.000) y
la CR 6 equivale a una contra cien millones. Como se ve, una sola unidad de más en la CR supone una diferencia
enorme en el significado expresado por ella.
Años de lucha
Como resultado de la publicación de estas primeras series de sondeos surgió la más ardiente controversia que
se conoce en el campo de la psicología en América. Algunos psicólogos profesionales se lanzaron ya a admitir e]
8 THOILESS, R. H.: «Thought transference and related phenomena», en (Proceedings of Royal Inst. Great Britain», 1951,
XXXIV.
9 RHINE, J. B.: «Some Selected Experiments in ESP», en «Journal Abnormal and Social Psychology», 1936, XXXI, págs. 21G ss.
conocimiento paranormal; otros lo negaban por causas muchas veces más personales que científicas. La polémica
fue muy encendida. RHINE y sus colaboradores sólo estuvieron atentos a ver si podían recoger algunos reparos a
sus métodos de investigación. En sus libros RHINE daba toda clase de detalles sobre las precauciones y métodos
que empleaba y los que pensaba emplear en experiencias y métodos posteriores.
El período 1937-38 fue decisivo. La polémica creció por un motivo insignificante: algunas cartas de la baraja
especial cuya edición fue autorizada por RHINE tenían un defecto de fabricación susceptible de favorecer la
hiperestesia, si no había otras rigurosas garantías en la experiencia, porque eran un poco transparentes. Con este
motivo se renovaron antiguas críticas. Fue una chispa que provocó un nuevo incendio. Numerosos Congresos de
Psicología se hicieron eco de la discusión a veces muy ampliamente. Pero hubo una ventaja: la Asociación de
Psicología Americana organizó un debate en su Congreso de Columbus (Ohio) en febrero de 1938. Se decidió
que tres opositores destacados y tres defensores de las técnicas empleadas en la investigación de la ESP
presentarían sus relaciones y después sería abierta una discusión general. Se produjo una afluencia verda-
deramente excepcional de psicólogos profesionales. A pesar de la tensión reinante, el debate fue leal y el
auditorio se mostró respetuoso con todos los puntos de vista presentados. Los oradores se dejaron de rodeos y
entraron inmediatamente en los temas fundamentales.
El Congreso de Columbus fue un acontecimiento decisivo en la historia de la investigación de PG. Las
objeciones desaparecieron. Desde entonces surgieron muy pocas críticas de importancia y ésas en genera]
perdieron su carácter agresivo. El principal fruto del Congreso de Columbus fue que los parapsicólogos pudieran
poner a] servicio de un esfuerzo constructivo una gran cantidad de energía que antes se había consagrado a la
actitud defensiva.
Varios parapsicólogos de todo el mundo se entregaron al trabajo siguiendo las normas de RHINE O con las
variantes introducidas después de todas las críticas. El trabajo conjunto de todos sería lo que habría de demostrar
definitivamente si existía o no PSI-GAMMA.
Para facilitar los cálculos se usaron generalmente cartas de una baraja especial. Se trataba de 25 cartas con
cinco tipos de dibujos: estrella, rectángulo, cruz, círculo y líneas onduladas. La baraja era conocida
universalmente con el nombre de cartas ZENER (el inventor) o cartas ESP (pues se destinaban al estudio de la
«Extra-Sensory Perception»), o cartas RHINE O cartas DUKE (la Universidad donde nacieron). De tiempo en
tiempo se hicieron ligeras variaciones en estos dibujos. El Dr. C. R. CARPENTER, del Colegio Bard, y su colega,
el matemático H. R.
PHALENG complicaron las cartas ZENER, pintándolas con cinco colores.
Es imposible enumerar todas las precauciones que se fueron introduciendo, ya indicamos algunas al describir
las experiencias preliminares y poco a poco iremos indicando otras. Ahora sólo señalamos algunas precauciones
más generales como la de cerrar a veces cada carta en un grueso sobre opaco y sellado; otras veces toda la baraja,
en bloque, era guardada en una caja completamente opaca, debiendo el percipiente averiguar el orden en que
estaban colocadas las cartas en el bloque. Para barajar más «a conciencia», antes de la prueba se inventaron
aparatos mecánicos especiales; las condiciones particulares del experimento se cambiaban frecuentemente a fin
de evitar todo posible influjo en el resultado. En fin, se salía al encuentro de mil críticas, frecuentemente sólo
para apaciguar a los adversarios más acérrimos.
Una modificación fundamenta], a diferencia de los metapsi-quicos, fue la de repetir las experiencias hasta
alcanzar números «astronómicos» a fin de poder aplicar con plena garantía el cálculo de probabilidades.
Efectivamente: basándose en un pequeño periódico titulado «Monaco» que publica el resultado de todas las
partidas de ruleta de Montecarlo, el Dr. Karl PEARSON demostró que pocas docenas no son suficientes para
aplicar con garantías el cálculo de probabilidades. PEARSON comprobó que el número de veces que salía cada
uno de los 37 números incluyendo el 0, difería en algo de lo que se podía esperar por el azar (10).
¿El juego de ruleta no es de azar? No es esta la consecuencia sino que el número de veces que salía cada
número en una semana no era suficientemente grande para aplicar con garantía el cálculo de probabilidades. Por
eso, los parapsicólogos no se contentaron con pocas decenas ni siquiera con pocas centenas. En el afán de una
prueba crucial llegaron a sumar millares, muchos millares de pruebas. Sumando las de unos y otros se llegó a
muchos millones. Con cantidades grandes el cálculo de probabilidades tiene valor absolutamente científico.
10 Citado por CARINGTON, Whately, trad. de PLANIOL: «La télépathie, faits, théories, implications», Paris, Payot, 1948.
¿Los resultados? Evidentemente que si eran favorables quedaría demostrado PSI-GAMMA, cerrando toda
posibilidad a la crítica; y si no eran significativos, había grandes posibilidades de que PSI-GAMMA fuese un mito
ya que los resultados eran negativos en circunstancias severas de experimentación.
Los vencedores
De 1934 a 1940 se hicieron, solamente en la Universidad de DUKE, 2.966.348 tentativas, con resultados
altamente satisfactorios según el cálculo de probabilidades.
RHINE se empeñó en que la evaluación estadística fuese analizada por especialistas: Dres. J. A.
GREENWOOD, profesor de estadística de la Universidad DUKE; S. G. SOAL, profesor de la Universidad de
Londres; FISHER, también profesor en Londres...
A las experiencias de RHINE y sus colaboradores es preciso añadir las realizadas por otros parapsicólogos.
Citaré apenas algunas de las más famosas entre los pioneros en las diversas, técnicas de experimentación, y de
carácter más general. De las experiencias con una finalidad más particular nos ocuparemos al tratar, más
adelante, de los aspectos particulares de PSI-GAMMA.
El matemático inglés S. G. SOAL era un escéptico declarado e impenitente. Para comprobar las afirmaciones
de los meta-psíquicos había realizado una serie de experiencias desde 1927 a 1929 con resultados nulos. Estudió
todas las condiciones de experimentación de la Escuela RHINE, añadió las que le sugirió su desconfianza después
de largo y profundo estudio, y se lanzó a investigar por su cuenta, pretendiendo desacreditar la Parapsicología.
Puesto que RHINE afirmaba que la facultad PSI-GAMMA se encontraba en todos los hombres, sería lógico
encontrar alguna manifestación mayor o menor si se experimentaba con bastantes personas. SOAL investigó con
160 sujetos no escogidos. Sus experiencias metódicas, pacientes, a conciencia, merecieron que Robert AMADOU
calificase a SOAL como un «modelo de experimentador científico». La Universidad de Londres le otorgó per
estas experiencias el título de doctor en ciencias.
Los resultados de los cinco primeros años, 1934-39, fueron sin embargo juzgados nulos (11). Pero esto fue un
error por no tener en cuenta el llamado «efecto de deslocamiente» (12).
Advertido por el Dr. W. CARINGTON de este posible fallo, SOAL, después de la Segunda Guerra Mundial,
volvió a experimentar con un sujeto excepcional, el Sr. Basil SHACKLETON. En este sujeto de experimentación se
había observado un notable efecto de deslocamiento en las experiencias anteriores. Ahora se realizaron con él
3.789 intentos. Los resultados, corregido el fallo de observación, fueron tan significativos que la posibilidad de
obtenerlos por azar está expresada por uno contra la unidad seguida de treinta y cinco ceros, 1/1035. No hay duda
de que el «escéptico empedernido» Dr. SOAL se convirtió en un paladín de la facultad PSI-GAMMA.
Abiertamente escéptico era también el Dr. RIESS. Después de haber hecho apasionadas críticas contra PSI-
GAMMA en una de sus clases del «Hunter College» de Nueva York, fue desafiado por un estudiante conocedor de
los resultados obtenidos al estudiar por sí mismo el problema. El Dr. RIESS aceptó confiadamente el desafío
pretendiendo demostrar así que no había tenido fundamento la aceptación de PSI-GAMMA por los científicos.
RIESS optó por el conocido sistema de relojes sincronizados, estando el experimentado y el percipiente
en edificios distantes medio kilómetro. El propio Dr. RIESS fue el experimentador. El sujeto era excepcional,
una joven de gran fama como percipiente. Su facultad especial se debía sin duda a su peculiar estado de
salud. La enfermedad declarada la obligó a interrumpir las experiencias. Restablecida, dejó de destacarse
como percipiente. Los resultados anteriores a la fiebre fueron fantásticos: una vez acertó todas las cartas del
mazo de 25, y varias veces consiguió pasar de 20 aciertos. La media obtenida en 1.850 tentativas fue de 18
aciertos en cada baraja de 25 cartas.
Lo que se podía esperar, según el cálculo de probabilidades, sería cinco aciertos en cada 25 cartas. La razón
crítica es de 53,57 (!!). Es la media más alta obtenida hasta el presente en experiencias sistemáticas (13). No es
preciso decir que el escéptico Dr. R i E S S se convirtió también en un defensor de la ESP.
El récord de paciencia e investigación se dio en la Universidad del Colorado. La joven parapsicóloga Srta.
Dorothy MARTIN y la matemática Sra. Francis P. STRIBIC fueron las protagonistas. Las experiencias duraron tres
años. Experimentaron con 332 estudiantes voluntarios, hicieron 300.000 tentativas, de las cuales 87.000 con un
mismo sujeto destacado entre los demás estudiantes como mejor percipiente, aunque no excepcional.
11 SOAL, S. G., publicó estas primeras experiencias en: «Proc. S. P. P » , 1940, XL, págs. 165 ss., y XLVI, págs. 152 ss.
12 No se averigua la carta «testigo», sino que se averigua sistemáticamente la carta siguiente, o la carta colocada dos, tres, etc.,
puestos más allá de la carta «testigo».
13 RIESS, Bernard F.: «A Case of Highs Score in Card Guessing at a Distance» , en (Journal of Para psychology» («jnl. P.»),
1937, I, paginas 260 ss.
La paciencia de los experimentadores fue asombrosa, no sólo por el número de experiencias, sino
principalmente por la lentitud y meticulosidad con que se efectuaba el control.
Para cada experiencia de 25 tentativas se controlaba la baraja dos veces. Durante la experiencia la
baraja estaba escondida bajo una especie de pantalla opaca, debiendo el sujeto adivinar el orden de toda la
baraja colocada aleatoriamente en bloque. Después de cada experiencia se controlaba el resultado dos
veces. Primero se obtenía el cálculo positivo y después el negativo.
La paciencia tuvo su recompensa científica. Aunque sólo existiesen estas experiencias, la ESP tenía que ser
admitida como probada. En tan gran número de experimentos el cálculo de probabilidades tiene un valor
incontestable; el acaso en los aciertos queda determinado matemáticamente por una media de cinco aciertos en
cada 25 cartas. Ahora bien, aquellos sujetos no escogidos, en 300.000 intentos dieron una media de 5,83 com-
pletamente imposible de explicar sin admitir la ESP. En el mejor sujeto, que no era excepcional, se dio una media
de 6,85 en 87.000 intentos (14). Científicamente cualquier otra explicación que no sea la ESP resulta ridícula e
imposible.
El Dr. CRESSAC hizo desde 1946, 1.000 tentativas en dos series. Utilizó baraja corriente de 40 cartas, 10
figuras y 4 palos. Experimentó con 57 sujetos. Estos deberían tener coincidencias por medio de lo que Rene
WARCOLLIER llamó «reencuentro telepático». Pues bien, las coincidencias perfectas, en símbolo y palo, fueron
109 más de lo que se esperaba según el cálculo de probabilidades (15). Y, considerando sólo las coincidencias de
palo, se obtuvieron 850 más de las previsibles por el acaso (16).
Son interesantísimas las experiencias del Dr. Whately CARINGTON.
A partir de 1939, a las 7 de la tarde, CARINGTON dibujaba alguna cosa sencilla con tinta negra sobre
un papel blanco. El dibujo era fijado en su mesa de trabajo y permanecía allí hasta la mañana siguiente.
Para que el motivo del dibujo no se pudiese sospechar por otros caminos, se escogía así: se sacaba al
acaso un número de una tabla; después se abría un diccionario en la página correspondiente a dicho
número; la primera palabra apta para ser dibujada era la escogida. Los percipientes, cuando se les ocurría
entre esas horas, dibujaban alguna cosa, intentando por absurdo que les pareciese reproducir el dibujo que
el Dr. CARINGTON conservaba en su escritorio.
Es claro que se tomaron todas las precauciones imaginarias para impedir cualquier fraude, pues tratándose de
buenos metagnomos, éste podría ser inconsciente o al menos irresponsable. Se realizaron siete series principales
con 741 sujetos y una octava serie con 430: un total por tanto de 5.617 tentativas (contando solamente las
principales y prescindiendo de las otras de preparación, también significativas, hasta un total de 53.270).
Los dibujos, el original y la imitación, eran entregados a árbitros especializados. Los resultados fueron
claramente positivos (17). Volveremos más adelante a algunas de estas experiencias.
Merecen citarse también, por la originalidad del método, las experiencias del Dr. F l S K con las llamadas
«cartas-reloj». Las primeras experiencias del Dr. F l S K se realizaron según los métodos tradicionales de la
Escuela de RHINE. El Dr. F l S K contó con la colaboración de los Dres. WEST y MITCHELL. En la búsqueda de
sujetos especialmente dotados, invitó durante dos años (1949-50) a cuantas personas quisiesen realizar
experiencias de ESP en manera más familiar. Se les enviaba por correo las barajas especiales, hojas para registros
de los resultados y cuantas instrucciones necesitasen. Se prestaron al trabajo 235 personas que se juzgaban aptas.
Al final, una solamente, la Sra. M . B . fue escogida, destacada entre todas las demás (18).
El Dr. MITCHELL miembro de la «S.P.R.». continuó las experiencias con la Sra. M. B. Las primeras cuatro
series, hasta un total de 400 tentativas, se obtuvo una media de 12 aciertos sobro 25 cartas: probabilidad de
14 MARTIN, D. R., y STRIBIC, F. P.: «Studies in ESP», en «Journal Parapsychology», 1938, II, pags. 23 ss. y 287 ss.
15 CARINGTON, W., o. c, pág. 173.
16 CRESSAC trazó la curva de los desvíos positivo y negativo. Esta curva, si influyese apenas el acaso, debería tender a
aproximarse asintóticamente a la derecha de los reencuentros probables. Sin embargo, la curva se iba apartando regularmente, lo
que prueba sin duda alguna la intervención de la facultad PSI-GAMMA. CRESSAC, Vizconde Bertrand de: «La Démonstration
Experiméntale de la Telépathie», en (Sciences Métapsychiques», 1946, 1, págs. 7 ss., y II, págs. 3 ss. «Cahiers Métapsychi-ques», 1950,
II, págs. 9 ss.; III, págs. 1 ss.; IV, págs. 4 ss. Respuesta a diversas objeciones, ibidem, 1951, V, págs. 7 ss.; VI, págs. 9 ss.
17 CARINGTON, W.: Una serie de artículos en «Proceedings of Society for Psichical Research», XXIV, págs. 3 ss.; XLII, págs. 173
ss.; XLVI, págs. 319 ss.; XLIV, págs. 189 ss.; XLV1, págs. 34 ss. y 277 ss.
18 FISK, G. W.: «Home Testing ESP Expenments», en «Journal of Society for Psychical Research», 1951, XXXVI, págs. 369 ss. y
518 ss.
1/5x100». Y, de repente, la facultad psigámmica de la Sra. M. B. dejó de actuar, volviendo al nivel de
probabilidad en las experiencias siguientes (19). (PSI-GAM-MA es incontrolable e inconstante).
Después de estas experiencias y para determinar el llamado «efecto de deslocamiento» el Dr. FISK comenzó
un tipo nuevo de experimentación a base de «cartas-reloj».
Cada carta representaba la esfera de un reloj y una aguja indicaba una de las 12 horas. La baraja
constaba, pues, de 12 cartas diferentes, correspondientes a cada hora, 17 personas intentaron adivinar el
orden aleatorio en que se habían colocado las cartas-reloj en un paquete sellado. Entre estas personas,
sólo apareció un sujeto «dotado» (20).
La probabilidad de obtener el éxito alcanzado por el metagnomo Sr. S. M. en una serie de 240 tentativas, está
expresada por la fracción 1/300.000.
En experiencias posteriores (21), de 20 sujetos, 10 no obtuvieron resultados mayores que los esperados por el
azar, mientras que los otros 10 obtuvieron el éxito expresado por una posibilidad contra 6.000.
Hemos citado sólo las experiencias más destacadas de los pioneros en diversos aspectos. Podríamos citar
miles de otras experiencias u otros muchos métodos también plenamente científicos.
Aspecto estadístico
Se hicieron famosas entre los adversarios de PG las críticas que Georges Spencer BROWN hizo en emisiones
de radio.
La crítica de BROWN sugiere que la teoría de las probabilidades, fundada sobre la noción de distribución
casual, no siempre se aplica en la práctica. Las series de resultados proporcionados por la ruleta, los selectores
electrónicos y otros, no siempre se conforman al cálculo ideal de probabilidades.
Objeta también BROWN que el «superávit» sobre el acaso obtenido por los metagnomos sólo aparecería
cuando se hacen enormes cantidades de pruebas, pero que tal «superávit» pasaría desapercibido en la
experimentación científica ordinaria, que no hace tan gran número de experiencias. Con cantidades grandes ese
«superávit» se debería únicamente a «singularidades matemáticas».
Pero tales críticas no tienen fundamento... Como observa el Dr. SOAL (23) sólo podríamos conceder razón a
BROWN cuando la probabilidad de obtener por acaso semejantes resultados es una fracción pequeña: una
posibilidad sobre 100 o sobre 200.
19 MITCHELL, A. M. J.: «Home Testing ESP Experiments». en «Journal of Society for Psychical Research», 1953, XXXVII,
págs. 115 ss.
20 FISK, G. W. y MITCHELL, A. M. J.: «ESP Experiments in Clock- Cards», en «Journal of Society for Psychical Research»,
1953, XXXVII, pass. 1 ss. v 95 ss.
21 WEST, O. J. y FISK, G. W.: «A dual Experiment ESP with Ciok-Cards». en «Journal of Society for Psychical Research», 1953,
XXXVII, págs. "185 ss.
22 Sobre los métodos estadísticos empleados en Parapsicología, cfr. principalmente: RHINE, J. B.: «Extra-
Sensory... Years», o. c, caps. II, VII, VIII y IX (debidos al matemático de la Universidad Duke, Dr. J. A. GREENWOOD).
FISHER, R. A.: «Statistical Methods for Research Workers», nueva edición, Londres, Oliver and Boyd, 1948. Y en
«Proceedings of Society for Psychical Research», 1924, XXXIV, págs. 181 ss. PRATT y BIRGE: «The Appraisal of
Verbal Test Material», en «Journal of Parapsychology», 1948, XII, págs. 236 ss.
Sobre el cálculo de probabilidades en casos espontáneos, cfr.: SALT-MARSH y SOAL: «A Method of Estimating the
Supranormal Contents of Mediumnistic Communications, en «Proceedings of Societv for Psvchical Research», 1930,
XXXIX, págs. 266 ss.
23 SOAL, S. G.: «L'ESP est-elle una singularité statistique? », trabajo presentado en el Primer Coloquio Internacional de
Parapsicología, de TJtxech, y resumido por AMADOU, Robert, en «La Science et le paranormal. Le l.er Colloque International de
Parapsychologie (Utrech, 1953). Les entretiens de Saint-Paul-de-Vence (1954). Comptes rendues et rapports publiés et présentés par
Robert AMADOU», París, Inst. Mete Int.», 1955, págs. 101-112.
La crítica antes citada de que sólo aparece el «superávit» en series muy grandes de pruebas, es francamente
desconcertante. Es precisamente entonces cuando el cálculo de probabilidades es de una fuerza irrefutable,
incluso cuando la media del «superávit» sea bastante pequeña: una media, por ejemplo, de 6 aciertos sobre 25
cartas, en vez de 5 sobre 25. Este «superávit» aparentemente pequeño, en series muy grandes sólo tiene una
posibilidad sobre trillones, esto es, no puede deberse al acaso.
Tal vez BROWN llame series largas las que en Parapsicología se llaman series cortas, series por ejemplo de
200 pruebas. En series pequeñas es evidente que si el mefagr.omo acierta, por ejemplo, 41 ó 42 veces en vez de
40 posibles por acaso, el éxito es sospechoso. No probaría. No se puede exigir que el ideal teórico del cálculo de
probabilidades se adapte tan escrictamente a la práctica. Pero (nuevamente según SOAI) si en vez de acertar 40
cartas, acierta 55 ó 70 «aun en un número tan pequeño de pruebas (200), el resultado no casual es más evidente
que en la mayoría de las experiencias realizadas en Biología o en Psicología». Efectivamente, el resultado de 77
sobre 200, por ejemplo, solamente tiene una probabilidad entre 500.000 de ser obtenido, si no interviene más que
el acaso. Y como este ejemplo concreto entre las experiencias del Dr. SOAL, podríamos citar también otras
semejantes de TYRRELL, MARTIN, STRIETC, etc.
En otras ramas de la ciencia se admiten estadísticamente como incontrovertibles resultados mucho menores:
cada año se publican en libros o revistas trabajos que descansan en una posibilidad entre varias centenas o, como
máximo, entre mil. Spencer BROWN no encontró motivo para protestar. Los especialistas en estadística
matemática han probado que tal cálculo es absolutamente válido.
Spencer BROWN no pretendió ciertamente atacar el valor científico del cálculo de probabilidades. Sus críticas
jamás podrían hacer frente a las contracríticas de los especialistas en estadística. Creyó, suponemos nosotros, que
los resultados obtenidos en Parapsicología serían otra cosa... Fue una (distracción» del eminente colaborador de
investigaciones estadísticas en la Universidad de Oxford: «Quardoque bonus dormitat Homerus» («a veces
también se duerme el bueno de Homero»).
Pero los resultados obtenidos en Parapsicología eran ciertamente otra cosa muy diferente de los que supuso
BROWN.
En 1937 el Congreso Internacional de Estadística Matemática, reunido en Indianápolis, estudió a fondo y
aprobó sin reservas los métodos estadísticos que se estaban empleando y los que se iban a emplear en la
investigación parapsicología.
Un año más tarde, nuevamente se discutía de raíz el problema en el Instituto de Estadística Matemática: su
presidente, el Dr. Burton H. CHAMP concluyó, resumiendo el parecer de sus colegas: «Las investigaciones del
Dr. RHINE presentan dos aspectos: el experimenta] y el matemático. Es evidente que nosotros, matemáticos, no
somos competentes en el aspecto experimental. Pero en relación con el aspecto estadístico, nuestro trabajo
matemático concluyó que... el análisis estadístico es completamente válido. Si las investigaciones de RHINE
deben ser atacadas lealmente, podrá ser en otro terreno, pero no en el matemático» (24).
Por otra parte, los parapsicólogos modernos consideran y tienen otros argumentos experimentales en favor de
sus métodos de cálculo.
Modificadas las condiciones de la experimentación, se modifican los resultados. MARTIN, STRIBÍC,
TYRRELL, STEWART, SOAL, etc., comprobaron el hecho en sus experimentos. Así por ejemplo, el Dr. SOAL,
desde 1945 hasta 1949 fue alternando con su sujeto B. SHACKLETON los experimentos con agentes telepáticos
y suprimiendo el agente telepático. De esta manera se realizaron 26 series de 200 tentativas cada una. Pues bien,
Basil SHACKLETON, cuando no había agente telepático, o sea, cuando nadie miraba las cartas que él debía
adivinar, obtenía una media visiblemente próxima a la probable por azar: en total, estando previstos por el
cálculo de probabilidades 520 aciertos, obtuvo 509: diferencia 11. Pero cuando intervenía el agente telepático
los resultados superaban nítidamente el atribuíble al acaso: en vez de obtener 520 aciertos, marcados por el
cálculo de probabilidades, obtuvo 707: diferencia, 187. Para este número hay una probabilidad entre 1019: es
imposible que se deba al acaso... Si los resultados obtenidos se debiesen a una singularidad matemática, como
quería BROWN, ¿cómo iban a ser influenciados por la mutación de las condiciones de experimentación? (25).
24 Los trabajos presentados al Instituto de Estadística Matemática, íueron publicados en las revistas de Parapsicología:
«Journal oí Para-psychology», 1937, I, págs. 191 ss. y 305 ss. (aquí se encuentran las conclusiones formuladas por el Presidente Sr.
Burton H. CHAMP, que hemos citado); ibidem, págs. 206 ss. (trabajo del Dr. GREENWOOD); 1938, II, págs. 247 ss. (trabajo del Dr. T.
N. E. GREVILLE); 1949, I. págs. 4 ss. (trabajo del Dr. T. N. E. GREVILLE). «Revue Métapsychique», 1938, VI, págs. 361 ss. (trabajo del
Dr. SOAL, resumido por WARCOLLIER).
25 SOAL, S. G. (AMADOU, Robert): «La Science...», o. c, pág. 104.
Continuando con las observaciones del Dr. SOAL: la misma influencia en los resultados se percibe cuando se
cambia el tipo de metagnomo. Así, el Dr. B. M. HUMPHREY comprobó, en seis series de experiencias, que los
sujetos «expansivos», «extrovertidos», obtenían medias positivas en la adivinación de imágenes contenidas en
sobres cerrados, mientras que los sujetos «comprehensivos», «introvertidos», obtenían resultados negativos. Las
diferencias entre ambos fueron tan significativas que sólo presentaban una probabilidad entre 300.000 de ser
debidas al acaso. Se explica que la personalidad ejerza un influjo en la manifestación de la facultad
parapsicológica, pero ¿cómo se podría explicar que una simple seguridad matemática se acomodase tan
marcadamente a los dos temperamentos distintos?
Sin duda, influyen los diversos agentes telepáticos: SHACKLETON obtenía constantemente éxitos con tres
agentes y fracasos constantes con otros doce que habían experimentado. El otro metagnomo del Dr. SOAL, la Sra.
STEWART, con las mismas listas aleatorias empleadas con su colega, obtenía éxito constante con quince personas
ensayadas como agentes, y fracasaba con las otras quince. ¿Cómo se explicaría si todo fuese una mera
singularidad matemática?
Si se tratase sólo de una propiedad de la distribución estadística, ¿cómo explicar que con metagnomos se
obtuviesen éxitos 41 sombrosos y que la mayoría de las personas no sobrepasasen el azar? La estadística
¿distingue entre las personas? Debemos recordar que de 1934 a 1939 S. G. SOAL sometió a 160 personas a la
prueba PG con cartas ZENER y verificó que los resultados de más de 120.000 tentativas estaban en excelente
acuerdo con lo que se podía esperar por el acaso. Ahora bien: una mera singularidad estadística no podría
ciertamente hacer diferencias entre los sujetos y, no obstante, dos de aquellas 160 personas, precisamente las dos
que afirmaban haber realizado fenómenos paranormales antes de ser experimentadas, obtenían en 1936
resultados muy elevados en relación a la media probable.
Y todavía resulta más inexplicable, según la teoría de Spencer BROWN, que SHACKLETON y la señora
STEWART, experimentados de nuevo algunos años más tarde, hayan continuado ambos, semana tras semana, año
tras año, superando las leyes de] azar con razones críticas siempre crecientes. Si fuese exacta la teoría del señor
Spencer BROWN, sería de esperar que alguna vez todas las otras 158 personas hubiesen realizado semejantes
«milagros experimentales».
Esta persistencia de- los resultados no imputables al acaso, que se descubre en algunas raras personas, es
ilustrada por el estudio de MARTIN y STRIBIC. Estos experimentadores han constatado que sobre 322 personas
estudiadas, solamente tres seguían manifestando el efecto ESP durante un período de varios meses o de años»
(26).
Podríanse presentar más consideraciones, tomadas del análisis de las mismas experiencias. El Dr. SOAL las
presenta en su contracrítica a la crítica precipitada del Dr. BROWN, tantas veces repetida sin conocimiento de
causa.
Contrapruebas experimentales
Otra excelente contraprueba hicieron las Dras. MARTIN y STRIBIC. SU excelente metagnomo C.
JENCKS estaba sentado a uno de los lados de un panel. En el otro se sentaba el experimentador. Diez
juegos de cartas ZENER barajadas eran colocados en una hilera. Uno de estos juegos o mazos era entonces
aislado de los otros y colocado junto al panel, en medio del borde inferior. El metagnomo JENCKS que no
había visto ninguno de los paquetes, procuraba nombrar las cartas de arriba abajo (método DT) (28).
Terminada esta prueba se retiraba el mazo y se colocaba otro. Así fueron separados 110 mazos (29).
El Sr. JENCKS obtuvo una media de 8,17 aciertos sobre 25 cartas en vez de 5 sobre 25: un total de 349
aciertos por encima de lo que se esperaba por matemáticas, o sea, dando una razón crítica de 16.
Pues bien, comparando la respuesta del sujeto en cada prueba con las cartas de los otros 109 paquetes, la
media de coincidencia sobre cada 25 cartas es solamente de 5,02 (conforme al acaso) mientras que los aciertos o
coincidencias en relación con cada paquete aislado fue, como dijimos, de una media de 8,17. Esta diferencia
muestra claramente que es imposible aplicar aquí la «singular» teoría de las «singularidades matemáticas» (30).
El Dr. SOAL nos refiere su propia contraprueba experimental tanto en las experiencias con SHACKLETON
como con la señora STEWART. LOS metagnomos superaban el acaso muy notoriamente durante largas series de
hasta 33.500 intentos, procurando acertar en cada serie el orden de la correspondiente lista aleatoria. Pero,
aplicando esos (presentimientos» no a la lista propuesta en cada prueba, sino a otras listas aleatorias, no vistas
entonces, su resultado era el esperado por el acaso. ¿Cómo explicaría esto según las teorías de que todo era una
«singularidad matemática»? Si hubiese cualquier «singularidad matemática» aplicable al caso, infaliblemente se
verificaría en la contraprueba.
Así, pues, el aspecto estadístico en las experiencias para-psicológicas es completamente científico e
inquebrantable, como atestiguan los especialistas en estadística matemática reunidos en congresos, como
demuestran diversas consideraciones de las mismas experiencias parapsicológicas, como, finalmente, demuestran
también las contrapruebas experimentales realizadas.
El aspecto experimental
Lo que se debe decir del aspecto experimenta] propiamente dicho, se desprende claramente de las
precauciones que se tomaron y que hemos descrito sumarísimamente. Pero también éstas fueron estudiadas y
aprobadas expresamente. En agosto de 1953 se realizó en la Universidad de Utrech (Holanda) el Primer Coloquio
Internacional de Parapsicología, bajo la presidencia del Dr. H. H. H. PRICE, de la Universidad de Oxford.
Especialistas de catorce países analizaron, desde todos los puntos de vista, las condiciones de
experimentación. Teólogos, filósofos, físicos, químicos, médicos, psicólogos, psicoanalistas, psiquiatras,
ingenieros, matemáticos, etc. Especialistas escogidos participaron en el Congreso o enviaron sus comunicaciones,
estudiando el problema con vivo interés.
El resultado del análisis está bien expresado por las palabras del Dr. SCHAEFER, profesor de Fisiología y
Director del Laboratorio Fisiológico de la Universidad de Heidelberg (Alemania), que participó en el coloquio:
«Las experiencias de RHINE (y de sus continuadores, añadimos nosotros) han establecido la existencia de los
fenómenos paranormales» (31) de conocimiento. El psicólogo de Cambridge, Dr. THOULESS, es todavía más ex-
28 Método DT, esto es «down through» en inglés, .que significa «hacia abajo y a través».
29 MARTIN, D. R. y STRIBIC, F. P.: «A Review of All University of Colorado Experiments on ESP», en «Journal of
Parapsychology», IV, 1940. Cfr. también: SOAL, S. G. (AMADOU, Robert): «La Science.!.», o. c, págs. 108 ss.
30 En estas experiencias tal vez no se excluya completamente la hiperestesia, aunque ésta sea muy poco probable si
consideramos que además del panel separador, las cartas estaban colocadas en bloque; ¿cómo no se mezclarían cualquier tipo de
«emanaciones» físicas provenientes de las cartas? Pero aquí lo que nos interesa es el aspecto estadístico para el cual evidentemente no
importa que se trate de hiperestesia o de PG.
31 SCHAEFER, Hans: Relación presentada al I Coloquio Internacional de Parapsicología (Utrech, 1953). Las relaciones de]
Congreso fueron publicadas por: OSBORN, Edward y ZORAB, George, Edición de la Universidad Real de Utrech, Utrech, 1954
(edición inglesa). Nosotros usárnosla edición francesa: por AMADOU, Robert: «La Science...», o. c , en la cual la relación de SCHAEFER
está en las págs. 23 ss.
presivo, al exponer la conclusión del Congreso: «Las recientes experiencias de RHINE, de sus colaboradores, de
SOAL, de TYRRELL, W. CARRINGTON... hacen desaparecer toda duda... sobre la realidad del fenómeno (PSI-
GAMMA) Las conclusiones son ahora tan decisivas que sólo la ignorancia de los resultados experimentales puede
explicar el escepticismo» (32).
Pero debemos tener una cosa en cuenta: como veremos más adelante, la emotividad, la importancia de los
objetos, los afectos o el parentesco entre el agente y el percipiente, etc., son factores que influyen mucho en PSI-
GAMMA. Por el contrario, la frialdad de las experiencias de laboratorio, la banalidad del objeto (dibujos, cartas
ZENER, etc.), las relaciones académicas entre metagnomo y experimentador, dificultan la experiencia. Pero
precisamente esta consideración da mayor valor a los resultados obtenidos; si en esas condiciones tan sumamente
desfavorables el resultado ha sido tan sorprendente, ¡cuánto mayor sería si las condiciones de experimentación
pudiesen ser más favorables a la manifestación de PG!
Sumemos ahora los millares de casos espontáneos recogidos en las encuestas y revistas científicas,
las experiencias en el gabinete del médico magnetista o hipnotista, bastantes observaciones y
experimentos de los metapsíquicos, los millones de experiencias de los parapsicólogos... Pocas
verdades de la Física o de la Biología estarán tan demostradas como que existe en el hombre una
facultad de conocimiento diferente de cuanto la ciencia puede atribuir a los sentidos.
Esta facultad ha sido científicamente demostrada v científicamente reconocida.
Como nombre científico y oficial de esa facultad de conocimiento par anormal, nueva en la ciencia,
se puede usar: «Percepción extra-sensorial» o su sigla «ESP», v más preferentemente, «PSI-GAMMA»
o su sigla «PG».
32 THOULESS, R. H.: SUS comentarios sobre el Congreso de Utrech fueron publicados en: «British Journal oí Parapsvchology»,
1942, XXXIII, julio, parte I.
14 PSI-GAMMA Y DISTANCIA
Acabamos de ver que el hombre posee una facultad de conocimiento capaz de pasar los límites del
conocimiento sensorial. De la misma índole de PSI-GAMMA surgió esta incógnita: esta facultad ¿estaría
condicionada por la distancia, como los fenómenos físicos, o no?
Les casos espontáneos
En el concienzudo examen de millares de casos espontáneos, los para psicólogos de la Duke no encontraron
vinculación alguna entre la distancia y el resultado psigámmico. Tendremos ocasión de ver muchos casos
espontáneos bien comprobados, en que los fenómenos psigámmicos dan resultados iguales, tanto a corta como a
larga distancia. Ahora nos reduciremos a unas pocas experiencias de laboratorio.
Experiencias aisladas
Experiencias realizadas a una distancia de pocos metros, existían en gran cantidad. No aparecía diferencia
sistemática entre los resultados obtenidos. Nótese que la media más alta obtenida en Parapsicología
experimentalmente, 18 aciertos sobre 25 cartas, en un total de 1.850, en las experiencias ya referidas del Dr.
RIESS, fue obtenida a una distancia de 500 metros. Era preciso, sin embargo, experimentar a una distancia de
kilómetros.
SINCLAIR experimentó a 50 kilómetros entre agente y per-cipiente. La Sra. SINCLAIR debía averiguar cuál
era el dibujo que tenía en la mano su marido ausente. Realizó 290 tentativas, con 65 éxitos completos, 155
éxitos parciales y sólo 70 fracasos. Es asombrosa la semejanza entre los dibujos originales de Up-ton SINCLAIR y
las reproducciones telepáticas realizadas por su esposa (1).
Ya antes, los Dres. USHER y BURT habían experimentado con éxito a la distancia entre Bristol y Londres y
después, entre Braga y Londres, esto es, una distancia de 180 y 380 kilómetros respectivamente. Las pruebas
fueron pocas: sólo 30. Los experimentadores comprendieron que los resultados eran significativos, pero
reconocieron la dificultad de evaluar matemáticamente la semejanza o desemejanza de los dibujos (2). Más tarde,
W. CARINGTON, con los modernos sistemas estadísticos estableció la posibilidad de uno contra 178 (3). No muy
significativa. Pero lo interesante es que no hubo diferencia apreciable entre los resultados obtenidos a 180
kilómetros y los obtenidos a 380 kilómetros. En otras experiencias anteriores no aparecieron diferencias
sistemáticas, ni comparadas entre sí, ni con las experiencias de PSI-GAMMA de los modernos parapsicólogos.
Experiencias comparativas
1 SINCLAIR, Upton: «Mental Radio, does it work and how» Los Angeles, 1929.
Estas experiencias, realizadas por aficionados, fueron, sin embargo, científicamente analizadas: «The SINCLAIR Experiments
Demonstrating Telepathy», en «B. S. P. R.», 1932, XVI, Abril.
2 USHER, F. L., y BURT, E. L.: «Quelques experiences de transmission de pensée á grande distance», en «A. S. P.», 1910, I.
3 CARINGTON, Whately: «Telepathv and Outline of its Facts, Theory and Implications», Londres, Methuen and Co., 1945.
Nosotros citamos por la traducción francesa de PLANIOL: «La Telepathic, faits. theories, implications*, París, Payot, 1948, págs. 29
ss.
Por su parte, la metagnoma señorita TOURNER consigue una media de 8 aciertos a 2 ó 3 metros de distancia
de la agente, señorita OWNBEY; y a 400 kilómetros, aumenta la media a 10 aciertos por cada 25 cartas, en un
total de 200 intentos. En experiencias posteriores se verificó una declinación paulatina, a pesar de no modificarse
la distancia, que fue siempre de 400 kilómetros (4). Los descensos o aumentos, modificadas las distancias, se
acomodan a lo observado generalmente en las experiencias sin cambio de las distancias. Es imposible establecer
variaciones sistemáticas debidas a la distancia.
Vimos que uno de los sujetos del Dr. SOAL, la Sra. STEWART, obtuvo éxitos altamente significativos a pocos
metros de distancia entre agente y percipiente. El mismo metagnomo, Sra. STEWART, estando en Anvers
(Bélgica) mientras los experimentadores, Dres. SOAL y BATEMAN estaban en Inglaterra, obtuvo en casi 1.000
pruebas tal éxito, que sólo habría una probabilidad contra cien mil millones si se debiera al azar. El cambio de
lugar del agente y del objeto-testigo, no modificó en nada el resultado de las experiencias (5).
En la Universidad de Harward, el Dr. KAHN dirigió un conjunto de 43.278 intentos con 100 sujetos
diferentes. Los sujetos estaban separados de los objetos-testigo por distancias que oscilaban entre 2 y 750
kilómetros. La razón crítica media fue de 3,14, equivalente a una posibilidad entre 2.000. Y, consideradas
aisladamente las experiencias hechas a mayor distancia, hay una probabilidad sobre el azar de uno por 10.000.
Notemos que en estas experiencias, los resultados eran registrados automáticamente por máquinas electrónicas,
para evitar todo fallo accidental o intencional irresponsable (6).
Un grupo de investigadores del «Tarkio College» (Missouri) y de la Universidad Duke, realizaron
experimentos con diversos sujetos, diseminados por distintos lugares de los Estados Unidos.
Los investigadores frecuentemente desconocían a los sujetos con quienes experimentaban. Las
instrucciones eran enviadas por correo y de la misma manera se recibían las respuestas. Los símbolos
ZENER eran expuestos a intervalos combinados en los laboratorios de los investigadores. Los sujetos
debían tratar de averiguar (y anotar inmediatamente) las cartas que juzgasen que estaban expuestas en
cada momento (7).
En todo este conjunto de experiencias, que oscilaban entre los pocos metros y hasta mil y más kilómetros, los
resultados se mostraron independientes de la distancia, apreciablemente idénticos entre sí e idénticos a los otros
resultados obtenidos en experiencias de laboratorio. Es más, hasta parecería que la distancia favorecía la
percepción psigámmica, lo que evidentemente puede deberse a otros factores. Nuevas experiencias en Duke
confirmaron estos resultados (8).
En dos Continentes
Cabría, con todo, la posibilidad de que a distancias aún mayores cambiasen los resultados. El Dr.
CARINGTON, entonces, ejecutó una larga serie de experiencias con diversos sujetos esparcidos por otras naciones
de Europa y en diversos puntos de los Estados Unidos. El resultado fue el mismo. Notose, no obstante, que los
sujetos de los Estados Unidos, más distantes, por tanto, de los objetos-testigo que estaban en Inglaterra,
obtuvieron mejores resultados que los sujetos europeos (9); tal vez las circunstancias de clima, opinión u otros
factores, influyeran en pro de los sujetos más apartados.
Algunos de los metagnomos que colaboraron en estas experiencias eran los mismos de las experiencias
anteriores con el mismo Dr. CARINGTON. Éste comparó los resultados obtenidos con los que esas mismas
personas habían obtenido antes. No se encontró diferencia sistemática atribuible a la distancia.
Otra serie de experimentos a enorme distancia fue dirigida por el Dr. Cario MARCHESI, en 1939. Por un lado,
el Dr. MAR-CHESI, desde su laboratorio en Zagreb (Yugoslavia) procuraba adivinar las cartas de la baraja
ZENER que se exponían en la Universidad Duke. Por otra parte, diversos metagnomos de esta Universidad
4 RHINE, J. B.: «The Reach of the Mind», Nueva York, Sloanes, 1948 (y Londres, L. Faber, 3948). Traducción española: «El
alcance de la Mente», Buenos Aires, Paidós, 1956. Citamos el resumen de esas experiencias, que citamos en el texto, de la traducción
por SUDRE, Rene: «La Double Puissance de L'Esprit», París, Pavot, págs. 58 ss.
5 SOAL y BATEMAN, en «Jl. S. P. R.», 1950, XXXV, págs. 257-270.
6 KAHN, David: «Studes in ESP, Experiments Utilizing an Electronic Scoring Device», en «Proceedings of American Society for
Psychical Research», 1952, XXV, Octubre.
7 RHINE, J. B.: «The Effects of Distance in ESP Tests», en «Journal of Parapsychology», 1937, Septiembre, págs. 172 ss.
8 RUINE, J. B'; PRATT, J. G.; SMITH, B. H.; STEWART, C. E. y GREENWOOD, J. A.: «Extra-Sensory Perception after sixty Years»,
Nueva York, Holt, 1940, págs. 309 ss.
9 CARINGTON, W.: «Experiments with Paranormal Cognition of Drawing», en «Journal of Parapsychology», 1940, IV, Enero,
páginas 1-129.
trataban de averiguar las cartas expuestas por el Dr. MARCHESI en Zagreb. A pesar de la enorme distancia (6.500
kilómetros), los resultados fueron altamente significativos. Esta vez los americanos fueron, en conjunto, muy
inferiores a los europeos, al contrario de lo que sucedió a los sujetos de CARINGTON...
En 1947, el Dr. MARCHESI realizó otra serie de experiencias del mismo tipo, continuando las anteriores,
interrumpidas por la Segunda Guerra Mundial. Con esta nueva serie se confirmaron plenamente los resultados
anteriores (10).
Concluimos, pues, con las mismas palabras del Dr. RHINE: «Comparando los resultados obtenidos a
diferentes distancias, desde algunos kilómetros (o metros) hasta muchos miles de kilómetros, se tiene la
impresión nítida de que la distancia y los obstáculos no tienen ninguna influencia sobre los resultados. La única
cosa que parece influir es la propia facultad de percepción extra-sensorial del sujeto (o su capacidad de
manifestación) en las diversas circunstancias» (11). (Los paréntesis son nuestros).
Nos hemos referido siempre a las diversas distancias dentro de los límites de la Tierra. No hablamos de
distancias siderales. Los casos espontáneos de conocimiento paranormal tratan siempre de «algo» de nuestro
planeta. Ningún dato científicamente admisible ha sido proporcionado por los metagnomos acerca de lo que pasa
en otros planetas, trátase de casos imaginarios como el de Helena SMITH. ¿Será que las distancias superiores al
ámbito de la Tierra imposibilitan PSI-GAMMA?
PG, como todo poder humano, sería limitado, no infinito en su propio alcance dimensional. Posiblemente,
esa limitación en la distancia se debe también a que PSI-GAMMA es una facultad «existencial», esto es,
nítidamente humana, que relaciona hombres con hombres, u hombres con objetos directa y más o menos
íntimamente ligados al hombre, como veremos en el capítulo 19.
Pero todavía no se puede dar una respuesta con absoluta certeza experimental respecto a la distancia
«ilimitada». Las experiencias de laboratorio a distancias «ilimitadas» son imposibles, al menos por ahora.
Esperemos que los GAGARIN, SHEPARD, TITOV, etc., nos permitan experimentar este problema.
La relación de la facilitad paranormal de conocimiento con las leyes de la distancia, al menos por
ahora, sólo puede ser formulada con una restricción final: «PSI-GAMMA prescinde de las leyes de la
distancia dentro (al menos) de nuestro planeta».
10 Citamos del resumen hecho por RHINE, J. B.: «The Reach...», traducción francesa: «Le Double... », o. c, pág. 61.
11 RHINE, J. B.: «The Reach...», traducción francesa: «Le Double...», o. c, pág. 60.
15 PSI-GAMMA Y TIEMPO
CLASIFICACIÓN
El PSI-GAMMA con relación al tiempo puede ser dividido artificialmente y con fines prácticos, en:
Simulcognición, Retrocognición y Precognición.
SIMULCOGNICIÓN es la facultad de conocer directamente un acontecimiento que en este mismo instante está
sucediendo, existe, o está siendo pensado... La mayoría de las experiencias y casos espontáneos que hemos
referido en el capítulo anterior, se clasificarían prácticamente como simulcogniciones. El objeto del conocimiento
y el conocimiento son simultáneos.
RETROCOGNICION es lo que se da cuando se conoce directamente, en determinado momento, un
acontecimiento del pasado. El objeto del conocimiento es anterior al conocimiento.
PRECOGNICIÓN es la facultad de conocer directamente, en un determinado momento, lo que sucederá en el
futuro. El objeto del conocimiento es posterior al conocimiento.
Decimos «directamente» porque es evidente que no sería, por ejemplo, precognición conocer un
acontecimiento presente y, a partir de él, deducir por cálculo o por análisis de las causas que ya se conocen, el
resultado futuro.
Decimos también «clasificación artificial para fines prácticos», porque ciertamente la retrocognición es una
clasificación práctica pero en gran parte arbitraria: nunca se puede saber si una supuesta retrocognición lo es de
hecho o no. Y, todavía con menos lógica, podemos decir algo semejante de una simulcognición. Sólo la
precognición se podría, en ciertos casos, clasificar científicamente como verdadera precognición.
Efectivamente, la retrocognición (o post-cognición) es, según me parece, uno de los problemas más difíciles
presentado a la Parapsicología en el campo de la experimentación de lo paranormal. Es cierto que miles de casos
espontáneos y experiencias de laboratorio aducidos por los defensores de la retrocognición, son casos de
conocimiento paranormal. También es cierto que esos conocimientos paranormales parecen retrocogniciones.
Pero en el campo de la experimentación no podemos pasar de ahí: «parecen» retrocogniciones, «tal vez» sean
realmente retrocogniciones, «sería lógico» que PSI-GAMMA pudiese conocer el pasado, si puede conocer el
presente y el futuro.
Y, como en esto no sigo a la mayoría de los autores, voy a hacer una consideración lógica que me parece
innegable. Veamos. Una de dos: o esos acontecimientos pasados dejaron algún «vestigio» de sí mismos, o no.
Esos «vestigios» pueden ser los efectos, los restos, los libros que hablan de aquello, o el conocimiento tal vez
inconsciente (tal vez sólo paranormal inconsciente) que de aquello o del mismo vestigio tiene alguna persona en
la actualidad; o el recuerdo, tal vez sólo inconsciente, que guarda hoy quien fue testigo de aquello, aunque sólo lo
conociese paranormalmente, etc.
Si dejaron «vestigios», ¿cómo saber, con pleno rigor experimental, que el metagnomo averigua ahora
directamente el pasado y no el actual? ¿Cómo excluir que él únicamente «ve» los «vestigios» y de ellos, por el
talento del inconsciente, deduce el pasado?
Tal vez el mismo metagnomo fue contemporáneo del acontecimiento. ¿Cómo saber que es ahora cuando
conoce directamente el pasado y no que se dio entonces una simulcognición, incluso paranormal pero
inconsciente, que sólo ahora se manifiesta? (1).
Ocurre la muerte, a 1.000 kilómetros de distancia, de una persona amiga. No tenemos noticias normales del
hecho. Pasado algún tiempo, vemos en sueños al «difunto» que nos comunica la triste noticia. Puede ser
simplemente una simulcognición paranormal con manifestación retardada. O una simulcognición de la noticia de
la muerte, que otra persona tiene actualmente...
Pero volvamos a las dos hipótesis. En la segunda, esto es, si el acontecimiento no dejó ningún «vestigio» de
sí, no queda ningún testimonio, ningún contemporáneo, ningún escrito que hable de aquello... Entonces, ¿cómo
podremos saber que es verdadero el conocimiento que el metagnomo tiene ahora de aquel hecho? Si existe un
1 Son frecuentes las sensaciones (o también fenómenos paranormales de conocimiento) absolutamente inconsciente! que afloran
al consciente sólo después de algún (o mucho) tiempo. A este respecto ya vimos bastantes casos, por ejemplo, cuando tratamos de la
«pantomnesia».
comprobante, hay un «vestigio»; si no hay ((vestigio» no hay comprobante. Y sin comprobante el caso no tiene
valor alguno: puede ser una mera alucinación...
Con máquinas que conservasen solamente en símbolos los objetos-testigo y que en el futuro interpretaran los
presentimientos de los metagnomos, registrando automáticamente sólo «éxitos» y «fracasos», tal vez algún día
podamos demostrar directamente la retrocognición.
Pero la retrocognición, hasta hoy, no ha sido experimental-mente probada de manera apodíctica. Esto, sin
embargo, no es negar la retrocognición...
Algo parecido podría decirse, aunque rebuscadamente, de la simulcognición. Nunca podríamos saber con
pleno rigor científico si una supuesta simulcognición es de hecho el conocimiento de una cosa que está
sucediendo en este momento, y no tal vez la manifestación de una precognición tenida en época anterior que
«casualmente» se manifiesta cuando el hecho está sucediendo... Muy rebuscado ciertamente...
Únicamente contra la precognición o conocimiento directo del futuro, no se pueden poner objeciones desde el
punto de vista de la clasificación; y hoy sólo conocemos este camino para saber con rigor científico si PSI-
GAMMA prescinde del tiempo: se pronostica para el futuro alguna cosa completamente desligada del presente, y
cuando llegue ese futuro, podremos comprobar aquel pronóstico.
Así, pues, la división en simulcognición, retrocognición y precognición, sólo en lo que se refiere a la
precognición fue hasta hoy susceptible de ser científicamente comprobada. Respecto a la simulcognición, y
mayormente a la retrocognición, se trataría solamente de una división «práctica y lógica». Los casos
paranormales que «parecen» simulcogniciones o retrocogniciones son clasificados en la práctica como tales.
La existencia de simulcognición y de retrocognición, aunque no fue todavía científica y apodícticamente
probada, sin embargo son hipótesis muy lógicas, pues si la facultad PG prescinde del tiempo hasta poder conocer
directamente el futuro, lógicamente podría conocer también el presente y el pasado. Por lo dicho y además por su
mayor interés, vamos a estudiar con especial detención la precognición.
Es evidente que, si en determinado caso, ignoramos si de hecho conocemos ese futuro directamente o sólo
indirectamente, tal conocimiento no debe ser clasificado como precognición, a no ser en una «clasificación
práctica», como decíamos de la simulcognición y de la retrocognición.
16 PSEUPO-PRECOGNICIONES-I
El problema
Tanto más rigurosamente debe ser probada una tesis cuanto más inverosímil parece. Y pocas cosas en la
época del materialismo (cuando caía la Metapsíquica y nacía la Parapsicología) parecían tan inverosímiles como
la precognición.
Son muchos los factores que pueden explicar el conocimiento del futuro sin que tal conocimiento sea una
verdadera precognición.
Trucos
El fraude (consciente o inconsciente) debe ser siempre la primera hipótesis.
Un «mago» puede anunciar que sucederá lo que él en seguida se encargará de hacer. O puede presentar como
profecía aquello que se planea realizar y de lo que él se enteró antes de que se difundiese la noticia.
Un notable ejemplo de truco para garantizar una «profecía» fue dado por NOSTRADAMUS el Joven, hijo del
famosísimo metagnomo Miguel de NOSTRADAMUS.
Había anunciado NOSTRADAMUS el Joven, en ejercicio de su «profesión» de astrólogo, que la ciudad
de Pouzin sería pasto de las llamas. Pero no previo que él mismo moriría en aquella ocasión. Aconteció
que SAIN-LUC, jefe de las fuerzas que cercaban la ciudad, lo sorprendió in fragranti, pegando fuego a
Pouzin para garantizar su profecía. Locos ocultos e irresponsables...
Habilidad
Es clásico el sistema de predecir el sexo de la criatura que va 'a nacer. No falla nunca.
Los padres consultan, confiados, a estos «magos». El «mago» comienza por enterarse astutamente de
lo que los padres quieren: ¿un niño? Entonces, con toda seguridad pronostican «niño», pero en su libro de
registro escribe «niña». Nacida la criatura, si de hecho ha sido niño, los padres se convierten desde luego
en propagandistas del «mago». Si por el contrario ha sido una niña, es vano reclamar, pues el «mago» les
presenta el libro donde consta «niña». Los padres, ante la seguridad y la fama del experto «mago» y la
contundencia de la prueba, lamentan el engaño que habían padecido y se convierten en propagandistas no
menos incondicionales.
Los grandes adivinos recurren (consciente o inconscientemente) al artificio de pronosticar con gran habilidad
de estilo ambos extremos contrarios. Pero puede suceder, por inesperado que parezca, que resulten falsos ambos
pronósticos contrarios.
1 Algunos de estos nombres son poco felices. Hablar, por ejemplo, de adivinación o profecía es presuponer antes de probarlo que
todos esos fenómenos son debidos a Dios o a los dioses (adivinación = a divinis, proveniente de los dioses) o de cualesquiera otras
entidades reveladoras del futuro; (uno de los significados etimológicos del término profecía es: hablar en nombre de otro). Lo mismo
podemos decir de premonición (pre = antes; monitio = aviso), que-sugiere alguien que avise. Telestesía temporal, por el contrario,
sugiere que la explicación del fenómeno sea una excitación de los sentidos (tele = lejos; estesia = sensación), hipótesis <jue de ningún
modo puede admitirse hoy para los fenómenos paranormales en general y menos todavía para el conocimiento paranormal del
futuro. El término presentimiento, en su concepto vulgar, sugiere que se trataría de un fenómeno normal o extraordinario-normal, no
propiamente conocimiento paranormal del futuro.
Miguel de NOSTRADAMUS hizo a Catalina de MÉDICIS el horóscopo de cada uno de sus once hijos.
De Carlos IX pronosticó que su reinado se vería envuelto en grandes guerras. No era preciso ser un
vidente para prever, a corto plazo, guerras, ya que los acontecimientos que se iban desarrollando
anunciaban las guerras de religión a cualquier persona medianamente avisada. Pero NOSTRADAMUS hizo
también el pronóstico contrario, influenciado tal vez por el ambiente de simpatía que despertó el joven y
gentil rey que ciñó la corona a los diez años de edad. Sin Legar el pesimista horóscopo anterior,
pronosticó en seguida que CARLOS IX sería un grande y afortunado rey hasta llegar a la grandeza de su
homónimo CARLOMAGNO, sin deberle nada en fortuna y cualidades (2).
NOSTRADAMUS se equivocó en ambos pronósticos: el reinado de CARLOS IX no tuvo tiempo de verse lleno
de espantosas guerras, aunque había tenido revoluciones. Y no emuló a CARLOMAGNO...: CARLOS IX murió a
los veinte años de edad, sin haber realizado nada de notable. ¿Habría sido afortunado al menos psíquicamente? El
joven rey murió de asco, horror y remordimiento, como resultado de una espantosa experiencia de adivinación:
A petición de su madre, la supersticiosa Catalina de MÉDICIS, el rey permitió que un adivino, monje
apóstata, degollase un niño pequeño y pusiese sobre la sagrada mesa del altar la cabeza ensangrentada
para llevar a cabo la adivinación. Se asegura que las últimas palabras de CARLOS IX fueron: «¡Quitad esa
cabeza, quitad esa cabeza!».
Un pronóstico afirmando los dos extremos contrarios y los dos fallaron. De nada sirvió la habilidad.
Golpes de astucia como los citados son frecuentísimos. Los «adivinos» profesionales hacen largos «estudios»
para especializarse en ellos.
Imprecisión de estilo
En la confección de las profecías, se mezclan frecuentemente generalidades que nada dicen, con datos más o
menos concretos y poco comprometedores, que den al conjunto la apariencia de pronósticos bien definidos.
Maestra y famosa en la especialidad fue la Sra. de THEBES. Su estilo es siempre imitado por los modernos
cultivadores de los «vaticinios para el año entrante».
Léese, por ejemplo, en uno de los almanaques de la Sra. THEBES: «Durante la primera parte de 1905
los soberanos harán hablar de sí más que de costumbre y puede que las soberanas no los imiten. Temo
que al comienzo de 1905 nos veamos azotados por una terrible guerra. Será un año rojo, siguiendo a un
año ceniza. Inglaterra tendrá su parte de angustias. Alemania también tendrá tristezas. 1905 nos ofrecerá
la compensación de una nueva victoria en el campo de la ciencia».
Como se ve, fuera del anuncio vago de una posible guerra., que podía ser plenamente previsible (contra
Bélgica), nada de concreto fue dicho: difícil será un año en que esas generalidades no se cumplan perfectamente.
Para prestigiar su vaticinio, la vidente presenta, pero sin comprometerse, datos más o menos concretos de lo que
ella deduce (tal vez inconscientemente) de la observación de la situación:
En la segunda parte del año habrá intensas perturbaciones en Bélgica, el porvenir es sombrío. Este
pequeño país pondrá más fuego en Europa que los famosos Balcanes.
Todo el mundo ya «preveía» esto antes que la señora THEBES lo anunciase. Ella, astutamente, nos deja
definitivamente sin saber si la guerra en Bélgica sería en la primera o en la segunda parte del año, o si de hecho
habría guerra o solamente temor de guerra en una situación perturbada.
Pero, de hecho, sucedió lo que menos se esperaba: no hubo guerra con Bélgica ni grandes perturbaciones, ni
Bélgica «puso más fuego en Europa que los famosos Balcanes».
En otros casos, la lógica se realiza más o menos, y entonces todo el vaticinio es considerado como un acierto
impresionante e innegable. El vidente es considerado como poseedor de poderes extraordinarios.
Casualidades
Son tantos los vaticinios que se hacen, que sería imposible que erraran siempre. No se consideran nunca los
innumerables fracasos y sólo se piensa en los éxitos, sin pensar que muchos de ellos son una pura casualidad.
2 BRANTOME, «Oeuvres Completes», París, Ed. Société d'Histoire de France, tomo V, págs. 240-287.
Que alguna vez la «revelación» coincida con la realidad, no tiene nada de extraño. Lo extraño sería que
nunca coincidiese ni por casualidad. Pero para el «aprendiz de brujo» el asunto no tiene duda: olvida las
«revelaciones» que no se realizaron y presenta satisfechísimo las que coincidieron con la realidad (3).
Gran sensación de angustia experimentó una esposa en Montpellier, pronosticando la muerte trágica
y próxima de su marido, soldado. El pronóstico se realizó efectivamente pocos días después, en la
frontera este de Francia.
Magnífico, pero nadie habla de las horas de angustia anteriores y durante las cuales la señora tuvo el
presentimiento de la muerte próxima de su marido sin que se realizase.
Todavía más: esa misma señora tuvo también el presentimiento de que no vería más a su hijo. Éste acababa
de partir para una ausencia bastante grande. A pesar de ser la señora de avanzada edad el pronóstico no se realizó.
En la familia (la familia del Dr. GRASSET) se cuenta el presentimiento que tuvo la señora de la muerte de su
esposo. Sólo el Dr. GRASSET contó los presentimientos fallidos de esa señora, especialmente el que no vería más
a su hijo (4).
Paremnesia
Los mismos casos que se cuentan de éxito en la precognición, muchas veces no fueron tales, si se consideran
bien los detalles.
Podríamos definir la paremnesia aplicándola a nuestro caso, como el recuerdo de coincidencias mínimas y el
olvido de las divergencias más importantes.
A Monseñor LANGENIEUX, cuando tenía siete años de edad, le dijo una mujer: «Pequeño, tú serás
Obispo y consagrarás al Rey».
Analicemos el pronóstico: prever que ciertos niños serán sacerdotes, no tiene importancia alguna. Si uno de
ellos es notablemente inteligente, etc., no es difícil pronosticar con alguna probabilidad que llegará a ser obispo.
El riesgo se correría anunciando que sería obispo de Tarbes, concretamente, o al menos que llegaría a arzobispo,
pues lo fue de Reims. Pero la adivina no dio ninguno de estos datos concretos.
Un detalle arriesgado hay en el vaticinio: «Consagrarás al rey». Si, por casualidad se hubiese cumplido, el
vaticinio sería presentado como impresionante. Pero Mons. LANGENIEUX no consagró a ningún rey....
A pesar de todo, el vaticinio es considerado como importante (5). En realidad sólo es importante como prueba
de paremnesia: se creyó que se realizó el vaticinio porque se realizó el detalle menos importante de él,
olvidándose los otros detalles, presentes o ausentes, que realmente serían los característicos.
Al leer muchos casos de los que se presentan como (precogniciones», se percibe un dato típico, general: las
(precogniciones» escritas «post factum» parecen espectaculares; pero escritas «ante factum», es necesaria una
dosis enorme de buena voluntad para ver en ellas algún éxito, incluso cuando tales «precogniciones» sean
después contadas por personas fidedignas. Aquí se aplica simplemente una ley de psicología humana de la que no
es fácil librarse.
«Es necesario examinar los relatos hasta el extremo. Es importante sospechar de las paremnesias, que hacen
creer, de buena fe, que no se trata de un acontecimiento diferente... A veces la alteración de la memoria es tan
intensa que se afirma haber tenido una premonición no habiendo habido nada de eso» (6).
Inhibición
Había dicho: «Tengo miedo de los automóviles. Tengo el presentimiento de que moriré en un accidente
de automóvil». Y así fue (7).
3 Claro está que la casualidad no debe ser invocada cuando la «precognición» es bien detallada y se cumple en todos sus detalles
especificantes, como perfectamente ha esclarecido BERGSON, H.: «L'Énergie SpiritueHe», París, Alean, 1924, pág. 74.
4 GRASSET, J.: «L'Occultisme hier et aujourd'hui. Le Merveilleux préscientifique», 2.a ed., Montpellier, Cullet, 1908 (1.a ed.
París, Masson, 1907), págs. 335 y 338.
5 «Echo du Merveilleux», 1904, pâg. 451.
6 PICHET, Charles: «Traité de Métapsychiquee, 2.a éd., Alcan, 1923, pag. 456.
Ahora bien, para juzgar el valor de este hecho, sería necesario, en primer lugar, confrontarlo con el inmenso
número de personas que tuvieron semejantes presentimientos respecto al automóvil, tren o avión y que nunca se
realizaron. En segundo lugar, debemos tener en cuenta el papel de la inhibición.
A una consultante mía «un espíritu» (?) le había anunciado, entre otras cosas, que moriría a comienzos
de 1964 en un accidente automovilístico. La consultante, una señorita de 22 años, A. M., de Sao Paulo,
quedaba materialmente rígida, inmóvil, cada vez que cruzaba por delante de un auto.
Felizmente logré librarla de otros síntomas patológicos (se hallaba «poseída por los espíritus» (! ?), hablaba
lenguas extranjeras desconocidas por ella, padecía fuertes crisis de angustia...) y así conseguí también que se
sobrepusiese a la inhibición que casi le hizo «conseguir» que la profecía se cumpliese, ha pasado ya bastante
tiempo y el miedo desapareció por completo de la joven, que por otra parte, goza ahora de perfecta salud.
Sugestión o autosugestión
Una antigua leyenda de Islandia nos explica perfectamente el caso de aparentes precogniciones que en la
realidad solamente son sugestiones para el futuro.
Se celebraba una gran fiesta en honor de INGIMUND. En una especie de elevado trono, ricamente
adornado, estaba una adivina para predecir el futuro de los presentes que se acercaran a ella para este
pasatiempo. De todos los nombres, sólo INGIMUND y su amigo INGJALD, precisamente por ser tal vez los
más sugestionables y temerosos de la adivinación, se habían mantenido apartados de la adivina.
Ésta preguntó a INGIMUND por qué no indagaba su futuro, siendo precisamente el homenajeado en
aquella fiesta. Respondió INGIMUND que no tenía empeño en conocer su futuro y que tampoco quería
saber si sus profecías resultarían ciertas o no. Pero la adivina, seguramente resentida, le pronosticó sin ser
preguntada: «INGIMUND cultivará las abandonadas tierras de Islandia, será célebre, morirá viejo. Sus
descendientes también serán famosos en Islandia».
INGIMUND casi se rió de la locura anunciada por la adivina: ¿iba el a abandonar sus productivas y
extensas tierras para ir a cultivar otras abandonadas y lejanas? Hubo una acalorada discusión entre
INGIMUND y la adivina, no terminando en tragedia porque INGIMUND decidió dominarse en atención al
dueño de la casa.
Al año siguiente, INGIMUND comenzaba a dar muestras de una psiconeurosis obsesivo-compulsiva,
como resultado de las palabras de la adivina. Después de su casamiento dijo delante del rey: «estoy muy
contento con mi suerte y tengo a gran honra merecer la simpatía de Vuestra Majestad. Pero no consigo
quitarme de la cabeza una profecía que me hicieron de que debo cambiar de tierra. Gustaría que esa
profecía nunca se realizase, pues no quiero abandonar mi patria».
Algún tiempo después INGIMUND ya no podía resistir más. Sin motivo alguno plausible estaba
convencido de que no podría dejar de ir a Islandia para cumplir la profecía. Dio un gran banquete de
despedida, explicando que partiría «no por voluntad propia, sino por la dura y desagradable fuerza del
destino». Daba libertad a todos sus subditos para que lo siguieran o no. Muchos lo acompañaron con sus
familias. A todos ellos debe islandia el origen de su agricultura.
La leyenda encierra una gran parte de realidad histórica. En todo caso, se refleja muy bien en ella cómo
muchas profecías no son verdaderamente un conocimiento directo del futuro sino una sugestión que llega a ser
obsesión y después compulsión obligando a realizar lo que no se habría realizado si la profecía se hubiese hecho
a una persona menos impresionable, o si viviese en otro ambiente donde no se hubiera dejado arrastrar por la
creencia generalizada en la fuerza del destino.
Muchas adivinaciones, horóscopos, destinos leídos en las líneas de la mano, o en los astros, en las cartas, se
realizan, no porque los adivinos pronosticasen realmente el futuro, sino porque los consultantes (casi diríamos
«las» consultantes) se dejan arrastrar tontamente a cumplir dios mismos lo pronosticado.
El destino no está hecho: nosotros lo hacemos.
Desgraciadamente, los quirománticos, astrólogos, adivinos, cartománticos, etc., poseen muchas veces un
nivel intelectual no lo suficientemente elevado para caer en la cuenta de las consecuencias que pueden tener sus
pronósticos; no saben, ni siquiera sospechan, que de una simple sugestión puede depender la felicidad y hasta la
vida de un ser humano. Con tanta ignorancia como, a veces, buena fe, llegan hasta a predecir el año, mes y día de
la muerte del consultante. A una persona perfectamente sana, le anuncian también la enfermedad de que morirá.
Resultado: por sugestión, el inconsciente, si es de una persona sensitiva, puede quedar suficientemente enterado e
impresionado para provocar la enfermedad anunciada y la muerte en el momento señalado. No es precognición,
es un crimen aunque realizado a veces con absoluta buena intención. Y esto es lo peor, pues no es fácil de
castigar y corregir. Los casos abundan.
Es notable cómo el inconsciente del «mago» se esfuerza a veces por vencer la resistencia que la realidad le
ofrece a la realización del crimen irresponsable.
La secretaria del médium espiritista W. STEAD era de salud delicada y de humor desagradable, al
menos para STEAD.
Un día, el médium recibe, por medio de escritura automática, un mensaje «firmado por Julia, su
espíritu-guía» (? !): «Ten paciencia; ella vendrá a hacernos compañía a final del año». Esto fue escrito en
enero. Daban, por tanto, a la secretaria casi un año de vida. La predicción fue repetida varias veces,
señalando siempre como fecha de la muerte de la secretaria, el fin del año. En diciembre se concreta más:
«ella no vendrá a nosotros de una manera natural, pero será ciertamente a fines de año. Julia». Sin
embargo, pasó el mes de diciembre sin que, a pesar de su delicada salud, muriese la secretaria.
El diez de enero, fuera ya del plazo, la secretaria tuvo que guardar cama una vez más. El médium
escribe entonces automáticamente: «Yo (Julia) puedo equivocarme en algunos días, pero todo lo que he
dicho es verdad: dile adiós». El médium, efectivamente va a despedirse. Entonces, para explicarle por qué
lo hace, le lee todos los mensajes: «No vendrá a nosotros de una manera natural... Puedo equivocarme en
algunos días, pero todo lo que dije es verdad...». Dos días después la enferma se arroja por la ventana
matándose (8).
¿Precognición? El caso tiene explicación natural muy lógica y fácil. No tiene nada de extraño que el médium
manifieste su antipatía por la secretaria, escribiendo automáticamente un vaticinio anunciando su muerte.
Todos los días, en los consultorios psiquiátricos, se encuentran en muchos pacientes dramatizaciones
semejantes, por ejemplo, en sueños. Es también plenamente explicable, psicológicamente, que STEAD,
viendo que se iban pasando los meses sin que el vaticinio se cumpliera, dramatizase el deseo inconsciente e
irresponsable de provocar la muerte: morirá «no de una manera natural». Como por pura telepatía no se tuvo
éxito, el inconsciente de STEAD recurre en última instancia al expediente de leer a la enferma los «mensajes
recibidos del espíritu de Julia» (! ?). Se comprende que el psiquismo de la paciente, que por otra parte creía
sinceramente en el espiritismo, quedase impresionado. «No de una manera natural... Todo es verdad...» Y la
enferma se suicidó...
A este y otros casos de muertes, se deben añadir casos de consecuencias menores pero graves, como
enfermedades, accidentes, matrimonios infelices, noviazgos frustrados, desesperaciones, etc. Esto acontece
8 STEAD: «My experience in automatic writings, Borderland, 1894, tomo II, págs. 43 ss.
principalmente con gente crédula y sugestionable, muy numerosa por otra parte, como lo prueban las repetidas y
asiduas consultas a adivinos de cualquier especie. El «vidente» no se perturba con esto. Ignorante de los daños
que puede acarrear, continúa sus triunfantes viajes de ciudad en ciudad explotando y enriqueciéndose a costa de
los infelices y atormentados que a él acuden.
Estos irresponsables han tenido incluso el atrevimiento de ponerse en contra de la ciencia, aconsejando a los
enfermos que no consulten al médico o al psicólogo, etc., y a abandonar cualquier tratamiento.
La hiperestesia salva muchas vidas. —Los que ven su propia muerte. —Las
pseudoprofecías de SÓCRATES.-PSI-GAMMA y política—Psicoanálisis de las
pscudoprecogniciones.
En el capítulo anterior hemos visto algunas explicaciones «normales» de las precogniciones aparentes. Tales
causas «normales» son evidentemente las más frecuentes. Con todo, hay muchos casos que no se explican por
estas causas «normales». ¿Son realmente precogniciones o conocimiento directo del futuro? Debemos tener
presentes también los fenómenos parapsicológicos extraordinario-normales e incluso paranormales, que podrían
explicar muchas aparentes precogniciones.
Hiperestesia
El Sr. Vicente SASSAROLI, director de una banda de música en la pequeña ciudad de Sartano, anunció un día
que el local de los ensayos iba a derrumbarse. Era la casa del canónigo BACHERINI. SASSAROLI,
completamente convencido de lo que había dicho, insistió para que un arquitecto competente examinara la
casa. No se encontró nada de anormal y fue ridiculizada la estupidez y cobardía de SASSAROLI. Un día
repitió su predicción con cierta solemnidad. Se rieron de él tildándolo de visionario. Pero en cuanto los
músicos salieron a la calle, terminado el ensayo, la casa se derrumbó. Existe una relación abundante y
detallada de testigos del caso (1).
SASSAROLI no podía determinar el punto débil de la casa, ni siquiera sabía que estuviera dañada en alguna
parte. Simplemente el inconsciente captaba vibraciones y ruidos mínimos, síntomas del próximo
derrumbamiento, surgiendo apenas al consciente una idea vaga de la amenaza, sin concretarse el día en que iba a
suceder.
Para entender éste y otros casos semejantes, nos bastará recordar cómo, por ejemplo, algunos caballos
salvaron la vida de sus dueños porque se ponían sumamente nerviosos hasta tener que ser sacados de la cuadra.
Poco después se venía abajo toda la casa.
En ciertos casos, todo induce a creer que diversos animales presintieron un terremoto que se avecinaba.
Muchos insectos y otros animales son tan sensibles a las mutaciones eléctricas o de cualquier otro género, que
eso les permite adoptar actitudes por las cuales los hombres pueden deducir que se aproximan tales o cuales
accidentes meteorológicos.
Hay personas que sienten con bastante antelación la lluvia, cambios en el tiempo, etc.
Hay muchas personas especialmente sensitivas. Casos de sensaciones inconscientes, de estímulos mínimos,
son muy frecuentes, como dijimos al hablar de la hiperestesia.
Se comprende perfectamente que por el simple hecho de ser inconscientes las sensaciones que posibilitan el
pronóstico, sea fácil el atribuir estos casos a facultades paranormales o a un influjo sobrenatural...
Autoscopia
Ciertos individuos hipnotizados, anormales, etc., o más en general ciertos sensitivos, tienen una noción visual
de sus propios órganos internos. Es una sensación inconsciente e hiperestésica con alucinación visual. A este
fenómeno se lo llamó (autos-copia», visión de sí mismo {de scopeo = ver; autos = a sí mismo).
1 FLAMMARION, C: «La mort et son mystère», 3 vols., Paris- E Flammarion, 1920-21, pag. 536.
Incluso los individuos normales sienten, al menos inconscientemente, los menores síntomas de sus órganos.
Nada de extraño, pues, que sobre la base de la autoscopia propiamente dicha (con alucinación visual) o impropia
(con sólo sensación inconsciente de los síntomas internos) puedan algunos sensitivos pronosticar su futura
enfermedad, que imperceptiblemente ya comienza, o la muerte, de la misma manera que un médico podría
pronosticarla si conociese esos datos mínimos que sólo el inconsciente percibe hiperestésicamente... Tales
supuestas precogniciones pueden, a veces, ser impresionantes por los detalles.
El gran pintor Giovani SEGANTINI, por ejemplo, sentía, pero sólo inconscientemente, los síntomas
morbosos de la enfermedad que comenzaba a afectarlo, todavía imposible de ser percibida por el médico.
Esto le inspiró un cuadro alegórico: Dibujó un alegre chalet en un paisaje admirable, para simbolizar la
alegría, la salud aparente. Pero delante de la casa, el pintor puso un ataúd: la muerte era la realidad que
ocultaba aquella apariencia...
Un día soñó que él mismo estaba en el ataúd: el mismo ataúd, la misma casa, el mismo paisaje. El
inconsciente intensificaba sus avisos, que lamentablemente no fueron comprendidos.
Efectivamente, varios días después, se le declara una peritonitis aguda, que ocultamente venía minando la
vida del pintor. No hubo remedio: ya era demasiado tarde. Tres días después del sueño, moría Giovanni
SEGANTINI.
Eautoscopia
La visión alucinatoria del propio interior proyectado al exterior, se llama «eautoscopia» (scopeo = ver; eautós
= a mí mismo).
El siguiente caso de eautoscopia es muy parecido al que hemos citado de autoscopia.
El Sr. HURTINGTON, una noche, a pesar de su buena salud, ve en sueños a su propio esqueleto que,
desde fuera de su cuerpo, lo mira fijamente, después levanta la manta y se echa en su propio lugar, esto
es, dentro de su cuerpo... El Conde HURTINGTON siente que aquello es anuncio de lo que sucederá en
breve, pero acaba tomándolo a broma riéndose con su esposa: según el sueño, ella habría dormido esa
noche o lo haría después de algún tiempo, con un esqueleto... Quince días después era enterrado el Conde
HURTINGTON. Nadie habría podido sospechar esto el dia del sueño, dada la magnífica salud de que
aparentemente disfrutaba el Conde, pero su esposa nunca pudo ya olvidarse del sueño de su marido.
Para explicar el caso, basta una dramatización inconsciente de los síntomas de enfermedad grave, captados
también inconscientemente. No nos vemos obligados por estos casos a admitir una precognición auténtica.
Heteroscopia
Es evidente que además de la autoscopia y la eautoscopia, debemos considerar también la heteroscopia como
causa de muchas aparentes precogniciones. La heteroscopia es la visión alucinatoria de los órganos internos de
otra persona (scopeo — ver; hétero = otro).
Los síntomas externos de una enfermedad, todavía normalmente imperceptibles, pueden ser captados
hiperestésicamente por otra persona.
Hay un hecho curioso en los anales de la Medicina que nos puede dar una pequeña idea de lo que son esas
aparentes precogniciones basadas en la hiperestesia. Efectivamente, alguna vez se ha podido, por medio de
fotografías en color ampliadas, descubrir pequeñas erupciones rojas en el rostro de personas ligeramente
afectadas de fiebre. La visión normal no descubriría absolutamente nada. Poco después se declaraban en esas
personas las erupciones de la viruela o el sarampión.
Con más razón y agudeza que la fotografía, puede el inconsciente captar por heteroscopia (o por su
fundamento, la hiperestesia) síntomas de la enfermedad de otra persona, originando lo que puede ser tomado
erróneamente poruña precognición para-norma].
Es más: sabemos que toda idea, incluso inconsciente, que ocupa nuestro cerebro se refleja en una señal
externa... Así, cuando nuestro inconsciente capta los primeros síntomas de una enfermedad, o llega a deducir de
ahí la manifestación de una enfermedad futura, esa idea inconsciente tiene su reflejo fisiológico externo. Por
hiperestesia indirecta del pensamiento, otra persona puede captar en nosotros los síntomas o ideas de la futura
enfermedad... Por tanto, partiendo de la heteroscopia, real (con alucinación visual del órgano interno de otro) o
sólo en su fundamento (hiperestesia directa o indirecta, sin alucinación), se puede llegar a una precognición
aparente.
Se hizo famoso un determinado caso, por haberle sucedido a un médico de absoluta seriedad científica y que
«ante factum» tomó las providencias necesarias para garantizarlo.
Este médico era el Dr. de SEMYN, el cual soñando vio que su hijito, de cuatro años, caía en el fuego y
moría carbonizado. Se despertó horrorizado y, sin poder evitarlo, corrió al cuarto de su hijo. «Gracias a
Dios»—exclamó al ver a su hijo durmiendo plácidamente—«no ha sido más que un sueño».
El pequeño pasó la noche y la mañana siguiente perfectamente, pero al mediodía tuvo una fiebre altísima.
El padre, médico, se horrorizó comprendiendo que su nítido y extraño sueño había sido una dramatización
inconsciente que pronosticaba la fiebre que ahora padecía su hijo. Comprendió que el niño estaba perdido, a
pesar de que un colega suyo que había sido llamado, afirmaba que la cosa no era grave. El padre estaba
convencido del desenlace fatal. Y efectivamente la enfermedad se fue agravando cada vez más hasta que el
niño murió de bronco-pulmonía generalizada (2). Ciertos síntomas captados hiperestésicamente por el incons-
ciente del padre, permitirían el diagnóstico ya sea captando directamente los síntomas, ya captando las
señales reflejadas por el inconsciente del mismo niño.
Los casos podrían multiplicarse. Son numerosísimos los recogidos en las colecciones y centros
especializados.
He aquí un caso concreto, clínico, aunque no se pongan los nombres reales, para guardar el secreto
profesional.
«A» se entrevista con «B» para discutir una futura asociación comercial. Queda muy favorablemente
impresionado y decide tomar a «B» como socio. Aquella noche tiene el siguiente sueño: «Veo a «B» en
su despacho repasando los libros y examinando los números para ocultar un desfalco que había hecho en
una cantidad bastante grande». Se despierta y como está acostumbrado a prestar atención a algunos
sueños especiales, queda un poco intrigado. Después piensa que muchos sueños son la expresión de
nuestros deseos irracionales, según algunas teorías. El sueño, piensa, sólo indica su propio carácter
propenso a la desconfianza con matices de hostilidad. Intenta convencerse de que eso es todo lo que lo
llevó a pensar mal de su socio. Rechaza su sueño irracional.
.En otras ocasiones, durmiendo o despierto, siente sospechas semejantes. Las rechaza de nuevo como
no razonables: su socio, todo lo demuestra, es un modelo de honradez. De esta manera, con repetidos
sueños y sospechas de desfalco y de enmienda en los libros, van pasando los años. Hasta que, por fin, un
día descubre que «B» había dispuesto realmente de enormes cantidades de dinero ocultando la
malversación con falsos asientos en los libros de contabilidad.
El análisis clínico de los sueños y asociaciones del inconsciente de «A» demostró que el inconsciente había
percibido, ya desde el primer contacto, facetas sospechosas en el carácter de «B»; pero en el consciente no sólo
desaparecía esta impresión desfavorable, sino que aparecía todo lo contrario. Al correr los años, en el continuo
contacto con su socio, se fue manifestando con frecuentes avisos la hiperestesia indirecta del pensamiento (3).
Compréndese que la hiperestesia indirecta del pensamiento, al menos una hiperestesia inconsciente, puede ser
una de las más importantes causas de aparentes precogniciones.
Es evidente que podríamos también hablar de «talento del consciente», pero en este caso nadie caería en el
error de pensar que se trata de una precognición auténtica.
Ya sabemos (y algunos de los ejemplos citados lo confirman) que el inconsciente dramatiza a veces sus
mensajes y que tiene una gran capacidad de deducción, un gran talento. Esto nos lleva a una de las explicaciones
más interesantes de la precognición aparente.
2 Citado por RICHET, Charles, «Traite de Métapsychique», 2 a ed París, Alcan, 1923, pág. 465.
3 FROMM, E.: «The forgotten languages. Usamos la traducción española de CALES, Mario: El lenguaje olvidado. Interpretación de
los sueños, mitos y cuentos de hadas», Buenos Aires, Hachette, 1957, página 45.
En muchos casos, «predecir» significa solamente inferir inconscientemente el acontecimiento futuro
basándose en el conocimiento del presente. «Predecir» es exponer la consecuencia de un raciocinio inconsciente
más o menos complicado.
Es por esto que en los libros de hipnotismo, por ejemplo, se previene frecuentemente al experimentador
contra lo que puede parecer una precognición auténtica no siéndolo ( 4).
Las precogniciones aparentes más propicias a supersticiones o falsas interpretaciones son las que se refieren a
los efectos que llamamos fortuitos. Prever una muerte como resultado de una enfermedad oculta se admite más
fácilmente como fenómeno meramente natural; pero prever un accidente de automóvil, por ejemplo, resulta más
inexplicable, por creerse que el inconsciente no puede tener datos para sospechar lo que es casual, inesperado,
repentino. Pero en realidad no todo lo que llamamos fortuito lo es completamente.
LAPLACE afirmó en su «Essai analitique sur les probabilités»: «Si hubiese una inteligencia que pudiese
conocer todas las fuerzas de que la naturaleza está animada y la situación respectiva de los seres que la
componen, si por otra parte esa inteligencia fuese suficientemente capaz de someter a análisis todos esos datos...
nada habrfa de incierto para ella, el porvenir, como el pasado, estarían abiertos a su mirada».
Prescindiendo de la evidente exageración de esta afirmación, lo cierto es que las causas enteramente libres y
los sucesos enteramente imprevisibles se dan en número mucho menor de lo que sospechamos. Por consiguiente,
quien conociese todos los matices de los caracteres, inclinaciones, hábitos, quien conociese perfectamente toda la
Física, la Medicina, etc., hasta el último detalle, sabría casi con certeza cómo procedería en determinadas circuns-
tancias cada causa libre o determinaría la posibilidad de cada acontecimiento casual.
Pero, para que haya precogniciones aparentes, no es necesario conocerlo todo. El inconsciente, con todo,
conoce muchas cosas, pues no olvida nada de lo que consciente o inconscientemente, norma], extraordinaria o
paranormalmente penetró en su «fichero».
En determinadas circunstancias puede el inconsciente manejar innumerables datos de ese «fichero»,
combinarlos, analizarlos y darnos una deducción «insospechada» en forma de impresionante mas, en estos casos,
sólo aparente precognición.
En la historia vemos prestigiosos casos de intuición, de aparente precognición, que apenas son deducciones
inconscientes.
Cuenta CICERÓN (5) que, después de la batalla de Delos, SÓCRATES y LAQUES huyeron a través del
campo con algunos soldados. Llegados a una encrucijada, SÓCRATES dice de repente: «No debemos
continuar por el camino de este lado; mi Genio familiar me anuncia que por ahí tendremos una desgracia».
LAQUES y algunos otros siguieron el consejo del «Genio» que SÓCRATES creía oír frecuentemente. Los
que siguieron por el camino opuesto fueron luego destrozados por la caballería enemiga.
En otra ocasión, estaba SÓCRATES comiendo en un banquete con TIMARCO. Ahora bien: TIMARCO,
de acuerdo con FILEMÓN pensaba asesinar aquella misma noche a un enemigo suyo. La comida se
prolongó bastante: llegó la hora prefijada. TIMARCO se levantó rogando le disculpasen pues tenía que
ausentarse. SÓCRATES se interpuso, alegando que su «Genio» le anunciaba una desgracia. Poco después
TIMARCO intentó de nuevo salir. Y nuevamente SÓCRATES lo impidió. Por fin TIMARCO burló la
vigilancia de SÓCRATES y salió sin ser notado. Esta vez el «Genio» no avisó a SÓCRATES de la salida de
TIMARCO...
Presos antes de realizar el crimen, tanto TIMARCO como FILEMÓN fueron condenados a tomar la
cicuta. TIMARCO, antes de bebería, se lamentaba de no haber obedecido al «Genio» de SÓCRATES...
¿Existía de hecho tal Genio que avisase a SÓCRATES de lo que iba a pasar? Evidentemente que no.
SÓCRATES, dados los escasos conocimientos de la época, no sabiendo a quién atribuir los resultados de las
rápidas deducciones de su inconsciente, creyó que eran revelaciones de un Genio, de una divinidad...
En el caso de TIMARCO, no es especialmente difícil comprender el proceso: era la primera vez que TIMARCO
intentaba cometer un crimen. Consecuentemente, poco dueño de sí mismo, indicaba con la agitación exterior la
turbación de su corazón. SÓCRATES pasaba por ser un experto fisonomista, estaba acostumbrado a observar
profundamente los acontecimientos y los hombres. Un comensal que se levanta de la mesa contra todas las
normas de la cortesía y con la agitación reflejada en su rostro, no podía pasar desapercibido a SÓCRATES.
4 Cfr., por ejemplo, JAGOT, Paul Clement: «Méthode moderne scientifique de Magnétisme, Hipnotisme, Suggestion», Paris,
Editions Dangles, s. f. Traducción española: «Magnetismo, Hipnotismo, Sugestión», Barcelona, Iberia, s. f. Citamos de la traducción
portuguesa: «Magnetismo, Hipnotismo, Sugestâo», Sâo Paulo, Mestre Jou, s. f . , pág. 45.
5 CICERÓN, Marco Tulio: «Opera omnia», tomo XIII: «De divinatione» (dividido en dos libros o partes), Ed. Taur., 1831.
A pesar de la facilidad con que PLUTARCO acepta todo lo que es maravilloso, no puede dejar de reconocer,
en el libro que escribió sobre el Genio familiar de SÓCRATES (6), que no había en el caso más que una clara
penetración, profundo conocimiento de los hombres e inteligencia absolutamente extraordinaria. JENOFONTE (7)
y lo mismo el discípulo predilecto de SÓCRATES, PLATÓN (8), están de acuerdo. Es curioso constatar cómo des-
criben el inconsciente, tantos siglos antes de FREUD, aunque no empleasen, claro está, la palabra «inconsciente».
No es fácil que una misma persona tenga, con tanta frecuencia como SÓCRATES, aparentes precogniciones y
en especial tan impresionantes y difíciles hasta el punto de inducirla a pensar que está siendo asistida por un
Genio (!).
Talentos como el de SÓCRATES sólo aparecen en el mundo una vez cada varios siglos.
No obstante, aparentes precogniciones aisladas, menos «inexplicables», pueden ser relativamente frecuentes
en determinadas personas. En casi todas las personas pueden darse fácilmente una o dos...
Es evidente que en el caso de SÓCRATES no podemos excluir esporádicamente algunas «precogniciones»
debidas no solamente al talento del inconsciente, sino también la hiperestesia, etc., e incluso a algún fenómeno
paranormal aislado...
¿Está todo dicho respecto a las precogniciones aparentes? Para muchos metapsíquicos, sí. Escribe, por
ejemplo, el Dr. GRASSET: «no puede haber presentimientos superiores a los basados en los raciocinios
inconscientes más o menos complicados. Ningún caso publicado con el nombre de adivinación o profecía (9) me
parece capaz de contradecir este aserto» (10).
En los tiempos de GRASSET aún no había avanzado suficientemente la investigación psíquica... Hoy, la
Parapsicología ha demostrado la existencia de PG, facultad que en los tiempos de GRASSET, él y otros muchos
todavía no admitían. La facultad PSI-GAMMA ¿no podrá explicar casos «superiores a los basados en raciocinios
inconscientes»?
Simulcognición paranormal
El joven GALLET, estudiante de Medicina en Lyón, preparaba en su cuarto los exámenes del
doctorado. Eran las once de la mañana. De repente, se sintió obsesionado por un pensamiento que le
impedía estudiar.
Era día de elecciones en el Parlamento francés. GALLET quiso rechazar el pensamiento que lo había
asaltado y seguir estudiando. Imposible. Sorprendido por la insistencia y fuerza del pensamiento, escribió
en su cuaderno de apuntes de anatomía: «El Sr. CASIMIR-PERIER es elegido Presidente de la República,
por 451 votos». Mostró, intrigado, el escrito a su colega VARAY, que estudiaba en el mismo aposento.
Después de almorzar, fue a la clase a la Universidad. En el camino encontró a dos compañeros,
BOUCHER y DELORME, que se rieron de él: la candidatura de CASIMIR-PERIER no tenía esperanza
alguna. Todos los pronósticos de Francia se dividían entre los diputados BRISSON y DUPUY. Después de
las clases, los cuatro estudiantes, bromeando con las pretensiones proféticas de GALLET entraron en un
café para esperar el resultado de las elecciones. ¡Cuál no fue su sorpresa cuando llegó la noticia!, de 485
diputados votantes, 451 (número exacto anunciado por GALLET) habían votado al Sr. CASIMIR-PERIER
contra todas las esperanzas.
RICHET ve en estos casos una verdadera precognición de la publicación de la noticia, «incontestablemente
uno de los más bellos casos que tenemos» (11).
Pero GALLET había sido poseído por la idea del triunfo del diputado CASIMIR-PERIER con el número exacto
de votos a las once de la mañana del 27 de junio de 1894. En ese momento ya estaban perfectamente definidas
La retrocognición
Consideramos la retrocognición como una clasificación práctica. Es más, englobamos en este apartado
todo el conocimiento actual de una «profecía» hecha anteriormente. Además de la retrocognición,
incluimos, pues, también la pantomnesia o recuerdo archivado del conocimiento anterior de la «profecía»,
aunque esta «profecía» fuese conocida apenas inconsciente y paranormalmente.
A veces, el mecanismo psicológico no aparece claro a primera vista, pero un estudio experimentado puede
mostrarlo con facilidad. Para exponer con más claridad la posible influencia de la «retrocognición», escogemos
de propósito un ejemplo en el cual el fundamento son precisamente ciertos acontecimientos anteriores,
conservados por pantomnesia inconsciente.
Un joven sueña que ve desde cierta altura numerosas cúpulas de una ciudad, teniendo la nítida
sensación de que se trata de Kiev. Al mismo tiempo tiene la sensación de una presencia femenina detrás
de él. En aquel tiempo no tenía la menor idea de que podría ir a Rusia.
El sueño parecería una precognición, parecería conocimiento directo de un futuro sin ninguna relación con el
presente, puesto que todo ocurrió cuando ni siquiera pensaba en viajar a Rusia y menos todavía en panoramas
con numerosas y características cúpulas de iglesias y en la joven que lo acompañaba y que ahora está detrás de él.
Pero el caso fue sometido a un análisis clínico, apareciendo lo siguiente: El joven se había entusiasmado en su
infancia con una novela titulada «Las Aventuras Extraordinarias de un Sabio Ruso», ilustrada con numerosos
dibujos de cúpulas y con fotografías de la heroína, una joven. Esta novela fue su primera lectura y se acordó de
ella con insistencia durante varios años. Se averiguó también que el joven, en su infancia, había sido co-
leccionista de sellos y que recibió uno de ellos, matado en Kiev, como regalo de una joven con la cual él jugaba
algunas veces y que era en aquel momento su mejor amiga. Todos estos hechos explican por qué tuvo aquel
sueño.
Así se comprende cómo la representación mental de Kiev tenía para él una gran importancia emotiva en
conexión con una figura femenina. También se comprende por qué se dejó impresionar luego por la idea de viajar
a Rusia. Compréndese por qué prefirió separarse de su amigo para ir a Kiev, que por impulso inconsciente le
interesaba más que Nijni-Novgorod. Se comprende que en su paseo por la ciudad buscase un sitio alto desde el
cual pudiese ver el conjunto de las cúpulas de las iglesias. De la misma manera, un impulso inconsciente lo llevó
a procurar la compañía de la joven cuya dirección conocía y sin la cual podría haber hecho perfectamente su
visita turística. En cuanto al reconocimiento de los lugares, el mismo joven aseguró después de estas
comprobaciones que sólo era una semejanza de conjunto (13).
Así, pues, tanto el viaje como el sueño habían procedido de las mismas impresiones archivadas en el
inconsciente desde la infancia.
Es de máxima importancia este factor, que explica muchas aparentes precogniciones; como se ve, será
siempre muy difícil determinar si tal o cual proceder de una persona, proceder que había sido pronosticado, no
fue en la realidad el resultado de una retrocognición o del recuerdo, al menos inconsciente, de la «profecía» al
respecto, aunque la tal «profecía» hubiese sido conocida sólo paranormal o inconscientemente.
¿Se pronosticó porque años después iba a realizarse, o se realizó porque años antes se había pronosticado?
Por esta razón la experimentación parapsicológica de la precognición propiamente tal, debe insistir (como
veremos) en pronósticos de acontecimientos mecánicos, de seres inanimados que no podrían invertir el
proceso.
Otro camino sería experimentar con un tipo de acontecimientos en que interviniesen muchas personas... La
complejidad y la cantidad independiente evitaría la influencia del pronóstico, pero este camino, como se
comprende, sería sumamente lento, difícil para la investigación, para el control, etc.
En conclusión
Como hemos visto, las explicaciones «normales» y parapsicologías que tornan la precognición apenas
aparente, son muchas. Y estamos muy lejos de haber enumerado todas las explicaciones posibles. Los fenómenos
parapsicológicos de efectos mixtos y físicos, de los cuales no hablamos en este libro, también podrían ser
aducidos aquí como explicaciones de muchas pseudoprecogniciones.
Los mejores y más equilibrados autores de la época de la Metapsíquica creían que el hombre sólo era capaz
de pseudoprecogniciones, nunca de precogniciones auténticas. Consiguientemente, la Metapsíquica, a la cual se
deben las mejores y más abundantes colecciones de (precogniciones», nunca, como veremos, trató de
experimentar la precognición verdadera. Así, el Dr. GRASSET, por ejemplo, concluía: «Creo poder decir que el
don de la adivinación o profecía no ha sido establecido científicamente en nadie, dejando de lado lo sobrenatural;
13 ALLENDY, Rene: «Le probléme de la destinée», París, Gallimard, 1927, págs. 150 ss.
y esto es verdad para todos los estados de trance, hipnosis, etc. Ni el hipnotismo, ni el sonambulismo, ni la
mediumnidad desarrollan o hacen nacer esta facultad en nadie» (14).
La enumeración de las causas de aparente precognición no prueba precisamente que sea imposible la
precognición verdadera, sino únicamente que, si no se demuestra lo contrario, los casos deben ser interpretados
como pseudoprecogniciones.
Por consiguiente, la negación por parte de muchos hasta de la posibilidad de que exista la precognición
verdadera, natura], no debe impedir {y de hecho no impidió) la investigación.
Hemos afirmado que muchas (precogniciones» son sólo aparentes; no negamos que pueda darse en el hombre
la precognición verdadera. Lo que de hecho ya se haya probado o no, respecto a la precognición verdadera,
pertenece a los próximos capítulos.
La definición de precognición, formulada por RICHET en 1921 y generalmente repetida por para psicólogos y
metapsíquicos, nos parece susceptible de perfeccionamiento. RICHET dice: «Precognición es la indicación por un
sujeto de un hecho que todavía no se ha realizado y que ninguna sagacidad, ninguna perspicacia permitía prever»
(1).
En esta definición tradicional no se excluyen claramente muchos casos de precognición aparente. Por
ejemplo, cuando el metagnomo pronostica el futuro a pesar de no conocerlo directa y paranormalmente, y
después provoca el hecho pronosticado, incluso paranormal e inconscientemente.
Precognición, en sentido estricto, es el conocimiento directo del futuro.
Llamamos espontáneos aquellos casos de precognición realizados fuera de los laboratorios de Parapsicología.
En los últimos años se han recogido miles de casos espontáneos de conocimiento paranormal del futuro (2).
Evidentemente, muchos de estos casos no resisten un análisis serio; como vimos en el capítulo anterior, no
son precogniciones estrictas. Pero otros casos espontáneos parecen, al menos, sugestivos en pro de la
precognición auténtica. Y así como siempre hubo adversarios de la precognición, así también hubo siempre, en
todos los pueblos y épocas, la creencia en la precognición.
Tragedia
Las tragedias o muertes colectivas, naturalmente, son más emotivas en genera] que las muertes
particulares y, por el mismo motivo, desequilibran más, facilitando la manifestación de la precognición.
Como es sabido de todos, el famoso barco «Titanic» naufragó trágicamente en la noche del 14 al 15 de
abril de 1912.
Pues bien, ya desde el día 23 del mes anterior, el Sr. J. O'CONNOR tenía reservado pasaje para sí y
para su familia en este barco. Pero unos diez días antes del señalado para la salida, O'CONNOR soñó que
«veía al navio con la quilla al aire y el equipaje y los pasajeros flotando alrededor».
De momento, O'CONNOR, para no alarmar a sus familiares y amigos, no les dijo nada. Pero el sueño
se repitió a la noche siguiente. Aun así, O'CONNOR lo ocultó. Habiendo recibido, mientras tanto, noticias
de América de que podía retrasar el viaje ya que no era urgente, decidió prestar oído al sueño y mandó
cancelar su reserva en el «Titanic». Solamente entonces contó el sueño a sus amigos como explicación de
por qué no viajaba. No quería correr riesgos, una vez que el viaje no era urgente (3).
Terremoto
Los notables casos de pronósticos de temblor de tierra pueden frecuentemente explicarse por hiperestesia. Sin
embargo, hay algunos casos que sugieren la existencia de la precognición. Es famoso y bien comprobado el caso
del Sr. LUSTENEU, un gentil-hombre francés.
LUSTENEU anunció a Lady Esther STANHOPE, en 1882, una catástrofe sísmica en Alepo y Antioquía.
Poco después en Alepo, en un banquete, el Sr. BARRER bromeaba con los Sres. WOLFF, LESSEPS y
MASEYK, Cónsul de Dinamarca, a propósito de una carta en que Lady STANHOPE pedía al Sr. BARRER
que no fuese a Alepo porque estaba próxima la destrucción de la ciudad. Todos rieron. Algunos días
después, un terrible terremoto destruía Alepo y Antioquía, causando 60.000 muertos. El Sr. BARRER salvó
la vida casi milagrosamente (4).
Una dama de la aristocracia romana, el día 2 de diciembre de 1909, anunció que vio la ciudad de
Mesina sacudida por un temblor de tierra con invasión del mar, y que había sentido que este cataclismo
tendría lugar el día 8, 18 ó 28 del mismo mes, sin que pudiera recordar cuál de estas fechas era
exactamente la soñada. Escribió a este respecto una carta al rey de Italia pidiéndole que tomase medidas.
El Dr. SANTI, contemporáneo que refiere el caso, afirma que tomó la precaución de corroborar el detalle
de la carta escrita «ante eventum». Pues bien, Mesina fue destruida por un terremoto el día 28 de di-
ciembre (5).
Concedemos que se han pronosticado muchos casos de temblor de tierra que no se realizaron... Pero los
detalles concretos de lugar y fecha ¿no habrán sido suficientemente significativos?
En primer lugar, damos al término «espontánea» todo su posible alcance. Corre entre el gran público la idea
de que es en el espiritismo o en las sesiones de adivinación, quiromancía, etc., donde se dan con más precisión y
frecuencia las precogniciones (al menos aparentes). Esto es falso.
Los casos más impresionantes y frecuentes son espontáneos. Y no sólo por ocurrir fuera del laboratorio (en
este sentido se toma la expresión «casos espontáneos» en Parapsicología), sino también porque surgen totalmente
de improviso. No es el hombre el que va en busca de la precognición; es la precognición la que busca al hombre y
lo sorprende.
El propio RICHET, padre de la Metapsíquica, que tanto apreciaba la experimentación con «sujetos en «trance
espiritista» (aunque rechazase el espiritismo), afirmaba: «Las precogniciones en la hipnosis y en el
espiritismo son menos frecuentes que las precogniciones casuales» (6). Y añade en otro lugar: «Las premo-
niciones accidentales son más interesantes; son, en general, más notables y más numerosas que las
precogniciones experimentales... Llamo accidentales las precogniciones que se dan en sujetos normales sin
que haya tentativa alguna de experimentación» (7).
Sin embargo, las precogniciones espontáneas acostumbran a darse en circunstancias especiales, como durante
el sueño natural, o en delirios causados por la fiebre, etc.
Analizando las colecciones de precogniciones espontáneas, se constata también de inmediato que la
precognición es más fácil (o menos difícil) y más frecuente (o menos rara) en relación con acontecimientos
fuertemente emocionantes: terremotos, suicidios, duelos, muertes, accidentes, o impresionantes en sentido in-
verso: coronaciones de reyes, bodas fastuosas, victorias después de grandes guerras. Los sucesos menos
emocionantes no consiguen desequilibrar a cualquier «adivino» para permitir que se manifieste PSI-GAMMA
Por ejemplo, la señora Z. sueña que está en el parque Richmond con su hermana. Allí, sobre una silla,
encuentran un medallón de alfiler que después la señora Z. entrega a su camarera. Al anochecer cuenta su
sueño a otra. Horas después, olvidada ya, va al parque Richmond. Y encuentra en la silla en que va a
sentarse un gran medallón de alfiler, igual al que había soñado (8).
Como se comprenderá, lo más significativo de este caso es la insignificancia de lo que se prevé. ¿Será
simple simulcognición del medallón ya abandonado en el banco? La señora Z. ¿sería llevada al parque por
un impulso inconsciente? Mas ¿cómo explicar entonces que el inconsciente supiese que nadie encontraría
el medallón antes que ella? Al menos es un caso «sugestivo».
También soñando, la Sra. JOHNSON se ve saliendo de una tienda vacía con sensación de encontrarse
en un país extranjero. Delante de ella ve un gran sombrero de payaso... La señora JOHNSON sabe que es
especialmente «dotada» y tiene la costumbre recomendable (desde el punto de vista científico, pero en
ciertos casos peligroso para la salud) de anotar todos sus sueños algo extraños.
Pues bien, algún tiempo después la Sra. JOHNSON parte inopinadamente para la Riviera. Allí entra en
la tienda de una florista. Queda sorprendida: aquella tienda le resulta conocida a pesar de que nunca había
estado allá. De repente entra un señor—era carnaval—que se inclina delante de ella en una grotesca
reverencia: sobre la cabeza, un sombrero colorado de payaso. Antes de la entrada del bufón la tienda
estaba vacía. Sólo entonces la Sr. JOHNSON recordó el sueño que había anotado, y cuyos detalles se
habían realizado todos (9).
Detalles, como se ve, completamente intranscendentes. Podríamos multiplicar los ejemplos de semejantes
casos en sueños. ¿Precognición auténtica?
Evidentemente, contra todos los casos espontáneos podemos objetar que entre la inmensa cantidad de
pronósticos es imposible que alguno no se realice: es imposible equivocarse siempre. Sería preciso demostrar
científicamente que no caben otras explicaciones...
Una cosa, sin embargo, es cierta. Se han recogido miles de casos espontáneos. Muchos de ellos fueron
controlados, diríamos policialmente, por especialistas en la observación de lo paranormal... Hay casos que no
«parece» puedan explicarse sino por una facultad estrictamente precognitiva...
Siempre es necesaria una gran dosis de desconfianza ante cualquier supuesta facultad paranormal. Pero esta
desconfianza debe disminuir algo, o bastante, tratándose de la precognición. En efecto, la precognición no sería
más que un aspecto de PSI-GAMMA que hoy está científica y absolutamente demostrado.
PG prescinde de los obstáculos, incluso montañas, que puedan estar delante o sobre el objeto. PG prescinde
de la distancia, al menos dentro de nuestro planeta, aunque se trate de millares de kilómetros; para PG dos, tres
actos son igual que un solo acto, esto es, es simple, sin partes; PG es extra-sensorial, etc. En una palabra, PG es
una facultad espiritual, según la opinión unánime de los parapsicólogos de hoy (aunque nosotros en este libro no
nos hayamos detenido a demostrar directamente este aspecto). El tiempo, por el contrario, es material... PG por
consiguiente, «debe» prescindir del tiempo.
Claro está que son necesarias ciertas condiciones para que los casos espontáneos de precognición tengan
algún valor científico. Señalamos tres condiciones principales: los casos deben ser analizados por especialistas,
bien comprobados y suficientemente numerosos.
«Analizados por especialistas», para no confundir los casos que serían de precognición psigámmica con los
de otras facultades no propiamente precognitivas.
«Bien comprobados», esto es, referidos por personas dignas de crédito, registrados preferentemente por
escrito y «ante even-1um», referidos por los mismos protagonistas o testigos, etc. Muchos casos de los que se
refieren en las colecciones científicas fueron, además, comprobados «policialmente» por miembros de la
«Society for Psychical Research».
Y finalmente, «suficientemente numerosos»: en otras materias pocos casos pueden ser suficientes, pero no en
Parapsicología donde son tantas y tan graves las dificultades de observación y análisis. Cuando citamos un
Adivinos «profesionales»
Esta clase de adivinación constituye una clasificación intermedia entre los casos espontáneos y la
experimentación. No son experimentos de laboratorio y podrían catalogarse entre los casos espontáneos; pero
tales adivinos «profesionales» buscan provocar y controlar las precogniciones, lo que sería un tipo de ex-
perimentación. Podríamos citar millones de casos... Como ejemplo, bastará muy poco.
NOSTRADAMUS y GUARICO ganaron aun en vida reputación como adivinos por aciertos estupendos
como, por ejemplo, el pronóstico de la muerte de Enrique II que ambos habían hecho.
El célebre adivino GUARICO «me predijo—escribe, incrédulo, el mismo rey—que yo moriría en
duelo. Predijo que el Sr. GUISA sería muerto por el costado y que una coz de caballo destrozaría la cabeza
de DESCARS. El Sr. de GUISA preocupóse con aquella predicción, como si le hubiese sido anunciado que
era un cobarde. Tampoco DESCARS quedó satisfecho al saber que había de morir de manera tan trágica.
No sé lo que ocurrirá al Sr. de GUISA y a DESCARS, pero no me parece verdad que yo tenga que morir en
duelo. Acabamos de hacer las paces el Rey de España y yo, y aunque no las hubiésemos hecho dudo
mucho que yo lo mandase llamar como el Rey, mi padre, mandó llamar a CARLOS V».
Además de la carta del Rey, tenemos como testimonio la misma profecía de GUARICO, impresa «ante
eventum» en 1552.
El pronóstico se realizó plenamente en lo que se refería a De GUISA y a DESCARS (10).
En cuanto al rey ENRIQUE II, cuando en 1555 aparecieron las Centurias de NOSTRADAMUS, encontróse una
estrofa que inmediatamente fue tomada como confirmación del pronóstico de GUARICO:
El joven león al viejo ha de vencer en el campo de honor en duelo singular, en jaula de oro le
clavará.
Dos clases: una. Después la muerte, muerte cruel».
(«Le lyon jeune le vieux surmontera en champ bellique par singulier duelle, dans cage d'or les yeux lui
cravera. Deux classes, une; puis mourir, mort cruelle.»)
Y, efectivamente, hubo un duelo singular: como consecuencia del tratcdo de Chateau-Cambresis, que puso
fin a la guerra entre España y Francia, se organizaron grandes fiestas en París. Hubo un gran torneo: una clase de
duelo.
«en champ bellique par singulier duelle. Deux classes, une...»
En el torneo, el Rey ENRIQUE II quiso luchar contra el Condestable MONTGOMERY. Según los comentaristas,
se trataba de los dos leones indicados por NOSTRADAMUS, el león, signo astrológico de Francia y su Rey, y el
león heráldico de Escocia bajo cuyo blasón combatía MONTGOMERY, entonces lugarteniente de la guardia
escocesa en la corte de Francia.
En el torneo, MONTGOMERY, el joven león, llevado por su ardor juvenil, golpeó con violencia la coraza del
Rey, el león viejo. La lanza se quebró y una astilla de madera penetró por la visera del yelmo del Rey, que
brillaba como el oro.
A pesar de estar ya demostrado PSI-GAMMA, la precognición, por su particular aspecto, exigía una
experimentación específica.
La Comisión que estudió e hizo experiencias con numerosos sujetos «magnetizados» (hipnotizados),
concluyó la existencia de la precognición. Pero la Academia de Medicina de París rechazó, como sabemos, las
conclusiones y negó todo valor a las experiencias de la Comisión.
Los metapsíquicos no experimentaron la precognición. Esto tal vez se deba, como opina RHINE (15), al hecho
de ser siempre considerado el problema de la precognición como de índole religiosa. Esto detendría a los
metapsíquicos, que hacían alarde de la separación entre ciencia y religión. En el fondo, sin duda, porque la
precognición sería un argumento poderosísimo de que hay algo espiritual en el hombre, espiritualidad que los
materialistas «científicos oficiales» de fines del siglo pasado y comienzos del presente, de ninguna manera
querían admitir...
Pero, fuese cual fuese la causa de la omisión, el hecho es que la experimentación científica de la precognición
es una realidad contemporánea.
Experiencias cualitativas
11 BRANTOME: «Oeuvres completes», París, «Société D'Histoire de France», T. V., págs. 387 ss.
12 BRANTOME: «Oeuvres...», o. c, T. V., págs. 291 ss.
13 BRANTOME: «Oeuvres...», o. c, T. V., págs. 294 ss.
14 LIGEOIX de la COMBE, Cot.: «La troisième guerre mondiale. D'après les préditions de Nostra iamus», Burdeos, Imprimerie
Samie, 1961-62, pág. 270. Nos inclinamos a no aceptar esta interpretación, como expondremos en el cap. 19.
15 RHINE, Joseph Banks, pref. y trad. de SUDRE, Rene: «La dou-ble puissance de l'esprit», París, Payot, 1953, pág.
68.
poco una sonata de BEETHOVEN en un piano horriblemente desafinado... Las comprobaciones confirman las
afirmaciones de CROISET con mucha más frecuencia de la que permite el acaso.
Pues bien, con este famoso sujeto, el Dr. TENHAEFF realizó 150 experiencias de precognición por el método
llamado «silla vacía». Los resultados fueron siempre positivos. He aquí un ejemplo:
Era el día 17 de enero de 1952. En una sala de Rotterdam debería realizarse una reunión el día 20
(tres días después). Había treinta sitios. Al azar se escogió el número 18 y se preguntó al Sr. CROISET
quién había de sentarse en aquella silla. «Después de algunos instantes, el Sr. CROISET me dice—escribe
el mismo Dr. TENHAEFF— que no recibía ninguna impresión y pidió que señalase otra silla. Es lo que
hice. Me reveló entonces CROISET que en ese lugar se sentaría una señora con cicatrices en el rostro,
consecuencia de un accidente automovilístico durante una temporada que había estado en Italia. Con re-
lación a la señora, recordó la sonata Claro de luna.
El día 20 de enero, a las 20,45 horas, se verificó que de los 28 invitados a la reunión sólo vinieron 27
y que precisamente el asiento 18 (en el cual CROISET no había experimentado reacción alguna) quedó
desocupado. En el otro lugar por el que se preguntó a CROISET se sentó la señora de un médico: tenía
cicatrices en el rostro, resultado de un accidente de automóvil durarte unas vacaciones en Italia (cicatrices
que la afectaban mucho). El marido afirmó que, de hecho, la sonata «Claro de luna» incomodaba mucho
a su señora porque se asociaba a una cuestión íntima de su vida (16).
También el Dr. Hans BENDER, profesor del laboratorio de Parapsicología de la Universidad de Friburgo
(Suiza), hizo experiencias semejantes hasta un total de 450 con el mismo percipiente.
Con el Dr. BENDER, una vez el Sr. CROISET dio un formidable ejemplo de precognición «en dos etapas»:
De la señora que se sentaría en determinada fecha futura en una silla, dijo el Sr. CROISET: «La
persona que se sentará aquí, se rompió recientemente un brazo, porque cuando acompañaba el entierro de
un amigo, se cayó en una sepultura». Las investigaciones demostraron que estos datos eran absolutamente
falsos. Sin embargo, el fracaso duró apenas cuatro días, porque, después de ese tiempo, la citada señora
fue realmente al entierro de un amigo, cayó en una sepultura y se rompió un brazo (17).
El Sr. CROISET, pues, no sólo habría pronosticado quién se sentaría en determinada fecha futura en una silla,
sino que también habría conocido, como en una segunda etapa, lo que en el futuro iba a sucederle a esa persona.
Parecidas experiencias fueron también realizadas por la «Sociedad Argentina de Parapsicología» (18). Los
experimentos de los parapsicólogos argentinos se realizaron con el perceptivo Conrado CASTIGLIONE en el
Teatro Buenos Aires de esta ciudad.
En una experiencia concreta, sobre 45 datos se obtuvieron 37 aciertos. Los detalles de identificación, en su
mayoría, no eran generalidades aplicables a varios.
Ya antes, en la época de la Metapsíquica, el Dr. OSTY había llevado a cabo dos experiencias de «silla vacia»
con el Sr. FORTUNY. El éxito fue notable (19).
Pero, en los primeros casos referidos, se podría suponer que CROISET no conoció el futuro sino el presente:
las personas invitadas. Después, aún cabe suponer que el día 20, el inconsciente del Sr. CROISET hiciese que
algún convidado (o éste sugestionado inconsciente y telepáticamente por la profecía hecha), terminase por dejar
vacía la silla 18 y por el mismo motivo, en la otra silla prevista se sentase la esposa del médico. Esta inversión del
proceso es siempre objetable en las experiencias que tienen por objeto acciones humanas.
Experiencias cuantitativas
Había, pues, que experimentar tomando como objeto seres inanimados en los cuales no se pueda suponer que
«sugestionados» inviertan el proceso...
El Dr. S. G. SOAL realizó una serie de tentativas con 160 metagnomos, a partir de 1934. Se trataba, en la
mente de SOAL, de experiencias de simulcognición paranormal sobre objetos inanimados como «control».
El sujeto trataba de adivinar qué carta de una baraja especia] estaba mirando otra persona, en
determinado momento, en un cuarto vecino. Para garantizar el acaso, al escoger la carta que debería ser
mirada en cada momento, se empleó un método ingenioso: en una taza había piezas o fichas de cinco
colores diferentes. Cada color indicaba el lugar de donde se debería tomar la carta.
Los resultados, sin embargo, no superaron lo atribuíble al acaso según el cálculo de probabilidades.
Pero esas experiencias se volvieron significativas en pro de la precognición. En efecto: el Dr. SOAL
comprobó que de los 160 sujetos, dos, la Sra. STEWART y el Sr. Basil SHACKLETGN, habían acertado con mucha
frecuencia, no la carta que en determinado momento se miraba, sino la que debería mirarse en el momento
siguiente, carta que aún no había sido escogida por la suerte. Aplicando el cálculo de probabilidades a este
curioso «efecto de deslocamiento», se comprobó que los aciertos superaban muy significativamente lo que se
podía esperar por el acaso.
SOAL analizó el «deslocamiento» por sugestión del Dr. CARINGTON que había observado en sus propias
experiencias el mismo deslocamiento precognitivo. Idéntico deslocamiento obtuvo después el Dr. Charles E.
STUART.
Pero en esas experiencias de SOAL y otras semejantes, se podría pensar en otras explicaciones sin absoluta
necesidad de recurrir a la precognición propiamente dicha. Por ejemplo, cabe suponer que el experimentador, al
tomar la pieza indicadora de la carta que habría de mirar, era guiado inconscientemente por simulcognición del
pronóstico dado ya por el sujeto. Sería, de nuevo, una inversión del proceso a pesar del «control» inanimado.
Esta hipótesis, como en casos semejantes, ofrece varias dificultades, entre otras la de atribuir el mérito
principal del conocimiento psigámmico al experimentador {en otras ocasiones reconocido como mal
metagnomo), quitándole mérito al destacado metagnomo. Con todo, toda hipótesis no precognitiva debe ser
tenida en cuenta...
Experiencias irrefutables
Después de estos resultados «demostrativos» obtenidos sin pretenderlo, el Dr. SOAL quiso continuar
experimentando directamente la precognición. Buscó a los dos metagnomos que habían tenido éxito. Sólo podría
seguir experimentando el Sr. Basil SHACKLETON.
B. SHACKLETON, fotógrafo de profesión, no se había dado cuenta de sus «dotes» hasta la edad de 23 años,
cuando acertó «de un modo raro» los ganadores en una carrera de caballos.
La manifestación especial de la capacidad para el conocimiento paranormal se debe sin duda, al menos en
parte, a su delicado estado de salud. Precisamente en la época de las experiencias SHACKLETON acababa de
guardar cama por enfermedad.
Es notable, por otra parte, la total falta de entusiasmo que demostró este famoso metagnomo por las
experiencias para psicológicas. Calificaba los experimentos de «monótonos, aburridos y sin finalidad alguna».
Esto, creemos, puede dar mayor valor a los resultados obtenidos, pues cabe esperar que con menos «inhibición»
habría obtenido aún mejores éxitos.
A partir de enero de 1941, SOAL inauguró otra serie de experiencias importantísimas con Basil
SHACKLETON. Por su excepcional importancia debemos detenernos más en su exposición.
Se experimentó con una baraja totalmente especial: los símbolos tradicionales de la baraja ZENER,
fueron sustituidos por las figuras de un león, cebra, jirafa, elefante y pelícano, con el fin de darles más
interés a los símbolos, de cuya insipidez se quejaba el sujeto.
Las cartas eran barajadas para cada experiencia. El sistema de barajarlas era bien origina], procurando
garantizar plenamente el azar. El Dr. SOAL escribía en un orden completamente aleatorio (sirviéndose,
por ejemplo, de dados) las cifras del uno al cinco (tantas cuantos eran los símbolos diferentes de la
baraja), formando una lista de 50 números (tantos cuantas tentativas se hacían en cada prueba).
La lista se ponía delante de la Sra. GOLDNEY y se cambiaba para cada experiencia. Aparte de la lista
de cincuenta números, la Sra. GOLDNEY tenía en las manos cinco cartones numerados del uno al cinco.
Por otra parte, delante del agente se ponían las cartas boca abajo, de manera que no podía ver los
dibujos.
Estas cartas estaban colocadas al acaso en cinco pequeños compartimentos. El agente y la Sra. GOLDNEY
se sentaban frente a frente pero sin poder verse pues los separaba un panel vertical sobre la mesa. La Sra.
GOLDNEY no sabía las cartas que había en cada compartimento de los cinco que estaban delante del
agente.
Durante la experiencia, la Sra. GOLDNEY presentaba al agente, a través de un abertura «ad hoc» del
panel, uno de los cartones numerados del uno al cinco, aquel que correspondía, para cada tentativa, al
orden de la lista de cincuenta números.
El agente, cuando veía el número del cartón, tomaba una carta del montón correspondiente y durante
algunos instantes miraba la carta. Después volvía a colocarla en su lugar. El percipiente, SHACKLETON,
estaba en otra habitación distinta, controlado por el propio Dr. SOAL.
Pues bien, SHACKLETON no debía «adivinar» la carta que en cada momento miraba y pensaba el
agente, sino la carta que había de mirar y pensar en el momento siguiente.
El sistema de barajar como se ve, era tan original como complicado, pero garantizaba la casualidad en la
designación de la figura que debía ser pensada por el agente.
El éxito fue rotundo. Se hicieron 3.789 tentativas. La precognición fue tan constante que la posibilidad de
obtener tales resultados por azar dio una razón crítica, según el cálculo de probabilidades, de 13,2, esto es, una
probabilidad de 1 contra la unidad seguida de 35 ceros.
Acelerando el ritmo de la experiencia, en lugar de adivinar la carta del momento siguiente, acertaba la que
debería escogerse dos tentativas más adelante (20).
Críticas y contracríticas
Estas experiencias de SOAL son consideradas como decisivas, demostrando apodícticamente la precognición:
tal es la opinión general de los parapsicólogos y de cuantos otros científicos han estudiado el asunto.
Ciertamente, cualquier otra explicación que no sea la precognición es sumamente improbable e incluso
ridícula. En efecto, el mecanismo que necesitaría el metagnomo para deducir, sólo por simulcognición, la carta
que iba a ser pensada en el momento siguiente, es excesivamente complicado e ilógico. Tendría que conocer por
simulcognición el número siguiente en la lista de 50, también tendría que saber en qué forma el cartón numerado
correspondería con el compartimento en que estaba la carta, y por fin, saber qué cartas había en cada
compartimento. Todo esto sería por conocimiento de la misma realidad externa (21).
Tal objeción no es lógica en este caso, pues Basil SHACKLETON era telepático, no clarividente.
Efectivamente:
En una serie de experiencias se suprimía el agente telepático, es decir, el agente, Srta. R. E., no
miraba la carta sino solamente la señalaba con el dedo, sin volverla.
En otra ocasión se fue alternando aleatoriamente el sistema de mirar la carta el agente y el de sólo
señalarla con el dedo, sin mirarla.
20 SOAL, S. G.: «The experimental situationin Psychical Research», Londres, S. P. R., 1947.
Para la relación detallada de las experiencias:
SOAL, S. G. y GOLDNEY, D. M.: «Experiments in precognitive telepathy», en «Proceedings of the S. P. R., XLV, págs. 165 ss., y
XLV1I, págs" 21 ss. Cfr. también la carta de SOAL-GOLDNEY publicada en «Journal of Parapsychoiogy», Diciembre, 1944, pág. 318;
así como en la página 321: «Comments on Soal and Goldney», y en las páginas 311-315: «A note on negative devition».
21 El conocimiento de la realidad externa se llama en Parapsicología, «clarividencia»; el conocimiento paranormal de los
pensamientos o actos psíquicos ajenos se llama «telepatía», como estudiaremos en el capítulo 20.
Basil SHACKLETON obtuvo resultados significativos cuando se miraba la carta, acertando precognitivamente
no la carta mirada sino la que se iba a ver en el momento siguiente (o dos momentos después, acelerando el ritmo
de la experimentación); pero en cambio, no superó el azar cuando debía acertar las cartas que sólo se apuntaban
con el dedo, sin conocerlas el agente telepático.
En marzo de 1941, se sustituyeron las cartas que tenían el dibujo de los animales por otras en que
sólo figuraban las iniciales de los mismos; para el agente telepático era igual pues por las iniciales sabía
el animal en que debía pensar. SHACKLETON sólo fue advertido del cambio cuando fueron rellenadas
cuatro hojas de registro.
El cambio no afectó a los resultados. SHACKLETON captaba, pues, el pensamiento futuro del agente, no las
cartas mismas, o las iniciales en este caso.
Otra innovación fue que el agente pensaba en los animales de los cuales sólo se le presentaba un símbolo:
trompa (por el elefante), melena (león), pico (pelícano), listas (cebra) y cuello (jirafa).
SHACKLETON no se dio cuenta; los resultados continuaron idénticos (excepto en una primera serie en que
fueron nulos, hecho que evidentemente pudo depender de otros factores) (22).
Otra confirmación hecha posteriormente: Denys PARSON utilizó una máquina destinada a excluir toda
captación del pensamiento; Basil SHACKLETON, en 882 intentos, no obtuvo resultado por encima del previsto por
azar (23).
Evidentemente SHACKLETON estaba en condiciones de captar pensamientos futuros (telepatía precognitiva), no
la realidad externa ni futura ni presente (clarividencia). Por tanto, la crítica de que los resultados se podrían
explicar por simulcognición clarividente, va contra los hechos experimentales.
¿Se podrían discutir estas famosísimas experiencias desde el punto de vista de la telepatía? Basil
SHACKLETON podría captar en el subconsciente de la Sra. GOLDNEY el número siguiente en la lista de 50, o el
colocado dos lugares más allá, en las experiencias a ritmo acelerado: la Sra. GOLDNEY, al buscar un número en
esa lista, vería también, aunque no reflejamente, el siguiente y aun el posterior y así podría conocerlo en ella
SHACKLETON. El Dr. SOAL, por su parte, ya que él mismo había confeccionado la lista de 50 números,
ciertamente la conservaría en el inconsciente por pantomnesia. También en él podría captarla SHACKLETON.
Aparte de esto tendría que conocer además en la mente de los experimentadores que los números de la lista se
relacionaban con los cartones, debería conocer la correspondencia entre los cartones numerados y los
compartimentos, y, en el agente, tendría que conocer de antemano las cartas que habla en cada compartimento.
A pesar de lo complicado de esta crítica, SOAL y GOLDNEY la enfrentaron, introduciendo una importante
modificación en los experimentos.
Basándose en el método empleado por el mismo SOAL antes de la Segunda Guerra Mundial, como ya
indicamos, también en estas pruebas se recurrió al arbitrio de sustituir la lista de los 50 números por una
bolsa o recipiente donde había gran cantidad de piezas, discos o fichas de cinco colores diferentes. Cada
color indicaría el número escogido. Las fichas se mezclaban bien y eran sacadas una a una, al azar.
En la mayor parte de estas experiencias era la misma Sra. GOLDNEY la que tomaba y mostraba las
fichas de distinto color al agente. Se expresa así: «Yo disponía la bolsa de manera que los números
pudiesen ser fácilmente sacados; después empleaba alternativamente cada mano y mostraba un número
por el orificio del panel con una mano, mientras metía la otra en ¡a bolsa para tomar el número
siguiente. De vez en cuando, me paraba para remover rápidamente la bolsa durante bastante tiempo y
siempre tomaba los números de todas partes, de arriba y de abajo, para evitar la salida de los mismos
números... Los resultados parecen indicar que Basil SHACKLETON conocía cuál sería la carta siguiente,
incluso antes de que el número que la señalaría hubiese sido sacado».
Nótese que por varios pasajes de las actas y por las frases que ponemos en cursiva en el texto, la Sra.
GOLDNEY no tomaba el número siguiente (solamente removía las fichas) hasta pasado el momento destinado al
intento anterior. Si en una mano ya tuviese la ficha «siguiente» mientras mostraba en la otra la ficha «anterior»,
22 Aparte de la bibliografía del propio SOAL, citada en la nota 20, cfr.: HUMPHREY, Betty: «Soal and Goldney precognitive
telepathy experiments», en «Journal of the American S. P. R.», 1944, Septiembre, págs. 139 ss., traducción francesa por la Sra. CLARY
y Srta. GALINIER: «Experiences de télépathie precognitive», en «La Métapsychique 1940-1946», París, P. U. F., s. f. (1947), págs. 133ss.
RHINE, J. B. y HUMPHREY, B. H.: «Position effects in the cognitive telepathy. Experiments of Soal and Goldney», en «Journal of
Parapsychology», VIII, 1944, Septiembre, págs. 187 ss.
23 SOAL, S. G. y GOLDNEY, D. M., en «Journal of Parapsychology», VIII, 1944, Junio.
no se hubiera evitado la clarividencia simulcognitiva. Magníficos experimentadores, como SOAL y GOLDNEY, no
iban a caer en este fallo tan ingenuo, precisamente en experiencias hechas para refutar contra-hipótesis de
simulcognición, a pesar de que toda clarividencia debería desecharse en tales experiencias con B. SHACKLETON
que era claramente un telépata.
En estos mismos experimentos con números en una bolsa, está también el factor importantísimo de la
aceleración del ritmo. Excluye toda posibilidad de simulcognición, e incluso excluye esa «ingenua» crítica de que
tal vez estaría ya la Sra. GOLDNEY cogiendo el número siguiente...
Habitualmente las experiencias se realizaban a un ritmo de dos segundos y medio para cada tentativa.
Ahora, durante casi tres meses se probó la máxima velocidad posible en tan complicada técnica: un
segundo para cada intento (exactamente un segundo y cuarto). Y SHACKLETON acertaba no la carta que
se pensaría en el segundo siguiente, sino la que se pensaría dos segundos más tarde (exactamente dos
segundos y medio).
Aquí es manifiestamente imposible que GOLDNEY ya estuviese en contacto con la ficha correspondiente a
dos intentos después, ya que iba alternando las manos.
Los resultados de todas estas experiencias fueron idénticos a los obtenidos cuando se hacían con la lista de los 50
números. Evidentemente, pues, SHACKLETON captaba directamente el futuro y no los mecanismos interpuestos.
Era precognición y no simulcognición.
Atribuir el éxito de estos nuevos métodos a un proceso de inversión, es decir, pensar que GOLDNEY era
guiada inconscientemente en el coger la ficha por el conocimiento simulcognitivo o retrocognitivo del pronóstico
ya hecho por SHACKLETON, es una hipótesis ridícula: ¿cómo, de repente, una persona no metagnoma, iba a
igualar en una experiencia tan difícil a uno de los mejores metagnomos que han encontrado los para psicólogos?
Idéntica a esta crítica sería la de suponer que SHACKLETON dirigiría a GOLJNEY por un efecto psicocinético
(PK) o cualquier otro modo de influenciar la actuación de la Sra. GOLDNEY. Debo decir, en primer lugar, que
esta contra-hipótesis que, de hecho, algunos parapsicólogos sugirieron a SOAL y GOLDNEY va contra todo lo que
sabemos de influencia en otras personas (sugestión telepática, subyugación telepsíquica, facultad PK influyendo
en seres animados...). Porque, en realidad, el proceso de esa posible influencia no parece que sea en el sentido
que la crítica supone. No es el metagnomo (hechicero, etc.) el que me sugiere, subyuga, mueve mis órganos...;
sería mi mismo inconsciente el que captaría el pensamiento, o mejor diríamos, el deseo o el sentimiento
altamente emotivo del «mago». Mi propio inconsciente es el factor principal. Yo mismo debería ser metagnomo.
Por tanto, esta crítica se reduce a una mera modificación verbal de la anterior y la respuesta podría ser la misma:
no se comprende cómo la Sra. GOLDNEY, reconocidamente mala metagnoma, podría igualar, y menos todavía
regularmente durante meses, los magníficos resultados de uno de los mejores metagnomos del mundo.
SOAL y GOLDNEY hicieron también experiencias de esas contra-hipótesis. Trataron intencionadamente de
invertir el proceso:
SHACKLETON se esforzaría por influenciar a la Sra. GOLDNEY en la elección de los números, o la Sra
GOLDNEY trataría de acomodarse a los deseos de SHACKLETON. En estas experiencias, todos los demás
participantes permanecían en sus puestos habituales. Algunas veces, SHACKLETON pensaba en una cifra
siguiendo el orden de la lista de 50 números, otras veces señalaba con el dedo, libremente, una ficha de
color. La Sra. GOLDNEY debería escoger o sacar de la bolsa el mismo número.
Pues bien, nunca obtuvieron resultado positivo, ni en la elección del número en cuestión ni con
deslocamientos al número siguiente. Todo salió siguiendo perfectamente las leyes del acaso...
Como se ve, no se puede rechazar la explicación de precognición en las experiencias de SOAL y GOLDNEY
con Basil SHACKLETON, ni buscar otras explicaciones complicadas...
Aparte de esto, en Parapsicología, tanto en los casos espontáneos como en los experimentales, parece claro
que el «testigo» u objeto de la facultad PSI, o mejor, lo que se puede manifestar, nunca es tan complejo y
complicado como reclamarían las contra-hipótesis.
La precognición propiamente dicha es, pues, la única explicación admisible en estas experiencias.
La precognición de dibujos
Hicimos alusión antes al efecto de deslocamiento precognitivo observado por otros experimentadores. Pienso
que en este sentido las experiencias a base de dibujos realizadas por el Dr. CARINGTON, son muy dignas de
atención, El Dr. CARINGTON escogía, al azar, un número de una tabla. Después, abría un diccionario por la
página correspondiente a ese número y en ella tomaba la primera palabra capaz de proporcionar razonablemente
objeto para un dibujo. Los «sujetos», residentes a kilómetros de distancia, procuraban averiguar
psigámmicamente y reproducir esos dibujos. Los originales y 2as reproducciones eran entregadas a diversos
árbitros especializados. En varios sujetos se observó significativamente el deslocamiento precognitivo: dibujaban
no el objeto ya escogido sino el próximo, que aún no había sido dibujado, ni siquiera escogido (24).
Con el sistema usado por el Dr. CARINGTON, cualquier otra explicación que no sea la precognición resulta
imposible.
En el resultado del cálculo de probabilidades, cualquier influencia de preferencia en la elección de los
diseños en el diccionario o de severidad o indulgencia por parte de los jueces, fue evitada expresamente por un
método especial de cálculo de probabilidades cuya justificación matemática se debe al especialista en estadística
Dr. STEVENS.
El Dr. SOAL hizo una crítica sumamente severa de estas experiencias. Dedujo que el deslocamiento
precognitivo en las experiencias de CARINGTON no llega a ser segura y completamente significativo, desde el
punto de vista estadístico. Es posible. Mientras tanto, como dice muy bien el Dr. J. WEST, los trabajos de
CARINGTON, si no son apodícticos, al menos tienen enorme fuerza en favor de la precognición (25).
Los primeros pasos en el Laboratorio de Parapsicología de la Universidad de Duke en Durham (N. C, EE.
UU.) fueron lentos y difíciles. Sólo después de grandes esfuerzos de ingenio y largas horas de mediciones,
llegaron a encontrar el sistema perfecto de experimentación.
La investigación partió de un error. Después de haber demostrado que PSI-GAMMA prescinde de la distancia,
el Dr. RHINE y algunos de sus colaboradores pensaron que, consiguientemente, prescindiría también del tiempo.
Porque—decían— EINSTEIN demostró que el tiempo es una cuarta dimensión del espacio. Pero la doctrina del
espacio-tiempo en la teoría de la relatividad de EINSTEIN es un formalismo matemático que tiene poco que ver
con el espacio y el tiempo reales. Pero este error de interpretación animó a RHINE y sus colaboradores, que se
lanzaron con entusiasmo y constancia admirables a la confirmación experimental de la existencia de la
precognición.
Otros colaboradores estuvieron mejor encaminados al pensar que, puesto que PG es extrasensorial, espiritual,
tiene que prescindir del tiempo, ya que el tiempo es dependiente de la materia.
Barajando a mano
La primera serie de experiencias fue una simple modificación de las experiencias de simulcognición
psigámmica. En vez de decir el orden en que estaban las cartas de la baraja ZENER, el metagnomo tenía
que pronosticar el orden en que quedarían después de ser barajadas concienzudamente.
Los resultados fueron satisfactorios. La posibilidad de obtenerlos por azar era de 1 contra 1.400.000.
Se podría preguntar hasta qué punto la percepción simulcognitiva por parte del experimentador, de los
pronósticos ya formulados por el metagnomo podría influir en el barajamiento de las cartas. Pero, como ya hemos
dicho, no se comprende cómo un experimentador reconocidamente mal metagnomo habría de llevar el principal
mérito de los aciertos, negándolo al destacado metagnomo. Más difícil de comprender es cómo éste conocimiento
inconsciente podría influir en el modo de barajar a fin de que las cartas se acomodasen al orden preestablecido
por el metagnomo. Como se ve, la objeción que se pusieron a sí mismos los investigadores, es por demás
complicada. Con todo, hicieron la contraprueba:
Realizaron una serie de experiencias en las que el sujeto debía procurar barajar las cartas con la
intención de que quedasen como en otra baraja que él no había visto y que podría conocer por percepción
simulcognitiva.
24 CARINGTON, Whately: «Telepathy, an outline of ist facts, theory and implications», London, Methuen and Co., 1945.
Utilizamos la traducción francesa de PLANIDL: «La télépathie, faits, théories, implications», París, Payot, 1948, págs. 48 ss. Para la
descripción detallada de las experiencias: «Proceedings of the S. P. R.», XL1I, págs. 173 ss. y 227 ss. «Proceedings of the American S.
P. R.», XXIV, págs. 3 ss.
25 WEST, J.: «Psychical Research Todav», Londres, Duckworth, 1954, pág. 109.
Los resultados no superaron el azar (26). Las primitivas experiencias de precognición, por tanto, tenían valor.
Pero Duke quería apartar plenamente, si fuese posible, hasta la posibilidad de crítica.
Era necesario abandonar el sistema de barajar las carias a mano. La lógica exigía barajarlas mecánicamente.
Después de algunas series de experiencias infructuosas en busca de un «metagnomo» (27), la Srta. JOHNSON
obtuvo un éxito notabilísimo en un conjunto de 4.200 tentativas. El resultado dio una proporción con relación al
acaso, de 1 sobre 100.000.000.000 (28).
¿Qué se podría objetar? ¿Será que estas experiencias no garantizan que el hombre puede conocer paranormal
y directamente el futuro?
Es preciso reconocer que las objeciones que se hicieron a sí mismos los parapsicólogos están muy cerca del
ridículo: el Dr. TYRREL, al escoger el botón que iba a pulsar, se guiaría, a pesar de no ser metagnomo, por la
simulcognición del pronóstico que ya estaría pensando la Srta JOHNSON. Pero para poder pulsar ese botón,
tendría que conocer él, no metagnomo, ¡todo el complicado movimiento del aparato modificador del «orden» en
que se deberían encender las lámparas!
El aparato modificador era complicadísimo: ¿cómo TYRREL o la Srta. JOHNSON podrían conocerlo por
simulcognición, así como su complicado funcionamiento? Estas objeciones están contra las características que se
conocen de la facultad PSI-GAMMA.
PSI-GAMMA, como ya indicamos, manifiesta el conocimiento de cosas particulares, concretas, datos simples,
no cosas complejas o desarrollos complicados.
Parece, pues, necesario admitir que se averiguaba por precognición directa la lámpara que se encendería; no
parece posible que se manifestase por simulcognición la serie de conocimientos complicados y relacionados entre
sí que suponen las objeciones presentadas.
En la Universidad Duke se llevaron a cabo cuatro series independientes de experiencias, también con el
auxilio de la mecánica. La primera serie fue dirigida por C. E. STUART; la segunda por la Srta. Lois
HUTCHINSON; la tercera por los doctores J. C. PRATT y Betty M. MURPHY, y la cuarta por el mismo RHINE con
la ayuda de E. P. GIBSON.
26 RHINE, J. B.: «Experiments bearing on the Precognition Hypotesis», en «Journal of Parapsychology», II, 1938, pigs. 38 ss. y
119 ss.
27 TYRREL, G. N. M., en «Journal of S. P. R.», XX, págs. 294 ss.
28 TYRREL, G. N. M., en «Journal oí Parapsychology», II, 1938, Junio. Para la relación detallada de las experiencias:
«Proceedings of the S. P. R.», XLIV, 1937, parte 147, págs. 99 ss.
Se utilizó la baraja ZENER de 25 cartas. Para cada prueba las cartas eran barajadas por «brazos
mecánicos» especialmente diseñados para este fin. Los metagnomos debían pronosticar por escrito, antes
de comenzar a funcionar las máquinas, el orden en que quedarían las cartas después de que los «brazos
mecánicos» las hubiesen barajado detenidamente (29).
Pues bien, los resultados de las experiencias, de nuevo indicaron sobre base bien firme la existencia de la
precognición, ¿cabe objeción alguna?
Este conjunto de miles de experiencias con máquinas, en Inglaterra (TYRREL) y EE. UU. (RHINE y sus
colaboradores), terminó en 1940. Era un hecho demostrado que la facultad PSI-GAMMA prescinde del tiempo;
ciertos metagnomos pueden conocer paranormalmente el futuro; directamente el futuro.
Ya hacía tiempo que los científicos no parapsicólogos no ponían objeciones con conocimiento de causa. Sin
embargo, los parapsicólogos no se dieron todavía por contentos. Querían terminar con todo posible escepticismo,
aun ridículo o apasionado. Las objeciones fueron buscadas por los mismos parapsicólogos con más entusiasmo
que el que habían empleado en la demostración.
Contra los experimentos con máquinas objetaron que tal vez los metagnomos influyesen y dirigiesen «con la
fuerza de su pensamiento» las mismas máquinas o los movimientos de las cartas a pesar del impulso de la
máquina. Todo se debería a la llamada psicoquinesia, telequinesia, o más modernamente Psi-KAPPA. Pero
¡¿dirigir una máquina o las cartas en movimiento con tanta precisión...!? ¿Dónde se encontraría una base, experi-
mental o en los casos espontáneos, para suponer tal precisión en las manifestaciones PK?
Sin embargo, había que eliminar también este subterfugio.
Esta nueva objeción era difícil de solucionar. RHINE y sus colaboradores, después de madura reflexión,
adoptaron en 1941 el sistema siguiente:
Se escogía, por ejemplo con dados, una fecha futura, suficientemente distante para evitar una
previsión normal respecto a ella. Las temperaturas máxima y mínima de aquel día, según fuesen indicadas
por los periódicos, serían las que determinarían en última instancia el orden de las cartas. Para esto,
primeramente se mezclarían las cartas mecánicamente y después se darían cortes en la baraja de acuerdo
con las dichas temperaturas.
Para las experiencias se escogían sujetos ingenuos: niños o adolescentes. Se les mostraban los
símbolos de la baraja ZENER. Se les entregaba una hoja con 25 espacios en columna (tantos como cartas
componen la baraja). Se les decía que más adelante serían escritos símbolos a la derecha de la columna.
Ellos debían escribir a la izquierda los símbolos como pensasen que luego serían escritos a la derecha. No
se les decía nada sobre el método que sería empleado para establecer el orden de los símbolos que
después de 10, 12 o más días serían escritos a la derecha.
Escogiéndose los sujetos por razón de la ingenuidad y sólo en segundo término por razón de la capacidad
psigámmica, se tenía la ventaja de que ellos no discutirían el método ni lo considerarían absurdo. Así se evitaba
que la inhibición por prejuicios influyese en los resultados. Repetidas veces se había comprobado la influencia
deletérea, inhibitoria, del prejuicio. Pero esta ventaja venía acompañada por una desventaja: no se disponía de
metagnomos excepcionales. Sin embargo, RHINE y sus ayudantes consideraron este inconveniente sólo relativo:
si obtenían algún éxito, sería más significativo por tratarse de metagnomos poco escogidos. Profundizando en
esta consideración, hicieron cuestión de no buscar sujetos de notables cualidades paranormales, bastando que
fuesen ligeramente «dotados».
Sobre estas bases hicieron dos series de experiencias dirigidas por el mismo Dr. RHINE la primera, y la
segunda por la Dra. HUMPHREY, entonces todavía estudiante. Los resultados no fueron impresionantes,
tratándose de sujetos casi «normales». Pero la llamada «co-variación de las tasas de emergencia» demostró en
29 RHINE, J. B.: «Experiments of the Precognition» en «Journal of Parapsychology», V, 1941, págs. 1 ss. No sé con qué
fundamento Robert AMADOU («La parapsychology, o. c, pág. 227) afirma que estas experiencias no fueron estadísticamente
significativas. El propio RHINE, en los artículos antes citados, afirma lo contrario, y expresamente lo repite en «La double puissance de
l'esprit», o. c, pág. 73: «Toutes quatre (se refiere a las cuatro experiencias de que hablamos) donnèrent des résultats significatifs».
AMADOU añade en el lugar citado: «Et aucun succès n'a été de nouveau enregistré a Duke de precognition». Como veremos de
inmediato, posteriormente hubo en Duke más experiencias de precognición y fueron demostrativas. Esta última afirmación, pues,
sugiere que la afirmación anterior fue tal vez también una falsa información.
ambas series la existencia de la precognición (30). Según el cálculo de probabilidades el acaso estaba determinado
en cada una de las series por la fracción 1/500.
Contra esta confirmación de la precognición ¿cabe algún escepticismo? Únicamente, tal vez, que los
resultados estadísticos no fueron muy elevados, aunque significativos. En Biología o en Química, una posibilidad
sobre 200 ya es considerada como científicamente no debida al acaso...
Pero los para psicólogos de la Universidad Duke, en la constante ansia de encontrar métodos cada vez más
apodícticos, se hicieron a sí mismos una objeción que parece hasta indigna de la seriedad científica de una
Universidad. Quisieron hacer frente a la objeción fantástica de que los «ingenuos» sujetos no escogidos entre los
mejores, o tal vez los mismos experimentadores reconocidamente no metagnomos, ¡podrían influir sobre los apa-
ratos registradores de la temperatura! (31).
De hecho, el Dr. CHARI prefiere en todos los casos la explicación por PK a la precognición, y aduce en favor de
su tesis otros varios autores (32). Claro está que no nos convencen. Ni se ve cómo sería menos verosímil la
precognición de una facultad PK tan notable e inteligente como tendría que ser la defendida por CHARI y sus
partidarios. ¡No estaría mal una demostración tan fácil de un PK tan notable...!
¿Cómo no comprenden estos autores que si nunca se han obtenido experiencias tan significativas cuando se
pretendía experimentar PK es porque, de hecho, la manifestación de PSI-GAMMA precognitiva es por lo menos
más frecuente que la de PSI-KAPPA?
En todo caso, la objeción de influir sobre la temperatura, de manera tan inteligente y controlada, es, como se
ve, absolutamente fantástica, e incluso diríamos absurda en el sentido más completo de la palabra. Pero la
Universidad Duke quería una demostración totalmente irrefutable hasta para los más escépticos imaginativos
adversarios.
E hicieron frente a esa objeción:
Al sistema de cortar la baraja (después de ser mezclada por la máquina), de acuerdo con las
temperaturas de una lejana fecha futura, se le agrega todavía una complicación enorme, una especie de
insuperable barrera intelectual. Las cifras de las temperaturas, antes de ser aplicadas al corte de la baraja,
servían de base para complicadas operaciones de altas matemáticas realizadas por máquinas calculadoras.
La misma operación, complicadísima y larga, se efectuaba de acuerdo a reglas fijas, de modo que el
experimentador no era libre para escoger los cálculos que inconsciente y paranormalmente juzgase que
convenían para cada caso (!). Cuando, finalmente, las máquinas calculadoras daban los resultados de las
operaciones, se había interpuesto entre la lectura de la temperatura y los cortes en la baraja una barrera
intelectual completamente sobrehumana. Toda posibilidad de PSI-KAPPA o de PSI-GAMMA diferente de
la misma precognición quedaba completamente excluida.
Con este sistema comenzaron largas series de experiencias. Pues bien, «la proporción de aciertos (precognitivos)
no ha sido alterada por la adición de estas medidas de precaución» (33).
30 RHINE, Joseph Banks: «Evidence of precognition in covariation of salience rations», en «Journal of Parapsychology, VI, 1942,
págs. 11 ss. HUMPHREY, B. M. y RHINE, J. B.: «A confirmatory study of salience in precognition tests», en «Journal of Parapsychology»,
VI, 1942, págs. 192 ss.
La medida empleada en el cálculo de probabilidades en este caso, llamada «co-variación de las tasas de emergencia», se describe
también en esos trabajos.
31 RHINE, J. B.: «Precognition reconsidered» en «Journal of Parapsychology», IX, 1945, págs. 264 ss.
32 CHARI, C. T. K.: «A note on precognition», en «Journal of S. P. R.», 1952, págs. 46 ss.
33 RHINE, J. B.: «New world of the mind», Nueva York.W. Sloane, 1967. Utilizamos la traducción de Dora Joninski de KREIMAN:
«El nuevo mundo de la mente», Buenos Aires, Paidós, 1958, pág. 95. En reciente carta de la Dra. Dorothy H. POPE, de] laboratorio de
PHINE, tuvimos confirmación de los éxitos recién obtenidos en la continuación de esas experiencias.
complicado (como sería por ejemplo el mecanismo y funcionamiento de las máquinas, incluso del Dr. TYRREL, O
la «barrera» que acabamos de describir) no se puede conocer en su conjunto o este conocimiento no puede ser
manifestado. Después de esta consideración, podemos concluir sin temor a errar: PSI-GAMMA puede conocer
directamente un objeto futuro: hay precognición en el estricto sentido de la palabra.
La gran fuerza o la máxima fuerza de la demostración está en el conjunto de las experiencias y casos
espontáneos bien analizados. A veces suponíamos críticas forzadas y hasta casi absurdas. Después de la
demostración científica de la precognición, no es lógico acudir a explicaciones forzadas, inverosímiles, com-
plicadísimas.
Conclusión
Hoy en día la precognición es un hecho indiscutible. Ningún para psicólogo, ni ningún científico con
conocimiento de causa puede proponerle la menor objeción. En el capítulo en que exponíamos las observaciones
parapsicológicas sobre PSI-GAMMA en genera], aducíamos los testimonios de la Ciencia que se referían a la
precognición.
Los sistemas empleados en la experimentación, desde el punto de vista estadístico, fueron analizados por
especialistas en estadística matemática, especialmente en el Congreso Internacional de Indianápolis y en el
«Instituto Internacional de Estadística Matemática».
El aspecto parapsicológico más directamente experimental (condiciones, control, legitimidad de las
consecuencias, etc.) fue estudiado por destacadas personalidades de todas las ramas del saber en el «Primer
Coloquio Internacional» de Utrech.
No es necesario repetir aquí los testimonios.
Igualmente el aspecto filosófico fue estudiado en el Congreso de Saint-Paul-de-Vence (1954) en una
comisión especial bajo la presidencia de los Drs. H. H. PRICE de la Universidad de Oxford y del conocido
filósofo católico Gabriel MARCEL. Entre las destacadas personalidades de ocho países se encontraba también el
excelente filósofo y teólogo R. P. Aloys WIESINGER cister-ciense austríaco. Los filósofos estuvieron todos de
acuerdo en que no se podía poner objeción alguna a la realidad de la demostración de la precognición verdadera.
La precognición verdadera es un hecho (34).
Pocas verdades de la Química, de la Física o de otras materias estarán tan bien demostradas como la verdad
de que existe la precognición parapsicológica.
Hay casos espontáneos que no parece razonable se puedan explicar sino por una facultad
paranormal de conocimiento directo del futuro.
Y, lo que es más importante, se han realizado miles de experiencias de laboratorio, científicamente
estructuradas, que demuestran sin ningún género de duda que de hecho existe en el hombre esta
facultad.
La Ciencia internacional estudiando los resultados obtenidos, desde todos los puntos de vista, ha manifestado
en sucesivos Congresos que de hecho está científicamente demostrada la existencia en el hombre de la fa-
cultad par anormal de conocimiento directo del futuro.
34 Un resumen de los trabajos y conferencias de esta comisión de Filosofía se puede encontrar en AMADOU, Robert: «La science
et le paranormal...», o. c, págs. 257-264.
19 EL PLAZO EXISTENCIAL
Las maravillas del oráculo de Del/os. —La estupenda historia de los libros
sibilinos.— Los Papas según la profecía de San Mala-guías.-El gran profeta
NOSTRADAMUS.— La Tercera Guerra Mundial. — La fecha delfín del mundo.
De la retrocognición, si es que existe, como parece más lógico, y de la precognición que ciertamente existe,
se deduce evidentemente que PSI-GAMMA vence 3a barrera del tiempo. Es, pues, de comprender la curiosidad
general sobre si la mayor o menor distancia en el tiempo influyen en la actuación de la facultad psigámmica.
Para responder científicamente a esta pregunta, la precognición es camino más viable que la retrocognición,
como ya sabemos.
Resultados en laboratorios
La señorita HUTCHIKSON, doctora de la Universidad Duke, hizo experiencias comparativas de precognición
con anticipaciones desde uno hasta diez días. Los resultados parecían demostrar que la diferencia de tiempo
influía en Psi: los sujetos obtuvieron mejores resultados cuando pronosticaban con pocos días de anticipación y, a
medida que aumentaba el intervalo, los resultados disminuían. Pero el Dr. RHINE comprobó un error en el
método de investigación: la Dra HUTCHTNSON, para animar a sus sujetos, les comunicaba los resultados lo más
pronto posible. Esto podría ocasionar que los metagnomos tuviesen más interés en las experiencias con pocos
días de intervalo y que perdiesen toda curiosidad si el plazo entre el pronóstico y la constatación de los resultados
se distanciaba varios días. La diferencia de interés podía explicar los resultados mejor que las diferencias de
tiempo.
Por consiguiente, el Dr. RHINE, con la colaboración de la Dra. HUMPHREY, comenzó otra doble serie de
experiencias, en las cuales los resultados no se comunicaban a los sujetos hasta terminar el plazo más largo. Se
estableció la comparación entre los pronósticos con dos días de antelación con los de diez días. Esta vez los
resultados fueron sensiblemente parecidos.
En una segunda serie, los metagnomos no sabían qué experiencias pertenecían al plazo más corto y cuáles al
plazo más largo. Los resultados nuevamente fueron idénticos e incluso hasta un poco superiores los de
pronósticos con diez días de anticipación (1).
Las diferencias de tiempo en las experiencias citadas y en otras semejantes, no tenían influjo sistemático en
los resultados.
Casos espontáneos
También se analizaron los casos espontáneos, con igual conclusión. Prescindiendo de los casos que pueden
explicarse por otras causas no específicamente precognitivas, y teniendo también en cuenta las circunstancias
excitantes, diferencias de interés, etc., se comprueba, en efecto, que las precogniciones con días o meses de
anticipación son tan numerosas como las hechas horas o minutos antes de la realización de los hechos. Y unas y
otras, teniendo en cuenta los factores extrínsecos antes indicados, son igualmente detalladas, nítidas, etc.
¿Conclusión precipitada?
Del hecho mismo de la precognición, de las experiencias de laboratorio y del análisis de los casos
espontáneos, dedujo la mayoría de los parapsicólogos que «el tiempo no influye en la percepción extra-
1 RHINE, Joseph Banks: «The reach oí the mind», Nueva York, W. Sloane, 1948, y Londres, L. Fabc], 1948. Citamos por la
traducción írancesa de SUDRE, René: «La doublé puissance de 1' espirit», París, Payot, 1953, págs. 75 ss. Conocemos también la
edición italiana con prefacio del excelente parapsicòlogo SERVADIO, Emilio: «I poteri dello spirito», Roma, Astrolabio, 1949, y la
edición española: «El alcance de la mentes. Buenos Aires, Paidós, 1956.
sensorial», «PSI-GAMMA prescinde del tiempo», «la ESP no es influenciada por la mayor o menor distancia en el
tiempo respecto al dato preconocido», o fórmulas semejantes.
Me parece que, de lo expuesto, se deduce que PSI-GAMMA puede conocer lo que sucederá mañana, con la
misma «facilidad» con que puede conocer lo que pasará dentro de dos meses. Pero, ¿podrá conocer con igual
«facilidad», o simplemente podrá conocer lo que sucederá, por ejemplo, dentro de cinco siglos?
Cuando hablábamos de la distancia en la ESP aclarábamos: «la facultad PSI-GAMMA prescinde de la distancia
(al menos) dentro de los limites de nuestro planeta». ¿No tendremos que hacer una salvedad semejante hablando
del tiempo? A primera vista aparece una clara distinción entre lo que podríamos llamar «plazo corto» o
«existencial» (más o menos dos siglos o cinco generaciones incluyendo lo que el metagnomo conoce directa-
mente del pasado y del futuro) y el «plazo largo» (claramente más de dos siglos).
Comencemos por analizar los casos espontáneos, lo que aprovecharemos para ampliarla visión panorámica de
la «adivinación» en la historia.
En la remota antigüedad
Sabemos que en las antiguas civilizaciones se atribuía a ciertas personas el poder «sobrenatural» de la
«adivinación». Pero en todo el conjunto de «adivinaciones» de la más remota antigüedad, nada hay que sugiera
una posible facultad humana de precognición a largo plazo. La casi totalidad de los datos que tenemos son
generales, sin relaciones concretas de los mismos. Seguramente, incluso, la mayoría de esas «adivinaciones» no
se referían al futuro. Las pocas relaciones que poseemos de precogniciones fuera del contexto nítidamente
religioso (profetas bíblicos), son a corto plazo, como, por ejemplo, los sueños (premonitorios» de FARAÓN, de
JOSÉ y sus compañeros de cárcel, etc.
Época clásica
La misma confianza fue depositada en la «adivinación» durante la culta edad clásica greco-romana. Muchos
escritores y testimonios históricos nos hablan de esa clase de fenómenos.
La fe en los «adivinos» era tan profunda que los poderes públicos no se atrevían, sin consultarlos, a
emprender una guerra, una colonización, cualquier acción importante. Se organizaban espléndidas embajadas con
suntuosos regalos a Dodona, a Delfos o a cualquiera de los famoso santuarios donde los «dioses» hablaban al
pueblo por medio de los oráculos. La adivinación era más apreciada que cualquier otra ciencia. Los adivinos
guiaban los ejércitos: fueron famosos CALCAS, MELAMPIOS, TIRESIAS, ARISTANDRO de Telmeses («adivino»
nada menos que de ALEJANDRO Magno), etc. Los príncipes extranjeros acudían a consultar los oráculos
nacionales de Grecia.
La pitonisa de Delfos
El oráculo, sin duda, más famoso fue el de Delfos, ciudad de Grecia. Estaba dedicado a APOLO, el dios de la
«adivinación».
En la parte posterior del templo se encontraba una profunda grieta de la cual salía en primavera una corriente
de aire helado y narcotizante; sobre esa estrecha abertura estaba instalado un trípode de hierro con un asiento. En
él se sentaba la sacerdotisa a quien llamaban Pitia.
Del nombre de Pitia vino el de pitonisa que después se generalizó para designar toda clase de «adivinas».
La Pitia era cuidadosamente escogida. Al principio sólo había una, pero cuando aumentaron las consultas, se
le añadió otra e incluso dos. Se buscaban entre las familias pobres y debían haber vivido en completa ignorancia.
Aparte de esto, se escogían entre las mujeres que padecían enfermedades nerviosas, preferentemente histéricas o
neuróticas que con facilidad padeciesen convulsiones y profiriesen gritos incontrolados e incoherentes.
La Pitia mascaba hojas de laurel y bebía agua helada en la fuente Castalia que brotaba al pie de la roca
Nimpea, cerca del templo. Coronada de laurel era conducida al templo y colocada en el trípode sobre la abertura
del abismo. Con su propensión enfermiza e influenciada por las emanaciones de gas frío y embriagador,
comenzaba a agitarse, volvía los ojos, lanzaba miradas como poseída por el pánico. Un fuerte temblor recorría
todo su cuerpo, lanzaba gritos estridentes, perdía totalmente los sentidos. Y, entre las convulsiones, profería
voces o sonidos incoherentes, que interpretados por los sacerdotes del templo («prophetes»), constituían los
oráculos o vaticinios.
Después de haber pronunciado suficiente número de palabras o sonidos ininteligibles, la Pitia era retirada del
trípode y conducida a una celda. Durante algunos días procuraba restablecerse del terrible acceso provocado por
las emanaciones. Según testimonio de LUCANO, el resultado de ese ministerio solía ser una muerte prematura.
Más adelante, contra toda esperanza, dejó de brotar para siempre el vapor mefítico durante la primavera. El
Consejo tuvo que entrenar a las Pitias para que fingieran las antiguas convulsiones y espasmos.
Fue el comienzo del fin. Por otra parte, los partidismos políticos y los intereses económicos de Delfos
motivaron con frecuencia desavenencias y represalias.
Con motivo de las «guerras santas» los generales tocios FILOMENO, ONOMARCO y FALERO saquearon el
tesoro del templo. Más tarde, el rey FILIPO de Macedonia se apoderó del patronato del oráculo, haciendo que se
dictasen los oráculos a su gusto. SILA y NERÓN se llevaron, poco después, los restos de lo que fuera riquísimo
tesoro. CONSTANTINO el Grande saqueó finalmente el agotado templo. Por fin, TEODOSIO el Grande, a fines del
siglo IV, lo declaró oficialmente extinguido y lo cerró definitivamente. Hoy se levanta allí la mísera aldea de
Castri (2). He aquí la historia de la más perfecta organización de la «adivinación».
Los «magos» modernos tienen que contentarse con actuar individual y ocultamente.
Las sibilas o la Sibila no son seres reales. Son la personificación de los dioses paganos inspiradores de los
oráculos, así como las Musas o la Musa son la personificación de la inspiración artística.
La inspiración profética, o trance en que caían las pitonisas, se llamaba «manía» que, etimológicamente,
significa «furor». Incluso entre los cristianos alcanzó gran prestigio la «mántica divina» de los paganos,
especialmente los libros proféticos llamados «libros sibilinos».
Según la leyenda, el rey TARQUINIO de Roma, hacia el año 500 antes de Cristo, recibió un día la
visita de una misteriosa mujer. Esta le ofreció al rey nueve libros que contenían el futuro de Roma, pero
el precio era exorbitante y el rey los rechazó. Por segunda vez la mujer ofreció, al mismo precio, sólo seis
libros, habiendo quemado los otros tres. El rey los rechazó de nuevo. La mujer quemó otros tres libros
ofreciendo los únicos tres restantes por el mismo precio que antes pidió por los nueve. El rey,
impresionado por tan extraño proceder, compró los tres libros que quedaban pagando el enorme precio
establecido.
De hecho hubo tres libros sibilinos. Pero los tres perecieron en un incendio el año 83 a. C. Los romanos
intentaron reconstruir los libros sibilinos. Enviaron mensajeros a los lugares de origen de las pitonisas que habían
proferido aquellos oráculos. Fueron recogidos fragmentos sin crítica alguna, formándose una colección de mil
versos. En el año 73 a. C. se depositó esta colección en el reconstruido templo Capitolino. Quince intérpretes
(«quindecimviri») fueron nombrados oficialmente para interpretarlos en nombre del Estado cuando fuese
necesario.
El emperador AUGUSTO mandó después revisarlos, pues corría el rumor de que se habían introducido en ellos
interpolaciones «post factum», a fin de garantizar las interpretaciones que se habían dado. Los libros así
revisados, fueron entonces depositados en el templo de APOLO, en el Palatino.
Entre el público, sin embargo, circularon siempre las más variadas colecciones, con muchas enmiendas e
interpolaciones. Por fin, en el siglo vi de nuestra era, bajo el emperador JUSTINIANO, se hizo una ordenación
definitiva. El investigador, desconocido, recogió 4.232 versos. Su manuscrito fue impreso en 1545 (3) y después
reproducido en París el año 1566. Filólogos competentes se dedicaron a hacer ediciones críticas (4).
2 GOTLE: «Das delphisch Orakel in seinem politisch-religiösen und Sittichen Einfluss auf die Alte Welt», Leipzig, 1839. MOMMSEN,
A.: «Del-phica», Leipzig, 1878. FOUCART, P.: «Mémoire sur les ruines et l'histoire de Delphes», en «Missions scientifiques», París,
1866. PONTOW: «Beitrage zur topographie von Delphi», Berlin, 1889. HOMOLLE (con muchos colaboradores): «Fouilles de Delphes»,
París, École Française d'Athènes 1892-1901.
3 BETULEYO, Sixto, Basilea, 1545.
4 Las mejores son las de S. GALLAEUS, Amsterdam, Galland, 1689 (8 libros que se conocían entonces; los restantes, hasta 14,
fueron descubiertos más tarde en la biblioteca de Milán por el cardenal MAIA: «Sybillae liber XIV cum libro VI et octavi parte», 1817;
y «Collectio scrip-torum veterum», 1825-1828: libros VII al XIII. ALEXANDRE, París, 1840. FRIEDLJEB, J. H., Leipzig, 1852. También son
buenas las dos ediciones de DIDOT (1841 y 1846) y la edición de B. BADT en 1878.
De todo el inmenso acervo de adivinaciones de la época clásica, desde el punto de vista de la precognición a
largo plazo, lo único que podría entrar en cuestión son los libros sibilinos. Todo el resto de la mántica en la época
clásica, que se refiera al futuro, son argucias, como la casi totalidad de las adivinaciones de Delfos, o no se
conservan o son datos excesivamente generales para que podamos emitir un juicio. En todo caso, se trataría de
precognición a corto plazo.
En los libros sibilinos estaría contenido no sólo el futuro de Roma, como creían los paganos, sino, según
algunos, también el futuro del mundo entero hasta la consumación de los siglos.
De los tres libros sibilinos originales hoy conservamos (o deberíamos conservar) 14 (!). Faltan los libros IX y
X que tal vez nunca hayan existido; de los libros IV, VI, VII y XII sólo aparecen fragmentos.
El más importante de todos es el libro III, que tal vez date del siglo n a. C. anterior, por tanto, al incendio en
el que perecieron los libros sibilinos originarios. Contiene 829 versos en dáctilos latinos. Habla de la historia
bíblica de la torre de Babel, se gloría de las grandezas de Israel y con su estilo «profético» maldice la idolatría.
Algunos autores creen que contenía algún elemento mesiánico y pretenden demostrar que VIRGILIO tomó de ahí
los versos de la Égloga IV en la que, según parece, anuncia al MESÍAS.
¿Será que hay en todo esto algo de precognición a largo plazo?
Esta Sibila no sería ciertamente la de los libros originales del siglo va. C: todos los filólogos están de acuerdo
en que este libro, si no es posterior a CRISTO, cuando mucho sería del siglo n a. C, concretamente del tiempo de
los MACABEOS, esto es, de la segunda mitad del s. n a. C. Todo, por consiguiente, probablemente dentro del
plazo corto o «existencia!» (5).
En segundo lugar, la opinión general hoy es que todos estos elementos judaicos fueron una hábil
interpolación de los judíos de Alejandría para servirse de las Sibilas en sus discusiones con los paganos (6).
En todo caso, no se trataría de precognición a largo plazo, ni siquiera precognición, porque los elementos
judaicos del tercer libro sibilino no añaden nada a lo que ya decía la Biblia. Por consiguiente, en último término,
bastaría una simulcognición de las profecías bíblicas escritas o de la tradición judaica para que la Sibila pudiese
«pronosticar».
En los libros VI y VII la alusión a CRISTO es clarísima, existiendo hasta un himno a JESÚS. Y, en el libro VII
(versos 217-430), aparece el nombre JESUCRISTO con todas sus letras en forma de «acróstico» (cada letra del
nombre iniciando otras tantas estrofas seguidas). Se habla de la Encarnación, Redención y Resurrección con
bastante claridad. Se afirma que, gracias a la intervención de la Virgen, se concedían al mundo siete siglos. El fin
del mundo, pues, suponiendo que la profecía fuese original de la Sibila del siglo v antes de Cristo, ¡debería haber
sido ya en el siglo segundo después de CRISTO!
¿Precognición a largo plazo? Hoy, con los modernos estudios y descubrimientos, todos los eruditos están de
acuerdo en que esas aparentes profecías cristianas son hábiles interpolaciones y modificaciones hechas por los
primeros cristianos. Falsificando los libros sibilinos, pensaron algunos cristianos que podrían vencer la enorme
resistencia que ofrecían los paganos al Cristianismo (7).
Por otra parte y en todo caso, los libros sibilinos en que aparecen elementos cristianos datan de épocas muy
inmediatas y hasta contemporáneas de la aparición del Cristianismo. Por lo tanto, serían precogniciones a muy
corto plazo, simulcogniciones y hasta retrocogniciones.
5 EWALD: «Entstehung, Inhalt und Werth del Sybill», Bücher, Gotingen, 1960. BOUCHE-LECLERQ: «Histoire de la divination dans
l'Antiquité», París, 1879-1882, Tomo II, págs. 133 ss.
6 Aparte de los autores citados en la nota anterior, cfr.: B. BADT: «De oraculis sybillinis...», Breslau, 1869.
7 Sobre este punto particular de las interpolaciones de los cristianos, cfr., aparte de los autores ya citados: PARMENEDER en el
«Diccionario Enciclopédico de Teología Católica», de Welzer y Welte.
(7) 8 De ahora en adelante preferimos dejar el término «adivinación» (= proveniente de los dioses). Este término estaba bien
empleado al hablar de la época pagana, pues los paganos, generalmente, atribuían estos fenómenos a los dioses. En épocas
posteriores, sin embargo, el prodigio fue más generalmente atribuido a revelaciones de diversas entidades como demonios, almas de
los muertos, maatmas, etc.; incluso fue atribuido a seres imaginarios, independientes: hadas, gnomos, ondinas, elementales... Todos
estos seres fueron el residuo de la divinización pagana de los astros, elementos y leyes de la naturaleza. Tales errores perduran
todavía en muchos ambientes.
Adoptaremos el término «metagnomo» y «metagnomia», esto es, conocimiento más allá de lo normal, paranormal. Todavía no se
ha adoptado oficialmente un término técnico para designar el «sujeto» o «percipiente», la persona misma que tiene el conocimiento
paranormal. Pienso que el término «metagnomo» es el más indicado entre los términos en uso. El término «sensitivo» se reservaría
Tal vez las más famosas sesiones de metagnomia fuesen las de la herejía montañista. Era la continuación, con
formas aparentes de cristianismo, de las pitonisas y sibilas de los paganos.
En el siglo III, FILOSTRATO, en la apología que hizo de APOLONIO de Tiana, lo consagró como el más
admirable profeta (9). Con ese panegírico se consiguió que APOLONIO de Tiana fuese colocado junto a
ABRAHAM y JESUCRISTO (!) en la capilla privada de Julia MANEA, madre del emperador Alejandro SEVERO
(10).
No hay duda de que APOLONIO de Tiana fue simplemente un filósofo y «moralizador», muerto en el año 97,
y que nada tuvo de profeta. Las profecías que le atribuyó FILOSTRATO fueron íntegramente inventadas (11).
En el siglo v, quizás el más famoso astrólogo fuese PRISCILIANO, obispo hereje de Ávila, en España.
De la metagnomia en los primeros siglos del Cristianismo no podemos sacar nada en favor de la precognición
a largo plazo. Los metagnomos de aquellos tiempos y las personas que los consultaban sólo se interesaban, al
parecer, por la metagnomia más práctica e inmediata.
En la Edad Media hay una verdadera epidemia de hechiceros, brujos y endemoniados que llenaban el
ambiente de misterio y prodigio. Entre estos prodigios se destacaba la metagnomia.
Tampoco disminuyó en el Renacimiento el interés por la «magias.
Alcanzaron fama universal las «profecías» de MALAQUÍAS y NOSTRADAMUS, indudablemente los más
representativos hasta hoy, después de los clásicos. Sus escritos contienen muchos pronósticos a largo plazo. Por
eso, y por ser los más importantes, nos detendremos especialmente en ellos.
La profecía de MALAQUÍAS
Esta célebre profecía se atribuye al obispo irlandés SAN MALAQUÍAS, fallecido el 2 de noviembre de 1148. Sin
embargo, no fue publicada hasta 1595. Fue un monje benedictino, Amoldo WION, de Douai, quien la incluyó en
una obra en latín (12). No dice dónde la había encontrado, dónde estaban los originales, qué pruebas tenía de que
fuese en realidad de SAN MALAQUÍAS... Simplemente dice: SAN MALAQUÍAS «pasa por haber escrito algunos
opúsculos, mas de él no conozco más que una profecía sobre los soberanos pontífices. Como es breve y aún no
fue impresa, la reproduzco aquí para satisfacer el deseo de muchos». Esto es cuanto se nos dice sobre el origen de
la profecía de SAN MALAQUÍAS.
La profecía de MALAQUÍAS comprende un total de 111 lemas, correspondientes a otros tantos Papas, a partir
de CELESTINO II, que reinó de 1143 a 1144.
WION afirma que la profecía fue escrita antes del primer papado designado con lema, esto es, antes de 1143.
Pero es claro que fue escrita mucho después, hacia el año 1595, fecha de la publicación de la «profecía». Es
apócrifa.
Aparece con toda evidencia la ingenuidad con que se hicieron los lemas para los Papas que ya habían reinado
antes de 1595.
El Papa HONORIO IV, por ejemplo, tenía en su escudo de armas una rosa sustentada por dos leones.
El lema, consecuentemente, dice: «Ex rosa leonina». BONIFACIO VIII tenía por nombre de bautismo
«BENEDICTO» y en el escudo de armas había unas ondas; el lema fue: «Ex undarum benedictione». Los
BORGIA tenían en su escudo un buey; el primero de los Papas Borgia s, CALIXTO III, fue designado con
las palabras: «Bos pascens», y su sobrino, ALEJANDRO VI, por «Bos albanus in portu».
Y así los demás Papas. Sólo se citan nombres (de familia, de bautismo o de título cardenalicio) y el escudo de
armas. Aun en Pontificados tan ilustres como los de INOCENCIO III, NICOLÁS V, LEÓN X, no se hace la más
mínima alusión a hechos de su reinado.
Es también significativo cómo el farsante autor de la «profecía & copia los errores en relación con los Papas,
provenientes de un historiador de su tiempo.
para la persona que experimenta fenómenos extraordinario-normales de conocimento, ya que son debidos principalmente a los
sentidos.
9 PHILOSTRATUS: «De vita Apollonii», Londres, 1860.
10 REVILLE: «Le Christ paien du IIIe. siecle», París, 1865.
11 CHASSANG, M.: «Le mérveilleux dans l'antiquité. Apollonius de Tyane, sa vie, ses voyages, ses prodiges par Philostrate et ses
léttres» París, 1862. FIEPPEL: «Le román d'Appollone de Tyane», en «Pevue Con-temporaine», I860.
12 WION, Arnoldo: (Lignum vitae, ornamentum et decor Ecclesiae», Venecia, 1595.
Así, por ejemplo, en los lemas del pseudo-MALAQUÍAS no aparecen más que dos anti-papas. Esto es
porque el historiador PANVINIRI (O PANVINIO) sólo cita dos. El mismo historiador había escrito que
EUGENIO IV pertenecía a la orden de los Celestinos, lo cual es falso, pues no fue Celestino sino agustino.
En la (profecía» aparece el error: «Lupa celestina». PANVINIO había afirmado que JUAN XXII era hijo de
un zapatero llamado OSSA. En la realidad, el padre de JUAN XXII ni era zapatero ni se llamaba OSSA:
simplemente pertenecía a la familia DUESSE (o D'HEISSE). En la «profecía» se dice: «de sutore Osseo»
(del zapatero OSSA).
Como se ve, es evidente que el autor de la «profecía» se sirvió de la historia de PANVINIO, y queda bien claro
que es apócrifa; y además muy posterior a la fecha que se le atribuía, pues no pueden achacarse a San
MALAQUÍAS los errores de un historiador que había de vivir cuatrocientos años después, precisamente por la
época en que se publicó la «profecía».
A los Papas anteriores a 1595 se les da siempre un lema compuesto, como hemos visto, del nombre (de
bautismo, cardenalicio, familia u orden religiosa) y del escudo. Datos todos fáciles de ser conocidos por el autor
de 1595. Pero a partir de esa fecha todo cambia: la «profecía» de la época de la publicación y de más adelante, va
a la deriva. En estilo auténticamente sibilino, los lemas generalmente no tienen relación alguna con los nombres
ni con los escudos. Para interpretar los lemas de esta segunda parte, los comentaristas partidarios de la
autenticidad de la «profecía» tienen que hacer enormes malabarismos de inteligencia. El pseudo-MALAQUÍAS ni
siquiera a corto plazo era metag-nomo.
«Undosus vir» es el lema para LEÓN XI. No reinó sino 21 días. Ni en el nombre ni en el escudo hay
nada que corresponda al lema. Pero no faltaron comentaristas que lograran explicarlo. Ese Papa sudó
mucho cuando en un día de gran calor se dirigía a San Juan de Letrán. Una corriente de aire frío sopló
rápidamente. Como resultado del resfriado, moría poco después el anciano Pontífice. ¡Fue precisamente
esa traspiración la que previo «MALAQUÍAS»: «Undosus vir»! (varón acuoso o con ondas).
BENEDICTO XIV, el gran Papa del siglo XVIII, sabio y erudito de primera línea, acreditado
canonista, fue en todo lo contrario del lema que le corresponde: «Animal rurale». Pero los comentaristas,
esta vez, encontraron hasta dos explicaciones. Así como Santo Tomás de Aqui-no fue llamado «el buey
de Sicilia», así BENEDICTO XIV merece el lema de «animal del campo». Otra explicación: dice la
Sagrada Escritura que llegará un día en que el hombre no reconocerá a su Creador y será como los
animales del campo. ¡A esto alude «MALAQUÍAS»: el Pontificado de BENEDICTO XIV coincidió con el
siglo de la incredulidad y el Enciclopedismo! Aunque el Papa sólo viviese ocho años de ese siglo...
LEÓN XII es designado como «canis et coluber». Para un comentarista el «perro» significa vigilancia,
la «serpiente» la prudencia: ¡es lo menos que se puede esperar de un Papa! Para otro comentarista, LEÓN
XII era muy amigo de un perrillo muy inteligente: se comprende que «MALAQUÍAS» previese alguna
lucha de ese perrillo con una serpiente... (!)
En fin, podríamos multiplicar los ejemplos. Aparece claro cómo es fácil encontrar no una sino varias
explicaciones para cada uno de los lemas, que parecen decir mucho y que en realidad no dicen nada.
Aparte del estilo sibilino, se impone otra consideración en el análisis de las precogniciones a largo plazo: la
casualidad. Es uno de los hechos que más han contribuido a la duración del prestigio de los pseudoprofetas,
cuando no se consideran las cosas serenamente.
«MALAQUÍAS» dice de Pío VI que sería «Peregrinus apostolicus», y efectivamente Pío VI realizó un
viaje, cosa insólita en los antiguos Papas: fue a Viena para entrevistarse con el Emperador José II, que se
entrometía demasiado en los asuntos eclesiásticos. Más aún, como se sabe, Pío VI fue llevado prisionero
por BERTHIER al otro lado de los Alpes. Extenuado por el viaje, con 82 años de edad, llegó a Valence
para morir el día 29 de agosto de 1799, precisamente cuando el Directorio acababa de decretar que el
Papa fuese llevado a Dijon: «Peregrino apostólico».
Pío VII fue llamado en la «profecía», «Aquila rapax». Efectivamente, el emperador NAPOLEÓN era
una «águila rapaz», y más rapaz por haber robado al propio Papa llevándolo prisionero a Grenoble.
Después, pasó de nuevo los Alpes, hacia Savona, donde lo dejó confinado años enteros. Por fin lo
trasladaron a Fontainebleau. NAPOLEÓN quería establecer el papado en París. Sólo con la caída del
Imperio el Papa volvió a Roma. Por estos datos los intérpretes se quedan muy satisfechos con el lema
«Aquila rapax».
En realidad el lema debía haber sido aplicado a NAPOLEÓN y no al Papa cautivo, que de «Aquila rapax» no
tenía nada.
Todavía más: casi por entretenimiento hemos cambiado al acaso todos los lemas de los Papas del segundo
período, e incluso hemos aplicado todos los lemas a un mismo Papa escogido también por suerte. Los aciertos de
las interpretaciones son igualmente frecuentes y fáciles: es la gran ventaja del estilo sibilino, cuando este estilo
está hecho por un «mago» de categoría.
Pío XII, por ejemplo, puede perfectamente ser llamado «Varón religioso», igual o mejor que PÍO VIII; puede
ser llamado también «Fuego ardiente» como Pío X por el celo apostólico o por la guerra terrible que presenció
(pues los intérpretes dan ambas explicaciones tratándose de San Pío X); como LEÓN XIII también Pío XII puede
ser llamado «Luz del cielo», por sus grandes encíclicas; o «Religión devastada», mejor que BENEDICTO XV
porque en su tiempo la Cristiandad se desgarraba con millones de cadáveres. Si Pío XI, por hacer frente al
nazismo o al comunismo incipiente fue llamado «Fe intrépida», con no menor intrepidez los combatió Pío XII.
También puede ser llamado como JUAN XXIII, por sus legaciones cuando cardenal, «Pastor et Nauta», y
«Peregrinus apostolicus» como Pío VI; y «Aquila rapax» como Pío VII, por las sublimes alturas de su doctrina en
tan abundantes encíclicas, alocuciones, etc.
Al contrario, el lema de Pío XII «Pastor angelicus», se acomoda tal vez mejor a JUAN XXIII por su paternidad
y bondad, y a San Pío X...
En fin, todos los lemas para cada Papa y todos los Papas pura cada lema. De todas maneras, la casualidad y
un poco de habilidad en la interpretación ofrecen aciertos igualmente impresionantes (13).
Y si esto se puede decir de la «profecía» del pseudo-MALAQUÍAS, la más concreta de todas las de largo
plazo, por referirse siempre a personajes determinados, ¿qué se podrá decir de las «profecías» en las que no se
determinan ni las personas, ni las fechas, ni los lugares?
En conclusión: la «profecía de Malaquías» no es auténtica metagnomia a largo ni siquiera a corto plazo. Es falsa.
Todo el «mérito» está en el estilo verdaderamente sibilino...
NOSTRADAMUS
El más célebre de los metagnomos de todos los tiempos fue NOSTRADAMUS. Era de ascendencia judía, tanto
por vía materna como por vía paterna, de la familia de ISACAR. Como consecuencia del edicto de Luis XI
amenazando confiscar los bienes de los judíos de Provenza que no se convirtiesen al Cristianismo, los
antepasados de NOSTRADAMUS se hicieron bautizar. Fue entonces cuando cambiaron sus nombres judíos por los
de NOTREDAME los antepasados paternos, y SAINT-REMY (del lugar donde vivían) los maternos.
En la villa de Saint-Remy nació Miguel NOSTRADAMUS, el gran metagnomo, el año 1503, un jueves, 14 de
diciembre, cerca del mediodía (la exactitud de los datos se debe al mismo NOSTRADAMUS, por el cuidado que
puso después en averiguarlos a fin de hacer su propio horóscopo). Era hijo de Jacobo NOSTRADAMUS, notario del
lugar, y de Renata SAINT-REMY.
Recibió la afición por la astronomía de su bisabuelo materno, así como el gusto por las matemáticas y la
medicina lo heredó de sus abuelos.
NOSTRADAMUS guardó algún tiempo sus libros de profecías, las Centurias, sin querer publicarlas, por miedo
de que el atrevimiento de la materia le suscitase malediciencias y calumnias. Por fin, instado por sus admiradores,
las dio a conocer manuscritas en 1555, «número perfecto» que presagiaba el éxito (14).
13 La bibliografía en pro y en contra es amplísima. Sólo citamos ias principales obras que hemos usado:
En defensa de la profecía: GERMANO, Giovanni: «Addizione apologetico-historica alia predizione circa i Romani Pontifici»,
Ñapóles, 1675. GRAFF, Petrus: «Disquisitio histórica de succesionibus Pontificum roma-norum secundum seriem praenotationum
Malachiae, hyberno adscriptara», Marburgi, 1677. G. MOLLER, Daniel: «Dissertatio histórica de Malachia, propheta pontificio»,
Altorf, 1706. KRUGER, Theodorus: «Commentatio histórica secundum vaticinia Malaquiae archiepiscopi Armaghani, a dubiis Claudii
Francisci Menestrierü, Carrierii aliorumque vindicata», Wittemberg, 1723.
Impugnando la (profecía»: MENESTRIER, Claude Francois: «Refutation des porpheties faussement attribués a S. Malachie sur les
elections des Papes», París, 1689; obra muy recomendable. CARRIERE, Franciscus: «Historia chronologica Pontificum romanorum
cum praesignatione íu-turorum ex S. Malachia», Lyon, 1602, 1663, 1694; Venecia, 1697.
De carácter más general, o sea, no directamente polémico, son las siguientes obras, entre las más notables: CUCHERAT, F.: «La
Prophetie de la succeson des Papes depuis le Xll siécle jusqu'a la fin du monde: son auteur, sa authenticité, sa explication», Grenoble,
1873. MAITRE, Jos.: «La prophetie des Papes attribué a S. Malachie», París, 1902. THURS-TON, S. L, Herbert: «The so called Prophecy
oí Saint Malachy», Londres, The War and the Prophets, 1915. NOE, De la Tour de (traducción española déla 20 ed., francesa, por Bra
Fe, Pbro.): «El fin del mundo después de los diez Papas futuros, de Ignis ardens a Petrus secundus», Toulousse, 1895. PIJOAN, Rafael:
«El Siglo xx y el fin del mundo, según la protecía de San Malaquías», Barcelona, 1914.
Las Centurias, en el ambiente misterioso y supersticioso de la época, alcanzaron en seguida el más rotundo éxito,
no sólo en Francia sino en el extranjero. Fue considerado y estimado como el astrólogo más sabio de todos los
tiempos. Plebeyos y nobles rivalizaban por honrarlo.
Un año después de la publicación de las Centurias, la fama de NOSTRADAMUS llegó a oídos del rey
ENRIQUE II, que lo mandó llamar, conversó largamente con él y lo llenó de regalos.
Cuando Catalina de MÉD3C3S conducía a una de sus hijas a la frontera de España para ser recibida
allá como reina, desvió el itinerario para pasar por Salon-de-Crau y consultar a NOSTRADAMUS. El joven
rey CARLOS IX, que el año anterior (1563) había sido declarado mayor de edad, dio a NOSTRADAMUS las
mayores muestras de afecto, y lo nombró médico y consejero real (títulos sólo honoríficos).
NOSTRADAMUS estaba ya muv envejecido y débil.
Dos años después de la visita del rey, «afligido por el artritismo y la gota», pronosticaba su próxima
muerte, escribiendo misteriosamente en las Efemérides de Juan STADIUS: «Hic prope mors est» (la
muerte está cerca). Un mes más tarde, y horas antes de morir, tuvo su último diagnóstico del futuro al
decir a su amigo Jean-Aimes de CLAVIGNY, doctor en Derecho y en Teología: «No me verá con vida la
salida del sol». Efectivamente, poco antes de amanecer moría Miguel NOSTRADAMUS (15).
Todavía hoy, en la Iglesia de Cordelliers, en Salon-de-Crau, puede leerse el siguiente epitafio, que
traducimos del latín: «Aquí reposan los huesos de Miguel NOSTRADAMUS, cuya pluma casi divina fue
juzgada por todos digna de trasmitir a los hombres los acontecimientos futuros de toda la tierra según el
influjo de los astros. Falleció en Salon-de-Crau, Provenza, el año de gracia de 1566, el día 2 de julio, a los
sesenta y dos años, seis meses y diecisiete días. ¡Oh! sucesores, no toquéis sus cenizas, celosos de su
reposo».
¿Precogniciones a largo plazo? Como dijimos, nos referimos especialmente a NOSTRADAMUS, como antes a
MALAQUÍAS por ser los más importantes. Las observaciones, sin embargo, son a modo de ejemplos concretos,
debiéndose aplicar a todas las demás «profecías» a largo plazo. Todas las precogniciones a largo plazo tienen
características semejantes y diferentes a las auténticas precogniciones a plazo corto. Es esencial el estilo
genérico, oscuro, como en los libros sibilinos.
NOSTRADAMUS escribe, por ejemplo: «Padres y madres muertos, duelos infinitos, mujeres de luto,
pestilencia enorme. El grande ya no lo es más, todo el mundo termina.»
¿Predice el fin del mundo? ¿Una gran guerra? En estos versos los intérpretes vieron una profecía de la
catástrofe de Courrieres. He aquí como se interpretan, en un prodigio de ingenio, las palabras de NOSTRADAMUS:
«La palabra duelo («deuil») empleada dos veces, es un juego de palabras: quiere decir que habrá un
gran duelo en las márgenes del «Deule», río que pasa a un kilómetro de Courrieres. La «pestilencia
enorme» indica que habrá muchos cadáveres. «El grande ya no lo es más» se refiere a LOBET, que
concluía su mandato. «Todo el mundo termina» es la Cámara (!) que terminó también su mandato».
Pero como se ve, estos versos pueden aplicarse también, con más facilidad inclusive, a la guerra ruso-
japonesa, a la guerra de los Setenta, a la catástrofe de Martinica, a la pérdida del «Lutin» o a la explosión del
«Jena», para nombrar sólo algunas de las catástrofes que sucedieron más o menos en la misma época que la de
Courrieres. ¿Y si quisiésemos incluir otra época? El más concienzudo intérprete moderno, LIGEOIX de la
COMBE ¡lo aplica a la Tercera Guerra Mundial!
Analicemos un reciente comentario de Lis Centurias (16), publicado en 1947. Según este intérprete que, por otra
parte, escoge las estrofas que le parecen más fáciles y deja las demás, el período de 1933 a 1955 fue
especialmente interesante para NOSTRADAMUS.
14 En 1555 publicó 7 Centurias con el título «Almanache». En 1558 añadió otras tres Centurias. Otros fragmentos fueron
añadiéndose en diversas fechas. Propiamente sólo fueron editadas en 1611: «Texte original el complet des porpheties de Michel
Nostradamus, de 1600 a Tan 2000», Amsterdam, Jean Janson. Ed. 1611; libro reeditado en 1678 y que se conserva en la Biblioteca
Nacional de París. Las fechas 1600 hasta el año 2000 son interpretaciones del editor. Hay muchísimas ediciones posteriores,
traducciones y comentarios.
15 CHAVIGNY, Jean Aimes: «Bref discours sur la vie du Mr. M. Notredame...», Lyon, Roussin, 1594. HAITZE: «Vie de M.
Nostradamus», Aix, 1712. JAUVERT: «Vie de Nostradamus», Amsterdam, 1656. TRONG de Condoolet: (Abregée de la vie de M.
Nostradamus», s. f., BARESTE: (Nostradamus», París, 1842.
16 XX: «Texte original des Prophéties de Michel Nostradamus», París, 194 7.
Para la primera mitad del periodo, esto es, desde 1933 hasta 1947, NOSTRADAMUS tenía prevista la
guerra civil española; previo a HITLER, MUSSOLINI, el primer fracaso de la Sociedad ce Naciones;
predijo la caída de la tercera República francesa, la guerra chino-japonesa, la abdicación de EDUARDO
VIII; la Segunda Guerra Mundial estaba también prevista con toda claridad, y el armisticio de 1940 y el
régimen del marisca] PETAIN. Con idéntica nitidez estaba prevista Ja resistencia inglesa, la campaña de
Italia, la caída de MUSSOLINI, el gobierno de DE GAULLE en Londres, los bombardeos, la muerte de
ROOSEVELT, el fin del gobierno de Vichy, la llegada de DE GAULLE a Francia...
Las personas que leyeron el libro el año de su publicación, 1947, debieron quedar impresionadas por tantas
«predicciones» cumplidas. Y aceptarían poco menos que como evidentes los pronósticos que se hacían para los
años siguientes hasta 1955. En 1971 podemos criticar lo que el comentarista, escribiendo en 1947, esperaba
hasta 1955.
Evidentemente, el comentarista pone, para esta segunda parte del período, una serie de generalidades, ya que
ni él mismo podía interpretar «las más claras» palabras de NOSTRADAMUS.
Como se ve, generalidades infalibles. Otras cosas no tan generales, a pesar de parecer probables cuando el
comentarista escribía, resultaron totalmente falsas: «el final del socialismo», «exterminio del comunismo», «final
de la república francesa». ¡Todo antes de 1955! NOSTRADAMUS habría vaticinado también, con toda claridad e
infalibilidad, respecto al papado.:
A Pío XII sucedería un Papa joven (JUAN XXIII subió al trono pontificio con 77 años). Este Papa joven
huiría de Roma y se refugiaría en Avignon. Entonces los revolucionarios nombrarían otro Papa, pero el
joven y verdadero Papa volvería a Roma, protegido por las armas francesas.
Todo el mundo temía la Tercera Guerra Mundial... La descripción que de ella hace NOSTRADAMUS es muy
concreta y detallada, según el comentarista que escribía en 1947:
Rusia, aliada a los musulmanes, comenzaría por atacar Italia. Después, Francia sería invadida dos
veces. La destrucción de París sería total. Luego, vendría la invasión de España. Barcelona (España) y
Marsella (Francia) serían ocupadas por las fuerzas musulmanas. Sin embargo surgiría un gran jefe francés
que, aliándose con las fuerzas reclutadas por el Papa en los EE. UU. y en España, haría huir los enemigos
hasta el Oriente Medio...
Esta terrible guerra, más terrible que todas las anteriores, debía terminar ¡en 1954!
17 Debo agradecer al autor, en nombre propio y en el de mis lectores, el regalo de varios ejemplares de su precioso libro y el
haberme autorizado a hacer algunas públicas referencias del contenido del mismo. Esta autorización es más de agradecer por haber
sido la única otorgada.
Pues bien, LIGEOIX comienza por probar, sin réplica posible, que las Centurias de NOSTRADAMUS O se
refieren sólo a la Tercera Guerra Mundial o no se refieren a nada... Solamente cuatro décadas a partir de 196 ,
esto es, preparativos, desarrollo y consecuencias de la Tercera Guerra Mundial, estarían previstos por
NOSTRADAMUS. Si las Centurias no se refiriesen solamente a la Tercera Guerra Mundial, no deberían ser tenidas
en cuenta para nada; no habría precognición de ninguna clase.
Pero el mismo NOSTRADAMUS afirmaba que eran profecías de la historia del mundo hasta el año 3797, como
veremos. ¿Un error de interpretación del mismo NOSTRADAMUS? (El consciente del metagnomo no tiene por qué
ser el mejor intérprete de las precogniciones de su inconsciente...).
El trabajo de LIGEOIX de la COMBE nos parece de la mayor importancia científica.
Débese destacar, en primer lugar, el acierto de haber sido entregado a los investigadores el libro antes de los
acontecimientos que estarían anunciados. De esta manera se excluye la posibilidad de atribuir los aciertos, si los
hubiere, a interpretaciones «post factum».
Aparte de esto, la interpretación de LIGEOIX no recurre, como todas las hasta hoy presentadas «ante eventum», a
generalidades e interpretaciones casi tan sibilinas como las mismas Centurias. No: La interpretación de LIGEOIX
es asombrosamente clara, concreta hasta el extremo: lugares, nombres, fechas, episodios nítidamente descritos...
Todo en un trabajo «exegético» perfecto, permitiendo totalmente además la comprobación en la lectura. El libro
está dispuesto a dos columnas e impreso a dos tintas: a la izquierda y en rojo, las expresiones de NOSTRADAMUS,
a la derecha y en negro, la interpretación de LIGEOIX, y en letra pequeña al pie de cada estrofa las razones
«exegéticas» por las cuales se da esta interpretación, siendo precisamente en estas razones así presentadas donde
aparece claramente el enorme trabajo y el valor científico de la interpretación de LIGEOIX.
El libro de LIGEOIX es una completa refutación científica de las interpretaciones anteriores de todos los que
quisieron ver mil aciertos, aplicando las expresiones de las Centurias a cualquier acontecimiento de la historia.
Serían resultado del estilo sibilino, disquisiciones de los intérpretes, sin valor objetivo alguno.
No es posible, naturalmente, hacer ninguna anticipación de los acontecimientos que se pronosticarían, aparte
de por otras razones obvias, por razones científicas. Se debe pretender sólo la investigación científica sin otras
metas, políticas o de cualquier otra especie, y para este trabajo lo mejor es esperar los acontecimientos. Está
reservado a los para psicólogos del siglo xxi el comprobar si de hecho lo pronosticado se realizó o no. Si no se
realizaran los pronósticos, entonces se deberá considerar como desaparecido ante la ciencia el mito
«NOSTRADAMUS, metagnomo a largo plazo».
Personalmente creemos en un rotundo fracaso de NOSTRADAMUS. El análisis de las Centurias nos deja una
impresión tan nítida de meras o casi meras elucubraciones, de fantasmagorías del inconsciente, que no esperamos
nada de auténtica precognición. Maravilloso talento del inconsciente, esto sí, verdaderamente maravilloso estilo
sibilino, que podríamos llamar «para-normal» en el más admirable sentido de la expresión. Pero no
precogniciones a largo plazo. En fin, en el siglo xxi se discutirá el asunto con conocimiento de causa (18) y (18
bis).
18 Para la crítica de los pronósticos de Nostradamus en general, cfr. además de las obras ya citadas: ADELUNG, traducción
española: «Historia de la locura humana» Leipzig, 1785. BOUYS: «Nouvelles considerations sur les Sybilles et les Prophètes et
particulièrement sur Nostradamus», Paris, 3 606. LEROUX: «La clef de Nostradamus», Paris, 173 0.
(18 bis) Así escribíamos en la 1A edición brasileña en 1964. Para la cuarta edición española, en 1969, podemos añadir que
NOSTRADAMUS se ha equivocado en lo que ya debería haberse cumplido. El propio LIGEOIX de la COMBE en reciente carta reconoce el
fracaso y que consecuentemente nada debemos esperar para lo que todavía debería de cumplirse: Las «profecías» de NOSTRADAMUS, a
largo plazo, son mero estilo sibilino, nada anuncian...
Por consiguiente, desde PABLO VI hasta el juicio final sólo hay cuatro Papas; el fin del mundo, pues, no
andará muy lejos del año 2000, según el pseudo-MALAQUÍAS.
Tal vez influenciados por el pronóstico de «MALAQUÍAS» la mayoría de los intérpretes de NOSTRADAMUS
aseguran que en las Centurias también se pronostica el fin del mundo para la misma época, o más concretamente
para el año 1999.
Sin embargo el mismo NOSTRADAMUS contradice esa interpretación. No en las Centurias, sino en una
presentación que hace de ellas, NOSTRADAMUS dice expresamente: «...he compuesto libros de profecías, cada
uno de los cuales contiene cien estrofas de profecías astrológicas las cuales quise empalmar un poco obscu-
ramente y son vaticinios perpetuos que van desde ahora hasta el año 3797» (19). Los intérpretes no conocían estas
palabras de NOSTRADAMUS que durante mucho tiempo permanecieron en el manuscrito. Esas palabras significan
evidentemente que según NOSTRADAMUS el mundo llegará al menos hasta el año 3797.
Como vemos, los dos (profetas» más célebres de «largo plazo», están en franco desacuerdo en los pronósticos
claros, y en desacuerdo con infinidad de otras (profecías» según las cuales el mundo ya tendría que haber
acabado muchas veces.
Quizás las más célebres lechas, marcadas para el fin del mundo, hayan sido el año 999, el día 13 de octubre
de 1736 y el año 1881.
En el 999 miles de peregrinos fueron a Jerusalén donde esperaban ver el Juicio Final. Querían que el
Juez Divino los encontrase allá esperando su Adviento. Muchísimos vendieron todos sus bienes antes de
partir y distribuyeron el dinero de la venta en limosnas. Muchas casas se derrumbaron porque, siendo
inminente el fin de todas las cosas, hubiera sido una locura el repararlas...
Pero el mundo siguió «rodando»...
El día 13 de octubre de 1736, una enorme multitud abandonó Londres para poder observar desde la
campiña vecina, la destrucción de la ciudad.
Recientemente aconteció un caso parecido en Italia, del que hablaron todos los diarios del mundo.
Durante el reinado de ENRIQUE VIII '(1509-1547), época en que se decía que vivía la Madre
SHIPTON, aparecieron unas profecías atribuidas a ella. La fama de las profecías recorrió el mundo al año
siguiente (20). Las profecías corrían de boca en boca y fueron recogidas en miles de ediciones diferentes
con interpolaciones, modificaciones, etc. (21).
La fecha señalada para el fin del mundo, por las profecías de la supuesta Madre SHIPTON, era el año
1881. A medida que se iba aproximando esa fecha, aumentaba el nerviosismo en muchas personas
supersticiosas y crédulas.
Por suerte, ocho años antes de la fecha señalada para el cataclismo, se descubrió que muchas de las ediciones de
las profecías habían sido modificadas y que la fecha del fin del mundo era una de esas interpolaciones evidentes
(22). Además, al comienzo del año «fatal» apareció un librito con una aguda crítica ridiculizando la profecía.
Mostraba cuántas otras profecías se habían hecho marcando el día del fin del mundo «sin que el mundo se
hubiese dado por enterado, y siguiendo girando por el espacio...» (23).
Para los adivinos no tiene importancia que ni el mismo JESUCRISTO estuviese autorizado para revelarnos el
fin del mundo:
—Maestro, ¿cuándo sucederá esto?... JESÚS respondió:
—Mirad que no seáis engañados. Muchos vendrán en mi nombre diciendo: Soy yo y el tiempo está
próximo. No vayáis detrás de ellos» (24).
—«Dinos cuándo han de suceder estas cosas... JESÚS se puso entonces a decirles:
—Cuidado que ninguno os engañe...» (25).
—«En cuanto a aquel día y aquella hora, nadie lo sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, sino
solamente el Padre» (26).
19 NICOLLAUD, Charles: «Nostradamus et ses propheties», París. Perrin, 1914, pág. 69.
20 HEAD, Richard: «Histoire de la vie et des Propheties de Mere Shipton», París, 1641.
21 Una edición que parece más crítica es: «Prophesies of Mother Shipton», Londres, 1662.
22 HERING, Daniel W.: «Foibles and Fallaties of Science», 4.a ed., Nueva York, 1932 (1a ed., en 1924), pág. 218.
23 HARRISON, Wiliam H.: «Mother Shipton Investigated», Londres, 1881.
24 LUCAS, XXI, 7-9.
25 MARCOS, XIII, 4-5.
26 MATEO, XXIV, 36.
(26 bis) Cf. nota 18 bis.
Algunos manuscritos dicen además «ni siquiera el Hijo», en el sentido de que ni CRISTO en su calidad de
MESÍAS estaba autorizado a revelar el día del fin del mundo. ¡Cuánto menos los «magos» y falsos Cristos!...
Incluso aquellos «magos» que no consideran a JESUCRISTO como Dios deberían tener más respeto por el que
juzgan como el más poderoso «mago» que haya existido.
Como se ve, en toda la Edad Media no hay nada que sugiera ia precognición a largo plazo, si prescindimos de
NOSTRADAMUS con una posibilidad remota, ¡incluso muy remota...! (26 bis).
Conclusión
Teniendo presente toda la historia de la «adivinación» espontánea, creemos que en la tesis parapsicológica «el
PG prescinde del tiempo», se debe incluir la restricción «dentro de un plazo corto». Sólo así esa tesis podrá ser
corroborada por los casos espontáneos de precognición desde la más remota antigüedad hasta nuestros días. Este
plazo corto nunca excede los dos siglos, poco más o menos, sumándose la retrocognición y la precognición.
Confirmaciones
Tratando de la relación PG-tiempo, sólo hemos hablado hasta ahora del tiempo futuro. Es porque, como ya
dijimos, la retrocognición (o postcognición) no pasa de ser una clasificación lógica y práctica...
Con todo, las posibles retrocogniciones confirman nuestra tesis de que PG parece prescindir sólo dentro de
los límites que llamamos «plazo corto».
El Dr. OSTY, en efecto, analizó miles de casos espontáneos y experiencias científicas, comprobando que las
«retrocogniciones» sólo profundizan en un pasado relativamente muy próximo (30). Es una excelente
confirmación de nuestra tesis.
El Dr. OSTY no sólo analizó las «retrocogniciones», sino que comprobó también que «el mayor o menor
tiempo (futuro) hasta la muerte de una persona no influye absolutamente en los datos que sobre ella puede
obtener un clarividente» (31). Podríamos formular la misma verdad desde otro punto de vista: el inconsciente de
una persona puede conocer todo lo que le suceda, desde el nacimiento hasta la muerte. Un metagnomo podría
captar en esa persona cualquier acontecimiento dentro de aquello que ella inconscientemente conoce.
De esta manera, el plazo corto señalado por OSTY, coincide en la realidad con el plazo de cinco generaciones
que nosotros señalamos: más o menos, dos siglos. Una persona podría captar en el inconsciente del abuelo todo
lo que le sucedió desde que nació, y esa misma persona podría captar en el inconsciente de los nietos todo lo que
les sucederá a ellos hasta que mueran. Para todo esto, bastaría que esa persona coexistiese durante algún tiempo
con el abuelo y con los nietos. Evidentemente, hablamos de abuelo y nietos para representar las diversas ge-
neraciones o períodos de tiempo.
EJ Dr. MURPHY comprobó que el objeto del conocimiento paranormal jamás es algo «indiferente, sino que
siempre está íntimamente ligado a una persona viva» (32).
Hemos encontrado casos de conocimiento paranormal de cosas «relacionadas indiferentemente»,
permítasenos la expresión. Las palabras de MURPHY («íntimamente ligado a una persona») no deben ser
30 OSTY, Eugéne: «La connaisance supra-normale», 2.a ed., París, Alcan, 1925 (1.a ed. en 1923).
31 OSTY, Eugéne, en «Revue Métapsychique», VI, 1936.
32 MURPHY, Gardner: (Telepathy and Clairvoyance», en Journal of Parapsychology», X, 1946, Marzo, págs. 35 ss.
interpretadas estrictamente. Puede bastar una relación no íntima, como simplemente haber oído hablar del hecho,
o haberlo visto alguna vez inconscientemente. Sin embargo, debe tratarse, como subraya MURPHY, de una
persona viva.
Las observaciones, pues, del Dr. MURPHY confirman lo que ya antes considerábamos: supuesta la
coexistencia durante algún tiempo, con el abuelo y los nietos (o coetáneos de ellos), el «plazo corto»,
«existencial», alcanzado por un metagnomo podría abarcar cinco generaciones, más o menos dos siglos (33).
Como veremos en el capítulo siguiente, todo conocimiento psigámmico parece que nos viene a través del
contenido mental de otra persona, contenido que puede ser absolutamente inconsciente e incluso precognitivo. Al
menos para que PG pueda llegar a la realidad física, es necesario que esa realidad física esté relacionada con una
persona. Es necesario que una persona «ilumine» el objeto físico de conocimiento paranormal. Esta tesis
confirma de nuevo el plazo corto o existencial de dos siglos más o menos, cinco generaciones.
Los ocultistas no tienen métodos científicos. Permítasenos, sin embargo, citar lo que han observado durante
siglos. Uno de los representantes más destacados de la escuela neo-ocultista, Eliphas LEVI afirma: «el alma del
hombre puede, con una sola intuición en el círculo de luz astral en que cada cual se mueve, abarcar todo lo que
sucedió a un hombre desde su nacimiento y todo lo que le sucederá hasta el momento de su muerte...».
Prescindiendo del ropaje imaginario con que los ocultistas vistieron sus doctrinas, vemos que también ellos están
de acuerdo en afirmar que PG sólo prescinde del tiempo, tanto en las retro-cogniciones como en las
precogniciones, dentro del plazo corto de unas cinco generaciones. El metagnomo captaría «en el círculo de luz
astral» del abuelo «todo lo que había sucedido desde el nacimiento», y así también captaría en «el círculo de luz
astral» del nieto (o cualquier persona coetánea) «todo lo que le sucederá hasta la muerte». Cinco generaciones.
Cuando hablábamos de la distancia en PG, terminábamos con estas palabras: «PG prescinde de la distancia al
menos dentro de nuestro planeta». Esta delimitación en la distancia es también una posible confirmación, al
menos lógica, de la limitación que defendemos respecto al tiempo. El mayor o menor «apartamiento» en el
tiempo es una especie de «distancia».
No nos interesa aquí el conocimiento indirecto, esto es, a través de los conocimientos «culturales». Está claro
que, por este conocimiento indirecto, se podrían conocer cosas muy apartadas en el tiempo, sin límites de ninguna
clase. Desde que haya una persona que sepa, por haberlo estudiado, por ejemplo, lo que sucedió hace tres o diez
siglos, un metagnomo podría captar por simulcognición en la mente de esta persona aquel hecho antiquísimo.
Igualmente se podría deducir de restos arqueológicos alguna cosa antiquísima.
Teniendo esto presente, no dejarían de estar dentro del plazo corto los conocimientos manifestados en ciertas
experiencias como las de CALLIGARIS, donde el sujeto, en contacto con una página, dibujo, fotografía,
manuscrito, de personas antiquísimas (HORACIO, VIRGILIO, etc.) se habría puesto a hablar de esas personas, o
habría «visto» su rostro u «oído» su voz... Todo esto aunque el experimentador no sabía a qué personas se
referían los objetos «estímulo» (34). En realidad no se conocería directamente el pasado antiquísimo, sino las
ideas (verdaderas o simplemente supuestas) que de aquella persona antigua tiene el mismo sujeto o el
experimentador o alguna otra persona viva. No es conocimiento del pasado, sino del presente.
Tardo del análisis de casos espontáneos como por comprobaciones y
estudios de laboratorio, la relación entre PG y tiempo sólo puede ser
formulada con una restricción final: PG prescinde del tiempo, pero sólo
dentro del plazo corto o «existencial», esto es, poco más o menos dos
siglos entre retro y precognición.
33 ¿Sería más amplio el plazo corto en épocas antiguas cuando los hombres vivían más de cien años y hasta más de novecientos,
según expresiones de la Biblia? Pero tal vez esas expresiones de la Biblia sólo quieran decir que la vida de esas personas estuvo llena
de méritos. U otras interpretaciones...
34 CALLIGARIS, Giuseppe: «Le Catene del corpo e dello spirito. Le Meraviglie della Metafisiologia», Brescia, Giulio Vannini,
1944, pàgina 240.
TERCERA PARTE
FENÓMENOS TELEPÁTICOS
20 TELEPATÍA Y CLARIVIDENCIA
UN DESAFÍO A LA INVESTIGACIÓN
Entre innumerables casos semejantes, citamos, a modo de ejemplo, uno tomado al acaso entre los recogidos y
comprobados por la «Society for Psychical Research» (S. P. R.) de Londres (1):
Una niña de diez años va por un camino leyendo un libro de geometría. De repente todo lo que la
rodea se desvanece para ella y ve claramente a su madre, al parecer muerta, tirada en el suelo de un cuarto
de su casa que apenas se usaba. La visión es nítida y detallada: la niña percibe un encaje bordado que está
en el pavimento, cerca de su madre. La aparición era tan real que, en seguida que desaparece, la niña, en
lugar de volver a su casa, corre a buscar un médico.
La pequeña no puede dar muchos detalles al médico porque, en realidad, la madre tenía perfecta
salud en aquel momento y debía estar fuera de casa. Pero le cuenta la visión y lo convence de que vaya
con ella a la casa. El médico va, más por tranquilizar a la niña que por otra cosa.
Llegan corriendo y encuentran al padre, muy tranquilo, en la puerta. Se extraña por la apresurada
llegada del médico y pregunta la causa. «Es mamá», responde la niña y conduce al médico al cuarto
abandonado. Allí, exactamente como lo había visto y descrito la niña, encuentran a la madre, echada en el
suelo y con el encaje al lado. La pobre señora había sufrido un ataque cardíaco. El médico declara que, si
no hubiese llegado inmediatamente, el desenlace habría sido fatal.
Suponemos que el caso ha sido bien observado. Sería auténtico conocimiento psigámmico ¿Fue clarividencia,
o fue telepatía?
Clarividencia es el conocimiento psigámmico de cosas objetivas, físicas: en este caso, la niña habría «visto» a
distancia la misma realidad del cuarto abandonado, la madre desfallecida, el encaje bordado en el suelo... En
contraposición a la clarividencia, está la telepatía. Consiste en conocer, no directamente la realidad física, sino el
contenido de un acto psíquico, subjetivo: los pensamientos, imaginaciones, sentimientos o deseos de una persona.
La pequeña habría conocido el pensamiento (consciente o inconsciente) que tenía la madre de su estado, lugar en
que se encontraba, etc. Conocimiento directo del acto psíquico, y sólo indirecto de la realidad física objeto de este
pensamiento.
La clarividencia es designada hoy, a propuesta del Dr. RHINE, con la sigla PC (pura clarividencia), y la
telepatía, con la sigla PT (pura telepatía). Ambas siglas fueron admitidas oficialmente en el «Coloquio
Internacional» de Utrech.
Es muy frecuente ver confundidas la clarividencia y la telepatía en los libros de autores no especialistas.
Otros, al contrario, siempre ponen empeño en distinguirlas.
El primero que usó la palabra «telepatía» fue, al parecer, ej Dr. W. H. MYERS en 1883, cuando observaba los
casos de conocimiento de apariencia paranormal recogidos por la S. P. R. de Londres y publicados en el libro ya
citado.
Telepatía significa, en rigor, etimológicamente, «sufrimiento a distancia»; MYERS comprobó que era
precisamente con ocasión de acontecimientos tristes cuando sucedía con más frecuencia el conocimiento de
apariencia paranormal. Pero luego, la palabra «telepatía» se tomó en el sentido más general de «percepción a
distancia».
1 GURNEY, E.; MYERS, W. H. y PODMOORE, F.: «Phantams of the living», 2 vols., Londres, Trubner, 1886-7.
Traducción francesa, resumida, por MARILLIER: «Les Hallucinations Télepathiques», París, Alean, 1891.
Casi inconscientemente había prevalecido el concepto de que la telepatía era la percepción a distancia del
pensamiento de otra persona. El Dr. MYERS la definía así: «la transmisión de impresiones de cualquier género
entre un cerebro y otro, independientemente de toda vía sensorial reconocida».
Ya algunos autores de la época de la Metapsíquica llegaron expresamente al concepto de telepatía como
«conocimiento del pensamiento»; por ejemplo, el Dr. Charles RICHET (2), el más famoso metapsíquico.
Pero es claro que la expresión de RICHET, así como la de otros muchos autores más o menos especialistas, de
que la telepatía sólo hacía referencia al pensamiento, no es exacta. Sería reducir excesivamente su ámbito.
Telepatía es cualquier contenido de los actos del espíritu de una persona, conocido directamente por vía
paranormal, como son los pensamientos, imágenes, sufrimientos, recuerdos, estado de ánimo, etc. Por eso antes
definíamos la telepatía como la «percepción paranormal del contenido de un acto psíquico». La transmisión del
pensamiento o la adivinación del pensamiento, es sólo un aspecto de la telepatía, no abraza todos sus tipos.
La telepatía y el vulgo
En todos los tiempos ha existido la creencia de que el hombre, o ciertos hombres, tenían el poder de conocer
los más profundos secretos de sus semejantes, de conocer los actos internos del espíritu humano. Con
explicaciones «naturales» o «sobrenaturales» lo cierto es que todos reconocían en ciertos hombres este fenómeno.
La telepatía y la metapsíquica
El intento de experimentar científicamente la llamada telepatía y fenómenos afines es, como sabemos, muy
reciente. Las experiencias de carácter científico más antiguas que se conservan, datan de la época del hipnotismo
(mesmerismo). Algunos experimentadores de esa época descubrieron, en efecto, que parte de los sujetos daban
respuestas a preguntas todavía no formuladas pero que se iban a hacer después. Luego, sin más comprobaciones,
atribuyeron estos fenómenos a telepatía. En realidad podían deberse también, por ejemplo, a hiperestesia
indirecta del pensamiento.
Más adelante se llegó a pensar que la telepatía era un estado o grado de la hipnosis.
Partiendo de esta hipótesis, se hicieron muchas experiencias de «telepatía» con hipnotizados. Ejemplo de ello
son las realizadas por el Dr. E. AZAM (telepatía de ideas) y sobre todo las realizadas por los Dres. Pierre JANET,
el eminente psiquiatra de la Sorbona, y Edmund GURNEY, de la Universidad de Cambridge (telepatía de
sensaciones).
También con hipnotizados, ya recientemente, el Dr. Henry SIDGWIC y señora realizaron una larga serie de
experiencias en la misma Universidad de Cambridge.
El hipnotizador miraba un número de dos cifras, tomado al acaso, mientras que el hipnotizado, en
otro cuarto, trataba de adivinar dicho número (a través del pensamiento del agente).
Los aciertos superaron significativamente el cálculo de probabilidades. Ya nos hemos referido a estas y a
muchas otras experiencias.
RICHET parece que fue el primero en experimentar la telepatía sin el concurso del hipnotismo.
Después de RICHET, como ya vimos, se hicieron numerosas experiencias sin recurrir a la hipnosis. Los
resultados eran también altamente significativos, según el cálculo de probabilidades. La mayor parte de estas
experiencias se realizaron en Inglaterra, algunas en América y en número considerable en Europa continental,
principalmente en Francia; pero también Suecia, Polonia, Alemania y Rusia enviaron relaciones de experiencias
que no dudaban en calificar de telepáticas.
El método generalmente empleado era a base de cartas de baraja y de números. El experimentador los iba
mirando y el percipiente trataba de averiguarle el pensamiento. Algunas de estas experiencias se realizaron
estando ambos en cuartos diferentes, para evitar todo influjo sensorial. Este método tenía la ventaja de que
permitía usar las matemáticas en el cálculo de probabilidades.
Hubo también experiencias con métodos diferentes. Por ejemplo, Oliver LODGE, profesor de Física en la
Universidad de Liverpool, con la ayuda de varios colaboradores, hizo experiencias de «telepatía» valiéndose de
dibujos. Ningún método adquirió el monopolio.
2 RICHET, Charles: «Traite de Métapsvchique», 2.A ed., París, Alcan, 1923, pág. 791.
A medida que se iban divulgando estos problemas, crecía en el gran público el interés por la «telepatía».
Entre los sujetos mejor dotados, tan pronto aparecía un niño de 12 años como una vieja de 70; entre los
experimentadores, tenían tanto éxito un simple campesino como un catedrático de Universidad, aunque, como es
de suponer, el control y, por consiguiente, el valor científico no fuese el mismo.
Se empleaban símbolos de la baraja ZENER, pero sin usar las cartas: sólo se pensaba en los símbolos.
Tampoco se anotaban los símbolos escogidos mentalmente. Solamente cuando el sujeto había
pronosticado y escrito su pronóstico, el experimentador anotaba el símbolo que había pensado, a fin de
poder aplicar después el cálculo de probabilidades. El agente era previamente entrenado en pensar los
diversos símbolos en un orden imposible de ser calculado normalmente: se inventaron sistemas simples
de «barajar» mentalmente, evitando los hábitos personales, repeticiones características, etc.
Al principio se llevaron a cabo estas experiencias estando agente y percipiente en un mismo local,
pero después se continuaron instalándose sucesivamente en diferentes habitaciones del mismo edificio, en
edificios distintos y, por fin, en locales muy distantes entre sí.
Se intentaba así, además de evitar la hiperestesia, estudiar también el influjo de la distancia. Los resultados
fueron prácticamente idénticos en todas las experiencias, superando el acaso según el cálculo de probabilidades,
muy significativamente.
RHTNE creyó que así quedaba probado PT.
Puede admitirse como la explicación más probable y verosímil; pero nunca como prueba definitiva de PT.
Pensó RHINE que escribiendo el símbolo después de haberse (comprometido» el sujeto, PT quedaba garantizado
(4); pero ¿no podía el sujeto pronosticar por PC precognitiva sobre la anotación posterior del experimentador?
En 1946 se publicaron nuevas series de experiencias ingeniosísimas, realizadas por la Dra. Elisabeth MAC
MAHAN en busca también de la prueba crucial de PT.
A fin de evitar la clarividencia precognitiva, fallo de las experiencias citadas de la Universidad Duke,
ahora se compuso un código para representar las cartas. El código fue compuesto de una manera
completamente subjetiva. Ni se escribió ni se habló de la correspondencia código-carta: «oír»
extrasensorialmente (clarividencia) sería un tipo de lo que entendemos por PC. Convenía, sin embargo, a
efectos de garantizar el control, que otra persona conociese también el código; fue comunicado a la Dra.
Gertrud SCHMEIDLER, haciendo alusión a recuerdos comunes de carácter subjetivo. Así, según se pensó,
en el caso de que el percipiente, por conocimiento paranormal, averiguara el símbolo del código y su
significación, el conocimiento del significado sólo podría ser telepático.
3 RHINE, J. B.: «The Reach of the Mind», Londres. L. Faber, 1948. Citamos de la traducción francesa por SUDRE,
Rene: «La double puissancedel'esprit», París, Payot, 1952, pág. 49. Hay también traducción española: «El alcance de
la mente», Buenos Aires, Paidós, 1956.
4 RHINE (SUDRE, traductor), o. c, pág. 50.
La Srta. MAC MAHAN pensaba en una carta ZENER. El percipiente hacía su «diagnóstico» y lo
escribía, para poder aplicar después el cálculo de probabilidades; pero la Srta MAC MAHAN no escribía la
carta que había pensado sino sólo el símbolo de su código.
Terminada la larga serie, la Dra. SCHEMEIDLER comprobaba también los resultados, ¡que no superaron el
cálculo de probabilidades!!! (5). Claro está que sería ilógico ver en este hecho una demostración de que PT no
existe.
¿Y si los resultados hubiesen sido significativos? Lo serían sólo de PSI-GAMMA y no de PT, puesto que no se
había evitado con todo rigor la clarividencia: ciertamente, el sujeto sólo podría conocer las cartas pensadas {o en
último término, el significado de los símbolos del código) por PT; pero queda una dificultad aunque menos
probable: la experimentadora ¿no podría guiarse en sus pensamientos por clarividencia precognitiva del pronós-
tico del sujeto? Pasaría ella a ser percipiente y el percipiente pasaría a ser agente: una inversión en la dirección de
PSI-GAMMA. La objeción es poco lógica, pero impide considerar el método empleado como incontestable.
Experiencias excepcionales
Las más famosas experiencias de «telepatía» (precognitiva) son las realizadas por los Dres. S. G. SOAL y J. L.
GOLDNEY (6).
Escoger la carta a pensar por medio de fichas de color favorece el acaso y, además, según los inventores del
sistema, excluiría la clarividencia: siendo el simbolismo de cada color conocido sólo mentalmente por el
experimentador y desconocido por el percipiente, aunque éste averiguase por clarividencia precognitiva el color
de la ficha, el pronóstico de la carta sólo podría hacerlo por telepatía. Con esta abundante serie de experiencias,
los Dres. SOAL y GOLDNEY creyeron haber demostrado PT.
A pesar de algunas contrapruebas que se hicieron, como ya indicamos al hablar de estas experiencias, en el
capitulo 18, podríamos insistir en la posibilidad, menos lógica, de una inversión del proceso PSI-GAMMA: el
experimentador, al escoger la ficha, podría guiarse por clarividencia precognitiva del pronóstico que el sujeto
escribiría después, o de la propia comprobación de los resultados obtenidos. Precognición, sí; telepatía, tal vez
no.
Es verdad que, como hemos indicado en el capítulo anterior, Basil SHACKLETON era abiertamente
«telepático» y no «clarividente», o sea, que en experiencias en las cuales se excluía el agente no obtenía resultado
más allá del acaso.
El mismo hecho se ha observado en otros metagnomos, como, por ejemplo, en la Sra. Eileen J. GARRET,
actual presidente de la «International Foundation of Parapsychology» de Nueva York, antes de perder la facultad
de manifestación de fenómenos para psicológicos.
Pero es claro que este hecho en pleno rigor no significa que no intervenga la clarividencia... Puede el hecho
ser explicado por otras causas como, por ejemplo, que determinados metagnomos estén condicionados al tipo de
experiencias de aspecto PT y no al de PC, o todavía a otros factores como el que la experimentación de aspecto
PT sea más emotiva, más existencial, por razón de la presencia del agente, etc.
Pero, aunque no supongamos inversiones de procesos, aunque el percipiente (y no sólo el agente) escribiese
sus pronósticos en un código únicamente conocido por él, aunque no se escribiese nada, aunque, finalmente, se
tomasen las precauciones más ingeniosas ya imaginadas, no conozco ni puedo imaginar un sistema de
experimentación plenamente demostrativo de PT. Siempre habrá una dificultad que imposibilitará, creemos, la
exclusión de la posibilidad de PC en las experiencias PSI-GAMMA; esa dificultad son los movimientos o señales
reflejos.
5 MAC MAHAN, Elisabeth: «Thelepathic Experiments, en «Journal of Parapsychology», X, 1946, págs. 224 ss.
6 SOAL, S. G. V GOLDNEY, J. L.: «Experiments in Precognitive Telepathy*, en «Proceedings of S. P. R.», XLVII, 1943,
págs. 21-150.
Todo pensamiento humano, por íntimo, por abstracto que sea, tiene siempre una traducción fisiológica inclusive
externa, susceptible, por tanto, de ser captada por PC. ¿Será posible excluir en las experiencias el conocimiento
por PC de esta realidad física? Esa realidad física, esas señales fisiológicas serían captados por clarividencia.
Interpretados después refleja e inconscientemente, originarían en el receptor las ideas correspondientes a las del
agente que motivaron tales señales, de modo análogo a como son captadas por hiperestesia indirecta las ideas,
imágenes, pensamientos de cualquier otra persona que esté en presencia de un buen sensitivo. Si, por hiperestesia
indirecta (sobre las señales fisiológicas involuntarias e inconscientes), algunos sensitivos pueden captar, hasta
con cierta regularidad, incluso los más insignificantes pensamientos de las personas presentes, nada podrá
extrañar que a veces pueda haber conocimiento PSI-GAMMA teniendo por objeto-base esas mismas señales
reflejas.
Es de suma importancia que se atienda a esos pequeños Índices sensoriales, capaces de explicar (en todos los
casos) por PC los conocimientos psigámmicos de aparente PT. «La realidad de los movimientos reflejos
involuntarios e inconscientes correspondientes a todos los actos internos o de conciencia, debe ser admitida por
todos, pues ha sido muy bien demostrada por la Psicología Experimental» (7).
Y aun en el caso de que algún experimentador de PT no quisiese admitir para determinados casos la
existencias de estos movimientos y señales, al menos deberá admitir su posibilidad. Sólo demostrando
científicamente la ausencia de tales reflejos fisiológicos en determinadas ocasiones, se podría excluir la posi-
bilidad de PC en determinadas experiencias que se presentasen en favor de PT. Y esto, ciertamente no lo ha
hecho nadie, por más decidido partidario que sea de PT.
Cuando RHINE se defendía de los ataques que contra las experiencias de PC le dirigían varios para
psicólogos, él mismo atacó la posibilidad de demostrar PT (8). Los argumentos de RHINE fueron rebatidos con
más o menos verdad por los partidarios de esa modalidad de PG: Los pioneros de la discusión fueron PRASONS,
GOLDNEV, TYRREL, SOAL, THOULESS, CA-RINGTON, WEST y MURPHY (9). Pero ninguno presentó hasta ahora
el modo de excluir la posibilidad de la explicación por PC a base de las señales inconscientes correspondientes a
las ideas en las experiencias en que se pretendía demostrar PT.
Las señales inconscientes son algo físico, externo, sensible, por tanto, su conocimiento paranormal debe
evidentemente ser considerado clarividencia, como consideramos clarividencia el conocimiento de cualquiera
otra señal u objeto diferente del propio pensamiento o acto psíquico. Nadie consideraría telepatía el conocimiento
paranormal de un amplio gesto con el que alguien acompañase su pensamiento. Si del gesto directamente
conocido, el percipiente deduce la idea que lo motivó, el fenómeno no dejará por eso de ser clarividencia para
convertirse en telepatía. Lo mismo, por tanto, debemos decir respecto a las señales inconscientes e involuntarias,
(«gestos» mínimos con que acompañamos nuestras ideas.
Y claro está que, admitida la posibilidad de conocer una cosa física como las señales reflejas, aparecerá aún
más lógica la posibilidad de conocer otras cosas físicas, esto es, aparecerá lógica la existencia de PC en general.
Robert AMADOU criticó a RHINE cuando éste pensó que PC era más frecuente que PT. Más adelante, Robert
AMADOU escribió: «La telepatía está perfectamente comprobada. La clarividencia no lo está» (10). Creemos, por
las razones expuestas, que Robert AMADOU se precipitó un poco.
Como explicación de su afirmación, añade AMADOU: «La persona humana es seguramente el objeto más
común y, tal vez, el objeto único de la función paranormal. Por medio de ella y a través de ella, tal como ella los
siente y los interpreta, es como el percipiente, en la mayoría de los casos, si no en todos, toma conocimiento de
los acontecimientos objetivos». Estoy de acuerdo con esas palabras de AMADOU en el sentido de que PSI-
GAMMA es nítidamente «existencia!», humano, que relaciona vivos con vivos, o con cosas relacionadas con
vivos, como ya expuse en el capítulo anterior. Pero esto no significa que PSI-GAMMA sea necesariamente PT.
En rigor, se podría decir que Juan Bosco no soñó la página del cuaderno o libro, sino lo que el profesor
retenía en la memoria. Por pantomnesia, el trozo estaría entero en el inconsciente del profesor. Pero esta
explicación, posible evidentemente, parece más complicada que PC.
El Dr. THOULET, profesor de la Facultad de Ciencias de Nancy, siendo todavía estudiante, estaba en
Italia ayudando a un ingeniero, también francés. La mujer del ingeniero se había quedado en Tolón. Cierta
noche, el Dr. THOULET se despierta de repente: con bastante nitidez ve ante sí un imaginario telegrama
que incluso puede leer. Va al cuarto contiguo, que es el del ingeniero,
y le dice: «Acabas de tener una hija: el telegrama dice...» y comienza a leerlo; pero, después de leídas las
primeras palabras, las líneas se van apagando hasta hacer imposible la lectura completa. Todavía puede
distinguir nítidamente y describirlos dibujos característicos del papel imaginario en que estaba leyendo.
En seguida, todo desaparece.
Algún tiempo después, el ingeniero recibía un telegrama con la grata noticia. Las primeras palabras
eran efectivamente las leídas imaginariamente por THOULET y, lo que es más importante, los dibujos
característicos del papel en que venía el texto eran los vistos y descritos en la alucinación. «No tengo
ninguna prueba material que aportar—escribe el Dr. THOULET—. Si alguien me contase esta historia no
lo creería; no obstante me veo obligado a convencerme a mí mismo de que es verdadera» (12).
Como se ve, este caso hace muy inverosímiles las explicaciones por PT. ¿Se podría pensar, en rigor, que las
palabras fuesen leídas sobre el pensamiento de la esposa al dictarlas? Pero ¿y los dibujos del telegrama? El papel
en el que se imprimió el mensaje en Italia, no era conocido por la esposa en Francia, (¡a no ser por sugestión
telepática de la lectura que en el futuro haría el marido!) ¿Sería una sugestión telepática motivada por el agente
de correos? Podría ser, pero evidentemente esta explicación es mucho menos verosímil que PC, dado que ese
funcionario no parecía tener vinculación emotiva alguna ni con el Dr. THOULET ni con el ingeniero. Esto hace
más inverosímil una relación telepática entre ellos. ¿No es, pues, más lógica la clarividencia?
Durante la guerra de España, un día, una familia sufrió uno de esos registros tan frecuentes que
realizaban los comunistas en Madrid. Llevaron preso al jefe de la familia, un joven casado. Todos
tuvieron el presentimiento de que lo iban a fusilar, aunque no podían estar seguros porque otros, en casos
idénticos, eran llevados a trabajos forzados y no a la muerte. La familia avisó inmediatamente al padre
del joven detenido. Cuando llegó el padre, dice al entrar en la casa: «Ya sé por qué me habéis llamado.
Sí, no disimuléis. Han matado a mi hijo». Los de casa lo ignoraban. El padre insistió: «Sí, lo han fusilado.
Yo lo vi en sueños con otros cinco fusilados. Él era el único que tenía ataúd». Alarmada la familia, hizo
averiguaciones. Efectivamente, había sido fusilado con otros cinco y sólo él tuvo ataúd porque un tío de
la víctima, al saber que iban a matarlo, hizo llevar un ataúd para su sobrino. El padre jesuita que describe
este caso, estaba en aquella casa (13).
¿PT? ¿o PC? PT parece improbable: la familia no sabía nada. El tío no sabía que había otros cinco
fusilados. La víctima podría saber que iba a ser fusilada, aunque ya lo hubiese sido, pues entre la descarga y la
11 FIERRO, Rodolfo, S. D. B.: «Biografía y escritos de San Juan Bosco», Madrid, B. A. C, 1954, pág. 57.
12 «Annales des Sciences Psychiques», I, 1891, Enero.
13 MESEGUER, S. I., Pedro.: «El secreto de los sueños. Psicología, Metafísica, Teología», Colección «.Psicología,
Medicina, Pastoral», vol. XI, Madrid, Bazón v Fe, 1956, pígs. 144 ss.
muerte real hay algún tiempo; pero ¿cómo podría trasmitir el hecho de estar en el ataúd y, especialmente, el que
los otros cinco no lo tenían? El caso sugiere, verdaderamente y con fuerza, PC: el padre vio por PSI-GAMMA
clarividente la realidad de su hijo fusilado y enterrado con ataúd entre otros cinco que no lo tenían.
Se pueden citar innumerables casos semejantes y aún mejores, en pro de PC.
Experiencias metapsíquicas
Durante la hipnosis son relativamente frecuentes experiencias que, aunque tampoco de modo definitivo,
sugieren con fuerza que se trata de casos de PC y no de PT. Ya MESSMER comprobó varios casos de éstos.
«Gracias a su sensibilidad interna—escribe—, el sonámbulo puede ver el pasado y el porvenir».
MESMER cuenta cómo una de sus pacientes, en sueño mesmérico (hipnótico), ve un perro que había
perdido y por el cual sentía gran cariño. Durmiendo, llama a la criada y le manda buscar inmediatamente
al guardia que está en la esquina de la calle. Cuando llegue allá, la criada debe pedir al guardia que la
acompañe a determinada calle, a un -cuarto -de hora de distancia. Allí encontrarán una señora llevando un
perro, que el guardia deberá reclamar. Es el perro perdido. En efecto, todo se realizó como la sonámbula
había previsto.
Parece más verosímil explicar por PC el hecho de encontrar al agente, describir la calle y la distancia, el
hecho de que pasaría una señora llevando un perro, etc. (14).
Los sucesores de MESMER, a pesar del nombre que dieron al fenómeno, confirman la explicación por PC al
experimentar los que llamaban «viajes telepáticos», a los que ya hemos aludido. Realizaron experiencias
científicas haciendo que un sujeto hipnotizado se proyectase mentalmente en lugares apartados contando lo que
allí sucedía, acontecimientos que luego eran comprobados.
Como los datos obtenidos eran desconocidos de todos los presentes, las experiencias pueden ser atribuidas a
clarividencia y no a telepatía. Claro que una explicación telepática de este fenómeno no queda plenamente
excluida. Simplemente afirmamos que «sugieren» PC y no PT.
¿Experiencias decisivas?
Las experiencias con máquinas son frecuentemente sugestivas en pro de PC. Por ejemplo, las de precognición
del Dr. TYRREL descritas en el cap. 18. Pero...: estando encendida ya una lamparita, el psiquismo de la Srta.
JOHNSON podría conocerlo por hiperestesia. Las experiencias podrían ser, pues, de precognición del hecho
psíquico, y no precognición de la realidad física... Precognición, sí; PC tal vez no.
En rigor, PC es sumamente difícil de ser demostrado apodícticamente. Entre las experiencias de PSI-
GAMMA, y de precognición en particular, ha}' muchas que sugieren PC. Mas una demostración crucial,
definitiva...
Para obtener una evidencia convincente de PC, sería necesario obtener resultados significativos con un
materia] de experimentación de naturaleza desconocida de todos en el mundo; y no sólo habría de serlo en el
momento de la experiencia, sino que tendría que mantenerse desconocido hasta pasar el «plazo corto» en el cual
PG prescinde del tiempo. De otra manera no queda excluida la PT precognitiva... Ahora bien, ¿cómo hacer y
comprobar semejantes experiencias? La demostración definitiva, evidentemente, no fue posible, por lo menos
hasta el momento.
Hay, sí, series de experiencias que sugieren fuertemente la existencia de PC y que, con la misma energía,
hacen sumamente inverosímil, en el caso, PT.
En primer lugar, queremos advertir que parece poco lógico explicar por precognición telepática cualquier
hecho que pueda explicarse por clarividencia simulcognitiva. La manifestación de la precognición parece más
difícil, más rara, que la de la simulcognición. Aunque no sea apodíctica la explicación por simulcognición
clarividente, siempre será más lógica que la explicación por precognición telepática.
Las experiencias más sugestivas en pro de la PC tal vez sean las del tipo llamado «test de emparejamiento»
(«matching test»), de las que ya hemos contado algunos ejemplos en capítulos anteriores. Entre ellas queremos
destacar ahora, por vía de ejemplo, las realizadas por PRATT-WOODRUFF.
Se mezclaba una baraja ZENER. El experimentador lo mantenía detrás de un panel, sin mirar las
cartas. El metagnomo, al otro lado, iba apuntando uno de los cinco símbolos ZENER puestos ante él,
Otros argumentos
El ya varias veces citado Dr. CALLIGARIS, después de sus innumerables experiencias, afirma que todo
nuestro mundo (por tanto PC, al menos en gran parte) es conocido por nuestro inconsciente y que algunos de
estos conocimientos, en determinadas circunstancias (dotados, emotividad...), pueden surgir a la conciencia o
proyectarse reflejamente en la piel: «Todo cuanto existe en la naturaleza puede ser visiblemente proyectado sobre
el cuerpo humano porque está representado en su subconsciencia»; «en nuestro subconsciente está proyectado y
depositado todo el universo; de esto estoy convencido y lo sustento firmemente» (16). «La antena ultrapotente
que es el cuerpo del hombre, lo refleja todo, lo que está cerca y lo que está lejos, todo lo que se ve y lo que no se
ve» (17).
Sin llegar a tanto como «todo lo que existe», parecida teoría (todo lo relacionado, «iluminado» por el
hombre), agradó siempre a muchos investigadores, tanto antiguos como modernos; nuestro inconsciente posee, al
menos, un número de datos mucho mayor de lo que es posible pensar, datos que sólo en determinadas
circunstancias aflorarán a la superficie.
Y, puestos ya en el plano de las teorías, es defendida por muchos la de que las facultades para normales, o
mejor, su manifestación, es un residuo del extraordinario poder que tenía la naturaleza humana cuando fue
creada, poder del que disfrutaría en el «Paraíso terrenal». La naturaleza «caída» que hoy tenemos, no puede
manifestar este poder (a no ser en muy pequeña escala) sin que «estalle» el organismo; pero el poder estaría ahí,
en el inconsciente, actuando continuamente. En otro volumen expondremos los poderosos argumentos que
militan en favor de esta teoría, que es hoy prácticamente unánime entre los parapsicólogos que han estudiado el
problema con suficiente conocimiento de causa. Ahora bien, cuantos la admitan, deberán en consecuencia admitir
PC pues nada en ella sugiere que la facultad de conocimiento extra-sensorial tuviera que limitarse a los actos
psíquicos del hombre.
También a su debido tiempo tendremos que estudiar los diversos tipos de la facultad PK, la facultad de la
actuación del psiquismo sobre la materia. Ahora bien, admitiendo la psicoquinesia (PSI-KAPPA), se tendrá que
admitir Pe: evidentemente, si el psiquismo puede afectar a los objetos hasta el punto de moverlos, etc., más
fácilmente podrá llegar hasta ellos para conocerlos.
Por consiguiente, PC, en contraposición a PT puede considerarse, sino un hecho científico, pues no poseemos
una demostración enteramente definitiva, por lo menos una teoría verdaderamente probable.
En otras palabras: es un hecho ciertamente probado que PSI-GAMMA actúa a veces como si fuera PC, lo cual
nos basta para una clasificación práctica del caso. Este aspecto práctico es el que más nos interesa.
PT y PC frente a frente
Hemos visto que PT parece que no podrá ser demostrado nunca. PC, sin embargo, tal vez sí. El Dr. Helio R.
SANTOS, de Río Janeiro, planeó un método de experimentación a base de máquinas automáticas, tanto para
marcar los objetos-testigo como para interpretar las «suposiciones» de los metagnomos, como para expresar el
porcentaje de coincidencias. El «Instituto de Parapsicología» de las Facultades Anchieta (Sao Paulo), está
interesado en este método, con la colaboración del Dr. Helio R. SANTOS.
En la Universidad Duke continuamente se comparaban los resultados de aparente PC y de aparente PT. El
sujeto que obtenía resultados sensacionales en PC era pasado por una nueva serie de experiencias para PT. En 8
de los 9 metagnomos excepcionales escogidos por la Universidad, el éxito fue el mismo, examinándose el
conjunto de cada tipo de experiencias. El sujeto número 9, una señora, dio siempre mejores resultados en PT que
15 Cfr., el magnífico resumen de estas experiencias hecho por AMADOU, Robert. o. c, pág. 171.
16 CALLIGARIS, Giuseppe: «Le Meraviglie della Meta fisiología», Brescia, G. Vannini, 1944, págs. 112 ss.
17 CALLIGARIS, Giuseppe: «L'Universo representato sul corpo dell' huomo», Brescia, G. Vannini, 1945, pág. 247.
Respecto al mismo asunto se puede ver también del mismo autor: «Telepatía e radioonde cerebrali», Milano, Hoepli,
1934.
en PC. Sin embargo, la diferencia parece tener una explicación extrínseca: esta señora manifestó repetidas veces
que prefería trabajar con una persona, un agente, para procurar averiguar su pensamiento, porque le resultaba
muy monótono tratar de averiguar frías e insensibles cartas de baraja; por otra parte, siempre había
experimentado una íntima repugnancia a los juegos de cartas.
Prescindiendo de esta señora, incluso las fluctuaciones de días particulares eran iguales en los dos tipos de
experiencias: el día en que un sujeto no «estaba dispuesto» para PC, tampoco lo estaba para PT o viceversa. El
efecto de las drogas era el mismo en los dos casos: un sedativo, como el amital, hizo bajar mucho los resultados
de PC, y se constató más adelante que lo mismo sucedía con PT. Por el contrario, la cafeína tuvo un efecto favo-
rable para ambas experiencias.
En ambos tipos se obtuvo un récord. En la prueba de PC apareció un metagnomo excepcional que dio una
vez, en medio de una serie de pruebas menos notables, 25 aciertos en 25 intentos; resultado completamente
extraordinario. Pues bien, en otra ocasión otro notable metagnomo alcanzó el mismo récord en experiencias que
sugieren PT: 25 sobre 25.
Aún más: las aparentes PC y PT actuando conjuntamente, no consiguieron más de lo que separadamente. Los
resultados en las series de experiencias de aparente PC, son los mismos que de los aparente PT y los mismos de la
combinación de ambas facultades (18).
Ya vimos cómo la mayoría de las experiencias que los antiguos metapsíquicos creían que eran de PT, en la
realidad eran de PC y PT conjuntamente, pues se trataba de averiguar cartas reales, además de pensadas. Las
experiencias modernas del tipo PC y PT por separado son equivalentes en los resultados a esa combinación de PC
y PT de los metapsíquicos.
No eran, pues, necesarias nuevas comprobaciones, pero modernamente se han hecho series de experiencias
comparativas entre las formas aparentemente puras y las ambiguas.
En este sentido, tal vez las series más importantes sean las realizadas por la Dra. Margaret PEGRAM (19).
Empleó como metagnomos un grupo de niños. Fue alternando los diversos tipos de experiencias. Obtuvo una
buena cantidad de resultados significativos, que fueron prácticamente idénticos para los tres tipos de
experiencias. Sumando los resultados de todas las series de cada tipo, la suma total es prácticamente igual para
los tres. Siendo una suma de millares, la diferencia es de decenas o unidades. Esto es, no hay diferencia
apreciable, según el cálculo de probabilidades.
Aunque absurdamente quisiéramos dar valor a esas diferencias mínimas, paradójicamente probarían que no
hay diferencia de posibilidades entre PC y PT. En efecto, la suma menor es la de la «clarividencia», después
viene la del «conjunto» y la mayor es la de la «telepatía». Pero este resultado sería totalmente absurdo si PC y PT
fuesen diferentes en sus posibilidades, pues entonces la suma mayor debía ser la del combinado, mayor en el
doble o al menos con notable ventaja. Lo único que se probaría por esta diferencia es que el tipo PT resultó a
algunos niños algo más interesante (o menos desinteresante) que el tipo PC, lo cual es bien lógico. Por esta
misma razón y, en general, por ser más emotiva, se explicaría que parezcan más frecuentes los casos espontáneos
de PT aparente.
Como acabamos de ver, la división de PSI-GAMMA en PC y PT es una clasificación meramente práctica, para
distinguirlos no hay fundamento absolutamente demostrativo. El caso, experimental o espontáneo, que parezca
conocimiento directo de una realidad física, será clasificado como PC; al contrario, clasificaremos como PT el
caso que a primera vista parezca conocimiento directo de la actividad psíquica de otra persona.
La división de PSI-GAMMA en clarividencia (PC) y telepatía (PT) es una división práctica, para
clasificar los casos que presenten uno de estos aspectos.
Pero la demostración científica de la existencia de PC y PT como tales, aún no está hecha y tal vez
no se pueda hacer nunca.
Con R1CHET podemos resumir diciendo «que parece más prudente no adoptar otra hipótesis a no
ser la de... que se puede saber lo que existe, sea un pensamiento o sea un objeto» (20).
CLASIFICACIONES PRÁCTICAS
La TELEPATÍA tiene varias divisiones prácticas. La nomenclatura empleada en ellas no ha sido oficializada,
al menos hasta ahora. Tampoco hay unanimidad de interpretación entre los autores que emplean la misma
nomenclatura. Nosotros adoptamos la más lógica o la más frecuente entre los autores.
Llamamos la atención sobre las tres últimas divisiones prácticas de la telepatía, tres divisiones
importantísimas, tradicionalmente descuidadas o poco conocidas. Empleamos para ellas siglas nuevas.
Evidentemente no agotamos el tema. Ponemos sólo las divisiones que consideramos más importantes:
a) «Adivinación del pensamiento»: Cuando el sujeto pretende, quiere, «se esfuerza» por captar el contenido
de un acto psíquico consciente de otra persona. Ésta parece no intervenir en el fenómeno.
b) «Transmisión del pensamiento»: Cuando parece haber actividad en ambos participantes. El agente
«trabaja» por transmitir sus pensamientos o el contenido del acto psíquico al percipiente, y éste «se esfuerza»
por captar lo que le quieren transmitir. Está también en el ámbito de lo consciente.
«Telepatía sobre el inconsciente excitado» (TIE): Supongamos, por ejemplo, que yo al estudiar
portugués traté de aprender simultáneamente las palabras «cañeta» (pluma) y «relógio» (reloj). Ambas
palabras quedan asociadas en mi inconsciente. Cuando, posteriormente, quiera en una experiencia
transmitir a un metagnomo la palabra «cañeta», es posible que el metag-nomo capte «relógio». Al pensar
en la palabra «cañeta», excité en mi inconsciente la palabra «relógio» que en mi inconsciente está
asociada a la primera. No habría sido una experiencia de transmisión de pensamiento, sino una
experiencia de telepatía sobre el inconsciente excitado, en este caso por asociación de ideas en el
inconsciente.
d) La «sugestión telepática (ST): sugerir paranormalmente a otra persona, ideas, sentimientos, etc. El
percipiente capta «espontáneamente» la idea o sentimiento... En la persona que parece agente hay un deseo
consciente o inconsciente, o incluso interpretativo, de comunicarse con el percipiente.
e) El fenómeno PG más temido (sin razón) es el clasificado como «subyugación telepsíquica» o HT
(Hipnosis Telepática): es un dominio, a veces despótico, a distancia, sobre la mente y, a través de ella, a veces
también sobre el cuerpo, la sensibilidad y hasta la vida de otra persona (animal o planta). Vendría a ser como una
hipnosis paranormal, pudiendo ser, como la hipnosis, de diversos tipos, grados y eficiencias. La «subyugación
telepsíquica» es la más impresionante y «misteriosa» causa (no la única) del fenómeno popularmente llamado
hechizo, cohecho, mal de ojo, maleficio...
Puede ser negativa (para el mal), positiva (para el bien, curanderismo) o indiferente.
De la «adivinación del pensamiento» y de la «transmisión del pensamiento» hemos visto ya numerosos casos
espontáneos, y principalmente experiencias de laboratorio en los capítulos anteriores. No dedicaremos a estos
tipos de telepatía ningún capítulo especial.
Tampoco hablaremos en este volumen del hechizo por tener otras varias causas que no se encuadran
dentro de PG. La misma «subyugación telepsíquica» o HT es un fenómeno mixto pues frecuentemente y
en parte está íntimamente relacionado con los fenómenos de efectos físicos (como PSI-KAPPA). Aquí
tratamos únicamente de los fenómenos de efectos psíquicos.
22 TIE ESPONTÁNEA
Una señorita me consultaba muy impresionada porque en una sesión de espiritismo a la que había asistido su
padre, la médium le reveló cosas de su infancia que él ya no recordaba y que después comprobó ser verdaderas.
Le dije simplemente que no se trataba en manera alguna de comunicaciones de los espíritus sino de telepatía,
facultad muy natural y humana. La señorita no podía comprender que fuese telepatía y protestó: «Pero mi padre
no se acordaba de aquello».
Este concepto equivocado de que sólo hay telepatía sobre lo consciente, está muy extendido. Muchos saben
que la telepatía es una realidad y no una simple leyenda, pero ignoran que precisamente la «telepatía sobre el
inconsciente excitado» es mucho más frecuente que la adivinación o transmisión del pensamiento consciente.
En rigor científico, yo no debería haberle dicho a la señorita que se trataba de telepatía sino de hiperestesia
indirecta de las ideas excitadas en el inconsciente del padre. Pero ahora trataremos como si fuesen una misma
cosa la telepatía y la hiperestesia indirecta, ambas sobre el inconsciente excitado. El efecto es el mismo. El lector
avisado sabe ya perfectamente que se trata de telepatía sobre el inconsciente excitado (TIE) cuando hay per-
cepción extra-sensorial, y que al contrario, será hiperestesia sobre el inconsciente excitado (HIE) cuando la
percepción es sensoria], a partir de los reflejos fisiológicos causados por la excitación en el inconsciente de
alguna idea, sentimiento, etc. Cuando hablamos de TIE entenderemos, de ahora en adelante, tanto telepatía como
hiperestesia indirecta, ambas sobre el inconsciente excitado.
El mecanismo interno de la telepatía sobre el inconsciente, o TIE, sería el siguiente: el consciente de la
persona que parece agente (o cualquier otro factor o circunstancia) reaviva, ilumina, excita una idea o contenido
psíquico del propio inconsciente. El inconsciente de otra persona, el perceptor, capta esa idea.
El Dr. RHINE fue consultado sobre el caso siguiente: Una señora había ido a pasar el fin de semana
con unos amigos que vivían en el campo, a varias millas de distancia. El marido se quedó en casa,
ligeramente indispuesto. La señora, ya al caer la tarde, experimentó de repente un impulso incoercible de
volver a casa. Los amigos se oponían: la hora no era apropiada. La señora, por otra parte, no podía dar
explicación alguna racional de su súbito y absurdo deseo. Sólo experimentaba la impresión general de
que algo no iba bien con su marido. Volvió. Al llegar encontró la casa en llamas, debido, según se
Todo indica que debemos clasificar este caso como TIE, telepatía sobre el inconsciente excitado: el pequeño
ruido, olor, etcétera, del incendio que comenzaba en el piso bajo, siendo captado más o menos
hiperestésicamente, excitó el inconsciente del hombre adormecido. La idea del esposo excitado inconscien-
temente por el peligro, fue captada por la esposa, preocupada, la cual puede llegar a tiempo de evitar la catástrofe.
Casos semejantes al referido, en los que la excitación del inconsciente fue provocada por pequeños olores,
darán ocasión, como veremos en el capítulo siguiente, a la experimentación del fenómeno.
La nebulosidad, la sensación indefinible, experimentada por la receptora, es una característica frecuente,
especialmente en la recepción en estado de vigilia. Es el inconsciente el que capta el mensaje y no es fácil en
personas normales que esa percepción inconsciente suba hasta el consciente. Por eso es necesario, en muchos
casos, algunos de los sistemas de manifestación: escritura automática, péndulo, mesa giratoria... En sueños, sin
embargo, o en otros estados en los que está más «abierta la puerta» del inconsciente, como en el trance, hipnosis,
histeria, delirio, etc., se puede alcanzar una claridad casi fotográfica en la alucinación correspondiente a la
percepción del mensaje telepático.
T1E a tres
2 RHINE, J. B.: «New World of the Mind», Nueva York, W. Sloane, 1937. Utilizamos la traducción española de
Dora Joninsky de KREIMEN; tEl Nuevo Mundo de la Mente», Buenos Aires, Paidós, 1958, pág. 20.
3 Citado por RHINE, J. B., O. c., pág. 21.
4 WARCOLLIER, Rene: «Polypsychisine spontané», en «La Métapsychique, 1940-1946», París, P. U.F., s. f. (1947),
pág. 66.
Un día, cuando varias personas se encontraban en su cuarto, TEOBALDO comenzó a hacer el gesto de quien
tira de la cuerda de un campana, como tocando a muerto. —¿Por quién tocas a muerto?—le preguntan. —
Por Gregorio KUNEGEL—respondió TEOBALDO sin dudar.
La hija de KUNEGEL estaba presente y, aterrorizada, gritó:
—¡Tramposo! Mi padre está bien y trabaja de albañil en la construcción del seminario.
—Estaba muy bien, pero debes saber que se ha caído, y si no lo crees, ve a comprobarlo.
La pobre chica corrió a aquel lugar y tuvo que constatar que su padre se había caído de un andamio y
se había quebrado la columna vertebral. Cuando TEOBALDO anunció la desgracia, nadie todavía sabía la
noticia en Ilfurt (5).
Como se podrá comprender, el fenómeno no se debe al demonio... Fue la joven la que captó paranormalmente
la desgracia de su padre. La joven y no directamente TEOBALDO, puesto que a ella era a la que interesaba el
asunto de una manera verdaderamente «existencial» (6). Pero no siendo buena metagnoma, el «mensaje
telepático» quedó inconsciente y en ese inconsciente excitado de la joven fue donde lo captó TEOBALDO por
hiperestesia indirecta del pensamiento.
Evidentemente si el autor del mensaje hubiera sido el demonio, como quieren los partidarios de esta
interpretación sobrenatural, el demonio debería saber que no se trataba de una muerte y por tanto no había por
qué tocar a muerto... Este error accidental es lógico en fenómenos parapsicológicos, pero inexplicable en el
demonio...
TEOBALDO y sus contemporáneos, en medio del ambiente de demonología en que vivían, dramatizaron las
manifestaciones para psicológicas como debidas al demonio. Si hubieran vivido en la actual América Latina,
especialmente en el Brasil, las hubieran dramatizado como debidas al espíritu del muerto. Pero aquí el padre no
murió...
Espiritismo y telepatía
Muchos médiums llegan fácilmente a un desequilibrio psíquico pronunciado de manera que aparezcan entre
ellos buenos metagnomos. El médium espiritista más famoso en fenómenos de conocimiento, entre los
observados por los metapsíquicos, fue la norteamericana Eleonora PIPER.
«Entre los médiums... bajo el punto de vista subjetivo (esto es, de efectos psíquicos) con manifestaciones de
criptestesia (= PG) intensa, podemos afirmar que el más poderoso fue ciertamente la señora PIPER», escribe
5 Utilizamos la traducción italiana: SUTTER, Pablo: di diavolo. Le sue parole, i suoi atti nei due indemoniati di
Ilfurt (Alsazia) secondo documento storici», Torino, 1935, págs. 60-61. Existe también traducción española: <El
diablo». Barcelona, 1925.
6 El fenómeno paranormal en la joven es el clasificado como «sugestión telepática», tal vez el fenómeno
paranormal más frecuente. Lo describiremos ampliamente en los capítulos 24, 25 y 26.
7 IMBASSAI, Carlos, en «O Reformador», revista de la Federación Espiritista Brasileña (FEB), 1944, Noviembre.
8 IMBASSAI, Carlos, ibidem.
RUCHET (9) y añade en otro lugar: «La Sra. PIPER, superior a todos los médiums... es, sin contradicción posible,
la que ha dado las pruebas más numerosas, las más extrañas y las más decisivas» (de conocimiento
parapsicológico) (10). Los paréntesis son nuestros.
La principal fuerza de los fenómenos de la Sra. PIPER está en su cantidad.
Sabios eminentes, aunque de la antigua escuela metapsíquica, observaron a la Sra. PIPER. Debe concederse
especial valor al testimonio del Dr. HODGSON (11) de la «Society for Psychical Research» que, como se sabe, fue
uno de los que desenmascararon los fraudes de BLAVATSKI, fundadora del Teosofismo. HISLOP, W. JAMES,
RICHET, etc. emplearon también el control posible en aquella época. Otros muchos metapsíquicos estudiaron las
actas de las experiencias realizadas con la Sra PIPER, quedando todos convencidos de sus cualidades
parapsicológicas (12).
El Sr. Vernon BRIGG, que había estado en Honolulú, preguntó a la Sra. PIPER por KALUA, jovencito
indígena que había traído a América. PIPER responde con estas palabras en la lengua original de las islas
Hawai: «Aloka» (saludos) y «Lei» (guirnaldas de flores). Esta xenoglosia «paucis verbis» tiene el detalle
característico de revelar la notoria afición del pequeño KAULA a hacer guirnaldas de flores. El Sr. BRIGG
pregunta también en qué isla murió KAULA. La Sra. PIPER responde: «Tawai»; pero automáticamente
escribe: «Kawai»: los indígenas pronunciaban «Tawai», pero se escribe «Kawai» (13).
Fenómeno claramente clasifica ble como telepatía (o hiperestesia) sobre el inconsciente excitado. Esas
palabras y esos datos estaban en el inconsciente de BRIGG relacionadas con KAULA por quien preguntó.
La Sra. BLODGETT interroga a la Sra. PIPER. Ésta asegura, en la inconsciencia del trance, que está
poseída por el espíritu (! ?) de Hannah WILD, fallecida hacía diez años y hermana de la Sra. BLODGETT.
Dice que Hannah WILD había dejado entre sus papeles una carta que nadie había leído. Nada,
absolutamente nada acerca del contenido de esa carta fue manifestado por la médium, a pesar de ser
interrogada sobre ello. En compensación la médium habló, con notable precisión, de innumerables
recuerdos de la Sra. BLODGETT acerca de su hermana fallecida (14).
Como se ve, no consiguió revelar más de lo que estaba en el inconsciente de la persona viva. Lo que sólo la
muerta conocía, permaneció desconocido, aunque la médium en su trance decía que era la misma difunta la que
hablaba. Claro está que por otros fenómenos paranormales (PC, precognición telepática de cuando se abriera el
sobre, etc.), se podría averiguar el contenido de la carta; pero la Sra. PIPER estaba especializada en telepatía o
hiperestesia sobre el inconsciente excitado, no en otros fenómenos. Son frecuentes las especializaciones entre los
sensitivos y metagnomos.
La Sra. PIPER da generalmente datos a propósito de antiguos recuerdos de la persona que la consulta.
Frecuentemente son necesarias largas averiguaciones para comprender que tales datos fueron tomados del
inconsciente pantomnésico del consultante:
El Dr. HISLOP, por ejemplo, pide datos sobre su padre. La Sra. PIPER le dice dónde su padre había
dejado los lentes al morir, habla de un bonete de punto, de una navaja de mango oscuro, con la que su
padre tenía la costumbre de limpiarse las uñas, menciona diversos bastones que tenía: uno con un aro de
metal, otro con un insecto dorado (una figura de escarabajo), otro con el extremo curvado hasta que se
quebró. De la mayor parte de estos detalles no se acordaba el Dr. HISLOP (15).
Pero sin duda que los conoció, habiendo asistido a la muerte de su padre (tuvo, por tanto, que ver dónde
había dejado los lentes) y siendo los otros detalles tan característicos y habituales en el proceder paterno. HISLOP
no se acordaba conscientemente pero, evidentemente, todo aquello tenía que estar en su inconsciente por
pantomnesia.
9 RICHET, Charles: «Traite de Métapsychique», 2.a ed., París, Alcan, 1923, pág. 166.
10 RICHET, Charles, o. c, pág. 175.
11 JAMES, Wiliam y HODGSON, Richard, colección y traducción por SUDRE, Rene: «Études et reflexions d'un psychiste»,
París, Payot, 1924, pág. 43.
12 SIDGWICK, Sra. de, resume maravillosamente y pone excelente bibliografía sobre todas las experiencias hechas con
la Sra. PIPER, en «Proceedings of the Society for Psychical Research», XXVIII, 1915, parte 71.
13 HISLOP, J. H.: «Science and Future Life», Boston, 1905, pâg. 179.
14 SAGE, M.: «Madame Piper et la Société anglo-americaine pour les recherches psychiques», 4.a éd., Paris, Leymerie, 1902. El
que no pueda consultarlas relaciones originales de las experiencias con la Sra. PIPER, encontrará en esta obra, de fácil lectura, un
resumen bueno y bastante completo.
15 MANGIN, Marcel: «La vie aprés la mort», en «Annales des Sciences Psychiques», XII, 1902, págs. 218 ss.
LODGE, que también experimentó con PIPER, reconoció (antes de que el rudo golpe no superado de la muerte
de su hijo le debilitase el sentido crítico y le hiciese inclinarse al espiritismo) que, evidentemente, los
conocimientos extraordinarios obtenidos por PIPER en estado de trance son, generalmente, de conocimiento de
alguna persona presente en la sesión aunque, no raramente, ya del todo olvidados. Y tan cierto es que, a veces,
fue muy difícil obtener la confirmación posterior de que aquéllos habían sido alguna vez conocidos por aquella
persona.
Las experiencias de LODGE eran ingeniosas, enviando en alguna ocasión a PIPER personas bajo nombres
falsos. Tales experiencias vienen una vez más a confirmar que la Sra. PIPER en realidad era hiperestésica
{hiperestesia indirecta sobre el inconsciente excitado), pues los conocimientos que manifestaba eran los que
estaban en el inconsciente de las personas presentes y no de las ausentes, como podría haber sucedido si fuese
para-normal y no sólo hiperestésica. Por otra parte, la misma frecuencia del fenómeno está ya indicando que era
solamente hiperestesia y no PSI-GAMMA.
He aquí un caso de los dirigidos por LODGE, entre los muchos que nos refiere en uno de sus libros (16).
Un médico de Liverpool fue presentado bajo el nombre de Dr. JONES. La Sra. PIPER, sin más datos,
le habla de una de sus hijas, llamada DAISY. Dice que «es encantadora, pero está enferma. Con la niña
hay una mujer llamada KATE a la que el señor llama KITTI». En realidad DAISY no estaba enferma sino
que era sorda. KATE era el aya de los hijos del doctor, y éste, de hecho, acostumbraba a llamarla KITTI.
Hiperestesia sobre la continua preocupación subconsciente de un padre que tiene una hijita encantadora que
es sorda, asistida por un aya cariñosa a la que el doctor está muy agradecido.
Análisis de PIPER
La misma Sra. PIPER que fue espiritista durante muchos años, al final, viendo las experiencias que con ella se
hacían, reflexionó y declaró: «yo jamás dije nada, durante mi estado hipnótico, que no pudiese estar latente en mi
memoria o en la memoria de la persona que se me acercaba con la intención de comunicarse con el más allá, o en
la memoria de algunos de los asistentes; en fin, en la memoria de alguna persona viva en alguna parte del
mundo». Y, durante la reacción que suscitaron estas palabras, insiste: «no creo que los espíritus de los muertos
hablen por intermedio de mí, cuando estoy en estado de trance... La telepatía me parece más plausible y la más
justa solución del problema» (17).
Como ya indicamos, una gran parte, la casi totalidad o tal vez todos los fenómenos de conocimiento
realizados por la Sra. PIPER, deben ser clasificados como hiperestesia indirecta sobre el inconsciente excitado,
con exclusión de otros fenómenos parapsicológicos.
Ella misma, como hemos visto, autoanalizándose, afirma que todo cuanto percibe está en la memoria
inconsciente de alguien. Ese alguien, salvo casos difíciles de comprobar, siempre es alguna persona presente.
Durante años se muestra dotada para describir hechos o datos sobre la vida y carácter de las personas que le
presentan, aunque antes nunca las hubiese visto. Pero, sometida a tests que serían PC, o TIE (sobre personas
ausentes), o precognición, fracasa con absoluta regularidad durante todos los años que fue controlada por los
metapsíquicos: jamás, por ejemplo, supo averiguar el contenido de un sobre, si la persona que lo había escrito
estaba ausente.
Nada paranormal en Eleonora PIPER, aunque en el inconsciente de los consultantes captase a veces datos que
el consultante había captado paranormal e inconscientemente: en este caso se trataría de lo que llamamos
percepción «a tres», siendo paranormal entre el consultante y una tercera persona o cosa, y sólo hiperestesia entre
el consultante y PIPER.
Debemos resaltar estas consideraciones porque las juzgamos de importancia para la recta inteligencia de la
mayoría de los metagnomos: en la casi totalidad de las adivinaciones de médiums adivinos profesionales,
radiestesistas, quiromantes, en fin, de cuantos se dedican a la «adivinación», se trata, por parte de ellas, de simple
hiperestesia indirecta sobre el inconsciente excitado de los consultantes, adivinando en ellos lo que éstos ya
conocen por medios normales, extraordinario o paranormales. El conocimiento paranormal e inconsciente en
estos últimos casos, se da solamente en el consultante, sólo para él tal conocimiento es emotivo.
18 CHAUCHARD, Paul: «La Medicine Psychomatique», Colección «Que-sais-je», París, Presses Universitaires de France, 1958 (1.a
ed. 1955). Citamos por la traducción española de NOVICK, Ernesto José: «La medicina psicosomática», Buenos Aires, Paidós, 1960,
pág. 45.
A veces, la excitación se deberá simplemente a alguna percepción emotiva reciente. El que
inconscientemente acaba de enterarse de que, por ejemplo, a centenas de kilómetros de distancia, está ardiendo
una casa suya, evidentemente sufre una excitación inconsciente, excitación que posibilita a un buen «dotado» la
actuación de TIE (o HIE) «a tres».
Ya FREUD sospechó la importancia, por otra parte lógica, de ambos factores, asociación y emotividad, aparte
de la mayor frecuencia en TIE (o HIE). En su libro «New Introductory Lectures on Psychoanalisys» (19), después
de analizar todos los casos llegados a su conocimiento, concluye que las ideas que probablemente asumen una
actividad telepática en la mente del agente, son, o las ideas preconscientes por asociación (esto es, las que, por
razón de su ligación con las ideas que en ese momento ocupan el consciente, están «cerca» del consciente), o las
ideas inconscientes afectivamente cargadas, pensamientos o complejos reprimidos y disfrazados en el
inconsciente, precisamente por su fuerte carga afectiva. FREUD, sin embargo, exagera pensando que sólo hay
adivinación sobre lo inconsciente.
¿De qué manera pasará la idea excitada del agente al percipiente? Como ya hemos afirmado, la mayor parte
de las veces el «consultante» está en presencia del sensitivo. La excitación del inconsciente tiene su repercusión
fisiológica externa, y es ésta la que el sensitivo capta por hiperestesia indirecta del pensamiento inconsciente, del
mismo modo (ciertamente bastante «misterioso» y complejo) que explicábamos al tratar de la hiperestesia
indirecta del pensamiento consciente (capítulo 5 y especialmente el 6, 7 y 8).
Otras veces, más raras, la percepción por parte del metagnomo será paranormal, extrasensorial, espiritual, y
puede también haber sido paranormalmente recibida por el inconsciente del consultante la noticia que va a ser
revelada (verdaderamente TIE y no HIE Cómo se da esta percepción extrasensorial es asunto que dejamos, como
hemos dicho, para cuando hablemos en otro libro de las teorías explicatorias de PG en general.
De la observación y análisis de los casos espontáneos se puede deducir, por tanto, que:
«Adivinan las ideas excitadas en el inconsciente de otra persona es más fácil y frecuente que adivinar
las ideas conscientes.
La excitación en el inconsciente puede deberse a la asociación de ideas, emotividad, percepción in-
consciente incluso paranormal, etc.
La captación por parte del percipiente puede ser paranormal, aunque frecuentemente sólo sea
hiperestesia indirecta del pensamiento. Siendo, sin embargo, idéntico el aspecto externo del fenómeno,
reunimos ambos tipos de captación en la clasificación TIE o (HIE): «Telepatía (Hiperestesia) sobre el
Inconsciente Excitado».
La TIE (o HIE) es frecuentemente «a tres» o «en L», esto es, cuando se capta en una persona lo que ésta
captó en otra o en la realidad física.
19 FREUD, S.: «New Introductory Lectures on Psychoanalysis», Londres, Hogarth Press; traducción española: «Nuevas
aportaciones al psicoanálisis», Madrid, Biblioteca Nueva, 1948.
23 TIE EXPERIMENTAL
El percipiente no captó el consciente, «Restina», sino solamente «La». El Padre se habla olvidado del
artículo, pero en el inconsciente estaba asociado al sustantivo.
Ya vimos en otro capítulo que la niña ILGA K. de Trapene (Letonia), retardada mental, era una magnífica
sensitiva, averiguando hiperestésicamente muchas cosas que en su presencia pensaban, principalmente la madre.
Fue publicado un libro con las experiencias que con ella realizaron profesores universitarios (2).
El Dr. NEUREITER tomó el lugar de la madre. Con gran concentración comenzó a leer mentalmente un trozo
de un poema. La pequeña ILGA no descubrió nada. Pero sucede que el Dr. NEUREITER, mientras se esforzaba en
transmitir las palabras del poema, observó, de pasada, una palabra que filológicamente lo intrigó. Pues bien, esta
palabra en la que el Doctor reparó como entre paréntesis, fue precisamente la única que captó la niña.
Fracaso en la hiperestesia o transmisión del consciente; pero éxito en la hiperestesia sobre el inconsciente
excitado, fenómeno más fácil.
El Dr. KLEINBERGER escondió un objeto bajo una almohada. Cuando llegó la niña, trató de
transmitirle el lugar exacto donde se encontraba el objeto. ILGA dice: «El reloj está debajo de la
almohada», pero como había varias en el cuarto, fue levantando una tras otra hasta que encontró el reloj.
No había, pues, captado el pensamiento consciente (el sitio exacto donde estaba escondido el objeto) sino que
captó la idea primitiva en la que ya no se pensaba: «escondamos el reloj bajo una almohada», o sea, captó la idea
excitada en el inconsciente.
1 HEREDIA, S. I., Carlos María: «Los Fraudes espiritistas y los fenómenos metapsíquicos», 6.a ed., Montevideo, Mosca, 1945, pág.
357.
2 NEUREITER, Ferdinand von: «Wissen un frendes Wissen auf unbekannet, Wege erworben», Gotha, 1935.
El 10 de octubre de 1928, WARCOLLIER y BESTERMANN experimentan con la metagnoma. Sra. K. a
la que nunca habían visto antes. Se trataba de que descubriese el nombre de la esposa de Rene
WARCOLLIER: Germaine. La metagnoma mira a los ojos de WARCOLLIER y escribe primero C, después
K, por fin corrige y escribe correctamente la primera letra del nombre de la esposa: G, pero no consigue
continuar.
La señora K. dice que WARCOLLIER no le sirve como transmisor del pensamiento y que prefiere intentar con
BESTERMANN. Hacen entonces salir de la sala a la metagnoma y WARCOLLIER le dice a BESTERMANN en voz
muy baja el nombre de su esposa: Germaine. Entra la metagnoma y fija su mirada en los ojos de BESTERMANN.
Después de unos instantes escribe: «Genriette». La sorpresa de los experimentadores fue grande: la primera letra,
G y tal vez la segunda correspondían al nombre Germaine, pero lo curioso es que las otras letras NRIETTE,
correspondían al nombre de la esposa de BESTERMANN, en la cual ninguno pensaba entonces (3).
Los experimentadores vieron que había sucedido algo «raro» en el ámbito de la telepatía. Lo que sucedió en
realidad fue una mezcla de TIE (o HIE), experiencia que no se intentaba hacer pero que, siendo más fácil, surgió
espontáneamente, con un poco de transmisión del pensamiento consciente que era lo que intentaban hacer y en lo
que se esforzaba la metagnoma. Evidentemente, BESTERMANN, al pensar en el nombre de la esposa de
WARCOLLIER, excitó en su inconsciente el nombre de su propia esposa: Henriette.
3 WARCOLLIER, Rene: «Theorie du polypsychisme», en «La Métapsychique», 1940-1946, París, «Instituí Métapsychique
International», número extraordinario, s. f. (1947) de págs. 54 ss.
muestra la punta del dedo, un centímetro poco más o menos: D, E, K... Después un nombre que no
conozco, en letras menores... Después: Montpellier, 28 octubre 1897».
«He aquí, querido maestro—termina el Dr. FERROUL— el relato de la experiencia... Duró, cuando mucho, un
minuto y medio. Incluyo en la carta su sobre. Dr. FERROUL».
El Dr. GRASSET comenta: «Se comprenderá mi admiración. El sobre cerrado volvía intacto... El éxito es
completo. Creo que existe la lectura (o visión) a través de cuerpos opacos, e incluso a distancia...» (4).
Esa experiencia no fundamenta la conclusión del Dr. GRASSET entendida al pie de la letra, como si se tratara
de visión auténtica, criptoscopia fisiológica; se trata de TIE, como veremos en seguida.
Dos meses después, en diciembre de 1897, la Academia de Ciencias y Letras de Montpellier nombró una
comisión científica para estudiar el caso de Anna BRIOU.
La experiencia fue doble: en un sobre se puso, en completa oscuridad, un papel escogido al acaso
entre varios, con diversas palabras sin conexión alguna. Otro papel con una frase, escogido también al
acaso entre varios semejantes, se pone en una caja, junto con una placa fotográfica que delataría el fraude
si la caja fuese abierta; además, la caja estaba sellada. Los experimentadores no conocían el contenido ni
del sobre ni de la caja. Aparte de esto, no deberían dejarla en ningún momento. Ellos mismos la llevarían
a Narbona.
En el primer caso, Anna no proporcionó sino indicaciones juzgadas totalmente erradas. En el segundo, con-
siguió indicar más exactamente algo de lo que había en la caja, aunque de una manera muy incompleta. Pero la
caja, por diversas circunstancias, fue dejada sin vigilancia por los experimentadores. Cuando, al terminar la
experiencia, fue examinada por los miembros de la comisión, se comprobaron evidentes señales de fraude: los
sellos rasgados y recompuestos, la placa fotográfica impresionada por la luz (5).
En las polémicas suscitadas por el caso Anna BRIOU, la comisión científica niega que Anna haya realizado
alguna vez una visión a través de cuerpos opacos. El Dr. DARIEX defiende como probable algún tipo de telepatía
en la experiencia de los doctores GRASSET-FERROUL (6). El Dr. P. Lucien ROURE niega en el sujeto tanto la
criptoscopia como la telepatía. Se basa en que si existiese en Anna alguno de esos fenómenos, no habría fallado
ni recurrido a un truco en las experiencias con la comisión científica (7).
Pienso que hoy se puede esclarecer mucho este discutido caso. Evidentemente no se trata de criptoscopia,
auténtica visión retiniana, a través de una caja cerrada o de un sobre protegido por papel de estaño y a pesar de
los distintos obstáculos interpuestos o a trescientos metros de distancia. Nada probó tal visión, como sabemos
(cfr. cap. 8). La consecuencia, pues, sacada por el Dr. GRASSET no tiene fundamento real.
Pero ninguna crítica se hizo, ni se puede hacer directamente contra la misma experiencia de los Dres.
GRASSET y FERROUL. ¿Qué demuestra esa experiencia magnífica?: cuando Anna BRIOU reveló, a distancia, lo
que estaba escrito dentro del sobre del Dr. GRASSET, no leyó el escrito por criptoscopia, sino el inconsciente del
Dr. GRASSET. «Inconsciente» porque evidentemente el Dr. GRASSET, ignorando el momento de la experiencia,
estaba ocupado en otras actividades; en manera alguna estaba pensando en transmitir, pues él mismo esperaba
una experiencia de criptoscopia y no de telepatía. Pero el inconsciente estaría en «vigilia», esperando el resultado
de la prueba. La telepatía sobre el inconsciente excitado prescinde de la distancia y por tanto podía muy bien
realizarse a la distancia entre Narbona y Montpellier.
Siendo, por otra parte, todo fenómeno PSI-GAMMA irregular, inconstante, incontrolable, es lógico que unas veces
tuviese éxito Anna BRIOU y otras no. Pero todo buen metagnomo se siente impulsado al fraude cuando el
fenómeno «no sale», fraude inconsciente o irresponsable: en aquellas condiciones, por no poder actuar el TIE en
que estaba especializada, es lógico que no teniendo éxito en las pruebas decisivas ante la comisión científica,
Anna BRIOU se viese impulsada compulsivamente al truco. Todo metagnomo puede ser un modelo magnífico de
honradez en su vida privada y, no obstante, será frecuentemente un farsante cuando está en trance.
El caso Anna BRIOU, por consiguiente, tan discutido a comienzos del siglo, es hoy abiertamente una
experiencia más en pro de la telepatía sobre el inconsciente excitado, de TIE a larga distancia. La experiencia de
los Dres. GRASSET y FERROUL estaba perfectamente controlada. Y así también otras con la misma metagnoma.
4 GRASSET, J.: «Une expérience de lecture á travers les corps opaques», en «Semaine Médicale», Diciembre, 1891, n.° 56, págs.
443 ss.; «A. S. P.», 1896, págs. 196 ss.; 1897, págs. 326 ss.; «Revue Spirite», París, 1898.
5 Bureau du Semaine Médicale: «Rapport de la Commision de l'Académie des Sciences el Lettres de Montpellier sur la vue à
travers les corps opaques», Paris, 1898.
6 DARIEX, en «Annales des Sciences Psychiques», Enero, 1898.
7 ROURE, S. I., Lucien: «Le merveilleux spirite», 7.a ed. París, Beauchesne, 1931, pág. 173.
Otros pseudofracasos
Por ejemplo, las experiencias realizadas con la colaboración de la Srta. Clarissa MILES, por la Dra.
RAMSDEM. La misma doctora era la percipiente.
La Srta. MILES se concentra en la frase «la vida futura y todas las cosas espirituales». La Dra.
RAMSDEN capta preferentemente símbolos espirituales o cosas relacionadas de todo orden: «una
caléndula (hierba «mágica»), un cisne, un símbolo masónico, los tres triángulos entrelazados, un par de
alas de ángel, un puente, una flor de lis...».
No se capta la idea que el agente tiene en el consciente, sino las ideas que están asociadas en el inconsciente
con la idea de cosas espirituales y la vida futura.
En otra prueba, la Srta. MILES piensa en un reloj. La Dra. RAMSDEN cree ver un medallón. Se
comprobó que, en la experiencia anterior, se procuró transmitir la idea de un medallón.
¿Hubo una asociación inconsciente? El intento de transmitir «reloj» vino como a iluminar la otra idea a
transmitir, el medallón, idea que reposaba en el inconsciente.
Se intenta transmitir «un rayo de sol sobre el oratorio». La Dra. RAMSDEN describe: «Allí está el sol
con sus rayos. En medio de ellos aparece una cosa que da vueltas... como una rueda. Dos cosas que
parecen fundirse en una, veo como un molino de viento... sobre una colina donde hay sombra y el viento
sopla con fuerza. Hay nubes oscuras. Ahora llega la crucifixión. Veo las tres cruces a la izquierda de la
colina, la cruz central está inclinada hacia la derecha, haciendo sombra. Viento y tempestad. Estoy segura
de que es eso... Veo con poca nitidez, son ideas vagas pero la impresión que siento es muy fuerte» (8).
Como se ve, es lógico que fuesen excitadas en el inconsciente de la agente las escenas del Calvario por la
idea consciente del oratorio y del crucifijo en él existente. El rayo de luz que cae sobre la capilla es lógico que se
asocie en el inconsciente con el sol. Todavía más: después de la experiencia se comprobó que, aunque no pensase
en ella, el agente estuvo viendo en el horizonte una veleta girando. Sol, escenas del Calvario, veleta girando... son
evidentemente ideas vivas en el inconsciente de la agente al tiempo en que el consciente pensaba en el rayo de
luz que iluminaba el oratorio. La percipiente captó sólo el inconsciente. Una experiencia considerada como un
fracaso, era en realidad un notable éxito en favor de la telepatía sobre el inconsciente excitado.
Otro día, concretamente el 27 de octubre, desde las 4 hasta las 6de la tarde, la Srta. MILES procura pensar lo más
continuamente posible en los extraños lentes que lleva un señor sentado a su lado. Una hora más tarde, cuando la
Srta. MILES está tratando de transmitir otra cosa, la Dra. RAMSDEN capta la imagen de los extraños lentes (9).
Una vez más no es captada la imagen consciente sino la idea que una hora antes se trataba de transmitir, y que
ahora reposa en el inconsciente excitado por la tentativa de transmitir.
Como vemos, en todas estas experiencias, como en otras muchas consideradas como fracasos, hay en realidad
un notable éxito en relación con el fenómeno psigámmico que llamamos TIE.
El P. HEREDIA realizó una serie de experiencias cualitativas muy significativas. El sabio jesuita mejicano
(residía en Estados Unidos) dedicó casi toda su vida al estudio, observación discusión y experimentación de los
fenómenos de apariencia paranormal. En 1922, publicó en los Estados Unidos los primeros resultados de sus
investigaciones (10). «Después redoblamos nuestros estudios—escribe él mismo—.consultamos innumerables
autores y tratamos el asunto (de la telepatía sobre el inconsciente excitado, según nuestra nomenclatura) con las
personas que en los Estados Unidos se han dedicado con más empeño al estudio de los fenómenos metapsíquicos,
completando nuestras investigaciones con repetidas experiencias, a nuestro juicio, bastante satisfactorias» (11).
HEREDIA descubrió y empleó un sistema de provocar experiencias, concretamente del fenómeno que ahora
8 RAMSDEM, Hermine, en «Annales des Sciences Psvquiques», 1906, págs. 272 ss.
9 RAMSDEM, H., en «Annales des Sciences Psvchiques», 1906, págs. 656 ss.
10 HEREDIA, S. J., C. M.: «Spiritism and Common Sense», 1922, traducción portuguesa: «O espiritismo e o Bom Senso»,
Petrópolis, (R. J.) Vozes, 1938.
11 HEREDIA, S. I., Carlos María: «Los fraudes...», o. c, pág. 324.
estudiamos de telepatía (o hiperestesia) sobre el inconsciente excitado. El P. HEREDIA debe figurar entre los
pioneros de la investigación para psicológica, especialmente en el campo de la TIE (o HTE).
El P. HEREDIA había estudiado experimentalmente la influencia del olfato en la memoria: ciertos olores fuertes
causan frecuentemente amnesia; al contrario, otros fortalecen la memoria y, lo que es más interesante para los
fines pretendidos por HEREDIA, es notabilísima la influencia de los olores para reavivar recuerdos olvidados. Los
olores tienen también una fuerza muy especial para provocar la asociación de ideas.
Con esta base, el P. HEREDIA pensó que, produciendo un olor muy suave, capaz de ser percibido sólo
hiperestésicamente o en sensación inconsciente, podría provocar la asociación de ideas sólo en el inconsciente.
Así, quedaría facilitada la experimentación de lo que llamamos TIE (o HIE).
La primera experiencia surgió casi por casualidad. Fue en Boston. Un amigo, interesado por la
Metapsíquica, pidió al padre que le permitiese asistir a una experiencia de psicografía (escritura
automática) que realizaba con un notable sensitivo. Pero antes fueron a comer a un restaurante. Terminada
la comida y notando que les habían servido un plato condimentado con ajo, fueron a una farmacia a
enjuagarse la boca con «listerine». Después fueron a casa del sensitivo para la experiencia. El sensitivo,
de entera confianza, después de unos escritos automáticos en inglés, comenzó de repente a dibujar
automáticamente: mientras hablaba con los asistentes, dejaba correr inconscientemente la mano izquierda
en la que tenía el lápiz.
Dibujó un grupo de mujeres... El amigo del P. HEREDIA se quedó admiradísimo. Aquel dibujo lo
había visto él en alguna ocasión... Pidió al P. HEREDIA que le permitiera llevárselo.
Al día siguiente, el amigo llegó emocionadísimo, ira-yendo un libro juntamente con el dibujo automático. El
dibujo era una exacta reproducción de una ilustración del libro. «Vea, Padre, este libro cuenta la historia del
hombre sin pulgares, de Las mil y una noches... Se cuenta que el esposo de la favorita de la sultana ZOBEIDA
asistió a un gran banquete en el cual sirvieron, entre otros, un plato preparado con ajo. Juzgándolo sabroso, el
recién casado comió de él en gran cantidad y, al terminar el banquete, se olvidó de lavarse las manos y enjuagarse
la boca... Al ir a estar con su esposa, ésta, en venganza por la falta de educación y el poco aseo de su maloliente
esposo, mandó que le cortasen los pulgares después de haberlo azotado personalmente. Esta escena es la que
representan el grabado del libro y el dibujo automático».
La explicación del fenómeno nos la proporciona el P. HERE-DIA con las palabras del amigo: «¿No recuerda que
anoche comimos un guisado con ajo y después fuimos a enjuagarnos? Pues esto debe haberme excitado en la
memoria inconsciente esa historia que había leído años atrás y debo haber sido yo el que, inconscientemente, la
transmití por telepatía...» (12).
Se había realizado, sin pretenderlo directamente, una experiencia sumamente interesante de T1E (repetimos:
todas estas experiencias de HEREDIA que describimos en este capítulo son más exactamente hiperestesia
indirecta sobre el inconsciente excitado). El percipiente había captado inconscientemente la imagen del grabado
en el inconsciente del observador y la había manifestado por dibujo automático. La imagen estaba tan profunda
en el inconsciente del observador que sólo después de un demorado proceso mental durante el sueño nocturno,
consiguió, al día siguiente, acordarse de dónde había visto aquel dibujo y caer en la cuenta de que estaba
relacionado con el olor a ajo.
Otra experiencia, tampoco pretendida directamente, confirmó al P. HEREDIA que se hallaba en la pista de la
«telepatía sobre el inconsciente excitado» (terminología nuestra). Fue mucho tiempo después.
Tratábase también de experiencias de escritura automática. Entre varios escritos en inglés, venía uno
en español: «El Águila de Oro. Luis G. PÉREZ CANO». El P. HEREDIA, al leer lo que se escribía
automáticamente, quedó pasmado.
«Había en la ciudad de Méjico, mi patria, una famosa tienda de comestibles llamada EL ÁGUILA DE
ORO... El dueño era Luis G. PÉREZ CANO... YO conocía muy bien esta casa pues siendo niño iba allí con
mi padre cada ocho días a comprar un barrilito de aceitunas sevillanas... Ahora bien, entre los asistentes a
la experiencia no había ninguno que hubiese estado en Méjico, incapaces, por tanto, de conocer aquella
antigua tienda de comestibles y a su fallecido dueño; tampoco había ninguno que hablase español pues
todos eran norteamericanos. Forzosamente fui yo el transmisor; pero ¿qué impresión habría recibido que
me causó un desequilibrio en el inconsciente excitado aquellas antiguas imágenes, ya completamente
olvidadas?
Al terminar las experiencias, la dueña de la casa me invita a pasar al comedor... Apenas llego a la
puerta, me dice la señora: aquí tiene usted aceitunas sevillanas... Hemos querido darle una sorpresa y mi
La experimentación directa
HEREDIA decidió hacer experiencias directas del fenómeno. «Como se sabe, los diversos cigarros fabricados en
EE. UU. tienen un gusto especial («flavour») conforme a la marca, debido a las diversas sustancias mezcladas al
tabaco con la finalidad de que el consumidor, acostumbrándose a un gusto especial, no compre otras marcas
diferentes. Sabiendo esto se nos ocurrió hacer la siguiente experiencia»:
«Compramos cinco paquetes de cigarros de marcas diferentes, que nunca antes habíamos fumado, y los
fumamos, uno a uno, en diferentes ocasiones, repitiendo al mismo tiempo el nombre de la marca, con el
fin de que el gusto y el olor especia] de cada cigarro quedasen en nuestra memoria asociados a la
marca... Guardamos después un cigarro de cada marca en papeles iguales y numerados, anotando aparte
la marca correspondiente al número del papel que envolvía a cada uno».
«Habrían pasado unos tres meses y ya nos habíamos olvidado de los cigarros, cuando encontramos un
sensitivo notable. Quisimos entonces llevar a cabo la experiencia. Tomamos, pues, el cigarro con el
número tres en su cubierta y empezamos a fumarlo, no teniendo la menor idea del nombre de la marca.
Pasó un buen espacio de tiempo. Cuando quedaba sólo la punta (del cigarro), el sensitivo escribió
automáticamente y con toda claridad ROY TAN. Repetimos que no teníamos ni la menor idea de la marca
del cigarro que estábamos fumando. Recurrimos luego al memorándum que teníamos en la cartera y
encontramos: número tres, Roy Tan» (14).
El P. HEREDIA realizó otras parecidas experiencias con buenos sensitivos, obteniendo resultados positivos en
más del 70 por 100.
Claro está, que no solamente con olores se puede excitar el inconsciente. He aquí otra experiencia diferente
realizada ante 500 personas en Nueva Orleáns.
«Habíamos escrito en un papel el nombre español de una hierba desconocida en los EE. UU.,
Beldroega, juntamente con su traducción en inglés (Purslane). Varios meses después nos habíamos
olvidado completamente del nombre inglés de la rara hierba». En una conferencia pública, «a más de
treinta personas que se juzgaban especialmente sensitivas, les fue dado papel y lápiz». Entonces, el Padre
pensó en español en la palabra «Beldroega», sin decirla.
Después de algún tiempo, se levantó un joven diciendo: «Sin saber lo que escribía, he escrito una
palabra que no conozco», y le entregó el papel en el que, con trazos muy claros, estaba la palabra
Purslane. De tal manera estaba olvidada en el consciente del P. HEREDIA la traducción inglesa de la
palabra española propuesta, que tuvo que recurrir al memorándum para confirmar que aquélla era la
verdadera traducción (15).
El pensamiento consciente de la palabra española había excitado, por asociación en el inconsciente, la
traducción inglesa. El pensamiento inconsciente excitado fue captado por telepatía (hiperestesia).
El P. HEREDIA sabía que determinado día debía asistir a sus experiencias cierto cirujano, con más de
50 años de profesión. HEREDIA, anticipadamente, echó en el suelo unas gotas, muy pocas, de éter y
cloroformo. Pasados algunos minutos, el olor era totalmente imperceptible para el consciente. Cuando,
algún tiempo después llegó el cirujano y comenzaron las experiencias, el sensitivo, que había caído en
«trance» hipnótico, comenzó a hablar: describió un cuarto muy estrecho que tenía en el centro una mesa
sobre la cual dos hombres colocaban un enfermo que se quejaba. Como la luz no era suficiente, uno de
El P. HEREDIA hizo otras muchas experiencias análogas. Pero bastan las descritas. Como se ve, en todas ellas
se prueba el TIE (o HIE). No se captó el pensamiento consciente y sí el excitado en el inconsciente por
asociaciones provocadas por los olores hiperestésicamente captados.
Hay también experiencias en que aparece muy claro el conocimiento «a tres» o «en L». Las experiencias que
voy a describir creo que fueron mal interpretadas por los experimentadores que las realizaron. Las escojo como
ejemplo porque se hicieron en Brasil, donde escribo. Selecciono entre ellas las que, por varios factores, son más
importantes.
El día 3 de junio de 1958, el Dr. Osmard Andrade de FARÍA realizaba unas experiencias en el «Hospital
Central dos Marítimos» de Río Janeiro, dentro de un curso de hipnosis médica. El caso siguiente <«el más
importante de cuantos he visto»—escribe el mismo Dr. FARÍA—) fue testificado por 23 doctores en Medicina
(18):
El sujeto, en hipnosis, fue el Dr. Milton Segala PAULETO, «dotado». Se le sugiere al sujeto que él
ahora es el Sr. DOMINÓOS, 42 años, residente en Rezende. Inmediatamente el sujeto abre vivamente los
párpados, se restriega los ojos con los dedos y entra en una gran agitación seguida de un llanto copioso.
Fue impresionante su sufrimiento hasta el punto de que todos los presentes se levantaron a pedir al
hipnotizador que retirase la sugestión. El médico que había proporcionado al hipnotizador el nombre del
paciente, confirma el diagnóstico: ceguera por atrofia del nervio óptico, informado que el enfermo vivía
en aquellos días realmente momentos de agitación e inadaptación a la realidad. Pero piensa que la crisis
del enfermo no es tan fuerte como la presentada por el hipnotizado.
Esta demostración tuvo lugar un martes, aproximadamente a las diez de la noche. Pues bien, algún
tiempo después, el doctor que había indicado el nombre del paciente, escribió al hipnotizador, Dr. FARÍA,
19 FARÍA, Osmard Andrade de: «Hipnose e Letargía» Río de Janeiro, Ateneu, 1949, págs. 232 ss
20 FARÍA, O. A., o. c, pág. 234.
24 ST ESPONTÁNEA — I
¿Se comunican los muertos con los vivos? — Innumerables fantasmas de vivos
y de muertos.—Durante la agonía es más viva la Sugestión Telepática. —La ST
por procurador.— Apariciones de los «muertos» antes de morir.
Sin descuidar por completo el análisis de otros aspectos de la sugestión telepática, en este capítulo haremos
consideraciones generales sobre la interpretación de la «aparición de muertos» por ST, fundándonos en los casos
espontáneos.
El nombre de sugestión telepática, ST, indica más o menos bien, el aparente mecanismo de esta función
psigámmica. Se trata de la sugestión paranormal de ideas (o sentimientos, etc.) a otra persona. La persona que
parece agente, tiene el deseo de comunicarse con la percipiente.
Al deseo de comunicarse a distancia, lo llamó el Dr. Jules Bois «telebulia».
Obnubilación en el agente
La ST es rarísima estando ambos participantes, agente y percipiente, en estado normal. Algo menos raros son los
casos de ST si el agente se encuentra en un estado «especial», aunque el percipiente esté normal.
Durante la Primera Guerra Mundial, un niño de tres años y medio se detuvo de repente mientras
jugaba, como si hubiese sido sacudido por una súbita inspiración, y exclamó:
—«Mi padre se ahoga; ha caído en un pozo y no puede ver».
¿Aparición de un muerto? Los parientes del niño quedaron espantados. Las cartas que recibían del
padre no confirmaban la triste noticia. Pero al regresar el padre de Francia, se comprobó que,
precisamente en aquel día 7 de noviembre de 1918, en que el niño captó el hecho, el padre había sido
atacado con gases en la trinchera y, como resultado, había quedado ciego durante tres semanas (1).
El caso parece presentar todos los requisitos para que sea clasificado como de ST: es lógico suponer que el
padre del niño, en la desesperación de creerse ciego, pensase en su hijito, al que no volvería a ver. Este
pensamiento, durante la inconsciencia de la asfixia en la trinchera, actuaría como la telebulia necesaria en el
fenómeno psigámmico que clasificamos como ST.
Fui consultado sobre el siguiente caso:
Una joven de Campiñas (provincia de Sao Paulo, Brasil), se despierta de repente y verifica en el reloj
de la mesilla de noche que son las 6,35 de la mañana.
Al sentarse en la cama, ve reflejada en el espejo del armario, la imagen de su novio, que debía estar
entonces a 300 kilómetros de distancia.
Se comprobó que el joven había sufrido un accidente, siendo casi atropellado por un camión. Su reloj se había
roto en el momento del accidente: marcaba exactamente las 6,35 de la mañana.
Un caso de ST percibido durante el sueño y proyectado después, en vigilia, lo que hizo despertarse a la
percipiente proyectándose entonces sobre el espejo la percepción inconsciente (las superficies lisas y brillantes,
agua, espejos, bolas de cristal, etc., facilitan la proyección de la percepción inconsciente).
1 RHINE, Joseph Banks: «New Frontiers of the Mind», Nueva York, Sloanes, 1937; citamos por la traducción española de
KREIMAN, Dora Joninsky de: «El nuevo mundo de la mente», Buenos Aires Paidós 1958, pág. 21.
¿Aparición de un muerto? El Sr. LICHFIELD no murió. Quedó varias horas inconsciente. Durante la «agonía»
dijo: «mi pequeña MAY, que yo no muera sin volver a verte» (he aquí la telebulia). Como resultado del accidente
estuvo varios días entre la vida y la muerte, pero, al fin, se restableció y después se casó con la Srta. MAY (2).
Una señora, en la mañana del 15 de marzo, escribe en una agenda: «Noche de este día»; a continuación cuenta
cómo había visto la cabeza y el pecho de un hombre como destacándose de en medio de una nube. Escribe: «Era
el Capitán W.». El capitán estaba entonces en Nueva Zelanda y había prometido (telebulia) a la señora que se le
aparecería si moría antes que ella. La aparición coincide exactamente con el momento de un grave accidente
automovilístico sufrido por el capitán. Estuvo mucho tiempo sin conocimiento pero no murió (3).
Casos semejantes, a pesar de que el percipiente esté en vigilia, no son tan raros. La ST tuvo lugar en lo que
podríamos considerar «agonía» del agente, no siendo propiamente esto sólo, pues no se llegó a la muerte.
Hemos referido algunos casos en los que el «agente» no muere. Son más frecuentes, como veremos, los casos
en que ciertas personas llegan al conocimiento de la muerte del ser querido. Muere el «agente». A veces el
conocimiento viene bastante tiempo después de la muerte... La ST ¿fue antes o después de la muerte? ¿Habría
una fácil comunicación de los «desencarnados» con los vivos?
Para quien sabe filosofía, esta comunicación supera las fuerzas naturales. ¿Haría Dios tantos milagros en
favor de las almas de los muertos? ¿Sería intervención del mismo Dios? Pero en este volumen sólo consideramos
el problema desde el punto de vista fenomenológico. Desde el punto de vista del análisis de los casos
espontáneos, ¿cuál es la respuesta de la parapsicología?
La primera respuesta ya está dada. El mismo fenómeno existe entre los vivos, durante la inconsciencia o
«agonía» sin muerte. No hay necesidad de atribuirlo a fuerzas del más allá.
En 1896, bajo la autoridad de Henry SIDGWICK en Inglaterra; de William JAMES, en Estados Unidos
y de León MARILLIER en Francia, Bélgica y Suiza, se difundió por la prensa el siguiente cuestionario:
«Desde el primero de enero de 1874 hasta hoy, ¿le ocurrió a usted el hecho de experimentar la impresión
nítida de ver a un ser humano y de ser tocado por él, sin que se pueda relacionar esa impresión con
ninguna causa externa (normal)?; en esas condiciones ¿escuchó una voz humana? Solamente nos
referimos a impresiones experimentadas cuando usted estaba completamente despierto», percepción en
vigilia, únicos casos de los que hablamos hasta ahora, a pesar de que son menos frecuentes).
Las preguntas, solamente en Inglaterra, aparecieron en millón y medio de ejemplares de periódicos
(prescindimos de otras naciones pues para ejemplo basta una). Se calculan en trescientos mil los ingleses
conscientes de la pregunta. Hubo 5.705 respuestas afirmativas en Inglaterra.
El Dr. GURNEY comenzó por establecer las diferencias entre alucinaciones por sugestión telepática y otras
meramente subjetivas. La alucinación subjetiva es propia de enfermos, es algo patológico; el que las padece, las
experimenta generalmente con frecuencia y son muy tenaces: muchos enfermos viven con sus personajes
imaginarios. Por el contrario, en las alucinaciones por sugestiones telepáticas los sujetos tenían por lo menos
relativa buena salud (24 personas ligeramente enfermas entre 409 casos investigados); el fenómeno fue
excepcional y generalmente único en la vida del sujeto, siendo además de una duración fugaz desde unos
segundos hasta pocos minutos como máximo (4).
Pues bien, de las preguntas dignas de ser tenidas en cuenta, de acuerdo al rígido criterio de la «Society for
Psychical Research» (relatos de primera mano, alucinaciones visuales correspondientes comprobadamente a la
realidad de un hecho imprevisible, etcétera) 21 trataban de la percepción alucinatoria de la muerte por accidente
de un ser querido. Ahora bien, teniendo en cuenta el índice de mortalidad en Inglaterra por aquella época, según
el cálculo de probabilidades, por cada una de esas alucinaciones «verdaderas» deberían haber sucedido 16.590
2 «Diccionario de Ciencias Ocultas», Colección Esotérica Universal, Buenos Aires, Cayni, 1949, pág. 337.
3 GURNEY, E.; MYERS, F. W., and PODMORE, F.: «Phantams of the Living», dos volúmenes, Londres, Trubner, 1886-7. Traducción
francesa, resumida, por MARILLIER: «Les Hallucinations Télepathiques», París, Alcan, 1891, pág. 184.
4 CURNEY, E.; MYERS, F. W., and PODMORE, F.: (Phantams of the Livings, 2 volúmenes, Londres, Trubner, 1886-7. Nos servimos
del resumen de las conclusiones sacadas por GURNEY, realizado por CASTELLAN, Yvonne, original: «La Métapsychique», de la
Colección «Que sais-Je», vol. 671, París, Presses Universitaires de France, 1955. Citamos por la traducción española de DUVAL, Carlos
A.: «La Metapsíquica», «Biblioteca del Hombre Contemporáneo», vol. 49, Buenos Aires, Paidós, 1960.
alucinaciones falsas. Por consiguiente, los casos que militan en pro de una sugestión telepática con contenido de
la muerte de una persona querida, superan nítidamente lo que podría esperarse por azar.
La Sra. BISHOP, viajando por las Montañas Rocosas, trabó íntima amistad con un mestizo llamado Jim
MOUNTAIN. «En una conversación, me dijo—escribe la misma Sra. BISHOP—: «Yo iré a verte cuando muera».
Diez años más tarde, estando en Interlagos, por la mañana, escribiendo en mi lecho (en vigilia), alrededor de las
seis, veo a MOUNTAIN delante de mí, sus ojos estaban fijos en mí... Me dice en voz baja pero muy clara: «He
venido, como te había prometido». Después, me hizo una seña con la mano y me dijo: «Adiós». La Sra. KER,
que estaba en el mismo cuarto, y yo, tomamos nota del acontecimiento, escribiendo la fecha y la hora. La noticia
de la muerte de Jim MOUNTAIN nos llegó más tarde» (5). En este caso hay un dato muy significativo: el registro
de fallecimiento de Jim MOUNTAIN indica que falleció en «Fort Collins» (Colorado) aquel mismo día (7 de
septiembre), a las tres de la tarde, hora que corresponde a las diez de la mañana en Interlagos. Ahora bien, la
Sra. BISHOP dice y tomó nota, que vio a MOUNTAIN a las seis de la mañana. Por consiguiente el mensaje fue
captado cuatro horas antes de la muerte de MOUNTAIN. La ST en este caso que terminaría en muerte, se realizó
durante la agonía, no fue comunicación de un muerto... Bastantes veces se ha comprobado esta diferencia de
horario.
La telebulia, por otra parte, aparece clara pues el Sr. MOUNTAIN había prometido visitar «después de morir»
a la Sra. BISHOP. Es lógico, por tanto, que durante la agonía pensase, consciente o inconscientemente, en la
promesa hecha. Sólo que la promesa se realizó por sugestión telepática antes de morir...
He aquí, pues, otra respuesta de la Parapsicología: la mayor frecuencia de ST con mensaje de muerte se debe a
que la agonía {e incluso el estado que media entre la muerte aparente y la real) es un estado «más especial» que
cualquiera otro de obnubilación o incluso agonía sin muerte: deja en más libertad al alma (o a la facultad PSI,
etc.), para realizar el fenómeno. (Además de la mayor emotividad...) Pero el hecho es humano, existencia], de
este mundo.
Si aparte del estado muy «especial» del agente, el estado del percipiente es también de inconsciencia o al
menos de cierta obnubilación de la conciencia, el fenómeno queda muy facilitado, es mucho más frecuente.
La Sra. RICHARDSON, en la India, sueña que su marido, mayor general que luchaba a 150 kilómetros
de allí durante la campaña de 1848 (asedio de Moultan), cae gravemente herido. Oye la voz de su esposo
que dice: «Quita esta alianza de mi dedo para enviársela a mi mujer». Poco más o menos a la misma hora,
las siete de la tarde, el general, gravemente herido, rogaba al mayor LOYD al que entregaba el mando:
«Tome esta alianza de mi dedo y envíela a mi mujer». Pero el general RICHARDSON, contra lo que él
mismo esperaba, sobrevivió a las heridas (6).
Es más fácil y frecuente la ST estando ambos participantes en estado especial. Si, además de eso, el contenido
telepático se refiere a un «muerto» (aunque sea por error), las condiciones para este fenómeno son ideales.
Especialmente ha sido comprobada la importancia de la emotividad en la manifestación de los fenómenos
parapsicológicos. Nada tan emotivo como la muerte de un ser querido.
Fue precisamente en estos casos en los que se basaron los antiguos metapsíquicos para defender, como
irrefutable, el conocimiento paranormal. Los metapsíquicos descubrieron que los casos ST de «muerte», estando
«dormido» el percipiente y el agente en agonía, superaban en mucho el azar, según el cálculo de probabilidades.
En la encuesta antes aludida, realizada en Inglaterra, Estados Unidos Francia, Bélgica y Suiza, sobre la
que se trabajó desde 1883 hasta 1890, se preguntaba además: «Después del primero de enero de 1874,
¿soñó Vd. Alguna vez con la muerte de una persona querida? ¿Se impresionó con ese sueño? ¿Le duró
esa impresión penosa, al menos durante una hora, después de haberse levantado?» Pues bien, los
mensajes captados en el sueño referentes a muertes fueron muchos. De los 688 casos seleccionados con
el rigor de la «Society for Psychical Research», y descritos en la obra de GURNEY antes citada, 339
eran sobre la muerte por accidente de un ser querido.
5 RICHET, Charles: «Traite de Métapsychique», 2A ed., París, Alcan, 1923, pág. 372.
6 GURNEY... o. c, trad. franc, pág. 144.
Ahora bien, las estadísticas de muertes por accidente en la población masculina (únicos casos analizados)
daban entonces en Inglaterra una proporción de sólo un 5 por 100. Según el cálculo de probabilidades, son
totalmente incomprensibles tantas coincidencias entre sueño y muerte, sólo por azar.
Recientemente Whately CARINGTON hizo una encuesta semejante. Pidió solamente casos en los que
los sueños (estamos hablando de casos con obnubilación de la conciencia, también en el percipiente),
coincidieran con un hecho real imprevisible.
Escribe CARINGTON: «Si sueño que mi primo Jorge toma en el desayuno un huevo con jamón, y este sueño
resulta comprobado, no por eso debemos considerarlo como telepático, pues ese desayuno, al menos en
Inglaterra, es demasiado previsible. Pero, en los casos imprevisibles, podemos suponer que la mente del agente
envió un mensaje a la mente del que sueña. Ahora bien, en el conjunto de los sueños, los sueños sobre muertes
están en proporción muy pequeña... La encuesta ha demostrado que la coincidencia con la muerte ha sido 24
veces más frecuente de lo que se podría esperar según el cálculo de probabilidades» (7).
Terminada la Segunda Guerra Mundial, una mujer de Florida se despertó una noche sumamente
excitada, gritando y llorando. Había visto en sueños a su hijo caer en un avión incendiado. El marido no
logró convencerla de que se trataba de una pesadilla sin fundamento, pues ia guerra había terminado y,
por otra parte, el hijo no servía en las fuerzas aéreas. Se llamó al médico que dio un calmante a la señora.
Al día siguiente se recibió una optimista carta del hijo: manifestaba su satisfacción por la victoria y
anunciaba su rápido regreso a casa. La madre se tranquilizó. Pero, cinco noches después, se repitió el
mismo sueño y esta vez la visión fue tan clara, el convencimiento tan profundo, que el sedativo adminis-
trado por el médico resultó ineficaz. Tan absurdo pareció el sueño y el comportamiento de la madre que
fue internada en un sanatorio de psicópatas. AI día siguiente de la segunda pesadilla llegó la noticia
oficial: el joven había sido repatriado del Extremo Oriente en un avión que se había incendiado y había
caído en la misma noche en que la madre tuvo el primer sueño. No cayeron en la cuenta de que la carta
tenía una fecha anterior... (8).
Todos estos casos son clasificados como de sugestión telepática. En el caso concreto referido, es lógico
suponer la telebulia: el soldado está volviendo a casa, para abrazar a su madre después de una prolongada
ausencia y de tantos peligros en la guerra y, de repente, el deseado momento se frustra porque el avión se
incendia y está cayendo sin esperanza de salvación. Tales son las ideas que lógicamente llenaban el consciente o
el inconsciente de la víctima.
Que la ST se realiza durante la agonía (o durante la muerte aparente) aparece claro en muchísimos casos:
Miss JONES, enfermera que prestaba servicio durante la noche, dormía durante el día. Una tarde,
durmiendo, oyó muy claramente que la llamaban por el nombre que usaban en familia: «¡Margarita,
Margarita!» (y no Miss JONES). La impresión fue tan nítida que se despertó y salió al corredor a ver
quién la llamaba. No había nadie. Miró el reloj: eran las cinco y media de la tarde. Pocos minutos antes
había oído la voz. Durante la cena preguntó quién la había llamado poco antes de las cinco y media y
estuvieron bromeando con ella por este motivo.
Aquella noche recibió un telegrama anunciándole que inesperadamente había muerto su sobrina,
también llamada Margarita, por la que sentía un especial afecto. Fue a casa de sus hermanos. Al contarle
la muerte de la pequeña, le dijeron que antes de morir, ella llamaba: «¡Margarita, Margarita!», lo que
motivó un comentario de los padres sobre si llamaría a su querida tía o si decía su propio nombre (9).
El P. FIELD, durmiendo, oye que lo llaman: «Harry, Harry». Reconoce con absoluta nitidez la voz de
su madre. En esa misma hora, en Londres, la madre del P. FIELD repetía al morir: «Harry, Harry» y no
Henry como tenía por costumbre (10).
7 CARINGTON, Whately, traducción francesa de PLANIOD: « La Télpeathie: faits, theories, implications», París, Payot, 1948.
8 RHINE, O. C, trad. español págs., 102 ss.
9 EHRENWALD, Jan.: «Telephatic and Medical Psychology», Londres, 1947, págs. 85 ss.
10 «Annales des Sciences Psychiques», 1892, pág. 175.
¿Qué diferencia esencial hay entre estos casos en los que el agente llega a morir y aquellos otros,
anteriormente citados, en los que el agente sobrevive? Únicamente que es más especial el estado del agente y
también más emotivo el mensaje. El fenómeno, sin embargo, es igual, es de este mundo.
La ST y la precognición
La ST es un fenómeno psigámmico. Por consiguiente, prescinde de las leyes del tiempo dentro de ciertos
límites, como ya hemos visto.
El Sr. SAVELLI (en Costa, Córcega) pasa con un amigo delante de una casa de la cual parecen salir
gritos y lamentos. Después todo pasa... El Sr. SAVELLI y su amigo ven que no ocurre nada. Pero su
admiración fue mayor al día siguiente: pasando por el mismo sitio oyen los mismos gritos y gemidos.
Pero esta vez eran reales.
Un pequeño, enfermo de difteria, acababa de morir, con la consiguiente desesperación de su madre (11).
Este caso, analizado en los relatos originales, parece una precognición causada por la sugestión telepática: la
madre que pierde a un hijo atacado de difteria, pide auxilio, posible o absurdo, a quien sea. Esta telebulia basta
para provocar, en la fuerte emoción de las circunstancias, la sugestión telepática, captada por algunos que pasan
cerca. La percepción fue precognitiva.
En el caso citado (entre otros que se podrían citar) el agente era la madre. ¿Qué diferencia habría si el agente
hubiese sido el hijo? Estos casos explican otros semejantes al siguiente:
En 1963 una señora, mientras cosía medio dormida, tiene de repente la impresión de asistir a un
accidente. Su marido aparecía atropellado por un coche en Sao Paulo. La señora observó nítidamente el
cuerpo de su esposo, la sangre corriendo sobre el suelo, el coche; lee el número de la matrícula, presencia
la conversación del policía con el chófer, oye el nombre de éste... Luego, todo desaparece. Había sido una
alucinación: su esposo estaba allí con ella, leyendo tranquilamente el periódico.
Dos meses más tarde, sin embargo, tenía lugar el accidente con todos los detalles previstos (12).
El accidentado, tal vez ya durante la muerte aparente, tenía la evidente telebulia de comunicar el accidente a
su esposa. Sólo que la percepción fue precognitiva. PG prescinde del tiempo.
La ST y la retrocognición
Si la facultad PSI-GAMMA del hombre puede «adelantarse» a los hechos, más fácil será que se retrase no
habiendo inhibición para la manifestación de la retrocognición. El fenómeno, que en la práctica clasificamos
como retrocognición, es mucho más frecuente en su manifestación que la precognición.
La Sra. PAGET, por ejemplo, a las diez de la noche baja a la cocina y de repente ve a su hermano
Miles que entra y se dirige a ella sentándose cerca. Tenía el traje de marinero y un poco de agua brillaba
sobre la camisa y la gorra. Ella supone que la lluvia lo había mojado y le dice: «Miles, ¿de dónde
vienes?» Él responde con su voz habitual pero muy deprisa y con gran excitación: «Por amor de Dios, no
digas que estoy aquí». Y desaparece... «Llena de pánico, escribí la fecha en una hoja de papel».
Miles aquel día sufrió un accidente en el puerto de Melbourne. Las fechas coinciden; pero teniendo en
cuenta la diferencia de longitud, la aparición se verificó con un retraso de diez horas sobre la hora del
accidente.
¿Comunicación de un muerto? No hubo muerte. Tres meses más tarde Miles vuelve a casa y cuenta a su
hermana que casi se había ahogado en el puerto de Melbourne y que había quedado sin conocimiento (13).
La hermana lo vio incluso todavía mojado. En el accidente, Miles, al menos inconscientemente, habría
pensado en su única pariente, deseó volver junto a ella. Por asociación de ideas inconscientes, se creería
descubierto como desertor del servicio militar: «Por favor, no digas a nadie que estoy aquí». Los pensamientos
inconscientes del «ahogado» constituyen la telebulia.
11 FLAMMARION, C: «La mort et ton mystére», 3 vols., París, E. Flammarion, 1920-22, V. I, pág. 144. Traducción inglesa: «Death
and hits Mystery; Beíore Death», Century, 1921.
12 El caso me fue referido por la interesada y su familia en Sao José dos Campos (Brasil). No habiendo tomado nota del hecho
inmediatamente, tal vez algún pequeño detalle haya sido modificado.
13 GURNEV, o. c, trad. franc., pág. 317.
Este caso y otros semejantes, sin muerte, explican aquellos otros en que parecería que el mensaje provenía de un
muerto: se trata de «retrocogniciones», o manifestación retardada de una sugestión telepática. «Retardada»: en el
caso citado, Miles no estuvo diez horas sin conocimiento, mojado...
Puede ser interesante, respecto a la relación tiempo-ST, citar las palabras de RICHET, que a su vez las toma
de MYERS: «El tiempo de latencia entre el mismo acontecimiento y la monición (percepción) es variable. Fr.
MYERS supone que la impresión telepática es inmediata (en esos casos de aparente retrocognición) pero que esta
impresión queda latente en el espíritu del percipiente, no emerge en su conciencia sino después de cierto
intervalo. Trazando la curva, según el tiempo, de la frecuencia de las apariciones después de la muerte, se
constatará que su número va decreciendo rápidamente, hasta resultar casi nulo, al término de algunos días».
Y, en lo que respecta a las precogniciones, al menos aparentes, «en casi todos esos casos (deja, pues, como se
ve, una puerta abierta para auténticas precogniciones en algunos casos) en los cuales el fantasma precede a la
muerte, es porque hubo enfermedad... Y entonces, la agonía con su coma, sus convulsiones, antes de la parada
definitiva del corazón, esto es, antes de la muerte, puede ocasionar la comunicación telepática precediendo, en
consecuencia (el fantasma) a la muerte».
Tanto RICHET como MYERS destacan el problema de la precognición de accidentes. Hacen notar que «en los
casos de accidentes, la visión es casi siempre consecutiva a la muerte» simulcognición simple o simulcognición
con latencia por algún tiempo del mensaje recibido. Esta comprobación era, por otra parte, de esperar porque,
evidentemente, en los accidentes no hay enfermedad previa. No obstante, los citados autores entre los casos de
anticipación del fantasma a la muerte por accidente, aluden expresamente a un caso con explicación bajo precog-
nición auténtica (14).
Muchas veces, la alucinación de la aparición puede inspirarse no en la propia persona que se aparece, sino en una
tercera persona. Es el inconsciente del perceptor el que se encarga de dramatizar la noticia, como si se tratase de
la aparición de un «espíritu desencarnado».
La condesa TOUTSCHKOFF, esposa de un general ruso, sueña que su padre, vivo, viene hacia ella
trayendo por la mano el nieto mayor, hijo de la condesa, y que le dice: «Tu felicidad ha terminado. Tu
marido cayó en Borodino». Ese sueño se repite tres veces. Ella, sin preocuparse mucho, pues su marido
está en casa, pero algo intrigada, le pregunta dónde está Borodino. El general no conoce el nombre de
este pueblo, ni lo encuentran en el mapa.
Algunos meses más tarde, el general parte para la guerra. Y, efectivamente, un dia entra el padre de la
condesa llevando por la mano a su hijo mayor y le comunica, después de algunos rodeos, la triste noticia:
«Ha terminado tu felicidad. Tu marido ha caído en Borodino» (15).
Se trata de una precognición del momento en que el padre de la condesa se acercaría, pensando cómo
comunicarle la noticia. El fenómeno psigámmico fue evidentemente en relación con el padre de la condesa y con
el muerto. En muchos otros casos, el inconsciente dramatiza la noticia indirecta, presentándola como noticia
directa proveniente del «desencarnado» sin que el «juego» del inconsciente aparezca tan claro como en el caso
citado.
El P. DONTAZ, vicario de Domdidier, en Suiza, cuando todavía tenía 18 años, soñó dos veces
seguidas que veía a su hermana muriendo; eso pasaba de hecho.
¿Era sugestión telepática directa proveniente de la moribunda? Si todo hubiese quedado ahí, parecería que sí.
Pero...:
Tuvo después un sueño más completo: se le aparece el padre, vivo, y le dice: «Tu hermana Josefina
está muriendo; pero tu madre no sabe nada de esto». A la mañana siguiente, cuando el joven se dirigía al
Liceo, recibe un telegrama de su padre, que le decía: «Tu hermana Josefina está muriendo en París. Tu
madre no sabe nada de esto» (16).
Los «adornos» en la ST
Tanto el agente como el percipiente pueden «adornar», asociar al mensaje otros elementos. En este sentido
puede ser muy expresivo el siguiente caso, de cuya autenticidad es difícil dudar:
El Dr. Mittchell S. WEIR, de Filadelfia, estaba ya durmiendo cierta noche, cuando fue despertado por
la campanilla de la puerta de entrada. Se levanta, abre la puerta y se encuentra una niña desolada que le
dice: «Mi madre está muy enferma, doctor. Le ruego, por favor, que venga».
Era una noche de invierno, la nieve caía copiosamente y soplaba un viento glacial. El doctor se abriga
y sigue a la niña. Encuentra a la madre gravemente enferma de pneumonía. Después de prodigarle sus
cuidados y antes de despedirse, la felicita por la hija tan inteligente y animosa que tiene. Responde la
mujer: «Mi hija murió, hace ya un mes. Sus botas y su abrigo están en ese armario».
Abriendo el armario, el doctor ve las ropas que tenía la niña que lo había llamado. Estaban secas y a la
temperatura ambiente: no podían haber estado unos minutos antes expuestas a la nieve ni al aire helado
de la noche (17).
Aparece clara la telebulia, tal vez sólo inconsciente, de la viuda que se encontraba gravemente enferma y
sola: «¡Si al menos estuviese aquí mi hijita para ir a llamar al médico...!»
De hecho el médico captó esa telebulia, perfectamente dramatizada y completada.
El mensaje telepático, en este caso, gozó de buenas condiciones por la emotividad y por el estado
psicofisiológico especial de la agente, así como por el sueño del percipiente. Debemos tener en cuenta también
que el inconsciente del médico estaría ya sobre aviso al acostarse, con recelo de que algún enfermo fuera a
necesitar sus auxilios profesionales justamente en una noche tan desagradable como aquella...
El doctor comprobó, al volver de la casa de la enferma, que no existían las pisadas de la niña en la nieve. Su
esposa y la empleada no oyeron la campanilla (los efectos físicos son raros, se trata, en general, únicamente de
proyección alucinatoria). Lo mismo debemos decir de las ropas: no salieron del armario ni fueron materializadas.
Todo fue dramatización inconsciente de la madre enferma completada por el inconsciente del doctor.
Un pastor protestante me contaba que cuando él vivía en los Estados Unidos fue protagonista de un caso
casi idéntico. Se cruzó con un policía nocturno... cuando iba a visitara un enfermo. Al volver el pastor
preguntó al policía. ¡El policía había visto pasara! pastor hablando sólo! Solamente el pastor había visto
la «aparición», ésta no estaba de hecho materializada.
Casos semejantes son relativamente frecuentes.
Salvo rarísimas excepciones, (únicamente por fuerza divina), las apariciones de los «muertos» son
fenómenos naturales. En el tomo dedicado a las teorías, estudiaremos expresamente los argumentos y pruebas
experimentales de que no hay comunicación entre vives y muertos, sino sólo entre vivos (¿y sólo entre muertos?).
Sería preciso probar lo contrario, positiva y evidentemente, en algún caso concreto y rarísimo (milagro divino) un
caso entre muchos millones. En los dos próximos capítulos ya no aludiremos más al error de interpretar
sobrenaturalmente los casos de ST.
Por la sugestión telepática ( S T ) , no raramente se realiza de manera par anormal el deseo (telebulia)
de comunicación entre el agente y el percipiente, especialmente cuando el consciente está
«obnubilado».
La ST, mal interpretada, ha contribuido mucho a la superstición espiritista, pues los casos en que
se comunica alguna muerte son especialmente frecuentes.
17 CHERRIE, C. K.: «Dark Trails, Adventures of a Naturalist», caso reproducido en «Reader's Digest», Julio, 1938, pág. 40.
Las comunicaciones de muertos no se deben en la realidad a los «desencarnados», sino a otros fac-
tores: la ST es facilitada por la mayor emotividad y por la agonía o el estado entre la muerte aparente y
la real; la ST puede, por precognición, adelantarse a la muerte y es más frecuente la ST retrocógnitiva;
otras veces puede ser ST antigua captada inconscientemente, la cual sólo algún tiempo después de la
muerte del ser querido surge al consciente del percipiente; la noticia puede provenir, sin que el perci-
piente se dé siempre cuenta, de una tercera persona; etcétera.
El inconsciente, tanto del agente como del percipiente, puede dramatizar magistralmente el contenido
telepático.
25 ST ESPONTÁNEA - II
En el capítulo anterior hemos visto casos de ST preferentemente de muertes. Son los casos más numerosos.
Paralelamente al grupo anterior debemos mencionar otros que llaman la atención en el análisis de los casos
espontáneos.
La telebulia interpretativa
No es necesario que la telebulia sea consciente y refleja. Puede incluso ser inconsciente e interpretativa. Así
se ve claramente en casos como el siguiente, entre otros muchos:
Un soldado de aviación está retenido en el hospital por una afección pulmonar. Una noche, la fiebre le
causa un acceso de sonambulismo. Sin dejar de dormir, se levanta y camina hasta el patio, donde se
despierta. Iba soñando que viajaba en un avión. Volando, llegaba hasta Scleishein, donde encontraba de
centinela a un amigo suyo. Soñó que el amigo, al verlo, comenzó a temblar de horror.
—¿No me reconoces?—pregunta el aviador.
—¡Ah! eres tú, José—responde el amigo—. ¿Qué vienes a hacer aquí?
El aviador enfermo escribe, entonces, una carta al amigo centinela, cruzándose la carta con otra que
éste había escrito al aviador. Los matasellos de ambas certas tenían la misma fecha. El centinela contaba
en su mensaje cómo vio claramente y oyó distintamente la voz de su amigo que le preguntaba: «¿No me
reconoces?»... (1).
El centinela tomó la alucinación telepática causada por el enfermo que soñaba como si fuese una visita
auténtica, hasta que la figura del aviador se desvaneció. Por su parte, el centinela, en el estado de pánico, hizo una
sugestión telepática al amigo enfermo.
Una sugestión telepática mutua: una conversación «telefónica» sin teléfono, por ST y por la simple telebulia
interpretativa, de dirigir cada uno su pensamiento, o palabra, a l amigo distante. No precisamos en estos casos
suponer efectos físicos. Basta la proyección alucinatoria de lo captado por el psiquismo.
En 1854 el pastor protestarte NEWHAM, entonces estudiante en Oxford, sueña que está pasando unos
días en la casa de la familia de su novia. Sueña que, estando él en el cuarto que acostumbraban
reservarle, oye los pasos de su novia en lo alto de la escalera. Corre hacia ella y la abraza. En ese
momento se despierta. A la mañana siguiente escribe una carta a su novia contándole el sueño. Una carta
Parece ser que ciertos animales, a distancia, percibirían mensajes de sus dueños, mayormente cuando éstos se
encuentran en circunstancias extremadamente críticas.
Sin duda, todos han oído hablar, o tal vez han presenciado algunos de los numerosos casos en que los perros
emiten un extraño y lúgubre aullido cuando su dueño está para morir, aunque la muerte del amo suceda en un
lejano hospital. ¿Qué hay de objetivo en el fondo de estos casos de observación popular?
Existen casos interesantísimos y bastante abundantes en los que ninguno de los presentes ni siquiera sabía
nada de 3a enfermedad del ser querido, y fue precisamente la cerduda del perro lo que los llevó a sospechar la
muerte.
El aviador Mario GALLI, por ejemplo, tenía un perro pastor, Wamar, particularmente «inteligente».
Cuerdo el aviador partió para la guerra de Etiopía, dejó el perro en Turín. Pasó algún tiempo. Un día, de
repente, el animal comenzó a mostrarse muy nervioso, olfateando el aire con intensidad. Luego salió
corriendo, subió al cuarto del amo y se acurrucó a los pies de la cama. Fue imposible sacarlo de allí. No
volvió a aceptar más comida. Se acudió al veterinario para remediar la situación, pero sin resultado. Allí
murió el perro de inanición y tristeza. Poco después llegaba la noticia de que precisamente el 27 de junio
de 1936, día en que el perro adoptó aquella extraña conducta, el avión del capitán GALLI era derribado
en combate, causando la muerte del aviador.
El caso fue muy bien observado e investigado, con un informe detalladísimo, por la profesora Rosa
CAGGERO (3).
Este caso, uno apenas entre muchos, puede ser clasificado como Sugestión Telepática. Parece, efectivamente,
lógico suponer que el Capitán GALLI, en el momento de la muerte o accidente, pensase en su familia. Esta
telebulia o voluntad, al menos inconsciente, de comunicar la desgracia a los seres queridos, fue captada
paranormalmente en casa.
¿Fue comunicación directa GALLi-perro? Los casos presentados nunca han probado definitivamente la ST
entre animales y hombres. Es más posible que el perro captase sólo por hiperestesia sobre los familiares del
aviador alguna consecuencia de la sugestión telepática entre GALLI y ellos, captada por éstos inconscientemente.
¿Que el perro olfateaba el aire? No necesitamos suponer un efecto fisico. En el caso basta una simple
manifestación refleja del perro {resultado, no medio de la percepción) o, cuando mucho, medio de comunicación
hiperestésica (no psigámmica) de los familiares con el perro.
Por ahora, nos inclinamos decididamente a pensar que en los animales sólo habría hiperestesia, reservándose
lo paranormal extra-sensorial sólo para el hombre. Casos como el citado, o de orientación en los animales, o
animales «inteligentes», etc., presentados como pruebas de PG en ellos, tienen muchos puntos débiles.
ST salvadora
Un pastor protestante, ausente de su ciudad, sueña que ve un incendio y a uno de sus hijos en medio de
las llamas. Despertando, no puede evitar el impulso vehemente de volver. Todavía durante el viaje del
pastor, se declara un incendio en su casa. El pastor llega justamente a tiempo de socorrer al hijo que, en
medio de la confusión, había sido olvidado por los criados en una situación bien peligrosa (4).
ST salvadora por precognición. Estos casos en demanda de auxilio son relativamente frecuentes.
2 HART, Hornell: «La projection de l'ESP», trabajo presentirlo al 1 Congreso Internacional de Utrech y resumido por AMADOU,
Robert: «LA science et le paranormal. Le I Coloque International de Parapsychologie (Utrech, 1953). Las conversaciones de Saint-
Paul-de-Vence (1954). Comptes rendus et rapports publiés et presentes par Robert Amadou». París, Tnstitut Métapsychique
International, 1955.
3 Citado por OMEZ, O. P., Reginald: «Peut-on communiquer avec les morts?», París, Fayard, 1955, págs. 94 ss.
4 DALE OWEN, Robert: «Footfalls on the Boundary oí another World», Londres, 1861, págs. 99, 109.
La telebulia en estos casos es evidente: el inconsciente, en esas circunstancias, nada desea más que pedir
auxilio.
ST salvadora y mutua
Un joven viajaba en un submarino. El comandante, por la mañana inmediatamente después del café,
ordena inmersión. Se había decidido permanecer inmersos hasta las diez de la noche.
A excepción de un solo hombre que permanece de guardia, la tripulación, después de una noche de
trabajo, se durmió. Un marinero soñó que muchas mujeres estaban llenando explosivos en una fábrica de
municiones. En el sueño, veía a su hermana durmiendo en una habitación en cuya puerta de cristales se
veía el letrero «Inspector». De repente, una enorme lengua de fuego parece lamer el suelo oyéndose
enseguida una gran explosión. El marinero se despertó como si hubiera sido sacudido.
Sintiéndose medio desfallecido mira el reloj: eran las diez, hora en que ya deberían estar emergiendo.
Ve entonces que el hombre de guardia estaba durmiendo. Con gran esfuerzo consigue despertar a tres
compañeros que, como él, estaban medio asfixiados por las emanaciones de petróleo y la falta de oxígeno.
Los cuatro consiguen hacer subir al submarino a la superficie. Al subir, ven que ya es de día. Eran las diez
de la mañana, no de la noche. Habían pasado más de 24 horas sumergidos. El comandante admite que los
cuatro marineros habían salvado la vida de todos.
De vuelta en la base, el marinero recibe una carta de su hermana (la inspectora del sueño) anunciándole
que una terrible explosión en el departamento de fabricación de cartuchos había matado a 36 mujeres. El
accidente había sucedido a las diez, hora en que la joven debía estar en el local, haciendo su ronda de
inspección; pero habiéndose ella dormido en su cuarto, se había salvado. Contaba además que lo había
visto en sueños, a él y a todos sus compañeros del submarino, muertos. Pero un sentimiento inexplicable,
durante el sueño, le decía que todavía se podían salvar y fue entonces cuando ella intentó despertarlo
sacudiéndolo. En este momento fue despertada por la explosión (5).
El inconsciente del marinero, percibiendo el peligro, deseaba auxilio... La hermana, ligada a él con los lazos
del afecto, casualmente en estado especial que facilitaba la recepción (dormida) captaría el SOS inconsciente del
hermano. Supuesto esto, se invertiría el proceso psigámmico, pasando ahora la hermana a sugerir telepáticamente
al hermano el propio deseo dramático de despertarlo, así como el conocimiento que en esos mismos momentos
adquiría sobre el fuego y la explosión. Estos casos son, como decíamos, una especie de conversación telefónica
(mutua) en la cual el papel del teléfono es desempeñado por la facultad psigámmica.
La ST de aproximación
Serían significativos, precisamente por tener un contenido insignificante y ser percibidos y «emitidos» en
plena vigilia, ciertos casos que han llegado a formar un grupo típico: «ST de aproximación», o sea aquellos que
anuncian la llegada de una persona, preferentemente de una persona querida.
El Coronel BIGGE ve a uno de sus colegas, vestido a la manera de los pescadores y con los útiles de
pesca. Lo distingue todo perfectamente, incluso ciertos pertrechos de pesca que aseguraba desconocer
absolutamente. Nunca, por otra parte, había visto a su amigo vestido de aquella manera. Diez minutos
después y esperando dar una sorpresa al coronel, llegaba el amigo exactamente como había sido visto en
la alucinación (6).
Estos casos de «aproximación» pueden ser clasificados como sugestiones telepáticas, pues es lógico suponer
que el agente es la misma persona que se aproxima -con la leve telebulia de pensar en el amigo o pariente a cuyo
encuentro camina y a quien espera dar una agradable sorpresa.
En estos casos, son más frecuentes las alucinaciones visuales, como las descritas, que las auditivas. Las
alucinaciones auditivas, en la ST de aproximación (y en general en PG) están en un porcentaje mínimo. Con todo,
siendo la ST probablemente el fenómeno psigámmico más frecuente, se puede reunir un respetable número de
casos con alucinación auditiva.
5 SCOTT, Ivan, en «Blackwood Magazine», caso reproducido en «Reader's Digest», Enero, 1940.
6 MYERS, Frederic W. H.: «Human personality and its survival of bodily death», 2 vols., Londres, Longmans, 1902-3.
Traducción francesa de JANKELEVITCH: «La personalité humaine. La survivance, les manifestations supra-normales», París, Alcan,
1919, pág. 229. Traducción española: «La personalidad humana», Buenos Aires, Saros, 1958; París-México, Vda. Ch. Borret, 1906.
Un anciano de 84 años, el Sr. SAUNDERS era totalmente sordo. El día 8 de enero, a las 7,30 de la tarde,
y no obstante su enorme sordera, oyó nítidamente (por acción de la percepción interna, alucinación sin
fundamento externo normal) una voz que le decía: «Tom llega hoy». Tom estaba, durante la guerra, de
soldado en Francia. La víspera de la alucinación el anciano había recibido una carta de Tom en la que le
decía que volvería a escribir en seguida. No era, pues, lógico esperar la llegada de Tom en persona. Pocas
horas después de haber percibido el viejo la sugestión telepática auditiva, llegaba Tom (7).
Las condiciones para la ST en estos casos no son buenas (mensaje no muy emotivo, estado de vigilia...). Por
eso decimos que el porcentaje de alucinación visual, y mayormente auditiva, es mínimo en la ST de
aproximación.
Pero sin nitidez o sin alucinación, la ST de aproximación es fenómeno frecuente. Parece excesivamente
frecuente para que podamos pensar que sólo se trata de mera casualidad. Los refranes de todos los
pueblos hacen alusión al fenómeno: «falando do diabo, já esponta o rabo», «hablando del Rey de Roma,
por la puerta asoma», «si murmuras de la comadreja, le verás la oreja»; «quand on parle du loup, on en
voit la queue»,
«speak of the devil, and he will appear», «quando si parla del solé, il solé spunta», etc.
Este fenómeno no sólo ha llamado la atención del pueblo que lo ha fijado en los refranes, sino que también
interesó vivamente a algunos metapsíquicos que discutieron ampliamente el asunto: así, por ejemplo, RICHET (8),
MYERS (9), G. C. FERRARI (10), defienden la explicación paranormal; el Dr. ROCH (11), el Dr. GRASSET (12) y
otros, se mantienen indecisos.
No pretendo, al menos por ahora, definir el asunto, que precisaría ser analizado y experimentado con una
serie de precauciones no fáciles de ser tomadas.
De hecho es evidente que muchísimos de estos hechos son simplemente normales o de aquellos que
llamamos «extraordinario-normales» con expresión un tanto antinómica. Con todo, parece difícil excluir
completamente de ellos la explicación por sugestión telepática: el agente sería la persona que está viniendo,
pensando en las personas que va a visitar (telebulia). Debido, sin embargo, a las pésimas condiciones del
contenido y del estado psicofisiológico del agente y del percipiente, la ST sólo sería captada inconscientemente,
provocando en los percipientes el hecho de comenzar a pensar e incluso a hablar del agente.
La percepción colectiva
Un primer tipo de percepción colectiva: cuando dos o más personas, en diferentes lugares, captan un mismo
hecho. Cito un caso cogido al acaso.
Durante la guerra napoleónica, un inglés, el Sr. SWITHIM -BANK estaba de guarnición con dos hijos
suyos, en Douvres. Los otros miembros de la familia se encontraban en Bradford, Yorkshire. Cada uno de
los tres soldados estaba alojado en barracones diferentes, esparcidos por el campamento. Una mañana,
después de la revista, el padre dice a uno de los hijos: «Esta noche he tenido un sueño extravagante», a lo
que responde uno de los hijos: «Yo también». Entonces el otro hijo los asombra diciendo: «Yo tuve hoy
una terrible pesadilla: soñé que mamá había muerto». Los tres tuvieron el mismo sueño, en la misma
noche en que moría la Sra. SWITHIM-BANK (13).
Pero comúnmente se entiende por percepción colectiva de ST aquel fenómeno en que los percipientes están
reunidos y todos captan el mismo mensaje, prescindiendo de ciertas diferencias accidentales debidas, al menos en
gran parte, a interferencias del propio inconsciente, de acuerdo con las diversas personalidades.
Un caso de percepción colectiva de ST circunstancialmente descrito, comprobado y estudiado, es el del Dr.
ISNARD.
El tiempo en la ST
Como es natural y ya hemos indicado en el capítulo anterior, la ST prescinde de las leyes del tiempo dentro
del plazo «existencia!».
El Sr. NAPOLEÓN, sargento retirado, pasaba un día con un amigo delante de dos casas aisladas. Era de
noche. De repente se oyen golpes sordos como si estuviesen dándolos con un martillo. Pero nada sucedia.
Dos días después, en el mismo sitio, oyen los mismos golpes, pero esta vez reales. El carpintero del
pueblo hacía apresuradamente un ataúd para un pastor, fallecido la víspera (15).
¡ST precognitiva, colectiva y con alucinación auditiva!, a pesar de no haber relación alguna afectiva entre
agente y percipiente. El único elemento favorable para la ST era la emotividad del carpintero, impresionado por
la muerte repentina del pastor y receloso de que los golpes pudiesen molestar a alguien (he aquí la telebulia
interpretativa).
Los casos espontáneos demuestran que el fenómeno clasificado como ST es el más frecuente
entre los fenómenos psigámmicos.
La ST admite muchas subdivisiones: salvadora, mutua, de aproximación, de percepción
colectiva...
La ST prescinde de las leyes de la distancia y del tiempo como todo fenómeno psigámmico.
Ida y vuelta de París a Buenos Aires en una noche. — Cómo influir, a distancia,
en los planes del jefe. —A distancia, un científico dirige el sueño de un niño. —Dos
científicos consiguen, repetidas veces, comunicarse telepáticamente.
1 RHINE, Joseph Banks: «New frontiers of the mind», Nueva York, Sloanes, 1937. Citamos por la traducción española de
KREIMAN, Dora Joninsky de: «E1 nuevo mundo de la mente» Buenos Aires Paidós 1958, págs. 101 ss.
cuento, puedo afirmado, y mi sorpresa fue tan grande que una señora me preguntó: «¿Le pasa algo? ¿se
encuentra mal?» La visión fue rápida, huyó con rapidez de mis ojos... Si para creer en esa visión necesita
mi palabra de honor, se la doy».
Aparte del estado de inconsciencia en el agente, había, además, lazos de profunda amistad entre la agente y el
percipieníe.
En idénticas circunstancias, intentó la misma señora realizar otras sugestiones telepáticas. Así se expresa ella
misma en carta al ocultista PAPUS:
«Le envío copia de una parte de la carta de que os hablé. El amigo que la escribió no desconfiaba de que yo
quisiera aparecerme a él. Tengo el original de la carta que está a vuestra disposición. En cuanto a otra carta .del
mismo género, no volví a encontrarla. Fue enviada por mi madre (de nuevo, pues, el percipiente es un ser
querido), que hallándose en Leningrado y estando yo en Buenos Aires cuenta haberme visto una noche en su
cuarto: quedó tan asustada que me pidió encarecidamente que no volviese a repetir la experiencia con ella. De las
diez experiencias que he hecho hasta hoy, sólo estas dos resulíarnr bien» (2).
Se podrían aducir más casos...
Estando en vigilia el agente y sólo el percipiente en inconsciencia, es más fácil hacer y controlar la
experiencia, aunque las condiciones para el fenómeno sean peores. Tenemos experiencias bastante más
numerosas, tanto de aficionados como de laboratorio. De las experiencias de los aficionados, por ser menos im-
portantes, sólo citaré dos ejemplos, uno antiguo y otro reciente.
El agente era un destacado metagnomo, que había dado muestras sorprendentes de precognición
espontánea y gran conocedor del ocultismo. En cierta ocasión tuvo que sostener una tremenda lucha para
llevar adelante negocios de gran importancia para él. Pero todas las probabilidades le presagiaban un
rotundo fracaso.
Decidió servirse de un fenómeno «oculto» para convencer a la persona de la que dependia el buen
éxito del negocio. El ocultista sabía que aquella persona acostumbraba a acostarse temprano. Durante las
dos primeras horas del sueño de aquel señor, el ocultista concentró su pensamiento y voluntad: pensaba
con fuerza en el dormido y abogaba, poco a poco, con suavidad de expresión pero con fuerza de
concentración mental, en favor de su causa, defendiendo su punto de vista. Pocas ideas, una sola
intensamente pensada con intención de que fuese aceptada por el otro señor (telebulia). Así, todas las
noches.
El ocultista notó que iba consiguiendo que el citado señor no se mostrase tan terriblemente decidido contra su
punto de vista. No pasó mucho tiempo cuando aquella persona «espontáneamente» determinó la ejecución de una
medida abiertamente en oposición a su primitiva e irreductible manera de ver las cosas, pero altamente favorable
al ocultista y de acuerdo con los planes de éste. Nadie podía esperar semejante resultado: todos, excepto el
ocultista, quedaron sorprendidos con tal determinación. Este caso antiguo es referido por PAPUS en la obra citada.
Entre los casos contemporáneos, cito uno sacado de mi repertorio:
«En diciembre de 1961, mi hermano Jorge había estado enfermo en Piracicaba (donde cursaba el
último año de Agronomía). Un amigo, Iván, que se dedicaba al estudio de las fuerzas del pensamiento,
dijo a mi hermano que si quería enviar un mensaje a su madre, que él lo intentaría. Mi hermano contestó:
«Déjate de bobadas, Iván, yo no creo en esas cosas». Iván insistió. Mi hermano, finalmente le dio el
siguiente recado: «Estuve enfermo, pero ya estoy bien y el sábado iré a casa». Iván preguntó a qué hora
acostumbraba acostarse mi madre.»
«Aquella noche, mis hermanos y yo estábamos estudiando en la sala. Mamá ya hacía tiempo que se
había acostado. Sobre las once, vino quejándose de un fuerte dolor de cabeza. Había tenido un «sueño»
extraño: había visto a un joven (bajo, gordo...) en una esquina del cuarto que le decía: «Soy Iván, amigo
de Jorge: Me pidió que viniese a avisarle que ha estado enfermo, pero que ya está bien y vendrá a casa el
sábado». Después había desaparecido».
«Quedamos sorprendidos con la llegada de mi hermano precisamente el sábado. Mi hermano hizo
cuestión de que mi madre fuese a Piracicaba para ver si era Iván el joven que ella había visto en el sueño.
Era el mismo.»
Este caso, entre otros varios de conocimiento paranormal experimentados por su madre, me fue contado por
una chica universitaria de Lins (Sao Paulo, Brasil). Tuve cuidado de que algunas personas me corroborasen los
datos y pedí que me escribiesen todos los detalles que aquí he resumido.
2 Papus (pseudónimo de Gerard Anaclet Vincent LNCAVSSE): «Le Traite elementare de magie pratique». Usamos la traducción
portuguesa: «Tratado Elementar de Magia Pràtica», 3a. ed. Säo Paulo, O Pensamento, 1949, págs. 482 ss.
Como he dicho, de estas experiencias fuera de laboratorio tenemos bastantes. En ciertos ambientes se intentan
experiencias semejantes casi de continuo. Claro que los éxitos son relativamente escasos, por falta de buenos
percipientes y circunstancias aptas, aparte del escaso conocimiento científico del fenómeno y de un exceso de
superstición. Por otra parte, lo paranormal no es fácil de someterse al control de la voluntad.
A principios de este siglo se llevó a cabo una serie de experimentos de laboratorio con excelentes resultados.
Sin embargo, el investigador se desanimó... Las experiencias ni siquiera fueron publicadas. Le faltó valor para
afrontar la crítica materialista que estaba impidiendo tanto las investigaciones de los metapsí-quicos. Conocemos
las experiencias por una carta que el investigador jefe, Dr. HEYMANS, de la Universidad de Gorningem
(Holanda) escribió al Dr. RICHET (3).
El Dr. HEYMANS, profesor de Filosofía según RICHET, de Psicología (Racional) según concreta
RHINE, escribió: «Nuestras experiencias de telepatía se realizaron en dos cuartos superpuestos de mi
laboratorio. En el de abajo, que está iluminado, se encuentra el sujeto (un estudiante de la Universidad
que habia dado muestras de ser excelente para el caso), con los ojos vendados y metido dentro de una
especie de armario cerrado que tiene por delante una abertura por la cual el sujeto saca la mano. Esta
mano se puede mover por encima de una tabla horizontal dividida (como un tablero de ajedrez) en 6 x 8 =
48 compartimentos cuadrados. En el techo déla sala (construida de cemento armado) hay una ventana de
vidrio. Por ella, uno de nosotros (concretamente el Dr. H. J. F. W. BRUGMANS) que se tiende en el suelo
del cuarto de encima, ve el tablero y la mano del sujeto a través de una ventanita de vidrio grueso, y trata
de dirigir mentalmente esta mano al compartimento previamente determinado por suerte. Como el cuarto
superior está a oscuras durante las experiencias, el sujeto no podría ver nada de ¡o que allí sucede aunque
no estuviese con los ojos vendados y dentro del armario». Tampoco podría pasar el sonido: como
comprobamos, aun gritando era imposible hacerse oír».
El compartimento que se va a sugerir se determina por suerte. Si no fuera así se podría suponer que en una
extensa serie de experiencias, al menos el inconsciente del sujeto acabaría por darse cuenta del mecanismo
psicológico del experimentador en la elección de los compartimentos.
Habia dos bolsas conteniendo fichas de juego. Las de una bolsa estaban marcadas desde la A hasta la
H; las de la otra, numeradas del 1 al 6, acomodándose a la numeración del tablero. Eran mezcladas
continuamente. El Dr. BURGMANS sacaba una ficha de cada bolsa para determinar la casilla del tablero
que se debía sugerir que el sujeto señalase con el dedo.
Continúa HEYMANS: «La casilla en cuestión (probabilidad de 1/48) fue indicada 32 veces en 80
experiencias».
Según el cálculo de probabilidades, la posibilidad de obtener esos 32 aciertos está expresada por una fracción
absolutamente astronómica: 1/104.
Las experiencias se repitieron en otra ocasión. Se obtuvieron 60 aciertos en un total de 187 tentativas, siendo
así que según las leyes del azar sólo se debían haber obtenido 4 aciertos.
Estas experiencias, a primera vista, podrían ser clasificadas como «Transmisión del Pensamiento», suponiendo
«esfuerzo» mutuo del agente para sugerir y del percipiente para captar. Sin embargo, las clasificamos como de
ST, porque el percipiente adoptaba una actitud meramente pasiva. De hecho, el fracaso fue total cuando el sujeto
se esforzaba por averiguar. Los investigadores concluyeron que la voluntad de obtener éxito, por parte del sujeto,
extinguió por completo la facultad de que había dado pruebas cuando actuaba con una especie de convencimiento
de que lo estaban sometiendo a experiencias bbsurdas. Hay otro detalle en favor de la ST y en contra de la
transmisión del pensamiento: cuando el sujeto se encontraba en un estado de menos conciencia, por ejemplo, por
haber ingerido cierta cantidad de alcohol, el éxito era superior.
Es famosa una serie de experiencias de sugestión telepática, realizadas estando también ambos participantes
en estado normal. O mejor, el estado del percipiente podemos considerarlo hasta cierto punto como
«crepuscular». Efectivamente, el Doctor Emilio DESBEAUX, el percipiente, se instalaba lo más cómodamente
3 RICHET, Charles: «Traite de Métapsychique», 2.a ed., París, Alcan, 1923, págs. 211 ss.
RHINE, Joseph Banks: «The reach of the mind», Nueva York, Sloanes, 1948 y Londres, L. Faber, 1948. Traducción española: «El
alcance de la mente», Buenos Aires, Paidós, 1956. Utilizamos preferentemente la traducción francesa de SUDRE, Rene: «La double
puissance de l'esprit», París, Payot, 1952, págs. 29 ss. En este libro RHINE añade detalles que no están en el de RICHET.
posible, en plena inactividad, diriamos en una inconsciencia artificial, esperando que le apareciese algún sueño
como venido de fuera, espontáneo, no provocado en manera alguna por su propia imaginación o voluntad. Es ese
estado de plena inactividad en el percipiente el que nos autoriza a catalogar estas experiencias como ST y no
como TP (transmisión del pensamiento).
Escribe el mismo Dr. DESBEAUX: «Mi amigo, el Dr. León HENRIQUE (agente) se hallaba en Ribemont
(Aisme) y yo (percipiente) estaba en París, esto es, a una distancia de 171 kilómetros. Eran las doce y media de la
noche».
Inmediatamente después de cada experiencia, agente y percipiente hacían una relación y la mandaban por
correo. Las cartas, pues, se cruzaban.
Había captado una «V» grande y brillante que parecía corresponder a la pantalla iluminada por la luz de la
lámpara. Percibió también nítidamente el diseño brillante del ramo de flores.
Una semana más tarde, el 18 de junio, hacían la segunda experiencia:
«A la hora combinada, tomo una lámpara y la pongo sobre mi mesa, en plena luz, bajo la pantalla. Mi
pensamiento va hasta su sala... Comienzo a querer que mi lámpara sea vista por usted. Durante diez
minutos persisto en esta idea...»
El percipiente escribe: «sentado en una poltrona vi luego una pequeña bola de cristal destacarse
nitidamente; después veo aparecer algunas nubes tenues procurando tomar forma; por fin una última nube
fosforescente se condensó formando una bola, una esfera llena y luminosa. Pasado cierto tiempo, que
calculé entre seis y diez minutos, no vi nada más».
De nuevo, éxito significativo: prescindiendo de las nubes, que parecen ser un mecanismo de captación (no
raro, por otra parte, en otras experiencias y casos espontáneos), el percipiente vio uña bola, una esfera llena de
luz, durante más o menos todo el tiempo en que el agente concentró su pensamiento tratando de sugerir la
lámpara iluminada.
Pasaron casi tres semanas y el 6 de julio realizaron la tercera experiencia:
«Incluyo aquí la palabra que procuré hacer que Vd. viese...» Había un papel en el que estaba escrito con grandes
caracteres la palabra «Dios».
El percipiente escribió: «Me parece distinguir el resultado de cada uno de sus esfuerzos: son nubes
fosforescentes que se suceden con mucha rapidez, pareciendo que quieren tomar forma cada vez más
precisa; de repente no se ve nada, se diría que su esfuerzo se ha agotado... En las primeras nubes, apenas
esbozada, una forma, un círculo como de cobre del cual escapan rayos metálicos; después la figura se
hace más brillante conservando la forma estrellada; se diría que el espacio entre los rayos está guarnecido
de diamantes. Tengo entonces la impresión confusa de una joya, de un broche de señora adornado de
pedrería. Sin embargo, nunca experimenté una sensación tan viva y tan apreciable de una idea
(«eídolon») penetrando en mi mente».
Los experimentadores consideran la experiencia como un completo fracaso. Es cierto. Pero no deja de llamar
la atención el hecho de que es solamente ahora cuando se siente la sensación fuerte de una idea. Sólo ahora, la
única vez que se trasmite un ser espiritual, y no un objeto material...
Un mes más tarde, 2 de septiembre, realizaron la última experiencia de la serie.
«Se trataba de saber si las imágenes telepáticas se presentarían contra mi voluntad. Procuré aislar su
persona, esto es, desembarazarla de las preocupaciones ambientales. Quise que Vd. estuviese solo,
enteramente solo mentalmente.»
He aquí el trozo de la carta que se cruzó con la que acabamos de leer: «Durante media hora mis ojos
esperaron el mensaje telepático y no vi cosa alugna. Nada, a no ser la oscuridad. ¿No estaré
suficientemente entrenado? ¿Se dará el caso de que Vd. se haya olvidado del asunto? Espero sus noticias»
(4).
Que yo sepa, estos autores no publicaron nuevas series de experiencias que puedan catalogarse como ST. El Dr.
DESBEAUX sí hizo experiencias que él y otros creían de Sugestión Telepática con los conocimientos de la época,
pero que hoy no caben dentro de la ST. El experimentador no excluía el influjo de la hiperestesia, cuyas enormes
posibilidades, al parecer, ni siquiera sospechaba.
Poseemos otras varias experiencias aisladas de ST en vigilia, realizadas por diversos investigadores. Los
éxitos nunca son muy numerosos, dadas las pésimas condiciones en que intentaron el fenómeno.
Son sintomáticas las palabras del experimentador Cel. Al-bert de ROCHAS respecto a un sujeto, por otra parte
bastante bueno: «obtuvo una vez, sólo una, a distancia de varios kilómetros, sobre esta señora, despierta, una
comunicación de pensamiento muy característica» (ST). Lo característico del pensamiento comunicado muestra
que de hecho hubo ST; pero que el fenómeno es muy difícil en estas condiciones, bien lo indica la insistencia de
ROCHAS de que fue «una vez, sólo una» (5).
Para percipiente, fue escogida entre muchos, Angélica CAVAZZONI, de cinco años, exactamente, cuatro años
y tres meses, al comienzo de las experiencias que duraron siete meses. Angélica, ya antes de las experiencias, se
había revelado como excelente metagnoma.
Hizo el papel de agente el mismo Dr. ERMACORA, en una larga serie de experiencias. Los resultados fueron
absolutamente nulos.
He aquí, como ejemplo, una experiencia escogida entre las de éxito parcial. Se debía sugerir el
siguiente sueño, bastante complicado por razones obvias de análisis cualitativo: la pequeña debía soñar
que era pastora y estaba cuidando cabras en un monte. Percibiría que faltaban tres cabras en el rebaño.
Iría a buscarlas y al volver sin haberlas encontrado, se le aparecería una señora, vestida de azul y con una
sombrilla en la mano, que le diría que las tres cabras habían caído al río.
Cuando se despertó la niña, fue interrogada por la controladora, Sra. AUNETTA que, repetimos, nunca
sabía cuál era el sueño sugerido. La pequeña contó que había soñado estar en un lugar alto, con un palo en
la mano, cuidando de «muchos perros con cuernos».
—¿Perros con cuernos?—preguntó la confidente—, serían las orejas».
—No—respondió la niña—eran cuernos de verdad».
El detalle de juzgar que eran perros con cuernos debe ser considerado como especialmente demostrativo, pues la
niña conocía los cuernos de las vacas, conocía también los perros, pero nunca había visto cabras (7). Los telépatas
receptivos traducen con frecuencia a su personal lenguaje imaginativo el mensaje que reciben.
Recientemente el Dr. Wilfried DAIM, entre otros, renovó semejantes experiencias en sueños, con igual éxito.
Cuidó impecablemente de las condiciones de tiempo, distancia, agente, receptor, objeto de la sugestión,
protocolización de los resultados, etc. Siendo experiencias semejantes a las del Dr. ERMACORA, bastará citarlas.
Únicamente, para reforzar lo que ya hemos afirmado, se debe notar que el Dr. DAIM, en sus impecables análisis,
comprobó cómo el percipiente, cuando es sorprendido por el mensaje telepático en medio de un sueño propio, le
incorpora frecuentemente el nuevo elemento, sintiendo, sin embargo, una indefinible extrañeza ante el nuevo
elemento intruso (8).
Multiplicándose los agentes, parece que el fenómeno puede surgir con más facilidad, aunque las demás
condiciones sean pésimas.
Una experiencia muy interesante me fue contada por el mismo experimentador-jefe. Por razones evidentes, no
me juzgo autorizado a dar nombres. El experimentador fue un jesuíta argentino, un Padre destacado en aquel país,
especialmente en la enseñanza universitaria.
Cierto profesor protestante llevaba a cabo una campaña «dudosa» entre los universitarios. El profesor
actuaba con absoluta buena fe, pero era igualmente innegable su aversión por la Iglesia Católica. Entonces
el Padre, con un grupo de universitarios y a título de experiencia, comenzó la maniobra siguiente: todos
los días y a la hora en que sabía que el profesor se recogía a descansar, un grupo de veinte congregantes
marianos, cada uno en su casa, pensaba con «intención telepatizante» en el profesor en cuestión, tratando
de sugerirle que reconsiderase su posición frente al catolicismo.
Pues bien, pocos días después, el profesor entraba en tal crisis religiosa que el padre tuvo que mandar
suspender inmediatamente la experiencia, pues había peligro de que el profesor quedase afectado de los
nervios. Suspendida la experiencia, el profesor consiguió equilibrar su sistema nervioso.
Sería interesante repetir en serie experiencias parecidas, aunque menos comprometedoras.
6 ERMACORA, G. B., en «Annales des Sciences Psychiques», 1895, págs. 332 ss. y 1896, págs. 154 ss.
7 Además de las relaciones citadas en la nota anterior, puede verse un buen resumen de las experiencias de ERMACORA en
SIEGMUND, Georg: «Der Traum», Fulda, 1949, págs. 88 ss. El ejemplo concreto que acabamos de citar en el texto está descrito en las
páginas 67 ss.
8 DAIM, Wilfred: «Ueber experimentalle Traum telepathic», en «Nene Wissenschaft» (Zurich), II, cuaderno 14-15, Noviembre-
Diciembre 1953, págs. 430-443.
Deben citarse, sin embargo, las experiencias del Dr. Gilbert MURRAY, distinguido humanista de la
Universidad de Oxford y presidente de la «S. P. R.» de 1915 a 1917. Los agentes eran diversos grupos de
miembros de la «S. P. R.» de Londres, entre ellos la famosa metapsíquica Dra. SIDGWICK.
Era lamentable, pero inevitable, que los agentes estuviesen en estado normal. Se concentraban con la
intención -de sugerir un hecho histórico o una escena clásica. Imposible conseguir contenidos telepáticos
profundamente emotivos. Pero los acontecimientos históricos y las escenas clásicas eran un poco más «emotivos»
que las cartas de baraja o números. En contrapartida, era difícil la comprobación de los resultados y la aplicación
del cálculo de probabilidades a los resultados obtenidos.
El percipiente era el mismo Dr. MURRAY, que estaba también en estado normal.
El éxito, cuando entraba en alguno de los grupos la hija del Dr. MURRAY «fue tan evidente que compensaba
sobradamente la falta de evaluación matemática», según la expresión del Doctor RHINE (9).
El Dr. MURRAY adoptaba la actitud más pasiva posible. Este es un factor importante para la clasificación de
las experiencias como ST.
Debe notarse que el resultado era menor cuando la joven no formaba parte del grupo, y era nulo cuando sólo
actuaba la hija del agente. Esto quiere decir que si la intervención de la hija establecía un contacto emocional
muy comveniente, también el refuerzo que aportaba el grupo era un factor imprescindible para ella, ya que «sola»
no tenía «fuerza telepática» suficiente. Podríamos repetir con OSTY, cuando estudia el poder paranormal del
grupo: «hay un productor predominante, aunque con su poder dependiendo... de su grupo; trasplantado... pierde
su capacidad» (10).
Podríamos citar, como confirmación del efecto de refuerzo, la tesis fundamental del Círculo Esotérico de la
Comunión del Pensamiento (aunque los métodos del Círculo generalmente no sean científicos). Según el Círculo,
el pensamiento, como tal, puede ser emitido y existe fuera de nuestra mente como fuerza real (!?) que puede ser
dirigida por la intención del emitente. Esta fuerza puede aumentar conjugándose con la fuerza mental de otra
persona, de manera que tanto mayor será la fuerza mental resultante cuanto mayor sea el círculo de personas que
emiten al mismo tiempo y en una misma dirección sus pensamientos. Prescindimos de los resabios panteístas con
que es formulada esta tesis, del materialismo subrepticio de considerar la fuerza psíquica como si fuera realmente
física, de la pretensión de ser controlable esta fuerza, etc. El contenido fundamental de esta tesis es exacto: el
mayor número de agentes refuerza la manifestación de las facultades para psicológicas en general y, con-
cretamente, de la ST.
Concluímos el tema de la Sugestión Telepática con consideraciones semejantes a las que podríamos hacer al
terminar el tema de cualquier fenómeno de conocimiento paranormal: con pleno rigor científico todavía no
sabemos hasta dónde llega el papel de lo que llamamos agente y de lo que llamamos perci-piente: ¿soy yo el que
transmito mi propia idea o es el inconsciente de él el que viene a buscarla a mí? ¿Olas dos cosas? ¿Hasta dónde
llega el papel de cada uno?
Según la nomenclatura, parecería que la totalidad, o al menos lo principa] del fenómeno ST, se debe al agente, al
que sugiere el mensaje. En la realidad parece ser lo contrario. El papel primordial, tal vez incluso el único, en la
actividad, es el del percipiente. La causa del fenómeno es el percipiente. El agente no pasaría, a lo que parece, de
ser una mera condición extrínseca, un mero «objeto» de la actividad paranormal del percipiente.
La facultad de Sugestión Telepática, como de cualquier otro fenómeno para psicológico de conocimiento,
equivaldría, en el ámbito de lo paranormal, a las otras facultades o sentidos en el campo de lo norma], la visión,
por ejemplo. El que no tiene la vista en buen estado, o no tiene todo el resto de los requisitos psicofísicos de la
visión suficientemente desarrollados y en buen estado, es ciego o más o menos deficiente en la visión. De la
misma manera, el que no fuera metagnomo, sería ciego para captar, o al menos, para manifestar el contenido de
lo que llamamos Sugestión Telepática. El agente haría únicamente el papel de objeto externo, extrínseco en sí
mismo a la actividad paranormal.
Sin embargo, el objeto externo en orden a la visión, se debe encontrar en circunstancias adecuadas de luz,
aproximación, etc. De la misma manera en el ámbito paranormal, el «objeto» debe estar dotado de algunas
cualidades y factores susceptibles de ser aprehendidos por la facultad paranormal del percipiente: telebulia,
emotividad, estado preferentemente de inconsciencia y hasta, a lo que parece, excitación de la propia fuerza para-
***
Terminamos glosando el primer párrafo del prólogo. Hemos expuesto solamente los fenómenos
parapsicológicos de conocimiento. Quedan muchos temas relacionados con los fenómenos estudiados. Y quedan
otros muchos fenómenos y otros muchos temas. Esto es, al lector medio le quedan muchas dudas. Tenemos el
plan de ir publicando una Colección de Parapsicología en la cual se tratarán de manera sistemática los principales
fenómenos de la Parapsicología y los temas relacionados con ellos (11).
(11) Poco después de salir la primera edición española de este libro, ya salían en portugués otros dos volúmenes con el
título As forcas físicas da mente, cuya edición española está ya a la venta en Editorial Sal Terrae, Santander.