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Desde hace más de 10 años que Alemania infringe las normativas de la Unión Europea
según las cuales el contenido de nitrato en las capas freáticas no debe sobrepasar los 50
miligramos por litro de agua en los acuíferos que abastecen a una población. Por eso, hace
dos años, la Comisión Europea presentó una demanda ante el Tribunal de Justicia de la
Unión Europea (TJUE). Y ahora, ese tribunal falló de tal forma que Alemania debe actuar.
Si no lo hace, deberá pagar. En ciertas zonas se ha alterado el ciclo natural del nitrógeno.
El aumento en la concentración de nitratos se ha producido debido a un uso excesivo de
abonos nitrogenados y a su posterior arrastre por las aguas de lluvia o de riego.
Sensor NIR para determinar la cantidad de nutrientes en el abono.
Tarjeta roja para Alemania
El causante principal de que el agua en Alemania tenga alto contenido de nitrato es, como se
ha comprobado, la agricultura. Pero no solo los agricultores son los responsables, sino
también los políticos, ya que durante décadas permitieron que los cultivos fueran abonados
con estiércol, que contiene gran cantidad de nitrógeno, en lugar de invertir en nuevos
métodos para abonar la tierra.
Ni siquiera la nueva ley sobre el abono de suelos, de 2017, logró reducir el contenido de
nitrato en el agua subterránea, según un estudio de la Universidad Christian-Albercht, de
Kiel, en el norte de Alemania. El nitrato es un nutriente, pero el exceso de nitrato en el
abono se convierte en nitrógeno y va a desembocar a las capas freáticas.
Altos niveles de nitrato en Kleve
Anna Janßen hace mediciones en la central subterránea junto a los campos de cultivo.
En el caso de Michael Graf, un agricultor de Uedem, del distrito de Kleve, en Renania del
Norte-Westfalia, el uso de un sensor de luz infrarroja (NIR) para determinar la cantidad de
nutriente que posee el abono, estiércol semilíquido. Si el abono tiene suficiente nutriente, se
utiliza menos estiércol, y viceversa.
"La ventaja de poder medir lo que se abona es grande”, explica a DW Anna Janßen, de la
Cámara de Agricultura de Renania del Norte-Westfalia. En el barril de estiércol se coloca,
además, un pequeño procesador que permite medir qué nutrientes se hallan en al abono. La
granja de Michael Graf es una de las 31 instalaciones modelo en ese Estado federado. Un 40
por ciento de las centrales medidoras de agua subterránea en Kleve dan por resultado 50
miligramos de nitrato por litro.
Anna Janßen se ocupa de verificar si el sensor NIR realmente es capaz de ayudar a reducir el
contenido de nitrógeno en los terrenos de cultivo. Para eso, baja varias veces por día a la
estación de medición junto a los campos, adonde va a parar el agua resultante del estiércol,
que es separada del resto por medio de una bomba de presión. Luego se la envía al centro de
investigación agrícola Lufa. Sin embargo, comprobar si hay menos nitrato en el agua
subterránea puede demorar varios años.