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Secundario Semipresencial

Módulos Área de Formación Especializada


ORIENTACIÓN HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES ESPECIALIDAD EN GESTIÓN DE
POLÍTICAS PÚBLICAS

Estado y nuevos movimientos sociales

La Plata, noviembre de 2007

INSTITUTO PROVINCI AL
DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Dirección de Estudios e Investigaciones
Torre Gubernamental II. 12 y 53. Piso 11. Tels.: 0221 483 3138 / 429 5574
acompañanteeducativo@ipap.sg.gba.gov.ar
estudios@ ipap.sg.gba.gov.ar
www. ipap.sg.gba.gov.ar
Autoridades

Gobernador de la provincia de Buenos Aires


Felipe SOLÁ

Secretario de la Gobernación
Ricardo BOZZANI

Subsecretaria de la Gestión Pública


Claudia BERNAZZA

Secretario Ejecutivo del IPAP


Carlos CIAPPINA

Directora de Estudios e Investigaciones


Bettina GARCIA LAVAL

Directora de Formación y Capacitación


Silvia STEIMBERG

1
Coordinadora del programa de Finalización de Estudios
Paula PORTA

Procesamiento didáctico del módulo


Bettina GARCIA LAVAL

Contenidos
Anahí MARTENS
Mauricio SCHUTTENBERG

Colaboración y aportes de contenidos


Bettina GARCÍA LAVAL
Ana LENCI
Teresa RECA
Introducción

El presente módulo tiene como principal objetivo brindar un recorrido que incluya los
principales temas de debate en torno a la relación del Estado con los movimientos sociales.
En otros módulos se analizaron los cambios en la relación Estado y sociedad1, la aplicación
de políticas neoliberales, el achicamiento de las funciones del Estado, el surgimiento de
nuevas demandas sociales, de nuevas formas de expresión política de los ciudadanos.

En los últimos años los movimientos y organizaciones sociales se han convertido en


un actor significativo siendo capaces de procesar, de diversas formas, aspectos del conflicto
social y de las demandas populares.

Estas modificaciones implican la reflexión acerca de las relaciones de las


organizaciones y el Estado, del gobierno con las demandas populares, una revalorización
del papel del Estado por parte de la sociedad y una valorización desde el Estado de su
propio rol. Es en este marco que nos interesa reflexionar con ustedes, como trabajadores del
Estado y también como ciudadanos, los alcances y características de estos cambios.

No obstante, este módulo no pretende agotar las discusiones en torno a estas


problemáticas sino más bien contribuir a presentar algunos ejes de análisis posibles y
distintos enfoques y lecturas de diversas organizaciones. De esta forma, pretendemos
realizar una mirada plural que contenga una multiplicidad de formas de construir y concebir
estas relaciones entre Estado y movimientos sociales.

Pretendemos también que este material sirva como disparador de discusión e


intercambio de ideas, que contribuyan a nuestro enriquecimiento colectivo y a la reflexión en
torno a nuestro lugar como trabajadores estatales.

Con estos objetivos ordenamos el curso en cuatro unidades temáticas:

 En la primera, retomaremos algunas definiciones de movimientos sociales y


analizaremos algunos de los principales movimientos sociales de nuestro país y de
América Latina.

 En la segunda unidad abordamos las concepciones y comportamientos de los


ciudadanos en el periodo 1983-2003, al compás de los cambios políticos, sociales y
económicos. Luego observaremos más en detalle la distribución del ingreso, la
evolución del empleo y la situación de pobreza. Este modulo amplía los contenidos
vistos en la materia Estado y Políticas Públicas, por lo cual les sugerimos que
repasen sus apuntes y el material de lectura.

1
Formación para el trabajo, Estado y políticas públicas, Gestión Participativa.
 En la tercera unidad analizaremos distintos movimientos según sean sus intereses,
identidades, formas de reclamos, etc.
 Y en la última, intentaremos reflexionar sobre la situación actual y la nueva relación
entre el Estado y los movimientos sociales.

En cuanto a la modalidad de trabajo podemos adelantar que en algunas clases se


presentarán experiencias concretas de movimientos sociales para ejemplificar los aspectos
teóricos y conceptuales. Esperamos que las clases sean participativas de forma que se
promueva el intercambio y debate de ideas, por ese motivo este módulo de estudio - trabajo
nos invitará a:

 Leer textos de diversos autores que han investigado el tema; asimismo les sugerimos
películas y páginas web para favorecer la comprensión de las problemáticas
desarrolladas.

 Realizar prácticas que nos ayudarán a debatir, reflexionar, comprender e incluso


ejemplificar y/o aplicar conocimientos.

 Producir textos personales y grupales que expresen las reflexiones e interrogantes


que nos sugieran las lecturas, las prácticas, los debates y discusiones con los
docentes, los acompañantes educativos y los compañeros, durante las clases
presenciales o en los momentos de estudio realizados en casa o en nuestros lugares
de trabajo.

 Formar grupos de estudio –trabajo para realizar las prácticas de aprendizaje y para
que podamos compartir nuestras reflexiones, interrogantes y experiencias con cada
uno de los compañeros que participan de esta especialización y / o con los
acompañantes educativos.

 Elaborar un glosario en el que vayamos incluyendo términos que nos resulten


desconocidos y su definición. Este glosario será puesto en común con los docentes y
compañeros durante las clases, en horarios de consulta pactados para este fin o en
espacios de estudio grupal que logremos organizar. También podremos compartirlo
con los acompañantes educativos.

La elaboración de este glosario es optativa y tiene por finalidad contribuir a la


aclaración de conceptos, facilitar las lecturas y el desarrollo de las prácticas que propone el
módulo.

Además, les sugerimos películas y páginas web para favorecer la comprensión de los
temas desarrollados.
Unidad 1

¿Qué es un movimiento social? Primeras aproximaciones

Presentación

En los Estados modernos actuales existen diversas formas de participación social y


política de la ciudadanía. Entre ellas se destacan los partidos políticos y los movimientos
sociales, que en las últimas décadas han proliferado en cantidad, y se han diversificado en
cuanto a los objetivos y formas organizativas.
Entre los principales movimientos sociales de nuestro país se destacan el movimiento
por los Derechos Humanos, nacido en los años setenta, que concentra sus esfuerzos en
denunciar y develar ante toda la opinión pública el terrorismo estatal que imperó en nuestro
país durante la dictadura militar de 1976 a 1983, cuando el gobierno de facto secuestró,
desapareció, torturó y asesinó a muchos miles de personas.
Por otro lado, en los años noventa el avance del modelo neoliberal, la
desindustrialización del país y las privatizaciones de servicios públicos, llevaron a que
sectores de trabajadores desocupados se organizaran colectivamente. La principal
modalidad de lucha adoptada por los movimientos de trabajadores desocupados fue el corte
de rutas o piquete.
También se destacan los movimientos de fábricas tomadas y recuperadas por los
trabajadores. A fines de los noventa y principios del 2000 surgen gran cantidad de empresas
que son recuperadas por los trabajadores con el objetivo de ponerlas en funcionamiento y
defender sus fuentes de trabajo.2
Ante el colapso institucional del 2001, los ciudadanos organizaron espontáneamente
asambleas barriales en Buenos Aires, varios partidos del conurbano y del interior del país.
Esta nueva forma de apropiación del espacio publico, impulsada por la utopía de realización
de una democracia directa, contrasta con la privatización del espacio público extendida en
los años noventa (Palomino, 2004).
También ocupan un lugar destacado en el mapa local de la protesta las acciones en
defensa del medio ambiente. Uno de los conflictos más difundidos se suscita en torno a la
instalación de las papeleras en la costa del Río Uruguay. Desde el 2005 los ambientalistas
de Gualeguaychú se oponen a la instalación de las pasteras, porque estas contaminarían el

2
Estas empresas tienen varios rasgos en común: en primer lugar, habían sido afectadas por la importación y/o
por sus dificultades de exportación y se encontraban en proceso de quiebra, convocatoria de acreedores o
directamente abandonadas por los empresarios. En segundo lugar, los trabajadores son acreedores o
damnificados, ya que en general la crisis de cada empresa fue precedida por la disminución de los salarios, la
carencia de aportes previsionales, etc.
medio ambiente al arrojar sus desechos al Río Uruguay, compartido por ambos países.
Desde entonces realizaron numerosas marchas y bloquearon en varias oportunidades los
puentes internacionales que comunican a Argentina y Uruguay.

Como ya señalamos en la introducción, en este cuadernillo vamos a intentar


ponernos de acuerdo acerca de qué son los movimientos sociales. Abordaremos las
principales diferencias entre los movimientos sociales tradicionales, los llamados nuevos
movimientos sociales y los movimientos sociales del presente. También vamos a analizar
algunos de los principales movimientos sociales de nuestro país y de América Latina.

Características de los movimientos sociales

Los movimientos sociales son, en primer lugar, una forma particular de conducta
colectiva que incluye la realización de acciones de protesta por parte de los actores sociales,
organizados para defender identidades e intereses compartidos. Son conformaciones
colectivas, con un sentido del “nosotros”, sin las características organizativas de los partidos
políticos o las asociaciones de interés.

Los protagonistas de los diversos movimientos sociales reaccionan ante una posición
de desventaja en la organización social. La emergencia de un nuevo movimiento social
depende en gran medida de la percepción, por parte de sus actores, de esa situación de
desventaja respecto a otros.

Por lo tanto, los movimientos sociales son espacios de resistencia que incluyen
acciones colectivas de protesta, que cuestionan ciertos aspectos o instituciones y, en
algunos casos, la organización de la sociedad como totalidad. Su finalidad es la modificación
del orden social establecido, sea por medio de la revolución o la reforma.

Los movimientos sociales son difíciles de definir conceptualmente. Los autores


construyen sus definiciones acentuando distintos elementos de análisis, por lo cual la
comparación de definiciones se complica.

El sociólogo francés Alain Touraine (1987) caracteriza a los movimientos sociales


por llevar adelante una: acción colectiva organizada, entablada contra un
adversario social, y por la gestión de los medios a través de los cuales una
sociedad actúa sobre sí misma, y sobre sus
relaciones con el entorno.
Por su parte, el estadounidense Sydney Tarrow (1997) argumenta que el mejor
modo de definir a los movimientos es como: desafíos colectivos planteados
por personas que comparten objetivos comunes y solidaridad en una
interacción mantenida con las elites, los oponentes y las autoridades. Esta
definición tiene cuatro propiedades empíricas que son el desafío colectivo,
los objetivos comunes, la solidaridad y la interacción mantenida.

Movimientos sociales tradicionales

Los movimientos sociales pueden comprenderse por la combinación de un principio de


identidad, uno de oposición y uno de totalidad.

- El principio de identidad es la definición que el actor hace de sí mismo. Sólo a través


de la práctica de relaciones sociales conflictivas es que el actor puede constituirse y
definirse como tal.

- El principio de oposición hace alusión a que un movimiento social sólo se organiza


si puede nombrar a su adversario.

- A su vez, para que un actor colectivo pueda ser considerado un movimiento social
debe poseer un principio de totalidad. Debe poder definir la lucha contra su enemigo
en el marco global del sistema de acción histórica; o sea, con respecto al conflicto
social general. Por el principio de totalidad, un movimiento social requiere, para
existir, ser capaz de convertir su demanda o lucha sectorial en un problema de
interés general para toda la sociedad.3

Esta definición corresponde a las aproximaciones analíticas hechas por sociólogos y


otros científicos sociales sobre el principal movimiento social desde la segunda mitad del
siglo XIX hasta aproximadamente la década del setenta y ochenta: el movimiento obrero.
También podemos incluir dentro de los movimientos sociales tradicionales a los movimientos
campesinos y los movimientos independentistas en los países coloniales.

3
Al respecto el sociólogo francés Alain Touraine (1987) señala que “la identidad del actor no puede ser definida
independientemente del conflicto real con el adversario ni del reconocimiento de la meta de la lucha”. La
identidad del actor se construye dentro de la estructura de conflicto de una sociedad particular. Por su parte el
italiano Alberto Melucci (1999) se refiere a la identidad como la autodefinición del movimiento (quien es, en
nombre de quien habla), el adversario que alude al enemigo y la última categoría que denomina objetivo social,
hace referencia al tipo de orden social o de organización que desearía darse como horizonte histórico de su
acción colectiva. Melucci establece además, una diferencia entre tipos de movimientos sociales: los reactivos y
los preactivos.
Los nuevos movimientos sociales

Hacia los años ochenta se comienza a denominar nuevos movimientos sociales a


aquellos actores colectivos identificados con valores más generales y universales que los
específicos y sectoriales de los movimientos tradicionales, entendiendo como tal
principalmente al movimiento obrero, asociado fundamentalmente a la sociedad industrial.
Son formas de acción colectiva diferentes de aquellas basadas en el conflicto central puesto
en el Estado y en las divisiones entre clases sociales. Estos movimientos (de mujeres,
homosexuales, migrantes, de derechos humanos) aparecen como novedosos frente a los
actores políticos tradicionales.

El inicio del accionar de estos nuevos movimientos suele identificarse con los
movimientos estudiantiles de 1968 en Francia, las marchas contra la guerra de Vietnam en
todo el mundo y los movimientos por los derechos civiles en Estados Unidos.

Los movimientos sociales del presente

En la actualidad, debido al estado de fragmentación y dispersión de los movimientos


sociales, los nuevos estudios científicos prefieren centrar sus tareas de investigación en las
acciones colectivas de protesta o en la protesta social. Esto se debe a que los movimientos
sociales del presente (si así quisiéramos llamarlos) tienen un carácter efímero, sufren
transformaciones o dejan de existir en lapsos más breves. Por otro lado, muchos de ellos no
inscriben sus conflictos en un conflicto social general (principio de totalidad) por lo cual no se
adecuan a las antiguas definiciones.

Los conceptos de acción colectiva de protesta, protesta social o movilizaciones de


protesta permiten captar lo novedoso y diverso de los movimientos y acciones que se han
visto en los últimos años en Argentina y en el mundo.

En la unidad 3 vamos a analizar en


profundidad la protesta social en la
Argentina reciente.
A continuación presentamos algunos criterios para pensar a los movimientos
sociales (tradicionales y nuevos) y a las acciones colectivas de protesta.

● Por su duración

- De duración limitada. Las acciones colectivas de demanda que se originan en la


expresión de una necesidad social específica pueden desaparecer una vez logrado
el objetivo. Una vez satisfecha la necesidad el grupo se desintegra.

- Permanentes. Son movimientos que permanecen en el tiempo y se caracterizan por


el hecho de que sus integrantes comparten una identidad común, como por ejemplo
los movimientos que luchan por los derechos humanos.

● Por el alcance nacional o internacional

Algunos movimientos sociales son locales y responden a necesidades específicas de


los habitantes de un barrio o de una ciudad. Otros adquieren envergadura nacional. Cuando
se trata de movimientos internacionales, entre el centro y las filiales se establece una red de
interacciones; ejemplos clásicos son el movimiento ecologista y el feminismo. Un ejemplo
reciente es el movimiento antiglobalización que lleva a cabo acciones de protesta donde se
realizan las cumbres de los grupos financieros internacionales.

Boaventura de Sousa Santos (2001) señala que la actuación de movimientos y


organizaciones sociales en el contexto mundial está vinculada, por un lado, a la emergencia
de temas que por su naturaleza son globales (la sustentabilidad del planeta, la violación de
derechos humanos, problemas ambientales, la afirmación de identidades de sexo, etnia,
nacionalidad, etc.) y, por otro lado, a la oportunidad de que grupos subordinados,
movimientos sociales o regiones se organicen trasnacionalmente en defensa de intereses
comunes, y usen en su beneficio las posibilidades de interacción creadas por el sistema
mundial.

● Según el alcance de sus objetivos

Desde objetivos muy generales hasta finalidades muy especificas. De acuerdo a este
criterio, pueden clasificarse en dos grandes tipos.

Movimientos de transformación. Intentan un cambio de largo plazo en la sociedad


de la que sus integrantes forman parte y generalmente promueven transformaciones
radicales.

Movimientos reformistas. Tienen objetivos más limitados y aspiran a modificar


algunos aspectos del orden social existente, en especial aquellos que se traducen en
situaciones de desigualdad e injusticia.
Para finalizar esta primera unidad, los invitamos a leer sobre algunos de los
principales movimientos sociales de nuestro país y de América Latina.
-Los orígenes del movimiento obrero en Argentina.
-Dos movimientos campesinos latinoamericanos: el Movimiento de los Sin Tierra de
Brasil, uno de los principales movimientos campesinos latinoamericanos y el
Movimiento Campesino de Santiago del Estero.
- Y los movimientos de pueblos originarios, a través de las luchas que lleva adelante
el Ejército Zapatista de Liberación Nacional en México, y los conflictos de los
mapuches en la Patagonia.

Para conocer más sobre estos y otros movimientos, les sugerimos visitar la página
web: www.movimientos.org
Movimientos sociales modernos

Movimiento obrero

El movimiento obrero asalariado surge con la Revolución Industrial. Con el desarrollo


de la gran industria y la concentración de la población en las ciudades, los obreros
comenzaron a organizarse para luchar
por mejores condiciones de trabajo,
jornadas laborales menos extensas y
por su incorporación en la vida política
de sus respectivas países.

A lo largo del siglo XIX las


organizaciones de los trabajadores
registraron un enorme crecimiento,
convirtiéndose en el principal
movimiento social existente. En ese
tiempo, el movimiento obrero constituyó organizaciones internacionales para luchar
conjuntamente por sus derechos.
Películas sugeridas:
- Tiempos modernos, Charles Chaplin
- La clase obrera va al paraíso, de Elio Petri

Los orígenes del movimiento obrero en Argentina

En nuestro país los primeros sindicatos surgen entre fines del siglo XIX y las
primeras décadas del siglo XX. El escaso desarrollo industrial hizo que los trabajadores se
organizaran en sindicatos de oficios. Por ejemplo, en 1881 se creó la Unión de Obreros
Panaderos; en 1883, la Sociedad de Obreros Tapiceros; y en 1887, La Fraternidad -
Sociedad de Ayuda Mutua entre Maquinistas y Fogoneros de Locomotoras. La mayoría de
los trabajadores eran inmigrantes que provenían de Italia y España y tenían experiencias de
participación sindical. Las transformaciones económicas que se dan entre 1890 y 1920
influyeron en el mundo del trabajo urbano y las organizaciones obreras. La huelga general
de 1902 reveló la presencia del movimiento obrero en la vida política y social del país.

En las primeras décadas del siglo XX, las ideologías anarquista, socialista y
comunista ejercieron una fuerte influencia sobre el movimiento obrero. El anarquismo tuvo
una importante influencia en la creación, en 1902, de la Federación Obrera de la República
Argentina (una de las primeras organizaciones sindicales que agrupó a los distintos gremios
de oficios). Luego el peso del anarquismo disminuyó, y los socialistas y comunistas se
hicieron fuertes en las décadas siguientes. En 1930 se crea la Confederación General del
Trabajo (CGT).
Como consecuencia de la crisis de 1929 y de la Segunda Guerra Mundial, los
productos que se importaban de Europa comenzaron a faltar y esto impulsó el desarrollo de
la industria nacional. El paisaje de las ciudades se modificó sustancialmente, con el
surgimiento de grandes fábricas y el aumento de la cantidad de obreros provenientes
fundamentalmente del campo.

Con el crecimiento de la industrialización por sustitución de importaciones los


sindicatos de oficios fueron reemplazados por organizaciones por rama industrial. Los
nuevos sindicatos agrupaban a los trabajadores ya no por su tarea particular sino según en
que industrias trabajasen. En las décadas del treinta y del cuarenta se crean los sindicatos
con mayor poder de movilización hasta, por lo menos, la década del setenta. Por ejemplo,
en 1943 se crea la Unión Obrera Metalúrgica (UOM).

Durante los primeros gobiernos peronistas (1946-1955), el sindicalismo creció


enormemente y los sindicatos por industria nucleados en la CGT se transformaron en
poderosas organizaciones. El peronismo fomentó la creación de organizaciones sindicales
reconocidas y reguladas por el Estado. La clase trabajadora constituyó el eje principal de
sustentación de un nuevo y amplio movimiento político que buscaba transformar también las
condiciones sociales, políticas y económicas del país. Los sindicatos no sólo se fortalecieron
en su capacidad de canalizar demandas, sino que además se convirtieron en prestadores de
servicios de salud y recreación para sus afiliados.

A partir de la última dictadura militar las condiciones sociales de los trabajadores


desmejoraron sustancialmente. En la década del noventa, debido fundamentalmente a la
desindustrialización, se llegó a cifras de desocupación y precarización laboral inéditas. En
este contexto, el movimiento obrero ha dejado de ser uno de los actores con mayor poder de
movilización, pero su ideología y sus prácticas continúan influenciando a los nuevos
movimientos sociales. Hoy existen dos centrales sindicales: la CGT y la Central de
Trabajadores Argentinos (CTA).

La CTA fue fundada en 1995 cuando un grupo de sindicatos abandonó la CGT,


debido a su oposición al gobierno del presidente Menem. En esta organización se
encuentran organizados los trabajadores del Estado (ATE), de servicios públicos
privatizados y los docentes (CTERA). También cuenta con una importante presencia entre
las organizaciones de trabajadores desempleados, a través de la Federación de Tierra y
Vivienda (FTV).
Movimientos campesinos latinoamericanos

El problema agrario en los países latinoamericanos está vinculado a dos fenómenos


económicos sociales estructurales:

 el latifundio: se caracteriza por la alta concentración de la propiedad de la tierra en


pocas personas y el consecuente aumento de los campesinos sin tierra.

 la producción en las tierras más fértiles no se dedica a cultivos destinados al


mercado interno, sino más bien, a cultivos para la exportación, que interesan a los
países centrales.

En Latinoamérica el campesinado ha sido uno de los principales movimientos sociales.


Los campesinos tienen una larga historia de confrontación demandando la eliminación del
latifundio y la reforma agraria. En la mayoría de los movimientos, los campesinos también
comparten la pertenencia a alguno de los pueblos originarios de América.

Entre los principales movimientos de campesinos, en la actualidad, encontramos al


Movimiento Campesino Paraguayo, la Confederación Campesina del Perú, la Central
Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC) de México, el Consejo
Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras, la Mesa Nacional Campesina de
Costa Rica, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCA SE) en nuestro país y
el Movimiento de los Sin Tierra (MST) de Brasil entre otros.

Los movimientos campesinos de


América Latina integran la Coordinadora
Página web sugerida:
Latinoamericana de Organizaciones del http://www.viacampesina.org
Campo (CLOC). Esta última forma parte
del movimiento internacional Vía
Campesina, conformado por múltiples
redes de organizaciones de todo el
mundo.
El Movimiento de los Sin Tierra de Brasil

El Movimiento Sin Tierra (MST) de trabajadores rurales es una organización de


campesinos que luchan por la tierra y por la reforma agraria en Brasil. El MST nació como
producto de la conjunción de los diversos factores socioeconómicos y políticos desarrollados
entre los años 1979 y 1985: el proceso de desarrollo capitalista en la agricultura, lo que ha
fomentado la concentración de la tierra, y el consecuente aumento de campesinos
despojados de sus tierras durante la dictadura militar brasileña (con la mecanización y la
construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú se expulsaron del campo a familias
agricultoras); la labor de la Iglesia, en particular de la Comisión Pastoral da la Tierra, que ha
animado a los campesinos a organizarse y las luchas por la tierra que empezaron a ocurrir
en diversos estados.

El MST tiene tres grandes objetivos: la tierra, la reforma agraria y una sociedad más
justa. Quiere una expropiación de las grandes áreas en manos de multinacionales, el fin de
los latifundios improductivos, con la definición de un área máxima de hectáreas para la
propiedad rural. Está en contra de los proyectos de colonización que resultaron un fracaso
en los últimos treinta años, y quiere una política agrícola en beneficio del pequeño productor.

Los Sin Tierra constituyen en la actualidad la organización campesina más grande de


Latinoamérica.

Movimiento Sin Tierra

Un documento del MTS lo explica de la siguiente forma:

“Nuestro movimiento se propone utilizar tres formas básicas para llevar adelante la lucha por
la reforma agraria:

a) Organizar a los campesinos, que luchan por la tierra en la base, y construir un amplio
movimiento social de masas, que rescate la lucha por nuestros derechos.

b) Concientizar a la sociedad y los sectores ya urbanizados de que la reforma agraria es


una lucha de todos, y que implica transformaciones económicas, políticas y sociales que
beneficiarán a toda la sociedad. Por eso, no interesa tan solo a los sin tierra.

c) Desarrollar todas las formas de presión popular para garantizar que el gobierno
desencadene el proceso de reforma agraria (...).
El MST utiliza de las más distintas formas de lucha, pero siempre masivas. Los medios más
utilizados son: manifestaciones en las calles, concentraciones regionales, audiencia con los
gobernadores y ministros, huelgas de hambre, campamentos provisorios en las ciudades o a
la orilla de las haciendas por ser desapropiadas y ocupación de las tierras a ser
desapropiadas (...).

Desde su fundación ya alcanzó muchas victorias y conquistas. Fueron más de 3.900


latifundios ocupados, que ahora se transformaron en proyectos de asentamiento y atienden
a más de 4.500 mil familias de trabajadores rurales, en más de 22 millones de hectáreas”.
(¿Qué es el MST? 25 de julio de 2007, tomado de www.movimientos.org./cloc/mst-br)

El Movimiento Campesino de Santiago del Estero

El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) se crea en 1990 y tiene


por objetivo la defensa de la tierra, la defensa del medio ambiente y la soberanía
alimentaria. Un dirigente del MOCASE lo explica así:

“El Movimiento Campesino defiende la realización de una reforma agraria pensada


desde la realidad de cada comunidad; esto no quiere decir parcelamiento para cada uno
sino reconocer que hay lugares donde las propiedades son comunitarias. Hablamos
entonces de una reforma agraria que tenga que ver con la realidad de cada lugar. Estamos
contra el ALCA y luchamos por la soberanía alimentaria, esto quiere decir: producir la propia
alimentación sana, un cultivo que no necesite del esfuerzo de los trangénicos. Estamos en
contra del monocultivo, del monocultivo de la soja, de la contaminación del medio ambiente
y el saqueo ecológico, el saqueo de los recursos naturales, el destrozo de todos los montes,
etc.” (Tomado de Martínez y otros, 2006)

Movimientos de pueblos originarios

Desde hace quinientos años, los pueblos originarios de América luchan por su
reconocimiento y sus tierras. La conquista de América fue una larga y violenta guerra entre
civilizaciones muy desiguales.

La situación de los pueblos originarios sigue siendo preocupante. En muchos países


del continente carecen de las condiciones mínimas para vivir (alimentación, educación,
vivienda) y fueron obligados a dejar sus costumbres y tradiciones.

En la actualidad la lucha de los pueblos originarios apunta a fortalecer su identidad,


reclamar al Estado el derecho a una educación bilingüe y el reconocimiento de las tierras
despojadas a sus comunidades.
Osvaldo Bayer y los pueblos originarios

«Estanislao Zeballos, escritor de los vencedores, en 1878 proponía quitarles el


caballo y la lanza y obligarlos a cultivar la tierra, con el remington al pecho diariamente: he
ahí el único medio de resolver con éxito el problema social que entraña la sumisión de esos
bandidos. Los salvajes deben ser tratados con implacable rigor porque esos bandidos
incorregibles mueren en su ley y solamente se doblan al hierro. (...) El remington les ha
enseñado a esos salvajes que un batallón de la república puede pasear por la pampa
entera, dejando el campo sembrado de cadáveres»
¿Cómo se revelan estas relaciones de carácter conflictivo en el discurso de lo
acontecido en América? O dicho de otra manera, ¿cómo se esconden, en el discurso oficial,
esas relaciones?
En general, el discurso aceptado dice que en lugar de hablar de descubrimiento debe
decirse «encuentro de dos culturas», y parece que con ello queda saldada la deuda que se
tiene con la explicación de lo sucedido en América. Este concepto de «encuentro de dos
culturas» resulta aún más encubridor de las verdaderas relaciones sociales que se
constituyeron a partir de la llegada de Colón. Porque si, en apariencia, se diluye la visión
etnocentrista, a la vez, la idea de encuentro oculta el carácter conflictivo del «contacto»
revelándose así como una teoría de país central.
El historiador argentino Osvaldo Bayer destaca que «... la idea de universalización
desnuda la trampa del análisis que parece centrado en el 12 de octubre. Porque si hubo un
fenómeno de fusión y contacto, ése no fue un proceso de un solo día, sino de siglos. Lo
digan o no, los partidarios del Encuentro de dos mundos encuadran en éste término siglos
que fueron, en realidad, de opresión y genocidio. Así, esta teoría al desplazar las
connotaciones de colonización y conquista, llevándolas a un plano de significación
secundario, destaca una supuesta universalización, positiva y neutral. En consecuencia, su
fuerza explicativa es más una fuerza encubridora.» En uno de sus viajes a la Argentina, el
escritor y dramaturgo español Antonio Gala, en ocasión de conmemorar los 15 años del
surgimiento de las Madres de Plaza de Mayo, preguntó: «¿Acaso he venido a celebrar con
vosotras el Quinto Centenario? Yen ese caso ¿qué celebraríamos? ¿La iniciación del
sistema colonial moderno? ¿El exterminio y sumisión de los indígenas? (…) De celebrar
algo sería las revueltas de los aborígenes y su perenne resistencia. Celebraríamos más bien
su rebeldía continua a través de los siglos en el campo y la ciudad mediante alzamientos de
organizaciones populares y partidos liberadores apoyados en la auténtica identidad de los
pueblos oprimidos. Celebraríamos más bien los mártires, es decir los testigos y defensores
de los derechos humanos de hoy, de ayer y de siempre. Y las ensangrentadas víctimas de
cualquier represión. Porque nada ha cambiado después de cinco siglos. Hoy sigue presente
en vuestra América aquella violencia inicial que destrozó los cuerpos y las ideas y las
almas» (Osvaldo Bayer, El encubrimiento. Opiniones en el V Centenario, tomado de
Paradera y Pintos Andrade 2004)

Dos ejemplos actuales de esto son las luchas que llevó adelante el Ejército Zapatista
de Liberación Nacional en México y los conflictos de los mapuches en la Patagonia.
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) de México

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) surge el primero de enero de


1994 en México, el mismo día que ese país entraba al NAFTA (tratado de libre comercio con
EEUU y Canadá). Ese día, los zapatistas sorprendieron no sólo al país sino al mundo entero
con la toma militar de siete cabeceras municipales del estado de Chiapas, al sur del país.
Fueron los primeros días de una lucha decidida, tal como lo expresaron ellos mismos en la
Primera Declaración de la selva Lacandona: «una medida última contra la miseria, la
explotación y el racismo, pero, sobre todo, una medida última contra el olvido» Las
demandas fueron: techo, tierra, trabajo, salud, educación, alimentación, libertad,
independencia, justicia, democracia y paz.

El movimiento Zapatista ha llevado adelante “una guerra con muertos de ambos


lados, una guerra desigual en la que, por un lado, había indígenas tzotziles, tojolabales,
chales, mames y zoques, unidos por primera vez en una insurrección y, por el otro, un
ejército armado con rifles de alto poder, auxiliado por aviones, helicópteros, tanques y
tanquetas; un ejército, el institucional, sorprendido por un ejército de indígenas que
reclamaban, y reclaman, democracia, libertad y justicia para todos los mexicanos.”

En el siguiente texto, elaborado por el Subcomandante Insurgente Marcos


(integrante de la Comandancia General del EZLN), se señalan los sentimientos e ideas que
clarifican la posición del EZLN: «Y nosotros (….) no pedimos limosnas o caridades, nosotros
pedimos justicia: un salario justo, un pedazo de buena tierra, una casa digna, una escuela
de verdades, medicina que cure, pan en nuestras mesas, respeto a lo nuestro, libertad de
decir lo que llega a nuestro pensamiento y abre las puertas de la boca para que las palabras
nos unan a otros en paz y sin muerte.
Eso pedimos siempre, niños y niñas
de Jalisco, y no escucharon lo que
nuestra voz clamaba. Y entonces
tomamos un arma en las manos,
entonces hicimos que las
herramientas de trabajo se hicieran
herramientas de lucha, y entonces la
guerra que nos hacían, la guerra que
nos mataba a nosotros sin que
ustedes supieran nada, niños y niñas de Jalisco, la volvimos contra ellos, los grandes, los
poderosos (….). El nuevo orden económico internacional ha provocado ya más muerte y
desnutrición que las grandes guerras mundiales. Más pobres y más muertos nos hicimos
hermanos. Nos hermana la insatisfacción, la rebeldía, las ganas de hacer algo, la
inconformidad. La historia que escribe el Poder nos enseñó que habíamos perdido, que el
cinismo y la ganancia eran virtudes, que la honestidad y el sacrificio eran estúpidos, que el
individualismo era el nuevo dios, que la esperanza era devaluada moneda, sin cotización en
los mercados internacionales, sin poder de compra, sin esperanza. No aprendimos la
lección, fuimos malos alumnos. No creímos que el poder enseñaba. Reprobamos en
modernidad. Condiscípulos en rebelión, nos encontramos y nos descubrimos hermanos. (…)
Hace 29 años el poder nos dijo que la historia había terminado en la quebrada de Yuro.
Dijeron que la posibilidad de una realidad diferente, mejor, fue destruida. Dijeron que la
rebeldía terminó. ¿Terminó?» (Tomado de Revista Rebeldía Nº 12).

Conflictos territoriales actuales en nuestro país

La comunidad mapuche Paichil Antreao estableció en noviembre del 2003 un


campamento en uno de los lotes de cerro Belvedere, con la intención de frenar el avance de
los emprendimientos turísticos y negocios inmobiliarios que usurpan su territorio. La medida
continuará hasta que logren la satisfacción de sus demandas, que consisten en la restitución
de cientos de las hectáreas que les fueron arrebatadas a través de diversas maniobras.

Neuquén: Pronunciamiento de las comunidades mapuche Paichil Antreao y Quintriqueo Las


comunidades Mapuche Paichil Antreao y Quintriqueo se dirigen a la opinión pública de Villa
La Angostura y la región para denunciar lo siguiente, según acordáramos en nuestro
«trawün» celebrado el pasado sábado 18:
-La connivencia entre los concejales de Villa La Angostura y la llamada Asociación de
Mujeres Profesionales (que tiene como principal referente a Arlette Nieyens). La familia
Curipan está asentada en el lugar que pretende el Instituto de la Vivienda de Neuquén al
menos desde 1932, cuando se produjo la llegada de Santos Curipan, quien se desempeñó
como caminero de Parques Nacionales. Por medio de un comodato que aprobaron los siete
concejales y el intendente Roberto Cacault, se busca blanquear el atropello a través de una
cesión a la Asociación de Mujeres Profesionales y a la Asociación de Fomento Rural. La
familia Curipan ha sido víctima de continuos despojos y se destaca la pérdida gradual y
continua de sus tierras. También ha sufrido la sustracción de materiales de construcción. El
último hecho fue denunciado oportunamente ante las autoridades policiales. Nos resulta
insólito que a pesar de la situación extrema que viven nuestros hermanos, la Justicia les
haya impuesto una fianza de 20.000 pesos para reconocerles una medida de no innovar, a
pesar de que nuestros derechos están reconocidos constitucionalmente y por tratados
internacionales que la Argentina ha convertido en ley. Tan evidente es la pertenencia de la
zona en litigio a la familia Curipan, que en Villa La Angostura se conoce al lugar como la
Curva de Curipan y Arroyo Curipan.
- Asimismo, denunciamos el avance de un particular de apellido Loyola mediante argucias
legales, sobre las tierras que históricamente pertenecen a la familia Antreao. Esa persona
hostiga permanentemente a nuestros hermanos porque ambiciona quedarse con los pocos
terrenos que les van quedando, para aprovecharse de ellos vía especulación inmobiliaria.
- Por último, en cerro Belvedere vemos como se perjudica a nuestros hermanos Paichil y
Barría, a través del avance de un proyecto turístico que no tiene el menor respeto por el
medio ambiente. Hemos hecho denuncias ante las autoridades pertinentes a raíz del
desmonte masivo de árboles' y la extracción de arena volcánica pero sin embargo, no
hemos obtenido respuesta alguna hasta el momento. Nuestra indignación será comprensible
para la opinión pública, ya que allí nuestros antiguos tenían su rewe, es decir, allí
celebraban sus kamarikun. Nos duele que el winka que hoy ocupa esos terrenos, lleve
adelante un desastre ecológico en una porción de nuestro territorio tan sagrado para
nosotros. El responsable de este atropello es Joselito Salamida (h).
Los tres casos que mencionamos forman parte del permanente proceso de usurpación que
sufre el Pueblo Mapuche sobre sus derechos territoriales en todo el Wall Mapu (territorio
ancestral mapuche), que en Villa La Angostura se ha intensificado a raíz del llamado
«boom» inmobiliario y turístico. Empresarios, comerciales y «asociaciones» avanzan sobre
la propiedad de nuestros hermanos, sin tener en cuenta que nuestros mayores ya estaban
aquí antes que los «pioneros», antes que Parques Nacionales, antes que la provincia de
Neuquén y antes que la Municipalidad.
Como integrantes del Pueblo Mapuche y miembros de la Confederación Mapuche de
Neuquén, calificamos de usurpadores a quienes avanzan sobre la vida de nuestros
hermanos y comunidades.
Asimismo, reivindicamos nuestro derecho a defendernos ante la complicidad u omisión de
las autoridades correspondientes.
Marichiwew !!!
Diez veces estamos vivos !!!
Marichiwew !!!
Por cada mapuche que cae, diez se levantan !!!
José Quintriqueo
Werken de la comunidad Quintriqueo Ernesto Antreao
Lonko de la comunidad Paichil Antreao
Villa La Angostura, 20 de octubre de 2003
Diario Página/12, martes 19 de Junio de 2007
Comunidad guaraní reclama devolución de tierras ancestrales
Caciques de comunidades indígenas de Misiones instalaron hoy varias carpas frente al
Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata en reclamo de la devolución de tierras
que denuncian fueron usurpadas por una empresa y luego "donadas" a la casa de estudios
platense.

Se trata de integrantes de las comunidades Mbya Guaraní, quienes reclaman la posesión de


6.035 hectáreas del Valle del Cuña Pirú, en Misiones, donde habitan hace más de 150 años.

El predio, ubicado en el centro de la provincia de Misiones, sobre la ruta 7, le fue donado a


la UNLP por la firma Celulosa Argentina S.A., y las comunidades indígenas originarias
siguieron viviendo en él.

Los afectados señalaron en un comunicado que en ese territorio no sólo viven y trabajan
sino que tienen también "sus cementerios y lugares sagrados".

"Los Mbya precisan de estos territorios para vivir asegurándose, como todo ser humano, ser
dueños de la tierra que pisan y en la que construye su casa, no les alcanza con un permiso
de uso que así como es dado por las autoridades de turno puede ser retirado por las
próximas", destacan.

Caciques de tres de las siete tribus Mbya Guarani que habitan esas tierras permanecían en
varias carpas frente al Rectorado, a la espera de una resolución a su pedido de devolución
de las tierras usurpadas.

El vicepresidente de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Raúl Perdomo, informó


que "no hemos recibido pedidos formales ni solicitudes informales de reuniones por parte de
los representantes de los pueblos originarios de la provincia de Misiones para analizar
cuestiones vinculadas con el reclamo de tierras que vienen realizando estas comunidades".

Perdomo, quien integra la Comisión especial creada por el Consejo Superior para evaluar
alternativas y una salida al reclamo de las comunidades, explicó que "hasta el momento no
hemos recibido ninguna respuesta al ofrecimiento formulado institucionalmente por esa
comisión y que se hizo efectivo hace más de un año".

La comisión creada por el Consejo Superior en 2005 para resolver el litigio con los pueblos
de Misiones que vive

n en tierras pertenecientes a la UNLP está integrada por representantes de varias facultades


y técnicos del Rectorado.

Las comunidades guaraníes solicitan la titularidad de las propiedades que la Universidad


posee en esa provincia del litoral argentino.

La Comisión, cuyos integrantes realizaron viajes a Misiones y mantuvieron reuniones con los
caciques, propuso conservar para sí la titularidad de sólo 700 hectáreas, donde actualmente
posee edificaciones y terrenos donde los estudiantes realizan estudios de campo.

Propuso, además, otorgar a las comunidades la propiedad de una porción idéntica de tierra
para la edificación de sus viviendas y uso intensivo.

En cuanto a las hectáreas restantes, propone un régimen de copropiedad para garantizar el


libre tránsito y utilización en forma compartida.

Según la UNLP, de este modo, los pueblos originarios podrán seguir aprovechando las
tierras para la caza, pesca, agricultura, y otras actividades y la UNLP se constituye en
garantía de que nunca se comercializarán esas propiedades.
Práctica Nº 1:

A partir de los casos del Movimiento de los Sin Tierra de Brasil, el Ejército Zapatista de
Liberación Nacional, los conflictos de los mapuches en la Patagonia y de la comunidad
guaraní de Misiones analicen en grupos:
- cuál es su identidad, quiénes son y en nombre de quién hablan;
- cuál es el conflicto, por qué están luchando.

Al momento de trabajar, recuerden tener en cuenta los conceptos vistos al inicio de la


unidad.

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Bibliografía

Boaventura Sousa Santos, 2001. “Los nuevos movimientos sociales”, en Revista OSAL, N°
5, CLACSO, Buenos Aires.
Falicov Estela y Sara Lifszyc, 2004. Sociología. Capítulo 8. Aique, Buenos Aires.
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Melucci Alberto, 1999. Acción colectiva, vida cotidiana y democracia. Capítulo 1. El Colegio
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Palomino Héctor. “La Argentina hoy. Los movimientos sociales”. Revista Herramienta N° 27.
Octubre de 2004.
Paradera Daniel y Esteban Pintos Andrade, 2004. Sociología. Capitulo 9. Maipue, Buenos
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colectiva y la política. Alianza. Madrid.
Touraine, Alain, 1987. El regreso del actor. Eudeba. Argentina.
Touraine Alain, 1997. ¿Podremos vivir juntos? Iguales y diferentes. Capitulo 3. Fondo de
Cultura Económica. Argentina.
Unidad 2
Cambios en el contexto económico, social y político en la Argentina
post default

Presentación

En esta unidad vamos a analizar los cambios en el contexto político, social y


económico en la Argentina reciente. En la unidad siguiente vamos a estudiar los
movimientos sociales y las acciones de protesta desarrolladas en nuestro país en los últimos
años. Para estudiarlos necesitamos primero mirar el contexto de surgimiento, y tener
algunas pistas acerca de porqué aparecen en la escena pública.

Dividimos esta unidad en dos partes. En la primera abordamos las concepciones y


comportamientos de los ciudadanos en el periodo 1983-2003 al compás de los cambios
políticos, sociales y económicos, y poniendo en énfasis una mirada sociopolítica la relación
de la ciudadanía con el Estado. En la segunda parte, analizamos la nueva cuestión social, la
distribución del ingreso, la evolución del empleo y la situación de pobreza. Existen diversas
interpretaciones sobre los temas que nos ocupan; nosotros decidimos emplear los aportes
del politólogo Daniel García Delgado.

Esta unidad amplía los contenidos vistos


en el módulo Estado y políticas públicas.
Por lo cual, les sugerimos que repasen sus
apuntes y el material de lectura.

1. La crisis del modelo neoliberal y nuevos imaginarios ciudadanos (1983-2003)

Un balance del período 1983-2003 revela la tensión entre un régimen democrático


que permite incluir políticamente a los ciudadanos y un régimen socioeconómico
concentrador y desigual que tiende a excluirlos social y económicamente.
La experiencia democrática iniciada en 1983 es la más larga de nuestra accidentada
historia política. Desde entonces, ininterrumpidamente, hemos elegido a nuestros
representantes en elecciones periódicas, no hay partidos políticos proscriptos y se respeta la
pluralidad de expresiones. Es decir vienen funcionando la democracia liberal-formal. Pero
paralelamente la estructura social argentina ha sido cada vez más desigual. Como
consecuencia de la globalización y las reformas pro mercado bajo el paradigma neoliberal, y
el consecuente desmantelamiento del Estado de Bienestar se profundizó la polarización
social, la exclusión y la pobreza. Los ricos fueron cada vez más ricos y la cantidad de pobres
e indigentes aumentó.
¿Cómo fue vivido y percibido por los ciudadanos este proceso? ¿Cuáles fueron
sus comportamientos? ¿Cuáles fueron sus demandas y reivindicaciones en materia
social, económica, política e institucional? ¿Cómo fueron sus relaciones con el Estado?
Los politólogos García Delgado y Nosetto hacen un recorrido histórico de las
concepciones y comportamientos ciudadanos en el período 1983- 2003.
Para pensar en estos interrogantes les proponemos leer un fragmento de los autores
anteriormente citados:
Luego del proceso de transición del heterodoxo y gradualista que se antepuso a
autoritarismo a la democracia y de la la predicada por el FMI, ortodoxa y de
conquista del Estado de Derecho, la shock. Esto permitió lograr la reactivación
ciudadanía pasó del entusiasmo al económica después de cuatro años de
desencanto, en el marco de un gobierno recesión. En materia social, fue central una
que no daba respuestas en lo social, política social de subsidios masivos a los
mientras el aumento de la pobreza y la sectores más vulnerables (Plan Jefes y
inflación se descontrolaban hacia fines Jefas de Hogar Desocupados) que
de los ’80 (durante el gobierno de Raúl posibilitó una respuesta rápida en la
Alfonsín). Una vez iniciado el proceso de emergencia, evitando el incendio, si bien en
ajustes estructurales y privatizaciones una situación de aumento dramático de la
generalizadas, a comienzos de los ’90, la pobreza en la medida en que avanzaba la
superación de la hiperinflación y el inflación.
acceso al crédito coincidieron con el
Por parte de la ciudadanía, fue importante
retiro del Estado y el aumento del
para esta salida una movilización y
desempleo, configurando una
ampliación del espacio público realizada
ciudadanía que pasó a la delegación, a
desde movimientos de protesta
la reclusión en lo privado (presidente
(cacerolazos, piquetes, escraches,
Carlos Menem). Finalmente, frente al
asambleas barriales, movimientos de
ajuste permanente, la falta de
solidaridad) pero desde una perspectiva
respuestas y la continuidad de la
democrática (…), mediante la presencia de
recesión, se pasa al descontento, a la
diversos movimientos sociales que
protesta y al voto bronca (presidente
contribuyeron desde distintas perspectivas:
Fernando de la Rúa).
el de solidaridad (parroquias, Caritas, red
Ahora bien, frente a la acumulación de solidaria, iglesias, organizaciones de bien
decepciones respecto de anteriores público, fundaciones y ongs entre otras)
promesas y la persistencia y que permitió contener y dar respuestas
agravamiento de la crisis económica, la múltiples a la fragmentación creciente; en
confiscación de los depósitos bancarios segundo lugar, el movimiento de la
hacia fines del 2001 (‘el corralito’) operó economía social/solidaria (trueque, huertas
como catapultador del descontento de comunitarias, empresas recuperadas,
sectores medios (cacerolazos, instituciones de microcréditos, ferias
escraches) y de aquellos sectores sociales e incluso cartoneros); y, por último,
populares que no veían ninguna el movimiento de protesta protagonizado
respuesta a sus demandas desde hacía por desempleados, piqueteros, sindicatos
tiempo (desempleados, piquetes). Esta alternativos que representan sectores
protesta había ya sido precedida a lo excluidos y que posibilitaron canalizar la
largo del país por diversos movimientos protesta y evitar que las medidas adoptaran
que evidenciaban ya desde mediados de giros aún más regresivos (bonos
los ‘90 el fracaso del modelo (Cutral-Có, compulsivos, ausencia de retenciones, no
Tartagal, Santiago del Estero entre pesificación de deudas hipotecarias, etc.).
otros). De este modo, la movilización de
Los acontecimientos de diciembre de 2001
la ciudadanía contribuyó
(ingobernabilidad, caída del presidente De
significativamente al cuestionamiento de
la Rúa, declaración de default, salida de la
un gobierno incapaz de dar respuestas
convertibilidad y gobierno de emergencia)
pero también de un modelo económico
se constituyeron en una bisagra histórica.
que se consideraba irreversible,
(…) El proceso de transición al nuevo
protagonizando de este modo la
gobierno democrático de Néstor Kirchner, la
resolución de la crisis mediante los
recomposición de la autoridad política y la
cacerolazos, las asambleas barriales y
mejora de expectativas respecto al accionar
los piquetes entre otros movimientos de
gubernamental confirma la consolidación de
protesta.
la democracia en Argentina. Sin embargo, y
(…) luego de una salida estrepitosa y al mismo tiempo se hace evidente la
desordenada de la convertibilidad se existencia de una ciudadanía fragmentada,
comenzó a salir de la crisis. A partir de con distintos imaginarios sobre sus
una política económica de carácter aspiraciones y utopías luego de su
convergencia en el momento álgido de la Vocabulario
crisis en torno al rechazo de la política y Estado de derecho: Estado que
al que se vayan todos. actúe bajo el imperio de la ley, en el
De aquí en más, las expresiones que se establezca y respete la
ciudadanas constituyen un escenario división de poderes y en el que se
nuevas prácticas democráticas que resguarden las libertades individuales.
habilitan a repensar el ejercicio de la Imaginario: conjunto de valores,
ciudadanía en nuevos términos. En este nociones, representaciones
sentido, y sin desentender la rica colectivas.
heterogeneidad de expresiones sociales,
tres imaginarios y prácticas de
constitución de la ciudadanía y de la
sociedad civil parecen ser identificables Películas sugeridas
en un nuevo escenario donde está en Memorias del saqueo, de Pino Solanas
juego qué tipo de democracia y qué La dignidad de los nadies, de Pino
modelo de desarrollo se configurará esta Solanas
etapa
Hagan los comentarios o escriban las preguntas aclaratorias que crean convenientes (no
olviden que de lo que se trata es de aprender juntos, y para eso tenemos que entender...)

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Tres imaginarios y prácticas de constitución de la ciudadanía y de la sociedad civil

La Argentina post default presenta gran diversidad de expresiones ciudadanas. Para


facilitar su análisis, García Delgado y Nosetto agruparon estas expresiones en tres
“imaginarios ciudadanos”: ciudadanía crítica- antipolítica, participativa transformadora y
radical de ruptura. Para construir esta tipología los autores tomaron como dimensiones de
análisis sus inclinaciones y demandas políticas y económicas.
La ciudadanía crítica-antipolítica se caracteriza por denunciar el funcionamiento
del sistema político (corrupción pública, clientelismo político, listas sábanas). Sostiene la
existencia de una crisis de la política vinculada a las imperfecciones del mercado electoral,
sin tener en cuenta las relaciones de poder, de concentración, ni las asimetrías entre
sociedades desarrolladas y en desarrollo.
Es una ciudadanía escéptica, con una agenda centrada en las demandas de
seguridad, transparencia y control. Sus principales adeptos se encuentran en los sectores
medios. Ong's de control al Estado, medios de comunicación, bancos, movimientos a lo
Blumberg son algunos de sus exponentes.
Por su parte, la ciudadanía participativa-transformadora plantea un debate
sustantivo respecto del modelo de desarrollo, del modelo de democracia, del proyecto de
sociedad que se pretende y de los valores que se priorizan.
Esta ciudadanía presenta tres diferencias sustantivas respecto a la ciudadanía
crítica- antipolítica: 1) Son expresiones sociales que reivindican la transformación de nuestra
sociedad en democracias más justas y equitativas a través de más y mejor política, a
diferencia de la perspectiva anti política que caracteriza a la ciudadanía crítica y que reduce
sus demandas a la transparencia, el control y la seguridad. 2) Respecto al funcionamiento
del régimen político la ciudadanía participativa-transformadora no se queda en la mera
denuncia a los desajustes del procedimentalismo democrático, sino que reivindica nuevas
prácticas que implican formas alternativas de acceso al espacio público y de concepción de
la política y el poder. 3) Esta ciudadanía reafirma la pertenencia de los individuos a la
comunidad. No es una agregación espontánea de preferencias individuales como en la
ciudadanía crítica-antipolítica, sino que cree en la posibilidad de construir -a partir de la
cooperación- nuevas formas de poder.
Movimientos piqueteros, desempleados, asambleas barriales, sindicalismo
alternativo, movimientos feministas son algunos de los actores orientados por este tipo de
prácticas.
La ciudadanía radical de ruptura postula un cambio radical y de ruptura respecto
no solo al modelo de desarrollo sino del sistema de producción capitalista en su conjunto.
Esta perspectiva corre el riesgo de permanecer en una dimensión puramente social del
poder, impidiendo una articulación política transformadora.

Práctica Nº 2:
Elijan una de estas dos actividades prácticas:

A. Seleccionen en diarios tres noticias sobre protestas sociales.


1. Mencionen el nombre de la/s organización/es que participan.
2. Expliquen que reclaman.
3. Analicen sus propuestas y peticiones en base a los tres imaginarios ciudadanos que
proponen García Delgado y Nosetto.

B. Elijan tres programas de televisión periodísticos.


1. Mencionen el nombre de los programas, los canales y horarios en que se emiten.
2. Enmarquen cada programa en base a los tres imaginarios ciudadanos que proponen
García Delgado y Nosetto. Justifiquen sus respuestas.

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Práctica Nº 3:
En grupo reflexionen acerca de la continuidad/vigencia o no de estas concepciones y formas
de comportamiento ciudadano. Evalúen su pertinencia para el análisis de la realidad
argentina contemporánea.
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Distribución del ingreso y pobreza en la Argentina post-default

Reflexionando sobre la Argentina post-default, García Delgado (2003) señala que si


bien los indicadores macroeconómicos mejoraron, los avances en el plano social son mucho
más lentos. El gobierno de Kirchner exhibe logros económicos importantes:
- la reactivación económica, que se explica esencialmente por el pasaje a un
modelo productivo orientado a la sustitución, que apuntó a la revitalización de un sector de
la industria nacional, así como por la rentabilidad de las exportaciones (maíz, soja
transgénica, entre otros), beneficiadas tanto por la devaluación como por los altísimos
precios internacionales.
- y la disminución de las tasas de desempleo, que para el segundo trimestre del
2006 es del 8,5% según la última medición del INDEC.4 Este es el valor más bajo desde
1993 a la fecha. Si se considera como desempleados a quienes reciben planes sociales, el
índice sube a 9,5%.
Pero el problema de la distribución del ingreso sigue irresuelto. Al respecto enumera
“luces amarillas” que ponen al descubierto la falta de vinculación entre estrategias de
crecimiento económico y políticas de distribución del ingreso:

4
Sin desconocer las recientes críticas a los indicadores que emplea el INDEC, en este documento se toman los
datos producidos por este organismo,. por ser el órgano oficial de estadísticas y censos del país.
Primera luz amarilla: a pesar del crecimiento logrado, y aun en la mejora en el empleo,
la distribución regresiva del ingreso no se modifica demasiado.
Segunda luz amarilla: se observa una declinación en la generación de empleo.
Tercera luz amarilla: parece haberse detenido la tendencia a la reducción de los
indicadores de pobreza.
Cuarta luz amarilla: se observa un fuerte desfasaje salarial respecto de la inflación.

La triple fractura distributiva


En los últimos treinta años de la historia argentina se produjeron importantes
transformaciones en su estructura social. Las reformas económicas introducidas por la
última dictadura militar (1976-1983), no revertidas por el gobierno de Alfonsín (1983-1989) y
profundizadas por los gobiernos de Menem (1989-1999) y De la Rúa (1999-2001)
provocaron una alta concentración de la propiedad y de la riqueza, y como contrapartida una
distribución regresiva del ingreso y una fuerte extensión de la pobreza.
Hay muchas maneras de analizar la fractura social que sufrió la Argentina a partir de la
dictadura militar de 1976, García Delgado (2003) eligió indagarla a través de la triple brecha
distributiva: en lo social, lo espacial y lo temporal.
 La brecha social. A mediados de los ‘70, la Argentina tenía una distribución del
ingreso parecida a la del sur de Europa, una deuda pública de 7ooo millones y una
situación cercana al pleno empleo. Hasta los ’70, la Argentina era el país de la región
con menos pobreza y mejor estructura distributiva del ingreso, junto con Uruguay y
Costa Rica.
A comienzos del año 2000, se podría notar un cambio drástico: 48% de pobres (casi
18 millones de personas), 24% de personas debajo de la línea de indigencia, 16% de
desempleados y una distancia de más de 30 veces entre los que más ganaban y los
menos. Estas son tendencias que llevaron a la pérdida de cohesión social, a la
generación de una sociedad fragmentada o dual (incluidos y excluidos), de fuertes
movimientos de protesta y con alta vulnerabilidad e inseguridad.
 La brecha espacial (distribución espacial del ingreso y las oportunidades). Las
fracturas espaciales regionales también se han agudizado. Así, mientras el producto
de la Ciudad de Buenos Aires puede compararse con el de Bélgica, el de Formosa
es comparable con el de un país del cuarto mundo. Existe una concentración
espacial del producto y, como contracara, una distribución territorial de la pobreza.
Asimismo se encuentra la brecha urbana constituida en los grandes conglomerados.
La ciudad dual tiene por un lado barrios privados de alto consumo y por otro, villas
miserias y asentamientos.
 La brecha temporal. Es decir cómo se distribuye la riqueza entre las generaciones.
Por un lado hacia la tercera edad, que tiene una jubilación mínima de 530 pesos.
Con la cual no se puede cubrir el valor de una canasta básica de alimentos. A los
ancianos aún no se les da lo que se les debe en relación al aporte realizado durante
toda la vida.
Por otro lado, la brecha temporal se refiere a los jóvenes. Una alta proporción que no
estudia ni trabaja. Jóvenes que nunca vieron a sus padres trabajar y que constituyen
su identidad como beneficiarios de planes de subsidios.
LA CIUDAD DUAL

La investigadora Maristella Svampa (2004) analiza la fractura social que sufrió la Argentina
desde los noventa a partir del auge de los countries y barrios privados.
En plena euforia neoliberal, se acentuaron fuertemente los contrastes sociales. Así a la par
que aumentaba la marginalidad urbana, con la multiplicación de las villas de emergencia y
los asentamientos, los sectores más pudientes se refugiaban en los countries y barrios
privados.
En el marco del proceso de privatización general de la sociedad y el fuerte sentimiento de
inseguridad que se iba instalando entre los ciudadanos, las urbanizaciones privadas
crecieron vertiginosamente. En 1989 había 149, en 1999 se llega a 450, hasta alcanzar unas
600 en el 2004. Para el caso del Gran Buenos Aires en 1994 solo había 1450 familias
asentadas en este tipo de urbanizaciones, en agosto del 2000 el número de familias llegaba
a 13.500. En 2003, luego de la crisis que siguió a la devaluación, la Federación Argentina de
Clubes de Campo calculaba que vivían en urbanizaciones privadas unas 300.000 personas.
La “seguridad” se convirtió en un nuevo símbolo de status.
Según el último censo que realizó el INDEC casi todos los partidos del primer cordón del
Conurbano bonaerense perdieron habitantes. Vicente López perdió un 5,3% de su población
y San Isidro un 2,5%. En la ciudad de Buenos Aires la cantidad de habitantes descendió un
7,1%. Svampa sostiene que parte de esa población, en todo caso la de mayor poder
adquisitivo, se fue mudando a los countries y barrios privados del norte, fundamentalmente
en la zona de Pilar. De hecho, sólo entre 1993 y 1999 la población del partido de Pilar creció
un 115%, pasando de 130.000 a 280.000 habitantes.
Además, el paisaje urbano cambió notoriamente al compás de las privatizaciones, la
desindustrialización y el aumento de las desigualdades sociales. La expansión de
shoppings, hipermercados y multicines transformó enormemente la fisonomía de los
grandes centros urbanos. Mientras, el cordón industrial de ciudades como Buenos Aires,
Córdoba y Rosario fue convirtiéndose en un cementerio de fábricas y pequeños comercios.

Para seguir analizando el proceso de declinación en la Argentina que se inicia con la


última dictadura militar y se profundiza con los gobiernos de Menem y De la Rúa, los
invitamos a leer parte de un documento producido por la Subsecretaría de la Gestión
Pública del Gobierno de la provincia de Buenos Aires (2005):
Subsecretaría de la Gestión Pública, 2005. Plan Trienal de la Gestión Pública
2004 / 2007. Síntesis

1. ¿Hasta dónde llegamos?

Al observar la realidad actual y su correlato histórico podemos afirmar que no estamos en


presencia de una crisis sino en una situación crítica de un proceso de declinación del
proyecto de país que alguna vez soñamos, por lo que si no se postula un efectivo
proceso de transformación esta tendencia se verá acentuada en los próximos años,
empeorando las condiciones de vida que hoy tenemos.

El proceso de declinación en la Argentina

Indicadores 1974 2004

Pobreza 4,7 % 47,8 %


Indigencia 2,1 % 20,5
Desocupación 2,7 % 15 %
Deuda externa* u$s 6.000 U$s 192.000
Dif. e/ ricos y pobres 12 veces 50 veces
10% más rico** 28,15 % 37,4 %
10% más pobre** 2,25 % 1,4 %
* Cifras en millones
Fuente: Datos INDEC, EPH.
** Porcentaje de la renta que se apropian el 10% más rico y más pobre de la sociedad.
Esto quiere decir que entre 1974 y 2002 los más ricos aumentaron un 35% su participación y
los más pobres la redujeron en un 37%. Además implica que los niveles de concentración
aumentaron durante todo el período considerado, generando la distribución de ingresos
más desigual de la que se tenga registros.
Hemos llegado a este punto como producto de la aplicación de políticas diseñadas y
aplicadas para generar una mayor concentración del ingreso y por un comportamiento
social que de una forma u otra acompañó lo sucedido, o por lo menos no tuvo capacidad
de revertirlo. Durante varios años, hubo “verdades” socialmente aceptadas respecto del
funcionamiento del sistema económico y del rol del Estado que es necesario revertir. Por mucho
tiempo, se creyó que el mercado funcionaba bajo condiciones de “competencia perfecta”. Por
esta creencia, no pudo verse con claridad que el proceso de liberalización económica de los
90’ abrió los mercados partiendo de la distribución de ingresos más regresiva registrada
hasta ese momento, dando como resultado los altísimos niveles de concentración de
ingresos, desempleo, marginalidad y pobreza hoy vigentes. Debe recuperarse el concepto
de que el Estado es un actor clave para compensar estos efectos, asumiendo el rol de
redistribuidor de ingresos y atendiendo las necesidades básicas de la población que no
pueden expresarse en el mercado como “demanda” por falta de recursos económicos.
Datos2004-2006

Indicadores 2004 2005 2006

Pobreza 47,8 % 24,7 %


Indigencia 20,5 8,40 %
Desocupación 15 % 10,4 %
Deuda externa* U$s 192.000 U$s 104.365
Dif. e/ ricos y pobres 50 veces 27,7 veces
10% más rico** 37,4 % 36 %
10% más pobre** 1,4 % 1,3 %

Fuente: INDEC, Encuesta Permanente de Hogares.


Los datos corresponden al conjunto "28 aglomerados" cubiertos por la Encuesta Permanente de Hogares
Continua

2. ¿Cómo podemos explicar el proceso?

El cambio de valores sociales que se inició en 1976 y se consolidó en la década del 90 ha


sido gravitante. En dicho período, se vivió un fuerte proceso de transculturación. El
cambio en la estructura económica y social sólo pudo ser posible mediante una
modificación de nuestra escala de valores, lo que permitió la aceptación de principios o
creencias del denominado “pensamiento único”.
 Se exaltó el desarrollo individual, rompiendo el esquema de solidaridad vigente
hasta entonces.
 Se aceleró el proceso de concentración económica que generó los índices de
pobreza, indigencia y desocupación más altos de nuestra historia.
 Se presentó como única salida un nivel de endeudamiento externo e interno que
condiciona cualquier alternativa de crecimiento independiente.
 Se descapitalizó, desarticuló y desvalorizó el Estado con lo cual se le imposibilita
actuar en forma efectiva en el corto plazo para revertir la situación, dado que antes
debe recuperar su capacidad de acción.
 Se exacerbó la falta de compromiso social con la “cosa pública”, al perderse la
convicción de que lo público es un bien de la comunidad organizada.
 Se instaló el concepto de que la mejor asignación de los recursos económicos se
obtiene con el libre accionar de los mercados bajo condiciones de “competencia
perfecta”.
3. ¿Cómo salimos de esta situación?

Si a la situación actual arribamos como consecuencia de un cambio cultural, la salida -ese


“estrecho sendero”5 que es difícil pero necesario recorrer- sólo se corresponde con una
recuperación de los valores culturales que permitían otro funcionamiento social: resulta
imperioso trabajar por una nueva cultura que recupere la solidaridad, la justicia social, la
inclusión y la equidad como valores primarios. Formular en forma conjunta los puntos
centrales de un nuevo pacto social sentará las bases de un Proyecto Nacional.
Hoy el Estado Nacional ha dado un paso extraordinario en la afirmación de un camino
diferente para los argentinos, decidiendo renegociar su deuda externa, no con el sacrificio
de su Pueblo, sino con el producto de su crecimiento.
Un pueblo constituye una nación no sólo por el espacio físico que ocupe sino por compartir un
conjunto de valores que lo identifican como tal. El pueblo que conforma una nación se organiza
jurídicamente en el Estado para alcanzar su propia felicidad y en este sentido, los gobiernos
son quienes representan al pueblo en el Estado. Dicho Estado es una organización de ejecución
de lo que el pueblo devenido en nación tiene como proyecto de vida histórica.
Hoy, la tarea del Estado es la de renovar el proyecto nacional: una utopía a alcanzar, un
perfil de país para las nuevas generaciones. Desde un sentido de arraigo e identidad, las
provincias y sus municipios son el entramado de base de este proyecto.

Síntesis de la unidad
En los años noventa aumenta el individualismo, la apatía y se pierde el sentido
transformador de la política. A mediados de la década comienzan a surgir las primeras
organizaciones de trabajadores desocupados, producto de las privatizaciones y la
desindustrialización del país. Esto pone en evidencia el fracaso del modelo. La crisis de
2001 produce un quiebre del consenso neoliberal. Marca también la emergencia de
nuevos actores, de nuevas luchas. Es la expresión de un proceso de acumulación de
luchas contra un modelo excluyente y el surgimiento de algo nuevo, marcado por la
vuelta de la política a las calles. A los movimientos de trabajadores desocupados que
venían luchando desde hace rato, se suman las asambleas barriales, las fábricas
recuperadas, las protestas de los ahorristas, entre otros.
A partir del 2003 se comienza a transitar una etapa distinta, superadora de la
crisis. Con el gobierno de Néstor Kirchner se recompone la autoridad política y mejoran
las expectativas respecto al accionar gubernamental. Durante su gestión se reactiva la
economía y disminuye el desempleo, pero el problema de la distribución regresiva del
ingreso sigue irresuelto y se observa un fuerte desfasaje salarial respecto a la inflación.
En cuanto a los ciudadanos podemos identificar tres concepciones y prácticas.
Algunos se limitan a denunciar el funcionamiento del sistema político y a demandar
seguridad, transparencia y control (ciudadanía crítica-antipolítica). Otros, reivindican
nuevas formas de hacer política y plantean un debate sustantivo sobre el proyecto de
sociedad que se pretende. Es el caso de los movimientos de trabajadores desocupados,
las asambleas barriales y el sindicalismo alternativo, entre otros (ciudadanía participativa-
transformadora). Finalmente están quienes abogan por un cambio radical y de ruptura
respecto del sistema de producción capitalista en su conjunto (ciudadanía radical de
ruptura).

5
García Delgado, D.: Estado Nación y la crisis del modelo, Ed. Norma, Buenos Aires, 2002.
Anexo

Para finalizar esta unidad les presentamos información estadística sobre:


- la distribución del ingreso en el Gran La Plata
- y la pobreza urbana en las distintas regiones del país.

La distribución del ingreso en el Gran La Plata

Total Gran La Plata. Mayo 2001/2º Semestre 2006


DECILES INGRESO MEDIO
2001 2002 2003 2004 2005 2006
Nº DE MAYO OCTUBRE MAYO OCTUBRE MAYO OCTUBRE 1º 2º 1º 2º 1º 2º
DECIL SEM SEM SEM SEM SEM SEM
1 103 102 83 105 107 92 100 102 109 134 142 143
2 187 192 160 160 165 169 184 196 206 269 309 326
3 256 274 223 222 225 231 269 284 308 361 417 470
4 312 312 289 287 300 309 344 376 401 457 550 582
5 386 385 350 341 367 391 449 468 510 558 679 751
6 448 443 418 407 419 490 547 569 636 694 805 889
7 546 532 507 487 509 609 648 700 778 875 969 1074
8 673 662 619 619 653 749 828 900 981 1082 1176 1346
9 895 917 836 861 889 1041 1077 1210 1306 1477 1618 1765
10 2052 1849 1988 1648 1943 2112 2232 2412 2658 2759 2986 3574
TOTAL 587 568 548 514 559 619 668 721 789 866 964 1091
INGRESO
MEDIO
Fuente: INDEC. Encuesta Permanente de Hogares
Elaboración: Dirección General de Estadística y Evaluación de Programas Especiales. Municipalidad de La Plata

Para construir los deciles se ordena a las personas perceptoras de ingresos de menor a
mayor en base a su ingreso total individual y se las divide en diez grupos de igual tamaño. El
que contiene a la población con ingresos más bajos se denomina decil 1 mientras que el
último grupo o decil 10 contiene a la población de mayores ingresos.

Total Gran La Plata


Porcentaje del ingreso total por estrato socioeconómico. 2° Semestre de 2006.

Estrato
Bajo
14% Estrato
Alto
Estrato 49%
Medio
37%

Fuente: INDEC. Encuesta Permanente de Hogares


Elaboración: Dirección General de Estadística y Evaluación de Programas Especiales. Municipalidad de La Plata

Estrato bajo (decil 1 a 4, 40% de población.) percibe el 14%


Estrato medio (decil 5 a 8, 40% de Población.) Percibe el 37%
Estrato alto (decil 9 a 10, 20% de Población). Percibe el 49%
La pobreza urbana en las distintas regiones del país
Como puede observarse en el siguiente cuadro, la mayor concentración de la
pobreza se encuentra en los grandes conglomerados urbanos del noreste y noroeste del
país. Según la Encuesta Permanente de Hogares que realiza el INDEC en el segundo
semestre de 2006, en el noreste del país había 45,7% de personas bajo la línea de pobreza6
y 39,1% en el noroeste.

Incidencia de la pobreza en el total de aglomerados urbanos y por región estadística.


Segundo semestre 2006

Región Personas bajo la línea de pobreza (en %)


Total de aglomerados urbanos 26,9

Gran Buenos Aires 25,5

Cuyo 26,3

Noreste 45,7

Noroeste 39,1

Pampeana 22,6

Patagonia 15,9

Fuente: INDEC, Encuesta Permanente de Hogares Continua.

Nota: las regiones estadísticas están conformadas por el agregado de aglomerados de la EPH como
se detalla:
Cuyo: Gran Mendoza, Gran San Juan, San Luis - El Chorrillo
Gran Buenos Aires: Ciudad de Buenos Aires, partidos del Conurbano
Noreste: Corrientes, Formosa, Gran Resistencia, Posadas
Noroeste: Gran Catamarca, Gran Tucumán - Tafí Viejo, Jujuy - Palpalá, La Rioja, Salta, Santiago del Estero, La
Banda
Pampeana: Bahía Blanca - Cerri, Concordia, Gran Córdoba, Gran La Plata, Gran Rosario, Gran Paraná, Gran
Santa Fe, Mar del Plata - Batán, Río Cuarto

Bibliografía
 Daniel García Delgado y Luciano Nosetto, 2005. La ciudadanía en una etapa de
reconstrucción: Imaginarios y desafíos. Biblioteca Top sobre Gestión Pública.
www.top.org.ar
 Daniel García Delgado, 2005. “Conferencia: Distribución del ingreso y pobreza en la
Argentina postdefault”, Aportes para una nueva agenda estatal, La Plata
 Subsecretaría de la Gestión Pública, 2005. Plan Trienal de la Gestión Pública 2004 / 2007.
Síntesis. Una gestión publica para la inclusión. Fortalecimiento e innovación para un nuevo
modelo de Estado.
 Maristella SVAMPA, 2004. La brecha urbana. Countries y barrios privados. Colección
Claves para Todos. Capital Intelectual, Buenos Aires.
 INDEC.Encuesta Permanente de Hogares Continua. Incidencia de la pobreza en el total de
aglomerados urbanos y por región estadística. Segundo semestre 2006.

6
La medición de la pobreza mediante el método de la "línea de pobreza" consiste en establecer, a partir de los
ingresos de los hogares, si éstos tienen capacidad de satisfacer -por medio de la compra de bienes y servicios- un
conjunto de necesidades tanto alimentarias como no alimentarias (entre ellas: vestimenta, transporte, salud,
vivienda, educación, etc.) consideradas esenciales.
Unidad 3

Los movimientos sociales del presente

Presentación

En esta unidad vamos a analizar la protesta social y los movimientos sociales en la


Argentina del presente.
Primero trabajaremos algunas dimensiones de análisis para el estudio de los
movimientos sociales y las acciones colectivas de protesta. Concretamente nos ocuparemos
de la identidad de los movimientos, sus demandas, las condiciones externas en los que se
desenvuelven, su estructura organizativa interna, el modo en que la protesta se hace visible
en la escena pública y su impacto político.
Con estos instrumentos de análisis, nos abocaremos al estudio de algunos
movimientos sociales en la Argentina de los últimos años que cuestionaron el modelo
neoliberal. Abordaremos la territorialización de las luchas sociales en los años noventa, con
el colapso de las economías regionales a través de dos ejemplos emblemáticos: el
Movimiento de Mujeres Agropecuarias en Lucha y el Movimiento Cutral Co. Asimismo,
estudiaremos la acción territorial y organizativa gestada en el conurbano bonaerense, ligada
a las lentas y profundas transformaciones del mundo popular, producto del proceso de
desindustrialización iniciado en la década del 70.

Les sugerimos que repasen la primera unidad


de este modulo, donde se presentaron
algunos criterios para clasificar a los
movimientos sociales.

1. Características para analizar los movimientos sociales y la protesta social


del presente

El politólogo Federico Schuster (2005) propone analizar a los nuevos movimientos


sociales según cinco características:
 La identidad. La configuración de un colectivo implica la construcción de un sentido
de pertenencia, (trabajador, mujer, vecino, victimas de la represión estatal, etc.)
Hablar de la identidad social implica referirse al tema del universo simbólico
compartido. La identidad incluye los procesos a través de los cuales los sujetos construyen
su visión del mundo. Estos procesos aparecen condicionados por la posición que todo
individuo tiene en el espacio social. La construcción de identidad se consolida a través del
vínculo que los une y que se expresa en un estar juntos comunitario que encierra un fuerte
componente de sentimientos vividos en común en un mismo territorio “real o simbólico”
(Kuasñosky y Szulik, 1996)
Una de las principales tareas de las organizaciones políticas y sociales es encontrar
símbolos que resulten lo suficientemente conocidos como para movilizar a la gente que las
rodea y mantener la integridad del movimiento frente a las exigencias del contexto (Tarrow,
1997)
Si bien los significados de la acción se van construyendo, no se debe convertir a la
política de masas en una suerte de teatro político, una serie de actuaciones simbólicas cuya
eficacia reside fundamentalmente en su capacidad para encontrar eco en públicos diversos.
Los movimientos enmarcan su acción colectiva en torno a símbolos culturales, experiencias
vividas que dan sentido a su accionar.
A continuación se exponen algunos fragmentos de entrevistas que dan cuenta de
cómo sus recuerdos familiares y las representaciones sociales en torno a estas figuras las
impulsaron a la militancia y al trabajo social.
“Mirá yo lo vivo como una cosa natural como una obligación moral para con los demás. Yo concibo la
política como el mangar para los demás ¿Para mí? No, para mí nada todo para los demás. Pensá que
yo recibí mi primer juguete en el año 48 cuando funcionaba la Fundación Eva Perón. Eso me marcó
para siempre, es imposible de olvidar. Recuerdo cuando llegaba un telegrama y había que ir a buscar
los juguetes al correo. Eso nos quedó grabado de la infancia y francamente nos marcó a fuego en el
rumbo político que tomamos. Por eso es que para nosotros el tema social se maneja así, para los
demás todo, si podemos ir a ver a un político para sacarle alguna chapa o colchones, etc. lo hacemos
siempre para la gente que no tiene, nunca para cosas personales nuestras. Si se necesitan remedios
y son caros, bueno hacemos lo imposible y contactamos a quien haya que contactar para dar una
solución. Los peronistas somos así cumplimos con el deber moral de ayudar al otro así como alguna
vez alguien nos ayudó a nosotros. Eso pasó con Perón y Eva que ayudaron a los más necesitados y
ahora nosotros nos debemos a esa gente”. (Testimonios de militantes barriales. Citado en
Schuttenberg, 2006).

“Mi mamá era dirigente gremial en el año 40, era docente rural, quedó viuda y se vino a trabajar a una
fábrica textil, trabajó de operaria y se hizo dirigente gremial y mi abuelo tuvo que venir corriendo
desde Chascomús porque la habían metido presa por comunista. Entonces mi madre funda con otros
compañeros la Unión Obrera Textil que después deviene en la Asociación Obrera Textil, el 17 de
octubre del 45 yo vine acompañándola a ella de Berisso a La Plata y de vuelta caminando, yo tenía
12 años. Vinimos caminando hasta el edificio de la Universidad que nos tiraban piedras. Yo vivía en
Chascomús y me traían los fines de semana de paseo y a veces en verano jueves y viernes; mi
mamá me llevó al frigorífico Swift a la mañana a ver cómo era la cosa. Me quiso mostrar como
trataban a la gente para que viera que el mundo no era como yo vivía con mi abuelo y mi abuela. Ahí
vi que cuando tomaban a los obreros que les hacían falta y al resto los bomberos les tiraban agua con
una manguera de presión para que se fueran. Era antes del 45, los corrían con el agua, los trataban
como animales. Yo tendría 7 años y mi mamá me mostraba lo que pasaba. Siempre estuve en el
trabajo social”. (Testimonios de militantes barriales. Citado en Schuttenberg, 2006).

 La estructura. Indica las condiciones externas e internas para la conformación de un


movimiento o la emergencia de una acción colectiva.
- Por condiciones externas se entiende a la situación cultural, económica y política en
el marco del cual la acción o el movimiento se desenvuelve.
- Las condiciones internas comprenden a la percepción (subjetiva) de éstas por parte
de los actores y su capacidad organizativa
Algunos autores remarcan la importancia de identificar entre las condiciones
externas a “las oportunidades políticas”, que aportan los principales incentivos para
transformar el potencial de movilización en acción. La fuerza o debilidad del Estado, la
estructura del sistema de partidos y las formas de represión o apertura son ejemplos de
oportunidades políticas. Estas oportunidades en algunos casos posibilitan el surgimiento o
expansión de los movimientos convirtiéndose en actores con presencia ante el Estado y se
abren oportunidades para otros movimientos que afectan tanto los sistemas de alianzas
como a los de conflictos. El proceso lleva a respuestas por parte del Estado que, de un
modo u otro, producen una nueva estructura de oportunidades. La aparición de
oportunidades políticas genera recursos y aberturas donde antes no las había, alianzas
anteriormente inviables y realineamientos con nuevos grupos de poder.
En el ejemplo que se cita a continuación, Auyero intenta demostrar que para que se
desarrolle la acción colectiva hacen falta recursos, oportunidades, que en el caso que
estudia se dieron a partir de una división política en las elites (el autor analiza cómo las
divisiones dentro del Movimiento Popular Neuquino abrieron una configuración de fuerzas
que posibilitó la realización de la protesta).

A modo de ejemplo, Auyero remarca que “las prácticas clientelares de dirigentes políticos y
funcionarios públicos (prácticas de distribución personalizada de favores y bienes con la intención de
obtener apoyo y votos) han sido tradicionalmente vistas por académicos y periodistas como
antagónicas de la acción colectiva. La primacía de este tipo de prácticas frustra el surgimiento de la
protesta. Sin embargo, si miramos de cerca varias protestas en el país vemos que estas redes no se
oponen sino que están profundamente imbricadas en la génesis, el curso y el resultado de varios
episodios de beligerancia” (Auyero, 2002: 37).

El autor analiza lo sucedido en 1996 en Plaza Huincul y Cutral-Có y señala que fueron las redes
políticas pre-existentes las que facilitaron y de alguna manera potenciaron la protesta.

Además, según el autor, hay que tener en cuenta las oportunidades políticas que se producen, como
en este caso se dieron por una división dentro de las elites. “Mientras la radio emitía la ira que
sentíamos –dijo Daniel un manifestante- y convocaba a manifestarse en la Torre Uno sobre la ruta 22,
los taxis y remises locales llevaban a la gente sin cargo. ¿Era ésta una abrupta expresión de
indignación colectiva en la cual los periodistas radiales, los taxistas y remiseros eran sólo los primeros
en reaccionar? Difícil creerlo. Las disputas internas dentro del entonces partido de gobierno, el
Movimiento Popular Neuquino, y en particular las acciones del ex intendente Grittini, quien llevaba a
cabo su lucha interna personal contra el intendente Martinasso y contra el gobernador Sapag,
estaban en la raíz de la movilización” (pág. 38).

No obstante, lo cambiante de las oportunidades políticas supone que los movimientos deben
construir sobre cimientos más sólidos para impedir que las oportunidades se escapen de
entre las manos. Por ello el por qué y para qué de la acción colectiva dignifican y justifican
los movimientos y las estructuras organizativas para alcanzar sus objetivos.
 La demanda. Qué piden los actores sociales y cómo lo piden.
La demanda es un elemento central de la protesta no sólo para definir el tipo de acción y
su relación con la identidad o las condiciones estructurales, sino también para evaluar el
rango de alternativas que deja a la negociación y el tipo de conflictividad que presenta.
Las demandas pueden ser: salariales, laborales, de derechos humanos, ecológicas y de
medio ambiente, demandas de derechos sexuales y reproductivos, de igualdad de
oportunidades y discriminación, de seguridad de seguridad social (política educativa, política
de salud, seguridad social), de trabajo y asistencia social directa, de servicios
habitacionales, políticas, etc.
 El formato. El modo en que la protesta aparece y se hace visible en la escena
pública. Esto es, si se trata de una huelga, una marcha, un corte de ruta, o cualquier otra
modalidad de movilización. El formato es sumamente importante para entender la identidad
de la protesta, su forma de organización, sus divisiones internas, etc.
 El impacto político. El impacto que tiene la protesta en el espacio público. Cómo
reaccionan los periodistas televisivos, radiales y los líderes políticos frente a la protesta,
como se relacionan éstos con los referentes de las movilizaciones y qué influencia tienen
estas relaciones en el desarrollo de las acciones. Importan las consecuencias que producen
las protestas, ya sea en términos de la satisfacción de sus demandas o de las
transformaciones del sistema político institucional.
Como ejemplo del impacto podríamos pensar en las protestas ambientalistas de Entre
Ríos distintas formas que van adoptando con el fin de atraer la atención de los principales
medios y de esa forma amplificar el impacto de las peticiones. Vale recordar el desfile de la
reina del carnaval en la cumbre de presidentes que significó que medios de todo el mundo
tomaran el tema de las papeleras.
Ejemplo de un formato original de protesta que obtiene una repercusión mediática
importante:

Diario La Nación - Sábado 13 de mayo de 2006

Una insólita protesta por las papeleras conmocionó a Viena

La entrerriana Evangelina Carrozo logró un golpe de efecto contra las fábricas

No había terminado de acomodarse Tabaré Vázquez en la fila para la “foto de familia” habitual de
las cumbres cuando el murmullo se hizo audible y fue ganando en intensidad. Una morocha con
una bikini mínima de lentejuelas mostraba su escultural humanidad y alzaba, por encima de la
cabeza, un cartel que resultó el mayor golpe de efecto propagandístico frente a 58 jefes de Estado
en la disputa por la instalación de las plantas de pasta celulósica en Fray Bentos: “Basta de
papeleras contaminantes”. En ese momento, Evangelina Carrozo, la reina del carnaval de
Gualeguaychú, pasó a la historia. Militante de Greenpeace por la causa que moviliza a toda su
ciudad y a gran parte de su provincia, asestó un mazazo a la estrategia de Uruguay en el conflicto
bilateral que mantiene con la Argentina y que alcanza su peor punto de conflictividad. Y reforzó, sin
saberlo quizá, el fuerte pedido que el presidente Néstor Kirchner haría, minutos después, para que
la comunidad europea no aplique dobles estándares en el control del medio ambiente en los países
menos desarrollados. La pancarta era elocuente: tenía dos banderas –una argentina y otra
uruguaya– a los lados y la leyenda en letras negras estaba en inglés y en castellano. La muchacha
se paseó durante varios segundos en colaless, como lo hacen las señoritas en las veladas de
boxeo para anunciar un nuevo round, ante las atónitas miradas de los jefes de Estado, formados
como para la foto del colegio. Los guardias de seguridad, que no atinaron a moverse de sus
lugares, pensaban que era parte del protocolo. Comenzaron las risas, los comentarios y el
nerviosismo. Kirchner abrió los brazos y alzó los hombros, expresión gestual de "yo no tengo nada
que ver": Vázquez quedó petrificado, con una expresión similar a la de la Gioconda; el venezolano
Hugo Chávez aplaudió y tiró besos al aire... La foto de la joven entrerriana dio la vuelta al mundo.
Literalmente. No hubo portal de Internet que no tuviera la imagen del incidente en su página
principal. Su audaz manera de impulsar una protesta para evitar que las plantas pasteras se
radiquen sobre el río Uruguay causó sensación. A cada metro en los pasillos del Messe Wien, sede
de la IV Cumbre de presidentes y jefes de Estado de América latina y el Caribe se hablaba de la
arriesgada jugada, de la valentía para ejecutarla y, por qué ocultarlo, de la "belleza suprema" de la
niña. Si hasta los presidentes tuvieron que hablar del tema. "Es una linda chiquilina, algo ligerita de
ropas, pero con un buen cuerpo -dijo Tabaré. Y trató de minimizar la protesta-. Es una militante de
Greenpeace." También le bajaron el tono en Uruguay, donde el ministro de Vivienda y Medio
Ambiente de ese país, Mariano Arana, dijo que la joven argentina había actuado "con ingenio y con
audacia" en la cumbre. "Superar a todos esos patovicas en un organismo internacional, es de
aplaudir", elogió, pero ratificó la postura uruguaya en el tema con un claro "reina del carnaval sí,
bloqueos no". En Viena, el gobierno argentino, por medio del jefe de Gabinete, expresó la sorpresa
por el episodio, dijo desconocer cómo llegó la joven al recinto y desligó cualquier responsabilidad.
(…)
Por Alejandro Di Lázzaro
2. Movimientos sociales y protesta en la Argentina de los últimos años

Según numerosos analistas, la Argentina presentó un caso atípico a los demás


países latinoamericanos en donde la llamada sociedad salarial y de sectores medios tuvo un
fuerte desarrollo. Las transformaciones de esta sociedad producto de las políticas
neoliberales reconfiguraron por completo las bases de la sociedad. Este proceso de
reformas implicó el desmantelamiento de los derechos sociales alcanzados durante el
Estado Social o Benefactor: las vacaciones pagas, aguinaldo, obras sociales, la estabilidad
laboral y el fuerte rol del Estado en las políticas sociales.
El conflicto se produce en un contexto de traspaso de un tipo societal centrado en la
sociedad industrial de Estado nacional a otra sociedad post-industrial globalizada.
Cavarozzi conceptualiza esta transición como el traspaso desde una matriz estado-
céntrica a una sociedad de mercado. El primer tipo societal centrado en el Estado, explica
Garretón (2001), tenía como ejes: 1) al trabajo y la producción y, 2) al Estado nacional, lo
político, por lo que los actores y las identidades se constituían en el mundo del trabajo y de
la política.

Recordemos que: en la primera unidad del módulo Gestión


Participativa, analizamos que el “capitalismo desregulado” o
“desorganizado” o “flexible” generó:
- Una mayor desigualdad entre la prosperidad de las elites y la
de los asalariados
- Que a partir de la crisis fiscal y el endeudamiento el Estado se
retire de lo social y de lo productivo, y desarrolle una
reconversión tecnológica que margina a una buena parte de la
población.
- El empleo deja de ser el gran integrador de la sociedad.
De esta manera, las transformaciones económico-sociales ocurridas en las últimas décadas
dan paso a un modelo social “neoliberal” caracterizado por la flexibilidad del trabajo
asalariado, la desregulación económica, las privatizaciones y el achicamiento de Estado. De
esta forma, el fenómeno piquetero surge como un movimiento cuestionador de la sociedad
neoliberal y reconoce dos afluentes fundamentales:
- Una de las fuentes en la que podemos encontrar los gérmenes del origen del
movimiento piquetero es la acción territorial y organizativa gestada en el
conurbano bonaerense y ligada a las lentas y profundas transformaciones del
mundo popular, producto del proceso de desindustrialización iniciado en la
década del 70.

Ejemplo
Merklen (2005) describe que en 1981 se dan las primeras ocupaciones de tierras
con la invasión de terrenos en la zona sur del Gran Buenos Aires. En un primer momento
las organizaciones barriales crearon un movimiento de base orientado por el objetivo de
la construcción de un barrio (es decir, la producción de un hábitat “normal” por oposición
a la representación de la villa), así como por la promoción de una estructura de
solidaridad territorial. Un segundo momento se inicia inmediatamente cuando las
organizaciones “salen” hacia el sistema político para obtener las intervenciones
institucionales que permitan favorecer la realización de un proyecto de inscripción social
territorializada.

- Por otro lado, las acciones de ruptura de los piquetes y puebladas del interior,
resultado de una nueva experiencia comunitaria vinculada al colapso de las
economías regionales y a la privatización acelerada de las empresas del Estado
realizada en los 90.

Ejemplos
Movimiento de mujeres agropecuarias en lucha (MML), donde se construye
una critica a la política agropecuaria encarnado por las mujeres trabajadoras de la
explotación o esposas de productores en Las Pampa.
Movimiento Cutral Co, que tiene como objetivo la inclusión dentro del sistema
implementando nuevas estrategias y formas de expresión.

Ambos movimientos reflejan el modo de acción colectiva y no es casual que ocurra en


provincias del interior en un marco de ajuste y reforma económica. “El redimensionamiento
del Estado produce la fragmentación social y política y aumenta las desigualdades
regionales; posibilitando la emergencia de conflictos que encuentran terreno favorable para
su desarrollo debido a la gravedad que ha adquirido el desempleo y su consecuencia
inmediata, la pobreza....” (Favaro y otros, 1997).
Movimiento de mujeres agropecuarias en lucha (MML)
El artículo de Garriacca y Teubal (1997) plantea como hipótesis que las
demandas del MML comienzan siendo estrictamente reivindicativas en lo sectorial, pero
luego se amplia hacia reclamos más abarcativos y también la cuestión del género
insertándola en un marco cultural que excede a los agrario, ubicándose al frente de los
conflictos sociales.
El MML se origina con un modo de acción novedoso y trasgresor como el de
impedir la acción judicial para resistir los remates de sus campos. Los autores afirman
que estas mujeres establecen nuevas alianzas desde un inicio al incluirse en el
movimiento social de mujeres y que esto debe pensarse “no sólo como un enfrentamiento
coyuntural sino como acciones colectivas (que podrían derivar en un movimiento social o
ser parte de él) que se conectaría tanto con el mundo rural como con el movimiento social
de las mujeres de los años 1990” (pág. 99).
Los remates comenzaron en una localidad de La Pampa en 1995 y fue allí donde
se originó el MML, cuando una mujer intentó impedirlo apelando a sus pares a través de
una radio, en este momento las reivindicaciones eran de tipo económicas, claras y
sencillas, todavía no se pensaba en un enfrentamiento con las autoridades políticas. Este
segundo momento llegaría con el fracaso de las negociaciones y falta de cumplimiento de
las promesas del gobernador, el efecto fue entonces detonador en la expansión
geográfica (se conectan con mujeres de Buenos Aires, Santa Fe, Formosa, Río Negro) y
en el cambio de actitud de las dirigentes, radicalizando su posición. La identidad de
género las lleva a elegir el 8 de marzo para manifestarse en Buenos Aires, ocupando
Plaza de Mayo, manejando tractores, tomaron actitud critica y confrontativa con el
problema docente, con la corrupción y el asesinato de J. L. Cabezas, “se ubicaba el
movimiento junto a otras acciones sociales confrontativas con el gobierno nacional, se
convirtieron en opositoras al gobierno y se articularon en un ciclo de protesta...” (pág.
113).
Son mujeres que se ubican en la lucha, saben que las soluciones deben buscarse
en el orden de lo político y no de lo económico. Un elemento fundamental del MML, es su
crítica hacia el sistema financiero, principal beneficiario de la política económica global;
su tarea es comunicar las arbitrariedades e injusticias de este proceso de transformación
que sufre el agro. Este movimiento va más allá del reclamo puntual que las congregó en
el orden de lo económico (refinanciamiento de la deuda agraria) para insertarse en el
orden de lo socio cultural, la fuerza de sus demandas provienen del peligro de perder una
identidad social y personal, su modo de construir la vida cotidiana.

Movimiento Cutral Co
La pueblada de Cutral Co es un movimiento de protesta contra el ajuste, que en la
provincia de Neuquén se agrava con la privatización de YPF que provoca el despido de
más de 5000 personas, que al igual que otros movimientos son llevadas adelante por
sectores convertidos en “nuevos pobres”, acciones colectivas que no buscan el poder,
sino trabajo. Apuntan a la defensa y recuperación de las condiciones materiales de las
que gozaron hasta los ‘90. El espacio es la ruta 22, la movilización policlasista con luchas
en las calles, corte de rutas, formas inéditas de manifestarse que rompen con los
anteriores tipos de protesta. La primera de ellas ocurrió en junio de 1996 en un espacio
de seis días, en la que participaron unas 5000 personas situadas en barricadas de
neumáticos encendidos entre las ciudades Cutral Co-Plaza Huincul y se los llamó
“piqueteros”. En este caso como en el MML se integraron personas que no tenían
antecedentes en participación.
En la segunda oportunidad el escenario inicial fue la ciudad de Neuquén en marzo
del ‘97 con la huelga docente pero luego se traslada a las ciudades petroleras, donde un
grupo de jóvenes entre 14 y 20 años llamados “fogoneros” se solidarizan con la protesta
docentes cortan la ruta u se enfrentan con gendarmería.
Estas protestas nacen según Favaro y otros (1997) con “la confrontación que se
inicia con un grupo de jóvenes “desiguales” en la “sociedad de los iguales” y que a
diferencia de los años ’70, no luchan por cambiar el sistema sino por entrar a él (...) El
movimiento de protesta, más que como una acción colectiva ofensiva contra el sistema,
se expresó como el accionar de una población en la búsqueda de su inclusión en éste”
(pág. 16 y 24)

Práctica Nº 4:
En esta cuarta práctica les proponemos que elijan uno de los dos casos
(Movimiento Mujeres Lucha) y Movimiento de Cutral Co), reflexionen en grupo y en
diálogo con los docentes, acerca de las dimensiones para caracterizar los movimientos
sociales: demanda, oportunidades políticas, modalidad, formato e identidad.
Luego de este intercambio grupal, expresaremos en un afiche colectivo nuestra
caracterización de los movimientos sociales
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Podemos entonces analizar el nuevo tipo de movilizaciones a la luz de las reformas


introducidas en los modelos de Estado y las transformaciones sufridas por el mundo del
trabajo.

García Delgado (1994) señala el pasaje del modelo de acción colectiva vinculado a
organizaciones de masas a otro de mayores componentes de acción individual y de
pequeños grupos y movimientos sociales que podríamos sintetizar en el siguiente esquema:
a) Estado social: grandes movilizaciones de masas, sindicatos / “pueblo”
demandas políticas y económicas generales. Conflicto entre capital y trabajo
movilizaciones partidarias y sindicales

b) Estado neoliberal: nuevos movimientos sociales: fragmentación


demandas particulares / locales
conflictos socio-culturales, reivindicación de derechos, político territorial
nuevos actores
medidas de protesta acotadas + medios de comunicación

a) La movilización social que dio origen al Estado nacional-popular se caracterizaba


por la integración de la clase trabajadora al sistema político, con acciones reivindicativas
orientadas hacia el Estado y altamente agregadas, llevadas a cabo por grandes
organizaciones de masas, sindicatos y movimientos políticos, que expresaban una cultura
política con un enfoque dirigido a la transformación global, desarrollando luchas por la
inclusión y la autonomía nacional.

Este modelo será reemplazado como resultado de factores que se combinan en tres
etapas: terrorismo de Estado (golpe militar del ‘76), partidización y desencanto (gobierno
radical), gobierno de Menem. Es decir que el cambio en la acción colectiva se viene
produciendo desde hace varios años aunque se termina de consolidar en el tercer momento,
donde ya no se busca un compromiso entre el capital y el trabajo como en el modelo
anterior. Según este autor para lograr el desmantelamiento del Estado Social, los procesos
de recorte del gasto, las privatizaciones, la apertura, la reforma impositiva, el ajuste fiscal,
era necesario “medidas económicas que desarticulen anteriores áreas de solidaridad,
fomenten la delegación y se presenten como inevitables” (García Delgado, 1994: 190)

b) El modelo de nuevos movimientos sociales que se constituye no tiene como eje la


acción basada en una comunidad de intereses amplios de tipo corporativo o clasista, ni se
relaciona con la sociedad del trabajo. Este cambio responde a un contexto de ajuste,
neoliberal, que produce una creciente diferenciación de intereses en donde ya no existe un
único principio aglutinador, con un aumento de la inseguridad en el mercado de trabajo, el
descenso de la clase obrera y el aumento del sector informal, lo que desemboca en una
acción colectiva basada en coincidencias de objetivos más sectoriales y demandas
puntuales. Está compuesta por una serie de grupos relativamente pequeños de afectados y
de categorías rápidamente cambiantes, que se expresa no de manera ofensiva contra el
sistema, sino que busca incluirse en él.

Las acciones comienzan a guiarse por aspectos más micro y locales, con lealtades
más horizontales y barriales.

Los nuevos conflictos son limitados a un objetivo inmediato, se valora una


racionalidad menos ligada a la conquista del Estado y del poder, con debilidad a la hora de
modificar políticas globales, por lo que se refugia en lo local. Estos nuevos movimientos
sociales están orientados más que por lo político gremial por lo socio-cultural, esto significa
que no hay enfrentamiento para obtener la dirección de los medios de producción, sino por
finalidades de esas producciones culturales (como la educación y los cuidados médicos). En
la construcción de identidades y movilización comienzan a ser importantes el género, la
edad, el lugar de residencia, la profesión, etc.

También se observa un cambio en las formas de lucha, lo específico no es la


manifestación en formas de protestas y movilización partidarias o sindicales (aunque como
veremos más adelante estas no desaparecen), sino medidas de protesta acotadas que se
corresponden con las demandas concretas, donde irrumpen los medios de comunicación y
la vinculación con la justicia.

La nueva relación con lo político y las nuevas modalidades de la acción se


descentran hacia lo local (o el barrio), donde los más carenciados encuentran una fuente de
reafiliación, modos de supervivencia, e incluso una base para la recomposición identitaria.

Frente a este proceso de empobrecimiento y de desafiliación masivo, muchos


encontraron su principal refugio en el barrio, convertido al mismo tiempo en lugar de
repliegue y de inscripción colectiva. Esta estrategia de repliegue que viene desarrollando
desde hace más de veinte años ha sido la principal respuesta de los sectores populares
frente al vacío dejado por las instituciones y la falta de trabajo.

Desde un análisis general de las formas de protesta, Schuster y Pereyra (2005)


aplican la matriz de análisis anteriormente explicitada (identidad, estructura, demanda,
formato e impacto político) a diversos períodos de la Argentina democrática y demuestran
que la protesta de corte sindical y obrero va perdiendo peso y comienza a expandirse una
protesta de matriz cívica, con un marcado rasgo diversificado, local y singular.

En efecto, afirman que entre 1983 y 1988 la mayor parte de las protestas (75%) son
lideradas por los sindicatos, en especial los industriales. Entre 1989 y 1994 el 60% siguen
siendo protestas de matriz sindical, pero la gran mayoría ligada a los gremios ya no
industriales sino más bien los estatales (maestros, empleados de las compañías ahora
privatizadas, etc.). Por último, a partir de 1995 existe una gran dispersión de la protesta.
Florecen las protestas de matriz ciudadana por la justicia, contra la violencia policial, etc.
Según los autores se observan dos fenómenos centrales:

 disminuyen las protestas sindicales, dando paso a las de tipo cívica o


de derechos (educación, salud, seguridad, anticorrupción, etc.)

 una progresiva fragmentación de la protesta, entendiendo la


fragmentación como una complejización y multiplicación de las identidades sociales
(ejemplo: protestas vecinales, orgullo gay, feminismo, ambientalistas, etc.). De este
modo se hacen visibles actores y reclamos antes no considerados o simplemente
inexistentes (en este proceso no debemos perder de vista el papel que cumplen los
medios de comunicación).

Práctica Nº 5:

En esta quinta práctica les proponemos que reflexionen en grupo acerca del origen del
movimiento piquetero y analicen cómo la construcción de una identidad es esencial para
dicho proceso.
Para realizar esta práctica les presentamos a continuación algunas reflexiones de Melucci y
Aboy Carlés, acerca de la identidad.

Melucci (2002)

La identidad colectiva como proceso enlaza tres aspectos fundamentales: a)


formulación de estructuras relativas a los fines, medios y ámbito de la acción; b)
activación de las relaciones entre actores, quienes interactúan, se comunican,
negocian y adoptan decisiones y c) realización de inversiones emocionales que
permiten a los individuos reconocerse. La propensión de un individuo a
implicarse en la acción colectiva está así ligada a la capacidad de definir una
identidad. (Melucci, 2002).
Aboy Carlés (2001)

Toda identidad política se constituye en referencia a un sistema temporal en


el que la interpretación del pasado y la construcción del futuro deseado se
conjugan para dotar de sentido a la acción presente. “Para una sociología de
las identidades políticas la identidad de historia y política queda de manifiesto
en el hecho que el pasado, siempre abierto, puede ser reconstruido en
función de un presente y un porvenir. En la medida en que los conflictos
actuales pueden ser concebidos como la materialización presente de
confrontaciones históricas, los actores políticos pueden asociarse a la figura
de un actor imaginario, capaz de atravesar el tiempo idéntico a sí mismo. De
esta forma, no sólo se dota de un sentido a la acción inmediata sino que se
contribuye a cimentar una identidad colectiva a partir de una herencia común
en la reactualización de una tarea”.

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Un odio ancestral, Ernesto Jauretche (extractado del libro Treinta ejercicios de
memoria, a treinta años del golpe. Eudeba: Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología, 2006.)

Lo que culminó en marzo de 1976 empezó un 16 de junio de 1955. Y yo estuve allí, confiado
y alegre rumbo a mi escuela técnica. Era parte de un pueblo feliz. Y en esa fecha, lo
comprendí en seguida, nos instalaron el odio, la fiebre de la muerte.
Sólo un encono repugnante, demencial y antiguo explica el bombardeo a una ciudad abierta
sin previo aviso. Al mediodía, una Plaza de Mayo colmada de gente. Crimen salvaje como el
de Guernica, pero peor: fue entre compatriotas y de tamaño genocida. Sigue esperando
quien lo pinte. Ese día se desató la ira de los codiciosos, el desdén racista, un rencor
ancestral: el odio de los ricos y poderosos contra el 17 de octubre de 1945.
Ese fatídico junio del '55 se volvió a matar a Manco Cápac, Moctezuma, Guatimozin,
Atahualpa, Siripa, Lautaro, Caupolicán, Amaru, Katari y tantos abuelos de nuestras luchas
por la dignidad, la libertad y la justicia. Igual que en 1856 cuando al valimiento de Mitre se
degollaban gauchos por deporte, como en 1865 se exterminó al pueblo libre del Paraguay
en la guerra de la Triple Infamia, como clavaron en una pica la cabeza del Chacho
Peñaloza, como se suprimió a los indios de la pampa en la Conquista del Desierto, como los
«niños bien» cazaron obreros anarquistas en las jornadas de la Semana Trágica, como se
fusiló a más de mil peones criollos e inmigrantes en la Patagonia Rebelde.
A despecho de tanto ultraje y violencia,
esa Nación, la de la Patria Grande, que
los constitucionalistas creyeron derogada
por arte de magia de la ley, había vuelto a
ponerse de pie un 17 de octubre de 1945:
otra vez los calchaquíes, quechuas y
aymaras, los guaraníes, charrúas,
ranqueles, tehuelches y mapuches, los
gauchos y criollos pobres; todos ahora
hermanos obreros industriales, rubios
vecinos pobladores de arrabales
citadinos, cabecitas negras venidos del
interior, atravesaron el riachuelo y
metieron las patas en la fuente de Plaza
de Mayo, hallaron el templo unitario,
occidental y cristiano: la cabecera de
puente de lo extranjero. Yo había estado,
en brazos de mi madre trabajadora.
En 1955 volvió la revancha oligárquica.
Impunidad y crímenes contra las
mayorías populares: proscripción política,
persecución ideológica y marginación
social, cárceles, torturas y fusilamiento de
trabajadores, de militantes por la
autodeterminación nacional, la
democracia política y la igualdad entre los hombres.
Y cuando dieciocho años después, en los '70, los relegados logramos la solidaridad de la
sociedad blanca, porteña, europea, ellos dijeron BASTA. Estos negros de mierda quieren
ser libres y disfrutar de las riquezas, patrimonio y bienestar que hemos construido a su
costa, sobre su miseria y humillación. Quieren ser iguales a nosotros y compartir nuestros
privilegios. JAMAS. Nunca permitiremos que esos bárbaros amenacen a nuestra civilización.
Y vino el Apocalipsis. Otra vez el aniquilamiento. Treinta mil de nuestros mejores hermanos
cayeron escribiendo una nueva página de las luchas populares por la justicia social, la
independencia económica y la soberanía política.
Yo también estuve aquí. Y vi cómo muchos de los que no entendieron en 1955. Se
arrepintieron luego. Pero ya era tarde.
Ojalá entiendan ahora que no nos han vencido ni nos vencerán jamás, porque somos la
tierra y sólo nos domina el espíritu de la libertad. Que estamos de pie y preparados para
librar nuevos ayacuchos, otra Vuelta de Obligado, renovados cepedas y miles diecisiete de
octubre. Y yo volveré a estar.

Extracto del libro Colectivo Situaciones, “Multiplicidad y contra poder en la


experiencia piquetera”, en 19 y 20. Apuntes para el nuevo protagonismo social,
Ediciones de Mano en mano, Buenos Aires, abril de 2002.

“El mismo piquete fue tomado de los piquetes de fábrica, pero esta prolongación
metodológica no fue incorporada mecánicamente, sino transformada bajo la nueva
condición de sin trabajo. (…) Si el trabajador cuenta con la capacidad de interrumpir el
ciclo productivo mediante la huelga, el piquete asume su condición esencialmente
territorial acudiendo a bloquear la circulación de mercancías a través de una acción
directa: el corte de rutas”

El desocupado es alguien que busca desesperadamente trabajo y nada más. Es un rol


que se adecua a lo que preexiste, es decir alguien que quiere trabajar pero que jamás
cuestionará a la sociedad salarial. La idea es que afuera y adentro son lo mismo y ambos
son lugares dentro de la sociedad capitalista. En cambio la denominación “piqueteros”
expresa otra cosa. “Como explican los miembros del MTD, no se trata ya de volver a
entrar. Se sabe que no hay un adentro deseable. (…) La potencia del piquete radica en la
capacidad del movimiento de subjetivarse como lo que excede su carácter de excluidos.
Su singularidad nos habla de una dignidad de la insubordinación y del ejército de la
resistencia como creación de sociabilidad”.
¡A la calle!, del grupo musical Santa Revuelta (2002)
“A la calle compañero que este gobierno es un engaño (…)
a la calle cacerola, que aquí todo es de la usura,
que me ha hecho de Argentina un puro tacho de basura,
a la calle la familia, con los pibes y los viejos
que si gana, gana el rico,
gana el hambre y el desprecio (…)
A la calle laburante y
no espere al sindicato,
que el que anda con el buche lleno
tiene siesta para rato…”

Los compañeros, del grupo musical Santa Revuelta (2002)


“Piquete es tradición,
volvió de la lucha obrera,
piquete es el pueblo que dice basta
y que se revela (…)
Este río bravío, ya no habrá dique que lo contenga
este odio se ha desatado, busca romper las cadenas.
Este torrente que alimenta a este río sin fronteras
es la conciencia de clase, la perspectiva, tomar las riendas”

Finalmente, sinteticen en un texto grupal las tradiciones políticas y demandas


identificadas

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Asimismo, los invitamos a visitar la página web Nexos, programa de articulación entre la
Universidad Nacional de Quilmes y los movimientos sociales. http://nexos.unq.edu.ar
Movimientos de Trabajadores desocupados
MTD Aníbal Verón La Plata
Unión de Trabajadores Cartoneros Argentinos (UTRACA)
MTD 23 de Julio - Allen, Neuquén
Cartoneros de Olivos
Movimiento Teresa Rodríguez - Coordinadora de Unidad Barrial (MTR-CUBa)
Movimiento de Trabajadores Comunitarios de Luján (MTC Luján)
M.T.D La Verdad (Guernica)
Frente Popular Darío Santillán
Movimiento de Unidad Popular (MUP)
Unidad y Lucha (UyL)
Movimiento de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón
Unión de Trabajadores Desocupados, Ocupados y Changarines (UTDOCH)
Unión de Trabajadores Piqueteros (UTP)
Movimiento Sin Trabajo ´Teresa Vive´
Corriente Clasista Combativa (CCC)
Polo Obrero (PO)
Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano
Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza
Barrios de Pie
Coordinadora de Organizaciones Populares Autónomas (COPA)
Frente de Trabajadores Combativos (FTC)
Federación de Tierra Vivienda y Hábitat (FTV)
Frente Unico de Trabajadores Desocupados y Ocupados (FUTraDeyO)
Movimiento Teresa Rodríguez

Asambleas barriales
Cabildo Abierto de Bernal.
Vecinos Autoconvocados de Esquel
Intersalud de las Asambleas Barriales
Foro Juan Bautista Alberdi
Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Godoy Cruz (Mendoza)
Asamblea Vecinal Santa Fé y Pueyrredón
Asamblea Vecinal Balvanera Facultad
Asamblea Popular Parque Chacabuco
Asamblea Popular Palermo Viejo
Asamblea Popular de Olivos
Asamblea Popular Concepción de San Juan
Asamblea Popular de Boedo - San Cristóbal
Asamblea Popular Belgrano-Núñez
Asamblea Popular de Barracas
Asamblea Popular Bahiense
Asamblea Barrial Wilde
Asamblea Barrial Plaza Bélgica
Asamblea República de la Sexta (Rosario)
Asamblea de Banfield
Vecinos Autoconvocados de Congreso.
Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Villa Urquiza.
Asamblea Vecinal de Colegiales
Asamblea Popular de Villa Pueyrredón
Coordinadora en Defensa de la Soberanía y el Patrimonio Público
Cabildo Abierto de Ciudadela
Asamblea Villa Ariza
Asamblea Popular Paternal Diego "Nano" Lamagna
Asamblea Popular de Flores
Asamblea Barrial Manuel Belgrano
Asamblea Florida Este
Asambleas Autoconvocadas de Mar del Plata
Asamblea Morón Centro
Empresas Recuperadas
Transporte Automotor Nuevo Horizonte S.A (TANHSA)
Cooperativa Vinil Plast Ltda.
Cooperativa de Trabajo y Consumo Puerto Vilelas Ltda.
Cooperativa de Trabajo y Consumo Posadas Ltda.
Cooperativa de Trabajo y Consumo Maderera Santiago Ltda.
Cooperativa de Trabajo y Consumo Inimbó Ltda.
Cooperativa de Trabajo Unión Saladeña Ltda.
Cooperativa de Trabajo Textiles Pigüé Ltda.
Cooperativa de Trabajo Textil Pampeana Ltda.
Cooperativa de Trabajo Resurgir Ltda.
Cooperativa de Trabajo Renacer ex Aurora Ushuaia Ltda.
Cooperativa de Trabajo 15 de Noviembre Ltda
Cooperativa de Trabajo Proyecto 1 Ltda.
Cooperativa de Trabajo Producción y Servicios Industrial Laguna Paiva Ltda.
Cooperativa de Trabajo Porcelana Sanitaria Malvinas Argentinas Ltda.
Cooperativa de Trabajo Palmar Ltda.
Cooperativa de Trabajo 11 de Junio Ltda.
Cooperativa de Trabajo Olavarría Ltda.
Cooperativa de Trabajo Obreros VDB Ltda.
Cooperativa de Trabajo Muebles San José Ltda.
Cooperativa de Trabajo Molinera de Saladillo Ltda.
Cooperativa de Trabajo Metalúrgica del Sur Ltda.
Cooperativa de trabajo Malvinas Ltda.
Cooperativa de Trabajo La Prensa Ltda.
Cooperativa de Trabajo Julián Moreno Ltda. C.I.A.M
Cooperativa de Trabajo Hospital Israelita Ltda.
Cooperativa de Trabajo Hospital de Llavallol Ltda.
Cooperativa de Trabajo Herramientas Unión Ltda.
Cooperativa de Trabajo Gráficos Asociados Ltda.
Cooperativa de Trabajo Grafi-Co Ltda.
Cooperativa de Trabajo Galaxia Ltda.
Cooperativa de Trabajo Frigorífico JJ Gómez Ltda.
Cooperativa de Trabajo Frigocarne Máximo Paz Ltda.
Cooperativa de Trabajo Fénix Ltda
Cooperativa de Trabajo ex Textil San Remo
Cooperativa de Trabajo ex-empleados del Frigorífico Minguillón Ltda
Cooperativa de Trabajo Evaquil Ltda.
Cooperativa de Trabajo Entre-Confec Ltda.
Cooperativa de Trabajo Electrounión Ltda.
Cooperativa de Trabajo el Petróleo Ltda
Cooperativa de Trabajo del Transporte Público Confortable Ltda.
Cooperativa de Trabajo Santa Isabel Ltda.
Cooperativa de Trabajo de Salud Ados Ltda.
Cooperativa de Trabajo Cristalería Vitrofin Ltda.
Cooperativa de Trabajo Cristal Avellaneda Ltda.
Cooperativa de Trabajo Copacinox Ltda.
Cooperativa de Trabajo Cooptem Ltda
Cooperativa de Trabajo Coo.Tra.Fri.Ya Ltda.
Cooperativa de Trabajo Comunicar Ltda.
Cooperativa de Trabajo Cintoplom Ltda.
Pueblos originarios
Asociación Cultural Indoamericana
Frente Mapuche Campesino
Comunidad Mapuche Pillán Mahuiza
Consejo Asesor Indígena (CAI)
Comunidad Mapuche Tehuelche 11 de octubre
Comunidad Indígena Guaraní El Tabacal
Comunidad Indígena Río Blanco - Banda Sur / Orán
Organización de Comunidades Aborígenes de Santa Fe (OCASTAFE)
Pu Weche Lafkenche
Bibliografía:

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Tarrow, Sydney (1997), El poder en movimiento, Madrid, Alianza.
Unidad 4

Estado y movimientos. Hacia la construcción de una alternativa

Presentación

Como bien marca García Delgado (2005), luego de varios años en donde
predominaron políticas que posibilitaron la desarticulación del Estado como la disminución
del empleo público (a nivel nacional de 900 mil empleados se pasó a 250 mil), procesos de
privatización que pusieron en manos privadas los principales servicios públicos (por ejemplo
las privatizaciones de ENTEL, YPF, empresas de energía eléctrica, etc., etc.), la
transferencia de responsabilidades sociales a la sociedad (por ejemplo mediante apertura de
comedores barriales ante el aumento de necesidades) y a los gobiernos provinciales y
locales sin los recursos necesarios (el proceso de descentralización puede verse en el caso
de la educación y la salud), se plantea la necesidad de iniciar una etapa de reconstrucción
del Estado. Ahora bien, esta reconstrucción requiere no sólo de una gestión transparente
sino también debe considerarse al Estado como garante del bien común e impulsor de un
proyecto colectivo y transformador.

Pensar en este proceso de reconstrucción del Estado implica revertir las situaciones
de concentración de la riqueza, de exclusión, desindustrialización y desempleo7. En esta
tarea el rol de los ciudadanos es importante, pero no tanto en un papel controlador o auditor
de transparencia, sino como actores de un proceso de cambio. En este proceso los
movimientos sociales -de de derechos humanos, desempleados, obreros, de género,
vecinales, ambientalistas, entre otros- son fundamentales para poder transformar la realidad.

García Delgado (2005) afirma que el Estado necesita la construcción de un espacio


de participación que convoque a los actores y movimientos sociales en las acciones del
gobierno el debate en torno de los principales temas que preocupan a la sociedad y avanzar
hacia el diálogo social, la concertación y la articulación.

7
Para profundizar estos temas podemos revisar el material del seminario “Formación para el trabajo”
en el que se desarrolló el proceso de empobrecimiento de la población e inequidad distributiva.
1. La relación entre el Estado y los movimientos sociales

Durante la década de los noventa los movimientos sociales tuvieron una relación
conflictiva con el Estado. Desde sus interpretaciones se puede observar que veían que el
Estado estaba realizando políticas contrarias a los intereses de la mayoría de la población.
Por ello, la estrategia política era la de confrontación y la petición de planes sociales para
paliar las angustiantes situaciones de desocupación, pobreza y exclusión.

El año 1997 marca el nacimiento del movimiento piquetero (ver unidad 3); a partir de
allí los cortes de ruta comenzaron a reproducirse a lo largo y a lo ancho del país. Es también
a partir de 1996/97 donde se integran a las protestas que inscriben su acción en una
tradición contestataria más ligada al trabajo en el espacio barrial y la gestión de necesidades
básicas.

En esos años las organizaciones entablaron una relación conflictiva con el gobierno
de Menem y luego con el de De la Rúa. A partir de los primeros estallidos de 1996 y 1997 se
dio un ciclo ascendente de protestas que continuaron con fuerza durante los años 2000,
2001 y 2002.

En los meses posteriores a la crisis de diciembre de 2001, las protestas expresaron


el descontento y cuestionaron abiertamente al poder político. Aparecen en ese contexto,
renovadas formas de lucha, novedosos métodos de construcción política como los
escraches y las asambleas barriales, que habían tomado forma a partir de los últimos años
de la década del noventa.

Las jornadas de diciembre de 2001 tuvieron en común una alta preocupación por la
independencia frente al Estado, las patronales, los sindicatos y los partidos políticos
tradicionales. Esa preocupación se presenta a menudo como bandera, vinculándola con el
rechazo generalizado a la dirigencia política, que toma cuerpo en la frase “que se vayan
todos” y “piquete y cacerola la lucha es una sola”. Ahora bien, en las jornadas de diciembre
también aparece un sentimiento de unidad en torno a un pueblo que expresa su
descontento. Ese descontento logra disimular las distintas posiciones y clases sociales.

Algunos testimonios dan cuenta de este proceso:

"Por primera vez la misma gente del barrio que nos miraba raro nos alentaba, nos decía que nos
cuidáramos y algunos querían venir." Después el militante relata las cargas de la gendarmería, los
vecinos de los edificios que les abrían las puertas, los de los balcones que les tiraban agua fresca,
limones y agua caliente a los milicos (policía y/o militares), las balas que pasaban cerca. En cierto
momento, se encontró avanzando y retrocediendo junto a dos oficinistas de traje y corbata. "¿Y las
diferencias sociales, de clase?", preguntaba un poco estúpidamente el periodista. "No había
diferencias, éramos todos personas, pueblo. Cuando estos (sic) tiran no preguntan de qué clase sos"
(Entrevista a MTD Solano, en Separata argentina).
"... Teníamos la sensación de sentirnos ´´uno´´. Cuando llegamos a la Plaza nos dio temor (...) pero
sabíamos que estábamos participando de algo histórico. Y se notaba mucho la solidaridad, ahí no
éramos piqueteros, no éramos clase media: todos sentíamos la sensación de ser ´´uno´´ (...) Era el fin
de algo y por eso renace la esperanza de algo nuevo" (El 19 y 20 por el MTD de Solano, en Colectivo
Situaciones, 2002: 115).

Luego de los sucesos de fin de 2001 y los primeros meses de 2002, de movilización
permanente, y signados por la radicalidad de las propuestas, se dio paso un proceso de
recomposición gradual de la autoridad estatal y de pacificación del conflicto, a partir de la
estabilización económica, la asistencia social elemental pero eficaz de los planes Jefas y
Jefes y la solución progresiva del conflicto con los sectores medios a partir de la devolución
de los depósitos bancarios. De la misma forma, también comienzan a desarticularse las
asambleas de vecinos que habían tenido un importante desarrollo.

No obstante, las elecciones de 2003 constituyeron el gran punto de quiebre y, si


bien, el declive en el grado de movilización y de crecimiento de las luchas puede situarse
antes a mediados de 2002, fueron estas elecciones los que demostraron que el sistema
político existente podía recrear una cierta normalidad. (Campione y Rajland, 2006).

Kirchner procuró rápidamente darle a su gobierno la idea de una superación de la


década larga de neoliberalismo en las políticas económicas y sociales. En un apoyo inicial
hacia las medidas gubernamentales, se fueron sumando a la gestión estatal sectores del
movimiento piquetero y otras organizaciones populares.

Lo que durante el gobierno provisional de Duhalde había funcionado con la lógica del
reparto de subsidios, cambió hacia propuestas de vinculación más orgánica con los
movimientos sociales. Kirchner se mostró decidido a construir alianzas con parte de los
nuevos actores, como parte de su política de renovación política y de recuperar las
demandas ciudadanas en ese sentido.

A modo de síntesis podríamos afirmar que los gobiernos pueden tener tres grandes
tipos de comportamiento hacia las protestas sociales.

- Primero, puede sencillamente ignorarlas. Las protestas que muestren pocos apoyos
es probable que consigan escasas respuestas del gobierno. Este les prestará poca
atención, creyendo que la protesta se desvanecerá espontáneamente.

- Una segunda respuesta por parte del gobierno podría ser volverse rigurosos con los
manifestantes. Las medidas represivas se suelen emplear para reprimir a los que se
percibe como “trastornos al orden público”. Si el movimiento cobra fuerza, y en
especial si es directamente hostil a las políticas de gobierno, la respuesta podría ser
controlar su impacto mediante el uso de la fuerza.
- La tercera opción es que el gobierno acceda a algunas de sus reivindicaciones y
demandas, y también que las incorpore a su propio programa de gobierno. (Giddens,
1991)

A partir de 2003 se producen distintas posiciones en los movimientos:

 A los variados ejes de debate ya existentes entre las organizaciones populares y al


interior de cada una de ellas, vino a sumarse el articulado en torno a qué actitud
tomar frente al gobierno y sus medidas. De esta forma, un sector de las
organizaciones tomó la postura de acompañar el proyecto político de Kirchner y otro
sector continúa en el campo opositor. Esta diferencia en cuanto a la interpretación
del proceso político obedece a distintas tradiciones con las cuales los movimientos
construyen sus miradas de la realidad.

 La táctica de algunos movimientos opositores es de doble acción: producir


posibilidades de ingresos a través de iniciativas propias y exigir a las instituciones del
Estado el cumplimiento de la asistencia mínima con la que los movimientos de
desocupados pujan por cambiar su contenido, para impulsar la generación de
mecanismos de solidaridad y producción de valores de uso para los grupos de
desempleados. Estos grupos continúan con acciones de protesta hacia el Estado.

Desde el Estado ha existido una cierta variación de las políticas respecto a lo que fue
la década del noventa y el gobierno de De la Rúa, que privilegiaron las demandas del gran
capital local e internacional. Esta variante se ha acentuado a partir de mayo de 2003 con la
presidencia de Kirchner, que buscó un acercamiento a un sector del movimiento piquetero y
se orientó hacia posiciones más moderadas. Se obtuvieron respuestas positivas, sobre todo
en agrupaciones vinculadas ideológicamente al peronismo o a una visión nacional-popular
más general.

El período de protesta que se abre en el 2003 está caracterizado por un importante


cambio en el tenor e intensidad de las mismas. El cambio obedece a un desgaste de las
organizaciones que no pueden conseguir recursos y, lo más importante, los cambios a nivel
organizacional, y la relación entre las agrupaciones piqueteras y el gobierno.
2. El rol del Estado en el nuevo contexto

La preocupación central aparece en la recuperación del Estado mediante el


establecimiento de un proyecto superador en busca de un desarrollo alternativo de carácter
sustentable e inclusivo como síntesis de un bien común posible.

La estrategia debe basarse en adoptar un rol activo del Estado en la creación de


empleo y en la inversión, en la recuperación del Estado social mediante la generación de
políticas de crecimiento con distribución del ingreso. De esta forma, esto implica promover
una política de reindustrialización, de ampliación de la infraestructura pública y la inversión
en ciencia y tecnología con el objetivo de recuperar las seguridades individuales y sociales,
apuntando a un desarrollo con inclusión. Se trata del fortalecimiento del Estado como
proyecto político-social y como organización.

“En esta coyuntura el desafío actual es recuperar el rol del Estado, superar las políticas
sociales de carácter transitorio y asistencial hacia un modelo económico y social en el que el
propósito sea el derecho ciudadano a la inclusión. En este marco, es necesario fortalecer la
gestión pública para que acompañe la inclusión social y promover, fundamentalmente, el
cambio cultural que posibilite asumir al Estado como la institución que reúne y hace efectivos
los intereses superiores de la comunidad”. (Subsecretaría de la Gestión Pública, 2005).

Según García Delgado (2005), en este marco es fundamental reintroducir la


participación ciudadana activa en el debate sobre el desarrollo y la construcción de un
proyecto colectivo. Al mismo tiempo es necesario un mayor involucramiento de los
movimientos sociales y las organizaciones de al sociedad civil en las políticas sociales y el
Estado en su conjunto.

En el plano provincial, como muy bien apunta Marcelo Landi (2007), durante la actual
gestión se han incorporado a la gestión algunos movimientos políticos-sociales tales como:
Evita, Frente Transversal, la Federación de Tierras y Viviendas y el Movimiento Libres del
Sur.

En uno de los documentos institucionales elaborados por la Jefatura de Gabinete8 se


reconoce la importante labor cumplida por las organizaciones sociales en tiempos de crisis y
la necesidad de realizar políticas participativas a partir de su incorporación a la gestión del
gobierno.

8
Jefatura de Gabinete (2006), Guía de recursos, respuestas para las necesidades de la comunidad.
Para situarnos en el contexto de nuestro país (...), debemos remitirnos a la historia de los últimos 30
años (...), caracterizado como neoliberalismo.

Las organizaciones sociales han recorrido un camino que las legitima para realizar un diagnostico
participativo y colectivo de la realidad territorial y para accionar sobre la misma.

Para cumplir este objetivo es necesario formar redes que permitan enraizar el protagonismo social y
trabajar con las instituciones de gobierno.

El objetivo principal es facilitar el acceso a los distintos programas y/o proyectos.

Estamos convencidos que son las organizaciones sociales quienes pueden acercar los recursos al
pueblo, para poder así superar políticas clientelares y transformarlas en políticas activas donde cada
uno se convierta en artífice de un destino común, enmarcado en un proyecto nacional y popular.

La Subsecretaría de Coordinación de Políticas Públicas está conducida por Emilio


Pérsico, dirigente del movimiento Evita. Esta Subsecretaría a través de la Dirección
Provincial de Control de Gestión de Políticas Públicas formula y desarrolla técnicas
operativas que permitan conocer los distintos estados evolutivos de las políticas públicas
encaradas por los órganos del gobierno del Estado provincial, en sus fases de
programación, implementación y ejecución, con vistas a proveer a las autoridades la
información necesaria para la toma de decisiones.

Movimiento Evita

Recuperar al Estado como instrumento político a favor de los humildes es sin duda la cuestión. La
reconstrucción del Movimiento Nacional es la única garantía de poder resistir a los embates del
enemigo y poder consolidar el Proyecto Nacional en marcha. En esto es fundamental un Estado al
servicio de la organización popular y las organizaciones libres del Pueblo al servicio de la
Reconstrucción del Estado. En la inclusión social está el impulso hacia delante de esta etapa. El
conflicto social no es el enemigo sino el motor de la transformación en la medida en que el Estado
incorpora las contradicciones resolviendo las necesidades en derechos.

Pero la unidad no se declama sino que se construye. Y el movimiento no es una mera idea sino que
implica un ejercicio de la voluntad de muchos compañeros y una forma de organización: por frentes –
para generar la movilización y la acumulación política- y por secretarías –para articular a los frentes
entre sí y a todo el movimiento con el Estado. Una organización de carácter federal donde tengan la
palabra los compañeros y compañeras de cada una de las provincias.

El movimiento que soñamos debe ser capaz de ser síntesis de las luchas de resistencia al modelo
neoliberal y las construcciones políticas que no claudicaron en las banderas históricas, debe ser
capaz de rescatar los actores y las prácticas históricas y actuales del movimiento obrero organizado
en su lucha por la distribución de la riqueza, con un modelo de sindicalismo con un oído pegado a las
necesidades del Pueblo y enmarcado en un proyecto nacional de liberación.
¿Por qué movimiento? El movimiento es acción. La forma histórica de organización que adoptó
nuestro pueblo en sus luchas emancipatorias. Movimiento es unidad en la diversidad. Contiene a las
diversas expresiones sociales y políticas y a la vez las articula en una política única, estratégica. No
es una línea interna, ni una cooperativa para disputar cargos. No es un partido que digita desde
afuera la política de las masas sino el fruto de la organización de estas. El movimiento es una
expresión de la fuerza nacional, popular y federal.

Práctica Nº 6:

Reflexionemos en grupo acerca de la visión que el movimiento Evita tiene del Estado y por
qué se identifican como movimiento y no como partido político. ¿Qué relación podemos
encontrar con lo desarrollado durante el curso?
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Movimiento social Libres del Sur. Extracto del programa

En lo económico

1) Queremos un Estado fuerte, que intervenga en la economía y los servicios, y los regule.
Que controle al poderoso y defienda al débil.
2) Que los trabajadores participen en las empresas públicas y privadas, y los usuarios en las
de servicios.
3) Que haya presupuestos participativos en todos los municipios.
4) Que se renacionalicen el petróleo y el gas.
5) Se reformule el sistema impositivo para aumentar en el tiempo los gravámenes sobre las
rentas y disminuir los que afectan al consumo.
6) Y se regrese al sistema previsional de reparto, alcanzando jubilaciones dignas.
7) Que tengamos un creciente fortalecimiento de la Banca Pública.
8) Con pleno apoyo a la pequeña y mediana empresa, al cooperativismo y a la economía
social.
9) Y se materialice la reforma del régimen de tenencia de la tierra, con apoyo paralelo al
mediano y pequeño productor rural, y dando batalla al monocultivo de soja.
9) Como también sentar las bases para conquistar un salario justo, pleno empleo y trabajo
digno.
10) Avanzando sin descanso hacia una mas justa redistribución de la riqueza.
11) Establecer una defensa incondicional del medio ambiente y la ecología de nuestro país.
12) Y un fuerte apoyo al desarrollo científico-técnico nacional.

En lo social

1) Que tengamos educación, salud y vivienda para todos. Y se deroguen las leyes Federal
de Educación y de Educación Superior.
2) Que exista pleno respeto a los derechos de las mujeres. Entre otros, a tener igualdad de
oportunidades y retribuciones que los hombres, a acceder a los puestos de dirección del
Estado, empresas y organizaciones sociales; como así también a los de responsabilidades
políticas. Que tengan libertad para disponer de su cuerpo y se despenalice el aborto.
3) Pleno respeto a los derechos de los trabajadores, los niños, los jóvenes y los ancianos.
4) Como así también a los de los pueblos originarios.
5) Estamos contra todo tipo de discriminación por ideas, raza, orientación religiosa, sexual,
nacionalidad o por cualquier otro motivo.
6) Y nos oponemos a la concentración de la propiedad de los medios de difusión.
Proponemos la derogación de la Ley de Radiodifusión actual; y apoyo firme del Estado a los
medios alternativos.
7) Estamos por la decidida promoción de la cultura nacional en todas sus manifestaciones.
Declaración de principios de Unión Cívica de la Juventud (futura Unión
Cívica Radical) en el mitin del 12 de septiembre de 1889 en el jardín
Florida
1. Constituir en esta capital un centro político bajo la denominación de Unión Cívica
de la Juventud.
2. Concurrir a sostener dentro del funcionamiento legítimo de nuestras instituciones,
las libertades públicas, en cualquier punto de la nación donde peligren.
3. públicas, en cualquier punto de la nación donde peligren.
4. Levantar como bandera el libre ejercicio del derecho de sufragio, sin intimidación y
sin fraude, y condenar toda intervención oficial en 16s "trabajos electorales.
5. Protestar contra todo acto que turbe o impida el libre ejercicio del derecho electoral
y perseguir el castigo a los culpables por todos los medios legales.
6. Proclamar la pureza de la moral administrativa en todas sus ramas.
7. Hacer propaganda para levantar el espíritu público, inspirando a los ciudadanos un
justo celo por el ejercicio de sus derechos y por el cumplimiento de sus deberes
cívicos.
8. Propender a garantir a las provincias el pleno goce de su autonomía y asegurar a
todos los habitantes de la república los beneficios del régimen municipal.
Programa mínimo del Partido Socialista 1895
Reformas políticas
1. Sufragio universal para las elecciones municipales.
2. Inscripción permanente en los registros cívicos.
3. Sistema electoral proporcional a fin de que estén representadas las minorías.
4. Responsabilidad de los mandatarios públicos.
5. Separación de la Iglesia y del Estado, supresión de las prerrogativas del clero,
confiscación de sus bienes.
6. Supresión de las policías políticas y militarizadas.
7. Supresión de los ejércitos permanentes y armamento general del pueblo.

Reformas económicas
1. Jornada legal de 8 horas para los adultos y de 6 para los de 14 a 18 años, y
abolición del trabajo para los menores de 14 años.
2. Reglamentación del trabajo de las mujeres y prohibición de los trabajos
antihigiénicos o inmorales.
3. En igualdad de producción, igualdad de retribución para los obreros de ambos
sexos.
4. Descanso obligatorio de 36 horas por semana, sin interrupción.
5. Creación de comisiones de vigilancia para inspeccionar las fábricas y las
habitaciones de los obreros, elegidas por los obreros mismos.
6. Responsabilidad de los patrones en los accidentes de trabajo.
7. Creación de tribunales nombrados mitad por los patrones mitad por los
obreros, para solucionar las disidencias que se produzcan entre unos y otros.
8. Abolición de los impuestos indirectos.
9. Impuesto directo y progresivo sobre la renta.
Práctica Nº 7:

Comparemos las proclamas del movimiento obrero de fines del siglo XIX y del
movimiento social Libres del Sur en la actualidad. ¿Cuáles son las continuidades y
rupturas en las demandas? ¿Qué le reclaman al Estado?
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Bibliografía

Campione, D. y Rajland, B. (2006), Piqueteros y trabajadores ocupados en la Argentina de


2001 en adelante. Novedades y continuidades en su participación y organización en los
conflictos, en (Gerardo Caetano comp.) Sujetos sociales y nuevas formas de protesta en la
historia reciente de América Latina, CLACSO, Bs. As.
Colectivo Situaciones (2002), “Multiplicidad y contra poder en la experiencia piquetera”, en
19 y 20. Apuntes para el nuevo protagonismo social, Buenos Aires, Ediciones de Mano en
mano.
García Delgado, Daniel (2005), “Conferencia: Distribución del ingreso y pobreza en la
Argentina postdefault”, Aportes para una nueva agenda estatal, La Plata
Giddens Anthony (1991). Sociología. Capitulo 10. Alianza Madrid.
Landi Marcelo (2007), Edición y actualización del relevamiento de programas sociales
2006.Capítulo 7: Jefatura de Gabinete. UNLP / IPAP – Subsecretaría de la Función Pública –
Gobierno de la provincia de Buenos Aires. Mimeo.
Subsecretaría de la Gestión Pública (2005), Documento síntesis: "Una gestión pública para
la inclusión". Fortalecimiento e innovaciones para un nuevo modelo estatal. Plan Trienal de
la Gestión Pública 2004/7.
Práctica integradora final

El propósito de esta práctica es integrar los desarrollos teóricos y prácticos realizados a lo


largo del módulo: Estado y nuevos movimientos sociales.

Recurra a las lecturas y prácticas anteriores, sus apuntes de clases presenciales y responda
a las siguientes consignas:

1. Les proponemos que reflexionen junto con su grupo de compañeros, acerca


del origen de los movimientos de trabajadores desocupados, teniendo en
cuenta el contexto en el que surgen y se desenvuelven.
2. Elijan un movimiento de trabajadores desocupados y analicen su identidad,
sus demandas y su posición político-ideológica. (En la página Web del
programa de articulación entre la Universidad Nacional de Quilmes y los
movimientos sociales llamado Nexos tienen un link a la mayoría de los
movimientos de trabajadores desocupados. Allí encontrarán documentos
fundacionales, testimonios. www.nexos.unq.edu.ar)
3. En el curso se trabajó sobre distintos movimientos sociales. ¿Qué temas o
elementos les parecen más significativos para analizar esta problemática?
4. Cuando comenzó este curso todos traíamos ideas, conocimientos y
valoraciones acerca de los movimientos sociales. ¿Cambió su mirada acerca
de los movimientos sociales a partir de lo trabajado en el curso? ¿En qué
sentido?

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