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Introducción

Desde la etapa intrauterina, el desarrollo del niño es un complejo


proceso de aprendizaje que termina cuando la persona muere. El
contacto con el medio que le rodea, el desarrollo de las funciones
cerebrales, le permite al niño conocer e integrarse a su entorno, y
participar activamente en su transformación, en un complejo proceso
de mutuo intercambio e influencia. Por múltiples factores, un niño ve
afectada su capacidad de aprender, su capacidad de comprender lo
que sucede a su alrededor, esta situación, cuando es severa, lo limita
en su integración social, y por ende se ve afectado su desempeño
escolar.

Es por tanto, que como futuros psicopedagogos necesitamos estar


preparados para poder ofrecer a todos nuestros estudiantes las
condiciones de acceso a una educación que satisfaga sus
necesidades e intereses, sea que presenten Necesidades Educativas
Especiales o no, lo que importa es garantizar un proceso que lleve al
estudiante a adquirir aprendizajes significativos. La finalidad de este
trabajo consiste en entender lo que es el Retraso Mental, sus
principales características, la forma de trabajarlo dentro del aula
regular y sus implicaciones tanto para el centro educativo, la familia y
comunidad.
RESUMEN

CAPITULO 10

Retraso Mental Leve

Los individuos afectos de retraso mental leve adquieren tarde el lenguaje, pero la mayoría
alcanzan la capacidad de expresarse en la actividad cotidiana, de mantener una conversación y
de ser abordados en una entrevista clínica. La mayoría de los afectados llegan a alcanzar una
independencia completa para el cuidado de su persona (comer, lavarse, vestirse, controlar los
esfínteres), para actividades prácticas y para las propias de la vida doméstica, aunque el
desarrollo tenga lugar de un modo considerablemente más lento de lo normal.

Pautas para el diagnóstico


Si se utilizan tests de C.I. estandarizados de un modo adecuado el rango 50 al 69
corresponde a un retraso mental leve. La comprensión y el uso del lenguaje tienden a
tener un retraso de grado diverso y se presentan problemas en la expresión del lenguaje
que interfieren con la posibilidad de lograr una independencia, y que puedan persistir en
la vida adulta. Sólo en una minoría de los adultos afectados puede reconocerse una
etiología orgánica. En un número variable de los afectados pueden presentarse además
otros trastornos tales como autismo, otros trastornos del desarrollo, epilepsia, trastorno
disocial o discapacidades somáticas. En estos casos deben ser codificados
independientemente.

¿Cuál es el diagnóstico diferencial del Retraso Mental?

Diversas condiciones médicas pueden simular el retraso mental. Los niños que proceden
de hogares que proporcionan una insuficiente estimulación, pueden presentar retrasos
motores y mentales que son reversibles, si se les proporciona un entorno enriquecido y
estimulante en la primera etapa de la niñez. Diversas incapacidades, sobre todo la
sordera y la ceguera, pueden simular un retraso mental. Sin embargo, es necesario
establecer el diagnóstico diferencial con:1. Los trastornos específicos del desarrolloEl
atraso en éste caso es en un área específica y no global.2. Los trastornos generalizados
del desarrolloAparece una alteración cualitativa en el desarrollo de la interacción social,
de las habilidades de comunicación, tanto verbales como no verbales, y de la
imaginación.3. Retardo del Desarrollo Psíquico. Generalmente, se establece dentro del
rango de C.I. de 71 a 84, que requiere de una detenida y prolija evaluación de todas las
fuentes de información psicobiosociales.

¿Cuál es el programa de tratamiento para el Retraso Mental?La medicina no posee los


medios para curar a un retrasado mental, una vez que el cuadro se ha instalado. El éxito
terapéutico reside, en realidad, en el diagnóstico precoz. Se debe prevenir y diseñar un
programa terapéutico integral que trate de frenar los diversos factores que en cada caso
estén en juego. Sin embargo, se puede programar:1. Tratamiento biológico:
psicofarmacología.2. Terapia psicológica: técnicas conductuales: individual y grupal.3.
Terapéutica recreativa: ludoterapia, deporte, actividades artísticas.4. Pedagogía
terapéutica: durante el período escolar.5. Formación técnica: talleres protegidos.6.
Programas educativos a la familia y la sociedad.7. Organización de servicios
especializados.El abordaje terapéutico debe ser multidimensional.

Prevención e importancia familiar y social

Todos los conocimientos expuestos en este capítulo tienden a reforzar el criterio de


lograr máxima prevención posible del retardo mental. Se considera que en un 30% de
los casos se puede prevenir un retardo mental. En general, la profilaxis del retraso
mental debe tener en cuenta:Información; cuando una pareja ha concebido un hijo con
retraso mental, netamente hereditario y de transmisión conocida, la probabilidad de
tener otro hijo anormal es mayor que la media de la población general. Prevención de
infecciones e intoxicaciones en la gestación; rubeola, sífilis, reducción del consumo de
alcohol.Reducción de Contaminación ambiental; plomo y radiaciones.Dieta adecuada;
fenilquetonuria, galactosemia.Investigaciones de las incompatibilidades sanguíneas
fetomaternas.Prevención de los traumatismos obstétricos: anoxia neonatal.Mejoría de la
nutrición, agua, desagüe y vivienda.Si hay algo que los niños y adultos con retardo
mental comparten con mucha angustia, es que son diferentes; éstas circunstancias hacen
que socialmente sean considerados como "excepcionales".

Muchas veces las familias sobreprotegen a estos niños y no les brindan la oportunidad
de experimentar y resolver sus propias necesidades, generando una imagen desdibujada
de compasión y pena e impidiéndoles que crezcan y maduren, merced al ensayo y error
en la experiencia de vivir por sí mismo. No se les prepara para la frustración positiva
que conduce al crecimiento, desprendimiento y madurez, actitud familiar que debe
corregirseSegún Freedman "el retraso mental puede ser considerado como un problema
médico, psicológico o educacional, aunque en último análisis es, fundamentalmente, un
problema social".Luego de haber abordado todo lo relacionado con el retraso mental
leve podemos considerar que su estudio ha sido profundo y evaluado a través de varias
épocas e investigadores, todo lo cual ha contribuido a fomentar los parámetros que
sirven de base para enriquecer el análisis y la continua investigación de esta necesidad
educativa especial.

Características de los niños con Retraso Mental Leve


 Son independientes, pero presentan deficiencias en el área sensorio motriz.
 El bebé con debilidad mental suele ser muy tranquilo en ocasiones, demasiado,
lo que puede inquietar.
 No se aprecian diferencias significativas en la coordinación general ni en la
coordinación específica óculo-manual; tampoco en los trastornos de la
lateralidad.
 El equilibrio en relación con los trastornos posturales, la orientación espacio-
temporal y las adaptaciones a un ritmo (especialmente precisión-rapidez) suelen
ser dificultosos.
 Como trastornos intelectivos propiamente dichos, se presentan disminución de la
comprensión, pobreza de razonamiento, falta de autocrítica, dificultades del
pensamiento abstracto.
 El débil pasa por los estadios sucesivos del desarrollo a un ritmo más lento que
el niño normal, sin acabar de desprenderse del todo de las formas anteriores de
su razonamiento.
 También los resultados de las operaciones concretas de los niños retardados y
los normales son muy semejantes; pero en cambio, en los primeros no aparecen
indicios de las operaciones formales. Un factor típico de la debilidad es la
dificultad de alcanzar el pensamiento abstracto. Evidentemente, cuanto más
profundo sea el retardo, las dificultades se acrecentarán hasta llegar a la
incapacidad.
 En los aprendizajes escolares, estos niños pueden alcanzar niveles aproximados
de hasta sexto grado en la enseñanza primaria, aunque a un ritmo más lento que
el normal.
 Frente a situaciones nuevas o extrañas, aparecerán dificultades para adaptarse,
pudiendo llegar a necesitar ayuda cuando se encuentren bajo un fuerte estado de
tensión.
 Los niños con retardo leve presentan una mayor sensibilidad ante el fracaso y
una baja tolerancia a las frustraciones, especialmente las afectivas.

Retraso Mental Moderado.

Este grupo constituye alrededor del 10% de los retrasados mentales. Los individuos
incluidos en esta categoría presentan una lentitud en el desarrollo de la comprensión y
del uso del lenguaje y alcanzan en esta área un dominio limitado. La adquisición de la
capacidad de cuidado personal y de las funciones motrices también están retrasadas, de
tal manera que algunos de los afectados necesitan una supervisión permanente (CIE-10,
1992). Aprovechan poco la enseñanza escolar, pero si reciben clases especiales pueden
aprender lo esencial de escritura, lectura y cálculo; y aprender otras destrezas sociales y
ocupacionales (Martín, B. 1985). En la adultez rara vez obtienen independencia total,
pero suelen ser capaces de realizar trabajos prácticos sencillos si las tareas son
estructuradas y se les supervisa de modo adecuado. La mayoría de ellos alcanza un
desarrollo normal de su capacidad social para relacionarse con los demás y para
participar en actividades sociales simples (CI-10, 1992). En la mayoría de los que se
incluyen en esta categoría puede reconocerse una etiología orgánica.

Pautas para el diagnóstico


El C.I. está comprendido entre 35 y 49. En este grupo lo más frecuente es que haya
discrepancias entre los perfiles de rendimiento y así hay individuos con niveles más
altos para tareas viso espacial que para otras dependientes del lenguaje, mientras que
otros son marcadamente torpes, pero son capaces de participar en relaciones sociales o
conversaciones simples. El nivel de desarrollo del lenguaje es variable, desde la
capacidad para tomar parte en una conversación sencilla hasta la adquisición de un
lenguaje sólo suficiente para sus necesidades prácticas. Algunos nunca aprenden a hacer
uso del lenguaje, aunque pueden responder a instrucciones simples. Algunos aprenden a
gesticular con las manos para compensar, hasta cierto grado, los problemas del habla.
En la mayoría de los que se incluyen en esta categoría puede reconocerse una etiología
orgánica.
En una proporción pequeña pero significativa están presentes un autismo infantil o
trastornos del desarrollo los cuales tienen una gran repercusión en el cuadro clínico y en
el tipo de tratamiento necesario.
También son frecuentes la epilepsia, los déficit neurológicos y las alteraciones
somáticas, sobre todo en los retrasos mentales moderados, a pesar de lo cual la mayoría
pueden llegar a ser capaces de un caminar sin ayuda. Algunas veces es posible
identificar otros trastornos psiquiátricos, pero el escaso nivel del desarrollo del lenguaje
hace difícil el diagnóstico, que puede tener que basarse en la información obtenida de
terceros. Los posibles trastornos concomitantes deben ser codificados
independientemente.

Características

El carácter que predomina en estos niños es el de la hipercinesia con aparición frecuente


de rabietas. Les gusta reclamar la atención del adulto y pueden utilizar cualquier método
para conseguirlo, en especial, aquellos niños que tienen menguadas sus capacidades de
expresión verbal. La afectividad es muy lábil con manifestaciones exageradas de sus
sentimientos, pudiendo pasar de la búsqueda afectiva de un adulto a mostrar con él un
comportamiento desobediente e incluso provocador y agresivo.

Retraso mental grave (CI 20-34) :

Este grupo incluye el 3-4% de los individuos con retraso mental. Es muy similar al
retraso mental moderado. Hay un desarrollo motor anormal, un nivel mínimo del habla
y muy a menudo deformidades físicas. Aprovechan menos la instrucción escolar
comparados con los de retraso mental moderado, aunque con el tiempo pueden aprender
palabras y frases sencillas, así como hábitos de higiene y arreglo personal. En la edad
adulta aprenden a ejecutar tareas ordinarias, pero necesitan completa supervisión y
apoyo económico (Martín B, 1985).

Pautas para el diagnóstico

El CI está comprendido entre 20 y 34.

Incluye:
Subnormalidad mental grave.
Oligofrenia grave.

Características

En la conducta destacan las crisis de cólera y agresividad por su falta de razonamiento,


llegando a las autolesiones. Suelen ser frecuentes los trastornos de hábitos motores:
chupeteo, balanceo, bruxismo, así como síntomas psicóticos: estereotipias,
manierismos, ecolalia, etc.
Estos niños deben acudir a los Centros de Educación Especial donde pueden llegar a un
nivel muy básico de aprendizaje pre-escolar.
En la vida adulta pueden adaptarse a la vida familiar y comunitaria, siempre de forma
tutelada, pudiendo insertarse en programas laborales de terapia ocupacional en tareas
muy simples.
Retraso mental profundo (CI inferior a 20)

Este grupo incluye aproximadamente el 1-2% de las personas con retraso mental. La
mayoría de los individuos con este diagnóstico presentan una enfermedad neurológica
identificada que explica el retraso mental (DSM-IV, 1995). Durante los primeros años
de la niñez desarrollan alteraciones del funcionamiento sensoriomotor bastante graves,
por lo que su movilidad es muy restringida o totalmente inexistente, no controlan
esfínteres y son capaces en el mejor de los casos sólo de formas muy rudimentarias de
comunicación no verbal. Requieren de ayuda adulta y supervisión constantes (CIE-10,
1992).

Pautas para el diagnóstico

El CI es inferior a 20. La comprensión y la expresión del lenguaje, se limitan, en el


mejor de los casos, a la comprensión de órdenes básicas y a hacer peticiones simples.
Pueden adquirir las funciones viso-espaciales más básicas y simples como las de
comparar y ordenar, y ser capaces, con una adecuada supervisión y guía, de una
pequeña participación en las tareas domésticas y prácticas. En la mayoría de los casos
puede ponerse de manifiesto una etiología orgánica. Lo mas frecuente es que se
acompañen de déficits somáticos o neurológicos graves que afectan a la motilidad, de
epilepsia o de déficits visuales o de audición. También es muy frecuente la presencia de
trastornos generalizados del desarrollo en sus formas más graves, en especial de autismo
atípico, sobre todo en aquellos casos que son capaces de caminar.

Incluye:
Idiocia.
Subnormalidad mental profunda.
Oligofrenia profunda.

El grupo afectado de retraso mental profundo supone un 1-2% de las personas con
retraso mental, según el Manual DSM-IV-TR.

Las limitaciones físicas y de salud se encuentran presentes en mayor medida que el


retraso mental grave.

En la infancia muestran considerables alteraciones del funcionamiento sensoriomotor.


Aún así, estas personas pueden, con programas individualizados, conseguir un máximo
desarrollo de sus potencialidades. Las habilidades básicas de cuidado personal y de
comunicación pueden mejorar si se les ofrece un entrenamiento adecuado.

Estas personas necesitan apoyos continuados en más de un área de la vida para poder
participar en su entorno social y tener un calidad de vida como el resto de personas.

La Clasificiación según la Asociación Americana de Retraso Mental no clasifica a las


personas según sus niveles de retraso mental, sino por sus capacidades y limitaciones
resumidas en 4 dimensiones:

1. Funcionamiento intelectual
2. Consideraciones psicológicas/emocionales
3. Consideraciones físicas y de salud
4. Consideraciones ambientales

Un equipo multidisciplinar se encargará de identificar los puntos fuertes y débiles de la


persona. De esta evaluación derivará el tipo e intensidad de apoyo que necesita. Las 4
intensidades de apoyo son: intermitente, limitado, extenso y generalizado.

Retraso mental y gravedad no especifica

Dependiendo del nivel de gravedad del discapacidad cognitiva, el sujeto se puede «educar» y
capacitar para que aprenda a vivir en la sociedad; puede dominar ciertas habilidades de lectura
global (señalización de tránsito, por ejemplo: "STOP"), puede trasladarse a lugares
desconocidos o familiares, puede aprender un oficio y trabajar en él, siempre y cuando la
sociedad le dé la oportunidad de hacerlo.

La discapacidad cognitiva, en la escala de medición de la inteligencia está por debajo de 70 de


CI (cociente intelectual) Es la contraparte al otro extremo de la inteligencia, que es la
superdotación, esta se encuentra por arriba de 130 de CI.

En estos casos hay evidencia de un retraso mental, pero con información insuficiente
como para asignar al enfermo una de las categorías anteriores.

Incluye:
Deficiencia mental sin especificación.
Subnormalidad mental sin especificación.
Oligofrenia sin especificación.

Fuentes Bibliográficas

 http://www.psicopedagogia.com/definicion/retardo%20mental
 http://www.monografias.com/trabajos13/elretram/elretram.shtml

Alcón, J. (2011). Pensamiento libre para personas con discapacidad intelectual: programa
pienso, luego soy uno más. Ediciones Pirámide, S.A.

https://www.educacioninicial.com/c/000/520-retraso-mental-moderado/

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