14 ECONOMÍA
X X COLABORACIÓN
Dólar alto y soluciones que no funcionan
X X Miguel Pacher
Contador Público; exvicedecano y docente
Fac. Ciencias Económicas-UNER; ex docen-
te Uader; UCA
M
al que nos pese a los ar-
gentinos, nuestro país se
halla nuevamente inmer-
so en la incertidumbre como con-
secuencia de la prolongación de la
crisis cambiaria iniciada a fines del
mes de abril último. No alcanzó el
discurso oficial destacando el nue-
vo endeudamiento y sometimien-
to a las condicionalidades y políti-
cas del FMI para aplacar a los gran-
des operadores en el mercado cam-
biario, aún cuando el Banco Cen-
tral (BCRA) paralelamente intentó,
sin éxito, neutralizarlos perdiendo
en ello casi 20.000 millones de dó-
lares de sus reservas externas en-
tre el 20 de abril y el 28 de agosto.
En consecuencia, ese verdadero
golpe del mercado disparó el pre-
cio del dólar que raudamente pa-
só de $ 20,80 a rozar los $ 44 impli-
cando una inédita devaluación del
peso de mas del 100% ¡en poco más
de cuatro meses! No obstante y al
margen del desconcierto imperan-
te, una devaluación de tal magni-
tud constituye, en principio, un in-
centivo para aumentar las exporta-
ciones pues se vuelven más com-
petitivas. Paralelamente tienden a
disminuir las importaciones dado
que se encarecen. Con ello mejo-
raría el saldo de la balanza comer-
cial y por ende podría reducirse el
alarmante déficit de la cuenta co-
rriente del balance de pagos. Ca-
be recordar que Argentina regis-
tró el año pasado un déficit exter-
no récord de más de 30.000 millo-
nes de dólares y este año continúa
con esa grave tendencia.
Pero en nuestro país, ese impul-
so alcista del tipo de cambio colate-
ralmente genera inflación. Así, pa-
ra este año ya se estima en más del
35% cuando a fin de diciembre de
2017 se pronosticaba en no más de
15%. Y la inflación anula en no mu-
cho tiempo el efecto beneficioso de
la devaluación para los exportado-
res, pues genera el atraso del tipo de
cambio real. Paralelamente reduce
el poder adquisitivo de asalariados
y jubilados, principalmente, con lo
cual se deprimirá aún más el merca-
do interno configurando un escena-
rio recesivo para toda la economía.
Como se aprecia, una supuesta so-
lución para el sector externo es a la
vez, en este contexto, un problema
real para el conjunto de la economía.
En nuestra historia económica,
como hoy día, abundan los casos
de soluciones que no funcionaron o
sea de fracasos. Por ejemplo, la in-
tranquilidad instalada desde hace
cuatro meses, creemos responde
también a la aún fresca memoria
de la crisis del año 2001. Recorde-
mos que fue el triste y costoso final
del régimen de convertibilidad de
nuestra moneda implementado en
el año 1991 por ley 23.928. Se tra-
tó de otra solución que finalmen-
te no funcionó, aún cuando desde
antes y durante todo ese período
estuvimos bajo la supervisión del
FMI. En ese sentido, vale recordar
que tan solo tres años antes de ese
catastrófico final, el FMI conside-
raba a la Argentina “como un ejem-
plo a imitar... tiene una historia para
contarle al mundo. Es una historia
sobre la importancia de la discipli-
na fiscal, el cambio estructural y de
una política monetaria mantenida
con vigor, dijo ayer en Washington
el titular del FMI, Michel Camdes-
sus” (textual, Clarín, 02/10/1998).
SALVATAJE. Sin embargo, allí se
eludía mencionar los crecientes
déficits gemelos –fiscal y externo–
que ya presentaba Argentina, al
igual que actualmente. Los mis-
mos fueron causas principales de
la crisis mencionada, especialmen-
te el déficit externo y la colosal fuga
de capitales. Todas las “medidas de
salvataje” implementadas durante
ese año, como el “blindaje” (enero
2001), el apoyo financiero adicional
del FMI (agosto 2001) y el “mega-
canje” (noviembre 2001), resulta-
ron soluciones que no funcionaron
y se debió recurrir a la restricción
de retiro de depósitos de los ban-
cos lo que se denominó “corralito”
y a la mega devaluación, cuando el
dólar pasó de cotizar un peso a tres
pesos, o más.
Es que, en particular, el sector
externo de la economía argentina
con corridas cambiarias, fuga de
capitales y default de la deuda, ha
sido el generador de las mayores y
más costosas crisis económicas y
sociales de nuestro país. Lo adver-
timos en estas páginas cuando es-
cribimos “El pecado original de la
Argentina” (04/12/16) y “La espa-
da de Damocles de la economía”
(22/04/17), en oportunidad que el
actual gobierno dispuso la apertu-
ra externa irrestricta y aprovechó
el importante desendeudamiento
generado por la gestión anterior.
Lamentablemente no estábamos
equivocados en nuestras modes-
tas advertencias.
SIN CRECIMIENTO. En efecto, la
economía argentina posee, entre
otras, dos características funda-
mentales: es estructuralmente in-
flacionaria y también es estructu-
ralmente deficiente en la genera-
ción de divisas suficientes como
para mantener un razonable cre-
cimiento sostenible.
Si esto es ignorado –o sabido es
dejado de lado– se comete, al me-
nos, un error de diagnóstico pa-
ra planificar la acción de gobierno
que irremediablemente se trans-
formará en nuevas soluciones que
no funcionan.
Pero como una parte de la so-
ciedad parece tener poca memo-
ria, se vuelve a incurrir en los mis-
Paraná, domingo 2 de septiembre de 2018
mos errores del pasado y por eso
estamos otra vez dependiendo de
viejas e interesadas directivas y re-
cetas pergeñadas en otras latitudes
que ignoran la realidad estructural
de nuestra economía. Es antiquísi-
ma la frase que predice: “los pue-
blos que olvidan su historia están
obligados a repetirla” (1).
Las pruebas están a la vista. Por
caso, respecto de la inflación, el en-
foque económico oficial abreva en
la corriente monetarista neoliberal
que sostiene que la inflación es ge-
nerada única y exclusivamente por
un exceso de dinero en la econo-
mía. Entonces, aumentando la tasa
de interés y reduciendo la cantidad
de dinero (por ejemplo mediante
las Lebac) los índices inflaciona-
rios deberían tender a la baja. De
esa manera se desconoce nuestra
realidad donde la inflación es tam-
bién un fenómeno estructural ge-
nerado por múltiples causas, tales
como: mercados concentrados, mo-
nopólicos y oligopólicos formado-
res de precios sin competencia, co-
lusión mediante; deficientes cade-
nas de intermediación productor-
vendedor final; ineficientes vías y
medios de transporte de la produc-
ción; insuficiencia de oferta de bie-
nes por baja inversión; entre otras.
En esa ignorancia o negación de la
realidad, está la explicación del ro-
tundo fracaso del Plan de Metas de
Inflación, que incluso, como dice la
tribuna, “se llevó puesto” al ante-
rior presidente del BCRA, obligado
a renunciar a mediados del mes de
junio, dejando una inflación “viva,
coleando y en aumento”.
DESEQUILIBRIOS. En cuanto al
sector externo, Argentina posee
una “estructura productiva des-
equilibrada” por eso sufre de la
llamada restricción externa o in-
capacidad del aparato económico
para generar las divisas genuinas,
necesarias y suficientes a través de
XXFuturo
A ún con soluciones que no
funcionan, los argentinos
no debemos perder la esperan-
za de superar una vez más una
muy crítica coyuntura y continuar
aspirando por un futuro mejor,
sólo alcanzable cuando se im-
plemente y logre un crecimiento
económico sostenible.
sus exportaciones. Todo ello pa-
ra poder atender luego el pago de
las importaciones, más la fuga de
capitales y más el pago de la deu-
da contraída en moneda extranje-
ra o al menos sus intereses. Por lo
tanto en materia de política de Ba-
lance de Pagos se debe contemplar
esa realidad estableciendo ciertas
exigencias para el comercio y las
finanzas con el exterior. Sin em-
bargo, ni bien asumió el actual go-
bierno dispuso el inmediato levan-
tamiento del control de cambios o
“cepo cambiario” pero sumándo-
le la temeraria eliminación de to-
da restricción a la entrada y salida
de capitales a lo que se agregó el
excesivo endeudamiento externo
que contrajo en pocos meses. Co-
mo si fuera poco, eliminó además
el plazo para que los exportadores
ingresen y liquiden en el país las di-
visas de sus ventas al exterior. Con
el anterior gobierno dicho plazo
era de unos pocos días. Ahora, las
tan imprescindibles divisas gene-
radas genuinamente por el comer-
cio exterior pueden demorar su in-
greso significativamente o no ha-
cerlo. Esto resulta una medida to-
talmente inconducente para una
economía que adolece de la res-
tricción externa.
Para nosotros, el déficit exter-
no es el quid de la crisis cambia-
ria y económica actual ya que re-
vela la insuficiencia e insolvencia
del país en generar divisas genui-
nas y con ello indica la latente po-
sibilidad de un nuevo default. Este
es el verdadero trasfondo, en nues-
tra opinión, causante de la corrida
cambiaria que sufrimos actualmen-
te. Como ya dijimos, la colosal de-
valuación podría reducir este défi-
cit, pero no alcanza.
Así que la tan publicitada aper-
tura e integración de Argentina al
mundo más el excesivo endeuda-
miento, dada la impericia y des-
preocupación con que se realizó
a partir de diciembre de 2015, es
una de las causas fundamentales
de la llamada oficialmente turbu-
lencia cambiaria. De tal manera y
ante la así inducida falencia de di-
visas se incurrió en otra solución
que no funcionó pero que sirvió al
gobierno para justificar la recaída
en la asistencia del FMI.