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Fronteras simbólicas e imaginarios sociales

Research · April 2015


DOI: 10.13140/RG.2.1.4414.4163

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Zulema Trejo
El Colegio de Sonora
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“Fronteras simbólicas e imaginarios sociales”
Zulema Trejo

“Fronteras simbólicas e imaginarios sociales”


Zulema Trejo
El Colegio de Sonora

Introducción

La investigación social e histórica presenta constantemente retos para quien la lleva a cabo, ya
sea por la emergencia de nuevas temáticas de estudio o por la necesidad de ampliar y profundizar
el conocimiento que ya se tiene acerca de uno u otro tema de estudio; para responder a estos retos
hay que avanzar en la exploración de nuevas metodologías y/o perspectivas teóricas que
posibiliten profundizar en una problemática específica, ampliar lo que se sabe de ésta o investigar
un nuevo proceso socio-histórico. Con el fin de coadyuvar a enfrentar los retos que la
investigación social nos pone enfrente, en el presente artículo propongo el uso de una perspectiva
teórica, los imaginarios sociales, y una categoría analítica, las fronteras simbólicas, para analizar
procesos sociales tanto históricos como contemporáneos.
La forma como estructuré el artículo va llevando de lo particular a lo general, esto es, parto
primero de la descripción analítica de los elementos que componen la categoría de frontera
simbólica, su definición, la forma como puede ser representada; posteriormente paso a tratar el
tema de los imaginarios sociales, la manera como se entrelaza con el análisis de las fronteras
simbólicas y finalmente presento ejemplos de cómo se puede aplicar mi propuesta en el ámbito
de la investigación histórica. A lo largo del trabajo hago una constante imbricación entre
explicación teórica y su aplicación por medio de ejemplos tanto en términos de análisis de
documentos históricos, como mediante la representación gráfica de los elementos que voy
explicando.
Antes de pasar a exponer mis planteamientos quiero destacar que los planteamientos
desarrolladas en este artículo son fruto de las reflexiones que he hecho no sólo a partir de los
textos citados y consultados, sino de la experiencia adquirida a medida que me he adentrado en la
investigación de la historia de los grupos indígenas, tomando como marco de referencia la
perspectiva de los imaginarios sociales y otros elementos teórico-metodológicos que la
complementan, como algunos elementos de la historia conceptual.

¿En la multi o la interdisciplina?

El estudio de los procesos socio-históricos es un ámbito de investigación tan amplio que varias
disciplinas se dedican a su estudio; por consiguiente cada vez con mayor frecuencia se produce la
convergencia de algunas de ellas para el estudio de un mismo proceso y/o acontecimiento, esto a
su vez propicia que las categorías utilizadas por unas sean retomadas por otras para aplicarlas a
sus casos específicos de estudio. La cooperación entre diversas disciplina se concreta en el
intercambio de metodologías y referencias teóricas que se inscriben en el campo de la
interdisciplina y/o multidisciplina. ¿Qué es la multidisciplina?, ¿cuál es el significado de la
interdisciplina? En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua no hay definiciones para
ninguno de estos dos términos, en tanto que sí existen para las palabras multidisciplinar e
interdisciplinar cuyos significados son muy similares.1 La ambigüedad que existe en el
Diccionario de la Real Academia con respecto a la definiciones de estos términos, da una clara
idea de la situación que se vive en el ámbito de la investigación social con respecto a qué se debe
entender por una u otra.
En 1999 Marco Antonio Cardoso publicó un artículo en el cual presentó un análisis sintético de
diversas definiciones de multidisciplina e interdisciplina, en dicho estudio apunta cuestiones
interesantes como mostrar que los diversos significados de estos términos son en muchas
ocasiones contradictorios;2 asimismo esboza un panorama complicado en el cual se aprecia que la
diferencia entre interdisciplina y multidisciplina es tan sutil, que la línea divisoria entre ambas se
transforma, más que en una frontera conceptual, en un espacio de convergencia cuya

1
De acuerdo al Diccionario de la Real Academia de la Lengua en su vigésima segunda edición, las palabras
multidisciplina e interdisciplina no están reconocidas, sí lo están en cambio multidisciplinar e interdisciplinario y
ambos términos tienes prácticamente la misma escueta definición “estudio que se realiza con la cooperación de
varias disciplinas”
2
Marco Antonio Cardoso Gómez. “Interdisciplina o multidisciplina en el área de la salud”. Salud problema. México:
UAM-Xochimilco, no. 4, pp. 33.
característica principal es la colaboración de varias disciplinas para lograr un objetivo común.3 El
artículo de Cardoso puede considerarse, en mi opinión, un trabajo representativo del debate que
en las décadas de 1980 y 1990 se produjo en torno al significado de los términos multidisciplina e
interdisciplina; en aquellos años tanto la definición como el planteamiento de investigaciones y
equipos de trabajo interdisciplinarios o multidisciplinarios estuvo acotado básicamente a los
campos dedicados al estudio de la salud.4
En la primera década del siglo XXI el debate en torno a la definición de multidisciplina e
interdisciplina disminuyó en la misma proporción que aumentó el número de trabajos en cuyos
títulos aparecen referencias explícitas a uno u otro de estos términos, un ejemplo de lo anterior es
el libro El desarrollo: perspectivas y dimensiones. Aportes interdisciplinarios, una compilación
de trabajos que estudian el desarrollo desde diferentes ángulos, sin embargo en la introducción
elaborada por Zorro Sánchez no existe una definición explícita de interdisciplina, lo más parecido
a ésta es la explicación del autor con respecto a la necesidad de que un fenómenos con múltiples
dimensiones, como el desarrollo, sea estudiado tomando en cuenta su multidimensionalidad, por
lo cual es necesario, se lee entre líneas, el concurso de varias disciplina para su estudio.5
Cabe aclarar que también existen trabajos en los cuales los términos interdisciplina o
multidisciplina son retomados, analizados y aplicados con mayor profundidad, un ejemplo es el
de Rolando Díaz,6 quien señala que para calificar una investigación como multidisciplinar o
interdisciplinar, se debe tomar en cuenta el diseño de la metodología que se necesita para estudiar
un sistema complejo; atendiendo a los postulados de Díaz se puede entender que un sistema
complejo7 es la forma genérica de llamar a los objetos de estudio de las diversas disciplinas
científicas; por consiguiente para él un trabajo o una propuesta en el ámbito de la multidisciplina
es aquella que fracciona las interrelaciones entre el todo y los elementos que lo componen, para

3
A finales de la década de 1970 y durante la de 1980 se produjo un intenso debate acerca de la definición, utilidad de
la interdisciplina y multidisciplina principalmente en los campos de la salud y la psicología. Los ecos de ese debate
se escucharon aún en la década de 1990 sin alcanzar a influir realmente en las ciencias sociales y humanidades.
4
Ejemplo de ello son los trabajos de Marco Antonio Cardoso, Emilio Ribes Iñesta quienes formaron parte de un
grupo de investigadores que tanto en la década de 1980 como en la de 1990 publicaron una serie de artículos que
contribuyeron al debate centrado en torno a la definición de los términos interdisciplina y multidisciplina en el
ámbito académico de México.
5
Carlos Zorro Sánchez. El desarrollo: perspectivas y dimensiones. Aportes interdisciplinarios. Bogotá: Embajada
del Reino de los Países Bajos, Universidad de los Andes, 2007, pp. xxvi-xxvii.
6
Rolando Díaz. “Interdisciplinariedad y sistemas complejos”. Revista Latinoamericana de Metodología de las
Ciencias Sociales. Buenos Aires: Universidad Nacional de La Plata, vol. 1, no. 1, 2011, pp. 66-101. En:
http://www.relmecs.fahce.unlp.edu.ar/article/view/v01n01a04/107
7
Aquí hay que recordar que un sistema complejo tiene, además, una definición específica al interior de la teoría de
sistemas pero en este caso en concreto no se está haciendo alusión a ese significado específico.
que cada disciplina estudie la parte que le corresponde; en tanto que las propuesta que se hacen
en el marco de la interdisciplina diseñan una metodología que retoma elementos de diversas
disciplinas para estudiar las interrelaciones que se producen al interior de un sistema complejo.8
Retomando lo planteado hasta aquí, y concretamente los aportes teóricos de Rolando Díaz, asumo
que la propuesta que presento a continuación con respecto a las fronteras simbólicas se inscribe
en el ámbito de la interdisciplina, puesto que el eje conductor del ensayo es plantear no sólo una
categoría analítica, sino derivar de la misma algunos elementos metodológicos que permitan
profundizar en el estudio de las interrelaciones simbólicas que se producen, o produjeron, entre
dos grupos sociales y cuya concreción se encuentra en sus alianzas, conflictos e instituciones.
Cabe aclarar que daba mi formación como historiadora, el trabajo se centra en el campo de la
investigación histórica, lo cual considero no debe tomarse como una limitante, sino como una
aplicación concreta de lo que voy proponiendo a nivel teórico.

La frontera y sus múltiples definiciones

La palabra frontera tiene en el lenguaje académico tantas connotaciones como disciplinas la usan
en sus investigaciones; por ello es necesario acudir a su significado original a fin de tener una
base firme de la cual partir para el desarrollo de este artículo. De acuerdo a “la etimología latina
[…] el término deriva de frons, frontis aplicado a la parte superior del rostro, a la fachada de una
construcción o a la superficie destinada al contacto con algo o con alguien”.9 Aunque el
significado etimológico de frontera no habla explícitamente de un límite, la palabra sí “suele
evocar límite, demarcación, confín, y, en ocasiones, barrera que separa y delimita”;10 esta
evocación de límite es la que se solía tomar como significado de frontera en los trabajos
históricos y sociales hasta hace no mucho tiempo.
El afán de perfeccionar la definición del término frontera lleva a que algunos autores añadan un
adjetivo a la palabra, creando así categorías analíticas que se aplican a diversos ámbitos del
conocimiento, ejemplo de ello son las fronteras culturales, lingüísticas, de guerra, políticas por

8
Rolando Díaz (op. cit.).
9
Laura López Morales. “Entre confines lingüísticos, geográficos y simbólicos”. Revista Mexicana de Estudios
Canadienses. México: Asociación Mexicana de Estudios sobre Canadá, núm. 4, otoño, 2002, p. 1. En:
http://www.amec.com.mx/revista/004/05%20Entre%20Confines%20Linguisticos.pdf
10
Ídem.
mencionar algunas. En las páginas siguientes me ocuparé de una de estas categorías, esto es de
las fronteras simbólicas, que en el campo de la historia es novedad, no así en terrenos de la
antropología, la sociología y la literatura, disciplinas en las cuales se maneja regularmente la
noción de fronteras simbólica.11

Símbolo, simbólico

De acuerdo al Diccionario de la lengua española la palabra simbólico está referida a símbolo, y


ésta a su vez se define como “Representación sensorialmente perceptible de una realidad, en
virtud de rasgos que se asocian con esta por una convención socialmente aceptada”. En
disciplinas como la literatura el significado de símbolo adquiere matices que no se encuentran en
su definición oficial, por llamarla de alguna manera. En el ámbito literario el símbolo es una
figura retórica que permite evocar imágenes, situaciones o emociones que no están presentes en
el texto, al evocarlas mediante el uso de una idea o una imagen que las representa;12 y con esta
palabra nos trasladamos a terrenos del arte en los cuales el símbolo se ve como una
representación, es decir, una imagen mediante la cual se representa una idea, se evoca una
realidad que no está presente. Resumiendo. El símbolo es “una unión que conecta dos elementos
dispares en nuestra mente. El símbolo tiende a enlazar, suturar donde hay un límite o una
fractura”.13
Atendiendo al significado de símbolo, la unión de las palabras simbólico y frontera puede parecer
una paradoja, ya que el significado primario de frontera la equipara con un límite, en tanto que lo

11
Ver, por mencionar algunos trabajos: Enrique Laraña. “Globalización, centro y fronteras simbólicas en la teoría
sobre la sociedad contemporánea”. Revista Internacional de Sociología. Madrid: Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, núm. 28, pp. 209-240; Alejandro Grimson. “Las culturas son más híbridas que las
identificaciones. Diálogos inter-antropológicos”. Buenos Aires: Universidad de San Andrés, ponencia presentada en
el Foro de Crítica Cultural. En:
http://www.udesa.edu.ar/files/UAHumanidades/Critica%20Cultural%202011/Culturas_hibridas.pdf; Cynthia Pech
Salvador, Marta Rizo García, Vivian Romeu Aldaya. “El habitus y la intersubjetividad como conceptos claves para
la comprensión de las fronteras internas. Un acercamiento desde las propuestas teóricas de Bourdieu y Schütz”.
Frontera Norte. Tijuana: El Colegio de la Frontera Norte, vol. 21, no. 41, 2009, pp. 33-52. En:
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13604102
12
Lo anterior se puede ejemplificar con símbolos que ya son universalmente reconocidos, como la lluvia que
representa la tristeza o las lágrimas, la balanza que simboliza la justicia entre otros.
13
Lilia Leticia García Peña. Nociones esenciales para el análisis de los símbolos en los textos literarios. Revista
electrónica de teoría de la literatura y literatura comparada. Barcelona: Universidad Autónoma de Barcelona, núm.
6, p. 128. En: http://www.452f.com/pdf/numero06/garcia/06_452f_garcia_indiv.pdf
simbólico constituye un puente entre dos elementos separados y en ocasiones divergentes entre
sí. Sin embargo la paradoja es aparente puesto que, como se verá a continuación, el significado de
frontera simbólica está más cercano a la convergencia que a la delimitación.
La noción de fronteras simbólicas se ha utilizado desde tiempo atrás, sin embargo los años de uso
no están directamente relacionados con la existencia de un significado claro, es decir, aún no se
sabe con exactitud qué se debe entender al hablar de una frontera simbólica; lo cual no quiere
decir que los esfuerzos por dotar esta categoría de un significado preciso sean inexistentes, por el
contrario, hay varios autores que se han afanado en definirla, pese a ello el panorama aparece un
tanto confuso, ya que en ocasiones más que enunciar un significado preciso para frontera
simbólica, sus esfuerzos se centran en señalar la importancia de su utilización para el
planteamiento de explicaciones novedosas; de esta forma tenemos, sino una definición concreta
de la categoría en cuestión, sí una serie de elementos que nos permiten identificar sus principales
características, algunas de las cuales se derivan del significado de los términos que la componen.
Por ejemplo atendiendo a lo que el Diccionario de la Lengua Española define como simbólico y
símbolo, se puede decir que las fronteras simbólicas son intangibles pero no imperceptibles, es
decir, no podemos tocarlas, pero sí podemos percibirlas, describirlas e incluso delimitarlas
aunque sus límites sean necesariamente flexibles, y más una construcción hecha por cuestiones
didácticas, que un reflejo de la realidad existente.
Al calificar a una frontera como simbólica, ¿de qué estamos hablando exactamente?, ¿qué imagen
queremos evocar en la mente de las personas cuando traemos al centro de nuestras reflexiones
esta categoría analítica?, ¿qué parte de realidad pretendemos representar y definir cuándo
aludimos a las fronteras simbólicas? Para comenzar a responder estos cuestionamientos se verá
cómo se ha definido en las ciencias sociales a las fronteras simbólicas.
La mayor parte de las definiciones que se han dado de frontera simbólica coinciden en dos
puntos: son intangibles,14 y la forma o método tanto para identificarlas como analizarlas es el
lenguaje;15 si partimos de estos dos aspectos podemos señalar que una frontera simbólica si bien
no se puede tocar ni ver, sí puede percibirse y por consiguiente representarse a través del

14
Marta Rizo García, Vivian Romeu Aldaya. “Hacia una propuesta teórica para el análisis de las fronteras simbólicas
en situaciones de comunicación intercultural”. Estudios sobre las culturas contemporáneas. Colima: Universidad de
Colima, vol. 12, núm. 24, 2006, pp. 35-54. En: http://bvirtual.ucol.mx/descargables/618_hacia_una_propuesta.pdf
15
Claudio Maíz. “Fronteras espaciales y fronteras culturales. La experiencia novecentista”. Revista Universum.
Talca: Universidad de Talca, núm. 15, 2000, pp. 161-173. En: http://universum.utalca.cl/contenido/index-
00/maiz.pdf; Laura López Morales (op. cit.).
lenguaje; si es factible representarla por medio del lenguaje entonces es posible analizarla
mediante herramientas teórico-metodológicas que analicen el lenguaje, tales como los
imaginarios sociales, la hermenéutica, el análisis del discurso, la exegesis. Tomando en cuenta lo
dicho hasta aquí proponemos que la definición dada por Laura Paniagua Arguedas de frontera
simbólica en 2006, sigue siendo hasta el momento la más clara:
[…] las fronteras simbólicas constituyen aquellas imágenes, formas discursivas, acciones,
pensamientos, y sentimientos, que son una barrera imaginaria levantada en torno “a los
otros” [sic] son construcciones simbólicas, invisibles (no palpables), pero existentes, pues
pueden invisibilizar al otro.16

Aun siendo la definición dada por Paniagua la más clara que encontré, no comparto su afirmación
de que las fronteras simbólicas son solamente barreras; en este sentido considero que lo dicho por
Rizo y Romeu es necesariamente complementario a la definición de Paniagua. Marta Rizo y
Vivian Romeu señalan que las fronteras simbólicas si bien pueden considerarse un espacio que
divide, también se constituyen en zonas de negociación e intercambio que ellas denominan
identidades fronterizas,17 lo cual desde mi punto de vista es innecesario puesto que en lugar de
clarificar la definición de fronteras simbólicas, la complejizan al añadir una nueva categoría
analítica que es muy similar, sino es que igual a éstas.
En concordancia con lo mencionado hasta aquí, propongo que las fronteras simbólicas se definan
como espacios intangibles de convergencia, en los cuales dos o más colectividades conviven de
forma intermitente; esta convivencia genera acuerdos, conflictos, consensos y rupturas que hacen
perceptible la presencia de dichas fronteras, y posibilitan su análisis, mismo que a su vez sirve
para esbozar tanto nuevas como más completas explicaciones de los procesos socio-históricos.

Fronteras simbólicas e imaginarios sociales: representación y análisis

Las fronteras simbólicas son espacios de convergencia en los cuales confluyen las significaciones
imaginario sociales que unen, separan, identifican, asimilan a los grupos sociales; la confluencia

16
Laura Paniagua Arguedas. “La palabra como frontera simbólica”. Revista de ciencias sociales. San José:
Universidad de Costa Rica, vol. 1-2, núm. 112, p. 144.
17
Marta Rizo García y Vivian Romeu Aldaya (op. cit.), p. 37.
de estas se concretiza en instituciones.18 El planteamiento anterior me da pie para entretejer con
la categoría de fronteras simbólicas el planteamiento teórico de imaginarios sociales, desde la
perspectiva enunciada por Cornelius Castoriadis a mediados de la década de 1970, cuando
publicó su libro La institución imaginaria de la sociedad.
De acuerdo a los planteamientos de Cornelius Castoriadis el imaginario social es una red
simbólica de significaciones imaginario sociales que subyace al entramado social;19 las
significaciones imaginario-sociales se crean o re-crean de la nada, es decir, en ellas se funden
elementos simbólicos nuevos y viejos por decirlo coloquialmente. Las significaciones imaginario
sociales se instituyen, es decir, se hacen perceptibles a través de las instituciones, sobre todo por
medio de una institución universalmente compartida: el lenguaje.
Con respecto a las significaciones imaginario sociales, su definición y funciones Cornelius
Castoriadis señala:
Las significaciones imaginario sociales crean un mundo propio para la sociedad
considerada, son en realidad ese mundo: conforman la psique de los individuos. Crean así
una representación del mundo, incluida la sociedad misma y su lugar en ese mundo: pero
este no es un constructum intelectual; va parejo con la creación del impulso de la sociedad
considerada (una intención global, por así decir) y un humor o Stimmung específico-un
afecto o una nebulosa de afectos que embeben la totalidad de la vida social.20

¿Qué relación tiene la propuesta de los imaginarios sociales con las fronteras simbólicas? En mi
opinión tienen una relación muy cercana ya que al ser las segundas un espacio de convergencia
de elementos simbólicos, los primeros constituyen el marco teórico referencial que permite
analizar y explicar lo que acontece al interior de las fronteras simbólicas, es decir, posibilita
entender cuáles son las significaciones imaginario sociales que hacen posible el entendimiento o
conflicto entre dos o más colectividades, asimismo permiten acceder al magma21 que subyace a la
creación y/o re-creación de las instituciones que rigen una sociedad dada.

18
De acuerdo a los planteamientos de Cornelius Castoriadis se considera a las instituciones como una red simbólica
de significaciones que estructuran y funcionalizan una sociedad, o grupo social dado, permitiendo de esta forma su
supervivencia como tal.
19
Cornelius Castoriadis. La institución imaginaria de la sociedad. Buenos Aires: Tusquets, 2010, p. 258.
20
Cornelius Castoriadis. “El imaginario social instituyente”. Zona erógena. Buenos Aires, núm. 35, 1997, p. 9.
21
“Magma no es un conjunto, una suma, o un sistema o una estructura, es un modo de ser de elementos, que no es
determinado o –si se quiere- que haya determinaciones nuevas a cada momento”. Yago Franco. Magma. Cornelius
Castoriadis: psicoanálisis, filosofía, política. Buenos Aires: Editorial Biblos, 2003, p. 103.
Resumiendo lo dicho hasta aquí. Las fronteras simbólicas son un espacio intangible pero
perceptible en el que convergen las significaciones imaginario sociales de las colectividades,
estas SIS al crearse o re-crearse permiten a los grupos sociales identificarse ante sí y frente a los
otros, asimismo posibilitan sus acuerdos, desacuerdos, pactos, conflictos, en suma, están
subyacentes a las interrelaciones de los individuos socializados, así como de las instituciones que
rigen y dan coherencia a la sociedad en su conjunto. Así pues, la categoría de las fronteras
simbólicas cobra nueva importancia, puesto que es el lugar de encuentro de los imaginarios
sociales de dos o más colectividades.
Los imaginarios sociales son imperceptibles e intangibles, sin embargo susceptibles de análisis
mediante el lenguaje, institución que hace perceptible a las interrelaciones producidas al interior
de una frontera simbólica; entonces si las fronteras simbólicas se pueden percibir, ¿hay alguna
forma de hacerlas visibles?, hablando en términos estricto la respuesta tiene que ser no, sin
embargo sí hay una forma de representarlas, es decir, de hacerlas “visibles” con fines didácticos.
A continuación, mediante un ejemplo, presento una propuesta de cómo representarlas y
analizarlas A fin de conseguir este objetivo de la forma más clara posible, en los siguientes
apartados me valdré de ejemplos tomados de la investigación histórica para explicar cómo
representar las fronteras simbólicas y analizarlas.
Uno de los procesos socio-históricos que consideramos se puede explicar de manera más amplia
y profunda utilizando la categoría de fronteras simbólicas son las relaciones entre grupos
indígenas-sociedad blanca; para ello es necesario tanto identificar como ubicar los espacios
simbólicos22 al interior de los cuales se produjo el contacto entre ambas sociedades. Dado que las
fronteras simbólicas son intangibles, no es posible señalar su existencia como un lugar físico, un
espacio geográfico concreto, sin embargo el hecho de que sí sean perceptibles posibilita el que
puedan representarse a través del lenguaje;23 en este caso acudimos a dos teorías que nos
permitirán hacer visible dicha representación, por un lado tenemos a la teoría de conjuntos y por
el otro a la teoría de sistemas.24

22
Aclaramos que utilizaremos el término de espacio simbólico como sinónimo de frontera simbólica.
23
Aquí utilizamos la palabra lenguaje en el sentido amplio del término
24
Cabe decir que tanto de la teoría de conjuntos como de la de sistemas tomaré únicamente ciertos elementos que me
permitan representar las fronteras simbólicas, esto es, hacerlas “visibles.”
La teoría de conjuntos25 nos permitirá hacerlas “visibles” mediante representaciones con
diagramas de Venn.26 Obviamente estas representaciones tienen un carácter meramente
explicativo, de ninguna forma implican la representación de algún espacio físico y/o geográfico.
Por otra parte la teoría de sistemas27 nos proporcionará las herramientas teóricas necesarias para
describir y analizar la manera como se entretejían las significaciones imaginario sociales de dos o
más colectividades que convergieron en las fronteras simbólicas; así como la forma en que estas
interacciones se concretizaron en instituciones compartidas entre las distintas etnias o entre
indígenas y sociedad blanca.
Ahora, ¿cómo identificar la o las fronteras simbólicas que pueden representarse mediante
diagramas de Venn? Es obvio que no podemos verlas, aunque sí podemos percibirlas a través del
lenguaje. En el caso de la historia esta percepción se logra mediante el análisis de documentación
como crónicas, descripciones geográficas y otras obras contemporáneas al o los acontecimientos
estudiados, asimismo cuando es posible hacerlo se acude al análisis de los testimonios orales.
Resumiendo. El discurso28 de los grupos sociales que se encuentran entre sí es lo que nos permite
percibir los contornos y definir los espacios que podemos denominar fronteras simbólicas.
Para ejemplificar lo expuesto anteriormente analizaré un fragmento de la crónica escrita por
Andrés Pérez de Ribas, misionero de la Compañía de Jesús entre los indígenas cahítas (mayos y
yaquis) en el siglo XVII: “El frijol, que es semilla semejante a la haba de Castilla, y aun más
suave, usan todos sembrarlo, con otro género de semillas que tienen por regalo. Tambien les sirve
de sustento un género de algarrovillas, que llevan árboles silvestres que se llaman mezquites, y

25
Para información respecto a la teoría de conjuntos se pueden consultar Lógica y teoría de conjuntos de Carlos
Ivorra, en http://www.uv.es/ivorra/Libros/Logica.pdf
26
El diagrama de Venn representa “regiones cerradas que sirven para visualizar el contenido de un conjunto o las
relaciones entre conjuntos”. Ver José Manuel Becerra. “Matemáticas básicas: teoría de conjuntos”. En:
http://www.fca.unam.mx/docs/apuntes_matematicas/01.%20Teoria%20de%20Conjuntos.pdf
27
Aunque la teoría general de sistemas plantea la creación de modelos, preferentemente matemáticos, para aplicarse
a la solución de problemas en diversas ciencias y/o disciplinas, en este caso lo que nos interesa de este propuesta
teórica son las herramientas que nos permitirán distinguir las similitudes en el comportamiento (interrelación) de los
elementos de uno o varios sistemas, en este caso los sistemas, por así llamarlos, son grupos sociales. Para mayor
información acerca de esta teoría ver Ludwing von Bertalanffy. Teoría General de los Sistemas. México: Fondo de
Cultura Económica, 2006.
28
En este caso estamos considerando al discurso como “lengua en uso” ya que ello nos permite considerarlo “como
un sistema (como una forma de hablar social y culturalmente organizada) a través de la cual se realizan funciones
particulares”. Deborah Schiffrin. “Definiciones de discurso”. Revista de investigación educativa. Xalapa:
Universidad Veracruzana, núm. 13, 2011, p. 16. En: http://148.226.12.104/bitstream/123456789/29416/1/Schiffrin-
Definiciones%20de%20discurso.pdf
molidas las beben en agua, y por ser algo dulces son para ellos lo que el chocolate a los españoles
[…]”.29
En la cita anterior puede percibirse cómo el encuentro de dos grupos sociales con culturas
diferentes produce un espacio de convergencia al cual podemos denominar frontera simbólica,
¿por qué?, porque a la vez que separa -los hábitos alimenticios de los indígenas no son
compartidos por los españoles- también une puesto que a pesar de las diferencias en el tipo de
comida, Pérez de Ribas encuentra similitudes en los alimentos y la forma como son usados en
ambas sociedades; de esta forma podemos ver que su relato está construido con base en
comparaciones o paralelismo: los frijoles son como las habas españolas, los frutos del mezquite
mezclados con agua son similares al chocolate, en este sentido podemos ver que a cada elemento
de la sociedad indígena corresponde un elemento de la sociedad blanca, que permite a quien
describe la realidad que está viendo no sólo comprenderla, sino hacérsela inteligible a quienes
leerán su obra.
El imaginario social de los españoles, en este caso representado por el misionero Pérez de Ribas,
y el de los indígenas, convergen en un espacio simbólico en el cual sus significaciones imaginario
sociales les permiten a uno caracterizar a los otros puesto que comparten algunas instituciones
que lo facilitan; una de ellas es la agricultura y otra la alimentación. Como se ve en el fragmento
citado españoles e indios practican la agricultura, aunque no siembra lo mismo, pero lo que
siembran unos sirve para caracterizar lo que cultivan los otros. Lo mismo sucede con la
alimentación, ambas sociedades acostumbran bebidas dulces, para los españoles es el chocolate,
para los indígenas una bebida preparada con frutos del mezquite.
Ciertamente el hecho de que misioneros e indígenas tuvieran instituciones cotidianas iguales
(agricultura y alimentación), no creó de forma instantánea un entendimiento entre ambos grupos
sociales ni menos una alianza, pero sí posibilitó que pudieran ir creándose cada vez más espacios
simbólicos de convergencia que hicieron posible, conjuntamente con otros factores y
circunstancias, la evangelización de las etnias indígenas que habitaban en lo que hoy es el estado
de Sonora, y extrapolando esta reflexión a otras regiones de México y otras sociedades indígenas,
inclusive es posible señalar que estas instituciones también jugaron un papel significativo en el
encuentro entre otras sociedades indígenas con la sociedad blanca.

29
Andrés Pérez de Ribas. Historia de los triunfos de nuestra santa fe entre gentes las más bárbaras y fieras del
nuevo orbe, conseguidos por los soldados de la milicia de la Compañía de Jesús en las misiones de la Provincia de
Nueva España. Hermosillo: Gobierno del estado de Sonora, 1985, p. 34.
Ahora si se representa en un diagrama de Venn la interrelación que Pérez de Ribas describe como
pares contrapuestos, se tendría algo como lo que se ilustra en la figura uno.

Figura 1

Sociedad Sociedad
indígena blanca Frontera
simbólica

Como se aprecia en el diagrama el punto donde se interceptan ambos círculos, los cuales
representan dos colectividades diferentes, constituye la frontera simbólica, o en otras palabras, el
espacio en donde convergen los imaginarios sociales de los dos grupos que se encuentran en un
espacio y temporalidad determinada. Este lugar de convergencia une, pero a la vez separa puesto
que cada colectividad permanece en su propio espacio simbólico, es decir, están “juntos pero no
revueltos” para decirlo coloquialmente. La cita del texto de Pérez de Ribas y la figura uno
permite demostrar que las fronteras simbólicas, aunque intangibles son perceptibles y
representables a través del lenguaje, en este caso echando mano de una representación extraída de
las matemáticas.
Como toda frontera las simbólicas no permaneces estáticas en el tiempo, van cambiando,
adquiriendo nuevos contornos dependiendo del tipo de interrelaciones que se establezcan entre
los grupos sociales que conviven en su interior.
Volvamos a Pérez de Ribas para ilustrar otra forma en la cual pueden percibirse y representarse
las fronteras simbólicas.
Dije de estas naciones, que ordinariamente habitan a las riberas y orillas de los ríos,
porque hay otras (y son las más bárbaras que se han visto, ni descubierto en el orbe) que
ni labran tierras, ni siembran como las otras, ni tienen género de casa o vivienda, ni
defensa de las inclemencias del cielo, y el modo de vivir de éstos, cuanto es más extraño
del humano y de las demás gente del mundo, es más digno de saberse […].30

En esta cita ya no se encuentra, como en la anterior, una correspondencia entre la sociedad


indígena y la española. La forma como Pérez de Ribas inicia la descripción de estas etnias
nómadas de la provincia de Sinaloa no tiene su contraparte en el mundo hispano, salvo por el
hecho de que las denomina naciones, aunque aquí la palabra “nación” no tiene ninguna relación
con civilización, el misionero calificó a las diferentes etnias de la provincia como naciones
porque “están divididas en trato de unas con otras”.31 ¿Quiere esto decir que no se creó un
espacio simbólico de convergencia entre estos indígenas nómadas y los españoles? No. Aquí la
cuestión es que la frontera no puede representarse como una intersección, sino como un diagrama
de flujo.

Figura 2

Grupos
indígenas
sedentarios

Frontera
simbólica
Sociedad blanca
Grupos
indígenas
nómadas

30
Andrés Pérez de Ribas (op. cit.), p. 34.
31
Ibíd., p. 33.
En el diagrama dos podemos apreciar que la frontera simbólica que se percibe en la descripción
que Pérez de Ribas hace de los grupos indígenas nómadas no se representa como una
intersección, puesto que el misionero no está relatando, ni siquiera a manera de contrapunteo, una
relación entre el grupo social que él representa y los indios a los cuales está describiendo, es
decir, aparentemente no hay en el imaginario social español y el indígena ninguna significación
imaginario social similar que sea el elemento subyacente sobre el que sería posible construir un
puente de comunicación. Sin embargo ello no quiere decir que no haya existido un espacio de
encuentro entre ambos grupos, sí lo hubo, pero su representación es diferente puesto que no
implica el establecimiento de una interrelación directa entre españoles e indios nómadas, al
menos no en el relato que hizo Pérez de Ribas. La creación de esta frontera simbólica implica el
reconocimiento de unos y otros, pero no el establecimiento de una interrelación determinada que
se encamine hacia el conflicto o la alianza. Lo que puede inferirse de la figura 2, es que los
espacios simbólicos de encuentro tienen, y esta es una de nuestras propuestas, como una de sus
funciones fundamentales las de servir de lugares en los cuales los grupos se re-conocen unos
frente a los otros, por consiguiente se definen a sí mismos para de esta manera definirse ante
quien tienen enfrente.
Desde la perspectiva de los imaginarios sociales se puede ver que entre indios nómadas y
españoles sí hay una significación imaginario social en común, la socialización, es decir, tanto
indígenas como españoles viven en grupos, unos y otros son hombres socializados que forman
parte de un todo, la sociedad indígena en un caso y española en el otro. Como parte de la
sociedad española Pérez de Ribas intenta comprender la división existente entre los indios del
septentrión y los denomina naciones, ya que es la institución que en el imaginario social
occidental describe a los grupos sociales con un lenguaje, territorio y organización propia; en
palabras del misionero las naciones indígenas lo son porque están divididas unas de otras por su
trato, esto es, por la forma como se tratan unos a otros. El trato entre indios nómadas y
sedentarios está mediado por otra significación imaginario social presente en el imaginario social
de la sociedad blanca, esto es, la civilización,
En el fragmento citado párrafos antes Pérez de Ribas no menciona explícitamente la palabra
civilización, aunque implícitamente sí hay una alusión a la misma pues el misionero señala que
los indios que viven alejados de las riberas de los ríos son más salvajes, además enumera una
serie de elementos que este grupo social no posee: no tienen casas, no practican la agricultura,
etc. En la narración de Pérez de Ribas nación no equivale a civilización, hay naciones entre los
grupos indígenas y unas están más cerca y otras más lejos de la civilización. Esta percepción
acerca de las sociedades indígenas justificaría, según se ve en una gran diversidad de
documentación de aquella época, la necesidad de evangelizar y civilizar a los grupos indígenas
que habitaban los territorios descubiertos.
Regresando a la visibilizacion de las fronteras simbólicas. Las representaciones de una frontera
simbólica no se agotan con los ejemplos que hemos presentado en este apartado, sin embargo
ambos cumplen con el propósito de mostrar cómo a través del lenguaje se pueden percibir y
representar estos espacios simbólicos de convergencia que unen, a la vez que separan a los
grupos sociales propiciando con ello alianzas, conflictos, consensos, rupturas, pactos. En el
apartado siguiente presentaremos nuestra propuesta de cómo aplicar la categoría de fronteras
simbólicas a la investigación histórica.

Las fronteras simbólicas en la investigación histórica

En páginas anteriores hemos visto que las fronteras simbólicas son susceptibles de percibirse y
representarse a través del lenguaje, en este apartado veremos como a través de éste es posible
tanto analizar como derivar explicaciones novedosas para los procesos históricos. La utilización
de las fronteras simbólicas en un marco analítico requiere, antes que nada, otorgarle un papel
preponderante al lenguaje,32 ya que es mediante éste que se les puede percibir, representar y
analizar.
Sin caer en posturas extremas, sí considero necesario apuntar que la sociedad en general y los
seres socializados en particular representan y simbolizan la realidad que viven a través del
lenguaje, estas representaciones quedan plasmadas en el discurso de los diversos grupos sociales
y como mencioné anteriormente, discurso no es solamente un escrito, en su sentido más amplio
se puede decir que el discurso es una representación de la realidad concretizada de diferentes
formas, por ejemplo en un texto, la fachada de un edificio, un testimonio oral, una pintura, una

32
En este trabajo entendemos por lenguaje “el uso de los signos intersubjetivos. Por intersubjetivos se entienden los
signos que hacen posible la comunicación. Por uso se entiende 1) La posibilidad de elección (institución, mutación,
corrección); 2) la posibilidad de combinar tales signos en modos limitados y repetibles […]”. Nicola Abbagnano.
Diccionario de Filosofía. México: Fondo de Cultura Económica, 2010, p. 642.
fotografía. Si aceptamos que la sociedad representa y simboliza su realidad a través del lenguaje,
entonces es necesario admitir que en la investigación histórica el lenguaje debe ocupar un lugar
central. No quiero decir que antes no se le haya otorgado importancia al lenguaje, o que la
utilización de otras categorías analíticas lo marginen, más bien propongo la necesidad de hacer
consiente para el investigador su importancia a la hora de analizar los discursos de la sociedad; a
esta concientización ya ha contribuido desde las ciencias sociales y humanas la cuestión del giro
lingüístico;33 en el campo de la historia algunos investigadores han destacado en los últimos años
su importancia:
La expresión “giro lingüístico,” (sic) por tanto, viene a sintetizar la nueva importancia de las
ciencias del lenguaje en la comprensión del mundo histórico y social. De hecho, se trataría más
bien de una atención renovada en los usos del lenguaje y su relación íntima con la formación de
una cultura histórica moderna.34
¿De qué forma se ha concretado, en historia, la centralidad del lenguaje? En las últimas décadas
del siglo XX y en la primera del XXI diversos enfoques historiográficos han enfatizado la
importancia del lenguaje en la investigación histórica, entre ellos podemos mencionar la historia
conceptual que surge en Alemania teniendo como fundamento la hermenéutica filosófica de
Gadamer, la historia de los lenguajes políticos que en José Elías Palti tiene un destacado
exponente; asimismo en Inglaterra se desarrolla la llamada escuela de Cambridge con Quentin
Skinner a la cabeza. Sin embargo ninguna de estas perspectivas ha centrado su atención en el
análisis de los imaginarios sociales o los grupos indígenas, tampoco han utilizado la noción de
fronteras simbólicas en sus análisis; lo cual no resta ningún mérito a los trabajos que se han
producido bajo estos enfoques, por el contrario, considero que los avances conseguido desde
estas perspectivas me permitieron contar con bases sólidas para desarrollar la propuesta que
presento en estas páginas.

33
En términos generales el giro o viraje lingüístico tiene que ver con una postura teórica que considera que el
lenguaje tiene un vínculo estrecho e insoslayable con la filosofía, por lo cual su estudio sirve para analizar y resolver
diversas cuestiones que han sido temas centrales en las investigaciones filosóficas, por ejemplo la relación del
hombre con el mundo. Nicola Abagnano (op. cit.), p. 649. La corriente filosófica que mayor énfasis ha puesto en la
centralidad del lenguaje es la filosofía hermenéutica de Hans G. Gadamer, la cual ha servido como fundamento para
la historia conceptual.
34
Guillermo Zermeño. La cultura moderna de la historia. Una aproximación teórica e historiográfica. México: El
Colegio de México, 2002, p. 27.
De acuerdo a Laura Paniagua “las palabras pueden constituirse en fronteras y límites
simbólicos”,35 en consecuencia los discursos,36 a los cuales hemos definido como el uso del
lenguaje, son también susceptibles de constituirse en fronteras simbólicas que unen, separan a la
vez que sirven para generar acuerdos o catalizar conflictos. Entonces, ¿cómo y por qué se
generan los acuerdos o estallan los conflictos entre indígenas y no indígenas? Este
cuestionamiento ha quedado respondido a medias puesto que las investigaciones se enfocan a
responder el por qué en lugar del cómo, es decir, buscan una causa directa del conflicto tanto
como de la alianza. De esta forma se han generado explicaciones causalistas de uno y otro
evento. Por ejemplo en el caso de Sonora se explica la guerra secular del Yaqui como producto
de la defensa que los yaquis han hecho de su territorio, sin considerar otros factores en la
explicación, tales como la similitud de intereses que unos y otros pudieran tener a pesar de sus
palpables diferencias.
Una forma de acceder a la comprensión e identificación de las similitudes que pudieron haber
existido entre indígenas-no indígenas es a través del estudio de sus imaginarios sociales,
específicamente de las significaciones imaginario sociales que los conforman; propongo que es
en la creación y re-creación de éstas donde se puede encontrar la explicación profunda de los
consensos y disensos entre la sociedad indígena y la blanca. La manera de acceder al imaginario
social de ambos grupos, así como la forma de analizar el mismo, es a través del lenguaje,
identificando en los discursos emitidos por cada colectividad las significaciones imaginario-
sociales que les permiten aliarse, o por el contrario, catalizar el conflicto y propiciar la ruptura
entre ambos grupos.
Las significaciones imaginario-sociales se re-crean mediante el contacto de un grupo social con
otro, así como al enfrentar una colectividad dada circunstancias diferentes a las habituales. Dado
que las fronteras simbólicas son un espacio de encuentro propongo que éstas son el lugar más
apropiado para analizar la forma como se encuentran, crean y re-crean las significaciones
imaginario-sociales de cada colectividad, así como para investigar cómo éstas pueden llegar a
concretizarse en instituciones que rigen la vida social de cada grupo interrelacionado.

35
Laura Paniagua Arguedas (op. cit.), p. 144.
36
En esta ocasión acoto el tipo de discurso a los documentos puesto que estos constituyen la mayor parte de las
fuentes primarias con las que trabaja un historiador.
A continuación presento un ejemplo de lo planteando en este apartado. El 6 de agosto de 1836 los
indígenas del pueblo de San Ignacio de Suaqui se dirigieron al gobernador de Sonora de la
siguiente manera:
[…] que deseosos dela [sic] tranquilidad para subsistir en su pueblo y habiéndo algunos
vecinos, que nos quieren perturbar en el uso de nuestras tierras en particular las de
siembras q son las únicas con que mantenemos nuestras infelices familias, nos hace pasar
á V. S. á fin de q se sirva ordenar se nos reconosca, nuestro pueblo tanto pa saber lo que
nos corresponda como señalar los linderos, conforme como esta mandado y si de esto
resultaren algunas tierras de siembra sobrantes álos [sic] hijos del pueblo dentro delo [sic]
que les toque, se arrienden a vecinos […].37

En la cita anterior se puede percibir que los indígenas de Suaqui le dirigen al gobernador hay
espacios simbólicos que pueden representarse de la siguiente manera:
Figura 3

No indígenas
Frontera simbólica

Indígenas

Notables

Como puede apreciarse hay dos intersecciones, ambas conforman fronteras simbólicas diferentes,
puesto que cada una de ellas representa una interrelación distinta entre los tres grupos
interactuantes. Asimismo en el diagrama tres podemos ver que una de estas colectividades es en

37
“Instancia del gobernador de San Ignacio de Suaqui al gobernador de Sonora”. En Archivo General del Estado de
Sonora (en adelante AGES), fondo Ejecutivo, tomo 35, expediente 2, año 1836.
realidad un sub-conjunto, es decir, se encuentra contenido al interior de un grupo más grande, nos
referimos a los notables38 que forman parte de la sociedad no indígena, aunque tienen
características que los definen como un subconjunto conformado al interior de un conjunto más
grande. Asimismo gracias al diagrama podemos ver que el conflicto que se describe, o más bien,
se percibe en la cita que hemos puesto párrafos arriba se desarrolla en uno de los dos espacios
simbólicos, aquel en el que se intersectan los tres grupos sociales, y que en la figura aparece
coloreado en negro; en esa frontera simbólica hay una disputa a consecuencia de una
significación imaginario social a la que denominaremos posesión, puesto que lo que está en
discusión entre notables e indígenas es la propiedad de las tierras de siembra del pueblo de
Suaqui.
Nombrar como posesión a esta significación imaginario-social no es arbitrario, ni tiene como
única explicación el hecho de que remita a un acontecimiento en específico, al nombrarla de esta
manera, lo que hice fue darle nombre a un elemento intangible, la noción de propiedad, 39 que está
ocasionando el conflicto entre dos grupos sociales puesto que cada una de estas colectividades ha
re-significado esta noción hasta darle una connotación propia que actúa como catalizador del
disenso. ¿Qué connotaciones son estas?, en el marco del liberalismo decimonónico la propiedad
de tierras tenía dos connotaciones opuestas, por una parte la que se concretizaba en la propiedad
comunal o colectiva y la otra en la propiedad individual; a fin de que la propiedad individual se
expandiera se consideraba necesario que la propiedad comunal dejara de serlo, y entre las
propiedades colectivas que más asedio sufrieron estuvieron las que poseían los grupos indígenas,
ya que la mayor parte de las veces eran las tierras más fértiles del lugar. Esta contraposición entre
propiedad colectiva e individual, propiciada por el establecimiento y consolidación del proyecto
liberal, resultó ser un permanente catalizador de conflictos entre indígenas y no indígenas.

38
“Con el término n. [notable] se indica una persona que detenta un particular poder político y económico y por lo
tanto importante e influyente en la vida y las actividades de un grupo social o político. Se trata de personas que
poseen esta influencia y este poder no tanto por personales e intrínsecas cualidades carismáticas, morales e
intelectuales sino por su sólida base económico-social reforzada políticamente por apoyos interesados y clientelares”.
Norberto Bobbio. “Notable”. En Diccionario de Política, dirigido por Norberto Bobbio, Nicola Mateucci y
Gianfranco Pasquino. México: Siglo XXI, 2000, p. 1065.
39
“El derecho de gozar y disponer libremente de nuestras cosas, en cuanto las leyes no se opongan… la propiedad de
una cosa nos da derecho sobre todo lo que esta produce y sobre lo que se le incorpora accesoriamente, sea por obra
de la naturaleza, sea por obra de nuestras manos”. Joaquín Escriche. Diccionario razonado de legislación civil,
penal, comercial y forense con citas del derecho, notas y adiciones por el licenciado Juan Rodríguez de San Miguel.
México: Universidad Nacional Autónoma de México, Miguel Ángel Porrúa, Instituto de Estudios Parlamentarios
“Eduardo Neri”, 1998, p. 578.
Una vez realizado el análisis de lo expresado en el diagrama tres, hay que pasar a describir una
parte que considero esencial para trabajar con fronteras simbólicas e imaginarios sociales, esto es
¿de qué forma se puede precisar cuál o cuáles nociones pueden ser consideradas como
significaciones imaginario-sociales? A fin de responder esta pregunta hay que adentrarnos en el
terreno de la historia conceptual40, y por consiguiente, en territorio de la hermenéutica41 como se
muestra en el siguiente diagrama.
Figura 4

Documentos Consenso
Disenso Lenguaje

Hermenéutica: Historia conceptual:


comprensión plena del analizar el discurso
discurso. en su contexto.
Identificación de significaciones
imaginario-sociales

Para los historiadores es evidente que en la documentación se expresan discursos en los cuales se
pueden percibir consensos y disensos entre grupos y/o individuos, estos acuerdos y desacuerdos
se concretizan en los conceptos expresados en lo dicho por los actores; consecuentemente es la
historia conceptual la que nos proporciona las herramientas necesarias tanto para identificar como
analizar los conceptos que se encuentran en la documentación,42 en tanto que la hermenéutica nos
brinda elementos que permiten la comprensión integral del texto en su contexto histórico.43
Sin embargo hablar de un contexto histórico nos remite a una situación espacio-temporal muy
general, por lo cual es necesario acotarla y para ello la categoría de frontera simbólica es esencial,
puesto que en ese caso el contexto en el cual se buscarán, analizarán e identificarán las
significaciones imaginario-sociales es la frontera simbólica en la que se interrelacionan los

40
La historia conceptual “se ocupa de la terminología política-social relevante para la experiencia que está en la base
de la historia social”. Giuseppe Duso. Historia conceptual como filosofía política. Res publica. Murcia: Universidad
de Murcia, núm. 1, 1998, p. 40. En: http://revistas.um.es/respublica/article/view/25721/24961
41
“La hermenéutica es la disciplina de la interpretación, trata de comprender textos; lo cual es –dicho de manera muy
amplia- colocarlos en sus contextos respectivos. Con eso el intérprete los entiende, los comprende, frente a sus
autores, sus contenidos y sus destinatarios, estos últimos tanto originales como efectivos.” (Beuchot)
42
Reinhart Koselleck. “Historia de los conceptos y conceptos de historia”. Ayer. Madrid: Asociación de Historia
Contemporánea, núm. 53, pp. 29-30.
43
Gustavo Leyva Martínez. “La hermenéutica: el origen práctico de la comprensión”. Iztapalapa. México:
Universidad Autónoma Metropolitana, núm. 49, 2000, 153.
imaginarios sociales subyacentes a los grupos sociales; naturalmente se deberá tomar en cuenta
que esa frontera simbólica se encuentra inserta en un contexto socio-histórico más amplio que
está concretizado en un espacio y tiempo específico aunque más general en el sentido de que está
definiendo temporal y espacialmente el contexto en el cual se encuentra inserta la frontera
simbólica que se analiza.
Estas interrelaciones entre diferentes dimensiones espacio-temporales que van abriéndose como
círculos concéntricos a medida que se alejan unos de otros sin perder sin que por ello dejen de
influenciarse los unos a los otros, es un proceso que al interior de la teoría de sistemas se
denomina retroalimentación. La retroalimentación aplicada al caso de la historia no debe
confundirse con la causalidad, por el contrario, en términos históricos el feed-back se refiere más
bien a la forma como los acontecimientos se influyen unos a otros de “ida y vuelta” como se diría
coloquialmente, independientemente de la dimensión espacio temporal en la cual se encuentren
ubicados.
Retomando el tema. La acotación del contexto histórico al espacio definido por la frontera
simbólica permite que la investigación priorice el análisis en lugar de la descripción de los
acontecimientos históricos; aun así se debe recordar que el espacio de la frontera simbólica que
hace las veces de contexto está inserto en un espacio simbólico más amplio, esto es, aquel en el
cual se efectúan las interrelaciones al interior de las colectividades que a su vez se encuentran y
definen una frente a la otra, en el interior de una determinada frontera simbólica.
Por otra parte las fronteras simbólicas no solamente son una categoría analítica que nos permite
acceder al estudio de los imaginarios sociales, lo que consecuentemente nos permite profundizar
en el análisis de los procesos y acontecimientos históricos, sino que asimismo nos posibilitan
comprender de manera más completa fenómenos complejos como el significado que tiene el
territorio para los grupos indígenas, la manera en que las etnias conciben y re-significan las
instituciones socio-políticas, entre otros.

Conclusiones

Las propuestas teóricas fruto de la reflexión y comparación entre varias disciplinas corren
invariablemente el riesgo de la crítica, a veces constructiva o en ocasiones poco propositiva, mas
sin atrevimientos y críticas a las mismas nuestras áreas de investigación permanecerían
estancadas en el peor de los casos, en el mejor avanzarían a pasos muy lentos. Así pues el
planteamiento que presenté en las páginas anteriores tuvo como objetivo proponer una nueva
forma de enfocar la investigación social en general, en específico la histórica a fin de seguir
profundizando en el conocimiento de los procesos sociales que conforman nuestra historia y/o
vida actual.
El planteamiento expuesto en los apartados que conforman este artículo propone utilizar la
perspectiva de los imaginarios sociales conjuntamente con la categoría de fronteras simbólicas, a
fin acceder al entramado simbólico subyacente a las sociedades en el cual de acuerdo a las
propuestas de Cornelius Castoriadis se crean y re-crean las significaciones imaginario sociales,
mismas que al instituirse en instituciones van rigiendo y dando coherencia al entramado social;
tomando como base estas elucidaciones propuse representar, esto es, hacer “visibles” las
fronteras simbólicas utilizando los diagramas de Venn a fin no sólo de ilustrar, sino de ir
avanzando paulatinamente en el proceso de explicación desde la descripción hasta el análisis.
Como propuesta metodológica para acceder al análisis de los imaginarios sociales que se
interrelacionan al interior de una frontera simbólica planteo la utilización de elementos de la
historia conceptual y la hermenéutica, ya que ambas proporcionan herramientas que permiten
desentrañar, analizar, encontrar explicaciones novedosas para procesos ya trabajados desde otros
enfoques teórico-metodológicos, o proponer y encontrar respuesta a problemas de investigación
que no se habían trabajado anteriormente.
Finalmente reafirmo que los planteamientos desarrollados en el presente ensayo se enmarcan en
el campo de la interdisciplina ya que no fragmenté un proceso socio-histórico para que cada
disciplina estudie la parte que le corresponde, por el contrario, intenté retomar elementos teóricos
y metodológicos de diversas disciplinas tanto sociales, humanistas e incluso de las ciencias duras
como la matemática para construir una propuesta teórico-metodológica factible de utilizarse en la
investigación social. Me resta únicamente explicitar mi intención de que la utilización de la
categoría de fronteras simbólicas y la perspectiva de los imaginarios sociales se utilicen con
mayor regularidad tanto en el análisis de procesos sociales contemporáneos como históricos.

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