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Aproximación a la utilización de medios

específicos de entrenamiento en la enseñanza del fútbol


* Licenciado Educación Física. Entrenador Nacional de Fútbol. José Alfonso Morcillo Losa*
EU. Magisterio “La Inmaculada” de Granada.
** Entrenador de Nivel II
Oscar P. Cano Moreno**
*** Licenciado en CC. de la Actividad física y el deporte. Rafael Ángel Maldonado González***
**** Licenciado en CC. de la Actividad física y el deporte. Francisco Javier Núñez Sánchez****
Diplomado en CC. de la Educación. Especialidad de EF. jalfmorcillo@yahoo.es
(España)
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 7 - N° 39 - Agosto de 2001

I. Introducción
Con este trabajo, pretendemos mostrar una forma de entrenar centrada en el desarrollo formativo integral
del joven jugador. Aunque todo lo incluido ha sido y está siendo puesto en práctica con dos equipos de
categoría juvenil andaluza (División de Honor y Regional preferente), pensamos que es perfectamente
aplicable, previa adaptación, a cualquier categoría, tanto formativa como de rendimiento.

A pesar de que son muchos los años que hace que se está hablando de entrenamiento integrado, físico-
técnico-táctico, etc, nuestra experiencia y sobre todo nuestros ojos, “nos dicen” que aún sigue
predominando el entrenamiento parcelado y sobre todo que en muchos casos se dice que se está realizando
entrenamiento integrado cuando realmente se está practicando el juego libre o al menos existe poco control
sobre las intenciones tanto físicas como técnico - tácticas.

Nos acogemos, a las palabras de Corbeau, 1990; cuando dice que la mejor forma de entrenar un deporte
es practicándolo. Pero, la práctica libre ¿es suficiente?, ¿el propio juego provoca las reflexiones necesarias
para poder progresar en la comprensión del mismo?. Nosotros opinamos que no, por eso, reforzamos éstas
con las de Konzag y col, 1994; donde afirman como en gran medida un entrenamiento de fútbol, debe
consistir en una actividad que refleje el desarrollo del juego en sí . Es decir, que no nos limitemos a entrenar
con balón, compañeros y adversarios, sino que además establezcamos relaciones espacio temporales
concretas, que entrenadas en un entorno perceptivo y decisional, nos permitan reconocerlas e interpretarlas
con la mayor prontitud en la competición, haciendo jugadores que se anticipen perceptiva y decisionalmente
a lo que va a ocurrir.

Además, teniendo en cuenta que la exigencia del fútbol no es extrema en ninguna de las capacidades
físicas básicas, ni en sus manifestaciones. Creemos estar en lo cierto al opinar que se puede alcanzar un
nivel óptimo de rendimiento, utilizando principal aunque no exclusivamente, como medio de entrenamiento,
el basado en las situaciones de enseñanza-entrenamiento.

Lejos de entrar en debate, acerca de que estrategia en la práctica es la mas interesante, nos limitamos a
mostrar nuestra dinámica de trabajo, eso sí con la previa justificación teórica y práctica, de que ésta,
responde a las características y exigencias estructurales, funcionales y físicas del fútbol como deporte de
situación.

En la búsqueda de medios específicos de enseñanza y entrenamiento en fútbol o cuanto menos en los


deportes de similares características, el razonamiento principal que tenemos para hacerlo no es sólo que sea
más motivante o divertido, ni que se ahorre tiempo, ..., sino que después de realizar un análisis tanto del
propio deporte como del comportamiento del jugador, obviamente éste es más transferible y significativo.

Ante la tradicional crítica realizada al entrenamiento integrado ó integral (según autores), en torno a su
falta de cuantificación de la carga de entrenamiento, mostramos situaciones de entrenamiento dirigidas al
desarrollo de las distintas manifestaciones de la resistencia, las cuales hemos podido observar y analizar que
además de ser significativas desde el punto de vista físico, también lo son para el técnico-táctico, atencional,
volitivo, etc. Es decir, utilizamos unos medios de entrenamiento que responden al comportamiento del
jugador en el campo, sin diseccionar éste en compartimentos estanco (físico, técnico, etc).
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II. Fútbol: deporte de situación
Diversos autores (Vanek y Cratty, 1972; citado por Castello, 1999) definen los juegos y deportes
colectivos como deportes de situación, ya que el desempeño motor de los jugadores está estrechamente
relacionado con la capacidad de éstos para responder de forma adecuada y eficaz a las constantes y diversas
modificaciones que se dan en el contexto. Por este motivo las habilidades en el fútbol son claramente
abiertas pues la ejecución técnica se realiza frente a una gran variabilidad situacional.

Con opinión compartida Devís y Peiró, en Blázquez (1995), consideran que el juego es el que presenta los
problemas a los jugadores y es el medio en el que adquieren completo significado. Concluyen de este modo
que los juegos deportivos poseen una naturaleza problemática y contextual.

El comportamiento que exterioriza el jugador y el entorno deportivo están en estrecha interacción, de ahí
que se trata de organizar un entrenamiento total e integrado en el cual el ejercicio llegue a ser
multidimensional.

Hay que tener en cuenta las exigencias de los deportes de colaboración oposición que según Döbler,
Konzag y Herzog (1995) son:

1. Atención diferenciada
2. Percepción constante de la situación de juego y anticipación de la misma
3. Tomas de decisión constantes y adecuadas a la situación
4. Realización adecuada a la situación y variable de numerosos y diferentes programas de acción.
5. Constante presión espacio-temporal.

Al mismo tiempo, los estudios realizados sobre esfuerzos en un partido de fútbol Dufour (1990) nos
facilita datos relevantes sobre que aspectos físicos trabaja un jugador de fútbol: durante 90 minutos de
juego se cuentan unos 60 minutos de juego efectivo. De estos 60 minutos los jugadores, según su posición,
corren sólo del 20 al 40% (es decir, de 12 a 24 minutos). En este tiempo de carrera se contabiliza una media
de 3 km de marcha y 7 km de carrera. Estos 7 km se descomponen en un 64% de carrera lenta aeróbica, un
24% de carrera a ritmo medio anaeróbico (cerca del 80% del VO2 máx., es decir, entre 10 y17 km/h) y un
14% de carrera de alta intensidad (entre 18 y 27 km/h). Este autor concluye diciendo que el número de
“sprints” cortos (10-15 m, entre 2 y 3 s.) ha aumentado en el transcurso de la historia del fútbol para pasar
de 70 en 1947 a 145 en 1970 y, finalmente, 195 en 1989.

Debemos básicamente hacer uso de lo que Sánchez (1989), citado por García y Feu (1999) denomina
como tareas predominantemente perceptivas (ya categorizadas por Knapp ) es decir, aquellas en las que el
individuo está mediatizado en su ejecución motriz por los cambios que se producen en el entorno

Con el fin de acercar nuestro entrenamiento lo más posible a los comportamientos de los jugadores así
como a las características estructurales del juego, a continuación vamos a describir los Requisitos que deben
cumplir las situaciones construidas : (modificado de Graça, 1997).

 Preservar la autenticidad del juego.


 Contemplar los principios del juego idénticos (progresar, evitar progresión, …), centrando la atención
al menos en uno de ellos.
 Tener siempre presentes las relaciones de cooperación - oposición, intentando ser superior tanto en
unas como en otras.
 Establecer una dinámica en el juego entre las fases de ataque y defensa.
 Utilizar los elementos estructurales, tanto como objetivos de las situaciones, así como variables
sobre las que intervenir en la construcción de las situaciones de enseñanza- entrenamiento.
 Adecuación al estado efectivo de los jugadores.
 Ni demasiado difícil (aburrimiento) ni demasiado fácil (sin concentración)
 Un sólo elemento a aprender (significativo).
 Diferentes niveles de rendimiento.
 Cumplir el objetivo físico previsto.

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III. Medios específicos de enseñanza entrenamiento del fútbol
Tomando como punto de partida, el hecho de que los niveles de velocidad, fuerza, resistencia y/o
amplitud de movimiento que exige el fútbol no son extremos, además de que el ámbito físico sólo es uno
más de los diversos factores que debe desarrollar el futbolista en su proceso formativo, consideramos
fundamental que en la medida de lo posible y lo deseable en cada categoría, la enseñanza y entrenamiento
de éste, se debe producir con medios y métodos específicos.

Somos conscientes de que determinados aspectos y manifestaciones importantes del entrenamiento físico
(fuerza máxima, fuerza complementaria, amplitud de movimiento, etc) no es ya que se puedan o no
entrenar de forma contextualizada, sino que si así se hiciera no sería especialmente significativo en el
aprendizaje. Así como, en la enseñanza y aprendizaje de los aspectos de familiarización y dominio del balón,
también interesará en determinados momentos, sobre todo de la iniciación, centrar la atención en el
mecanismo de ejecución por lo que deberá hacerse mediante situaciones técnicas simples en las que la
percepción y toma de decisiones se aligeren.

Al margen de esos momentos puntuales en los que la enseñanza y/o entrenamiento se parcelan,
pretendemos que el resto del tiempo y por ende, la mayor parte del mismo, el jugador no sólo tenga que
percibir y decidir en situaciones cercanas a la realidad del juego y en consecuencia entienda cuando, cómo y
porqué hace las cosas, sino que además desde el punto de vista físico lo haga en cantidades y calidades
similares a las de competición, aligeradas o disminuidas, según interese.

Si como en apartados anteriores hemos pretendido exponer, el fútbol es un deporte de situación, el


objetivo principal del proceso de enseñanza aprendizaje, será que el joven jugador aprenda a percibir los
estímulos específicos de que las distintas situaciones le informan, interpretándolos adecuadamente con el fin
de dar una respuesta exitosa. Obviamente, a través de estímulos específicos, estaremos mas cerca de
conseguir una adaptación deportiva global y completa, sin necesidad de sumar las adaptaciones biológicas,
técnicas, tácticas, psicológicas, etc. Pues, mientras con los sistemas tradicionales se produce adaptación
fisiológica, con el entrenamiento específico se produce adaptación deportiva específica (Morcillo y Cano,
1999).

En esta búsqueda de unos medios específicos de entrenamiento, consideramos necesario establecer una
clasificación de situaciones en función de los siguientes criterios:

A. Contenido físico que desarrolla

A continuación vamos a mostrar las manifestaciones en las que subdividimos las distintas capacidades
físicas, matizando aquellas en las que utilizamos medios específicos e inespecíficos y aquellas en que sólo los
utilizamos inespecíficos (Tabla 1)

Tabla 1. Manifestaciones trabajadas

AEBI: Aeróbico de baja intensidad (120-140 pulsaciones por minuto)


AEMI: Aeróbico de media intensidad (140-160 pulsaciones por minuto)
AEAI: Aeróbico de alta intensidad (160-180 pulsaciones por minuto)
AN.ALA: Anaeróbico aláctico. (a partir de 180 pulsaciones por minuto, esfuerzos de hasta 15’’)
AN.LAC: Anaeróbico láctico (a partir de 180 pulsaciones por minuto, esfuerzos de más de 30’’)
RES.ESP: Resistencia específica.

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B. Fase de la acción del acto táctico en que se centra

Con el objeto de poder centrar la atención, tanto en los mecanismos perceptivo y decisional como de
ejecución, consideramos importante clasificar las situaciones en función de éstos, especialmente pensando
en que dependiendo de la edad, necesidades y posibilidades del grupo con el que estemos trabajando,
convendrá dirigir más nuestra atención a una u otra fase del acto táctico.

Considerando este criterio, clasificamos las situaciones en (según Morcillo y Moreno, 1999):
 Técnicas simples: prima el mecanismo ejecución.
 En entorno inestable: prima el mecanismo ejecución pero ya hay algo de percepción y decisión.
 Reducidas de juego real: priman la percepción y decisión.
 Juego real focalizado: las condiciones son prácticamente las de competición, pero se focaliza la
atención en aspecto/s particular/es.

En el momento de elegir los medios utilizados para desarrollar los contenidos planificados en el microciclo
semanal de entrenamiento, se debe escoger el tipo de situación que mejor se adecua, tanto al contenido
físico pretendido, como al técnico-táctico, psicológico, etc.

Ejemplos en este sentido pueden ser los siguientes (Tabla 2):

Tabla 2. Ejemplo de inclusión de situaciones dentro de la planificación física.

IV. El diseño de situaciones y el uso de las reglas


Las diferentes posibilidades metódicas de modificar el grado de dificultad de las distintas situaciones
dentro de un juego de equipo, también permiten dirigirlas a jugadores de diferente nivel, debiendo utilizar
para ello un grado de dificultad adecuado a sus posibilidades (exigencias físicas, técnicas y tácticas).
Ejemplos de los aspectos del juego que podemos modificar con el objeto de alcanzar el objetivo pretendido,
ya sea o no físico, son los siguientes:

 Extensión del campo de juego, zonas permitidas, prohibidas y asignadas.


En este caso, si el objetivo físico pretendido es AEAI ó AN.A. por ejemplo, no tendría sentido
plantear un 4 x 2 posicional en 12 x 12 m.
 Nº de jugadores participantes y relaciones en el equipo y con el rival.
 Posibilidades e imposibilidades de intervención sobre el balón y sobre los compañeros y/o contrarios.
 Presión temporal (duración total, del ataque, ...).
 Reglas de acción.
Básicamente, modificaciones de los elementos estructurales del juego (Hernández, 1994), así como
del funcionamiento del mismo.

En general, sin el adecuado manejo de estos elementos, se hace imposible, poder realizar un
entrenamiento en condiciones cercanas a la realidad del juego del fútbol. Así por ejemplo, mientras las
situaciones de alta intensidad necesitan espacios amplios y escaso nº de participantes; las de baja intensidad
se asemejan más a juego posicional, participación más numerosa y espacios más reducidos.

En este sentido la correcta utilización de las Reglas (incluido el manejo de espacio) va a ser el aspecto
fundamental que permita construir situaciones de enseñanza, especialmente de carácter global, y sobre todo
que estas se utilicen con sentido. El objetivo con ello perseguido, no es otro que reforzar la consecución del
contenido ó medio que pretendamos entrenar-enseñar. Aniz (1997) nos expresa un concepto de reglas de
acción como: “medio que posibilita la organización motriz del jugador con relación a los principios de juego”,
que promueve la deducción por parte del mismo de pautas de actuación con relación con a los medios
empleados para la consecución del objetivo propuesto; esto le permitirá elaborar proyectos de acción a
modo de autoconsignas.
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La utilización de las reglas permite intervenir en el comportamiento del juego, actuando sobre una
determinada fase del juego, habilidad específica, espacio de acción, principio del juego, etc. así como en la
consecución del objetivo propuesto.

Para el desarrollo de las mismas nos apoyamos en sus precursores: (Brüggeman y Albrecht, 1996) los
cuales las llaman de provocación, pues su intención es provocar o reforzar el contenido de enseñanza-
entrenamiento que se pretende iniciar o desarrollar.

A. Reglas de provocación: su cumplimiento favorece de forma especial algún/os elemento/s


del juego. De esta manera se consigue la repetición necesaria para un proceso de
aprendizaje efectivo. Igualmente se pueden situar todos los aspectos parciales de cada
factor (físico, técnico,...) en el centro de atención de la formación.

Las reglas de provocación han de garantizar la libertad de actuación del jugador así como que mantenga
las posibilidades de toma de decisión, sin abandonar la dinámica funcional del propio juego.

Ejemplificación (Figura 1): En una situación de 3 contra 3 con porteros en 40 x 20 m, para reforzar la
realización de contraataques, no se permite defender a los jugadores situados por detrás del balón una vez
que se produce su pérdida.

Figura 1. 3x3 Evitando defender por delante del balón para favorecer el contraataque.

Como hemos comentado, los aspectos reforzados podrán ser referidos a cualquiera o varios de los
ámbitos que conforman el comportamiento del futbolista (físico, atencional, …).

B. A las citadas reglas de provocación, añadimos lo que Fradua (1999), llama Reglas
inespecíficas o no habituales. Con esto el autor, pretende referirse a la inclusión de
aspectos o acciones que no se dan en el juego real, pero que pueden favorecer la
consecución del objetivo pretendido. En el ejemplo antes descrito, consistiría en que los
jugadores que han quedado por detrás de la línea del balón pueden intervenir después de
haber abandonado el campo por su propia línea de fondo y después volver a él. De esta
forma, además de permitir el ataque en superioridad o al menos ante defensa en
desequilibrio, estaremos también consiguiendo que no se desvirtúe el objetivo físico
pretendido.

Figura 2. 3x3 Evitando defender por delante del balón, si soy rebasado recupero
la opción de defender tras haber salido por la línea de fondo de mi meta.

Como se observa en la figura 2, en ese caso únicamente puede defender un jugador azul, pues en el
momento de la pérdida son dos los que se encuentran por detrás del balón.

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1. Dinámica de la carga de entrenamiento utilizando medios específicos

La distribución de la carga de entrenamiento es similar, independientemente de la categoría o edad del


grupo, de los medios de entrenamiento y del momento de la temporada. La distinción es considerar el
tiempo total de entrenamiento como cuantificable desde el punto de vista físico, así como aprovechable
desde el punto de vista del juego, salvo en los momentos dedicados a aquellas manifestaciones en las cuales
la significatividad del proceso de enseñanza-aprendizaje no es relevante.

Una vez distribuida la carga, se trata de introducir los contenidos de entrenamiento donde mejor y más
sencillo acomodo tengan. Por ejemplo, mientras que el contraataque, se adaptará mejor a Anaeróbico o
Aeróbico de alta intensidad, la mejora de los controles orientados o al juego de posesión por ejemplo, lo
harán al Aeróbico de baja o media intensidad.

En el anexo dedicado a la muestra de situaciones creadas para las distintas manifestaciones de la


resistencia, aportamos las gráficas de frecuencia cardiaca obtenidas en la puesta en práctica de las mismas y
que muestran no sólo la viabilidad del uso de esta metodología, sino además sus posibilidades de
cuantificación.

Una cuestión a la que también le prestamos especial atención en la planificación de los esfuerzos de la
semana y sobre todo en la elección de los medios de entrenamiento a utilizar, es a la posibilidad de que el
uso de medios específico de entrenamiento pueda incrementar el riesgo de lesiones. Ante esta posibilidad, y
especialmente en aquellos casos en que puede haber fatiga muscular (por ejemplo el día postpartido)
preferimos hacer uso de métodos analíticos en los que la amplitud y frecuencia de movimiento es mas
previsible.

Por último, es importante añadir una consideración relevante en la buena dinámica del trabajo. Como los
tiempos de información son superiores, ésta debe estar perfectamente estructurada, además de ser
adecuada al grupo al que nos dirigimos.

En este sentido una cuestión importante a tener en cuenta, es el hecho de poder utilizar una misma
situación de entrenamiento en la consecución de distintos objetivos físicos. Con esto, entre otras
ventajas, evitaremos crear continuamente situaciones nuevas. Eso sí, para ello, es necesario realizar
modificaciones en los tiempos de participación dentro de cada rol, reducir y ampliar o modificar el uso de los
espacios, etc. Un ejemplo en este sentido es el se ilustra en la figura 3:

Figura 3. Cambio de objetivo físico trabajado modificando el tiempo de actuación

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V. Ejemplo práctico de situaciones
CLAVE: AEBI
DURACIÓN: 12´-15´
ENUNCIADO: 4 Situaciones de 1x1+ 2 comodines en zonas asignadas.
CONTENIDOS:
EN ATAQUE
1. Buscar líneas de pase.
2. Mantener la posesión del balón.
EN DEFENSA
3. Realización de acoso.
4. Cerrar líneas de pase
Curva pulsaciones/minuto durante la ejecución

Representación gráfica

CLAVE: AEMI
DURACIÓN: 7´- 9´
ENUNCIADO: 4X4 Defensa en zona asignada y libertad en ataque
CONTENIDOS:
EN ATAQUE
1. Buscar superioridad numérica y progresar para marcar goles
Curva pulsaciones/minuto durante la ejecución
Representación gráfica

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CLAVE: AEAI
DURACIÓN: 2,5´-3´
ENUNCIADO: 3X3 Defensa en zona asignada y libertad en ataque
CONTENIDOS:
EN ATAQUE
1. Buscar la relación de tres jugadores creando superioridad numérica
2. Progresar para conseguir gol
Curva pulsaciones/minuto durante la ejecución
Representación gráfica

CLAVE: AN.LAC
DURACIÓN: 1´
ENUNCIADO: 4X2+1 Con tres carriles
CONTENIDOS:
EN ATAQUE
1. Transición rápida buscando el contraataque con superioridad numérica.
2. Finalización
Curva pulsaciones/minuto durante la ejecución

Representación gráfica

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CLAVE: AN.ALAC
ENUNCIADO: 2X1 Cada vez defiende 1
CONTENIDOS:
EN ATAQUE
1. Favorecer relación de dos jugadores
Curva pulsaciones/minuto durante la ejecución
Representación gráfica

CLAVE: Res. esp


DURACIÓN: 6´-8´
ENUNCIADO: 8x8 relacionando las diferentes líneas del sistema en ambas fases del juego.
CONTENIDOS:
EN ATAQUE y EN DEFENSA
1. todos los criterios trabajados
Curva pulsaciones/minuto durante la ejecución
Representación gráfica

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VI. Valoración del nivel de entrenamiento alcanzado mediante el uso preferente
de medios específicos
Los datos que a continuación presentamos, corresponden al final del periodo de pretemporada.

1. Validación objetiva del nivel de resistencia

Para medir los niveles de resistencia alcanzados utilizamos el test de COURSE NAVETTEcuyos resultados
nos confirmaron que nuestro método de entrenamiento era significativo, no estando ningún jugador por
debajo del periodo 12.2, como ilustra la tabla 3. Somos conscientes de que el instrumento de evaluación no
es el más adecuado en relación al proceso de entrenamiento seguido, pero al menos nos sirvió para conocer
el nivel general de ésta capacidad.

Tabla 3. Resultados en el Test Course Navette del equipo, de División de Honor de juveniles,
Imperio de Albolote. Temporada 2000-2001

NOTA: Fre. Card* : frecuencia cardíaca en pulsaciones por minuto, tomadas justo después de terminar el test

2. Cuestionario de opinión en relación al entrenamiento

Con el fin de conocer el pensamiento de nuestros jugadores a cerca del entrenamiento llevado a cabo, y
comparándolo con sus experiencias previas, diseñamos un cuestionario que nos pueda ayudar a mejorar
nuestro entrenamiento y sus condiciones.

Pregunta Nº 1: ¿Qué valoración das a tu estado de condición física actual?


1. Baja
2. Aceptable
3. Óptimo
4. Excelente

Pregunta Nº 2: ¿Crees que el tipo de entrenamiento realizado es válido para tener un optimo nivel de
forma deportiva para la práctica del fútbol?
1. SI
2. NO

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Pregunta Nº 3: En relación a la fatiga que provoca ¿establecerías alguna distinción entre el entrenamiento
analítico y el entrenamiento específico?

1. Sí, es más fatigante el entrenamiento analítico.


2. Sí , es más fatigante el entrenamiento específico.
3. No existen diferencias.

Pregunta Nº 4: ¿Crees que es fácil disimular el esfuerzo en el entrenamiento realizado mediante


situaciones cercanas al juego?
0. NO

(SI. Cuanta más puntuación, más fácil disimularlo)

Pregunta Nº 5: ¿Qué tipo de entrenamiento te parece más provechoso y eficaz, el entrenamiento analítico
o el entrenamiento específico?

¿Por qué?

1. Se adapta más a la realidad del fútbol.


2. Se aprende más.
3. Tiene mayor transferencia a los partidos.

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VII. ¿Qué porcentaje de trabajo analítico y global hemos realizado?
Con el fin de hallar una proporcionalidad comparativa entre el trabajo analítico y global o específico
realizado, y sobre todo de mostrar que como al inicio comentamos, no pretendemos desterrar ninguno de
ellos sino encontrar el más significativo a la vez que eficaz, hemos realizado la suma total de minutos
empleados en cada uno de ellos en las diez semanas que llevamos entrenando, obteniendo los siguientes
resultados:

Realizando una diferenciación por metabolismos trabajados, obtenemos unos resultados de:

Total de minutos trabajados por


metabolismo durante las diez primeras semanas de trabajo

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