Você está na página 1de 2

INCLUIR PARA SEGUIR CRECIENDO

(Cristina Calvo, economista especializada en desarrollo humano)

“ Los aviones contaminan la atmósfera, pero con una pequeña parte del dinero del billete plantan
árboles, para compensar parte del daño creado. Las empresas del juego financian campañas para
cuidar a los jugadores patológicos que ellas crean. Y el día en el que las empresas de armas
financien hospitales para cuidar a los niños mutilados por sus bombas, el sistema habrá llegado a
su culmen. ¡Esta es la hipocresía!” (Discurso del Papa Francisco a los participantes de Economía de
Comunión. Vaticano, 04/02/2017)”

Sin duda la teoría económica está en crisis: no rinde cuentas de los hechos y muchas veces actúa
como si un médico recetara sangrías a un paciente que ya está anémico. Si con esta receta se
alcanzara el “equilibrio”, tanto para la economía como para la biología dicho equilibrio sería el
mismo que el de un organismo muerto. Se siguen usando “modelos” con axiomas (proposiciones
asumidas como verdaderas) insuficientes para comprender y moverse en el mundo real. Por
ejemplo, tener como único objetivo el crecimiento del PBI (Producto Bruto Interno) es débil y
engañoso. La economía prescinde de la naturaleza y, como dice el Papa Francisco en la Laudato Si,
“no hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-
ambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la
pobreza, para devolver dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza (LS,
139)”. Tenemos que optar por modos de vida que contemplen múltiples indicadores de bienestar:
naturaleza, tiempos y formas de trabajo y de vida, relaciones sociales. Con respecto a la pobreza,
hay muchas maneras de acercarse a las personas en situación de pobreza. Elegir una u otra forma
no puede decidirse solamente por razones de técnica económica sino fundamentalmente por
motivos de humanidad y justicia. Muchos dilemas se vienen presentando desde el siglo pasado y el
equilibrio entre asistencia y desarrollo inclusivo es de difícil resolución. Para explicarlo en términos
simples. La “clave asistencial” se orienta principalmente a “mejorar las condiciones de vida” de las
personas y, en general, con escasa o nula participación de las mismas como sujeto de derechos y
como activos protagonistas en la elección de las mejores alternativas para su buen vivir. La “clave
del desarrollo humano integral” busca “mejorar las capacidades y habilidades para la vida”
(capabilities, skills) tratando de averiguar el porqué no puede procurarse el alimento por sí mismo:
¿porque está sin trabajo? ¿o porque su oficio ya es obsoleto y tiene que capacitarse en algo
nuevo? ¿o porque no pudo completar su educación? ¿ o por las condiciones de habitat en que se
encuentra?, entre múltiples cuestiones. En el siglo XXI la genuina “inclusión social” implica
acompañar los sueños y proyectos de vida para que las personas los puedan realizar libre y
dignamente. En países como la Argentina, con alrededor de un 30% de pobreza, la asistencia
indudablemente no puede abandonarse ni tampoco los gobiernos pueden desentenderse de los
problemas estructurales que van más allá del esfuerzo personal o del tratar de acercar
oportunidades. Las finanzas, como parte de la economía, tampoco escapan a estos dilemas, por
eso el movimiento mundial por las “finanzas éticas” y las “finanzas sostenibles” propone un
cambio de paradigma que prioriza los beneficios sociales y ambientales por sobre los económicos,
sin desentenderse de éstos. Hablar de sostenibilidad también significa interrogarse sobre cómo
acompañar a los sujetos más débiles, excluidos de todo, con sus derechos dañados, sin futuro, sin
capital para los emprendimientos que harán realidad sus aspiraciones y la de sus familias.
Responder a estos nuevos desafíos requiere abandonar nuestras comodidades, salir de los
escritorios, conocer el territorio, a los actores con proyectos pero sin recursos, pasar de
espectadores a promotores de un desarrollo auténticamente inclusivo en lo social y cuidadoso en
lo ambiental. La historia universal nos da ejemplos de quienes han sido capaces de “patear el
tablero” y seguir la propia intuición con audacia y creatividad. Uno es Francisco de Asís. ¡Con su
“voto de pobreza” fue capaz de crear el “primer instituto de microfinanzas de la historia”, la
“primer banca pública del planeta”! Los así llamados “montes de piedad” fueron la concepción
socioeconómica franciscana para enfrentar la usura, la pobreza y dinamizar el trabajo responsable
de todos en la época medieval. Créditos y semillas para la siembra, para favorecer el artesanado,
al pequeño industrial, no en sentido asistencialista como si las personas fueran incapaces y
tampoco en sentido individualista para una acumulación estéril, sino para fortalecer la comunidad,
los valores y las posibilidades de una dignidad de vida para todos. A veces nos derrumbamos o nos
desalentamos pensando que las soluciones “macro” están fuera de nuestro alcance y, sin duda,
que la “macro política” tiene una gran responsabilidad en el gobierno de la economía y del bien
vivir de las comunidades, pero movilizar recursos y comprometer esfuerzos requiere de la
participación de todos los agentes. Mayor sería el sufrimiento y el costo sobre los más pobres si no
hiciéramos nada y si persistiéramos en el actual estilo de desarrollo.

Você também pode gostar