Você está na página 1de 12

LOS CARNAVALES PROVINCIANOS Y EL MEDIO AMBIENTE

Teófilo Altamirano
Pontificia Universidad Católica del Perú

En todo el territorio peruano, como en otros países católicos, se festeja los carnavales, en
unos con mayor pompa y fama y en otros, menos. Cada pueblo se ufana de tener el mejor
carnaval. Este chauvinismo se explica, en parte, por los aún existentes localismos y
regionalismos, una herencia que tiene orígenes históricos en la formación de los reinos,
cacicazgos y la emergencia de poderes locales y regionales, aun cuando la idea de nación y
Estado ha avanzado, al que se suman los diversos efectos de la comunicación global, la
tecnología de la información y la apertura de vías de comunicación.1

Los localismos y regionalismos se resisten a estos cambios externos porque están


instalados en el consciente y subconsciente individual y colectivo. El carnaval, por ser una
fiesta que momentáneamente tiene la capacidad de incorporar a todas las edades, clases
sociales, relaciones de género y divisiones geográficas, es una manifestación, como pocas,
que puede producir ese misterio. Una vez que pasan las fiestas, todo vuelve a su curso; de
esta forma superviven las desigualdades, la lucha por el poder, la exclusión económica, de
los derechos civiles y la exclusión cultural que se reproduce por el uso de la lengua, los
hábitos y los prejuicios.

Las migraciones internas y últimamente, las internacionales, han reducido la brecha


rural-urbana de las zonas desarrolladas con las menos desarrolladas, de la modernidad y la
tradicionalidad; sin embargo, esas brechas aún persisten. También las migraciones han
trasladado las manifestaciones culturales como son los carnavales a las grandes ciudades; es
decir, los están globalizando.

Las festividades carnavalescas han experimentado tres momentos en su proceso de


cambio: en un primer momento, la fiesta es local; es una celebración particular, parte de la

1
Este artículo, prescinde de una bibliografía debido a dos razones; a) porque no existen referentes sobre el
tema; y b) porque es etnográfico y es original.
creación colectiva del pueblo donde se mezclan lo pagano y lo cristiano. Es decir, se dan
sinergias donde prevalece lo uno o lo otro, dependiendo del momento y el contexto cultural.
En pueblos pequeños dónde no existen los medios de diversión urbanos, los carnavales son
esperados durante todo el año porque será la oportunidad o la gran excusa para poner a
marchar todos los sentimientos prohibidos, tabúes y actos privados que persisten en las
sociedades rurales con estructurales sociales rígidas, una de la causas de la lentitud del
cambio social y cultural.

La organización de la fiesta es asumida por los vecinos en donde la reciprocidad es la


base de las relaciones sociales. Es tiempo de lluvias, lo que hace más festivos la ocasión
porque hay abundancia. Sin cortar un árbol no hay carnavales2, dicen los lugareños.

En Jauja, sierra central, hay movimientos ecologistas que empiezan a deliberar sobre
el efecto que causa el “cortamonte” pues se calcula que alrededor de 12 mil árboles de
eucalipto, una planta que se introdujo hace más 100 años, son derribados anualmente en el
Valle de Mantaro. El año pasando asistí a la “traída del monte”, es decir, a la tala y su traslado
a la ciudad. Antes de la tala, se celebra en rito andino dirigido por un “laya mayor” o
sacerdote andino que agradece, junto con los presentes, (todos varones) a la madre tierra;
mientras las mujeres esperan jubilosas en el rio el árbol o los árboles. La ceremonia ritual
consiste en la “mesada” o la exhibición en una manta con objetos rituales como la coca,
aguardiente, frutas, chicha, incienso, cigarro etc. Al final se entierra (pago) en señal de que
la tierra siga siendo fértil. Luego se procede a cortar el árbol escogido que casi siempre es el
más alto que de mayor realce a la fiesta. Al finalizar la ceremonia el “laya mayor” ordena
para que cada asistente plante un árbol en reposición del árbol derribado (2)

En otras partes del Ande, los habitantes, influenciados por movimientos ecologistas,
organizaciones no gubernamentales y del gobierno, empiezan asociarla la tala de los árboles
al tema de la ecología; sin embargo, aún este movimiento es muy incipiente. Los carnavales

2
Se le denomina “mallki”, una especie de árbol nativo que abunda en la sierra; también se le llama “cortamonte”;
“tumba monte”; “yunza”;”huachihaulito”, dependiendo del lugar donde se celebran .En Lima el nombre de
“cortamonte”, es el más común.
como festividad colectiva tienen mayor fuerza que la preocupación ecologista, el deterioro
del medio ambiente de los bosques y el agua.

En un segundo momento, los carnavales experimentan dos procesos simultáneos: el


primero y debido a las migraciones internas, estas fiestas se “trasladaron” a los lugares de
destino como son las ciudades medianas y grandes. Estos movimientos poblacionales se
intensificaron en la década del cincuenta del siglo pasado. Desde aquella vez, Lima se
convierte en el destino mayoritario de las migraciones; Lima todavía conserva las al
celebraciones del carnavalesca, una herencia cultural de la colonia; en un segundo momento,
y por acción de los migrantes que retornan, los carnavales empiezan a incorporar elementos
de la cultura material y no material de los de Lima.

En las ciudades medianas y grandes y en particular en Lima Metropolitana, debido al


crecimiento poblacional por causa de las migraciones, los carnavales de provincianos
empiezan a desplazar al limeño; al mismo tiempo que la población urbana nativa decrece y
se “refugia” en barrios como el Rímac y los barrios altos; para ellos no existe la fiesta del
árbol, pero si el derroche del agua.

Desde las décadas del cincuenta y el sesenta del siglo pasado, los provincianos
empiezan a formar sus clubes o asociaciones voluntarias teniendo como base cultural y
geográfica sus lugares de origen. Se crean los clubes departamentales, provinciales y
distritales. Estas últimas empiezan a crecer en la medida en que el campesinado se suma a
las migraciones y constituye el mayor contingente.

En 1980, realicé un estudio de las asociaciones; estimé en aproximadamente 4000


más los clubes de provincianos; unos 150 y los departamentales en 15. Los carnavales
incorporan todas las clases sociales. Al principio, los departamentales, cuyos miembros son
de la clase alta provinciana, se resistían a celebrar los carnavales porque consideraban que
era propio de los migrantes de pueblos pequeños. En la medida en que la celebración se hizo
más abierta, los miembros de estos clubes empiezan a incorporarse hasta que todos esos
clubes ahora lo celebran.

Hasta hace unos 30 años, los carnavales se celebraban un día domingo del mes de
febrero, luego seguía el lunes, martes y el miércoles de “ceniza” de acuerdo al calendario
católico. Luego se abolió estas fechas para declarar a todos los domingos del mes de febrero
como fecha de carnavales; la justificación fue para evitar varios días de feriado. En la sierra,
los cuatro días se mantienen aunque duran todos los domingos de febrero y marzo.

Cultura y medio ambiente

Al finalizar mi nuevo libro,3 experimenté dos grandes hechos climáticos; primero, la


creciente significación que va adquiriendo el fenómeno el cambio climático en nuestras
vidas; segundo, la necesidad de cambiar nuestro hábitos respuestas a este fenómeno; uno de
ellos el uso y el más importante, el uso producción de residuos sólidos; uso del trasporte, etc.
Como consecuencia de esos cambios de hábitos, un proceso no muy fácil porque implica
resilencia, el sentido común y el conocimiento popular.

Respecto al agua, sabemos que nuestra ciudad está encima de un desierto; que el 80
% del agua proviene, en los lagos y glaciares de la sierra central. Sabemos además que hay
una presión demográfica de ocho millones de habitantes al que se suman unos 400,000
anuales debido a los nuevos nacimientos y las migraciones internas, aun cuando los últimos
15 años ha ido decreciendo en medida en que las ciudades del interiores del país empiezan a
recibir más migrantes internos que deberán migrar a Lima.

Lima y El Cairo, son las dos únicas capitales de país que están ubicadas en el desierto.
Los cuatros afluentes hidrográficos, con los que cuentan Lima y el Nilo en el Cairo son vitales
para esas ciudades.

Aspectos culturales urbanos de origen rural como las celebraciones de los carnavales,
no han sido analizados, desde la perspectiva del medio ambiente. En este artículo, partimos
de la premisa central de la existencia de una relación directa entre los carnavales de
provincianos en Lima y la conservación y cuidado del medio ambiente. Sabiendo que seré
objeto de críticas por parte de mis paisanos apurimeños, por haber sido fervientes,
participante en los carnavales de mi Distrito, de mi distrito de Ocobamba y ni provincia de
Chincheros, una mañana decidí, escribir el presente artículo. No es tarea fácil dejar de bailar,
cantar, encontrar amigos, paisanos y familiares. Ahora que es febrero, mes de festivo, solo el

3
ALTAMIRANO, Teófilo. Refugiados Ambientales: Cambio climático y desplazamiento poblacional. (en
proceso de publicación).
hecho que se contarán miles de árboles, me produce un recuerdo a los momentos en que
escribía mi último libro, principalmente el capítulo donde analiza el tema de la gua y la
contaminación ambiental en parte por ausencia de árboles en una ciudad como Lima.

En Lima residen migrantes de todas partes del Perú; es decir de los meses de 1,800 distritos,
de las 180 provincianos y de las capitales de los 22 departamentos.

Cada Distrito cuenta con un promedio de cinco asociaciones o clubes; consecuentemente,


hay de 9 a 10 mil asociaciones. Casi cada asociación celebra carnavales. No hay una
estadística que muestra cuantos árboles se tumban. Es casi es cada club distrital usa en
permeado de cinco multiplicado por 18 000 suma 9 0000 árboles. Los clubes provincianos
tumban un promedio un promedio de seiscientos; y los dos clubes departamentales requieren
de otros 5 y suman

Cuántos árboles se necesitan para las celebraciones. Es casi una aventura dar números, loco
esto es que cada club distrital usa en permeado de 5 árboles que multiplicado por 18000 es
9,000 árboles. Los 2 2clubes departamentales requieren de otros 5 a y suman
aproximadamente 110 árboles o más porque económicos. El gran totales de 10, 110 cm con
márgenes de peor para arriba y abajo. Si a esta cantidad sumamos los árboles que se tumban
en ocasiones de aniversario del club, festividades religiosa del santo patrón del pueblo, hasta
cumpleaños, ocasiones en que se incluye el “cortamonte”, por ser lo más festivo. La suma
total puede llegar a unos 15 a 20,000 árboles todo el año.

¿De dónde traen los festivos provincianos esta cantidad de árboles? Algunos dicen de
Chosica, de Cieneguilla d ella riveras del rio Chillón y el Rímac.

Entre 15 a 20 mil árboles anuales menos en la ciudad. El efecto inmediato no se siente;


sin embargo, nos priva del aire limpio por la contaminación ambiental. Esté problema es
mayor en los distritos de los conos de este, norte y sur donde residen más dela mitad priva
de captación del carbono y la emisión del oxiden. Este es mayor en los distritos de los conos
de este, norte y sur dónde residen más de la mitad de la población. Mientras esto ocurre,
tendremos menos agua por el retroceso glaciar que provee agua por en un 80% a toda la
costa peruana. En el capítulo 5 de mi libro afirma que el nevado Huaytapallana provee agua
a toda una cuenca y a parte de la cuidad e Huamacayo. El 35% de la masa glaciar a
desaparecido en los últimos 30 años, similar retroceso experimentan los demás glaciares en
el ande.

En base a las evidencias anuales los carnavales provincianos, no disminuirán y


tampoco la cantidad de árboles que requieren. Hay un principio elemental en la economía: a
mayor expanción económica, en particular en la clase media, mayor consumo. Los carnavales
provincianos implican mayor consumo y cantidad de árboles, de bebida, comida e
indumentaria en la clase media, mayor consumo. Este año, los desfiles de carnavales se han
trasladado a la Plaza de Armas, para fenoplástico de palacio.

En cada fiesta, se nombran padrinos para la celebración del próximo año. Es decir, la
fiesta está asegurada un año antes. Los encargados son unas parejas de varón y mujer. El
“cargonte” del varón pone el árbol, la bebida y la banda de músicos; la mujer el adorno del
árbol, la comida para los invitados, que hace algunos años a tras era gratuita, ahora se cobra
en la entrada. De esta manera la fiesta es auto sustentada, una gran atracción para los que
desean “tumbar” el árbol.

La fiesta resulta aun más socialmente más reconocido y legitimado porque los
participantes, no tienen en su conciencia individual y colectiva el efecto que produce el corte
de los arboles. Durante mis participaciones en años anteriores, no he escuchado ningún
comentario el respecto; probablemente algunos sienten el efecto; sin embargo no lo
manifiestan porque serían llamados “aguafiestas”. En el fragor de la música y el baile, la
conciencia ecología será un tema muy lejano o simplemente no existe porque el árbol en la
sierra y selva peruano es un bien casi ilimitado. No existe la pregunta de donde trajeron el
árbol hoy están ahí parados, adornos y lo hay que hacer gozarla y cortarla y si se está en
compañía de uno dama o un caballo. La fiesta es un símbolo de prestigio y poder. Cuando
más grande el árbol, mejores adornos, mejor comida.mejor banda de música, el prestigio del
“cargante” será mayor.

El día siguiente se entra la rutina, el trabajo. Se esperará un año o una celebración del
Santo Patrón del pueblo para nuevamente disfrutar de la fiesta carnavalesca.

En un tercer momento y debido a las migraciones internacionales los carnavales como


experiencia cultural, trasciende a otros países. La migración internacional, se convierte en
los medios de “transporte” de la cultura peruana. Es decir, están donde residen los migrantes
provincianos que en estos últimos 20 años se han sumado a otros.

Datos estadísticos oficiales y de los mis propios indican que los migrantes
internacionales extranjeros son mayoritariamente laborales; es decir, están compuestas por
migrantes de las clases populares de la ciudades y de provincianos que incluyen también a
los que proceden de distritos del interior del país.

Estos migrantes son los que mejor conservan las tradiciones populares, en este caso
los carnavales. En los países del destino el árbol para carnavales no es un problema en
particular en países del hemisferio norte. Solo tienen que pedir permisos especiales.

La organización como la ejecución de la fiesta carnavalesca es semejante al del Perú.


Los más entusiastas son procedentes del valle en el Perú.

Asistí a una de esas fiestas en Miami, lugar de destino de muchos huancaínos y sus
distritos. Hay alrededor de 20 asociaciones de esa región y aproximadamente el 50 %d de los
que festeja los carnavales; cada distrito o provincia, tiene la tarea de mantener su particular
forma de celebración siendo los juajinos los que mantienen mejor, así como sucede en Jauja
cada año.

Los peruanos en Europa, principalmente en España e Italia donde está la gran


mayoría, también lo celebran, “corta monte”. Ellos dicen que no hay carnavales sin el
“monte”. De igual manera, los peruanos en Buenos Aires, Santiago, la Paz, El Alto (Bolivia)
y últimamente en Sao Paulo, lo celebran en los meses de febrero y marzo. Las bandas de
música, la comida del lugar de origen, las vestimentas, a las letras de las canciones, al igual
que en el Perú, similares; es decir son diálogos entre varones y mujeres que exaltan todavía
un machismo o superioridad a masculina sobre al mujeres.

A las letras originales se han añadido alusiones de las experiencias colectivas que
atraviesan los migrantes, es decir la nostalgia, y añoranza del pueblo.

En los últimos años, la organización de la fiesta ha experimentado también tres procesos.


En un primer momento, los encargados o mayordomos de la fiesta eran personas del
lugar, en particular los que podían solventar la fiesta que en general eran los mestizos y los
campesinos acomodados que los celebran en sus barrios.

En un segundo momento, cuando se incrementan la migración a las ciudades, los


migrantes retornan a sus pueblos y “cortan” el árbol. Simultáneamente, habrá mayordomos
del pueblo. Las relaciones de parentesco tienen una enorme influencia porque permiten que
la organización sea una tarea familiar, en particular por parte de los que quedan el pueblo.
En los años sesenta del ciclo pasado, fui padrino de la fiesta y tuve que retornar al pueblo
para cumplir año anterior hacía trabajo de campo.

En un tercer momento, entran los migrantes internacionales, quienes al retronar a sus


pueblos y bajo el fragor de la música contagiante “tumbaron” el árbol y el año anterior
automáticamente adquirieron el status de padrinos. Esto es cada vez muy común en los
distritos y provincias con altas tazas de migrantes internacionales en dónde ser padrino se
retorna en una buena ocasión para mostrar el perder económico de los migrantes y
consecuentemente merecer el reconocimiento y respeto de los locales. Hay situaciones donde
se pone en práctica las competencias entre migrantes procedentes de distintos países. El año
pasado en Juaja fue testigo de la competencia quien “paraba” el árbol más grande y más
adornado. Una fiesta media podría costar unos 30mil dólares incluyendo los pasajes. Lo
mismo sucede en Lima Metropolitana, de cada cinco árboles, 1 es parte por un migrante
internacional.

Asistimos a la globalización nacional e internacional de los carnavales. De igual


manera, otras fiestas como el del santo patrón pueblo; el Señor de los Milagros, San Martin
de Porres, Santa Rosa de Lima, fiesta patrias, navidad y año nuevo, son grandes ocasiones
donde renuevan las tradiciones que han pasado de ser locales a nacionales y finalmente
internacionales. Estos procesos son muestras tangibles de uno de los componentes de la
globalización de la cultura. Es decir, los extremos lo rural y urbano; lo sub-desarrollada y lo
desarrollado; lo tradicional y lo moderno (lo particular y lo universal) que antes tenían
dinámicas internas separadas, ahora se juntan; aunque esto no o significa democratización de
la cultura como expresión más genuina dela gran capacidad cautiva e inventiva de los
pueblos. Todavía persisten exclusiones a todas las expresiones locales, tradicionales, sub-
desarrollo particulares de los pueblos y países emisores de emigrantes internos e
internacional.

Aún cuando estas la expresiones culturales son creaciones colectiva de los pueblos
que forman parte de la cultura material y no material , ya no pueden ser analizados de manera
aislada a lo que ocurre con el cambio climático, la dinámica ambiental y en particular de
estrés hídrico que experimentan la tierra.

Cada mañana, de 5 a 8 am durante los meses de verano, enero, febrero, y marzo,


muchas emisores radicales de Lima Metropolitana, formales e informales anuncian con gran
entusiasmado y alegría las fiestas de carnavales de los migrantes e hijos de migrantes
provinciales. Dicen quise han fiestas millonarias genuinas, típicas, la mejor entre lo demás.
Muchos de lo que anuncian hablan el castellano pensando en quechua; sus acentos no
incluyen la i, ni la e ni la u; es decir usan solamente la e i la o. Son migrantes que tienen como
lengua materna el quechua de Ayacucho, Cuzco, Puno, Huancayo, Apurimeños y Huaraz.
De igual manera, los migrantes aimaras anuncian los carnavales de Puno.

En una ciudad como Lima Metropolitana, las fiestas provincianas, como son las
celebraciones del “santo patrón” del pueblo, los aniversarios de creación política del pueblo
aniversarios de creación de sus clubes sociales y los carnavales son ocaciones culturales y
sociales, incluso económicos porque queden servir para recaudar fondos para enviar al pueblo
para una obra sociales o para la construcción de sus locales en Lima.

Son ocasiones culturales porque se convierten en extensiones de sus manifestaciones


culturales provincianos: son ocasiones sociales porque se ponen en práctica las relaciones de
parentesco; se establecen redes sociales, y políticas y económicas. También los fondos
pueden ser destinados a fines benéficos como la asistencia a paisanos enfermos que los
necesitan; o ser fuentes muy útiles para movilizar políticamente a favor de un partido político
o un líder en especial durante elecciones internas, locales o nacionales. En muchos casos, son
fuente para hacer hobbies o intermediarios entre el Estado y sus pueblos.

Todos estos son necesarios en la vida de los provincianos y sus descendientes porqué
son fuentes de entretenimiento, remembranza hasta la nostalgia en una ciudad o fuera del
país es donde el teatro, el cine y otras formas de entretenimiento urbano no están al alcance
de muchos sectores, en particular de las familias pobres urbanas. Incluso aquellos
provincianos que pueden pagar el costo del entretenimiento urbano, no tienen una cultura
urbana, completa les atrae o simplemente porque esos del entretenimientos urbano, no tienen
una cultura urbana les atraiga o simplemente porque esos entrenamientos, se desarrollan en
sectores dela clase media, medua y alta o alta. O porque no alta o alta y no desean ser víctimas
del todavía “racismo” urbano como se reportan con frecuencia y levantan debates
interminables que fácilmente son remplazados por una noticia alarmante de igual o mayor
impacto en la población.

La cultura tarde más en cambiar que las innovaciones tecnológicas de acuerdo a las
evidencias científicas. Por razones de la exclusión cultural que sufren los provincianos y más
aún los más pobres, la información sobre la conservación del medio ambiente es casi
inexistente, en parte por que no tienen la capacidad económica para comparar un libro o a
asistir a las numerosas charlas, y conferencias sobre las causas del cambio climático. En
poblaciones donde lo prioritario es comer y asegurar el mínimo de las necesidades
personales, familiares y sociales, no hay tiempo suficiente para la educación ambiental. Los
pobres urbanos o los migrantes laborales internacional estiren en que trabajar para su
sobrevivencia. Aun así michos de ellos no pueden asegurarla cobertura de por ello del tema
del cambio climáticos, sus causas, procesos y consecuencias son privilegiados de las clases
medias y altas.

El carnaval es una celebración de todas las clases, sociales desde migrantes exitosos,
profesionales trabajadores, manuales tanto varones como mujeres. Aún los de la clase media,
de los exitosos y de la clase alta, no llegan asociar de cómo la pérdida de miles d árboles en
una ciudad qué está encima del desierto como Lima Metropolitana, contribuye a la falta de
oxígeno, al calentamiento local y global consecuentemente a la mayor desertificación. Es
compresible pero no justificable que también en los sectores populares no exista la conciencia
ambiental.

Los efectos del cambio climático, en el incremento de la escasez del agua, de la


temperatura que de manera paulatina están influyendo en las mentalidades de los
provincianos carnavalearos. Mientras esto ocurra continuaran celebrando porque ya paras el
año entrante la fiesta “esta asegurada” porque cada vez que se “tumba” un árbol carnavalesco
la pareja que lo hizo, tumbará un árbol para la fiesta pero tendría en carnavalesco menos (yo).

Un aspecto que contribuye a la falta de una responsabilidad ambiental es que no se


sienten los efectos de la falta de árboles. Es más fácil sentir las escales ausencia del agua por
su absoluta necesidad. Si sumamos los árboles que se han cortado desde que los carnavales
provincianos se celebran en Lima Metropolitana se concluye que ya son centenares de miles
.Solamente en los diez últimos años pueden llegar a más de 100,000. Si nos proyéctamela los
decenios anteriores aproximadamente desde la década del sesenta del siglo pasado época en
que las poblaciones provincianas llegan a Lima en mayores cantidades, llegamos a la
conclusión de que se trata de muchos centenares de miles. Imaginarse que de esos árboles
estarían de pie. Es cierto que la presión demográficamente que ha experimentado muestra
ciudad también contribuye a la de forestación de árboles para fines de leña (pollos al horno),
construcción de casas, muebles de hogar etc. Es explicable la enorme deforestación que
experimenta la Amazonía porque es de allí mayormente donde procede la madera para Lima
y las ciudades del interior.

En resumen, lo planteado en el presente artículo es un inicio de una tarea que nos


compete a todos. Aun cuando tenemos muchos estudios sobre la situación forestal en las
cuencas, y en la amazonia, los temas como la hidrografía meteorológica y climatológica, que
han dado mayor énfasis al respecto biofísico. No existen estudios que demuestren de cómo
las costumbres culturales de muestra población, afectan directamente al medio ambiente
como hemos tratado de demostrar. Al respectó, la antropología como al ciencia social que ha
estudiado la cultura tiene una agenda que cumplir si su misión en parte, es contribuir a
esclarecer fenómenos contemporáneos como el que acabo de analizar para no quedarse solo
en la preservación y difusión de la cultura.

Bibliografía

ALTAMIRANO, Teófilo. Refugiados Ambientales: Cambio climático y desplazamiento


poblacional. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, (en proceso de publicación).

Você também pode gostar