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El NACIONALISMO

INTRODUCCION

El nacionalismo surge en los siglos XVIII y XIX cuando en plena etapa del
romanticismo, se extiende la idea de pertenencia a un pueblo o nación histórica con
rasgos de la identidad individual y colectiva. Si bien la creación de los estados
nacionales ya había tenido lugar en varios años, es en este momento cuando se
extiende la idea clásica de nacionalismo.

El nacionalismo ha determinado en gran parte la evolución de los Estados en sus


procesos de modernización de un modo positivo, cultural y político, en el peor de los
casos también de un modo negativo, siendo elemento directo de conflictos y catalizador
de las mayores contiendas en las naciones.

El concepto de nacionalismo es ser un “principio político que sostiene que debe haber
congruencia entre la unidad nacional y la política”, también se puede definir como
“ideología y acción política dirigidas para construir la nación o a la defensa de la nación
ya existente”

EVOLUCIÓN Y MOVIMIENTO NACIONALISTAS

El pensamiento ilustrado y la Revolución Francesa son la época y el escenario del


surgimiento del nacionalismo como movimientos sociales que sostiene el principio de
soberanía nacional.

Surgido como superación del localismo feudal y contra una identificación de la


soberanía del estado con la gracia divina de los reyes, el nacionalismo a finales del
siglo XVIII fue asociado a los principios y valores de la democracia y el liberalismo,
siendo por tanto utilizado en varias luchas y en buena parte de las revoluciones de las
décadas de 1820 y 1830.
Este nacionalismo identifica la comunidad política como cultural, que a su vez presenta
la característica de poseer una esencia ancestral y omnisciente. Esta idea de la nación
portó a la ideología nacionalista importantes elementos identificadores como: el
particularismo o hecho diferencial, el idioma como arca del espíritu, la historia como
prueba y testimonio de la existencia de la nación que es la cultura, que tienen como lo
mas importante las altas cimas del pensamiento y la creación nacional y a la vez
reúnen las costumbres y el folklore propio, la religión también es un motivo de
identificación respecto al exterior de la nación y, en su extremo más forzado, la raza o
la elevación de la nación.

Los movimientos nacionalistas surgieron en varias regiones que aún son ajenas a toda
identidad nacional, al tiempo que su marco de aplicación desbordada en el occidente y,
gracias a la ola colonialista, los movimientos en las respectivas colonias tomaron
argumentos del nacionalismo.

Si se toma exclusivamente el marco del siglo XVIII, en la primera guerra mundial


existían movimientos nacionalistas que sólo estaban esbozados o no existían en
absoluto en 1880: los pueblos bálticos (especialmente finlandeses y lituanos),
armenios, georgianos, albaneses, macedonios, croatas, galeses, escoceses,
flamencos, corsos, y en España vascos y catalanes que son grandes ejemplos de
movimientos nacionalistas.

En el estudio del nacionalismo, bien como corriente ideológica o movimiento político, la


deseada colaboración entre las distintas ciencias sociales se produce en un grado y
con una dimensión escasamente alcanzados en la investigación sobre otros temas.
Este intercambio de esquemas, elementos de análisis y hasta cierto punto modelos de
investigación no han sido ya fruto de un irrefrenable deseo de colaboración tanto más
que de la necesidad; incluso no se reducen a estas tres ramas las participantes del
nacionalismo, sino que se deben sumar, en distinta medida, a la antropología y la
filología.
NACIONALISMO EN LA ACTUALIDAD

En gran parte de los nacionalismos se tienen una abundante bibliografía y en


ocasiones el resto de los nacionalismos no ha alcanzado esos niveles de desarrollo,
bien por su posterior incorporación al estudio, bien por la realidad de algunos
nacionalismos por mucho empeño que se ponga en su estudio.

De lo mencionado anteriormente es importante destacar dos cuestiones, por un lado si


los conceptos de ciudadanía y nacionalismo son mutuamente excluyentes y por otro, si
existe una validez “moral” o “lógica” en las pretensiones nacionalistas en la sociedad
actual, entonces no se puede empezar a declarar nacionalismo a ciertas costumbres o
actos que se realicen en la actualidad.

CONCLUSION

Para empezar ¿Tiene sentido hablar de nacionalismo en una época en la que cualquier
acontecimiento sobrepasa las fronteras?, claro que sí porque nadie dice que no hubo
un error de nacionalista que ha alcanzado a la mayor parte del mundo en los últimos
años, pero se pretende despojar de su legitimidad al identificarlo como puro y duro. No
es, o al menos no debe ser, está exclusiva del nacionalismo a pesar de que en algunos
casos pueda llegar a ser lo más conveniente no debe de ser así. La vigencia de los
nacionalismos es tal que no tendría sentido la globalización sin ellos. Además si el
nacionalismo es un producto de su tiempo, no cabe duda de que hoy, más que nunca
el tipo de nacionalismo con el que nos encontramos, es la necesidad que se hace
evidente como respuesta y resistencia ante las tendencias del pensamiento único, pero
sólo se podrán sustentar erradicando definitivamente el discurso étnico de pueblo
histórico y abrirse a los conceptos y definiciones de la nación más acordes con los
tiempos que vivimos hoy en día.
BIBLIOGRAFIA

http://www.pucsp.br/cehal/downloads/relatorios/revista_espacio_tiempo_forma/nacional
ismo.pdf

http://conceptodefinicion.de/nacionalismo/

https://definicion.de/nacionalismo/

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