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Reseña: “Feuerbach contraposición entre la concepción materialista y la idealista

(introducción)”

Ana Carlosama

El siguiente texto está dedicado a analizar conceptual y metodológicamente el primer


capítulo del libro: “La ideología alemana” de Carlos Marx y Federico Engels, escrita entre el
año 1845 y 1846. Marx dentro de los primeros postulados que introduce hace alusión hacia
el desarrollo intelectual que se produce en ese momento en Alemania, alegando de la suprema
abstracción que poseen los desarrollos teóricos tanto de los hegelianos-quienes construyen
todo un cuerpo teórico bajo categorías lógicas desarrolladas por Hegel-y los neo hegelianos-
quienes solo debaten y realizan críticas a los postulados de Hegel-, estas posturas solo
construyen conocimiento en base a las ideas, y no demuestran ninguna clase de articulación
con las dinámicas sociales que se producen en lo real. Partiendo de esta crítica-que igual se
encuentra presente en la totalidad del capítulo-Marx comienza a dar las primeras nociones de
lo que constituye su método y sobre todo sus conceptos claves, cabe aclarar que hay una
vinculación directa entre método y concepto (se encuentra una mutualidad fuerte dentro del
texto) que resulta bastante interesante.
Marx concibe fundamentalmente que la vida del hombre constituye todo un proceso histórico
en el cual este transforma su ambiente en pro de su propia evolución; y esto claramente lo
externaliza por medio de sus acciones, ya que se habla de que el hombre capaz de
materializar sus ideas y construir su propia realidad. Es por ello que desde su postura resulta
imprescindible apoyarse en datos empíricos los cuales no solo brindan pautas claves del
desarrollo de la organización social sino que demuestran claramente que los fenómenos
sociales tienen todo un proceso histórico que requiere de su estudio a partir de las estructuras
sociales que transforman-estas vistas desde una postura materialista-. Es por ello que Marx
es consciente de que lo real configura no solo la historia sino que también posibilita la
existencia de la conciencia, y con ello la creación de ideas.
Por eso Marx fuera de proponer conceptos abstractos-de tipo filosófico-, prefiere utilizar
conceptos que se relacionan con la materialidad y la acción humana; por ejemplo este
argumenta que las fuentes de la organización social son la producción-entendiéndose como
se produce y lo que se produce-y el intercambio; estas dos variables son concebidas uno de
los grandes motores de la historia, ya que apoyado en sucesos históricos, este demuestra que
ha estado presente dentro del desarrollo humano-obviamente con variantes propias de cada
contexto histórico- y ha permitido formar el mundo moderno actual. De igual forma se
encuentra que Marx no solamente concibe a estas categorías como pilares fundamentales de
la evolución histórica, sino que este aclara que estas dos dinámicas, nombradas
anteriormente, generan otro tipo de fenómenos como división del trabajo-como fenómeno
consecuente de la producción y el intercambio-, la clase, entre otros.
Obviamente se habla de que estos sucesos se complejizan a medida que el hombre evoluciona
y su estructura social se vuelve más densa; esto claramente se encuentra expuesto cuando los
autores describen en diferentes etapas como se dan los procesos de intercambio y producción,
evidenciando claramente que a medida que los siglos transcurrían los fenómenos se volvían
más complejos y generaban nuevas aristas que poco a poco nos llevaron al establecimiento
de la sociedad burguesa. Llevándonos nuevamente a la premisa de lo clave que resulta para
el estudio de la sociedad generar análisis sobre lo empíricamente comprobable.
Otra cosa que se puede mencionar apropósito del desarrollo teórico de este capítulo es el
hecho de que si bien a manera de crítica los autores mencionan que tanto los neo como los
hegelianos señalan a la religión como motor único de la historia, estos indican que no se
puede nombrar como único fenómeno causal de la transformación en la organización social.
Ya que en primer lugar hay una serie de dinámicas que están seriamente vinculadas entre sí
que producen la realidad social compleja y variante.
Después de analizar este constructo teórico, los autores comienzan a desarrollar lo que la
revolución comunista, como práctica material, en últimos términos cambiaría la subyugación
que ejercen unos sobre otros, y una realidad universal en donde el punto de referencia no
sea el interés particular-que sostiene la sociedad burguesa-sino que sea la sociedad en su
totalidad. Así mismo los autores realizan un enfático análisis tanto de la estructura como el
desarrollo del Estado pieza fundamental garantizar los intereses de clase que obviamente
poseen los burgueses.

Referencias
Marx, Carlos; Engels, Federico;. (1975). Feuerbach contraposición entre la concepción
materialista y la idealista (introducción). En La ideología alemana (págs. 13-82).
Barcelona: Grijaldo S.A.

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