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Parashá 01 BeReshit

Génesis 1:1 – 6:8


Por Dr. S.K. Blad ©
Prohibida toda reproducción lucrativa
  
Aliyás de la Torá:
1. 1:1-13
2. 1:14-23
3. 1:24 – 2:3
4. 2:4 – 3:21
5. 3:22 – 4:26
6. 5:1-24
7. 5:25 – 6:8
8. Maftir: 6:5-8
Haftará: Isaías 42:5-21
Los Escritos Apostólicos: Marcos 1:1-45
Aliyás de los Escritos Apostólicos:
1. 1:1-8
2. 1:9-11
3. 1:12-28
4. 1:29-39
5. 1:40-45
 
BeReshit: Significa “En el principio del” o “Por causa del Principal”

Comentarios
Primera aliyá, 1:1-13
1:1 “En el principio creó Elohim los cielos y la tierra.” – La Torá empieza mostrando a Israel y el
mundo que el universo tiene un principio. Entre las religiones paganas existe la creencia de que el
universo es eterno o que las cosas hayan sido creadas por la lucha entre diferentes dioses. La
hipótesis de la evolución enseña que todo se ha desarrollado mediante la casualidad. Pero la Torá nos
enseña que hay Uno que está por encima del universo, y que ha dado inicio a todas las cosas. Este
conocimiento evita toda adoración a las cosas creadas en lugar del Creador, que es la misma esencia
de la idolatría, como está escrito en Romanos 1:20-25:
 
“Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se han
visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa.
Pues aunque conocían a Elohim, no le honraron como a Elohim ni le dieron gracias, sino que se
hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se
volvieron necios, y cambiaron la gloria del Elohim incorruptible por una imagen en forma de hombre
corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por consiguiente, Elohim los entregó a la impureza
en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos; porque
cambiaron la verdad de Elohim por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del
Creador, quien es bendito por los siglos. Amén.”
 
El hecho de que Alguien haya dado inicio y existencia a todas las cosas, nos enseña que Él es el
dueño de todo lo que existe y que tiene el derecho de gobernar sobre todo lo que es suyo. Este hecho
le convierte en el gran Legislador del universo. Si hay Uno que ha dado inicio a todo lo que existe,
tanto en los cielos como en la tierra, entonces todo lo que existe tiene que cumplir los propósitos
suyos. Este Ser superior dio inicio al tiempo, al espacio, a la materia, la vegetación y a los seres vivos
porque tenía una razón muy específica para hacerlo. Por lo tanto Él tiene la plena potestad para hacer
lo que le plazca con las cosas que ha creado, para que absolutamente todo sea llevado a cumplir los
propósitos suyos. Esto le convierte en el gran Conductor de la creación. Este principio está detrás de
los reclamos que Él está haciendo sobre el hombre, al ordenarle a cumplir sus mandamientos. Todas
las cosas han sido sometidas a una Torá, una instrucción. Cada cosa creada tiene una ley que cumplir.
Esa ley es el propósito del Creador para aquella cosa específica.

El hombre es un ser creado con un propósito muy específico, el de servir a Aquel que le ha hecho y
puesto en su plan universal. El propósito del hombre es cumplir aquella Torá que el Eterno le ha
designado. Si un hombre no sirve al Creador conforme a la Torá, se rebela contra el mismo principio
de existencia de toda la creación y sale fuera del derecho de existir. Todo lo que existe está allí
porque el Eterno lo ha hecho y porque Él tiene un plan específico con cada criatura. Ningún detalle en
la creación carece de significado.

Este texto habla de un inicio, lo cual nos enseña que el tiempo es una creación y que el Creador está
fuera del tiempo. Luego habla de que los cielos y la tierra fueron creados, lo cual nos enseña que el
espacio y la materia no son eternos, sino fueron llevados a la existencia en un momento histórico, en
el principio del tiempo. ¿Qué había antes del principio? Sólo uno, Elohim. Sin embargo, dentro de
Elohim había planes, que estaban allí desde la eternidad, en un estado que carece de tiempo, puesto
que a partir de la creación de todo, empezó el tiempo. Todo lo que estaba dentro del Creador antes
de la creación, está fuera del tiempo, pero no como algo existente, como nosotros lo entendemos,
sino como parte de un pensamiento, un consejo, un plan y un proyecto. El Midrash enseña que ese
plan es la Torá, que la sabiduría infinita del Único Eterno ha compuesto desde la eternidad, en un
estado fuera del tiempo.
 
Según el Talmud,[1] siete cosas fueron creadas antes que el mundo fue creado:
 
1.      La Torá, cf. Proverbios 8:22.
2.      El arrepentimiento, cf. Salmo 90:2-3.
3.      El huerto del Edén (el paraíso), cf. Génesis 2:8.
4.      Gehinom (el infierno), cf. Isaías 30:33.
5.      El trono de gloria, cf. Salmo 93:2.
6.      El templo, cf. Jeremías 17:12.
7.      El nombre del Mesías, cf. Salmo 72:17.
 
El mundo fue creado con relación a estas siete cosas. La Torá es el plan arquitectónico de toda la
creación. El hecho de que se hable del arrepentimiento como algo que precede la creación, nos
enseña que aunque el Eterno no haya decidido de antemano que el hombre pecara, ya había
planeado una solución para el pecado del hombre, como también está escrito en Revelación 13:8b:
 
“El cordero que fue inmolado desde de la fundación del mundo”
 
En 1 Pedro 1:20 está escrito:
 
“Porque él estaba preparado antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos
últimos tiempos por amor a vosotros”
 
La palabra hebrea que ha sido traducida como “en el principio” es “bereshit”. Es una palabra
compuesta por dos palabras, “be” que significa “dentro de”, “en”, “con”, “por medio de”, “por causa
de” etc.; y “reshít”,[2] que significa “primero (en lugar, tiempo, orden o rango)”, “primicia”, “inicio”,
“principal”, “lo mejor” etc. Según el diccionario Strong, esta palabra viene de la misma raíz que
“rosh”[3] que significa “cabeza”, “parte superior”, “comienzo”, “jefe”, “principal”, “gobernante”, etc.
Según Rashí,[4] en todos los lugares donde la palabra “reshit” aparece en las Escrituras, se halla en el
estado constructo en relación con el sustantivo que la sigue. Este fenómeno gramatical, llamado
semijút en hebreo, es muy común en las Escrituras, y construye una relación entre dos sustantivos,
uno de los cuales está subordinado al otro, el cual lo determina. Por ejemplo “simjat Torá”. La palabra
“simjá” o “simjah” es una palabra femenina que significa “alegría”. Cuando aparece en la forma
constructa se intercambia la letra “hey” final por una “tav”, para que tenga el significado de “alegría
de”. “Simjat Torá” significa literalmente “la alegría de la instrucción”. La letra “tav” final en la palabra
“Bereshit” muestra que está escrita en la forma constructa, dando el significado de “principio de”.
Ahora, la palabra que sigue es “bará”, que literalmente significa “creó”, y por lo tanto no es un
sustantivo, sino un verbo. Sin embargo, según Rashí, este verbo debe ser entendido como “el crear”.
La traducción literal de los dos primeros versículos sería entonces:
 
“En el principio del crear de Elohim los cielos y la tierra, cuando la tierra era confusión y vacío, con
oscuridad sobre la superficie del abismo y el aliento de Elohim planeaba sobre la superficie de
las  aguas, entonces Elohim dijo: "Haya luz", y hubo luz.”
 
Según esta interpretación, el primer versículo no explica el orden en que fueron creadas las cosas.
En una de las reglas de interpretación del tercer nivel, en hebreo “drash”, “búsqueda”, se compara y
se relaciona una expresión o una palabra que aparece en diferentes textos en las Escrituras. La
palabra “reshít” aparece casi 20 veces en el Jumash, y en más de 50 ocasiones en todo el Tanaj. [5] Se
usa en relación con el inicio de un reinado, cf. Génesis 10:10; con un hijo primogénito, cf. Génesis
49:3; Deuteronomio 21:17; con los primeros frutos de la tierra, las primicias, cf. Éxodo 23:19; 34:26
etc. En Proverbios 8:22, la sabiduría, que es la Torá, es llamada “el principio (reshít) de su camino”.
En Jeremías 2:3, el pueblo de Israel es llamado “la primicia (reshít) de sus frutos”.
En las Escrituras hay una relación muy íntima entre reshít y el Mesías. El Mesías es el Reshít de todas
las cosas, como está escrito en Colosenses 1:15-18:
 
“Él es la imagen del Elohim invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas
todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o
poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las
cosas, y en él todas las cosas permanecen. Él es también la cabeza del cuerpo que es la
congregación; y él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que él tenga en todo
la primacía.”
 
El Mesías es también las primicias, el Reshít, de la resurrección, como está escrito en 1 Corintios
15:20, 23:
 
“Mas ahora el Mesías ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron... Pero cada
uno en su debido orden: el Mesías, las primicias; luego los que son del Mesías en su venida”
 
El Mesías es el proyecto que está detrás de todas las cosas creadas. El Mesías está en el interior del
Padre eterno desde la eternidad, como está escrito en Juan 1:18:
 
“Nadie ha visto jamás a Elohim; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a
conocer.”
 
Aquí no está escrito que el Hijo estaba en el seno del Padre, sino en tiempo presente, está en el seno
del Padre. Como el Padre está fuera del tiempo, su Hijo, que es el proyecto Mesías, está fuera del
tiempo, dentro del Padre, en la eternidad, en el presente continuo por toda la eternidad, como
también está escrito en Juan 17:5, 24b:
 
“Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo antes que el mundo
existiera... la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del
mundo.”
 
El Eterno ha decidido gobernar el universo por medio del Mesías. Por lo tanto, la palabra “reshít” está
relacionada en las Escrituras con el principio de un reinado. Es más, el proyecto Mesías es la razón por
la cual todas las cosas fueron creadas y para quién todo haya sido hecho. El Eterno creó todas las
cosas por medio del plan Mashíaj, y para Mashíaj, que más adelante iba a ser manifestado a través de
un hombre, como está escrito en 1 Juan 1:1-2:
 
“Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que
hemos contemplado y lo que han palpado nuestras manos, acerca de la Palabra de vida, pues la vida
fue manifestada, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, la
cual estaba con el Padre y se nos manifestó.”
 
En Juan 1:14a está escrito:
 
“Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros”
 
El prefijo hebreo “be” en la primera palabra de la Torá, “beReshit”, significa “en”, “por”, “en aras de”,
“por causa de”, etc. Esto nos enseña que Elohim creó los cielos y la tierra “en Reshít”, o “por causa de
Reshít”. Como hemos visto antes, Reshít es la Torá, Israel y el Mesías. En realidad estos tres son uno.
La Torá es el plan eterno por medio del cual el mundo fue creado. Israel es el hijo primogénito del
Eterno, cf. Éxodo 4:22; Oseas 11:1. El Mesías es la Torá manifestada como hombre, cf. Juan 1:14 y el
que reúne en sí a todo Israel, cf. Mateo 2:15, Juan 12:32. Así que, todas las cosas fueron creadas por
medio de la Torá y por causa de Israel. Y todo fue creado por medio del Mesías y por causa del
Mesías, como también está escrito en Juan 1:1-3:
 
“En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba con Elohim, y la Palabra era Elohim. Ella estaba
en el principio con Elohim. Todas las cosas fueron hechas por medio de ella, y sin ella nada de lo que
ha sido hecho, fue hecho.”
 
Esta Palabra, esta Torá, este proyecto Mashíaj, fue luego materializado poco a poco por medio de la
creación de todas las cosas. Pero aunque el Mesías no había sido manifestado como hombre, todas
las cosas fueron preparadas por causa de él, y por causa de que él iba a venir y ser puesto como
gobernante sobre todas las cosas creadas. Por esto podríamos traducir el texto de esta manera:
 
“Por causa del Principal creó Elohim los cielos y la tierra.”
 
La primera letra de la Torá es bet, que significa “casa”. Por lo tanto podríamos entender el primer
versículo también de esta manera:
 
“Una casa de Reshít creó Elohim los cielos y la tierra.”
 
Esto nos enseña que los cielos y la tierra son la casa de Reshít, que es el Mesías. Casa y ropa es
esencialmente lo mismo. La creación es la ropa del Mesías, como está escrito en el Salmo 102:25-27 y
Hebreos 1:10-12:
 
“Desde la antigüedad tú fundaste la tierra, y los cielos son la obra de tus manos. Ellos perecerán, pero
tú permaneces; y todos ellos como una vestidura se desgastarán, como vestido los mudarás, y serán
cambiados. Pero tú eres el mismo, y tus años no tendrán fin.”
 
¿Por qué el Creador no empezó su historia consigo mismo? ¿No es él el que precede todas las cosas y
por lo tanto debería estar puesto en primer lugar? ¿Por qué no escribió “Elohim creó en el
principio...”? No empezó a hablar de sí mismo, sino de lo que ha hecho por medio de Reshít. Esto nos
enseña dos cosas, primero, que Elohim es muy modesto en relación con la creación. No se presenta
primero a sí mismo, sino se coloca detrás de Reshít. Por esta razón un judío no empieza consigo
mismo cuando escribe una carta o cuando se presenta junto con otras personas. Siempre empieza a
hablar de otras cosas o de otras personas y luego habla de sí mismo.
La segunda cosa que aprendemos de este hecho es que nadie puede conocer al Creador
directamente, sino sólo por medio de las cosas que él ha creado, como está escrito en Romanos 1:19-
20:
 
“porque lo que se conoce acerca de Elohim es evidente dentro de ellos, pues Elohim se lo hizo
evidente. Porque desde la creación del mundo, sus atributos invisibles, su eterno poder y divinidad, se
han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que no tienen
excusa.”
 
El Creador es invisible e inalcanzable para las cosas creadas. Sólo es posible conocerle por medio de
lo que Él revele de sí mismo. En este texto él nos enseña que el camino para conocerle pasa a través
de la creación y Reshít. De esta manera el Hijo, el Mesías, es el principal agente por medio del cual el
Invisible se manifiesta en el mundo, como está escrito en Hebreos 1:1-3:
 
“Elohim, habiendo hablado hace mucho tiempo, en muchas ocasiones y de muchas maneras a los
padres por los profetas, en estos últimos días nos ha hablado por su Hijo, a quien constituyó heredero
de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo. Él es el resplandor de su gloria y la
expresión exacta de su esencia, y sostiene todas las cosas por la palabra de su poder. Después de
llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.”
 
En Juan 14:6, 9b está escrito:
 
“Yeshúa le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí... El que me
ha visto a mí, ha visto al Padre”
 
El Padre se manifiesta en este mundo a través de su Hijo. Ahora, no podemos caer en la trampa de
pensar que el Eterno sea como los hombres o los animales de manera que se pueda reproducir y
tener hijos como nosotros, o mezclarse con los hombres y tener hijos. Este pensamiento se encuentra
en las religiones paganas entre personas que no conocen la verdad de Torá. Cuando habla del Hijo,
se refiere a la función de ser el seguidor y el representante, al igual que un hijo imita y representa a
su padre en una familia.
El rey David fue el octavo hijo de Yishai, pero es llamado primogénito, cf. Salmo 89:20, 27. Cuando el
shaliaj[6] Shaúl escribe en Colosenses 1 que el Mesías es el primogénito de toda creación, no significa
que él haya nacido del Padre por medio de una reproducción, sino que él fue destinado para ocupar el
lugar de gobernante sobre todas las cosas creadas, tanto las invisibles como las visibles. El hijo
primogénito es el que llevará el nombre de su padre y el derecho de gobernar en la familia cuando el
padre ya no esté presente. De la misma manera el Mesías es llamado Hijo, no porque el Eterno haya
podido parir o se haya reproducido, sino porque el Mesías ha obtenido la posición de gobernante
sobre todas las cosas creadas. El Hijo es el que representa al Padre en la creación. El concepto hebreo
de Hijo tiene que ver con discipulado, representatividad y delegación de autoridad. En las Escrituras
hebreas los discípulos son llamados hijos, a pesar de no haber sido engendrados biológicamente por
su maestro, cf. 1 Reyes 2:12; 20:35; 2 Reyes 2:3ss; Juan 8:39, 41; Efesios 5:1. Estos “hijos” luego
reciben la autoridad delegada para actuar como representantes de su maestro.
Por lo tanto, cuando las Escrituras hablan de los “hijos de Elohim” se está refiriendo a ángeles u
hombres que han recibido poder del Creador para juzgar y gobernar sobre alguna área de la creación,
se trata de autoridad delegada, cf. Job 1:6; 38:7; Salmo 82:6; Juan 10:34-38. Por esto a todos los
que reciben a Yeshúa les es concedido el poder, es decir la autoridad, de ser hechos hijos de Elohim,
como está escrito en Juan 1:12:
 
“Pero a todos los que le recibieron, les dio el poder de llegar a ser hijos de Elohim, es decir, a los que
creen en su nombre”
 
Ser hecho hijo de Elohim, significa recibir una posición de liderazgo y un puesto de autoridad en
alguna área de la creación.
 
“En el principio creó...” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “creó” es “bará”. [7] Esta
palabra aparece unas 50 veces en las Escrituras y siempre tiene que ver con la acción de producir o
hacer algo que no existía antes. Se trata de traer algo a la existencia. En el sentido estricto sólo el
Creador puede crear. Sólo Él puede hacer que algo llegue a tener existencia sin haber existido antes.
La expresión “crear de la nada” es una manera de expresar este concepto. Sin embargo esta
expresión no explica bien lo que la palabra bará significa, puesto que el Eterno no ha creado las cosas
de la nada, porque antes de existir como creación sí existían como un proyecto en la mente del
Creador. Por lo tanto las cosas visibles son el resultado de las cosas invisibles, que a su vez están
dentro de la mente del Creador, como está escrito en Hebreos 11:3:
 
“Por la fe entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Elohim, de modo que lo que se
ve no fue hecho de cosas visibles.”
 
Todo lo visible fue hecho de lo invisible. Las cosas visibles son el resultado de las cosas invisibles.
Todo lo que sucede en el mundo visible es un resultado de lo que primero sucedió en el mundo
invisible.
 
“En el principio creó Elohim...” – La palabra hebrea “Elohim”, [8] es la forma plural de “Eloah”, [9] que
significa “Poderoso”. Viene de “El”[10] que significa “poderoso”, “poder”, “fuerza”. Estas tres palabras,
“El”, “Eloah” y “Elohim”, son utilizadas en las Escrituras como sinónimas para referirse al Creador. Las
tres han sido traducidas como “Dios” [11] en la mayoría de las versiones castellanas. La palabra hebrea
“El” aparece alrededor de 200 veces en las Escrituras, prácticamente siempre en referencia al
Creador. Algunas veces tiene el significado de “poder”, cf. Génesis 31:29; Proverbios 3:27; Miqueas
2:1. La forma plural de “El”, “Elim”, no se usa en referencia al Creador, sino a otros poderes,
humanos o angelicales, cf. Éxodo 15:11; Job 41:25; Salmo 89:6. También es usado para referirse a
los dioses paganos, cf. Isaías 57:5; Daniel 11:36.
La palabra “Eloah” aparece 56 veces en las Escrituras, mayormente en el libro de Job. Sólo aparece
dos veces en el Jumash, cf. Deuteronomio 32:15, 17.
La forma plural de Eloah es Elohim, y aparece alrededor de 2600 veces en las Escrituras. Esta palabra
no es un nombre personal, sino un título y atributo que expresa autoridad y juicio. Es utilizada en
referencia el Creador en la gran mayoría de los casos, pero también en referencia a los ángeles, cf.
Salmo 8:5 y sobre los dioses paganos, cf. Génesis 31:30. Moshé obtuvo el título de Elohim, cf. Éxodo
4:16; 7:1, y los jueces de Israel son también llamados Elohim, cf. Éxodo 21:6; 22:8-9.
El hecho de que la palabra Elohim esté en forma plural, no significa necesariamente que se trate de
varias personas o un conjunto de personalidades. Esto vemos en el caso de Moshé que no fue más
que una persona, pero obtuvo el cargo de ser Elohim ante el rey de Egipto. El término Elohim tiene
que ver con autoridad en abundancia y un conjunto de poderes para poder afirmar su voluntad.
Elohim reúne en sí todas las fuerzas infinitas y eternas. Con otras palabras Elohim podría ser
traducido como “máximo gobernante” y “juez supremo”. Por lo tanto el atributo Elohim está
íntimamente conectado con la justicia.
Aunque el texto de Bereshit dice que Elohim, en plural, creó los cielos y la tierra, el verbo no está en
forma plural “crearon”, sino singular, “creó”. Esto nos enseña que Elohim no debe ser entendido como
varios dioses o un conjunto de personas o una unidad de personalidades, sino como uno sólo. Esta es
también la confesión principal que cada judío practicante hace dos veces por día, al proclamar:
“Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad”, “Oye Israel, el Señor es nuestro Elohim, el Señor es
uno.”, cf. Deuteronomio 6:4.
 
“En el principio creó Elohim los cielos...” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “cielos” es
“shamayim”.[12] Es una palabra que está en la forma dual. Hay tres formas para los sustantivos en el
idioma hebreo, singular, dual y plural. El dual siempre es una referencia a dos, un par. En este caso la
palabra “shamayim” habla de un par de cielos. En primer lugar se refiere al cielo invisible y al cielo
visible, como está escrito en Deuteronomio 10:14:
 
“He aquí, a HaShem tu Elohim pertenecen los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que en
ella hay.”
 
En su extensión profética, la palabra “shamayim” también indica que puede haber más que dos cielos.
El texto de Deuteronomio habla de dos cielos en dual y luego de dos cielos de los dos cielos también
en dual. Esto nos enseña que hay varios tipos de cielos. Los cielos de arriba pueden estar divididos en
varias secciones, y así también los cielos de abajo. En  2 Corintios 12:2-4, el shaliaj Shaúl dijo que
había estado en el paraíso en el tercer cielo, como está escrito:
 
“Conozco a un hombre en el Mesías, que hace catorce años (no sé si en el cuerpo, no sé si fuera del
cuerpo, Elohim lo sabe) el tal fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco a tal hombre (si en el
cuerpo o fuera del cuerpo no lo sé, Elohim lo sabe) que fue arrebatado al paraíso, y escuchó palabras
inefables que al hombre no se le permite expresar.”
 
El Talmud[13] habla de siete cielos según los diferentes términos hebreos que aparecen en las
Escrituras. Los siete son:
 
1.      Vilón, cf. Isaías 40:22.
2.      Rakia, cf. Génesis 1:17.
3.      Shejakim, cf. Éxodo 30:36; Job 14:19; Salmo 78:23-24.
4.      Zevul, cf. 1 Reyes 8:13; Isaías 63:15.
5.      Maón, cf. Deuteronomio 26:15.
6.      Makón, cf. 1 Reyes 8:39.
7.      Aravot, cf. Salmo 68:4; 
 
Según Rashí, el término “shamayim”, “cielos”, puede ser entendido de tres maneras según esté
compuesta la palabra:
 
1.      “Sa mayim” –  “porta agua”.
2.      “Sham mayim” – “allí (hay) agua”.
3.      “Esh mayim” – “fuego (y)  agua”, porque los cielos fueron hechos mezclando el fuego con el
agua.
 
“En el principio creó Elohim los cielos y la tierra.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como
“tierra” es “erets”.[14] Esta palabra tiene varios significados:
 
         La tierra, el orbe, el globo terráqueo (en contraste con el cielo), cf. Génesis 1:1.
         Suelo, terreno, terruño, tierra (en contraste con el mar), cf. Génesis 1:10.
         País, nación, territorio, región (un lugar limitado de lo seco), cf. Génesis 2:11.
         La tierra prometida, la tierra de Israel, cf. Génesis 12:1; Rut 1:1; Mateo 5:5; Hechos 11:28-29.
 
1:2    “Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la superficie del abismo, y el aliento
de Elohim planeaba sobre la superficie de las aguas.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como
“sin orden” es “tohú”[15] que significa:[16]
 
         caos, masa informe, desorden, confusión
         vacío, vacuidad, nulidad, vanidad
         yermo, desierto, erial
 
Según Rashí, “tohú” debe ser entendido como un asombro y consternación por la vaciedad que se
encontraba en la tierra. Si el hombre lo hubiera visto se quedaría atónito. La palabra hebrea que ha
sido traducida como “vacía” es “vohu”. [17] La traducción aramea, Targúm, de Yonatán, dice que la
tierra estaba desolada de seres humanos y vacía de animales. El Talmud[18] dice que tohú es la línea
verde que rodea el globo de donde surge la oscuridad, cf. Salmo 18:11. Bohu eran grandes rocas en
las profundidades que traen el agua, cf. Isaías 34:11.

Las dos palabras “tohú vavóhu” aparecen juntas en el hebreo sólo en dos textos más, en Isaías 34:11
y Jeremías 4:23-26. Hay una interpretación en la teología cristiana [19] que se basa en estos versículos
y enseña que el estado de “sin orden y vacía” fue causado por un juicio divino sobre el pecado. En tal
caso, se podría pensar que había una creación anterior que fue destruida por el agua. También se cita
2 Pedro 3:3-7 donde está escrito:
 
“Ante todo, sabed esto: que en los últimos días vendrán burladores, con su sarcasmo, siguiendo sus
propias pasiones, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde que los padres
durmieron, todo continúa tal como estaba desde el principio de la creación. Pues cuando dicen esto,
no se dan cuenta de que los cielos existían desde hace mucho tiempo, y también la tierra, surgida del
agua y establecida entre las aguas por la palabra de Elohim, por lo cual el mundo de entonces fue
destruido, siendo inundado con agua; pero los cielos y la tierra actuales están reservados por su
palabra para el fuego, guardados para el día del juicio y de la destrucción de los impíos.”
 
Este texto dice que el mundo anterior fue destruido por agua y que los cielos y la tierra actuales están
reservados para el fuego. Esto es interpretado de manera que hubo una destrucción de una creación
anterior por medio del agua. Sin embargo, es probable es que el shaliaj Kefa esté hablando de la
destrucción que hubo en el diluvio.

La misma teoría también enseña que la destrucción del mundo anterior fue el resultado de la caída
del ángel “Heilel”, “Lucero”. Se cita Ezequiel 28:12-19 para indicar que ese ángel tenía su santuario en
la tierra en una creación anterior:
 
“Hijo de hombre, eleva una elegía sobre el rey de Tiro y dile: "Así dice Adonai HaShem: Tú eras el
sello de la perfección, lleno de sabiduría y perfecto en hermosura. En el Eden estabas, en el
huerto de Elohim; toda piedra preciosa era tu vestidura: el rubí, el topacio y el diamante, el berilo,
el ónice y el jaspe, el zafiro, la turquesa y la esmeralda; y el oro, la hechura de tus engastes y de tus
encajes, estaba en ti. El día que fuiste creado fueron preparados. Tú, querubín protector de alas
desplegadas, yo te puse allí. Estabas en el santo monte de Elohim (Tsión), andabas en medio de
las piedras de fuego. Perfecto eras en tus caminos desde el día que fuiste creado hasta que la
iniquidad se halló en ti. A causa de la abundancia de tu comercio te llenaste de violencia, y pecaste;
yo, pues, te he expulsado por profano del monte de Elohim, y te he eliminado, querubín protector, de
en medio de las piedras de fuego. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura; corrompiste tu
sabiduría a causa de tu esplendor. Te arrojé en tierra, te puse delante de los reyes, para que vieran
en ti un ejemplo. Por la multitud de tus iniquidades, por la injusticia de tu comercio, profanaste tus
santuarios. Y yo he sacado fuego de en medio de ti, que te ha consumido; y te he reducido a ceniza
sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que entre los pueblos te conocen están
asombrados de ti; te has convertido en terrores, y ya no serás más."”
 
Sin embargo, este texto no dice cuándo ocurrió esta caída en pecado de este ángel, ni que había una
creación anterior a la actual.
No obstante, lo cierto es que se puede encontrar evidencias en las Escrituras de una caída en pecado
de algunos de los ángeles de Elohim, cf. 2 Pedro 2:4; 1 Corintios 6:3; Judas 6.
 
En Isaías 14:12-15 está escrito:
 
“¡Cómo has caído del cielo, oh Heilel, hijo de la aurora! Has sido derribado por tierra, tú que
debilitabas a las naciones. Pero tú dijiste en tu corazón: "Subiré al cielo, por encima de las estrellas de
Elohim levantaré mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, en el extremo norte. "Subiré
sobre las alturas de las nubes, me haré semejante al Altísimo." Sin embargo, has sido derribado al
Sheol, a lo más remoto del abismo.”
 
El profeta Isaías habla aquí de la rebelión del rey de Babilonia. Sin embargo el texto puede ser
entendido en el nivel drash como una alusión clara al personaje espiritual maligno que estaba detrás
de ese rey. Cuando ese ángel intentó subir a lo más alto y colocar allí su trono y tomar control sobre
la creación haciéndose semejante al Altísimo, fue expulsado de allí“como un rayo”, cf. Lucas 10:18, y
los demás ángeles que le siguieron en su rebeldía cayeron con él, cf. Revelación 12:4, 9. El destino de
estos ángeles rebeldes y caídos es el lago de fuego, cf. Mateo 25:41; Revelación 20:10.
No obstante, las Escrituras no dan un testimonio claro acerca del momento cuando esta caída en
pecado ocurrió en el mundo de los ángeles. Sin embargo, queda claro que ocurrió antes del capítulo 3
de Génesis, donde habla de la serpiente antigua que engañó a la mujer para que pecara. La caída en
pecado que ocurrió entre los hombres fue, por lo tanto, una consecuencia de una caída en pecado
que ya había ocurrido en el mundo espiritual. Un midrash [20] enseña que un ángel, llamado Samael,
que era el gran maestro entre los ángeles, bajó a la tierra y encontró el animal más astuto, la
serpiente, y la poseyó y, por medio de ella, instigó a los hombres a hacer el mal. Otro
midrash[21] enseña que por este pecado Samael será expulsado de su lugar en el cielo.
En las Escrituras, ese ángel rebelde y caído es llamado satanás, en hebreo “hasatán”, cf. 1 Crónicas
21:1, que significa:
 
         Enemigo, opositor, contrario, adversario, antagonista, rival, cf. 1 Reyes 11:25.
         Calumniador, acusador, cf. Job 1:6-12; Zacarías 3:1.
 
La traducción griega de “satán” es “diábolos” que significa: “acusador”, “calumniador”, cf. Revelación
12:10. El origen del mal no se encuentra en Elohim sino en este ángel caído como está escrito en
Ezequiel 28:15-16a:
 
“Perfecto eras en tus caminos desde el día que fuiste creado hasta que la iniquidad se halló en ti. A
causa de la abundancia de tu comercio te llenaste de violencia, y pecaste.”
 
La mentira no viene de Elohim, porque Él es sólo luz, como está escrito en 1 Juan 1:5b:
 
“Elohim es luz, y en Él no hay tiniebla alguna.”
 
El Mesías Yeshúa dijo que hasatán es el padre, es decir el origen, de la mentira, como está escrito en
Juan 8:44:
 
“Sois de vuestro padre satanás y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él fue un homicida desde
el principio, y no se ha mantenido en la verdad porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira,
habla de su propia naturaleza, porque es mentiroso y el padre de la mentira.”
 
En 1 Juan 3:8 está escrito:
 
“El que practica el pecado es de satanás, porque satanás ha pecado desde el principio. El Hijo de
Elohim se manifestó con este propósito: para destruir las obras de satanás.”
 
Aquí está escrito que satanás es un homicida y ha pecado “desde el principio”, lo cual nos da a
entender que su pecado empezó al principio de la obra de la creación. El Creador no es el origen del
mal, ni puede hacer nada malo, como está escrito en Deuteronomio 32:4:
 
“¡La Roca! Su obra es perfecta, porque todos sus caminos son justos; Elohim de fidelidad y sin
injusticia, justo y recto es Él.”
 
En Jacobo 1:13b, 16-17 está escrito:
 
“Elohim no puede ser tentado por el mal y El mismo no tienta a nadie... Amados hermanos míos, no
os engañéis. Toda buena dádiva y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las
luces, con el cual no hay cambio ni sombra de variación.”
 
Surge la pregunta: ¿cuándo fueron creados los ángeles, antes o después del mundo visible? Según el
Midrash[22] y Rashí, los ángeles fueron creados el segundo día.
En Job 38:4-7 está escrito que los ángeles estaban presenciando la fundación de la tierra:
 
“¿Dónde estabas tú cuando yo echaba los cimientos de la tierra? Dímelo, si tienes inteligencia. ¿Quién
puso sus medidas?, ya que sabes, ¿o quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué se asientan sus
basas, o quién puso su piedra angular cuando cantaban juntas las estrellas del alba, y todos los hijos
de Elohim gritaban de gozo?”
 
Según este texto ya los ángeles ya existían cuando la piedra angular de la tierra fue puesta.
 
En el Salmo 104:1-9 está escrito:
 
“Bendice, alma mía, a HaShem. HaShem, Elohim mío, cuán grande eres; te has vestido de esplendor y
de majestad, cubriéndote de luz como con un manto, extendiendo los cielos como una cortina. Él es
el que pone las vigas de sus altos aposentos en las aguas; el que hace de las nubes su carroza; el que
anda sobre las alas del viento; que hace de los vientos sus mensajeros, y de las llamas de fuego sus
ministros. Él estableció la tierra sobre sus cimientos, para que jamás sea sacudida. La cubriste con el
abismo como con un vestido; las aguas estaban sobre los montes. A tu reprensión huyeron; al sonido
de tu trueno se precipitaron. Se levantaron los montes, se hundieron los valles, al lugar que tú
estableciste para ellos. Pusiste un límite que no pueden cruzar, para que no vuelvan a cubrir la tierra.”
 
Según este Salmo parece ser que el orden de la creación de las cosas fue el siguiente:
 
1.      La luz.
2.      Los cielos.
3.      La tierra.
 
El Talmud[23] presenta las dos opiniones de las dos casas predominantes entre los fariseos en cuanto
al orden de la creación de los cielos y la tierra. La casa de Shamai enseñó que primero fueron hechos
los cielos, cf. Génesis 1:1, pero la casa de Hilel enseñó que primero fue hecha la tierra, cf. Génesis
2:4b. Los sabios luego dijeron que ambas cosas fueron hechas al mismo tiempo, como está escrito en
Isaías 48:13:
 
“Ciertamente mi mano fundó la tierra, y mi diestra extendió los cielos; cuando los llamo, comparecen
juntos.”
 
En el Salmo 104:4 se habla de los vientos y las llamas de fuego que son mensajeros y ministros de
HaShem. La carta a los Hebreos enseña que estos vientos y llamas de fuego hacen alusión a los
ángeles, como está escrito en 1:7:
 
“Y de los ángeles dice: EL QUE HACE A SUS ÁNGELES, ESPÍRITUS, Y A SUS MINISTROS, LLAMA DE
FUEGO.”
 
Estos textos también nos muestran que los ángeles fueron creados antes que la fundación de la
tierra.
El Salmo 104 también nos enseña que el agua había cubierto las montañas antes de ser reprendidas y
sujetas a un límite. En los picos de las montañas de la sierra de Jaen, en el sur de España, hay
señales en las rocas de olas del mar que han estado desgastándolas durante muchísimo tiempo. Esto
no puede ser el resultado del diluvio, puesto que entonces el agua cubrió las montañas sólo durante
unos meses. Esas señales tienen que haber venido antes del diluvio. ¿Será que esas rocas hayan
estado a la orilla del mar antes del diluvio y luego levantadas en alto después del diluvio?
Probablemente fue así. Muchas de las montañas que hay hoy en día en diferentes lugares de la tierra,
muestra señales de haber estado en el fondo del mar donde se formaron los diferentes estratos
sedimentarios durante el diluvio.
Según los cálculos modernos, el Universo, en su estado actual, tiene una edad de 15 a 20 mil millones
de años. Albert Einstein nos enseño que la cosmología del Big Bang no sólo trajo a la existencia el
espacio y la materia, sino que también el tiempo. La teoría de la relatividad también nos enseña que
el tiempo no es constante. Nuestra comprensión del tiempo está afectada por nuestro punto de
partida a la hora de medir el tiempo. Dependiendo de dónde estemos ubicados para calcular el
tiempo, el tiempo va a ser diferente. Un minuto en la luna va más rápido que un minuto en la tierra.
Un minuto en el sol va más despacio. Y por el hecho de que el universo se está expandiendo, el
tiempo también está cambiando y dilatándose, desde nuestra perspectiva. ¿Cuánto tiempo transcurrió
desde el inicio de la creación del universo hasta la creación del hombre? ¿15 mil millones de años? ¿O
seis días? La respuesta es: ambas cosas. Desde el punto de vista de la Torá, fueron seis días de 24
horas. Pero como el universo fue expandido y sigue expandiéndose, el tiempo también se ha dilatado.
El primero de los días de la Torá duró 24 horas, visto desde la perspectiva del comienzo del tiempo.
Pero la duración de ese día, desde nuestra perspectiva actual, según el científico judío Gerald
Schroeder,[24] es de 8 mil millones de años. El segundo día, desde la perspectiva de la Torá, duró 24
horas. Desde nuestra perspectiva actual duró la mitad del día anterior, 4 mil millones de años. El
tercer día también duró la mitad del día anterior, 2 mil millones de años. El cuarto día - mil millones
de años. El quinto día - 500 millones de años. El sexto día – 250 millones de años. Si sumamos estos
seis días, tenemos como resultado la edad del universo de 15,750 millones de años. Igual que los
cálculos de la cosmología moderna.
 
La palabra hebrea que ha sido traducida como “aliento”, es “ruaj”, [25] que significa tanto “viento” como
“espíritu”. El género de la palabra “ruaj” es femenino en la gran mayoría de las veces, pero aparece
algunas pocas veces en las Escrituras con el género masculino.
Este es el espíritu del Mesías, aquel Espíritu que luego vino para reposar sobre Yeshúa, cuando subió
del agua, cf. Mateo 3:16; Marcos 1:10.
 
1:3    “Entonces dijo Elohim: Sea la luz. Y hubo luz.” – Lo que Elohim dice, también lo hace, cf.
Números 23:19; Salmo 33:9. Lo primero que Elohim hizo fue la luz. La tierra fue totalmente cubierta
por una masa líquida caótica, posiblemente algo como un agujero negro. A partir de ahora vemos la
organización del universo. Lo primero que fue hecho, fue la luz. Observa que el sol todavía no había
sido hecho. Esto nos enseña que no se trata de la misma luz que luego fue producida por el sol y las
estrellas, sino otra luz.
 
En 2 Corintios 4:6 está escrito:
 
“Pues Elohim, que dijo que de las tinieblas resplandeciera la luz, es el que ha resplandecido en
nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Elohim en la faz del Mesías.”
 
En este texto el shaliaj Shaúl nos enseña que la luz surgió de las mismas tinieblas. Esto también
puede ser entendido de una manera simbólica, según el segundo nivel de interpretación, la de la
insinuación o alusión, en hebreo “remez”. Si el Eterno pudo sacar luz de la oscuridad más compacta
que ha existido jamás, no hay oscuridad en nuestras vidas que sea demasiado compacta para que
nuestro Padre celestial no pueda utilizarla para algo positivo. Para Él todo es posible, incluso crear luz
de las mismas tinieblas.
 
1:4    “Y vio Elohim que la luz es buena; y separó Elohim la luz de las tinieblas.” – Esta luz primordial
fue la luz del Mesías. Fue lo primero que el Eterno reveló en la creación, sin embargo esta luz fue
“separada” de las tinieblas, fue escondida del mundo para ser revelada más adelante, como está
escrito en Juan 1:4-10:
 
“En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas
no prevalecieron contra ella. Vino un hombre enviado por Elohim, cuyo nombre era Yojanán. Este vino
como testigo, para testificar de la luz, a fin de que todos creyeran por medio de él. No era él la luz,
sino que vino para dar testimonio de la luz. Existía la luz verdadera que, al venir al mundo, alumbra a
todo hombre. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por medio de él, y el mundo no le conoció.”
 
En Mateo 4:13-16 está escrito:
 
“y saliendo de Natseret, fue y se estableció en Kefar-Najum, que está junto al mar, en la región de
Zevulún y de Naftalí; para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Yeshayahu, cuando dijo:
¡TIERRA DE ZEVULÚN Y TIERRA DE NAFTALI, CAMINO DEL MAR, AL OTRO LADO DEL YARDÉN,
GALIL DE LOS GENTILES! EL PUEBLO ASENTADO EN TINIEBLAS VIO UNA GRAN LUZ, Y A LOS QUE
VIVÍAN EN REGIÓN Y SOMBRA DE MUERTE, UNA LUZ LES RESPLANDECIÓ.”
 
En Juan 3:19 está escrito:
 
“Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues
sus acciones eran malas.”
 
En Juan 8:12; 12:46 está escrito:
 
“Yeshúa les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida... Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no
permanezca en tinieblas.”
 
En Hechos 26:13-15 está escrito:
 
“al mediodía, oh rey, yendo de camino, vi una luz procedente del cielo más brillante que el sol, que
resplandecía en torno mío y de los que viajaban conmigo. Y después de que todos caímos al suelo, oí
una voz que me decía en el idioma hebreo: "Shaúl, Shaúl, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es
dar coces contra el aguijón." Yo entonces dije: "¿Quién eres, Señor?" Y el Señor dijo: "Yo soy Yeshúa
a quien tú persigues.”
 
Los rabinos antiguos consideraron que el Mesías fue la razón por la cual fueron creados lo cielos y la
tierra. La luz que fue revelada antes de la formación del sol y las estrellas fue vista como la luz del
Mesías que estaba buscando una vasija apropiada para poder manifestarse finalmente.
 
Un Midrash antíguo[26] dice:
 
“Esta es la luz del Mashíaj... para enseñarte que el Eterno vio la generación del Mashíaj y Su
servicio  antes de la creación del universo y él lo escondió... bajo Su trono de gloria. Hasatán le
preguntó: “Amo del universo: ¿Para quién es esa luz bajo Tu trono de gloria?” Y el Eterno respondió:
“Ella está reservada para aquél que se encargará de aplastarte”.”
 
Otro Midrash antíguo[27] dice:
 
“Y el Espíritu de Elohim reposaba... (Gén.1:2), esto alude al espíritu del Mashíaj, que estuvo
moviéndose sobre la faz de las aguas.”
 
Dos Midrashes de la edad media[28] dicen:
 
“¿Cuál es la luz que desciende sobre la congregación del Eterno? Es la luz del Mesías” y “Esta es la luz
del Mesías, como está escrito: En tu luz veremos la luz”.
 
En otro Midras[29]h se puede leer:
 
"Desde el principio de la creación del mundo el rey Mesías nació, porque él entró en la mente (de
Elohim) incluso antes de que el mundo fuera creado."
 
En el libro del profeta Janoj (Enoc), el séptimo después de Adam (citado también en Judas v 14-15),
en el capítulo 46 está escrito:
 
 “Allí vi a alguien que tenía una “cabeza de días” y su cabeza era como de lana blanca; y con él otro
cuya figura tenía la apariencia de un hombre, y su figura era llena de gracia, como uno de los ángeles
santos. Interrogué al ángel que iba conmigo, y que me hacía conocer todos los secretos respecto a
este Hijo del hombre: “¿Quién es él, de dónde viene; por qué va él con la Cabeza de los días?”.
“Él me respondió y me dijo: “Este es el Hijo del hombre que posee la justicia y con el que habita la
justicia, que revelará todos los tesoros de los secretos, porque el Señor de los espíritus lo ha
escogido, y su sino ha vencido por el derecho ante el Señor de los espíritus por la eternidad.
“El hijo del hombre que tú has visto hará levantar a los reyes y a los poderosos de sus lechos, y a los
fuertes de sus asientos; y romperá los frenos de los fuertes, y partirá los dientes de los pecadores; y
derrocará a los reyes de sus tronos y de su poder, porque ellos no le han exaltado y porque no le han
glorificado y porque no han confesado humildemente de dónde les había sido dada la realeza.
Cambiará la faz de los fuertes y la llenará de temor; las tinieblas serán su vivienda y los gusanos su
cama, y no podrán esperar levantarse de su cama, porque no han exaltado el nombre del Señor de
los espíritus...”
 
En el capítulo 48 del mismo libro está escrito:
 
“En este lugar vi el manantial de justicia, que es inagotable; y a su alrededor había muchas fuentes
de sabiduría; y todos los sedientos bebían y eran llenos de sabiduría, y tenían sus habitaciones con los
justos, los santos y los elegidos.
“Y en ese momento, este Hijo del hombre fue nombrado cerca del Señor de los espíritus, y su nombre
(fue nombrado) ante la “Cabeza de los días”.
“Y antes que el sol y las señales fuesen creados, antes que se hiciesen las estrellas del cielo, su
nombre fue nombrado ante el Señor de los espíritus.
“Será él un bastón para los justos, a fin de que puedan apoyarse sobre él y no caer; será la luz de
los pueblos, y será la esperanza de aquellos que sufren en su corazón.
“Todos aquellos que habitan sobre el árido se prosternarán y lo adorarán; y bendecirán y glorificarán
y cantarán al Señor de los espíritus.
“Y por aquello es por lo que él ha sido elegido y guardado ante Él (el Señor) antes de la creación del
mundo, y por la eternidad...”
 
Aunque este texto no haya sido reconocido como palabra de Elohim y contado entre los libros
canónicos, tenemos que reconocer el testimonio de Yehudá (Judas) que citó su libro en su carta. Esto
nos autoriza para considerar los escritos de este profeta, que vivía antes del diluvio, no como Escritura
inspirada, sino como una fuente de información interesante.
Lo interesante es que, según este libro, Janoj pudo ver al “Hijo del Hombre” y tener una revelación
sobre su origen. El nombre del Hijo del Hombre fue mencionado ante “la Cabeza de los días”, antes
que el sol, la luna y las estrellas fuesen hechos. Él será la luz de los pueblos, cf. Isaías 49:6.
Este libro también dice que el Hijo del Hombre había sido elegido y guardado ante el Señor de los
espíritus, antes de la creación del mundo, y por la eternidad, cf. Miqueas 5:2.
 
1:5b  “Y fue la tarde y la mañana: un día .” – La Torah no describe las cosas de una manera
estrictamente lineal, sino más bien avanza de manera circular o espiral. Por esta razón no se debe
entender estas palabras como un seguimiento de lo que ocurrió antes, sino como un resumen de lo
que pasó durante todo ese día. Según la Torá, el día empieza con la noche. Primero había oscuridad y
luego vino la luz. Ese es un día. Aquí no dice que fue el primer día, porque los demás días no habían
venido todavía, y por eso no se podía hablar de una secuencia de días, sino sólo de un día, por lo
tanto dice “un día” o “día uno”, en hebreo “yom ejad”. La palabra ejad es la misma que se usa para el
Eterno que es uno, cf. Deuteronomio 6:4. Ejad es una palabra masculina que se usa comúnmente en
el hebreo para decir uno, en referencia a un objeto masculino. El día “ejad” era un día único, porque
sólo durante ese día Elohim era único. De allí el Midrash y Rashí sacan la idea de que los ángeles no
fueron creados hasta el segundo día.
Según Najmánides, las palabras “vayehí erev”, no quiere decir “y fue la tarde”, sino “y hubo
desorden”, porque la raíz de “erev”, [30] significa “caos”, “mezcla”, “desorden”. Es por eso que la noche
es llamada “erev”, porque cuando el sol baja, la visión se hace confusa. La palabra de la Torá para
“mañana” es “boker”,[31] que es lo opuesto. Cuando el sol sale, el mundo se hace “bikoret”,
“ordenado”, claro para discernir. De esta manera se explica que los primero días son contados a base
de la obra de poner las cosas en orden que antes estaban desordenadas. Cuando un elemento es
transformado de desorden a orden se habla de tarde y mañana, “del caos a la armonía”.
La palabra día, en hebreo “yom”,[32] tiene cuatro significados principales:
 
         Día, el tiempo cuando hay luz (aproximadamente12 horas), cf. Génesis 1:5a.
         Día, jornada (24 horas), cf. Génesis 1:5b.
         Un tiempo más largo limitado, una época, cf. Génesis 2:4.
         Mil años, cf. Salmo 90:4.
 
1:6    “Y dijo Elohim: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas.” –
Según Rashí, los cielos que fueron creados el primer día, estaban en un estado líquido. El Talmud,
[33]
 dice que los cielos se estaban expandiendo temblando todo el tiempo hasta que Elohim dio su
orden para que pararan, cf. Job 26:11. Según Najmánides, el universo fue creado como un grano
pequeño que luego fue expandido. Ese grano fue la única creación física, todas las otras creaciones
fueron espirituales. Según él, el nefesh (alma), de los animales, y la neshamá (alma superior) del
hombre, fueron creaciones espirituales. En ese grano estaba toda la materia prima para el resto de las
cosas. Cuando ese grano, que era tan pequeño que no había sustancia en él, fue expandido se
transformó en materia y entonces comenzó el tiempo. La ciencia moderna ha mostrado que la energía
es la única sustancia que realmente no tiene sustancia y que puede transformarse en materia. La
famosa ecuación de Einstein e = mc2, nos dice que la energía puede transformarse en materia.
 
1:7    “E hizo Elohim la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión de las
aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así.” – Este texto parece indicar que había agua
(posiblemente en forma de vapor) encima de la atmósfera, alrededor de la tierra. En tal caso esta
agua fue la que cayó sobre la tierra durante el diluvio en tiempos de Noaj. Esta “cubierta” de agua
protegería la tierra de los rayos radioactivos del espacio que hacen daño a la vida biológica. Una capa
de ese tipo produciría dos cosas importantes, una presión atmosférica más alta, y un clima tropical
por toda la tierra, debido al efecto invernadero. La desaparición de esta capa protectora puede ser
una de las razones más importantes por las que la edad del hombre se redujera aproximadamente el
90% después del diluvio. La nueva condición de vida después del diluvio también podría darnos una
explicación lógica del porqué fueron exterminados los dinosaurios.
 
Debemos destacar que la caída del ángel Heilel no es narrada en Génesis capítulos 1-2. En el capítulo
3, satanás utiliza una serpiente hablando mentiras a los hombres. Parece que este ángel caído
estableció su reino en el aire alrededor de la tierra durante el segundo día, cf. Efesios 2:2. Quizás fue
una de las razones por las cuales el segundo día fue el único día cuando Elohim no pudo decir que era
bueno. No obstante, Rashí destaca el hecho de que la obra para organizar el agua no fue terminada
durante el segundo día, sino en el tercero. Por esto, en el tercer día Elohim dijo dos veces que era
bueno. Cada obra terminada fue evaluada y declarada buena.
Según el Midrash,[34] el Gehinam, infierno, fue hecho el segundo día. Los malvados serán arrojados al
fuego para ser consumidos. Ese lugar no fue preparado para el hombre, sino para hasatán y sus
ángeles. Sin embargo, los que se rebelan contra la Torá del Eterno tendrán el mismo destino que los
ángeles rebeldes, cf. Mateo 25:41; Revelación 20:10-15.
 
1:8    “Y llamó Elohim a la expansión cielos. Y fue la tarde y fue la mañana: el segundo día.” – La
palabra “cielos”, en hebreo “shamayim”, está en la forma dual, “un par de cielos”. Esto puede ser una
alusión a los dos tipos de cielos que hay en el universo, la atmósfera y el espacio fuera de la
atmósfera.
 
1:9    “Y Elohim dijo: Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos, y que aparezca lo
seco. Y fue así.” – Al principio lo seco era un solo continente. Más adelante fue dividida la tierra, cf.
Génesis 10:25.
Según hemos visto en Job 38:6, el Eterno fundó una “piedra angular” en la tierra. Esta “piedra”
principal de la tierra es el monte Tsión, que es llamado el “ombligo de la tierra”, cf. Ezequiel 38:12.
Según Ezequiel 28:13-14, allí estaba el lugar de adoración del ángel sumo sacerdotal antes de su
caída en pecado. En aquel lugar fue creado Adam, según la tradición hebrea. Parece que allí estaban
también los árboles de la vida y de la ciencia del bien y del mal. En ese mismo monte Avraham puso
su hijo Yitsjak sobre el altar. En ese sitio Shelomó edificó el Templo. En ese monte el Hijo de Elohim
fue sacrificado para redimir el pecado desde Adam, y para limpiar el mundo de toda iniquidad y a ese
lugar el Mesías volverá para levantar de nuevo el reinado de David y gobernar sobre toda la tierra.
 
1:11-12 “Y dijo Elohim: Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semilla, y árboles frutales que
den fruto sobre la tierra según su género, con su semilla en él. Y fue así. Y produjo la tierra
vegetación: hierbas que dan semilla según su género, y árboles que dan fruto con su semilla en él,
según su género. Y vio Elohim que era bueno.” – Por la palabra de Elohim, la tierra empezó a producir
vegetación. Aquí no habla de ningún acto de creación. Según el Midrash,[35] el primer día Elohim creó
la materia prima a partir de la cual construiría todo en el mundo. Como hemos dicho antes, todas las
cosas existían como una materia sin forma. Durante los días posteriores Elohim formó y moldeó la
materia para que las cosas fueran de la manera como nosotros las conocemos.
Según un Midrash,[36] el huerto del Eden brotó al mismo tiempo que el resto de la vegetación. Además
está escrito que HaShem mismo plantó este huerto, cf. Génesis 2:8. El Midrash [37] también enseña que
los árboles y el pasto del Gan Eden, a diferencia del resto del mundo, son eternos y que cada árbol es
un símbolo de un objetivo espiritual superior. El Paraíso es el palacio del Eterno en la tierra. En algún
momento histórico, este huerto fue quitado de la tierra y ahora está en el tercer cielo, cf. 2 Corintios
12:4. En el futuro será reestablecido en la tierra y los justos podrán entrar en él, como está escrito en
Revelación 2:7:
 
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las congregaciones. Al vencedor le daré a comer del
árbol de la vida, que está en el paraíso de Elohim.”
 
Segunda aliyá, 1:14-23
 
1:14-15 “Y dijo Elohim: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche,
y sean para señales y para estaciones y para días y para años; y sean por luminarias en la expansión
de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así.” – Las tres clases de lumbreras, el sol, la luna y
las estrellas (incluidos los planetas), fueron puestos en los cielos para cumplir siete propósitos divinos
principales:
 
         Separar el día de la noche.
         Ser señales.
         Marcar las citas divinas.
         Mostrar días
         Mostrar años.
         Ser lumbreras en la expansión de los cielos.
         Alumbrar sobre la tierra.
 
1:16  “E hizo Elohim las dos grandes lumbreras, la lumbrera mayor para dominio del día y la lumbrera
menor para dominio de la noche; hizo también las estrellas.” – Hay tres palabras hebreas usadas en el
relato de la Torá de la creación de todas de las cosas:
 
         Bará    - creó, dio existencia a algo que no existía, cf. Génesis 1:1, 21; 27-28.
         Asá      - hizo, llevó a cabo, perfeccionó en su estado óptimo, cf. Génesis 1:16.
         Yatsar   -  formó, moldeó, cf. Génesis 2:7.
 
En el cuarto día Elohim hizo el sol, la luna y las estrellas, no los creó. Ya existía todo el material
necesario desde el primer día. A partir de este momento vemos claramente que la tierra daba vueltas
alrededor de su eje.
 
En el Salmo 104:19 está escrito:
 
“Él hizo la luna para medir las estaciones.”
 
El anuario de la Torá se rige por la luna, no por el sol. Actualmente el año lunar tiene
aproximadamente 354.36 días y el año solar aproximadamente 365.25 días. Pero en el tiempo de la
creación parece ser que no fue así, sino el año lunar coincidía con el año solar, con 360 días cada
uno. Los datos históricos y arqueológicos [38] muestran que hubo un desajuste en nuestro sistema solar
de modo que el año solar fue cambiado y se añadieron cinco días. Esto ocurrió alrededor del siglo VII
antes de la era común. Para ajustar la diferencia entre el año lunar y el año solar, en el anuario judío,
que sigue la luna, se añade un mes extra cada dos o tres años. En total son añadidos 7 meses
durante un ciclo de 19 años. De esta manera  las fiestas del Eterno no son celebradas fuera de
tiempo, en relación con el ciclo agrícola. Con otras palabras, la primera fiesta, la Pascua, tiene que
celebrarse en la primavera cuando la cosecha de la cebada esté lista en la tierra de Israel. La fiesta de
Pentecostés se celebra cuando la cosecha del trigo empieza, y la fiesta de las Cabañas se celebra
después de la recolección de los árboles frutales.
 
1:21  “Y creó Elohim los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, de los cuales
están llenas las aguas según su género, y toda ave según su género. Y vio Elohim que era bueno.” –
En Job 40:19 está escrito que “behemot”, algún tipo de dinosaurio, fue el “primero de los caminos de
Elohim.” Esto concuerda bien con este texto de la Torá que dice que Elohim “creó”, “bará”,
los “grandes monstruos marinos”. Fue lo primero que creó después de la creación de la materia prima
que luego sería transformada en cielos y tierra. En este momento fue creado el nefesh, el alma, de los
seres biológicos.
Parece que los dinosaurios están mencionados en las Escrituras como contemporáneos con los
hombres, en el tiempo de Job, alrededor de 1700 años a.e.c., cf. Job 40:15-24; 41:1-34.
La palabra hebrea “bará”, “creó”, aparece solamente en tres ocasiones en el relato de la creación de
la Torá:
 
         La creación de los cielos y la tierra, la materia, 1:1.
         La creación de los grandes monstruos marinos, y el resto de los animales que viven en el agua
y en el cielo, el alma biológica, 1:21.
         La creación del hombre, el alma superior, 1:27.
 
Tercera aliyá, 1:24 – 2:3
 
1:25  “E hizo Elohim las bestias de la tierra según su género, y el ganado según su género, y todo lo
que se arrastra sobre la tierra según su género. Y vio Elohim que era bueno.” – Durante el sexto día,
Elohim “hizo” los animales terrestres, no dice que los “creó”. El alma de los animales ya existía desde
el quinto día, y por eso Elohim no necesitaba “crear” algo nuevo, para hacer más animales terrestres.
De lo contrario, hubo un acto de creación, a la hora de hacer el hombre, cf. 1:27. Primero “formó” el
cuerpo humano con lodo de la tierra, cf. 2:7. Después creó la vida humana, por medio de soplar
espíritu de vida en su nariz. Lo primero que respiró el hombre fue el Espíritu de Elohim. Esto nos
enseña que el hombre está por encima de los animales. El hombre necesitaba un acto de creación
diferente al de los animales. El hombre tiene algo que los animales no tienen, el alma superior, en
hebreo “neshamá”.
 
1:26-27 “Y dijo Elohim: Hagamos al hombre con nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y
ejerzan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la
tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Creó, pues, Elohim al hombre con la imagen
suya, con la imagen de Elohim lo creó; varón y hembra los creó.” – El Midrash [39] interpreta este texto
de la siguiente manera:
 
“Moshé escribió la Torá según HaShem se la dictaba. Cuando HaShem le pidió que registrara el pasuk
(1:26) – “Hagamos al Ser Humano” – Moshé hizo una objeción: – Amo del Universo, preguntó, ¿Por
qué les das a los herejes una oportunidad para pecar y deducir de ésta forma plural que más de un
Elohim creó al hombre?
- Escribe como te digo, contestó HaShem. Si alguien desea pecar, déjalo pecar. Lo he expresado en
plural para darle una lección al ser humano. Una persona importante generalmente piensa que para él
es superfluo dejarse aconsejar por sus subordinados. Déjalo estudiar este versículo y así, se dará
cuenta que aún el Creador, que creó el mundo superior e inferior, consultó con los ángeles antes de
crear al hombre.”
 
Esto nos enseña que antes de crear al hombre hubo una decisión en la corte celestial. El Eterno se ha
rodeado de seres superiores que han sido involucrados en sus proyectos de una manera activa, cf. 1
Reyes 22:19; Job 1:6; 2:1; Daniel 4:17; Revelación 4:4; 5:11. También los ángeles son copartícipes
con el Eterno en sus obras porque son enviados a ejecutar las órdenes divinas, cf. Salmo 103:20.
Así que, en este momento los ángeles fueron invitados a tomar una decisión colectiva para la creación
del ser humano. Sin embargo, a pesar de que tomaron esta decisión colectiva, no tuvieron un papel
activo a la hora de crear el hombre, porque está escrito en el versículo 27: “creó Elohim al hombre”.
No dice: “crearon”, lo cual excluye a los ángeles de esa creación. Hay otros textos donde el verbo
aparece en plural después de Elohim, y esos texto indican que los ángeles tuvieron un papel activo y
colaborador en la acción, cf. Génesis 20:13a; 2 Samuel 7:23.
El ser humano tenía que reflejar la manera de ser del Eterno en el mundo natural como los ángeles le
reflejan en el mundo sobrenatural. Las dos palabras que han sido traducidas “con nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza”, “be-tsalmenu ki-demutenu”, tiene dos prefijos diferentes, “be” y
“ke”. “Be” significa “en” o “con”, y “ke” significa “como”, “de acuerdo a” y es una comparación. Según
Rashí, la palabra “tselem”,[40] que significa “sombra”, “imagen”, muestra que el ser humano fue hecho
con un molde. Al decir “tsalmenu”, “nuestra imagen”, significa que el Eterno había hecho esta imagen
junto con los ángeles, específicamente para el hombre. Por lo tanto, según él, el texto significa
“hagamos al hombre a través de nuestro molde (que antes hemos hecho juntos), parecido a la
semejanza nuestra”. Rashí interpreta la palabra hebrea en el versículo 27, “be-tselmó”, como “con su
imagen”, es decir con el molde propio del hombre, con el molde preparado para crear el ser humano
que era para él, era el molde suyo. Los sabios discuten si este molde tiene que ver con las cualidades
espirituales o las físicas del ser humano. Maimónides [41] opina, por su lado, que ambas palabras,
“tselem” y “demut”, manifiestan cualidades solamente espirituales, en contraste con las palabras
“toar”, “aspecto”, y “tavnit”, “configuración”.
Sin embargo, hay otros textos de las Escrituras donde aparece esta palabra “tselem” según los cuales
queda claro que se está refiriendo a una apariencia exterior, no interior, cf. Salmo 39:6; 73:20. 
Rashí sigue diciendo que “conforme a nuestra semejanza” tiene que ver con la capacidad de
comprender y esclarecerse, lo cual son cualidades internas. Tanto el Eterno, como los ángeles como el
hombre tienen la capacidad de comprender y esclarecerse.
Queda, pues, claro que “imagen” tiene que ver con lo exterior del hombre y “semejanza” tiene que
ver con las cualidades interiores y espirituales.
Otra interpretación de este texto sería que los ángeles han sido creados con un tipo de forma corporal
para expresar con esa forma las cualidades espirituales del Eterno. Hay cuerpos celestiales y cuerpos
espirituales, cf. 1 Corintios 15:40, 44. De esa manera, el hombre también reflejaría, con su forma
física, las cualidades del Invisible, como está escrito en el versículo 27:
 
“con la imagen de Elohim lo creó”
 
Y como esas cualidades del Eterno también están reflejadas en los ángeles, Él pudo decirles: “nuestra
imagen”.
El ser humano tenía que ser hecho por causa del, y conforme al, Mesías que estaba dentro del seno
del Padre desde la eternidad, y para el cual todo había sido creado, como está escrito en Romanos
5:14b:
 
“Adam, es figura del que había de venir.”
 
Adam fue creado según el plan Mashíaj. Como el Mesías había sido predestinado para ser el reflejo
del Eterno, Adam tenía que ser hecho semejante a ese plan, ese molde, ese hombre original.
 
“y ejerza dominio” – El ser humano fue creado para dominar sobre los animales y la tierra y de esa
manera él reflejaría el dominio del Creador sobre todas las cosas. Este dominio del hombre dependía
de la sujeción al Dueño de todas las cosas. Fue un dominio de mayordomía, no independiente. La
independencia del hombre de su Creador fue su ruina.
 
“varón y hembra los creó” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “hombre” es “adam”,
[42]
 que, en primer lugar, no significa “varón”, sino “ser humano”, e incluso “raza humana”. Por lo
tanto “Adam” es un compuesto de varón y hembra. Más adelante vemos como la mujer no fue creada
aparte del varón, sino como una parte de él. Los dos juntos forman el ser humano, “Adam”, como
también está escrito en Génesis 5:2:
 
“Varón y hembra los creó; y los bendijo, y los llamó Adam el día en que fueron creados.”
 
La expresión “varón y hembra” debe ser entendida como “masculino y femenino”. Esto nos enseña
que un varón debe ser masculino y una mujer debe ser femenina. Deben ser diferentes. También nos
enseña que el varón no es completo sin una mujer que le complemente, y una mujer no es completa
sin un varón que le complemente. Los dos fueron creados para ser la raza humana, el uno no puede
existir sin el otro y viceversa.
Cuando el hombre deja de tener claro el hecho de que fue creado varón y mujer, masculino y
femenino, deja de cumplir una de sus funciones más importantes en la creación. Por ese motivo, la
Torá está muy clara en afirmar que hay diferencias muy marcadas entre varón y mujer y prohíbe todo
tipo de acción que sirva para eliminar esas diferencias. Por lo tanto, el estado más depravado del ser
humano es cuando pierde su identidad de varón o mujer y se vuelve homosexual. En la cadena de
apostasía del ser humano, expresada en Romanos capítulo 1, la homosexualidad es el estado final,
más bajo. Pero, gracias al Eterno, hay un plan de restauración para el hombre caído, dañado y
depravado, como está escrito en 1 Corintios 6:9-11:
 
“¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Elohim? No os dejéis engañar: ni los
inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los ladrones, ni
los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Elohim. Y
esto erais algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero fuisteis
justificados en el nombre del Señor Yeshúa el Mesías y en el Espíritu de nuestro Elohim.”
 
1:28  “Y los bendijo Elohim y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla;
ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se
mueve sobre la tierra.” – Este es el primero de los 613 mandamientos que aparecen en la Torá. El
hombre tiene la obligación de multiplicarse. Para poder multiplicarse de forma adecuada hay que
entrar en un pacto matrimonial y tener hijos. El que no quiere casarse y tener hijos resiste el
propósito original para el ser humano. Sólo en casos muy especiales y particulares se puede permitir
que un hombre o una mujer se queden sin casar.
La familia es el pilar principal del fundamento de la sociedad. El Eterno no bendijo al hombre cuando
estaba solo, sino cuando estaba acompañado con su esposa. Esto nos enseña que el matrimonio
entre hombre y mujer ha recibido una bendición del cielo. La palabra hebrea que ha sido traducida
como “bendecir” es “baraj”,[43] que originalmente tiene que ver con doblar rodillas. Una bendición
contiene palabras cargadas de poder espiritual que pueden generar resultados muy positivos en el
receptor de ella. Una bendición sirve para beneficiar una persona de manera espiritual y material, cf.
Génesis 27:37. Si alguien dice: “Yo te bendigo”, significa que está dando dinero o algo material a otra
persona. En este caso, la bendición del hombre resultó en su capacidad de poder procrear y tener
muchos hijos, lo cual es una de las bendiciones más grandes que el hombre pueda recibir, cf. 1
Samuel 2:20; Salmo 127:3-5; Proverbios 17:6.
 
1:29  “Y dijo Elohim: He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay en la superficie de
toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla; esto os servirá de alimento.” – Los hombres
no podían comer carne hasta después del diluvio, cf. Génesis 9:3.
 
1:30  “Y a toda bestia de la tierra, a toda ave de los cielos y a todo lo que se mueve sobre la tierra, y
que tiene vida, les he dado toda planta verde para alimento. Y fue así.” – Todos los animales comían
vegetales. Ningún animal mataba a otro para comer. El mundo fue creado muy diferente a lo que
vemos ahora, después de la caída en pecado, cf. Romanos 8:19-22.
 
1:31  “Y vio Elohim todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde
y fue la mañana: el sexto día.” – La muerte no es buena, es un enemigo. Por lo tanto en este
momento no había muerte. Más adelante la muerte no sólo entró en el hombre sino también en
el  mundo, por el pecado del hombre, como está escrito en Romanos 5:12:
 
“Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así
también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron.”
 
El texto de Bereshit 1:31 nos muestra que el relato en el capítulo 2, donde dice que no era bueno que
el hombre estuviera solo, cf. 2:18, no fue escrito de manera cronológica. El capítulo 2 es una
explicación más detallada de lo que pasó durante los últimos días de la creación, narrados en el
capítulo 1. Como hemos dicho antes, la Torá no narra las cosas de manera lineal, un suceso tras otro,
sino de manera circular, avanzando y luego volviendo atrás para dar más detalles de lo que había
dicho antes. Si no entendemos este principio, no vamos a entender muchos de los textos. Es así como
trabaja el cerebro humano y la Torá fue escrita para ser compatible con los hombres.
La última letra de este versículo es la “yud”. Al contar cada séptima letra desde esa yud, en adelante
hasta el versículo 2:2a, se encuentran las letras yud, sin/shin, resh, alef y lamed, que forman la
palabra Israel.

Esto nos indica que Israel estaba en la mente de Elohim cuando el sexto día terminó y durante todo el
séptimo día. Este texto es leído en la casa por cada padre de familia judía sobre una copa de vino
para recibir y santificar el Shabat, el viernes por la noche, cuando empieza el shabat. El shabat fue
entregado al pueblo de Israel, de una manera especial, unos 2500 años más tarde como una señal del
pacto, cf. Éxodo 31:13ss. Pero ya en el principio el Eterno estaba pensando en Israel cuando el
shabat fue creado para todos los hombres.
 
2:1-2 “Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes. Y en el séptimo día completó
Elohim la obra que había hecho, y cesó en el día séptimo de toda la obra que había hecho.” – Según
la primera parte del versículo dos, parece que Elohim estuvo trabajando durante el séptimo día,
completando su labor. Sin embargo en la segunda pare del mismo versículo y en el versículo tres, está
escrito que cesó de toda su labor. ¿Entonces qué fue lo que hizo en el séptimo día para completar la
obra de la creación? Cesó de su labor. Así que, con el mismo cese, la obra fue completada.
 
2:3    “Y bendijo Elohim el séptimo día y lo santificó, porque en él cesó de toda la obra que Él había
creado para hacer.” – El séptimo día fue un día bendecido por Elohim. Hay una bendición especial
pronunciada sobre, y escondida dentro de, ese día. Ningún otro día de la semana tiene una bendición
específica. Anteriormente los seres vivos, animales y  hombres, habían sido bendecidos, pero ahora el
Eterno bendijo un día, un lapso de tiempo de 24 horas.
Pero no sólo bendijo el séptimo día, sino también lo santificó. La palabra hebrea que ha sido traducida
como “santificar” es “kadash”, [44] que significa “apartar”. Esta palabra tiene dos connotaciones
principales, apartar de algo y apartar para algo. En este caso, el séptimo día fue apartado de los
demás días para ser diferente. Pero no solamente esto, sino también fue apartado para el Eterno para
ser de su exclusiva posesión. Algo que ha sido santificado, sólo puede ser utilizado para el objetivo
para el cual fue santificado. Si es utilizado para otra cosa o con otro motivo, es profanado. Así que el
shabat fue santificado de los demás días de la semana para ser diferente y fue santificado para ser de
la exclusiva posesión del Creador. Ese día es suyo, lo ha apartado para Él, para ser su propio día, por
esto lo llama “mí día santo” en Isaías 58:13-14 donde está escrito:
 
“Si por causa del shabat apartas tu pie para no hacer lo que te plazca en mi día santo, y llamas al
shabat delicia, al (día)santo de HaShem, honorable, y lo honras, no siguiendo tus caminos, ni
buscando tu placer, ni hablando cosas (prohibidas), entonces te deleitarás en HaShem, y yo te haré
cabalgar sobre las alturas de la tierra, y te alimentaré con la heredad de tu padre Yaakov; porque la
boca de HaShem ha hablado.”
 
El Shabat es el día del Eterno. Él tiene un propósito muy específico para ese día. Después de terminar
toda la obra de la creación en seis días, preparó un día exclusivo por medio del cual él pudiera tener
una relación especial con el hombre y obrar de una manera concreta dentro del hombre, santificarlo,
como está escrito en Éxodo 31:13:
 
“Habla, pues, tú a los hijos de Israel, diciendo: "De cierto guardaréis mis shabats, porque esto es una
señal entre yo y vosotros por todas vuestras generaciones, a fin de que sepáis que yo soy HaShem
que os santifico."”
 
El hombre fue creado a imagen y semejanza de Elohim, y por eso es hijo de Elohim. Por lo tanto, el
hombre ha sido hecho para ser un reflejo y un imitador de su Padre celestial. (Según el pensamiento
hebreo no hay mayor diferencia entre engendrar y crear. Por ejemplo, está escrito en el Salmo 90:2
que las montañas fueron engendradas.) Y como el Padre cesó de su labor en el séptimo día, el
hombre hace lo mismo, como está escrito en Éxodo 20:8-11:
 
“Acuérdate del shabat para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, mas el séptimo día
es shabat para HaShem tu Elohim; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni
tu sierva, ni tu ganado, ni el extranjero que está contigo. Porque en seis días hizo HaShem los cielos y
la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, HaShem bendijo el
shabat y lo santificó.”
 
Es decir, en el séptimo día no se hacen cosas que intervienen en el orden natural de lo creado.
Durante seis días semanales, el hombre puede intervenir en la creación, mostrando su poderío sobre
todas las cosas. Puede plantar, puede quebrar ramas y arrancar flores; puede construir o derribar;
puede unir o cortar. Puede trabajar con todas las cosas que el Eterno ha entregado en sus manos.
Pero en el séptimo día no puede hacer nada de eso, porque su Padre le dejó un ejemplo a seguir. Un
hijo obediente hace lo mismo que su padre. Un hijo rebelde no imita a su padre. ¿Entonces qué debe
hacer el hombre durante el séptimo día? Dos cosas principales, cesar de las actividades del resto de la
semana y dedicarse de una manera especial a Elohim. De esa manera podrá obtener el beneficio de
esa bendición que está pronunciada sobre ese día.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “cesó” es “shavat”. [45] De allí viene la palabra “shabat”,
que significa “parada de actividades”, “parada en la producción”, “paro de la obra” o simplemente
“cese”. La palabra “shabat” aparece por primera vez en Éxodo 16:23, donde está escrito:
 
“él les respondió: Esto es lo que ha dicho HaShem: "Mañana es shabatón,  shabat consagrado a
HaShem. Coced lo que habéis de cocer y hervid lo que habéis de hervir, y todo lo que sobre
guardadlo para mañana."”
 
Es importante notar que la palabra shabat no significa “descanso”, en el sentido de recuperar fuerzas.
El Eterno no necesitaba descansar después de su obra de creación, porque Él no se cansa, como está
escrito en Isaías 40:28:
 
“¿Acaso no lo sabes? ¿Es que no lo has oído? El Elohim eterno, HaShem, el creador de los confines de
la tierra no se fatiga ni se cansa. Su entendimiento es inescrutable.”
 
Por lo tanto el séptimo día no fue hecho, en primer lugar, con el fin de que el hombre descansara de
sus labores fatigosas. En el principio el hombre no tenía una labor que le hizo sudar o gastar sus
fuerzas para tener que recuperarse durante un día a la semana. Este no es el concepto principal del
shabat. Se trata, como hemos dicho, de cesar de intervenir en la creación. Por lo tanto, al traducir la
palabra “shavat” como “descansó” y la palabra “shabat” como “día de reposo”, es fácil confundirlo con
el significado y propósito primordiales de ese día. Si el shabat es un día cuando no se hacen
actividades que intervienen en la creación, entonces el propósito del shabat no es que sea de
descanso, sino de dedicación al Eterno de una manera diferente al resto de los días de la semana.
Por otro lado, es cierto que está implícito el concepto de descansar en el shabat, pero es más bien un
resultado de la caída en el pecado cuando el trabajo del hombre se convirtió en algo pesado, y el
hombre tiene la necesidad de descansar un día a la semana, como está escrito en Deuteronomio
5:14:
 
“mas el séptimo día es shabat para HaShem tu Elohim; no harás en él ningún trabajo, tú, ni tu hijo, ni
tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus animales, ni el forastero que
está contigo, para que tu siervo y tu sierva también descansen como tú.”
 
En Éxodo 20:11 está escrito:
 
“Porque en seis días hizo HaShem los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y reposó en
el séptimo día; por tanto, HaShem bendijo el shabat y lo santificó.”
 
Aquí dice explícitamente que el Eterno descansó en el séptimo día. Sin embargo, el descanso no es lo
primordial del shabat, sino el cese de actividades creativas y productivas. De esta manera, este día es
convertido en un santuario en el tiempo. Este fue el primer tipo de templo que HaShem hizo. Más
adelante designó también un lugar físico para un templo. Hay tiempos santos y lugares santos,
tiempos apartados y lugares apartados. Estos son principios incorporados en la creación, que ayudan
al hombre a relacionarse de manera correcta con el Creador.
El templo del tiempo, el shabat, fue hecho para que el hombre pudiera reconocer que él no es el
dueño ni el que tiene todo el poder sobre las cosas creadas. Durante un día a la semana, el 14.3% de
su tiempo, tiene que reconocer que no es el supremo jefe en la creación. De esta manera, al guardar
el shabat el hombre puede mostrar su sumisión y devoción al Creador. El que trabaja en shabat no
reconoce al Creador, se hace dueño de las cosas que no son suyas, y no respeta las leyes de la
naturaleza. El que interviene en la creación durante el shabat, se está revelando contra el principio de
mayordomía que le fue entregado al hombre y se está haciendo señor en lugar de siervo del Eterno,
tomando un lugar que no le corresponde, quitando de su vida laboral la soberanía del Padre celestial,
haciéndose dios.
El principio del shabat no fue establecido en Sinái, con la entrega de la Torá a Israel, sino en la misma
creación, no en relación con Israel, sino en relación con el hombre. El shabat fue instituido justo
después de la creación del hombre. Lo primero que el hombre experimentó después de ser creado fue
el shabat del Eterno. Esto nos enseña que el shabat fue hecho para el hombre, como está escrito en
Marcos 2:27:
 
“Y él les decía: El shabat se hizo para el hombre, y no el hombre para el shabat.”
 
El shabat no fue hecho para los judíos, sino para el hombre, para todos los hijos de Adam. No hay
ningún texto en las Escrituras que muestre que el shabat haya sido cambiado por otro día o que haya
sido abolido o que haya sido cumplido de manera espiritual. Todos los intentos de introducir tales
doctrinas están destinados a fracasar a la hora de hacer una investigación más minuciosa del mensaje
de los Escritos inspirados por el Espíritu del Eterno, incluyendo los Escritos Apostólicos, conocido como
el “Nuevo Testamento”.
Es interesante notar que la Torá no dice “fue la tarde y fue la mañana el séptimo día”. El Midrash [46] lo
interpreta diciendo que la luz primordial, que había sido hecha el primer día, alumbraba durante la
noche del shabat, de manera que no hubo oscuridad para Adam y Javá.
En el Talmud[47] hay una discusión entre dos rabinos en qué día fue creado Adam. Según el rabino
Yehoshúa, Adam fue creado el sexto día del primer mes, Nisán (Marzo-Abril). Según el rabí Eliezer,
fue creado el primer día del séptimo mes, Tishrí, (Sept.-Oct.). La interpretación del rabí Eliezer ha
prevalecido sobre la del rabí Yehoshúa y durante miles de años los judíos han celebrado la creación
del mundo el primer día del séptimo mes, llamándolo Rosh HaShaná, la cabeza del año. Si esto es
cierto, el primer mes original, que ahora es llamado Tishrí, fue cambiado en Éxodo 12:2, para ser el
séptimo mes para Israel, y el mes que ahora es llamado Nisán, fue establecido como el primer mes
del año para los hijos de Israel. El mes de la redención es el primer mes del año para el pueblo del
Eterno.
 
“creado para hacer” – Rashí cita el Midrash [48] diciendo que esto se refiere al doble trabajo que se
hace durante el sexto día que corresponde a la necesidad del séptimo. El trabajo que debería haber
sido hecho en el séptimo día es adelantado. Esto se veía reflejado en el desierto cuando el Eterno dijo
al pueblo que recogiera y cocinara una doble porción de maná, en hebreo “man”, el sexto día para no
tener que hacerlo durante el shabat, cf. Éxodo 16:5, 22-24.
 
Cuarta aliyá, 2:4 – 3:21
 
2:4    “Estos son las generaciones de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día en que
HaShem Elohim hizo la tierra y los cielos.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como
“generaciones” es “toldót”,[49] que deriva de la raíz “yalad”,[50] que significa “engendrar”, “nacer”. La
palabra “toldót” puede ser entendida de dos maneras, en sentido humano o sentido histórico. Cuando
se refiere al sentido humano, tiene que ver con la descendencia. Cuando se refiere a la historia
significa los sucesos históricos que se han producido. En este caso se está refiriendo a las cosas que
fueron producidas durante la creación del cielo y la tierra. Aquí vemos otra vez la relación entre la
creación y el engendramiento o nacimiento de algo.
 
“HaShem Elohim” – Esta es la primera vez que aparece el Nombre personal de Elohim, YHWH. Ese
Nombre aparece más de 6500 veces en el Tanaj. Este es el único nombre personal del Eterno que es
presentado en las Escrituras. Todos los demás nombres son genéricos, son títulos, pero este es el
Nombre propio del Eterno. Así es como se llama. Este Nombre es el que más revela lo esencial de él.
No sabemos bien cuál es su exacta pronunciación y por esto preferimos no pronunciarlo o escribirlo
de forma completa para no equivocarnos. En lugar de escribir ese nombre, usamos el sustituto
“HaShem”, que significa “el Nombre”, lo cual es una práctica muy antigua y se encuentra en los
Escritos Apostólicos, cf. 3 Juan 7. Como la raíz de YHWH tiene que ver con vida y existencia en sí
mismo, usamos también la traducción “el Eterno” como una referencia a ese Nombre.
Según Rashí, cuando los dos nombres YHWH y Elohim aparecen juntos, debe ser entendido como:
“HaShem que es Elohim, quien domina y juzga todo”. El nombre YHWH está más relacionado con la
misericordia, por eso está escrito en 1 Juan 4:8, 16:
 
“El que no ama no conoce a Elohim, porque Elohim es amor... Y nosotros hemos llegado a conocer y
hemos creído el amor que Elohim tiene para nosotros. Elohim es amor, y el que permanece en amor
permanece en Elohim y Elohim permanece en él.”
 
En el capítulo uno se ve la obra creativa de Elohim a distancia, pero en el capítulo dos se revelan los
detalles más cercanos de ciertos actos que fueron descritos de manera general en el capítulo uno.
Cuando el Eterno se presenta a distancia, se da a conocer con su atributo de justicia, pero cuando nos
deja acercarnos y verle más de cerca, se presenta con su nombre personal, YHWH, que está
relacionado con su misericordia. Esto nos enseña que cuánto más cerca lleguemos al Eterno, más
conoceremos su amor.
 
2:7    “Entonces HaShem Elohim formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz el aliento
de vida; y fue el hombre un alma viviente.” – La palabra hebrea que ha sido traducida como “y
formó” es “va-yiytser” que tiene una letra yud extra en este caso. Cuando se habla de la formación de
los animales en el versículo 19, la misma palabra fue escrita con sólo una yud, pero cuando se habla
de la formación del hombre, hay dos yuds. ¿Cómo se puede entender esto? Es obvio que el texto
hebreo quiere mostrar que hubo una diferencia entre la formación del cuerpo humano y el de los
animales. El cuerpo humano tiene algo más, algo que los cuerpos de los animales no tienen. Rashí
dice, basándose en el Midrash, [51] que había dos formaciones del cuerpo humano, una para este
mundo y otra para la resurrección de los muertos. Los animales no fueron creados para la
resurrección. El cuerpo humano es como una semilla, que tiene una pequeña parte donde está
depositado el potencial de la vida de resurrección. Cuando una semilla es sembrada en la tierra y
muere, es activada esa vida de resurrección. De la misma manera el Eterno preparó el cuerpo
humano para poder resucitar, cf. 1 Corintios 15:42-44.
El hombre es el único ser que ha sido capacitado para vivir en dos mundos simultáneamente, el
mundo inferior, material, y el mundo superior, espiritual. Por esto, necesitaba un acto de creación
único, diferente al de los ángeles y diferente al de los animales. El hombre es una combinación entre
el polvo de la tierra y el soplo de vida del Eterno. Cuando estos dos se unieron, el hombre se convirtió
en un alma viviente, en hebreo “nefesh jayá”. Rashí dice que el texto menciona específicamente que
el hombre fue hecho un alma viviente, para mostrar que no es exactamente igual que un animal, que
también es llamado alma viviente, cf. 1:24. La traducción del Targum marcó la diferencia al traducir
“ser vivo” cuando habla de los animales y “espíritu que habla” cuando habla de los hombres.
El espíritu de vida del Eterno es el que hace que cada hombre pueda vivir. El ser humano no es un ser
eterno en sí mismo. La idea pagana de la inmortalidad del alma no viene de las Escrituras, sino es un
concepto filosófico griego que se ha infiltrado tanto en el judaísmo como en el cristianismo. El alma
del hombre depende del Espíritu del Eterno para poder existir. Sólo hay Uno que es inmortal en sí
mismo, como está escrito en 1 Timoteo 6:16:
 
“el único que tiene inmortalidad y habita en luz inaccesible; a quien ningún hombre ha visto ni puede
ver. A Él sea la honra y el dominio eterno. Amén.”
 
El hombre sólo puede alcanzar la inmortalidad en una estrecha relación con Aquel que existe por sí
mismo, el Padre celestial. La inmortalidad independiente es un mito inventado por hasatán. Ese mito
fue vendido a Javá cuando le engañó a independizarse del Dador de la vida diciendo: “ciertamente no
moriréis”. No hay vida eterna separada del Eterno. Las Escrituras enseñan que el alma es mortal,
destructible y puede perderse.
 
2:8    “Y plantó HaShem Elohim un huerto hacia el oriente, en Eden; y puso allí al hombre que había
formado.” – Esto nos enseña que hubo tres áreas principales en la tierra: el huerto, Eden y el resto
del mundo. Estas tres corresponden a las tres áreas en el templo, el lugar santísimo, el lugar santo y
el atrio. El hombre fue puesto para vivir en la intimidad en el lugar santísimo, para servir allí al Eterno
como sacerdote.
 
2:9    “Y HaShem Elohim hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer;
asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento de lo bueno y de lo
malo.” – En el centro del huerto había dos árboles, uno cerca del otro. El árbol de la vida representa
la Torá, que es llamada “árbol de vida” en Proverbios 3:18, donde está escrito:
 
“Es árbol de vida para los que de ella echan mano, y felices son los que la abrazan.”
 
Es probable que el árbol de vida haya estado donde hoy en día está el lugar del templo en
Yerushalayim y el árbol del conocimiento de lo bueno y de lo malo haya estado en el monte de los
olivos.
 
2:11  “El nombre del primero es Pishón; éste es el que rodea toda la tierra de Javilá, donde hay oro.”
– Pishón[52] significa “desbordar”, “extenderse”, “abundar”. Según Rashí es el río Nilo. El ambiente
original para el hombre fue de abundancia. La escasez es el resultado de la maldición.
 
2:12  “El oro de aquella tierra es bueno; allí hay bedelio y ónice.” – El hombre fue creado para tener
abundancia económica y valorar el oro. La Torá es la que da valor al oro. El oro tiene valor porque la
Torá está diciendo que es bueno. El oro no es malo. Las riquezas materiales no son malas, sino
buenas. Lo malo es el amor al dinero, como está escrito en 1 Timoteo 6:10:
 
“Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se
extraviaron de la fe y se torturaron con muchos dolores.”
 
2:13  “Y el nombre del segundo río es Guijón; éste es el que rodea la tierra de Cush.” – Según Rashí,
Guijón[53] significa estruendo.
 
2:14  “Y el nombre del tercer río es Jidekel; éste es el que corre al oriente de Ashur. Y el cuarto río es
el Perat.” – Según Rashí, Jidekel [54] significa que sus aguas son punzantes, “jadín” y ligeras, “kadín”.
Prat[55] está relacionado con fruto, “perí”, sus aguas fructifican.
 
2:15  “Entonces HaShem Elohim tomó al hombre y lo puso en el huerto del Eden, para que lo
cultivara y lo cuidara.” – El propósito inicial era que el hombre se multiplicara para ser una familia
grande que se extendiera sobre toda la tierra, y que expandiera la hermosura del huerto por todo el
mundo, guardándolo de toda mala influencia que pudiera venir de hasatán a través de los animales,
sobre los cuales Adam tenía que ejercer dominio, y no someterse.
 
“para que lo cultivara y lo cuidara” – Estas dos tareas son básicas en cualquier obra viva para que
tenga éxito. Se trata de extensión y de protección. No es suficiente extender una obra viva, también
hay que protegerla y guardarla. No es suficiente guardar una obra viva, hay que ampliarla y
extenderla. Todo lo que vive se mueve y se desarrolla y todo lo que vive es vulnerable y necesita ser
cuidado. Una congregación que sólo piensa en expansión perderá muchas vidas. Una congregación
que sólo piensa en mantener el status quo nunca podrá cumplir el propósito del Eterno. Toda vida
tiene que desarrollarse y ser protegida para no morir. Estos dos principios también están reflejados en
la bendición aharónica, cf. Números 6:24, que dice: “HaShem te bendiga y te guarde.”
¿En qué sentido Adam tenía que proteger el huerto? ¿No era todo bueno en gran manera? Entonces
no podía haber enemigos ni elementos enemistosos que podrían dañar el huerto. ¿O sí los había?
¡Efectivamente sí los había! El mal ya existía. El árbol del conocimiento de lo bueno y de lo malo
constituye una evidencia de que ya existía el mal en algún lugar. Es evidente que la caída en el
pecado de una parte de la creación invisible ya era un hecho. El hombre fue advertido acerca de ello,
y tenía la misión de resistir ese mal para que no dañara el Reino del Eterno en el mundo donde había
sido puesto para gobernar. Esto nos muestra que el hombre no sólo fue creado con el propósito de
propagar la gloria del Eterno en el mundo, sino también para combatir el mal.
 
2:16-17 “Y ordenó HaShem Elohim al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto ciertamente
comerás, pero del árbol del conocimiento de lo bueno y de lo malo no comerás, porque el día que de
él comas, ciertamente morirás.” – Aquí aparece por primera vez en la Torá la palabra “ordenó”, en
hebreo “tsavá”,[56] que es la raíz de la palabra “mandamiento”, en hebreo “mitsvá”. [57] Ahora HaShem
Elohim dio un mandamiento positivo al hombre, de comer de todos los árboles del huerto excepto
uno, y un mandamiento negativo, de no comer del árbol del conocimiento de lo bueno y de lo malo.
Los mandamientos positivos traen bendiciones sobre los que los obedecen y los mandamientos
negativos traen castigo sobre los que los desobedecen.
A través de los mandamientos, el hombre es elevado a una posición de alteza. La palabra “mitsvá”
incluye el concepto de “encargo”. Cuando una persona recibe un encargo divino se siente importante
y es elevado al estatus de colaborador con el Eterno para cumplir sus planes de manera consciente y
voluntaria. Los mandamientos son herramientas que el Eterno ha entregado en las manos del hombre
para poder mantener una relación íntima con Él y también profundizar en esa intimidad con Él. Si el
hombre rompe los mandamientos hay una ruptura en esa relación y el hombre experimenta una
decadencia espiritual. Un ser humano sin normas es peor que un animal, porque los animales
cumplen las normas que han sido establecidas para ellos. El cumplimiento de los mandamientos eleva
al hombre a las esferas espirituales, pero el quebrantamiento de los mandamientos lo reduce al polvo
del cual fue tomado.
El árbol del conocimiento de lo bueno y de lo malo representa el reconocimiento de la soberanía de
Elohim sobre el hombre. Cada vez que el hombre obedecía el mandamiento negativo de no comer del
árbol prohibido, mostraba quién era el Soberano, quién era el Señor en su vida, quién era su Elohim.
Este árbol ayudaba al hombre a someterse y humillarse, y de esta manera podía mantener su estado
de señor y administrador delegado sobre todas las cosas creadas. La única manera de poder
mantener un puesto de autoridad es estar en sujeción al que delegó la autoridad. Por esta razón, con
el tiempo este árbol se convertiría en un tipo de altar, un lugar de sacrificio y adoración, donde la
voluntad del hombre es sujetada a la voluntad del Creador.
Este árbol era también la manifestación de la libertad del hombre. El hombre tenía la posibilidad de
pecar. Era libre para elegir entre la obediencia y la desobediencia. Si el hombre no hubiera tenido
mandamientos, no tendría la opción de ser desobediente. Ahora su obediencia estaría basada en una
acción voluntaria de sometimiento y esto le convertiría en un ser superior que si no hubiera tenido esa
opción. De esta manera el amor estaría basado en la libertad de elección, y así es más poderoso.
Elohim desea nuestro amor voluntario, no obligado. Como el Eterno prohibió al hombre comer de ese
árbol, en un sentido, no tenía la libertad para hacerlo. En el caso de desobediencia al mandamiento,
habría una consecuencia catastrófica, la muerte, que implica la desintegración de los elementos que
están vivos al estar unidos. Las Escrituras hablan de, al menos, tres clases de muerte.
 
         Muerte espiritual, cuando el espíritu humano es alejado de la Fuente de la vida, cf. Efesios 2:1.
         Muerte física, cuando el espíritu sale del cuerpo, cf. Génesis 5:5.
         Muerte eterna (la segunda muerte), cuando todo el ser es consumido en el lago de fuego, cf.
Mateo 5:29; 25:41; Revelación 20:14.
 
¿Cómo podemos interpretar las palabras:  “el día que de él comas, ciertamente morirás”?
 
         El día cuando Adam pecó, experimentó un tipo de muerte espiritual, su interior experimentó
una ruptura en la relación íntima con Elohim, de manera que Elohim le sale a buscar llamándole
diciendo: “¿Dónde estás?”
         Si consideramos que un día también significa 1000 años, vemos que Adam no pasó a un
segundo milenio de vida, murió a los 930 años, en el mismo día (entiéndase día como 1000 años) que
comió del árbol,  murió físicamente.
         Es posible que Adam haya muerto exactamente el día de su cumpleaños, 930 años después de
su creación, el sexto día de la semana (viernes). Según la tradición fue enterrado por Elohim Mismo,
en la cueva de Majpelá, que estaba cerca de la puerta del Huerto de Edén. Esta es la razón por la que
Avraham tenía tanto interés en comprar esa cueva, para sepultura de Sará, de sí mismo, y de sus
descendientes.
 
2:18  “Y HaShem Elohim dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda opuesta a él.”
– El hombre no fue creado para estar solo. La mujer fue sacada del hombre con el fin de estar
delante de él y complementarle. Este texto enseña que el propósito principal de la mujer es apoyar al
hombre para que él pueda cumplir los propósitos del Eterno junto con ella. Cuando la Torá habla de
ejercer dominio, en 1:26-28, no lo expresa de forma singular, sino siempre plural. Esto nos enseña
que el hombre no puede ejercer dominio estando sólo. Necesita la ayuda de su esposa para poder
ejercer un dominio correcto sobre la creación.
Antes que la mujer fue hecha, el hombre fue puesto en el huerto para labrarlo y protegerlo. Los
mandamientos de comer de los árboles y de no comer de un árbol no fueron dados directamente a la
mujer, sino sólo al hombre. El hombre también empezó su tarea de dominar sobre la creación al
poner nombres proféticos sobre todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo. Esto nos
enseña que hay tres cosas específicamente relacionadas con la función del varón:
 
         La producción y cuidado laboral, expansión y defensa.
         El estudio y cumplimiento de la Torá.
         La responsabilidad de discernir y mandar sobre el contorno.
 
El hombre ya estaba funcionando en estas tres áreas sin la ayuda de la mujer. Sin embargo no estaba
bien que un solo hombre estuviera haciendo estas cosas. HaShem quería tener muchos hijos, y el
varón solo no podía cumplir con esa visión. Necesitaba una esposa que pudiera ayudarle con esa
tarea. Por este motivo, HaShem diseñó el cuerpo de la mujer especialmente con el fin de poder
producir hijos. Esto nos enseña que la vida familiar y la crianza de los hijos es la tarea principal de
una mujer. Lo más grande en la vida de una mujer es poder casarse con el fin de ser una ayuda para
su marido, tener hijos y ayudar a su marido a criarlos para que sean fieles al Eterno. El hombre fue
creado para moverse en un círculo más amplio, la mujer fue creada para moverse en el mundo del
hogar en primer lugar, cf. Proverbios 31:10-31.
La mujer ha sido capacitada de una manera especial, para poder ser una ayuda para su esposo. La
palabra hebrea que ha sido traducida como “ayuda” es “ezer”, [58] cuya raíz es ”azar”,[59] que significa
“rodear”, “proteger”, “defender”, “ayudar”, “socorrer”. Esta palabra no tiene nada despectivo en sí,
sino refleja lo mejor que pueda recibir una persona cuando hay necesidad. El hombre está menos
capacitado para poder vivir solo que la mujer. La Torá enseña que el hombre es el que necesita una
ayuda, no la mujer. La palabra “ezer” aparece en la mayoría de los textos en las Escrituras como una
referencia al Eterno, cf. Éxodo 18:4; Deuteronomio 33:7. Así que, la ayuda que la mujer pueda
brindarle al hombre es una ayuda que viene del cielo. El hombre humilde acepta los consejos sabios y
la ayuda que el Eterno le esté dando a través de su esposa.
El hecho de que la Torá enseña que el hombre necesita ayuda no significa que la mujer no necesite
del varón. El varón estaba funcionando en las tres áreas que antes hemos mencionado, antes de la
formación de la mujer. Por lo tanto, la mujer depende del hombre en estas tres áreas. La mujer
necesita el beneficio del trabajo y la protección del varón. La mujer necesita de la revelación del
consejo del Eterno que fue entregado al varón. Ningún libro en las sagradas Escrituras fue escrito por
una mujer pero fueron también escritos para la mujer. La revelación divina viene en primer lugar al
hombre y es transmitida por medio del hombre a la mujer. En algunas ocasiones el Eterno habla al
hombre a través de la esposa, pero esa no es la regla sino un complemento. El Eterno no habló a la
mujer acerca de los mandamientos que el hombre había recibido. Esto nos enseña que el hombre
tiene la responsabilidad para enseñar Torá a su esposa. El esposo debe dedicar más tiempo que la
esposa en los estudios de las Escrituras y en la oración, para poder obtener la revelación divina y así
poder enseñarla y dirigir a su hogar de manera profética. El varón es el que tiene la última palabra a
la hora de decidir cómo llevar la familia, él es la cabeza de su esposa, como está escrito en 1 Corintios
11:3:
 
“Pero quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es el Mesías, y la cabeza de la
mujer (casada) es el hombre (su esposo), y la cabeza del Mesías es Elohim.”
 
La palabra hebrea que ha sido traducida como “opuesta a él” es “ke-negdó”, cuya raíz es “negued”,
[60]
 que significa “en frente”. Esto nos enseña que la mujer fue creada para estar en frente del varón.
Si el varón se porta de manera correcta, su mujer, que es temerosa del Eterno, le va a tratar bien,
pero si él no hace lo que el Eterno le ha llamado a hacer, entonces la mujer se convertirá en su
enemiga. La palabra “ke-negdó” puede ser traducida “que le lleve la contraria”. La mujer ha sido
hecha por el Eterno para ser así. Esa es la mejor ayuda que el hombre pueda tener, aparte del Eterno
mismo. La mujer fue diseñada para ver las cosas de otra manera, para estar en un ángulo diferente y
tener otro modo de comprender su contorno. El hombre tiene más capacidad para ver las cosas de
manera general, pero no tiene la capacidad de ver todos los detalles. La mujer ha sido capacitada
para ver ciertas cosas que el hombre no puede ver y él tiene la obligación de escucharla para poder
tener una imagen más completa de las cosas antes de tomar las decisiones finales y dirigir
correctamente su familia.
 
2:19  “Y HaShem Elohim formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo, y los trajo al
hombre para ver cómo los llamaría; y como el hombre llamó a cada ser viviente, ése fue su nombre.”
– En el quinto y sexto día fueron formados los animales. Estos animales luego fueron traídos al
hombre para que él dominara sobre cada uno de ellos a través del discernimiento espiritual y su
capacidad de hablar. Por medio del discernimiento espiritual podía detectar el carácter y la función de
cada especie. Luego combinó las letras hebreas, según el significado de cada letra, que correspondían
al carácter y función de cada animal y las pronunció sobre cada uno en particular. Adán fue creado
para ser dirigido por el Espíritu del Eterno. Todavía no había entado el pecado en él, y su relación y
revelación espirituales no sufrían impedimentos de ninguna clase. Él sabía, por medio de su visión
profética, acerca de la función y propósito de cada cosa y animal y podía dominar sobre cada uno de
ellos conforme al plan del Creador. Al poner nombres sobre los animales, el hombre los dominaba con
su palabra. El hombre fue capacitado para dominar y crear su contorno a través de su palabra. El que
pone nombre sobre algo es el que tiene autoridad sobre aquella cosa. HaShem puso nombre sobre la
luz, las tinieblas, la expansión, la tierra y el mar. Él domina sobre todas estas cosas. HaShem puso
también nombre sobre el hombre el día en que fue creado, cf. 5:2. El hombre luego podía seguir
poniendo nombres sobre los animales y de esa manera colaborar con el Eterno en esta obra.
 
2:21-22 “Entonces HaShem Elohim hizo caer un sueño profundo sobre el hombre, y se durmió; y
tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. Y de la costilla que HaShem Elohim había
tomado del hombre, formó una mujer y la trajo al hombre.” – La mujer no fue tomada del polvo de la
tierra para ser aplastada, ni de la cabeza del varón para dominarlo, sino de su lado para igualarlo.
Según Rashí, el texto hebreo no habla de costillas sino de costados. De esta manera HaShem sacaría
la parte femenina del hombre para construir una mujer. Por otro lado, el rabí Eliezer [61] enseña que
HaShem sacó una costilla, y con esa costilla construyó una mujer. El Targum de Yonatan dice que se
trataba de la decimotercera vértebra del hombre.
En el episodio de la formación de la mujer encontramos una hermosa ilustración profética en cuanto a
la preparación de la nova del Mesías. En el plan eterno del Padre celestial, el Mesías había sido
destinado para ser el gobernante sobre todo el universo. Este gobierno fue reflejado en el hombre en
relación con los animales y la tierra. Sin embargo, como el hombre no debía ejercer ese dominio solo,
la mujer fue sacada de él, para que hubiera un gobierno colectivo de hombre y mujer. De la misma
manera, HaShem decidió sacar del Mesías una esposa complementaria, para compartir con él el
gobierno de toda creación, tanto invisible como visible. Y de la misma manera que el hombre fue
puesto bajo un sueño profundo, el Mesías tenía que pasar por el sueño de la muerte. Durante el
sueño, la mujer fue sacada del hombre. De la misma manera la novia del Mesías fue sacada a base de
la muerte del Mesías. La muerte del Mesías es la base sobre la cual la novia podía ser sacada,
formada y perfeccionada, para poder ser una ayuda complementaria en el gobierno  mesiánico
universal. Esto no significa que la novia no existía antes de la muerte del Mesías Yeshúa. La novia ya
existía desde antes, como está escrito en Juan 3:29:
 
“El que tiene la novia es el novio, pero el amigo del novio, que está allí y le oye, se alegra en gran
manera con la voz del novio. Y por eso, este gozo mío se ha completado.”
 
En Efesios 5:25-27 está escrito:
 
“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como el Mesías amó a la congregación y se dio a sí mismo por
ella, para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, a fin de
presentársela a sí mismo, una congregación en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa
semejante, sino que fuera santa e inmaculada.”
 
Estos textos enseñan que la novia del Mesías ya existía antes de que él se entregara para morir por
ella. Sin embargo, la muerte del Mesías era necesaria para poder perfeccionarla para que no tuviera
mancha ni arruga ni cosa semejante. La congregación del Mesías son los fieles dentro del pueblo de
Israel, como está escrito en Jeremías 31:4a y Mateo 16:18b:
 
“De nuevo te edificaré, y serás reedificada, virgen de Israel... sobre esta roca edificaré mi
congregación.”
 
2:23  “Y el hombre dijo: Esta vez es hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada
mujer (ishá), porque del hombre (ish)  fue tomada.” – Las primeras palabras del hombre cuando
despertó de su sueño fueron: “Esta vez”. Esto significa que él había estado buscando entre los
animales algún ser que podría ser su pareja. Según el Midrash, [62] al ver que todos los animales tenían
parejas, se quejó con el Eterno por no tener pareja. Entonces el Eterno le durmió y le proporcionó a
Javá.
Este texto nos enseña que Adam hablaba en hebreo, la misma lengua que el Eterno usó para crear el
mundo. Según Siftei Jajamim, [63] en todas las lenguas antiguas del mundo, la palabra para “mujer” no
se deriva de la palabra para “hombre”, excepto en el hebreo. Por lo tanto, el juego de palabras que
está haciendo Adam es una evidencia que estaba hablando el idioma hebreo y entendiendo su
gramática. El hebreo fue hablado por todos los hombres hasta la torre de Bavel casi 2000 años
después. A partir de allí el hebreo fue dividido en 70 idiomas diferentes. En el judaísmo el idioma
hebreo es llamado “ha-lashón ha-kodesh”, “la lengua sagrada”.
 
2:24 “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola
carne.” – Aquí está la base para el matrimonio entre hombre y mujer. El matrimonio es un pacto entre
varón y mujer que tiene implicaciones sociales. Por lo tanto la relación entre un hombre y una mujer
no es un asunto privado. En todas las culturas hay algún tipo de anuncio público a la hora de iniciar
un pacto matrimonial. El hombre no tiene el derecho de cohabitar con una mujer sin tener un pacto
matrimonial con ella como base. Este texto nos enseña que primero hay un paso de abandono de la
vida social en relación con la familia de los padres. Luego hay una unión oficial cuando una mujer se
convierte en “su” mujer, y después podrán unirse físicamente para ser una sola carne. Este es el
orden establecido desde la creación para la formación de la unión entre hombre y mujer.
La raíz de la palabra hebrea que ha sido traducida como “unirá” es “davak”, [64] y significa “pegarse”,
“asociarse”, “adherirse”.
 
En Mateo 19:4-6 nos enseña nuestro Rebe:
 
“Y respondiendo dijo: ¿No habéis leído que aquel que los creó, desde el principio LOS HIZO VARÓN Y
HEMBRA, y añadió: "POR ESTA RAZÓN EL HOMBRE DEJARÁ A su PADRE Y A su MADRE Y SE UNIRÁ A
SU MUJER, Y LOS DOS SERÁN UNA SOLA CARNE"? Por consiguiente, ya no son dos, sino una sola
carne. Por tanto, lo que Elohim ha unido, ningún hombre lo separe.”
 
La unión entre varón y mujer en el pacto matrimonial es un asunto que se registra en el cielo. En este
primer matrimonio, el Eterno trajo la mujer al hombre y los casó. Después entregó a las autoridades
la facultad de confirmar los pactos matrimoniales. Por lo tanto, toda intención de establecer una
relación íntima entre varón y mujer tiene que ser registrada ante las autoridades. Las autoridades son
representantes de Elohim. Los que se casan ante las autoridades lo hacen ante Elohim y en ese
momento Él es el que los une. El matrimonio es un pacto hecho delante del Eterno, como está escrito
en Malaquías 2:14:
 
“Y vosotros decís: "¿Por qué?" Porque HaShem ha sido testigo entre tú y la mujer de tu juventud,
contra la cual has obrado deslealmente, aunque ella es tu compañera y la mujer de tu pacto.”
 
En Eclesiastés 4:12 está escrito:
 
“Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo, dos lo resistirán. Un cordel de tres hilos no se
rompe fácilmente.”
 
2:25  “Y estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban.” – El hombre fue
creado a la imagen de Elohim. Como Elohim es luz y se cubre de luz, el hombre brillaba antes de caer
en pecado. El Midrash[65] enseña además que el hombre fue creado rodeado con nubes de gloria y
tenía una especie de escamas que luego cayeron cuando pecó. Así que no debemos entender la
expresión “desnudos” como una desnudez vergonzosa como la que experimenta el hombre hoy en día
cuando no esta vestido.
La vergüenza por causa de la desnudez que experimentó el hombre al caer en pecado es debido a la
pérdida de la ropa original que tenía. Ahora no podrá recuperar la gloria de su ropa original. Ni
siquiera el rey Shelomó podía llegar al nivel de hermosura de un lirio del campo, cf. Mateo 6:29. Esto
muestra que el hombre, que fue creado muy superior a las flores, es un ser caído, que ha perdido esa
gloria original que tenía antes de su caída en pecado, como está escrito en Romanos 3:23:
 
“por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Elohim”
 
Por otro lado, la vergüenza por exponer sus cuerpos no existía en los hombres desde el principio,
porque no había en ellos malos instintos. Todavía no había entrado en el hombre el pecado. Según
Rashí, el yetser hará, la inclinación al mal, no entró en el hombre hasta que comió del fruto del árbol
prohibido.
 
3:1    “Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que HaShem Elohim
había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Elohim os ha dicho: "No comeréis de ningún árbol del
huerto"?” – La serpiente ataca a la mujer por varias razones. La mujer es más sensible a los impulsos
espirituales que el hombre, tanto del mundo de luz como del mundo de las tinieblas. También es más
fácil seducir espiritualmente a la mujer que al hombre, como está escrito en 1 Timoteo 2:14:
 
“Y Adam no fue el engañado, sino que la mujer, siendo engañada completamente, cayó en
transgresión.”
 
En 2 Corintios 11:3 está escrito:
 
“Pero temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Javá, vuestras mentes sean desviadas
de la sencillez y pureza de la devoción al Mesías.”
 
Los mandamientos habían sido entregados al hombre y él, a su vez, había transmitido esos
mandamientos a su esposa. Por lo tanto, Adam no fue engañado porque sabía muy bien cuál era el
mandamiento que había recibido del Eterno en cuanto al árbol prohibido. La serpiente hizo una
pregunta tonta para entrar en discusión con la mujer. La estrategia del adversario está basada en la
mentira. Él es el padre de la mentira. La mentira es la verdad torcida. La Torá del Eterno es verdad,
cf. Salmo 119:142. La mentira de hasatán consiste en torcer los mandamientos de la Torá. Con la
primera pregunta, la serpiente cambió un mandamiento y así intentó proyectar la imagen de un
Elohim cruel que esclaviza a los hombres mediante la ley, prohibiendo tantas cosas que podrían
disfrutar si fuesen libres de la ley. Esta ha sido su estrategia desde el principio y su estrategia no ha
cambiado desde entonces.
 
3:3    “pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Elohim: "No comeréis de él, ni
lo tocaréis, para que no muráis."” – La mujer añadió al mandamiento. No estaba prohibido tocar el
árbol, sólo comer de él. Es muy importante no añadir ni quitar a los mandamientos, como está escrito
en Deuteronomio 4:2:
 
“No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni quitaréis de ella, para que guardéis los mandamientos
de HaShem vuestro Elohim que yo os mando.”
 
3:4    “Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis.” – Aquí vemos de dónde procede el
engaño de creer en la inmortalidad del alma.
 
3:5    “Pues Elohim sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como
Elohim, conociendo el bien y el mal.” – La serpiente reclama conocer lo que hay en la mente de
Elohim, ella es religiosa. Ahora está intentando establecer una religión diferente. Lo atractivo de su
nueva religión es que ofrece la libertad de la ley y el desarrollo personal mediante un conocimiento
superior. Es una religión que crea independencia. En lugar de estar en sujeción a los mandamientos,
el hombre toma decisiones propias según sus propios criterios. Mediante la confianza en su propio
conocimiento y en su propia mente, piensa que sabe lo que debe hacer y no hacer. Así su propia
mente se convierte en Elohim y es la que decide, según lo que entienda. Lo que no entiende no lo
acepta ni lo practica.
 
3:6    “Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que
el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido
que estaba con ella, y él comió.” – La mujer fue engañada por la palabra de la serpiente. Creyó más
en las palabras mentirosas de hasatán, que en las Palabras del Eterno que habían sido transmitidas
por su marido.
La tentación de la independencia mental fue la que hizo que el pecado entró en este mundo. El
intelectualismo humanista es el mayor obstáculo para el Reino de los Cielos en la tierra.
Adam se dejó seducir por la mujer en lugar de dominar sobre la serpiente con la Palabra de Elohim.
 
3:7    “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; y cosieron
hojas de higuera y se hicieron delantales.” – El conocimiento de los hombres ya no estaba basado en
la revelación causada por la unión espiritual con el Eterno, sino en la independencia intelectual.
Perdieron la gloria que habían tenido y conocieron que estaban desnudos. La palabra hebrea para
conocer, “yadá”,[66] no sólo significa discernir intelectualmente, sino también saber por experiencia.
Ahora experimentaron verdaderamente lo que implicaba estar desnudos en todos los sentidos. En
primer lugar se quedaron desnudados de la presencia divina que los había llenado de tanta gloria que
hasta sus cuerpos brillaban. Además, según lo que enseña Rashí, se quedaron desnudados del
mandamiento que habían tenido en sus manos. Por el efecto que el fruto causó en ellos, ahora
pudieron entender la vergüenza que implicaba estar desnudos y por esto se cosieron hojas de higuera
para cubrirse. Las hojas de higuera representan la religiosidad del hombre caído, que intenta sustituir
la gloria del Eterno por medio de propios esfuerzos. Esas ropas fueron luego rechazadas por el Eterno
que les puso otro tipo de ropa, producida por un animal inocente que tuvo que dar su sangre.
Hay diferentes propuestas entre los jajamim, los sabios, con respecto a qué árbol fue el del
conocimiento de lo bueno y lo malo: vid, trigo, etrog (cidro) e higuera. Según Rashí, fue una higuera.
No obstante, es probable que fuera un árbol único en su clase que ya no existe en la tierra.
La Escritura enseña que el pecado entró en el mundo por medio de Adam, y por lo tanto, el pecado
también entró en el hombre. La semilla del árbol del conocimiento de lo bueno y de lo malo, echó
raíces y produjo su fruto dentro del hombre. Esto causó una división dentro del ser humano, una
división en la voluntad, la cual vemos reflejada en Romanos 7:15, donde está escrito:
 
“Porque lo que hago, no lo entiendo; porque no practico lo que quiero hacer, sino que lo que
aborrezco, eso hago.”
 
El carácter del hombre fue pervertido. Él fue transformado en un ser diferente, con pecado dentro, el
cual no estaba en el principio, y su forma de ser no puede agradar al Eterno, más bien despierta su
ira, por su rebeldía nata, como está escrito en Efesios 2:3:
 
“entre los cuales también todos nosotros (los judíos) en otro tiempo vivíamos en las pasiones de
nuestra carne, satisfaciendo los deseos de la carne y de la mente, y éramos por naturaleza hijos de
ira, lo mismo que los demás (los gentiles).”
 
3:8    “Y oyeron a HaShem Elohim que se paseaba en el huerto al fresco del día; y el hombre y su
mujer se escondieron de la presencia de HaShem Elohim entre los árboles del huerto.” – El pecado
entró en el mundo por la tarde. Por esta razón el Mesías Yeshúa tenía que morir por la tarde, para
quitar el pecado del mundo.
 
3:10  “Y él respondió: Te oí en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí.” – El
miedo entró en el mundo por causa del pecado.
 
3:11  “Y dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te
mandé que no comieras?” – El Eterno sabe todas las cosas y no necesita ser informado de lo que
sucede. A pesar de ello, le hace una pregunta a Adam para así darle la oportunidad para arrepentirse
y confesar su pecado con remordimiento.
 
3:12  “Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. ”
– El carácter del hombre se había vuelto satánico, y por esto le echaba la culpa a Elohim por haberle
dado una mujer que le hizo pecar. En lugar de dar la cara, se coloca detrás de su mujer intentando
escapar de su responsabilidad y piensa que así no tendrá que ser tan castigado por lo que ha hecho.
Una persona espiritualmente inmadura no reconoce su culpa sino siempre echa la culpa a los demás.
Una persona madura está dispuesta a asumir la responsabilidad de su culpa e incluso la culpa de los
demás y sufrir el castigo de ellos para liberarlos.
Adam sabía que le esperaba la muerte. La paga del pecado es la muerte. El temor a la muerte
produce esclavitud. Sólo uno puede liberarnos del temor de la muerte, su nombre es Yeshua, como
está escrito en Hebreos 2:14-15:
 
“Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, él igualmente participó también de lo
mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir,
hasatán, y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la
vida.��
 
3:13  “Entonces HaShem Elohim dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió:
La serpiente me engañó, y yo comí.” – HaShem le da también a la mujer la oportunidad de hacer
teshuvá, arrepentimiento. Pero ella sigue el mal ejemplo de su marido y no asume su responsabilidad
sino echa la culpa a la serpiente.
 
3:14  “Y HaShem Elohim dijo a la serpiente: Por cuanto has hecho esto, maldita serás más que todas
las bestias, y más que todos los animales del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos
los días de tu vida.” – Para la serpiente no había posibilidad de arrepentimiento. Por eso HaShem no
le hace ninguna pregunta, sino dicta la sentencia directamente. La serpiente perdió sus patas y fue
reducido al ser más maldito que todos los animales terrestres.
 
3:15  “Y pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la
cabeza, y tú lo herirás en el talón.” – Aquí se habla en primer lugar de una enemistad entre la mujer y
la serpiente. La mujer es la madre de los seres humanos, y por lo tanto representa la vida. Así fue
como Adam entendió este mensaje para luego darle un nuevo nombre, Javá (Eva), “vida”, (antes se
había llamado Ishá). A pesar de que los hombres se habían sometido al espíritu de rebeldía e
independencia, todavía quedaba dentro de ellos una inclinación al bien, el yetser hatov, que les iba a
motivar para no quebrantar todos los mandamientos del Eterno. De esta manera habría, hasta cierto
punto, una enemistad natural, nata, en toda la raza humana contra los poderes del mal tanto internos
como externos.
En segundo lugar, se habla aquí de la descendencia de la serpiente y de la descendencia de la mujer.
La descendencia de la serpiente son los hombres que quebrantan los mandamientos del Eterno, y la
descendencia de la mujer representa a los hombres que obedecen los mandamientos del Eterno
luchando en enemistad contra la serpiente y el mal.
Desde tiempos muy antiguos este texto también ha sido entendido como una profecía mesiánica. El
Midrash[67] enseña:
 
"Este es Aquel Simiente que viene de otro lugar, y ¿quién es este? Este es el Rey Mesías."
 
En Gálatas 3:16 está escrito:
 
“Ahora bien, las promesas fueron hechas a Avraham y a su descendencia. No dice: y a las
descendencias, como refiriéndose a muchas, sino más bien a una: y a tu descendencia, es decir, el
Mesías.”
 
Esta interpretación no excluye las otras interpretaciones en cuanto a la palabra descendencia. Sin
embargo, es destacable el hecho de que la palabra para descendencia en Génesis 3:15 está escrita de
forma singular masculino. Evidentemente aquí hay una profecía de un descendiente especial, una
simiente única. La palabra hebrea que ha sido traducida como “simiente”, “zerá”, [68] significa:
 
         semilla, simiente, germen, pipa, papita, grano, trigo
         periodo de siembra, sementera
         esperma, semen
         fig. posteridad, descendencia, hijos, descendientes, raza
 
Debemos notar que la Torá habla aquí de la simiente de una mujer, lo cual es una cosa excepcional
en toda la Escritura. La simiente, el esperma, viene solamente del hombre. ¿Cómo es que ahora se
habla de la semilla de una mujer? Evidentemente aquí tenemos una profecía de un nacimiento
sobrenatural del Mesías. El texto parece indicar que se tratará del nacimiento del Mesías sin el semen
de un varón.
HaShem sigue diciendo que él, el simiente, el descendiente, tendrá que aplastar la cabeza de la
serpiente, es decir, destruir el poder de aquél que incitó a la mujer al pecado. Aquí es anunciada la
destrucción final del poder de hasatán.
La palabra hebrea que ha sido traducida como “te herirá” es “yejufshá” que, según Rashí, significa “te
triturará”, similar a Deuteronomio 9:21 donde habla de cómo Moshé hizo polvo el becerro de oro en el
desierto.
 
En 1 Juan 3:8 está escrito:
 
“El que practica el pecado es de hasatán (simiente de la serpiente), porque hasatán ha pecado desde
el principio (Bereshit). El Hijo de Elohim (simiente de la mujer)  se manifestó con este propósito: para
destruir las obras hasatán (aplastar la cabeza de la serpiente) .”
 
El Hijo del Elohim, que es el último Adam y el Segundo Hombre, cf. 1 Corintios 15:45-47, vino para
destruir las obras del hasatán. Por medio de su obediencia a la Torá venció sobre el adversario, cf.
Filipenses 2:8; Salmo 40:7-8. Adam perdió por desobedecer los mandamientos de Elohim. Yeshúa
venció por obedecer la Torá del Eterno. La única manera de vencer sobre hasatán, es a través de
obedecer la Torá. El que no obedece a Elohim, se somete automáticamente al reino de desobediencia
y al príncipe de la rebeldía. Pecado es desobediencia a los mandamientos de Elohim, cf. 1 Juan 3:4.
Al igual que Moshé desmenuzó en polvo el becerro de oro y echó el polvo en agua, así el final de
hasatán, después de ser triturado, será la destrucción eterna y total en el lago de fuego, como está
escrito en Mateo 25:41:
 
“Entonces (Mashíaj) dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno
que ha sido preparado para hasatán y sus ángeles.”
 
En Revelación 20:10 está escrito:
 
“Y hasatán que los engañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde también están la bestia y
el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.”
 
“y tú le herirás en el talón” – Esta profecía está anunciando el sufrimiento del Mesías. En el momento
de su muerte, Yeshúa tuvo que sufrir en su talón por un clavo sin cabeza que los verdugos romanos
habían puesto en el árbol, justamente detrás de uno de sus pies, y que atravesaba el talón cada vez
que tenía que elevarse para poder respirar.[69] 
El texto también puede ser interpretado en referencia a los descendientes de Yaakov que serán la
última generación antes del regreso del Mesías. El nombre Yaakov está relacionado con la palabra
hebrea para “talón”, “ekev”. En los últimos tiempos, los hijos de hasatán, los que quebrantan los
mandamientos, harán guerra contra los santos que guardan los mandamientos de Elohim, que fueron
dados por medio de Moshé, y tienen el testimonio de Yeshúa, como está escrito en Revelación 12:17:
 
“Entonces el dragón se enfureció contra la mujer   (Israel), y salió para hacer guerra contra el resto de
la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Elohim y tienen el testimonio de
Yeshúa.”
 
3:16 “A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el embarazo, con dolor darás a luz los
hijos; y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.” – El mundo de la mujer,
la familia, fue afectado por el pecado de ella. Las cosas que ya existían en pequeña escala fueron
ahora aumentadas para convertirse en algo muy doloroso.
 
3:17  “Entonces dijo a Adam: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del
cual te ordené, diciendo: "No comerás de él", maldita será la tierra por tu causa; con trabajo comerás
de ella todos los días de tu vida.” – Hay momentos cuando el hombre no debe escuchar los consejos
de su esposa. Él marido es responsable para discernir cuál es la fuente de lo que su mujer esté
diciendo, si viene del cielo o del reino de hasatán. Este texto nos muestra que la manera de poder
discernir y vencer sobre toda tentación, es a través de la Torá. Si el hombre hubiera sido fiel a la
Torá, no hubiera caído en pecado.
El mundo del hombre, su vida laboral, fue afectado por el castigo por su pecado.
 
3:18  “Espinos y abrojos te producirá, y comerás de las plantas del campo.” – La maldición que vino
sobre la tierra cambió la genética de las plantas y empezaron a producir espinos y abrojos. La misma
naturaleza fue afectada por el pecado del hombre, como también está escrito en Romanos 8:20-22:
 
“Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la
sometió, en la esperanza de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la
corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Elohim. Pues sabemos que la creación entera a una
gime y sufre dolores de parto hasta ahora.”
 
En 2 Pedro 3:3-4 está escrito:
 
“Ante todo sabed esto; que en los últimos días vendrán burladores... diciendo ... todo continúa tal
como estaba desde el principio de la creación. Cuando dicen esto, no se dan cuenta...”
 
Debemos tomar en serio las advertencias del shaliaj Kefa, sobre los burladores que están viniendo en
este último tiempo. Una de las cosas que dicen es que todo haya sido igual desde la creación, hasta
nuestros días. Estos no se dan cuenta de los cambios que se hayan producido por los juicios de
Elohim en la historia del Universo. La naturaleza fue maldecida y sujeta a corrupción, cuando Adam
pecó.
Sin embargo, la maldición sobre la naturaleza también fue llevada por el Mesías, simbolizada por la
corona de espinas que fue puesta sobre su cabeza a la hora de su muerte, cf. Mateo 27:29.
 
3:19  “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste
tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.” – La muerte entró en al mundo por causa del pecado.
Sin embargo, antes de dictar sentencia sobre el hombre y la mujer, el Eterno anunció una parte de su
plan de salvación mediante el descendiente de la mujer. Este plan de salvación incluye la restauración
de todas las cosas. Para que haya una restauración total por causa del desastre que fue causado por
el pecado de los primeros hombres, no solamente el enemigo del hombre tiene que ser destruido,
sino también el mismo pecado y las consecuencias del pecado. Tenía que haber una rectificación, en
hebreo “tikún”, justo en el punto donde el primer hombre falló, en la obediencia a los mandamientos
en el momento de la tentación por la serpiente. El Mesías Yeshúa hizo ese tikún por el pecado de
Adam. Donde Adam falló, Yeshúa no falló.
¿Cuáles son las consecuencias del pecado? La muerte. Así que el hombre tiene que ser liberado de la
muerte. E incluso la muerte misma tiene que ser eliminada para que haya una restauración de todo.
Por lo tanto, el Redentor prometido no sólo tenía que liberar al hombre de la muerte, sino también
destruir la muerte para siempre, cf. 1 Corintios 15:26; Revelación 20:14.
 
3:20  “Y el hombre le puso por nombre Javá a su mujer, porque ella era la madre de todos los
vivientes.” – Adam puso un segundo nombre sobre su esposa en la esperanza de que por medio de
ella iba a nacer el Redentor. El nombre “Javá” [70]está relacionado con la palabra hebrea “jayá”, [71] que
significa “vive”.  Por medio de la mujer, el ser humano podría seguir vivo sin extinguirse y por medio
de la mujer vendría Aquel que daría la posibilidad al hombre de tener la vida eterna.
 
3:21  “Y HaShem Elohim hizo vestiduras de piel para Adam y su mujer, y los vistió.” – Un animal
inocente tuvo que dar su sangre para que los hombres pudieran ser vestidos. Este sacrificio fue el
único hecho en el huerto del Eden y se efectuó por la tarde. De esta manera el Eterno estaba dando
un mensaje a los hombres que aquella ropa no era suficiente, la que representaba sus propios
esfuerzos para sustituir y recuperar la gloria perdida. Hacía falta derramamiento de sangre inocente
para poder ser redimidos del pecado y sus consecuencias. Este hecho anunció la muerte del Mesías
que tenía que suceder por la tarde, y cuya sangre iba a ser llevada al lugar santísimo en el cielo, para
redimir al hombre de sus pecados y sus consecuencias, como está escrito en Hebreos 9:12:
 
“y no por medio de la sangre de machos cabríos y de becerros, sino por medio de su propia sangre,
entró al Lugar Santísimo una vez para siempre, habiendo obtenido redención eterna”
 
El Eterno anunció su plan de salvación de dos maneras, primero a través del mensaje del
descendiente de la mujer que iba a aplastar la cabeza de la serpiente, y luego mediante el único
sacrificio que haya sido hecho en el huerto, con el fin de cubrir la desnudez de los hombres.
La palabra hebrea “yeshuá”, “salvación”, habla de un acto de liberación que causa un estado de
amplitud, libre de limitaciones. El verbo “yashá” significa “salvar”, en el sentido de: “dar lugar”,
“preparar sitio”, “sacar a un lugar espacioso”, “sacar de apuro”.
De esta manera, el término salvación en las Escrituras, no solamente significa que el hombre sea
liberado del pecado, la muerte y la ira de Elohim, para poder participar en el siglo venidero, sino
también están implicados en esta palabra todos los aspectos de la vida humana. Se trata de ser
liberado de todo lo que impide el cumplimiento del propósito inicial de Elohim, para que se produzca
una situación de shalom permanente. Shalom es un estado completo de orden, salud, perfección y
armonía.
La salvación tiene su razón de ser en la caída en el pecado, cuando el hombre y la creación fueron
puestos bajo maldición. El hombre necesita salvación del pecado y sus consecuencias, entre ellas, la
muerte, y el resto de la creación necesita la salvación de la corrupción que vino como consecuencia
del pecado del hombre.
La salvación tiene un lado negativo y otro positivo. Elohim salva de algo negativo para producir algo
positivo. Por ejemplo, nos salva de la muerte eterna para darnos vida eterna. A través de la salvación,
Elohim restaura su creación, y la sana de todas las consecuencias destructivas de la caída, para
reestablecer el estado original de armonía, perfección, salud y paz que gobernaba en el paraíso. La
salvación implica la restauración y el restablecimiento del estado original de todas las cosas creadas
que han sido afectadas por la caída en el pecado.
 
En Isaías 49:6 está escrito:
 
“Poca cosa es que tú seas mi siervo, para levantar las tribus de Yaakov y para restaurar a los que
quedaron de Israel; también te haré luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta los
confines de la tierra.”
 
En Yeshúa el Mesías se concentra toda la obra salvadora de Elohim. El nombre Yeshúa significa
“salvación”. En el Mesías está representada toda la nación de Israel y en Israel están representadas
todas las naciones de la tierra. El Mesías vino a salvar a su pueblo de sus pecados, cf. Mateo 1:21,
pero también para salvar a todo el mundo, cf. 1 Juan 2:2, como también está escrito en Romanos
1:16b:
 
“Del judío primeramente y también del griego”
 
Por esta razón, la obra salvadora, que el Eterno está llevando a cabo a través del Mesías, tiene que
ver tanto con la salvación entera de Israel, como nación, cf. Romanos 11:26, como con cada individuo
dentro de Israel y el resto del mundo, cf. 1 Timoteo 4:10. Además, su obra también tiene que ver con
la salvación de toda la creación, tanto la visible como la invisible, cf. Colosenses 1:19-20; Romanos
8:19-25; Hebreos 9:23.
 
En Lucas 1:67-79 está escrito:
 
“Y su padre Zejaryá fue lleno del Espíritu de santidad, y profetizó diciendo: Bendito sea
HaShem, Elohim de Israel, porque nos ha visitado y ha efectuado redención para su pueblo, y nos ha
levantado un cuerno de salvación (el Mesías) en la casa de David su siervo, tal como lo anunció por
boca de sus santos profetas desde los tiempos antiguos, salvación de nuestros enemigos, y de la
mando de todos los que nos aborrecen; para mostrar misericordia a nuestros padres, y para recordar
su santo pacto, el juramento que hizo a nuestro padre Avraham: concedernos que, librados de la
mano de nuestros enemigos, le sirvamos sin temor en santidad y justicia delante de Él, todos nuestros
días. Y  tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo; porque irás delante del Señor para preparar sus
caminos; para dar a su pueblo conocimiento de salvación por el perdón de sus pecados, por la
entrañable misericordia de nuestro Elohim, con que la Aurora (el Mesías) nos visitará desde lo alto,
para dar luz a los que están sentados en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pies en
el camino de paz.”
 
Este texto nos enseña el sentido amplio del concepto de salvación. La salvación viene de Elohim a
través del Mesías, al pueblo de Israel, para redimir y liberar a Israel nacionalmente de todos sus
enemigos, y también para dar conocimiento de salvación para el perdón de los pecados, tanto a los
judíos, como a los no-judíos, para que cada uno pueda servir a Elohim sin temor en santidad y justicia
todos los días de su vida y caminar en el camino de shalom.
La salvación está canalizada en tres tiempos, pasado, presente y futuro.
 
1.      El pasado – “Nos ha salvado”, cf. 2 Timoteo 1:9. En el momento de recibir personalmente a
Yeshua como Señor y Mesías, cf. Juan 1:12-13; Romanos 10:9-10, Elohim nos salva, nos hace nacer
de nuevo y circuncida nuestro corazón. En esta frase está incluido tanto el sentido nacional, colectivo,
de la salvación, ”nos”, como el sentido personal, individual.
2.      El presente – “ocupaos de vuestra salvación con temor y temblor”, cf. Filipenses 2:12b. Este
proceso normalmente está definido en los Escritos Apostólicos como santificación.
3.      El futuro – “la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo”, cf. 1 Pedro
1:5. La salvación todavía no ha sido completada en todas las áreas de la vida humana personal y
colectiva. Tampoco para la creación en general.
 
Es importante destacar el hecho de que las Escrituras hablan de la salvación como algo colectivo,
“nos ha salvado”, “de vuestrasalvación”. El shaliaj Shaúl hubiera podido escribir: “Que cada uno de
vosotros se ocupe de su salvación personal”, pero no lo hizo. El sentido colectivo de la salvación es
algo predominante en toda la Escritura, incluyendo los Escritos Apostólicos.
Esto no descarta el hecho de que haya una responsabilidad personal de cada uno, cf. Éxodo 32:33;
Números 14:24; 21:9; Deuteronomio 24:16; Romanos 1:16; 10:8-10. Cada uno muere y se pierde por
causa de su propio pecado, Ezequiel 18:20; Efesios 2:1; Colosenses 2:13. Y cada uno se salva por
su propia fe obediente personal, Ezequiel 18:21; Marcos 16:16; Juan 3:16.
Sin embargo, la salvación personal de cada judío y de cada gentil, depende de la salvación colectiva
que Elohim haya dado, esté dando y dé a la nación de Israel. No hay salvación fuera del pacto que
Elohim hizo con Avraham. Avraham, Yitsjak, Yaakov, el pueblo de Israel y el Mesías de Israel son el
único canal de salvación para todo el mundo.
 
Quinta aliyá, 3:22 – 4:26
 
3:22  “Entonces HaShem Elohim dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros,
conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de
la vida, y coma y viva para siempre.” – Tener vida eterna con pecado interno no sería una situación
perfecta. En lugar de exterminar a los hombres, HaShem les da la oportunidad de entrar en su plan
de redención total. La expulsión del paraíso fue un acto de bondad, con el fin de poder restaurar el
ser humano antes de permitirle comer del árbol de la vida y vivir eternamente. Después de la
redención final, el hombre podrá comer del árbol de la vida, como está escrito en Revelación 2:7;
22:2, 14:
 
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las congregaciones. Al vencedor le daré a comer del
árbol de la vida, que está en el paraíso de Elohim... en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado
del río estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando su fruto cada mes; y las hojas del
árbol eran para sanidad de las naciones... Dichosos los que lavan sus vestiduras para tener derecho al
árbol de la vida y para entrar por las puertas a la ciudad.”
 
4:1-2 “Y el hombre había conocido a Javá, su mujer, y ella había concebido y dado a luz a Káyin, y
había dicho: He adquirido varón con HaShem. Y había vuelto a dar a luz a su hermano Hevel. Y Hevel
fue pastor de ovejas y Káyin fue labrador de la tierra.” – La gramática del texto hebreo da un indicio
claro de que Javá ya había dado a luz anteriormente. La pregunta es ¿cuándo? Rashí dice que fue
antes de la caída en pecado. Otros dicen que fue después. El Midrash [72] y Rashí enseñan que Javá dio
a luz a cinco hijos el día de su creación, Káyin con su hermana melliza, y a Hevel con dos hermanas
mellizas. Tanto Káyin como Hevel se casaron con sus hermanas mellizas. Si nacieron antes de la caída
en pecado, todos los hijos tendrían que haber participado en la comida del fruto prohibido, porque
tanto el comportamiento de Káyin como la muerte de Hevel, muestran que eran seres caídos
afectados por el pecado. Rashí enseña que los hombres pecaron el mismo día en que fueron creados.
Otra interpretación sería que la caída en pecado haya sido después de un tiempo.
 
4:3    “Y aconteció que al transcurrir el tiempo, Káyin trajo a HaShem una ofrenda del fruto de la
tierra.” – La Torá dice que solamente fue del fruto de la tierra, lo cual nos da a entender que fue
cualquier tipo de fruto, no lo mejor y lo escogido. El Midrash [73] dice que fue lino, el peor fruto que se
podía encontrar.
 
4:4    “También Hevel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grosura de los
mismos. Y HaShem miró con agrado a Hevel y a su ofrenda” – Según el Midrash, [74] Hevel ofreció
generosamente lo mejor que poseía, corderos que nunca habían esquilado o trabajado y que no
tenían defectos. Elohim había mostrado a Adam y Javá cuáles eran los animales limpios que valían
para los sacrificios, cf. Génesis 7:2, y por eso Hevel sabía qué clase de animales el Eterno podía
recibir. Es probable que el animal que fue sacrificado en el huerto antes de la expulsión haya sido
uno, o varios, corderos, cf. Revelación 13:8; 1 Pedro 1:19-20, y es probable que Hevel se basara en la
revelación que el Eterno había dado mediante ese sacrificio. Según el Midrash, [75] los sacrificios de
Káyin y Hevel fueron dados el 14 de Nisán, el mismo día que el sacrificio de Pesaj iba a ser ofrecido
más adelante.
 
En Hebreos 11:4 está escrito:
 
“Por la fe Hevel ofreció a Elohim un mejor sacrificio que Káyin, por lo cual alcanzó el testimonio de
que era justo, dando Elohim testimonio de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto, todavía habla.”
 
Hevel sacrificó por la fe. No dice “por fe”, sino “por la fe”. No era por cualquier fe, sino la fe, la de
siempre, la única que fue dada desde el principio, la fe judía. Es probable que Hevel tenía fe en el
sacrificio futuro del Mesías, según lo que el Eterno había revelado anteriormente, cf. 3:15, 21. Y por
esa fe fue justificado, es decir declarado inocente y libre de la culpa de su pecado.
El Eterno miró con agrado a Hevel, en primer lugar, y luego su ofrenda. Vio la actitud de su corazón
de amor, entrega y fe, y esa actitud fue recompensada con la manifestación de su agrado. El
Midrash[76] cuenta que cayó fuego del cielo y consumió su sacrificio.
 
4:7    “Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia,
pero tú debes dominarlo.” – Rashí entiende esta frase, al igual que el Targum, de esta manera: “Si
mejoras tus actos, ¿acaso no serías perdonado?” Luego sigue el Targum Onkelós: “para el día de
juicio tu pecado es guardado ya que en el futuro serás castigado a menos que te arrepientas, pero si
te arrepientes, estarás en paz.” Rashí entiende la palabra “puerta” como el momento de la muerte,
cuando el hombre entra en la tumba. El pecado se refiere al yetser hará, la carne, dentro del hombre.
El hombre debe dominar ese instinto maligno. Por medio del arrepentimiento y la gracia del Eterno
podrá dominarlo. El que no se arrepiente de sus malas obras será dominado por su pecado.
 
4:10  “Y Él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de las sangres de tu hermano clama a mí desde la tierra.”
– El texto hebreo dice “las sangres de tu hermano”, en plural. Rashí dice que es porque hace alusión
a todos aquellos hijos de Hevel que no tuvieron la oportunidad de nacer. El Talmud [77] dice que se
refiere a varias heridas que Káyin le dio porque no sabía por donde saldría su alma.
 
4:15b “Y puso HaShem una señal sobre Káyin, para que cualquiera que lo hallase no lo matara.” – Los
jajamim ofrecen varias explicaciones sobre qué tipo de señal HaShem puso sobre Káyin: que se
convirtió en leproso,[78] que HaShem le dio un perro guardián, [79] que un cuerno creció en su frente,
[80]
 o que tenía una letra del Nombre sagrado grabada en su frente. [81] Rashí entiende que una letra
del Nombre fue grabada en su frente.
 
4:19  “Lémej tomó para sí dos mujeres; el nombre de una era Adá, y el nombre de la otra, Tsilá.” –
Rashí hace referencia al Midrash [82] y dice que antes del diluvio tenían la costumbre de tomar dos
mujeres, una para tener hijos y la otra para tener relaciones sexuales, Adá sería la mujer con la cual
tuvo hijos y Tsilá la destinada para las relaciones sexuales. A pesar de haber tomado sustancias
anticonceptivas ella se quedó embarazada dos veces, cf. v. 22.
 
4:25  “Y conoció Adam otra vez a su mujer; y ella dio a luz un hijo y le puso por nombre Shet,
porque, (dijo ella): Elohim me ha dado otro hijo en lugar de Hevel, pues Káyin lo mató.” – Según el
Midrash,[83] Javá estaba pensando en el rey Mesías cuando nació Shet. El nombre Shet [84] significa
“puesto”, “sustituto” y habla de varias cosas en el ministerio del Mesías. El Mesías iba a ser un
sustituto para el hombre que ha muerto. El Mesías también representa al hombre y puede hacer un
intercambio de manera que su muerte pueda dar vida al hombre muerto. La fe en una muerte y
resurrección representativa del Mesías está escondida en la declaración de Javá.
 
4:26  “A Shet le nació también un hijo y le puso por nombre Enósh. Por ese tiempo se comenzó a
llamar con el nombre de HaShem.” – Según Rashí, empezaron a llamar los nombres de las personas y
los nombre de los ídolos con el nombre del Santo, bendito es, convirtiéndolos en objetos de culto,
llamándolos divinidades.
 
Sexta aliyá, 5:1-24
 
5:2    “Varón y hembra los creó; y los bendijo, y los llamó Adam el día en que fueron creados.” – El
nombre Adam,[85] tiene relación con las palabras “adam”, [86] “rojizo”, “adamá”,[87] “tierra” y “dam”,
[88]
 “sangre”. Entonces, cuando el Mesías es llamado Hijo del Hombre, en hebreo “ben Adam”, significa
que está tomado de la tierra y tiene carne y sangre por ser un descendiente físico del primer hombre
Adam. El Hijo del Hombre es un ser terrenal, que tiene su origen en el cielo, cf. 1 Corintios 15:47.
 
5:3    “Cuando Adam había vivido ciento treinta años, engendró un hijo en su semejanza, conforme a
su imagen, y le puso por nombre Shet.” – Aquí aparecen las mismas dos palabras que en 1:26 donde
se habla de la creación del hombre con la imagen y según la semejanza de Elohim, “be-tsalmenu ki-
demutenu”, pero con el orden inverso, “bi-demutó ke-tsalmó” “en (o con) su semejanza, según su
imagen”.
 
El significado de los nombres de los diez primeros nombres de la genealogía desde Adam hasta Noaj
constituye una profecía mesiánica:
 
1.      Adam – el terrenal
2.      Shet – puesto
3.      Enósh – mortal
4.      Kenán – estado/logro(?)
5.      Mahalalel – el alabado de Elohim
6.      Yéred – bajó
7.      Janoj – consagrado
8.      Metushélaj – su muerte envía
9.      Lémej – miserable
10.  Nóaj – alivio
 
El terrenal es puesto en un mortal estado. El alabado de Elohim bajó, es un consagrado. Su muerte
envía al miserable alivio.Otra opción: El hombre es sustituido. Es un mortal logro...
 
5:22  “Y Janoj anduvo con Elohim trescientos años después de haber engendrado a Matusalén, y
engendró hijos e hijas.” – Caminar con Elohim significa cumplir sus mandamientos. La forma
sustantiva de la palabra hebrea “halaj”, “caminar”, es “halajá”, que significa “el caminar”. “Halajá” es
un término técnico dentro del judaísmo que se refiere a las ordenanzas que las autoridades judías
establecen con el fin de poder poner en práctica los mandamientos de la Torá en cada situación de la
vida judía.
 
5:24  “Y Janoj anduvo con Elohim, y desapareció porque Elohim lo tomó.” – Este arrebatamiento
constituye una sombra profética sobre el arrebatamiento que van a experimentar los justos de la
última generación cuando venga el Mesías, cf. Mateo 24:31, Lucas 17:34-36; 1 Tesalonisences 4:17.
Cuando vuelva el Mesías a la tierra, los que son suyos serán arrebatados al aire para encontrarse con
él y acompañarle en su regreso a la tierra. La palabra hebrea que ha sido traducida como “tomó”,
“lakaj”,[89]hace alusión al segundo paso en el matrimonial hebreo cuando el novio “toma” a su esposa
y la lleva a la casa de su padre, cf.Esdras 9:12; Nehemías 13:25; 2 Crónicas 11:21.
 
Séptima aliyá, 5:25 – 6:8
 
5:29  “Y le puso por nombre Noaj, diciendo: Este nos dará descanso de nuestra labor y del trabajo de
nuestras manos, por causa de la tierra que HaShem ha maldecido.” – Según Rashí, los hombres no
usaban herramientas de agricultura hasta que vino Noaj y las fabricó.

6:2    “los hijos de Elohim vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, y tomaron para sí
mujeres de entre todas las que escogieron.” – Según Rashí y el libro de Yashar, [90] se refiere aquí a los
hijos de los nobles y de los jueces. El Targum traduce “hijos de los poderosos (o nobles)”. En el
Midrash[91] y el libro de Janoj,[92] se habla de ángeles que habían caído del cielo en la época de Enosh
que se unieron con las hijas de los hombres y así nacieron los gigantes.

6:6    “Y le pesó a HaShem haber hecho al hombre en la tierra, y sintió tristeza en su corazón.” –
HaShem cambia su actitud y proceder para con los hombres según las decisiones y los actos de ellos,
cf. Ezequiel 18.

6:8    “Mas Noaj halló gracia ante los ojos de HaShem.” – El Eterno siempre ha ofrecido gracia a los
hombres que se arrepienten del mal y le buscan. La palabra hebrea que ha sido traducida como
gracia es “jen” [93] que significa:
 
         Gracia, atractivo, belleza, hermosura
         agrado, simpatía
         inclinación, estima, afecto
         Favor, compasión, benevolencia, gratitud
 
La raíz de esta palabra es “janán” [94] que significa:
 
         inclinares para mostrar benevolencia a uno inferior, tener misericordia, compadecerse,
apiadarse, conmiserarse, sentir lástima
         hacer un favor, favorecer, beneficiar
 
El Midrash[95] dice:
 
“Noaj fue salvado, no porque lo merecía, sino porque halló gracia.”
 
El concepto de gracia, como favor inmerecido, es uno de los pilares más importantes del
judaísmo.
 

[1]
       Nedarim 39b, Pesajim 54a.
[2]
       Strong H7225 rê'shîyth, ray-sheeth',  From the same as H7218; the first, in place, time, order
or rank (specifically a firstfruit): - beginning, chief (-est), first (-fruits, part, time), principal thing.
[3]
       Strong H7218 rô'sh, roshe,  From an unused root apparently meaning to shake; the head (as
most easily shaken), whether literally or figuratively (in many applications, of place, time, rank, etc.):
- band, beginning, captain, chapiter, chief (-est place, man, things), company, end, X every [man],
excellent, first, forefront, ([be-]) head, height, (on) high (-est part, [priest]), X lead, X poor, principal,
ruler, sum, top.
[4]
       Rabí Shelomó ben Yitsjak (Francia 1064-1105 e.c). Uno de los exegetas medievales más
importantes. Su comentario sobre Jumash (el Pentateuco) es estudiado en cada Yeshivá (colegio
religioso de formación rabínica) en todo el mundo. Su obra reúne las explicaciones rabínicas desde el
Talmud, el Midrash, las tradiciones extra-talmúdicas, las traducciones antiguas al arameo, llamadas
Targumim y demás. Sus explicaciones del texto hebreo tienen como propósito dar al lector un
entendimiento de su sentido literal, en hebreo “peshat”, que es el primer nivel de interpretación de las
Escrituras. Con otras palabras, él esta explicando qué es lo que quiere decir el texto de la Torá a
simple vista.
[5]
       Conocido en el mundo cristiano como el Antiguo Testamento. Tanaj es una palabra acróstica,
compuesta por las tres primeras letras de los nombres de las tres partes del canon hebreo, Torá
(instrucción), Neviím (Profetas) y Ketuvim (Escritos).
[6]
       Shaliaj es la palabra hebrea para emisario, en griego: apóstolos.
[7]
       Strong H1254 bârâ', baw-raw',  A primitive root; (absolutely) to create; (qualified)
to cut down (a wood), select, feed (as formative processes): - choose, create (creator), cut down,
dispatch, do, make (fat).
[8]
       Strong H430 'ĕlôhîym, el-o-heem',  Plural of H433; gods in the ordinary sense; but specifically
used (in the plural thus, especially with the article) of the supreme God; occasionally applied by way
of deference to magistrates; and sometimes as a superlative: - angels, X exceeding, God (gods) (-
dess, -ly), X (very) great, judges, X mighty.
[9]
       Strong H433 'ĕlôahh  'ĕlôahh, el-o'-ah, el-o'-ah,  (The second form is rare); probably
prolonged (emphatically) from H410; a deity or the deity: - God, god. See H430.
[10]
     Strong H410 'êl, ale,  Shortened from H352; strength; as adjective mighty; especially
the Almighty (but used also of any deity): - God (god), X goodly, X great, idol, might (-y one), power,
strong. Compare names in “-el.”
[11]
     La palabra “Dios” es una forma de Zeus, y por esta razón procuramos evitarla todo lo que sea
posible. En lugar de ello hemos importado al castellano las palabras hebreas Elohim y Eloah. Por lo
tanto, en estos comentarios utilizaremos la palabra Elohim como sinónima de Dios. Aunque el texto
hebreo tenga Eloah o El, en la mayoría de los casos no vamos a utilizar esos términos en el texto
castellano, sino sólo Elohim para no complicarnos demasiado. Así que en estos comentarios Elohim
puede ser la traducción de las tres palabras hebreas “El”, “Eloah” o “Elohim”.
[12]
     Strong H8064 shâmeh shâmayim, shaw-meh', shaw-mah'-yim, The second form being dual of
an unused singular; from an unused root meaning to be lofty; the sky (as aloft; the dual perhaps
alluding to the visible arch in which the clouds move, as well as to the higher ether where the celestial
bodies revolve): - air, X astrologer, heaven (-s).
[13]
     Jagigá 12b-13a.
[14]
     Strong H776 'erets, eh'-rets,  From an unused root probably meaning to be firm; the earth (at
large, or partitively a land): -  X common, country, earth, field, ground, land, X nations, way, +
wilderness, world.
[15]
     Strong H8414 tôhû, to'-hoo,  From an unused root meaning to lie waste; a desolation (of
surface), that is, desert; figuratively a worthless thing; adverbially in vain: -  confusion, empty place,
without form, nothing, (thing of) nought, vain, vanity, waste, wilderness.
[16]
     Diccionario hebreo-español, de Ediciones Riopiedra, escrito por Judit Targarona Borrás, Prof. Tit.
de la Universidad Complutense de Madrid.
[17]
     Strong H922 bôhû, bo'-hoo,  From an unused root (meaning to be empty); a vacuity, that is,
(superficially) an undistinguishable ruin: -emptiness, void.
[18]
     Jagigá 12a.
[19]
     Propagada por el dr. Derek Prince y otros.
[20]
     Yilkut Shmoini 6, 8, 95.
[21]
     Prikei DeRabí Eliazar 14.
[22]
     Bereshit Rabá 3:8.
[23]
     Jagigá 12a.
[24]
     El Dr Gerald Schroeder es físico nuclear y miembro de la Comisión de Energía Atómica de los
Estados Unidos. Es el autor de los libros: "Genesis and the Big Bang" y "The Science of God". Para
más información sobre este tema, ver: www.geraldschroeder.com/age.html.
[25]
     Strong H7307 rûach, roo'-akh,  From H7306; wind; by resemblance breath, that is, a sensible
(or even violent) exhalation; figuratively life,anger, unsubstantiality; by extension a region of the sky;
by resemblance spirit, but only of a rational being (including its expression and functions): - air,
anger, blast, breath, X cool, courage, mind, X quarter, X side, spirit ([-ual]), tempest, X vain, ([whirl-])
wind (-y).
Strong H7306 rûach, roo'-akh,  A primitive root; properly to blow, that is, breathe; only (literally)
to smell or (by implication perceive (figuratively toanticipate, enjoy): - accept, smell, X touch, make of
quick understanding.
[26]        
Yalkut sobre Yeshayahu 60.
[27]
     Rabí Simeón ben Lakish, en Bereshit Rabá 2:4
[28] 
     Pesikhta Rabati y Yalkut Shimoni, siglos 9 y 12 respectivamente, la segunda cita siendo una
explicación del Tehilim 36:10 (36:9 vesión cristiana).
[29] 
     Pesikta Rabá 152b.
[30]
     Strong H6153 ‛ereb, eh'-reb,  From H6150; dusk: -   + day, even (-ing, tide), night.
Strong H6150 ‛ârab, aw-rab',  A primitive root (rather identical with H6148 through the idea
of covering with a texture); to grow dusky at sundown: - be darkened, (toward) evening.
Strong H6148 ‛ârab, aw-rab',  A primitive root; to braid, that is, intermix; technically to traffic (as if
by barter); also to give or be security (as a kind of exchange): - engage, (inter-) meddle (with),
mingle (self), mortgage, occupy, give pledges, be (-come, put in) surety, undertake.
[31]
     Strong H1242 bôqer, bo'-ker,  From H1239; properly dawn (as the break of day);
generally morning: -   (+) day, early, morning, morrow.
Strong H1239 bâqar, baw-kar',  A primitive root; properly to plough, or (generally) break forth, that
is, (figuratively) to inspect, admire, care for,consider: -  (make) inquire (-ry), (make) search, seek out.
[32]
     Strong H3117 yôm, yome,  From an unused root meaning to be hot; a day (as
the warm hours), whether literally (from sunrise to sunset, or from one sunset to the next), or
figuratively (a space of time defined by an associated term), (often used adverbially): - age, + always,
+ chronicles, continually (-ance), daily, ([birth-], each, to) day, (now a, two) days (agone), + elder, X
end, + evening, + (for) ever (-lasting, -more), X full, life, as (so) long as (. . . live), (even) now, +
old, + outlived, + perpetually, presently, + remaineth, X required, season, X since, space, then,
(process of) time, + as at other times, + in trouble, weather, (as) when, (a, the, within a) while
(that), X whole (+ age), (full) year (-ly), + younger.
[33]
     Jaguigá 12a.
[34]
     Bereshit Rabá 4:8.
[35]
     Bereshit Rabá 1:19.
[36]
     Bereshit Rabá 11:10.
[37]
     Tiferet Tsión; Midrash HaGadol 2:8.
[38]
     Ver http://www.hshideaway.com/chap19.html.
[39]
     Bereshit Rabá 8:7.
[40]
     Strong H6754, tselem, tseh'-lem,  From an unused root meaning to shade; a phantom, that is,
(figuratively) illusion, resemblance; hence a representative figure, especially an idol: -  image, vain
shew.
[41]
     En su obra “Guía de los perplejos”. Maimónides, rabí Moshé ben Maimón, 1135 –1204 e.c., fue
uno de los rabinos más influyentes en el judaísmo medieval, que vivió y trabajó principalmente en
España y el norte de Africa. Él fue al mismo tiempo un filósofo que intentó explicar los conceptos
netamente hebraicos con términos y conceptos filosóficos griegos. Por lo tanto tiende a “espirtualizar”
los conceptos físicos y materiales en las Escrituras. Por ejemplo él no creía que los hombres podrán
vivir en el Olam Habá con sus cuerpos. Para él, el Olam Habá, el siglo venidero, es alcanzado
mediante la muerte y liberación del alma del cuerpo físico, pensamiento heredado del dualismo
platónico.
[42]
     Strong H120 'âdâm, aw-dawm',  From H119; ruddy, that is, a human being (an individual or
the species, mankind, etc.): - X another, + hypocrite, + common sort, X low, man (mean, of low
degree), person.
[43]
     Strong H1288 bârak, baw-rak',  A primitive root; to kneel; by implication to bless God (as an
act of adoration), and (vice-versa) man (as a benefit); also (by euphemism) to curse (God or the king,
as treason): -  X abundantly, X altogether, X at all, blaspheme, bless, congratulate, curse, X greatly, X
indeed, kneel (down), praise, salute, X still, thank.
[44]
     Strong H6942 qâdash, kaw-dash',  A primitive root;
to be (causatively make, pronounce or observe as) clean (ceremonially or morally): - appoint, bid,
consecrate, dedicate, defile, hallow, (be, keep) holy (-er, place), keep, prepare, proclaim, purify,
sanctify (-ied one, self), X wholly.
[45]
     Strong H7673 shâbath, shaw-bath',  A primitive root; to repose, that is, desist from exertion;
used in many implied relations (causatively, figuratively or specifically): - (cause to, let, make to)
cease, celebrate, cause (make) to fail, keep (sabbath), suffer to be lacking, leave, put away (down),
(make to) rest, rid, still, take away.
[46]
     Bereshit Rabá 11:2.
[47]
     Rosh HaShaná 11a.
[48]
     Bereshit Rabá 11:9.
[49]
     Strong H8435 tôledâh  tôledâh, to-led-aw', to-led-aw',  From H3205; (plural only) descent, that
is, family; (figuratively) history: -  birth, generations.
[50]
     Strong H5205 yâlad, yaw-lad',  A primitive root; to bear young; causatively to beget; medically
to act as midwife; specifically to show lineage: -bear, beget, birth ([-day]), born, (make to) bring forth
(children, young), bring up, calve, child, come, be delivered (of a child), time of delivery, gender,
hatch, labour, (do the office of a) midwife, declare pedigrees, be the son of, (woman in, woman that)
travail (-eth, -ing woman).
[51]
     Bereshit Rabá 14:5.
[52]
     Strong H6376 pîyshôn, pee-shone',  From H6335; dispersive; Pishon, a river of Eden: - Pison.
Strong H6335 pûsh, poosh,  A primitive root; to spread; figuratively act proudly: -  grow up, be
grown fat, spread selves, be scattered.
[53]
     Strong H1521 gîychôn  gichôn, ghee-khone', ghee-khone',  From H1518; stream; Gichon, a
river of Paradise; also a valley (or pool) near Jerusalem: - Gihon.
Strong H1518 gîyach  gôach, ghee'-akh, go'-akh,  A primitive root; to gush forth (as water),
generally to issue: -  break forth, labor to bring forth, come forth, draw up, take out.
[54]
     Strong H2313 chiddeqel, khid-deh'-kel,  Probably of foreign origin; the Chiddekel (or Tigris)
river: - Hiddekel.
[55]
     Strong H6578 perâth, per-awth',  From an unused root meaning
to break forth; rushing; Perath (that is, Euphrates), a river of the East: - Euphrates.
[56]
     Strong H6680 tsâvâh, tsaw-vaw',  A primitive root; (intensively) to constitute, enjoin:
-  appoint, (for-) bid. (give a) charge, (give a, give in, send with) command (-er, ment), send a
messenger, put, (set) in order.
[57]
     Strong H4687 mitsvâh, mits-vaw',  From H6680; a command, whether human or divine
(collectively the Law): - (which was) commanded (-ment), law, ordinance, precept.
[58]
     Strong H5828 ‛êzer, ay'-zer,  From H5826; aid: -  help.
[59]
     Strong H5826 ‛âzar, aw-zar',  A primitive root; to surround, that is, protect or aid: -  help,
succour.
[60]
     Strong H5048 neged, neh'-ghed,  From H5046; a front, that is, part opposite; specifically
a counterpart, or mate; usually (adverbially, especially with preposition) over against or before:
-  about, (over) against, X aloof, X far (off), X from, over, presence, X other side, sight, X to view.
[61]
     Pirkei r. Eliezer 12.
[62]
     Bereshit Rabá 17:5.
[63]
     Una obra del rabí Shavtai Bass, 1641-1718, que es una compilación de varios comentaristas de
Rashí, incluyendo los comentarios propios. El rabí Bass fue un famoso editor y cantor en la sinagoga
de Praga.
[64]
     Strong H1692 dâbaq, daw-bak',  A primitive root; properly to impinge, that is, cling or adhere;
figuratively to catch by pursuit: - abide, fast, cleave (fast together), follow close (hard, after), be
joined (together), keep (fast), overtake, pursue hard, stick, take.
[65]
     Yilkut Shmoini C 1:27.
[66]
     Strong H3045 yâda‛, yaw-dah',  A primitive root; to know (properly to ascertain by seeing);
used in a great variety of senses, figuratively, literally, euphemistically and inferentially
(including observation, care, recognition; and causatively instruction, designation, punishment, etc.): -
acknowledge, acquaintance (-ted with), advise, answer, appoint, assuredly, be aware, [un-] awares,
can [-not], certainly, for a certainty, comprehend, consider, X could they, cunning, declare, be
diligent, (can, cause to) discern, discover, endued with, familiar friend, famous, feel, can have, be
[ig-] norant, instruct, kinsfolk, kinsman, (cause to, let, make) know, (come to give, have, take)
knowledge, have [knowledge], (be, make, make to be, make self) known, + be learned, + lie by man,
mark, perceive, privy to, X prognosticator, regard, have respect, skilful, shew, can (man of) skill, be
sure, of a surety, teach, (can) tell, understand, have [understanding], X will be, wist, wit, wot.
[67]
     Bereshit Rabá.
[68]
     Strong H2233 zera‛, zeh'-rah,  From H2232; seed;
figuratively fruit, plant, sowing time, posterity: -   X carnally, child, fruitful, seed (-time), sowing-time.
Strong H2232 zâra‛, zaw-rah',  A primitive root; to sow; figuratively to disseminate, plant, fructify:
-  bear, conceive seed, set with, sow (-er), yield.
[69]
     Según entendemos por el testimonio de la sábana de lino que se usó para cubrir el cuerpo de
Yeshúa en el momento de su sepultura. Esa sábana ahora está en Turín, Italia, y fue investigada por
los expertos de la NASA. Ellos confirmaron que había habido una hemorragia fuerte en uno de los
talones, dependiendo de las cantidades de sustancias de hierro (que viene de la sangre) que hay en la
sábana en las marcas del cuerpo del que había sido torturado. Para más información, ver
http://www.shroud.com.
[70]
     Strong H2332 chavvâh, khav-vaw',  Causative from H2331; lifegiver; Chavvah (or Eve), the
first woman: - Eve.
Strong H2331 châvâh, khaw-vah',  A primitive root; (compare H2324, H2421); properly to live; by
implication (intensively) to declare or show: -show.
[71]
     Strong H2421 châyâh, khaw-yaw',  A prim root (compare H2331, H2424); to live, whether
literally or figuratively; causatively to revive: -  keep (leave, make) alive, X certainly, give (promise)
life, (let, suffer to) live, nourish up, preserve (alive), quicken, recover, repair, restore (to life), revive,
(X God) save (alive, life, lives), X surely, be whole.
[72]
     Bereshit Rabá 22:3, 16.
[73]
     Bereshit Rabá 22:8.
[74]
     Pirkei de rabí Eliezer.
[75]
     Pirkei de rabí Eliezer 21; Midrash HaGadol 4:3.
[76]
     Midrash Lekaj Tov.
[77]
     Sanhedrín 37b.
[78]
     Tiferet Tsión; Bereshit Rabá 22:27.
[79]
     R. Bejai 4:11.
[80]
     R. Bejai 4:11.
[81]
     Pirkei de rabí Eliezer 25.
[82]
     Bereshit Rabá 23:2.
[83]
     Bereshit Rabá 23.
[84]
     Strong H7896 shêth, shayth,  From H7896; put, that is, substituted; Sheth, third son of Adam:
- Seth, Sheth.
Strong H7896 shîyth, sheeth,  A primitive root; to place (in a very wide application): - apply,
appoint, array, bring, consider, lay (up), let alone, X look, make, mark, put (on), + regard, set, shew,
be stayed, X take.
[85]
     Strong H121 aw-dawm',  The same as H120; Adam, the name of the first man, also of a place
in Palestine: - Adam.
[86]
     Strong H120 aw-dawm',  From H119; ruddy, that is, a human being (an individual or the
species, mankind, etc.): - X another, + hypocrite, + common sort, X low, man (mean, of low degree),
person.
[87]
     Strong H127 'ădâmâh, ad-aw-maw',  From H119; soil (from its general redness): - country,
earth, ground, husband [-man] (-ry), land.
[88]
     Strong H119 'âdam, aw-dam',  To show blood (in the face), that is, flush or turn rosy: - be
(dyed, made) red (ruddy).
[89]
     Strong H3947 lâqach, law-kakh',  A primitive root; to take (in the widest variety of
applications): - accept, bring, buy, carry away, drawn, fetch, get, infold, X many, mingle, place,
receive (-ing), reserve, seize, send for, take (away, -ing, up), use, win.
[90]
     Yashar 4:18.
[91]
     Pirkei de rabí Eliezer 22; Ver también el libro de Janoj.
[92]
     Ver http://www.heaven.net.nz/writings/thebookofenoch.htm
[93]
     Strong H2580 chên, khane,  From H2603; graciousness, that is, subjectively (kindness, favor)
or objectively (beauty): - favour, grace (-ious), pleasant, precious, [well-] favoured.
[94]
     Strong H2603 chânan, khaw-nan',  A primitive root (compare H2583); properly to bend or
stoop in kindness to an inferior; to favor, bestow; causatively to implore (that is, move to favor by
petition): - beseech, X fair, (be, find, shew) favour (-able), be (deal, give, grant (gracious (-ly),
intreat, (be) merciful, have (shew) mercy (on, upon), have pity upon, pray, make supplication, X very.
Strong H2583 chânâh, khaw-naw',  A primitive root (compare H2603); properly to incline; by
implication to decline (of the slanting rays of evening); specifically to pitch a tent; generally
to encamp (for abode or siege): - abide (in tents), camp, dwell, encamp, grow to an end, lie, pitch
(tent), rest in tent.
[95]
     Bereshit Rabá 28:8.

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