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Esta realidad es percibida por los alumnos, una alumna de 6° año expresa su
opinión en estos términos:
Hay algunos chicos que son pobres en lo material, pero son más los pobres de
afecto. Los primeros no tienen lo básico, por lo tanto no acceden al estudio, no tienen
posibilidades de trabajo y por ende de salir de esa situación o también puede ser que
no quieran porque lo mínimo que consiguen lo gastan en sus adicciones. Los pobres
afectivos son los excluidos de la sociedad, los que no reciben contención en su familia,
entre ellos hay quienes salen adelante y quienes no por distintos condicionamientos
personales.
En nuestro colegio lo que más se destaca son los pobres de afecto, quienes son
excluidos en su mayoría y en algunos casos se autoexcluyen. Por ejemplo “Lupita” se
autoexcluye porque no quiere ser partícipe de las actividades del curso (remeras, cena,
acantonamiento, etc), vive muy enfocada en sí misma. “Pablito” es excluido porque
nadie procura un acercamiento, pero a la vez se autoexcluye porque no sale de sí
mismo para interactuar con otros.
También están los que son excluidos porque siempre se mandan una cagada o
son muy “negros” Una cagada porque como siempre quiere hacer todo a su modo,
insultar, tratar mal, generar discusiones y peleas, revelar un secreto, traicionar al
amigo, etc. ( “Negra/o” usan expresiones como: Sos un conchudo, pedaso culiado. Se
chupan todo, dan asco, drogadictos, no se valoran.) Pero en general no son muchos los
negros en nuestro Colegio
Nuestra comunidad educativa quiere ser “casa de todos”, un lugar dónde sentirse
queridos, aceptados, valorados e incentivados a luchar por sus sueños, la escuela de
hospitalidad que plantea Simón Rodríguez. Pero no es un paraíso, ese es el ideal,
después nos encontramos con diversas dificultades, entre ellas está la desigualdad, no
sólo como desigualdad en lo que se refiere al acceso de bienes materiales sino sobre
todo en lo relacionado a aptitudes, talentos o inteligencias innatas.
Lo que por mi experiencia docente percibo que se da mucho es no poder atender
a la diversidad de problemáticas con que nos llegan los alumnos, entre ellos: trastornos
psicológicos y psicopedagógicos, trastornos en la alimentación, ausencia de referentes
adultos y un estilo de vida muy desordenado.
Ante esta realidad la Institución procura paliar la situación con ayuda de un
gabinete psicopedagógico y solicitando acompañamiento externo a los familiares, que
en muchos casos no son atendidos. Particularmente tengo en el aula serias dificultades
con una alumna de 4° año que generalmente no es capaz de realizar ninguna de las
actividades que les propongo a los demás, trato de explicarle de diversas maneras pero
no logro que me comprenda, en ese caso me encuentro muy impotente, me doy cuenta
que tiene serias dificultades pero no tengo los recursos para ayudarla.
Cuando pienso en algo para Sara (mi alumna de 4° año) muchas veces tengo la
tentación etiquetarla como no apta para muchas cosas, no sé si es tan así, lo que sí es
real es que sus capacidades son diferentes a las de los demás y eso generalmente genera
una actitud de segregación por parte de algunos, incluso docentes porque nos desafía a
un más de nuestra parte.
Son muchos los casos que atender en una comunidad educativa, no se trata de
compasión y lástima en lugar de justicia (Galli. G. 2013), se trata de develar las
injusticias sociales y educativas para transformar la realidad.
En la actualidad desarrollo la catedra de Catequesis en 2° año A – B – C, 3° año
B, 4° año A – B, en el siguiente cuadro quiero reflejar un poco la situación de mis
alumnos:
Cursos Cantidad por Alumnos con Alumnos con Alumnos con Cuentan con
sección dificultades dificultades dificultades apoyo
económicas de psicológicas profesional
aprendizaje externo
Quiero implementar una educación dialogal, para lo que estoy dando los
primeros pasos, me propongo explícitamente no hablar tanto y escuchar más a mis
alumnos, busco estrategias lúdicas para aplicar al aula, aplicaciones en el celular y
juegos online.
Lo último que descubrí en mi investigación para hacer más fluido el aprendizaje
fue la gamificación en el aula, quede fascinada
Hasta ahora lo que me ha resultado muy estimulante es Quizlet.live, los chicos
de verdad lo disfrutan y lo piden. A continuación un ejemplo de cómo funciona
También utilizo formularios de google como herramienta de evaluación y les
doy la posibilidad de rehacerlos para aprender en base a sus errores. Procuro generar
confianza con un diálogo fluido y despertar la intriga por conocer y comprender nuestra
fe.
La investigación y la experimentación no pueden faltar en la educación de hoy.
Sólo cuando somos capaces de despertar el deseo de conocer y aprehender estamos
educando-educándonos para transformar la realidad. Todos los supuestos deben ser
revisados para la reconstrucción del conocimiento y la transformación de la realidad.
Pero aún tengo un dejo amargo de no poder llegar a todos, sobre todo a los más
vulnerabilizados por nuestra sociedad, de que no todos tengan la posibilidad de ser
educandos-educadores por los motivos que fuesen. Y todavía me cuesta más que
nuestros alumnos se limiten simplemente a seguir indicaciones, que sus ideas no sean
tenidas en cuenta, que sólo asistan a monólogos de nosotros los docentes. A veces
percibo que están tan “domesticados” que ya no piensan, me vienen a la mente
preguntas típicas de nuestros adolescentes: ¿ponemos la fecha? ¿a lápiz o con lapicera?
¿es para entregar?. Percibo mediocridad y conformismo en sus actitudes y eso me lleva
a cuestionarme sobre la educación que les brindamos.
Ante esta situación como docente procuro relacionar los diversos contenidos
curriculares con situaciones vitales de la vida de mis alumnos, no me canso de
cuestionarlos y desafiarlos para prepararlos a enfrentar los grandes desafíos de nuestro
tiempo y despertar en ellos la capacidad de comprender la realidad críticamente.
Hace unos años como comunidad educativa nos propusimos implementar
Proyectos de Aprendizaje-Servicio en todos los niveles e involucrando varios espacios
curriculares. Estos proyectos son todo un desafío porque implican como ejes
transversales la reflexión, sistematización y evaluación de parte de todos los implicados.
Esto está muy relacionado con lo que Freire plantea como una “educación crítica y
criticista que amplía y desafía la capacidad de captar los desafíos del tiempo” porque en
la primera etapa del proyecto consiste en hacer un diagnóstico de la realidad a través de
distintas herramientas de recolección de datos (observación, encuestas, entrevistas, etc.)
y a partir de ellos elaborar un informe de las necesidades sociales que descubrimos,
luego reflexionamos y debatimos para decidir cuál es la necesidad prioritaria y viable de
ser atendida.
Al principio los alumnos se resistieron un poco porque era algo nuevo y más
complicado, preferían tener solamente una prueba escrita. Pero en general cuando lo
pusimos en práctica se dieron cuenta que podían darle un sentido al conocimiento a
través de un servicio a la sociedad, se sentían felices, descubrían capacidades que
desconocían de sí mismos aportaban su granito de arena para construir un mundo más
justo. Esto sólo era posible porque todos ponían de su parte, ya el proyecto se daba
dentro de un marco colectivo, alumnos y docentes interactuábamos con la sociedad para
transformarla.
Desde otros espacios curriculares trabajamos la autoestima, el autoconocimiento,
la sexualidad como dimensión fundamental de la persona, entre otros temas centrales
que constituyen a la persona en todas sus dimensiones.
Es prioridad para nosotros ser comunidades misericordiosas, samaritanas y en
salida, buscar nuevas experiencias sociales y comunitarias que vayan más allá de la
frontera escolar.
Hago mías las palabras de Silvia Bleichmar: “no se le puede plantear a un ser
humano que el sentido de su vida está en ganarse la subsistencia, porque eso no es el
sentido de ninguna vida. Tenemos que terminar con esta idea que les planteamos a los
chicos de que el único sentido de conservar su vida es para que trabajen y sobrevivan:
el sentido de conservar su vida es para producir un país distinto en donde puedan
recuperar los sueños. Y la escuela es un lugar de recuperación de sueños, no solamente
de autoconservación”