Para los cursos de Didáctica de la Matemática y de la Física, la selección de los recursos

didácticos tiene relación con los que los profesores en formación utilizarían en sus prácticas
pedagógicas. Sgreccia (2011) distingue siete grupos materiales para la enseñanza de la
geometría: modelos fijos 2D y 3D (bloques lógicos de Dienes, cuerpos geométricos rígidos,
etc.), rompecabezas geométricos (poliominós y poliamantes, rompecabezas de la T, de la H,
de la casita o la cruz griega, rompecabezas de las cuatro T, rompecabezas de piezas
idénticas, cubos y policubos, demostraciones dinámicas, rompecabezas de mosaicos de Van
Hiele, rompecabezas por cuadratura), tangram (chino, de Fletcher, cardiotangram,
hexagonal, pentagonal, triangular, de Lloyd, Pitagórico, de Brügner, stomachion, ovoide,
espacial), geoplano (cuadrado u ortogonal, triangular o isométrico, circular),
transformaciones dinámicas (poliformas, varillas de mecano, retículas, desarrollos planos),
origami o papiroflexia (modelos sin corte de papel, con cortes de papel, con apoyo de
materiales adicionales, multi-capas, multi-hoja, desarrollados partir de módulos, decorados,
con técnica de encorvado), objetos del entorno real (entornos natural, artificial y artístico).
Junto a esa clasificación, menciona los criterios de análisis para la selección de recursos
didácticos, que son la materia prima, la disponibilidad, la cualidad, movilización,
dimensión, contenidos conceptuales y versatilidad. Destaca que los “materiales son
facilitadores y potenciadores intelectuales de las habilidades geométricas, favoreciendo y
colaborando en el desarrollo del pensamiento geométrico” (p. 20).
Un aspecto importante a considerar es que los materiales concretos por sí solos no son
capaces de generar aprendizajes (Flores, Lupiáñez, Berenguer, Marín, y Molina, 2011). Es
por esto que es necesario que junto al material concreto se complemente con una situación
de enseñanza que saque provecho al potencial que tienen. Usar recursos didácticos
mencionados por Sgreccia (2011) pueden ser utilizados en las diferentes fases que tiene el
modelo de razonamiento de Van Hiele (Vargas, 2013) y bajo una situación didáctica
(Brousseau, 1986).
Un factor importante a considerar es el criterio materia prima, el cual puede ser de
materiales fungibles o reciclados. Así, el profesor puede confeccionar sus propios recursos
didácticos en función de los materiales que tiene, potenciando sus cualidades plásticas,
desarrollando la capacidad de sensibilidad con respecto a las potencialidades didácticas de
los materiales del entorno. De esta forma el docente pasa a ser un profesor artesano (Flores,
et. al., 2011).
En cambio, para los cursos disciplinares de Física y Matemática se necesita potenciar el
laboratorio de computación LC5 a través de la adquisición de softwares que apoyen la labor
del profesor formador ya que estos permiten modelar los fenómenos físicos y matemáticos
para una mejor manipulación y comprensión de los alumnos, así como también cámaras de
videos para poder realizar registros audiovisuales de variables físicas para su posterior
análisis y modelamiento (Mena, Morales, Rivera y Vera, 2012; Cantoral, Molina, Sanchez,
2005).
Referencias
Brousseau, G. (1986). Fondements et méthodes de la didactiques des Mathématiques.
Recherches en Didactique des Mathématiques.
Cantoral, R., Molina, G. y Sánchez, M. (2005). Socioepistemología de la Predicción. Acta
Latinoamericana de Matemática Educativa.
Flores, P., Lupiáñez, J. L., Berenguer, L., Marín, A. y Molina, M. (2011). Materiales y
recursos en el aula de matemáticas. Granada: Departamento de Didáctica de la Matemática
de la Universidad de Granada.
Mena, J., Morales, A., Rivera, R. y Vera, F. (2012). El rol del tiempo en un proceso de
modelación utilizando vídeos de experimentos físicos. Revista Enseñanza de las Ciencias.
Sgreccia, N. y Villarroel, S. (2011). Materiales didácticos concretos en Geometría en
primer año de Secundaria. Revista Números.
Vargas, G. (2013). El modelo de van hiele y la enseñanza de la geometría. Revista
Uniciencia.