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Historia de la Naranja

La Naranja es una fruta con historia propia con más de 20 millones de años de
antigüedad de los primeros cítricos: desde su orígenes en el sudeste asiático,
pasando por la mitología griega y su propagación de oriente a occidente. Las
primeras variedades de cítricos poco tenían en común con la naranja dulce que
conocemos hoy en día.

Introducción
En la mitología se habla del árbol de las manzanas de oro que según se dice se
refería a las naranjas, consideradas como una valiosa fruta. Tan valiosa se
consideraba esta fruta que Gea le regalo a Juno el Jardín de las Hespérides como
regalo de boda. Este jardín se sitúa en el monte Atlas, que estaba poblado de
naranjos.
Desde hace miles de años, en el Sur de China se llevaba a cabo el cultivo del naranjo
y posteriormente se expandió por todo el Sudeste asiático. La Ruta de seda fue la
causante de la propagación del naranjo por todo Oriente. Fueron los árabes quienes
a través del sur de España introdujeron la naranja en toda Europa. Se dice que este
cítrico era cultivado por pueblos primitivos desde épocas remotas y la apariencia de
la fruta y sus flores cautivaron a los viajeros que las llevaron a otras regiones.
La naranja, en nuestro país, fue utilizada en un principio con fines
decorativos debido a su sabor amargo pero más tarde se consiguieron variedades
más dulces que los árabes denominaron naranche que deriva de arangus que es
como la llamaban los persas.
Fue en Bahía, Brasil donde se originó una naranja dulce y jugosa, la naranja con
ombligo o Navel Washington, que fue llevada a California convirtiéndose en la reina
de las naranjas. El afianzamiento durante los últimos siglos de la naranja en nuestro
país ha situado la Comunidad Valenciana a la cabeza en la producción de naranjas
gracias a su alta calidad. Fue en Carcaixent, a finales del siglo XVIII, donde un
sacerdote aficionado a la jardinería consiguió, mediante injertos, el primer naranjo
de fruta comestible.

El proceso productivo: el cultivo de


la naranja
Cuando las naranjas y mandarinas llegan a nuestros clientes para su consumo, el propósito
de todos los que formamos www.comenaranjas.com es conseguir la máxima satisfacción y
deleite personal al paladear esta fruta.
Para ello, debemos esforzarnos diariamente en cada eslabón de la cadena productiva,
obviamente en el cultivo, en la recolección, el encajado y la expedición, mimando la fruta y
seleccionando solo aquella que cumpla los requisitos de calidad óptimos para su consumo.
Con este artículo iniciamos una serie divulgativa para nuestros amigos en la que nos
proponemos explicar de manera sencilla y con un lenguaje llano, paso a paso, como se
cultivan los huertos de cítricos cuya fruta es finalmente enviada a sus hogares. Inicio del
proceso - el cultivo de los árboles.

En la primera parte del proceso productivo se encuentra obviamente el cultivo de los árboles.
La premisa es salir del invierno con árboles sanos y fuertes; al igual que las personas, una
planta en perfectas condiciones fisiológicas produce más y mejor, básicamente más piezas
por árbol y con mayor calidad organoléptica. Al enfocar nuestro proceso productivo a obtener
una fruta sana, con buen calibre, piel fina y con índices de azúcar elevados, debemos
esforzarnos en que la condición fitosanitaria del arbolado sea la adecuada.

Como todos saben, el ciclo agrícola empieza con el final de invierno o salida invernal.
Concretamente y dependiendo de la zona geográfica y el tipo de suelo, con 12 ºC de
temperatura en el subsuelo donde se encuentran las raíces, éstas comienzan a absorber y
a crecer. En zonas con más horas luz/día, es decir hacia el trópico, la brotación se inicia
antes debido a la mayor temperatura. En nuestra zona levantina, a principios de febrero
empieza el “movimiento” de las raíces que empiezan a demandar nutrientes, sobre todo con
suelos arenosos que se “calientan” más rápido que los francos o arcillosos.

A los 15-20 días desde el inicio del metabolismo del sistema radicular, el agua y minerales
que consume son transportados a la copa, donde se transforman en las hojas en el proceso
llamado de fotosíntesis, pasando de forma mineral a formas más complejas de aminoácidos
y fotoasimilados que permiten el crecimiento de la planta, traduciéndose en el inicio de la
brotación de primavera. Los cloropastos de las hojas fijan la luz solar, transformando
agua+dióxido de carbono (CO2)+minerales en “alimento” para la planta + oxígeno (O2) y
vapor de agua a la atmósfera. Uno de los puntos de cultivo importantes se basa en conseguir
un rendimiento elevado de los cloropastos que para su función requieren entre otros de
Hierro (Fe) y Magnesio (Mg); conseguir niveles de hierro y magnesio adecuados en
primavera aumenta la velocidad y “calidad” del crecimiento. La función "sumidero" de los
árboles - factor vegetativo esencial.

Precisamente, uno de los argumentos a favor de favorecer la agricultura nacional, sobre


todo la fruticultura, entre la que se incluye los cítricos, es la destacada función “sumidero”
de CO2 que realizan los árboles, regenerando la atmósfera con oxígeno puro (O2),
eliminando dióxido de carbono (CO2), reduciendo el efecto invernadero, es decir, mejorando
ostensiblemente la calidad del aire que respiramos en beneficio de toda la sociedad. Habrá
quien piense que por la noche, el efecto se invierte y consume O2 liberando CO2, y si bien
es así, es en muy poca cantidad, debido a que por la noche en ausencia de luz solar, no hay
función fotosintética, por lo que el árbol para su crecimiento. De hecho, hay varios estudios
que aconsejan regar solo durante el día, en las horas de máxima demanda hídrica, marcada
por la temperatura externa, la humedad relativa y la intensidad solar, ya que el riego nocturno
no tiene el mismo aprovechamiento por el árbol, debido a que no hay demanda de agua y
nutrientes por la copa por la noche.
Este dato es muy importante para entender el funcionamiento vegetativo, ya que viene a
decir que si bien una temperatura mínima en el subsuelo de 12ºC es necesaria para activar
las raíces, la que manda realmente es la copa del árbol. Si se reúnen las circunstancias
adecuadas en el entorno del árbol (luz+temperatura+CO2), las hojas trasladan el mensaje
a las raíces para que absorban agua y nutrientes minerales, y que se trasladen por la savia
hacia las hojas donde se produce una reacción química con liberación de O2, que transforma
los elementos de manera a que puedan ser aprovechados por la planta en su crecimiento:
a esto se le llama METABOLISMO. La pericia del agricultor para maximizar el rendimiento
de la planta marcará desde los primeros momentos la precocidad, productividad y calidad
de la cosecha.

No deseo extenderme más en los aspectos más fisiológicos de la planta aunque hay muchos
detalles importantísimos en el inicio del cultivo que requieren la comprehensión de estos
conceptos. El manejo del riego y la fertilización son claves para la realización de los objetivos
agrícolas, ponderando en mi opinión en un 80% sobre la calidad final de la fruta.

Generalmente se suele admitir que el cultivo tiene 3 fases:

Fases del cultivo de la naranja:


1.- Fase inicial – inicio brotación y floración – febrero a abril.
2.- Fase de cuajado – periodo crítico en el que se decide la cantidad de fruta que queda
en el árbol – mayo a junio.
3.- Fase de engorde – periodo durante el cual, la fruta ya fijada engorda hasta su
maduración- julio a octubre.

Durante los 2 primeros periodos, el exceso de riego nos van a perjudicar visiblemente,
reduciendo la velocidad del metabolismo y con ello, perdiendo calibre en la fruta. Las raíces
necesitan oxígeno para desarrollarse y absorber soluciones nutritivas, por lo que un exceso
de agua produce un encharcamiento que pudre las raíces y las inhabilita para cumplir su
función, parando el metabolismo. Durante el último periodo de engorde la fruta, al tener las
condiciones externas de calor, la copa demanda agua y por mucha agua que se le dé al
árbol, las raíces son capaces de absorberla sin problemas de encharcamiento.
Igualmente, cabe destacar una labor cultural muy importante enfocada a obtener la calidad
deseada de la fruta que no es otra que la poda. Esta labor consiste en quitar ramas agotadas
o secas que no van a producir fruta de calidad. Asimismo, permite que el sol y el aire entren
dentro de la copa, impidiendo que los hongos y las plagas se protejan de los depredadores
naturales (otros insectos beneficiosos que se alimentan de los dañinos), y que se controle
la plaga.

Combatir las malas hierbas que compiten con los árboles por el agua y los nutrientes también
es fundamental. Nuestra filosofía es ir implantando hierbas que no alberguen plagas y
tenerlas controladas prioritariamente mediante la siega mecánica, para que a su vez estas
compitan con las malas hierbas y no les permitan germinar ni brotar al restarles superficie
de contacto con la luz solar, agua y nutrientes: a esto se le llama una inversión de flora
natural.

Por último, resaltar que cuando las opciones naturales no son suficientes para atajar un
problema, a veces y en muy contadas ocasiones, necesitamos de una pulverización para
controlar una plaga que amenaza con mermar al árbol y a la cosecha. En cualquier caso, un
ingeniero cualificado firma una orden de trabajo, debidamente justificada tras realizar
muchos conteos de plaga y de fauna auxiliar, que justifique siempre, que técnicamente no
es posible el control de la plaga sin la ayuda de un tratamiento de pulverización.

Debemos entender que el cultivo óptimo de nuestras plantas, su correcta nutrición y


cuidados, son la condición “sine quanon” para obtener una cosecha de calidad que nos
permita ofrecer unas naranjas y mandarinas “criadas” de manera personalizada y
atendiendo todas sus necesidades en aras a que usted disfrute de nuestra fruta en su casa.

"A través de este artículo, quiero transmitir a nuestros amigos y clientes, que detrás de la
caja que ustedes reciben en su domicilio, existe un trabajo técnico laborioso muy cualificado,
además de un sacrificio permanente, ya que en la agricultura no existen sábados, domingos
o festivos(el árbol es un ser vivo que necesita permanentemente de nuestra atención) y que
además existe un alto componente de riesgo debido a la exposición climatológica (helada,
granizadas…etc…) a la que estamos expuestos. Por último, me gustaría destacar de nuevo,
el papel de la agricultura para impedir la despoblación de las zonas rurales, la imprescindible
colaboración (no reconocida por las autoridades) en la lucha contra el efecto invernadero y
por la biodiversidad, y en definitiva, el continuo esfuerzo por llevar a sus casas un producto
de calidad tras un duro año de cultivo."

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