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Reg n° 218/2016
//n la ciudad de Buenos Aires, a los veintinueve días del mes de marzo
del año dos mil dieciséis se constituye el tribunal, integrado por los
señores jueces Mario Magariños, en ejercicio de la presidencia, Pablo
Jantus y Horacio Días, quien reemplaza al juez Carlos Alberto Mahiques
por hallarse este último en uso de licencia (conf. Regla Práctica 18.11 del
Reglamento de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y
Correccional), a fin de celebrar la audiencia prevista en los arts. 465 y
468 del Código Procesal Penal de la Nación, en la causa nº
5548/2013/TO2/1/CNC1, caratulada “Incidente de Prisión
Domiciliaria de Aviles, Johana Soledad en autos Aviles, Johana Soledad
s/ robo con armas”. Se encuentra presente la parte recurrente,
representada por la Defensora Pública coadyuvante de la Defensoría
General de la Nación, doctora Lisi Trejo, letrada a cargo de la asistencia
técnica de la señora Soledad Angélica Domínguez. Se da inicio a la
audiencia y se concede la palabra al recurrente, quien procede a
argumentar su posición y a responder preguntas. A continuación, el
tribunal se retira a deliberar en presencia de la actuaria (arts. 396 y 469
CPPN). Constituido el tribunal nuevamente en la sala de audiencias, en
presencia de la recurrente, el señor Presidente hace saber que esta Sala
III de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de
la Capital Federal, por unanimidad, ha RESUELTO: HACER LUGAR
al recurso de casación interpuesto por la defensa, CASAR y REVOCAR
la resolución recurrida, y CONCEDER la prisión domiciliaria
solicitada, bajo las modalidades que el órgano jurisdiccional competente
estime correspondientes; sin costas (artículos 470, 530 y 531 del Código
Procesal Penal de la Nación y artículos 32 inciso “f ” y 33 segundo
párrafo de la ley 24.660). Explica que los fundamentos de la decisión,
compartida por unanimidad por el tribunal, si bien resultan coincidentes
en algunos aspectos, en otros tienen particularidades, de modo que cada
uno de los integrantes del tribunal va a exponer a continuación sus
razones. En cuanto a su voto, el juez Magariños señala que el tribunal a quo
ha hecho una incorrecta interpretación de las reglas legales aplicables.
Expresa que en el precedente “Parra” (Reg. n° 97/2015), en el marco de
una solicitud de prisión domiciliaria para el cumplimiento de una prisión
preventiva, sostuvo que el inciso f) del art. 32 de la ley 24660, en cuanto
dispone que la prisión domiciliaria podrá concederse a la madre de un
niño menor de cinco años o de una persona con discapacidad a su cargo,
debía interpretarse en el sentido de que el término “podrá”, esto es, lo
facultativo para el juez, no está vinculado, en principio y por regla, a lo
establecido ya por la disposición en análisis. Es decir, prosigue, el
legislador al establecer esta regla ha partido del presupuesto de que,
precisamente, si se dan estas circunstancias (madre de un niño menor de
cinco años), en principio y por regla, se encuentra en juego el interés
superior del niño. En consecuencia, expone, existe una presunción
legislativa acerca de que, dadas estas circunstancias, hace al interés
superior del niño que la madre se encuentre junto él fuera de los muros
de la prisión. Entiende que esta regla puede encontrar excepción en
aquellos particulares supuestos en que existan datos objetivos ciertos que
demuestren que esto puede ser contrario al interés superior del niño,
pues podrían darse situaciones en las cuales esté demostrado que la
permanencia de la madre junto al niño puede redundar en perjuicio del
interés del niño y no en su favor. Salvo estos casos excepcionales,
continúa, que por lo demás deberían estar puntualmente acreditados en
el caso –y en este sentido fue resuelto por esta Sala III en el precedente
“Silva, Natalia” (Reg. n° 191/2015)–, hay que partir de la base de que el
legislador ha determinado que es en función del interés superior del niño
que la madre permanezca junto a él fuera de los muros de la prisión. En
consecuencia, el término “podrá”, en el caso de una prisión domiciliaria
respecto de una persona que está cumpliendo pena como condenada,
está vinculado a que el juez pueda determinar si, conciliando el interés
superior del niño del que parte la norma, el tratamiento de reinserción
social que se viene llevando a cabo intramuros es factible de seguir
llevándose adelante extramuros, permaneciendo la persona condenada
en un encierro domiciliario. Para esto, explica, el juez debe tomar los
Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional
Ante mí
PAOLA DROPULICH
Secretaria de Cámara