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La bulimia nerviosa es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza porque las personas que la padecen
suelen darse atracones recurrentes en los que ingieren grandes cantidades de comida en un espacio corto de tiempo,
es decir, comen más cantidad de comida que la mayoría de personas en el mismo tiempo.
Los bulímicos son incapaces de dominar los impulsos que les llevan a comer y tienen la sensación que no pueden parar
de comer. Sin embargo, el sentimiento de culpa y vergüenza tras ingerir muchos alimentos les lleva a una purga
(vómitos auto inducidos o empleo de laxantes o diuréticos o ambos), regímenes rigurosos o ejercicio excesivo para
contrarrestar los efectos de las abundantes comidas y evitar engordar.
Estas personas tienen cerca de 15 episodios de atracones y vómitos por semana y, en general, su peso es normal, por lo
que resulta difícil detectar la enfermedad. En un solo atracón pueden llegar a consumir de 10.000 a 40.000 calorías.
La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria (TAC) que supone una pérdida de peso provocada por el
propio enfermo y lleva a un estado de inanición. Se caracteriza por el temor a aumentar de peso, y por una percepción
distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo aun cuando su peso se encuentra por debajo de
lo recomendado. Por ello inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos.
Normalmente comienza con la eliminación de los carbohidratos, ya que existe la falsa creencia de que engordan. A continuación
rechaza las grasas, las proteínas e incluso los líquidos, llevando a casos de deshidratación extrema. A estas medidas drásticas se
le pueden sumar otras conductas asociadas como la utilización de diuréticos, laxantes, purgas, vómitos provocados o exceso de
ejercicio físico.
Las personas afectadas pueden perder desde un 15 a un 50 por ciento, en los casos más críticos, de su peso corporal. En España
hay unos 250.000 casos de anorexia diagnosticados. Esta enfermedad suele asociarse con alteraciones psicológicas graves que
provocan cambios de comportamiento, de la conducta emocional y una estigmatización del cuerpo. Todo esto tiene
consecuencias graves en la relación del enfermo con su entorno.
Es importante distinguir la anorexia de otros trastornos alimentarios muy frecuentes aunque más leves. El 80 por ciento de los
jóvenes pasan por etapas en las que empeora su relación con los alimentos y los evitan, lo que no indica en ningún momento que
estén desarrollando la enfermedad.
La edad de inicio de la anorexia se sitúa en la primera adolescencia, en torno a los 12 años, si bien la población más afectada
se encuentra entre los 14 y 18. Es más frecuente en las clases sociales media y media-alta.
En un 95 por ciento de los casos la anorexia afecta a mujeres jóvenes, aunque en los últimos años se ha producido un aumento
en hombres, en mujeres adultas y en niños. Los hombres tienen más posibilidades de ocultar el trastorno ya que no están
sometidos a un juicio social tan fuerte. Esto favorece que el tratamiento sea más difícil, pues la enfermedad se diagnostica cuando
ya se encuentra en un estado muy avanzado.
Existen colectivos más propensos a sufrir estos trastornos, es el caso de las gimnastas, las bailarinas o las modelos. En la anorexia
nerviosa se pueden distinguir dos subtipos:
Subtipo restrictivo: La reducción de peso se consigue mediante dietas o ejercicio físico intenso y el enfermo no recurre a sobre
ingestas, atracones o purgas.
Subtipo bulímico: El enfermo recurre a las purgas aunque haya ingerido una pequeña cantidad de alimento.
Se diferencian por la forma en que las personas se comportan ante la comida. Puede darse el caso de que
una misma persona sufre de ambos trastornos, bien de forma alternativa o sucesiva. La anorexia nerviosa
se caracteriza por un miedo exagerado a engordar y por una distorsión de la imagen corporal, que hace que
las personas que la padecen se vean y sientan gordas cuando no lo están. En el caso de la bulimia nerviosa,
además del miedo a la gordura, existe un sentimiento de pérdida de control con la comida.
En la sociedad actual está extendida la idea de que para triunfar en la vida es imprescindible ser guapo/a y
responder al "canon de belleza" representado por cuerpos delgados y esbeltos. La publicidad, la moda, los
medios de comunicación, refuerzan esta idea y ejercen una considerable presión sobre las personas que no
se ajustan a este canon ideal de belleza. La forma y el momento particular en que cada persona vive, siente
asimila o interioriza estas situaciones contribuye, entre otros factores, a que enferme o no.
Los trastornos de la alimentación no son enfermedades por sí mismos, sino síndromes del comportamiento
que manifiestan una amplia variedad de características psicológicas, sociales y culturales.
Se caracterizan por alteraciones graves de la conducta alimentaria y entre ellos encontramos a la anorexia
nerviosa, la bulimia nerviosa y la obesidad.
Anorexia nerviosa
La anorexia nerviosa es un trastorno complejo que se manifiesta por cambios fisiológicos, psicológicos y del
comportamiento. En la actualidad el término anorexia es erróneo, puesto que la anorexia verdadera (pérdida
de apetito) no suele aparecer hasta la parte final de la enfermedad.
Se caracteriza por una pérdida significativa del peso corporal producida normalmente por la decisión
voluntaria de adelgazar. Lo anterior lo pueden conseguir mediante una disminución de la ingesta de
alimentos con alto contenido calórico (los que pueden engordar). La mayoría de los pacientes con anorexia
terminan con dietas muy restringidas; también pueden con cierta frecuencia utilizar fármacos para purgarse
(laxantes, diuréticos) o provocarse el vómito.
Los que padecen anorexia nerviosa tiene miedo intenso a ganar peso o convertirse en obesas, y este miedo
no se pierde aunque el individuo pierda peso, porque se produce una alteración de la percepción del peso y
la silueta corporal.
Bulimia nerviosa
La bulimia es la ingesta incontrolada de grandes cantidades de alimentos (atracón) durante un periodo breve.
Se define como atracón el consumo a lo largo de un periodo corto de tiempo de una cantidad de comida muy
superior a la que la mayoría de los individuos comerían.
Los atracones se acompañan también de una sensación de falta de control y de excitación cuando se atraca
de comida.
Los que enfrentan este padecimiento tienen conductas compensatorias inapropiadas para evitar la ganancia
de peso, comúnmente provocarse el vómito. Este método de purga lo emplean del 80 al 90 por ciento de las
personas que padecen esta enfermedad.
Las personas con bulimia nerviosa ponen demasiado énfasis en el peso y la silueta corporal al evaluarse, y
estos factores son los más importantes a la hora de determinar su autoestima.
Obesidad
La obesidad es una enfermedad crónica, se caracteriza por el exceso de tejido graso en el organismo. Un
adulto padece obesidad cuando tiene un índice de masa corporal mayor de 30. Esto se calcula dividiendo el
peso (en kilogramos) por el cuadrado de la estatura (en metros).
La cantidad de tejido adiposo (grasa), normalmente representa del 10 al 20 por ciento del peso corporal.
Cuando aumenta, las células del tejido adiposo (los adipositos) se cargan de grasa aumentado de tamaño.
En una segunda etapa, la célula ya no puede crecer más formándose nuevos adipositos, pudiendo hacerlo
en forma ilimitada.
Las causas de la obesidad son múltiples e incluyen factores como la herencia genética; el comportamiento
del sistema nervioso, endocrino y metabólico; y el tipo o estilo de vida que se lleve.
1. Ortorexia
Cuando existe una obsesión por comer sano, estamos frente a un
caso de ortorexia. Aquí, la persona lleva un control exhaustivo y cada vez más estricto de los componentes de los
alimentos que va a consumir.
Por lo general, esto comienza cuando la persona limita mucho su alimentación, por ejemplo evitando la ingesta de
carne roja, huevos, azúcares, lácteos y grasas.
2. Vigorexia
3. Anorexia
Aunque esta enfermedad suele asociarse a las adolescentes, cada vez es más frecuente encontrarla también
en hombres y personas adultas. Junto a esto, es importante estar atento a algunos factores que pueden gatillar el
comienzo de este mal: trastornos de ansiedad en la niñez, tener una imagen negativa de sí mismo, tener problemas
alimentarios durante la lactancia o la primera infancia, tener concepciones culturales o sociales muy cerradas respecto
de la belleza, ser muy perfeccionista o demasiado centrado en reglas, pueden influir en la aparición de la anorexia.
4. Potomanía
5. Pica
6. Permarexia
Por lo general, la pregorexia se da en mujeres muy exigentes e inestables, que tienen baja autoestima y es una
conducta muy complicada, pues pone en peligro la salud de la madre y también la del niño que está por nacer.
8. anorexia
Por lo general, este mal lo padecen hombres cercanos al mundo de la moda y a la estética o relacionados con deportes
que exigen poco peso.
9. Drunkorexia o ebriorexia
10. Bulimia
Este trastorno lo sufren más mujeres que hombres, sobre todo en la etapa adolescente, y se caracteriza porque quien
padece esto está sí está consciente de que su patrón de alimentación es anormal.
Aunque se desconoce la causa exacta de la bulimia, los factores genéticos, psicológicos, traumáticos, familiares,
sociales o culturales pueden incidir en su aparición.
Los trastornos alimenticios siguen desgraciadamente apareciendo año tras año en mayor medida, alimentados por la
dificultad de mantener una dieta equilibrada y los cánones de belleza impuestos por la sociedad. Son trastornos
psicológicos muy destructivos a nivel físico y personal, necesitando un tratamiento constante desde su aparición. Al
contrario de lo que se cree se da tanto en hombres como en mujeres, apareciendo en franjas de edades dispares donde
cuanto mayor se es más fácil es ocultarlo.
Como siempre se debe hacer, la prevención será mucho mejor que cualquier tratamiento existente. Si todavía no
hemos pasado por ello pero tememos caer en un trastorno de este tipo o pensamos que alguien de nuestro entorno
lo hará en el futuro será mucho más beneficio conocer las mejores formas de prevenirlo que las distintas terapias que
existen en la actualidad. Son consejos que podemos aplicar desde ya, ahorrándonos sufrimiento y trabajo a la vez que
mejoramos nuestra calidad de vida en general.