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SEMINARIO TEOLÓGICO CENTROAMERICANO

Maestría en Consejería

INTELIGENCIA EMOCIONAL Y CONSEJERIA CRISTIANA

Trabajo
para poder aprobar curso de
1421 Integración de Consejería y Teología

Gamaliel Flores Figueroa

2018
CAPITULO I

LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

¿Qué es la emoción?

De forma cotidiana, nos referimos a las emociones como una forma de reaccionar a

ciertos sucesos que afectan nuestro estado de ánimo, por ejemplo, alegría por alguna

celebración, tristeza por sufrir un suceso adverso, enojo por algún asunto incomodo, entre

otros. Para ayudarnos a definir el termino emoción, citamos a Goleman, que nos dice:

el termino emoción, un término sobre cuyo significado preciso los psicólogos y


filósofos han dicho muchas sutilezas durante más de un siglo. En su sentido más literal, el
Oxford English Dictionary define la emoción como “cualquier agitación y trastorno de la
mente, el sentimiento, la pasión; cualquier estado mental vehemente o excitado”. Utilizo
el termino emoción para referirme a un sentimiento y sus pensamientos característicos, a
estados psicológicos y biológicos y a una variedad de tendencias a actuar. (2009, pág.
331)

Este autor conecta los sentimientos con los pensamientos, derivándose de ellos

estados mentales y físicos, que condicionan la manera de actuar del individuo.

Tipos de emociones

Aunque las emociones humanas, han sido objeto de atención quizás desde que el

hombre tiene conciencia de su existencia, al identificar de alguna manera al estado de

animo de una persona, por lo que enseñan sus facciones físicas, se ha apreciado su

condición emocional, esto ha evolucionado al punto que en la actualidad, los científicos

tratan de establecer cuáles son las emociones primarias, y su relación unas con otras.

Goleman nos da una clasificación de las emociones y sus derivaciones:

Los principales candidatos y algunos miembros de sus familias son:


Ira: furia, ultraje, resentimiento, cólera, exasperación, indignación, aflicción, acritud,
animosidad, fastidio, irritabilidad, hostilidad y, tal vez en el extremo, violencia y odio
patológicos.
Tristeza; congoja, pesar, melancolía, pesimismo, pena, autocompasión, soledad,
abatimiento, desesperación y, en casos patológicos, depresión grave.
Temor: ansiedad, aprensión, nerviosismo, preocupación, consternación, inquietud,
cautela, incertidumbre, pavor, miedo, terror; en un nivel psicopatológico, fobia y pánico.
Placer: felicidad, alegría, alivio, contento, dicha, deleite, diversión, orgullo, placer
sensual, estremecimiento, embeleso, gratificación, satisfacción, euforia, extravagancia,
éxtasis y, en el extremo, manía.
Amor: aceptación, simpatía, confianza, amabilidad, afinidad, devoción, adoración,
infatuación, ágape (amor espiritual).
Sorpresa: conmoción, asombro, desconcierto.
Disgusto: desdén, desprecio, menosprecio, aborrecimiento, aversión, disgusto, repulsión.
Vergüenza: culpabilidad, molestia, disgusto, remordimiento, humillación,
arrepentimiento, mortificación y contrición. (2009, pág. 332)

El mismo autor nos razona la limitación de la categorización anterior y nos plantea las

preguntas y su razón siguiente:

¿Qué podemos decir de combinaciones tales como los celos, una variante de la ira
que también se mezcla con la tristeza y el temor? ¿Qué podemos decir de las virtudes,
como la esperanza y la fe, el coraje y la indulgencia, la certeza y la ecuanimidad? ¿O de
algunos de los vicios clásicos, sentimientos como la duda, la complacencia, la indolencia
y la apatía… o el aburrimiento? No existen respuestas claras; el debate científico acerca
de cómo clasificar las emociones continuas. (Goleman, 2009, pág. 332)

Dos mentes

Cuando estamos en una situación emocional estable, las decisiones racionales son más

objetivas que cuando estamos sufriendo alteraciones emocionales significativas, por tal

razón se ha considerado que el ser humano tiene dos mentes, una racional y la otra

emocional, al respecto Goleman nos dice: «En un sentido muy real, tenemos dos mentes,

una que piensa y otra que siente» (2009, pág. 27)

Ilustra el autor citado, la interacción e independencia en el funcionamiento de estas

dos mentes:
Estas dos formas fundamentalmente diferentes de conocimiento interactúan para
construir nuestra vida mental. Una, la mente racional, es la forma de comprensión de la
que somos típicamente conscientes; más destacada en cuanto a la conciencia, reflexiva,
capaz de analizar y meditar. Pero junto a este existe otro sistema de conocimiento,
impulsivo y poderoso, aunque a veces ilógico: la mente emocional. (Goleman, 2009, pág.
27)

Cómo funcionan las emociones

El cerebro recibe la información exterior por medio de los sentidos, luego esta es

procesada por el neocortex o cerebro pensante, Pero ¿Qué pasa en el cerebro cuando las

emociones descontroladas nos hacen reaccionar de forma irracional? Los avances

tecnológicos en la experimentación científica, han permitido identificar el

funcionamiento del cerebro en cuanto a las emociones. Al respecto, Goleman nos dice:

En uno de los descubrimientos sobre las emociones más reveladoras de la última


década, la obra de LeDoux demostró cómo la arquitectura del cerebro concede a la
amígdala una posición privilegiada como centinela emocional, capaz de asaltar al
cerebro. Su investigación ha demostrado que las señales sensoriales del ojo y el oído
viajan primero en el cerebro al tálamo y luego -mediante una única sinapsis- a la
amígdala; una segunda señal del tálamo se dirige a la neocorteza, el cerebro pensante.
Esta bifurcación permite a la amígdala empezar a responder antes que la neocorteza, que
elabora la información mediante diversos niveles de circuitos cerebrales antes de percibir
plenamente y por fin iniciar su respuesta más perfectamente adaptada.

En otras palabras, la amígdala como centro reactivo de respuesta cerebral, según la

intensidad y la clasificación de la información recibida, puede estimular en el organismo

respuestas emocionales en cuestión de segundos, sin la intervención del cerebro pensante,

como el huir ante el peligro, defenderse ante una ofensa, entre otras, y que pasada la

crisis, la respuesta dada motivada por la amígdala, hayan sido desproporcionada a la

situación real, vista desde la perspectiva del cerebro pensante, con las consecuencias

sociales desfavorables agregadas.


La inteligencia emocional y el entorno social

El ser humano, es un ser social por excelencia, necesita de la interacción social para

suplir sus necesidades emocionales como el afecto, la amistad, la familia, sus necesidades

sociales como el trabajo, la formación educacional, el crecimiento profesional, entre

otros. Es por ello la importancia del cuidado de los individuos desde la niñez, procurando

un ambiente sano y seguro para su crecimiento, lo que le permitirá lograr una mejor

adaptabilidad, social.

Las capacidades cognoscitivas, emocionales y sociales se entrelazan de manera


inextricable durante toda la vida. Cuando aprendemos acerca del encéfalo, solemos
diferenciar sus áreas y funciones específicas, pero la realidad es que nuestro encéfalo es
un órgano complejo, interrelacionado y dinámico que funciona como un todo integrado.
No hay tal cosa como un “cerebro izquierdo” y un “cerebro derecho”, solo existe un
cerebro. Todas las áreas de nuestro desarrollo están asimismo relacionadas. Por ejemplo,
si los bebés no se sienten seguros y amados, es menos probable que exploren su
medioambiente, lo que limita su capacidad para aprender acerca del mundo. (Papalia.
Martorell, 2017, pág. 110)

Aunque la genética puede ser una condición en el desarrollo de las emociones del

individuo, el ambiente social puede ser determinante en la formación de las emociones,

de ahí la importancia del cuidado del entorno en que se vive o en el que se ha crecido,

principalmente para tomar medidas preventivas en la familia, o para tratar

profesionalmente las causas de las disfunciones emocionales que se padezcan.

Construir el carácter para controlar las emociones

El carácter es la habilidad adquirida que nos permite controlar nuestras emociones,

«Existe una palabra anticuada para designar al conjunto de habilidades que conforman la

inteligencia emocional: carácter… “el musculo psicológico que la conducta moral

exige”» (Goleman, 2009, pág. 328) Ahora que hemos comprendido de mejor manera

cómo funcionan las emociones, que al fin de al cabo, son la manifestación del carácter
mismo, nos preguntamos ¿Cómo podemos manejarlas de mejor manera?, la respuesta es:

es necesario trabajar en el carácter personal, fortaleciéndolo mediante el ejercicio de la

moralidad.

CAPITULO II

LA CONSEJERIA CRISTIANA Y LAS EMOCIONES

Consejería cristiana:

En algún momento hemos oído hablar sobre consejería cristiana, en nuestro contexto

guatemalteco, generalmente es el pastor de una iglesia local quien brinda el servicio de

consejería cristiana, en la actualidad existen ministerios de consejería con una formación

especial, que permite atender el problema del aconsejado de una forma más integral,

poniendo como fuente incuestionable de información la Biblia.

La consejería cristiana, que es la biblia, intenta acercar a las personas y sus


problemas al Dios vivo. Debe estar basada en las siguientes convicciones: (1) La Palabra
de Dios debe ser nuestra autoridad para aconsejar; (2) la consejería es una parte del
ministerio de discipulado básico de la iglesia local; y (3) el pueblo de Dios puede y debe
ser capacitado para aconsejar de manera efectiva. (CHRISTIAN COUNSELING, 2018)

En la definición antes citada, se enfatiza en la trascendencia de la Biblia, en el

ejercicio de la consejería cristiana, para un verdadero consejero cristiano.

La consejería cristiana en contraste con la psicología.

En la consejería cristiana, el aconsejado es considerado un ser creado a la imagen y

semejanza de Dios, afectado por el pecado, heredado por la caída del hombre en el huerto

del Edén, cuya condición afecta negativamente su visa espiritual y física.


Desde una base Bíblica, el consejero cristiano busca ayudar al individuo a encontrar

un equilibro entre Dios y su espiritualidad, que se espera repercuta en su vida psicofísica

y social.

En contraste la psicológica, idealiza al ser humano y lo considera un ser autónomo, es

decir autosuficiente, busca encontrar su equilibrio emocional estimulando las capacidades

del individuo, para que éstas se adapten a las corrientes psicosociales de moda. La

Consejería cristiana, busca encontrar un equilibrio en el individuo, que se sustente en la

Biblia, poniendo como centro a Jesucristo, como modelo de vida a seguir.

La Consejería cristiana y la teología

La consejería cristiana se ha derivado de estudios bibliotecológicos, que han

identificado esta práctica como bíblica, ordenada por Dios a los hombres que creen en el

evangelio de Jesucristo, como una demostración de amor los unos por los otros.

Desde los tiempos apostólicos, la consejería se ha realizado en la Iglesia como una


función natural de la vida espiritual del cuerpo de Cristo. Después de todo, el Nuevo
Testamento manda a los creyentes: «Amonestaros los unos a los otros» (Ro 15.14);
«Exhortaos los unos a los otros» (He 3.13); «Alentaos los unos a los otros» (1 Ts 4.18);
«Animaos unos a otros, y edificaos unos a otros» (1 Ts 5.11); «Confesaos vuestras
ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados» (Stg 5.16).
(MacArthur, 2009, pág. 15)

Considerando a la consejería cristiana como una ciencia humana, derivada de la

Biblia, enriquecida por la teología, en cuanto al auxilio de otras ciencias humanas,

podemos decir que una vez los conocimientos científicos no contravengan los principios

Bíblicos, y estos, previo análisis debidamente realizados, de codtejo con las Sagradas

Escrituras, con sujeción a Ella, podrán ser utilizados en la consejería cristiana, esto

atendiendo el principio bíblico contenido en 1 Ts 5:21-23 que nos dice: «Examinadlo

todo; retened lo bueno. Absteneos de toda especia de mal. Y el mismo Dios de paz os
santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado

irreprensiblemente para la venida de nuestro señor Jesucristo» (RVR 1960, 2014 )

Las emociones humanas según la Biblia

Ya vimos que las emociones del ser humano, son una construcción del cerebro, que

responde a estímulos externos, cuyo proceso de respuesta puede darse aun antes de la

etapa racional.

La Biblia no niega la existencia de las emociones en el ser humano, sino que motiva al

hombre al dominio de ellas, Gá 5:22-23 nos dice: «Más el fruto del Espíritu es amor,

gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales

cosas no hay ley» (RVR 1960, 2014 ) Como cristianos, creemos que el hombre es

creación de Dios, por tanto, lo conoce en plenitud, tal como lo declara el rey David en el

Sal 139. (RVR 1960, 2014)

Dios sabe que el sistema nervioso central del ser humano, responde impetuosamente a

impulsos externos que desembocan en emociones desenfrenadas, es por esto que, en su

Santa Palabra, nos ha dado lineamientos específicos para que, por su conocimiento y

práctica, podamos alcanzar un nivel de control emocional firme, aunque imperfecto por

nuestra condición humana, pero en un proceso de perfeccionamiento con el auxilio del

Espíritu Santo de Dios.

Debilidades de conocimiento científico sobre la inteligencia emocional

El conocimiento científico sobre la inteligencia emocional, tiene aportes importantes

que nos ayudan a conocer por qué respondemos o nos comportamos emocionalmente,

cuando estamos expuestos a alguna condición de presión. Como conocimiento humano la


inteligencia emocional, aplicada a los problemas de conducta, tiene expectativas

individualistas, pues espera que el individuo, al conocer el funcionamiento orgánico de

las emociones, logre un mejor control sobre ellas. Como consejeros cristianos, sabemos

que el hombre necesita de Dios para que exista un cambio real de vía.

Las emociones son importantes, que debes manejarlas mejor, y se dice mucho
sobre como surgen dentro de nosotros, pero no se enseña como conquistarlas. De hecho,
muchos programas de Inteligencia Emocional basados en esta clase de investigación han
tenido resultados a medias. El sector corporativo se aleja de ellas, en parte por la recesión
y en parte porque no resultan como se esperaba. (Edmiston, 2008, pág. 8)

Desde esta perspectiva, se nos presentan tres razonamientos lógicos que sustentan la

opinión antes mencionada:

Primero, tiene una base psicológica que no tiene dirección definitiva. No hay nada
intrínseco sobre la teoría que les dice a qué referirse cuando ayudan a una persona a
lograr un más alto nivel de inteligencia emocional. Aparte de estar en contacto con las
emociones personales y ser capaces de expresarlas correcta, adecuada y respon-
sablemente, no hay una “imagen clara” sobre lo que una persona emocionalmente
inteligente debe ser. Segundo, gran parte del trabajo de Goleman y otros incluye un
modelo basado en un esquema médico y neurológico que ve nuestras respuestas como
condicionadas en su totalidad por la biología, genética y el ambiente. La alteración de las
respuestas se logra mediante medicamentos, educación y modificación de
comportamientos. Tercero, la oración y las disciplinas espirituales son marginadas en la
literatura, a pesar de su utilidad, Por ejemplo, en la página 75 del primer libro de
Goleman Inteligencia emocional, dice “Finalmente, algunas personas son capaces de
encontrar alivio a su melancolía al tornarse a un poder trascendental. Tice (un
investigador de depresión) me dijo” Orar, si eres muy religioso, trabaja para todos los
estados de ánimos, especialmente la depresión”. A pesar del obvio valor terapéutico de
orar, nunca se hace otra referencia a la oración en el libro de Goleman. (Edmiston, 2008,
pág. 8)

Es evidente que los estudiosos de la inteligencia emocional, buscan independencia

ante el conocimiento Bíblico, que es inerrante, posiblemente por orgullo humano, por

corrientes religiosas y sociales posmodernas, entre otras, promoviendo como ya se dijo el

autodeterminismo humano.

¿Debemos entonces desechar sus trabajos por completo? Absolutamente no. Hay
una enorme cantidad de buen trabajo y sabia información en la literatura actual de
Inteligencia Emocional. Puede ser, y es de gran ayuda para dejarnos ver cómo funcionan
nuestras emociones. Sin embargo, no ofrece mucho poder para transformarlas. El poder
para vencer profundamente las difíciles emociones viene de Dios e incluye que el espíritu
humo tenga contacto con el Espíritu de Dios.

Como consejeros cristianos, sabemos que la información científica sobre inteligencia

emocional que se subordina a la Biblia es útil, principalmente aquella que es obtenida

desde sus causas biológicas, sin las observaciones lógicas complementarias antibíblicas,

emanadas de los investigadores ateos, o de corrientes religiosas y sociales pos-

modernistas.

Jesucristo modelo a seguir en la consejería cristiana.

Como consejeros cristianos, hemos creído en Jesucristo como nuestro Señor y

Salvador, creemos en su palabra, que es viva y verdadera, y autosuficiente para cambiar

las vidas de las personas que con humildad reciban el mensaje de salvación. En estas

condiciones sabemos que tenemos a quien seguir y es Jesucristo, cuya vida y

circunstancias propias de su humanidad, las encontramos en los evangelios.

Fue hecho como nosotros en sus experiencias de hambre, sed, cansancio,


frustración, mal entendidos, traición y aún de trato injusto por otros. Una lectura de los
evangelios te dirá que El no solo paseó sobre estas experiencias. El lloró, el reprendió, Él
se regocijó, Él se molestó, El “se turbó en su espíritu”, el gimió en angustia y sudó gotas
de sangre. La vida de Jesús fue difícil y emocionalmente intensa. Esto lo hizo
misericordioso en su papel como sumo sacerdote porque él estuvo totalmente donde
nosotros estamos. (Edmiston, 2008, pág. 17)

Jesús además de sus necesidades, padecimientos y estímulos propios del ser humano,

también poseía virtudes en el trato con las personas, aun en situaciones difíciles,

La forma en que Jesús procesó su vida emocional también puede ser deducida de
algunos incidentes en su vida. Por ejemplo, Él fue extraordinariamente tranquilo frente a
tormentas y autoritativo aun en su arresto. Era una persona accesible quien era “amigo de
los pecadores” y parecía disfrutar una vida social razonable con amistades estables como
la de Sus discípulos y los de la Casa de Lázaro, María y Marta y Marta de Betania. Él
tenía un círculo cercano con Pedro, Santiago y Juan el apóstol Juan parecía haber sido un
verdadero amigo y fue conocido como “el discípulo a quien Jesús amo”. Así que hay
suficiente evidencia de referencias directas, incidentes en los evangelios e inferencia
teológica adecuada para construir un marco razonable de la vida emocional de Jesús – al
menos uno que nos informe sobre nuestra discusión de Inteligencia Emocional Bíblica.
(Edmiston, 2008, pág. 19)

En las Escrituras encontramos información del carácter de Jesucristo, y la fortaleza de

sus convicciones llevadas hasta las últimas consecuencias, por alcanzar su glorioso e

inigualable objetivo, la salvación de la humanidad. Sabemos que humanamente no

podemos llegar a tal nivel de perfección, mas tenemos el compromiso de mejorar cada

día, a ayudar a otros a encontrar sentido a sus vidas en Jesucristo y su palabra,. siguiendo

su ejemplo, con la esperanza de la glorificación, y alcanzar la perfección cuando estemos

con El en su reino.
CAPITULO III

Conclusiones

A diferencia de la inteligencia emocional y sus sistemas para mejorar el carácter de las

personas, que carece de un modelo humano real a seguir, para alcanzar los objetivos

deseados, la consejería cristiana si tiene un modelo real e ideal a seguir, es Jesucristo,

cuya vida y enseñanzas son dignas de ser imitadas, y que además han sido de inspiración

para millones de personas en todo el mundo, hasta el punto de morir por sus enseñanzas,

como es el caso de la iglesia primitiva, que fue perseguida por su fe en Jesucristo.

Hebreos 12:1-3 nos exhorta, Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestra

tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y

corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el

autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de El sufrió la cruz,

menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel

que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se

canse hasta desmayar. (RVR 1960, 2014 )

Es indudable que las enseñanzas de Jesucristo han cambiado vidas, familias y

sociedades, también es evidente que cuando los individuos, las familias y las sociedades

se separan de los principios Bíblicos, se inicia un deterioro social progresivo, que tiene

consecuencias lamentables para las personas, por el debilitamiento de la moralidad social,

por esto es importante que los consejeros cristianos se preparen formativamente para

ayudar a las personas a encontrar esa estabilidad emocional deseada, utilizando como

fuente inerrante de información las Sagradas Escrituras, y seguidamente la información

secular que se sujete a Ella.


BIGLIOGRAFIA

CHRISTIAN COUNSELING. (12 de Abril de 2018). CHRISTIAN COUNSELING.

Obtenido de CHRISTIAN COUNSELING:

http://www.archivocelestial.com/archives/514.pdf

Edmiston, J. (2008). Inteligencia Emocional Biblica Un manual Cristiano para la

Transformacion Emocional. USA: Cybermissions.

Goleman, D. (2009). La inteligencia emocional: Por qué es más importane que el

cociente intelectual. Mexico D. F: Vergara Editor .

MacArthur, J. (2009). La Consejería Como aconsejar biblicamente. Nashville,

Tennessee, Estados Unidos de América.: Grupo Nelson.

Papalia E. Diane, Martorell Gabriell . (2017). Desarrollo humano. Mexico, D.F. : Mc

Graw Hill Interamericana Editores S. A. de C. V. .

Publishers, B. H. (2014 ). RVR 1960 Biblia de Estudio Holman. Nashville. Tennessee:

Holman Bible Publishers.

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