Você está na página 1de 13

 

El Vincent Price objeto de este post (y de algunos otros sucesivos) es el autor del libro del 
título, en el que puntualmente relaciona el tema con la esfera pública y la comunicaión; y en 
vez de andar huyendo a estacas es actualmente profesor de la Escuela de Comunicaciones 
Annenberg, de la Universidad de Pennsylvania, autor de libros e investigaciones sobre el tema. 
 
Nuestro Vincent Price, en la obra a la que ya me referí, hace mención o cita a Noelle-Neumann 
y/o a la espiral del silencio en varias oportunidades (NN = Noelle-Neumann): 
 
"generaciones de filósofos, juristas, historiadores, teóricos de la política y periodistas 
universitarios han estrujado el cerebro en un intento de proporcionar una definición clara" (NN 
1984) y que Busca definir los principales problemas relativos a la opinión pública y nos cuenta 
que "... a lo largo del siglo XVIII y XIX, el papel de la opinión general como valedora de 
tradiciones y costumbres sociales, cumpliendo con la ley del uso de Locke, no escapó a la 
atención crítica." (NN 1984). También comenta que "un segundo sentido de opinión, que 
aparece en algunas consideraciones contemporáneas más estrechamente relacionadas con sus 
connotaciones modernas, la considera equivalente a maneras, morales y costumbres" (NN 
1979, 1984) y que Noelle-Neumann acredita a ​Rousseau ​como primer usuario de la frase 
l'opinion publique, hacia 1974, utilizándose en el segundo sentido de opinión, anteriormente 
definido, como referencia a las costumbres y modos de la sociedad. 
 
Al hablar de la tiranía de la mayoría, dice que Noelle-Neumann reafirmó las preocupaciones de 
la investigación sobre la opinión pública, "refiriéndose al retraimiento de la minoría frente a la 
presión de la mayoría como una espiral del silencio". 
 
Cuando hace referencia a la inferencia de bases psicológicas para las opiniones, dice: "Cuando 
se espera oposición, algunas personas pueden alterar su posición expresada o abstenerse de 
dar opiniones, en lugar de tener puntos de vista claramente formados o actitudes fuertes" (NN 
1979, 1984) 
 
Al referirse a la observación de opiniones escribe: "Las medidas utilizadas en la investigación 
sobre la opinión pública, generalmente tienen una doble calidad básica, favor u oposición. Esto 
puede reflejar, tanto como cualquier otra cosa, la controvertida naturaleza del debate 
público, que tiende a resolverse en campos opuestos" (NN 1970), y luego de otras 
observaciones continúa diciendo "... Igualmente, puede tener consecuencias la impresión de 
que los otros reaccionan de forma diferente, en otras palabras, que se es una minoría aislada" 
(NN 1984) 
 
Afirma que Noelle-Neumann indica que no es posible una comprensión total de la opinión 
pública a menos que se examinen también las estimaciones subjetivas del clima de opinión, y 
que eso puede realizarse preguntando a las personas, además de sus propias opiniones, qué 
suponen que las otras personas o grupos piensan sobre cuestiones específicas, cuáles creen que 
será la tendencia futura de la opinión pública, o qué parte finalmente ganará. Las 
percepciones distorsionadas de la opinión pública pueden influir en la disposición de las 
personas a discutir sus ideas, alterando, en consecuencia, la dinámica de la comunicación del 
público y de la formación de opinión. (NN 1979) 
 
Cuando empieza a referirse a actores de la política, periodistas y público atento, nombra a NN 
cuando dice que los críticos conservadores acusan, frecuentemente, a los medios de 
comunicación de partidismo liberal, diseñando estudios que sugieren que los periodistas, 
especialmente aquellos de los medios de elite, son desproporcionadamente liberales. 
 
En los siguientes posts trataré de condensar algunos puntos planteados por este autor, a ver si 
me sale el resumen de tantísima información, por lo menos trataré. 
 

La opinión pública - Cap. 2 (Vincent Price)


En el capítulo 2 de su obra, Price plantea ​los diversos problemas respecto a la opinión 
pública​. Inicia planteando la pregunta que casi todos los libros que tratan del tema intentan 
responder: ¿qué entendemos exactamente por opinión pública? Y responde como la mayoría de 
ellos: ​“Cualquier búsqueda de una definición clara y simple del concepto se demostrará, sin 
embargo, infructuosa.”​ A esto se refería NN cuando comentaba que la ausencia no se debía a 
una falta de interés, al contrario, la gran variedad de definiciones es lo que complica el 
asunto. Childs logró reunir 48 definiciones diferentes del significado de opinión pública. Puede 
que exista gran variedad y poco consenso al respecto, pero yo significa de ninguna manera que 
el concepto carezca de significado. 

En cuanto a los orígenes de la idea, nos dice que el concepto de opinión pública es claramente 
un ​producto de la Ilustración​ y nos pasea por la historia, muy brevemente, pero en un intento 
de acercarnos a las anticipaciones y aproximaciones, a las concepciones primitivas sobre la 
opinión y sobre público. 

Aquí marca ​dos sentidos dados a la opinión​, el primero referido a su sentido epistemológico y 
proviene de su uso para ​distinguir una cuestión de juicio de un asunto de hecho​, o algo incierto 
de algo que se sabe cierto, sea por demostración o fe; mientras que, por otro lado, en un 
segundo sentido se considera ​equivalente a maneras, morales y costumbres​, como citó de NN. 

El término ​público también tiene una dualidad ​de uso, significando originalmente ​“del pueblo” 
(al referirse a acceso común) y “para el pueblo” (al referirse al bien común). 

Si hablamos del término concreto, “opinión pública”, NN, según Price, lo acredita a Rousseau. 
Luego, según lo propuesto por Habermas, emerge una ​esfera pública​, con tendencias históricas 
íntimamente ligadas al crecimiento del capitalismo y al dominio de una burguesía europea, 
que con el tiempo resultaron en una esfera pública de razonamiento crítico. 

Nos comenta que existen muchas ambigüedades en cuanto al concepto y que los que 
escribieron sobre opinión pública, raramente fueron explícitos en relación a lo que se referían, 
pero, sin embargo, quedaba claro que la opinión pública iba unida, en la Ilustración, a la 
discusión y al libre flujo de información, se suponía que reflejaba el bien común y que se 
modeló como un nuevo y poderoso tribunal para revisar las acciones del estado. Luego, con el 
tiempo, Bentham consideraría a la prensa como un órgano importante de lo que llamó “el 
tribunal de la opinión pública”. Otro cambio en el sentido se refiere específicamente al 
electorado deseable. 

El estudio de la opinión pública también fue creciendo y modificándose con el tiempo, pasando 
de aspectos filosóficos o demográficos a investigaciones en campos como conducta colectiva y 
psicología social, investigación sobre la actitud y la opinión, análisis de la propaganda, 
conducta política e investigación sobre los medios de comunicación de masas. 

Los ​principales problemas​ que considera relacionados a la opinión pública ​son 5​, los dos 
primeros relativos a su potencial superficialidad y los tres restantes a su potencial 
susceptibilidad: 

1. Falta de competencia​ (reservas respecto a la capacidad del público en general para 


dirigir los asuntos públicos) 
2. Falta de recursos​ (falta de métodos suficientes para la comunicación pública) 
3. Tiranía de la mayoría ​(peligro de que prevalezca una mediocridad en la opinión – el 
menor denominador común – creada y mantenida por la presión de la mayoría) 
4. Susceptibilidad a la persuasión ​(al llamamiento altamente emocional y no racional) 
5. Dominio de las elites​ (creciente pasividad del público, que lo conduce a dominio del 
gobierno y elites) 

Aunque hay otros asuntos importantes, Price plantea que estos 5 son los que más han atraído 
la atención de los investigadores. 

La opinión pública - Cap. 3 (Vincent Price) 


En el capítulo 3, Price se concentra en el concepto de “público”. 
Inicia planteando que quizá hoy el concepto más común de opinión pública se equipare a una 
unión más o menos sencilla de opiniones individuales o “lo que intentan medir los sondeos de 
opinión”. 
 
En los primeros años del siglo XX, la opinión pública era considerada como una clase especial 
de producto social, no como una colección de opiniones públicas diversas, sino como la opinión 
de un público. Los investigadores estaban intrigados por las manifestaciones colectivas de la 
época: huelgas, multitudes espontáneas, manifestaciones masivas y disturbios, además de su 
creciente fascinación con el papel que los modernos medios de comunicación parecían 
desempeñar a la hora de configurar y guiar la “psicología de las masas”. 
 
Multitud, público y masas 
 
Su estudio parte de la interrogante de cómo individuos civilizados podían transformarse en 
multitudes coléricas o manifestaciones entusiastas. 
 
La multitud: La ley de la unidad mental de las multitudes de LeBon es de particular interés. Él 
identificó 3 causas básicas de la conducta de la multitud: primera, el anonimato (formar parte 
de una multitud relaja las limitaciones civilizadas sobre los instintos básicos de las personas), 
segunda, las emociones y acciones se extienden rápidamente (por imitación espontánea y 
“contagio”), y, tercera, y más importante, la personalidad consciente de desvanece (bajo la 
influencia de una multitud, y el individuo queda sujeto a la persuasión y sugestión 
inconsciente, esencialmente hipnotizado por voluntad colectiva). Esta tercera causa, este 
estado hipnótico, es el que permite a la multitud actuar al unísono, con efectos terroríficos. 
 
El público: Park opina que mientras la multitud está marcada por actos unidos a una 
experiencia emocional, el público está marcado por la oposición y el discurso racional. La 
multitud se desarrolla como respuesta a emociones compartidas, el público se organiza en 
respuesta a un asunto. 
 
Blumer propuso que el término público se utilizara para referirse a un grupo de gente que a) 
está enfrentada por un asunto, b) están divididos por sus ideas de cómo enfocar el asunto y, c) 
abordan la discusión del asunto. Por eso, para él, argumentación y contra-argumentación son 
los medios por los que se modela la opinión pública y retomó la idea de Lippmann de los 
públicos y los grupos de interés. 
 
La masa: Como Park, Blumer observó que el público podía transformarse en una multitud, 
dando lugar a un sentimiento público más que a una opinión pública. 
 
La masa se compone de individuos anónimos y se distingue por tener una comunicación e 
interacción entre sus miembros muy pequeña, es extremadamente heterogénea, e incluye 
personas de todos los estratos sociales, es dispersa geográficamente, está poco organizada y es 
incapaz de actuar concertadamente. Lo que une a las masas no es una emoción compartida 
(multitud) o un desacuerdo o discusión (público), sino un foco de interés común o atención. 
 
 
 
Las cuestiones y los públicos 
 
El público desde el punto de vista sociológico, se contempla como una actividad 
imprecisamente organizada que surge del transcurso de la discusión en torno a una cuestión. 
En contraste a la masa, que se basa únicamente en una atención común hacia algún asunto y 
que está formada por respuestas idiosincráticas formadas lejos de cualquier debate o 
discusión, el público se distingue por una resolución colectiva de algún problema por medio de 
argumentos y réclicas. 
 
Fases del desarrollo: El modelo discursivo de Park y Blumer mantiene que la opinión pública se 
forma a través de una secuencia de estadios. Según esto, Foote y Hart identifican 5 fases: 
1. Fase del problema 
2. Fase de propuesta 
3. Fase política (debate activo) 
4. Fase programática (se realiza acción aprobada) 
5. Fase de valoración 
 
Actores y espectadores: A lo largo de las fases del desarrollo, el público cambia de tamaño, 
aumentando desde los pocos que primero se dieron cuenta del problema hasta los muchos que 
finalmente participaron de alguna forma en su resolución. También cambia en su composición 
y está formado escencialmente por dos niveles: activos y pasivos. Lippmann habla de actores 
(intentan influir directamente en el curso de los asuntos políticos, se dan cuenta de los 
problemas, proponen soluciones, intentan persuadir a otros sobre su punto de vista) y 
expectadores (componen la audiencia de los actores, siguiendo sus acciones con diversos 
grados de interés y actividad) 
Los actores de un determinado asunto son espectadores en otro, los hombres pasan 
constantemente de un lado al otro. 
 
Expansión del debate público: El éxito para conseguir una audiencia mayor, se da 
principalmente debido a los esfuerzos concertados de los actores para hacer públicas sus 
pugnas y desacuerdos. Los actores gastan considerable energía intentando presentar el 
conflicto en la forma que mejor convenga a sus intereses. Las características propias de un 
asunto, su complejidad, importancia social o implicaciones a largo término, pueden también 
influir en la probabilidad de que se extienda desde el círculo de los inmediatamente 
interesados hacia un público más amplio, y hasta cierto punto, estas características de un 
asunto pueden manipularse en el transcurso de un debate público. 
 
Tras la resolución del asunto: Cuando el asunto está debatido y decidido, su público retrocede 
debido al agotamiento y reducción de la comunicación. Públicos altamente activos y 
organizados pueden funcionar por largo tiempo incluso luego de estos periodos y puede 
conseguir un status casi institucional. 
 
 
La observación del público 
 
El público es difícil de precisar. Está organizado vagamente organizado a través de la 
comunicación que rodea un asunto, incluye en estrato activo y uno pasivo, cambia de tamaño y 
forma según se desarrolla y tiene o deja de tener existencia al mismo tiempo que un asunto. 
 
Desde el modelo discursivo hasta los sondeos y encuestas, es realmente difícil observar 
empíricamente al público. 
 
El público en general: Allport conceptualizó al público como una población definida por la 
jurisdicción geográfica, comunitaria y política, o por otros límites. Cincuenta años de 
investigación de sondeos confirman las sospechas de Bryce y Lippmann acerca de que el grueso 
de la población es desinteresada y está desinformada sobre la mayoría de las materias que 
podrían considerarse asuntos públicos. 
Los puntos de vista dados a los encuestadores son, por lo general, desorganizados, 
desconectados, respuestas individuales, formadas fuera del foro del debate público: opiniones 
de la masa. 
 
El público que vota: El electorado, un colectivo masivo e indiferenciado que representa como 
máximo el 70% de la población occidental, y en algunos casos menos. Alineado con la teoría 
democrática representativa, el electorado es una de las definiciones operacionales más 
comunes del público, y los resultados electorales son, tal vez, el ejemplo más visible de la 
opinión pública en la sociedad occidental. 
Un problema específico que se presenta a los encuestadores es identificar el sector más 
dispuesto a votar. 
El acto de votar es una clara expresión conductista de la opinión y puede considerarse como 
una forma de participación en un debate público. Las investigaciones indican que muchos 
votantes van a votar sin mucha información que guíe su elección. 
 
El público atento: Del 70% aproximado de la población apta para votar, sólo el 50% está 
generalmente atento a los asuntos públicos. Devine resume diciendo que "... el público atento 
se concibe como un público importante para el sistema político americano", pues es ese el 
grupo que presta una atención continuada a los asuntos públicos, y habla ocasionalmente con 
los demás sobre estas cuestiones, éstos son los espectadores sobre los que escribió Lippmann 
(1925) 
 
Pero, ¿Cómo identifican los investigadores a un público atento? Devine usa 5 medidas de 
reconocimiento: interés general en política, interés en campañas de elecciones nacionales, 
hablar sobre política, exposición a las noticias de los periódicos sobre política y lectura sobre 
política en revistas. Sobre esa base clasificó aproximadamente a 1/3 del total de la población 
como generalmente atento. 
 
El público activo: Está un escalón más arriba que el público atento y es más pequeño (puede 
ser hasta el 15% del público atento) y pueden ser los actores del esquema conceptual de 
Lippmann. El término elite se usa con frecuencia para nombrar a este grupo. 
Almond distingue varias clases de elites: líderes políticos del gobierno (las elites políticas), 
miembros de los cuerpos profesionales que disfrutan de poderes especiales por su familiaridad 
y contacto con el gobierno (elites burocráticas), los representantes de grupos privados de 
orientación política (grupos de interés) y las elites de las comunicaciones (medios de 
comunicación de masas, líderes de opinión efectivos, canales interpersonales, clérigos, líderes 
de fraternidades y clubs, etc.) 
Estos miembros del público activo compiten en el mercado de opinión, (entre el público 
atento) en busca de seguidores y conversos para sus causas. Debe haber pluralismo en las 
elites, una multiplicidad de centros de poder, con cierta autonomía e independencia 
económica. 
"Quien moviliza a las elites moviliza al público" (Almond, 1950) 
Asuntos públicos: Las diferencias entre los distintos asuntos pueden extenderse a espectadores 
y actores, y de ser el caso podríamos hablar separadamente de públicos activos respecto a un 
asunto y atentos respecto a un asunto. Los grupos organizados se reunen claramente para 
asuntos concretos. Problemas diferentes tienen consecuencias para diferentes personas, así, 
los públicos pueden formarse naturalmente a partir de los grupos más directamente afectados. 

La opinión pública - Cap. 4 (Vincent Price) 


Este capítulo trata básicamente de la conceptualización de opiniones.  
 
Los años 30 marcan una diferencia, empezando a marcarse distinciones entre lo que era antes 
considerado un fenómeno colectivo y una perspectiva individualista que lo considera como un 
conjunto de opiniones dentro de una población designada. Esto fue propiciado por dos grandes 
avances metodológicos: el desarrollo de la medición psicológica (en especial técnicas 
cuantitativas para medición de actitudes) y la aplicación de la teoría del muestreo científico a 
la investigación social. 
 
La revista Public Opinion Quarterly se publicó por primera vez en 1937 y la American 
Association for Public Opinion research (AAPOR) se estableció a los 10 años. 
 
 
Opiniones y actitudes 
 
Muchos utilizan ambos términos de forma intercambiable, sin embargo, se dice que difieren 
conceptualmente en por lo menos 3 formas: 
1. A las opiniones se les ha considerado habitualmente como observables, respuestas verbales 
ante un asunto o cuestión, mientras que una actitud es una predisposición secreta o una 
tendencia psicológica. 
2. Aunque ambas implican aprobación o desacuerdo, el término actitud se dirige más hacia el 
afecto y la opinión, más intensamente hacia el conocimiento. 
3. Una actitud se conceptualiza tradicionalmente como una orientación global, perdurable, 
hacia una clase general de estímulos, mientras que una opinión se considera más 
situacionalmente, perteneciendo a un asunto concreto en un entorno conductista específico. 
 
Las opiniones como expresiones: Las opiniones eran indicadores manifiestos de las actitudes no 
observadas. Las opiniones tenían que verbalizarse o expresarme mediante cualquier otra forma 
de manifestación de apoyo u oposición hacia alguna reacción. Para ser efectivas las opiniones 
han de expresarse. 
 
Las opiniones como algo meditado: Uno decide una opinión, mientras una actitud no se 
entiende generalmente como formada conscientemente o decidida casi de la misma forma. 
Una actitud se siente como un impulso afectivo, una inclinación a responder positiva o 
negativamente a algo. Las opiniones son juicios y las actitudes son el puro "agrado y desagrado" 
(Bem, 1970) que alimentan esos juicios. 
 
Las opiniones como adaptaciones de las actitudes entre asuntos específicos: Una tercera 
distinción (que resume las anteriores) considera las actitudes como parte de la materia prima 
de las opiniones. Cuando los encuestadores adoptaron el término opinión, se convirtió en el 
generalmente aceptado para una posición expresa en favor o en contra de una cuestión 
política. Wiebe vio la relación opinión-actitud como una orientación intuitiva inmediata y una 
opinión es una elección meditada entre alternativas específicas dadas en un entorno social 
específico. 

La inferencia de bases psicológicas para las opiniones 


 
El término opinión es variable. Se puede hablar de opiniones abiertas, públicas, que son juicios 
expresos sobre acciones específicas o acciones propuestas de interés colectivo, en un entorno 
específico. Existen las opiniones secretas, que son juicios formados en la mente sobre acciones 
concretas o acciones propuestas de interés colectivo. Más globales que estas dos, son las 
actitudes, predisposiciones permanentes que responden positiva o negativamente a una clase 
general de estímulos. 
 
La gente puede expresar opiniones diferentes a las que mantienen de forma privada por 
presiones sociales. Este tipo de cuestiones son las que NN comenta cuando dice que "cuando se 
espera oposición, algunas personas pueden alterar su posición expresada o abstenerse 
totalmente de dar opiniones".  
 
Esquema: Es una estructura cognitiva que representa el conocimiento general de uno sobre un 
concepto dado o un campo de estímulo y que incluye tanto los atributos de un concepto como 
las relaciones entre los atributos. Un esquema puede relacionarse con cualquier estructura 
informativa. Una vez activado, proporciona una especie de taquigrafía mental del pensamiento 
y la percepción, presta atención a ciertas características del entorno, forma una base con 
inferencias sobre acontecimientos y personas y facilita un catálogo de información de personas 
en la memoria. 
Las actitudes permiten a las personas medir una situación y hacer un juicio bueno o malo, 
cuando una actitud fuertemente sostenida respecto a un objeto concreto, se evoca, se puede 
formar un juicio rápidamente en la mente, de tal forma que la información subsiguiente queda 
sujeta a una interpretación selectiva. 
 
Formación de opiniones: Las opiniones se basan parcialmente en el propio sistema establecido 
de valores, y parcialmente en un esfuerzo por dar significado a una nueva situación, a un 
asunto público. En el transcurso de la meditación, las creencias y actitudes acuden a la mente 
y se combinan con cualquier nueva información aseuible. 
Esta combinación podría ser semejante a lo que Abelson llama una opinión molécula 
compuesta de 3 átomos: 
a) Una creencia ("esta propuesta significará más impuestos") 
b) Una actitud ("odio los impuestos") 
c) La percepción de algún tipo de apoyo social ("todo el mundo odia los impuestos") 
De este cálculo mental deberían considerarse algunos aspectos: No necesita ser complicado y 
las expresiones públicas de opiniones deben tener tanto que ver con la configuración de las 
estructuras cognitivas internas como a la inversa. 
 
Valores: Se conceptualizan como creencias evaluadoras, son creencias respecto a lo que es 
deseable, como fin o como un estado, así los valores funcionan como pautas para la conducta 
personal o social. Un valor se refiere a un objetivo. Rokeach cree que los valores son más 
importantes para la personalidad que las actitudes. 
 
Identificaciones de grupo: Una construcción teórica importante para la formación de opinión es 
el autoconcepto, que se basa en gran medida en las diversas identificaciones de grupo de la 
persona. El autoconcepto, según Turner, es un sistema integrado cognitivo que incluye dos 
subsistemas primarios: la identidad personal, o creencias sobre la unicidad de las propias 
características, gustos personales y atributos, y la identidad social, compuesta de creencias 
sobre la propia pertenencia a varios grupos o categorías sociales formales e informales, o sea, 
el autocencepto es el sistema de creencias organizado de una persona sobre sus propias 
características sociales y personales. 
 
 
Observación de opiniones 
 
Por definición, una opinión debe ser sobre algo. Las preguntas diseñadas para obtener 
opiniones deben centrar con éxito la atención de las personas en asuntos o problemas 
específicos. Las frases o palabras usadas en las cuestiones sobre opinión, alteran, aunque sea 
muy ligeramente, el enfoque de la opinión dada en respuesta. Algunas variaciones en el 
enfoque de la pregunta producen resultados sistemáticos e interpretables. 
 
Las posibilidades de elección: Las preguntas expresan una preferencia sobre un curso de acción 
concreto. Las medidas utilizadas en la investigación sobre la opinión pública, generalmente 
tienen una doble calidad básica, favor u oposición. Entro los formatos comunes está la 
pregunta equilibrada, que propone dos alternativas. 
 
¿Está bien meditada? Una dimensión clave de una opinión es la cantidad de información que la 
apoya. Zaller y Feldman afirman que "la misma persona puede responder a la misma pregunta, 
en dos ocasiones diferentes, como si fueran dos preguntas distintas" ¿Están bien organizadas? 
Es importante conocer cómo se integra, si lo hace, con otras opiniones. Muchas personas no 
mantienen opiniones que se organicen de forma consecuente con una ideología global liberal o 
conservadora. 
 
¿Con qué fuerza se sostienen? Hay varias dimensiones, pero las que se deben considerar son 
intensidad (la fuerza de los sentimientos de alguien respecto a un asunto concreto), 
importancia (cuán crítico se considera que es el asunto o la opinión) y certeza (qué seguridad 
se tiene de que la opinión es correcta) 
 
¿Cómo se relaciona con otras personas? Las percepciones de apoyo u oposición social pueden 
ser críticas para la formación y expresión de opiniones. Y aquí es donde el pensamiento de NN 
se relaciona con el tema, cuando dice que puede tener consecuencias la impresión de que los 
otros reaccionan de forma diferente, o que se es una minoría aislada. 
Noelle-Neumann indica que no es posible una comprensión total de la opinión pública a menos 
que se examinen también las estimaciones subjetivas del clima de opinión, y que eso puede 
realizarse preguntando a las personas, además de sus propias opiniones, qué suponen que las 
otras personas o grupos piensan sobre cuestiones específicas, cuáles creen que será la 
tendencia futura de la opinión pública, o qué parte finalmente ganará. Las percepciones 
distorsionadas de la opinión pública pueden influir en la disposición de las personas a discutir 
sus ideas, alterando, en consecuencia, la dinámica de la comunicación del público y de la 
formación de opinión. (NN 1979) 

La opinión pública - Cap. 5 (Vincent Price)


Los ​indicadores de la opinión pública ​se obtienen de muchas fuentes, generalmente por medio 
de una de estas ​3 técnicas​: 

1. ​Entrevistas estructuradas​, reuniendo autoinformes de individuos, grupos u organizaciones 


(usadas principalmente en sondeos de muestras representativas, pero también en entornos 
experimentales) 

2. ​Análisis de contenido​ de plataformas políticas, memoranda organizativos, correspondencia 


privada o noticias y editoriales. Posibilidad de observar indirectamente, análisis de mensajes, 
no de personas. 

3. ​Entrevistas en profundidad​ o discusiones de grupo relativamente poco estructuradas con 


funcionarios, elites organizadas, activistas o grupos interesados. 

Las cuestiones alrededor de la opinión pública - normativa, teórica y empírica - han persistido 
durante dos siglos y sin duda alguna continuarán. 

La base democrática del concepto de opinión pública es indiscutible, mucho menos lo es la 
base democrática de las decisiones políticas diarias, incluso cuando se han extraído del debate 
público. La ​discusión​ puede implicar un proceso deliberativo, demasiado igualitario (el debate 
aún más). Las decisiones que se apoyan en la opinión pública se hacen por medio de publicidad 
y comunicación, pero la comunicación es sólo una herramienta para recoger información, útil 
para controlar y solicitar opiniones. 

 
 

Você também pode gostar