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Enorella
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P. José Comblin: Desde luego tengo el privilegio de poder estar en Chile, en Santiago.
Y bueno, puesto que no se cansan de oírme . . . Me dieron un asunto muy amplio:
“Coyuntura actual y los desafíos al cristianismo”. Claro que son muchos.
Constituye la provocación para los cristianos. En este inicio del siglo XXI hay dos
hechos fundamentales que van a orientar por lo menos la primera parte del siglo y los dos
hechos son: el primero, la supremacía de los EE.UU. y el segundo, la ascensión de China.
Cada día se siente más la presión de todo el sistema imperial. De tal modo que en el
mundo de hoy los EE..UU. se presentan como la figura histórica del cristianismo. Y se
preguntan en Asia, ¿dónde están los cristianos? Bueno, ahí están. Los cristianos son
representados por los Estados Unidos. Ellos además no ocultan de ninguna manera que
son “los cruzados”, que son “los enviados de Dios” para salvar a toda la humanidad. De tal
modo que allí para todos los cristianos hay un desafío (*1). Para el resto del mundo, el
cristianismo es la política actual de los Estados Unidos.
Bien, eso es la civilización del individualismo extremo, eso es un desafío (*3) para las
Iglesias. Claro que con eso triunfan las iglesias individualistas. Es decir, los grandes
predicadores electrónicos, como se decía hace unos 20 años, esos triunfan. Y todos los
miembros del gobierno americano actual son todos convertidos, son todos cristianos
fanatizados por ese tipo de pastores. O sea que les enseñaron una religión individual,
individualista y en la que el último criterio es el éxito personal. Es una teología de la
prosperidad, el que vence tiene la señal de Dios; o sea la señal de la presencia de Dios es el
triunfo, es la victoria. Y esa mentalidad va penetrando. Entonces el criterio último en toda
conducta es el éxito, lo que tiene éxito es bueno. Lo que fracasa es malo. Y es por eso que
los EE.UU. son buenos, porque justamente han vencido a todos los adversarios. Incluso
ahora ya puede prescindir de la colaboración de otros países, y EE.UU. solo es capaz de
solucionar todos los problemas de la humanidad. Es un desafío para los cristianos, ¿cómo
hacer para modificar y cambiar esa fisonomía? ¿Habrá otras fuerzas en el cristianismo que
tengan capacidad de desafiar ese modelo de cristianismo que triunfa y como veremos que
está entrando, incluso dentro de las mismas liturgias?
No estaba prevista en esa forma hace 10 años y ni aún hace 5 años. Pero ahora los
observadores están descubriendo que el ritmo de crecimiento de China es tal que, si sigue
así, en el 2030 la economía China será igual a la norteamericana. Si se junta en aquel
tiempo con el Japón, con los tigres del extremo oriente, Tailandia, Malasia, Singapur y
otros, bueno, supera de lejos a la economía norteamericana. A partir de ese momento claro
que la situación cambia, porque la superioridad del mundo americano viene justamente del
hecho de que todos compran dólares, y entonces todos depositan su fortuna en los
Estados Unidos. Y que las elites intelectuales todas van a ponerse al servicio de la
civilización de los Estados Unidos, los mejores diplomados, los formados en
conocimientos científicos, todos van allá. Y partir de ese momento, cuando deja de ser el
número uno, eso va a cambiar y ahí entonces desaparece la prosperidad.
Y eso es el desafío (* 4). ¿Por qué? ¿Cuál es la presencia del cristianismo en China
actualmente? ¿En qué estamos? En forma general no preocupa mucho a las iglesias. Claro
que hay la dificultad de penetrar en China. Pero la cosa es poder penetrar en el territorio y
aprender a conocer su civilización, a conocer sus costumbres, el modo de pensar, asimilar.
Aprender a entender por lo menos en primer lugar el modo de pensar de ese continente. El
está destinado a que es posible que en el 2030, -(yo no voy a conocer eso pero varias
personas aquí si van a conocer todavía ese mundo el 2030)- puede que en ese momento
China sea realmente la referencia última. Si es potencia económica, será potencia política y
cultural también. Y la cultura china será invadir. ¿Cuál es la relación con el cristianismo?
Hoy día muy poco. Hay poco interés. E incluso por parte de las congregaciones religiosas
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que son específicamente misioneras. Pero el Papa un día dijo que Asia sería el desafío
principal para la evangelización. Pero después no pasó nada. No ha cambiado nada. Habría
que prepararse para poder enfrentar ese desafío y eso es a largo plazo.
Se dirá, pero Chile es tan poco importante. ¡No! ¡Chile es el vecino! Entonces ahí basta
con cruzar el Pacífico y estamos en China. Ahí el Pacífico ya es un océano de comunicación
más importante que el Atlántico. O sea ya hay más comercio entre la parte occidental de
Estados Unidos y China que entre Estados Unidos y América Latina y Europa. Es un
desafío a largo plazo. Eso no es para mí. ¡No! Para mí no, ya no. Pero para los que tienen
menos de 50 años, bueno, van a vivir en un mundo que será bien diferente al mundo actual.
Hoy día se puede verificar que las elites latinoamericanas han escogido la integración
dentro del sistema americano. O sea, a pesar de las resistencias de los pueblos se nota que
la elites la quieren. Quieren integración económica, a pesar de todas las limitaciones y de
todo el mal que provoca, a pesar de la desigualdad extraordinaria entre la economía de los
EE.UU. y de los países latinoamericanos, las elites quieren. Quieren las dominaciones
políticas de EE.UU. No tienen más sentido de independencia. Para las elites
latinoamericanas la independencia ya no importa. ¡Es una palabra, es algo del pasado!
Pero su ambición es la integración con EE.UU. Están más felices cuando viajan a Nueva
York o cuando viajan a Miami que en su propio país. Entonces ahí es una opción que no se
ha podido impedir. Aceptan la conducción económica del Fondo Monetario. Van a aceptar
ahora el ALCA. Y los chilenos ya se han adelantado, ya no han esperado, tan impacientes
para integrarse a los Estados Unidos, tan impacientes que no han podido esperar el tratado
del ALCA y ya entraron.
Bueno, esto supone integración más fuerte todavía de toda la cultura y civilización
americana. Claro que para los más ricos, bueno... más interesante pasar el fin de semana
en Miami que en Santiago, da más status.
Bien, frente a eso se nota que los pueblos no aceptan. O sea, prácticamente todas las
elecciones que se hicieron durante los últimos 5 años fueron contrarias al Fondo Monetario
Internacional, al ALCA, es decir a toda la integración a los EE.UU. Todas las elecciones
fueron en contra, en Argentina, en Bolivia, en Paraguay, en Perú, en el Ecuador, salvo... en
Chile no se como se puede interpretar, pues la resistencia en las elecciones no se ha
manifestado tan claramente. Pero en la mayoría de los países latinoamericanos se sabe que
cada vez que los pueblos han podido manifestarse se han manifestado en contra. Es decir
NO ACEPTAN, pero tienen poca fuerza, ¿y entonces qué?
Las Iglesias podrían ser una fuerza más nacionalista, más independentista, pero en
los últimos años el sistema eclesiástico está siempre más en alianza con las clases
dirigentes. O sea hubo un tiempo en que expresaban las aspiraciones populares, pero hoy
en día son muchos más reservadas, siguen un poco la política vaticana que es ver lo que va
a pasar, no comprometerse con nadie demasiado... entonces siguen así. De todos modos
prefieren no meterse en esos problemas complicados, difíciles e incluso tratan de ignorar
lo que está pasando, ignorar justamente esa integración. Bueno esa es una fisonomía
global.
III. DESAFIOS.
Yo creo que si se toma en cuenta la situación de las Iglesias, hay una conciencia
creciente de la distancia que hay entre el cristianismo y las Iglesias. O sea, durante los
tiempos de cristiandad hasta hace 100 años en América Latina y en muchas regiones en
donde todavía está hasta hace 50 años, no se daban cuenta del cambio. Pero ahora sí se
dan cuenta del cambio. Que la Iglesia católica ya no es la Nación, que la nación ya no es
católica. Muy bien, en aquel tiempo ahí se identificaba la Iglesia con el cristianismo, ser
cristiano era participar en todo lo que decía y hacía la Iglesia. Participar de toda la visión
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del mundo, toda la dogmática, toda la organización institucional, el culto, sacramentos, los
signos, las fiestas... En fin, el conjunto de la sociedad era cristiano y no se hacía
separación entre cristianismo e Iglesia. Como no había ninguna posibilidad de
comparación, no había posibilidad de imaginar que podría haber una distinción, que se
podría pensar que la Iglesia católica no es necesariamente cristiana, que no es
necesariamente representante calificado del cristianismo. Y lo que pasa en los últimos años
es que hay una conciencia creciente y esto se manifiesta por ejemplo en la disminución de
los que se dicen cristianos. En Europa es mucho más fuerte, pero en América Latina ya es
una constante y disminuye el número de los que se dicen católicos. ¿Eso significa un
rechazo al cristianismo? Pocas veces significa un rechazo al cristianismo. Es un rechazo al
sistema eclesiástico. Gran parte está en camino hacia la salida de la Iglesia, porque ya casi
no practica nada.
Los que practican habitualmente son cada vez menos. - No sé si han hecho estudios
en Chile, pero recientemente en Brasil hay muchas investigaciones que muestran que en
las grandes ciudades como Sao Paulo y Rio hay 5 % de los católicos que participan de la
misa, y participan de los sacramentos. En algunas regiones, como en Minas Gerais que se
destaca como lo más católico, p.ej. Belo Horizonte, hasta el 13% participan efectivamente.
Pero hay otras regiones como las grandes ciudades del nordeste que no se va más allá de
2% ó 3%. ¿Y todo lo demás qué? ¿Rechazan el cristianismo? No creo. No creo que dejen de
participar en la Iglesia porque dejan de aceptar el evangelio. O sea, que no acepten a
Jesucristo. Creo, que en general son pocos los casos así. Si se apartan de la práctica
religiosa es porque no se sienten más atraídos por el sistema eclesiástico. En efecto, toda
la estructura de la iglesia que existe se presenta como cristiana, pero en ella siempre más
gente no reconoce el cristianismo. Y si tantos han pasado en los últimos años a las iglesias
pentecostales son fenómenos que algunos presentan como el fenómeno religioso
fundamental del siglo XX. Es decir, cientos de millones de cristianos católicos, evangélicos,
anglicanos, todos han pasado a las iglesias pentecostales.
Ahora bien, globalmente, ¿qué pasa? ¿Qué es lo que puede ser motivo de atracción
y seducción en estas iglesias? Creo que fundamentalmente porque es un cristianismo
simplificado. Reducido a lo central. Ya no hay jerarquías, no hay derecho canónico, no hay
sacramento, no hay dogmas, no hay nada. No hay nada más que el núcleo central y que
“es la confianza en Jesús”. Que Jesús está salvando, que Jesús está salvando nuestra
vida, que nos da la energía por su Espíritu, o sea, es un cristianismo que ha evacuado todo
el sistema institucional creado durante 1500 años desde Constantino.
Pero es una señal. Entonces todos estos no han dejado a la Iglesia católica por rechazar
el evangelio, sino más bien para encontrar al evangelio. No porque rechazaran a Jesús,
sino mas bien porque ahí encontraron a Jesús. Y todo este sistema eclesiástico
institucional era para ellos una barrera, de tal manera que justamente ocultaba el
cristianismo. La Iglesia se define a sí misma como anunciadora del evangelio, pero en la
práctica puede ser justamente el obstáculo para el evangelio, lo que impide. Y esa
conciencia está cada año aumentando, está creciendo en el mundo cristiano tradicional
global. Cada año hay más gente que se aparta de las Iglesias institucionales, no porque
rechazan el cristianismo, sino porque no aceptan más el sistema eclesiástico. Y frente a
eso, lo que ha sucedido en los últimos 25 años es que la institución se ha puesto todavía
más rígida, más dura, más exigente. Más verdades que si no son dogmas son casi dogmas,
como el hecho de que un sacerdote tenga que ser de sexo masculino. No es verdad
definida en forma infalible, pero el Cardenal Ratzinger dijo que es casi como fuera infalible.
O sea, aumentan los dogmas. Los sacramentos quedan iguales. Y se han obstaculizado en
toda la Iglesia todos los elementos, toda tentativa de renovar y hacer más comunicativa la
liturgia. No, se vuelve a lo antiguo, a lo tradicional, lo de siempre. O sea una liturgia que no
comunica nada, pero se hace para cumplir. Y entonces tenemos una adhesión a la Iglesia
que es para cumplir.
Bueno, esto ha sido la característica de este pontificado: un mayor rigor en todo. Más
endurecimiento en todos los aspectos. Y eso en el momento en que globalmente todo el
mundo occidental justamente denuncia eso y se opone y rechaza este sistema, porque
busca un evangelio libre de todo ese sistema. Bueno es un desafío (*5). Es un desafío
grande. Muchos no quieren abrir los ojos, no quieren ver, no quieren interpretar el
fenómeno pentecostal por ejemplo. Pero si usted ve una persona que era católica. Y
durante 40 años no hizo nunca nada. Ahora se hace pentecostal, de la asamblea de Dios o
similares, y en una semana empieza a ser evangelizador, a hablar y a discutir, a
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manifestarse. Es evidente que ahí pasó de un estado en que el cristianismo casi no era
consciente a un momento de cristianismo consciente activo, productivo, fecundo, ¡eso es
algo positivo!
Un día en una entrevista le preguntaron a don José Maria Pires, que fue mi obispo
durante tantos años en Joao Pessoa, qué pensaba él de los movimientos pentecostales, y
dijo: “ellos hacen lo que nosotros no hacemos. Gracias a Dios existen, porque hacen lo
que nosotros no hacemos”. O sea, ellos han podido traducir el cristianismo en una forma
aceptable para grandes masas populares y nosotros nos contentamos con reproducir lo de
siempre. Entonces teológicamente ahí hay que enunciar que el cristianismo es una cosa y
de la misma historia del cristianismo nacen culturas cristianas y así se encarna el
cristianismo en culturas. Y todo lo que nosotros tenemos, todas las formas dogmáticas,
sacramentos, todo eso, es el resultado de una inculturación del cristianismo. Pero va
mucho más allá del cristianismo. Y en sí mismo se puede practicar todo eso sin ser
cristiano. Y se pueden recibir los sacramentos sin ser cristiano. Y el general Pinochet, ¿no
recibe todos los sacramentos que ahora sabemos? Y no es precisa su confianza en el juicio
de Dios. O sea se siente un cristiano eminente, perfecto. Así se puede perfectamente entrar
en todo ese sistema sin ser cristiano real. Sin ser cristiano en su vida, en su opción de vida.
Bueno, después hay que recibir todos los sacramentos. Y el sacramento tiene una
forma ritualista, ritual, tan perfectamente ritualizada que no da para entender nada.
Si una persona sin formación teológica o litúrgica asiste a un bautismo, no entiende
absolutamente nada. Es imposible que pueda entender nada de eso, porque ahí entonces,
¿qué? Ahí se derrama agua diciendo que eso lava del pecado. Bueno usted lo dice, está
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bien, pero no son señales. Dicen: “los sacramentos son señales de la vida divina”, pero no
son señales. El que participa en la misa tradicional el domingo en la parroquia, ¿puede
entender la eucaristía? No puede, no puede entenderla. Ahí me acuerdo siempre de un
acontecimiento que abrió los ojos cuando en 1976 en Riobamba, había ahí en la casa de
monseñor Proaño una reunión de obispos. Eran los obispos amigos. Eran prohibidas las
reuniones de obispos amigos, pues los obispos de Roma no podían hacer reuniones.
Bueno, por eso el Nuncio en el Ecuador pidió al ejército una intervención para impedirlo.
Entonces estaban ahí reunidos 17 obispos con algunos sacerdotes y algunos laicos, como
Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, y algunas religiosas e incluso algunos
protestantes. Y al ejército le habían dicho que era un grupo de guerrilleros muy peligrosos
(risas), que venían con sus armas pesadas. Y entonces empujaron a todos a algunos
omnibuses llevando a todo el mundo al cuartel en Quito. Entonces ahí estaban, estábamos
reunidos en el cuartel e incluso había tres obispos chilenos, don Carlos González,
Fernando Ariztía, y Enrique Alvear, y yo estaba entre ellos. Ahí dijeron algunos, “si nos
tratan así a nosotros los obispos, ¿que será de los campesinos?”. O sea, en ese momento
ahí entienden lo es que es la eucaristía. Pero las misas mundanas burguesas están
totalmente ajenas. No tiene nada que ver con eso, son cultos ajenos al cristianismo, ajenos
a lo que es el sentido de la eucaristía. Y todos esos ritos multiplicados ahí solo crean la
dispersión de la atención, en lugar de concentrar la atención en lo que se quiere celebrar.
No, no, hay un montón de cosas ahí y entonces no se ve más.
Eso ha podido funcionar durante toda la Edad Media y todos los siglos modernos,
porque prevaleció una teología en la que la eucaristía es esencialmente la adoración de la
hostia, la adoración de la hostia. De tal modo que en general no se decía yo voy a misa.
¡No! ¡Yo voy a ver la hostia! ¡Voy a ver la hostia! (risas). Y el momento solemne era el
momento cuando el sacerdote levantaba la hostia. Además había un monaguillo que estaba
anunciándolo por los que estaban durmiendo allá detrás y había que despertarlos (risas). Y
habrá que mirar. Y generalmente durante la misa los hombres se quedaban afuera y en el
momento que iba a haber la elevación de la hostia, ahí el sacristán venía, “¡ahora es el
momento!” (risas). Y entraban para ver la hostia. Y después salían de nuevo. Con esa
teología funciona, pero ¿qué revelación del cristianismo es? Y ahí está.
Si los sacramentos no son señales, bueno entonces se hacen aburridos. ¿Y por qué
muchos no van a misa el domingo? ¡Porque es aburrido! Entonces para los jóvenes es
aburrido, entonces no significa nada, no dice nada. Entonces es el obstáculo a la
comprensión de lo que es el mensaje cristiano.
Bueno, por otra parte, los preceptos morales... Todo es igual: la ley, la ley, y la ley
implacable. Pero el género humano es hecho de tal modo que, como ya San Pablo, nadie
aplica la ley, eso es imposible Pero aquí está todo basado en la aplicación rigurosa de la
ley. Así se crea un sistema de dominación y de opresión. Sin embargo el mensaje cristiano
es el perdón. Y lo que está siempre en primer lugar, tanto en el evangelio de Mateo como en
la ley nueva de Jesús, no es la defensa de la ley sino es el perdón. No se trata de exigir
duramente el cumplimiento de la ley. Hay que recomenzar constantemente y comenzar a
suscitar de nuevo la fe y suscitar de nuevo la adhesión al evangelio. Ahora si se presenta
un sistema de preceptos así, todo provoca un rechazo, todo provoca un rechazo.
No quieren saber por qué en Europa las Iglesias están vacías casi en todas partes.
¿Por qué están vacías? ¿De dónde proviene eso? Y no es difícil saber. Cuando Pablo VI
publicó la Encíclica sobre los contraceptivos, todas las mujeres entraron en insurrección.
Dijeron esa no, esa no. Y partir de ese momento dejaron de enseñar catecismo a sus hijos.
O sea, sencillamente fue una ruptura. Y si las mujeres entran en ruptura ¿qué es lo que
queda? (risas). Ahí quien siempre divulgó y difundió la religión han sido y fueron siempre
las mujeres. Esa fue la gran rebelión de las mujeres. Y ahora están las consecuencias. Son
los niños nacidos en aquel tiempo, ahora ya tienen 30 ó 40 años y son justamente los que
ya se han apartado. Es decir, porque eso apareció como arbitrario, una decisión, una ley
arbitraria. Era tan arbitraria que todos los que el Papa consultó eran de pensamiento
diferente. Pero él ahí, con esa idea de que el Espíritu Santo le inspira a él solo (risas)... que
naturalmente no tiene significado ninguno... Ahí se opuso y definió eso. El precio después
fue muy grande, pues era una señal muy clara del antagonismo entre una institución
legalista, formalista e implacable y la conciencia cristiana. Un día aquí mismo en Chile, en
esa época una religiosa –no voy a decir la congregación (risas)- me dice: “Oiga Padre tengo
una problema, fíjese lo que me pasó que hace pocas horas encontré una señora pobladora
que me dijo ¡madre, como Dios es bueno, ¡ooh! Pero usted no puede imaginar como estoy,
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ahora si estoy feliz, feliz, el gran regalo que Dios nos dio. Fíjese ya tengo 6 hijos, y... bueno
debía tener un hijo cada año! Y ahora me dieron un remedio que ahora no es más necesario
tener un hijo, que hay manera de evitar, qué bueno, qué bondad de Dios!” Agradeciendo y
feliz. Y la monja me agrega “y no supe que decir” (risas). Esto fue muy divulgado y muy
general.
Ese formalismo legalista entonces entra en conflicto, porque no se justifica y no se
entiende. ¿Por qué? Porque pertenece a otra cultura, a otros modos de pensar. Entonces en
aquel tiempo tenía significado, no habían remedios, así tenía su significado en aquellos
tiempos, en otros tiempos, pero en la cultura actual ya no tiene significado.
Ese abismo que hay entre el clero y los laicos es abismante. Claro que la jerarquía del
clero no quiere reconocer eso, pero es abismante. ¿Por qué? Porque todos los poderes
pertenecen a los sacerdotes. Ellos son los dueños totales y absolutos. Claro que van a
pedir consejos, pero piden consejos a los que ya saben que van a aprobar lo que dicen
ellos. Es decir, nunca van a pedir consejo y orientaciones a otros que piensan diferente.
Entonces crean un laicado muy fiel muy obsequioso, entonces eso ya es fácil. Pero no es el
pueblo cristiano, ese no es el pueblo cristiano. Entonces hay un abismo. Y hay una
conciencia de sumisión del laico y de sumisión no tanto espontánea y feliz, sino que “hay
que aceptar”. Un día ahí en donde estoy, en Paraíba, un señor viene a conversar y me dice:
“el párroco me pidió para ser responsable de una organización pastoral en la parroquia”. Y
dijo: “a mí me gustaría, pero vea lo que va a pasar, yo voy a asumir la tarea, yo voy a quedar
muy entusiasmado, después de dos años viene otro párroco, cambia todo, me quita todo y
yo voy a quedar tan triste, tan triste que mejor no pensemos, no pensemos.” O sea, siente
que está entregado a lo arbitrario, a la arbitrariedad. Es decir, que el poder eclesiástico es
arbitrario. Y eso a nivel del episcopado como a nivel romano es mucho más incómodo que
a nivel parroquial. Es claro que todo el mundo es limitado, pero si no hay limitación del
poder por otro si no hay un intercambio obligatorio, si no hay un diálogo obligatorio- ahí
hay arbitrariedad e inconsciencia. No se dan cuenta que son arbitrarios. Eso se soporta
siempre menos, y entonces mucha gente se desanima.
Hace un año y un poco más, me invitaron a la ciudad de Fortaleza. Ciudad grande de
más de 2 millones de habitantes. Estaba de arzobispo el cardenal Aloisio Lorscheider
durante muchos años y abrió mucho espacio para grupos de laicos. Bueno lo sacaron de
ahí probablemente como castigo, pero en fin, y lo mandaron a Aparecida, que es el lugar
donde colocan a los obispos castigados (risas). Un lugar de castigo, porque ahí no hay
nada más que un santuario Mariano y que está en manos de los redentoristas, de tal modo
que el arzobispo no tiene nada que hacer, no puede hacer nada. Muy bien, y ahí lo sacaron
y colocaron a don Claudio Hummes que actualmente es el arzobispo de San Pablo, cardenal
arzobispo de San Pablo. Y cuando don Claudio llegó suprimió todas las asociaciones,
grupos pastorales sociales que había en la diócesis. Y ahí un día esos laicos me invitaron a
Fortaleza para consolar, para desahogarse. Eran 300 laicos, en una asamblea grande. Todas
personas que habían sido de responsabilidad e importantes, universitarios la gran mayoría,
profesionales que tenían éxito en su ejercicio y con su familia. Y todos expresando sus
lamentaciones. Ahora expulsados y no quieren saber nada de cosas sociales. La primera
reunión que tuvo el arzobispo con todo ese mundo de los laicos colaboradores empezó así:
“Señores, no vine a hablar con ustedes, vine a hablar para ustedes; no vine a hablar con
ustedes, sino vine a hablar para ustedes.” Ellos ya no tenían más la palabra, nada.
Entonces estaban ahí los 300 y les dije:
“Ustedes son todas personas adultas, formadas, capacitados, que muestran en su
vida civil que tienen gran capacidad, intelectuales, profesionales... ¿Por qué
no se juntan, no forman una asociación e inician un trabajo, trabajando juntos según las
necesidades que ven ustedes en la ciudad? Si ustedes eligieran dos o tres entre los más
jóvenes para trabajar tiempo completo elaborando una programación y articulando cosas...
Bueno son 300 personas, y si mantienen tres personas, con el 1% cada uno con su
rendimiento, van a tener con qué pagar y no cuesta nada. Perfectamente pueden hacerlo y
entonces ustedes tienen que tomar sus iniciativas y no esperar que el arzobispo esté de
acuerdo o no esté de acuerdo. Son personas adultas, libres y llamadas a la libertad por el
mismo Dios que vino en Jesucristo para llamarlos a la libertad. Y si el arzobispo no está de
acuerdo, bueno, ¡qué importa! Ustedes tienen su conciencia en el Espíritu Santo”. Pero no
se atrevieron (risas). O sea, han intrometido, internalizado de tal modo esa actitud de
dependencia que en el mundo católico es muy generalizada en los laicos. Esa actitud de
dependencia es tal que si no tienen la protección, que si no tienen la aprobación, si no
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tienen el estímulo de los obispos, no pueden hacer nada. Bueno, esa es una situación que
se aguanta siempre menos. De esos 300, algunos van a aguantar un año más, dos años
más, pero progresivamente van a apartarse de la Iglesia. Y en lugar de tomar iniciativas,
bueno van a desanimarse y apartarse, y caer en la indiferencia sencillamente.
Entonces, el sistema objetivo de ese conjunto de cosas de la que se habla en el
catecismo, eso es inasimilable, siempre cada vez más incomprensible y no se ve que
relación hay entre eso y Jesucristo. ¿Cuál es la relación que hay entre eso y Jesucristo?
¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Antes se suponía, porque no se tenía idea de otra
cosa, pero hoy día, en el mundo de hoy día, ya no es evidente y no se acepta sencillamente.
Entonces hay una indiferencia, o van a buscar otras cosas u otras religiones.
Y después viene **LA CARIDAD o EL AMOR**. Amar. Todo el mundo ama como decía
San Agustín, hasta los ladrones y los bandidos aman a sus colegas. Entonces, amor. Todo
el mundo ama. Pero la cuestión es: ¿amar a quién? Amar a los amigos, eso todo el mundo
lo hace. Pero amar como el samaritano, eso ya es otra cosa. O sea, amar a la persona que
no me dará nada, que no me dará compensaciones, que no me dará premio, gratuitamente,
eso es otra cosa. Y después hacer del amor el principio global de toda la vida... ¡no! De un
pequeño sector, así un pequeño sector del amor, aquí en la familia, algunas 3 ó 4 personas,
con eso se soluciona. Eso todo el mundo lo hace, pero hacer del amor el principio que
orienta toda la vida, eso es distinto.
Esos son los dogmas básicos, los fundamentales, y a partir de esos es que se
construye el camino del evangelio. Y si se quiere justamente evangelizar, bueno
¿evangelizar qué es? ¿No es anunciar el evangelio? ¿Proclamar el evangelio? Sí. Pero no
es hacer la propaganda por el sistema eclesiástico. Muchas cosas se hacen generalmente
sin ningún provecho, sin ningún cambio, sin ningún fruto. Así una institución tan
tradicional de la Iglesia católica puede repetir indefinidamente todas las ceremonias,
totalmente ineficaces, indefinidamente, porque ni les importa saber si es eficaz o ineficaz.
Hay que hacerlo, porque es la costumbre, es la tradición, está en el plan de pastoral, y hay
que hacer el plan de pastoral, bueno... A pesar de saber que es totalmente ineficiente, que
no produjo ningún resultado, nada, se recomienza haciendo siempre lo mismo. ¿Eso será
evangelio y la vida evangélica? Ahora bien, si se trata de evangelizar otras culturas ahí hay
que prescindir de nuestra cultura tradicional para llamar la atención sobre lo esencial y ahí
buscar la manera de vivir que es esencial en otra cultura. Pero no querer imponer toda la
cultura que se hace incomprensible, inasimilable. Y en el mundo contemporáneo, aún en
occidente, el sistema ese se hace incomprensible, inasimilable para la gran mayoría. En
Brasil se hicieron investigaciones en Belo Horizonte, ciudad de 4 millones de habitantes, la
más católica del Brasil, pero sólo el 13 % practican y los jóvenes menos. Ello para saber
cuál es la edad en que los adolescentes abandonan la Iglesia. Y vieron el resultado: las
niñas a los 14 años y los niños a los 15 años. Es normal. Las niñas naturalmente son más
precoces y más adelantadas que los niños, en la edad de la adolescencia. Y entonces se
dan cuenta en primer lugar ellas de que es una cosa aburrida, no trae nada, no trae nada
para la vida, no muestra ningún camino, no muestra nada. Es algo que se presenta como
arbitrario, sencillamente, e incluso impuesto por un clero que no se justifica, porque son
personas tan alejadas, tan distintas.
C. Otra cosa que cambia, que no está más en nuestra cultura, es la noción de sagrado y
de culto, culto a lo sagrado.
Esa distinción entre sagrado y profano fue de todas las culturas antiguas
tradicionales. Está en el Antiguo Testamento profusamente. ¿Y qué es lo que Jesús vino a
decir? “Es que no hay ninguna realidad sagrada”.
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El templo... No habrá más templo, porque va a ser destruido y no se va a reconstruir.
El templo, ¿dónde está el templo? Está en cada uno. El templo es cada uno de los
creyentes. Ese es el templo.
¿Y los sacrificios...? Son todo eso, sacrificios de bueyes y todo eso. No valen nada.
Todo eso a Dios le repugna profundamente. Y como decían los profetas los rechaza cuando
siente el humo de los animales sacrificados. ¡Basta, detesta! Tiene odio a todas esas cosas.
Como tiene odio a todo lo que nosotros ofrecemos y todas esas cosas... Porque lo que
busca es mucho más, lo que busca son sus obras, son los actos y la vida de amor. Eso es
lo que quiere. Y no se puede reemplazar eso dando cosas, o dando algunas monedas para
no tener que ofrecer justamente su vida.
Pero después dentro del cristianismo volvió todo el sistema de sacralización: los
templos, los sacerdotes, los sacrificios, todo el sistema que Jesús había rechazado, todo
volvió a entrar por el influjo cultural. Porque la cultura era tan fuerte tanto en Europa como
en Grecia, como en pueblos orientales, tan fuerte. Pero hoy día, hoy día es incomprensible.
Es decir, no está dentro de los pensamientos y en la mentalidad “ que nosotros tengamos
necesidad de personas intermediarias entre nosotros y Dios”, intermediarios como es el
sacerdote. Y todo lo que esté basado en un sacerdote, es absolutamente incomprensible
aún en la civilización occidental y sobre todo en la civilización occidental actual. Que haya
que dar a Dios cosas cuando el dogma fundamental de la Biblia es que Dios da
gratuitamente. Él no da para responder a lo que se le dio a Él. Da gratuitamente. La
gratuidad es justamente la afirmación fundamental. Pero Dios transforma a las personas y
las hace participantes de su vida de amor.
Ahora bien, se creó todo un sistema cristiano cultural que todo lo centra en el culto.
Los sacerdotes, a partir del siglo XVII, de la escuela francesa sobre todo, fueron educados y
preparados para ser los ministros del culto. El mismo cardenal que me ordenó, en aquel
tiempo en un retiro para sacerdotes dijo: “Si un sacerdote celebra la misa piadosamente y
reza el breviario piadosamente, ha cumplido. El resto es un suplemento. Pues su función es
sagrada, hacer los actos sagrados”. Y ha sido preparado para eso, totalmente. Por eso hay
que estar aislado del mundo, no ser contaminado por el mundo, para ser la persona
dedicada al culto completamente. Y todo ha sido transformado en acto de culto. La misa es
un acto de culto, de adoración a Dios. No es la memoria del martirio de Jesús, no. Que
además si la mayoría dice que ahí solo había martirio ya no le gustaría mucho la
perspectiva. Pero entonces es un acto de adoración, viene a ser un acto de adoración. Por
eso es que durante tantos siglos aceptaron tan fácilmente que el sacerdote estuviera lejos
ahí mirando hacia Dios y ellos atrás. Porque han venido para adorar, y el sacerdote está al
frente del pueblo que viene a adorar a Dios. Eso no son los sacramentos cristianos tal
como están en el Nuevo Testamento. Entonces se ha creado un sistema centralizado en lo
sagrado, que justamente es lo contrario del cristianismo, y que hoy día no se entiende. ¿Por
qué hay que ofrecer a Dios un culto? El culto no es el culto verdadero, no es nuestra vida.
Ahora que haya que expresarlo, decirlo, reunirse, esas son necesidades culturales. En
consecuencia en cada cultura habrá métodos de expresión, pero los métodos que nosotros
tenemos son cosas muy del pasado.
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C. Después hay el cristianismo burgués. En la medida en que la jerarquía en los últimos
tiempos pasó de la opción de los pobres a la opción de la burguesía, lo que sucedió
prácticamente en todos los países. Todavía se mantiene por tradición la fórmula de opción
por los pobres. Pero si se ve en la práctica, ¿qué pasa en la práctica? Que cuando hay que
hacer una opción, cuando hay que buscar entre dos alternativas, se empieza a buscar la
alternativa que favorece a su Iglesia. Eso está inconscientemente, porque viven siempre
más dentro de ese ambiente. ¡Y ahí, ¿qué?! Bueno, ahí es una religión ajena a la vida
temporal, la vida histórica. Entonces ella da consuelo, felicidad, buena conciencia,
tranquilidad de alma a todos los que están dominando y que tienen condiciones
privilegiadas. Todos los privilegiados de la sociedad se sienten con conciencia buena,
porque practican los sacramentos, porque aceptan todos los dogmas y así es una religión
que suprime todos los escrúpulos que podrían tener, todas las restricciones y todas las
dudas. En otros tiempos se fustigaba a todos los ricos y se les decía que la única manera
de compensar todos los pecados cometidos en la vida – los comerciantes - es dar mucho
dinero para ayudar a las catedrales, a las parroquias e instituciones religiosas (risas). Y por
eso en los testamentos que por ahí que se han conservado, se dice que fulano, que es
comerciante, manda a celebrar mil misas por los franciscanos, mil misas por las carmelitas,
mil misas por los capuchinos, pensando que puede compensar todos sus pecados. Hoy día
ya no se pide eso. Entonces sería una religión de tranquilidad en que no hay que hacer
nada, sólo tener la conciencia de ser bueno, ser una persona buena, y algunas limosnas.
D. Y ahora, el camino del evangelio. Eso es difícil, es difícil. Entonces hay muchos que
siguen el camino y que no están en la Iglesia. O sea, el cristianismo vivido puede
encontrarse fácilmente fuera. Decía Ghandi, que los únicos que no han entendido el
evangelio son los cristianos (risas). Él a partir de su cultura indiana había comprendido.
Creo que por ese lado realmente evangelizar solo puede ser a partir de grupos pequeños.
O sea, que tratan en la sociedad actual de hacer islas de un modo de vivir que es una
contestación a todo el modo de vivir dominante. O sea, que es un rechazo al individualismo
dominante actual, al culto al dinero, al culto a los privilegios, ¿ya? Tiene que ser. ¿Y hay?
Hay, hay. Pero creo que actualmente los que entran al seminario no creo que sean los que
más buscan el evangelio. Y que hay otros que trabajan en las luchas campesinas, en las
luchas obreras, en los movimientos sociales, que tienen mucho más espíritu evangélico
que los que están en el establecimiento. Bueno es así. Ahora estos últimos no saben, no
reconocen, porque identifican el evangelio con el sistema eclesiástico que está ahí. Bueno,
se pueden combinar los dos. Muchos dicen, ¿será que uno puede todavía practicar el
evangelio dentro de la Iglesia católica? Se puede, se puede (risas). Sí, con paciencia se
puede. No se debe eliminar toda posibilidad, se puede. Y hay que buscarlo. E incluso hay
un círculo de relaciones que permite tener contactos con mucha gente, muchísima gente
que piensa lo mismo, que desea lo mismo. Hay muchos núcleos así, en una dispersión muy
grande. Incluso una de las tareas es justamente juntar, comunicar, mantener en
comunicación todos estos grupos que justamente se apartan del modelo dominante y que
buscan en las mismas fuentes, en el mismo evangelio, su vida, la orientación de su vida.
Porque a veces la encuentran en la jerarquía. Así hubo una generación a los que llamaron
“Los Santos Padres de América Latina”, que fueron obispos siempre al frente. P.ej. el padre
José María Pires, el obispo negro de Joao Pessoa. Siempre que había un problema en el
campo, en que la policía interviene con violencia, el primero que llegaba siempre era él. Y
de inmediato avisaba por teléfono que aquí pasan estas cosas, aquí la policía practica la
violencia. Ahí estaba, siempre el primero en llegar. Y hubo una generación así. Como hubo
una generación de religiosas y de religiosos. Pero hoy día parece que es más difícil, más
difícil encontrar, dentro del establecimiento, personas así. A lo mejor se podrían convertir.
Pero un cambio en el establecimiento, no se puede en el momento actual. Y no se puede
esperar que venga del clero o que venga del episcopado. Hay algunos así, pero ya no es
como hace 20 ó 30 años. Y entonces el cambio tendrá que venir directamente de parte de
los laicos que, en América Latina, su mayor desafío es que no creen en sí mismos. O sea,
falta de fe. No creen en su capacidad, no creen en su vocación, no creen en su misión. No
creen que han tenido el Espíritu Santo y que éste mueve para actuar y que da capacidad y
que da fuerzas. Es falta, es falta de fe. Y claro que se puede mantener la tranquilidad. Y
decir: “yo nunca he negado un dogma, yo nunca he negado ningún sacramento, ni nada”
Todo eso es accidental. Eso no es el problema humano de la fe y no es una fe como
realidad humana. Lo que más se siente falta es la fe. Y es curioso que los pentecostales ahí,
han creado millones, millones de personas que justamente han desarrollado esa fe en sí
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mismas y que se sienten capaces y levantan la cabeza. Se sienten más ya seguros, más
orgullosos de sí mismos. Es decir, tienen una actitud humana. Bueno, tienen sus defectos
y sus problemas, y sus teologías y sus insuficiencias. Pero hay algo muy fundamental que
tienen y que muestran que muchísima gente podría evangelizar. Pero falta un llamado, ¿y
quién va a llamar? Ah, bueno, son movimientos de largo alcance, pero...
Interrumpe público: … “pero, Padre, perdóneme, ¿eso existe en Brasil? ¿Un movimiento de
laicos como lo que usted describe?”
Respuesta P. Comblin: O sea, organizados, no. Pero hay una multitud de grupos, pero no
están organizados. Claro que no se trata de organizar como se organiza una empresa, pero
es más bien organizar la comunicación, el intercambio, el poder enriquecerse mutuamente
los unos y los otros sin ninguna dominación. (Aplausos).
FORO
Moderador: La pregunta de don Danilo Salcedo dice: “Estimado don José. Usted ha
expuesto en conferencia las consecuencias que ha ocasionado el modelo neoliberal en la
ética, en la política y en las relaciones sociales en toda la humanidad. En este dramático
escenario, ¿qué respuesta tiene usted a la siguiente interrogante?: ¿Qué cambio
doctrinario y en su estructura de poder debería asumir la Iglesia católica para encarar y
cuestionar la nueva realidad ética, política y social generada por el neoliberalismo?”
Respuesta P. Comblin: Bueno, para atender esa respuesta tendría que hacer otra charla. Sin
embargo, puedo decir algo más básico y que es iniciar un proceso de diálogo, y es empezar
a conversar entre católicos y también con los otros cristianos. Es decir, terminar con ese
proceso de que toda la verdad viene de uno, de un sector, del clero que es depositario de
toda ella. Y un pueblo pasivo que acepta o no acepta y que en muchos casos se aparta.
Porque cualquier instancia de diálogo verdadero no debe ser un diálogo en que no se
escucha, sin ninguna consecuencia práctica. ¡No! Se debe escuchar lo que dice el otro.
Porque en este momento está todo cerrado. Se piensa que toda la verdad está en la
persona del Papa. ¿Pero cómo va ha ser posible, que toda la verdad esté en una sola
persona que no deja de ser humana, es decir, limitada, por su idioma, por su pueblo, por su
cultura, por su tradición, en fin . . . hay infinidad de cosas? El desafío es fundamentalmente
abrir procesos de diálogo. Muchos actualmente piensan que el primer paso sería un nuevo
Concilio. Porque ya todos se han acostumbrado al silencio. Ya es inútil hablar, porque de
cualquier manera no se reconoce. Entonces, en una asamblea más grande, podría haber
diálogo. Un obispo solo no se atreve a decir nada. Pero si son 3 mil..., a lo mejor ahí sí van a
dirimir una conciencia, y después se abre el diálogo en una forma mucho más amplia. Pero
ahora, como tienen miedo de todo lo pueden decir los laicos, como todos los laicos son
tratados como posibles herejes, y existe el sistema de seguridad..., entonces nada puede
cambiar.
Moderador: “¿Por qué hay que evangelizar a los miembros de otras culturas, a los chinos, a
los musulmanes, a los pueblos originarios?”
Respuesta P. Comblin: ¡Ah! Sí. Porque los seres humanos son hechos para vivir juntos y
entonces para intercambiar todas sus riquezas. Entonces un pueblo que se aísla, ahí entra
en decadencia. Entonces necesita renovarse constantemente, comunicándonos unos con
los otros. Y nosotros, ¿qué es lo que tenemos? Bueno, nosotros lo que tenemos para dar a
los otros es el evangelio de Jesucristo, que es más importante para nosotros que nuestra
cultura occidental, toda una civilización inspirada por el mundo blanco. Más importante
para nosotros y lo que hay que transmitir más que nuestra literatura, que la forma de arte,
es el evangelio que es la fuente que inspira más profundamente nuestra acción.
Moderador: Otra pregunta. “Aún el lugar de las mujeres en la Iglesia es muy restringido.
Ella no está presente en sus grandes decisiones. ¿Qué consecuencias cree usted que tiene
y tendrá para nuestra Iglesia?”
Responde P. Comblin: Claro, su lugar se puede decir que es nulo. O puramente pasivo. O
sea, son las que tienen que trabajar, hacen todo el trabajo, y asumir todo el trabajo, pero no
tienen importancia en las decisiones. Entonces no pueden interferir en las decisiones.
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Esto, claro, es el resto de la cultura patriarcal. No tiene ningún fundamento profundo
en el evangelio. Cuando se trató en Europa el problema de la ordenación de las mujeres, ahí
el Papa encomendó a la Comisión Bíblica que hiciera un estudio sobre lo que dice la Biblia
a propósito de una posible ordenación de mujeres. Entonces la Comisión Bíblica, que son
una comisión de biblistas todos nombrados por el Papa, o sea, hombres totalmente
seguros, máxima seguridad. Entonces 16 de ellos dijeron que no hay ningún obstáculo en
el Nuevo Testamento para la ordenación de mujeres. Todas las cosas que hay se explican
culturalmente. 5 dijeron que no. Entonces 16 contra 5. Conclusión: el Papa prohibió que se
publicara eso (risas), en el libro de actas en la Comisión Bíblica. Entonces no se publicó.
Todo esto se sabe por testimonios de los mismos biblistas que participaron en la Comisión.
Es decir, si aún los teólogos más cercanos, los más seleccionados, con los criterios
más rigurosos están de acuerdo, entonces, ¿por qué no reconocer? ¿y no aceptar? O sea,
¿será que el Papa tiene ahí iluminación del Espíritu Santo para entender mejor esos textos
que hay en el Nuevo Testamento? Pero no es una revelación especial, ¿entonces, qué
pasa? Reacción cultural inconsciente. Es una reacción cultural, es una reacción tradicional
en el fondo de sentir, de pensar. No está acostumbrado a eso, ¡noo!, le molesta. Entonces
uno busca en el decreto que salió. No hay ningún argumento serio. Para prohibir hay que
acompañar toda la documentación y en esos documentos no hay ningún argumento serio.
Bueno, vendrá algún día un Papa menos machista (risas). Ooh, difícil que les tenga menos
miedo a las mujeres. Puede ser que suceda, es posible que suceda.
Pregunta público: (ex parlamentario Vicente Sota): Padre Comblin, yo quiero expresar algo
y no es una pregunta es más bien una reflexión en el sentido que somos los laicos los que
tenemos una inmensa responsabilidad para dar vida a esta Iglesia que tanto amamos. Pero
yo quisiera decir aquí en esta reunión que nos sirve para encontrarnos grupos de cristianos
de gran inquietud, que podríamos juntarnos. Por ejemplo, aquí recibo de la hermana
Carolina Mayer, que está ahí, esta idea de reunirse en una fundación que se llama Cristo
Vive, unos trescientos cristianos. Después, aquí a la entrada, podemos tomar algunos
ejemplares de estos cuadernos que edita el Movimiento Somos Iglesia. Yo no se si habrá
seguramente aquí algunos representantes, más de alguno habrá. ¿Juan y Enrique? Ya.
Existe aquí también un grupo de gente que edita una revista que se llama Reflexión y
Liberación. Ahí está el editor, un hombre muy modesto, Jaime Escobar. En esa revista se
recogen sus escritos Padre Comblin. Y usted habrá leído esa revista que tiene ya 14 años,
pero que desgraciadamente no tiene una difusión muy amplia. Ahí están los estupendos
escritos del P. Aldunate, de Jorge Hourton, y ahí a la salida está la revista y el último
número. Yo les invito a leerla, discutirla y ojalá suscribirse a esta revista. Y entonces quiere
decir Padre Comblin que con sus enseñanzas, las del P. Aldunate, de Hourton, de la
hermana Carolina Mayer, de la gente de Somos Iglesia, que cuando usted venga la próxima
vez a Chile, ojalá que podamos mostrar un movimiento de laicos que estén generando
nuevos grupos y que estén preconizando las ideas que usted ha presentado. Yo quiero
agradecer inmensamente esta charla y aprovechar de recordar al Padre Hurtado, quien fue
el formador de la generación a la que yo pertenezco. Cuando yo lo oigo hablar a usted
pienso en él, en un hombre santo, siento que el Vaticano se ha demorado mucho en
santificarlo. Pienso en el P. Hurtado y pienso en lo que fue la Acción Católica. Y crean que
poseído de ese Espíritu que usted nos predica y el ejemplo de la hermana Carolina, de la
revista Reflexión y Liberación y la gente de Somos Iglesia y otros grupos, que cuando usted
vuelva a Chile la próxima vez tal vez pueda encontrar una federación de laicos que se
interesan por esta redención. (aplausos).
CONVOCANTES:
Amerindia – Asamblea de Cristianos de Izquierda – Centro Ecuménico Diego
de Medellín –Centro Ignacio Ellacuria – Comunidad Cristiana El Camino –
Confederación Latinoamericana de Iglesias Evangélicas (CLAI) –
Confraternidad Cristiana de Iglesias – Ediciones Cesoc – Fundación Cristo
Vive – Fundación OCAC – Fundación Rafael Agustín Gumucio – Iglesia
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Comunión de los Hermanos – Justicia, Paz y Ecología de Conferre –
Fundación Promoción y Cultura del Trabajo – Revista Reflexión y Liberación –
Servicio Evangélico para el Desarrollo (SEPADE) – Servicio Paz y Justicia
(SERPAJ) – Movimiento Somos Iglesia-Chile.
TEÓLOGO P. JOSÉ COMBLIN *
En 1972 un decreto del gobierno militar del Brasil impide a Comblin seguir trabajando
en ese país. Viene a Chile en donde ejerce docencia en teología, pero en 1981 un decreto
del Gobierno Militar de Chile le impide reingresar al país, después de un viaje. Regresa a
Brasil donde lo recibe el Arzobispo de Recife don Hélder Camara. Fue uno de los teólogos
expertos que participó en las Conferencias de Obispos Latinoamericanos de Medellín
(1968) y de Puebla (1979), como asesor de don Hélder Camara y del Cardenal Arns de Sao
Paulo.
En el año 2003 publica el libro “La esperanza de los pobres vive”, una obra en
conjunto con 60 colaboradores latinoamericanos, con artículos, estudios y experiencias
liberadoras de amigos de J. Comblin y de él mismo, en celebración de sus 80 años.
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