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FALLO “VERA BARROS” (relacionarlo con equidad aristoteles resumen 29 pag y fallos)

→ Vera Barros, Rita c/ Estado Nacional (relacionar con “equidad” Aristóteles): Se trata de
una mujer de 48 años que dedicó su vida a cuidar al padre, un suboficial de la Policía, que
finalmente murió. Ella no tenía preparación alguna ni experiencia laboral que hiciera posible
su inserción en el mundo del trabajo. Si bien la ley autoriza, en esos casos, una pensión para
la hija soltera, lo hace sólo para aquellas que hayan cumplido los 50 años. Sin embargo, en
esa oportunidad, la Corte Suprema autorizó el pago de la pensión. Se falló contra la ley, pero
para garantizar la equidad, para hacer justicia.
Solicita una pensión para su padre por medio de una demanda. En el tribuna de primera
instancia, esa demanda es rechazada. Por lo tanto, inicia el recurso extraordinario federal,
donde la CSJN acepta el recurso, otorgándole la pensión a la persona, basándose en que
debe haber una aplicación equitativa de la ley, una interpretación valiosa de lo que las
normas quieren establecer. La mujer había iniciado esta demanda fundada en el artículo 14
de la CN. Podemos relacionar este fallo con el concepto “equitativo” que explicaba
Aristóteles, en que no hay que valorar las leyes solo en modo positivo, sino también de un
modo Natural.

FUERZAS ARMADAS Y DE SEGURIDAD

Pensiones militares - Hija soltera - Requisito de edad - Interpretación

(Corte Sup., 14/12/1993 - Vera Barros, Rita Esther v. Estado Nacional /Armada Argentina
/Dirección General de Personal Naval s/ beneficio de pensión). JA 1994-III-76. Fallos
316:3043.

Buenos Aires, diciembre 14 de 1993. - Considerando: 1. Que contra el pronunciamiento de la


sala 3a. de la C. Nac. de Apels. en lo Cont. Adm. Fed. que, al revocar el fallo de 1a. instancia,
no hizo lugar a la demanda tendiente a obtener el reconocimiento del derecho a la pensión
demandada, la actora dedujo el recurso extraordinario a fs. 145/149 que fue concedido a f.
154.

2. Que los agravios planteados tienen entidad para habilitar la instancia del art. 14 ley 48 Ver
Texto (1), habida cuenta de que se vinculan con la interpretación de normas de naturaleza
federal y la sentencia definitiva emanada del superior tribunal de la causa es adversa al
derecho que la recurrente sustentó en aquellas disposiciones (art. 14 inc. 3 ley 48 Ver Texto ).

3. Que, al respecto, cabe señalar que en el proyecto de elevación al PE. de la ley 19101 Ver
Texto que reemplazó a la ley 14777 (2), se adujo que las modificaciones que se efectuaban
al título IV limitaban algunos derechos y extendían otros buscando una mayor
adecuación de las pensiones militares al nuevo rol que desempeñaba la mujer en la
sociedad. En esa inteligencia se reglamentó el beneficio de la hija soltera eliminando el
presupuesto de la carencia de medios propios de subsistencia y en su lugar se exigió
haber convivido con el causante en forma habitual y continuada durante los diez años
anteriores a su muerte y tener a esa fecha 50 años de edad (art. 82 inc. 5).

4. Que, por otra parte, en el art. 84 se estableció, como principio general, que los familiares
del personal militar que peticionaran la pensión deberían acreditar que reunían los requisitos
legales al día del fallecimiento del causante, pues no podrían solicitar el beneficio en

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condiciones diferentes salvo los supuestos de excepción previstos en los incs. 7 y 8 del
artículo aludido.

5. Que no cabe duda de que para efectuar las modificaciones citadas, el legislador tuvo en
cuenta que en la actualidad un significativo número de mujeres desempeñan tareas
remuneradas que les permiten proveerse los medios propios de subsistencia y que, por lo
tanto, aun cuando se trate de hijas solteras la muerte del progenitor no es por sí sola causal
suficiente para tener por probado el desamparo que justificaría el otorgamiento de la pensión.
Empero, este criterio general no impide, a la luz de los principios de contenido social que
informan la materia, examinar las particularidades que puede presentar el caso
concreto.

6. Que los antecedentes agregados a la causa demuestran que la actora, hija soltera del
suboficial Tomás Vera Barros, convivió con éste durante toda su vida y lo cuidó en la
enfermedad que había derivado en la pérdida total de la vista, sin que hubiera realizado
nunca trabajos fuera del hogar, aspecto este que no fue considerado por el a quo cuya
sentencia propuso una solución que demuestra un excesivo apego a la letra de la ley y omite
examinar todas las cuestiones planteadas en apoyo de la pretensión, lo que importa un
ritualismo que resulta incompatible con el derecho de defensa.

7. Que ello es así puesto que si bien es cierto que la apelante tenía 48 años y cinco meses al
producirse el deceso de su padre y no los 50 que exige la disposición, no lo es menos que la
circunstancia de no haber ejercido nunca tareas remuneradas ni contar con preparación alguna
que le facilite el acceso al mercado laboral, autorizan a afirmar que en la causa está acreditada
la incapacidad de ganancia y el estado de precariedad y desamparo, contingencias que
habilitan el acceso a la pensión conforme lo ha señalado el Tribunal en conocida
jurisprudencia (Fallos 286-93 [3] y 314-250 [4], entre muchos otros).

8. Que, por último, cabe destacar que esta solución es la que se compadece con el mandato
constitucional que garantiza la protección integral de la familia (art. 14 bis Ver Texto ) y
con el principio que impone a los jueces actuar con suma cautela cuando deciden
cuestiones que conducen a la denegación de prestaciones de carácter alimentario, habida
cuenta de que en la interpretación de las leyes previsionales el rigor de los razonamientos
lógicos debe ceder ante la necesidad de no desnaturalizar los fines que las inspiran
(Fallos 290-288 [5]; 292-367; 303-857; 306-1312 [6]).

Por ello, se declara bien concedido el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia.
Costas por su orden, atento a la naturaleza de la cuestión debatida (art. 68 párr. 2 CPr. Ver
Texto ). Vuelvan los autos al tribunal de origen para que, por quien corresponda, se dicte un
nuevo fallo con arreglo a lo expresado. - Antonio Boggiano. - Enrique S. Petracchi. - Julio S.
Nazareno. - Ricardo Levene (h). - Eduardo Moliné O'Connor. - Con su voto: Rodolfo C.
Barra. - Carlos S. Fayt. - Mariano A. Cavagna Martínez. - En disidencia: Augusto C.
Belluscio.

VOTO DE LOS DRES. BARRA, FAYT Y CAVAGNA MARTÍNEZ. - Considerando: 1.


Que contra el pronunciamiento de la sala 3a. de la C. Nac. de Apels. en lo Cont. Adm. Fed.
que, al revocar el fallo de 1a. instancia, no hizo lugar a la demanda tendiente a obtener el
reconocimiento del derecho a la pensión demandada, la actora dedujo el recurso
extraordinario a fs. 145/149 que fue concedido a f. 154.

2. Que los agravios planteados tienen entidad para habilitar la instancia del art. 14 ley 48 Ver
Texto , habida cuenta de que se vinculan con la interpretación de normas de naturaleza federal
2
y la sentencia definitiva emanada del superior tribunal de la causa es adversa al derecho que la
recurrente sustentó en aquellas disposiciones (art. 14 inc. 3 ley 48 Ver Texto ).

3. Que, de los antecedentes del caso surge que la actora, hija soltera del suboficial Tomás A.
Vera Barros, convivió y cuidó a éste durante una larga enfermedad y que, al fallecer su
progenitor, solicitó de la Armada el otorgamiento de la pensión pertinente, solicitud que fue
denegada por tener la peticionante 48 años y cinco meses de edad y no 50 años, como lo exige
el inc. 5 art. 82 ley 19101 Ver Texto que regula la presente materia.

4. Que, al respecto, cabe señalar que en el proyecto de elevación al PE. de la ley 19101 Ver
Texto que reemplazó a la ley 14777 , se adujo que las modificaciones que se efectuaban al
título IV limitaban algunos derechos y extendían otros buscando una mayor adecuación de las
pensiones militares al nuevo rol que desempeñaba la mujer en la sociedad. En esa inteligencia
se reglamentó al beneficio de la hija soltera eliminando el presupuesto de la carencia de
medios propios de subsistencia y en su lugar se exigió haber convivido con el causante en
forma habitual y continuada durante los 10 años anteriores a su muerte y tener a esa fecha 50
años de edad (art. 82 inc. 5).

5. Que, por otra parte, en el art. 84 se estableció, como principio general, que los familiares
del personal militar que peticionaran la pensión deberían acreditar que reunían los requisitos
legales al día del fallecimiento del causante, pues no podrían solicitar el beneficio en
condiciones diferentes salvo los supuestos de excepción previstos en los incs. 7 y 8 del
artículo aludido.

6. Que, si bien una aplicación literal de las normas precedentemente citadas privaría a la
peticionante del beneficio que solicita, tal interpretación importaría desconocer que,
como se reconoce desde antiguo, el derecho no es sólo lógica, sino también experiencia,
entendiendo por tal la comprensión del sentido último que anida en cada caso. Este
temperamento también ha sido compartido por esta Corte, de modo especial al ocuparse de
temas como el que ahora toca resolver, en relación al cual ha expuesto que "el rigor de los
razonamientos lógicos debe ceder ante la necesidad de que no se desnaturalicen
jurídicamente los fines que los inspiran", fines éstos que, en lo esencial, consisten en
cubrir los "riesgos de subsistencia" (Fallos 224-453 [7]; 266-107; 282-425 [8]; 286-93;
306-1650; F.292.XXIII, "Fío de Nahón, Nilda N. v. Caja Nac. de Previsión para el Personal
del Estado y Servicios Públicos", del 17/3/92, A.255.XXIV, "Altobelli, Yolanda L. v. Caja de
Previsión Social de la Provincia y Prov. de Salta", del 3/11/92; y sus citas). De ahí que, en
relación al sub lite, "la aplicación de la ley debe efectuarse equitativamente de acuerdo
con la valoración de los hechos específicos traídos a conocimiento de los magistrados"
(Fallos 308-1978 y sus citas).

7. Que no cabe duda de que, para efectuar las modificaciones citadas, el legislador tuvo en
cuenta que en la actualidad un significativo número de mujeres desempeñan tareas
remuneradas que les permiten proveerse los medios propios de subsistencia y que, por lo
tanto, aun cuando se trate de hijas solteras la muerte del progenitor no es por sí sola causal
suficiente para tener por probado el desamparo que justificaría el otorgamiento de la pensión.
Empero, este criterio general no impide, a la luz de los principios de contenido social que
informan a la materia, examinar las particularidades que puede presentar el caso concreto.

8. Que, a este respecto, se advierte que concurre en el caso sub examine una circunstancia
especial, no contemplada específicamente por la ley pero que, en la opinión de este Tribunal,
no escapa al sentido último que anima a ésta: la actora no sólo se limitó a convivir con el
causante por un período superior al mínimo exigido por la ley, sino que, desde 1970, cuidó a
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éste de la enfermedad (aterosclerosis cerebral) que padecía, a la cual debe sumarse la pérdida
progresiva de la visión que derivó, en 1977, en ceguera total. Dicha conducta, a la que debe
agregarse la circunstancia de que, con anterioridad, y a raíz del fallecimiento de su madre, la
peticionante debió avocarse al cuidado de sus hermanos menores, imposibilitó a ésta el
desarrollo de actividades laborales ajenas a las específicas del hogar, lo que, a la postre,
derivó en la imposibilidad de contar con una preparación adecuada para acceder al mercado
de trabajo y en la dependencia económica respecto de su padre y hermanos (conf. sobre estos
extremos, las constancias y los testimonios de fs. 28/38, 91, 94, 100/100 vta. y 103).

9. Que, la situación recién descripta -no considerada por el a quo en la sentencia recurrida-
autoriza a afirmar que en la causa se encuentra acreditada la incapacidad de ganancia y el
estado de precariedad y desamparo, contingencias que habilitan el acceso a la pensión
conforme lo ha señalado este Tribunal en conocida jurisprudencia (Fallos 286-93; 310-
2159 [9]; 313-578; 314-250, entre otros).

10. Que, por lo demás, un atento examen de la norma del art. 82 inc. 5 permite concluir que la
finalidad que anima a la misma -dentro de la política legislativa de adecuar el acceso a la
pensión por parte de la hija soltera de acuerdo con las circunstancias sociales de la
época- no aspira tanto a verificar el mero cumplimiento formal de los requisitos allí
establecidos, cuanto a premiar la actuación de quien, de forma efectiva, se involucró en
la suerte de su familia.

11. Que, bajo tal orden de ideas y de conformidad con las constancias de autos, surge que la
conducta de la actora, en cuanto al cumplimiento de uno de los requisitos legales (años de
convivencia) supera lo exigido por el tenor literal de la ley y que, si bien no reúne el requisito
de la edad exigido, ello acontece por un margen mínimo que no puede, en este caso, y en
virtud de las razones anteriormente expuestas (consids. 8 y 9) ser valorado restrictivamente
(Fallos 302-1284 [10]). Por ello, parece plausible realizar al sub lite una aplicación
equitativa de ese aspecto del precepto, en aplicación del criterio de esta Corte según el cual
"no es siempre método recomendable el tenerse estrictamente a las palabras de la ley, ya
que el espíritu que las nutre es lo que debe rastrearse en procura de una aplicación
racional, que avente el riesgo de un formalismo paralizante; debiéndose buscar en todo
tiempo una valiosa interpretación de lo que las normas, jurídicamente, han querido
mandar, de suerte que la admisión de soluciones notoriamente disvaliosas, pudiéndose
arbitrar otras de mérito opuesto, no resulta compatible con el fin común de la tarea
legislativa como de la judicial" (Fallos 305-2040 [11] y 311-2223 [12]), entre muchos
otros).

12. Que, por último, cabe destacar que esta solución es la que se compadece con el mandato
constitucional que garantiza la protección integral de la familia (art. 14 bis), de suerte que, si
bien "es principio general en materia de pensiones que éstas deben acordarse con arreglo a la
situación existente al día del fallecimiento" (Fallos 282-425; 300-1195 [13] y sus citas),
también lo es que "en materia de previsión social no debe llegarse al desconocimiento de
derechos sino con extrema cautela" (Fallos 266-299; 280-317, 296, 23 [14]; y sus citas, entre
muchos otros), cautela que ha de depender de una meditada ponderación de las circunstancias
del caso.

Por ello, se declara bien concedido el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia
apelada. Costas por su orden, atento a la naturaleza de la cuestión debatida (art. 68 párr. 2
CPr. Ver Texto ). Notifíquese y devuélvase al tribunal de origen a fin de que, por quien
corresponda, se dicte un nuevo pronunciamiento conforme a lo resuelto en la presente.

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DISIDENCIA DEL DR. BELLUSCIO. - Considerando: 1. Que contra el pronunciamiento
de la sala 3a. de la C. Nac. de Apels. en lo Cont. Adm. Fed. que -al revocar el fallo de la 1a.
instancia- rechazó la demanda incoada contra el Estado Nacional tendiente a obtener el
reconocimiento de un derecho a pensión, la interesada interpuso el recurso extraordinario de
fs. 145/149 que fue concedido a f. 154.

2. Que el remedio federal es formalmente procedente pues se halla en debate la inteligencia


acordada a una ley de esa naturaleza, en la cual la apelante fundó su derecho y lo resuelto por
el a quo ha sido contrario a su pretensión.

3. Que si bien en materia de seguridad social el rigor de los razonamientos lógicos debe ceder
a fin de que no se desnaturalicen los fines superiores que la informan no cabe admitir un
criterio de valoración de los hechos e interpretación de las leyes aplicables que conduzca
a una comprensión de la norma que equivalga a prescindir de sus términos. No es dable,
pues, apartarse del principio primario de la sujeción de los jueces a la ley ni atribuirse el
rol de legislador para crear excepciones no admitidas por éste. De hacerlo así se olvidaría
que la primera fuente de interpretación de la ley es su letra y que cuando ésta no exige
esfuerzo de interpretación la norma debe ser aplicada directamente, con prescindencia
de consideraciones que excedan las circunstancias del caso expresamente contempladas
en aquélla (Fallos 218-56 [15]; 299-167).

4. Que sobre la base de tales principios corresponde precisar que la ley en examen 19101 -al
reemplazar a la anterior 14777- señala, en el proyecto de elevación al PEN., que "las
modificaciones que se introducen al título IV `pensionistas del personal militar' limitan
algunos derechos y extienden otros buscando una mayor adecuación de las pensiones
militares al nuevo rol que desempeña la mujer en la sociedad", de suerte que "dentro de ese
criterio se limita el derecho de la hija soltera". Así se elimina el requisito de la carencia de
medios propios de subsistencia y en su lugar el nuevo art. 82 -inc. 5- en lo que al caso
interesa, exige dos: haber convivido con el causante en forma habitual y continuada durante
los 10 años anteriores a su muerte y tener, a esa fecha, 50 años de edad.
A su vez, el art. 84 sienta el principio general según el cual los familiares del personal militar
concurren a ejercitar su derecho a pensión con arreglo a la situación existente al día del
fallecimiento o de la baja del causante. Y textualmente expresa que, con la sola excepción de
los supuestos indicados en los incs. 7 y 8 del precitado art. 82, no podrán hacerlo si no lo
tuvieren en aquel momento.

5. Que en tales condiciones y de acuerdo con la correcta inteligencia que corresponde asignara
los preceptos reseñados, compatibilizados con la finalidad perseguida por la ley, no resulta de
un rigorismo reñido con los principios que sustentan al derecho previsional la exigencia de
cumplimiento de los específicos requisitos previstos y en virtud de los cuales no es factible el
acceso a la pensión por parte de la hija soltera del causante ante la ausencia de alguno de
ellos.

Por ello, se declara procedente el recurso extraordinario y se confirma la sentencia apelada.


Con costas (art. 68 CPr.). Ver Texto

NOTAS:

(1) ALJA (1853-1958)1-14 - (2) ALJA (1853-1958)1-683 - (3) JA 19-1973-594 - (4) JA 1991-III-259 - (5) JA
25-1975-339 - (6) JA 1986-I-509 - (7) JA 1953-I-57 - (8) JA 15-1972-191 - (9) JA 1988-IV-291 - (10) JA 1981-
II-61- (11) JA 1984-IV-224 - (12) JA 1989-II-691 - (13) JA 1979-I-609 - (14) JA 1977-II-426 - (15) JA 1951-II-
392.

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EQUIDAD EN LA JURISPRUDENCIA DE LA CORTE:
Para desentrañar lo que es equidad, es necesario detectar su sentido en las tradiciones
históricas:
- Epikeia griega: la equidad es la justicia conforme a la ley, pero la equidad es un correctivo, y
la
justicia una rectificación
- Aequitas romana: es sinónimo de derecho (Ius). Es lo justo.
- Tradición cristiana: muta de contenido, ya no es corrección de la ley, sino del Ius.
En cuanto al control de constitucionalidad de las leyes, el juez declara la inaplicación de ellas
en el caso, al contrario de lo que sucede con la Epikeia, en la que se corrige el tenor de la ley
para que abarque ciertos casos no contemplados por ella.
En la causa Vera Barros, la Corte analiza la ley relativa al régimen de las jubilaciones. La ley,
general, solo toma casos que suceden con más frecuencia, por lo que ya sabe que un
número de supuesto escapará de su ámbto.
De allí la aplicación de la Epikeia, que permite tener en cuenta hechos de gran importancia
en este caso, de allí que se analiza los hechos de la peticionante: convivió con la causante
por un período superior al exigido, la cuidó de una enfermedad, cuido de sus hermanos,
todo ello imposibilitándole el acceso al mercado laboral.
Es por esto que la Corte considera que el considerando 6º se contrapone con el recurso de
Epikeia, porque la aplicación literal de las normas privaría a la peticionante del beneficio que
solicita.

FALLO “COMUNIDAD HOMOSEXUAL ARGENTINA”

 → Comunidad Homosexual Argentina en 1991, y Asociación Lucha por la Identidad


Travesti- Transexual c/ Inspección General de Justicia en 2006:
Luego de que la CSJN le rechazó la personería jurídica a la Comunidad, en 2006, se
decidió por unanimidad concederle la personería jurídica a la Asociación de Lucha,
que le había sido negada anteriormente. Se le reconoció su representación ante el
Estado en diversos actos, como ser la presentación en juicios o acciones públicas, la
posibilidad de pedir subsidios, abrir una cuenta bancaria, ingresar a las comisarías en
casos de detenidos pertenecientes a la organización, entre otras atribuciones que les
otorga esa figura jurídica.
Anteriormente, se había denegado esta solicitud de personería jurídica, debido al
fundamento de que tenían intereses personales, y que no aportaban al “bien
común”. Se relaciona con la Causa Final.

El caso “Comunidad Homosexual Argentina c. Resolución Inspección General de Justicia”,


de la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), del año 1991, es un antecedente
histórico en relación con el derecho de las personas LGBT a obtener la personería jurídica [1].

La Comunidad Homosexual Argentina (CHA) solicitó el otorgamiento de la personería


jurídica. Denegado el pedido por la Inspección General de Justicia (IGJ), la asociación apeló
judicialmente la resolución, que fue confirmada por la Sala I de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil. Contra tal pronunciamiento, la peticionante interpuso recurso
extraordinario, el que fue concedido parcialmente, por lo que interpuso recurso de hecho. La
CSJN, por mayoría, confirmó la sentencia, entendiendo que la CHA no tenía como objeto
principal el bien común.

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La CHA había manifestado que el objeto que se tuvo en miras a la hora de su creación era
bregar por que la condición de las personas homosexuales no sea motivo de discriminación en
lo familiar, social, moral, religioso, laboral, ni de ninguna otra índole, generar ámbitos de
reflexión y de estudios multidisciplinarios sobre la problemática homosexual y difundirlos y,
en último término, luchar por la plena vigencia de los derechos humanos en todo el territorio
de la Nación Argentina.

Sin embargo, los argumentos de la Cámara, en línea con la resolución de IGJ, consistieron,
entre otros, en que:

“(…) la decisión del ente rector tuvo sustento en autorizadas opiniones que concordaron en el
hecho de que la homosexualidad es un trastorno en la conducta sexual y en gran parte de los
casos requiere un adecuado tratamiento psiquiátrico; c) que por otra parte, los principios de la
denominada “moral cristiana”, que rechazan este tipo de conductas por ser contrarias a los
objetivos mismos de la sexualidad, esto es a la reproducción de la especie, poseen profundo
arraigo en nuestra sociedad y se expresan por medio de los arts. 2, 67 incs. 15 y 16 de la
Constitución Nacional y art. 33 del Cód. Civil; d) que la pretensión intentada se aparta del art.
14 bis de la Ley Fundamental, en cuando dicha norma asegura la protección integral de la
familia; e) que los fines de la asociación en cuestión no se compadecen, por otra parte, con los
objetivos de bien común que exige la norma vigente para el otorgamiento de la personería
jurídica (…)”.

Por lo tanto, al no cumplir con los requisitos para obtener la personería jurídica, no podría
decirse, según la decisión de la Cámara, que hubo discriminación contra la CHA, ya que la
Ley 23.592 de Actos Discriminatorios no sanciona toda discriminación, sino

“(…) exclusivamente aquella que en forma arbitraria restrinja de algún modo o menoscabe el
pleno ejercicio sobre bases igualitarias de los derechos y garantías fundamentales reconocidos
en la Constitución Nacional.”

La Cámara había interpretado que la CHA tendría como fin “la defensa pública de la
homosexualidad con vistas a su aceptación social” y ése fue uno de los motivos para rechazar
la demanda, ya que dicho objeto sería contrario al “bien común”. La CSJN coincide con dicho
argumento, aun cuando el objetivo mencionado no estuviera probado, sino que surge como
interpretación de la Cámara. Al responder a los distintos agravios de la demandante, la CSJN
considera que no corresponde en el caso su revisión, ya que no hay arbitrariedad que lo
justifique, y surge de la sentencia la enunciación de las razones para así decidir.

A su vez, en relación con el derecho a la libre expresión, la CSJN sostiene que el mismo no se
ve cercenado, ya que las simples asociaciones civiles (del artículo 46 del Código Civil) tienen
plena capacidad para ejercer su derecho a la libre expresión, aun sin acceder a la personería
jurídica. Según lo entiende el juez Belluscio en su voto, “El derecho constitucionalmente
consagrado es el de asociarse y no el de acceder a la personalidad jurídica.”

Asimismo, en línea con lo decidido por la mayoría, según el voto del juez Barra,

“La autorización prevista en el art. 33 del Cód. Civil es de interés estatal –para fomentar en
los particulares su asociación con finalidades que el Estado considera de bien común–, por lo
cual –cuando expresa un interés sustancial estatal, según resulta de la motivación del acto
administrativo denegatorio de la personalidad jurídica pedida– su no otorgamiento no agravia
derechos del peticionante, ni puede importar discriminación alguna.”

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Sin embargo, es importante destacar el voto en disidencia del Dr. Carlos Fayt, quien entiende
que, aun cuando la CHA podría llevar adelante sus actividades como asociación civil, es claro
que la medida tomada por la IGJ le impide disfrutar de todos los derechos de que son titulares
las restantes asociaciones a las que sí se les otorgó la personería jurídica.

Asimismo, Fayt expresa que:

“La exégesis de la norma legal no puede llegar al extremo de exigir mayores requisitos que
los que impone la ley, situación que se presenta en la sentencia de Cámara dado el contenido
otorgado por ella al art. 33 del Código Civil” y que “(…) la protección consagrada por la
Constitución Nacional para la familia no puede ser interpretada con abstracción de otros
derechos (…) la arquitectura social, para la que es sumamente valiosa la unidad familiar, no
puede sobreponerse a las decisiones íntimas. De no ser así, se impondría a los habitantes de
nuestro territorio un tipo de vida planificado con el objeto de construir una comunidad
dirigida desde el poder que aniquilaría los derechos individuales”.

Fayt sostiene que:

“La protección del ámbito de privacidad resulta uno de los mayores valores del respeto a la
dignidad del ser humano y un rasgo de esencial diferenciación entre el estado de derecho y las
formas autoritarias de gobierno.”, por lo que “el punto axial en examen reside en determinar si
las conductas de las personas a las que tiene en vista la recurrente, trascienden o no la esfera
que la Constitución protege, de modo que puedan llegar a afectar a la sociedad toda” (…) y
“(…) la respuesta resulta negativa”.

Considera, además, que la homosexualidad es una fuente de discriminación y de


padecimiento, por ser considerada una práctica no adecuada a una normalidad:

“(…) aún cuando se le dé a este término el mas relativo y débil de los sentidos (…)”

Por su parte, el juez Petracchi, también en disidencia, considera que:

“(…) no se advierte vínculo racional alguno entre aquella pauta -la conducta sexual de los
asociados – y de algún ideal público constitucionalmente válido que se quisiera alcanzar
limitando el derecho de aquéllos a asociarse, como lo sería la defensa de bienes e intereses de
terceros respecto de un daño o peligro cierto y concreto, cuya existencia, por lo demás, no ha
sido acreditada en autos.”

En nuestro país, la Corte Suprema, en los fallos ALIT y CHA, equipara:


- Bien = favorable a la libertad.
- Bien = perfección.
Es destacable el voto del juez Petracchi, que es minoría en CHA, y luego mayoría en ALIT:
dice que bien común o buenas costumbres son términos ambiguos y vagos. No hay bienes
en sí mismos, sino en relación a algo o alguien, el bien se asocia a la perfección. Pero, a su
vez, la libertad encuentra su límite en el bien común, es decir, una ordenada libertad.

FALLO “ASOCIACIONLUCHA POR LA IDENTIDAD TRAVESTI –


TRANSEXUAL”

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En el caso “Asociación Lucha por la Identidad Travesti – Transexual c. Inspección
General de Justicia”, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala K, confirmó la
resolución de la Inspección General de Justicia que denegó a la Asociación de Lucha por
la Identidad Travesti Transexual (ALITT) la autorización para funcionar como persona
jurídica, en el marco del artículo 33, segunda parte, apartado 1° del Código
Civil. ALITT tiene como fin luchar para que el Estado y la sociedad no discriminen al
travestismo como una identidad propia, eliminándose prácticas marginatorias
y estigmatizantes que vinculan al travestismo con la violencia y la prostitución como
única alternativa de vida [1].
Una vez en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el año 2006, se hizo lugar a la
queja, se declaró procedente el recurso extraordinario y se revocó la sentencia apelada,
en línea con lo dictaminado por el Procurador General de la Nación.
La Cámara había tomado su decisión teniendo en cuenta que la asociación no cumplía
con el bien común (lo que no significa que fuera ilegal, según aclaración de la Cámara),
ya que:
“(…) el bien común se satisface cuando el objeto de la asociación es socialmente útil,
entendiendo por tal expresión a un bien general público extendido a toda la sociedad, de
manera que los objetivos se proyecten en beneficios positivos, de bienestar común, hacia
la sociedad en general.” y, en el caso en cuestión, “(…) los objetivos expuestos por los
recurrentes no se vinculan con ese propósito, sino que representan sólo una utilidad
particular para los componentes de la asociación y -por extensión- para aquellos que
participan de sus ideas.”
En primer lugar, la CSJN entiende que la decisión de la Cámara restringe el derecho de
asociación receptado en el artículo 14 de la Constitución Nacional y en tratados
internacionales de igual jerarquía. Aun cuando ALITT podría constituirse como
asociación civil, dicha figura no le otorga todos los derechos que ejercen las asociaciones
que sí son autorizadas por la IGJ para funcionar como personas jurídicas.
Cabe destacar que la CSJN en este caso cita los votos en disidencia de los jueces Fayt
y Petracchi en el fallo “Comunidad Homosexual Argentina c. Resolución Inspección
General de Justicia” mencionado en esta sección, al tratar el concepto de “fines útiles”
que condicionan el derecho a asociarse, según el artículo 14 de la Constitución Nacional.
Al entender de la CSJN:

9
“(…) La trascendencia del pluralismo, la tolerancia y la comprensión llevan a concluir
que todo derecho de asociarse es constitucionalmente útil, en la medida en que
acrecienta el respeto por las ideas ajenas, aun aquellas con las que frontalmente se
discrepa, y hasta se odia, favoreciendo la participación de los ciudadanos en el proceso
democrático y logrando una mayor cohesión social que nace, precisamente, de
compartir la noción fundacional del respeto a la diversidad y de la interacción de
personas y grupos con variadas identidades, creencias y tradiciones, sean culturales,
religiosas, artísticas, literarias, sociales, económicas, políticas, étnicas, religiosas, etc.
(Tribunal Europeo de Derechos Humanos en “Gorzelik and others v Poland”
Capplication n° 44.158/98C, pronunciamiento del 17 de febrero de 2004, puntos 89
a 92).”
Por lo tanto, a esta interpretación debería adecuarse el artículo 33, segunda parte,
apartado 1º, del Código Civil.
En esta oportunidad la CSJN tiene en cuenta que las personas travestis y transexuales
forman parte de una minoría sexual que sufre constantes prejuicios y actos
discriminatorios, en ocasiones sumamente violentos, y reconoce su vulnerabilidad y la
marginación social que sufren. Además, considera la dificultad para la inclusión laboral,
la carente atención sanitaria y la violencia institucional de la que son víctimas.
Por todo ello, la CSJN entiende que:
“resulta prácticamente imposible negar propósitos de bien común a una asociación que
procura rescatar de la marginalidad social a un grupo de personas y fomentar la
elevación de su calidad de vida, de sus niveles de salud física y mental, evitar la difusión
de dolencias infecciosas, prolongarles la vida, abrir proyectos para que la única opción
de vida deje de hallarse en los bordes de la legalidad o en el campo de arbitrariedad
controladora y, en definitiva, evitar muertes, violencia y enfermedad”.
Según la CSJN, no es posible sostener que defender el acceso a la salud, educación,
trabajo, vivienda y beneficios sociales de determinados grupos, así como propender a la
no discriminación, sean en el solo beneficio de las personas que forman parte de una
agrupación. Dichos objetivos forman parte del interés del conjunto social, y son parte del
objeto del Estado.
Por lo tanto, según la CSJN, no se rechazó la personería jurídica por el hecho de que se
estuviera beneficiando a un grupo en particular, sino porque “(…) ese auxilio está
dirigido al grupo travesti – transexual.” En el caso, según el tribunal, no se logra justificar
la diferencia de trato hacia un determinado grupo.

10
De manera radical la CSJN modifica la postura que tuvo en el caso anterior y comprende
al bien común en otros términos. Ya no hace una interpretación abstracta
e independiente de las personas de colectivos. En este precedente ya no tiene en cuenta
lo que la mayoría considera “común”, excluyendo a las minorías, sino que considera que
el bien común es el bien de todas las personas. Así, la CSJN afirma que “(…) el“bien
común” no es una abstracción independiente de las personas o un espíritu colectivo
diferente de éstas y menos aún lo que la mayoría considere “común” excluyendo a las
minorías, sino que simple y sencillamente es el bien de todas las personas, las que suelen
agruparse según intereses dispares, contando con que toda sociedad contemporánea es
necesariamente plural, esto es, compuesta por personas con diferentes preferencias,
visiones del mundo, intereses, proyectos, ideas, etc.”
En ese sentido la Corte expresa que:
“La restauración definitiva del ideal democrático y republicano que plasmaron los
constituyentes de 1853 y profundizaron los de 1994, convoca (…) a la unidad nacional,
en libertad, pero no a la uniformidad u homogeneidad. El sentido de la igualdad
democrática y liberal es el del“derecho a ser diferente”, pero no puede confundirse
nunca con la“igualación”, que es un ideal totalitario y por ello es, precisamente, la
negación más completa del anterior, pues carece de todo sentido hablar del derecho a un
trato igualitario si previamente se nos forzó a todos a ser iguales”.
Según el voto del juez Fayt, en consonancia con la decisión de la mayoría:
“(…) la Cámara no ha advertido la inconsecuencia a la cual conduce irremisiblemente su
errónea concepción del bien común, pues no intenta conciliar la rigurosa comprensión
asignada al texto infraconstitucional en juego con los derechos reconocidos desde 1994
en la Ley Suprema a las asociaciones que, como la actora, tienen por objeto evitar
cualquier forma de discriminación, al atribuirseles capacidad procesal para pretender
ante el Poder Judicial la tutela del derecho señalado.”
De esta manera, se hace lugar a la queja, se declara procedente el recurso extraordinario
y se revoca la sentencia de la Cámara.

La Corte despejó las trabas al reconocimiento de las travestis


El alto tribunal le concedió personería jurídica a una asociación de travestis y transexuales.
Negar ese derecho, dijo, sería discriminatorio.

En la semana del Orgullo Gay, la Corte Suprema decidió respaldar un viejo reclamo de
las minorías sexuales. El tribunal en pleno resolvió conceder la personería jurídica a
11
la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti-Transexual (Alitt). Negar ese derecho,
advirtieron los jueces supremos, sería un acto de discriminación. El fallo implica un
vuelco histórico en la jurisprudencia de la propia Corte, que hace quince años le negó
el reconocimiento a la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) con el argumento de
que su objeto social era “contrario al bien común”.

A la CHA le llevó cuatro años conseguir la personería después de aquella resolución de la


Corte del menemismo. La teoría de que la finalidad no tiende al “bien común” fue recogida
por la Inspección General de Justicia (IGJ) para rechazar también el pedido de
reconocimiento de los travestis y transexuales. El organismo sostuvo que no era “una
prioridad para el Estado la aceptación del travestismo como una identidad propia o la
construcción de una ciudadanía travesti-transexual”, como pedía Alitt.

Tras cuestionar a la IGJ, las travestis tuvieron un fallo adverso de la sala K de la Cámara
Civil, que incluso las acusó de perseguir “beneficios personales para los integrantes del
grupo”. Alitt, pese a todo, decidió llevar la pelea hasta la Corte, donde el expediente llevaba
dos años.

De los jueces que integraban el máximo tribunal en 1991, sólo siguen en funciones Enrique
Petracchi y Carlos Fayt. Fueron los únicos que aquel año votaron en minoría, a favor de la
comunidad homosexual. La resolución de ayer recupera los argumentos que usaron ambos
por entonces. El texto final se conocerá hoy, ya que a última hora faltaba la firma de Fayt.
Petracchi, Ricardo Lorenzetti, Raúl Zaffaroni, Juan Carlos Maqueda, Elena Highton de
Nolasco y Carmen Argibay apoyaron un voto común.

- El alto tribunal considera que negar la personería jurídica a travestis y transexuales es una
iniciativa discriminatoria en un país que no permite la discriminación por ideas, identidades,
tendencias u orientación sexual, señalaron fuentes judiciales.

- La Corte entiende que la Cámara Civil las excluyó de un derecho de manera arbitraria.

- El nuevo fallo considera que los camaristas hicieron una interpretación restrictiva al
analizar la finalidad que persigue Alitt.

Para los supremos se puede pensar que todo tiende al “bien común” excepto las conductas
que son evidentemente ilegales, o sea, que afectan los derechos de los demás. En ese
sentido, las acciones que apunten al pluralismo en una sociedad democrática estarían
orientadas hacia el “bien común”. Ese concepto, además, según el planteo de la Corte no se
puede reducir a lo que quiere o piensa una mayoría.

- Fayt eligió hacer hincapié en la defensa del derecho de asociación y señalar que la
Constitución ampara “el respeto a la dignidad humana”, un punto que forma parte de las
metas de la asociación de travestis.
12
La definición de la Corte permitirá que Alitt trabaje en los objetivos que detalló a la Justicia
así: que las “travestis y transexuales se conviertan en sujetos/as de derecho”, conseguir
para ellas “una mejor calidad de vida”, lograr “la ciudadanía travesti-transexual” para “exigir
el derecho a la salud, educación, trabajo, vivienda y demás beneficios sociales” y “propiciar
la divulgación en materia de derechos sexuales y antidiscriminación”. Este sábado, la
marcha del Orgullo Gay Lésbico Travesti Transexual y Bisexual vendrá con festejos.

FALLO ARANCIBIA CLAVE

Fallo “Arancibia Clavel” contra la CSJN, 2004:


Un ex agente de la inteligencia chileno, cometió homicidios de lesa
humanidad, en Argentina, lo cual se trató por medio de materia
internacional, más bien dicho, costumbres internacionales. Por lo cual el
chileno exigía la retroactividad de la ley penal, y la CSJN establecía que
esos delitos eran imprescriptibles con anterioridad a la Convención de
crímenes de lesa humanidad, ya que era costumbre internacional.
Podemos relacionar este fallo, con Los Tratados Internacionales y su
validez en determinados casos concretos que se encuentran por encima
de la Constitución Nacional u otra ley penal.

Al acusado Arancibia Clavel, el Tribunal Oral Federal numero seis lo condeno a la


pena de reclusión perpetua y accesorias por considerarlo participe necesario del
homicidio, agravado por el uso de explosivos y por el concurso de dos o más
personas, del matrimonio Prats Cuthbert y como autor de la conducta
consistente en pertenecer a una asociación ilícita integrada por diez o más
personas con una organización de tipo mi litar e integrada por oficiales o
suboficiales de las fuerzas armadas, quienes disponían de armas de fuego y
explosivos y recibía apoyo, ayuda o dirección de funcionarios públicos;
entendidos a estos participes como miembros del gobierno de facto de August o
Pinochet en Chile, mas la colaboración de personas o funcionarios públicos
Argentinos en carácter de informantes o meros participes logísticos.
El homicidio se cometió en la Republica Argentina por ciudadanos chilenos
contra ciudadanos chilenos. Asimismo se acredito que el condenado había
formado parte de la la DINA (dirección de inteligencia nacional de Chile, facción
exterior), dependiente del gobierno ya mencionado durante los años de 1974 a
1978. Dicho cuerpo constituía una asociación ilícita integrad a por mas de diez
miembros cuya finalidad consistía en la persecución en todo el mundo de los
opositores políticos exiliados y miembros del gobierno Chileno derrocado,
también exiliados; cuyo fin fue la persecución, la privación ilegitima de la
libertad, las lesiones por medio de torturas, la sustracción de documentos para
su falsificación y reutilización, como amedrentar a los exiliados que tomaren
conocimiento de dichas actividades, con el fin de que estas personas exiliadas
13
no se organizaren políticamente.
Por estos motivos el tribunal oral fallo contra el acusado Clavel, como autor del
delito de asociación ilícita agravada, en concurso real con el de participación
necesaria en el homicidio. A raíz de esta fallo la parte demandada apelo a la
Cámara de Casación Penal, esta caso parcialmente y sobreseyó al imputado en el
delito de asociación ilícita por el motivo de la prescripción del delito y por
considerar igual como no probado tal asociación.
La parte querellante, en representación del gobierno de Chile, interpuso el
recurso extraordinario federal por considera al fallo de la Cámara de Casación
Penal como arbitrario.
El Procurador General de la Nación, dictamino como insustanciales los agravios
presentados por la parte querellante, para ser tratados por l a Corte Suprema de
Justicia de la Nación, ya que expuso en seis consideraciones que la decisión de
la Cámara de Casación Penal cuenta con fundamentos suficientes para descartar
la acusación de fallo arbitrario. Y así en la fecha citada el Procurador Genera l de
la Nación rechazo la queja.
A raíz de la denegación del recurso extraordinario federal, la parte querellante
interpuso la queja.
En consecuencia la Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió en la materia
sustantiva del caso. Falló correspondiend o el criterio de aplicar los tratados
internacionales y el ius gentium. Declaro procedente el recurso extraordinario,
dejo sin efecto la sentencia apelada, remitió los autos al tribunal de origen para
que se falle conforme al dictamen de esta (que fue el m ismo que en el tribunal
original), en la fecha del veinticuatro de agosto de 2004.
Las consecuencias que se desprenden del Fallo en cuanto a las fuentes de
derecho internas y externas pesan sobre la supremacía que tienen unas fuentes
sobre otras. La C.S.J.N. en el fallo en que se juzga a Arancibia Clavel al referirse
a las imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad dice:
“Que en rigor no se trata propiamente de la vigencia retroactiva de la norma
internacional convencional, toda vez que su carácte r de norma consuetudinaria
de derecho internacional anterior a la ratificación de la convención de 1968 era
ius cogens, cuya función primordial "es proteger a los Estados de acuerdos
concluidos en contra de algunos valores e intereses generales de la comun idad
internacional de Estados en su conjunto, para asegurar el respeto de aquellas
reglas generales de derecho cuya inobservancia puede afectar la esencia misma
del sistema legal" (Fallos: 318:2148, voto de los jueces Nazareno y Moliné
O'Connor).
Desde esta perspectiva, así como es posible afirmar que la costumbre
internacional ya consideraba imprescriptibles los crímenes contra la humanidad
con anterioridad a la convención, también esta costumbre era materia común
del derecho internacional con anterioridad a la incorporación de la convención
al derecho interno”

14
Asi, se puede entender que el “ius cogens” o costumbre internacional estaria
incluso por encima de la Constitución Nacional misma, toda vez que al ser ésta
aceptada por el Estado Nacional, la obliga en forma automatica, dejando de
aplicarse el derecho interno para pasar a aplicar el “ius cogens” internacional
automáticamente, o sea, en forma operativa, incluso antes de que se incorpore
una convención al derecho interno, ya que la fuente seria la costu mbre misma.
Para entender el razonamiento del voto mayoritario de la Corte, se puede
mencionar al análisis de la autora Maria A. Gelli “el art. 75, inc 22, dispuso que
los tratados de Derechos Humanos que allí se enunciaban, tienen jerarquía
constitucional a) en las condiciones de su vigencia; b) no derogan articulo
alguno de la primera parte de la Constitución; y c) deben entenderse
complementarios de los derechos y garantías en ella reconocidos”. Asimismo la
autora haciendo un paralelismo con el fallo “Ch ocobar” (321 :885 de 1998)
concluye “ en varios precedentes de la Corte Suprema se sostuvo que los
convencionales constituyentes de 1994 efectuaron el análisis de compatibilidad
entre aquellas dos fuentes normativas, verificando que no se produjo
derogación alguna de la primera parte de la Constitución. En consecuencia, no
cabria a los magistrados judiciales mas que armonizar ambas fuentes -
Constitución y tratados-en los caso concretos”.
Este análisis se puede complementar por el voto del Juez Boggiano, en el
considerando 10 párrafo segundo: “En rigor, cuando el Congreso confiere
jerarquía constitucional al tratado hace un juicio constituyente por autorización
de la Constitución misma según el cual al elevar al tratado a la misma jerarquía
que la Constitución estatuye que este no solo es arreglado a los principios de
derecho publico de la Constitución sino que no deroga norma alguna de la
Constitución sino que la complementa.” ... “ Si tal armonía y concordancia debe
constatarse, es obvio, con mayor razón que el tratado también se ajusta al Art.
27 de la Constitución”.
Como corolario citamos al doctrinario Miguel M. Padilla, en opinión del autor,
sostiene sobre dos puntos su postura critica hacia la Corte, a saber: Se refiere a
la Convención sobre Crímenes de Lesa Humanidad, considerando la opinión en el
voto mayoritario y haciendo mención a la opinión de uno de los jueces que
integraron dicho voto.
“ En lo tocante a este instrumento, creo interesante citar este autorizado juicio:
“Sin embargo, se ha dicho que en razón de escasos números de estados que han
expresado su consentimiento en obligarse por ella y de la practica de rechazarse
pedido de extradición por tales crímenes fundados, precisamente, en la
prescripción de la acción, resultaría difícil sostener qu e esta regla tenga una
fuente tanto convencional como consuetudinaria y que, por ende, pudiera
tratarse de un principio general del derecho internacional bien reconocido por
la comunidad internacional” H.G. Posse “Los principios generales del derecho y
los crímenes mas graves de trascendencia internacional”, en una publicación

15
editada por la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales titulada “La
Corte Penal Internacional y su competencia”. Bs. As. 2004.
El segundo punto tratado por el autor es con re ferencia a al estatuto de Roma,
citado también en el voto de la mayoría. El estatuto se aprobó el diecisiete de
julio de 1998, entro en vigor el primero de julio de 2002 y, la Nación Argentina
deposito el instrumento de ratificación el ocho de febrero de 2 001.
Él articulo 11 prescribe: La Corte tendrá competencia únicamente respecto de
crímenes cometidos despues de la entrada en vigor del presente Estatuto.
Y el autor se pregunta “¿ Puede caber alguna duda en cuanto a la no
aplicabilidad de las normas del Estatuto de Roma solamente para hechos y actos
posteriores a su entrada en vigencia?”. (reflexiones jurídicas en torno de la
doctrina de la corte suprema en el caso Arancibia clavel, academia nacional de
ciencias morales y políticas bs. As. 2005, paginas 32 2 y 363 respectivamente)
Como se puede apreciar en forma sucinta, el fallo de la Corte hace aplicación de
los Tratados de Derechos Humanos con rango constitucional, de forma
operativa, lo que no obsto a recibir criticas debido a la complejidad en la
harmonización de las garantías
Constitucionales y las responsabilidades de la Nación Argentina frente a los
ciudadanos y a los Estados.

FALLO “BRADWELL V.THE STATE OF ILLIONS”

Bradwell v. Estado de Illinois , (1872), caso legal de EE. UU. Que probó la
constitucionalidad de la denegación de la Corte Suprema de Illinois de una licencia
para ejercer la abogacía para reformar activistaMyra Bradwell porque era una mujer.
El caso de Bradwell contra el Estado de Illinois fue presentado ante la Corte
Suprema de los Estados Unidos en 1872. La opinión de Illinois señaló que el
estatuto que regulaba las licencias de abogados estaba enraizado en la aprobación
expresa del derecho común inglés por parte de la legislatura estatal , que no
aceptaba mujeres al bar. Además, el Tribunal de Illinois escribió: "Que Dios diseñó
los sexos para ocupar diferentes esferas de acción, y que pertenecía a los hombres
para hacer, aplicar y ejecutar las leyes, se consideraba una verdad casi axiomática ".
Los abogados de Bradwell discutieron antes de la Corte Suprema de EE. UU. Que la
denegación de licencia de la Corte Suprema de Illinois redujo los "privilegios e
inmunidades" de Bradwell como ciudadano de los Estados Unidos. En su decisión
que confirma la denegación de la Corte Suprema de Illinois, la Corte Suprema de
EE. UU. Sostuvo que la reclamación de Bradwell quedaba fuera del alcance de
la Decimocuarta Enmiendaporque era ciudadana del estado tomando medidas y
16
porque la protección de la Decimocuarta Enmienda no se extendía a la regulación de
licencias de leyes . En una opinión concurrente , tres de los jueces escribieron que
"[e] l destino primordial y la misión de la mujer son cumplir los oficios nobles
y benignos de esposa y madre. Esta es la ley del Creador ". Bradwell fue admitido en
el Colegio de Abogados de Illinois en 1890 y se le otorgó una licencia para ejercer
ante la Corte Suprema de los EE. UU. En 1892.

Bradwell v. Estado de Illinois , 83 U.S. (16 Wall. ) 130 (1873), [1] fue uncaso de
la Corte Suprema de los Estados Unidos que solidificó la estrecha lectura
de Privileges o Immunities Clause de la Decimocuarta Enmienda , y determinó que el
derecho practicar una profesión no estaba entre estos privilegios. El caso también es
notable por ser undesafío de la Decimocuarta Enmiendaaprincipiosde la
discriminación sexual en los Estados Unidos.

Antecedentes del caso [ editar ]


Myra Bradwell solicitó la admisión al Colegio de Abogados de Illinois de acuerdo con
un estatuto estatal que permitía a cualquier adulto de buen carácter y con suficiente
capacitación ser admitido en la práctica de la abogacía. Debido a que era una mujer,
sin embargo, la Corte Suprema de Illinois negó su admisión, señalando que la
"contienda" de la barra seguramente destruiría la feminidad. Bradwell apeló la
decisión ante la Corte Suprema de los Estados Unidos , argumentando que su
derecho a ejercer la ley estaba protegido por la cláusula de Privilegios o
Inmunidades de la Decimocuarta Enmienda .

La decisión del tribunal [ editar ]


Mayoría [ editar ]
La Corte Suprema no estuvo de acuerdo con Bradwell. En un fallo 8-1, confirmó la
decisión del tribunal de Illinois, al dictaminar que la Cláusula de Privilegios o
Inmunidades de la Decimocuarta Enmienda no incluía el derecho a ejercer una
profesión, por lo que era regulable por los estados. La opinión de la mayoría
renuncia a un largo debate de este punto al referirse a la discusión de los privilegios
e inmunidades en los Casos de Mataderos .
La mayoría también desestimó cualquier reclamo bajo la cláusula de privilegios e
inmunidades de la Constitución no enmendada-Artículo IV, Sección 2, Cláusula 1.
Bradwell argumentó que debido a que ella había nacido en Vermont pero luego se
mudó a Illinois, Illinois denegó la licencia de una ley. discriminación entre
estados. Pero la Corte observó que bajo la Decimocuarta Enmiendarecientemente
promulgada , "Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos, y
sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de los Estados Unidos y del Estado en el
que residen". Debido a que Bradwell había sido residente de Illinois durante varios
años, ahora era ciudadana de Illinois, y la disposición interestatal del Artículo IV no
se aplicaba.
Otras opiniones [ editar ]
Aunque la opinión mayoritaria prácticamente no hace referencia al sexo de Bradwell
y no decide el caso sobre la base de que ella sea una mujer, tres jueces
consideraron que su sexo era crítico. La opinión del juez Bradley que concurre en el
juicio de la Corte postula que "la timidez y delicadeza natural y apropiada que
17
pertenece al sexo femenino evidentemente no le sirve para muchas de las
ocupaciones de la vida civil ... El principal destino y misión de las mujeres es cumplir
las nobles y benignas oficinas de esposa y madre. Esta es la ley del Creador ". 83
US 130, 142. Esto está en desacuerdo con la disidencia de Bradley en los casos del
Matadero., donde había argumentado (con respecto a los hombres) que "el derecho
de cualquier ciudadano a seguir cualquier empleo legal que elija adoptar
(sometiéndose a todas las regulaciones legales) es uno de sus derechos más
valiosos, y uno que el legislador de una El Estado no puede invadir, ya sea
restringido por su propia constitución o no ". 83 US 36, 114.
El único disidente, el presidente del Tribunal Supremo, Chase, no pudo presentar
una opinión debido al deterioro de la salud. [2]

FALLO “MAUERSCHUTZEN” (GUARDIANES DEL MURO)

Fallo “Los guardianes del Muro” c/ Tribunal Constitucional Federal Aleman en


1996:
Los guardianes del muro que vigilaban la frontera de Alemania Occidental con la
Oriental, cumplían sus funciones amparadas por “normas” que legitimaban el
uso del fuego contra quien cruce la frontera, y por decisiones tomadas por
superiores a ellos. Una vez caído el muro de Berlin, y ocurrida la unificación de
Alemania, el caso llegó a los tribunales de ese país, y se debatiría la actuación
de tales personajes.
La principal defensa de los guardias, se basaba en que su actuación se debió a
una orden impartida por un superior; y además para la época ese modo de
actuar no se consideraba contrario a la ley. Los tribunales alemanes, incluso el
Tribunal Constitucional, señalaron entre sus consideraciones que el principio de
irretroactividad de la ley alegado po r los guardianes, debe aplicarse cuando
exista un Estado de derecho.
Al no existir un Estado de derecho en la Alemania Oriental, y siendo que las
normas en esa época estaban en franca contradicción con la justicia, el Tribunal
Constitucional encontró culpable a los guardianes.
Por lo tanto, no todas aquellas órdenes que ejecuten los funcionarios públicos, y
que estén amparadas en "normas", significan que sean justas, y por lo tanto
pudiesen estarse actuando bajo los parámetros de injusticia

El Tribunal Constitucional Federal de Alemania (Bundesverfassungsgericht) dictó un


emblemático fallo conocido como “Los guardianes del muro de Berlín” donde se
resolvieron diversos recursos de inconstitucionalidad promovidos por los varios
agentes de los denominados “guardianes del muro” en contra del delito de homicidio
de una persona que intentó ingresar al territorio de la República Democrática
Alemana (R.D.A.). El tribunal es órgano judicial que operó una vez que se
reunificaron las alemanias, cuando el derecho de la Alemania Federal comienzo a
regir en la R.D.A.

A lo largo de la sentencia se describe la legislación vigente en la Alemania


Democrática, en aquella época estableció una política agresiva contra de los
migrantes, quienes eran considerados enemigos del gobierno y fueron llamados
18
“violadores de la frontera”, para ello la ley autorizaba el uso de la fuerza, de armas
de fuego y granadas de fragmentación terrestres. Los “guardianes del muro” tenían
la obligación de custodiar de la frontera interna entre las alemanias, conforme al
marco legal y a las órdenes dadas por sus superiores.

En su defensa los inculpados alegaron en su favor el cumplimiento de un mandato


emitido por un superior, el cual estaba legalmente establecido conforme lo dictaba la
legislación vigente de la época, que su conducta fue lícita, ya que sus actos no
tenían sanción alguna, tambien exigieron que se les aplicara el principio de
irretroactividad de la ley.

Dentro de las consideraciones del referido tribunal fue empleada la llamada “Formula
Radbruch” que se resume en el siguiente enunciado: “la injusticia extrema no es
derecho”, esta formula significa un derecho supralegal que tiene la finalidad de
invalidar al derecho vigente que sea contrario al principio de justicia. Esta fue la
herramienta con la que se envió a prisión a los llamados “guardianes del muro de
Berín”. Respecto al principio de irretroactividad de la ley, alegado por los inculpados,
el tribunal dispuso que éste debe aplicarse cuando exista un Estado de derecho. En
la Alemania democrática no existía división de poderes, ni democracia, ni había
reconocimiento de los derechos humanos por lo que no había tal Estado de derecho.
Este es un caso ejemplar de lo que un Estado jamás deberá hacer, si bien es cierto
que las normas del sistema jurídico de la R.D.A. permitían y ordenaban las
conductas realizadas por los guardianes, esto no quiere decir que sean legítimas. El
Tribunal Constitucional Federal de Alemania utilizó una estrategia inteligente para
fundamentar su fallo, apeló a un principio supralegal “la injusticia extrema no es
derecho”, esta máxima tiene una razón de ser, la experiencia alemana nos deja ver
que no se puede permitir que cualquier cosa se convierta en derecho, es necesario
tener parámetros para validar el contenido del derecho, en este caso los jueces del
Tribunal utilizaron la “Formula Radbruch” como un parámetro de validación del
derecho positivo.

FALLO MONGES

- 1996: MONGES C UBA: La CSJN sostuvo que cuando en el artículo art. 75, inc. 22
se establece los tratados allí enunciados "no derogan artículo alguno de la primera
parte de esta Constitución y deben entenderse complementarios de los derechos y
garantías por ella reconocidos", ello indica que los constituyentes han efectuado
un juicio de comprobación, en virtud del cual han cotejado los tratados y los
artículos constitucionales y han verificado que no se produce derogación
alguna.

Buenos Aires, diciembre 26 de 1996.

19
Considerando:

1. Que la sala 1ª de la Cám. Nac. en lo Cont.-Adm. Fed. declaró la nulidad de la resolución


2314/95 del Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires, que a su vez había
dispuesto dejar sin efecto la resolución 1219/95 dictada por el Consejo Directivo de la
Facultad de Medicina, por la que se creó el denominado “curso preuniversitario de
ingreso”. Contra tal pronunciamiento, el rector de la Universidad de Buenos Aires
interpuso el recurso extraordinario, que fue concedido a f. 223.

2. Que, en lo sustancial, el a quo sostuvo que el art. 75, inc. 18, CN. (1) le encomienda al
Congreso el dictado de “planes de instrucción general y universitaria” referentes a todos
los niveles y ciclos educativos. Señaló que, por medio del art. 50 Ley de Educación
Superior, el Congreso cumplió con esa misión sin que se observen disposiciones
irrazonables en la norma sancionada, desde que atiende a la necesidad de programar las
pautas de admisión, permanencia y promoción de los estudiantes, con un adecuado
respeto al marco participativo y democrático de cada facultad o unidad académica.
Agregó que, si el constituyente reformador hubiera querido establecer un régimen de
autonomía como el que pretenden las autoridades de la Universidad de Buenos Aires,
carecería de sentido la expresa evocación del concepto de autarquía que hace el art. 75,
inc. 19, CN.

……….

4. Que los agravios del apelante suscitan cuestión federal suficiente para su tratamiento
por la vía intentada…

De la solución a que se acceda dependerá la validez de la res. 2314/95 del Consejo


Superior de la Universidad de Buenos Aires -impugnada en autos- que dejó sin efecto la
res. 1219/95 del Consejo Directivo de la Facultad de Medicina, que creó el “Curso
preuniversitario de ingreso”, sobre la base de lo dispuesto en el citado art. 50 in fine.

6. Que, en primer lugar, ha de recordarse la reiterada doctrina de esta Corte en el sentido


de que la declaración de inconstitucionalidad de una disposición legal es acto de suma
gravedad institucional y una de las más delicadas funciones susceptibles del
encomendarse a un tribunal de justicia y, por ello, debe ser considerada como ultima
ratio del orden jurídico (Fallos, 288-325 [4]; 290-83 [5]; 292-190; 294-383 [6]; 298-511;
300-241 y 1087; 302-457, 484 y 1149; 311-394 [7]; 312-122 y 435 [8], entre muchos
otros), y sólo debe ejercerse cuando la repugnancia con la cláusula constitucional es
manifiesta y la incompatibilidad inconciliable (Fallos, 285-322).

…….

16. Que si bien es verdad que la reforma constitucional de 1994 -tal como se señaló- ha
incorporado a nuestra Ley Fundamental el principio de autonomía universitaria, no lo es
menos que también otorgó jerarquía constitucional al Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales -en las condiciones de su vigencia- (art. 75, inc. 22,
CN. ), cuyo art. 13 establece que “la enseñanza superior debe hacerse igualmente
accesible a todos, sobre la base de la capacidad de cada uno, por cuantos medios sean
apropiados…” (inc. 2, c).

20
17. Que el acceso a la enseñanza superior es para “todos sobre la base de la capacidad de
cada uno, por cuantos medios sean apropiados…”. La autonomía y autarquía
universitarias tienen el mismo rango o jerarquía constitucional que el acceso sobre la
base de la capacidad. La autonomía no puede estar reñida con el principio de acceso por
capacidad. Por lo tanto este último principio no queda subsumido en la autonomía. En
consecuencia, nada obsta a que el Congreso Nacional establezca un régimen de acceso a
la enseñanza superior pues según la norma del tratado internacional con jerarquía
constitucional, son los Estados los que tienen el poder y la obligación de garantizar el
acceso según la capacidad a la enseñanza superior.

18. Que resulta a todas luces razonable que ello sea así pues, como lo ha juzgado
recientemente esta Corte, reviste gravedad institucional la posibilidad de que se origine
la responsabilidad del Estado por el incumplimiento de sus obligaciones internacionales
(causa R.165.XXXII., “Riopar S.R.L. v. Transportes Fluviales Argenrio S.A.”, sentencia del
15/10/96). Es, pues, el Estado Nacional el que ha de velar porque las normas internas
no contradigan la norma del tratado internacional con jerarquía constitucional.

19. Que es de advertir, además, que en armonía con la norma del Pacto citado, la
Declaración Universal de Derechos Humanos , que goza también de jerarquía
constitucional, establece que “…el acceso a los estudios superiores será igual para todos
en función de los méritos respectivos” (art. 26, párr. 1).

Tampoco debe olvidarse que el art. 26 de la Convención Americana sobre Derechos


Humanos establece que “Los Estados Parte se comprometen a adoptar providencias,
tanto a nivel interno como mediante la cooperación internacional, especialmente
económica y técnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos
que se derivan de las normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura,
contenidas en la Carta de la Organización de los Estados Americanos, reformada por el
Protocolo de Buenos Aires, en la medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u
otros medios apropiados”. La citada Carta determina en el art. 47 que “Los Estados
miembros llevarán a cabo los mayores esfuerzos para asegurar, de acuerdo con sus
normas constitucionales, el ejercicio efectivo del derecho a la educación, sobre las
siguientes bases: …c) la educación superior estará abierta a todos, siempre que, para
mantener su alto nivel, se cumplan las normas reglamentarias o académicas
correspondientes”.

20. Que el art. 75, inc. 22, mediante el que se otorgó jerarquía constitucional a los
tratados cuyas disposiciones se han transcripto, establece, en su última parte, que
aquéllos “no derogan artículo alguno de la primera parte de esta Constitución y deben
entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos”.

Ello indica que los constituyentes han efectuado un juicio de comprobación, en virtud
del cual han cotejado los tratados y los artículos constitucionales y han verificado que no
se produce derogación alguna, juicio que no pueden los poderes constituidos desconocer
o contradecir.

21. Que de ello se desprende que la armonía o concordancia entre los tratados y la
Constitución es un juicio constituyente. En efecto, así lo han juzgado al hacer la
referencia a los tratados que fueron dotados de jerarquía constitucional y, por
consiguiente, no pueden ni han podido derogar la Constitución pues esto sería un

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contrasentido insusceptible de ser atribuido al constituyente, cuya imprevisión no cabe
presumir.

22. Que, de tal modo, los tratados complementan las normas constitucionales sobre
derechos y garantías, y lo mismo cabe predicar respecto de las disposiciones contenidas
en la parte orgánica de la Constitución -entre ellas, el inc. 19 del art. 75- aunque el
constituyente no haya hecho expresa alusión a aquélla, pues no cabe sostener que las
normas contenidas en los tratados se hallen por encima de la segunda parte de la
Constitución.

Por el contrario, debe interpretarse que las cláusulas constitucionales y las de los
tratados tienen la misma jerarquía, son complementarias y, por lo tanto, no pueden
desplazarse o destruirse recíprocamente.

23. Que, de acuerdo a lo expuesto, aun con posterioridad a la reforma constitucional, al


Congreso Nacional le incumbe hacer cumplir en el orden interno la obligación
internacional asumida y por lo tanto ostenta la competencia para establecer los medios
apropiados para garantizar el acceso a la universidad sobre la base de la capacidad de
los aspirantes.

24. Que, por ello, la norma impugnada, mediante la cual el legislador delegó el ejercicio
de su competencia para fijar planes de admisión que garanticen la capacidad de los
aspirantes, en las facultades pertenecientes a universidades con más de cincuenta mil
estudiantes, no desconoce sino que afirma la autonomía de las universidades, ya que el
Congreso lo atribuyó a órganos integrantes de aquéllas.

……….

Por ello, se declara procedente el recurso extraordinario interpuesto y se confirma la


sentencia apelada, sin perjuicio de lo dispuesto en el consid. 34. Costas por su orden, en
razón de la naturaleza de la cuestión debatida.

FALLO “BANCOCOMERCIAL DE FINANZAS”

Este fallo tiene como fundamento explicar que los jueces, pueden de oficio, apelar la
inconstitucionalidad de una norma, sin necesidad de que sea apelado por la parte
interesada. Le incumbe a los jueces resolverla, respetando el orden jerárquico de los planos
normativos. Ninguna apelación a la presunción de validez de los actos estatales puede servir
para negar el control de oficio, porque la medida de esa validez está dada por la adecuación
del acto a la constitución.

FALLO “BARRETO”

2006:
La muerte de la víctima Gisela Barreto, se produjo como consecuencia del accionar irregular
de un policía que por error le disparó mientras procedía a realizar una persecución a un
grupo de delincuentes. La Corte Suprema declinó la competencia originaria en una demanda
de daños y perjuicios. Los padres de la víctima, interpusieron demanda contra la Provincia de

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Buenos Aires y el policía victimario a fin de que sean resarcidos los daños ocasionados.
También exigieron la intervención de la CSJN en la competencia del caso.
La CSJN no podía proceder la competencia originaria por diversas razones.
Por lo tanto, la competencia originaria le correspondía a la Provincia.

FALLO “AQUINO”

Relacionado con la justicia social

FALLO “PROVINCIA DE SANTA CRUZ”

 1997:
La Corte Suprema de Justicia resolvió regular más de doce millones de pesos de
honorarios a un abogado que intervino en un juicio por regalías petroleras que el
gobierno de Santa Cruz inició contra el Estado Nacional. No obstante, esa suma es
muy inferior al porcentaje legal mínimo que reclamaba el abogado, que ascendía a
los 65 millones de pesos. El fallo, que originó polémica entre los miembros de la
Corte, puso nuevamente en debate el tema de los honorarios profesionales de
abogados y peritos. Los jueces de la CSJN, expresaban que había una desigualdad
entre la importancia del trabajo y los honorarios que se pretendían cobrar. Ese juicio
terminó con un acuerdo entre la provincia de Santa Cruz y el Estado Nacional, que
incluyó la obligación de que cada parte se hiciera cargo del pago de los profesionales
que intervinieron en el pleito. Relacionar con alguna JUSTICIA

FALLO GOTTSCHU

 Fallo “Gottschau” sobre una abogada extranjera que quería acceder a un cargo
público de la Justicia en Argentina, no contaba con el requisito de nacionalidad.
Una extranjera que desempeñaba tareas administrativas en la Cámara de Diputados
de la Nación impugnó la Resolución del Presidente de la Cámara por la que se revocó
su designación para un cargo de planta permanente, porque no cumplía el requisito
de ser argentina, para el ingreso a la Administración Pública Nacional.
La actora interpuso recurso extraordinario, que al ser denegado, dio lugar a la queja. La
Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó sin efecto la decisión apelada. HAY QUE
RELACIONAR ESTE FALLO CON UNA REGLA DE LAS ANTERIORES.

FALLO “ARRIOLA”

2009:
Es una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina del 25 de agosto de
2009, por el cual se dictó la despenalización parcial al consumo de estupefacientes al
reconocer la inconstitucionalidad en el castigo, a una persona adulta por la tenencia
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de marihuana para consumo personal en el ámbito privado.
Se determinó que cuatro macetas de cannabis sativa, con un peso de 75g, eran para
consumo personal y por lo tanto, los imputados no encuadraban su conducta en una figura
penal.
Incluso antes del fallo Arriola, la mayoría de los casos por tenencia de cantidades mínimas de
estupefacientes se cerraban antes de empezar a ser investigados, lo que indica una baja
aplicación de la ley 23.737.
El fallo estableció que el consumo de estupefacientes en el ámbito privado sin ostentación a
terceros está protegido por el artículo 19 de la Constitución Nacional.

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