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Centro de Estudios Especializados Ausubel

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Psp. Héctor E. Mejorada Román

ENSAYO CRÍTICO
Reflejo de la situación real de la
información que se imparte en las escuelas,
y la actitud de los profesores frente ella.
Análisis epistemológicos de los procesos educativos
MAESTRIA EN EDUCACION
Primer Semestre

Junio de 2018
INTRODUCCIÓN

“La comunicación es una experiencia antropológica fundamental, sencillamente


no es posible la vida individual y colectiva sin comunicación. No existe la
comunicación en sí misma ella está siempre ligada a un modelo cultural, es decir a
una representación del otro, porque comunicar consiste en difundir información,
pero también interactuar con un individuo o una colectividad”

(Dominique Wolton, 2005).

En el contexto de la Grecia antigua los conocimientos y el manejo de la información


era vía oral, las ágoras (antiguas plazas de Grecia) centros de la vida político-social,
se congregaban los ciudadanos de esa época, en este recinto se daban debates
políticos, celebraciones religiosas, actividades teatrales, etc., en este lugar Sócrates
escogía como su lugar perfecto, para enseñar sus doctrinas filosóficas.

Los filósofos griegos enseñaban discerniendo, dialogando, interactuando en base


a hipótesis, lanzándolas como pensamientos reflexivos hacia sus discípulos, y
logrando en su mayoría plantar esa “semilla” , que en su interior una vez fijada en
la mente, comenzaba a crecer cual árbol frondoso, que se ramificaba en más
preguntas y reflexiones, logrando hacer de sus discípulos seres “pensantes”.

La filosofía como ciencia se encarga precisamente de buscar respuestas y plantar


interrogantes en base a hipótesis, logrando que los individuos de una u otra forma
no se queden con lo establecido, y busquen verificar o desechar lo planteado.

“La filosofía ingresa en los sistemas educativos y, por lo tanto empieza a ocupar
un lugar de mayor a menor importancia, en los programas oficiales la enseñanza de
la filosofía. Los maestros o profesores ya no transmiten una filosofía- su filosofía- si
no que enseñan “filosofía”, de acuerdo a los contenidos y criterios establecidos en
los planes oficiales, y en las instituciones habilitadas a tal efecto, más allá del grado
de libertad que tengan para ejercer dicha actividad”(Alejandro Carletti,2008).
Luego entonces la enseñanza y la transmisión del conocimiento, como el manejo y
optimización de la información, queda encuadrada dentro de un marco
conceptualmente institucionalizado y normativo.

Así pasa con la mayoría de las materias, solo el contenido es el alma máter de lo
manejable y transmitido por los docentes, en su gran mayoría.

Gilles Deleuze dice en un primer sentido, la comunicación es la transmisión y la


propagación de una información. Ahora bien, ¿qué es una información?, una
información es un conjunto de consignas. Cuando se nos informa, se nos dice lo
que se supone que debemos creer, en otras palabras, informar es hacer circular
una consigna, eso es la información, la comunicación, y fuera de las consignas y su
transmisión, no hay información, ni comunicación. Lo que equivale a decir que la
información es exactamente el sistema de control.

La información dentro de las aulas de la escuela actual con todo su paradigma


contextual, está siendo muy estático- controlado (el docente en su normatividad y
su afán de cubrir requerimientos administrativos no se sale de contexto), y entonces
eh aquí las consecuencias de una sociedad desinteresada del conocimiento más
allá de las aulas, y desafortunadamente fuera de todo espíritu de investigación por
parte de emisor y receptor (docente-alumno).

DESARROLLO

Las instituciones educativas, tienen un peso político-instruccional dentro de las


aulas, que no se desarrolla por parte del docente, muy raramente en el nivel
secundaria (y en el SEM, también), se topa uno con docentes convencidos de
impactar con impulsar el espíritu investigador en el alumno.

“La escuela es un espacio inherentemente político, porque es la institución que las


sociedades democráticas consagraron. Ejerciendo su potencialidad, la escuela es
un laboratorio de participación y de formación ciudadana, un espacio de
construcción colectiva, de la emancipación y de la libertad humana” (Pablo Gentili,
Buenos aires, 2017).

Empero ¿En qué momento la escuela no está sirviendo de formativa ciudadana, con
bases democráticas de libertad? Entre el sistema educativo actual y los contenidos,
que se encaminan hacia una formación de control, más que nada, el docente no se
ve perfilado a crear o moldear a sus alumnos.

Otro factor importante de no salirse de la currícula o impulsar en base a ella a la


reflexión, es la innumerable carga administrativa que ahora se establece dentro de
las obligaciones del docente, haciendo así al profesor caer en un síndrome de
agotamiento, tanto físico como emocional.

El Síndrome de Burnout (del inglés "burn-out": consumirse o agotarse) se


caracteriza por un progresivo agotamiento físico y mental, una falta de motivación
absoluta por las tareas realizadas, y en especial, por importantes cambios de
comportamiento en quienes lo padecen. Éste cambio de actitud, relacionado
generalmente con "malos modales" hacia los demás o con un trato desagradable,
suele ser una de las características clave para identificar un caso de Burnout.

El docente frente a esta situación, se le “entiende” en su proceder, pero impacta de


manera negativa sus ponencias, metodologías y estrategias, así el currículo (lo que
se aprende) puede ser un punto de encuentro o de choque entre los elementos de
la tríada profesor-alumno- información de contenidos, de tal manera que no se
persigue un cambio en la transmisión del conocimiento.

Joao Vaello Orts, en su libro, (Cómo dar clases a los que no quieren, 2011), hace
una excelente propuesta y diferenciación ante la postura del docente ante el cambio
de sus clases magistrales, que aún perduran aun a costa de las propuestas
humanistas y de intercambio de comunicación del sistema comenta,
“El mero conocimiento de la propia actitud, de nada sirve si no tenemos capacidad
e intención de cambiarla, si consideramos que no nos está beneficiando ni a
nosotros ni a la comunidad educativa.

El cambio de la actitud, es especialmente cuando se llevan años un estilo


consolidado en el tiempo no es fácil, pero tampoco lo es cambiar la actitud de los
alumnos desmotivados o conflictivos, y no por ello se renuncia a intentarlo”.

Para poder “sembrar” esa semilla del cambio en los alumnos, se debe tener
posturas actitudinales, coherentes con la necesidad de hacer en el alumnado seres
reflexivos, pensantes, de libertad ciudadana, pues volvemos a caer en que las
propuestas del sistema educativo mexicano está supeditado a copiar los sistemas
de otros países, distantes en nuestra idiosincrasia.

Los factores influyentes, para no llevar a cabo este cambio actitudinal, frente a la
información y formación, según Joao Vaello Orts, son:

 Claridad en la misión, profesor transmisor de conocimiento versus profesor


educador.
 Innovación o apertura al cambio.
1. Inmutables (conservación y generalmente poco perceptivos,
invariables, y estáticos en su zona de confort)
2. Innovadores, profesores receptivos a las innovaciones, siempre
abiertos a aprender.
 Integración en el proyecto colectivo.
1. Profesores integrados en los proyectos colectivos, organizados, los
que subordinan sus necesidades individuales a las de sus alumnos.
2. Profesores individualistas que adoptan una posición centrada en
satisfacer sus necesidades, ante cualquier “anomalía” de
requerimiento grupal.
 Receptividad
1. Profesores “esponja”, con una gran actitud receptiva, suelen buscar
su formación óptima, leen para prepararse mejor, humildes reconocen
que no lo saben todo, interactúan y hacen interactuar al alumnado.
2. Profesores “manguera”, desde una posición de superioridad, piensan
que lo hacen muy bien, que saben demasiado.
 Actitud ante los problemas
1. Agravantes, los que ante los problemas los magnifican y exageran,
exigen a los demás sin aportar colaboración.
2. Atenuantes, ayudan a resolver cualquier problemática, restan
importancia a lo negativo, completamente orientadores.
 Implicación Profesional, la disposición o grado de implicación varía también.
1. Profesores implicados, cumplidores y colaborativos.
2. Profesores remisos, poco comprometidos.

Actitud Reactiva: Consiste en esperar que sucedan los acontecimientos.

Actitud Proactiva: Centrada en aprovechar la experiencia de lo ocurrido para de ahí


desprender estrategias de aprendizaje.

Usar adecuadamente el vocabulario específico, los recursos gráficos y la


simbología para expresar y comunicar ideas, recordemos que el ser humano
siempre está comunicando algo. Judi James, 2012, dice

“Como mecanismo de comunicación, el lenguaje corporal supone más del 50% del
impacto percibido de todos los mensajes transmitidos cara a cara, por lo tanto hay
que asumir las consecuencias de subestimar su poder e influencia. En la
comunicación cara a cara, las palabras tan solo suponen el 7% del impacto
percibido de la comunicación. El tono vocal supone aproximadamente, un 38% y
son las señales verbales las que reciben todo el peso con un 55%.”

Por lo que el docente simplemente es el principal factor de moldeo en los alumnos,


ya sea dando clases, como transmitiendo con su lenguaje no verbal, si los alumnos
ven con agrado y curiosidad el comportamiento y credibilidad del docente, ya sea
tutor o profesor de un área en específico, harán despertar esa conducta de
curiosidad y reflexión, y no solo ante las materias, si no ante la vida misma.

Los profesores ante el manejo de la información en la actualidad, si bien es cierto


que están limitados, tratando de cumplir aprendizajes clave, es muy correcto que el
docente debe hacer alumnos que respondan, no solo a lo requerido por los
contenidos, si no que en el afán de conseguir una metacognición, el profesor debe
involucrarse con su actitud, hacia hacer seres reflexivos, polémicos, investigadores,
siempre en busca de la verdad y los valores universales del humanismo.

CONCLUSIÓN

Preguntando a un compañero de Ciencias I, de la institución pública nivel


secundaria , con aulas de hasta 40 alumnos, sobre su manejo de información, con
respecto a los contenidos, y su respuesta fue, busco llegar a los aprendizajes, lluvias
de ideas, conocimiento previo, estrategia directa-conductual, y si caigo en
tradicionalismos como el aprendizaje por repetición.

¿Y qué haces cuando no entienden, y no reflexionan, y mucho menos te hacen


preguntas sobre el tema?, respondió, pues retroalimento pero no me detengo, por
unos 12 o 15 no me puedo detener, porque la cantidad de alumnado es grande.

¿Has ayudado a tu grupo como tutor en alguna materia?, respuesta, si, y no lo


vuelvo hacer los dirigí en un problema de matemáticas que no entendían, y les di
una secuencia para hacerles más fácil encontrar el resultado, pero se me olvidó
borrar el pizarrón, cuestión por la cual el profesor de matemáticas lo noto, y me
llamo la atención, diciéndome que no me metiera en su materia.

La posición de la gran mayoría de los docentes cae en un racionalismo, por


diferentes circunstancias, como las expuestas anteriormente, "burn-out", falta de
tiempo, carga administrativa, falta de compromiso profesional, y hasta falta de perfil,
porque no es lo mismo tener maestrías y doctorados a saber cómo lograr un PEA
acorde a las necesidades del alumnado.

A que quiero llegar con esto, es muy simple, para impactar a los alumnos de
cualquier institución a cualquier nivel, el docente debe estar comprometido ante todo
con la formación de sus discípulos, y llevarlos más allá, el profesor debe estar
actualizándose siempre, creando, intentando, hasta improvisando según las
necesidades del alumno, manejando la información del contenido, con la
responsabilidad de llevar a hombros al alumnado , y no formar con solo repetir la
información tal cual está en los libros, llegando a crear máquinas que respondan
según la normatividad, o seres en verdad desarrollados, no solo físicamente o de
gran capacidad, seres biopsicosociales humanistas.

REFERENCIAS

Carletti, A. (2008). La Enseñanza de la Filosofía Como Problema Filosófico. Buenos Aires, Argentina:
Zorzal.

James, J. (2012). La Bilblia del Lenguaje Corporal. España: Planeta Paidos.

Miguel Baldomero Ramírez Fernández, M. D. (2006). Cuerpo de Profesores de Enseñanza de


Secundaria, 15 unidades didácticas de 1° de ESO. Sevilla España: Eduforma.

Orts, J. V. (2011). Como Dar Clases a los Que no Quieren. España: GRAO.

Primavera 2018

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