Você está na página 1de 5
3. LA CONDICION POSTMODERNA. EI término “postmoderno” tuvo un origen arquitectonico: era un adje~ tivo que designaba sélo Ja tendencia anti-moderna (anti-funcionalista) de cierta arquitectura. Luego su uso se amplié a todas las vertientes estéticas sirviéndole la prensa de caja de resonancia social, y en la década de los 80 se generaliza en los ambientes intelectuales. De 1979 es la obra de Jean 16 Francois. Lyotard, La condition postmoderne, que did carta de na- turaleza al término en el contexto filosofico. {Qué conceptiia este ambi- guo término?. Postmodemo, como ya anot6 Alicia Olabuenaga, ™ va muchas veces unido a postindustrial y, en ambos casos, el prefijo post implica tanto un rechazo del pasa- do como una imposibilidad de nombrar el futuro. Ese futuro innombrable, ‘que es nuestro presente, se basa en unas formas de saber y de poder que no sson las modernas, es mas, que no pueden ser modemnas, pues los relatos de legitimacién del’ saber/poder modemos ya no nos resultan creibles. La cuestién es spor qué? La Modernidad se caracteriz6 por la razén, la estabilidad, la constancia, la determinabilidad, Fueron los ideales ilustrados que culminaron en New- ton, Kant, Laplace, Hegel: un sistema cientifico que explicaba el micro y el ‘macrocosmos, un sistema filosfico que respondia de todo lo divino y hu- ‘mano racionalmente junto a una esperanza en encontrar la formula mate- matica que todo lo resume, predice, controla y maneja. Un mundo donde el Orden Racional existia, donde l mecanicismo cartesiano-galileano era norma y modelo en el émbito fisico y, en el Ambito de la libertad humana, habia lugar para los ideales y las utopias que esperaban conseguir una so- ciedad a su vez ordenada y en constante progreso... un mundo, en suma, que ya Nietzsche vid venirse abajo. En efecto, el diagnéstico de nuestro tiempo lo dejé proféticamente es- crito Nieztsche hace mas de un siglo: el desierto crece. Claro que estas enig- miticas palabras pueden ser interpretadas de varias maneras, y esta necesi- dad de interpretar aparece, precisamente, como uno de los rasgos que hoy nos definen, Y es que, hoy en dia, tanto la filosofia como las ciencias de la naturaleza o las ciencias humanas reivindican el desorden, la complejidad, el azar, el caos y la indeterminabilidad Se han derrumbado las utopias escato- logicas y es patente el desorden econémico y la ausencia de normas o fines universales. Lo que se ha roto, pues, es la estabilidad y racionalidad mo- derma, dejando paso a una vindicacién de lo heterogénco, la diferencia, el individuo, el azar, la libertad, el exceso, la abundancia social de mensajes y signos sin auténtico referente donde el propio signo es lo que vale y a lo que nos aferramos. Alguien podria pensar que la postmodernidad es una época de transi- to, 0, como diria Comte, una “época critica” intermedia entre dos “épocas orgdnicas”, la’Moderna y la futura “Nueva Ordenacion Mundial”, salvo que, por sus propias caracteristicas esta crisis niega que sean posibles tales " ArricuLos “Ordenaciones Mundiales”. No se trata s6lo de la critica y la ruptura con un paradigma estable como el modemno, sino la afirmacién de que, a partir de ahora ya no caben tales paradigmas, pues estin todos, digamoslo con una expresion que tiene su origen en el propio Paul Ricoeur, bajo sospecha. Basicamente lo que se viene a decir es que el modelo de pensamiento fuerte (21 racionalismo y mecanicismo de la modemidad) conduce a postu- lar absolutos que esconden lo contrario de lo que predican. Ya Nietzsche habia mostrado que nuestra razén cientifica y nuestra moral universal es- conden una voluntad de poder; y Heidegger, que el Logos moderno erige al hombre en dominador universal del ser, confundido con el ente y reducido éste @ representacion cierta y objetiva para un sujeto, etc. El Orden pro- puesto y pretendidamente existente y demostrable por la Raz6n y la Cien- cia son el gran fetiche con los que se encubre lo diverso, lo diferente y cad- tico, todo lo que no entra en el esquema ideal-universal, que lo considera por principio irrelevante™., EI Renacimiento supuso Ja crisis del paradigma feudal, tras el cual vendrian nuevas instituciones y saberes que consolidaron el ya descrito pa- radigma moderno. Ahora nos encontramos en la crisis de tal modelo -en plena post-modernidad-, pero sélo los nostilgicos malinformados esperan la consolidacién de un nuevo paradigma global que ya sospechamos incon- sistente. Para la nueva situacién los posmodernos reivindican un tipo de pensamiento débil, no absolutizador, abierto a todas las formas de conoci- miento -especialmente las narrativas- y contrario a la hegemonia exclusivis- ta y reduccionista de! discurso cientifico, que es s6lo uno mas entre los dis- tintos enfoques posibles de lo real. Toda forma de saber social es una perspectiva desde la que interpretar la compleja realidad. La condicion postmodema (el titulo aleman de la obra de Lyotard es Das postmoderne Wissen: el saber postmoderno) consiste en el sacudimiento del racionalismo absolutista e ilustrado para abrirse a la pluralidad de los discursos, ia plu- ralidad de los comportamientos y la pluralidad de las verdades. Corolario: que ni las utopias emancipadoras ni la objetividad cientifica aparecen ya como tales emancipaciones u objetividades, que la fractura de los discursos totalizadores nos coloca ca una época carente de legitimaciones globales, sean metafisicas, éticas, politicas o estéticas, una época donde lo tinico es- table es la inestabilidad, donde la tnica certeza es Ja incertidumbre y la perplejidad, una época, en fin, donde el hombre carga el “més pesado pe- 50” (de nuevo Nietzsche), el de hacerse cargo, tras la muerte de los dioses, de su libertad creadora de sentido y valor. Vamos a intentar resumir en un decilogo las posibles (no) “verdades” de un pensamiento débil, a saber: 1. No existe la Verdad inica y absoluta, sino que cada época e, incluso, cada cultura, tiene su propia matriz ontolégica y préxica, matriz subyacente 18 ——————————————— desde la que los sujetos orientan su hacer y su conocer individual y colecti- ‘yo. Los hombres necesitan esta matriz o Sustrato desde el que poder pen- sat, hablar y actuar. Por eso el hombre, sea cual sea su onticidad histérica, es nécesariamente ontolégico y ético. Ahora bien, esto implica que: 2. Toda verdad es una construccion histérica humana, es un entramado complejo de escquemas anticipatorios, prejuicios, intereses, roles e institucio- nes que unifican la experiencia, la orientan y dan sentido colectivo... hasta que deja de tenerlo, y es sustituido por otra. Por lo tanto: 3. Toda verdad encubre relaciones de fuerza, deseo y poder. Pot es0 necesaria la sospecha permanente de lo instituido, de cualquier estableci- miento Politico, corporativo, pero también y sobre todo del “yo” y sus méscaras con las que disfraza y oculta el deseo y la fragilidad. 4, La verdad depende de como la sociedad percibe lo real, p esta percep- cién depende de la informacion que circula. De ahi que la informacion -su control, volumen y contenido- sea el mayor poder humano. En definitiva, el lenguaje vehicula lo real y la verdad, 1o que nos lleva a que: 5. Todo lo humano es asunto lingiistico. Lo que el hombre es se canali- za en y por el lenguaje, La ciencia, ia metafisica, la economia, Ia historia, la religién, etc, son finalmente una cuestion de tipos de lenguajes. 6. El hombre es cuerpo y finitud. El cuerpo limita y posibilita, abre y ‘cierra, expresa y cercena. El hombre es un cuerpo finito que se sabe tal y se abre espacial y tempcralmente a la finitud. No hay més allé, salvo el mis allé que nosotros mismos proyectamos con nuestro deseo, nuestra li- bertad, nuestro poder creador de sentidos, nuestro poder creador de ver- dad. 7. El hombre es ereador finito de sentidos finitos. Toda ética, toda poli- tica, toda estética y, antes, toda ontologia, deben debilitarse hasta relativi- zar la verdad, lo sustantivo y lo absoluto a sus finitas dimensiones huma- nas, Seguirin siendo saberes, y seguirin siendo ontologia (condiciones de posibilidad), ética (qué debo acer), o estética (como se expresa Ja belleza del ser), ete, pero de hechura lingiiistica humana. 8. El hombre es una libertad desproporcionada. El hombre “siente”, © “percibe” la vocacién, la llamada de lo Real, del Ser. No hace falta saber (ai sabemos) quién o qué lama (la Vida, Dios, la Historia, el Ser, etc.). De Jo que se trata es de que ef hombre, aunque limitado, nunca se limita a ser un ente satisfecho de su onticidad.’ En esta permanente insatisfaccién que rey ARTICULOS ——S nos dinamiza aparece el cardcter humano de “llamado” por lo Real (no se sabe a qué, ni a dénde) y es otro modo de mentar la ontol6gica libertad. 4 Todo saber debe ser hermenéutico. En el “set lamado” por Io real, lo que el hombre “recibe, junto a la insatisfaccién y la “tensioncha, cia” de Ja libertad, es Precisamente la matriz ontoldgica dé la €poca. Asi, el hombre es el amado y también y paradéjicamente, el llamante, pues tal miatriz es el propio lenguaje humano colectiva e histéricamente depositado: esta igualmente comprometido cn la respuesta a su ser llamade y en la comprensién de la verdad, que debe ser interpretada 10. ¢Sélo nos queda el relativismo y el eclecticismo?. Si no hay “nada” @ ninguna “raz6n” que fundamente absolutamente la cleccién de un con- Junto de codigos frente a otros posibles, si sabemos que no enloquecemos Porque nos contamos socialmente mentiras estéticas, la pregunta clave e¢ éPor qué esforzamos?, jeémo seguir trabajando para mafiana si sabenos que al final todo es pasajero (y posiblemente deleznable)?. La “‘sotucion” Puede parecer el mezclar los cédigos y is respuestas, el no apostar por ninguno y jugarsela en este mare-smagnuim doctrinal Esto titimo, démonos cuenta, nos lleva directos a la propia crisis de la Postmodernidad, lo cual {como ha sefialado J. Sadaba) no deja de ser cu- ioso: una categoria in statu nascendi y resulta que ya esté en crisis) Hee, ta aqui, el panorama de la ostmodernidad; volvamos ahora a Ricoeur. 4. PAUL RICOEUR Y LA TAREA DEL PENSAR EN EL PRESENTE Vivimos una crisis de Ia Razén novedosa en un sentido fundamental: pemos renunciado a salir de la crisis, o mas exactamente, sabemos que nO hay salida tiniea, que a cualquier solucién que ofrezcan los pedagogos, los moralistas, los politicos y filésofos o aun los cientificos se les opondra ota Soluciéa diverse y que fo que nos corresponde es vivir en esta multiplicy dad. Ricoeur que, digimoslo ya, no es un postmoderno, participa, sin em bargo, del talante de nuestra época. De si mismo escribe: “Soy wna persona desplazada, errante, y busco un lugar donde echar el ancla. No sé ya qué jerarguia estable de valores: puede guiarme (...) La primera peticion de clarificaciin es la de una de. mostracion que muestre de lo que se trata cuando se ha decidido empezar a pensar a partir del hecho de que hay crisis” 9),

Você também pode gostar