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TERCER PARCIAL

Orden

El significado formal de la palabra “orden” es el acomodamiento recíproco, puede ser de objetos,


pero también puede ser de personas. Un ejemplo claro del orden de objetos es una biblioteca, si no
se ordenan los libros sería imposible encontrar alguno. Existen diferentes criterios clasificatorios,
podría ordenar los libros según la materia, el año de edición, el tamaño etc. Uno de los órdenes de
personas es el derecho, pero no es el único, existen otros con los cuales coexiste y a veces colisiona.
Entre los diferentes órdenes sociales encontramos los siguientes (cada uno de ellos expresa
tendencias y valores que permiten distinguirlo):
1) AMOR: este orden no hace referencia solamente al amor de parejas, sino también al amor
entre padres e hijos, el de hermanos, amigos, etc. El amor tiene una proyección social, sin
embargo, tiende a refugiarse en relaciones pequeñas. Las madres de plaza de mayo
cambiaron el orden social teniendo como motor el amor hacia sus hijos desaparecidos. El
pacifismo también está ligado al orden del amor. El amor consiste en escuchar al otro,
preocuparse por él, alegrarse con sus alegrías, entristecerse con sus tristezas. El nombre
tiene una gravitación muy importante en el amor, cuando uno ama a otro quiere saber el
nombre de esa persona amada, los padres que esperan un hijo pasan meses pensando su
nombre. Una definición posible de amor es la que entiende que amar es sacar al otro del
género, rescatarlo, ya no es uno más en el género, es mi hijo, mi hermano, mi amigo. El
amor ordena, porque ordenar es acomodarse recíprocamente unos con otros, y el amor nos
lleva a hacer cosas que de no ser por él no haríamos.

2) RESPETO: respetar no es sacar del género, el respeto es compatible con el género. Respetar
al otro es no dañarlo, muchas veces se confunde el respeto con el temor, pero si el respeto
tiene que ver con el temor, no es hacia el otro, sino a mi mismo, tener miedo de dañar al
otro con mi conducta. El derecho es un orden de respeto; en él esta la idea de justicia. Un
ejemplo claro del respeto es detenerse ante un semáforo en rojo, parar es respetar al otro
porque lo hago para no dañarlo, no responde al amor ya que a quien va cruzando no lo
conozco, y lo más probable es que no vuelva a verlo. Muchas veces el respeto colisiona con
el amor. Si un hombre que tiene una viña y necesita cosechar las uvas paga lo mismo al que
trabajó todo el día que a quien trabajó una hora, no habría explicación alguna desde el punto
de vista del derecho porque sería injusto. En cambio, encuentra explicación desde el amor,
porque en él no esta contenida la idea de justicia. El respeto implica el equilibrio, la justicia,
la igualdad. En el amor no, no se puede cambiar un acto de amor por otro, no hay igualdad,
el amor privilegia al ser amado.

3) PODER: el poder se da cuando alguien manda a otra persona, la cual obedece. En el poder
no hay igualdad, el poder significa una expansión de la voluntad de quien somete y una
restricción de la voluntad del sometido. El poder ordena, tiene proyecciones sociales muy

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fuertes, aunque también puede darse en ámbitos domésticos. Una de las características del
poder es su constante tendencia a expandirse, el poder siempre quiere más poder. El poder,
al igual que el respeto lleva a la paz y a la seguridad, pero lo hacen en formas diferentes, el
poder hace a la paz y seguridad del miedo, es simplemente externa. Otro rasgo de poder es
que se constituye con una convergencia de voluntades, el que manda quiere mandar, y el
que obedece quiere obedecer. El sometido lo hace por miedo, seguridad o porque se
convence de que esta bien que el otro mande. Los poderosos crean superestructuras de
ideologías para persuadir al sometido que necesita que él esté al mando, que le conviene
estar sometido. Estas ideologías son mentiras que buscan la legitimación del poder. Se
necesita convencer al sometido porque si este se revela, no quiere obedecer, debe
cambiarse el orden, podría pasarse al derecho, pero esto casi nunca sucede, generalmente
se recurre a la violencia.

4) VIOLENCIA: a este orden se llega cuando el sometido se revela contra el poder. Hay un tipo
de violencia que la sociedad no sólo no la reprueba sino que la considera buena, el la que
propiciaron los próceres de nuestra patria para lograr la independencia. Cual es la diferencia
entre esta violencia y la del que roba un auto a la que la sociedad se opone enérgicamente?
Es que los próceres no tenían otra manera de “sacudir” el poder al que se encontraban
sometidos, y utilizaron la violencia no para instaurarla como un orden permanente, sino
para crear constituciones, para establecer un orden de igualdad, respeto, justicia, un orden
de derecho. En cambio, quien roba un auto, no busca la igualdad, sino simplemente el
provecho propio. La violencia ordena, también de una forma diferente al derecho, este no
tolera la violencia, sólo existen pocas y muy tímidas concesiones, como la legítima defensa.

El problema del derecho

El gran problema del derecho es el orden combinado, porque el derecho se combinó siempre con el
poder. Pero cómo puede combinarse la igualdad del derecho con la desigualdad del poder? La
historia demuestra que desde tiempos primitivos el poder imperó en las sociedades y el derecho fue
incursionando muy lentamente. En la ley de las doce tablas imperaba el poder, pero aparecía,
aunque muy poco, el derecho. El derecho intentó siempre ser límite del poder. El poder quiere
concentración y la historia del derecho constitucional es la historia de la lucha entre personas que
querían fijar órdenes de poder y los que querían fijar órdenes de derecho, imponer ideas de respeto,
justicia e igualdad.
El derecho penal no es el derecho de la pena, sino el derecho que pone límite a la pena. La historia
del derecho penal no es la historia de la pena, sino la historia de la lucha por imponerle un límite. El
derecho penal es un orden combinado, hay órdenes de respeto y de poder.
Kant intento armar un estado combinado de derecho y poder, lo que denominó estado de derecho,
se trata de un estado frenado por el derecho. El problema que presenta es que así como el poder
no puede avanzar porque el derecho se lo impide, el derecho tampoco puede hacerlo porque el
poder lo limita.
En base a la variedad de matices y formulaciones que el Derecho ha tenido a lo
largo de los siglos, aparecen ciertos contenidos de sentido, que permiten identificarlo como un
proyecto de existencia.
Para ello es necesario considerar previamente los distintos modelos de órdenes sociales, como
modos diversos de resolver la existencia, verificables en todas las sociedades humanas y compararlo
con el proyecto de Derecho.
I
Modelos Sociales

A los efectos de orientar nuestra búsqueda proponemos cuatro modelos de orden (se trata de un
esquema en el que necesariamente se sacrifican datos de la realidad que los aplica. Cada uno de
ellos expresa tendencias y valores que permiten distinguirlos). Los modelos de órdenes sociales
tienen, por lo menos dos referencias: en sentido Formal y en sentido Material.
La perspectiva Formal significa una adecuación recíproca, es decir que todos los órdenes son iguales,
todos ordenan. Pero es necesario establecer un modelo o criterio de orden. Por ejemplo, en una
biblioteca los libros se pueden ordenar alfabéticamente, por temas, por antigüedad; inclusive se
pueden combinar dos o tres de estos criterios, aunque resulta más difícil. Sin embargo lo que
interesa a esta materia no es el orden de los libros sino de las personas en la Sociedad, que puede
ser una Sociedad doméstica (la casa, la familia), o una Sociedad Política (el Estado, la ciudad, el
pueblo).
La perspectiva Material en cambio, consiste en una dirección de crecimiento, perfeccionamiento. En
este sentido no todos los órdenes son iguales.
El Derecho es una forma de orden jurídico, pero no es el único modelo social; hay otros tres órdenes
que también lo son. Pensar que el Derecho es el único modelo sería incurrir en un reduccionismo.
Sin embargo, en nuestra Facultad se estudia el Derecho y no los demás órdenes.

1) Amor
Se trata del gran modelo de funcionamiento de la persona, es decir, el Orden que más beneficia al
hombre y su existencia.
Relacionar al amor solo con la pareja y el sexo significaría incurrir en un reduccionismo (el ser
humano puede tener sexo sin amar como así también existe el amor entre padres e hijos, hermanos,
tíos o amigos, no asexuado).
Debe entenderse al Amor como aquel acto en el que se reconoce a otro como una persona
diferenciada, rescatándolo del género. Se trata de un acto discriminatorio, pero en sentido positivo.
Implica escuchar al otro, ayudarlo, alegrarse con sus alegrías, darle un nombre.
Sin embargo el Amor tiene para los seres personales la desgracia de no poder proyectarse hacia
muchas personas: si tomamos el amor al prójimo según el evangelio, prójimo significa cercano,
cualquiera puede ser el prójimo, pero no existe la projimidad universal. No puedo amar a todo el
mundo (en cambio, el respeto sí se puede cumplir universalmente). Además el amor a veces se
agota, se desvanece. Un ejemplo fue la liberación de la India encabezada por Ghandi sin armas y por
razones de amor.

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2) Respeto (Derecho)
Incorrectamente la idea de Respeto suele relacionarse con el temor, pero en verdad significa el
temor de dañar a otro. El Respeto consiste en no dañar a otro (naeminem laedare). Es la base del
Derecho, un principio fundamental.
Se trata de dar a cada uno el trato de suyo (consiste en reconocer la autonomía del otro, como suyo,
de sí). La justicia es propia de este orden, para que nadie se dañe y que cada uno reciba lo suyo
(precio justo, salario justo). Es una constante y perpetua fortaleza, que no solo radica en los actos
míos sino que debe proyectarse en una verdadera política y orden social.
El Derecho se expresa siempre igualitariamente, si observamos el código civil, este no se refiere a
personas concretas sino a cualquier persona que cumpla un rol determinado; como locador,
vendedor, comprador, etc.
Cuando subsumo aparece el nombre, nos basamos en idea de género, por ello no hay nombres en
el Respeto, porque la igualdad es fundamental para el Derecho.
Entra en juego el intercambio y por ello adquiere relevancia el contrato, hay un cambio entre
personas: se da siempre a cambio de algo (a diferencia del orden del Amor donde no se puede
cambiar un amor por otro).
Es más simple y más sencillo que el amor. Por ejemplo cuando un auto se detiene frente a un
semáforo en rojo, no lo hace para evitar una multa sino para evitar chocar y dañar a otro.
El respeto se puede cumplir universalmente, es más fácil respetar a una persona que amarla. Por
ejemplo, la Declaración Universal de DD.HH. que gracias a la facilidad del respeto puede expandirse
universalmente.

3) Poder
El Poder propone una desigualdad, pero diferente al amor (que saca del género), para poder
mandar y gobernar, apropiarse del otro, hacerlo mío.
Posee dos rasgos fundamentales:
Necesidad de expansión: trata siempre de darle a quien lo tiene más poder. Hegel, en la “Dialéctica
del amo y del esclavo” entiende que el amo quiere ser siempre más amo, pero además aquel que
está sometido (por miedo, resignación, para que no haya anarquía, respondiendo a ideologías)
también quiere obedecer cada vez más. Por ello Se constituye con dos voluntades simétricamente
convergentes: es una relación de mando y obediencia. Desde la perspectiva del poder las
manifestaciones de igualdad del Derecho no se entienden.
Otros poderes generan estructuras y superestructuras, como por ejemplo el poder político.

4) Violencia
Cuando quien obedece se rebela ante el poder, entra en juego el orden de la Violencia. En su faz
extrema implica apartar al otro, pero como orden es transitorio: no puede ser permanente, es el
medio para consagrar el respeto o implantar un nuevo modelo. Consiste una no aceptación al Poder.
Según San Martín, no se trata de conquistar sino de liberar. Los libertadores ejercían violencia, pero
ella se explicaba porque había un poder colonial, opresivo.
En sentido Formal, los cuatro órdenes son iguales, en cambio en sentido material
se puede establecer un orden de prelación en base al beneficio del hombre y su existencia: a) El
Amor: es el gran modelo de funcionamiento de la persona.
b) El respeto: es importante no dañar al otro y dar a cada uno lo suyo, pero necesito más que
eso.
c) El Poder: da cierta seguridad, pero tiene una necesidad de expansión que cosifica al otro.
d) La Violencia: Es el orden de menor valor en la existencia del hombre, implica la no
aceptación del poder.

II

Una vez identificados los rasgos específicos de cada uno de estos modelos tratamos de mostrar la
posición del Derecho frente a ellos.

1) Inadecuación respecto de la comunidad. El problema de la comunidad abstracta.


El termino “comunidad” es propio del modelo social del Amor. En una comunidad, sus integrantes
se conocen entre sí. Cada uno reconoce a los demás como sujetos diferenciados, rescatándolos del
género. Pero existe el peligro de que la acepción de “comunidad” en un sentido abstracto desfigure
la idea del Amor y del Respeto y fomente al Poder. En el Derecho es difícil entender al Amor y
viceversa, son modelos diferentes. Hay un problema cuando las Sociedades políticas toman la idea
de Amor porque en la comunidad existen relaciones de Amor y no de Derecho, por ello surge el
peligro inminente y la posibilidad de incurrir en el tercer orden, el Poder.

2) La relación de reconocimiento como proyecto de Derecho.


El orden del derecho se funda en una relación de reconocimiento y respeto al prójimo, sin
individualizar y diferenciar a los miembros de la sociedad, es decir, sin amor. Se respeta a la persona
del hombre en su generalidad y de manera universal. El derecho existe por la necesidad moral de
que el orden en las sociedades se logre por el camino del respeto a todos los hombres.
La relación de reconocimiento es una afirmación recíproca. Las partes se encuentran admitiendo su
profunda y radical equivalencia. La comunicación, el intercambio, el encuentro interpersonal se hace
a partir del presupuesto de igualdad recíproca. Nadie avasalla ni supera a nadie como en el poder,
nadie daña ni menoscaba a nadie como en la violencia. El encuentro aún fugaz, es pacífico. Esta zona
de reconocimiento es, esencialmente, la zona del derecho.

3) Tensiones entre los distintos modelos. Derecho y comunidad, Derecho y Poder, Derecho y
Violencia.

Derecho y comunidad: La comunidad es un rasgo específico del amor. Cada miembro de la


comunidad reconoce a los demás miembros como individuos diferenciados mediante un acto de

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amor. Se trata de una desigualdad en sentido positivo: rescatar al otro del género. En cambio, el
derecho se funda en la igualdad de todos los integrantes de una sociedad mediante es respeto y la
justicia. No importa en el derecho conocer a cada ser individual porque el respeto se ubica en una
esfera de universalidad.
Derecho y poder: El poder es el eterno contradictor del derecho. El derecho se vale a veces, mínima
y cautelosamente, del poder (no como exigencia esencial de su ser, sino como mera concomitancia,
como contenido de un derecho subjetivo del hombre frente a otros poderes que lo agreden), pero
guarda frente a él una esencial prevención, un permanente cuidado.
Derecho y violencia: La violencia muestra un panorama desastrosamente diferente al del derecho,
sus modos no son de comunicación entre los hombres, sino apenas de contacto. El ser íntimo de
cada uno se cierra al enemigo, el hombre se transforma en una cosa (cosificación), apta para ser
dañada o destruida.
Esto se advierte especialmente con las grandes concentraciones de poder armado que tanto pesan
sobre la conciencia moral de nuestro siglo y que son la expresión teratológica de una violencia
potencial.

Toda la historia del derecho es, junto a la de la oposición a la violencia, la de la oposición al poder.

III

Examinados ya los modelos de orden social corresponde ahora precisar los rasgos esenciales y
permanentes del Derecho para poder proponer una definición del mismo.

1) El derecho como opción moral:

La justicia del derecho


La justicia es un rasgo característico del derecho, que consiste en dar a cada uno los suyo, tratar al
otro como un “suyo, de sí”. Se trata de uno de los pilares básicos del respeto universal. Es una
medida adoptada por el derecho frente a los problemas de la cosificación. Debe ser constante y
perpetua. Es necesaria para que nadie se dañe y que cada uno reciba lo suyo. Los antiguos decían
que la justicia era una virtud, pero esta concepción era errada porque se trataba de una concepción
vinculada exclusivamente al hombre (virtud proviene de viril, masculino).
Dignidad de la persona humana
Tanto la existencia del Derecho como sus contenidos específicos encuentran su fundamento en la
dignidad de la persona humana, el respeto a todos los hombres. La vida social, su organización y su
progresivo desarrollo están éticamente subordinadas al bien de la persona: ésta es la raíz de la
existencia del Derecho.
Y en esto radica precisamente la diferencia de principios entre el Derecho y los otros órdenes
sociales, en los que ese bien de la persona es sustituido o desplazado.
La propia armonía social encuentra efectiva posibilidad de realización a través de reglas de respeto
recíproco.
En el Derecho se refleja la dignidad de la persona, su ser, su realidad, su inserción
en el mundo y en la alta dimensión de los valores espirituales. No es posible un
bien común que no se encuentre apoyado en el respeto al hombre (a todos los hombres).

2) Algunos rasgos esenciales:

Universalidad
La solución del derecho es universal, vale sin que su validez se circunscriba a límites personales o
territoriales.
Este es un rasgo derivado de la universalidad de su idea moral. El derecho no es de este o de aquel
grupo, sino de toda la humanidad, por lo mismo que refleja una dignidad humana que no reconoce
fronteras. Desde el derecho primitivo hasta el derecho actual se ha producido una progresiva
transición del derecho grupal al derecho universal como, por ejemplo, con las declaraciones de los
derechos del hombre (1948).
Este rasgo de universalidad del derecho se abre paso todavía hoy con dificultades, por la existencia
de resabios indudables de la conciencia de grupos, que opera negativamente. Ello implica, una
disminución en el reconocimiento y respeto a la dignidad de la persona del hombre, de la cual la
universalidad del derecho es mero reflejo.
Generalidad
El derecho es un orden incorporado a fórmulas (por eso existe una extraordinaria simpatía entre el
derecho y la palabra escrita que permite precisar y fijar la fórmula).
Toda regla de derecho puede comunicarse, compararse con otras reglas igualmente diseñadas para
desplegar la misma idea moral, articularse como magnitudes estables, al margen de toda variación
subjetiva y de toda arbitrariedad.
El traslado de la idea moral de las reglas de un orden abstracto que con el derecho ocurre, invierte
la secuencia temporal propia de la conciencia moral, ya que lleva a que la respuesta anticipe al
hecho. Las fórmulas anticipan respuestas, criterios de solución y armonía frente a hechos aún no
sucedidos, y cuya ocurrencia se presenta como meramente hipotética. El derecho tiene, por eso
mismo, el sentido de verificarse en un tiempo venidero.
Esas reglas son generales. Plantean y resuelven un número indefinido de casos, situaciones típicas
cuya recurrencia en la vida social, fuera aún de los límites de determinada época o cultura, descansa
en estructuras básicas de la naturaleza humana y el mundo circundante.
El carácter general de la solución responde a una necesidad interna del derecho.

Fines (paz y seguridad)

Derecho y paz: especialmente intensas y recíprocas son las relaciones del derecho con la Paz. El
derecho es orden de paz. Coordina comportamientos y establece las condiciones del encuentro
social y la buena comunicación de las existencias humanas.
A su vez la paz brinda el medio propicio para que el derecho prospere y se desarrolle.
El derecho es, además una paz de medios y de fines.
El fin del derecho (que es la armonía fundada en el respeto del hombre) es genuinamente pacífico.

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Pero también los medios del derecho son medios de paz. El derecho rehúsa totalmente los
procedimientos violentos. Su obligatoriedad radica en su carácter moral.
Sobre esta convergencia de medios y de fines, el derecho funda la paz.
Derecho y seguridad: Los vínculos del derecho con la seguridad no siempre han sido interpretados
correctamente. Existe en este punto una notable desfiguración ideológica, producto de teorías del
poder.
La seguridad es una de las aspiraciones humanas a las que el derecho responde de modo más
directo.
La seguridad que el derecho brinda se funda exclusivamente en su contenido obligatorio.
Es el carácter exigente del orden moral el que asegura su realización.
La seguridad radica en dos presupuestos que han construido históricamente al derecho: El
presupuesto de objetividad (su obligatoriedad deriva de su contenido moral), y el presupuesto de
libertad (la fundamental actitud del hombre de encontrarse con el bien). El presupuesto de
objetividad deviene el permanente conflicto con la arbitrariedad. Lo arbitrario es lo caprichoso lo
que carece de fundamentos objetivos.
Tanto la paz como la seguridad constituyen necesidades de hombre, que encuentran en el derecho
una importante respuesta. Sin embargo no son ellos los únicos fines del derecho, podemos
mencionar entre otros la autonomía, la comunicación, la solidaridad y el bien común.
Los fines se incorporan al derecho únicamente en cuanto que están moralizados por la idea
fundamental que lo preside: la del respeto a la dignidad humana. Al derecho puede llegarse en
búsqueda de paz, de seguridad, de solidaridad o del bien común. Pero no cualquier paz, solidaridad,
bien común, sino únicamente aquel que pueda resolverse a partir de la regla moral fundamental del
respeto al hombre y su dignidad personal.

3) Propuesta de una definición del derecho

El derecho es un proyecto de armonía social fundado y realizado en el respeto a la persona del


hombre.
Esta definición reúne tres rasgos esenciales, que son universales y permanentes:
A) en primer lugar, hace referencia a su contenido moral, porque el derecho es una parte de
él. Si se omitiere expresarlo, la definición perdería su nota más extraordinariamente
esencial. Además no habría modo de distinguir al derecho del orden del poder, que suele
revestirse de elementos externos similares, pero que, por responder a un principio
fundamental diverso, vive con el derecho una existencia intensamente conflictiva.
B) En segundo lugar, la definición limita el ámbito de relaciones a las que el derecho se
proyecta, el ámbito social. Con el derecho la idea moral se dirige hacia un orden de
relaciones sociales.
C) En tercer lugar, la definición revela la característica de que el derecho es un orden abstracto,
expresado en fórmulas. En el derecho la idea moral se mediatiza y articula en reglas.

Estos tres rasgos (enlace moral, referencia a comportamientos socialmente relevantes, carácter
reglado de su formulación) se mantienen como perfiles constantes en la evolución del derecho.
IV

El derecho en el estado de derecho


* Por Héctor Negri

El estado de derecho propone un modelo de organización política en la cual junto a posiciones de


poder, rigen principios jurídicos.
Es una propuesta de coexistencia de dos proyectos (derecho y poder) ligados a paradigmas
diferentes. Al hacérselos confluir, uno y otro sufren diversas modificaciones. Por lo común, la teoría
del estado y la teoría general del derecho al describirlos como objeto de sus respectivas reflexiones,
los muestran ya modificados, a partir de esa convergencia recíproca.
Es decir, exhiben un estado limitado por el derecho (en el que las posiciones de poder se encuentran
sujetas a diversas restricciones y controles de naturaleza jurídica) y a un derecho en el que la
participación estatal es decisiva tanto en orden a su formulación como su aplicación.
Sobre esta base cabe concluir que la vigencia práctica del estado de derecho ha llevado a conformar
un núcleo conceptual e ideológico desde el cual estado y derecho se muestran como aspectos
convergentes y parciales de una totalidad única.
Esta perspectiva integrada de estado y derecho si bien por un lado sirve para definir aspectos
especialmente técnicos de la propuesta, por otro debilita el examen de las tensiones internas a las
que la misma se halla esencialmente expuesta.
Y más aun, concluye dando una visión del poder y del derecho en donde los rasgos de uno y otro
terminan confundiéndose.
De ese modo, y en particular en orden al derecho, la ley del estado, la actividad judicial, el control
constitucional, la coacción (por no citar sino algunos ejemplos), se asumen como expresiones
genuinas de la propuesta del derecho, cuando en rigor son el resultado de su ulterior integración
con el poder.
Este breve trabajo quiere retomar los rasgos propios del derecho antes del estado de derecho y
mostrar las modificaciones que experimenta en él. No para contradecir el valor del estado de
derecho (que hasta hoy se revela como la propuesta más adecuada para resolver el problema de la
existencia humana en su relación con el poder), sino para mostrar el origen de las tensiones a las
que, como modelo integrado, inevitablemente conduce.

Modificaciones al derecho en el estado de derecho

1.
Asunción y reformulación de los principios jurídicos por la constitución del estado. La exposición del
modelo jurídico a través de fórmulas generales y abstractas ha sido una constante en la cultura del
derecho.
Más allá de la posibilidad, también históricamente cierta, de posiciones singulares y concretas (y
hasta de un repertorio de éstas que no identifique de modo expreso sus criterios generales), el
derecho se ha exhibido en forma de principios, o ha remitido tácitamente a ellos.

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(La razón de esta circunstancia debe encontrarse en la radical oposición entre el derecho y la
arbitrariedad. Y en la convergente necesidad de definir los criterios jurídicos de un modo que
permita convalidarlos antes aun de su aplicación concreta).
El origen histórico de esos principios del derecho, de esas normas generales y abstractas, anteriores
a los hechos que vinculan, no siempre es identificable.
Muchos de ellos se pierden en el tiempo, en una zona imprecisa de tradiciones y motivos religiosos.
Se los recupera a través de recopilaciones históricas o de referencias literarias, a veces
fragmentarias, que resguardan su vigencia anterior.
Lo decisivo para validarlas sin embargo, más que su autoría (y de la tradición que se reconoce
complementariamente como criterio de autoridad), es su consecuencia con un modelo fundante.
Valen por lo que expresan, más que por su origen. Reconocen, por sobre una instancia de creación
personal o temporal, un fundamento material de contenido.
En el estado de derecho, en el que coexisten derecho y poder, esos principios por lo común se
mantienen, pero con una importante modificación: el poder los recepta y reformula.
Esto es visible en todas las constituciones del estado de derecho.
El constituyente asume a los principios como propios.
De ese modo, al renovar su autoría, ensaya una nueva validación, definida no ya por la pertenencia
de los principios al derecho, sino por su inclusión en la misma constitución que ha dictado.
Valen con ella. Pasan a ser constitucionales. Se convierten en la ley constitucional del estado.
Esto si bien por un lado los refuerza (compromete toda una organización del poder y un aparato
coactivo al servicio de su vigencia) por otro lado los debilita, ya que los ata al mismo origen histórico
y a la misma intelección de los demás textos constitucionales. Es decir, se los incorpora a una serie
de mecanismos inmanentes al poder del estado, que en los hechos pueden servir no sólo para
respaldar su vigencia sino también para empobrecer el ulterior sentido de su aplicación.
2.
Mediación de la ley en la aplicación de los principios del derecho.
La recepción y reformulación de los principios jurídicos por el poder constituyente se complementa
en la actividad ulterior del poder constituido.
En ella el dictado de una legislación (que se renueva y amplía permanentemente), asume una
importancia decisiva e introduce una nueva modificación al derecho desde el poder. Los principios
del derecho no se aplican directamente. La ley se vuelve mediadora para su actuación concreta.
Esa mediación no es sin embargo rigurosa. Toda reglamentación genera, por si misma, exigencias
que no se encuentran en los principios de los que parte. Los criterios iniciales van matizándose, de
ese modo, por una suerte de lógica interna de las normas que los reglamentan.
Por lo demás, la legislación no sólo es reglamentaria sino complementaria. Incluye deliberadamente
contenidos neutros, que pierden toda posibilidad de una referencia directa a principios de derecho,
o, lo que es más delicado aun, contenidos que se acomodan a razones de estado.
A partir de cierto momento, el estado de derecho ofrece una traducción legal del derecho en la que,
sincréticamente, conviven principios jurídicos, normas neutras y modificaciones surgidas de las
propias necesidades del poder.
El control de juridicidad real (es decir, de subsistencia del derecho en el modelo integrado del estado
de derecho) se vuelve allí especialmente complejo.
3.
Prevalencia de la ley. Desplazamiento de las otras fuentes formales del derecho.
La especial gravitación que en el estado de derecho tiene la ley (definida por lo demás formalmente:
la ley es la que dicta el estado a través de sus órganos específicos y por un procedimiento ritual)
conlleva a un progresivo empobrecimiento de las demás fuentes formales de derecho.
No es que ellas desaparezcan. Pero su dimensión se restringe a valores reflejos. Las sentencias
judiciales deben fundarse en la ley, los dictámenes y resoluciones administrativas adecuarse a ella,
los reclamos y reivindicaciones canalizarse dentro de su marco.
El derecho se circunscribe a la ley (o a los actos y sentencias que la especifican).
La costumbre pierde su histórica gravitación. Vale únicamente en la medida en que la ley la
reconozca.
La ciencia del derecho se vuelve una mera descripción de la ley del estado, o una previsión de sus
posibles aplicaciones prácticas.
La misma enseñanza universitaria se restringe a una recepción de los contenidos legislativos.
Todo esto acarrea un fuerte empobrecimiento en la creación y evolución del derecho. Y tensiones,
cuando, por avatares de la situación política, la ley del estado no logra canalizar los requerimientos
de la conciencia jurídica, deja fuera de ella los contenidos del paradigma del derecho.
4.
Límites territoriales de la ley. Pérdida de la universalidad del derecho.
Una de las consecuencias de esta legalización del derecho es su reducción a los límites territoriales
del estado.
La ley, más allá de cualquier pretensión de ser portadora de criterios jurídicos universales, es una
expresión de la soberanía del estado.
Y en esas condiciones su vigencia no puede extenderse más allá de las fronteras dentro de las cuales
esa soberanía se ejerce.
Ese quedar circunscripto del derecho plantea un problema especialmente complejo: el de la pérdida
de su significado universal.
Su ligamen con el poder lleva a quedar seccionado espacialmente.
Se habla así de derechos nacionales, locales, cuya extensión resulta totalmente derivada de los
alcances de la soberanía, o de la potestad legiferante a la que se vinculan. Esta es una modificación
del derecho de la mayor importancia, porque si existe un rasgo particularmente esencial de lo
jurídico es el de la universalidad.
(De este modo no podrían explicarse las declaraciones universales de derechos humanos ni el valor
de la personalidad aun en casos de apatridia).
El derecho dimana del reconocimiento de la persona del hombre. Del respeto a todo otro como libre
e igual.
Y ese fundamento no está ligado por sí mismo a estadualidad alguna ni puede encontrar en los
límites de la soberanía que formula la ley sin una fuerte alteración de su modelo. Se presenta en
este punto un quiebre entre el estado de derecho como producto cultural moderno y la tendencia,
también moderna, de formular proclamaciones de derechos fuera de las constituciones estaduales
que lo organizan.

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Ello ha tratado de alguna manera de corregirse, dando nivel constitucional, incluyendo en las
constituciones declaraciones o convenciones universales sobre derechos humanos. Pero esta
recepción de principios y normas, aunque reconozca su valor extraterritorial, no deja de ser un
ejercicio generoso de la propia soberanía. Esos pactos, abiertos siempre a la posibilidad de denuncia,
están sujetos a las interpretaciones y aplicaciones de los tribunales locales, y a una recepción que al
acogerlos los delimita en el marco de un sistema normativo propio.

5.
Sustitución del sentido de obligatoriedad interna del derecho por el de la coactividad. La ley proviene
del poder y se incluye en un orden inmanente que tiende a resguardarla como obra de ese mismo
poder que la ha dictado y promulgado.
Al ligarse así, se produce otra modificación en el derecho: la sustitución de su obligatoriedad interna
por la coacción con la que el estado resguarda el cumplimiento de sus leyes.
Esta sustitución no es total. La obligatoriedad en conciencia de los contenidos del modelo jurídico
obviamente se mantiene, ya que el mero agregado de una sanción a su incumplimiento no puede
desplazarla totalmente.
Pero la aparición de la coactividad, con un protagonismo amplio, respaldando a cada ley que dicta
el estado, conduce otra vez (como en el valor dado a la legalidad) a una nivelación formal.
Las leyes, de contenidos diversos, sean portadoras reales de una propuesta jurídica o simplemente
reglamentarias de un justo legal, se igualan desde el punto de vista de la respuesta a su
incumplimiento.
Todas ellas aparecen resguardadas en su vigencia de la misma manera.
En esa nivelación, la adhesión interna que puedan suscitar sus contenidos, se diluye ante el episodio
coactivo.
Además, de ese modo queda impropiamente legitimado el uso de la fuerza para resguardar la
aplicación al derecho (uso este que en ningún caso podría derivarse del paradigma mismo del
derecho: desde el derecho es imposible validar su aplicación coactiva).
6.
Amoralidad del derecho. Separación del derecho y la moral.
Consecuentemente con este desplazamiento de los motivos internos de obligatoriedad del derecho,
la teoría del estado de derecho ha crecido simultáneamente con la afirmación de su separación de
lo moral.
La moral queda excluida de la ley del estado y de los tribunales que la aplican y circunscripta a la
conciencia y a su propio tribunal interior.
Mas allá del valor que como límite al estado ésta exclusión contiene (se liberan de su intromisión
acciones privadas y convicciones políticas y religiosas) el precio de un resguardo así logrado es
costosísimo, ya que la ley del estado aparece desvinculada de los compromisos morales esenciales
del derecho (el respeto a la dignidad de todo hombre, especialmente) y fortalecida otra vez en su
definición meramente formal, a partir del poder del estado que la dicta.
(Una preservación de las libertades internas puede lograrse también y en mejor medida desde el
derecho como límite del poder y no desde su separación de lo moral. El vínculo del derecho con lo
moral arranca en su propia base, en el respeto a la persona de todo hombre. Circunscribir lo moral
a los actos internos (más allá de la impropiedad ontológica de la distinción sobre
la que se apoya) supone una visión restringida, que lleva a pensar luego a la
regulación de los actos externos, confiada al derecho del estado, como a una mera técnica).
7.
Pérdida del sentido de permanencia.
La especial gravitación de la ley en el estado de derecho conlleva también la pérdida del sentido de
permanencia de lo jurídico.
Existe una continua creación legislativa desde el poder del estado. Las leyes se modifican, se
derogan, sustituyen, respondiendo muchas veces a motivaciones circunstanciales.
En la medida en que el estado de derecho remite a una definición formal de ley y a su incorporación
por ella de los principios del derecho es muy difícil desvincular conceptualmente las mutaciones de
una y otro.
El derecho como obra del hombre admite obviamente (por la progresiva intelección de los valores
de lo humano) variaciones en su configuración. Pero las mismas son limitadas, lentas, prudentes: no
se condicen con las variaciones muchas veces ocasionales de lo legislativo.
La multiplicación de las leyes, su escasa duración, hablan de cierta liviandad en la reglamentación
de los principios del derecho o en una masiva incorporación de lo neutro a la regulación de la vida
social.
8.
El estado de excepción
El estado de excepción es el punto límite de la relación de derecho y el poder en el estado de
derecho.
Algunos (muchos, los más importantes) principios jurídicos quedan con él en suspenso. Su lugar es
ocupado por posiciones de poder.
Se lo dispone a partir de una conmoción o alteración del orden, que (según la valoración del poder
constituido) impediría, temporalmente, la vigencia plena del modelo integrado estado de derecho.
Las constituciones establecen algunos resguardos sistémicos para su instauración regulando la
magnitud de sus efectos y su extensión temporal. De cualquier manera el estado de excepción
significa siempre una grave alteración del derecho en el estado de derecho, por el desplazamiento
en bloque de sus principios.
La teoría política y la jurídica (construidas desde el estado de derecho) han tratado de validar la
alteración del modelo alegando la necesidad de preservarlo teóricamente y asegurar así la ulterior
restitución de su vigencia práctica.
Desde el paradigma jurídico la existencia aun temporaria de un sistema político en el cual la vigencia
del derecho sea preterida en todo o en parte, resulta especialmente problemática.
El estado de necesidad, la legítima defensa y el derecho de resistencia violenta a la opresión (que
constituyen puntos críticos en los que el derecho pareciera colocarse en contradicción consigo
mismo) no alcanzan a fundar suficientemente un instituto en el que un poder organizado
políticamente pudiera desbordarse.
(El estado de derecho no prevé un simétrico desplazamiento del poder en nombre del derecho.
Un estado excepcional donde el derecho sustituya las posiciones del poder, rija desde sus prístinos
principios, sin mediaciones ni interferencias: sin lo neutro, ni lo circunstancial, ni la razón de estado).

13
Para hablar en esos términos es necesario salirse de los mecanismos inmanentes al estado de
derecho y plantear desde el modelo puramente jurídico, resguardos extrasistémicos del derecho
frente al poder.

9.
Límites recíprocos
La asunción de los principios jurídicos por definiciones que provienen del poder, su reglamentación
legislativa, el valor de la ley del estado, su definición formal, la preterición de otras fuentes del
derecho, la pérdida de su universalidad y del sentido de su permanencia, la incorporación de
resguardos coactivos, su separación de lo moral, su desplazamiento en el estado de excepción son
sólo algunas de las modificaciones y límites que el derecho experimenta en el modelo integrado
estado de derecho. Habría que agregar otros todavía, relativos a la historicidad y al sentido grupal
que introduce su relación con el poder o al monopolio de la jurisdicción (y con ella al resguardo
sistémico de su vigencia) que el estado de derecho también propone.
Va de suyo que una lectura de modelo integrado estado de derecho para ser completa necesitaría
no sólo precisar las modificaciones al derecho en su convivencia con el poder, sino también las
modificaciones al poder en su convivencia con el derecho.
Y que en ese sentido varias de las alteraciones aquí expuestas valen en sentido inverso y expresan,
simétricamente, límites al poder desde el derecho.
Algo de ello quedó anticipado en orden a la separación del derecho y la moral (que procuró limitar
avances insoportables sobre la conciencia personal) y algo así también podría decirse respecto del
mayor valor que asume la ley del estado (y que da lugar al principio de legalidad, decisivo para
contener jurídicamente y controlar la actividad administrativa del estado).
10.
Conclusión
Se trata en el estado de derecho como ya se ha dicho de un modelo integrado construido a partir de
dos paradigmas diferentes.
La palabra estado sugiere estabilidad. La palabra derecho remite a ciertas constancias, a ciertos
rasgos también estables en un proyecto de orden social.
Su aplicación simultánea (difícil; para nada desdeñable), conlleva sin embargo, a una permanente
inestabilidad interna.
Poder y derecho tratan de avanzar el uno sobre el otro.
El poder limita al derecho y el derecho limita al poder.
Una antigua lucha entre dos protagonistas cotidianos de la vida social.
Aunque irresuelta, el derecho tiene en ella la ventaja de ser, hoy, el único modo de vida compatible
con el respeto a la dignidad del hombre.
Base, por lo demás, de proyectos (no sólo sociales) más altos todavía.

V
Lucha por el derecho
Dado que el derecho rehúsa totalmente los procedimientos violentos, su
obligatoriedad radica en su carácter moral. La lucha por el derecho es una lucha
de la conciencia y no de la fuerza.
El derecho como utopía
A pesar de los límites que derivan de su carácter reglado y del ámbito de su protección, el derecho
se distingue de aquellas expresiones de orden aparente que se constituyen como negación del
hombre, en el desconocimiento de su valor y en la opresión.
Por eso, si se utiliza la palabra utopía en uno de sus posibles significados (concepción que trasciende
la realidad para modificarla, anhelo de conducta real que rompe los lazos con la situación existente)
resulta indudable el sentido utópico del derecho.
Esta armonía social proyectada en el respeto a la persona del hombre, que se ofrece como
posibilidad concreta de orden de convivencia, implica un permanente cuestionamiento de aquellas
estructuras en las que el poder y la violencia tienen una participación activa, y ocupan extendidos
“espacios” de la vida social. En el mundo de hoy, el derecho se presenta como una contrasituación
que tiende a transformar una realidad global. Con el hombre como núcleo y centro de sus
determinaciones, con el respeto como base para despliegues todavía más humanos y profundos, el
derecho es parte de una inacabada esperan.

El poder y sus relaciones con el derecho

El Derecho siempre se ha opuesto al Poder. Son disímiles entre sí, pero se los suele confundir, pues
ambos procuran crear un orden y brindar seguridad y paz.

ORDEN:

Toda relación social despliega su orden interno.


En la relación de Poder luego de fijar su posición y obtener la sumisión de los miembros, intenta
intensificar y expandir su dominio.

El orden jurídico se funda en el dialogo respetuoso, mientras que el poder se funda en la coacción,
la represión organizada y la propaganda ideológica.

Consecuentemente, sus formas de convivencia son distintas: El derecho es armónico y el poder


mutila las posibilidades del crecimiento del ser humano.

La paz y la seguridad que ambos tratan de mantener también son distintas. El derecho presenta un
buen fin que logra a través de la educación de la conciencia moral y el dialogo. El poder, en cambio
se sirve de cualquier medio para lograr su fin, solo le importa la eficacia.

PAZ:

15
La paz del Poder se basa en la ausencia de violencia entre las partes; Las tensiones sociales no se
resuelven, sólo se reprime su expresión.

Contrariamente la del Derecho se funda en una sociedad de libre pensamiento, sin oprimidos, con
libertad de diálogo.

SEGURIDAD:

La seguridad del poder solo se prescribe a los sentidos, pues el poder ilimitado del poderoso hace
que no se pueda tener ninguna seguridad frente a él.

El derecho como límite al poder

Como ya dijimos Derecho y Poder son polos opuestos, en permanente contradicción y conflicto.

El Derecho siempre debe caracterizarse por el orden de protección y paz. Por lo que, el orden jurídico
se presenta permanentemente como límite del poder. De lo contrario el reconocimiento recíproco
estaría en peligro, pues en el poder una parte no posee autonomía.

Por ejemplo: el Derecho constitucional y administrativo limitan al poder estatal, el Laboral al patrón,
el Internacional a las potencias, etc.
Diversos puntos críticos de convergencia del poder y el derecho

Aun cuando Derecho y Poder se muestran como adversarios, existen convergencias que presentan
una convivencia inestable.

Algunas de ellas son: el Estado, la Ley y la Administración de Justicia.

Estado

La vinculación Estado-Súbdito es una relación de poder. Las ideologías primitivas han intentado
atribuirle (al Estado) como tarea la realización de valores éticos en la vida social.

Esta postura es incorrecta, pues los Valores morales, el llamado Religioso, la Vocación, etc. no se
dan en grupo y tampoco son regulables por el estado. La libertad del hombre, en estos ámbitos, no
puede estar condicionada por el Poder, porque en ese caso el Ser no se podría desarrollar. La
interferencia del Poder resultaría un obstáculo para la evolución moral del hombre.

Es por ello que el Derecho debe fijar límites permanentemente ante la expresión estatal de poder.

La ley
Por un lado es un medio de incorporación de fórmulas abstractas del Derecho,
pero por otro es una regla originada en el centro de poder político del Estado.

A pesar de ser una relación de muchísima tensión, la convergencia Derecho-Ley esta estimulada por
el propio orden jurídico para implementar una limitación al poder estatal (comprometiéndolo a
respetar una solución objetiva y superior a su voluntad).

Administración de justicia

En la administración de justicia, el Juez debe resolver con justicia y conforme al derecho cada caso.
Pero en el estado moderno, además de ser parte del derecho, conforma parte de un Poder (Poder
Judicial).

Para una correcta administración de justicia son requisitos indispensables la independencia e


imparcialidad. Si el magistrado cede ante los intereses estatales o los de los litigantes, su fallo no
resolverá la ruptura de diálogo entre las partes, sino que será un obstáculo. El magistrado entonces
ya no será un juez de derecho, sino un juez de poder.

La organización del poder estatal

Desde el Derecho cuando hablamos de la organización del poder estatal nos referimos al conjunto
de límites morales que el derecho traza para evitar la expansión del poder.

Cabe aclarar que el Derecho no creó al Estado ni a ningún otro poder, sino que son construcciones
humanas en las que el derecho debió intervenir para reglar y así reducir sus efectos negativos.

Principios rectores de la organización jurídica del Estado ("Estado de derecho")

Reconocimiento y Garantía de los derechos fundamentales del hombre (aún frente al Estado).

Separación de funciones o división de poderes (para evitar la concentración).

Regulación del ejercicio de poder (legalidad, constitucionalidad, etc.).

Control del acto de poder: Por control recíproco de los titulares (copoder) o por los ciudadanos
(participación, recursos administrativos, elección de funcionarios, publicidad de los actos, etc.).

Aun se hayan implementado estas disposiciones, no significa que todas las acciones del estado son
"jurídicas", ni mucho menos que se haya alcanzado la armonía. Sólo se trata del punto de avance
mas profundo que se ha logrado.

La organización de la coactividad

17
Según Cathrein es un elemento que se vincula desde afuera para que el Derecho alcance una plena
vigencia.

Decir que el Derecho es coactivo, significa conceder que del poder del que las leyes proceden, pueda
amenazar con penas la transgresión de sus disposiciones y aplicarlas si ella se produce.

Esta concepción surge por el Siglo XVIII con Kant.


Es decir que la solución jurídica viene con una fuerza que la sustenta en caso que los
comportamientos sociales se aparten de ella (viene con una sanción).

Pero otros autores remarcan que no todas las leyes tienen un elemento coactivo, y sin embargo
forman parte del Derecho.

El núcleo del problema reside en considerar que la coactividad del derecho implica imponer una
pena a determinadas conductas, y esto solo puede lograrse si se tiene poder.

Negri sostiene que en el derecho no tiene cabida la coacción, que es el modo de la falsa
obligatoriedad de poder.

La educación moral y el esclarecimiento de las conciencias constituyen los medios específicos para
la afirmación y consolidación del derecho. Esta fuerza moral encadena las voluntades.

La lucha por el derecho es una lucha de la conciencia, no de la fuerza. Queda quitada la fuerza o la
coacción, pues sería convertir a la otra persona en objeto.

Orden: la palabra orden tiene 2 significados, o nos hace referencia a dos cosas: orden en sentido
formal, y orden en sentido material.

- En sentido formal: es una adecuación reciproca, una relación reciproca.

- En sentido material: es una dirección de crecimiento, un perfeccionamiento en el sentido,


en el rumbo a seguir.

Orden en sentido formal:


Para poder hacer un orden formal, es necesario tener un modelo de criterio de orden: ej.
Ordenar algo alfabéticamente.
También si el orden es referido a las personas se podrá ordenar:
-sociedad política: la ciudad, pueblo, etc.
-Sociedad domestica: la familia, el hogar, etc.
El orden corresponde tano en las sociedades políticas como en las Domesticas,
llegando a creer que el orden es el derecho. “el derecho e el gran orden”. El
orden se da a través de él.
Pero en las sociedades políticas y domesticas hay varios ordenes, el derecho es uno de esos órdenes,
pero no el único.

Modelos de orden:

- AMOR.
- DERECHO. - PODER - VIOLENCIA.

Amor: vale tanto para ambas sociedades (políticas y domesticas) nos convoca a la referencia,
pareja y sexo. La pareja es uno de los núcleos donde el amor se puede revelar; y en cuanto al sexo
(indica que cada ser humano debe encontrarse con otro por una necesidad).
Si solo me quedo con sexo y pareja caigo en un reduccionismo, es decir veo solo una parte de la
realidad.

Además puede haber: sexo sin amor


Amor no sexuado: padre e hijo, amor de madre e hija. Tiene una gran referencia en las
sociedades políticas. Un ejemplo de ello fue “las madres de plaza de mayo”, frente a un gobierno de
facto las cuales se movilizaron por un amor no sexuado que tenían con sus hijos.
Otros ejemplos son: El amor de amigos; Docencia: es un acto de amor.

Nombre, es un acto de amor (el primero), utilizo al nombre porque define la unicidad del ser amado,
del ser único.
No todos los nombres son iguales, no hay dos voces iguales. Saca al hombre del género. El miedo a
la muerte, proviene del amor, del amor al otro, del que el ser amado muera o no poder verlo más.

Derecho: “orden de respeto”.


¿Qué es respetar a una persona? Lo asociamos a la idea de temor a sufrir un daño. En realidad
significa “no dañar al otro” (es el núcleo). “Dar a cada uno el trato de suyo”, seria en el sentido
positivo de la palabra. Es el reconocer la autonomía del otro. Por esto en realidad el temor no es de
ser dañado, sino de daña, por reconocer al otro como igual.

La idea de justicia es una idea de cambio, no entra en el amor, entra en el marco del respeto.
La idea de contrato es muy fuerte en la idea de respeto. El contrato siempre es una idea de cambio,
dicho cambio debe hacerse siempre de buena fe.
El derecho reivindica permanentemente la no discriminación, distinto al amor que discrimina (ya
que individualiza, nos saca del genero).

Orden en sentido formal: es una relación reciproca. Hay 4 tipos de órdenes.

19
1) Amor: nos rescata del género, no hay que caer solo en “sexo y pareja”.

2) Derecho: es el orden del respeto, hay 2 principios:

a) No dañar al otro: es la base del núcleo del derecho, es reconocerlo como


persona, como género de persona.

b) Dar al otro el trato de suyo: es otra forma de respeto vinculada a la idea de


igualdad.
- la idea de género está ligada a la igualdad.
- el amor en cambio no iguala, diferencia a las personas, las saca del genero,
aparece “el nombre”.

3) Poder: modelo de orden que tuvo gran vigencia durante siglos. El poder es desigualdad,
pero desigualdad distinta a la concebida por el amor. Se los desiguala, o se los diferencia
para gobernarlos o dominarlos, es un gran cosificador el poder.
Poder político: es un gran estabilizador para el gobernador y quien gobierna. Hay 2 rasgos del poder
fundamental:
- poder tiene una gran necesidad o actitud de expansión. Trata siempre el
poder darle a quien lo ejerce mas poder “el amo siempre quiere ser mas amo”.
- Se constituye el poder con 2 voluntades simétricamente convergente: “esta
la voluntad de quien manda”, y el “que obedece quiere obedecer”. Relación: Amo –
Esclavo.
¿Por qué el que está sometido quiere estarlo? Por:
- temor.
- el que manda tiene un estructura tan grande que lo apoya, lo que hace que
el sometido se resigne a enfrentarlo.
- Por cómo fue formado esa persona, de niño me enseñaron a obedecer.
- El poder utiliza propagandas alegando que es bueno que haya poder, y que
quien lo ejerce debe hacerlo y no otro. Infunde el miedo a una anarquía.
- La propaganda busca imponer una ideología, y la voluntad de obedecer se
va formando.

Hay contradicción con el derecho: ya que este propone igualdad. El poder


en cambio: propone desigualdad.

4) Violencia: se da cuando quien obedece ya no quiere hacerlo más.


La violencia es:

- Un acto de poder.
- Como modelo de orden es transitorio.
- ¿Ordena?, si ordena. Ej.: un ejército.
- La violencia extrema lleva a aniquilar al otro.

- Para Consagrar un modelo de respeto, las libertadores argentinos utilizaron la violencia,


pero decían: “A sus Estados nosotros no vinimos a conquistar sus pueblos, sino a liberarlos”
San Martin.

¿Cuál de estos 4 ordenes se adecua mejor con el proyecto de humanidad?

- Siendo el hombre dialógico, no concluso y por ende para que pueda realizarse lo hará a
través del amor.

- Respeto: supone una relación menos importante, pero empezamos hablando de unen
forma negativa “no dañar”.

- El poder: da cierta seguridad y estabilidad, siempre que lo aceptes y no haya una


extralimitación del poder. Peor el poder siempre termina cosificando al otro.

- Violencia: como proyecto de existencia vale muy poco, y pata el que muere no vale nada.

¿El amor es el orden más importante?


El amor tiene una desgracia, la cual es no poder proyectarse a varias personas. No se puede
amar a todo el mundo porque no conocemos a todos.
Entonces, ¿cómo es posible la declaración universal de derechos humanos? No es posible un amor
universal, pero si es un posible un respeto universal

Legalizar el respeto: traducir el respeto en formulas, en normas. Por eso la empatía tan fuerte del
derecho y la ley. El amor no se puede legalizar. La ley permite llegar a soluciones o hechos que no
han sucedido. Prevé hechos, se anticipa y da respuestas, pero el amor no lo puede hacer, es intuitivo.

El respeto y el poder: ambos buscan brindar seguridad. Respeto: seguridad y paz. Poder: solo
seguridad.

El hombre es un ser dialógico, se constituye a través del encuentro con sus semejantes.
Comprendiéndolos y siendo comprendido por ellos.
Según Henkel, el hombre al salir del umbral de su interioridad comienza a vincularse con sus
semejantes en un continuo necesitar y ser necesitado, es por ello que la vida social se presenta como
una intrincada trama de innumerables y variadas relaciones interhumanas. Tal es así que resulta
necesario establecer modos de orden social como modos diversos de resolver la existencia,
verificables en todas las sociedades humanas. Son formas de convivencia humana que han sido
delimitadas de modos diversos por diversos sociólogos. En un sentido formal significa una
adecuación reciproca de personas o cosas, y en un sentido material indica una dirección de
crecimiento, de perfeccionamiento, de sentido.
21
Voy a hablar de los 4 modos de orden (AMOR- RESPETO-PODER-VIOLENCIA) desde una perspectiva
formal, comenzando por el amor.

EL ORDEN DEL AMOR

El orden del amor vale para las sociedades políticas y las sociedades domesticas. Inmediatamente
este orden nos convoca a una referencia: PAREJA – SEXO
• La PAREJA es un núcleo donde el amor se puede revelar profundamente
• El SEXO incida que cada ser humano necesita encontrarse con alguien. Es un ingrediente
fundamental.
Pero si me quedo solo con la referencia pareja sexo incurro en un reduccionismo, porque solamente
estoy viendo un aparte de la realidad y me olvido de todo lo demás.
El amor solo puede darse en pequeños grupos de personas: la familia, la pareja, entre amigos
íntimos, entre hermanos. En palabras de Santo Tomas:

“una amistad intensa no se tiene a muchos”

Además, no podemos olvidar, que a los seres humanos se nos permite tener sexo sin amor, por lo
que es evidente hablar de otras formas de amar.
- Amor de Madre e hijo – Padre e hijo – Amor de Hermanos – Amor de amigos -

El amor desiguala completamente, el amor nos rescata del género porque para alguien que me ama
soy único, insustituible, concreto y extraordinario. Por ejemplo: en el amor de madre e hijo, es un
amor no sexuado ni en pareja. A través del nombre que la madre le pone al hijo se define la unicidad
del ser amado. Es único, cunado se nombra a un hijo se lo hace de una forma diferente, se lo
desiguala de todos los demás. El amor saca al otro del genero, desiguala.. al sacarlo al otro del
genero ya no es igual para todos.

El amor comienza por una negación; se da por el único goce de dar, sin reclamar nada a cambio. Se
espera, se cree en la verdad del otro, hasta se querría vivir el propio dolor del ser amado para que
el no sufra. Pero no queda allí, esa negación se resuelve en una afirmación nueva, donde el yo y el
tu encuentran lo que en soledad no hubieran podido: su mejor promoción personal.
El amor, como lo afirma el teólogo alemán doctor DOMS, tiene por misión primera el
perfeccionamiento de dos seres que separadamente son incompletos.
El amor autentico es siempre amor de un ser concreto, determinado, que responde a un nombre y
que no puede ser reemplazado por otro. Si amamos, simultanea o sucesivamente, a muchas
personas, nunca lo hacemos con el mismo amor; cada vez que amamos se renueva el amor,
cualitativamente diferente al anterior. Aun en el caso en que nuestro amor fuera universal como el
de Cristo y englobara a todos los hombres, no por eso sería impersonal.
Una larga tradición filosófica que va desde Platón y Plotino a los existencialistas espirituales
modernos (pasando por San Agustín, pascal, Freud) considera al amor como la fuerza motriz
principal de la historia individual y colectiva. La necesidad de amar y de ser amado
puede considerarse como el más fundamental e imperioso de los “instintos” del
ser espiritual.

Se trata del gran modelo de funcionamiento de la persona, es decir, el Orden que más beneficia al
hombre y su existencia.
Sin embargo el Amor tiene para los seres personales la desgracia de no poder proyectarse hacia
muchas personas: si tomamos el amor al prójimo según el evangelio, prójimo significa cercano,
cualquiera puede ser el prójimo, pero no existe la projimidad universal. No puedo amar a todo el
mundo (en cambio, el respeto si se puede cumplir universalmente). Además el amor a veces se
agota, se desvanece. Un ejemplo fue la liberación de la India encabezada por Ghandi sin armas y por
razones de amor.

ORDEN DEL DERECHO

Se lo llama orden del respeto, se funda en el dialogo respetuoso, en el reconocimiento del otro y la
preservación del propio yo.
Automáticamente al hablar de este orden lo asociamos a la idea o temor de sufrir un daño, cuando
en realidad es todo lo contrario; es el temor de dañar al otro.
El derecho gira en torno al respeto. RESPETAR es no dañar al otro, y este es el núcleo del derecho;
en un sentido positivo seria: dar a cada uno el trato de suyo. Se reconoce al otro en su intrínseco
valor de persona, de persona como genero. El derecho no rescata del género, sino que respeta y
cuida a la persona del otro, aunque no la conozca.
El derecho tiende siempre a la IGUALDAD. (Reivindica permanentemente)
Es su tarea lograr que la vida social se despliegue armónicamente, respetando al otro.

El derecho se presenta como un fin y un medio: uno y el otro confluyen en la misma idea: la del
respeto al hombre.
El hombre ha creado el derecho para procurar satisfacer algunas necesidades propias de su
existencia, entre ellas: la paz social, la seguridad, el desarrollo de su autonomía(lo suyo de si y no lo
mío de mi), el bien común.

El Derecho al establecer condiciones para un encuentro armonioso con todos los hombres, resulta
un orden de paz. El derecho brinda seguridad y paz.
• PAZ: funda una sociedad sin marginados ni perseguidos, donde el pensamiento y la palabra
fluyen libremente y el hombre se encuentra con sus semejantes en un dialogo creador.
• SEGURIDAD: a vincula a todos. (Resulta de la objetividad de la obligación moral que el
hombre descubre y de la exigencia con que se presenta su conocimiento ante nuestra
conciencia)

El derecho delimita las posiciones de cada persona a través de criterios de dialogo respetuoso,
igualdad y autonomía. Se presenta siempre como un buen fin que solo se logra por medios
23
igualmente buenos. Se lucha se da fundamentalmente a través de la educación de la conciencia
moral y el dialogo.

EL DERECHO ESTABLECE MODOS DE CONVIVENCIA FUNDADOS EN EL RESPETO RECIPROCO DE LA


DIGNIDAD ESENCIAL DE TODO HOMBRE

Se trata de dar a cada uno el trato de suyo (consiste en reconocer la autonomía del otro, como suyo
de sí). La justicia es propia de este orden, para que nadie se dañe y que cada uno reciba lo suyo
(precio justo, salario justo). Es una constante y perpetua fortaleza, que no solo radica en los actos
míos sino que debe proyectarse en una verdadera política y orden social.
El Derecho se expresa siempre igualitariamente, si observamos el código civil, este no se refiere a
personas concretas sino a cualquier persona que cumpla un rol determinado; como locador,
vendedor, comprador, etc.
Cuando subsumo aparece el nombre, nos basamos en idea de género, por ello no hay nombres en
el Respeto, porque la igualdad es fundamental para el Derecho.
Entra en juego el intercambio y por ello adquiere relevancia el contrato, hay un cambio entre
personas: se da siempre a cambio de algo (a diferencia del orden del Amor donde no se puede
cambiar un amor por otro).
Es más simple y más sencillo que el amor. Por ejemplo cuando un auto se detiene frente a un
semáforo en rojo, no lo hace para evitar una multa sino para evitar chocar y dañar a otro.
El respeto se puede cumplir universalmente, es más fácil respetar a una persona que amarla. Por
ejemplo, la Declaración Universal de DD.HH. que gracias a la facilidad del respeto puede expandirse
universalmente.

ORDEN DEL PODER

Es un modelo de orden que ha tenido una vigencia impresionante.


Consiste en la desigualdad(distinta del amor), para hacerlo mío, no para sacarlo del genero, el otro
para mandarlo, no para darle el trato de suyo: Significa que alguien manda y otros obedecen. . La
libertad de uno de sus terminos se expande en detrimento de la libertad del otro. Por ello Negri
sostiene que el “poder es la afirmación de uno y la negación del otro”.
El poder es la capacidad de un individuo o grupo de llevar a la practica su voluntad, incluso a pesar
de la resistencia de otros individuos o grupos. Puede ejercerse el poder por medios físicos,
psicológicos o intelectuales como expresa BODENHEIMER.

La relación de poder se basa:


1- en el dominio del uno sobre los demás o de un grupo sobre los demás grupos. Los intereses
de los miembros de la relación se encuentran aquí en contradicción, se enfrenten la voluntad de
dominio con la voluntad de sumisión. Las posiciones de sus miembros se hallan en contradicción.
2- El poder tiene una impresionante necesidad o aptitud de expansión. Trata siempre de darle
mas poder a quien lo ejerce:
Goethe lo ha expresado en los celebres versos de Fausto:
“Esos pocos árboles que no son míos
Me arruinan la posesión del mundo”
El poder se opone a toda limitación; tiene una tendencia hacia la expansión desmesurada. Hegel
sostiene que el amo quiere ser más amo y el esclavo quiere siempre ser mas esclavo.

Por su contenido podemos hablar de relaciones de poder político, económico, militar, con la
posibilidad de su concentración en un mismo sujeto.
En cuanto a su permanencia, puede tratarse de relaciones fugaces o duraderas, llegando a alcanzar
un alto grado de estabilidad y organización jerárquica.

Ejemplos de este tipo sociológico puede ser: algunos vínculos laborales, la esclavitud, la organización
militar, el estado, los monopolios comerciales, el colonialismo, cierta clase de delitos, etc.

ORDEN DE VIOLENCIA:
(algunos la denominan relación de lucha) Cuando quien obedece se rebela ante el poder, entra en
juego el orden de la Violencia
Se trata de encuentros dañosos, destructivos. Los participes se buscan para menoscabarse, hay una
recusación intensa del otro. Los sociólogos hablan de una reciproca negación.
La sola presencia del otro resulta insoportable. Ya no es cuestión de fingir ignorar la existencia del
otro ni el intento por dominarlo. El hombre que odia intenta poner fin a todo vinculo personal con
el otro, y si fuera posible, suprimir su vida misma.
La violencia puede ser individual (como en el caso del delito de homicidio) o social (la guerra en
cualquiera de sus tipos).
Pero no puede estabilizarse como tal. Cuando se despliega hasta su faz extrema, conlleva su propia
destrucción al desaparecer uno de los termino (en casos extremos, pueden destruirse ambas partes)
La violencia tiene una vigencia transitoria, si bien ordena, lleva a matar al otro. Es un elemento
altamente desnaturalizante, tanto para el orden del poder como para el derecho. Ambos pues,
tratan de eliminarla.

En sentido Formal, los cuatro órdenes son iguales, en cambio en sentido material se puede
establecer un orden de prelación en base al beneficio del hombre y su existencia: a) El Amor: es el
gran modelo de funcionamiento de la persona.
b) El respeto: es importante no dañar al otro y dar a cada uno lo suyo, pero necesito más que
eso.
c) El Poder: da cierta seguridad, pero tiene una necesidad de expansión que cosifica al otro.
d) La Violencia: Es el orden de menor valor en la existencia del hombre, implica la no
aceptación del poder.

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