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Aunque la LGEEPA de 1988 integraba ya varios instrumentos ambientales de gran importancia, las

reformas de 1996 precisaron y dieron vigencia a estos instrumentos de política ambiental.


Destacadamente, las reformas en los renglones del ordenamiento ecológico, la evaluación del
impacto ambiental y la participación de la sociedad dieron un giro clave a las bases jurídicas de la
sustentabilidad. Asimismo, las reformas incluyeron otros instrumentos que ya habían sido
aplicados en los hechos pero que no estaban contemplados en la ley, tales como la auditoría
ambiental, la autorregulación y los instrumentos económicos.

Significo también el establecimiento de condiciones para los gobiernos federal, estatal o municipal
a fin de determinar sus planes de desarrollo. A través de estas se definen los proyectos
económicos y las obras públicas o privadas de importancia que pueden efectuarse en cada zona o
región de acuerdo a su vocación natural y su condición ambiental

Otro instrumento, precisado y enriquecido en las reformas de 1996, fue la Evaluación de Impacto
Ambiental, procedimiento a través del cual se calculan y evalúan los impactos que puede generar
una obra y se establecen las medidas preventivas y de mitigación necesarias para garantizar que
su realización no afecte al medio ambiente.

Aunque la LGEEPA de 1988 contemplaba ya la participación social casi en los mismos términos que
la de 1996, dos nuevos elementos importantísimos quedan asentados con las reformas: el derecho
a la información y el reconocimiento del interés jurídico difuso.

La LGEEPA del 88 contenía un capítulo único sobre participación social, en tanto que la del 96
integró, con disposiciones que no tienen antecedente, un segundo capítulo llamado Derecho a la
Información, conformando, como hemos dicho una de las reformas más significativas.

De esta manera, tanto en la definición de políticas como en su instrumentación, se amplían los


márgenes de participación social en la gestión ambiental y se reducen los márgenes de
discrecionalidad de la autoridad,

Por último, es importante apuntar que se contempló la activación de un proceso de


descentralización ordenado, gradual y efectivo hacia los gobiernos locales en diversas materias
entre las que destacan las de prevención y control de la contaminación atmosférica, el control de
residuos de baja peligrosidad, la administración de áreas naturales protegidas y la vigilancia en la
zona federal marítimo terrestre.

El primero amplía los márgenes de participación social en la gestión ambiental, al permitir el


acceso a la información como elemento básico y fundamental para la toma de decisiones; el
segundo implica el derecho al ejercicio de acciones para impugnar los actos de autoridad.
Reformas al Código Penal

los legisladores y la SEMARNAt promovieron una reforma que tuvo como propósito ajustar los
parámetros del Código Penal a los cambios incorporados a la LGEEPA tipificando como delito,
conductas contrarias al medio ambiente que no tenían ese carácter, Impone penas de seis meses a
seis años de prisión y multas de 100 a 20 mil días de salario mínimo a quien contamine las aguas,
al que comercie e introduzca de manera ilegal fauna, flora o recursos forestales; al que desmonte
sin autorización o destruya la vegetación natural; a quien comercie con los recursos genéticos sin
autorización; etc.

En cuanto a la protección de la riqueza biológica, para 1996 más del 5 por ciento del territorio
nacional se encontraba con algún estatus de protección, y por primera vez en la historia de
México, se contaba con un Programa Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

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