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Voces: INFRACCIONES A LA LEY DE PROTECCIÓN DEL CONSUMIDOR -

SUPERMERCADOS - INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS - DAÑO MORAL - RECURSO DE


APELACIÓN - RECHAZO DEL RECURSO - DISIDENCIA

Partes: Tapia Jara, Gabriela c/ Cencosud Retail S.A. | Infracción a la ley de protección al
consumidor - Recurso de apelación

Tribunal: Corte de Apelaciones de Concepción

Fecha: 17-dic-2013

Cita: MJCH_MJJ36701 | ROL:224-13, MJJ36701

Producto: MJ

Desde que el consumidor ingresa al local de un supermercado, con el fin de adquirir los
productos que allí se exhiben, se encuentra amparado por el deber legal del proveedor de
proporcionarle condiciones seguras de circulación, de ello la circunstancia que la demandante
no haya concretado la compra de productos es indiferentes para los efectos de determinar la
existencia de una infracción al consumidor.

Doctrina:

1.- Se confirma la sentencia apelada, desde que resulta acertada la conclusión jurídica del
tribunal de primer grado en el sentido que la conducta negligente de la empresa querellada de
mantener uno de sus pasillos con líquido en el suelo, sin la adecuada señalización de
advertencia, que provoca la caída de una cliente es constitutiva de infracción a los transcritos
artículos 3º letra d) y 23 de la Ley Nº 19.496, toda vez que no adoptó oportunamente las
medidas preventivas de seguridad que dicha situación ameritaba, causándole un menoscabo al
consumidor que merece ser sancionada contravencionalmente.

2.- En el caso de que se trata, la circunstancia de no haberse concretado la compraventa de


productos del supermercado no es obstáculo para calificar a la querellante como consumidora
y a la querellada como proveedor, entendiendo para ello el acto de consumo, en este tipo de
locales, como un proceso complejo, formado por un grupo de actos materiales y jurídicos. En
efecto, desde la llegada del cliente al recinto del supermercado, éste pone a disposición del
usuario una serie de servicios y productos que van desde el estacionamiento, guardias,
infraestructura adecuada, limpia y segura del edificio, incluidos sus pasillos y estanterías,
carros y cajas de recaudación, en las cuales se concreta definitivamente el acto jurídico de
carácter oneroso, a través del pago de los productos adquiridos. Entonces, desde que el
consumidor ingresa al local de un supermercado, con el fin de adquirir los productos que allí se
exhiben libremente, se encuentra amparado por el deber legal del proveedor de proporcionarle
condiciones seguras de circulación por el edificio y para la adquisición de tales bienes,
correspondiendo sancionar toda conducta negligente del supermercado que cause un
menoscabo al consumidor ya sea en lo relacionado a los productos como a los servicios
adicionales involucrados.

3.- Contrariamente a lo afirmado por el apelante, el daño moral sufrido por la actora sí se
encuentra probado o al menos se puede inferir desde los hechos que se han dado por
establecidos. En efecto, resulta incuestionable que toda persona que sufra una caída debido a
la negligencia de otra, con los efectos lesivos ya relatados, sufre, además del dolor físico,
molestias, impotencia y pérdidas de tiempo que alteran intensamente su vida normal, todo lo
cual ha repercutido, asimismo, en el ámbito psicológico de la lesionada. Todas esas
afectaciones deben ser indemnizadas por el sujeto responsable, esto es, por la empresa
demandada, quien no actuó con la diligencia debida en la limpieza y seguridad de su
establecimiento comercial, provocando la caída de la víctima y los padecimientos anotados.

4.- Se debe revocar la sentencia apelada y en su lugar declarar que se rechaza la querella
infraccional y la demanda civil de indemnización de perjuicios, teniendo en consideración que,
de los hechos asentados se observa que no alcanzó a concretarse el acto de consumo a que
alude el artículo 1° y que permitiría calificar a la querellante como consumidora, en
consecuencia, la caída que sufrió al circular por los pasillos del supermercado no configura
una infracción de los artículos 3° y 23 de la Ley N° 19.496, debiendo perseguirse la eventual
conducta negligente del local a través de las reglas generales relativas a la responsabilidad civil
extracontractual. (Del voto de disidencia del Ministro Sr. Ascencio)

Concepción, 17 de diciembre de 2013.

Visto:

Se reproduce el fallo en alzada, con excepción de los considerandos 4º a 13, que se eliminan.

Y se tiene en su lugar y, además, presente:

Primero. Que la querellada y demandada civil Cencosud Retail S.A. apeló de la sentencia
definitiva de autos que la condenó infraccionalmente al pago de la multa de 15 UTM como
autora de la infracción a los artículos 3 letra d) y 23 de la Ley 19.496 y, en lo civil, acogió la
demanda deducida en su contra por doña Gabriela del Carmen Tapia Jara, condenándola al
pago de la suma de $10.221.028, por daño emergente y daño moral, más reajustes y costas.
Solicitó la revocación de dicho fallo y en su lugar pidió la declaración de incompetencia del
tribunal de primera instancia y, en subsidio, el rechazo de la denuncia infraccional y demanda
civil, con costas. En subsidio de lo anterior, requirió la rebaja del monto de la multa y condena
civil, se deje sin efecto el reajuste y se le libere del pago de las costas.

En primer lugar sostuvo la inaplicabilidad de la Ley 19.496 al caso de autos, pues no se dan
los presupuestos necesarios para que la actora pudiera incoar la acción ante el tribunal, toda
vez que no es consumidora y los hechos descritos no configuran acto de consumo en los
términos exigidos por el cuerpo normativo citado. Ello en atención a que no adquirió a título
oneroso como destinatario final ningún bien de parte de Cencosud Retail S.A. La consecuencia
de lo sostenido es la incompetencia del Juzgado de Policía Local, debiendo ventilarse el
conflicto ante los Juzgados Civiles de acuerdo a la regla general en materia de responsabilidad
extracontractual.
En segundo lugar, afirmó que no existen pruebas que permitan acreditar la supuesta infracción
imputada.No se valoró la totalidad de la declaración del gerente del local comercial, Manuel
Retamal Chávez, vulnerándose las reglas de la sana crítica (artículo 14 de la Ley Nº 18.287,
en especial las máximas de la lógica y de la experiencia que podrían haberse aplicado al caso,
esto es, que el accidente de la actora se debió a causas supuestamente imputables a la
querellada, sin perjuicio de que el deber de seguridad se encontraba cumplido, puesto que
habiéndose percatado sobre el estado en que se encontraba el piso del área, ya había
ordenado su limpieza. Además la parte demandante no aportó prueba alguna que permita
probar su versión respecto de la mecánica del accidente. Cita doctrina y jurisprudencia en
apoyo de su tesis.

Concluyó que Cencosud Retail S.A. en ningún momento actuó de manera negligente ni
vulneró el deber de seguridad al que obliga el artículo 23 de la Ley 19.496, ya que se
adoptaron los medios de seguridad suficientes para evitar hechos como el ocurrido, lo cual le
permite afirmar que el accidente no le es imputable.

En cuanto a la condena por daño moral, la actora no acreditó tales perjuicios en forma alguna.
El único medio de prueba aportado para demostrar dicho daño consistió en un certificado
emitido por la psicóloga Patricia Loyola, quien señaló que la demandante presentó un trastorno
depresivo asociado a un stress post traumático, pero dicho certificado no descarta que ese
trastorno se deba a causas diversas, como su ruptura matrimonial. Además debía probarse el
monto de los daños lo que, en su opinión, tampoco ocurrió. Todo lo anterior, conduce al
recurrente a solicitar el rechazo de la demanda civil.

I.- Incompetencia.

Segundo.Que corresponde desestimar la alegación de incompetencia absoluta planteada por el


apelante, pues la querella infraccional y la demanda civil presentadas por doña Gabriela del
Carmen Tapia Jara se sustentan en hechos que ella estima constitutivos de sendas
infracciones de la Ley Nº 19.496 , conflicto jurídico que la ley ha entregado claramente al
conocimiento y decisión de los Juzgados de Policía Local, de acuerdo a lo establecido en el
artículo 50 A del aludido cuerpo legal, otra cosa es el debate de fondo respecto a si esos
hechos constituyen o no las infracciones denunciadas, por tratarse o no de un acto de
consumo, lo que determinará la condena o absolución del querellado o denunciado.

II.- En lo infraccional.

Tercero. Que, del mérito de la prueba rendida en el juicio, valorada racionalmente, podemos
dar por acreditados los siguientes enunciados fácticos:

a).- El día 29 de julio de 2011, alrededor de las 17.00 horas, doña Gabriela del Carmen Tapia
Jara, se encontraba al interior del Supermercado Santa Isabel, ubicado en el Mall Plaza del
Trébol, con la intención de adquirir productos, cuando se dirigía a la caja Nº 10 por uno de los
pasillos debió caminar por los extremos de las góndolas donde se promocionan los productos
en oferta, resbaló al pisar una sustancia jabonosa y cayó al suelo golpeándose en el hombro
derecho.No existía señalización que advirtiera la presencia de ese líquido.

Hechos que se obtienen desde la declaración de la querellante, doña Gabriela Tapia Jara, de
fojas 20; del testimonio de oídas del gerente del supermercado, don Manuel Antonio
Retamales Chávez, de fojas 22 y fojas 107 (con ocasión de la inspección ocular); de doña
Pamela Andrea Moraga Escárate y doña Beatriz Cabrera Barriga de fojas 52 vuelta y 53 vuelta.

La intención de adquirir productos en el local se infiere desde las máximas de la experiencia,


que nos indican que las personas que se dirigen a un supermercado y deambulan por sus
pasillos donde se exhiben las mercaderías normalmente lo hacen con el objeto de adquirir tales
bienes.

b).- Ese mismo día, alrededor de las 18.46 horas, la señora Tapia Jara, a instancias del
personal del supermercado, fue llevada e ingresada a la Clínica Mutual de Seguridad de
Concepción, donde se le diagnosticó luxación traumática del hombro derecho, extremidad que
permaneció inmovilizada por el lapso de un mes y sometido a terapia kinésica. Con
posterioridad, el día 18 de agosto de 2011, al realizarse una resonancia nuclear magnética se
constata rotura completa del tendón supraespinoso y desgarro de labrum glenoideo.

Proposición acreditada con la declaración de la querellante, doña Gabriela Tapia Jara, de fojas
20; del testimonio de oídas del gerente del supermercado, don Manuel Antonio Retamales
Chávez, de fojas 22; documento de fojas 29; informe médico de fojas 32; epicrisis de atención
ambulatoria de fojas 34; informe radiológico de fojas 35 a 36; informes médicos de fojas 48,
49, 50 y 70, e informe pericial de fojas 76 y resultado de resonancia de fojas 77.c).- Que, en el
supermercado Santa Isabel ubicado en Avenida Alessandri Nº 3177 las góndolas con
productos en exhibición u ofertas se ubican al centro de los pasillos de circulación.

Proposición que se tiene por establecida con lo obrado en la inspección ocular del tribunal (25
de octubre de 2012), cuya acta rola a fojas 106 y fotografías de la misma diligencia de fojas 90
a 105.

Cuarto. Que, según lo previene el artículo 1º de la Ley Nº 19.496, dicho cuerpo legal tiene por
objeto normar las relaciones entre proveedores y consumidores, establecer las infracciones en
perjuicio del consumidor y señalar el procedimiento aplicable en estas materias. Acto seguido
procede a definir lo que debe entenderse por consumidor o usuario, esto es, las personas
naturales o jurídicas que, en virtud de cualquier acto jurídico oneroso, adquieren, utilizan, o
disfrutan, como destinatarios finales, bienes o servicios; y por proveedores, las personas
naturales o jurídicas, de carácter público o privado, que habitualmente desarrollen actividades
de producción, fabricación, importación, construcción, distribución o comercialización de
bienes o de prestación de servicios a consumidores, por las que se cobre precio o tarifa.

En el artículo 3º letra d) del mismo texto normativo se consagra como derecho de los
consumidores: "La seguridad en el consumo de bienes o servicios, la protección de la salud y
el medio ambiente y el deber de evitar los riesgos que puedan afectarles.

Por su parte el inciso 1º del artículo 23 de dicha ley establece que comete infracción a sus
disposiciones el proveedor que, en la venta de un bien o en la prestación de un servicio,
actuando con negligencia, causa menoscabo al consumidor debido a fallas o deficiencias en la
calidad, cantidad, identidad, sustancia, procedencia, seguridad, peso o medida del respectivo
bien o servicio.

Quinto.Que, en el caso de que se trata, la circunstancia de no haberse concretado la


compraventa de productos del supermercado no es obstáculo para calificar a la querellante
como consumidora y a la querellada como proveedor, entendiendo para ello el acto de
consumo, en este tipo de locales, como un proceso complejo, formado por un grupo de actos
materiales y jurídicos. En efecto, desde la llegada del cliente al recinto del supermercado, éste
pone a disposición del usuario una serie de servicios y productos que van desde el
estacionamiento, guardias, infraestructura adecuada, limpia y segura del edificio, incluidos sus
pasillos y estanterías, carros y cajas de recaudación, en las cuales se concreta definitivamente
el acto jurídico de carácter oneroso, a través del pago de los productos adquiridos. Entonces,
desde que el consumidor ingresa al local de un supermercado, con el fin de adquirir los
productos que allí se exhiben libremente, se encuentra amparado por el deber legal del
proveedor de proporcionarle condiciones seguras de circulación por el edificio y para la
adquisición de tales bienes, correspondiendo sancionar toda conducta negligente del
supermercado que cause un menoscabo al consumidor ya sea en lo relacionado a los
productos como a los servicios adicionales involucrados.

Sexto. Que, bajo el contexto fáctico descrito en el fundamento tercero, resulta acertada la
conclusión jurídica del tribunal de primer grado en el sentido que la conducta negligente de la
empresa querellada de mantener uno de su s pasillos con líquido en el suelo, sin la adecuada
señalización de advertencia, que provoca la caída de una cliente es constitutiva de infracción a
los transcritos artículos 3º letra d) y 23 de la Ley Nº 19.496, toda vez que no adoptó
oportunamente las medidas preventivas de seguridad que dicha situación ameritaba,
causándole un menoscabo al consumidor que merece ser sancionada contravencionalmente.

III.- En lo civil.

Séptimo.Que, en este ámbito de juzgamiento se han acreditado, con la prueba rendida, los
hechos que siguen:

a).- Que, a consecuencia de la lesión sufrida por la demandante, doña Gabriela Tapia Jara,
producto de la caída en el supermercado, debió realizarse una resonancia magnética del
hombro derecho, recetada por el doctor Carlos Clares Ojeda, cuyo costo ascendió a la suma
de $43.378, la atención médica por un valor de $14.704 y debió, asimismo, someterse a
tratamiento kinésico de diez sesiones, a cargo del kinesiólogo Sergio López Espinoza, cuyo
costo ascendió a la suma de $100.000. Además, consultó al traumatólogo Álvaro Ojeda
Greciet, en el Hospital Clínico del Sur, con fecha 30 de agosto de 2011, pagando honorarios
por la suma de $30.000.

Enunciado que fluye de los bonos de fojas 40 y 37, emitidos por Isapre Masvida, de fecha 24
de agosto de 2011 y otro de 31 de agosto de 2011; boleta de honorarios de fojas 28; recetas
médicas de fojas 29 y 39; boleta de fojas 46 y detalle de cuenta de paciente de fojas 47.

b).- Que, en razón del mismo suceso, la actora debió someterse a sesiones de psicoterapia
individual ($2.946 cada bono), por presentar un trastorno depresivo asociado a un estrés
postraumático, manifestándose por alteración del sueño, de la alimentación, desconcentración,
sentimientos de minusvalía, pérdida de la memoria reciente y gran labilidad emocional.

Proposición que se estima probada con el mérito del certificado de la psicóloga Patricia Loyola
Burgos de fojas 30, bono emitido por Masvida de fecha 31 de agosto de 2011 rolante a fojas
31 y los dichos de Pamela Andrea Moraga Escárate.

c).- Que el doctor Carlos Clares Ojeda sugirió cirugía para reparar la lesión de ruptura de
manguito rotador con fecha 1 de septiembre de 2011.A julio de 2012 la demandante
presentaba limitación para abducción de su extremidad, anteversión de hombro y retroversión
de hombro de su extremidad superior derecha que la limita en su actividad cotidiana y laboral
en un 50%, cirugía pendiente no asegura una recuperación total.

Aserto que se da por establecido en virtud del presupuesto de fojas 44 y 45 y con el informe
pericial de fojas 76.

Octavo. Que, la parte demandante no se alzó respecto de los rubros de daño material
reclamados y no concedidos, tampoco respecto de la reducción de lo estimado por concepto de
daño moral. Por su parte la demandada impugnó la sentencia en este aspecto, indicando
específicamente que los perjuicios por daño moral no habían sido acreditados.

Noveno. Que, encontrándose debidamente justificada se mantendrá la indemnización por daño


material fijada por el tribunal de primer grado, correspondiente a los gastos médicos en que
debió incurrir la actora.

Décimo. Que, contrariamente a lo afirmado por el apelante, el daño moral sufrido por la actora
sí se encuentra probado o al menos se puede inferir desde los hechos que se han dado por
establecidos en los motivos tercero y séptimo. En efecto, resulta incuestionable que toda
persona que sufra una caída debido a la negligencia de otra, con los efectos lesivos ya
relatados, sufre, además del dolor físico, molestias, impotencia y pérdidas de tiempo que
alteran intensamente su vida normal, todo lo cual ha repercutido, asimismo, en el ámbito
psicológico de la lesionada.

Todas esas afectaciones deben ser indemnizadas por el sujeto responsable, esto es, por la
empresa demandada, quien no actuó con la diligencia debida en la limpieza y seguridad de su
establecimiento comercial, provocando la caída de la víctima y los padecimientos anotados.
Resarcimiento que sólo puede operar por equivalencia a través de la fijación de una suma
prudencial con la cual pueda paliar sus perjuicios.En ese sentido se estima que el monto fijado
por el tribunal de primer grado es excesivo y, por lo mismo, será reducido a la suma de
$5.000.000 (cinco millones de pesos).

Por lo razonado, mérito de los antecedentes y lo dispuesto en los artículos 1, 3 y 23 de la Ley


Nº 19.496, SE CONFIRMA la sentencia apelada de veintiséis de diciembre de dos mil doce,
escrita de fojas 110 a 113 vuelta, con declaración que se reduce el monto fijado por concepto
de daño moral a la suma de $5.000.000 (cinco millones de pesos), sin costas de la instancia
por haber tenido la apelante motivos plausibles para alzarse.

Acordada con el voto en contra del Ministro señor Ascencio quien estuvo por revocar la
sentencia apelada y en su lugar declarar que se rechaza la querella infraccional y la demanda
civil de indemnización de perjuicios, teniendo en consideración que, de los hechos asentados
en el motivo tercero se observa que no alcanzó a concretarse el acto de consumo a que alude
el artículo 1° y que permitiría calificar a la querellante como consumidora, en consecuencia, la
caída que sufrió al circular por los pasillos del supermercado no configura una infracción de los
artículos 3° y 23 de la Ley N° 19.496, debiendo perseguirse la eventual conducta negligente
del local a través de las reglas generales relativas a la responsabilidad civil extracontractual.

Tal como lo afirma el recurrente la seguridad, protección y evitación de riesgos para el


consumidor está referida a los productos que puedan ser objeto del consumo y no a otras
situaciones ajenas a la adquisición, utilización o disfrute de los bienes adquiridos a título
oneroso.

En razón de lo anterior, en opinión del disidente, también debe ser rechazada la demanda civil
de indemnización de perjuicios, dado que ella se sustentaba precisamente en la existencia de
las infracciones legales imputadas a la demandada, sobre la base de los mismos hechos.
Redactada por el Ministro don Rodrigo Cerda San Martín y la disidencia por su autor.

No firma la Ministro Sra. Mackay, quien concurrió a la vista de la causa y al acuerdo del fallo,
por encontrarse con feriado.

Regístrese y devuélvase.

Rol N° 224-2013 Sección Criminal.

Pronunciada por la Primera Sala integrada por los Ministros Sra. Rosa Patricia Mackay
Foigelman, quien no firma por estar con feriado, Sr. Hadolff Gabriel Ascencio Molina y Sr.
Rodrigo Cerda San Martín.

Elí Farías Mardones

Secretario (S)

En Concepción, a diecisiete de diciembre de dos mil trece, notifiqué por el Estado Diario la
sentencia precedente y la resolución de fojas 200.

Elí Farías Mardones

Secretario (S)

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