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Kaitlyn Schroedter

La armadura de dios y fe

En las escrituras aprendemos que estamos comprometidos en una batalla contra el mal

y que debemos protegernos si queremos ser victoriosos. Hablan de la armadura de dios, la cual

nos ayudará a “estar firmes contra las asechanzas del diablo” Yo voy a hablar de algunas

maneras en que esta armadura nos protege, así como algunas maneras en que podemos

asegurarla.

Empezamos con:

La coraza de la rectitud

Efesios 6: 14 dice: Estad pues firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con

la coraza de justicia.

Debemos usar la coraza de la rectitud. Una coraza protege órganos vitales como el corazón y los

pulmones. Cuando amamos a Dios con todo el corazón, procuramos guardar Sus

mandamientos. Cuando hacemos lo correcto, somos bendecidos. Nuestra justicia, tanto en

pensamiento como en hechos, protege el núcleo de nuestras vidas espirituales.

El yelmo de la salvación

Efesios 6:17 dice: Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de

Dios

El yelmo protege la cabeza. Mantenemos nuestra mente a salvo cuando seguimos a Jesús y

hacemos lo que Él desea que hagamos. Enfocar nuestras mentes en Cristo y su salvación nos

protegerá de pensamientos indignos, mantendrá nuestra “mira puesta únicamente en la gloria

de Dios” y nos guiará en nuestras decisiones.


La espada del espíritu

Efesios 6: 17 dice: Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra

de Dios

La espada ayuda a luchar contra el mal. El Espíritu nos ayuda cuando nos enfrentamos a cosas

malas o difíciles. Escuchar al Espíritu nos ayuda a mantenernos a salvo. Debemos tomar la

espada del espíritu, que es la palabra de Dios. Una espada es una arma usada para atacar al

enemigo.

Hebreos 4: 12 habla de la palabra de dios. Dice: “Porque la palabra de Dios es viva y

eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu,

y las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”

Con nuestros testimonios y el poder y la paz del Espíritu de Dios, podemos atacar y vencer al

enemigo de toda justicia.

El calzado

Efesios 6: 15 dice: Y calzados los pies con la preparación del evangelio de paz

El calzado protege los pies. Tratamos de seguir los pasos de Jesucristo para poder vivir con Él

algún día. Presidente Harold B. Lee dice: “sus pies representan sus metas u objetivos en la vida.

La preparación es el camino hacia la victoria, y la “eterna vigilancia es el precio de la seguridad”.

La marea de la victoria recae en el que está preparado.”


El cinturón de la verdad

Efesios 6: 14: Estad pues firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con

la coraza de justicia.

Un ceñidor es un cinturón que se usa para proteger el cuerpo del soldado. Saber la verdad nos

protege. El Evangelio es verdadero, y vivir el Evangelio nos hace fuertes.

El escudo de la fe

La fe en Jesucristo es como un escudo de protección. Cuando creemos en Jesús y tratamos de

ser como Él, podemos tomar buenas decisiones, aunque las cosas sean difíciles. Dice efesios

6:16: debemos tomar “el escudo de la fe, con el que podáis apagar todos los dardos de fuego

del maligno.”

Quiero que ustedes examinen sus armaduras. ¿Hay un lugar sin protección o

desprotegido? Determine ahora para agregar cualquier parte que falta. A través del gran

principio de arrepentimiento, puedes cambiar tu vida y comenzar a vestirte con la armadura de

Dios mediante el estudio, la oración y la determinación de servir a Dios y guardar sus

mandamientos.

¿Qué puedes hacer cada día para mantener tu espíritu a salvo y feliz?

Tengo un hermano con síndrome de Downs. Él me ha enseñado muchas veces. Pero una

vez siempre está en mi mente. Hace muchos años, estábamos leyendo las escrituras como

familia. Después de leer, mi mama le mostró una foto de Jesús a mi hermano y le preguntó:

“Sabes quién es?” Y él le dijo: “Claro que sí mama! ¡Es Jesucristo! ¡Lo veo fuera de mi ventana

cada noche, y ángeles también!” Yo sé que él tiene la armadura de dios y que él la usa.
Hermanos y hermanas: preparé mi discurso con muchas más materias, pero esta

mañana, cuando me levanté, sentí que necesitaba hablar de la fe. Para tener la armadura de

dios, hay que tener fe.

Nuestro profeta, Thomas S. Monson dijo que debemos “estar de buen ánimo. El futuro

es tan brillante como tu fe.”

Pablo nos enseña que la fe es “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no

se ve”

Y Alma nos enseña: “La fe no es tener un conocimiento perfecto de las cosas; de modo que, si

tenéis fe, tenéis esperanza en cosas que no se ven, y que son verdaderas.” La fe es un principio

de acción y poder.

Bueno hermanos y hermanas, no iba a contarles esta historia, pero me siento que lo

debo hacer. Les quiero compartir una historia de la fe que es muy personal para mí. Voy a

hablar de Matias Wajchman. Matias nació en Unimev, Maipú en Argentina. Cuando tenía 9

años les llamaron a sus papas ser presidente de la misión en otra misión de argentina. Entonces

el creció con un amor muy grande para la obra misional. Recibió su llamamiento misional a

Resistencia, Argentina se fue lo más pronto posible. Cumplió 18 años en el CCM. Él llegó tan

animado para servir el señor. Pero después de algunas semanas, empezó a tener muchos

problemas de salud. No podía moverse; estaba paralizado por algunos minutos. Su presidente

de la misión recibió una impresión muy fuerte para llamarle y saber cómo estaba. Lo hizo, y

después de hacer algunos exámenes, tuvo que ir a su casa.


Matias se quedó en su casa mejorándose por un año y después volvió a la misión. Sin

embargo, después de algunas semanas, empezó a pasar otra vez. Pero esta vez, no cambio.

Estaba paralizado y no podía moverse sin la ayuda de otras personas.

Él estaba tan enfermo que su presidente de la misión se fue a su casa con él para que

pudiera llegar. Antes de irse, su presidente le miro y le dijo: “Bueno Elder, no sé por qué, pero

tengo un sentimiento muy fuerte que necesito decirte que estás pasando por estas cosas por

una razón. Va a ser un misionero o misionera en su casa que va a pasar por una cosa muy

simular a esta, y vas a tener que ayudarle saber que dios tiene otro plan por él o ella. Y que está

bien irse a su casa para cumplir este plan.”

Cambiemos de tiempo:

Llego a la misión Mendoza, Argentina una hermana Jenkins (para que sepan, soy yo). Yo

estaba tan animada servir al señor. Me encantaba hablar con la gente y enseñarles el evangelio.

Pero una noche después de una noche de hogar, estábamos en camino a nuestra casa.

Estábamos en un área muy peligroso y mi compañera me dijo: “vamos a correr a la casa porque

no quiero que algo pase,” entonces empezamos a correr. Bueno hermanos, estaba muy

obscuro y no había luz por la calle, entonces no podíamos ver bien y golpee mi cabeza en un

árbol muy fuerte, y después golpee mi cabeza en el cemento. Recibí mi octava contusión de

cabeza.

Llegó los traslados y me toque irme a un área en Unimev, Maipú.

Empecé a vomitar casi todos los días por el dolor que tenía, pero no me importaba

porque quería quedarme en la misión. Y después de algunas semanas, empecé a desmayarme


porque algo había pasado con mi cuello y mi sangre no estaba circulando bien a mi cabeza.

Pero yo soy muy cabeza dura y, sin embargo, no quería irme.

Hable con mi presidente de la misión y él me dijo: “Quiero que usted pregunte al señor

para saber lo que él quiere que haga.” Y le dije “Bueno presidente, está bien porque ya sé lo

que él me va a decir. Pero lo haré.”

Esta noche fui a mi cuarto y oré a mi padre celestial y le dije: “Padre, quiero quedarme

en la misión, es lo que más quiero. Pero si esto no es lo que tú quieres, haré lo que me digas.”

El día siguiente, tuve el dolor más fuerte de mi vida. Llamé a dos hermanos de mi barrio para

darme una bendición, Matias Wajchman y su papa. Al llegar, Matias me miró y dijo: “bueno

hermana, quiero contarte mi historia” Y me dijo lo que ya les dije. Y después de eso, me dijo:

“hermana, siento ahora que necesito decirte que eres la misionera quien estoy aquí para

ayudar. Sé que no es lo que esperabas, pero él señor te conoce y tiene un plan mejor para ti. Sé

que será muy difícil y que no sabes por qué estás pasando por eso, pero estoy aquí para decirte

que es el plan de señor.”

Hermanos y hermanas, irme de la misión fue la decisión más difícil de mi vida, pero lo

hice, y lo haría otra vez. He visto muchos milagros en mi tiempo aquí en mi casa, y sé que es lo

que dios quería.

Estoy aquí para decirles que tener fe puede ser difícil porque muchas veces no sabemos

porque las cosas pasan, pero si tenemos fe y confiamos en el señor, todo estará bien.

Yo sé que la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días es verdadera. Yo sé

que tenemos un padre celestial que nos ama muchísimo y siempre está con nosotros. Sé que

literalmente somos sus hijos y mediante la oración, podemos orar y hablar con nuestro padre.
Testificó que José Smith vio a dios y Jesucristo y mediante su poder, restauró la iglesia en la

tierra. Sé que el libro mormón es verdadero y que podemos recibir las respuestas a todas

nuestras preguntas mediante este libro. Sé que, con fe y la armadura de dios, estaremos

protegidos.

En el nombre de Jesucristo, amen.

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