Você está na página 1de 10

GUÍA BÁSICA PARA

ORAR CON LA
PALABRA DE DIOS
LECTIO DIVINA

DIÓCESIS DE NOGALES
Animación Bíblica
Guía básica para orar con la Palabra de Dios 

Exhortación a celebrar el mes de la Biblia


Pequeño cuaderno de
animación  animación bíblica
bíblica
Año 1 / No. 1
13 Septiembre 2018
Pequeño cuaderno de animación bíblica
Motivado por la "Exhortación a vivir el mes de la Biblia" que nuestro
Obispo, Mons. José Leopoldo González González ha hecho a toda la
Diócesis de Nogales, surge la inquietud por ofrecer este pequeño
"cuaderno" como recurso para quienes, teniendo acceso a los "medios
de comunicación digital", sumándose a los innumerables esfuerzos de
la Iglesia por promover el Amor a las Sagradas Escrituras, para nutrir en
ellas el encuentro con nuestro Padre Dios, y su Palabra encarnada
Jesucristo: quien nos procura el amor del Padre como elemento
esencial en la confianza al acercarnos a "escucharlo", y por su Espíritu
Santo, somos "movidos" a realizar esa Palabra en nuestras vidas.
 
    Así, motivados por la invitación de nuestro pastor, iniciemos este
camino de encuentro constante con Dios en su Palabra, para que,
descubriendo el rostro que Dios ve en cada ser humano como "Hijos
amados" (Cfr. Mt 3, 17), podamos también, desde la Palabra de Dios,
vivir como verdaderos hijos de Dios (Cfr. 1 Jn 4, 7).
    
     En este primer Pequeño cuaderno de animación bíblica, se ofrece
una "guía básica para orar con la Palabra de Dios", de manera
particular con la lectio divina, teniendo en cuenta que forma parte de
la exhortación de Mons. José Leopoldo para vivir este Mes de la Biblia.

Marcos Rivera
Guía básica para orar con la Palabra de Dios 

La oración es un regalo de Dios


Como podemos encontrar en el Catecismo de la Iglesia Católica (CEC): "La oración es
la elevación del corazón a Dios. Cuando un hombre ora, entra en una relación viva
con Dios" (Cfr. CEC 2558-2565; YOUCAT 469). 
    Es en esta relación como se puede comprender lo que santa Teresita del niño
Jesús, decía: "es un impulso del corazón, una mirada lanzada hacia el cielo, un grito
de reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro
de la alegría" (Historia de un Alma), teniendo en cuenta que es por Dios y gracias a Él
que surge este "impulso". A la base de la oración está la humildad, reconociéndose
como dijo san Agustín "inquietos hasta descansar en Dios" o bien como "mendigos
de Dios".  
    Siendo un don, la oración es también tarea del ser humano, es por ello que la
Iglesia reconoce diversas "formas" de oración: bendición, petición, intercesión,
acción de gracias y alabanza; pero ante todo, la oración es una relación viva de los
hijos con su Padre, con Jesucristo y con el Espíritu Santo (Cfr. CEC 2565).
    Existen diversas expresiones de esta "relación viva", como la oración vocal, la
meditación y la contemplación, teniendo las tres como elemento común el
"recogimiento del corazón" (Cfr. CEC 2720); así como también se puede encontrar
"un combate" en la oración, de manera particular contra nosotros mismos y contra
las astucias del tentador, o bien algunas dificultades como la distracción y la
sequedad (Cfr. CEC 2752 y 2754).
    Oración y vida cristiana, inseparables entre sí, como el oxígeno necesario para la
vida del ser humano (así como el alimento, calor, movimiento, etc.) ha de ser más
descanso que fatiga, más fortaleza que pesadumbre, más alegría que tristeza;
ciertamente, las distintas expresiones de la oración, tienen de suyo algunas el reto
de autoconocimiento y crecimiento personal, pero no ha de ser motivo para no
adentrarnos en esa relación viva con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo.
Guía básica para orar con la Palabra de Dios 

Lectio divina: orar con la Palabra de Dios


La lectio divina es el método de oración con el cual se busca el encuentro con Dios a
través de la Sagrada Escritura, cuenta con los elementos esenciales de la oración
cristiana, es decir, confianza filial, humilde búsqueda de Dios y la intención de
perseverar en el amor. 
La antesala de este método de oración, es ante todo, buscar a Dios en su Palabra,
teniendo en cuenta que se ha de elegir algún texto de la Sagrada Escritura para orar,
así como se ha de suplicar el auxilio del Espíritu Santo para que esa Palabra se haga
Vida.
    El número 86 de la Exhortación
Apostólica postsinodal Verbum Domini,
sobre la Palabra de Dios en la vida y misión
de la Iglesia, recuerda que, "la palabra de
Dios está a la base de toda espiritualidad
auténticamente cristiana" siguiendo la
tradición de la Iglesia que llega a reflexionar
con san Agustín que la oración es un
verdadero coloquio con Dios, ya que
"Cuando lees, Dios te habla; cuando oras,
hablas tú a Dios"; señala también el texto
que "se ha de evitar el riesgo de un
acercamiento individualista, teniendo
presente que la Palabra de Dios se nos da
precisamente para construir comunión,
para unirnos en la Verdad en nuestro
camino hacia Dios"

   En el número 87, se habla  de la lectio


divina, uno de los métodos para acercarse a
las Sagradas Escrituras con fruto y en la fe.
En la imagen izquierda observamos los
"pasos" y la recomendación para cada uno
de ellos.
Guía básica para orar con la Palabra de Dios 

Lectio divina de Mt 25, 31-47


Oración inicial
+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén
"Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía,
Señor tu Espíritu, y se renovará la faz de la tierra."

1. Lectio. Lectura de la Palabra


En este primer paso la pregunta guía es: ¿Qué dice el texto bíblico en sí mismo?

Evangelio según san Mateo 25, 31-46


“Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en
su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia y él separará a unos
de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha
y a estos a su izquierda.
    Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre, y
reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque
tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve ser, y me dieron de beber; estana de paso,
y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver’.
    Los justos le responderán: ‘Señor. ¿Cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer,
sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo y te
vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?’.
    Y el Rey les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de
mis hermanos, lo hicieron conmigo’.
    Luego dirá a los de su izquierda: ‘Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue
preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de
comer; tuve ser, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no
me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron’.
    Estos, a su vez, le preguntarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso
o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?’.
    Y él les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de
mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo’.
    Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna”.

Recomendación:
Este primer paso de la lectio divina, puede prolongarse por no más de 5 minutos, teniendo en
cuenta que pueden hacerse dos o tres relecturas del texto, además de la inicial.
Guía básica para orar con la Palabra de Dios 

Lectio divina de Mt 25, 31-47

2. Meditatio. Meditación en torno a la Palabra y la vida


En este segundo paso la pregunta guía es: ¿Qué nos dice el texto bíblico a nosotros?
* Aquí cada uno personalmente, pero también comunitariamente, debe dejarse interpelar y
examinar, pues no se trata ya de considerar palabras pronunciadas en el pasado, sino en el presente.
* Puede servir para la meditación la lectura de la cita de la exhortación apostólica sobre el llamado a
la santidad en el mundo actual, Gaudete et Exsultate del Papa Francisco sobre el Gran Protocolo del
camino a la santidad

95. En el capítulo 25 del Evangelio de Mateo (vv. 31-46), 98. Cuando encuentro a una persona durmiendo a la
Jesús vuelve a detenerse en una de estas bienaventuranzas, intemperie, en una noche fría, puedo sentir que ese bulto es
la que declara felices a los misericordiosos. Si buscamos esa un imprevisto que me interrumpe, un delincuente ocioso, un
santidad que agrada a los ojos de Dios, en este texto estorbo en mi camino, un aguijón molesto para mi
hallamos precisamente un protocolo sobre el cual seremos conciencia, un problema que deben resolver los políticos, y
juzgados: "Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve quizá hasta una basura que ensucia el espacio público. O
sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, puedo reaccionar desde la fe y la caridad, y reconocer en él a
estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en un ser humano con mi misma dignidad, a una creatura
la cárcel y vinisteis a verme" (25, 35-46). infinitamente amada por el Padre, a una imagen de Dios, a un
hermano redimido por Jesucristo. ¡Eso es ser cristianos! ¿O
Por fidelidad al Maestro acaso puede entenderse la santidad al margen de este
96. Por lo tanto, ser santos no significa blanquear los ojos en reconocimiento vivo de la dignidad de todo ser humano?
un supuesto éxtasis. Decía san Juan Pablo II que "si (Recordemos la reacción del buen samaritano ante el
verdaderamente hemos partido de la contemplación de hombre que unos bandidos dejaron medio muerto al borde
Cristo, tenemos que saberlo descubrir sobre todo en el del camino -Lc 10, 30-37).
rostro de aquellos con los que él mismo ha querido
identificarse" (Novo milenio ineunte, 49). El texto de Mateo 99. Esto implica para los cristianos una sana y permanente
25, 35-46 "no es una simple invitación a la caridad: es una insatisfacción. Aunque aliviar a una sola persona ya
página de cristología, que ilumina el misterio de Cristo". En justificaría todos nuestros esfuerzos, eso no nos basta. Los
este llamado a reconocerlo en los pobres y sufrientes se Obispos de Canadá lo expresaron claramente mostrando
revela el mismo corazón de Cristo, sus sentimientos y que, en las enseñanzas bíblicas sobre el Jubileo, por
opciones más profundas, con las cuales todo santo intenta ejemplo, no se trata solo de realizar algunas buenas obras
configurarse. sino de buscar un cambio social: "Para que las generaciones
posteriores también fueran liberadas, claramente el objetivo
97. Ante la contundencia de estos pedidos de Jesús es mi debía ser la restauración de sistemas sociales y económicos
deber, rogar a los cristianos que los acepten y reciban con justos para que ya no pudiera haber exclusión" (Conferencia
sincera apertura, "sine glossa", es decir, sin comentario, sin Canadiense de Obispos Católicos. Comisión de Asuntos
elucubruciones y excusas que les quiten fuerza. El Señor nos Sociales, Carta abierta a los miembros del Parlamento, The
dejó bien claro que la santidad no puede entenderse ni Common Good or Exclusion: A Choice for Canadians, 9).
vivirse al margen de estas exigencias suyas, porque la
misericordia es "el corazón palpitante del Evangelio"
(Misericordiae vultus, 12).

Recomendación:
Puede ayudar a la meditación, algún comentario al texto Bíblico. Como puede ser también
alguna homilía del Papa o escrito de algún santo en torno al texto. O como en la presente: un
extracto de un documento del Magisterio que se nutre del texto bíblico elegido.
Guía básica para orar con la Palabra de Dios 

Lectio divina de Mt 25, 31-47

3. Oratio. Orar a partir del encuentro con la Palabra


En este tercer paso la pregunta guía es: ¿Qué decimos nosotros al Señor como respuesta a su
Palabra?
* La oración como petición, intercesión, agradecimiento y alabanza, es el primer modo con el que la
Palabra nos cambia.
* El ideal de la oración, para este momento, es aquella que brota del encuentro vivo con la Palabra de
Dios, que impulsa el corazón para hacer vida lo que se ha escuchado y meditado.

Con María avanzamos confiados hacia esta promesa, y le Tú, Virgen de la escucha y la contemplación,
decimos: madre del amor, esposa de las bodas eternas,
intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo,
Virgen y Madre María, para que ella nunca se encierre ni se detenga
tú, que movida por el Espíritu, en su pasión por instaurar el Reino.
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe, Estrella de la nueva evangelización.
totalmente entregada al Eterno, ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la
ayúdanos a decir nuestro "sí" comunión, del servicio, de la fe ardiente y generosa,
ante la urgencia, más imperiosa que nunca, de la justicia y el amor a los pobres,
 de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús. llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Tú, llena de la presencia de Cristo,
llevaste la alegría a Juan el Bautista, Madre del Evangelio viviente,
haciéndolo exultar en el seno de su madre. manantial de alegría para los pequeños,
Tú, estremecida de gozo, ruega por nosotros.
cantaste las maravillas del Señor. Amén. Aleluya
Tú, que estuviste plantada ante la cruz
con una fe inquebrantable
y recibiste el alegre consuelo de la resurrección,
recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu
para que naciera la Iglesia evangelizadora.

Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados


para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos
el don de la belleza que no se apaga.

Recomendación:
Al final de numerosos documentos del Magisterio de la Iglesia, es común, que el Papa incluya
una oración, sea dirigida al Padre, al Hijo o al Espíritu Santo, así como también puede
encontrarse oraciones dirigidas a la Virgen María, madre de Dios. Puede utilizarse así la oración
final de la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco.
Guía básica para orar con la Palabra de Dios 

Lectio divina de Mt 25, 31-47

4. Contemplatio. Contemplar la vida a partir de la Palabra.


En este cuarto paso la pregunta guía es: ¿Qué conversión de la mente, del corazón y de la vida nos
pide el Señor?
* La Palabra se presenta aquí como criterio de discernimiento
* La contemplación tiende a crear en nosotros una visión sapiencial, según Dios, de la realidad y a
formar en nosotros "la mente de Cristo" (1 Co 2, 16)

ES EL TIEMPO PARA EL SILENCIO Y LA BÚSQUEDA, LA CONFIANZA Y LA CERCANÍA, LA ESPERA Y EL


COMPROMISO. Según lo conveniente pueden ser no más de 7 minutos, para finalmente pasar al
Compromiso.

5. Actio. Movido por la Palabra a convertirse en don para los demás.


En este quinto paso, como consecuencia de todo el proceso, más que una pregunta o búsqueda, se
insiste en asumir un COMPROMISO
* Algunos textos, como el que ha sido motivo de la oración, otorgan pautas muy concretas para
nuestra vida cristiana, no por nada es llamado por el Papa Francisco EL GRAN PROTOCOLO.
* Tan variados los compromisos-acción, como variados los caminos recorridos por el corazón humano,
pero algo ha de ser la clave para la acción: la caridad

ORACIÓN FINAL

Gracias Señor, por tu Palabra, por la vida y la oportunidad 


de encarnarla en nuestras vidas, concédenos escucharte, amarte y servirte
en cada uno de nuestros hermanos, especialmente aquellos en los que nos llamas a encontrarte.

Padre Nuestro... Dios te salve María...Gloria al Padre...


+ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén

Recomendación:
El Catecismo de la Iglesia Católica (CEC nn. 2709-2719) nos dice que: la contemplación es
búsqueda, silencio, entrega, mirada de fe, fijada en Jesús; es el tiempo fuerte por excelencia de
la oración, es unión con la oración de Cristo y así, comunión de amor portadora de vida.
DIÓCESIS DE NOGALES
Animación Bíblica

Você também pode gostar