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MATRÍCULA: 2163014437
LICENCIATURA: FILOSOFÍA.
INTRODUCCIÓN.
El presente trabajo intenta reflejar las principales causas por las que estalló la
revolución, comenzando por la creación de los primeros círculos liberales, cuya
importancia es fundamental para entender las causas por las que suscitó el
descontento, bien entrados los primeros años del siglo XX.
La represión del régimen, la miseria de un pueblo que pedía tierras y pan desde 4
siglos antes, el proletariado, hundido en la miseria y la explotación, el descontento
social, todo esto se fue acrecentando más y más, acosta de los distintos
pensadores, intelectuales, quienes ejercieron una fuerte influencia sobre estos.
La crisis política, comenzada por la entrevista Díaz- Creelman, las huelgas del
proletariado, la prensa de oposición al régimen, el partido Liberal y los clubes
liberales, fueron preparando el terreno para la revolución, quien fuera
representada en principio por un hombre de firmes convicciones liberales y
democráticas, que creyó que podría cambiar a los hombres, un hombre espiritista
que creía en la paz y en el ejercicio de la democracia, pero que, sin embargo,
cegado por las palabras “Sufragio efectivo, no reelección”, nunca pudo ver los
verdaderos problemas que acongojaban a un pueblo de 11 millones de
campesinos: el problema agrario.
En 1908, salió la luz una entrevista hecha a don Porfirio, en una revista
norteamericana llamada Pearson´s Magazine, su redactor fue James Creelman.
Sin duda alguna, la entrevista Díaz-Creelman, suscito una fuerte crisis política y
una enorme conmoción por todo el país. En esta entrevista se trataron temas
políticos de enorme trascendencia.
Lo más destacado de la entrevista, es que Díaz decía que dejaría el poder al
cumplir 80 años, en el año de 1910 y que el país estaba preparado para la
democracia, además de que apoyaría al partido de oposición que intentara lanzar
una candidatura para la presidencia.
Esta entrevista pareciera que fue una estrategia para que salieran a la luz las
maniobras de sus colaboradores, de lo cual sospechaba. Lo que es evidente es
que las declaraciones comentadas en aquella entrevista animaron a los partidarios
y enemigos del régimen a iniciar actividades políticas en todo el país, despertando
a las grandes masas aletargadas durante un cuarto de siglo. Más tarde veríamos
que esto fue una burla para el pueblo mexicano.
Por otra parte se encontraban los grupos reyistas, cuya fórmula política
contemplaba el general Bernardo Reyes como vicepresidente y Díaz como
presidente.
Díaz, por otra parte, tenía apoyo del clero y de las fuerzas económicas más
poderosas del país, puesto que siempre tuvo favoritismos por estos. Eran, en este
aspecto, demasiado conservadores, pues gozaban de muchos privilegios y no
querían ningún cambio, por lo que algunos comenzaron a preocuparse por el éxito
de Madero en su gira por la república.
En este estado, hubo varios mítines hechos por Maderistas y seguidores, con gran
éxito popular. El gobierno no resistió más, pues, temían por el éxito de aquél líder
político, al darse cuenta de la popularidad de este y el 7 de junio fueron
aprendidos Madero y Roque estrada y trasladados a San Luis Potosí, acusados de
incitar al pueblo a la rebelión. Esto hizo que su popularidad creciera, quien
aparecía ante el pueblo como una víctima más de la represión del régimen.
El artículo más notorio fue el 3, en el que trataba el problema de las tierras, lo que
causó meses más tardes, el levantamiento de los campesino en diferentes lugares
del país. Sin embargo, el problema fue tratado con cierta delicadeza, dejando
sujetas a revisión la restitución de tierras despojadas, todo de acuerdo a la ley,
demostrando la legitimidad de estas a través de sus respectivos títulos.
1.-El caciquismo.
2.-El hacendismo.
3.-El peonismo.
4.-El fabriquismo.
5.-El hacendismo.
6.-El cientificismo.
7.-El extranjerismo.
Estos eran los problemas que agitaban al país y que necesitaban ser resueltos
con urgencia. La revolución parecía inevitable y venía esclareciéndose desde las
huelgas como la de cananea o la de río blanco unos pocos años atrás, a costa de
la influencia del Partido Liberal y sus tendencias radicales, infundadas a los
proletarios.
Para junio de 1911, Madero gozaba de gran simpatía en toda la república, sin
embargo, fue un blanco fácil para la prensa porfirista, y comenzaron los ataques
hacía su persona, debido a la oposición de la Oligarquía, por su temor a que aquél
pudiera resolver el problema de las tierras.
También fue lanzado el Plan de Ayala, por los zapatistas, publicado en el Diario
del Hogar a principios de diciembre, en el que de igual manera, tachaban de
traidor a Madero y exigían la restitución de las tierras, en vista de lo proclamado
en el Plan de San Luís y una reforma agraria. A esto se suma el Plan de la
Empacadora, lanzado por Pascual Orozco, el 25 de marzo de 1912, en el que
decía que se lucharía por el Plan de Tacubaya y el Plan de Ayala, advirtiendo
además, influencias del Manifiesto del Partido Liberal de 1906.
Todos estos planes, tenían bien claros los verdaderos problemas del país, que
eran de naturaleza social y económico, principalmente les preocupaba el problema
de las tierras.
Otro documento importante fue el Manifiesto del Partido liberal Mexicano, lanzado
por Ricardo Flores Magón, que en ese momento ya expresaba claramente sus
ideales completamente anarquistas con algunos ideales comunistas.
A pasos lentos, el gobierno Maderista fue produciendo sus primeros cambios, creo
la comisión agraria, sin embargo, se veía que iban a pasos muy lentos. Los
cambios en estas materias eran de la mayor urgencia a resolver, lo cual originó
que la crisis y el descontento se acrecentaran cada vez más. Todos veían que la
revolución volvería a estallar.
La batalla se expandió por las calles de la capital y se extendió por varios días.
Huerta sacrificó a sus soldados, a costa de sus estúpidas estrategias, pues quería
deshacerse de los sospechosos de firme adhesión al Gobierno legítimo. Los
maderistas comenzaron a sospechar de sus intenciones.
Algunos allegados del gobierno sabían que los felicistas eran ayudados por los
porfiristas económicamente, con armas y vivieres. Huerta no ofrecía menos ayuda,
ordenaba a las tropas de tal manera que los “enemigos” sufrieran el menor daño
posible durante los primeros días de la Decena trágica.
La decena trágica dejó un saldo de dos mil muertos y seis mil heridos, entre los
que pelearon y también gente pacífica víctima de su curiosidad.
La revolución comenzada por Madero, nunca dio muestra de una verdadera lucha,
más bien, una de ficción, a pesar del triunfo, Madero nunca fue un revolucionario.
Hombre de buena fe, de ideales democráticos y liberales, espiritista, pacifista,
tenía como objetivo cambiar a los hombres, pero además, para él, el problema
fundamental siempre fue el problema del poder y de la democracia, es evidente
que sabía de los problemas que tenían en la miseria a la mayor parte del pueblo,
pues recorrió todo el país durante su campaña política, sin embargo, siempre
estuvo de lado de la legalidad, de resolver los problemas de manera pacífica y
esto fue lo que le trajo demasiados enemigos.
Las revoluciones tiene como principal objetivo destrozar el sistema por completo,
para crear uno nuevo, en esta revolución, era notable que solo se tiró al dictador,
mientras que la mayoría de los porfiristas y científicos seguían estando en el
poder, el Tratado de Ciudad Juárez, y posteriormente, el gobierno de Madero hace
evidente esto.
Desde principios de la revolución, era notable que no todos los grupos apoyaban a
Madero, pues sus intereses, clases, movimientos e ideologías eran de naturaleza
diferente. Los intelectuales y jefes de los grupos revolucionarios sabían que se
necesitaba una radical reforma agraria, así como otras reformas económicas y
sociales; mientras que Madero siempre tuvo como prioridad el problema del poder.
El Plan de Tacubaya y el Plan de Ayala, dan visto bueno de esto, si bien, nunca
hubo una completa paz por parte de los Zapatistas al comenzar el gobierno de
Madero, la lucha se acrecentó, fundamentalmente por la desesperación de los
campesinos, sedientos de justicia y de tierras.