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AUTOESTIMA

La autoestima es la valoración, generalmente positiva, de uno mismo. Para


la psicología, se trata de la opinión emocional que los individuos tienen de sí mismos y
que supera en sus causas la racionalización y la lógica.
En otras palabras, la autoestima es un sentimiento valorativo de nuestro conjunto de
rasgos corporales, mentales y espirituales que forman la personalidad. Dicho
sentimiento puede cambiar con el tiempo: a partir de los cinco o seis años de edad, un
niño comienza a formar el concepto sobre cómo es visto por el resto de la gente.
El mantenimiento de una buena autoestima es imprescindible en cualquier psicoterapia,
ya que suele constituirse como un síntoma recurrente en distintos problemas
conductuales. Por eso, hay psicólogos que definen a la autoestima como la función del
organismo que permite la autoprotección y el desarrollo personal, ya que las debilidades
en la autoestima afectan la salud, las relaciones sociales y la productividad.
El concepto de autoestima es muy importante en el campo de la psicopedagogía. Esta
disciplina considera a la autoestima como la causa de las actitudes constructivas en los
individuos, y no su consecuencia. Esto quiere decir que, si un alumno tiene buena
autoestima, entonces podrá alcanzar buenos resultados académicos.
La autoestima también suele ser un valor analizado desde la autoayuda, con miles de
libros que enseñan cómo protegerla e incentivarla. Sin embargo, hay sectores de la
psicología que creen que la autoayuda puede ser perjudicial para el individuo, ya que
promueve un perfil narcisista que afecta a las relaciones sociales.
TIPOS DE AUTOESTIMA

 Autoestima alta. Es el nivel de autoestima deseable, en el que una persona se


valora a sí misma de forma positiva, cree en sus virtudes y está preparada para
afrontar los obstáculos que la vida le ponga por delante.

 Autoestima media. En este nivel la persona tiene algunos momentos en los que
se siente capaz y valiosa y otros en los que se siente mal debido a diversos
factores como pueden ser la opinión de los demás.

 Autoestima baja. Una persona con la autoestima baja se siente incapaz, tiene
miedo, no se valora en absoluto y tiene una idea muy negativa de sí misma.

 autoestima inflada. es aquella que tienen las personas que se creen mejor que
el resto, que nos son capaces de reconocer que han cometido un error o que
actúan con menosprecio hacia los demás.

LA IMPORTANCIA DE LA AUTOESTIMA
La importancia de una autoestima saludable no puede ser ignorada. Es importante
porque produce un impacto en la vida y las decisiones. La autoestima es la fuente de la
salud mental.

1. Usted cree que es digno de felicidad y de respeto.


2. Es el primer paso para comenzar a creer en sí mismo.
3. La autoestima influye profundamente su pensamiento, emociones, felicidad, deseos y
metas.
4. Usted puede sentir respeto y sentirse orgulloso inclusive cuando comete un error.
5. Usted nunca se compara con los demás.
6. Siente un sentido de dirección y control en su vida y encara los problemas y dificultades
desde una perspectiva diferente. Le permite tomar las decisiones correctas, tomar
acción y sentirse orgulloso de sí mismo.
7. Le perimite actuar independientemente y asumir responsabilidad de sus acciones,
metas y deseos.
8. Es capaz de tomar nuevos desafíos y puede recibir la crítica sin sentirse herido.
9. Usted se considera una persona valiosa y vive la vida con un propósito concreto.
10. Le da claridad para reconocer sus cualidades.
11. Es una parte integral de su felicidad, sus relaciones y el logro de sus metas.
12. Le permite llevar el control de su propia vida, lo capacita para hacer lo que desea y es
la fuente de su salud mental.

BASES DE LA AUTOESTIMA

 El contacto con otras personas y el universo material y social que te rodea. Esta
es una de las principales fuentes para crear la visión del mundo que tenemos
cada uno de nosotros. Las relaciones que tienes con esas personas (amigos,
familiares, pareja) son las que desarrollan tu idea de cómo crees que eres.
 Creencias negativas. Nuestras creencias es difícil cambiarlas, pero no imposible.
Por naturaleza las personas somos resistentes a los cambios y a
veces tenemos creencias negativas muy arraigadas de las que nos hemos auto
convencido con el paso del tiempo. Por ejemplo, si me considero feo no me
relaciono con la gente por lo que afirmaré cada vez más mi creencia.
 La teoría que tienes sobre ti mismo. Cada uno de los calificativos con los que
nos referimos a nosotros mismos (ya sean buenos o malos) forman una teoría
sobre quién creemos que somos y si esos calificativos son negativos, es
probable que todo lo que hagamos vaya dirigido a afirmar nuestra teoría.
RESEÑA HISTÓRICA

 La autoestima, como vivencia psíquica, ha acompañado al ser humano desde sus


comienzos.

 El constructo psicológico de autoestima (o auto concepto) se remonta a William


James, a finales del siglo XIX, quien, en su obra Los Principios de la Psicología,
estudiaba el desdoblamiento de nuestro «Yo-global» en un «Yo-conocedor» y un
«Yo-conocido». Según James, de este desdoblamiento, del cual todos somos
conscientes en mayor o menor grado, nace la autoestima.

 Ya entrado el siglo XX, la influencia inicial de la psicología conductista minimizó el


estudio introspectivo de los procesos mentales, las emociones y los sentimientos,
reemplazándolo por el estudio objetivo mediante métodos experimentales de
los comportamientos observados en relación con el medio. El conductismo situaba
al ser humano como un animal sujeto a reforzadores, y sugería situar a la
propia psicología como una ciencia experimental similar a la química o a
la biología. Como consecuencia, se descuidó durante bastante tiempo el estudio
sistemático de la autoestima, que era considerada una hipótesis poco susceptible
de medición rigurosa.

 A mediados del siglo XX, y con la psicología fenomenológica y la psicoterapia


humanista, la autoestima volvió a cobrar protagonismo y tomó un lugar central en
la autorrealización personal y en el tratamiento de los trastornos psíquicos. Se
empezó a contemplar la satisfacción personal y el tratamiento psicoterapéutico, y
se hizo posible la introducción de nuevos elementos que ayudaban a comprender
los motivos por los que las personas tienden a sentirse poco valiosas,
desmotivadas e incapaces de emprender por ellas mismas desafíos.

 Carl Rogers, máximo exponente de la psicología humanista, expuso su teoría


acerca de la aceptación y auto aceptación incondicional como la mejor forma de
mejorar la autoestima.

 Robert B. Burns considera que la autoestima es el conjunto de las actitudes del


individuo hacia sí mismo. El ser humano se percibe a nivel sensorial; piensa sobre
sí mismo y sobre sus comportamientos; se evalúa y los evalúa.
Consecuentemente, siente emociones relacionadas consigo mismo. Todo ello
evoca en él tendencias conductuales dirigidas hacia sí mismo, hacia su forma de
ser y de comportarse, y hacia los rasgos de su cuerpo y de su carácter, y ello
configura las actitudes que, globalmente, llamamos autoestima. Por lo tanto, la
autoestima, para Burns, es la percepción evaluativa de uno mismo. En sus propias
palabras: «la conducta del individuo es el resultado de la interpretación peculiar de
su medio, cuyo foco es el sí mismo».

 Investigadores como Coopersmith (1967), Brinkman et al. (1989), López y


Schnitzler (1983), Rosemberg y Collarte, si bien exponen conceptualizaciones de
la autoestima diferentes entre sí, coinciden en algunos puntos básicos, como que
la autoestima es relevante para la vida del ser humano y que constituye un factor
importante para el ajuste emocional, cognitivo y práctico de la persona. Agrupando
las aportaciones de los autores citados, se obtendría una definición conjunta como
la siguiente:
La autoestima es una competencia específica de carácter socio-afectivo que
constituye una de las bases mediante las cuales el sujeto realiza o modifica sus
acciones. Se expresa en el individuo a través de un proceso psicológico complejo que
involucra a la percepción, la imagen, la estima y el auto concepto que éste tiene de sí
mismo. En este proceso, la toma de conciencia de la valía personal se va
construyendo y reconstruyendo durante toda la vida, tanto a través de las experiencias
vivenciales del sujeto, como de la interacción que éste tiene con los demás y con el
ambiente.

La autoestima en el mundo real


En la práctica, la autoestima, al depender en parte de la heteroestima, se ve
intensamente influida por las condiciones sociales. El concepto que una persona tiene
de sí misma y de los demás, y lo que una persona siente por sí misma y por los demás,
son la base de las relaciones humanas, y, por lo tanto, decisivos para las contingencias
del ser humano. Lejos del concepto ideal de autoestima que la psicología
humanista propugna, desligada completamente del ego, las personas normalmente
conviven con éste, debiendo lidiar continuamente con sus consecuencias, o, dicho de
otro modo, el altruismo puro, salvo en personas de gran bondad y dedicadas
íntegramente al desarrollo espiritual, raramente se encuentra. La cultura, la política, la
economía, la sociedad, la historia misma, están determinadas por la autoestima de las
personas, y al mismo tiempo son determinantes. Nada escapa a la influencia de la
autoestima, ni siquiera la propia concepción de la autoestima. Por ello, y para evitar
confusiones, deberá valorarse el concepto de autoestima de forma diferente según cada
ideología.
En otras palabras, la autoestima es la suma de la confianza y el respeto por uno mismo.
Refleja el juicio implícito que cada uno hace de su habilidad para enfrentar los desafíos
de la vida (para comprender y superar los problemas) y de su derecho a ser feliz
(respetar y defender sus intereses y necesidades).

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