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El sentido de los otros en las artes se constituye como una preocupación

permanente, en cuanto a su entendimiento y participación en ésta. Pero,


¿quién es el protagonista de la obra de arte, el creador (actor) o el
espectador?, el espectador es parte de la obra de arte pues termina de
cerrarla, por lo que pasa a ser otro actor más, éste se construye a partir del
como “yo” actor me constituyo en escena.

Según Marc Augé, al carácter natural de la cultura se le pueden plantear


dos interrogantes, cómo es que lo propio del individuo humano sea introducirse
en una cultura que limita su existencia singular. La otra pregunta que se le
puede plantear es en qué constituye lo específico de una cultura particular,
teniendo en cuenta que cualquiera que sea el lugar ocupado en la sociedad,
todos los pertenecientes a ella llevan, de un modo u otro, su marca

Hace hincapié en el papel que juega la diferenciación social dentro de


otra sociedad a estudiar, sociedad que al principio nos puede parecer
homogénea, pero que en realidad no actúa de igual forma en todos los
individuos. Cualquiera que sea el lugar ocupado en la sociedad, todos los
pertenecientes a ella llevan, de un modo u otro, su marca. Dice que el secreto
de la alineación de lo social está en la inefable singularidad de cada cultura. la
cultura, en definitiva, es el suplemento de lo social.

Reflexiona sobre la idea de que el individuo sólo adquiere sentido


mediante las relaciones que le rodean, es decir, que un individuo no es nada
sin lo social, al igual que lo social no puede existir sin individuos. El individuo no
es más que un conjunto de relaciones presentes y pasadas. Cuando se refiere
a pasadas se refiere a la huella que han dejado en el individuo sus
antepasados, ésta sería su huella ancestral. El secreto del otro, si es que
existe, residiría más bien en la idea que ellos mismos se hacen del otro.
Por otro lado, según Bertolt Brecht, el espectador, no está en el rol de
consumidor, sino que debe tomar decisiones a favor o en contra de lo que ve,
se convierte en un espectador productivo, permitiendo al espectador llegar a
sus propias soluciones con un sentido crítico. En base a esto, como actores,
dentro del proceso de creación debemos plantearnos a éste espectador
pensante y que información queremos develarles, ese control (manipulación)
en cuanto a lo que develo y oculto, y de lo que queremos decir con eso, es
parte de la construcción del actor-creador.

Otras interrogantes en cuanto al otro-espectador son, qué pasa en su


interior, cómo piensa los espectáculos, qué lo estimula, si se deja o no conducir
por lo que la obra propone, y qué hace con los espectáculos cuando terminan.
Hoy en día el espectador teatral es consciente de la complejidad que ha
alcanzado el teatro contemporáneo. Sabe que ha llegado a ser evidente que
nada referente al arte es evidente, y que en materia teatral cada poética, cada
técnica, cada artista, cada obra deben ser comprendidos y analizados con
variables específicas.

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