Siempre mi familia, una mesa para todos

“Siempre mi familia” Para vivir la Semana de la Familia sugerimos:

- Reúnanse como Familia en un lugar que sea significativo para ustedes

y en el que todos puedan verse.

Queridas familias: - Inviten a otras familias o personas si estén de acuerdo.

A inicios del año muchas familias se vieron fuertemente remecidas y afectadas
por el terremoto, dejando a miles de hermanos y hermanas sin casas y con
nuestras mesas cubiertas por escombros, pero pese a ello fuimos capaces de ver
como el Señor reina en medio del dolor, en las diversas muestras de solidaridad
y en el trabajo de miles de jóvenes que no sólo levantaron mediaguas, sino que
también acompañaron la vida de estas personas haciéndonos sentir parte de una
gran familia: la familia chilena.
Hacer de “Chile una Mesa para todos” es el gran regalo que queremos dejar en
este Bicentenario. La mesa es el lugar donde compartimos diariamente el pan y
los alimentos, es también el lugar de encuentro por excelencia donde, como
familia, ponemos en común las alegrías, lo que nos ha acontecido, las esperanzas,
los anhelos, las preocupaciones, los temores, nuestros proyectos personales y
comunes.
- En medio de ustedes preparen el altar con La Biblia, una cruz, un cirio
y algunas flores pequeñas.
- Dispónganse a vivir un momento de oración y acompañar de música
suave si lo desean.
- Inicien los encuentros haciendo la señal de la cruz y diciendo juntos:
en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo, Amén.
- El encargado (a) de preparar el encuentro invita a conversar acerca del
tema del día.
-Sigan los pasos propuestos para cada día e idear un signo familiar tras
cada encuentro.

Alrededor de la mesa nos conocemos, compartimos, nos reconciliamos, vamos - Lean los textos desde un Nuevo Testamento o una Biblia.
entretejiendo nuestra historia y nuestro camino como familia. En ella se forja la
identidad, y por tanto, nuestra vida, gracias al diálogo abierto, fraterno y sincero. -En la oración final pueden dar gracias, realizar peticiones y alabanzas.
Una mesa que está abierta no solo para los miembros del grupo familiar más Para concluir rezar el Padre Nuestro, que nos acompañará durante toda
íntimo, sino también para nuestros parientes más lejanos, nuestros amigos, la semana especialmente.
compañeros de trabajo y tantos otros. Una mesa que nos invita a colocar a nuestra
familia en lo más íntimo de nuestro corazón encontrando en ella un lugar privilegiado
de acogida, escucha y consuelo, que nos lleva a valorarla, quererla y considerarla
siempre.

Ante tan importante misión, aprovechemos esta Semana de la Familia para recoger
y compartir las riquezas y enseñanzas que brotan de nuestra vida familiar y que
contribuyen a la vida de la Iglesia y de nuestro país, haciendo de ello un regalo
y un aporte al Bicentenario.

A cada una de las familias las encomendamos a la protección de la Virgen del

Carmen, que durante este año ha recorrido nuestro país, para que ella nos anime
e interceda por nosotros en este camino de fe y de seguimiento de su Hijo Jesús.

Les bendice con afecto

+ Bernardo Bastres Florence

Obispo de Punta Arenas
Presidente
Comisión Nacional de Pastoral Familiar

2 Siempre mi familia, una mesa para todos

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Encuentro 1:
Padre nuestro que estás en el cielo...
En nuestra mesa familiar, danos el
Pan de la Fraternidad
Motivación
Nos reunimos para reflexionar y compartir las experiencias de sentirnos
hermanos e hijos de un mismo Padre, que nos ama infinitamente a todos
por igual, con nuestros defectos y virtudes.
“En las ciudades es posible experimentar vínculos de fraternidad, solidaridad
y universalidad. En ellas el ser humano es llamado constantemente a caminar
siempre más al encuentro del otro, convivir con el diferente, aceptarlo y ser
aceptado por él.” (DA n° 514)
Palabra de Dios
Leamos desde la Biblia texto de Lc. 6,35-38.
“Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio.
Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo,
que es bueno con los ingratos y los pecadores. Sean compasivos como es
compasivo el Padre de ustedes. No juzguen y no seréis juzgados, no
condenen y no serán condenados.”
4 Siempre mi familia, una mesa para todos
Siempre mi familia, una mesa para todos
Diálogo Familiar
− Muchas veces tendemos a discriminar al que
piensa distinto, al que es diferente. Tendemos
a encerrarnos y a entendernos sólo con
quien nos llevamos mejor, que son nuestros amigos, evitando o hasta
despreciando al que no es tan cercano.
− El llamado de Dios es a reconocernos como hijos de un mismo Padre.
Nos llama a amarnos unos a otros, a amar al que nos cuesta, que no
nos resulta fácil. Nos llama a valorar a cada uno y a descubrir la
dignidad de hijo muy querido que hay en cada persona, tanto en nuestra
familia, nuestra patria y el mundo entero.
·¿Qué significa para mi “amar a mis enemigos”?
·¿A quienes me cuesta amar?
·¿Es mi amor o cariño por otro gratuito o interesado? ·¿Por qué?
Actividad Familiar
Dibujamos un gran corazón en una cartulina. En el contorno
colocamos fotos de los integrantes de la familia y en su
interior papelitos pequeños con acciones fraternas que
podemos realizar en forma personal o familiar, especialmente
con los más necesitados o con aquellos que no somos tan
cercanos y acogedores.
Oración final
Querido Señor Jesús enséñanos a mirar a cada persona que nos
rodea como la miran tus ojos. Ayúdanos a descubrir en cada uno
su verdadero valor como persona y a reconocer con quienes hemos
tenido dificultades o desencuentros, a un hijo muy amado tuyo y por
lo tanto a un hermano nuestro. (Se pueden realizar algunas oraciones
de acción de gracias, alabanza o petición)
Tomados de las manos rezamos la oración que Jesús nos enseñó:
Padre nuestro...
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 Siempre mi familia, una mesa para todos
Encuentro 2:
Santificado sea tu nombre... - Si permanecemos en Jesús y nos esforzamos
por ser reflejo de su amor, damos muchos
frutos. Somos así verdaderamente sus
discípulos, santificando de este modo el nombre
de Dios.

· ¿Cómo se ha hecho presente Dios en mi vida?

· En nuestra forma de ser y de actuar con los
demás: ¿Se refleja lo que nos enseña Jesús?
En nuestra mesa familiar, danos el · ¿Cómo soy o puedo ser luz en mi familia,
Pan de Verdad colegio, universidad, trabajo, etc.?

Motivación

Queremos compartir acerca del inmenso don que significa nuestra fe y

como ella, nos regala verdad y luz para nuestras vidas. Ayudándonos a
convertirnos en fuentes de fe, luz y verdad para los demás.
“Los pastores quieren dar un nuevo impulso a la evangelización, a fin de
que estos pueblos sigan creciendo y madurando en su fe, para ser luz del
mundo y testigos de Jesucristo con su propia vida”(DA n° 16)
Actividad Familiar
Como familia confeccionamos un “Candelabro Familiar”,
coloreándolo y poniéndole adornos. Posteriormente,
dibujamos una vela y cada uno pondrá su nombre en
ella y escribirá alguna actitud personal con la cual es
luz para los demás.

Palabra de Dios

Leamos desde la Biblia el texto de Mt 14, 14-16

“Tampoco se enciende una lámpara para cubrirla con una vasija de barro, Signo
sino que se pone sobre el candelero para que alumbre a todos los que
están en la casa. Brille su luz delante de los hombres de modo que al ver Pondremos en nuestro
sus buenas obras, den gloria a su Padre que está en los cielos.” “Candelabro Familiar”, las
velas con nuestros nombres
y le pediremos al Señor, que
nos envíe su Espíritu para
que podamos seguir siendo
Diálogo Familiar luz para los demás.
(Posteriormente el
- El tiempo de hoy, desde el llamado de Aparecida, nos cuestiona candelabro queda colocado
profundamente acerca de nuestra manera de ser y de vivir. Nos invita a junto al altar por el resto de
reflexionar verdaderamente si nuestra fe y lo que decimos creer, traspasa la semana o por el tiempo
nuestra vida. Si vivimos coherentemente, reflejando el amor de Dios a los que lo deseen)
que nos rodean, actuando como Jesús nos invita a hacerlo, con sus criterios,
no sólo al interior de nuestra familia si no que también en todos los ambientes
en que nos movemos.
Oración final
Querido Señor Jesús,
enséñanos a ser portadores
de tu luz para los demás y
así poder dar gloria a nuestro
Padre Dios. Que Tú Espíritu
de luz y vida esté siempre
presente en nuestro hogar
iluminando nuestro caminar.
(Se pueden realizar algunas
oraciones de acción de
gracias, alabanza o petición)
Tomados de las manos
rezamos la oración que Jesús
nos enseñó: Padre nuestro...

6 Siempre mi familia, una mesa para todos

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Encuentro 3:
Venga a nosotros tu reino...
En nuestra mesa familiar, danos el
Pan del Servicio
Motivación
Hoy vamos a compartir “el pan de servicio”, para darnos cuenta de la
inmensa alegrÌa que sentimos y regalamos cuando salimos al encuentro
de los demás; el gozo que nos produce el servir a otros y cómo mediante
ese servicio, vamos haciendo presente el Reino de Dios aquí en la tierra.
“La Iglesia está al servicio de todos los seres humanos, hijos e hijas de
Dios”(DA n° 32)
Palabra de Dios
Leamos desde la Biblia el texto de Mc 12, 32-34
“Muy bien Maestro. Tienes razón al afirmar que Dios es único y que no hay
otro fuera de Él que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento
y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que
todos los holocaustos y sacrificios. Jesús, viendo que había hablado
acertadamente, le dijo: No estás lejos del Reino de Dios.”
Diálogo Familiar
- Tenemos el inmenso anhelo de ser felices, de vivir el Reino de Dios en
esta tierra y éste comienza donde acaba nuestro egoísmo y salimos al
encuentro de los demás. Nos ponemos al servicio del otro, que puede ser
alguien necesitado bajo nuestro propio techo familiar, en nuestro trabajo
u otro lugar.
8 Siempre mi familia, una mesa para todos
Siempre mi familia, una mesa para todos
- Dios nos pone sorpresivamente una tarea en
nuestro camino, por ejemplo tras el terremoto
de inicio de año, vimos tanta veces encarnada
la parábola del “buen samaritano”.
· ¿Hoy día en nuestra sociedad a quiénes se
les reconoce como personas importantes?
¿Por qué?
· ¿Cómo me siento después de ayudar a un
hermano que tiene alguna dificultad?
· ¿Qué podemos hacer como familia para servir
a los que requieren de nuestra ayuda?
Actividad Familiar
Acordamos acompañar a alguna persona, familia, institución, etc. que
necesite de nuestro servicio.
Signo
Dibujamos nuestras manos sobre una hoja y en ella escribimos la actividad
(fecha y día) que acordamos y luego la pegamos en el interior del corazón
que realizamos en el primer encuentro.
Oración final
Finalizamos rezando la oración de san Francisco de Asís
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz.
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender;
ser amado, como amar.
Porque es: Dando, que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la vida eterna.
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Encuentro 4:
Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo
En nuestra mesa familiar, danos el
Pan de Confianza
Motivación
Hoy nos reunimos para reflexionar acerca de la confianza que debemos
tener en Dios Padre y en su amor. Entregarnos a sus brazos amorosos y
dejar que sea Él quien guíe a nuestra familia.
“Damos gracias a Dios y nos alegramos por la fe, la solidaridad y la alegría,
características de nuestros pueblos transmitidas a lo largo del tiempo por
las abuelas y a los abuelos, las madres y los padres, los catequistas, los
rezadores y tantas personas anónimas cuya caridad ha mantenido vivas la
esperanza en medio de las injusticias y adversidades”. (DA n° 26)
Palabra de Dios
Leamos desde la Biblia el texto de Lc.12, 22-31
“Así que ustedes no se inquieten buscando qué comerán o qué beberán...Por
todo eso se inquieta la gente del mundo, pero su Padre ya sabe lo que
necesitan. Busquen más bien su reino y Él les dará lo demás. No teman,
pequeño rebaño, que su Padre ha querido darles el reino...”
10 Siempre mi familia, una mesa para todos
Siempre mi familia, una mesa para todos
Diálogo Familiar
− Crecer en la confianza total en el amor de Dios
por nosotros, es quizás uno de los regalos más
grandes que podemos recibir en nuestra vida.
Querer que se haga Su voluntad y no la nuestra, confiados totalmente
en que ello será lo mejor para nosotros y nuestras familias.
− Ser capaces de regalar a los demás esa confianza en el amor de
Dios, ser portadores de Su luz, de la certeza de sentirnos protegidos
siempre por Él, es un regalo invaluable para tantos que viven sin
esperanza.
− Tomemos algún momento de dificultad en nuestra vidas (por ejemplo
la vivencia del terremoto y tsunami u otro acontecimiento) y descubramos
las cosas buenas que surgieron en medio de esas crisis.
· ¿Qué persona nos dio su testimonio en medio de esos acontecimientos?
Actividad Familiar
Con ovillos de lana o hilos de colores, cada uno confecciona
una pulsera que se la entrega a un familiar cercano que
necesite un mayor apoyo y la confianza nuestra y del Señor.
Oración final
Querido Señor Jesús, enséñanos a confiar y abandonarnos a ti como
un niño en los brazos de su padre. Que el Espíritu Santo nos anime
ha hacer tu voluntad en nuestras vidas, para así poder ser
instrumentos de tu amor. (Se pueden realizar algunas oraciones de
acción de gracias, alabanza o petición)
Tomados de las manos rezamos la oración que Jesús nos enseño:
Padre nuestro...
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Encuentro 5:
El pan nuestro de cada día danoslo hoy
En nuestra mesa familiar, danos el
Pan de Vida
Motivación
Hoy queremos reflexionar y compartir “el pan de vida”, para que nunca nos
falte el verdadero alimento. Aquél que nos permite ser más personas, más
fecundos, aquél que nos ayuda a dar abundante fruto.
“Toda la vida de nuestros pueblos fundada en Cristo y redimida por Él,
puede mirar al futuro con esperanza y alegría”. (DA n° 128)
Palabra de Dios
Leamos desde la Biblia el texto de Jn 6, 32-35
Dice Jesús: “Les aseguro que no fue Moisés quien les dio el pan del cielo.
Es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. El pan de Dios viene
del cielo y da la vida al mundo. Entonces le dijeron Señor, danos siempre
de ese pan. Jesús les contestó: Yo soy el pan de vida. El que viene a mí
no volverá a tener hambre; el que cree en mí nunca tendrá sed...”
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Siempre mi familia, una mesa para todos
Diálogo Familiar
− Los espacios que nos damos para estar en
intimidad con el Señor calman las “aguas
turbulentas” de nuestra vida, alimentan nuestra
alma, renuevan nuestras energías, nos llenan
de esperanza y nos recuerdan que aun en medio de importantes
dificultades podemos dar fruto.
− Cuando nos reunimos en familia, con nuestros amigos o compañeros
de trabajo y hacemos oración para pedir o dar gracias, fortalecemos
nuestra identidad como grupo y como comunidad. Comemos del pan
nuestro. Nuestras vidas se revitalizan, vuelven a cobrar sentido y rumbo
aún en medio de dificultades. Volvemos a ser signos de esperanza
para los demás y damos juntos muchos frutos.
· ¿Qué alimentos, comidas son nuestras preferidas?
· ¿Cuáles son los alimentos que nutren nuestra vida espiritual, aquellos
que nos hacen más fraternos?
Actividad Familiar
Nos ponemos de acuerdo para participar todos juntos en
uno de estos momentos que nos animan en nuestra vida
espiritual, por ejemplo la eucaristía, oración, etc.
Oración final
Querido Señor, queremos encontrarnos contigo todos los días, para
que Tú seas el pan verdadero en nuestras vidas. Danos la gracia
para buscarte siempre, que tu cercanía y presencia en nuestro día
a día, sea también alimento para quienes nos rodean. Ayúdanos a
ser pan de vida para tantos que hoy viven en nuestra patria faltos
de esperanza. (Se pueden realizar algunas oraciones de acción de
gracias, alabanza o petición)
Tomados de las manos rezamos la oración que Jesús nos enseño:
Padre nuestro...
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 Siempre mi familia, una mesa para todos

Encuentro 6:
Perdona nuestras ofensas así como nosotros perdonamos
- Nuestros desencuentros a veces son pequeños
a los que nos ofenden e insignificantes, pero a veces son más profundos
y nos hieren. En uno y otro caso debemos recordar
que una pelea puede revelar una herida y nuestra
misión es sanarla.

En nuestra mesa familiar, danos el · ¿Qué es lo que más me cuesta perdonar? ¿de
qué necesito que me perdonen?
Pan de Perdón · ¿Qué experiencia de “perdón” ha sido muy
importante para mí? ¿Qué aprendí entonces?

Motivación

Nos reunimos para reflexionar y compartir “el pan del perdón”, para crecer
en este don que nos sana que nos reconstruye, que nos libera haciéndonos
capaces de amar más, ser más humanos y más felices: el perdón que
damos y el perdón que recibimos.

“Señales evidentes de la presencia del Reino son: la vivencia personal y

comunitaria de las bienaventuranzas...el perdón mutuo, sincero y fraterno,
aceptando y respetando la riqueza de la pluralidad, y la lucha para no
sucumbir a la tentación y no ser esclavos del mal” (DA n° 383) Actividad Familiar
En un momento de silencio pensamos en
aquello que nos gustaría pedir perdón en
nuestra familia, luego lo compartimos y
finalizamos dándonos un abrazo entre todos.

Palabra de Dios

Leamos desde la Biblia el texto de Mt 5, 23-24

“Si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene

alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con
tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.”
Para nuestra reflexión
- Convivimos a diario y por eso los desencuentros son inevitables. Lo que
sí podemos evitar es que nuestras peleas duren hasta el otro día. Si queremos,
podemos hablar las cosas con calma, tratar de entender, ponernos en el
lugar del otro, en algunos casos ceder. Lo que Jesús nos propone en el
Evangelio, antes de llegar a la mesa familiar, que es nuestro altar cotidiano,
es que podamos acercarnos para pedir perdón y perdonar.
Oración final
Querido Señor Jesús, danos un corazón misericordioso como el
tuyo, para que así como nosotros hemos experimentado Tú perdón
y cariño, podamos perdonar a todos aquellos que en algún momento
nos han ofendido. (Se pueden realizar algunas oraciones de acción
de gracias, alabanza o petición)
Tomados de las manos rezamos la oración que Jesús nos enseño:
Padre nuestro...

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