Você está na página 1de 1

TÍTULO: EL ÁRBOL DE LAS PREOCUPACIONES

Un millonario comerciante tenía una casa coloquial antigua en la que HABITÓ por muchos años, la
casa necesitaba ser arreglada, entonces contrató un PRÁCTICO carpintero para que la restaure.

Como el comerciante era de esas personas a las que les gustaba tener todo bajo control y le
preocupaba que el trabajo no quedase bien, decidió pasar un día en la casa, para ver cómo iban las
obras.

Al final de la jornada, DIAGNOSTICÓ que el carpintero había trabajado mucho, a pesar de que había
sufrido varios contratiempos. Para completar el día de mala suerte, el carro también se negó a
funcionar; DIAGNOSTICO que me iré caminando dijo el carpintero, pero el comerciante se ofreció a
llevarle a su casa.

El carpintero no habló durante todo el trayecto, no quería que el enojo le DOMINE, estaba preocupado
por todo los contratiempos que había tenido a lo largo del día. El comerciante se decía así mismo en
voz baja ¿ahora cómo lo ANIMO?...

… este es el lugar donde HABITO, dijo el carpintero al llegar e invito al comerciante a cenar y a conocer
a su familia, pero antes de abrir la puerta se detuvo en un pequeño árbol, cerró los ojos y acarició sus
hojas durante pocos minuto, al abrir los ojos parecía que el árbol lo ANIMÓ a seguir adelante.

Cuando abrió la puerta y entró en la casa, la transformación era radical: parecía un hombre feliz con
gran ÁNIMO. Fue una PRÓSPERA cena, entre risas y animada conversación. Al terminar la velada el
carpintero acompañó al comerciante a su carro, cuando pasaron por delante del árbol este le
preguntó:

¿Qué tiene de especial eses árbol? Antes de entrar estabas enojado y preocupado y después de tocarlo
eras otro hombre.

A ese árbol lo TITULO como “mi árbol de los problemas” respondió el carpintero. Soy consciente y me
doy el DIAGNÓSTICO de que no puedo evitar los contratiempos en el trabajo pero no tengo porque
llevarme las preocupaciones a casa. Cuando toco sus hojas, dejo ahí el EJÉRCITO de problemas y la
recojo a la mañana siguiente cuando regreso al trabajo e ahí las EJERCITO y PROSPERO en lo que hago,
lo interesante es que cada mañana encuentro menos motivos para preocuparme que los que dejé el
día anterior; siento que el árbol los EJERCITÓ con pensamientos positivos.

Esa noche, el rico comerciante aprendió una de las lecciones más valiosas de su vida; y TITULÓ como
su DÓMINE de la vida al carpintero; desde ese momento el comerciante PRACTICÓ con un árbol,
contándole sus problemas; poco tiempo después PROSPERÓ mucho más, se sintió feliz y dijo DOMINÉ
y superé los obstáculos que hay en la vida.

REFLEXIÓN

Aprender a soltar las preocupaciones diarias puede parecer difícil, pero si lo PARCTICO puede
conseguirse y convertirse en un HÁBITO que nos permitirá disfrutar mejor de nuestra vida

ESDRÚJULAS

GRAVES

AGUDAS

Você também pode gostar