Você está na página 1de 13
30 CAR 1, EL FACTOR AFI afios no podia menos que asombrarme por lo que escuchaba, ahora ya no me causa efecto, jsé que es una realidad! Pero... también lo saben mis colegas! Esto esta sucediendo como algo rutinario en nuestro Ambito informatico en los albores del siglo x. Para iniciar por el principio, creo pertinente dar algunos datos histéricos para imos ubicando en el tiempo, y de esta manera informar al lector, cobre todo ei ec recién egrecado, de la forma tan ciega” como adoptamos esta tecnologia; asi podremos comprender la magnitud de lo que hemos hecho con ella, o mejor sea dicho, de cémo la hemos despilfarrado. EL DESENLACE INFORMATICO EN MEXICO (COMO NOS FUIMOS VICIANDO) Quisiera demostrar que el desenlace informético en México fue sin la debida atenci6n, es decir, estd definido por la tremenda ligereza con que se construy6, la absoluta improvisaci6n a que nos sujetamos, el camino a ciegas que recorrimas, el pica interés de Ias autoridades académicas, Ia ambiciOn de aquellos que algo conocian sobre computadoras y su temor de que fueran bajados de su pedestal si se descubrfa lo poqufsimo que sabian al respecto, el abandono en que se dejé esta tecnologia y el poco caso que se le hizo a los técnicos que deseaban establecer bases firmes para crecet y, en suma, el desconocimiento general sobre las bondades de esta tecnologia que propicié el poco interés que en ella se tuvo. Ahora se puede ver con claridad que en esa época la tecnologia nos superaba; 0 mejor dicho; por nuestro profundo desconocimiento no fuimos capaces de recibir esta tecnologia y explotar metédicamente sus beneficios. Por eso es que no crecimos tecnolégicamente en este senti- do. An més, con el paso de los afios nos quedamos tan estancados que actualmente persisten vicios y formas de trabajar de aquella época. Yo vivi este desarrollo en México, y por eso puedo explicar con detalle lo que sucedié, pues permitaseme decir que sufti las consecuen- cias de la poca importancia que se daba a los informaticos de los afios sesenta. Yo pertenezco a la primera generacién de profesionales en compu tacién que egres6 del IPN en 1967, tinica carrera en computaci6n en aquel entonces reconocida oficialmente en toda Latinoamérica. Puedo decir que cuando egresé sdlo habia visto dos veces una computadora, en la cual los que estabamos a punto de egresar, tratamos de correr un sencillisimo programa de COBOL, que por supuesto nunca funciond porque ni siquiera habiamos comprendido lo que intentdbamos hacer. Nos recibimos como buenamente pudimos, pero de qué?, no lo sabia~ mos la gran mayoria. Por supuesto que cuando salimos a buscar trabaio, précticamente se reian de nosotros, pues nos ponian cada examen que EL DESARROLLO INFORMATICO EN MEXICO. 3 incluso resultaria dificil para los profesionales de la actualidad. Ademas nos exigian experiencia. Pero jcdmo tenerla, si como dije antes, sdlo vi dos veces una computadora, y eso a través de un grueso cristal! Fi- nalmente, después de afin y medin de andar huscandn trahaja (para entonces de lo poco que yo intuia que sabia sobre computadoras, ya no quedaba ni el recuerdo), ingresé junto con otros cuatro compafieros de la escuela a una entidad del gobierno, donde después de seis largos meses de capacitacién (sin goce de sueldo) fui contratado como auniliar de operador. Pasado el tiempo, ya con experiencia suficiente, fui invita- do a colaborar dentro de una institucién bancaria, en uno de los proyectos més grandes que se hayan emprendido en materia de cémpu- to en el pais Era el aio de 1976 cuando llegé a mis manos un documento que de inmediato me interes6 porque reflejaba perfectaments el panoramna en el cual fue estructurdndose nuestro émbito informético. Dicho docu- mento me fuc cntrcgado por unos técnicos del banco para cl cual yo trabajaba, quienes ya tenfan varios afios en esa instalacién, por lo que es- timo que tal documento fue escrito alrededor de 1975. A pesar de que han transcurtido més de 25 afios, ahora podemos darnos cuenta de las bases a partir de las cuales nos fuimos formando en este medio. Pero lo mis frustrante es que actualmente seguimos conservando muchas de las précticas y vicios que menciona dicho documento. A continuacién lo resumo y lo comento en forma simulténea, con el fin de que se conozca lo que acontecia en aquellos ais, para entender mejor el porqué de nuestro estancamiento, y para que valoremos con honestidad cudnta similitud existe entre los problemas de aquella época y los problemas actuales, y asi nos demos cuenta de lo atraigado que quedaron los vicios que ahf se mencionan. Por tanto, el contenido de este documento debe- tla considerarse como una evidencia hist6rica del dramatico surgimien- to de nuestra “cultura informatica”. Fara ubicamos en el tiempo, en el relato debe tomarse como base el inicio de los afios sesenta, excepto en caso de que se mencionen otras fechas, El contenido es el siguiente: El desarrollo de la informatica en México ha sido y es andrquico. No se considera esta actividad como una profesidn. No existe ninguna carrera uni- vwetsitaia eat infoundtiva. ‘México entré en la época de la computacién electrénica en el momento en que Estados Unidos y otros paises desarrollados encontraron la forma ficil de hacer negocio dentro del entomo del procesamiento electrénico de datos en los paises tecnolégicamente atrasados. ‘Una vez mds se repitié el proceso de transferencia atrabancada de una nueva tecnologia, cosa tipica en los paises latinoamericanos. Se obtuvo la tecnologia de “fécil” adquisicin, sin haber suftido el dolo- +00 proceso del desarzollo de ésta, sin personas que estuvieran preparadas 32 ‘CAR 1, EL FACTOR AFL para recibirla, entenderla y explotarla con conocimiento de causa, La heredamos con plena falta de experiencia; o mejor dicho, abtuvimos un nifio sin embarazo ni parto; sencillamente lo adoptamos, Se tomé lo importado como una verdad, nica y absoluta, en el preciso momento en que los paises exportadores de esta tecnologia seguian trabajando y de- sarrollando conceptos y técnicas més avanzados, tales como teleproceso, muiltiprogramacién, hases de datos, tiempo real, etcétera, Fue evidente en México (posiblemente por la cercania con Estados Unidos) que los vendedores de computadoras no tenfan necesidad de presionar demasiado a sus clientes para venderles estas maquinas, ya que, como estaban de moda, se compraban mas que por el convencimiento de la necesidad de su utilizacién, por la novedad, como si fueran automéviles tilimo modelo. Se adquirian por cuestiones de prestigio y vanidad, aunque en la mayotia de los casos no se tuviera idea de corno aprovechatias “Antes de las computadoras, los primeros artefactos que llegaron al pats (inicios de los afios cincuenta) fueron las méquinas de registro directo con tarjetas perforadas (llamadas as{ porque se programaban conectando cables ditectamente en un tableto) para programar, las cuales no requesian perso- nal con preparacin universitaria. Tampoco hubo tiempo de preparatlos en estas labores. Fue asi como se lanzaron cursos improvisados de cuatro a seis semanas, por medio de los proveedores que tenian la obligacién de ofrecer el personal ya capacitado a sus clientes y de algunos particulares sin ninguna obligacién, pero con ganas de hacer algo con el fin de formar ‘téenicos calificados, en vez de aquellos charlatanes que ya se empezaban a colocar en las compaiiias, para pasar meses enteros sin oftecer ningéin resultado practico ni de utilidad definida Estos cursos improvisados fueron el alma mater de los supuestos especialistas en procesamiento de datos de aquella época. iVayal, pero 2cémo fbamos a crecer partiendo de estas bases¢ Y lo peor es que ellos Fue- ron los maestros de los maestros que capacitaron a una generacion tras otra. A pesar de estos antecedentes y gracias principalmente a Jas noches sin dormir, esfuerzo, tenacidad, canas y muchos otros sacrificios, se llegé a manipular medianamente las méquinas de registro directo. Pero la ambi- cién les gané, ya que unos 200 poseedores de este rudimentario conoci- miento crearon un misterio alrededor del procesamiento de datos, y sibitamente el crecimiento técnico en materia de cémputo del pafs qued detenido, como si el no comunicar sus raquiticos conocimientos les sirviera de defensa contra los intrusos de otras areas y de los graduados de las carreras profesionales (aun cuando no eran informsticos). Lo anterior sirvi6 para que los “especialistas” hicieran lo que les vino en gana, creando un tremendo obstéculo para que se capacitara nuevo personal. Y asf pas6 mucho tiempo. Por fortuna, algunos profesores se dieron cuenta de este peligroso bloqueo, y comenzaron a ingenidrselas para estructurar cursos relémpago que permitieran que de las aulas universitarias comenzara a emerger una EL DESARROLLO INFORMATICO EN MEXICO 33 nueva generacién de técnicos més correctamente preparados, con lo cual poco a poco se empezé a remodelar el sistema de trabajo que habian introducido los primeros “especialistas’. Pero el proceso fue lento, y requirié varios aos més. ‘Dentro de este contexto, el desarrollo de la informatica siguié su ritmo y siguieron vendiéndose més equipos (note el lector la tremenda improvi- ‘sacién con que fueron preparados nuestros primeros maestros e imagine la calidad que podtan tener los resultados Ubtenidos en aquellos eyuipes) Por regla general, los nuevos usuarios entraban en la etapa de la automatizacién por los siguientes motivos: por la presién de la competen- cia; por la insistencia, mentiras ¢ hipnotismo de los vendedores o por la recomendacién directa de las casas matrices. Por supuesto que dichos usuarios fueron integrados casi siempre sin ninguna preparacin previa a este importante paso. Para vender las primeras computadoras, el vendedor consegu(a con el anzuelo de un atractivo sueldo a algin individuo medianamente experi- mentado en el asunto de estructurar y echar a andar un nuevo centro de cémputo, y lo colocaba como gerente al mando de dicho centro. De inmediato éste se “pirateaba” a sus antiguos colaboradores, o en su defecto lanzaba un anuncio en el periédico, con lo cual empezaba a funcionar el mecanismo de la rotacién de personal que tanto perjudica, y que con base en las leyes del mercado libre del siglo pasado, trae como consecuencia la inflacién de sueldos, el *bloferismo’, las barreras para la formacién adecuada de nuevos técnicos, los fracasos, los resentimientos € inconformidad de los téenicos propios de la instalacion, los graves retrasos en la realizacién de muchos proyectos, y en general el desprestigio de la profesién, {Alos informaticos de las décadas de los afios cincuenta y sesenta s¢ les tenia en un concepto de “genios”. Para inicios de los afios setenta, su popularidad habia decrecido tanto que simplemente se les llamaba *elec- trénicos", y no pocas personas los comparaban con los radiotécnicos. En ese entonces se percibia que el principal deterioro durante el desarrollo informatico de México se debia a la ausencia completa de los parametros y criterios adecuados para la calificaci6n del personal de informatica. Ni siquiera se podia saber con acierto qué personal era bueno o malo. as bases en las que se fundaba la llamada evaluacién de técnicos eran la promocién propia de los técnicos, el *bloferismo’, el “amiguismo”, el solo hecho de haber trabajado en un centro de cémputo con equipos de {gran tamafo. Por otro lado, como contrapeso de esta promocién activa y dindmica, funcionaba el ‘sistema de devaluacin”: rumores, chismes, co- ‘mentarios hirientes, envidias, Ni una sola persona del medio podia escapar del popular calificativo de “tonto”. ‘Como se puede observar, ya que el sistema de evaluacién de técnicos se basé en tales parémetros (‘amiguismo”, “padrinos’, *bloferismo’, etc.) y se vivie con él durante décadas, Jo que nos dej6, entre otras malas cosas, fue un fuerte atraso en el proceso de preparaci6n del personal informético. A 34 CAR, EL FACTOR AFI Inictos de los aftos setenta, en Estados Unidos se duplicé el personal de informética. En Japén se quintuplicé. En México sélo existié un aumento de 60 %, el cual no fue suliciente para alcanzar el ritmo de crecimiento del nimero de instalaciones. [sto signifies que el nimero de téenicos por instalacién decrecid. Ademés, como en ese entonces la tendencia era aumentar el tamafo y la capacidad de las computadoras, pero no se aumenté el niimero de técnicos por instalacién, na se tuvo la capacidad para absorber nuevos conceptos, aplicaciones, sistemas avanzados ni nue- ‘vos lenguajes de programacién, y por tanto nos volvimos a estancar por mas afos. a situacién se tomné muy grave, al grado de que muchas empresas no pu- dlieron conseguir programadores a ningtin precio por un lapso de varios aos. De pronto se comenz6 a hablar mucho sobre los temas de teleproceso y trasmisién de datos (1973), y sin embargo no se contaba con ningtin profesional especializado en esta rama, por lo que se tuvo que improvisat a algunos aficionados y técnicos de otras especialidades de las comunica~ ciones: Lo mismo sucedi6 en las especialidades de disefio de bases de da~ tos, administracién de datos, sistemas operativos, programacién modular, etcétera, Durante aquellos afios era comtin que a un magnifico programador que sabia COBOL de memoria, lo pusieran a disefiar un sistema de consulta por medio de bases de datos, tan s6lo porque se le daba el nombramiento de analista de sistemas y se le duplicaba el sueldo; también se solfa asignar a un individuo sin mas conocimiento que las instrucciones de RPG, para tedisefar los procedimientos administrativos en el nivel de empresa 0 de institucién, con el fin de automatizarlos. Es obvio que para efectuar con soltura cualquier actividad humana, se requiere educacién, preparacién, especializacién y experiencia, ademés de vocacién y devocién. En el medio informético, por mucho tiempo se ha violado esta regla, no obstante que las actividades de operacion, programa- cin y andlisis y disefio de sistemas requieren una preparacidn y especiali- zaciénaboriosas, que nose adquieren il ni répidamente, ademés de que no cualquiera puede ser candidato aspirante a esos puestos. Para ser operador 0 programador se debe ser una persona metédica, cuidadosa, detallista y con inclinacién hacia las mateméticas. Se requiere no e6lo dominar el lenguaje de programacién que ce utilice, sino también ser profundo conocedor de las earacteristicas técnicas de la computadora con que se cuente. Por otro lado, para ser analista de sistemas se debe tener una visién muy amplia del entorno administrativo de la empresa y dominar ‘con gran amplitud los conceptos sobre sistemas de informacién automati- zados, Pese a los requisitos de especializacién anteriores, si el informatico de aquella época queria progresar, tenia que cambiar constantemente de actividad, aunque alguna la tuviera que dejar a medias: de operador a programador; de programador a analista; de analista a jefe de un centro de computo. ¥ como se puede apreciar, muchas veces un buen operador se convertia en un pésimo programador, y un magnifico analista se convertia en un jefe mediocre. EL DESARROLLO INFORMATICO EN MEXICO 35 Por Io anterior, el limite de crecimiento del informético dentro de la organizacién se daba dentro del marco del drea de informatica. O mejor di- cho, prdcticamente no habia crecimiento, ya que eran Areas que no pasaban de 19 0 20 personas y sdlo un jefe. En otras palabras, ahi terminaba la carrera del infotmético, Para aspirar a otros niveles administrativos de mas jerarquia tenfa que plantearse como objetivo salir del area de informatica iQué desperdiciol: cuando finalmente se lograban aiios de especia- lizaci6n, cuando se contaba con las raras caracteristicas académicas que se requerian y ademés se tenfa la capacidad y paciencia para esperar oportunidades de ascenso, terminaba uno fuera del area que ya domina- ba. Después de esto, no resulta dificil entender la tremenda escasez de personal esenieo calcio y diestro'ea labores de computacién que ve padecia en aquella época. Para contar con técnicos, éstos tenfan que formarse sacando empleados operativos y capaciténdolos de manera improvisada con maestros que resultaban ser los novatos técnicos que aiin no se habian ido, ya que los més experimentados, o ya habian emigrado a otra instalaci6n por razones de “pirateo”, o ya habian salido del tea de informética para ocupar puestos de mayor jerarquia que no existian dentro de su entorno informatico. Ahora resulta facil saber por qué nos estancamos por afios. Por eso formames vicios, ya que sin contar con buenas directrices, lo que se improvisaba se tomaba como procedi- miento tinico y verdadero. Esa fue la raz6n de nuestro temor a cambiar las tarjetas perforadas por sistemas de consulta mediante pantallas de ‘fulee, Nesciabe,éorioss (pou ho deed geveioss camo on pleas 4téada de los aos ochenta muchos de los centros de computo mas grandes del pais, aun contando con poderosas computadoras, seguian manteniendo sistemas de tarjetas perforadas de los cuales ‘dependian resultados importantes para la institucidn. Y dichos centros eran considerados nacionalmente como instituciones con tecnologia de punta Por supuesto que tales sistemas de tarjetas perforadas ya habian sido disefiados hacia décadas, cuando atin casi todos los resultados se ob- tenfan en reportes impresos; la consecuencia era que a los usuarios se les. seguian enviando a diario toneladas de papel (reportes impresos) que jamés tenian tiempo de leer. Habia ocasiones en que a un jefe de mediano nivel se le sacaba de su oficina para que ésta pudiera ser utilizada como bodega de reportes impresos obsoletos o que a nadie importaban. La raz6n era que estos usuarios tenfan pena de que se encontraran cerros de papel por todas partes y a diario se acumularan ms. Preferfan ocultarlo para que no lo vieran personas de otras areas 0 visitantes que muchas veces eran clientes de la compaiia (hasta hace muy poco esto se seguia viendo) Al inicio de la década de los setenta empezaron a surgir algunos profesionales en informatica egresados de algunes universidades y teenolé- 36 CAP 1, BL FACTOR AFI gicos, y aunque eran sumamente novatos, ahora contaban con un potencial importante, producto de su buena formacién académica, por lo que en poco tiempo empezaron a ser pilares de algunas inetalaciones. Para enfoncrs em pezaba a percibirse, al pancipio difusamente, pero fuego con mucha mayor clatidad, la diferencia entre un aficionado y un profesional. Se decfa que la diferencia radicaba en que el profesional sabia que contaba con elementos pata cumplir compromisos y los cumplfa, pues sabfa qué recursos iba a utiliza, sabia identificar si contaba con ellos, programaba sus actividades y era capaz de calendarizarlas, estaba preparado para establecer métodos de trabajo y seguirlos, seguia un orden desde el principio y documentaba su trabajo. No asf el aficionado, que todo lo hacfa de manera suelta y con desorden, Se empezaba a entender que cuando se contrataba a un profesional, no se tenia que estar preocupado por la entrega de resultados, sino que se pagaba por la garantia de su obtencién, Era evidente que se estaba en el momento de dejar de ser aficionado para canvertirse en profesional. Pero todavia no habla madurez y, como quienes sustentaban los puestos més altos en las instalaciones de cémputo eran precisamente los aficionados de la antigiedad, ahora su labor fue bloquear por més afios la aceptacién formal de los. profesionales. ;Qué desgracia y qué desperdicio de talento! ;ué oportunidad de crecer se nos congels en las manos por més aiios! ‘Como sefial del abatimiento informético, se comenz6 a dar un fené- meno: se empezé a pagar més a los profesionales que a los técnicos improvisados, y no tardaron las envidias y el recelo entre unos y otros. Y pot supuesto, ante los jos de los jefe dl propio cento de cémputo y de las areas administrativas, se decta que “os profesionales costaban demasia- do’. Pues claro, porque se les estaba desperdiciando, ya que un jefe que habia sido uno de los aficionados, con nivel académico medio o bajo, no tenia ni la més remota idea de eéme liderear y administrar Ina actividades de los profesionales. Por esta razén, y para no sentirse menos, les imponfa por fuerza los métodos de trabajo que él conocia; métodos de trabajo viciados y empiricos. Peor atin, ya fuera que existieran esos métodos 0 no, lo més comin eran los “maratones de trabajo” (noches y dias enteros sin dormir), con lo que absorbieron a los profesionales y les inculcaron o im- pusieron tales formas de trabajo, Con el tiempo, del profesional metédico ¥y ordenado slo quedé un “caballito de batalla” incorporado al batallén de los aficionados. En poco tiempo (1970-1975), a los profesionales se les degradé y éstos tuvieron que soportar la discnminacion que les hacian los. aficionados, quienes de cualquier manera segufan teniendo el conocimiento de los de- talles de los ridiculos sistemas que estaban en operacién. Pero eran los ‘inicos, asf que no habia alternativa. Pese alo anterior, la década de los setenta matcé una nueva etapa en la era de la informatica en México. Hubo una explosién en la adquisicién de nuevos equipos de cémputo. Lac posibilidades de técnicaz modernac de comunicacidn via telefénica, microondas y satéite hicieron que se inventa- ran nuevas técnicas en el manejo de datos (bases de datos, teleproceso, sistemas operativos, sistemas completos ofrecidos como paquetes de soft- FL DESARROLLO INFORMATICO EN MOCO 37 ware, etc.), Estas técnicas hicieron que las posibilidades de servicios en linea (tiempo real) fueran requeridas por grandes instituciones (bancos, dependencias gubemamentales, empresas privadas) como estrategia de Competencia para oftecer un mejor servicio a sus millones de clientes. En consecuencia, surgieron nuevas especialidades de técnicos que obviamente no existian en el mercado (programadores de sistemas, administradores de bases de datos, especialistas en teleproceso, especialistas en seguridad de datos, administradores de la capacitacién técnica, auditores de informatica, etc). La demanda de personal técnico y profesional estallé y los sueldos se fueron a las miihes, [a “piraterta® ee desencadend coma nunca, Fue «n ca0s total Por razones de la escasez de carreras profesionales en informatica ple- namente estructuradas y confiables (con excepcién de las del Tecnol6gico de Monterrey y el IPN) en la década de los setenta, de una o de otra manera surgian técnicos como por arte de magia. Algunos entraban en el campo después de una carrera técnica, administrativa 0 de cualquier otro tipo; ‘otros, despues de un par de afios de carrera protesional; muchos, a salir d¢ preparatotia, y hasta de secundaria; otcos, después de algsin curso de pro ‘gramacién se lanzaban en busca de las miles de vacantes con sueldos jamas Considerando que la mayotia de las empresas no admitfan programa- dores sin experiencia, muchos de los estudiantes improvisados pasaban seis o siete meses saltando de empresa en empresa hasta que tarde o temprano, por la gran demanda, lograban colocarse como aprendices de opetador © algo por el estilo. Asi empezé la carrera del técnico en informa- tica. Algunos, a hase de tesén y autadidactos, lograzon destacar y llegaron con el tiempo a ocupar puestos de jefes, gerentes y hasta de directores. ‘Muchos, sin embatgo, siendo malos técnicos, con el tiempo conocieron los secretos del oficio sélo de palabra, o sea, aprendian la jerga de la compu- tacién, y no tardaron mucho en’colocarse. En toda aquella revolucién, algunos jamés fueron descubiertos como pésimos técnicos. Para aquellos que descubrieron que sus técnicos estaban mal preparados, por fo regular ya era demasiado tarde: éstos estaban ya en la némina En estas condiciones, los que elegfan el camino del cambio constante de instalacién, en poco tiempo ganaban mucho mas que aquellos que tomaban el camino del estudio ¥ la especializacién dentio de una sola instalacién (en la actualidad, esto le suena familiar al lector‘). Sucedia que cuando la misma persona salfa de una empresa por un tiempo y después regresaba, duplicaba su sueldo, mientras que gente fiel a su uabajo y responsable de sus obligaciones, recibfa después de mucho tiempo s6lo 10 % de aumento. Esta situacién levant6 un gran revuelo; muchos técnicos se quejaron con los directivos, diciendo que no era sano lo que estaban provocando las empresas con sus anticuadas politicas, y que esto era nefasto en un campo tan dindmico que requera un personal tan especialzado, Se pedia a gto abierto que, dadas las condiciones de trabajo (Irecuentes ¢maratones", urgencias continuas, desvelos constantes), debfan ser bien remunerados aquellos que verdaderamente sabfan y producfan buenos resultados. 38 CAP1. EL FACTOR AFL Por supuesto que no les hicieron caso, pues siguieron apareciendo en el petiddico anuncios solicitando personal con dos afios de experiencia en maquinas de cuarta generacién. Una persona de mediana inteligencia, después de unos cursos de programacién y un afio de haber estado llenando solicitudes y haciendo infinidad de exémenes, lograba dominarlos de tal manera que un gerente, al ver los resultados y sostener una breve entrevis- ta, de inmediaea lo contataba. Ast, un individuo listo podia muy bien pasar cinco o seis meses “programando”, sin que nadie se diera cuenta de que era incapaz, Para entonees, aunque no hubiera dado ningtin buen resultado, ya habia cobrado varias quincenas, Para el caso de los analistas de este tipo, se pteferia mejor no hablar. Asi queda sintetizado un documento que aparecié hace mas de 25 afios, En lo particular, me propuse comentar este contenido con varios colegas altamente experimentados con el fin de comparar aquella época con los acontecimientos actuales. La conclusién general fue: “En la actua- lidad contamos con equipo tremendamente mas poderoso que antes; se han establecido eficientes métodos de trabajo, existen modernos len- guajes de programacién, los paquetes de software se han diversificado enormemente, las redes de teleproceso actuales son impresionantes, la informacién procesada fluye a millones de usuarios en segundos, las microcomputadoras han introducido, aunque superficialmente, una tibia inlosanstcn bk el nivel gesioal Foes wenstea, ba esanca, los problemas que actualmente aquejan al area de informatica son los mismos que se mencionan en el documento, s6lo que ahora mucho mas. amplificados.” ‘Tome nota, que esta opinién generalizada concuerda mucho con las bases que en el siguiente capitulo establezco como plataforma para asegurar que la funciGn informatica de las empresas nunca ha estado administrada ni lo esté en la actualidad Mis investigaciones me permiten afirmar que la década de los setenta represent6 para México el punto de partida definitivo para integrarse de lleno al ambito computacional. Antes de esta década, el desarrollo informatico en nuestro pais era précticamente nulo. Muchas empresas, aun teniendo la capacidad econémica para adquirir equipo de cémputo, no encontraban la justificacién para hacer el gasto (salvo por vanidad © prestigio, como se menciona en el documento expuesto), pese a que sus operaciones administrativas hacfan urgente su adquisi- in. He encontrado que la explicacién de esta contradiccién ahora resulta hasta cierto punto légica y natural, pues vea usted: por situacio- nes que no viene al caso comentar, durante afos nuestras escuelas, institutos y universidades no prepararon técnicos y profesionales en computacién, en otras palabras, no se creé una cultura informatica en nuestro pais. Por lo mismo, eran pocos los empresarios, directivos funcionarios que entendfan los enormes beneficios que representaba la FL DESARROLLO INFORMATICO EN MEXICO 39 utilizacién de las computadoras. Pero aun cuando algunos deseaban adquirirlas, el problema verdadero consistia en encontrar los analistas, prugiauiadures y upeaduies Yue las Livietan funcivnar. Su capacitacion seria mucho miy tardada debido a que no existian centros educativos especificos de tipo abierto, pues los pocos que existian eran los propios de los distribuidores de computadoras de esa época, y la gran mayoria no contaba con la infraestructura adecuada para garantizar capacitaci6n de calidad. Lo que se hacia era organizat cursos breves de algunas semanas y se lanzaba al personal a foguearse directamente a la maqui- na, En verdad era poco lo que se aprendfa en tales cursos teéricos (al igual que ahora), pues donde realmente se aprendia era en la practica, donde con frecuencia no se llegaba a aplicar gran cosa de lo que se habia recibido durante los cursos. Me tocé ver casos en que algunas personas, que habian obtenido calificaciones bajas, en pocos dias de practica Superaban facilmente en conocimientos a algunos con calificaciones sobresalientes, ‘Todos los que de alguna manera participamos en el desarrollo de la informatica en México, sabemos que el nacimiento de nuestra cultura in- formética, si es que asf se puede llamar, fue tremendamente superficial y desordenada. Fue la manera como empezamos a engendrar infinidad de vicios, los cuales quedaron arraigados de tal manera que la gran mayoria atin persisten. Muchos de los que participaron como instructores en la preparacién de los técnicos de finales de la década de los sesenta e inicios de la de los setenta aprendieron de una manera también superficial, quiz més precaria que nosotros (recuerdo que mi maestro de programacion nos ensefié el lenguaje COBOL aprendiendo sobre la marcha. Por cierto, nunca estuve seguro de si él aprendié). Aun con la mejor intencién de ensefiar, lo mejor que podian generar entre sus alumnos era técnicos improvisados que aprendieron los vicios que ellos habfan adquirido, acarreando asf infinidad de deficiencias, Véase con detenimiento que desde principios de los afios setenta hasta inicios de los afios noventa, estamos hablando de un periodo de 20 afos, lo cual quiere decir que muchos de los técnicos que participaron como maestros de aquella época atin siguen activos en el medio; es muy probable que durante ‘varios afins tanto ellos como los que fueron sus altimnos hayan ocupado los puestos de mayor jerarquia en el area de informatica de las instala- ciones més importantes del pais, y es muy probable que atin los ocupen. Pero qué importancia puede tener esto? ‘Analicemos lo anterior. Dado que ellos fueron precisamente los que de alguna manera (por cierto muy metitoria, pero no por eso menos equivocada) fueron armando la infraestructura informatica con que cuen- ta ahora el pais, a ellos se les debe reconocer el gran esfuerzo que tuvieron que hacer para lograr lo mucho que se avanz6 durante esos 20 ajios. Fueron ellos quienes permitieron el gran salto que México dio en 40 CAR 1, EL FACTOR AFL el ambito informético, llevandolo de un nivel précticamente nulo en la utilizaci6n de equipos de cmputo, hasta hacer que en la actualidad sea una tecnologia utilizada hasta en los dltimos rincones del pais. Fero no todo es halagador. Cierto es que Mexico esta actualmente al corriente en el conocimiento de esta tecnologia; cierto es que se avanzé tremendamente en sélo dos décadas; pero precisamente por esa marcha forzada que adoptamos, muchas cosas se fueron improvisando en el camino. Muchos vicios y deficiencias se le fueron inculcando a las, nuevas generaciones de informéticos. Pero no pudo ser de otra manera, pues aprendimos a usar las computadoras mas con tes6n, constancia, desvelos, estudio autodidacto, a marchas forzadas, sin estrategias a la altura de esta tecnologia, planes improvisados, etc, que con capacita- cién estratégica, tiempo suficiente para hacer bien las cosas, organiza- ci6n, planeacidn, administracién. Estuvimos solos, trabajando como pudimos, con verdaderos deseos de producir resultados satisfactorios, con muchisimos sacrificios que llegaron al limite de la capacidad fisica de los participantes. Fue evidente que las urgencias y prisas fueron tonieligges: Toes hen wasirw saribi Ge.eainal dirinte. seman, meses, afios... muchos afios. Con el desarrollo tremendamente acelerado de esta tecnologia que se dio hésicamente a partir de la década de Ins setenta, nuestra ronsig- na se convirtié en: “Hagase como sea, pero hagase.” Jamas se analizaron los costos, los riesgos, y sobre todo el bajo nivel de calidad que se iba consiguiendo en los trabajos terminados. Por ejemplo, al salir al merca- do los equipos de la tercera generaci6n, de pronto aparecié la facilidad del acceso remoto a los datos, o sea los sistemas en linea, y como se pudo, tuvimos que convertir os sistemas batch en sistemas on line, iy. vaya que lo hicimos! En corto tiempo ya contébamos con servicio en linea, aunque de momento fuera sumamente deficiente, raquitico en su aliune de setvicio, y por supuesto Lemendamente improvisade desde el punto de vista aplicativo. No habia pasado mucho tiempo cuando de pronto se nos presenté el concepto de bases de datos, y hubo que asimilarlo. Habia que redisefiar sistemas completos para ahora aprove- char los beneficios de las bases de datos. ;Cémo lo fbamos a lograr’, no lo sabiamos, pero habia que hacerlo a como diera lugar. 2El resultado? sistemas altamente defectuosos, bases de datos inseguras y mal disefia- das, etc. Pero lo que més nos importaba es que habiamos incorporado estos adelantos. ‘Como se puede observar, “heroicamente” fumos haciendo cosas muy mal hechas. Ese fue el camino sobre el cual se fue creando la infraestructura informatica del pais. En otras palabras, tenfamos que entrar a como diera lugar ala alta tecnologia computacional. Ya eden- tro, muy probablemente podriamos componer las cosas. Pero la reali- dad es que en vez de eso, nos engafiamos y crefmos que habiamos EL DESARROLLO INFORMATICO EN MEXICO 41 construido un camino correcto, Aunque pretiero decir que nos dio pereza tan sdlo pensar en todo lo que habia que “reparar’, y preferimos esperar a que alguien llegara a hacerlo. Pero no sucedié asi: la verdad es que arraigamos un modo de trabajar en todo el personal que estaba a nuestro cargo, y se entendié como método. Ellos a su vez lo trasmitie- ron a otros, y asi se hizo una cadena a la cual actualmente se le siguen agregando eslabones, etiquetados como ‘nuestra forma de trabajar", sin entender que con cada nuevo eslabdn nos estamos ahorcando mas y més, Pero hay razones de fondo que influyeron atin més para que en México quedaramos esclavizados a sistemas informaticos tan delicien- tes e inseguros, que incluso visto desde la perspectiva actual, pudieran iustificar tal proceder, por la sencilla razén de que en aquel momento convenia a las empresas hacerlo asi. Aunque no se crea, estas circuns- tancias desembocaron en lo que muchos afios después se llegaria a conocer como el fenémeno de Y2K. Constiltese el cap. 3, en donde explico esto detalladamente. Poco se ha hecho pata cortegir las deficiencias, como se demostraré en los siguientes capitulos. Las cosas, por inercia, nos han seguido manteniendo en un nivel tecnolégico pobre, que dista mucho de ser congruente con los requerimientos de las empresas modernas. Es probable que el lector se.sienta ya aturdido de tanto “negativismo” Pero deje que le diga que con todo y eso me he quedado corto. Y para que no quede dude, espere un poco més y vera hasta dénde hemos Hegada, y peor afin, que segiimas aferradns a caminar en esa ditecrian Pues bien, si atin existiera duda de todo lo que se ha dicho hasta aqui, y si en verdad hubiéramos ya madurado con suficiente firmeza para émprender un camino mds productivo y provechoso en el dmbito informatico, 3cémo explicar el segundo gran tropiezo que cometimos con la aparicién de las microcomputadoras 0 PC (véase cap. 24) con el que volvimos a tropezar con la miema piedra’ Es indudable que volvimos a perdemos debido a las prisas y a la improvisacién. Por desgracia, se vuelve a comprobar que lo que nos orillé a este nuevo fracaco, © mejor dicho “decpilfarro” (ahora se puede ver con mayor claridad el nivel de despilfarro de que somos capaces en este ambiente), fueron los vicios que seguimos arrastrando. Se demuestra con claridad que cometimos muchos de los viejos errores: fueron idénticos. Qué informatico en su sano juicio puede rebatir mi teoria sobre: la funci6n informatica de las empresas jams ha estado administrada ni lo esté cn la actualidad? Después de esta segunda enorme prucba, de la cual hay evidencia por todos lados, estamos hechos un desastre. Lo sabemos todos pero preferimos ignorarlo, Siento que estamos en un estado de “caida dependiente”, es decis, estamos en lo profundo del hoyo, nos estamos ahogando, pero seguimos esperando a que alguien 0 algo acttie y nos sacuda fuertemente para organizamos y movernos a 42 (CAR 1, EL FACTOR AFI emprender medidas correctivas, pero guiados por ese alguien o algo que sepa lo que se debe hacer. Nosotros no lo haremos mientras no exista esa guia y ese tutor que adquiera la responsabilidad. Permitaseme decir que eso no sucederd, que cada uno de nosotros, tiene que pagar parte del precio que no hemos querido pagar (aun a sabiendas de que ya nos result6 més caro). Sepa cada informético (olega, estudiante a profesor) que si queremas participar en Ia erradica- cién de tan tremendo despilfarro informético, se tendré que dar mucho mas a cambio de lo que se nos paga. Seamos conscientes de que es el Gnico camino para prosperar y superar cualquier obstaculo expuesto aqui. For lo anterior, y como nadie distinto de nosotros va a tomar la responsabilidad que nos corresponde, ahora que el lector ya tiene el panorama resumido del desenlace informético como se dio ‘en nuestro pals, entremos al entorno de AFI. LOS TRES GRANDES REZAGOS DE LA INFORMATICA EN MEXICO Para explicar AFI, me voy a referira lo que he identificado como los tres grandes rezagos de Ia informética, que a lo largo de la historia informatica en México nos han afectado enormemente, y tengo eviden- cias de que esto que voy a explicar también lo ha suftido en forma similar la gran mayoria de los paises en vias de desarrollo. Seguro estoy de que el lector sabe lo que significa un rezago. Sin embargo, para darle un orden a mi explicacién, quisiera mencionar su significado, Rezago: atraso; suspender la ejecucién de una cosa; quedarse atrds. Ahora bien, antes, cuando hablé del desenlace informético en México (de c6mo nos fuimos viciando), qued6 demostrado que nuestra falta de entendimiento para aprovechar significativamente los recursos de cémputo que practicamente se nos dieroh en la mano, se debi6 fundamentalmente a que no estébamos preparados académica ni culturalmente para su correcta utilizacién. Vimos inclusive que muchos afios después de que en México se introdujeron los equipos de procesa- miento electrénico de datos, primero los de registro directo (hacia 1950) y después las computadoras (hacia 1960), apenas en 1970 se inicié la imparticién profesional ya formal de las carreras de computacién, aunque bien es cierto que en 1964 el IPN timidamente lanz6 una carrera profesional de este tipo, y el Tecnolégico de Monterrey hizo algo similar. O sea que prdcticamente tardamos 20 afios en reconocer que dicha tecno- Jogia valfa la pena de tomarse en serio. Se puede ver con claridad nues- tro tremendo atraso tecnolégico. Pero también ahora habré que reconocer que si bien académicamente (en el nivel técnico y profesional) logra-

Você também pode gostar