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1.

INTRODUCCION

La importancia cada vez mayor de la piscicultura ha obligado a quienes se ocupan de ella a


mejorar las técnicas necesarias para conseguir lo que constituye un requisito esencial para su
desarrollo: pececillos para siembra. Hoy día es impensable la piscicultura sin la propagación masiva,
artificial o semiartificial, de semilla de peces de las especies cultivadas. La necesidad de producir
semilla de peces de buena calidad para sembrar en estanques artificiales o en aguas naturales ha ido
en continuo aumento y es evidente que, sin las técnicas de propagación artificial y reproducción
inducida, los ríos trucheros estarían poco menos que vacíos de truchas y el rendimiento de los
estanques piscícolas no sería, en el mejor de los casos, más que modesto. Es claro, además, que, en
el caso de las especies que desovan en los ríos, la propagación artificial constituye el único medio
viable de obtener semilla de buena calidad para criarlas en aguas estancadas, como embalses, lagos,
etc.

Las técnicas de propagación artificial han hecho posible el abastecimiento masivo de semilla de
numerosas variedades de peces, que se ha utilizado para el cultivo en estanques y en otras masas
cerradas de agua o en régimen superintensivo (por ejemplo, en jaulas, en canales, en corrales, etc.).
Estas técnicas han permitido además introducir varias especies importantes de peces en zonas
geográficas muy alejadas de sus hábitat naturales.

Son muchos los peces que ofrecerían excelentes posibilidades de cultivo si fuera posible
resolver el problema de la producción masiva de semilla. Las investigaciones actualmente en curso
para mejorar las técnicas de reproducción inducida son muy prometedoras. Algunas de las nuevas
especies que han empezado a cultivarse gracias a esas investigaciones podrán demostrarse utilísimas
para aumentar el rendimiento por unidad de superficie.

Las posibilidades de obtener naturalmente semilla de peces de buena calidad en cantidad


suficiente son más bien limitadas. Por ello, incluso con las especies que se reproducen
satisfactoriamente en aguas estancadas se recurre a la propagación artificial, que, además de permitir
obtener semilla de buena calidad, puede utilizarse, aplicando métodos de cría selectiva e hibridación,
para conseguir cepas de peces superiores a sus progenitores. La técnica de la hipofisación ha
revolucionado la producción de semilla de buena calidad y ofrece considerables posibilidades para el
desarrollo de la pesca continental en general, y de la acuicultura en particular, en zonas en las que la
producción acuícola se consideraba imposible.
La propagación artificial permite la incubación y eclosión de los huevos y la cría de las larvas en
un ambiente bien protegido e independiente de las variaciones meteorológicas. De un 10 a un 70 por
ciento de los huevos producidos (según que el sistema sea más o menos perfecto) pueden
desarrollarse hasta dar jaramugos con buenas posibilidades de sobrevivir. Para comprender la
importancia de estas cifras basta pensar que en el desove natural el índice de supervivencia es
generalmente muy inferior al 1 por ciento de los huevos puestos.

Las técnicas de reproducción inducida permiten además obtener alevines y jaramugos fuera de
la temporada normal y ofrecen un instrumento sencillísimo para mejorar las poblaciones de las
especies cultivadas, criando selectivamente cepas de crecimiento rápido, resistentes a las
enfermedades, tolerantes a los cambios de temperatura y de buen sabor. Estas técnicas pueden
además utilizarse para producir híbridos intraespecíficos, interespecíficos e intergenéricos que resulten
más fáciles de cultivar que sus progenitores. Son también útiles para romper la “cadena parasitaria”, es
decir, la transmisión a las crías de los parásitos de sus padres. Los huevos, larvas, alevines y
jaramugos producidos con técnicas de reproducción inducida pueden transportarse fácilmente a
grandes distancias con menor peligro de transmitir organismos patógenos o especies de peces no
deseadas.

El principal obstáculo para el desarrollo de la piscicultura es la falta de semilla de buena calidad


y en cantidad suficiente. Esta escasez de semilla de peces impide la extensión y expansión de la
piscicultura por todo el mundo. El presente manual se ha escrito con la esperanza de contribuir
sustancialmente a mejorar esa situación.

2. PECES CULTIVADOS EN ESTANQUES DE AGUA DULCE DE


ZONAS CALIDAS Y TEMPLADAS

Son varias las especies de peces que se cultivan en estanques de agua dulce en diversas
partes del mundo. Algunas se han ensayado sólo experimentalmente, con resultados negativos o
positivos según los casos, pero no han sido aún examinadas desde el punto de vista del cultivo en
serio. Por otro lado, algunas especies se cultivan no porque reúnan los requisitos necesarios para ello
sino por falta de otras mejores. Esos peces, en general, no se han tenido en cuenta en este manual.
En el Cuadro 1 se da una lista de las especies ya utilizadas para piscicultura en estanques de agua
dulce de zonas cálidas y templadas o que ofrecen sin duda alguna buenas posibilidades para ello. No
se han incluido los salmónidos, por estimar que caen fuera del ámbito del presente manual.

Es difícil decidir a priori qué especies de peces debe cultivar un piscicultor en una región dada
del mundo. De ordinario habrá de preferir las especies bien conocidas y que ya haya cultivado. En
general, se tratará de peces que se reproducen en estanques o cuya semilla se encuentra fácilmente en
ríos o aguas costeras. Conviene, de todas maneras, tener presentes los resultados de las investigaciones
sobre propagación artificial y cría de semilla realizadas en los tres últimos decenios, que han permitido
utilizar para el cultivo en estanques, con excelentes resultados, varias especies de peces que desovan en
los ríos o en el mar.

3. PROPAGACION NATURAL DE LOS PECES

3.1 Significado de la propagación

Al igual que todos los organismos vivos, los peces, para sobrevivir y extenderse, han de
adaptarse al medio en que viven. El aspecto más vital de esa lucha por la existencia es su capacidad
de reproducirse fructífera y repetidamente durante su ciclo vital, incrementando así la población
original con su descendencia. El factor clave, a ese respecto, es la supervivencia de un número
suficiente de crías (ya que ésa es la fase en que los peces son más débiles y vulnerables) a pesar del
ambiente hostil que las circunda.

3.2 Biología de la propagación

Desde el punto de vista de la supervivencia, la adaptación más vital de los peces a su ambiente
es su conducta reproductiva. Para propagarse con éxito, el lugar donde depositen sus huevos habrá
de reunir condiciones óptimas en lo que se refiere a oxígeno, temperatura, alimentos, etc., y deberá
estar prácticamente exento de enemigos. Los peces que no han sido capaces de encontrar esas
condiciones han ido desapareciendo gradualmente.

La conducta reproductiva de los peces se ajusta a un esquema más o menos predeterminado y


va acompañada, en mayor o menor grado, de ciertos cuidados a la cría, que en algunos peces apenas
pueden apreciarse mientras en otros casos saltan claramente a la vista. En este segundo caso, uno de
los progenitores, o ambos, velan por los huevos, las larvas y los alevines. La conducta reproductiva de
los peces depende de la edad o el momento de la madurez sexual, la estación en que se reproducen,
el lugar en que lo hacen y la importancia de los cuidados paternales.

3.2.1 Edad de madurez sexual

Algunos peces, como Tilapia spp., alcanzan la madurez sexual al cabo de pocos meses,
mientras otros pueden tardar algunos años. La madurez sexual depende de varios factores. En los
climas fríos suele retrasarse, mientras en ambientes más templados se acelera. Como ejemplo puede
citarse el caso de la carpa común y las carpas chinas. En las regiones tropicales y subtropicales, la
carpa común madura sexualmente, de ordinario, en el primer año. En cambio, tarda tres años en
alcanzar la madurez en Europa central y cuatro en el norte de Europa. Las carpas chinas alcanzan la
madurez sexual en el segundo o tercer año (a veces incluso en el primero) cuando viven en zonas
tropicales o semitropicales. En Europa, en cambio, pueden tardar de cinco a síete años, llegando a
pesar para entonces 5–10 kg. Se sabe que los peces que se reproducen dos o más veces al año
maduran antes que los desovadores estacionales, es decir aquellos peces que desovan sólo una vez
al año, en una estación determinada.

Cuadro 1 : Peces cultivados comúnmente en estanques de agua dulce de zonas cálidas y templadas

Alimentos y
Distribución Países/regiones Hábitat donde
Familia Especiea hábitos Observaciones
natural donde se cultiva desova
alimentarios
1. Acipenseridae Híbrido de Huso huso x Ríos de URSS y Europa Se alimenta en Puede inducirse Crece con
Acipenser ruthenus Europa oriental el fondo el desove facilidad en
oriental que artificialmente estanques bien
desembocan oxigenados
en el mar
Negro y el
mar Caspio
2. Chanidae Chanos chanos Mares de la India y Lejano Herbívoro, se Desova en el Puede tolerar
(chanos, sabalote) región del Oriente alimenta de mar, con temperaturas y
Indopacífico pequeñas huevos grados de
plantas, algas pelágicos salinidad muy
filamentosas y diversos; crece
detritus. A veces bien en agua
come también dulce; pueden
animales recogerse
pequeños alevines y
jaramugos en
aguas costeras
3. Plecoglossus altivelis Aguas Japón Herbívoro, se Desova en las Pone pequeños
Plecoglossidae (ayu) marinas y alimenta de cuencas bajas huevos
dulces de diatomeas, de los ríos adherentes,
Japón, Corea algas verde- que hacen
y China azules y algas eclosión a los
adheridas a las 10–24 días
piedras en el
lecho de los ríos
4. Coregonidae i) Coregonus peled Lagos y ríos URSS Se alimentan de Desovan en los Pueden tolerar
(peled, “syrok”) de Siberia zooplancton ríos durante el temperaturas
(URSS) invierno, en muy frías
fondo de grava
y/o arena
ii) C. lavaretus Europa Checoslovaquia Se alimenta de Desova en Cultivo limitado,
iii) C. marena septentrional zooplancton invierno en porque requiere
(corégono) lagos profundos mucho oxígeno
y soporta mal
los cambios de
temperatura
5. Anguillidae i) Anguilla anguilla Aguas Europa Carnívoro Desova en el Pez catadromo;
(anguila europea) costeras, ríos mar las larvas
costeros y pueden
lagos recogerse en
accesibles de estuarios; se
Europa y el utiliza cada vez
Mediterráneo más en cultivo
intensivo y
superintensivo;
no se ha
conseguido aún
la propagación
artificial
ii) A. japonica Japón, China Japón y China Carnívoro Desova en el Similar a A.
(anguila japonesa) y Viet Nam mar anguilia en lo
que se refiere a
movimientos
migratorios,
reproducción,
cultivo, etc.
6. Characidae i) Colossoma spp. Sistemas Venezuela, Omnívoros, se Desovan en el Crecen
ii) Milossoma spp. fluviales del Colombia, Perú, alimentan entre mar rápidamente;
Amazonas y Ecuador y Brasil dos aguas se encuentra
iii) Brycon spp. el Orinoco en semilla
América del fácilmente en
Sur zonas
inundadas
inmediatamente
adyacentes a
los ríos;
probablemente
se conseguirá
pronto la
propagación
inducida
7. Anostomidae Leporinus copelandi Ríos de América del Sur Omnívoro Desova en los En Brasil se ha
(piava) y otras América del ríos inducido el
especies Sur desove por
hipofisación
8. i) Prochilodus Sistema Brasil Omnívoro, se Desova en los Puede
Prochilodontida argenteus fluvial del alimenta en el ríos; huevos inducirse el
e (curimata pacu) Amazonas fondo flotantes, no desove por
adherentes hipofisación
ii) P. mariae (coporo) Sistema Venezuela Se alimenta de Desova en los Puede
fluvial del detritus ríos inducirse el
Orinoco desove por
hipofisación;
crece
rápidamente
9. Citharinidae i) Citharidium spp. Ríos del - Se alimentan de Desovan en los Se cultivan en
ii) Citharinus spp. Congo y detritus ríos Africa
Nigeria
iii) Distichodus spp.
10. i) Catastomus América del América del Se alimenta en Desova en los No es muy
Catastomidae comersonii Norte Norte el fondo ríos; desova en cultivado; le
primavera en gusta el agua
aguas someras, clara; es
en zonas de posible el
grava; entierra desove artificial
los huevos en la a mano
grava
ii) Ictiobus bubalus América del EE.UU. Se alimentan en Desovan en la Se cultivan
iii) I. cyprinellus Norte el fondo vegetación poco, y sobre
sumergida de todo como
iv) I. niger zonas especie
inundadas asociada en
(como la carpa estanques de
común); puede bagre
conseguirse
que se
reproduzcan en
estanques de
desove
11. Cyprinidae i) Cyprinus carpio Desde En todo el mundo Omnívoro; se Desova en la Crece
(carpa común) Europa hasta alimenta sobre vegetación rápidamente;
China todo en el fondo sumergida de se emplean
zonas recién comúnmente
inundadas o en técnicas de
estanques propagación
semi-artificial y
artificial en gran
escala
ii) Ctenopharyngodo Siberia y En muchos Herbivoro; se Desova en los Crece
n idella (carpa China (río países de todo el alimenta de ríos; puede rápidamente;
herbívora) Amur) mundo plantas inducirse el puede
sumergidas y desove por cultivarse en
flotantes; come hipofisación regiones
también limo templadas y
verde, hierbas tropicales; útil
terrestres y para el
piensos policultivo y
artificiales para el control
biológico de
malezas
iii) Hypophthal Siberia y En muchos Se alimenta de Desova en los Crece
michthys molitrix China (río países de todo el fito-plancton ríos; puede rápidamente;
(carpa plateada) Amur) mundo inducirse el útil para
desove por policultivo;
hipofisación puede tolerar
temperaturas
muy diversas
iv) Aristichthys nobilis Siberia y En muchos Se alimenta de Desova en los Crece
(carpa de cabeza China (río países de todo el algas grandes y ríos; puede rápidamente;
grande) Amur) mundo zooplancton; inducirse el útil para el
come entre dos desove por policultivo;
aguas hipofisación puede so-portar
temperaturas
muy diversas
v) Mylopharingodon China Malasia, Viet Se alimenta de Desova en los Crece
piceus (carpa meridional y Nam, Tailandia y caracoles de ríos; puede rápidamente;
negra) central Japón agua inducirse el útil para el
desove por policultivo;
hipofisación puede so-portar
temperaturas
muy diversas
vi) Cirrhinus China China, Taiwán, Se alimenta de Desova en los Crece
molitorella (carpa meridional y Tailandia y sustancias en ríos; puede rápidamente;
de cieno) central Malasia descomposición inducirse el útil para el
desove por policultivo;
hipofisación puede so-portar
temperaturas
muy diversas
vii) Megalobrama Ríos de China Se alimenta de Desova en los Se cultiva como
amblicephala (pez China plancton cuando ríos pez secundario
de Wuchan) es joven; los en China, junto
adultos son con las
herbívoros principales
carpas chinas
viii) Parabramis Ríos de China Se alimenta de Desova en los -
pekinensis (brema China zooplancton ríos
blanca del Amur) cuando es joven
y más tarde de
vegetación y
sustancias
animales
ix) Catla catla (catla) Ríos de la Bangladesh, Come plancton Desova en Crece
India India, Pakistán, en la superficie, terrenos rápidamente;
Birmania, Nepal, principalmente inundados; gran número de
Malasia y otros zooplancton puede inducirse huevos y
países del Lejano el desove por alevines de
Oriente hipofisación ésta y otras
carpas indias
se recogen
regularmente
en los ríos y
constituyen la
base de la
piscicultura
india
x) Labeo rohita (rohu) Ríos de la Como el anterior Se alimenta Como el Como el
India entre dos aguas; anterior anterior
come también
vegetales
xi) Cirrhinus mrigala Ríos de la Balgladesh, India, Se alimenta en Desova en Velocidad de
(mrigal) India Pakistán, el fondo; terrenos crecimiento,
Birmania, Nepal, omnívoro inundados; normal
Malasia y otros puede inducirse
países del Lejano el desove por
Oriente hipofisación
xii) Labeo calbasu Ríos de la Como el anterior Omnívoro; se Como el Velocidad de
(kalbasu) India alimenta anterior crecimiento,
también de normal
detritus
xiii) Puntius spp. Ríos y otras Indonesia, Omnívoros Algunos Velocidad de
(P. japanicus, masas de Malasia, desovan en los crecimiento,
P. gonionotus, agua dulce Tailandia, India, ríos, otros normal
P. carnaticus, del Lejano etc. también en
P. belinka, Oriente estanques;
P. orphoides y puede inducirse
P. schwanefeldi) el desove
artificialmente
xiv) Tinca tinca (tenca) Europa y Europa, India, Omnívoro, se Desova en Se cultiva como
Siberia Indonesia, Japón alimenta en el estanques; pez asociado
occidental y Australia fondo puede inducirse en los
el desove estanques de
artificialmente carpas de
Europa
xv) Tor tor (mahseer) India y Nepal India Omnívoro Desova en los En la actualidad
ríos; puede se utiliza
inducirse el principalmente
desove para repoblar
artificialmente ríos
xvi) Osteochilus Lejano Indonesia, Se alimenta de Desova Se cultiva en el
hasselti (nilem) Oriente Malasia y fitoplancton y normalmente en Lejano Oriente
Tailandia hojas tiernas o ríos y lagos; se
podridas de reproduce
plantas también en
estanques
especiales de
desove con
fuerte corriente
de agua
12. Siluridae Silurus glanis (siluro) Sistema Europa Carnívoro Aguas Se utiliza como
fluvial del estancadas; pez carnívoro
Danubio, puede inducirse en los
Europa el desove estanques de
artificialmente carpas de
Europa; la cría
de alevines y
juveniles no es
fácil
13. Ictaluridae Ictalurus punctatus América del EE.UU. y países Carnívoro y Desova en Apto para
(bagre de canal) Norte centroamericanos omnívoro; terrenos cultivo intensivo
acepta inundados; y
fácilmente puede inducirse superintensivo
alimentos el desove en
granulados aguas
estancadas
preparando
receptáculos
para los huevos
o mediante
hipofisación
14. Claridae i) Clarias batrachusSudeste de Tailandia, India Se alimentan de Desovan en Tienen órganos
(magur) Asia y Pakistán Malasia zooplancton en aguas respiratorios
ii) C. macrocephalus subcontinente y Viet Nam las fases estancadas; auxiliares y
indio iniciales; puede pueden, por
omnívoros y favorecerse el tanto, sobrevivir
devoradores de desove natural en aguas
sustancias en excavando pobres en
descomposición hoyos de 20–30 oxígeno e
más tarde cm de diámetro incluso fuera
cerca de las del agua por
orillas; puede varias horas
inducirse
fácilmente el
desove por
hipofisación
iii) C. lazera Africa Africa Omnívoro Puede inducirse Como los
el desove por anteriores
hipofisación
iv) Heteropneustes India, India y Pakistán Carnívoro Desova en Como el
fossilis (singhi) Pakistán, Sri estanques; anterior
Lanka, puede inducirse
Birmania, el desove por
Tailandia, hipofisación
Kampuchea y
Bangladesh
15. Pangasidae i) Pangasius sutchi Sudeste de Tailandia y Viet Carnívoro en Desova en los -
(bagre asiático; pla Asia Nam aguas libres y ríos; puede
swai) omnívoro en inducirse el
estanques desove por
hipofisación
ii) P. pangasius India y India Omnívoro; come Desova en los Puede utilizarse
(pangas) Bangladesh casi todo, con ríos para cultivo
predilección combinado
especial por los
moluscos
16. Esocidae Esox lucius (lucio) Europa, Asia Europa y América Carnívoro Desova en los Pez excelente
y América del del Norte ríos; puede para pesca
Norte propagarse bajo deportiva
control
utilizando
huevos
procedentes de
reproductores
libres; se
practica
también el
desove inducido
con resultados
moderadamente
satisfactorios
17. Anabantidae i) Helostoma Zonas Lejano Oriente Se alimenta de Se reproduce Este y otros
temmincki (gurami tropicales del plancton (sobre en aguas guramis se
besador) Lejano todo estancadas; cultivan
Oriente fitoplancton) alcanza la comercialmente
madurez sexual en estanques y
en 12–18 arrozales.
meses y desova Todos tienen
cada seis órganos
meses; los respiratorios
estanques de auxiliares que
desove se les permiten
preparan sobrevivir en
especialmente: aguas pobres
se secan, se en oxígeno
cubre una parte
con paja
húmeda, se
llenan de agua
y se sueltan los
reproductores;
la paja,
flotando,
protege los
huevos y las
larvas del sol
ii) Osphronemus Zonas India y Lejano Fitófago; a Desova en Es el mayor y
goramy (gurami tropicales del Oriente veces come estanques más importante
gigante) Lejano insectos, ranas suficientemente de los guramis;
Oriente y gusanos; profundos (1– es útil para el
acepta 1,5 m) y con control
fácilmente vegetación biológico de
piensos sumergida; malezas
artificiales puede acuáticas
favorecerse el
desove
facilitándoles
materiales para
la construcción
del nido, como
hojas de
palmera;
construye nidos
sumergidos, en
los que deposita
huevos flotantes
iii) Trichogaster Lejano Lejano Oriente Se alimentan de Desovan en -
pectoralis (gurami Oriente plancton y de aguas
de piel de sustancias en estancadas
serpiente o sepat descomposición ricas en
siam) oxígeno y con
iv) T. trichopterus vegetación
sumergida;
hacen nidos de
espuma
(burbujas)
18. Mugilidae i) Mugil cephalus Atlántico y En varias Se alimenta de Desova en el Los alevines
(mújol, pardete) Pacífico regiones de todo algas, detritus y mar; puede pueden
el mundo (China, plancton inducirse el recogerse en
Taiwán, Hawai, desove por aguas costeras
Hong Kong, hipofisación y estuarios y
India, Japón, sembrarse en
Israel, etc. estanques de
agua dulce
después de un
período de
adaptación;
crece bien en
agua dulce
ii) M. tade (mújol) Mar Rojo y India, Pakistán e Herbívoro, se Desova en el Pez marino que
aguas Indonesia alimenta de mar; desove se adapta
costeras del algas verdes inducido fácilmente a las
subcontinente unicelulares y aguas de
indio, el filamentosas, estuarios y al
Lejano algas verdes- agua dulce
Oriente y azules y
Australia diatomeas en el
fondo del
estanque; come
también
pequeñzos
animales,
detritus y
sustancias
vegetales
tiernas
iii) M. dussumieri Aguas India, Pakistán e Se alimenta en Desova en el Pez marino que
(mújol) costeras del Indonesia el fondo, algas mar; desove se adapta
subcontinente bentónicas, inducido fácilmente a las
indio, Lejano microfauna, aguas de
Oriente, sustancias estuarios y al
Nueva vegetales en agua dulce
Guinea, descomposición
Australia y Sri y detritus
Lanka
19. Percidae i) Stizostedion Europa Europa Carnívoro Desova en Se cultiva como
(Lucioperca “nidos” en pez asociado
lucioperca) aguas en los
(lucioperca) estancadas estanques de
carpas
ii) S. vitreum vitreum América del América del Carnívoro Desova en
Norte Norte aguas
estancadas
20. i) Lepomis spp. América del América del Se alimentan Desovan en Se cultivan sólo
Centrarchidae Norte Norte principalmente aguas ocasionalmente
de invertebrados estancadas y no responden
y a veces de bien al
algas tratamiento con
hormonas
ii) Micropterus América del En muchas Carnívoro; Desova en Excelente pez
salmoides (perca Norte partes del mundo invertebrados y aguas para pesca
trucha) peces pequeños estancadas; deportiva; se
cuidados utiliza para
paternales muy controlar las
desarrollados poblaciones de
peces no útiles
21. Sciaenidae Plagioscion América del América del Sur Carnívoro; se Se reproduce
squamosissimus Sur alimenta en aguas
principalmente estancadas
de camarones
22. Cichlidae i) Tilapia spp.b Africa Africa, Asia y Omnívoros, Se reproducen Muy cultivados
América herbívoros o fácilmente en en las regiones
planctonívoros; aguas tropicales y
algunas de las estancadas; subtropicales;
especies empiezan a peces muy
pueden procrear a los resistentes,
utilizarse para el tres meses de fáciles de
control biológico edad y desovan manipular y
de malezas varias veces al transportar; a
acuáticas año; cuidados menudo
parentales muy plantean
desarrollados; problemas por
algunos incuban la rapidez con
los huevos en la que repuebla
boca los estanques;
crecen bien en
aguas dulces y
en aguas
salobres
ii) Haplochromis Africa Zaire y Zambia Carnívoros, se Se reproducen Se utilizan
mellandi alimentan de fácilmente en también para
iii) H. carlottae moluscos aguas combatir la
estancadas; bilharciasis en
iv) Astatoreochromis incuban en la Africa y contra
alluandi boca el exceso de
reproducción
en los
estanques de
Tilapia
v) Cichla spp. América América Latina Carnívoros Desovan Como los
Latina fácilmente anteriores
vi) Astronotus spp. América América Latina Sobre todo Desovan Como los
Latina carnívoros fácilmente anteriores
vii) Serranochromis Africa Katanga (Congo) Se alimentan de Incuban en la Como los
spp. insectos boca anteriores
viii) Etroplus India, India Sobre todo Se reproduce Pez de aguas
suratensis (pez Pakistán y Sri herbívoro; se libremente en salobres, que
perlado) Lanka alimenta de estanques de puede
algas verdes- aguas dulces y acostumbrarse
azules y algas salobres; el fácilmente al
verdes y macho y la agua dulce
también de hembra
restos vegetales participan en el
en cuidado de la
descomposición; cría
come además
hojas tiernas de
plantas
acuáticas y
zooplancton
a
Los nombres comunes se dan entre paréntesis
b
T. mossambica, T. andersonii, T. galilea, T. nigra, T. sparmanii, T. variabilis, T. hornorum,
T. macrochir, T. macrocephala, T. zillii, T. nilotica, T. rendalli, T. leucosticta, etc.

3.2.2 Estación de propagación

Algunas especies de peces se reproducen dos o más veces al año. En general, esas especies
se preocupan mucho por sus crías, asegurando así su supervivencia a pesar de los numerosos
peligros que las circundan.

Entre los peces cultivados, la tilapia es uno de los que desovan a lo largo de todo el año,
creando, como es natural, problemas a los piscicultores. El desarrollo de las gónadas, en esos peces,
sigue un ritmo propio, en el que apenas influyen la alimentación y la temperatura. El desove comienza
cuando los huevos maduran y tan pronto como la hembra encuentra un macho.

Los desovadores estacionales se propagan sólo durante una estación del año, pero pueden
desovar más de una vez en esa estación, como sucede con la carpa común cuando vive en libertad. El
desarrollo de las gónadas de los desovadores estacionales procede sólo hasta una cierta fase y luego
las gónadas quedan en reposo hasta que las condiciones ambientales sean favorables. Esa fase de
reposo puede durar varios meses. La llegada de la estación adecuada reactiva el desarrollo de las
gónadas y se llega así a la propagación. La fase final de desarrollo del huevo, una vez iniciada, no
puede detenerse ni invertirse. Si las modificaciones del medio ambiente no son suficientes para activar
la fase final de desarrollo del huevo, prosigue la fase de reposo hasta que uno de los factores
ambientales (por ejemplo, el oxígeno o la temperatura) cambia a peor, momento en el cual comienza la
reabsorción de los huevos. Durante ese año el pez ya no tendrá posibilidades de desovar.
En la naturaleza sucede a menudo que peces maduros no lleguen a desovar. Si una especie
que desova en los ríos se mantiene en agua estancada, las gónadas se desarrollarán sólo hasta un
cierto punto y permanecerán luego en reposo hasta que comience la reabsorción. Ese proceso puede
repetirse año tras año, sin que el pez llegue nunca al desove. La propagación de esos peces puede
conseguirse induciendo artificialmente el desove en el momento adecuado. Después del desove
comienza inmediatamente el desarrollo de nuevos huevos, hasta la fase de reposo. Recurriendo a la
inducción artificial de la ovulación, un mismo pez, que en la naturaleza desova estacionalmente y sólo
una vez, puede reproducirse dos o tres veces a lo largo del año.

La mayoría de los peces de agua dulce desovan en primavera, mientras otros lo hacen durante
la crecida de las aguas en ríos y lagos. Los peces tropicales y subtropicales desovan durante la
estación de las lluvias, cuando las crías tienen mejores posibilidades de sobrevivir en las aguas turbias
y de curso rápido.

Es interesante observar que mucho peces carnívoros (depredadores) desovan antes que la
mayoría de los peces no carnívoros, asegurando así a los jóvenes depredadores presas abundantes.

3.2.3 Lugar de propagación

Los peces de agua dulce desovan en tres tipos diferentes de hábitat: 1) aguas estancadas, 2)
aguas de crecida y 3) terrenos inundados. Dentro de esos tres tipos de medio hay muchas zonas de
desove claramente distinguibles, que las distintas especies de peces escogen según sus hábitos de
puesta (Figura 2).

3.2.3.1 Desove en aguas estancadas. Los lugares que los peces eligen para la puesta en
aguas estancadas son a menudo diferentes según la especie. Las que ponen huevos adherentes,
como los ciprínidos europeos y el lucio, esparcen sus huevos sobre malezas sumergidas, piedras o
gravilla. El esciénido Plagioscion squamosissimus pone los huevos entre dos aguas, donde prosiguen
su desarrollo. Algunos peces, como el lucioperca, el siluro, el bagre de canal, etc., ponen los huevos
juntos, formando una masa o en una especie de nido. Hay también peces que desovan en hoyos y
hendiduras (por ejemplo, Plecostomus).

Los peces que desovan en nidos recogen distintos materiales (raíces tupidas de plantas
acuáticas o árboles, piedras, etc.), los limpian de cieno y de eventuales restos y construyen con ellos
sus nidos. Algunos lo hacen recogiendo materiales trozo a trozo (por ejemplo, algunas especies de
Tilapia, el gurami gigante, etc.), mientras otros (como Trichogaster, Hoplosternum spp. del Lejano
Oriente y de América del Sur) hacen nidos de espuma (nidos de burbujas). La incubación oral es una
forma muy eficaz de cuidados paternales, que se encuentran en Tilapia.

En general, entre los peces tropicales y subtropicales que desovan en estanques son muy
pocos los que abandonan los huevos a merced de la naturaleza. La mayoría de ellos cuidan
activamente de la cría, vigilando, defendiendo y aireando los huevos y las larvas. Algunos vigilan
incluso a los alevines.

3.2.3.2 Desove en aguas corrientes. El desove en aguas corrientes tiene una indudable
ventaja, porque la turbidez de las aguas y el continuo movimiento que son propios de los períodos de
inundación representan una protección muy eficaz para los huevos y las larvas. Los huevos no
adherentes - flotantes, semiflotantes o rodantes - cuentan con oxígeno suficiente para su desarrollo y
las larvas quedan escondidas de sus depredadores. La corriente arrastra los huevos y las larvas aguas
abajo y hacia las orillas. Muchos de ellos llegan así a zonas anegadas, ricas en los organismos que
son necesarios para la alimentación de los alevines y jaramugos.

Muchos de los peces cultivados son por naturaleza desovadores fluviales, aunque crezcan bien
en aguas estancadas. Cuando el río empieza a crecer se desplazan aguas arriba, en grupos o por
parejas, y desovan cuando las condiciones son adecuadas para ello. Algunos ponen los huevos en
objetos que se encuentran sobre el lecho del río, como raíces, ramas u hojas de árboles, piedras,
gravilla, etc., donde la turbidez del agua impide que los depredadores los descubran.

Entre los desovadores fluviales ya cultivados o que podrían cultivarse y que ponen huevos no
adherentes, flotantes o semiflotantes, cabe mencionar las principales carpas chinas, Barbus spp.,
Pangasius spp., y algunos miembros de las familias Characidae, Anostomidae y Prochilodontidae. Este
sistema de puesta es muy común entre los peces de ríos tropicales y subtropicales.

3.2.3.3 Desove en zonas recién inundadas. Los campos recién anegados constituyen un lugar
ideal para el desove y para el crecimiento de los pececillos. Están casi exentos de enemigos, porque la
crecida del agua acaba con la fauna terrestre y no ha habido tiempo suficiente para que se desarrolle
la fauna acuática (depredadores). El agua es de ordinario templada y rica en oxígeno, factores ambos
que favorecen el rápido desarrollo de los huevos y las larvas. Sobre los restos de plantas terrestres en
descomposición prolifera una rica flora y fauna microscópica, que ofrece alimento abundante a los
alevines y jaramugos. Los peces que desovan en este tipo de hábitat ponen en general huevos
adherentes y sus larvas suelen colgarse de objetos que encuentran en el agua.

Entre los peces que se reproducen en terrenos recién inundados destacan la carpa común y
otros ciprínidos europeos, Ictiobus spp. de América del Norte y las principales carpas indias.

3.2.4 Cuidado de la cría

Los cuidados paternales constituyen, entre los peces, una adaptación muy importante para
asegurar la supervivencia de la cría. Los progenitores cuidan de su descendencia durante las fases
más críticas de su ciclo vital, cuando está indefensa y es muy sensible.

En sentido general, casi todos los peces cuidan de sus crías de una forma u otra, bien sea
activa o pasivamente.

3.2.4.1 Cuidado pasivo de la cría. Se trata sencillamente de la “previdencia hereditaria” de las


hembras, que les hace poner huevos con más vitelo, para que el embrión pueda subsistir por más
tiempo, o poner los huevos en lugares donde las condiciones ambientales sean ideales (o es más
probable que lo sean) y los depredadores no pueden llegar. Algunos peces tienen en los huevos una
sustancia venenosa que mantiene alejados a los depredadores.

3.2.4.2 Cuidado activo de la cría. En las especies que cuidan activamente de sus crías, uno de
los progenitores, o ambos, cuida y defiende los huevos y las larvas e incluso, a veces, los alevines.
Dichos cuidados comprenden la elección y preparación de un lugar adecuado para depositar los
huevos, la selección de un buen sustrato al que los huevos puedan adherirse, la recogida de
materiales para construir un nido y la preparación misma de éste (Figura 3).

Los peces denominados “limpiadores de nidos” son los que tienen nidos más primitivos: en
general se trata de raíces tupidas de plantas, que los peces limpian cuidadosamente. No recogen
materiales para el nido ni lo construyen. En cambio, los “constructores de nidos” recogen guijarros,
hojas, raíces, etc., para construirlos (por ejemplo, el gurami gigante). Algunos guramis preparan sus
nidos aglutinando los materiales recogidos con una sustancia espumosa adhesiva. Los “constructores
de nidos de burbujas” hacen sus nidos con espuma de mal sabor, que protege los huevos, escondidos
en medio de ella (por ejemplo: Trichogaster spp.). Están luego los cíclidos que incuban en la boca
(Tilapia leucosticta, T. galilea, T. macrochir, T. nilotica, T. variabilis, T. macrocephala, Haplochromis
spp., Astatoreochromis alluandi, Serranochromis spp., Petenia spp., etc.). Estos peces recogen los
huevos con la boca y los conservan en ella hasta que hacen eclosión. Entre las tilapias, es la hembra
la que incuba los huevos en el caso de T. leucosticta, T. macrochir, T. nilotica y T. variabilis, el macho
en el caso de T. macrocephala, y ambos sexos en el caso de T. galilea. El pez perlado pega sus
huevos en la parte inferior de un objeto sumergido, donde son fertilizados y permanecen hasta la
eclosión. Las larvas recién nacidas son trasladadas a hoyos poco profundos excavados por el macho,
que las pasa de un hoyo a otro al menos una vez al día. Luego es la hembra la que se encarga de
cuidar los alevines. Las tilapias que no incuban en la boca (T. zillii, T. melanopleura y T. sparmanii)
depositan los huevos en piedras u otros sustratos y cuidan celosamente los huevos y las larvas.

Aparte de la puesta de los huevos en un lugar seguro e idóneo, los cuidados paternales
incluyen a veces la aireación y protección de los huevos y, en algunos casos, la protección de las
larvas y los alevines. Para airear los huevos, uno de los progenitores produce con sus aletas una
corriente continua de agua encima de ellos. Los padres, además, defienden los huevos y las larvas
contra pequeños enemigos o grandes depredadores, limpian los huevos y apartan los que no han sido
fertilizados.

Por lo que respecta a la relación entre los cuidados paternales y el número de huevos
producido pueden sacarse, en general, las conclusiones siguientes:

i. los peces que cuidan pasivamente de la cría producen muchos más huevos que los que cuidan
de ella activamente;
ii. los peces que cuidan activamente de la cría producen muchos menos huevos que los que no
cuidan de ella, y

iii. los peces que abandonan los huevos después de la puesta producen más huevos que los que
no los abandonan.

El número de huevos producido por kg de peso de la hembra depende del tamaño de los
huevos. Los peces que ponen huevos muy pequeños (0,3–0,5 mm de diámetro) producen 500 000–1
000 000 de huevos por kg de peso, mientras los que ponen huevos de tamaño medio (0,8–1,1 mm)
producen sólo 100 000–300 000 huevos por kg. Los que ponen huevos mayores (1,5–2,5 mm)
producen sólo unos 5 000–50 000 huevos por kg de peso corporal.

Cuando se cultivan peces que se ocupan activamente de sus crías, el piscicultor no necesita
preocuparse de la propagación artificial. Pero esos peces que se propagan naturalmente, como la
tilapia, plantean a menudo graves problemas de superpoblación de los estanques. El piscicultor, pues,
ha de tomar algunas medidas para evitar que la propagación sea excesiva. A menudo se recurre para
ello al cultivo monosexo o al cultivo mixto con alguna especie depredadora.

Por esas razones, estos peces (tilapias y otros) no se han tenido en cuenta en el presente
manual.

Figura 1 Adaptación para la supervivencia de la especie: Reproducción

A) Aguas estancadas
B) Ríos

C) Zonas recién inundadas


Figura 2 Frezaderos de los peces de agua dulce

A) Oxigenar los huevos E) Construir un nido

B) Limpiar los huevos F) Construir un nido de burbujas

C) Mantener alejados a los depredadores G) Incubar en la boca


D) Atacar a los depredadores H) Poner los huevos en un lugar protegido

Figura 3 Principales tipos de cuidados paternales entre los peces

3.3 Desarrollo de los productos sexuales


El desarrollo de los productos sexuales (óvulos o huevos y espermatozoides o zoospermas) en
las gónadas es un proceso largo y complicado, en el que pueden distinguirse varias fases o estadios
(Figura 4).

3.3.1 Desarrollo de los huevos

En el proceso de desarrollo de los huevos pueden distinguirse los estadios que se indican a
continuación (Figura 5). Las dimenciones que se dan de las células huevo en sus diversos estadios de
desarrollo se refieren a las células huevo de la carpa común:

Estadio I: Las células huevo primitivas (oogonios) son muy pequeñas, apenas mayores que las demás
células (8–12 micras). Se multiplican por mitosis.
Estadio II: Las células huevo crecen hasta unas 12–20 micras y alrededor de cada una de ellas
empieza a formarse un folículo. El folículo, cuya función es alimentar y proteger al huevo durante su
desarrollo, se convierte en último término en una capa doble de células.

Estadio III: Durante esta fase, la célula huevo aumenta considerablemente de tamaño, llegando a 40–
200 micras, y queda encerrada en el folículo.

Estos tres primeros estadios constituyen el período anterior a la acumulación de nutrientes en el


huevo.

Estadio IV: Durante esta fase comienza la producción y acumulación de vitelo, proceso conocido con el
nombre de vitelogénesis. El huevo sigue creciendo hasta llegar a 200–350 micras y acumula en su
protoplasma gotas de sustancias lipoides.

Estadio V: Constituye la segunda parte de la vitelogénesis. El citoplasma está lleno de gotas lipoides y
empieza la producción del vitelo. El tamaño del huevo llega a 350–500 micras.

Estadio VI: Es la tercera parte de la vitelogénesis, durante la cual las placas de vitelo empujan las
gotas lipoides hacia los bordes de la célula, donde empiezan a formarse dos anillos. Los nucléolos,
que intervienen en la síntesis de la proteína y en la acumulación de nutrientes, pueden verse adheridos
a la membrana del núcleo. El tamaño del huevo es de 600–900 micras.

Estadio VII: Durante él se completa el proceso de vitelogénesis y el huevo alcanza un tamaño de 900–
1 000 micras. Cuando termina la acumulación de vitelo, los nucléolos se retiran hacia el centro del
núcleo. Durante este estadio se desarrolla la micropila (pequeña abertura en la membrana del huevo).

Los estadios IV, V, VI y VII son los estadios de vitelogénesis, durante los cuales se sintetiza el vitelo y
se acumula en la célula huevo. El huevo está ya materialmente listo. Para llegar a esta fase de
desarrollo, los peces hembra necesitan una dieta rica en proteínas y temperaturas favorables.

Al terminar el estadio VII el huevo puede permanecer inmutado por varios meses: es el llamado
estadio “de reposo” o “de latencia”.

El estadio de reposo terminará en la ovulación, si las condiciones son favorables, o en la putrefacción


folicular y la reabsorción, si no lo son (Figura 6).

Es interesante observar que el ovario tiene algunos vasos sanguíneos secundarios pero no es rico en
capilares. Ello significa que son los senos linfáticos los que desempeñan el papel principal en el
transporte de materiales como hormonas, lípidos, aminoácidos, oxígeno, dióxido de carbono, etc.,
entre la pared del ovario y las células huevo.

El desarrollo posterior del huevo hasta la ovulación (maduración final) está regulado por las hormonas
gonadotróficas, que se forman y acumulan en la glándula pituitaria o hipófisis. Algunas hormonas de la
hipófisis como la FSH (hormona folículoestimulante) y la LH (hormona luteinizante) se producen y
pasan al circuito sanguíneo continuamente. Por otro lado, las hormonas esteroides (estrógenos)
secretadas por la cápsula (teca) del folículo “informan” al cerebro del estadio en que se encuentra el
desarrollo de los huevos.
Cuando el ambiente circunstante cambia favorablemente, el pez empieza a recoger, por medio de los
órganos de los sentidos, toda la información necesaria sobre las condiciones ambientales (por
ejemplo, temperatura, lugar adecuado para el desove, corriente de agua, inundaciones, presencia de
peces del otro sexo, etc.). Esta información sensorial se acumula en el hipotálamo del cerebro y,
cuando llega a un nivel determinado, el hipotálamo, mediante una hormona (hormona liberadora de
gonadotrofina, GRH), ordena a la hipófisis que libere gonadotrofina en el sistema sanguíneo. La
gonadotrofina así liberada llega a las gónadas y pone en movimiento el proceso de preovulación y la
ovulación final (Figura 7).

El primer efecto de las gonadotrofinas en el huevo consiste en un desplazamiento del núcleo hacia la
micropila. Sigue luego un proceso llamado “hidratación”, durante el cual los huevos absorben agua.
Todo esto se completa durante el estadio de preovulación.

Después de la preovulación, la membrana del núcleo desaparece, los cromosomas se hacen visibles y
comienza la primera división celular de la meiosis (durante la cual el número total de cromosomas se
reduce a la mitad). Al mismo tiempo, el folículo que mantiene el huevo fijo a la pared del ovario se
disuelve, por la acción de algunas enzimas, y el huevo “maduro para la fertilización” cae a la cavidad
ovárica. La segunda división celular de la meiosis se produce de ordinario en presencia del
espermatozoide que penetra en el núcleo del huevo a través de la micropila. Así, pues, la presencia del
pronúcleo masculino es necesaria para el desarrollo del pronúcleo femenino.

3.3.2 Desarrollo del espermatozoide

El proceso de desarrollo del espermatozoide es mucho menos complicado que el del huevo.

Las espermatogonias primitivas se propagan activamente por mitosis en la pared de los túbulos del
testículo. A partir de las espermatogonias se desarrollan los espermatocitos primarios, cada uno de los
cuales produce más tarde dos espermatocitos secundarios. Cada espermatocito secundario da orígen
a dos espermatozoides. Los espermatozoides se acumulan en las cavidades de los túbulos del
testículo y permanecen allí en estado de reposo hasta que las condiciones ambientales son
adecuadas. En ese momento, la hipófisis libera gonadotrofina y el macho está listo para la
eyaculación. Los espermatozoides que se hallan en el testículo pueden fertilizar un huevo aunque
estén en estado de reposo. En el testículo, los espermatozoides están inmóviles, pero adquieren
motilidad tan pronto como entran en contacto con el agua. El período de motilidad del esperma es muy
breve y depende de la temperatura del agua. Los espermatozoides de los peces de aguas templadas
se mueven activamente, gracias a su cola filamentosa, durante medio minuto o un minuto solamente.
Los espermatozoides de los peces son muy pequeños: se calcula que en un centímetro cúbico de
semen hay entre 10 000 y 20 000 millones, según su densidad.

3.4 Huevo fertilizado


Los huevos que caen a la cavidad ovárica no tienen forma definida. La membrana que los recubre es
blanda y ciñe estrechamente la masa central, que comprende el núcleo y el vitelo. Cuando los huevos
maduros caen al agua, adquieren forma redonda y poco después empiezan a dilatarse. El agua
penetra entre la membrana del huevo y la masa central y se desarrolla así el espacio perivitelino. Al
cabo de un minuto o menos se cierra la micropila y ningún espermatozoide puede ya penetrar en el
huevo. La dilatación dura normalmente una o dos horas. El huevo adquiere luego su forma definitiva y
queda henchido de agua, pero la dilatación no altera el tamaño de la masa central del huevo.
Los huevos fertilizados de los peces pueden ser de distintos tipos. A efectos prácticos, sin embargo,
pueden distinguirse dos categorías principales: libres y adherentes (Figura 8).

3.4.1 Huevos libres

Los huevos libres pueden dividirse en los cuatro tipos siguientes, según su peso específico:

a. huevos sobrenadantes (cuyo peso específico es ligeramente menor que el del agua),
b. huevos flotantes (cuyo peso específico es ligeramente mayor que el del agua),
c. huevos semiflotantes (cuyo peso específico es mayor que el del agua), y
d. huevos rodantes (cuyo peso específico es mayor que el del agua).

El peso específico de los huevos depende del volumen del espacio perivitelino y del peso específico de
la masa central. Esta última puede ser pesada, si no tiene gotitas o glóbulos de aceite, o ligera, si tiene
una o más.

3.4.2 Huevos adherentes

La membrana de estos huevos está recubierta de una capa adhesiva que se activa cuando el huevo
entra en contacto con el agua y hace que los huevos se adhieran a algún objeto o se aglutinen entre
sí. Pueden distinguirse dos tipos de adherencia:

a. los huevos se adhieren a objetos, y


b. los huevos se adhieren entre sí, formando una masa o racimo de huevos.

La adhesividad es a veces muy fuerte y los huevos sufren daños si se les arranca de su sustrato. Otras
veces es muy ligera y es fácil separar los huevos. Entre ambos extremos se encuentran varios tipos
intermedios.

La adhesividad disminuye gradualmente a medida que el huevo se desarrolla y el aumento de la


salinidad influye negativamente en ella.

Los huevos de los peces varían también en tamaño. Los factores que determinan el tamaño del huevo
son: las dimensiones de la masa central, el espesor de la membrana o cubierta y las dimensiones del
espacio perivitelino. Los dos primeros determinan el tamaño del huevo “seco” (es decir, antes de que
entre en contacto con el agua), mientras el tercero determina el tamaño de los huevos henchidos de
agua.

En la sección que trata de los trabajos prácticos de piscifactura se darán más detalles sobre los
procesos de fertilización, dilatación, desarrollo del germen y del embrión, eclosión, desarrollo de las
larvas, desarrollo de los alevines, etc.
Figura 4 Esquema general del desarrollo de los productos sexuales de los peces
Figura 5 Condiciones ambientales y maduración de los huevos de peces
Figura 6 Desarrollo de los huevos
Figura 7 Proceso natural de desove

A) Huevos libres
Gotita de aceite

i) Sobrenadante ii) Flotante iii) Semiflotante iv) Rodante


B) Huevos adherentes
Huevos no fertilizados atacados por
i) Huevos adheridos a objetos
Saprolegnia

ii) Huevos aglutinados entre sí dentro de una masa gelatinosa

Figura 8 Diversos tipos de huevos de peces

4. PROPAGACION ARTIFICIAL DE LOS PECES


4.1 Necesidad de la propagación artificial
La intervención del hombre en el proceso de propagación natural de los peces cultivados y cultivables
puede contribuir a conseguir una mejor supervivencia de las crías. Las técnicas de propagación
artificial de los peces son múltiples, pero todas ellas tienen un objetivo común: producir en abundancia
huevos, alevines y jaramugos para cultivo o para sembrar masas de agua. La demanda de semilla de
peces de buena calidad es particularmente grande en la industria moderna de cultivo intensivo y
superintensivo. Por otro lado, el empleo de sistemas de policultivo ha hecho aumentar la demanda de
semilla de peces de hábitos alimentarios diversos.

La propagación artificial, pues, implica una intervención del hombre en el proceso de propagación
natural y tiene la ventaja de que con ella se consiguen: a) mejores índices de fertilización y eclosión; b)
mayor protección contra los enemigos y contra las condiciones ambientales desfavorables, y c)
mejores condiciones para el crecimiento y la supervivencia.

4.2 Diferentes métodos de propagación artificial


Las formas de propagación artificial que se practican en las distintas partes del mundo varían según
las condiciones locales y los medios disponibles. Se puede comenzar con la recogida y cría de huevos,
larvas o alevines producidos naturalmente o con la producción de huevos por inducción artificial de la
puesta (Figura 9), siguiendo luego con la fertilización bajo control, la incubación y la cría de larvas y
alevines.

4.2.1 Recogida y cría de huevos fertilizados, larvas y alevines

La recogida de huevos flotantes, larvas y alevines de peces que desovan en ríos y zonas inundadas
(por ejemplo, las principales carpas) tiene ya una larga historia en la India y la China. Se utilizan para
ello gran número de redes en forma de embudo que se colocan a lo largo de las orillas de los ríos para
cortar el camino de los huevos y larvas arrastrados por la corriente. Las redes se vigilan
constantemente y las larvas o huevos que se acumulan en el copo se recogen periódicamente. Las
semillas así obtenidas se echan en pequeños fosos de tierra, con flujo continuo de agua corriente o sin
él, o en recintos hechos de paño (hapas) colocados en el mismo río, para conservarlas temporalmente
y prepararlas para el transporte. Si los que se han recogido son huevos, se espera a que hagan
eclosión en los fosos o hapas y luego se deja crecer a las larvas durante algunos días, para
transportarlas después a los estanques de alevinaje. De igual forma, los alevines recogidos en los ríos
con redes alevineras especiales se transportan a los estanques de alevinaje para que sigan creciendo
en ellos. Los jaramugos que así se obtienen se utilizan para sembrar los estanques piscícolas.

Con este procedimiento, la intervención artificial consiste en: 1) recoger huevos, larvas y alevines; 2)
protegerlos contra sus enemigos naturales y contra los factores ambientales desfavorables; 3) criar las
larvas hasta obtener jaramugos, y 4) distribuir estos para su siembra en diferentes masas de agua.

Este sistema de recogida de semilla de peces fluviales puede adoptarse fácilmente en otras partes del
mundo donde existen en cantidad suficiente peces útiles que desovan en los ríos, pero tiene varios
inconvenientes. En primer lugar, la semilla recogida no suele ser pura, sino una mezcla de varias
especies, algunas de las cuales pueden ser depredadoras o indeseables, y no es fácil separar las
diversas especies, sobre todo en las fases iniciales. De todas formas, tanto en la India como en la
China se han ideado algunas técnicas para separar la semilla deseable de la indeseable, pero sólo son
válidas hasta cierto punto y, además, hay que esperar hasta que las larvas pasen a alevines y
presenten características que permitan una clara identificación. En segundo lugar, para la recogida de
semilla con este sistema se requiere mucha mano de obra y hacen falta cuidados especiales para la
manipulación y el transporte. Otro inconveniente es que no se conocen los progenitores y apenas es
posible mejorar la población.
Muchos autores no consideran este sistema como una forma de propagación artificial, aunque es obvio
que hay una intervención artificial y útil en el ciclo vital de los peces.

4.2.2 Obtención de huevos fertilizados

Es posible conseguir huevos fertilizados de una especie totalmente libres, o casi, de huevos de otros
peces. Los huevos así obtenidos se incuban bajo control y las larvas que nacen pueden criarse hasta
la fase de jaramugos, teniendo presente las necesidades de la especie en cuestión. El objetivo es
conseguir, hasta el máximo de lo posible, un buen índice de supervivencia y pececillos que crezcan
bien y estén sanos. Los huevos fertilizados pueden conseguirse de distintas maneras.

4.2.2.1 Obtención de huevos fertilizados sin tratamiento de hormonas. Para conseguir huevos
fertilizados sin recurrir al tratamiento con hormonas, pueden emplearse los métodos siguientes:

a. recoger huevos de peces que desovan en nidos colocando nidos artificiales en sus frezaderos
naturales (por ejemplo, lucioperca);
b. imitar las condiciones naturales de desove en estanques artificiales, preparando nidos o
esterillas de hierba que sirvan de colectores e induzcan a los reproductores al desove (por
ejemplo: siluro, lucioperca, brema, carpa común, gurami gigante, etc.);

c. hacer agujeros artificiales en las paredes de los terraplenes, para que desoven los peces (por
ejemplo, magur);

d. colocar “refugios” o “receptáculos” para el desove, como tambores o bidones (por ejemplo,
bagre de canal), y

e. recoger en los frezaderos naturales, durante la temporada de desove, masas de huevos,


“cintas de huevos” o huevos puestos en nidos de espuma (por ejemplo, perca europea,
guabina, curito, etc.).

4.2.2.2 Obtención de huevos fertilizados induciendo la puesta con un tratamiento de hormonas. Ello
puede conseguirse con una de las dos técnicas siguientes:

a. induciendo el desove en tanques pequeños mediante administración de gonadotrofina coriónica


humana, como puede verse en la Figura 10 (por ejemplo, bagre de canal, carpas chinas, mújol,
etc.);

b. induciendo el desove en tanques pequeños o en hapas (cajas rectangulares hechas con paño
de red de malla fina) instalados en estanques, mediante administración de hormonas pituitarias
de peces (por ejemplo, principales carpas indias).

Las técnicas mencionadas son sencillas y poco costosas, no requieren instalaciones ni instrumentos
complicados y no conllevan las dificultades y riesgos que se encuentran en la fertilización artificial. Por
ello, son muy utilizadas para la propagación artificial de los peces.

4.2.3 Fertilización artificial y cría de las larvas nacidas

En la fertilización artificial, el piscicultor manipula los reproductores y, por tanto, está en condiciones de
eliminar los peces que no le convienen y de escoger los que le interesan para mejorar la población.
Además, esta técnica le permite producir híbridos que combinen las cualidades mejores de diferentes
cepas de peces de una misma especie o de especies diferentes.

Los productos sexuales maduros que son necesarios para la fertilización artificial pueden obtenerse
por uno de los dos métodos siguientes:

a. se capturan los peces en sus frezaderos naturales durante la puesta natural y se procede a
hacer salir artificialmente los productos sexuales (huevos y esperma) (Figura 9); este método
puede aplicarse a los coregónidos, el lucio y la carpa común;

b. se administra a los reproductores elegidos gonadotrofina humana o extracto de pituitaria de


peces y, cuando están plenamente maduros, se hacen salir artificialmente los productos
sexuales (Figura 9d); este método se utiliza de ordinario para las carpas chinas en la India.

Los huevos fertilizados conseguidos por fertilización artificial se incuban y crían bajo control hasta
obtener jaramugos, asegurando así un elevado índice de supervivencia y un buen crecimiento.

A) Recogida de huevos fertilizados y larvas en un río

B) Desove artificial de peces maduros recogidos en su ambiente natural

C) Desove inducido por hipofisación


D) Desove artificial tras hipofisación inicial

Figura 9 Técnicas empleadas para obtener huevos fertilizados y larvas para incubación y cría bajo
control
Figura 10 Inducción de la ovulación

4.3 Tecnología para la propagación artificial


4.3.1 Etapas necesarias en la propagación artificial

La propagación artificial de los peces supone una serie de actividades que son semejantes en varios
aspectos para las diversas especies pero difieren en otros. Las principales actividades que han de
realizarse en el proceso de propagación artificial de peces son las siguientes:

a. captura de reproductores en sus frezaderos naturales,


b. selección de reproductores de poblaciones naturales para el desove natural o para tratarlos con
hormonas,
c. cría de los reproductores,

d. inducción del desove natural con tratamiento de hormonas o sin tratamiento,

e. obtención artificial de productos sexuales maduros con tratamiento de hormonas o sin


tratamiento,

f. fertilización artificial,

g. incubación y eclosión, y

h. cría de larvas, alevines y jaramugos.

Como ya se ha indicado, no todas las actividades indicadas son necesarias para la propagación de
todas las especies de peces; depende de la fase en que comience la intervención artificial y de las
necesidades concretas de la especie en cuestión.

La técnica que ha de aplicarse para la propagación de una especie determinada depende de:

a. los hábitos de desove de esa especie,


b. las condiciones localmente existentes o posibles,

c. las instalaciones, equipo e instrumentos de que se dispone, y

d. el número y competencia del personal disponible para los trabajos de propagación.

El estudio de los métodos de propagación artificial utilizados en distintas partes del mundo muestra
que incluso para una misma especie no existe una tecnología firmemente establecida. La mayoría de
las veces, los piscicultores adoptan las técnicas que les resulta más fácil aplicar, siempre que den
buenos resultados. Sin embargo, no siempre los distintos métodos son igualmente satisfactorios.

En las secciones siguientes se describen brevemente las diversas actividades que pueden ser
necesarias llevar a cabo a lo largo del proceso de propagación artificial.

4.3.2 Reproductores

Requisito esencial para la propagación artificial o semiartificial, de cualquier tipo que sea, es disponer
de peces sanos y sexualmente maduros. Dichos peces pueden obtenerse en su hábitat natural
inmediatamente antes de la temporada de desove, en sus frezaderos habituales o criándolos en
granjas piscícolas.

4.3.2.1 Captura de peces en sus frezaderos naturales. Los peces que se reúnen en frezaderos poco
profundos, fácilmente detectables, o que emigran en masa hacia ellos, son fáciles de capturar.
También es fácil capturarlos mientras desovan en grupos o en aguas poco profundas. Lo que con su
captura se pretende es conseguir productos sexuales maduros para incubarlos y criar las larvas que
nazcan en un ambiente controlado. Para ello se construyen generalmente piscifactorías especializadas
(coregónidos, carpa común, lucio, etc.). Es ésta una técnica ya tradicional, sobre todo en Europa, para
obtener pececillos para repoblación. Con este método se propagan los coregónidos, el lucio, la carpa
común y la brema.
Para capturar los reproductores se utilizan trampas y biturones, en el caso del lucio, redes de enmalle
para los coregónidos, redes sencillas de cerco para la carpa común y la brema, y esparaveles y
atarrayas para la carpa común y el lucio.

Los peces capturados de esta manera pueden desovarse fácilmente a mano, porque están ya
maduros y en ovulación. Es posible que algunos de ellos no estén aún totalmente maduros, en cuyo
caso han de conservarse en cautividad por un par de horas hasta que empiece la ovulación. Durante el
proceso de reproducción es preciso tratar a los reproductores con cuidado. Con este método no hace
falta enviar y mantener en estanques un grupo de reproductores.

4.3.2.2 Captura de reproductores en su hábitat natural. En vez de capturar a los reproductores en sus
frezaderos naturales, se pueden capturar peces adultos durante la época de puesta o mientras
emigran hacia los frezaderos. Se obtendrá así buen número de reproductores maduros, pero hay que
tener cuidado, porque los peces grávidos pueden lesionarse fácilmente durante la captura y el
transporte. Por otro lado, los peces habituados a vivir en libertad no se acostumbran fácilmente a la
cautividad. Se ponen nerviosos, saltan violentamente y a veces no comen. En general, su
manipulación resulta mucho más difícil que la de los peces domésticos. Resulta además difícil
conseguir suficientes reproductores de la talla y la edad necesarias.

Para la manipulación y el transporte de los peces habituados a vivir en libertad hay que utilizar
calmantes, especialmente si son grandes, porque las eventuales lesiones pueden poner en peligro
toda la operación de reproducción. Otro inconveniente es la elevada probabilidad de introducir
parásitos en la piscifactoría. Sin embargo, este método tiene también una clara ventaja y es que el
piscicultor no necesita ir creando penosamente un grupo de reproductores ni mantenerlo. De todas
formas, la mayor parte de las piscifactorías comerciales tienen un grupo propio de reproductores.

4.3.2.3 Cría de reproductores en granjas piscícolas. A pesar de las numerosas dificultades que
conlleva, este método está muy difundido en todo el mundo, porque permite criar y seleccionar
reproductores sanos e ir mejorando la población. Sin embargo, es esencial mantener condiciones
ambientales adecuadas y dar a los peces alimentos suficientes.

Por fortuna, casi todos los peces cultivables alcanzan la madurez sexual plena, o al menos la
maduración gonadal hasta la “fase de reposo”, en aguas estancadas. Los desovadores fluviales y los
peces que desovan en zonas inundadas representan casos difíciles a este respecto, pero se ha
conseguido la reproducción de la mayor parte de ellos utilizando técnicas de propagación artificial (por
ejemplo, principales carpas chinas e indias y desovadores fluviales de las cuencas del Orinoco y del
Amazonas).

En los estanques de reproductores, la temperatura, luz, contenido de oxígeno, densidad de siembra,


tranquilidad, dimensiones y profundidad deben responder, en general, a las necesidades naturales de
la especie que se quiera propagar. Por ello, para criar con éxito peces reproductores es esencial
conocer a fondo todos esos factores (Figura 11).

Temperatura. Aunque los peces pueden tolerar temperaturas extremas, es conveniente criar los
reproductores en estanques donde no se produzcan grandes fluctuaciones de temperatura. Como han
mostrado las investigaciones hechas, el desarrollo normal de las gónadas requiere una determinada
suma de temperatura, que se expresa en días-grados. En la faja templada, el desarrollo gonadal de los
peces, como la carpa común, las carpas chinas, el bagre, la tenca, etc., puede acelerarse calentando
el agua en que viven los reproductores. De esa manera puede adelantarse la puesta un mes. Durante
el mes de marzo, cuando la temperatura atmosférica es de sólo 4°–8°C, se puede conseguir la
ovulación de la carpa común mediante hipofisación calentando previamente el agua en que vive
durante dos semanas. Manteniendo a los reproductores de carpa común a 25°C, puede conseguirse la
propagación tres veces al año. Por otro lado, el desarrollo de las gónadas puede retrasarse
considerablemente sometiendo los peces a bajas temperaturas. La temperatura, pues, ofrece al
piscicultor un instrumento fácil de manejar para adelantar o retrasar la reproducción de los peces
(Figura 12).

Luz. La necesidad de iluminación varía según las diferentes especies. En los salmónidos, el desarrollo
de las gónadas está en relación con los fotoperíodos, mientras el desarrollo gonadal de los peces de
aguas templadas resulta afectado negativamente cuando las condiciones de luminosidad se apartan
de lo normal. Muchos peces, en particular el bagre, dan muestras de irritación en ambiente iluminados.
Varias especies, en especial las que desovan en los ríos, prefieren las aguas turbias. Un ambiente
iluminado y transparente las irrita y actúa negativamente sobre su desarrollo gonadal. También los
reproductores a los que se han administrado hormonas evitan la luz clara y buscan lugares donde
esconderse.

Oxígeno. Las frecuentes fluctuaciones del contenido de oxígeno y el bajo nivel de éste en el agua del
estanque tienden a inhibir el desarrollo de las gónadas. Para asegurar un desarrollo gonadal óptimo, el
agua del estanque de reproductores debe mantener un nivel óptimo de oxígeno durante todo el
período de cría. Es importante, pues, el abastecimiento de agua limpia y bien oxigenada.

Densidad de población. Aunque la mayoría de los peces cultivados pueden resistir en un estanque
apiñado, los efectos del apiñamiento en el desarrollo gonadal son con frecuencia deletéreos. La
experiencia ha mostrado que se pueden criar 20–50 reproductores maduros (con un peso total de
150–250 kg) en una superficie de 0,1 ha (1 000 m2). El número de reproductores puede aumentarse si
en el estanque conviven especies con hábitos alimentarios distintos, como sucede en los estanques de
policultivo de la China y la India. En el Cuadro 2 se dan algunos ejemplos de las posibles
combinaciones de reproductores de carpas chinas.

En general no es aconsejable mantener juntos peces destinados a la reproducción y peces destinados


al mercado, especialmente si a estos últimos no se les administra una dieta equilibrada. Si es posible,
en cambio, criar peces jóvenes destinados a reproducción en el futuro junto con reproductores
maduros, siempre que el número de los primeros sea limitado.

Tranquilidad. Es opinión común que las molestias frecuentes interfieren con el desarrollo normal de las
gónadas. Sin embargo, el sistema chino de capturar a los peces con redes una o dos veces antes del
tratamiento hormonal y mantenerlos apiñados (bloqueados con redes en un ángulo del estanque o
suspendidos en redes de copo) sirve para acostumbrar a los reproductores a la manipulación y al
transporte, reduce la mortalidad después del desove y aumenta el índice de ovulación.

Dimensiones y profundidad del estanque. El estanque para la cría de reproductores de gran talla (2–10
kg o más) debe tener unos 2 000–4 000 m2. Los peces de menor talla pueden criarse en estanques
menores. La profundidad de los estanques de reproductores suele variar entre 1 y 2 m.

Alimentos. Es importantísimo que los reproductores dispongan de alimentos adecuados en cantidad


suficiente. Si se deja a los peces con hambre, sufre la vitelogénesis del huevo. Si los alimentos son
deficitarios en algunos nutrientes esenciales, en particular aminoácidos, vitaminas y minerales, sufre el
desarrollo del huevo y puede incluso no producirse la ovulación. Los reproductores criados con
abundantes alimentos naturales o con piensos artificiales ricos en proteínas dan resultados
satisfactorios. Es mejor criar un pequeño número de reproductores con una dieta cualitativa y
cuantitativamente adecuada (o con alimentos naturales) que mantener una población grande de
reproductores medio muertos de hambre. La alimentación natural de los peces difiere de una especie a
otra. Es importante, pues, conocer los hábitos alimentarios de los peces que se cultivan.

Cuadro 2
Combinaciones de reproductores de carpas chinas en régimen de policultivo

Especie Núm. de peces por ha Peso medio de cada pez, kg


1. Carpa herbívora como especie principal:
Carpa herbívora 150–200 8–12
Carpa plateada 60–90 2
Carpa de cieno 600–1 000 0,02–0,05
2. Carpa de cabeza grande como especie principal:
Carpa de cabeza grande 80–100 7–12
Carpa herbívora 100–120 5
Carpa plateada 30–50 2
Carpa común 300–500 0,25
3. Carpa plateada como especie principal:
Carpa plateada 150–250 3–6
Carpa herbívora 100–130 2
Carpa de cieno 500–600 0,02–0,05
4. Carpa de cieno como especie principal:
Carpa de cieno 1 600–2 300 0,8–1,5
Carpa de cabeza grande 30–50 5–6
Carpa plateada 60–100 2–3

4.3.2.4 Edad y peso de los reproductores. Para la propagación artificial se emplean generalmente
peces que ponen por primera vez (“vírgenes”). Los peces de mayor talla producen más huevos, pero la
manipulación de “gigantes” de más de 10–15 kg es difícil y fatigosa. En el caso de la carpa común, las
carpas indias y las carpas chinas, la talla más adecuada para los reproductores es de 3–5 kg. El
empleo de ejemplares mayores sólo es oportuno cuando los peces desovan naturalmente y no es
preciso proceder al desove artificial a mano. Los peces muy grandes son además menos aptos para el
tratamiento hormonal, porque necesitan grandes dosis de hormonas y son difíciles de manipular.

La fecundidad de los peces de talla media (2–6 kg) es generalmente mayor que la de los peces
gigantes. Los reproductores de 0,5–2 kg son fáciles de manipular y de desovar a mano.

Antes de soltar a los reproductores en estanques especiales de desove para que pongan
espontáneamente, o antes de prepararlos para el desove inducido, el piscicultor debe asegurarse de
que los peces estén “listos para el desove”. Si las gónadas no se han desarrollado hasta la fase de
reposo, no responderán a ninguna técnica de propagación. Por ello, para el buen éxito de la
propagación artificial es muy importante una buena selección de los reproductores.
4.3.2.5 Selección de reproductores para el desove espontáneo o para el tratamiento con hormonas.
Los síntomas que revelan que los peces están listos para desovar (o para eyacular) son similares en
las diversas especies y pueden resumirse como sigue (Figura 13).

Hembras

1. El abdomen aparece hinchado y blando y el abultamiento se extiende hasta más abajo de la


pelvis, llegando al orificio genital.
2. El orificio genital está hinchado, sobresale, y es de color rojizo o rosado; el borde aparece
desigual o quebrado.

3. El ano puede aparecer también hinchado y de color rojizo.

4. En algunos peces del río Orinoco que viven en la columna de agua, el abdomen adquiere una
coloración roja.

5. Algunos peces adquieren colores nupciales antes de la ovulación.

Machos

1. El macho suelta algunas gotas espesas de semen si se oprime ligeramente el abdomen.


2. En algunos machos (principales carpas chinas e indias), la superficie dorsal de la aleta pectoral
se vuelve áspera.

3. Algunos machos de las cuencas del Orinoco y el Amazonas emiten un sonido al sacarlos del
agua (coporo, curimata, curbinata).

Muchos peces, como la tenca, presentan un marcado dimorfismo sexual. En algunas especies (carpa
herbívora, bagre de canal, etc.) el examen de las hembras debe hacerse antes de darles de comer,
para estar seguros de que el abultamiento de la cavidad abdominal se deba al tamaño de las gónadas
y no a los alimentos ingeridos.

Algunos de los síntomas indicados pueden estar ausentes en determinados peces, mientras otros
pueden presentar síntomas distintos. En el caso del cochama (Colossoma oculus), el vientre de la
hembra se hincha y ablanda sólo poco antes de la puesta. Esa rigidez del vientre es una especie de
adaptación debida a la convivencia de este pez con la agresiva piraña (Caribe).

Si en un estanque o tanque hay peces de ambos sexos, las hembras se preparan para desovar, tan
pronto como los machos indican que están listos para la eyaculación. Como los peces que desovan en
ríos no ponen en aguas estancadas, no es necesario tener separados los dos sexos. En cambio, la
segregación de los sexos es imprescindible con los peces que desovan en estanques, para evitar la
puesta incontrolada en el estanque de almacenamiento (por ejemplo, carpa común) o combates
innecesarios entre los machos (por ejemplo, bagres).

Para asegurar el éxito de las operaciones posteriores, es importante que el piscicultor observe las
modificaciones anatómicas y de comportamiento de los reproductores mientras se preparan para el
desove.
4.3.3 Inducción de la ovulación y/o el desove

En sus frezaderos naturales, los reproductores maduros y listos para el desove pueden emitir
productos sexuales maduros en breve tiempo cuando las condiciones ambientales son adecuadas. En
otros ambientes, es necesario inducir el proceso de reproducción.

Fundamentalmente, las maneras de inducir artificialmente la ovulación (maduración final de los


huevos) y el desove (suelta de los huevos en presencia del macho) son dos:

1. Simular los factores ambientales adecuados, para activar las hormonas mismas del pez, que
regularán y dirigirán el proceso final de maduración de las gónadas.

2. Administrar hormonas gonadotróficas para determinar la maduración final de las gónadas.

A veces se emplea una combinación de ambos métodos, como en la técnica china de propagación
artificial.

4.3.3.1 Inducción del desove sin tratamiento hormonal. El desove de algunos peces que ponen en
estanques puede estimularse facilitándoles:

a. nidos
b. superficies artificiales para el desove (kakabans),
c. receptáculos para el desove, o
d. condiciones que simulen el ambiente natural en que se produce la puesta.

Para obtener resultados aún mejores pueden combinarse entre sí algunos de estos métodos.

Inducción del desove facilitando nidos. Este método se utiliza comúnmente para los peces que ponen
en nidos, como el lucioperca, el siluro, etc. (Figuras 14 y 15).

Como nido para el lucioperca se utilizan haces aplastados de raíces secas y tupidas de sauce,
gramíneas, etc., o materiales análogos montados sobre un armazón. Hoy día se utilizan también trozos
viejos de red sintética tendidos entre dos soportes y “hierba artificial” colocado sobre un armazón.
Estos nidos se colocan en los frezaderos naturales poco antes de la época de puesta y se controlan
cada 2–3 días para ver si hay ya huevecillos. Los nidos con huevos se recogen y se trasladan a la
zona de incubación.

En la piscifactoría, los nidos montados sobre un armazón (50 cm × 50 cm) se colocan en un estanque
de almacenamiento de fondo duro (500–2 000 m2 de superficie), a razón de un nido por cada 8–10 m2.
Luego, cuando la temperatura del agua es de unos 10°C, se echan al estanque el número necesario
de machos y hembras de lucioperca, según el número de nidos. Los nidos se controlan cada 2–3 días
y los que tienen masas de huevos se sacan para proceder a la incubación bajo control. Estos huevos,
que tienen doble membrana o cubierta, pueden transportarse fácilmente en cajas o cestas, sin más
precaución que mantenerlos húmedos constantemente.

Para el siluro se preparan nidos en forma de tienda india hechos con raíces secas y tupidas de sauce
o ramas de tuya o pino. Luego se colocan 3 o 4 de esos nidos en un estanque (1 000–2 000 m2 de
superficie) y se echa el número necesario de parejas de reproductores. La puesta puede apreciarse
fácilmente por los movimientos enérgicos de los reproductores. Los nidos con huevos se sacan del
estanque, para incubarlos bajo control.

Con algunos guramis (por ejemplo, gurami gigante), el mero hecho de facilitarles materiales para el
nido puede activar la construcción de éste y, más tarde, la puesta.

Inducción de la puesta facilitando superficies artificiales de desove (kakabans). Los kakabans son
artefactos semejantes a felpudos, de algunos metros cuadrados de superficie que se preparan
colocando sobre un armazón hierbas secas, ramas de pino u otros materiales semejantes. Luego se
fijan al fondo del estanque con estacas o se colocan unos 20–30 cm por debajo de la superficie del
agua (Figura 16). La carpa común de zonas subtropicales y tropicales se sirve sin dificultad de los
kakabans para el desove, esparciendo los huevos sobre su superficie. De hecho, no pone en
estanques de fondo cenagoso a menos que se instalen esos artefactos. Una vez que se ha verificado
la puesta, se sacan del estanque los kakabans cubiertos de huevos y se trasladan a los estanques de
incubación, donde se produce la eclosión y las larvas crecen sin riesgo de ser infectadas por los
parásitos que albergan sus progenitores.

Esta técnica de desove puede aplicarse fácilmente incluso con instalaciones muy primitivas. Para
transportar los kakabans después de la puesta, pueden cubrirse los huevos con paños o hierbas
húmedas. La misma técnica puede emplearse para otras especies con hábitos de desove análogos a
los de la carpa común.

Inducción del desove facilitando receptáculos. Algunos peces, como el bagre de canal, necesitan
disponer de un lugar para esconderse durante el desove y para vigilar y airear en él los huevos
después de la puesta. Para ello se les facilitan de ordinario lecheras o bidones de petróleo de 45 1,
que se colocan en el estanque o en una parte separada del mismo. Los peces maduros se esconden
en esos receptáculos para desovar y el piscicultor recoge luego los huevos para incubarlos bajo
control. También la puesta de otros bagres que desovan en estanques puede estimularse facilitándoles
receptáculos para el desove (Figura 17).

Para estimular el desove de otros peces, como Plecostomus plecostomus de Venezuela y Clarias
batrachus del Lejano Oriente, se utilizan a veces tubos de arcilla, plástico o cemento de gran diámetro
(20–25 cm).

Todos estos sistemas se basan en el empleo de nidos o receptáculos como estímulo para inducir el
desove. Requisito esencial es que haya llegado la época natural de puesta y que los machos estén en
celo y las hembras grávidas. Conviene siempre introducir en el estanque uno o dos machos menos
que hembras, porque, como es bien sabido, los machos tienden a combatir entre sí cuando su número
es superior al de las hembras.

Inducción del desove simulando las condiciones ambientales en que se produce naturalmente la
puesta. El método empleado para la propagación controlada de la carpa común se basa en esta
técnica, conocida también como método de Dubisch. Los estanques empleados para ese fin se llaman
“estanques Dubisch” (Figura 18).

Las condiciones naturales que son decisivas para determinar el desove de la carpa común son las
siguientes:

1. agua a temperatura adecuada (18°–22°C),


2. zona de desove cubierta de hierba,
3. agua saturada de oxígeno disuelto,
4. lento aumento del nivel del agua,
5. presencia del otro sexo, y
6. ausencia de otros peces, en particular carnívoros.

Es fácil preparar estanques que reúnan las características indicadas y tengan una superficie de 100–1
000 m2. A falta de ellos, puede utilizarse un arrozal. En todo caso, es esencial disponer con continuidad
de agua limpia, que ha de filtrarse previamente.

Para construir un estanque de ese tipo se procede de la manera siguiente. Se excava junto a la pared
principal del estanque una fosa de 2–3 m de anchura y 0,6–0,8 m de profundidad para que sirva de
refugio a los reproductores. En un extremo de esa zanja o fosa se coloca una estructura de desagüe.
El resto del estanque ha de confluir en suave pendiente hacia la fosa y ha de estar cubierto de hierba
corta. Cuando el estanque esté totalmente inundado, la zona herbosa habrá de quedar cubierta por
30–50 cm de agua (Figura 18).

Cuando la temperatura del agua y las condiciones meteorológicas son adecuadas, se introducen en la
fosa, tras llenarla de agua, uno o dos grupos de desovadores, compuesto cada uno por 2 hembras y 3
machos. Se dejan allí algunos días, manteniendo durante ese tiempo una corriente suave y continua
de agua, cosa que se consigue regulando la estructura de desagüe. Se cierra luego el desagüe y se
hace entrar en el estanque más agua filtrada, para que suba ligeramente el nivel. El agua va
inundando progresivamente la zona herbosa, hasta entonces descubierta. Esta operación estimula el
desove. Al día siguiente de la puesta se sacan con cuidado del estanque los reproductores, ya vacíos,
para impedir casos de canibalismo y evitar que los parásitos de los progenitores pasen a su
descendencia.

Esta técnica se ha empleado también con éxito para la propagación de otros peces, como lucio, tenca,
carpín, Ictiobus spp., Puntius spp., etc., y no debería haber dificultades para inducir con este método la
puesta de cualquier otro pez que desove en estanques y se desee cultivar.

4.3.3.2 Inducción de la ovulación y el desove. La inducción de la ovulación y el desove por hipofisación


es una especie de “atajo” en el proceso natural. En la naturaleza, la ovulación del pez está regulada y
determinada por las hormonas gonadotróficas que su glándula pituitaria produce y almacena. Cuando
todas las condiciones ambientales son favorables, la hormona almacenada se libera y pasa a la
sangre. Con la técnica de hipofisación, se inyectan en los peces, para determinar la ovulación final,
hormonas gonadotróficas extraídas de la pituitaria de otros peces (donantes).

Consideraciones generales. La hipofisación es hoy la técnica más utilizada para conseguir la


propagación artificial de los peces. Se emplea no sólo en experimentos de propagación sino también
para la producción comercial de millones de pececillos.

Al igual que otras técnicas, también ésta tiene sus límites. Algunos de los peces más sensibles, como
el lucioperca, no toleran el tratamiento, mientras en otros la ovulación se produce sólo irregularmente.
Por otro lado, los reproductores cuyos ovarios no han llegado aún a la fase adecuada de madurez no
responden a la hipofisación. Una norma fundamental que es preciso tener presente es que la
hipofisación sólo resultará eficaz cuando los huevos que se encuentran en el ovario hayan llegado a la
fase de reposo, una vez terminada la vitelogénesis. En esas condiciones, los huevos están ya
materialmente listos para que la gonadotrofina active su ulterior desarrollo.
Para la hipofisación se utilizan glándulas pituitarias de peces donantes, recién extraídas o
conservadas. Para conseguir el desove, es preciso que esas glándulas tengan almacenada una
cantidad suficiente de hormonas gonadotróficas.

La glándula pituitaria (hipófisis) actúa de intermediaria entre el cerebro y las gónadas. Sus células
producen y almacenan gonadotrofina y la liberan sólo cuando la glándula recibe la orden
correspondiente. El contenido en gonadotrofina de la glándula pituitaria varía según las estaciones y
durante las distintas fases del ciclo vital del pez. Los peces inmaduros tienen en su pituitaria poca
gonadotrofina, mientras después de la puesta la pituitaria de los reproductores queda totalmente vacía
de gonadotrofina. El contenido de gonadotrofina alcanza el nivel más elevado en los peces maduros
cuyas gónadas han llegado o están a punto de llegar a la fase de reposo y se mantiene alto durante
dicha fase. Como es también la gonadotrofina la que estimula las migraciones para el desove, la
pituitaria de los peces durante esas migraciones tiene menor contenido de gonadotrofina. En vista de
esas diferencias, es importante saber escoger el momento adecuado para extraer las glándulas
pituitarias.

Dosificación. En la ovulación natural, el pez puede regular con exactitud la dosis de su propia hormona
que necesita. En la hipofisación artificial, cuando se inyectan hormonas de otra procedencia, los
desperdicios son de ordinario considerables. Ello se debe principalmente a la dificultad de establecer la
dosis exacta, con el resultado de que en general se inyecta a los reproductores mayor cantidad de
hormonas de la que necesitan.

La ovulación es un proceso complicado que requiere varias horas y cuya duración exacta depende de
la temperatura. Es posible dividir la ovulación en dos fases: preovulación y ovulación propiamente
dicha. Durante la fase de preovulación se completa el desplazamiento del núcleo y el huevo absorbe
gran cantidad de fluido (hidratación), alcanzando un tamaño casi igual al que tendrá en el momento de
la ovulación. Si la hipofisación no da resultado, los huevos interrumpen su desarrollo en esa fase y el
pez puede morir por necrosis de los huevos, que puede provocar un envenenamiento interno.

La dosis de hormona necesaria puede variar notablemente de un pez a otro dentro de una misma
especie y según la técnica que se emplee. La dosis efectiva depende del grado de “preparación” de la
hembra, y de su edad, talla, sensibilidad, etc. En regiones tropicales y subtropicales, donde el
metabolismo de los peces es sensiblemente mayor (debido a las más altas temperaturas) y donde la
probabilidad de desperdicio de hormonas es, por tanto, mayor que en las regiones templadas, se
administran de ordinario dos o más dosis. Generalmente las dosis son dos: una introductiva o
preparatoria y otra decisiva o final.

Cuando los reproductores han estado en la fase de reposo por largo tiempo, se les administra una
única dosis completa (100 por ciento). La dosis preparatoria debe ser un 10 por ciento de la dosis total.
Si ha de administrarse una segunda dosis preparatoria, se inyecta de nuevo sólo un 10 por ciento de la
dosis total. En general, la dosis total es de unos 2,5–3 mg (1 glándula) de hipófisis por kg de peso, si
se trata de reproductores de más de 5 kg; 1,5 mg (media glándula), para peces de talla mediana (2–5
kg); y 0,75 mg (un cuarto de glándula), para los peces menores (0,5–2,0 kg). Conviene evitar una dosis
excesiva en la inyección preparatoria, porque puede determinar una ovulación parcial y trastornar la
secuencia normal de la puesta.

Entre la dosis preparatoria y la decisiva hay que dejar un mínimo de 14 h, pero puede esperarse hasta
un máximo de 24 h, y en rarísimos casos hasta 48. Cuando se requiere más de una dosis preparatoria,
el intervalo entre las dosis ha de ser de 24 h.
A los machos, por lo general, se les administra una sola dosis de hormona, de ordinario al mismo
tiempo que se inyecta a las hembras la dosis decisiva. Es importante no administrar antes la hormona
a los machos, porque podrían eyacular antes de que las hembras estén listas para ovular.

La dosis de gonadotrofina se expresa en miligramos o en número de glándulas pituitarias secadas en


acetona. La glándula pituitaria secada en acetona de una carpa común de 1, 5–2 kg pesa 2, 5–3 mg.
Una glándula de ese tamaño es la que se emplea como unidad cuando la dosis se expresa en número
de glándulas.

El sistema de dosificar las glándulas en unidades es fácil de usar. Para preparar la dosis se toman
glándulas de tamaño aproximadamente igual. El otro método de cálculo de la dosis (en peso) es más
difícil, pero es sin duda alguna más preciso.

Un pequeño exceso de hormona en la dosis decisiva no causa ningún perjuicio al pez. En general se
administra una dosis superior en 10–15 por ciento a la estrictamente necesaria, para mayor seguridad.
Como dosis total (100 por ciento) suelen administrarse de 1 a 1,5 glándulas (es decir, 3,0–4,5 mg) por
kg de peso de la hembra. Si la dosis calculada es de más de cinco glándulas, se añade otra “para el
mortero”.

Si se dispone de glándulas pituitarias pulverizadas, será necesaria una buena balanza o una cucharilla
de volumen conocido para medir la dosis exacta. La pituitaria seca vendida ya en polvo puede
adulterarse fácilmente con tejido cerebral. Por ello, se aconseja a los piscicultores que compren
siempre la hipófisis que necesiten en centros que merezcan confianza.

La dosis decisiva (única) recomendada para los machos es de 0,5 glándulas (1,0–1,5 mg) por kg de
peso, independientemente de la longitud. Téngase presente, sin embargo, que no es necesario
administrar hormonas a los machos que estén ya vertiendo gotas de semen.

Al calcular la dosis decisiva conviene ser siempre un poco liberales. Se aconseja, pues, a los
piscicultores que aumenten la dosis necesaria en un 10–15 por ciento. Un buen principio práctico es no
administrar demasiada hormona en la inyección preparatoria y no administrar demasiado poca en la
dosis decisiva.

Cuando la dosis decisiva ha de administrarse en dos o tres veces, el intervalo entre las inyecciones no
debe ser superior a 6–8 h.

Métodos para la administración de hormonas. Los métodos utilizados para la administración de


hormonas son diversos. Cada uno de ellos puede tener su razón de ser, pero es posible que no sea
aplicable universalmente. La técnica que ha de adoptarse depende en general de la especie de que se
trate, de las condiciones locales y de los métodos de trabajo empleados por los científicos y técnicos
del lugar. Ninguna técnica puede proclamarse como única y definitiva. En general, las hembras
necesitan dosis mayores que los machos, y la administración en varias veces produce mejores
resultados que en dosis única.

Los métodos de administración de hormonas generalmente utilizados son los siguientes:

Inyección única. Se administra en una sola inyección el 100 por ciento de la dosis calculada. La
hormona producirá su efecto sólo si la hembra está ya lista para el desove desde todos los demás
puntos de vista (tal es el caso de las hembras capturadas durante la migración de desove o en los
frezaderos). Los peces bien alimentados alcanzan ese estadio durante la segunda mitad de la época
de reproducción.

En la mayoría de las especies de peces, los machos suelen estar más maduros para la eyaculación
que las hembras para el desove y, por tanto, les basta una sola dosis. Si la dosis que se les administra
es excesiva o la administración no se sincroniza con la maduración gonadal de las hembras, puede
suceder que eyaculen inútilmente antes de que las hembras estén listas.

Dosis preparatoria y dosis decisiva. La dosis preparatoria, que equivale a un 10 por ciento de la dosis
total necesaria, activa el desarrollo de las gónadas hasta la fase de preovulación. En general se
administra 18–24 h antes de la dosis decisiva (100 por ciento de la dosis calculada). Esta secuencia en
la administración de hormonas suele dar buenos resultados en las regiones templadas y subtropicales
y resulta también muy adecuada para los peces nerviosos y difíciles de manejar.

A veces el intervalo entre la dosis preparatoria y la decisiva puede ser menor que el indicado. En la
segunda mitad de la temporada de reproducción basta un intervalo de 14–18 h, dado que la
temperatura del agua suele ser superior a la temperatura normal de desove. Si las hembras pesan
menos de 1 kg y están maduras para el tratamiento hormonal, un intervalo de 6 h es suficiente.

a) Una dosis preparatoria y dos decisivas

En las regiones tropicales, donde el metabolismo de los peces es más rápido, la dosis decisiva se
administra en dos partes iguales (o un 40 por ciento primero y un 60 por ciento después), dejando
transcurrir 6–8 h entre las inyecciones. De 18 a 24 h antes de la primera dosis decisiva debe
administrarse una dosis preparatoria del 5–10 por ciento.

b) Varias dosis preparatorias y dos decisivas

En algunos casos, cuando los huevos están ya en la fase de reposo pero el ovario no ha descendido
aún a la parte inferior de la cavidad corporal, es necesario administrar varias dosis preparatorias para
que la dosis decisiva resulte fructífera. Por ejemplo, la hembra del cachama del Orinoco (Colossoma
oculus) necesita cinco inyecciones preparatorias (P1–5) a intervalos de 24 h antes de poder recibir la
dosis decisiva, que, a su vez, se le administra en dos veces (40 y 60 por ciento), a distancia de 6 h.

En este caso, la secuencia es la siguiente:

Dosis distribuida. Con este método, las inyecciones se administran en muchas dosis, dejando entre
ellas un intervalo generalmente breve (6–8 h).

La secuencia y la cantidad de las dosis puede variar, en la forma siguiente:


a. 50 y 50 por ciento, a distancia de 6–8 h
b. 40 y 60 por ciento, a distancia de 6–8 h
c. 10, 30 y 60 por ciento, a distancia de 6 h
d. 33 ⅓, 33 ⅓ y 33 ⅓ por ciento, a distancia de 6 h
e. 20, 30 y 50 por ciento, a distancia de 6 h

Estas secuencias han dado buenos resultados con los peces tropicales y con peces que desovan en
aguas estancadas.

Se ha hallado que cuando el ovario es voluminoso es necesaria mayor cantidad de hormona para la
ovulación. El volúmen del ovario puede expresarse por la circunferencia máxima del cuerpo, regulando
la dosificación como sigue:

Circunferencia
máxima del 38 40 42 44 46 48 50 52 54 56 58 60 62
cuerpo, cm
Dosis de hipófisis
seca en mg/kg de 3,0 3,3 3,5 3,8 4,0 4,3 4,5 4,8 5,0 5,3 5,5 5,8 6,0
peso corporal

Esta relación es válida para las principales carpas chinas, pero no se ha ensayado aún en otros peces.

Disolvente. El disolvente utilizado para la hormona gonadotrófica es una solución de sal común (NaCl)
al 0,6–0,7 por ciento. Para la inyección preparatoria se utiliza 1 ml de disolvente, independientemente
de la dosis (de un cuarto de glándula a una glándula entera). La cantidad de disolvente para la dosis
decisiva se calcula a razón de 0,5 ml por cada glándula (2,5–3,0 mg), pero sin que el máximo exceda
de 5 ml.

La cantidad de disolvente no tiene mucha importancia, excepto cuando se usa demasiado o


demasiado poco. En este último caso, la pérdida de una gota de solución significaría el desperdicio de
una cantidad considerable de hormona, mientras en el primero la administración de un gran volumen
de solución plantearía un difícil problema. Por todo ello, se recomienda utilizar generalmente de 1 a 5
ml.

Preparación de la solución de glándula pituitaria. Se determina la dosis precisa, teniendo en cuenta el


peso, número y sexo de los reproductores, y se cuenta el número necesario de glándulas pituitarias o
se pesa la cantidad requerida. Si las glándulas no están ya pulverizadas, se trituran en un mortero
pequeño de porcelana o en un homogenizador. El mortero ha de estar perfectamente seco, porque en
caso contrario las glándulas adquirirían una consistencia pastosa al pulverizarse y no se disolverían
fácilmente.

Se añade inmediatamente la cantidad necesaria de disolvente, que suele medirse con una jeringa
graduada. Es preciso mezclar bien el disolvente y la hipófisis en polvo. Para disolver bien la hormona
serán necesarios 10–30 minutos. Los residuos de tejidos pueden eliminarse de la solución por
centrifugación o dejando que se depositen y extrayendo luego la solución supernatante con una jeringa
(Figura 19).
El disolvente se prepara disolviendo 7 g de sal común limpia y libre de yodo en 1 litro de agua potable
hervida y puesta luego a enfriar. No es preciso utilizar agua destilada. El disolvente puede conservarse
por largos períodos en botellas lacradas.

Cuando haya que inyectar contemporáneamente a varios reproductores, es conveniente marcar a


cada uno de ellos con hilos de distintos colores (sujetos a los radios de la aleta dorsal) inmediatamente
después de pesarlos. De esa manera resultará facilitada la identificación de los animales y se estará
seguros de administrarles la dosis exacta.

Elección de la parte del cuerpo en que ha de hacerse la inyección. El procedimiento más comúnmente
adoptado consiste en inyectar la hormona en los músculos dorsales, por encima de la línea lateral y
por debajo de la parte anterior de la aleta dorsal (Figura 20). En la India, la inyección se administra en
general en la parte dorsal del pedúnculo caudal. Este procedimiento parece ser el mejor para peces
sensibles.

En algunos peces, como la tenca, la inyección se hace en la cavidad corporal pero, en general, los
resultados no son buenos. A veces no se saca a los peces del agua para hacerle la inyección. Si hay
que sacarlos, conviene colocarlos sobre una mesita cubierta con una lámina o almohadilla de espuma
de plástico, para evitar que sufran daños. El pez se mantiene más tranquilo si se le cubre la cabeza
con un paño. Para manipular los reproductores es oportuno utilizar toallas y no tocarlos con las manos
desnudas. Al inyectar a peces de escama, hay que evitar perforar las escamas con la aguja,
introduciéndola por debajo de ellas y pinchando directamente en el tejido muscular.

La administración de pituitaria, por sí sola, no determina la ovulación completa. Son varios los factores
ambientales, como temperatura adecuada, elevado contenido de oxígeno y tranquilidad, que se cree
desempeñan un papel decisivo (Figura 21). Entre ellos, la temperatura tiene importancia vital. Si es
demasiado baja, la ovulación necesita mucho tiempo y, en la mayoría de los casos, se inhibe. Las altas
temperaturas además de aumentar la demanda de oxígeno y el metabolismo, tienen también efecto
inhibidor. Un pez tratado con pituitaria necesita aproximadamente un 50 por ciento más de oxígeno
que antes del tratamiento. La excitación causada por la manipulación y el tratamiento contribuye
también a aumentar el consumo de oxígeno. Es, pues, esencial mantener a los reproductores,
después del tratamiento, en un ambiente bien aireado o en agua corriente limpia y rica en oxígeno.
Tampoco ha de pasarse por alto la necesidad de un ambiente tranquilo. Los peces que sufren
molestias se agitan, nadan rápidamente y saltan contra las paredes del tanque, con la posibilidad de
producirse lesiones. Para asegurarles un ambiente tranquilo basta colocar en la superficie del tanque
objetos flotantes oscuros para que los reproductores ya tratados puedan refugiarse debajo de ellos.

4.3.3.3 Inducción de la ovulación y/o el desove con gonadotrofina coriónica humana (GCH). En general
es fácil obtener la fase de preovulación con la administración de GCH, pero en la mayoría de los peces
es difícil conseguir la ovulación completa con este método, aunque algunos responden perfectamente
al tratamiento. En primer lugar, hay que decir que sólo los peces bien preparados y plenamente
maduros para el tratamiento hormonal responden bien a la administración de GCH (por ejemplo, los
peces capturados durante sus migraciones para el desove). Por otro lado, las especies carnívoras
pueden responder mejor que las no carnívoras. Los reproductores criados con alimentos naturales
abundantes responden más fácilmente a la GCH que los criados con piensos artificiales. Varios
factores ambientales, como agua corriente en abundancia, corriente fuerte y disponibilidad de lugares
para esconderse, pueden desempeñar también una función importante en el éxito del tratamiento con
GCH. Los únicos peces cuyo desove se ha conseguido inducir satisfactoriamente a escala comercial
con GCH son el bagre de canal (Ictalurus punctatus), el mújol (Mugil cephalus) y las principales carpas
chinas. En el caso del bagre de canal, se inyecta GCH en la cavidad corporal a razón de 700–2 000
unidades internacionales (UI) por kg de peso corporal, según el grado de madurez del pez. El mújol
necesita 6 000 UI de GCH por kg de peso, administradas intramuscularmente y de ordinario en dos
dosis, a distancia de 24–48 h, según el ritmo de desarrollo de los huevos después de la inyección
inicial. En el caso de las principales carpas chinas, la dosis es de sólo 800–1 000 UI por kg de peso,
que se administran en dos veces a distancia de 8 h. En la primera dosis se administra sólo un 10–15
por ciento de la cantidad total de GCH. A los machos se les inyecta al mismo tiempo que se hace la
segunda inyección a las hembras.

4.3.3.4 Ovulación y desove inducidos con hormonas

Ovulación inducida con hormonas. La ovulación es la última fase del desarrollo normal del huevo. La
preovulación comienza cuando el núcleo de la célula huevo empieza a desplazarse desde el centro
hacia la micropila y el huevo absorbe fluidos (este proceso se llama hidratación). La ovulación
comienza con la desaparición de la membrana celular y la aparición de los cromosomas y termina con
la primera división meiótica. Al mismo tiempo, el folículo, que mantiene los huevos sujetos a la pared
del ovario, se rompe y se disuelve parcialmente y los huevos caen a la cavidad ovárica. La masa de
huevos puede ya fluir libremente por el orificio o poro genital.

Este proceso final de maduración toma cierto tiempo y depende en buena parte de la temperatura del
agua en que vive el pez. En la práctica, es necesario conocer el intervalo de tiempo que transcurre
entre la última inyección decisiva y la ovulación. Este intervalo se expresa en “horas-grados”, que se
calculan en forma análoga a los “días-grados”, es decir, midiendo de hora en hora, desde la última
inyección decisiva hasta la ovulación completa, la temperatura del agua del tanque en que se hallan
los reproductores y sumando las cifras obtenidas. Las horas-grados serán más cuando sólo se
administre una dosis, porque en ese caso el desarrollo del huevo habrá de pasar por las fases de
preovulación y ovulación. En el caso de la carpa común, el intervalo de tiempo es de unas 16–18 h con
agua a temperatura de 21°–22°C y, por tanto, las horas-grados serán 340–360. Si el tratamiento
hormonal incluye una o más inyecciones preparatorias y sólo una inyección final, la ovulación durará
240–260 horas-grados en aguas a 21°–22°C de temperatura (es decir, unas 12–13 h desde la última
inyección).

Conocer las horas-grados necesarias servirá al piscicultor para saber cuándo ha de esperar
exactamente que se produzca la ovulación después de la última inyección. El número de horas-grados
depende de la especie, el tipo de tratamiento y el tamaño de la hembra y de que el pez empiece o no
la puesta inmediatamente después de la ovulación.

a) Horas-grados en relación con la especie

A una temperatura de 21°–22°C, las horas-grados de la carpa común son 240–260, mientras las de la
carpa herbívora, la carpa plateada y la carpa de cabeza grande son 200–220.

b) Horas-grados en relación con el tipo de tratamiento

Las horas-grados son 340–360 para la carpa común si sólo se le administra una dosis decisiva. Si 24 h
antes de la dosis decisiva se le administra una dosis preparatoria, serán sólo 240–260, y se reducirán
a 200–220 si se le administran dos inyecciones decisivas a distancia de 6–8 h. Quizás el mismo
esquema sea válido para otras especies.

c) Horas-grados en relación con el tamaño de las hembras


Es bien sabido que las hembras pequeñas ovulan antes que las grandes. La diferencia es apreciable
sobre todo cuando la diferencia de tamaño es grande: por ejemplo, 1–2 kg y 7–10 kg. En las carpas
comunes de pequeño tamaño (1,0–2,0 kg), las horas-grados son de ordinario sólo 130–150.

Si se sueltan junto con machos maduros y activos, la mayoría de las hembras inyectadas inician el
desove en el “tanque de espera”. Si no se produce el desove, quiere decir que la especie no responde
al tratamiento, que los machos están inactivos o han eyaculado ya, que las hembras están lesionadas
o se les ha administrado una dosis excesiva de hormona, o que algunos de los factores ambientales
no son favorables.

Desove inducido con hormonas. Muchos de los peces tratados con hormona gonadotrófica (extracto
de pituitaria de peces o gonadotrofina coriónica) empiezan a desovar, después de la ovulación normal,
en presencia de machos activos. Este tipo de desove se denomina “desove inducido” o “desove
inducido con hormonas”. Los huevos son fertilizados directamente por los machos y una vez
fertilizados pueden recogerse fácilmente para incubarlos bajo control.

El desove inducido puede utilizarse para la propagación de los peces que ponen huevos no
adherentes, flotantes, semiflotantes o rodantes. Los huevos de otro tipo se adherirán entre sí,
formando aglomerados. También puede practicarse el desove inducido con peces que pongan en
nidos, colocando nidos adecuados en el tanque de reproducción.

Si se trata de peces que ponen huevos adherentes sin fijarlos a un lugar, como sucede con la carpa
común, el carpín, la tenca, etc., conviene colocar en el fondo del tanque un recipiente para los huevos
(por ejemplo, un kakaban). De todas maneras, algunos huevos se esparcirán y se adherirán a las
paredes del tanque.

El desove inducido tiene varias ventajas e inconvenientes, que se detallan a continuación:

Ventajas:

1. No es necesario calcular el momento exacto de la ovulación ni vigilar a las hembras para


decidir si están listas para el desove artificial a mano.
2. No es necesario capturar a los reproductores para proceder al desove artificial, con lo que se
evita la posibilidad de que sufran lesiones.

3. No es necesario desovar artificialmente a los reproductores ni fertilizar los huevos


artificialmente, trabajos que llevan bastante tiempo y requieren más personal.

4. No hay peligro de que los huevos se pasen de maduros en el ovario, ya que el pez iniciará el
desove tan pronto como haya terminado la ovulación.

Inconvenientes:

1. Es necesario instalar un colector especial de huevos en la tubería de desagüe del tanque de


espera, para recoger los huevos flotantes fertilizados sin que sufran ningún daño.
2. Los huevos recogidos están generalmente mezclados con partículas de excrementos y otros
objetos extraños arrastrados por la corriente de agua del tanque de espera. Esas partículas
pueden deteriorar los huevos al descomponerse y las bacterias y hongos que en ellas proliferan
pueden ser peligrosos para los huevos durante su desarrollo.
3. La estimación del número total de huevos fertilizados es más complicada y difícil que en el
desove artificial.

4. Algunas hembras no ponen todos sus huevos en el tanque de espera y los huevos ovulados
que quedan en el ovario maduran demasiado y se pierden. De esa manera se pierde a veces
hasta un 50 por ciento de los huevos ovulados.

5. Algunas hembras dejan salir los huevos cuando no hay ningún macho presente, con lo que un
elevado porcentaje de huevos quedan sin fertilizar.

6. Si los machos no responden, el desove resultará en un fracaso total. Así sucede a menudo
cuando en el tanque de espera se ponen sólo un macho y una hembra.

Para que el desove inducido tenga éxito, conviene poner juntos uns hembra y dos-tres machos, dos
hembras y tres machos, o un máximo de tres hembras y cuatro machos, según las dimensiones del
tanque de espera. Si el tanque es pequeño y los reproductores muchos, se molestarán unos a otros. Si
los reproductores pesan 2–3 kg, pueden ponerse como máximo dos hembras y tres machos en un
tanque de 2 m2. Por otro lado, si sólo pesan 0,5–1 kg, el mismo tanque puede contener perfectamente
tres-cinco hembras y cuatro-seis machos. Cuando los reproductores pesen 4–5 kg, se aconseja no poner
juntos más de una hembra y dos machos de menor talla. Si los peces son aún mayores, serán precisos
tanques más grandes para obtener resultados satisfactorios.

Bien Mal
1) Temperatura

2) Claridad del agua Poca Excesiva

3) Nivel de oxígeno
4) Densidad de población

5) Profundidad del estanque

6) Alimentos

Figura 11 Factores importantes para la cría de los reproductores


Figura 12 Aceleración del desarrollo
de las gónadas en climas
templados aumentando la
temperatura del agua
Figura 13 Características
de los
reproductores
cuando están
listos para el
tratamiento
hormonal
Figura 14 Nidos para recoger
huevos fertilizados en
estanques, tratando con
hormonas a los
reproductores o sin
tratarlos. 1 y 2, para
lucioperca. 3, para siluro.
4, para carpa común

Nidos para lucioperca en estanques pequeños de fondo duro

Nidos en forma de tienda india para siluro

Lecheras utilizadas como receptáculos para bagre de canal


Figura 15 Artefactos para inducir el desove sin tratamiento hormonal

Nidos para ciprínidos que desovan en estanques


Nidos para lucioperca u otros peces que desovan sobre el fondo

Kakaban para carpa común instalado cerca de la superficie

Kakaban para carpa común instalado sobre el fondo

Figura 16 Diferentes maneras de colocar receptáculos para huevos (nidos)


Figura 17 Corrales de desove con receptáculos (lecheras) para bagre de canal
Figura 18 Estanque de desove para carpa común: estanque Dubisch
Figura 19 Preparación de glándulas pituitarias para inducir el desove
Figura 20 Dónde y cómo inyectar las hormonas

A) Temperatura adecuada B) Oxígeno suficiente


C) Tranquilidad: el pez está escondido bajo un objeto oscuro flotante

Figura 21 Hábitat que necesitan los reproductores después de la inyección de hormonas

4.3.4 Huevos fertilizados de peces

Cuando se consigue inducir el desove es fácil obtener huevos fertilizados. En los casos en que, por
una u otra razón, la inducción del desove no tiene éxito, es preciso extraer artificialmente de los
reproductores los huevos y el semen y proceder a la fertilización artificial mezclando los productos
sexuales obtenidos. Conviene tener presente que sólo los huevos ovulados pueden extraerse
fácilmente por desove artificial. Por otro lado, algunos peces tienen músculos circulares alrededor del
orificio sexual y, si esos músculos no se relajan y se dilatan, el desove artificial puede resultar difícil
aún cuando los huevos estén ovulados. En algunos casos sólo es posible obtener los huevos abriendo
a la hembra.

4.3.4.1 Fertilización artificial de los huevos de peces. Como se ha señalado anteriormente, algunos
peces no desovan espontáneamente después de la ovulación. Por otro lado, a algunos peces, como la
carpa común, no se les deja desovar espontáneamente, porque sus huevos necesitan un tratamiento
especial, que consiste en disolver la capa adhesiva que los recubre, para hacer posible la incubación
en vasijas, bajo control. Como la carpa común suelta los huevos inmediatamente después de la
ovulación, es necesario vigilar a las hembras y capturarlas apenas comiencen a dejar salir los
huevecillos, para proceder al desove artificial. Se puede también suturar el orificio genital (véase la
Figura 22) para evitar que la puesta se verifique espontáneamente. Las hembras ovuladas pueden
distinguirse introduciendo uno o dos machos en el tanque en que se encuentran: los machos seguirán
a las hembras ovuladas y las golpearán suavemente con el morro alrededor del orificio genital, para
inducir el desove. Las hembras de la mayoría de las especies no dejan salir los huevos ovulados si no
hay un macho cerca de ellas. En esos casos es fácil impedir el desove espontáneo: basta tener a los
machos y las hembras en tanques separados.

Obtención artificial de los productos sexuales. La ovulación, o proceso final de maduración de los
huevos, no puede detenerse o invertirse. Una vez que el proceso ha comenzado es preciso obtener el
desove, bien natural o artificialmente; en caso contrario, los huevos maduran demasiado y dejan de ser
fertilizables. Por ello, es esencial proceder al desove artificial de las hembras ovuladas tan pronto
como la mayoría de los huevos estén en el estadio de “muy maduros”. El tiempo que los huevos tardan
en pasar de muy maduros a excesivamente maduros es poco y varía según las distintas especies,
como se indica en el cuadro siguiente:

Tiempo aproximado que


transcurre entre la
ovulación y la maduración
excesiva de un 50 por
ciento de los huevos que
se encuentran en el ovario

min
Carpa común 50–80
Carpa herbívora 30–40
Carpa plateada 30–40
Carpa de cabeza grande 50–80
Prochilodus sp. 20–30

En general, los huevos de los peces de zonas tropicales y subtropicales llegan a la maduración
excesiva antes que los de los peces de zonas templadas.

La mayoría de los huevos maduran y caen a la cavidad ovárica al mismo tiempo. Ello facilita el desove
artificial, permitiendo que los huevos fluyan libremente en un chorro denso. Conocer las horas-grados
del pez en cuestión es muy útil para establecer el momento exacto de la ovulación con un margen de
sólo 10–20 min en más o en menos. Cuando se tratan al mismo tiempo 10–15 hembras, se empieza
por desovar artificialmente a las que hayan ovulado antes; cuando se haya terminado con ellas, las
otras estarán ya listas para el desove.

La mayoría de los peces sueltan los huevos cuando se les saca del agua. Pero no es preciso sacar al
pez del agua para comprobar si los huevos están maduros. Basta dar la vuelta a la hembra y presionar
ligeramente la pared abdominal alrededor del orificio genital: si salen algunos huevecillos, es señal de
que el pez está maduro.

Una vez que se ha elegido el reproductor apropiado para el desove artificial es preciso secar con una
toalla suave todo el cuerpo del pez, en especial la parte inferior y la cola, y la mano del operador. Para
conseguir el desove artificial, se presiona ligeramente con el pulgar cerca del orificio genital y se deja
que los huevos vayan cayendo suavemente en un cuenco seco de plástico o de esmalte. Durante el
desove, los peces no muy grandes se sujetan sólo con las manos, mientras los peces mayores (más
de 4–5 kg) se colocan sobre una mesa mullida (Figura 23).

Si las hembras han sido suturadas, se notará que están maduras por la blandura del vientre y la
presencia de algunos huevecillos entre los puntos de sutura. Pueden emplearse también machos para
identificar las hembras maduras. Una vez sacada la hembra del agua, se seca bien con una toalla
suave y se cortan los puntos de sutura. Si la hembra está bien madura, los huevos brotarán fácilmente,
en un chorro espeso. Sólo para hacer salir los últimos huevos puede ser necesario presionar
ligeramente. El desove a la fuerza (es decir, hacer salir los huevos a toda costa) ha de evitarse
absolutamente, porque los huevos así obtenidos no serán aptos para la fertilización.

Al mismo tiempo que se desova artificialmente a las hembras es preciso obtener semen de los
machos, bien extrayéndolo o haciéndolo fluir. Para extraer el semen, se succiona con una pipeta, si se
espera que el animal produzca sólo pocas gotas de lecha, o con un colector, cuando se espera que el
semen sea abundante. En ninguno de esos casos es preciso secar al pez, porque el semen puede
succionarse directamente del orificio genital. Cuando se ha recogido semen suficiente, se vierte sobre
los huevos y se mezcla inmediatamente con ellos, “en seco”, con una cuchara de plástico o una pluma.

Un equipo bien adiestrado de tres o cuatro personas puede completar el desove artificial de 10–15
hembras y la extracción de semen de un número adecuado de machos en unos 30–50 min. El equipo
que es necesario para la obtención de los productos sexuales y para la fertilización artificial puede
verse en la Figura 24.

Disolución de la capa adhesiva que recubre la membrana del huevo. Los huevos ovulados maduros de
muchos peces, especialmente la carpa, están recubiertos de una capa adhesiva, que contiene
glucoproteína, un compuesto de azúcar y proteínas. Gracias a esa capa adhesiva los huevos se
adhieren a distintos objetos dentro del agua y se desarrollan separados uno de otro. Los huevos no
maduros no tienen esa capa y los “huevos secos” no son adhesivos, porque la adhesividad se
adquiere sólo después de entrar en contacto con el agua. La adhesividad es especialmente fuerte al
principio y puede desaparecer con el tiempo. Varía, además, entre las distintas especies. Es muy débil
en el lucio, relativamente fuerte en los ciprínidos y el lucioperca y muy fuerte en el siluro. Esas
diferencias pueden deberse a una distinta composición química de la sustancia adhesiva en los
diferentes grupos de peces. Se sabe que el agua salada no activa la adhesividad de los huevos de
carpa y que la carbamida y la guanidina disuelven el material adhesivo que recubre la superficie del
huevo. Con la sal común, la sustancia adhesiva no pierde su adhesividad; lo que sucede es que queda
inactivada. Si se ponen los huevos en agua dulce, se aglutinan entre sí, debido a la activación de la
sustancia adhesiva o de lo que queda de ella entre los huevos. Por ello, para eliminar la sustancia
adhesiva es necesario lavar bien los huevos con una solución de sal-carbamida durante la fase de
dilatación. Otro procedimiento, más sencillo y mejor, consiste en lavar rápidamente los huevos con una
solución de tanino poco concentrada cuando ha terminado la dilatación. El tanino desnaturaliza todos
los compuestos proteicos y elimina inmediatamente la adhesividad.

De ordinario se aplican ambos métodos. Para empezar, se lavan los huevos varias veces durante el
período de dilatación con cantidades cada vez mayores de solución de sal-carbamida (solución
fertilizante) y luego se lavan tres o cuatro veces en una solución de tanino.

Como el tanino detiene además la dilatación de los huevos, debido a su acción desnaturalizadora de
las proteínas de la superficie del huevo, se aplica sólo cuando la dilatación se ha completado.
Fertilización de huevos adherentes. El huevo ovulado que cae en la cavidad ovárica no ha
experimentado más que la primera división meiótica. La segunda división meiótica se producirá
solamente cuando penetre el espermatozoide y terminará con la extrusión del segundo cuerpo polar. El
espermatozoide que penetra en el huevo a través de la micropila pone en movimiento otros procesos,
como la extrusión del segundo cuerpo polar y el desarrollo del pronúcleo femenino, que tiene sólo la
mitad del número de cromosomas (n). El pronúcleo femenino se fusiona luego con el pronúcleo
masculino, que tiene también solamente la mitad del número de cromosomas (n) y se forma así la
primera célula somática (2n) del nuevo pez. Se completa de ese modo el proceso de fertilización.

El tiempo durante el cual el huevo maduro puede ser fertilizado con éxito es bastante limitado. Ello se
debe a que, al entrar en contacto con el agua, el huevo empieza a dilatarse y se cierra la micropila. En
el caso de la carpa común y las carpas chinas, el cierre de la micropila se produce a los 45–60 s. Así
pues, el tiempo a disposición del espermatozoide para penetrar en un huevo se limita, en la mayoría
de los peces, a pocos minutos.

A la hora de decidir qué cantidad de agua o de solución ha de añadirse a la mezcla de productos


sexuales hay que tener gran cuidado. Si se añade demasiada agua, es probable que muchos
espermatozoides no encuentren la micropila. Por otro lado, si el agua no es suficiente, la micropila de
un huevo puede quedar cubierta por otro huevo o por el mucus del ovario, y los espermatozoides, cuya
vida es muy breve, no tendrán tiempo de entrar en el huevo y fertilizarlo. Y ello a pesar de la presencia
de innumerables espermatozoides en el licor seminal: 10 000–20 000 millones en un cm3 de semen.

El procedimiento que se describe a continuación es adecuado para la fertilización y manipulación de


los huevos de carpa. Puede verse un diagrama en la Figura 25 (a-c).

La adición de agua a la mezcla de huevos y semen de carpa común hará que los huevos se adhieran
unos a otros en pocos segundos, formando una masa. La dilatación de los huevos y su desarrollo
resultarán dificultados y los huevos morirán pronto, por no poder conseguir oxígeno. En cambio, con el
empleo de una solución fertilizante se asegurará la fertilización de los huevos y su desarrollo: los
huevos no se adherirán unos a otros mientras se remueven (cosa que ha de hacerse suave y
continuamente) y los espermatozoides se activarán y se moverán rápidamente. Se ha visto que los
espermatozoides mantienen su virilidad por mucho más tiempo en una solución de carbamida-sal (20–
25 min) que en agua (1–2 min).

La solución fertilizante se prepara disolviendo 30 g de carbamida (urea) y 40 g de sal común (NaCl) en


10 l de agua de estanque limpia (preferiblemente filtrada).

La solución se añade a los huevos en cantidad equivalente al 10–20 por ciento del volumen de huevos
que ha de fertilizarse. A continuación se remueve la mezcla con una cuchara de plástico o una pluma
durante 3–5 min, para permitir que los espermatozoides penetren en los huevos a través de la
micropila y se realice la fecundación. Luego se sigue removiendo la mezcla con la mano. Una persona
puede revolver dos cuencos, si lo hace continuamente, o 4–6, por rotación.

Los huevos absorben la solución sin sufrir daño alguno y comienzan a dilatarse. Es preciso añadir a
intervalos cantidades mayores de la solución, eliminando al mismo tiempo parte del líquido con el
material adhesivo disuelto de la cubierta de los huevos.

Los huevos de carpa común se dilatan hasta alcanzar un tamaño diez veces mayor que el original. Por
tanto, en un cuenco de 3 1 no deben ponerse más de 0,3 1 de huevos secos para que haya espacio
suficiente para la dilatación.
Al cabo de 1 h o 1,30 h, la dilatación de los huevos llega a término y la capa adhesiva que recubre los
huevos se disuelve. Pero aún entonces, los huevos, si se ponen en agua, pueden tender a aglutinarse,
debido a la presencia de restos de sustancia adhesiva entre ellos. Para eliminar la sustancia adhesiva
completamente es necesario lavar los huevos dos o tres veces con la solución fertilizante. Al verter el
líquido, arrastrará consigo la mayor parte de la sustancia adhesiva. Luego se pasan los huevos a una
segunda solución, preparada con 5–8 g de tanino en 10 1 de agua, que ha de prepararse cada vez
inmediatamente antes de su empleo.

Se echan en un cubo de plástico 2–4 l de solución de tanino y 2–3 l de huevos dilatados, como
máximo. Después de remover durante 3–5 s, se añade al cubo agua limpia. Una vez que los huevos
se han depositado, se elimina el líquido, preferiblemente utilizando un colador. Por precaución, se echa
luego en el cubo una cantidad menor (1–2 1) de solución de tanino y, después de remover la mezcla
un momento, se añade de nuevo agua limpia, para terminar eliminando todo el líquido, como la vez
anterior. El tanino puede ser perjudicial si permanece mucho tiempo en contacto con los huevos. Por
ello es preciso lavar los huevos varias veces con agua limpia o colocarlos inmediatamente en las
incubadoras y lavarlos en ellas. Si la cantidad de tanino no es suficiente para el volumen de huevos
tratado, se observará una ligera aglutinación entre los huevos, que, de todas maneras, podrán
separarse a mano.

El mismo procedimiento puede emplearse para eliminar la capa adhesiva de los huevos de tenca
(Tinca vulgaris), aspio (Aspius aspius), brema (Abramis brama) y otros ciprínidos.

Fertilización de huevos no adherentes. La ausencia de una capa adhesiva alrededor de los huevos
hace que la fertilización y manipulación de los huevos no adherentes sea una operación mucho más
sencilla. Basta utilizar agua limpia y no se necesita ninguna “solución fertilizante”. También en este
caso para facilitar la fertilización, ha de añadirse agua en cantidad equivalente a un 10–20 por ciento
del volumen de los huevos “secos”. El proceso dura unos 5 min, durante los cuales es preciso remover
los huevos continuamente. Luego se pasan los huevos a las incubadoras, teniendo cuidado en no
poner más de los que pueden encontrar cabida en cada recipiente, sin olvidar que se dilatan hasta
alcanzar un tamaño 40–60 veces mayor que el original (Figura 26). Algunos piscicultores prefieren
dejar los huevos en el cubo hasta que termina la dilatación y pasarlos sólo entonces a las incubadoras,
pero con ese procedimiento algunos huevos pueden resultar dañados. Por ello es mejor y más
conveniente pasar los huevos no adherentes a las incubadoras inmediatamente después de la
fertilización, antes de que empiece la dilatación.

Función de la solución de carbamida como catalizador de la fertilización. Se ha observado que los


espermatozoides conservan su movilidad más tiempo en una solución de carbamida que en agua
dulce natural. Los espermatozoides de carpa pueden fertilizar un huevo después de haber estado
durante 20–25 min en una solución de carbamida. Así pues, su viabilidad o vida en una solución de
carbamida es 10–20 veces mayor que en agua dulce natural. Por ello se considera que esa solución
es un catalizador de la fertilización. Además de prolongar la viabilidad de los espermatozoides y
aumentar así el índice de fertilización, la solución de carbamida ayuda a disolver las sustancias que
obstruyen la micropila de los huevos. En el caso de lucio (Esox lucius), con el empleo de una solución
de carbamida (16 g de carbamida en 1 1 de agua) se consiguió un aumento del índice de fertilización
de hasta el 80–90 por ciento. La concentración óptima de la solución de carbamida es diferente para
las distintas especies de peces. Conviene, pues, determinar la concentración óptima para cada
especie que interese, comprobando la viabilidad de los espermatozoides con soluciones de carbamida
de diferentes concentraciones. Una concentración en la que los espermatozoides se muevan con vigor
durante unos 10–15 min puede considerarse óptima. Con la mayoría de los peces cuyos huevos se
fertilizan artificialmente, el uso de una solución fertilizante de carbamida en lugar de agua pura
promete mejores resultados. Un efecto catalizador análogo se ha observado, en el lucio, con una
solución de sal común.

4.3.4.2 Dilatación de los huevos. Cuando entran en contacto con agua o con una “solución fertilizante”,
los huevos maduros se dilatan. También se dilatan los huevos excesivamente maduros y los que sólo
han completado la fase de preovulación, pero la dilatación no es tan grande como en los huevos
maduros. Los huevos maduros no fertilizados, en cambio, se dilatan normalmente. Es evidente, pues,
que la fertilización no es necesaria para la dilatación de los huevos. Cuando el huevo empieza a
dilatarse, se cierra la micropila y, por tanto, ningún espermatozoide puede ya penetrar en el huevo. En
los huevos de carpa común y de carpas chinas, la micropila se cierra al máximo 1 min después del
contacto con el agua. Ello quiere decir que los huevos de esas especies no disponen, para ser
fertilizados, más que de 1 min desde el momento en que entran en contacto con el agua. Por ello, es
preciso mantener los huevos secos durante el desove artificial.

Los huevos constan de i) una masa central o germen, ii) el espacio perivitelino, y iii) la membrana o
cubierta del huevo. La masa central contiene el vitelo, grasas, etc., y las células en división. En el
núcleo pueden distinguirse dos polos: el polo animal o germinativo, y el polo vegetativo o vitelino. En el
polo animal se halla el núcleo de la célula, que para entonces tiene ya el número normal de
cromosomas, igual que cualquier célula somática. Alrededor de la masa central del huevo se encuentra
el llamado espacio perivitelino, ocupado por el líquido perivitelino, que contiene proteínas disueltas. El
huevo está rodeado de una membrana o cubierta, que consta de una, dos o tres capas, según la
especie de peces. El espesor, dureza y otras características de la cubierta del huevo varían también
según la especie. El tipo de incubadora, pues, habrá de escogerse teniendo en cuenta la naturaleza de
la cubierta o membrana del huevo.

Los huevos de algunos peces son muy delicados y se rompen fácilmente, echándose a perder. Los de
otros, en cambio, son muy duros y son difíciles de romper incluso apretándolos entre los dedos (por
ejemplo, mahaseer)

2) Nudo doble, dejando sueltos los


extremos
3) Punto transversal

1) Tres primeros puntos 4) Nudo final

Figura 22 Sutura de la carpa común

A) Desove artificial sobre una mesa


B) Desove artificial en la mano

C) Obtención de semen
Figura 23 Técnicas para la obtención de productos sexuales
Figura 24 Equipo necesario para el desove y la fertilización artificiales
A) Marca de
identificación
B) Dosis
preparatoria

C) Orificio genital
saturado

D) Dosis decisiva E) Se inyecta al macho extracto de pituitaria

F) Hembras G) Machos
Figura 25a Propagación artificial de la carpa común - I

H) Se captura una hembra madura I) Se cortan los puntos


K) Se extrae el semen

J) Se desova artificialmente N) Se añade solución de carbamida

L) Se añade el semen a los M) Se mezcla


huevos bien

Figura 25b Propagación artificial de la carpa común - II


P) Se añade más solución de carbamida
O) Se remueve durante 3–5 min
y se remueve

Q) Se cambia la solución de carbamida


varias veces
R) Se echan los huevos en una solución
de tanino
Figura 25c Propagación artificial de la carpa común - III

B) Se añade solución fertilizante y se remueve


A) Se estima el número de huevos
durante 5 min
C) Se transfieren a la incubadora
inmediatamente

Figura 26 Procedimiento para tratar los huevos no adherentes

5. PISCIFACTORIAS Y CENTROS DE DISTRIBUCION DE SEMILLA


5.1 Elementos necesarios
La piscifactoría, lugar donde se producen pececillos en masa año tras año para distribuirlos a los
criaderos, es hoy parte esencial de la piscicultura moderna. Es obvio que los pequeños piscicultores no
tienen los medios ni la competencia necesaria para producir la semilla de peces que necesitan,
especialmente cuando se trata de peces que no se propagan fácilmente o que no lo hacen en aguas
estancadas.

Existen dos tipos de piscifactoría: unas que se ocupan exclusivamente de una especie de peces
(piscifactorías especializadas) y otras que pueden ocuparse de muchas especies. En la actualidad se
tiende a establecer piscifactorías capaces de producir semilla de varias especies, respondiendo así a
la tendencia moderna al cultivo mixto o combinado de distintas especies con diferentes hábitos
alimentarios, lo que permite aprovechar todos los recursos alimentarios del estanque y obtener el
máximo rendimiento.

La capacidad de producción de una piscifactoría depende de muchos factores. Entre ellos cabe
destacar el número y talla de los reproductores; el número de especies que es preciso propagar; las
diferencias en sus respectivas temporadas de desove; la capacidad de los tanques de espera, las
incubadoras y las instalaciones de cría de larvas; la cantidad y calidad del agua disponible; y la
experiencia del personal. Otros factores importantes son la capacidad de los tanques (o estanques) de
alevinaje y de cría de jaramugos y la mayor o menor rapidez con que se da salida a los pececillos.

En los países en los que el transporte de los pececillos no constituye un problema (porque existe una
buena red de carreteras y los medios de transporte son seguros y poco costosos) es fácil establecer
grandes piscifactorías centrales y centros de distribución. Las investigaciones realizadas en esos
centros permiten difundir y mejorar las técnicas existentes. Las piscifactorías menores, por otra parte,
no pueden permitirse trabajos de investigación. Aunque el establecimiento de grandes piscifactorías
centrales tienen enormes ventajas, en las regiones tropicales y subtropicales donde las altas
temperaturas limitan las posibilidades de transporte a gran distancia, conviene establecer varias
piscifactorías de dimensiones medias (capaces de producir entre 7 y 10 millones de pececillos de 20 a
30 días).

Si las temporadas de cría de las distintas especies no coinciden, la capacidad de producción de una
piscifactoría puede aumentarse considerablemente con un aumento insignificante de los gastos. Basta
para ello proceder sucesivamente a la propagación de las diferentes especies.

En los párrafos que siguen se describen los elementos necesarios para una piscifactoría de aguas
templadas de dimensiones medias y se indica cuál ha de ser la disposición general de la misma.

Los elementos necesarios para una piscifactoría son: 1) agua de buena calidad y en cantidad
suficiente; 2) terreno suficiente para los estanques, los tanques de incubación, los edificios, etc.; 3)
electricidad, de ser posible; 4) medios de transporte, y 5) personal.

Agua. El agua necesaria para la piscifactoría puede obtenerse de embalses, presas, estanques, ríos,
canales, pozos artesianos o pozos profundos, pero es preciso que tenga la calidad necesaria. Su
salinidad no debe ser superior a 2 ppm y el pH debe ser del orden de 7–8, si es posible. No debe estar
contaminada por aguas negras ni otros desechos disueltos ni contener plaguicidas, cloro u otras
substancias tóxicas. Lo mejor es que el agua pueda llegar a la piscifactoría gracias a la acción de la
gravedad. De no ser así, es preciso instalar equipo de bombeo y depósitos de agua.
La piscifactoría (en especial los tanques de espera y los aparatos de incubación y cría de larvas)
necesitan agua con una presión equilibrada, que puede obtenerse con una caida de 1,0–1,5 m desde
el tanque de abastecimiento. Una presión mayor no es conveniente, porque puede causar daño a los
huevos y las larvas, que son muy delicados. Si la presión es excesiva, es preciso construir un depósito
regulador entre la fuente de agua y las instalaciones de la piscifactoría, para conseguir la presión
recomendada.

Si el agua contiene gases, como metano o sulfuro de hidrógeno, y no tiene oxígeno disuelto o tiene
muy poco (por ejemplo, si el agua procede de pozos entubados, pozos profundos o del fondo de
embalses profundos), basta un sencillo filtro de oxigenación para hacerla apta para la piscifactoría.

Otro factor importante es la temperatura del agua. Los peces de aguas cálidas necesitan, para
propagarse, temperaturas de 20° a 30°C. Si el agua está demasiado fría o demasiado caliente, el
desarrollo final de las gónadas resultará inhibido. El agua tiene gran capacidad de conservación del
calor y, por ello, no es posible cambiar la temperatura rápidamente. Este hecho ha de tenerse en
cuenta al planificar una piscifactoría. De ser posible, hay que contar simultáneamente con agua fría y
caliente, para poder mezclarlas en caso necesario y obtener la temperatura deseada.

El agua debe estar además libre de organismos planctónicos, en especial ciclópidos. El agua
procedente de una presa, un embalse o un estanque puede limpiarse con un sencillo filtro de grava o
un filtro de inversión de flujo, más complicado y eficaz (Figura 56). Las aguas turbias de ríos, canales,
etc., pueden utilizarse también, dado que la mayor parte de los peces que desovan en los ríos lo hacen
en aguas turbias, durante las crecidas. Sin embargo, la turbidez impide observar lo que sucede en las
instalaciones de la piscifactoría y las partículas en suspensión pueden obstruir los finos poros de los
filtros de los aparatos de incubación y cría de larvas. Es preferible, pues, dejar que la materia en
suspensión en el agua turbia se deposite en un embalse de decantación.

Las algas filamentosas pueden ser un grave problema en una piscifactoría, si se introducen en el
sistema de aprovisionamiento de agua. Por ello, todos los sistemas de filtraje deben conservarse bajo
techo, para impedir que se desarrollen plantas filamentosas en su interior. También las hojas, ramillas,
etc., deben eliminarse del agua antes de que llegue a la piscifactoría.

En las llanuras suele ser difícil conseguir agua suficiente con la presión necesaria, a no ser que se
disponga de un estanque o un embalse. Cuando el agua escasea, puede devolverse al estanque el
agua ya utilizada, de manera que se depure y pueda volverse a emplear.

El agua procedente directamente de un estanque o embalse, sin filtrar, puede causar muchos
problemas, porque con ella pueden llegar crustáceos planctónicos y otros organismos perjudiciales
para los huevos, las larvas y los alevines. Para construir un buen filtro con relativamente poco costo
puede procederse en la forma siguiente:

Se construye en el estanque o embalse una base de hormigón o ladrillos, con agujeros suficientes
para los postes que han de sostener la estructura. Se coloca alrededor una red metálica resistente de
1 × 1 m ó 1,5 × 1,5 m que sobresalga 50 cm por encima del nivel del agua del estanque. Se instala una
tubería de salida con una rejilla, como se indica en el diagrama (Figura 58). La parte exterior de la red
metálica se recubre con un forro resistente de malla fina (preferiblemente de plástico o bronce) para
evitar que pase la arena más gruesa. A medio metro, aproximadamente, de esa red metálica se instala
una segunda, recubierta también con un forro de malla fina, pero esta vez por la parte interna. A
continuación se echa arena gruesa (3–5 cm) entre las dos redes. Toda la estructura se cubre luego con
un techo, para evitar la proliferación de algas en el relleno de arena y dentro del filtro (Figuras 57 y 58).
Si no es posible disponer de agua que llegue por gravedad, será preciso utilizar una pequeña bomba
diesel o eléctrica.

La cantidad de agua es también un factor importante que hay que tener en cuenta, porque el agua de
la piscifactoría se contamina con materias orgánicas disueltas y es preciso sustituirla. El reciclaje del
agua ya utilizada sólo es posible si en el sistema general de circulación de agua se incorpora un
sistema adecuado de depuración, pero esos sistemas son de ordinario demasiado complicados y
costosos.

Hoy día, las piscifactorías y centros de distributión de semilla de peces suelen constar de cuatro
secciones diferentes: estanque de reproductores, instalaciones de incubación, estanque de alevinaje y
estanque de cría de jaramugos. Las instalaciones de incubación ocupan la mayor parte del complejo y
necesitan agua “de buena calidad” durante la temporada de reproducción, aunque el agua utilizada en
esas instalaciones puede derivarse luego hacia otras secciones del centro. Una incubadora en forma
de embudo y un tanque de cría de larvas de 10 1 de capacidad necesitan 0,5–1,0 1 de agua/min. El
consumo máximo de agua de las instalaciones de incubación en una piscifactoría de dimensiones
medias es de unos 5–10 1/s. Otros 5 1/s se requieren para los estanques de entrada y los tanques de
espera. En conjunto, las instalaciones de incubación necesita aproximadamente 15 1 de agua/s. Para
las demás secciones pueden hacer falta 15 1 de agua/s. En resumen, para establecer una piscifactoría
de dimensiones medias con sus unidades complementarias es preciso poder disponer de 40–50 1 de
agua/s en la estación más seca del año.

5.2 Descripción de las instalaciones


Como ya se ha indicado, una piscifactoría consta de cuatro secciones: 1) estanque de reproductores;
2) instalaciones de incubación, con estanques de entrada y tanques de espera; 3) unidades de
alevinaje, y 4) estanques de cría de jaramugos y producción.

5.2.1 Estanques de reproductores

Los reproductores, de los que se obtienen los productos sexuales necesarios para dar vida a una
nueva generación de peces, necesitan grandes cuidados. En un estanque de 1 000 m2 (0,1 ha) de
superficie pueden mantenerse de 20 a 50 reproductores, con un peso total de 150–250 kg. Si las
técnicas de propagación se aplican adecuadamente, 50–150 reproductores de una especie (40 por
ciento hembras y 60 por ciento machos) bastará para producir 2–3 millones de pececillos de 20–30
días. Eso significa que para una especie son necesarios dos estanques de reproductores, cada uno de
ellos con 2 000 m2 de superficie y capaz de albergar 50–75 reproductores de talla normal (3–6 kg). Si
la piscifactoría se ocupa de cinco especies de peces, bastarán 8–10 estanques, con una superficie
total de 1,5–2,0 ha. En un mismo estanque pueden colocarse juntos, peces reproductores que tengan
hábitos alimentarios distintos. No es aconsejable reducir el número de estanques aumentando sus
dimensiones más allá de 2 000 m2, porque en los estanques grandes resulta difícil capturar a los
reproductores cuando es necesario proceder a la separación por sexos.

Los estanques de reproductores deben ser suficientemente profundos (1,5 m por término medio) y
estar bien abastecidos de agua. En un estanque de 1 ha de superficie serán necesarios 100–200 m3 de
agua al día durante la estación seca, para reponer el agua que se pierde por evaporación.
Los estanques de reproductores deben estar situados de manera que sea posible vigilarlos para evitar
hurtos. De ser posible, deben estar cerca de las instalaciones de incubación. Si están alejados puede
surgir problemas de transporte y puede ser preciso un servicio especial de vigilancia.

Conviene que los estanques de reproductores sean rectangulares; si se dispone de espacio suficiente,
75 × 20 m ó 80 × 25 m constituye una solución excelente.

5.2.2 Instalaciones de incubación

La mayor parte del trabajo de propagación se realiza en las instalaciones de incubación. El trabajo
comienza con la llegada de reproductores maduros, para inducir el desove, y termina con la
distribución de los pececillos para siembra. Durante la temporada de propagación, las piscifactorías
comerciales suelen trabajar en jornada continua. En las Figuras 59 y 60 pueden verse en detalle varios
tipos de unidades de incubación.

Para almacenar los reproductores maduros antes de la hipofisación son necesarios dos estanques
pequeños, de 200–450 m2 cada uno (10 × 20 m ó 15 × 30 m) y 1,0–1,5 m de profundidad. Bastan esos
dos estanques para conservar (separados por sexos) todos los peces (25–50 aproximadamente) que
se requieren para una semana. Estos estanques se conocen con el nombre de estanques de entrada o
de almacenamiento.

Para conservar los reproductores ya inyectados son necesarios tanques o pilones de ladrillo u
hormigón a los que llegue continuamente agua filtrada, limpia y bien oxigenada. Son los llamados
tanques o pilones de espera. El fondo de estos tanques debe estar en ligera pendiente, con un
desagüe en la parte más profunda para poder vaciarlos completamente cuando sea necesario. Para
regular el nivel del agua se utiliza un tubo abatible de 5 cm de diámetro (Figura 59). Para mantener ese
tubo en la posición adecuada e impedir que se incline y deje salir el agua de la cubeta se utiliza una
cadena con un pasador. A veces, especialmente si el desove de los animales inyectados ha de
hacerse artificialmente, es muy útil disponer de una zanja de 20–25 cm de profundidad y 50 cm de
anchura a lo largo del eje longitudinal del tanque, ya que de esa manera los reproductores pueden
sacarse fácilmente para proceder al desove artificial. Cuando se utiliza la técnica de desove inducido,
pueden emplearse tanques de espera de fondo llano. Las mejores dimensiones para estos tanques
son 2,5 × 1,5 × 1,0 m para 4–6 reproductores y 4 × 2 × 1 m para 8–10 reproductores de 3–6 kg cada
uno. En el caso de reproductores especialmente grandes (por ejemplo, Colossoma spp.), de 12–20 kg
cada uno, es preferible disponer de tanques mayores (7,5 × 2,5 × 1,0 m). No es aconsejable
amontonar demasiados peces en un tanque, especialmente si se quiere trabajar con el sistema de
desove inducido. De todas maneras, la densidad óptima ha de determinarse experimentalmente con
cada especie. Es importante que los reproductores dispongan de suficiente oxígeno. Se calcula que un
reproductor de talla normal (3–6 kg) requiere 4 1 de agua/min.

Muchos de los peces que desovan en los ríos (carpa plateada, carpa herbívora, carpa de cabeza
grande, rohu, mrigal, coporo, etc.) pueden estar muy nerviosos y agitados. Es conveniente, pues,
colocarlos en tanques poco profundos (25–30 cm de profundidad) durante el tratamiento, para impedir
que puedan saltar fuera. Por la misma razón conviene cubrir con una red la parte superior del tanque.
Es necesario además poner en la superficie de la cubierta una pantalla flotante de dimensiones
adecuadas y de color oscuro, para que los peces inyectados puedan esconderse debajo. Con peces
que no se ponen nerviosos durante la reproducción inducida, el nivel del agua de los tanques de
espera puede elevarse a 60–70 cm.
La manipulación de los reproductores en el estanque de espera es mucho más fácil si se instala un
hapa dentro del tanque. Para que el fondo del hapa se mantenga tirante y no moleste a los peces, se
coloca alrededor de él un armazón de varillas de hierro. Conviene que la longitud y anchura del hapa
sean 5–10 cm menores que las del tanque.

Los reproductores deben permanecer en el tanque de espera unas 36–48 h, es decir: 24 h después de
la inyección preparatoria, 9–10 h después de la inyección decisiva, y el tiempo necesario, después del
desove, para recoger los huevos fertilizados. Por tanto, son suficientes 4–6 tanques de espera si se
prevé que las operaciones de desove inducido y desove artificial a mano se realizarán a razón de
cuatro días por semana. Ha de reservarse siempre un día para las operaciones de limpieza y
manutención.

A lo largo de la hilera de tanques de espera, por el lado donde están colocadas las tuberías de
desagüe, hay que construir una zanja de 10–25 cm de profundidad y 60–70 cm de anchura para
recoger el agua de los tanques y colocar los colectores de huevos.

En las zonas tropicales y subtropicales, es mejor que los tanques estén bajo techo o al menos total o
parcialmente sombreados. Es conveniente disponer en las proximidades de un laboratorio (6 × 3 m) o
una zona cubierta, especialmente para el desove artificial, la preparación de inyecciones, el
tratamiento de los huevos y el semen, etc. El laboratorio debe tener agua, mesas, armarios,
estanterías, etc. También es necesario un pequeño almacén.

Los huevos fertilizados obtenidos por desove inducido o por desove artificial han de incubarse, y las
larvas han de criarse en las instalaciones de incubación hasta la fase de alevines que empiecen a
comer.

Para incubar los huevos no adherentes de peces de aguas templadas se emplean de ordinario
incubadoras en forma de embudo. Para huevos más pesados, con poco espacio perivitelino, se utilizan
embudos o recipientes más cónicos, que necesariamente tienen menor diámetro (16–20 cm) y
volumen. A la hora de decidir sobre el número de incubadoras necesario es preciso tener presente que
sólo el 25–30 por ciento del volumen total de la incubadora puede utilizarse para contener huevos. Eso
quiere decir que en una vasija Zoug de 7 l o en un embudo de plástico de la misma capacidad sólo
pueden colocarse 1,5–2,2 1 de huevos dilatados. Para los huevos flotantes o semiflotantes es mejor
que la parte cónica de la incubadora sea más roma. Los tipos de incubadora en forma de embudo
descritos en este manual son en general adecuados para la mayoría de los huevos que se encuentran
en los trabajos de propagación. Las incubadoras grandes o muy grandes (100–200 1) tienen de
ordinario el inconveniente de que se llenan con huevos de hembras diferentes, con distintos índices de
fertilización. De todas maneras, en los trabajos de propagación en gran escala se utilizan incubadoras
de ese tipo. Las incubadoras en forma de embudo fabricadas con materiales duros, como cristal, fibra
de cristal o metal, pueden instalarse fácilmente utilizando abrazaderas de metal.

En los huevos de peces de regiones tropicales y subtropicales que desovan en los ríos, la eclosión se
produce a las 18–30 h. El tiempo necesario, pues, para poder volver a usar la incubadora, teniendo en
cuenta el que hace falta para la limpieza y para dejar que se seque, es de unas 48 h, o sea
aproximadamente igual que en el caso de los tanques de espera.

En los recipientes de cría de larvas, el tiempo necesario para poder volver a utilizarlas es de unos 5
días. Pero el número de larvas que pueden mantenerse en esos recipientes es aproximadamente
doble del número de huevos que pueden colocarse en una incubadora de dimensiones análogas.
Los grifos por los que llega el agua a la incubadora y a los recipientes de cría de larvas están
colocados en la tubería de traida de agua a intervalos de 25 cm, en el caso de las vasijas Zoug y los
embudos cónicos, y a 60 cm en los demás casos. La conexión entre el grifo y la cubeta puede ser
directa o mediante un tubo flexible de goma o plástico. En cualquier caso, debe sujetarse bien, para
evitar desconexiones accidentales que serían fatales para los huevos o las larvas.

Cuando se utilizan incubadoras sumergidas hechas con materiales no rígidos, es preciso construir
tanques o pilones gemelos rectangulares, y la tubería del agua, que lleva grifos a ambos lados, va
colocada sobre la pared divisoria. La distancia entre los grifos ha de ser de 60 cm. Es conveniente y
necesario que los grifos arrojen la misma cantidad de agua cuando está abierto uno solo que cuando
están todos abiertos; para ello, la tubería en la que están colocados los grifos ha de ser de sección
grande: por ejemplo, 5 cm si hay 20 grifos y 7,5 cm si son más de 20 (Figura 60).

Cada uno de los tanques gemelos tiene 6–8 m de longitud, 70 cm de anchura y 1,0–1,1 m de
profundidad y en uno de los extremos hay un tubo abatible para regular el nivel del agua. Dos tanques
gemelos de las dimensiones indicadas son suficientes para una piscifactoría de dimensiones medias.
Para la propagación de carpas comunes es preciso disponer de unos 40–60 grifos para vasijas Zoug.

Como los huevos y las larvas de muchos peces son sensibles a la exposición directa a la luz del sol,
conviene que los tanques gemelos tengan sombra.

Los tanques para el acondicionamiento de los alevines o jaramugos antes de envasarlos para el
transporte son fáciles de construir. El acondicionamiento dura en general 24 h. Los tanques miden de
ordinario 1,2 × 1,2 × 1,0 m y se necesitan en general 4 ó 5 tanques. Para manipular los peces con
facilidad suele colocarse en el tanque un hapa o “caja de paño de red”, hecho con malla de 2 mm y de
1,0 × 1,0 ×1,0 m. En un tanque de esas dimensiones pueden acondicionarse unos 50 000 jaramugos y
puede utilizarse también para el tratamiento antiparasitario.

5.2.3 Instalaciones de alevinaje

La cría de los alevines desde que empiezan a comer hasta que alcanzan unos 25 mm de longitud es la
fase más crítica y difícil de los trabajos de la piscifactoría.

En la mayor parte de las piscifactorías, el problema principal es la falta de espacio para criar los
alevines durante las primeras 3–4 semanas, hasta que se convierten en jaramugos. Es evidente que el
alevinaje es una operación delicada, que requiere considerable competencia. Por ello, no puede
dejarse en manos de los criadores, limitándose a suministrarles larvas o alevines que empiecen
apenas a comer. Es posible, naturalmente, enseñar a algunos criadores a preparar sus estanques para
recibir alevines pequeños. Pero es preferible que la cría de los alevines esté en manos de expertos.
Conviene, pues, que entre los elementos integrantes de una piscifactoría figuren estanques de
alevinaje. En la actualidad se conocen bien varios de los factores que determinan la supervivencia de
los alevines, y su cría, por tanto, es mucho más sencilla que en el pasado.

Aunque existen, y se han descrito, diferentes tipos de estanques ordinarios de alevinaje, una
piscifactoría moderna necesita, para obtener resultados óptimos, tanques especiales de alevinaje y
pequeños estanques de tierra.

5.2.3.1 Tanques especiales de alevinaje. Los tanques especiales de alevinaje tienen 20–40 m de
longitud y 5–6 m de anchura, con una superficie de 100–240 m2. En un estanque de ese tipo pueden
colocarse por término medio 200 000–400 000 alevines. Los tanques se construyen de ordinario de
ladrillo u hormigón. La experiencia enseña que una hembra de 4–6 kg que se reproduzca
satisfactoriamente puede producir 0,5–0,7 kg de huevos secos, de los que nacerán un número
suficiente de alevines para llenar un tanque especial de alevinaje. Si en una semana se induce la
puesta de 10 hembras como la indicada, serán necesarios 30–40 tanques para citar los alevines
conseguidos durante 21–28 días.

5.2.3.2 Estanques de tierra para el alevinaje. Un buen estanque de alevinaje no debe superar los 500–
1 000 m2 de superficie y ha de ser de forma rectangular, con una anchura de 10–12 m. El fondo debe
construirse de manera que, partiendo de las paredes longitudinales, sea llano por 2,0–2,5 m y
descienda luego gradualmente, por ambos lados, para formar en el centro una fosa de 2–3 m de
anchura y 0,5 m más profunda que la parte llana del estanque. Esa fosa sirve a los alevines de refugio.

Si los estanques de alevinaje se construyen con muros de tierra, buena parte de la tierra excavada se
utilizará para los terraplenes que separan los estanques. Si los muros divisorios de los estanques se
construyen con ladrillos, losas prefabricadas de hormigón u hormigón, la tierra desaprovechada no
será más del 5–7 por ciento. Si se usan ladrillos es preciso emplear mortero de buena calidad y elevar
el muro por un total de 120–130 cm, la mitad de los cuales deberán sobresalir del nivel del suelo. Los
muros de los extremos de los estanques de alevinaje deberán ser más resistentes que los muros
divisorios longitudinales. Los muros de ladrillo sirven para evitar la entrada de ranas, sapos y
serpientes. La estructura de drenaje de los estanques de alevinaje es muy sencilla, y puede instalarse
en ella un recipiente de recogida de peces colocado en un foso de ladrillo (para recoger los alevines
cuando se vacía el estanque).

Un estanque de alevinaje de 50 × 10 m (500 m2) debe contener, cuando se introducen los alevines,
unos 200 m3 de agua, que han de aumentarse gradualmente hasta 300–350 m3 a medida que los
alevines crecen. El índice de siembra para un estanque de ese tipo es de 500 alevines por m2, o sea
un total de 250 000 alevines por estanque.

El número de estanques de alevinaje necesarios dependerá de la duración del período de cría. Por
término medio, un buen reproductor produce material suficiente para un estanque de 500 m2. Si la
distribución de jaramugos ha de ser continua, se requerirán al menos 30 estanques de alevinaje. Para
evitar problemas, una piscifactoría de dimensiones medias necesita unos 40 estanques de alevinaje.
Los pececillos deben sacarse de los estanques de alevinaje cuando tienen de cuatro a cinco semanas
de edad.

5.2.3.3 Ventajas y desventajas de los tanques especiales de alevinaje y los estanques de tierra. Los
tanques especiales de alevinaje tienen las siguientes ventajas:

1. Un 70 por ciento del tanque es poco profundo y ofrece por tanto a los alevines el ambiente que
estos prefieren para vivir y alimentarse.
2. Como la zona poco profunda tiene en parte fondo duro (50–60 por ciento, aproximadamente),
no habrá vegetación excesiva (hierbas y otras plantas) durante el período de cría.

3. Puede vaciarse, limpiarse y desinfectarse cuando es necesario.

4. Es fácil ver en qué estado se encuentran los alevines.

5. En caso necesario puede reducirse con facilidad el número de alevines sacando algunos, con
un salabre, de la fosa central.
6. Las dimensiones reducidas hacen posible la cría intensiva.

7. El control de parásitos y el tratamiento profiláctico contra ellos pueden hacerse n el mismo


tanque.

8. Los costos de manutención son pequeños.

Tal vez la única desventaja sea que los costos iniciales de construcción son elevados.

Los estanques de tierra para alevinaje, especialmente si son cuadrados y no rectangulares, tienen
varios inconvenientes, los más importantes de los cuales son:

1. La superficie poco profunda es menor (sólo 40–60 por ciento).


2. Las hierbas y otra vegetación pueden llegar a ser demasiado densas, impidiendo el desarrollo
de organismos que sirvan de alimento a los alevines.

3. La limpieza y desinfección son más difíciles, y es difícil sobre todo impedir que se acumule
cieno en las partes más profundas.

4. La densidad de la vegetación dificulta la extracción de los alevines.

5. Es difícil observar en qué estado se encuentran los alevines.


Figura 56 Filtros para piscifactoría

A) VISTA DESDE ARRIBA


B) VISTA LATERAL

Figura 57 Construcción de un filtro sencillo para piscifactoría


Figura 58 Funcionamiento de un filtro sencillo en una piscifactoría
Figura 59 Disposición general de
las instalaciones de
incubación en una
piscifactoría de aguas
templadas
Figura 60 Disposición general de
los tanques gemelos y los
tanques de espera en una
piscifactoría

5.2.4 Unidades de cría de jaramugos y producción

Los objetivos de la sección de cría de jaramugos y producción son: a) criar jaramugos y pececillos de
buena talla para distribuirlos a los piscicultores; b) preparar reproductores para el futuro; c) criar peces
donantes de glándulas pituitarias y d) producir peces para la venta, en caso necesario.

Los estanques de cría de jaramugos y los estanques de producción se utilizan en general en régimen
de policultivo. Las actividades de propagación de las secciones de incubación y alevinaje no duran de
ordinario más de 5–6 meses, mientras la sección de cría de jaramugos y producción funciona todo el
año. Los costos de la producción de jaramugos pueden reducirse si la piscifactoría produce las
glándulas pituitarias que necesita, criando peces donantes y produce además peces comercializables.

Los estanques de la sección de cría de jaramugos y producción se construyen de ordinario igual que
los estanques normales de producción: sus dimensiones varían entre 0,5 y 1,0 ha y ocupan una
superficie total de 2–3 ha.

La superficie total necesaria para una piscifactoría y centro de distribución de semilla y para cada una de
las secciones que la integran es la siguiente:

Superficie de agua necesaria, Terreno necesario,


Secciones de la piscifactoría
ha ha
1) Estanques de reproductores 2,5–3,0 3,0–4,0
2) Sección de incubación y
0,5
edificios
3) Estanques de alevinaje 1,0–2,0 1,5–3,0
4) Cría de jaramugos 2,0–3,0 3,0–4,0
Terreno necesario en total 8,0–11,0

En general, para construir una piscifactoría y centro de distribución de semilla de dimensiones medias
se necesitan 10–15 ha de terrenos adecuados.

5.3 Piscifactorías de una sola especie y de varias especies


El desarrollo de la técnica de hipofisación ha hecho posible el establecimiento de piscifactorías y
centros de producción modernos, en los que pueden propagarse una o varias especies de peces,
según las necesidades de los piscicultores. Las piscifactorías que se ocupan de varias especies son
esenciales por las razones siguientes:

1. Para poder utilizar las técnicas modernas y rentables de cultivo mixto y combinado es preciso
disponer de semilla de varias especies con distintos hábitos alimentarios.
2. Las mismas instalaciones y el mismo equipo pueden utilizarse para distintas especies de
peces, dado que las técnicas de propagación son fundamentalmente las mismas para la
mayoría de las especies.
3. Si se propagan diferentes especies de peces, la piscifactoría puede operar durante más tiempo,
porque las temporadas de propagación de las diversas especies cultivables no coinciden
exactamente.

4. Si por cualquier razón no se consigue propagar una especie, la piscifactoría puede de todas
maneras funcionar eficazmente dedicándose a la propagación de otras especies.

5. El personal especializado de la piscifactoría puede estar siempre ocupado, porque en una


piscifactoría de varias especies bien organizada tendrá trabajo suficiente durante todo el año.

A pesar de cuanto se ha indicado, son muchas las piscifactorías que se dedican a la propagación de
una sola especie, en particular: trucha (arco iris y de fontana), coregónidos (Coregonus lavaretus, C.
albula), lucio (Esox lucius), lucioperca (Stizostedion lucioperca), esturión (Acispenser spp.), bagre de
canal (Ictalurus punctatus) y tilapia (Tilapia spp.) Las piscifactorías de tilapia se dedican a la
producción de híbridos monosexo.

Las piscifactorías de una sola especie disponen de equipo e instalaciones especializadas. Aunque
pueden producir un número considerable de pececillos de la especie de que se ocupan, sus
operaciones se limitan generalmente a una temporada breve. Las piscifactorías de una sola especie se
dedican en general a producir pececillos para repoblar aguas naturales y mantener o restaurar sus
poblaciones naturales.

5.4 Instalaciones provisionales


Para que las operaciones de propagación comercial de peces procedan satisfactoriamente es preciso
disponer de instalaciones y equipo estables y de buenas herramientas de trabajo. Sin embargo,
durante la fase inicial de un proyecto o en las actividades experimentales que puede ser necesario
realizar para convencer a un organismo patrocinador de la viabilidad del proyecto y moverlo a facilitar
fondos, es aconsejable utilizar medios provisionales. Los resultados pueden ser sólo parcialmente
satisfactorios, pero pueden servir para indicar que el proyecto propuesto es viable. Aún en el caso de
que los resultados fueran satisfactorios, no sería aconsejable continuar trabajando con medios
provisionales por tiempo indefinido. En los párrafos que siguen se describen brevemente algunos de
esos medios provisionales.

Los reproductores que se necesitan para la propagación pueden recogerse cada vez que se necesitan
y transportarse a la piscifactoría. Si no se dispone de un estanque de almacenamiento, pueden
mantenerse por algún tiempo en cajas de paño de red cubiertos (hapas) o procederse inmediatamente
a la hipofisación. Los peces cuyo desove se ha inducido pueden conservarse en bañeras o tinas, si se
dispone de agua corriente bien oxigenada. El agua procedente de traidas urbanas puede contener
cloro y es preciso, por tanto, declorarla antes.

Algunos peces ovulan y desovan en cajas de paño de red de malla fina (hapas) instaladas en los
estanques sobre estacas, de ser posible cerca de la zona por donde entra el agua. Estos hapas, que
miden 2 × 1 × 1 m (para los peces menores) ó 3,5 × 1,5 × 1,0 m (para peces mayores) se han utilizado
con éxito para el desove inducido de carpas herbívoras, carpas indias y carpas comunes. Los peces
que necesitan mucho oxígeno pueden no desovar en los hapas, por deficiencia de oxígeno.

También pueden instalarse incubadoras provisionales con agua corriente, como se indica en la Figura
61. Las incubadoras pueden hacerse con lámina de plástico, embudos de lámina de plástico
sostenidos con malla de alambre galvanizado, arcilla, etc. Las larvas pueden criarse en cajas con
paredes de malla muy fina (hapas), con agua corriente o sin ella.

Los alevines pueden criarse en cajas de paño de red de malla fina instaladas en un estanque de
producción. En una piscifactoría provisional, la densidad de los huevos en las incubadoras y de los
alevines en las cajas de alevinaje ha de ser menor de la recomendada de ordinario para instalaciones
estables.

5.5 Equipo y herramientas de trabajo necesarias


Para facilitar el funcionamiento regular e ininterrumpido de la piscifactoría es preciso tener a mano todo
el equipo básico y las herramientas de trabajo que son necesarias. Mucho de ese material no se
encuentra en el mercado y ha de hacerse a petición del cliente, según las necesidades de la
piscifactoría. Sea como sea, es preciso tener todo el material necesario a mano antes de que
comience la temporada de reproducción.

Una lista detallada del equipo y las herramientas necesarios para las varias dependencias y fases de
trabajo de una piscifactoría puede verse en el Apéndice I.

5.6 Fabricación del equipo y las herramientas de trabajo


5.6.1 Equipo y herramientas de fabricación doméstica

En los países a los que no ha llegado aún la piscicultura moderna, muchas de las herramientas y del
equipo necesario para la propagación de los peces pueden ser imposibles de encontrar. Por ello, los
piscicultores de esos países no tienen más remedio que fabricarlos ellos mismos. De todas formas,
pueden utilizarse varios productos industriales de uso general, con pequeñas modificaciones o incluso
sin ninguna, como, por ejemplo, productos de plástico, cuencos, bandejas, cubos, lavabos,
contenedores, botellas, láminas de metal, tuberías, tubos, paños de red, etc.

El principal problema puede ser encontrar tela de cedazo de ojo muy fino, tan necesaria en una
piscifactoría. Este material se produce sobre todo para los tamices que emplea la industria molinera y
es preciso comprar la cantidad suficiente para fabricar los aparatos necesarios y para repararlos. Uno
de los aparatos necesarios es, por ejemplo, una red planctónica, para la cual se necesita malla de 60–
100 micras (0,06–0,1 mm). La forma de fabricar una red planctónica puede verse en la Figura 62.

De igual modo, las incubadoras de inmersión y los embudos, cajas, etc., para la cría de larvas pueden
fabricarse utilizando tela de cedazo de 300–400 micras (0,3–0,4 mm). Cuando las larvas son muy
pequeñas (menos de 5 mm) puede utilizarse malla de 200–250 micras (0,2–0,25 mm), mientras para
las larvas mayores (más de 1 cm) se emplea malla de 600–800 micras

Los salabres redondos y en forma de pala empleados para recoger los huevos flotantes y
semiflotantes pueden fabricarse también con tela de cedazo de 600–800 micras, como se indica en las
Figuras 63 y 64, respectivamente.

Para capturar los alevines y jaramugos ya desarrollados se utilizan salabres redondos y en forma de
pala hechos con malla resistente de 1,0–2,0 mm. A veces se utilizan para ese fin redes mosquiteras.
Los filtros o rejillas para las bocas de entrada y salida del agua en los tanques y acuarios se hacen con
tela metálica, tela de cedazo y tubos de plástico (Figura 65a).

Las rastras utilizadas para reducir el número de alevines y jaramugos de un estanque o capturarlos en
las fosas de recolección pueden hacerse con redes mosquiteras de material sintético o materiales
especiales de malla fina (0,2–0,5 cm, según la talla de los peces) (Figura 65b). Si la malla es
demasiado fina, no podrá arrastrarse la red rápidamente. Si es demasiado grande respecto de la talla
de los peces, muchos de ellos quedarán enganchados y resultarán heridos o muertos y algunos
podrían incluso escapar.

Antes de fabricar las redes mencionadas siguiendo las instrucciones que se dan en las figuras,
conviene, para evitar desperdiciar material, preparar modelos de papel.

Muchas de las piezas que se utilizan en una piscifactoría necesitan una armadura de varilla de hierro.
Pueden utilizarse perfectamente varillas de las que se emplean para armar el hormigón. Para los
salabres menores, la armadura puede hacerse con varillas de 6–8 mm, mientras para los salabres
mayores se emplean varillas de 10 mm. Las anillas para las incubadoras y los receptáculos de cría de
larvas se preparan con alambre de acero o de hierro anticorrosivo de 3–4 mm de diámetro.

Para las costuras de los embudos utilizados en las incubadoras y en los recipientes de cría de larvas lo
mejor es utilizar hilo sintético. Si no es posible, puede emplearse hilo fuerte de algodón.

También se utiliza hilo fuerte de algodón para suturar las hembras de carpa común e impedir que se
esparzan los huevos maduros.

En la Figura 66 puede verse cómo se montan distintos tipos de colectores de semen.

5.6.2 Preparación de un distribuidor de oxígeno o aire comprimido

El empleo de bombonas de oxígeno a presión para sustituir el oxígeno disuelto que los peces
consumen resulta eficaz si las burbujas que atraviesan la columna de agua tienen las dimensiones
adecuadas. Las burbujas pequeñas tienen una superficie relativamente mayor, lo que facilita la
absorción del oxígeno en el agua. Además, su velocidad de ascenso es menor que la de las burbujas
mayores, por lo que el tiempo disponible para la absorción del oxígeno es mayor.

Para una buena distribución del oxígeno pueden emplearse estructuras de grafito o láminas de metal
de poros diminutos construidas especialmente. Un anillo sencillo para la distribución de oxígeno puede
construirse fácilmente en la piscifactoría misma (Figura 67).

Se utiliza para ello un tubo de plástico o goma de 1 cm (½ in) de diámetro, con el que se forma un
anillo o una elipse sirviéndose de un tubo de metal en forma de T o Y. A continuación se toma una
aguja y se aguza con una piedra fina de amolar. Luego se hacen con la aguja una serie de agujeros a
lo largo del anillo, a distancia de 1 cm aproximadamente. Los agujeros deben ser muy finos, para que
el oxígeno pase por ellos a presión. Para hacer llegar el oxígeno desde la bombona hasta el
distribuidor (anillo) se emplea un tubo de plástico o goma apto para uso con gases a presión. El
distribuidor ha de lastrarse con un anillo metálico de las mismas dimensiones, para que permanezca
en el fondo del recipiente.
5.7 Personal necesario
El trabajo de la piscifactoría es delicado y exige diligencia, atención, puntualidad, exactitud y habilidad.
La vigilancia ha de ser continua, para evitar riesgos a los reproductores, los huevos y los pececillos en
sus distintas fases. Durante la temporada de propagación, el personal de la piscifactoría tiene que
trabajar 8–10 h al día.

Para separar y transportar los reproductores se requieren de tres a cuatro personas. Para la
hipofisación se necesitan tres personas: una para sujetar al pez durante la inyección, otra para
administrarla y la tercera para traer al pez desde el tanque a la mesa de inyección y llevarlo luego al
tanque de espera. Para recoger los huevos en los tanques de espera o pasarlos de los colectores a las
incubadoras hacen falta al menos dos personas. Tres o cuatro son necesarias para el desove artificial
de las hembras y para recoger al mismo tiempo el semen de los machos. Mientras una persona sujeta
la hembra y procede al desove artificial, la segunda limpia el pez y se encarga del cuenco de los
huevos, la tercera prepara el pez siguiente para el desove y la cuarta se ocupa de colectar el semen.
Para manipular los huevos (fertilización, lavado, eliminación de la capa adhesiva, etc.) de 5–6 hembras
se necesitan cuatro personas, a razón de una persona por cada 2 1 de huevos secos. Dos personas
pueden encargarse de los demás trabajos, como manipulación y tratamiento de los huevos y las
larvas, alimentación de los alevines, transporte de los pececillos y limpieza y desinfección del equipo,
los instrumentos y los tanques.

Figura 61 Piscifactoría provisional instalada cerca de un estanque o embalse


Figura 62 Fabricación de una red planctónica para las operaciones de cultivo en estanques
A) Corte de la malla B) Armadura

C) Pliegue D) Salabre visto desde arriba

D = diámetro del corte de la malla


d = diámetro de la armadura
h = profundidad de la red
i = pliegue

E) Salabre visto desde el costado

Figura 63 Fabricación de un salabre redondo


Figura 64 Fabricación de un salabre en forma de pala
Figura 65a Filtros para tomas de agua y desagües
Figura 65b Fabricación de una rastra pequeña para alevines y jaramugos
Figura 66 Colectores de semen
Figura 67 Empleo de oxígeno para el transporte de peces

6. EMPLEO DE CALMANTES EN LA PROPAGACION Y EL


TRANSPORTE DE PECES
El uso de calmantes desempeña una función importante en la propagación artificial de los peces. Se
utilizan para tranquilizar a los reproductores en la piscifactoría y durante el transporte.

Tranquilizar a los reproductores tiene las siguientes ventajas:

1. los peces se calman y, por tanto, no saltan, lo que reduce considerablemente el peligro de
lesiones;
2. el personal no encuentra dificultades para manejar los peces de gran tamaño; y

3. durante el desove artificial, las posibilidades de que los huevos se desparramen son mínimas.

En ocasiones puede ser necesario tranquilizar varias veces a los reproductores durante la
propagación: al seleccionarlos, pesarlos o marcarlos, durante la determinación de la fase de madurez
en que se hallan, al administrarles la inyección preparatoria y la decisiva, y durante el desove artificial.

Como calmantes se utilizan comúnmente dos productos químicos: Quinaldina y MS 222.

a) Quinaldina (2–4 metilquinolina). Es un líquido tóxico y, por tanto, debe manejarse con mucho
cuidado. De ordinario, este tratamiento se administra a los peces en grandes volúmenes de agua,
como un tanque grande de cemento o un ángulo de un estanque, donde los peces se agrupan y
mantienen mediante una red. El índice de dilución ha de ser de 1 por 40 000, lo que significa que en 1
m3 de agua han de echarse 25 cm3 de quinaldina. Si el tratamiento determina un movimiento irregular
de los opérculos de los peces es preciso trasladarlos inmediatamente a un recipiente con agua bien
oxigenada, para evitar que mueran.

b) MS 222 (Sandoz, Basilea, Suiza). Es un calmante muy suave y los peces se recuperan fácilmente,
incluso después de un sopor prolongado. Para el tratamiento de los peces con este producto, se diluye
en el agua a razón de 1:10 000 (es decir, 10 g de MS 222 en 100 l de agua) y se mantiene a los peces
en esa mezcla durante media hora, a 20°–25°C de temperatura. Como el MS 222 es bastante costoso,
ha de usarse con prudencia.

En general se preparan cada día 100 l de esa solución, suponiendo que los peces que hayan de
tranquilizarse cada vez sean 10 (5–8 kg cada uno). Puede utilizarse la misma solución para calmar
otros grupos de peces, a condición de que no se añada más agua y no se diluya ulteriormente el
calmante. A veces es necesario airear la solución. Esta sigue eficaz incluso después de 24 h, pero en
ocasiones, con el uso prolongado, despide malos olores a causa de la putrefacción del mucus de los
peces tratados.

El MS 222 se usa también para calmar a la carpa común mientras se sutura la apertura genital,
colocando en la boca del pez una bola de algodón empapada en una solución fuerte del producto.
Otro producto químico que ha empezado a utilizarse recientemente como calmante para peces es el
fenoxietanol. Es más suave y menos eficaz que el MS 222, pero es mucho más barato; para el
tratamiento se diluyen 30–40 cm3 de fenoxietanol en 100 l de agua.

Tranquilizamiento de reproductores para el transporte. Transportar reproductores durante varias horas


a largas distancias no es tarea fácil y resulta especialmente difícil en las zonas tropicales y
subtropicales, donde la temperatura del agua es elevada y es difícil obtener agua fresca y saturada de
oxígeno. Los peces suelen golpear contra las paredes del contenedor y sufren lesiones, a veces tan
graves que es imposible emplearlos para la propagación hasta la temporada siguiente.

Para tranquilizar a los peces suele usarse la dosis normal, colocándolos luego en el tanque o cisterna
de transporte, en el que la concentración original se diluye al 50 por ciento añadiendo la misma
cantidad de agua limpia. En esa solución diluida, los reproductores se mantendrán tranquilos.

Es aconsejable determinar experimentalmente cuál es la dosis adecuada para cada tipo de peces. La
sensibilidad y la resistencia varían de especie a especie e incluso entre especies muy afines pueden
encontrarse grandes diferencias.

7. EL TRANSPORTE EN LA PROPAGACION DE LOS PECES


7.1 Transporte de huevos
No todos los huevos de peces pueden transportarse por largos períodos de tiempo. Los huevos
blandos, con ancho espacio perivitelino, pueden transportarse sin problemas durante 1–1½ h
aprovechando el período de dilatación, cuando su consumo de oxígeno es muy bajo. Los huevos
duros, de cubierta espesa y espacio perivitelino estrecho, y los huevos con doble cubierta pueden
transportarse sin problemas por más tiempo (incluso un día) y a mayores distancias, colocándolos
entre capas de algodón o musgo húmedo. Las fases durante las cuales los huevos son menos aptos
para el transporte son las de mórula y blástula. Los huevos pueden transportarse también, en
pequeñas cantidades, colocándolos en bolsas de plástico con oxígeno a presión.

7.2 Transporte de larvas y alevines


El transporte de la semilla de peces se hace de ordinario desde la piscifactoría a una granja piscícola
que dispone de instalaciones para la cría. Las larvas y los alevines que empiezan a comer pueden
transportarse en bolsas de plástico con oxígeno a presión, colocando 5 000–8 000 larvas o alevines en
una bolsa con 5–7 l de agua y 15–20 l de oxígeno a presión. Es importante evitar agitaciones bruscas
del agua en las bolsas, porque pueden ser letales para los alevines pequeños. Los jaramugos y los
alevines ya desarrollados, en cambio, no resultan muy afectados.

El sistema de preparación de bolsas de plástico puede verse en la Figura 68. En las Figuras 69 y 70 se
indica cómo colocar semilla de peces en bolsas con oxígeno a presión y la manera de transportarlas
con diversos medios.

En contenedores de 1–2 m3 provistos de una tapa y con un sistema de insuflación de oxígeno pueden
transportarse de una vez millones de alevines (véase la Figura 66). Se llena el contenedor hasta la
mitad con agua limpia a la misma temperatura que el agua de la que proceden los alevines. Se echa
con cuidado el número estimado de alevines y se llena el contenedor hasta el borde, cerrando la tapa.
A lo largo del borde del contenedor se coloca una banda de caucho alveolado para asegurar que el
cierre sea estanco. En un agujero hecho en la parte alta del contenedor se sujeta firmemente un tubo
de plástico de 10–15 cm de longitud y 1,2 cm de diámetro para dar salida al oxígeno sobrante.

En 100 l de agua pueden transportarse unos 100 000 alevines que empiecen a comer. Eso quiere decir
que en un contenedor de 2 m3 pueden transportarse 2 millones de alevines. Conviene cubrir el
contenedor con un fieltro o esterilla húmedos o utilizar contenedores parcialmente aislados,
especialmente en los trópicos, para evitar que aumente la temperatura del agua.

7.3 Transporte de jaramugos


Los jaramugos de tres o cuatro semanas pueden transportarse en bolsas de plástico, colocando 500–2
000 en cada bolsa, según su talla y el tiempo que haya de durar el transporte.

Si se utilizan para transportar jaramugos, los contenedores mencionados poco más arriba pueden
colocarse unos 10 000 jaramugos por cada 100 l de agua (Figura 71a). Los jaramugos han de
transportarse igual que los alevines, es decir, llenando completamente de agua el contenedor y
asegurando un suministro continuo de oxígeno. En la parte baja del contenedor puede instalarse un
tubo de desagüe, como se indica en la Figura 71b.

No pueden emplearse las mismas técnicas para el transporte de jaramugos de todas las especies.
Conviene determinar experimentalmente el número óptimo de jaramugos de cada partida, según la
especie, en razón de la distancia a que han de transportarse y de la temperatura reinante.

7.4 Transporte de reproductores


El transporte de reproductores es una operación delicada. Antes de iniciar el transporte es preciso
tranquilizarlos, para evitar que golpeen contra las paredes del contenedor y se lesionen. El sistema
menos costoso para calmarlos es utilizar agua fría (5°–10°C) como medio de transporte. Por desgracia
no es posible utilizar este método para todas las especies y ciertamente es de valor muy dudoso en las
regiones tropicales y subtropicales.

Si no es posible utilizar agua fría, es preciso emplear calmantes. La mayor parte de los peces no
pueden tolerar los calmantes en solución concentrada por más de 1 h, pero en solución diluida pueden
soportarlos por mayor tiempo.

Para calmar a los reproductores antes del transporte puede emplearse el sistema siguiente:

Se colocan los peces en una solución concentrada (1:20 000) de MS 222 (es decir, 5 g de MS 222 en
100 l de agua), en la que no tardan en “adormecerse”. Al cabo de 15–20 min, cuando los peces están
totalmente tranquilos, se diluye la solución añadiendo agua, en cantidad diversa según la resistencia
de los peces. Para peces resistentes, como la carpa común y la carpa de cabeza grande, la solución
ha de ser dos veces inferior a la inicial (1:40 000); para los peces ligeramente sensibles, como la carpa
herbívora, dos veces y media (1:50 000), y para los peces muy sensibles, como la carpa plateada,
cinco veces (1: 100 000) (Figura 72a).

Si el tiempo de transporte es largo, el agua del contenedor ha de oxigenarse y hay que tomar
precauciones para evitar que la temperatura aumente por encima de 28°C; en los trópicos, las mejores
temperaturas para el transporte van de 20° a 24°C.
Uno o dos reproductores pequeños, previamente tranquilizados, pueden transportarse en una bolsa de
plástico con oxígeno a presión. Pero si los peces tienen espinas puntiagudas, es preciso cortarlas,
para evitar que perforen la bolsa.

Para transportar los reproductores a breve distancia pueden utilizarse angarillas y bolsas hechas con
medio saco (Figura 72b).
Figura 68 Preparación de bolsas de plástico para el transporte de semilla de peces
1 5–6 l de agua limpia 2 Colocar el número 3 Introducir el tubo de
) ) recomendado de ) oxígeno hasta el fondo
pececillos

4 Hacer salir el aire e 5 Insuflar más oxígeno para 6 Bolsa lista para el
) insuflar oxígeno ) inflar la bolsa, retirar el ) transporte
desde el fondo tubo y amarrar

Figura 69 Preparación de pececillos para el transporte en bolsas de plástico con oxígeno

A) Pececillos en agua supersaturada de oxígeno B) Bolsas colocadas en cajas de cartón

C) Por avión D) En camión


F) Suelta E) Equilibrar la temperatura antes de la suelta
Figura 70 Transporte de pececillos en bolsas de plástico
i. Llenar un colador de jaramugos cinco o seis veces y contar el número de pececillos;
ii. Dividir el número total de jaramugos así obtenido por el número de coladores cuyo
contenido se ha contado, para obtener el promedio de jaramugos contenido en un
colador;
iii. Contar el número total de coladores que se han utilizado para sembrar un estanque
o llenar una bolsa de plástico;

iv. Multiplicar ii) × iii) para obtener el número estimado de jaramugos utilizados

Figura 71a Estimación del número de jaramugos


Figura 71b Contenedor para transporte de pececillos, con tubo de desagüe
Figura 72a Transporte de reproductores a gran distancia
Figura 72b Utensilios para capturar reproductores y transportarlos a breve distancia

8. RECOGIDA Y CONSERVACION DE GLANDULAS PITUITARIAS


DE PECES
La glándula pituitaria produce, acumula y almacena la (s) hormona (s) gonadotrófica(s), que
desempeña (n) un papel decisivo en la ovulación. En la reproducción, la glándula pituitaria actúa como
intermediario entre el sistema nervioso central y las gónadas. Los peces sexualmente maduros
producen hormona(s) gonadotrófica(s), cuya concentración en la glándula pituitaria varía cíclicamente
y está en relación con el ciclo reproductivo. La concentración alcanza el punto máximo durante el
período anterior al desove, mientras es muy baja o casi nula durante la puesta y después. La glándula
pituitaria secreta gonadotrofina cuando recibe la “orden” del hipotálamo, que produce una hormona
que estimula la secreción de gonadotrofina. La gonadotrofina determina además los movimientos
migratorios que los peces hacen para desovar, y durante dichos movimientos su concentración en la
glándula pituitaria disminuye gradualmente. El desarrollo de las gónadas que se produce durante las
migraciones para el desove tiene lugar probablemente bajo la dirección de la(s) gonadotrofina(s) que la
pituitaria secreta continuamente.

La glándula pituitaria se encuentra en la parte ventral del cerebro, debajo del hipotálamo, que está
unido a la glándula pituitaria por una estructura en forma de embudo, el infundíbulo. La parte del
cráneo donde se encuentra la glándula pituitaria se denomina silla turca. De ordinario, la glándula está
rodeada de tejido adiposo. Cuando se saca el cerebro del cráneo, la glándula pituitaria, en algunos
peces, permanece unida al cerebro, pero en la mayoría el infundíbulo se rompe y la glándula queda en
la base del cráneo. En la carpa común, una gotita de sangre indica el lugar donde la glándula pituitaria
estaba unida al cerebro. El hipotálamo, debajo del cual ha de buscarse la pituitaria, es una parte del
cerebro que sobresale por la cara inferior y es fácil de identificar.

La recogida de glándulas pituitarias en escala comercial sólo es posible cuando se dispone de peces
vivos o apenas muertos que tengan la talla adecuada (más de 1 kg), estén maduros y tengan las
gónadas bien desarrolladas. Como las hormonas se descomponen rápidamente en un cuerpo muerto,
las glándulas tomadas de peces muertos desde hace tiempo no merecen confianza.

Para llegar a la pituitaria es preciso remover la parte superior del cráneo con una sierra o un cuchillo
fuerte y bien afilado o extraer un cilindro de todo el cráneo, en la región del cerebro, utilizando una
sierra anular acoplada a una taladradora eléctrica (Figura 73). Para guiar la sierra se coloca sobre el
cráneo del pez una chapa con un orificio, manteniendo entretanto al pez en la posición adecuada con
ayuda de un soporte de madera.

El cilindro obtenido, que se saca de la sierra anular con ayuda de un destornillador, contiene la pared
cránica superior, el cerebro, la glándula pituitaria y la pared cránica inferior. Se separan las diversas
partes con una tijera y la glándula pituitaria se toma con un forceps y se conserva en acetona pura. El
empleo de una taladradora facilita la recogida rápida de gran número de glándulas pituitarias. Para
asegurar que la glándula esté dentro del cilindro extraido, el diámetro de la sierra anular ha de
aumentarse a medida que aumente la talla de los peces: por ejemplo, 2,5 cm para peces de 1 kg, 4,0
cm para peces de hasta 3–4 kg y 5,0–6,0 cm para peces aún mayores.

Una vez recogido el número necesario de glándulas, se vierte la acetona en la que se han conservado
y se añade acetona limpia, que se vuelve a cambiar al cabo de 8–12 h. Al día siguiente, cuando las
glándulas han estado en acetona por un total de 24 h, aproximadamente, se vierte la acetona y se
secan las glándulas con una toalla de papel. La acetona deshidrata las glándulas y las encoge. Las
glándulas secas se colocan en un frasco de cristal, apretándolas con una bola de algodón fino, y a
continuación se tapa bien el frasco y se lacra con cera. El frasco ha de etiquetarse, indicando la fecha
de recogida y la procedencia de las glándulas (Figura 74).

Las células secadas en acetona pueden conservarse por muchos años si se impide que se
humedezcan. Incluso en regiones tropicales y subtropicales es posible conservarlas durante 5–8 años.
No es necesaria refrigeración. Los frascos lacrados se conservan en una bolsa de plástico con un
saquito de material desecante (gel de sílice) o en un desecador (Figura 75). Cuando se sacan algunas
glándulas, las restantes han de apretarse bien otra vez, añadiendo más algodón, y el frasco ha de
cerrarse y lacrarse de nuevo.

Las glándulas pueden conservarse también en alcohol absoluto, sumergiéndolas en él inmediatamente


después de la extracción. Al cabo de 24 h, se lavan las glándulas con alcohol absoluto, se colocan en
alcohol absoluto limpio y se conservan en un lugar fresco y sombreado, a temperatura ambiente o
refrigeradas, hasta que se necesiten. Para impedir que penetre humedad en los frascos es preciso
lacrarlos o conservarlos en un desecador.

Para conservar las glándulas puede utilizarse también la congelación instantánea, conservándolas
después en un congelador.

Las glándulas apenas recogidas pueden utilizarse inmediatamente para preparar una solución de
hipófisis.

En algunos países, como Estados Unidos, Hungría y la India, se encuentran a veces glándulas
pituitarias en el mercado. En general se ponen a la venta secas y enteras, pero a veces se encuentran
también en polvo y en extracto, en ampollas de cristal ya preparadas para inyectar. Estas dos últimas
formas de presentación merecen menos confianza, por la posibilidad de adulteraciones.

9. TECNICAS PARA LA PROPAGACION DE ALGUNOS PECES DE


AGUAS TEMPLADAS COMERCIALMENTE IMPORTANTES
9.1 Propagación de la carpa común (Cyprinus carpio)
Aunque la carpa común se propaga en aguas estancadas, su hábitat natural de reproducción son las
llanuras anegadas y las tierras inundadas, donde el agua rica en oxígeno, la subida del nivel del agua
y las hierbas inundadas estimulan el desove. En ese hábitat sus enemigos son pocos, los alevines
pueden encontrar alimentos en abundancia y los índices de supervivencia son buenos. Las
temperaturas ideales para el desove de la carpa común son 18°–22°C.

Por otro lado, en los estanques hay muchos enemigos microscópicos que representan una amenaza
para la supervivencia de la puesta. Es interesante notar que la carpa común no desova en estanques
en los que se encuentran otros tipos de peces, especialmente carnívoros. Sin embargo, en los
estanques de reproductores algunas hembras desovan sin estímulo alguno e incluso sin que haya
machos presentes, especialmente durante la segunda mitad de la temporada de desove.
9.1.1 Propagación estimulada artificialmente

La propagación estimulada artificialmente de la carpa común tiene lugar en estanques especiales de


desove, o estanques Dubisch, como se ha descrito anteriormente. Si están bien maduras y la
temperatura es adecuada, las carpas desovan de ordinario al día siguiente de haber sido puestas en el
estanque durante las primeras horas de la mañana. El instinto de propagación de esta especie parece
ser más fuerte en las regiones tropicales y subtropicales, donde desovan más fácilmente.

La carpa común desova incluso en estanques muy pequeños (25–30 m2), sobre esterillas de hierbas o
kakabans, que sirven de colectores de huevos. La esterilla, con los huevos esparcidos sobre ella,
puede trasladarse luego a los estanques de incubación.

En los lagos, la carpa común se propaga cuando las fuertes lluvias causan una subida del nivel de las
aguas y se inundan las zonas próximas cubiertas de hierba. La captura de carpas comunes mientras
desovan en grandes grupos en frezaderos poco profundos, para obtener luego sus productos sexuales
artificialmente, tiene ya una larga historia.

Cuando no se conocía aún la manera de disolver la capa adhesiva que recubre los huevos, los huevos
de carpa común, mezclados con semen, solían distribuirse sobre la superficie de un nido artificial
utilizando un colador o espumadera con orificios de 2,0–2,5 mm (Figura 76) y a continuación se
incubaban en cestas o cámaras de rociado. A veces los huevos se distribuían por las zonas herbosas
de un estanque recién inundado.

9.1.2 Propagación por tratamiento hormonal

Con la hipofisación de la carpa común se obtienen resultados satisfactorios en un 60–70 por ciento de
los casos. Pero los resultados serán mucho peores si no se suministran a los peces cantidades
suficientes de alimentos ricos en proteínas. La ovulación de la carpa común es total: es decir, todos los
huevos ovulan al mismo tiempo y, por tanto, la hembra puede vaciarse de huevos en una sola
operación. Sin embargo, en las hembras grandes, de más de 7–10 kg, la ovulación puede ser
intermitente y es preciso proceder al desove artificial a intervalos de 1 h durante 5–8 h.

El desove de la carpa común puede inducirse por hipofisación, colocando las carpas en tanques muy
pequeños o cajas de paño de red (hapas), donde tiene lugar la puesta. Si no hay colectores, los
huevos se adhieren a las paredes del tanque o hapa. Colocando en el tanque colectores de huevos,
como esterillas de hierba o plantas acuáticas, se consigue una mejor propagación.

Antes de que empezara a aplicarse la técnica de sutura de la apertura genital de las hembras, era
necesario vigilar atentamente el tanque de espera para sacar las hembras que ovulaban y proceder al
desove artificial.

La disolución de la capa adhesiva, la sutura de las hembras, la producción de primeros alimentos para
los alevines y el control de los enemigos naturales han hecho que la propagación de la carpa común
sea una operación fácil y extremamente fructuosa, con lo que esta especie ha pasado a ocupar el
primer lugar entre las especies cultivadas en todo el mundo.

Técnicas similares de propagación se han adoptado para otros ciprínidos europeos, incluida la carpa
carnívora Aspius aspius.
9.2 Propagación de las principales carpas chinas
Las principales carpas chinas son la carpa herbívora (Ctenopharyngodon idella), la carpa plateada
(Hypophthalmichthys molitrix) y la carpa de cabeza grande (Aristichthys nobilis). Todas desovan en los
ríos y ponen huevos flotantes y no adherentes, que se dilatan considerablemente porque tienen un
espacio perivitelino muy grande. Cuando es posible simular el hábitat fluvial, puede conseguirse el
desove de reproductores maduros en tanques suministrándoles previamente una inyección de
pituitaria de pez o de gonadotrofina coriónica humana. Pero de ordinario sólo es posible inducir la
ovulación, y los productos sexuales han de obtenerse artificialmente fertilizando luego los huevos
también artificialmente. El desove inducido más fácil de conseguir es el de la carpa herbívora, y el más
difícil el de la carpa plateada. El desove espontáneo completo de las carpas chinas casi nunca se
consigue. Puede suceder que la hembra ponga sólo el 50–70 por ciento de los huevos, mientras el
resto (30–50 por ciento) se perderán a menos que se proceda a tiempo al desove artificial.

La técnica utilizada en China para inducir el desove y recoger los huevecillos ya se ha descrito en una
sección anterior. Para inducir el desove de las carpas chinas se utiliza de ordinario GCH, pero puede
utilizarse también con buenos resultados una mezcla de extracto de glándula pituitaria y GCH. Los
mejores resultados se obtienen inyectando a los reproductores dos dosis iguales a distancia de 6 h.

Cuando se procede al desove artificial y los huevos se fertilizan artificialmente en un cuenco, se utiliza
el sistema de doble inyección: una preparatoria y otra decisiva. Se suministra primero un 10 por ciento
de la dosis calculada y el 90 por ciento restante se inyecta a las 18–24 h. Las dosis para las carpas
chinas se establecen sobre la base del peso y la circunferencia del cuerpo en la parte más gruesa
(Figura 77).

Es importante conocer exactamente cuando se produce la ovulación, pues un retraso en el desove


artificial puede determinar una maduración excesiva de los huevos en el ovario.

El proceso de ovulación depende de la temperatura del agua en que se halla la hembra. Como ya se
ha explicado, el intervalo entre la inyección decisiva y la ovulación en relación con la temperatura se
expresa en horas-grados. Cuando la temperatura está dentro de los valores óptimos, las horas-grados
son 200–220 aproximadamente, mientras disminuyen cuando las temperaturas son superiores (20°–
26°C) y aumentan cuando son inferiores. La ovulación de la carpa china se produce a las 9–11 h de la
inyección decisiva.

La fertilización de los huevos de las carpas chinas no plantea ningún problema, porque se trata de
huevos no adherentes. Es necesario evitar corrientes fuertes en la vasija de incubación, porque
pueden perjudicar a los huevos, que tienen una membrana muy delicada. Sometiendo los huevos a un
tratamiento de tanino se evitarán ataques de bacterias y hongos.

La eclosión que con temperaturas de 22°–24°C se produce a las 24–32 h de la fertilización, puede
acelerarse utilizando una enzima proteolítica alcalina.

Las larvas de carpa china nadan verticalmente durante el primer día y es fácil, por tanto, separarlas de
las membranas de los huevos, los huevos maleados y los desechos, dejando que salgan por sus
propios medios de la vasija de incubación. Si el tipo de incubadora no permite emplear ese
procedimiento, es preciso sacarlas con un sifón o con un salabre, ya que en caso contrario pueden
quedar entremezcladas con los desechos y perecer. Durante el segundo día las larvas reposan en el
fondo, nadando sólo ocasionalmente. En ese período desarrollan varios órganos que les permiten
respirar, nadar y alimentarse “como los peces”.
Los depredadores microscópicos, como Cyclops, son muy perjudiciales para las larvas de carpa china
y, si no se toman medidas para erradicarlos o evitar que proliferen, pueden matar centenares de
larvas. Durante el cuarto o quinto día, las larvas hinchan su vejiga natatoria. Los primeros alimentos de
las larvas son protozoos y rotíferos y al cabo de una semana, aproximadamente, empiezan a consumir
crustáceos, cada vez en mayor cantidad.

Los alevines de las carpas chinas son muy resistentes, a diferencia de los de la carpa común, que son
muy sensibles. En 3–4 semanas, los alevines alcanzan 2,5–3,5 cm de longitud.

9.3 Propagación de las principales carpas indias


Las principales carpas indias son catla (Catla catla), rohu (Labeo rohita), mrigal (Cirrhinus mrigala) y
kalbasu (Labeo calbasu). Desovan de ordinario en zonas inundadas próximas a las orillas de los ríos y
ponen huevos semiflotantes y no adherentes.

9.3.1 Propagación semiartificial

La propagación semiartificial de las principales carpas indias se hace en los llamados “bundhs”, que
son estanques de tipo especial en los que se simulan las condiciones fluviales. De ordinario se
construyen a lo largo de la pendiente de un terreno ondulado, cerrándola con terraplenes. Reciben así
cantidades considerables de agua de lluvia, que afluye a ellos de toda su vasta zona de captación,
después de las precipitaciones. Los bundhs están provistos de desagües para eliminar el agua
sobrante y de zonas poco profundas para frezaderos.

Los bundhs pueden ser de dos tipos: a) perennes o “húmedos” y b) estacionales o “secos”.

a) Bundhs húmedos. Son estanques perennes ya existentes y adecuadamente situados o estanques


perennes construidos cerrando con un terraplén la pendiente de una vasta zona de capacitación. La
parte más profunda del estanque conserva agua durante todo el año, mientras la zona somera
marginal se seca durante la estación de estiaje. La zona somera se inunda con las aguas que afluyen
después de las precipitaciones durante la estación de las lluvias. Los reproductores se crían en el
estanque perenne mismo o se sueltan en él cuando comienza la estación de las lluvias, tomándolos de
otros estanques. La afluencia de grandes cantidades de agua de lluvia, bien oxigenada y cargada de
cieno, estimula el desove, que se produce naturalmente. Para evitar que los reproductores escapen, el
desagüe se cubre con una rejilla de bambú o una tela metálica.

b) Bundhs secos. Son estanques estacionales poco profundos, de dimensiones mucho menores que
los bundhs húmedos. Hoy día se tiende a construir los bundhs secos en terrenos apropiados. El agua
se acumula en los bundhs con las primeras lluvias y entonces se pasan a ellos reproductores ya
maduros procedentes de estanques perennes. El desove comienza, de ordinario, cuando el bundh se
llena de agua de lluvia después de una precipitación intensa. La principal ventaja de los bundhs secos
respecto de los bundhs húmedos es que en ellos es posible el desove selectivo de cualquiera de las
principales especies de carpas para obtener semilla sin mezcla.

En ambos tipos de bundhs, la entrada de agua de lluvia bien oxigenada y cargada de cieno y la
inundación de terrenos antes descubiertos son los principales factores que favorecen un buen desove.
9.3.2 Desove inducido mediante inyección de hormonas pituitarias de peces

Para proceder a la hipofisación de las principales carpas indias se empieza por colocar un hapa en el
estanque. A continuación se ponen en él los reproductores seleccionados (una hembra y dos machos),
después de inyectar a la hembra 2–3 mg de glándula pituitaria por kg de peso. Al cabo de 6 h se
administra a la hembra una segunda dosis de 5–8 mg/kg de peso y se inyecta a los machos una dosis
de 2–3 mg/kg de peso. El desove se produce de ordinario de 3 a 6 h después de la segunda inyección.

Los huevos fertilizados se sacan para colocarlos en un hapa de incubación. Los huevos de las
principales carpas indias pueden incubarse fácilmente en cualquier incubadora en forma de embudo.
El período de incubación de los huevos varía de 15 a 18 h con temperaturas de 27°–31°C. Esta
técnica da excelentes resultados sobre todo con las carpas rohu y catla.

La demanda de oxígeno de las carpas indias inyectadas no es muy elevada y ello hace posible inducir
el desove en un hapa, donde el intercambio de agua es escaso y no llega agua corriente.

El desove inducido de carpas indias puede obtenerse en tanques de espera con flujo continuo de
agua. Puede emplearse también el desove artificial para producir huevos fertilizados, como se hace
con las principales carpas chinas.

9.4 Propagación del bagre de canal (Ictalurus punctatus)


El bagre de canal puede propagarse dejándolo desovar en corrales y por hipofisación.

9.4.1 Desove en corrales

El desove en corrales se utiliza muy frecuentemente en el cultivo del bagre de canal y podría
adoptarse también para otros peces que desovan en estanques o para los que desovan en nidos o en
receptáculos. Los corrales se colocan en estanques o en cursos de agua que fluyan lentamente. De
ordinario se colocan en hileras y sus dimensiones suelen ser 1,5–2,0 m de anchura, 2,5–3,5 m de
longitud y 1 m de profundidad. Los corrales se construyen con tablas y red metálica anticorrosiva de
2,3–5,0 cm de malla. La parte inferior del corral penetra en el fondo del estanque y la parte superior
sobresale 30–50 cm sobre el nivel del agua. Luego se sujetan en el fondo lecheras de 45 l o pequeños
tambores abiertos por un lado, que sirven de receptáculos para el desove.

Durante la temporada de desove, se coloca una pareja de peces (un macho y una hembra) en cada
corral. Es muy importante, pues, distinguir bien los sexos de los reproductores. Luego, los receptáculos
de desove deben inspeccionarse todos los días o, al menos, a días alternos. Después de la puesta, se
deja en el corral al macho, para que cuide de los huevos o se recoge la masa de huevos y se coloca
en aparatos de incubación. Para la incubación suelen utilizarse artesas con paletas montadas sobre un
eje, para remover el agua.

Los alevines que nacen dentro de un corral o receptáculo pueden salir nadando al estanque, a través
de la red metálica, y en el corral pueden colocarse otros dos reproductores para que desoven. Las
temperaturas favorables para el desove del bagre de canal van de 21° a 29°C y la temperatura óptima
es 26°C.
9.4.2 Desove inducido mediante tratamiento con hormonas

El desove del bagre de canal puede inducirse, incluso en acuarios, suministrándole dosis adecuadas
de extracto de hipófisis o GCH. Si se emplea extracto de pituitaria, se administran 12 mg de glándula
secada en acetona por kg de peso, distribuidos en tres dosis iguales inyectadas a intervalos de 24–48
h. La mayoría de los peces inician el desove de 16 a 24 h después de la última inyección. La
incubación se hace en general en incubadoras mecánicas, donde el agua se agita con palas rotatorias.
La eclosión se produce a los 6 días, aproximadamente, con temperaturas de 25°–27°C.

Es posible anticipar el desove del bagre de canal algunas semanas suministrándole extracto de
pituitaria o GCH.

Los alevines empiezan a comer a los 3–5 días y es muy importante que entonces dispongan de
alimentos adecuados. En los Estados Unidos pueden encontrarse en el mercado varios tipos de
alimentos artificiales para alevines de bagre de canal. Durante la primera semana los alevines
necesitan comer cada 2–4 h, a lo largo de las 24 h del día. Posteriormente basta darles alimentos
cuatro veces al día. Los alevines que no aprenden a comer en los primeros días después de haberse
reabsorbido la vesícula vitelina no consiguen sobrevivir.

Los alevines se crían de ordinario en artesas o estanques. Las artesas pueden construirse de madera,
metal, fibra de vidrio o plástico y tienen 2,5–3,0 m de longitud, 30 cm de profundidad y 50 cm de
anchura. Todas deben tener agua corriente y han de estar dotadas de un desagüe y un tubo vertical
con filtro. Cada artesa recibe unos 20 l de agua limpia bien oxigenada por minuto.

Los alevines permanecen en las artesas hasta que se convierten en jaramugos, o se trasladan a
estanques para que crezcan en ellos. Los estanques suelen tener una superficie de 4 000–5 000 m2.
Los insectos depredadores constituyen a menudo un problema en los estanques de alevinaje. Los
daños causados por los insectos pueden prevenirse si no se llena el estanque hasta el momento de
sembrar los alevines. Si el agua ha estado estancada por varios días hay que tratarla con un
insecticida que no deje residuos dos o tres días antes de echar en él los alevines. Otro sistema muy
utilizado consiste en echar dos veces en el estanque, durante la semana precedente a la siembra de
los alevines, 20–40 l de aceite diesel o kerosene por cada hectárea de superficie de agua,
aprovechando para ello días en los que no sople viento.

El índice de siembra en los estanques de alevinaje es de 100 000–500 000 por hectárea. Los
pececillos han de recibir cada día alimentos equivalentes a un 4–5 por ciento de su peso corporal. La
talla de los jaramugos criados en estanque depende de la intensidad de la alimentación y del índice de
siembra.

9.5 Propagación del siluro (Silurus glanis)


Los sistemas utilizados en Europa para el cultivo del siluro constituyen claros ejemplos de la aplicación
o adopción de técnicas diferentes según las instalaciones disponibles.

El siluro desova en aguas estancadas o en terrenos inundados. De ordinario pone los huevos en
raíces suspendidas en el agua o en plantas acuáticas, es decir, en un nido. Los huevos son
adherentes y cuelgan del nido en racimos.
Los reproductores han de recibir alimento abundante. El siluro es carnívoro y se alimenta de
pececillos, ranas, renacuajos, etc. Sin embargo, acepta también fácilmente alimentos granulados.
Mientras se prepara a los reproductores para el desove es preciso alimentarlos diariamente con
pececillos (morralla) en cantidades equivalentes a 2,5–3,0 veces su peso corporal.

Cuando la temperatura es de unos 12°–15°C es preciso separar los peces de ambos sexos; de no
hacer así, los machos muerden a las hembras causándoles graves heridas (Figura 78).

9.5.1 Inducción del desove mediante colocación de nidos

En el fondo de los estanques, que debe ser duro, se colocan nidos hechos con ramas en forma de
tienda india y se sueltan en el estanque tantas parejas de reproductores cuantos nidos se hayan
colocado. Los peces desovarán al cabo de pocos días, de ordinario en las primeras horas de la
mañana. Antes del desove, los machos limpian el nido. Siguen luego algunos juegos sexuales, durante
los cuales los reproductores nadan alrededor del nido, y se llega así a la puesta. Los huevecillos
quedan confiados a la custodia del macho. Para facilitar la eclosión es preciso desmantelar los nidos y
colgar las ramas cargadas de huevos dentro de una caja de paño de red (1,0–1,5 mm de malla)
colocado cerca de la zona de entrada del agua al estanque (Figura 79).

En esas cajas se alimenta a los alevines con plancton. A veces se les dan también alimentos
artificiales preparados especialmente con huevos duros, carne de pescado y harina. La mezcla así
preparada se extiende sobre la pared lateral de un tiesto o sobre una bandeja negra, que se coloca
dentro de la caja de alevinaje. Los alimentos sobrantes deben retirarse antes de que comience la
putrefacción.

9.5.2 Inducción del desove por hipofisación

El desove del siluro puede inducirse inyectándole extracto de glándula pituitaria a razón de 3,5–4,0 mg
de hipófisis secada en acetona por kg de peso. A los machos se les administra sólo la mitad de esa
dosis. Tanto los machos como las hembras reciben la dosis que les corresponde en una sola
inyección. Se coloca un nido en forma de tienda india en un pequeño tanque de cemento (4–6 m2) bien
abastecido de agua y se suelta en el tanque una pareja de reproductores inyectados. Los peces
desovan al día siguiente, si la temperatura es de 23°–25°C. Los huevos se incuban en cajas de
incubación, incubadoras en forma de embudo, vasijas o artesas (Figura 80).

9.5.3 Inducción de la ovulación y desove artificial

Una vez que han llegado a la piscifactoría, se calma a los peces poniéndolos en una solución de MS
222 en proporción 1:12 500 (es decir, 4 mg de MS 222 en 50 l de agua). Se cose la boca de los
reproductores de ambos sexos con hilo sintético, haciendo previamente un pequeño orificio en los
labios, para evitar que se muerdan. El hilo no ha de apretarse mucho, para permitirles respirar
normalmente (Figura 81). A continuación se suministran al macho y a la hembra, en una sola
inyección, las cantidades oportunas de extracto de pituitaria (3,5 mg de glándula secada en acetona
por kg de peso a las hembras y mitad de esa dosis a los machos. De ordinario la inyección se hace al
mediodía, y el desove artificial a la mañana siguiente, en las primeras horas. Las horas-grados para la
ovulación de estos peces son 430–460. A diferencia de las carpas chinas, no hay peligro de que los
huevos maduren en exceso en poco tiempo.
Después del desove artificial se procede a la fertilización, que se hace en una solución de sal común al
0,3 por ciento. Como los huevos son muy sensibles, no se deben mezclar enérgicamente durante la
fertilización. Si los machos no producen suficiente semen, se abre uno de ellos, se extirpa medio
testículo y se cose la herida. (El macho se recuperará y sobrevivirá.) Se tritura el medio testículo
extirpado y se utiliza el semen obtenido para la fertilización. La fertilización de los huevos se produce al
cabo de 2–5 min, después de lo cual han de colocarse en una incubadora adecuada.

Al cabo de 10–12 h se trata la masa de huevos con una solución de enzima proteolítica alcalina al 0,3–
0,5 por ciento durante 2–3 min, para disolver la capa adherente que recubre los huevos; de esa
manera los huevos se separarán y quedarán libres. Durante este tratamiento ha de interrumpirse el
flujo del agua y los huevos han de removerse con una varilla, para facilitar la separación. Los huevos
se tratan también contra los hongos, sumergiéndolos en una solución de verde de malaquita de 5 ppm
durante 30–60 min.

Cuando comienza la eclosión, se sacan los huevos de la incubadora y se colocan en bandejas llanas,
donde todos los huevos harán eclosión.

Las larvas se crían en cajas de tela de cedazo de 0,8–1,0 mm de luz. Como las larvas mueven el agua
a su alrededor con enérgicos movimientos de la cola, no hay peligro de sofocación (cosa muy común
entre las larvas de otros peces).

Los alevines, cuando empiezan a comer, son de color gris y se alimentan de plancton o de Tubifex
picados. También comen ávidamente el amasijo artificial antes mencionado, que ha de extenderse
sobre un tiesto o una bandeja negra colocados dentro del recipiente de cría (Figura 82). Es necesario
proporcionarles algún lugar donde puedan esconderse, para evitar que se agiten nadando
nerviosamente.

Cuando tienen dos o tres semanas y 2–3 cm de longitud, los alevines se echan en estanques donde
haya lugares suficientes para esconderse y peces menores que les sirvan de alimento.

9.6 Propagación de la tenca (Tinca tinca)


La tenca desova en aguas estancadas, esparciendo sus huevecillos, muy pequeños y adherentes,
sobre la vegetación sumergida. La posibilidad de utilizarla para devorar detritus, con lo que ocupa un
nicho propio en las operaciones de policultivo, ha determinado el interés por su propagación artificial.

La tenca alcanza la madurez sexual cuando pesa más de 300 g. Durante el desove es preciso separar
los sexos para evitar que la puesta se haga desordenadamente. La separación de los sexos es
sencilla, porque hay una clara diferencia en las aletas pélvicas de los dos sexos: el segundo radio de la
aleta pélvica de los machos es fuerte y curvo (Figura 83).

La tenca responde a la ovulación inducida cuando la temperatura del agua es de 23°–24°C. A las
hembras de unos 300 g de peso se les administran 9–10 mg de extracto de glándula pituitaria secada
en acetona en una única inyección, que se hace en la cavidad ventral, por debajo de la aleta pélvica. A
los machos de la misma talla se les administran sólo 6 g de extracto de pituitaria. Se ponen luego los
peces de ambos sexos, juntos en el tanque de espera, donde el desove y la eyaculación se producen
simultáneamente. Las salpicaduras de agua que se notan en el tanque señalan que ha comenzado la
puesta.
A los 5–10 min de comenzar el desove, se saca a los machos y las hembras del tanque y se procede
al desove artificial. Una hembra de 300 g da 30–50 g de huevos secos y un macho produce 3–5 gotas
espesas de semen. Los huevos son adherentes. Igual que en el caso de la carpa común, se utilizan
una solución de sal común para la fertilización y una solución de carbamida para disolver la capa
adhesiva que recubre los huevos. Al cabo de 1½ h se tratan los huevos con una solución de tanino al
0,05 por ciento (5 g de tanino en 10 l de agua).

Los huevos se incuban en recipientes de vidrio (vasijas Zoug) o en embudos de plástico de ángulo
agudo, porque son muy pequeños y pesados. Los huevos hacen eclosión al tercer día, con
temperaturas de 22°–23°C. Las larvas, muy pequeñas, se recogen en aparatos en forma de embudo
con una banda de tela de cedazo de 150–200 micras de malla.

Las larvas aspiran aire al quinto o sexto día. El primer alimento de los alevines de tenca son los
rotíferos. La técnica de cría de los alevines de tenca es similar a la utilizada para los alevines de carpa
común.

9.7 Propagación del lucioperca (Stizostedion (Lucioperca) lucioperca)


El lucioperca es un pez carnívoro importante en los estanques piscícolas y en las aguas naturales.
Desova felizmente en aguas estancadas, depositando los huevos sobre materiales fibrosos, en nidos o
sobre piedras, que el macho limpia antes de la puesta. El desove se produce generalmente en aguas a
9°–12°C de temperatura.

Para obtener huevos en aguas naturales, se tienden en los frezaderos cabos de más de 1 km con
nidos artificiales colgantes, que se controlan cada dos o tres días. Los nidos cubiertos de huevos se
trasladan para la incubación a una zona tranquila del lago, donde se colocan en cestas colgadas en el
agua, o se llevan a un estanque en el que no haya otros peces. Los huevos pueden incubarse también
en cámaras de rociado, en las que se obtienen resultados excelentes, con índices de eclosión del 100
por ciento en algunas ocasiones.

Para conseguir que desoven en pequeños estanques de fondo duro se colocan reproductores de
ambos sexos en igual número y se prepara un nido para cada pareja.

Los nidos llenos de huevos pueden transportarse sin problemas a grandes distancias colocándolos en
algodón o musgo húmedo. Pueden resistir el viaje porque tienen una doble membrana protectora. El
transporte de los huevos es el mejor sistema para la distribución de estos peces, ya que los juveniles y
los adultos son muy sensibles y difícilmente sobreviven al transporte a grandes distancias.

El desove inducido por hipofisación no ha dado resultados satisfactorios hasta ahora. Los peces
tratados con hormonas adelgazan rápidamente y adquieren una coloración oscura; la muerte
sobreviene a las pocas semanas.

Las larvas, que nadan verticalmente, no han de estar expuestas a la luz solar directa, que trastorna su
equilibrio y llega a causarles la muerte. También los alevines, cuando empiezan a comer, deben
mantenerse a la sombra, porque la luz viva les ciega y no pueden localizar sus presas. Aunque los
alevines pueden alimentarse de crustáceos de 0,5 mm de talla cuando empiezan a comer, crecen
mejor si durante la primera semana se alimentan de rotíferos. Cuando tienen aproximadamente un
mes de edad, se producen casos de canibalismo si hay escasez de alimentos.
9.8 Propagación del gurami gigante (Osphronemus goramy)
El gurami gigante desova en estanques, construyendo nidos que el macho vigila mientras airea los
huevos. Su propagación puede inducirse colocando en estanques con agua limpia y de la profundidad
adecuada material para los nidos y bastidores sobre los que puedan construirlos.

A pesar de los cuidados que los padres les prodigan, el índice de supervivencia de los huevos en
condiciones naturales es bajísimo, debido a la acción destructiva de sanguijuelas, larvas de insectos y
pequeños cangrejos, a la contaminación del agua dentro del nido y a las fluctuaciones del nivel del
agua en el estanque. Por ello, para obtener mejores resultados es preciso recoger los huevos
depositados en los nidos e incubarlos bajo control.

Los estanques de desove para el gurami gigante han de tener unos 300–500 m2 de superficie y 1 m de
profundidad. Se echa un pez reproductor por cada 7–10 m2 de superficie del estanque y dos hembras
por cada macho. Si se echan muchos machos al estanque, lucharán entre sí y se herirán mutuamente.

Los bastidores para los nidos tienen forma de embudo y se construyen con tiras de bambú o varillas.
La longitud del bastidor ha de ser de 75–90 cm y el diámetro del embudo, en la boca, de 30–35 cm. El
bastidor se clava en la pared del estanque, de manera que quede casi horizontal, a unos 15–20 cm por
debajo de la superficie del agua, con la boca orientada hacia el centro del estanque. Puede también
amarrarse, en posición horizontal, a dos varas clavadas en el fondo del estanque (Figura 84). Dentro
del bastidor y en el agua, a su alrededor, se esparcen materiales fibrosos para la construcción del nido.
En cada estanque se colocan diez bastidores. Cuando los reproductores llegan al estanque, recogen el
material esparcido y construyen un nido circular dentro de la cavidad del bastidor.

Los nidos han de inspeccionarse regularmente para ver si hay huevos fertilizados. Apenas ha
terminado el desove, se separan los nidos del bastidor y se recogen los huevos. Pueden así
introducirse en el estanque nuevos reproductores, asegurando un aprovisionamiento regular de
huevos.

Para separar los huevos del nido, se despega suavemente este último del bastidor y se pone en un
cubo de agua, separando luego con cuidado las fibras exteriores. Los huevos, que son flotantes, se
encuentran en el centro del nido, cuyas fibras han de eliminarse capa a capa. Cada una de las capas
retiradas se sumerge en un recipiente con agua durante algún tiempo, hasta que los huevos asciendan
a la superficie. Se recogen luego los huevos con un cuenco y se transportan rápidamente, en un
recipiente con agua limpia de estanque, para proceder a la incubación y a la cría de las larvas que
nazcan. Si hay que transportarlos a gran distancia, los huevos se colocan en bolsas de plástico con
oxígeno a presión.

Los huevos son de color amarillo y casi transparentes y miden 2,5 mm de diámetro. El vitelo es fluido y
tiene un glóbulo de aceite, al que se debe la flotabilidad. Los huevos hacen eclosión a las 48 h en
aguas a temperatura de 28°C.

Para que los huevos hagan eclosión han de estar en tanques o acuarios aireados con una corriente
lenta de burbujas de aire. En los tanques se colocan plantas acuáticas, como Hydrilla y Ceratophyllum,
para que las larvas recién nacidas puedan adherirse a ellas y reposar.

Las larvas recién nacidas permanecen cabeza abajo, con la vesícula vitelina apuntando hacia arriba. Al
cabo de algún tiempo se adhieren a plantas u otros objetos y apenas se mueven. Al quinto día de la
eclosión asumen su posición natural de peces y empiezan a comer pequeños organismos, como
Infusoria (ciliados).

Las larvas suelen alimentarse con cultivos de Paramecium, que se preparan en la piscifactoría. A los
diez días de haber comenzado a comer, se da a los alevines zooplancton pequeño.

Los alevines crecen bien en estanques ricos en zooplancton, cuya proliferación puede favorecerse con
estiércol de vaca. Los estanques de alevinaje se siembran con unos 200 alevines desarrollados por m2.
Al cabo de 4–6 semanas miden 6–8 cm de longitud, con índices de crecimiento que dependen de la
cantidad y calidad de los alimentos a su disposición.

9.9 Propagación del mújol (Mugil cephalus)


El sistema tradicional de cultivo del mújol consiste en capturar juveniles, que forman cardúmenes en
los estuarios y aguas costeras unos dos meses después de que los adultos han desovado en alta mar.

Para la propagación artificial, los reproductores se obtienen generalmente de granjas piscícolas de


aguas salobres o pescándolos en aguas naturales durante su migración hacia los frezaderos. Los
reproductores se ceban con alimentos ricos en proteínas en pequeños estanques de agua salada
situados al aire libre. Requisito esencial para el desove es un prolongado acondicionamiento de los
reproductores en agua con una concentración de sol de 32–35 partes por mil.

Las hembras maduras se trasladan luego a pequeños tanques bajo techo, en los que la temperatura
del agua se mantiene a unos 20°–22°C. Al principio se toman muestras de las gónadas de las hembras
(si es necesario) a intervalos de una semana, y luego todos los días, a medida que los huevos vayan
madurando. Para ello se introduce una cánula de polietileno de 0,85 mm de diámetro en el oviducto y
se retira una muestra de los huevos. El diámetro medio de los huevos indica su grado de maduración.
Se considera que la hembra está lista para inyectarle hormonas cuando el diámetro medio de los
huevos es al menos de 0,6 mm.

La dosis y la secuencia de la administración de hormonas depende del tipo de hormonas disponible y


del desarrollo de los huevos. Si se emplea gonadotrofina de salmón purificada, la dosis total, calculada
a razón de 12–21 mg por kg de peso, se administra en dos inyecciones de igual volumen, a distancia
de 24–48 h. En Israel se ha utilizado con éxito glándula pituitaria de carpa común para inducir la
ovulación del mújol. También se puede inducir el desove administrando, en dos inyecciones de igual
volumen, 60 000 UI de gonadotrofina coriónica humana (GCH) por kg de peso. La inyección se hace
intramuscularmente, en la base de la aleta dorsal. Las hembras desovan unas 12 h después de la
segunda inyección. Durante la época de puesta los machos producen espermatozoides activos sin
necesidad de tratamiento de hormonas.

El desove espontáneo inducido es preferible, en general, al desove artificial y la fertilización artificial.


Se coloca cada hembra en un acuario de 200 l, en el que se suelta un macho “en celo” unas 2 h antes
del momento en que se espera se produza la puesta. Antes del desove la hembra bebe cantidades
excesivas de agua, que determina la hidratación completa de los huevos. La hidratación se manifiesta
en un rápido ensanchamiento del abdomen. El ensanchamiento de la cloaca es señal de que está a
punto de producirse el desove. En ese momento el macho nada a la par con la hembra o traza círculos
alrededor de ella. Los huevos fertilizados, que son flotantes, pueden recogerse en un colector. Los
reproductores que han desovado se retiran del tanque o acuario tan pronto como ha terminado la
puesta.
Los huevos pueden incubarse en incubadoras circulares en forma de embudo, con densidades no
superiores a 400 huevos por litro. Puede introducirse más oxígeno en el agua por aireación. Los
huevos harán eclosión a las 50–60 h a temperaturas de 20°–22°C. Las larvas recién nacidas se pasan
a tanques de cría, a razón de 10 por litro. Al cuarto día los ojos adquieren pigmentación y las larvas
son capaces de buscar su propio alimento.

La preparación de los tanques de alevinaje y de alimentos para los alevines debe comenzar al menos
una semana antes del desove. Se preparan cultivos separados de algas Dunaliella, Chlorella e
Isochrysis y se pone en los tanques de alevinaje una mezcla de los tres cultivos de algas y del rotífero
Brachionus plicatilis. Es preciso conseguir una concentración del orden de 100 millones de células de
algas y 5 000–10 000 rotíferos por litro de agua de mar. La temperatura debe ser de 20°–22°C. La
aireación del estanque es útil para mantener el contenido de oxígeno y lograr una buena circulación
del agua. Añadiendo poco a poco agua dulce después de la primera semana, se reduce la salinidad
del agua a 24 partes por mil para el trigésimo día.

A partir del décimo día, la alimentación de los alevines se complementa con copépodos y nauplias de
artemia. A partir del cuadragésimo día se les dan artemia y copépodos de mayor talla y luego piensos
artificiales. Para trasladar los pececillos a los estanques hay que esperar a que tengan al menos 45
días.

En el Apéndice II se dan detalles sobre los distintos productos químicos utilizados en las operaciones
de propagación y cría de pececillos.

En el Apéndice III se presentan, en forma de tabla, los aspectos esenciales de la biología reproductiva
de los peces, expuestos en el Capítulo 10.

En el Apéndice IV se presenta un resumen cronológico de los progresos más importantes conseguidos


en la propagación artificial de los peces.

2) Se corta la cabeza con una sierra


fina
1) Soporte de madera
3) Guía para la extracción
para sujetar la cabeza

5) Se taladra la cabeza
4) Taladradora con sierra
anular

Figura 73 Extracción de la glándula pituitaria de un pez

1) Poner las glándulas en


acetona inmediatamente
después de la extracción 2) Verter la acetona 3) Añadir más acetona
4) y 5) Cambiar la acetona a las 8
h

6) Eliminar toda la acetona al


cabo de 24 h

7) Secar por evaporación


8) Conservar en frascos lacrados

Figura 74 Preparación de glándulas pituitarias secadas en acetona

Figura 75 Conservación de glándulas pituitarias

1) Añadir licor seminal a los 2) Remover bien con una pluma


huevos

3) Mezclar con una cuchara de


4) Colador con agujeros mayores que los huevos
plástico
5) Distribuir los huevos sobre la
superficie del nido artificial

Figura 76 Colocación de huevos fertilizados de carpa común en un nido artificial

Figura 77 Relación entre la dosis de pituitaria y la


circunferencia máxima del cuerpo en las
hembras de carpas chinas
A) Los reproductores se alimentan de pececillos vivos

B) Cuando la temperatura llega a 12°–15°C, separar los sexos

C) Cuando la temperatura llega a 20°–22°C, preparar nidos en forma de tienda india con
raíces secas y ramas de pino

Figura 78 Propagación del siluro (Silurus glanis). Trabajos preparatorios


Cuando la temperatura llega a 23°–25°C, colocar los nidos y soltar a los reproductores en
los estanques

El macho vigila los huevos Nido cubierto de huevos


Colocar las ramas llenas de huevos en una hapa de red de malla fina para la incubación

Figura 79 Propagación del siluro (Silurus glanis).


Inducción del desove en estanques de
tierra mediante construcción de nidos

A) Se inyecta extracto de pituitaria


B) El desove se produce al día siguiente

C) Incubación de los huevos

Figura 80 Propagación del siluro (Silurus glanis).


Inducción del desove por hipofisación en
pequeños tanques de cemento

A) Se calma a los peces con MS 222 B) Se les cose la boca


C) Hipofisación D) En agua a 23°–25°C
E) Desove artificial

F) Incubación

Figura 81 Propagación del siluro (Silurus glanis). Inducción de la ovulación y desove artificial
Figura 82 Propagación del siluro (Silurus glanis). Cría de larvas y alevines
Figura 83 Dimorfismo sexual de Tinca tinca

A) Bastidor para nido hecho de tiras de bambú o varillas


B) Bastidores y materiales fibrosos en el agua

C) Se saca el nido con los huevos

Figura 84 Propagación inducida del gurami gigante (Osphronemus goramy)

APENDICE I
EQUIPO E INSTRUMENTOS DE TRABAJO NECESARIOS EN
UNA PISCIFACTORIA
1. Equipo para la captura y el transporte de los reproductores

a. Redes de pesca (malla ancha: 25–40 mm) para capturar los reproductores; el calado y la
longitud habrán de estar en proporción con las dimensiones del estanque de reproductores
b. Salabres de varios tamaños, abiertos por ambos extremos

c. Angarillas con tela de arpillera o paño de red sustituible (para el transporte de los reproductores
a poca distancia)

d. Bolsas hechas con medio saco (para transportar los peces uno a uno a poca distancia)

e. Tanques de 100–500 l de capacidad, de lámina de hierro, aluminio o fibra de cristal (para


anestesiar a los reproductores)

f. Tanques, cisternas o contenedores con entrada continua de oxígeno (para el transporte de los
reproductores a gran distancia)

g. Balanzas (para pesar a los peces)

h. Toallas

2. Equipo para la hipofisación

a. Jeringas hipodérmicas (2,5 y 10 ml) con agujas


b. Mortero de porcelana (5–7 cm de diámetro) con mano (para pulverizar las glándulas pituitarias
secas)

c. Botella de boca ancha de 100–200 ml de capacidad (para solución salina)

d. Centrifugadora manual, con cinco series al menos de tubos centrifugadores

e. Centrifugadora eléctrica con tubos (si es posible)

f. Alcohol absoluto u otro desinfectante adecuado (100–200 ml), para desinfectar las jeringas y
las agujas después de usarlas

g. Hilos de diferentes colores cortados en trozos de 15–20 cm de longitud (para marcar los
reproductores)

h. Agujas de zurcir (para marcar los reproductores)

i. Agujas, hilo fuerte de algodón y alicates (para suturar las hembras)

j. Bolsita anestésica rellena de algodón (para empaparla en solución de MS 222 y colocarla


dentro de la boca del pez)

k. Cilindro graduado y botellas de cuello ancho

l. Esterilla de caucho alveolado de 60 × 40 cm y mesita plegable (para colocar los peces mientras
se les inyecta)

m. Toallas
n. Balanza de precisión, con pesas (para pesar productos químicos, glándulas, etc.)

3. Equipo para el desove artificial y la fertilización

a. Cuencos de plástico de 2–5 l de capacidad (al menos 20)


b. Cubos de plástico de 10–12 l de capacidad, preferiblemente graduados (al menos 10)

c. Toallas

d. Colectores de semen y/o pipetas especiales (al menos cinco)

e. Plumas fuertes (secas) o cucharas de plástico (para mezclar los productos sexuales)

f. Jarras de plástico, preferiblemente graduadas

g. Balanza (para pesar los huevos)

h. Botellas de plástico y coladores

i. Mesa de trabajo y sillas

j. Salabres abiertos por ambos extremos

k. Red pequeña (para capturar los reproductores en el tanque de espera)

l. Tanques de 100–200 l de capacidad (para conservar o anestesiar a los reproductores)

m. Tijeras, cuchillos y otras herramientas

n. Embudos de cocina de distintos tamaños

4. Equipo para sacar los huevos fertilizados del tanque

a. Colectores de huevos
b. Jarras de 0,5 l

c. Cuencos de plástico (planos)

d. Cubos de plástico, preferiblemente graduados

e. Tubos de goma (trozos de tubulares de motocicleta)

f. Salabres de malla fina (0,4–0,5 mm), grandes (diám. 60–70 cm) y pequeños (diám. 30–40 cm)

g. Red pequeña (para capturar los reproductores en el tanque de espera)

5. Equipo para la incubación de los huevos y la cría de larvas y alevines


a. Varias incubadoras y aparatos de cría de larvas, con accesorios y herramientas (destornillador,
martillo, aguja, hilo, etc.)
b. Tubos de goma o plástico de diámetro adecuado

c. Red planctónica

d. Placas de Petri

e. Jarras graduadas

f. Cubos de plástico

g. Embudos de cocina

h. Termómetros (0°–50°C)

i. Lupa (20x), estereomicroscopio o microscopio

j. Instrumental de disección

k. Hornillo eléctrico o aparato equivalente

l. Batidora eléctrica de cocina (para preparar los piensos)

m. Cepillos finos (para limpiar las incubadoras y los aparatos de cría de larvas)

n. Cepillos para fregar y limpiar los tanques

o. Tela de cedazo con distintas aberturas de malla (0,3 mm, 0,5 mm y 0,7 mm) y red mosquitera
de 1,0 mm, 1,5 mm y 2,0 mm de malla

p. Láminas de plástico y paños de lienzo (para la reparación o fabricación de aparatos de cría)

q. Redes de malla fina (2–5 mm) y cajas de paño de red de malla fina (para capturar y conservar
los pececillos)

r. Colador de cocina grande (0,5 a 2,0 l), de plástico o metal esmaltado (para calcular el número
de pececillos)

6. Equipo para extraer, manipular y conservar glándulas pituitarias

a. Taladradora eléctrica con sierra anular de 2,5–3,0 cm de diámetro, sierra para cortar al través o
cuchillo fuerte (para cortar y remover la parte superior del cráneo del pez)
b. Soporte de madera para sujetar la cabeza del pez mientras se taladra o se corta

c. Destornillador

d. Pinzas finas o fórceps, para extraer la glándula pituitaria


e. Frascos con tapón para conservar las glándulas en acetona

f. Una botella de acetona pura

g. Algodón

h. Placas de Petri

i. Desecador con gel de sílice u otro material desecante (para conservar las glándulas pituitarias
secadas en acetona)

j. Una botella de alcohol absoluto

7. Equipo para el transporte de pececillos (alevines que empiezan a comer, alevines desarrollados y
jaramugos)

a. Bolsa de plástico de 140–160 cm de circunferencia y 65–75 cm de altura; o material para


bolsas de plástico de 0,3–0,5 mm de espesor
b. Reductor de gas (manómetro con válvula de reducción de presión) con tubo de goma gruesa

c. Bombona de oxígeno

d. Cordel fuerte para amarrar las bolsas

e. Aparato para la distribución de oxígeno

f. Salabres de malla fina (0,5–1,0 mm) abiertos por ambos extremos

g. Cubos de plástico

APENDICE II
PRODUCTOS QUIMICOS UTILIZADOS EN LAS OPERACIONES DE PROPAGACION DE PECES
Y CRIA DE PECECILLOS

No. Nombre del producto Usos Observaciones


1 Sal común (NaCl) (a) Para disolver la capa adhesiva que Se utiliza sal pura de cocina
recubre los huevos de ciprínidos
(b) Para tratamiento por inmersión Puede utilizarse sal industrial o
contra parásitos externos gruesa
2 Carbamida (a) Como componente principal de la Se utiliza carbamida pura
[Urea: CO(NH2)2] solución utilizada para disolver la
capa adhesiva que recubre los
huevos de ciprínidos
(b) Para prolongar la viabilidad de los Solución de carbamida a razón
espermatozoides y asegurar mejores de 3–4 g/litro
índices de fertilización
(c) Como fertilizante, para aumentar la
producción de plancton en los
tanques de alevinaje y de cría
3 Tanino o ácido tánico (a) Para disolver la capa adhesiva que Se extrae de la corteza de
recubre los huevos de los cipríndos ciertos árboles
desnaturalizando la proteína
(b) Como bactericida y fungicida para Este tratamiento causa un
los huevos de peces retraso de la eclosión, porque
endurece la membrana del
huevo
(c) Para el tratamiento de heridas Es necesaria una solución fuerte
superficiales de los reproductores,
como fungicida o desinfectante
4 Formalina (a) Para tratamiento contra parásitos,
(Formaldehído) hongos y bacterias
(CH2O) (b) Como desinfectante, para limpiar los
tanques, el equipo y las
herramientas
5 Verde de malaquita (a) Para tratamiento contra parásitos
externos, hongos y bacterias
(b) Como desinfectante, para limpiar los
tanques y las herramientas
6 Sulfato de cobre Para tratamiento contra toda clase de Muy tóxico. No hay que superar
(CuSO4) parásitos y contra la necrosis branquial las concentraciones
recomendadas
7 Oxicloruro de cobre Se usa contro los parásitos unicelulares Inocuo, porque la diferencia
(CuCl2 × CuO) de los peces pequeños entre las dosis letales para los
peces y para los parásitos es
muy grande
8 Permanganato.de (a) Contra los parásitos externos
potasio (b) Como desinfectante
(KMnO4)
9 Alcohol etílico Como desinfectante para las jeringas
(C2H5OH) hipodérmicas y las agujas
10 Alcohol absoluto Para conservar las glándulas pituitarias
11 Acetona Para conservar secas las glándulas Deshidrata las glándulas y
(CH3COCH3) pituitarias (glándulas secadas en elimina las grasas
acetona)
12 Cal viva u óxido de Para prevenir la proliferación de Se utiliza de ordinario en la
calcio (CaO) organismos perjudiciales preparación de los estanques al
aire libre para alevines y
jaramugos
13 Esteres orgánicos (a) Como insecticidas “blandos” contra
del ácido fosfórico insectos y crustáceos acuáticos
perjudiciales
(b) Para facilitar el desarrollo de los
rotíferos en los estanques de
alevinaje
14 Oxitetraciclina (a) Para prevenir y eliminar
(Terramicina) enfermedades bacterianas,
mediante tratamiento por inmersión
o mezclándola con los alimentos
(b) Para prevenir y eliminar
enfermedades bacterianas de los
reproductores mediante inyección en
la cavidad corporal
15 Quinaldina (2–4 (a) Como disolvente de laboratorio Producto tóxico; el contacto
metilquinolina) (b) Como calmante prolongado puede causar la
muerte de los peces
16 MS 222 Como calmante
17 Fenoxietanol Como calmante
18 Enzima proteolítica Para disolver la membrana de los
huevos y facilitar la eclosión
19 Fertilizantes Para fertilizar los estanques de alevinaje
(Superfosfatos, y cría
nitrato amónico, etc.)

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