Você está na página 1de 18
antes Mist niga age sty Je Francois-Xavier Guerra ape ale NV OCeDY OMe LD égimen ala Revolucion Lpreinmenabaresiapat daria Ce Le ey ieia ie ra ¢ & "i H 1c} g A 3 A z E 5 g i & S F g E cy x 5 & = N 8 Bs E Ps Primera acon en frances, 1985 Peimers adcisn en espaol, 1988 ‘Segunda eicion 191 ‘Sowaveimpresicn, 20 Aur ranean ‘Se prohibe la repoduccin total opatclal de este bea ~-incluido el diseho tipagrafco y de porads Sea cual fre ol modi, cletrico 0 mecinica, Sin al consentimiento por eserto del eto: Tile original Le Maxique. De UAncien Régime dla Revolucion © 1985, LHarmatian, Pais ISBN 2.85807-442°9 (tome D, ISBN 2'85802.423-7 (tomo I) D.R © 1988, Fonso.ne Currune Econsunea, S.A. 0 CV. .R. © 1955, Fonpo pg Curruta Eeonouca Carrecera PicachorAjusen 227; 4200 Meso, DF ‘wanufcecom mx ISBN 968-16-2971-X (obra completa) ISBN 968-16-2972-8 (tomo 1) Irmpreso en México I. EL MARCO DE REFERENCIA: LA CONSTITUCION By 1900, al iniciarse el nuevo sgl, Poofiio Diae es el presidente constitie cional dela Repiblica Mexicana. Lego al poder en noviembre de 1876, tas luna insurreccin victriom en contra del presidente Lerdo de Tejada, em- prendida en nombre de ln Consttuciin de 1857 Elegido presidente por pric Inera ver en 1676, es relegido en 1894, después de un intennedio de. tto aio, en el que fue reemplarado por uno de sus fees, el general Mac tel Gotrile, Constantementereclegido a partir de entonces lo cual preci de numeresasrevisinesconstitucionales—, su poder en 1900 ex excl y las tleecioner que consantemente lo confirman en sa cargo son completamente fetkcas ‘Sin embargo, sempre se llevan a cabo y [a Constitecién de 1857 contina en vigor. ¢Es ta un texto formal sin verdaders imporancia? No es se- gure. El mismo Dim, a principio de la Revolucién de 1910 persste en invo- carla como la ley suprema cuyo no cumplimiento justificarfa la revuelta? Cualquier reflexidn sobre el régimen de Diaz, ya sea hecha por sus adversarios 6 por aus partidorios, sv refere siempre a este texto, que, sin embargo, 32 sabe que et contartersente voledo. Ta consttueién contin siendo para la mayor parte de ls tes mexica- nas de In época no solamente “un eédigo de leyes tan sbiac"? sno, sobre fod, ln expresén acabada e inmutable en sus rasgos eaeciales de ls ideas liberales que fundamentan la "nacién", Este juicio ya no es una toma de posicién de pati, como en tl tempo de su promulgeién; la Consttucén Se habla convertdo, gracts a Ia lucha contra In intereneion frances. ¥ et itaperio de Maximilian, ene simbolo nacional por exeelencia.Podemos decit con el me grande jursa mexicano de [a época, Emilio Rabas, gue "la Cons- Gucién foe [primero] un exblema; pasado lg tempo, ou acibn protectora tambié el eablema en ilo” se convrté en un “objeto de veneracin (...), se la Had eabia, suguta, croranta"®, EL exo cousttucional, transite como cpalmente exit Jos gripos “social Tos limites de su influencia Foeron mle arti dé TRAG ve hizo en “Puebla una traduccién de Ia Constitucién af ndhuatl* Y-fue en esta misma ciudad de Puebla y en su regidn, en donde lot adverarios de Diaz en 1910 pequeis comerianes,eudiantes, obreros y hasta campesinos dela sex za indigena, la iiizaron en sm campafas politics: “lo que encantaka a 4 Plan de Palo Blanco, 21 de marzo de 1876, en Madero (1909), 1969, p. 15, 2 Véne mi adelante, caplela 8 Madero. (1903), 1969, p. 3. 4 Rapa (1912), 1955, p78 * Thider © Bn Tena Ramirez, 1967, linian entre las pfginas 718 y 719, 9 Mara Ll. Divisién politice de México, Furnze: Atlas de México, 1975, p. 4. MARCO DE REFERENCIA: LA CONSTITUGION a Serdin ora ee itr acl, fracionsy exigencias Ley en mano, porque pars & como para Gotal y Busacio Palets, In Constulén ea ia Bisa Ese seatiiento reper Is Contin etaba tan extndid, que las rnismasdites catia, dese sezpre Foils aun texto de dipsiions ante Clercles many arcade, ve propusiren actus, a pari do entonees, dentro desu marc. 1, Las meas FUNDAMENTALES DE La ConsrrruciGn La Constiucién de 1857 encuentra sus origenes en el levantamiento federalis: ta de Ayutla, el { de marzo de 1854, contra el gobiero centralita y ditato- Fal del general Santa Anna. El Gongreso Constituyente, reunido en México e117 de febrero de 1856, trabajé durante wn afio y la nueva Constitacién fue ppromalgada ef 5 de febrero. Bl prefmtulo muestra claramente quiénes fueron, Jo autores del nuevo texto y cuiles eran sus limites: “En el nombre de Dios Y con la autoridad del Pueblo Mexicano, los representantes de les diferentes Estados, del Distrito y Terrtoris que componen la Repiblica de México, Tlamatos por el plan proclamado en Ayutla el | de marzo de 1854 (...) para consltuira la Nacién bajo la forma de reptblica democritica, represen- tativa y popular, {...) deereta (,..).”° Aun antes de la claboracién del texto, se ha fijado ya lo esencial de su contenido; el axticulo 40 de lx Constitacién aparece desde entonces camo una fieciOn: “Es voluntad del pue- blo mexicano constituirse en una repiblica representativa y federal...” La legitimidad popular que invocan los diputados constituyentes surgié de un le~ vantamiento y excluye por ello mismo a lor de la faccién opuesta. El “pueblo mexicana”, én nombre del cual se realiza la Constiueién, es, de hecho, ideo igicamente, et pueblo Wheral, del eusl estin exchdos Toe conservadores, su verdadera fuerza es el particulaismo de los Estados, laborada en un cima de revueltas populares, cuyo eje era la oposiciéa de la Tglesia, la Consttucién es un compromiso entre las dos corientes domi nantes del partido liberal, los moderadoey los puros. El desacuerdo principal se centra en ls actitud con respecto a la Iglesia: o bien un petronato reno- vado o bien la separacin, A pesar de lx adopeién de lo esencial del programa rmoderado, la permanencia de dsposiciones tales como la probibici6n de wotos religiowot (art. 5), la supresién de la jursdiceién eclesidstica (art. 13) y la desamortizacién de los bienes inalienables (art. 27), ripidamente prowocé 1a hostilidad de la mayoria de Ja poblacién Ia condena de In Consttucién por parte de la Telesia. Esta hostiidad y los exhorbitantes poderes de que cath revestida Ja Clmara de dipatados, hacen imposible el gobierno hasta para Jos misinos moderados. Promulgada el 5 de febrero de 1857, la Constitucién fue suspendida el 19 de diciembre por el mismo Presidente de la Repiblica, + Game, 1960, p. 193, S pou 12 de septiembre de 1912. Discarro del diputado Francisco, Pascual Gara " Contttuciéa de 1687, predmbulo, en Tena Renirea, 1967, p. 606 2 FIGCION Y REALIDAD DEL SISTEMA POLITICO 1 moderado Comonfort, La guerra civil hizo estragos nuevamente de 1858 2 1861. Durante esta guerra, ganada por los puros bajo a direccién de. Benito JJudrea, se promulgan las “Leyes de Reforma”: ley de la nacionalizacién ie os bienes eclesésticas del 12 de julio de 1859, ley del matrimonio ci- vil del 23 de julio de 1859, ey de lnicizacién del registro civil del 28 de agos- to de 1859, decreto sobre Ia secularizacién de les cementeris, del 31 de julio de 1859; decreto sobre los dias festivos, del 11 de agosto de 1859; ley sobre la libertad de cultes del + de diciembre de 1860; decreto de seculariza- ibn de los hospitals y de los extablecimientos de beneficencia y,finalmente, ddecreto del 26 de febrero de 1863, suprimiendo todas las comunidades relic The consrvadores aborrecen la Consttcién de 1857, que es rechmada como inaplicable por los moderados, insuficiente para los puros. Sobrevivié gracias a la Guerra civil y 2 la Intervencin francesa, que impiden su aplica- cin, Sobrevivi todavia, tras la vietoria contra Maximiliano, a ls poderes ex- cepeionales, que suspenden casi permanentemente la aplicacién de muchas de sus partes esenciales, durante las presidencias de Juirez y de Lerdo de Tejada. Sélo bajo la de este timo sufre sus primeras modifcaciones importants. [Las del 25 de septiembre de 1873 incorporan a ella las Leyes de Reforma y consagran la separaciin de la Iglesia y del Fstado, y las del 13 de. noviem= bre de 1874 erean el Senado, para disminuir los posibls peligros de un ré- gimen de asarblea tinea! Salvo esas excepciones, y con algunas otras menores que examinaremos mis adelante, el texto, tal como aparece todavia en 1900, es, en su parte esencial, 1 que surge del Congreso Consticuyente de 1856-1857, Representa el tiunfo de las ideas liberales mexicanas del siglo xxx, ‘Los ciento veintsiete articulos que 1a componen se reagrupan bajo ocho titulo, pero el reparto desigual de los ariculos da una primera indicacién sobre sus preocupaciones principales: veintinueve sobre ciento veintsiete con- ciemen a los derechos del hombre, veinticinco al “poder legilativo”, quince al ejecutivo, y trece al judicial. Los derechos del hombre y el legislativo re- presentan, pues, por i solos, casi la mitad de los ariculs. El eontexto de la elaboracién explica parcilmente que, como reacciGn contra la arbitrariedad de Santa Anna, los constituyentes bayan querido dar la pricridad a los de- rechos dol hombre. Pero es preciso, también, invocar el cardcter doctrinal de los textos, producto de la maduracién del pensamiento liberal mexicano. Faltaba esta declaacién, ausente de la Gorstitucién liberal de 1824, para se- suir el modelo francés. Pues, a pesar de las imitaciones de las instituciones norteamericanes, inevi tables desde el momento en que el particularismo regional hacfa imperativa 19 Para ef texio de estas leyes: idem, pp. 634-667, 1 Véase el detalle de asics poderesexcepeinales en Rabasa (1912), 1956, pp. 98-105. 5 Para el texto de eas mosifiaciones véawe Tena Ramires, 1967, pp. 697-70. MARCO DE REFERENCIA: LA CONSTITUCION 38 Ja forma federal, Ia influencia de la Tlustracién y del pensamionto liberal ‘europeo era la dominante en ef Congreso Constituyente. Se cita a Jeffer son, pero se cita mas a menudo a Voltaire, 2 Rousseau, a Bentham, a Locke, a Montesquiew, 2 Constant y a Lamartine, Pera ton sobze todo el expirite y el ejemplo de ia Revolucién francesa —Ia primera revolucién y Ia més re- ciente, la de 1848— los que siguen sicndo su inspiracién esencial Los derechos del hombre La enumeraciba de los derechos del hombre, “base y objeto de las insite clones sociales” (artculo 1}, es pricicamente exhaustiva. Los mexicanos na- cen libres y los eselavos recobran su ibertad al penetra en el terior de la Repiblica (ariculo 2). Son libres para escoger su trabajo (ariculo 3); nadie puede obligarios a pretar servicios personales sin su consentiniento, nisin reiribucién (article 4). Gotan de a ibertad de entefanea (articulo 31), de ping, de imprenta sn censura ni flanaa, con las Gnicasresticciones del es peto a fa vida privada a la moral y a la paa piblia, las euales énicamente pueden se ealificadas por un doble jurado popular (artcules 6 y 7). Gozan también de la libertad de peticién (arculo 8), de asceacién (ariculo 9) y do desplazamionto (articulo 11). Su domieiio (sntfulo 16} y su correspenden- Gia (aticulo 25) son inviolable La pena de muerte por delites potions {aticul 23), Ia prisién por deudas (articulo 17}, los castgos corporaes y Ia confscacén de bienes (articlo 22), son abolidos.'No pedrd promulgarsenin- fzuna ley con efecto retroactive (articulo 14); Ja detencién no puede exceder de tres dina (articulo 19); snicamente Ia justcia puede imponer penas (32- ticuo 21). La justicia estaré rodeada de todas las gurantias para el acusedo {ardeulos 20 y 24) y, una novedad en esta consitucién, lot trbunaes fede- tales pueden suspender, a petcién de cualquier persona, toda deisin de las autoridades que vaya contea los derechos definidos en la Consitcién (at ticulo 101). Se trata del juicio de amparo, que permite a los partculares Tuchar contra las arbitraiedades, y que funciona tainbiéo, pero fnicamente en cax sos especifices, como un control de la consttucinalidad de las lyes Sila igualdad no es mencionada en el texto, est implicta en muchos de sus aniculos y es proclamada en el manifesto que rcompafia 30 promlgae iu: “La igualdad serd de ahora en adelante Ia gran ley de la Repiblica” Como las constituciones mexicanas precedents, la de 1857 sélo dstingue ex- ‘tre mexicanot y exranjeres, entre ciudadanos y ls que no lo son (los merore, Ins mujeres y aquellos que han perdido sus derechos). No se mencions In cxistencia en ef interior del tercterio nacional, no sélo de hombres los que tecos llaman indies, que se sienten como tales y que representan a Ja mayoria de la poblacifn, sino de verdaderastribus organizadas que escapan a Ia auto- fidad del Estado (wayas, yaquis, tarahumara, ete, para s6lo citar unas cuantat). Por lo dems, ello no imide a nadie hablar de “indgenas” © de ine dias, ni, incluso, que las publicacones oficiales den a conocer Ia leislaciin u FICCION.¥ REALIDAD DEL SISTEMA POLETICO ‘expecial que les sigue siendo aplcada! Estamos completamente en el univer s0 del pensamient liberal, en el qu ls hambres son individuoscuyo conjunto forma, con respeca-al exterior, la “nacibe", y con respecto al interior, el “pueblo” FL actor social e sempre el individuo o la eolectvidad (ersterial moderna en donde reside (el municipio, el Estado de In Federacién). Todo lo que podria tutbar esta igualdad de los individues ante la ley est prohibida: Tox {tulos de noblea, las prerrogativas, los honores hereditarios (artiulo 12); no hay, puts, ni leyes ni tbanalespartculares salvo los tribunales militares y 6 camente para las cuestiones de diseplina militar (artculo 13). Rs el inal de Jor rextos de In estructura juriiea del Antiguo Régimen, enteramente fune dada sobre la diveridad, de extatuos y de prvilegios como garantes de la libertad, Bs significative que la palabra fuero, que sive de lems, con la reli tbc, a las grandes revueltas populares ¢ indigenas de la Epoea, aparece aqut on una conotacin nueva, nepativa, que zompe con Ia tradicién hispnice, en donde siempre ha estado asociada 2 Ia libertad. ‘i my a menudo se hace referencia la Iglesia, po ser la principal opo- sitora a la nueva constvuién y, sbre todo, como un primer estado en ba antigua sociedad estamental, os oto: cuerpos Gel Antiguo Régimen todavia cexistentes son también atacados por medio del artielo 27: “ninguna eorpo- icin civil o eelesiistica, cualquiera que sea su caricter, sa denominacién 1 objeto, tender capacidad legal para adquirir en propiedad o-administrar por a bienet race, con la Gini ezcepcién de edifcis destinados inmediata Y dircctamente al servicio w objeto de la instinucién,”™ Lo que exté en juego teavésde los Bienes raices es la exiencia mma o, al meno, I autonoméa y Jn organizacion interior de los conventes, cofradias,gremios, fundaciones de benelicencia 0 de asttencia y, sobre todo, de lot pueblos. Son actors cole tivos que no encajan en la ocieded ideal del pensamiento liberal, fundada sobre indviduos legalmenteiguales y tebrcomente homogéneos. Sin embargo, ton, como yerexos, I forma social predominante para la aplastante mayo- ria del pais, aun en la época porfirsta. sta disposicién legal tiene también ovo fundamento, ampliamente arrai- gado en todo el pensamiento de le Listracién: In propiedad privada © in- Gividual, pequesa y mediana, es inaparable de la libertad y consiuye el fundamento de toda la sociedad chil Si en la Constituién “in propiedad de las poreonas” ya no ep calificada como sagrada, contin sendo inviolable, salvo en razin de uilidad plblica y tras una indemnizacién previa (articu- Jo 27), Es también condicién para la bre ciculaciin de biene, para la ac- tivdad sana de los actoreseconémicns, a quienes no debe imponerse ninguna Timitacibn:. ai monopolies, ni probibiciones, ai controls, salvo aquellos que 38 Ver por ejemplo: Coleecisn da Acuerdes, rdenes y decretos sobre teres, eases 1 rolares, bienes de comunidades y fundos lepoles de los pueblos del estado de Je- Taco, 1878, 791 pp. ‘W Ganstnucin de 1857, artiule 27 ‘rccién 2, en Tena Rates, 1967, p. 610. 36 Ghaune, 1998, pp. 152 2 MARCO DE REFERENCIA: LA CONSTITUGION 3 concieraen a la emisiOn de moneda, ls eorreos y los privilegios tranitorioe relacionados con inventos (articulo 28). pus Algunas sombcas se proyectan sin enbargo sobre este cuadro ideal, aun antes de que fo comparemos con Ia realidad. Unas tienen relacién con la coherencia interna del pensamiento liberal: la prohibicién de votes religiosr, en tanto que “irrevocable sactficio de la libertad del secuencia, la prohibicién de todos los etablecimientos reli "sprit de qu los ligs tan eens arclo 36), ex moti, ‘que nada, por el contexto de Ia guerra civil, exo también por el anvileri- Calimo afectivo de muchos Iberales = as Otras disposiciones, a pesar de las intenciones, seialan por quiéa y pare quia se ha hecho la ley. La més importance es la'del artculo 217 “la aplicae cin de las penas propiamente tales es rxclusiva de la autoridad judicial. La politica o administrativa sélo podra imponer, como correccin, hasta quinien- tts, pesos de multa o hasia un mes de rechusién (...)." Como lo eomenta Bulnes con su pluma irénica “la gran rayorla de los jornaleres ganaba tein- ta centavos al dia (...), una mulla de quinientos pesos que se impusiera a uno de esos miscrables, que ganaba us peso ochenta centavos por seman, y eso n0 todas las semanas, equivalia a ronfiscarle el fruto fategro de su tra- bajo durante cinco afios y cuatro meses; y como, media hora mat tarde, seg a Constitucién de 1857, la raisma auioridad pedi imponer al mismo in- fortunado la misma multa (...), resuitaba que Iss autoridades politicas y admtcisratvas tenlan derecho en México (...} de confiscar a 80% de Ia po- blacién mexicana el fruto de su trabajo durante toda la vida" ¥ Afiade des ‘pués comentarios semejantes sobre la prsén a perpetuidad, que podia resutar e la-apticacién de un mes de prisién renovable Bl asunto puede parecer 4 primera viea secumdari, pero indica claramente -que-la Consttacifn era la obra de una lite, que era més una élite de la cultura que de la fortuna. ET sistema judicial ofrecia posibilidades de garan- tias @ aquel que conocia sus derechos y sabia utilizarls. Para la gran mayors de Ia poblacién la realidad seguiasiendo la de una sociodad tradicional cuyo alslamiento y dependencia se hablan hasta acrecentado con la inseguridad provoceda por las guerras civiles y por ht desspariciin legal de todas las leyes, Y autoridades del Antiguo Régimen. Ta ficciéa legal de Ja igualdad de lor rexicaros y de su libertad teérca agravaba la realidad al abrir las puersas a Ta achitaiedad * Exceptuando las clases privilegiadas y as clases medias de las efudades, lot derechos del hombre, tal como lz Constucién los definia, se infingen cons- tantemente. Violadas la libertad al nacimiento y la libertad de trabajo por el sistema de peonaje hereditario por deudss, a las que algunos Estados contro- Jados por los Iiberales habfan dado, inchso, una expreién legdativa. Ast en ‘Tabasco, en su Ley Agraria de 1864, tri el articulo 1 que plasma la fcciéa: 1 Ley del 26 de febrero de 1868, converida on el arteulo 5 de Is constiuciéa despots de ls reforma constitucional del 25 de septembre de 1873, ¥F Bulnes (1920), 1972, p. 33 36 FICCION Y REALIDAD DEL SISTEMA POLITICO “os mo2os adeudados revidentes en Tas fincas del campo son libres pare con tratar aus servicios personales", en el articulo 5 se lee: “los hijos menores de fos mozcs colonizados (...). gosan de los mismos privlegias que los de rs ciudadanos (,..)- Loe padres de fox menores deben, sin embargo, obi- tgarlos a trabajar en Ta propia finca dande sirven, ya sea por cuenta de los ‘deus o ganando un joraal." Se podrian citar otras arieulos de esta mis- mma ley —escogida como ejemplo entre muchas otras— que violan practica- rente todos los artculos de titulo consticucional sobre los derechos del hombre, Geurte lo mismo con el rechetamiento forzado, la leva, que proporciona Ia rmayoria de lor soldados durante todo el siglo x1x ‘Muchos criticor de la época han atribuido Ia responsabilidad de esas vio- laciones al general Diaz Sus reacciones son légieas, pues sus argumentes se sitéan en la hicha que el liberalism renaciente de principios de siglo dirige contra Ia ditadura. Pero ademés de quo esis vilaciones son anteriores a él, {no estin ignorando la espeificidad de las formas sociales antiguas, que tie= hen sus propias regs de funcionamiento (esealas de sanciones y de recompen sas, limites coneuetudinaris de Ja autoridad, lars de solidaridad entze los di- ferents individucs que las compooen,etc.)? ;Se podrian jusgar 1 la Iuz de uns constitucion politica moderna las relaciones sociales en una villa de la época snerovingia? Micniras la forma social permanece fuera del universo cultural mader- no, deben analizaree ls relaciones entre sus componentes en funcién de sus propia reglss, El problema surge cuando se incorpora a esas forma antiguas luna poblacién con otras reglas —como Jos trabajadores urbanos, incorpo- rados por medio de contratos engafiosos a las haciendas de Yueatén a princi- pios de siglo, 0 cuando la modernizacién econémiea 0 la insruccién mo derma apartan a un ndémero erecicnte de individuos de lu sociedad tradicional. ‘Una geogralia del sentimiento de frustracion respecte de los derechot viow Jndos del hombre, coinciiria ex: el México portirsta con las regiones més afectadas por fa modernizacién.® Por otra parte, en Ia lucha que a Jo laxgo Gel siglo xox libraron las comunidades carmpesinas en defensa de sus derechos, fos pueblos transportaron a veces si respeto por el texto escrito, —here- dado del Iegalismo de la administracién espaiola (deste las Leyes de Indias hasta los titulos de propiedad de los purblos)— a esta nueva ley ttelar que reemplaaaba las antiguas. Ast se tranamitié un conocimiento, al menos Tejano ¥ simbslico, de los preceptosconsitucionales?" E) prestigio de la Constitucién Ge 1857 no podta, pues, sino acrecentarse durante todo nuestro periode, ya aque sus articulos sobre las garuntias individuales acaberon Wenando el wacko ddejado por las lees y las costumbres antiguas. Para los més humtildes, la Cons 15 Venue el texto completo de lt ley en Gonzilee Calsada, 1972, wp. 13 s 1 Vase, por elem, Turmes, (910, 0 Mobna Ensiques, 1934, v. TT 2 Veace, por sjenipoy las protertas ex 1891 del pueblo de Temochie en Orihuabus, conta el fegitro legal de on rancho, Almads, 1964, cop. vu "1 Por ejemplo en el amistico concartado en’ 1879 por Tos jefes de ln revels de las ‘comunidades indigenes de Ia Huateca con el gobi, lor invurectos demand “todas Js garantasindividuales que otorga Ia Constiteidn”, Reina, 1960, p. 268 [MARCO DE REFERENGIA: La CONSTITUGION 37 titucién se convierte en una referencia: “si no hallaban siempre un remedio fective contra las demasias de las autoridades, eulpaban a éetas, pero sabian {que sus males se causaban con violacién de la ley protectora y que ls ley misma cera juntamente con ellos victima del atentado, 2. Ex. SUFRAGIO UNIVERSAL ¥ HL. Voro Puesto que la soberania del pueblo era el principio incontestable de tx nueva legitimidad desde las Cortes de Cédi2 de 1812, los constituyentes de 1857 no hhacian nada nuevo al considerar largamence a aquel que por su volo, expre- sin de su libre voluntad, daba origen a todas las insttuciones: el ciudadano. La novedad radica en la rapides con que el sufragio universal —masculino— fue adoptado. La influencia de la Constitucién francesa de 1848 y Ia adhesién ideolégiea sin concesiones a la teorla de la voluntad general explican ese fe- némeno, Habiéndose reunide para dar al pais las leyes mis sabias y mis per~ fectas, y al ser Francia el modelo del gobierno del pueblo por el puebio, slo se tenia que seguir sus pases, “Se trataba de hacer, como por encargo de a revolucién, una replica representativa, popular y federal; no se requerian ya mis dates, puesto que Ia ciencia encefa lo que son esas palabras y a lo que ‘obligan por dediucciones logicas."* E] proyecto de Ponciano Arriaga, ponente de la comisién constitucional, sobre el articulo 34, que limitaba Ia condiciéa de ciudadano a quienes sabian Teer y escribir, fue rechazado, sin discusién, como antidemocrstico. Ciertax ‘mente habla en ello una novedad en las ideas, pero no en ls leyeselecrorales, pues las constituciones precedentes que no la habian adoptado habisn dado sempre tales plazos a la exclusién del voto a los iletrados que, de hecho, el rufragio habla sido siempre universal en derecho. ‘Al considerar al pueblo como origen de todo poder, la casi totalidad de Tes cargos piblicos se hace por elecci6n: presidente de’la Repiblica, gobema- ddores, presidentes municipaes, dipudaos y senadores —después de la reforma del 13 de noviembre de 1874 en la que se creaba el Senado--, miembros de Is legislaturas de los Estados, y hasta ministros de Ia Suprema Corte La elec- cién con vato eeereto era indireeta a uno © dos grados, segtin los cargos, con tl fin de paliar la ignorancia de Ia poblacin.* Esas disposiciones y Jo exencial de la Ley electoral del 12 de febrero de 1857 sutsisten durante el régimen de Dizz, Sin embargo, todos los testigos, favorables © contrariee, estin de acuerdo en afirmar que las elecciones del ppesiodo porfrsta no eran libres y que el gobierno era el que hacia que se cligiesen los candidates que él mismo habia designado* Las elecciones tienen 12 Rabaen (1912), 1956. p. 75. 3 idem, p65 2 Arcus 88 al 56 de la Consttveéo, eo Tena Ramirez, 1967, p. 615. 35 ease, por ejemplo, Vera Estdl, 1987, capt. ee y x, 0 Madero (1509), 1969 pp. 3. 4 38 FICCION ¥ REALIDAD DEL SISTEMA POLITICO Tugar regularmente en las fechas fipdas y al parecer el proceso electoral se esartella en el més estricto cumplimiento de los procedimientos legals. Para los crticos de Dia, eu_perpetuacién.en ol poder y la_violarién del _siragio popular son la tara original de un xégimeen que habriainterrumy prictica demo: ios, Aun para anaistas tan Hieides como Daniel Go- “So'Villegss, los resultados de las eleceiones presidenciales de 1857 a 1800 per- riten hablar de un sufragio libre: lo: candidates presentades habrian abtenido un ndmero de votos que corresponderia a su popularidad en la opinida.* El ar- ‘gumento parece de peso a primera vita, pus silos presidentes manipulaban las cleccione, gedmo caneebir que, come mids tarde Die, o come tantos otros reg rmenes no democriticas actuales, no ebtengan porceniajes superiores a 90%% de los votos? Deiafortanadamente, dot os testimonias de los observadores de la 4poca preportiisa son undnimes al tablar de elecciones controladas por el po der y hasta de eleccionesinexistentes El embajador arsericano describe asi su experiencia sobre el periodo de Jusres y de Lerdo de Tejada: “durante los siete afos que permaneci en México, vsié a menudo las eaallas en dias de elec- cones y munea via un ciudadano depostar su voto" Y ain més, odmo creer en eleccionesefectvas, o en litertad de sufragio, cuando en 1870 el jo- ven Justo Sierra, que acababa de recibir el favor de Judree, es “elegido” iputado de Veracruz a los veintiré aio, cuando jamés habla puesto el pie fen ese Estado, ya que habia compertido entre su Yucatin natal y México toda su corta vida anterior? Hleccione: menipuladas Para resolver este problema, que no ss secundario, ya que todavia condiciia fen nuestros dias el valor que se le pueda dar a las eleciones en muchos palsy, hace falta estudiar Ins eleciones en.tos nivels regional y local, Aqui no hay duda posble: Ta prictca electoral de Diaz se ha utilizado amplla- sete anes qu é, Tonos por empl el ean de Yuen, un Ete en 1 que los conservadores eran’ tradvionalmente dominantes, , dese ots de 166, tiene gotemadores Terai Un soctle Hera coiess en 4 crénica: Tos conservadores se lewantaban periédicamente w cbtesian “el triunfo (...) en las urtas electorles, pues, a pesar de todo, el sufragio cone servaba entonces cirta efectvided. Pere los Uberales solctaban y obtentan €l apoyo del centro y los volvian al red”? Ocure lo mismo en Osxaca de 1867 » 1876. Muchas facciones se disputan el poder regional y por turno, segin ocupen el puesto de gobemador y gocen del favor de la ciudad de México, hacen clegr a ls diputades y senadores de su tendencia Podeiamos multiplicar los testimonies poniendo cada vez en evidencia la 8 Coo Villogas, 1973, pp. 125-142. 3° Giudo por Gonzilez, 1977, p. 188. 438 Para este episodio, véawe Duras, 175, 1, p. 88 % Unis, 1971, p. 64 30 Teurbaria, 1956, MARCO DE REFERENCIA! LA CONSTITUGION 20 relacin siempre constatada entre el dominio del poder local o regional y los resultados electorales, que lo confirman ¢ posteriori Todavia_ se_precisara saber sla votacién tuvo realmente fugar 0 s Jos resultados fueron, totalmente confeccionados_par las autoridades. Es probable que Gnicamente en las clue dades 0 los pueblos de ceria imporncia se hayan instalado casilas de voto cuando Jas condiciones de orden priblico lo permitian (y esas con- diciones raramente eran cumplidas en el agitado periodo preporfirsta), Es en esas ciudades 0 en esos pueblos, en las cabeceras de distrito, en donde se “hacian, en la mayorta de los cass, las elecciones. La autoridad politica de- siguaba i los electores de segundo grado, a los que otorgaba los votas de los campesinos que, indudablemente, no hablan sido consultados jamés. [Los votos obtenidos por los diferentes candidates son la comsecuencia de la divisidn de la ite politica y de la devlidad del poder politico. El estudio erallado que realizamos de las eleccions egislativas que tuvieron lugar bajo ‘Marlero en 1912, tras la caida de Porfirio Diaz, confirma esta hipbtesis. Ess elecciones, muy “libres” al decir de tocos ls actores, revelan por una parte Ja civersidad de las foeraas polticas del pais, pues se enfrentan efectivamente candidatos muy diversos y, por otra pane, la multiplicdad de irregularidades y de fraudes comeridos por las autoridades de todo tipo para hacer triunfar = sus hombres. El pluralismo electoral resulta entonces de la rivalidad de las faccioes lcales anteriormente contenias y de la impotencia dl gobierno cen- tral y de los gobernadores para imponer su candidato, Aun en ese cato privi- legiado —libertad total de prensa partidos politices actives, envites considera- bies, muy fuerte movilizeién de la pobleci6n— Ia participacién electoral sigue eno muy débil: 12% como promedio para e] conjunto del pals, con por- centajes que pueden subir en los estados del centro-oeste hasta cifras eompren- didas en 25 y 50%. Se puede deducir de este ejemplo lo que debié ser el voto en el period preporfrita en un pais dividido en compartimientes sislados, sin ferrocariles ni tlégrafos,cgitado continuamente por guerras c- wil, poe revueltas locals y por el bandera, ‘Durante Jos per itaién y ce poder dil, Jog resultados eletors- dss no. xia un selejp de fa ylantad del pueblo, sno un cato.que ‘Fay que interpreta: para descubrir la funeza ds Ts diferentes fac- ones en el plano Jocal y-su.grada.de inegracién en el plano nacional ‘Otservatn desde eit angul, ia tnahinidad We Tor RSUETO cle rales del porfiriato son més el signo de una estructura diferente del poder, que ia comecuencia de una voluntad popular todavia més manipulada, Bajo Porfirio Diaz la eleccién de! candidato oficial es automata y se hace sin esfuerco pues, y es éta la més grande novedad de su régimen, hay un candidato oficial ineiscutible, designate 0 al menos aprobado por el mismo presidente, para todos los puestos de importancia nacional La correspondencia conservada del gobernador de Puebla, Rosendo Mér- 5 Vea, por eiempla, le aunensia total de voto de los rancheros de Michoscén, gee mie tarde formardn el pueblo de San Jou de Gracia, en Gonztler, 1977, p 274 *® Guerre, 1974 (2), pp. 421-456. 0 FIGCION Y REALIDAD DEL SISTEMA POLITICO aquez, pone en evidencia el procedimiento seguido: carta autégrafa de Diaz comunicando a Marquee ln lista de los diputades que deben elegirse en el estado de Puebla; acuse de recibo y mensaje del gobernador a los jefes poli- ticas de ls distritos, déndoles ol nombre del diputado que debe clegine en su cizcunscripeia; mensajes de los jofes politicas a los presidentes ‘munici- pales y a continuaciGn, después de las elecciones, los comunicades en sentido inverse, dando cucnta del cumplimiento de la misién;#* finalmente, publi- cacién del nombre de los dichasos elegides en el oficial Diario de far debates de la Cémera de Diputedos. Todo el aparato de conteol politico del pas in- tervieoe en este ejemplo, sin un chirido, como una maquina bien accitada, jpodriamos decir que con la eficacia y la puntualidad de un servicio pibli- to, del servicio piblico encargado de “produc la voluntad del pueblo para legitimiear el poder. Pero no, todo es “administracién” en la candidature oficial. Bota surge ‘de-suneonocizniento-muy-precso- dels situaciones-locslsy-delaspersongs (9. los grupos que hay. que trata con. tn determinado momento 0 en.cierts general Reyes, gobernador de Nuevo Leda y unio de los principales adictos del presidente, eseribirle para consultale algunos cambios en las candida- tras a los puestot de diputades y senadores. Le pide la autorizacién para cambiar a un senador con el fin de “halagar aqut a algunas personas de inluen- cia local” y le propone dejar a un aotable como diputado suplente para sse- gurane de este modo su lesitad Los boletines de votacién son llenados a continuacién. En este caso, en Nuevo Leén, lee presos de la penitenciaria rellenan las papeletas del voto. En otren sition la faifcacién se hace en piblico, tal como la deecribe Ale onso Taracena en su pueblo de Curduacén (Tabasco) : “al frente de mi casa queda el sitio en donde cada y cuando se instala una mem elector. Es la ‘gran mesa familiar del comedor, muctle que e4 cubierto con plomizo sarape de lana sobre el que se tienden montones de boletas que llenan pausadamente los vecinos. No se necesita de tropas para mantener el orden, que es abso- late. A la gente visja no le importa la consigna; parece hasta contenta de ‘que haya paz y trabajo en abundancia y ai la suplantacién de firmas hecha ‘a guisa de travesura, la conturba; una de las victims, misico, ha sonreido al Aescubrr Ia supercheria: ‘Aj, bribones! ha dicho solamente a los de la mess, aque celebran el caso con risas."** En otras partes no hay ni siguiera ese simulacro electoral, pucs se habria tenido necesidad de treinta sail easilas de voto, lo que sobrepasa muy ar- pllamente fas posibilidades de la administracién’porfirita * Sea lo que fuere, esas diferentes prictias tienen, en esta época, slo una 88 Cosio Villegas, 1978, pp. 130431 © Cores citadas por Niemeyer, 1066, pp. 74 6 Taracena, T, 1965, p. 136. BI pals enba dividido sepia In ley electoral en secciones electorales que com- prendian de 800 a 2000 habitats, MARCO DE REFERENCIA: LA CONSTITUGION a Importanca relaiva. Lo importante es que todo exté ompanizado para que las consulat electorales tengan logar en ls fechas prevsts, observardo a la letra todas las formas legales. La ficcién democritica.es necesaria, no solamen- como fusdonana rerogleable- puna Jad del laa soo ue va orca del $itema aS Baar anes olde ian tee en ¥ que las elections lo sean sélo de forma, muestra que el gobierao es expaz de arbitrar ls diferencias entre los miembros de la élite politica y de ejxcer on eficacia su autridad hasta en Ine regiones més apartadas del pals. Por tate, y de una forma permanente, ls conflicts politicos extallan, en la mayo- Fade los cass, en €poca de elecciones. Decimcs en época de elecciones no en las eleciones, pues el juego de la lucha politica consste en contro- larlas antes © en impugnarls después, o en impedir que las elecciones ten- san lugar, para poner ea evidencia una fuerza exluida dl juego © una nueva felacién de fuerza. La pedagogia electorel La pritica porfrita two también un efecto imprevni. La preoeupasiéa € por'mantener Ia apariensia consitucional empujé a la adminisracion por Tita incluso Ia renovecgn peiédica dol mapa electoral para tener en cents tl crecimiento dela pobaciin y su cirribuciin geogrdfica” Los nucves dis trite electorate apartcen siempre en las regione que el ferocari hace salir de su aislamiento. La ficcién sigue aqui de cerca a Ja realidad y, paradéjica- rente, desempefa un papel peeagigico. La relzacién reglar de eleciones, @l cuidado por las formas Iegales en el desarollo de las operaciones eleto- fales (candidaturas, cals, aun en nimero linitado, reunin de as juts tlectorales para el voto de segundo grado, revsin y ublcacién de los re Sultadon te.) 7 In modernzacign del mapa electoral, ha sido seguramente tn factor de educacién cvica formal para una mioia cada ver mis ame pila, La ampliacin y perferionamiento de la prictica electoral fticia arian fa puerta 2 propia erie, « través de dos vias diferentes, que fueron ui dad al tedren, a que dscarin dec | et paren 3, EL FEDERALISMO La replibica representativa, denmocritica y federal esti “compuesta por Es- tados libres y soberanos en todo lo concemiente a su régimen interior; pero 57 Vea, anexo IIT: Eaadeo de disits lectrales de 1886 & 1920. 2 FICGION Y REALIDAD DBL SISTEMA POLITICO unides en una federacién extablecda segin los prinipios de esta ley funda~ meatal’ ** Fl texto de la Corstituciin vuelve a repetir aqut lo que ya se habla im- puesto en Tos hechos, gracias al Jevartamiento de Ayutla de 1854: el poder de los Estados precede y se impone @ poder federal El federalismo mexicano no es, como se ha dicho, una imitaci6n sin fun- damento de los Estados Unidos. La imitacién radiea en la forma constitucio- nal, lo que por lo dems, era inevitable, ya que se trataba de zeglamentar las relaciones entre poderes tepionales de muy fuerte echerencia y el poder cen tral, La ria de esta coherencia sus Kites hay que buscarlos muy lejos en el pasado, por lo menos en el siglo xv. La historia de las divisiones teritoriales de México, después de la Con: ‘quits, muestra la permanenria de una divsién administrativa a la que ya Humboldt llamaba la “divsién antiga”.® Las diferencias de los asentamien- tor precalombinos (niveles culeurales, densiades, pertenencia al Tmperio Azte- ‘a) predeterminaron parcalmente lz implantacién espafiola (reinos de México fen les territorios del Traperio Azteca, de Tlaxcala, de Michoackn en el érea tarasca; gobernacién de Yucatin en el espacio maya). Las “capitulaciones” concertadas entre el rey y los conquittadores agregaron nuevas marcos, sobre todo en el norte. La Iglesia y la Corsna mis tarde, a su'ver, organizaron cl espacio. Las intendencas, creadas en 1785, vienen a sobreponerse a la divi sién antigua fragmenténdola, en el centro, o reagrupindola, en cl norte.” Estas divisiones sirven como base a hs Esiades de la época contemporines, ‘con tna tendencia a ln frugmentaciin de grandes unidades que estaban ya fen potencia en la “divisén antigua” 0 en la de las dideesis** Gualquiera que haya sido el factor dominante en el macimiento de cada provincia, lo cierto et que los tres sighs de la época colonial confzieron a es {os espacio: administratives una fuerte personalidad, a veces lgada. a espect- cidades demogréficas 0 ecordmicas, pero, con mayor frecuencia, sin relacién alguna con ells ‘La superpesicién de un mapa poltico actual a uno de las regiones nata- rales muestra claramente que los Estados mexicanos, en sa gran mayoria,com- prenden regiones naturales divenas,® 0 bien que son simples subdivsiones e regiones més vastas.# Desde el panto de vista meramente geogrifico, se pueden descubrir divsiones racionales* pero lo cierto es que los Estados exis 2% Aniculo 40 de la Consituctn, en Tens Ramis, 1967, p. 613. 89 O'Gorman, 1973, p. 326 419 Se pueden eavontats eater dvsiones eo O'Gorman, 1973, y en el dil of Mesi- 0, 1975, 1, y on Musto Aller Por 1972, pp. Ul ‘wn Moyer’ Ad), 1973 (1), pp. 12796 4 Vane, por ejemplo, foe Hitador del Pcfico sort, sbre tode Sonora y Sinaloa, repaid entre lay planiies caetoras 7 se porcioa de la Sieza Madre Occidental; 0 ‘Sen Lair Fotos, Hidalgo, Querétzo y Purbla, cou dos soaas completamente distatas: Ja de Ta meses central ) Ia de la Huastca baja y topial. ‘SEs el cato de lor Fatades del norte, que comparten diversas partes del altiplano, de fos el Bao, de los del centro ce Iz Pesinula de Yocatin, ec. ‘Vise, por ejemplo, Batailon (C2), 1867, p. 212. MARCO DE REFERENGIA: LA CONSTITUCION 8 tenes a fines del siglo xmx se convirtieron en marcos establee del juego poli= tico, y que su consistencia estd basada en una large historia, La época co- Jonial fue Jo suficentemente larga para que las relaciones de los diferentes actores (entre ellos o en conexiGn con las autoridades reales o eclesstieas) se ‘structuraran en campos de fuerza regionales permanentes. La debilidad de la administracién real en ciertas épocas (come ta que comprende Ja mayor par- te del siglo xv y buena parte del xvm) y la mezcla de Tas jurisdicciones ‘com sus confictos de competencia y sus posibilidades de parilisis por la nnul- tiplicidad de recursos, dieron ripidamente a las élite Tocales y regionales una sauténtica autonomfa, Precuentemente la autoridad real no jugaba en este juego mis que un papel de drbitro, Exe particularismo provincial, favorecido también por el caricter a me- iscontinuo de la ccupacin del espacio y la dificultad de las comunica- lavia se necesitaban, en 1874, diecistis dias para ir de Oaxaca a Orizaba, es decir, para 250 ken, aproximadamente-— encuentra también un fundamento en las concepeiones hispdnicas sobre las relaciones entre el poder real y Is sociedad, La tradscién ecpafole EI Estado mondrquico ibrico conservé siempre, desde s1 Injano origen r0- mano, el cariter de una institucién pablica al servicio de In comunidad, Pero ls misma forma en la que se eonstruyé el poder moninquico en la Edad Me- dia, por yurtapesicién de comunidades diferentes, de reines que conservaban sm personalidad, dio lugar @ una teoris sobre la naturaleza del poder real que es ampliamente mayoritaria a finces de la Edad Media, El rey ejerce fu autoriéad por delegacisn de Dios, pero es el representante de la comuni- dad ~su sefior natural, el servidor de una ley que tinicamente la comunidad puede modificars® Esos conceptos “pactstas” tunfan muy pronto en los reines de la Coro: na de Aragén y rigen de hecho la organizacién del Imperio espafiol bajo los ‘Reyes Catélicos y los Habsburgo.tt El rey de Espafiacontinia siendo el rey 0 sefior de cada reno, ejerciendo su poder seqin Int instituciones tradicionaes de cada comunidad, La tensin entre les autoridades mondrquicas y las inti tuciones de cada reino es el mayor problema de la monarquia espafiola de ls ere modema. De las gueras civiles catalanas del sigo xv a la gran eriss espafola de 1640, pasando por Ins comunidades de Castilla de 1520-1921, y la revuclta aragone- sa de 1590, reaparece periddicamente el conflcto entre un poder real, que ten de hacia la centraizacién y la uniformizacion de Ins instituciones, y el de los reinos que defienden violentamente sus eyes. Aparentemente solucionado con la Megade de los Borbones y el triunfo ce la concepcién unitaria de la monar- 4 Turbo, 1936, pp. 131 2, 4 Suines Feméndez, 1970, pp. 405406, © Guerra, 1974 (2), pp. Shas “ FICCION ¥ REALIDAD DEL SISTEMA POLITICO quia, el recuerdo de los derechos del seino come comunidad particular so- breviié en las mentalidades, tanto mis cuando el pensamient politics clisico de les grandes reoecolésticos del siglo xv Te habia dado una formulacion rigurosa. El podce real ex de orgen divino, pero Gnicamente de manera indi- reuta, pues el rey lo vecbe de la comunidad. Estas ideas o estas imégenes pasan con toda naturalidad a América, pues ‘utdn profundamente arraigedas en las mentalidades de los eonquistadores, ‘quienes consderan ls trritros conguistados como nuevas comunidades que Vienen a incorporarse a la Corona Ta invocacié de los dereches de esos *reinos” y el “pactismo” proporco- rman la base werica a la sublevacién de Gonzalo Paarros# y fundamentan también Ia pretensién de tener representantes en las Cortes de Castilla ®® A pe sar del fracaso de esas demands, la terminologia y la nocitn de “reino” permanecen vives. Se les vuelve @ encontrar en las Leyes de Indias: el rey de Castilla es “ser de las Indias" Ja Nueva Espafa y Peri, por ejemplo, ton un “reino” y la reuniéa de las Cortes es posible si et rey lo estima con niente Pero también se les vuelve a encontrar en la representacién que los habitantes se hacen de la organizacién politica, com el indio Guaman Poma de Ayala, en el Ferd del siglo xv, en quien las palabras “este reyno” y “tog reynos"™ aparecen con enorme frecuencia cuando habla de sa patria ‘Ain en el siglo xvi, cuando triunfa, sin embargo, la nocién borbénica del poder absoluto del rey, la reivindicaciOn de los derechos del reino prosigae tenaamente, como lo muestra la peticén hecha al rey por el eabildo de Mé- ico, en 1765, de escuchar al reino antes del establecmiento de nuevos izn- puesten.™ [No puede extrafar que, cuando se produce Ja invasién francesa. de Exp fia en L008 y la abdicaeién de Carlos IV, reruran las antiguas ideas sobre las relaciones entre el poder real y la comunidad que es el reino, Io cual prusba Ia persistencia de estos conceptos. Hi eabildo de México rehtsa aceptar Ia abdicacin del rey, “pues ninguno puede darle Rey sino es elle misma [la na- Sn] por el consentiniento universal de todos sus pueblos”. Manifiexia que estes ls “iltima voluntad y reschuién del Reyao que explica por medio de la Metrépoi" 5 ‘Como en Espafia en Ia misma época, el vacio del poder real provoca el resurgimiento de las ideas tadiconales sobre los derechos de los reinos,o ris generalmente de las comunidades menores. Las ideas modernas sobre la sobe- ‘ana del pueblo vienen a teforear esta tendencia. Em este seaido, la Constite- cin de lis Cores de Cd, en cuya elaboracién partcipan éiputades de la 4 Baaillon (M.), 1967 4 Veaee nua, tome Il, libro TV, teslo VINE, ley 11; queda a fa discrecin del ce. © [bidem, toro TI, Wo TH, elo TL, les" 5 Ibidem, tomo Uy lio TIL tislo 1, ey 2 Thidem, toma TE, Slo TV, deulo VITT, Tey TE 5 Cabos, 1982, p. 116. Miranda, 193 Acta del cabilde de Méxce, ol 19 de julio de 1808, en Tena Ramirez, pp. 7 y & MARCO DE REFERENGIA: LA CONSTITUCION 8 Nueva Espafia, da a estas realidades administrativas, politcas y mentales, ‘que son las provincias, una base nueva, La Constitueié de Gidiz de 1812 crea |i diputacién provincial, érgano electo de gobiemo provincial, presdido por el jefe politico! En los origenes de esta institucin se encuentra, precisamente, ‘Miguel Ramos Arie, diputado de la provincia mexicana de ‘Coahuila El regionalismo na nace de esta reforina, ya hemos sefalado su antigiiedad y su artaigo, tanto en los hechos como en las mentaidades, pero ahora se hi inst- tucionalizade. Lo que antiguamente era e] marco informnal del juego de las fuereas politces se convierte en el raarco institucional, con un poder legal aque estat limes te esfuerzan, a partir de ese momento, en conquistar No hay que decie que esa fuerzis son esencialmente las élites regionales, las de Ia iqueza y las de la inteligencia, la mayoria de las cuales estaba en esta época formada por clérigos y oficiales reales. Los diputados de Ia Nueva Espasa en lag Cortes de CAdiz de 1812 ofrecen una buena muestra de ello: tree cané- nigos y pSrxocos, y cuatro empleados piblicos. A esas elites se incorporan, después de la Independencia, jefes militares, antiques realists o insuagentes, que 2 menudo encontraron en la guerra una forma de ascenso social Vigentes de 1612 a 1814, las catorce diputaciones de la época de la Indepen- deneia (eran seis poco antes) son, de hecho, el poder real del pats después de Ja Independencia y, sobre todo, ras la caida de Tturbide, que deja 2 México sin el poder central. Los representantes de las provincias son los que recrean cl gobierno central y rodactan Is Constitucin federalista de 1824. Los Ksta- dos, herederos de las provincias con sus rafces antiguas, preceden y dominan 1 poder central, que en esa época es de una debilidad extrema, Debilidad que, en primer lugar, x la de un pate arruinado por las guerras de independencia —éstas habian costado alrededor de sescientos mil muertos, 0 sea 10% de la poblacién, y cerca de la mitad de 1a poblacién activa.® Debilidad del aparato del Estado, provocada por la desaparicién de la alta administracién peninsular y sin duda, también, tas la expubién en 1829 de las espaiioles nacionalizados, de muchos empleados intermediatios, y agra- vada por Ia execiente dependencia del resto de [a administracién con respecto 1 Tos poderes regionales, sin el contrapeso del poder real. Debilidad produ- ida, también, por Ia incapacidad de establecer um sistema fiscal eficaz. en tun Estado central con funciones mal definidas, y que tenla que gustar To mejor de rus recursos en el mantenimiento de un ejército pletérico. Debilidad, por iltimo, de un poder central, incerto hasta sobre lo que real- mente representaba. Es la nacién, habrian respondido indudablemente los go- Demantes de la época, zpero, cuiles son kas comunidades integrantes de esta “pacién” que sucede al virreinato de Ia Nueva Espafta? En relacién con la Espatia de la misma época, Ia situacign de México (como 6 Conattucin politi de [x monarguts espafola, 1812, art 524937, en Tbiden, pp, 97-93, 30 Benton, 1955, pp. 21.1% 1 Hale, 1972, 8 Vieques, 1977, pM. 6 FICGION Y REALIDAD DEL, SISTEMA POLITICO la de los Estados surgides del antiguo imperio expafiol) es paradbjica, Las di- ferencias culturales ¢ histéricas ente> las regiones son infinitamente mencs fuertes en América que en Espa. Pero precsamente porque las diferencias son menores, Ia libertad de accién de estas unidades, en sus relaciones mus tuas, es mayor. No se puede dividir Cataluz, el pais Vasco o Galicia; sin ‘embargo, se pucde fragmentar el gigaatesco Estado de México. En el siglo xne zo se adiniten dudas en la metrépolirobre si Extremadura ex Bspafia 0 Portu- gal, pero en Mésico, ln pertenencia de la regién de Socomusco a Chiapas es incierta hasta 1642, ya que se la dlsputan México y Guatemala; Yucatén se separa del conjunio en 1898 y hasta 1648; Texas (que evolucion’ de modo diferente, es cierto, por su poblacién) lo hace defintivamente en 1835, y se teme durante Jos afios 1860 que el general Vidaurri haga Jo mismo con los estades de Coahuila y Nuevo Len Si la Nueva Espafia era una nacién en el sentido modemno del término, pues as la definian sus ites, gpor qué no iba a serlo Yucatin, si las suyas lo definian asi? Por lo demés, :no lo son los Estados independients, libres y soberznos, sogin Ia Consttucién de 1824, aun cuando se afiade “en Jo que toca (,..) a su régimen interior”? La debilidad del Estado central y I incertidumbre acerca de los fundamen “tos de Ie nacionalidad explican les peligros de desmembramiento del que he- ‘mos hablado. Hay que aliadir que, en el clima de guerra y de inseguridad de la primera mitad del siglo xrx, se asste a un proceso de fragmentacién del poder. Para sobrevivis, muches individuos regiones més 0 menos vastas se pusieron de hecho bajo la proteecidn de los poderosos —grandes hacendados Y jefes maltares, La fielidad a ests poderosos garantizaba no s6lo a segue ‘dad eolectiva de la poblacién, sino también, individualmente, la posblidad de lograr, con la protecciin de estos personajes, una carrera adiministrtiva 0 nltar cualquiera —carreras que muy @ menudo eran, en esa épaca de estane ‘amiento ecomémnic, el tiniea camino de promocién secal—, © de obtener con su ayuda decisiones favorables por garte de una administracién débil y de ‘una justicia a. menudo carrempida. Bl gobierno central favorece, a su vez;-a aparicién de nuevos Estados para hacer desaparecer a los rivales eapaces de llegar hasta la independencia La atomizecién politica "Todos ests factors explican la tendencia a la fragmentacion de las unicades tervtoriales durante el period preportrista, El gigantesco Estado de México, demasiado poderoso para los demés Estados y demasiado vasto para ser gor bbemnado por un solo caudillo, dio narimiento al Distrito Federal en 1824; a Guerrero, en 187, para legalizar la existencia del feudo de Juan Alvarers 1 Morelos y a Hidalgo, en 1869, El antiguo gobierno de Yucatdn, desgarrado ‘por la rivalidad entre Campeche y Mévida desde 1824, fue dividido en 1862 en fos estatos de Campeche y Yucatin, sl que se afiadi6 en 1902 Quintana Roo, 5 Consttucién de 1824, ar. 6, en Tean Ramire, 1967, p. 154 | MARCO DE REFERENCIA: LA CONSTITUCION ” surgido de la econquista de la regiin maya independiente desde 1947. Otres nacicron por inciativa de las lites locales, que deseaban escapar de vocines demasiado poderosos: come Colima, slido de Jalisco en 1823, Aguascalients, separado en 1834 de un Zacatecas demasiado prispero y emprendedor; 0 de necesidads malitares, como Tepic (Nayarit), creado en 1884 oon el séptimo cantén del estado de Jalisco, agitado cesde hacia vatios decenios por las 1e- vwuellas de Manuel Lozada. [La enumeracién ha sido limitada voluntariamente: fracasaron otras toa tativas de creacién, como la del puerto de Mazatlan en Sinaloa, o la de la ciudad de Orizaba en Veracruz, y con frecuencia peristen fuertesrivaidades nize los Estados o entre ciudades de un mismo Estado.®* Bl problema de las relaciones entre el poder central y los poderes regiona- Jes es, pues, estructural y deshorda ampliamente ef de una querella entre l- berales federaisas y conservadores centralstas. Estos sitimos en el poder, ro hicieron mis que susitur el nombre de Estado por ef de departamento, sin atentar ni a la divisign territorial de base ni, a menudo, a los poderesos que cjercian el poder regional. El tnico régimen que en el siglo xm intentS romper esas divisiones regionales que son el marco del poder de las élites regionales fue el de Maximiligno con su divisén del teeitorio en cincuenta departamentos©™ Mal le results: el poder regional de los cauiillos Tiberaes fue una de Jas causas esenciales de su derrote, como Jo habia sido antes para sus aliados los contervadores ‘Sin embargo, al dar el lberalismo a estos poderes regionales una base toS- rica, la de la ‘voluntad popular” —qu las élite o fos caudills regionales se ‘encargaban de expresir—, y une bandara, el federalismo, encoatraba en ello ‘un argumento suplementario en la lucha por el poder. En este sentido, la bservacién de Bulnes, « propésito de fudrez, toma todo su sentido: “lo ave representaba Juérez de muy fuerte era el caciquismo |...) teniendo como apoyos principales: el provincialismo, contrario al nacionalisno, le configura- ‘iin geogrifica del pals y las tradicioes cacicales de identificacién con la gran caus liberal. Nétese bien, todos los cacicazgos que protegia el sistema Federative, como los de Guerrero, Sonora, Chibuahua, Durango, Chiapas, Gua- ‘ajuato, Tabasco y Tamaulipas, se decararon por la Repiiblica. El eaciacgo de la Huasteca se declaré también por la Repablica, porque, de hecho, era un Estado independiente. En cambio los eaciques que no eran considerados ‘come goberaderes federales y a quienss se queria sujetar al gobiemo de los Estados (...) se adhirieron al Imperio que les ofrecia de hecho la tolerancia, independencia."#* 8 Mayes, J. A. (1), 1973, 1 Las guerales de fiites dieron lugar polémieas muy dsperas y 2 mélipls trae tad de Hite, una Lats de Ion cuales = pueda ver en O'Gorman, 1973, pp_43 = © Como aquella entre Ciudad del Carmen y Campeche, todavia viva en 1917. Véaw se poco, novembre de 1817 4 Estasto provisional del Tmperio mexiano del 18 de abril de 1865, acu 52, en Tena Ramirey, 9. 677 5 Bulaes (1904), 1972, pp. 290-281. 6 FIGCION Y REALIDAD DEL SISTEMA POLITICO Bl problema no habia sido resuelto por lo tanto ni por Ja Constitucién de 1857 ni por la victoria de los liberales. El federalismo de la Constitu- miento de la autorided competente (el subrayado es nuestro] (...)", quiso arogane al poder para decidic sobre la-regularidad de la totalidad’ de las clecciones, De todas esas competencias, slo una ha sido objeto de muy pocas erticas ‘en su épocay en las siguientes: la del juicio de amparo, empleado como de- fensa contra las arbitariedaces del poder. Usilizado sobre tedo para suspen- der el dearvotlo de un proceso répido surgido fuera de las formas legals, ha servida a menudo para evitar ejecuciones sumarias en el caso de reveltas pox Iticas,abriendo el camino a largos procesos en lor que se extinguen las pati nes, Exta funciin ha tenido fracass, pero también logros, que no siempre provenfan de Ia autoridad de los joes, sino que eran el medio, para otras influencias, de actuar sobre el peder sin que éste perdiera su prestigio®™ EL primero de los problemas planteados por el poder judicial era sw inde ppendencia. Los constitayentes, imbuidos con los principies de la soberania el pueblo, habiow desea que Ta Suprema Corte, “poder de lz federacion", tuviera también su origen en la eleeién popular: Volvemes a encontrar aqui el problema del voto y'el control que ejercen sobre las elecciones tanto el presidente-como'el gobernador y que hace de los jueces de Ia Suprema Corte ‘eudores del ejecutive, fendmeno que todavia se agrava mis por la corta du- racién de s1 mandato (seis afios). Estas crfticas fueron hethas ya desde Jos iicios del porfirato por Justo Siera. Fueron repetidas, 2 continuacién, en 1822, por el grupo de j6venes palitees Mamador mis tarde lor “cientiica", ‘que hicieron de la no reeleccién de los magistrados y de su inamovlidad uno de Jes pricipaes anticulos de su pregrama*™ Serin Finalmente sstematizados en 1911 por Emslio Rabasa en su likro La Consttucién » la dictadura. Nada de exto tuvo efecto; Diaz, camo sus predecesores, se abstuvo de modificar una sisposicion que, a pesar ce su aparieeia democritica, daba al ejecutivo medics de accién auplementaria. Es cierto que, como lo sefala Daniel Cosio Villegas, los magistrados elegidos durante la Repiiblica restaurada (1868-1876) fueron 1% Vésse, por ejemplo, el juiclo de anpaco que salva Jn vida de Flic Disa tras mt revuelia en Vorserus en oetubee, 1 Pal, 27 de cetubre de 1912 Vera Estabol, 1967, p. 0. Covio Villegas, 1973, pp. 108 a. MARCO DE REFERENCIA: LA CONSIYTUCION 35 notables por su competencia y por su imlependencia de expiritu, Pero su accién s¢ ejereié en una época en la que exstia un poder federal débil, una élite politica dividia y en la que el prestigio intelectual y moral de esos hombres podin todavia tener cierto peo. Durante la época porfirista, la Suprema Corte sélo desempeié un papel politico lanitado. Sus facultades en ese campo se vieron répidamente restrin- ‘das. Desde 1882, su presidente cesa de tener el cargo del interinato pre- sidenciel!® Muy pronto, también Vallarta, presidente de la Corte, se declaré incompetente pare jurgor acerca de la regulatidad de ls elecciones, no inca ‘mente por respeto al texto constituciaal, o en razéa de presiones politica, sino también, sin duda, porque la Corte “no habia podido encontrar mases iletradas que votaran libremente por un diputado, y, menos sin, por un juez dee Suprema Corte”. Desde ese momento, el “pede judicial” se mantuvo' en un papel de tee bunal de titima instancia, ereador de jursprudencia para causas que no trata~ ‘an e303 zsuntos politicos que dependian de lo que pods‘ames llamar el “earpo “reservado” del presidente. ¢Quiere esto decir, como los revolucionarios lo han, repetido tantas veces después, que durante el Porfirato la justcia-fue perma- nentemente burlads y que los magistados no fueron otra cose que los eje- ‘utores de los designios politicos del presidente y de los gobernadores? Esto parece inexact, ya que la. justcia era uno de los reguladores de un sistema ‘que reposaba sobre un equilibrio de fuerzas que, necesariamente, cxigia com promises, Los procesos civles que tenian lugar entre los miembros de los grupos pri- wieginds,s desnrlaben en la tayoia de les cae, de ronera iar, ten Ia meilida en que fs influencias y las recemendaciones tenian tendencia ss anniiese por Ia apelac a ls protestorex de cada una de las partes ¥. por Consiguiente, al equilibrio general de ls fuerzas sociales. Para aquellos proce so que enfrentaban a los grupos supeiores con los campesines, procesos ci tadot a menudo como ejemplo de injustica, es dificil dar una regla general fen la época de anaciurez del Porfirato.-Sin'duda en los procsos de menor importancia, en los que se enfrentaban hacendados contra pequefios propie- tarios,arrendatarce © aparceres, en Ics regiones apartadas, la justcis debio ser a menudo parcial. z Pero en aquellos que oponfan comunidades eampesinas bien arragadas y con rg forte cobain as acenads, no es seguro gue xe inns Bayan salido siempre ganando, pues los puetlos eran tn actor esencial del mundo furaly una fora no depreciable, Lop poets quedaron inegradon eo! equilibrio de fuereas que explica la solider del Porfriato. Compromisas Yo cales entre estos actores colectives, que eran las putblos y los poderoscs, Reforma consitucionsl del 3 de cbse de 1062, en Tenn Remire, 1967, pp, 705-708. He Rahase (1912), 1956, p. 216, 1 Veass, por eiemolo, ®u papel en In fommacién de una juriprodencia sobre cevestiones agraria, en Meyer, J. A. (2), 1978, yp. 138 4s 8 FICGION ¥ REALADAD DEL SISTEMA POLITICO Volvemos a encontrar en los Estados esta misma configuracién del poder, con una predominancia absoluta del ejecutivo. La Constituciéa les irmpone de hecho las mismas insttuciones que las que rigen Ia federacién (art, 109), En cada Estado hay un gobierno, una legislatura y un tribunal supremo de justicia, todos clectos, copiando en pequefo, y apenas con algunas excepcio- nes de detalle —existencia de un vicegobernador'™ 0 no, principio de. no- resleccién conservado,’® etc.—, las instituciones federales. Jas mismas obser- vaciones que se han’ hecho con respecto al nivel federal pueden repetire quis predominio del ejecutivo, papel subordinado de Ia legislatura si el go- bierno ha asentado bien su poder, dependencia de la justia, etc. Sin embargo, hay una diferencia: los gobernadores no estén, como ef presidente, Tmitados ppor una autonomia cualquiera de las unidades infeiores, Jos municipice, ‘Aun antes de que les presidentes raunicipales hayan sido designados directa mente por el gobernador —y veremes més adelante lo impopular que fue cesta medida— los municipios se encontraban ya. bajo la tutela de Ios jefes politicos de distito, no tenfan autonomia financiera y deblan obtener auto- rizacién del gobernador para asontos de su adminstracién ordinaria, El go bbernador es el ducfio de su Estado y su poder real depende de la estructura el campo de fverzas de la regién y de sus relaciones personales con el go bierno central. Fl examen de la Constiuciia nos remite a estes campos de fueras y a los actores individuales 0 colecivos que la constituyen con sus actos ‘La Gonstitucién aparece, pues, como la pieza clave, la referencia de un sistema de pensamiento que precede e intenta modclar una realidad sotial ris antigua, Ella es, también, la méscara de un sistema de poderes que formalmente ha adoptado su marco, pero cuya realidad es otra. Es, finalmen- te, uno de los objetivos a alcanzar en las relaciones de los actores, pues la conquista de los poderes simblicos que la Gonsttucién define es el objetivo final de la lucha polities. 11 Bs el cato, por ejemplo, de Sonora, 11 En Sonora y en. Yucatan, por ejemplo. IL LOS ACTORES POLITICOS DEL PORFIRIATO 1. Caracrenisriess oBNeRALEs ‘Tensatos anté nosotros diez afos de vida mexicana, el Sltimo periodo del Porfiriate, aquel que va desde los comienzos del nuevo siglo hasta el mes de abril de 1911, en que el régimen vacilante comicnea a desmoronase ‘Hemos regttrado durante esos diez afon los nombres de mil quinientas per. sonas que ccuparon cargos politicos Primero, el presidente y sus seceiarios de Estado, los subsecretarios y los oficiales mayores, lor gobernadores de los Estades, los jefes de zona malitar y de las ms importantes guarniciones: los que gobicrnan y les que rigen y Vigilan las provincias. En segundo término, los diputadas y senadores, xe ‘otro grupo de hombres distinguides que representan en la ciudad de Mexico, durante unos meses al afio, al pucblo soberano y a les Estados soberancs de la Federaciéa, Finalmente, a to largo de nuestras investigaciones incidentalmente en las historias locales y en las biografias, en las carzeras de hombres conacidos 0 de aquellos desconocidos que mis tarde serfn revolucionatios eélebres, heros podido acummular mis nombres, con otros cargos: diputads locales de ls legis lataas de los Estados, jfes politices que controlan el campo, presidentes y concejales municipales de grandes ciudades o de pequefs aldeas, funciona riog divers: jueces, diplomticos, agentes fiscales, dectores de extablecimien- tos excolares... Toda una poblacién menos baillante © poco conocida, pero ‘no menos importante en su escala, en las ciudades y en el campo de la provincia, en las capitales de los Estados, en las oficina: de a cludad de México, Esta poblacin es también, y probablemente sobre todo, la base mis firme del régimen?« Pero el régimen ya tiene tras de si, en 1900, veinicuatro afos de existencia, ‘un euarto de siglo, y muchos de sus primeros apoyos han desaparecido, He. tos incluido esta hombres igualmente en esta selecciéa, pues ton elle, sobre todo, los que dieron al régimen sus rasgos mis permanentes, y fue también este tipo de hombres el que mis se ech de mencs en el momento de la criss 1 Antes de analizar a las personas que ocuparon cada tipo de puesto, va mos a dar una visién de conjunto de la clase politica penfirsts, pucs esta visiin permite situarla con mucha precisién en relacién con el conjunto de la sociedad 3 Hata selasidn se ha hecho a pattir del corpur general dal anxo Il. Se puede encontrar un zesumen en ef anexo 1V, 3 La compllacién de estos puestos rtd nj de ser exhautiva, 4 diferencia de lor puesto ascionales y resionalercitados precedentement, TEL corpur asi ampliads comprende 1396 personajes, en vex de 1500. 59 30 FICCION ¥ REALIDAD DEL SISTEMA POLITICO illo regional es un amigo fil, que control bien su Estado, su permanescia fen el poder y su sutonomia gon muy grandes." Porfirio Diaz interviene en los Estades en tres casos solamente: cuando uno de sus fieles muere y hace flta nombrar a un nuevo gobernador* cuan- ddo un gobernador es incapaz de mantener el equilibro y de arbitar entre las diferentes fuereas politica desu Estado™ o, por iltimo, cuando el equilbeo del Estado « inestable @ exth fundado sobre la suoesion al poder de diferentes facciones Se reserva también, ya lo hemes dicho, la desgnacion de los dipn- tados y senadores; es decir, el control de fa “representacién nacional”, Jos otros ‘cargos siguen slendo elegdos libremente por el poder regional. FE nuevo tipo de relaciones que Diaz establece entre el poder eeatral y los ppoderes regionales no era, al principio, el de un Estado centralizado, sino un cequilibrio entre la cohesién politica del conjunto del pais y una autonomia smuy grande de ls Estados para todo lo que no ponia en peligro esa cohesion Por exo, en el campo del federalismo, como en les dems, Diaz no hizo més que > retoquet progresves en Ia Constituetin de 1857, Sin embargo, como Jo veremos mAs adelante, las rauificaciones que rea- liad levaron a’ un aumento de las competencias del gobierno central en el ‘campo econémico. No provacaron resistencias particulares en ls dlites provine ciales en la medida en que etos cambios parecian acrecentar su prosperiéad. Pero tanto esta prosperided, con sus ferrocarriles y sus tegrafos, como ls expansién demografea y Jos movisientos migratoris, esaban logrando que México, que era un eonjunto de goderes fragmentarios —en perpetuo con- flict antes de Diaz y poco unidos al principio con é— se conviriera pro- fresivamente en un espacio de poder tnico, cuyos componentes.regionales no tenfan el mismo peso que antes. Asimismo, en el interior de cada Estado wore todo, en los Estados més éindmicos, aparecian nuevas reacivins Je STherzas quo ponian en peligro el squilibrio regional antiguo y, de rebote, todo el sistema politico, en Ia medida en que, como la cohesién politica es taba ahora ategurada por el centro, los deseqilibrios locales afectaban ense ‘guia al poder central. 1 Como el triuivirsto de Sonots, formado por el general Lait B, Torry, Rafael Inbal y Ramin Corral; el general Frariico Cafedo en Sinaloa; cl general Bemardo Reyes en Nuevo Leda Emilo abate, cireetamente o a través de tetaferros, en Chide pat, el general Rafael Cravioto ex Hidalgo; el coronel Vieente Villada en’ el Estado fe Misco; Teodoro Dehers ea Verscr; Artton Mercado ea Micheucda Manuel ‘Alacén en Mores; Mucio Mariner en Puebla; Francisco Gemfle: de Catlo en (Questar Carle Die Catéres en San Lis Potoi: Abraham Bandala en Tabaco, Petspero Csbuanti en Tlveala .. Vase Anexo TIT. "Es ol cate, por ejemplo, de San Lule Pots en 1898 para Ia sucesin de Carlos Dice, Guiéves, Geeta entre ousor por Cockerft, 1971, pp. 17 ss; de. Mores fn (008, paca fade Alanuel Alarcon, en Womack, 1970, pp. 8; de Sizalo, en 1908, Dara ln ‘de Fraacinen Credo, en Oles, 1964, pp” 13s “T Veante por ejemplo It intervencines de Diaz en el Estado de Chihuahua en Amads, 1958, tomo Ty ¥ Coste Villegas, Tl, 1972, pp. 56-64; en Coshuila en Villarlo, 1970, caps. 17 83 eh Gusreo, Moyer (M.), 1872, pp. 6 6. ‘Vésse, por ejemplo, el caso de Yuratin: Urdsiz, 1971; Bolo, 1967. MARCO DE. REFERENCIA: LA CONSTITUCION 3 4, Hu egummmo ps Los PoosREs Siguiendo la divisié eldsica, pero muy pronto impugnada por los jurstas po- sitivistas del Porfiriato,” el “Supremo poder de la Federacin se. divide para su ejercicio en legislativo, ejecutivo y judicial”.® Sobre este punto se concen- ira la mayor parte de los debates corsttucionales de la époea: entre ots, las relaciones entre el logslativo y el ejecutivo, Ia independencia del poder judicial, In reeleceién del presidente de la Repiblica, De la suspensién de Ja Constituciin de 1857 por ef presidente Comonfort que la jusgaba inapli- cable, a lay declaraciones del presideste Carranza al Congreso conslituyen- te de 1916 —“el presidente no quedard mis a merced del Foder legislat- vo (...)”-—é pasando por las citicas de Justo Sierra y de Emilio Rabasa, el problema del desequilibeio de los poderes ha obsesionado a los politics me- -icanos: han visto en él una de Ins eases que hacia inevitable la dictadura.p” Bl Congreso La principal critica concernia a las reaciones entre el legislative y el ejecw tivo. Los constituyentes de 1857, impregnados del principio de la soberanis, del pueblo, ejercida por medio de sus delegads, babian obrado teniendo como idea de fondo Is identificacin del legis ativo con el pueblo y del ejeeutvo con la titania —al menos tendencislmente De ahi la creacién de una asamblea ‘nica, justifieada en el discuro del dipstado Cendejas a propésito de Is even- tualidad de un Senado: “;Qué quiere decit una asamblea soberana con un freno?™ sta astinblea tinea recibi, por afadidura, un abanico muy amplio de po- deres, Como lo hemes dicho, el niimere de ariculos concerniente a ella repre- senta unia cuarta parte de la Constitucién, Teérieamente, tiene un verdadero Predominio sobre el presidente. labora su orden del dia, decide por propi iva. sus stsiones extraordinaras, hasta el punto de poder estar reu- ida permanentemente (art. 4, I), Puede hacer caso omiso del veto presiden- cial (art, 70, VI) y hasta condenar al president si cuenta con la mayoria ab- soluta de los votos (art. 108). Tiene, ademds, competencias extremadamente vasias, que van desde sus papeles legislative y presupuestario clisicos, hasta la aprobactin de emprésttes pblice, a le concesién de condecoraciones, a la confirmacién de grados militares (a partir de corone!) y de puestos dipioms- 1 Ast Ballo Rabaca: “BI departamento judicsl nunca e poder, porque munca la Adminsiaciin de ln Jotcin es dependienie de a voluntad de Ia Nac (.«.) por (ee ls nbunales no feuelven To que quieren en nombre Gel pueblo, sino lo que deben en nombre de Ia ley" (1812), 1996, p. 188 ' Consituciin de 1857, anenlo 30 ‘Mensije de Venustiano Carranza al Congrte, ef le. de diciembre de 1916; en Tena Ramires, 1967, p. 760, 2 Zareo (1957), 1856, p. O41.

Você também pode gostar