Você está na página 1de 13

UNIVERSIDAD NACIAONAL DE AN AGUSTIN

“ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA”

Trabajo realizado por:

 Bautista Mamani, Karla Rocío


 Moscoso Choquetico, José Carlos

Para el curso de:

 Antropología

Tema:

 Estructuralismo

2018
EL ESTRUCTURALISMO ANTROPOLÓGICO

Objetivo:

Analiza y reflexiona sobre las características del Estructuralismo Antropológico aplicándola a su


contexto social más cercano, asumiendo una postura crítica, responsable y coherente para calificar
personalmente al E.A y destacar la utilidad de éste.

Caso problémico, ¿Cuál es el problema?

¿El estructuralismo es parte de nosotros como arequipeños?, ¿Podemos aplicarlo a nuestra


región?

Motivación, ¿Por qué es necesario?

Los resultados alcanzados por el análisis estructural tocan muy diferentes campos: prohibición del
incesto, reglas del intercambio matrimonial, organización social, totemismo, ritual, chamanismo,
mito, arte, música, máscaras... Pero sus grandes demostraciones se hallan centradas en dos
subsistemas capitales de la cultura: el parentesco y la mitología.
Desarrollo, ¿Qué es?

El estructuralismo, en antropología, cabe personalizarlo en Claude Lévi-Strauss (etnólogo francés,


nacido en 1908). Su monumental obra, que hace palidecer otros trabajos de corte estructuralista,
presenta una intrincada complejidad, desde los extremadamente minuciosos análisis estructurales
de determinadas facetas de la cultura, hasta los postulados epistémicos de un método que, tras el
particularismo histórico, restituía a la antropología su carácter nomotético, sin excluir las
resonancias casi apocalípticas de sus momentos más especulativos. El auge estructuralista de los
años sesenta llegó a marcar una moda intelectual, hace ya tiempo olvidado. No obstante, su impacto
ha sido inmenso en todos los ámbitos de la antropología mundial y ha influido claramente en
autores tan conocidos como Robert Jaulin, y el mismo Marshall Sahlins. Su herencia se ha convertido
en parte del patrimonio universal de la antropología.

El estructuralismo de Lévi Strauss hunde sus raíces en las ideas del método científico de Marx y en
el protoestructuralismo lingüístico de Ferdinand de Saussure. El mismo Lévi Strauss cita a Marx
cuando enseña que la ciencia social ya no se construye en el plano de los acontecimientos, así como
tampoco la física se edifica sobre los datos de la sensibilidad: la finalidad es construir un modelo,
estudiar sus propiedades y las diferentes maneras cómo reacciona en el laboratorio, para aplicar
seguidamente esas observaciones a la interpretación de lo que ocurre empíricamente y que puede
hallarse muy alejado de las previsiones. Por otra parte en Saussure encontró las herramientas para
aplicarlo con una moderna base científica, como práctica mecanicista donde no cuenta el devenir
humano. Fue esta idea precisamente la que le causó una famosa polémica con Sartre, el filósofo
existencialista.

Para Lévi Strauss las cosas constan de estructuras que pueden ser descubiertas y analizadas en
detalle. Considera que así como el lenguaje consta de unidades mínimas que se ordenan según una
serie de reglas para producir un significado, la cultura, es comunicación y se constituye de unidades
mínimas que se combinan según ciertas reglas en unidades mayores que forman un significado. Para
él descomponer la cultura en sus unidades básicas y comprender las reglas mediante las cuales se
combinan es entender el significado de la cultura. Considera que la mente organiza el conocimiento
según una lógica de la que es provista genéticamente nuestro cerebro humano y la cual se aplica a
diferentes cosas siguiendo unas leyes ya determinadas por su misma estructura biológica.

El propio Lévi-Strauss confiesa sus fuentes, e incluso señala sus tres maestros: La geología, el
psicoanálisis freudiano y el marxismo, por cuanto «los tres demuestran que comprender consiste
en reducir un tipo de realidad a otro; que la realidad verdadera no es nunca la más manifiesta»
(1955:62/46), sino que estriba en la estructura subyacente que debe formularse teóricamente. Con
tal fin, adopta el método estructuralista, semejante al que, desde principios del siglo XX, venía
utilizando la psicología de la forma o estructura (Gestalt), y lo toma de la lingüística estructural
fundada por Ferdinand de Saussure. En concreto, adapta el método fonológico desarrollado por N.
S. Trubetzkoy y Roman Jakobson. La estrecha analogía entre lingüística y antropología es lo que
permite la «transposición formal del método» (1958: 47/37): Al igual que los fonemas, y salvando
las distancias, otros hechos de la cultura (por ej. actitudes del parentesco, organización social, arte,
etc.), constituyen elementos de significación; adquieren esta significación integrados en sistemas; y
tales sistemas han sido elaborados inconscientemente por la mente humana; de manera que los
fenómenos culturales observables derivan de la aplicación de leyes generales, aunque ocultas. El
traslado del método hay que hacerlo, sin embargo, con toda precaución, pues si la lengua es el
sistema de significación por excelencia, otros dominios de la cultura son «sistemas que aspiran
también a la significación, pero cuyo valor de significación resulta parcial, fragmentario o subjetivo»
(1958: 58/46). El proyecto de la antropología estructuralista apunta finalmente a una comprensión
del fenómeno humano en su generalidad. Se trata de hacer no sólo un inventario general de las
sociedades, sino un inventario de los recintos mentales: «La etnología es, ante todo, una psicología»
(1962b: 174/193). Se trata de reducir a un orden datos aparentemente arbitrarios, y de poner de
manifiesto una necesidad inmanente a las ilusiones de la libertad. Con ese objetivo, el
estructuralismo arranca de la experiencia etnográfica para analizar, en cada sector de la vida social,
la red de oposiciones y correlaciones, de relaciones paradigmáticas y sintagmáticas, que lo organizan
internamente, en virtud de la función estructuradora del espíritu. Por lo cual, «el fin último de la
antropología es contribuir a un mejor conocimiento del pensamiento objetivado y de sus
mecanismos» (1964: 21/22-23). De un dominio a otro de la cultura, lo que varía es el objeto
(contenido) al que se aplican unas mismas operaciones mentales (formas). Todo lo cultural, al
encontrarse elaborado por el pensamiento inconsciente, permite al análisis desvelarlo e
interpretarlo como pensamiento objetivado. Los resultados alcanzados por el análisis estructural
tocan muy diferentes campos: prohibición del incesto, reglas del intercambio matrimonial,
organización social, totemismo, ritual, chamanismo, mito, arte, música, máscaras... Pero sus
grandes demostraciones se hallan centradas en dos subsistemas capitales de la cultura: el
parentesco y la mitología. La mejor plasmación de las indagaciones estructuralistas reside en las
obras de Claude Lévi-Strauss.

El método

El estructuralismo, considerado sistemáticamente, pretende ser ante todo un método científico


para la antropología. Sigue ciertos pasos y pautas básicas. A grandes trazos, la investigación
atraviesa tres momentos:

1) La etnografía comienza con el trabajo de campo, que, mediante la observación de los hechos
sociales, se ocupa de la recogida y clasificación de datos y materiales que permitan describir la vida
de un grupo humano o alguno de sus aspectos.

2) La etnología, trabajo de laboratorio, se esfuerza por sistematizar, por analizar y representar los
hechos sociales en forma de modelos, formulando hipótesis que, una vez verificadas
etnográficamente, se conviertan en teorías.

3) La antropología (teórica) designa un tercer plano, el de aquellas indagaciones que buscan elucidar
principios aplicables a la interpretación del fenómeno humano como tal, en su generalidad, con
vistas a una teoría general de la sociedad.
La naturaleza humana

La epistemología estructuralista se sustenta en una concepción de la naturaleza humana y del origen


de la cultura. Una peculiar evolución biológica dotó a nuestra especie con un cerebro capaz de la
función simbólica. Esta función es, en todo hombre, lo inconsciente: esa base común consistente en
ciertas «estructuras fundamentales del espíritu humano» (1949: 96/116). Su actividad estriba en
«imponer leyes estructurales a elementos inarticulados que vienen de otra parte» (1958: 224/184).
De modo que lo que se piensa estructuralmente es ya un mundo estructurado. Pensamiento y
mundo son isomorfos; el espíritu es «una cosa entre las cosas». Según este principio de isomorfismo,
«las leyes del pensamiento primitivo o civilizado son las mismas que se expresan en la realidad física
y en la realidad social, siendo ésta sólo un aspecto de aquélla (1949: 561/528).

La cultura

Desde esta perspectiva, la cultura representa una emergencia, pero explicativamente es reasumida
en la naturaleza. La contraposición entre naturaleza y cultura no cuenta ya con una línea de
demarcación neta. Hay que ver en ella, más que una propiedad real, una antinomia de la mente
humana, que necesita pensar oponiendo; con lo que la oposición ofrece más bien un valor heurístico
y metodológico. La cultura queda naturalizada. Ahora bien, de ninguna manera porque se reduzca
a determinismos genéticos como pretende la sociobiología, sino por la universalidad de la matriz
simbólica puesta en juego en todo lo humano.

El origen de la cultura está en el pensamiento simbólico, en esos mecanismos cerebrales que


estructuran los sistemas de adaptación de los grupos humanos al medio ecológico, generando y
transformando una tradición. Toda cultura cumple, así, la función fundamental de comunicación e
integración social, tratando de asegurar la supervivencia. El intercambio da cuenta de las múltiples
funciones sociales que se satisfacen a través de estructuras. Cada nivel (economía, parentesco, mito,
lengua) tiene por cometido el regular un tipo de intercambio, como modalidades de una «gran
función de comunicación». El criterio de lo cultural se encuentra, entonces, en la presencia de una
regla en intercambios no determinados instintiva o genéticamente.

En resumen

Lo más claro de la dimensión simbólica del estructuralismo se expresa en el tema del apriorismo de
lo simbólico. La dependencia del “sujeto” frente a un sistema de sentido (social) que siempre existe
antes que él es la aportación más perdurable del estructuralismo de Lévi-Strauss. Es la intuición
fundamental que ha regido unas obras que difieren entre sí en otros aspectos. En los años sesenta
y setenta se puso en práctica un uso indudablemente excesivo del concepto de estructura, desde el
psicoanálisis de Lacan al marxismo de Althusser, pero Lévi-Strauss, que tenía una concepción exacta
y operativa de su método, no se reconoce en él. Estaría dispuesto incluso a sugerir que quien ha
influido ante todo en el “estructuralismo” de las ciencias humanas es precisamente el Lévi-Strauss
pre-estructuralista, el de la Introducción a la obra de Marcel Mauss.

La referencia al estructuralismo ha podido crear la ilusión de que las ciencias humanas eran, por su
método, el equivalente de las ciencias exactas, lo cual no tiene sentido, puesto que el objeto de
éstas sigue siendo histórico, que se toma de la propia Historia y que varía con ella. El universo que
estudian actualmente los científicos es el mismo que el del siglo pasado o, si ha cambiado, sus
cambios no son históricos, ligados a una historia que es también la de los que los observan, como
en el caso de las ciencias humanas.

Así, el estructuralismo sigue siendo actual y útil en tres sentidos. En primer lugar, define un método
para el estudio de algunos fenómenos, como los del parentesco, que los discípulos de Lévi-Strauss
defienden incluso en el contexto de las sociedades industriales. En segundo lugar, proporciona un
instrumento de análisis crítico para el estudio de las ideologías e ilusiones que nos invaden en la
actualidad. En tercer lugar, propone un método materialista que aborda el funcionamiento del
cerebro a través de sus creaciones institucionales y de sus obras. Actualmente, el cognitivismo toma
el mismo camino, pero por el otro extremo, el del aprendizaje. La brecha entre los dos extremos no
está próxima a cerrarse, pero la dirección es la adecuada.

En el mundo actual, el objeto de la antropología sigue siendo el mismo: la relación y, más


específicamente, la relación social (entre uno y el otro, uno y los otros, los unos y los otros) en su
contexto. En el mundo de hoy lo que ha cambiado es el contexto. A propósito de éste, se habla de
globalización (económica y tecnológica), de urbanización (el mundo se convierte en una aldea y las
grandes aldeas son mundos), de comunicación y de circulación. Pero los cambios del contexto
afectan a la relación en sí misma. Las fronteras entre uno y el otro, entre lo actual y lo virtual, lo real
y la ficción, se alteran. Por su objeto empírico (los pequeños grupos), su objeto teórico (la relación)
y su vocación crítica (apta para desmontar cualquier forma de mitificación), la antropología tiene la
vocación específica de estudiar el mundo contemporáneo bajo su doble y contradictorio aspecto:
homogeneización y afirmación de las diferencias.

Conclusiones:

El pensamiento estructuralista de Lévi Strauss es cuestionable en muchos sentidos, pero se trata


indudablemente de un pensamiento original y profundo que todos debemos analizar y sacar
nuestras propias conclusiones. Al evaluar la antropología estructuralista, no deja de sorprender el
fuerte contraste entre su grandiosa cosmovisión.

El proyecto de la antropología estructuralista apunta finalmente a una comprensión del fenómeno


humano en su generalidad. Se trata de hacer no sólo un inventario general de las sociedades, sino
un inventario de los recintos mentales. El origen de la cultura está en el pensamiento simbólico, en
esos mecanismos cerebrales que estructuran los sistemas de adaptación de los grupos humanos al
medio ecológico, generando y transformando una tradición. La cultura entera es estructura.

Tarea:

Aplica el estructuralismo antropológico en nuestra sociedad arequipeña.

Glosario:

 Etnología: Ciencia que estudia las causas y razones de las costumbres y tradiciones de
los pueblos.
 Etnográfica: Ciencia que estudia y describe los pueblos y sus culturas.
 Nomotético: significa, etimológicamente, «proposición de la ley»
 Isomorfo: de igual forma
 antinomia: Conflicto o contradicción entre dos leyes, principios racionales, ideas o
actitudes
 heurístico: De la heurística o relacionado con ella. Heurística: método para aumentar el
conocimiento.
 Sociobiología: Parte de la sociología que estudia los aspectos biológicos del
comportamiento social.
 Apriorismo: Método en que se emplea sistemáticamente el razonamiento a priori; se
fundamenta en ideas preconcebidas y prescinde de los hechos de la experiencia.

Bibliografía:

 | 27/11/2008 | Edición impresa revista El Cultural


 Juan Rodes Comunidad web SITIOCERO Publicado: 16 agosto, 2013
 Gazeta de Antropología, 1988, 6, artículo 03 http://hdl.handle.net/10481/13746 Versión
HTML· Versión PDF Publicado: 1988-09

 1948 La vie familiale et sociale des indiens Nambikwara. París, Journal de la Société des
Américanistes, t. XXXVII.

 1949 Les structures élémentaires de la parenté. París, P.U.F. Nueva edición revisada: La
Haye-París, Mouton & Cie, 1967. (Las estructuras elementales del parentesco. Barcelona,
Paidós, 1981.)

 1952 Race et histoire. París, UNESCO. (Incluido en Anthropologie structurale deux, cap.
XVIII.)
 1955 Tristes tropiques. París, Plon. Nueva edición revisada: 1973. (Tristes trópicos. Buenos
Aires, EUDEBA, 1970.)

 1958 Anthropologie structurale. París, Plon. (Antropología estructural. Buenos Aires,


EUDEBA, 1968.)

 1962a Le totémisme aujourd'hui. París, P.U.F. (El totemismo en la actualidad. México,


F.C.E., 1965.)

Você também pode gostar