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Son raras y contadas las ocasiones en que un Cinco se ve atraído por otro
Cinco. Su arrogancia extrema no le permite fijarse en cómo son los demás
realmente. Así, para que se diese una relación entre dos
Un caos absoluto suele reinar en una unión “estable” entre estos individuos.
Infieles, fríos y mentirosos, son incapaces de entregarse a fondo en una
relación, de perder la cabeza por nadie pues sus deseos imperan siempre sobre
todo lo demás. No conocen el significado de la palabra “compartir”, por lo que
la convivencia puede llegar a ser un auténtico desastre. Discusiones sin sentido,
reacciones ilógicas, distanciamento, indiferencia... son características que, en
muchas ocasiones, se presentan en una pareja de Cincos. Evidentemente, si no
toman cartas en el asunto y buscan ése elemento que los une (si es que
todavía lo hay), la relación o matrimonio está abocada al fracaso.
A todas luces, una relación empresarial o de negocios entre dos Cincos está
totalmente desaconsejada. Derrochadores y manirrotas, es prácticamente
imposible que logren sacar un negocio a flote
De darse una relación entre estos dos números, suele ser tortuosa y hasta
dolorosa. El Seis se refugia en el Cinco en quien encuentra estabilidad y
protección. Sin embargo, tal estabilidad es tan sólo una fachada, pues el Cinco,
al creerse infinitamente superior al resto del Universo, puede llegar a
considerar que merece algo mejor que un conformista y perezoso Seis y, aun a
sabiendas de que puede herir a su pareja, si piensa que ésta no está a su
altura, no vacilará a la hora de buscar alguien “digno de su amor”.
Cuando esta conquista se produce o cuando existe una relación estable entre
estos dos números, la paz y la cordialidad suelen ser las notas dominantes de
esta unión sentimental. A primera vista, no parece que haya problemas entre
dos números que se complementan: el Seis ofrece tranquilidad y madurez a la
relación, mientras que el Ocho es pasional y aventurero.
Como reza el refrán: poderoso caballero es don Dinero. Entre ambos forman un
equilibrio perfecto que casi nada puede alterar. Y decimos casi nada porque el
aburguesado Seis es amante de la buena vida y trabaja duro para poder darse
esos pequeños lujos, caprichos y placeres. Esta tenacidad y compromiso se lo
exige también a su pareja, pues el Seis no está dispuesto a mantener ni a ser
mantenido por nadie.