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COMISIÓN DIRECTIVA:

Dra. Claudia Borensztejn


Presidenta

Dra. Rosa Mirta Goldstein de Vainstoc


Vice-Presidenta

Lic. Laura Escapa


Secretaria

Dr. Gustavo Mario Jarast


Secretario Científico

Dr. Rafael Eduardo Safdie


Tesorero

Vocales:
Dr. José Fischbein
Dr. Diego López de Gomara
Dra. Marcela Bouteiller
Dr. Darío Arce
Dra. Claudia Amburgo de Rabinovich
Dr. Ricardo Daniel Spector
Lic. Jorge Eduardo Catelli

DEPARTAMENTO DE NIÑOS Y ADOLESCENTES “ARMINDA ABERASTURY”

Dra. Hilda Clelia Catz


Coordinadora

Mag. Clara Graciela Benseñor


Secretaria

Miembros:
Dra. Hebe A. Abrines de Sanvittori
Lic. Casilda M. Casado Sastre
Lic. Catalina Marta Martino
Lic. Juana Berezin de Guiter
Lic. Patricia Mónica Chavero
Lic. Alicia Szapú de Altman

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CUADERNILLO DE
PANELES, TRABAJOS
Y TALLERES

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Jornadas Anuales 2017 del Departamento de Niños y Adolescentes
“ArmindaAberastury” - Asociación Psicoanalítica Argentina

Adolescencia: "Romeo y Julieta entre el amor y el espanto"


Ejes temáticos:
* Suicidio en la Adolescencia o Adolescente suicidado?
* La multiplicación mediática y sus consecuencias: curiosidad e imitación
* La animosidad de la sociedad contra el adolescente
* Acoso Escolar, Escuela y Familia
* Adicciones, alcoholismo, anorexia y bulimia
* Abuso sexual en la infancia y adolescencia

Con una comprometida y activa concurrencia de más de 150 inscriptos se pudo tener la
posibilidad de un intercambio sobre estos temas habitualmente silenciados y abrir nuevos
interrogantes a un problema que nos demanda y nos convoca con urgencia.
Nos encontramos con una gran cantidad de trabajos y talleres donde se debatieron los
puntos mencionados en el programa. Adolescentes que están sin rumbo, sin brújula, a la
deriva, desaparecidos del mundo adulto donde en la mayoría de los casos, los usan para
sus propios fines, pero no los guían.
Se puso en evidencia los déficits parentales de identificaciones sostenedoras que generan
además de frustración; aislamiento, violencia y conductas auto destructivas.
El Panel final se llamó: “Julieta y Romeo buscando otro final”, yjustamente puede decirse
que también fue un Panel de Apertura a la necesidad de seguir trabajando problemáticas
tan complejas que no dejan de reclamar adultos que confronten al adolescente, que no los
dejen auto destruirse con su propia fuerza.
Que no abdiquen en esa búsqueda de contener la impulsividad y la libertad de
pensamiento del adolescente como la matriz creadora por excelencia de la Sociedad. Y ese
es uno de los desafíos que nos planteamos en el Departamento de Niños y Adolescentes de
la Asociación Psicoanalítica Argentina en estas Jornadas.

Dra. Hilda Catz Ph.D


Coordinadora
Departamento de Niños y Adolescentes “ArmindaAberastury”

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PANELES

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PANEL DE APERTURA

Dr. Julio Granel (Psicoanalista APA – Coordinador del Capítulo de Accidentología


Psicoanalítica, APA)
Lic. Mónica Toscano (Psicoanalista APA. Especialista en Violencia escolar)
Dr. Arnaldo Smola (Psicoanalista APA)
Lic. María Dolores Santos Barreiro (Directora por Adolescencia, Dto. Niñez y
Adolescencia APDEBA)
Coordinador: Dr. Primitivo Gómez

Reflexiones Psicoanalíticas acerca del Accidentarse, el suicidarse y


la muerte.
Dr. Julio A. Granel. Colaborador: Sebastián M. Revere
Comentario respecto de la muerte.
Para Freud, y así lo afirma en “Lo Inconciente” y en “Lo Siniestro”, el ser humano no lleva dentro
de sí mismo una representación definida y bien delimitada de su propia muerte. Para Freud no
habría una representación ni una figurabilidad propia e inconsciente para esa persona sobre cómo
tendría lugar y cuándo ocurriría su propia muerte.
Para Freud no hay inscripción. Pero esto no implica que en circunstancias especiales de su vida y
de su funcionamiento Yoico el sujeto puede estar dominado, sometido y manejado su Yo
Inconciente por las fuerzas impulsivas de la pulsión de muerte. En ese caso la dirección de sus
acciones está dirigida por la pulsión de muerte. Que sí sabría en ese momento a donde dirigirse
para cumplir su designio letal.
Esta situación de “no-inscripción” de “no-representación” estable y definitiva (que pueda ser
absorbida, comprendida y elaborada y a veces concretizada por el yo inconciente); esta situación
repito, facilitaría la posibilidad de la negación de la muerte.
Todos tenemos en nuestro interior en mayor o menor grado una fantasía de inmortalidad.
En la infancia esto está facilitado por el ambiente cultural, la existencia de mitos y leyendas; por
ejemplo: “El abuelo está en el cielo y te está mirando”. “Los muertos descansan y están en el cielo
junto con Dios y con Jesus Cristo que es inmortal”. Esto es absorbido intensamente por los niños
porque para un chico no puede concebir que no exista un lugar para la persona que ha
desaparecido.
Es decir siempre se mantiene una creencia en la transmuerte como se lamentaba Amado Nervo en
su dramática poesía: “qué solos se quedan los muertos”.
Esta creencia en una existencia más allá de la muerte toma una forma dramática y amenazante
cuando se complica con el Superyo: “Portate bien que el abuelo te está mirando y vigilando desde el
cielo”.
Y de otra forma, dentro del sistema de premios y castigos se impone culturalmente la idea de que el
héroe que se destaca ganará la inmortalidad: el himno a Sarmiento dice: “Sarmiento inmortal”. El
Sargento Cabral fue el soldado heroico que al precio de la victoria murió pero se hizo inmortal.
Pero dentro de este mismo sistema de ideas generado por el Superyo, Freud en lo siniestro nos trae
un temible personaje de los cuentos de Hoffman: el hombre de arena que arrancaba los ojos (y se
llevaba a los niños que se portaban mal). En el cual está incluido la pérdida de los genitales por la
culpa edípica.
Esta culpa está detrás para los niños y los adolescentes que, como ocurre con la mayoría, no
elaboraron totalmente el complejo de Edipo de toda forma de peligro interno (enfermedades) o
externo (ataques, atropellos, accidentes). Esto hace difícil la prevención de un riesgo en un
adolescente: porque lo va a sentir como una amenaza a lo que quiere realizar. Y a su natural
tendencia a la aventura y la osadía.
Esto es interesante para desentrañar el significado de la conducta de riesgo de muchos
adolescentes: que aman el peligro y buscan ex profeso situaciones peligrosas.
En un análisis un poco general se podría decir que están buscando la muerte. Especialmente
cuando asumen conductas maníacas que enmascaran dolor y fantasías de autodestrucción.
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Pero lo que también se ha observado que aún con riesgo de autodestrucción están invadidos por
una fantasía de que a través de la conducta de riesgo pueden llegar a domeñar la muerte. De alguna
manera aunque sea aparentemente una forma de eludirla, es una forma de tenerla presente,
podríamos decir enfrentarse, reconocerla como tal (en lugar de negarla), y tomar contacto con ella.
Ejemplo del paciente con tumor de pulmón.
Ejemplo de la chica del globo de la muerte.

Según UNICEF el suicidio sería la segunda causa de muerte entre los jóvenes 13%
Siendo la primera los accidentes 30% de defunciones.

Accidentes

Accidente como síntoma.


Síntoma es una señal de algo que está sucediendo o va a suceder. Tiene funciones reveladoras.
Desentrañar un síntoma es comprender el proceso que está teniendo lugar, que lo subyace y lo
determina.
Psicoanalíticamente hablando el síntoma siempre se entrama con el vivenciar del paciente. Tiene
sentido.
En un sentido psicopatológico amplio consideramos que el accidente también es un síntoma. Y en
su génesis existe una interceptación y una permuta. En ese sentido el accidente como todo
síntoma es una formación sustitutiva.
Todo accidente tiene un sentido y expresa una situación individual y a la vez es manifestación de
un modelo de reacción universal.
Contenidos inconcientes, a consecuencia del entrecruzamiento de varias fantasías, impulsos y
deseos contradictorios, han sido perturbados en su progresión hacia la conciencia y transformados
en términos de un Acto.
El accidente es resultado de un conflicto. En él se expresa el choque de fuerzas en pugna: un
movimiento pulsional y su oposición a su satisfacción y descarga.
Como todo síntoma es una solución de compromiso.
Libido insatisfecha. Auto y Alo Agresión (asociación entre libido y pulsión de muerte).
El síntoma accidente es un retoño de deseos inconcientes contradictorios. La naturaleza central del
conflicto es: Cambio - Contracambio.

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El accidente en los niños: teniendo en cuenta que el Superyo todavía no funciona como protector y regulador, es expresión de un
conflicto con los padres donde estos no funcionan como protectores y adecuados controladores de sus pulsiones. Y están incluidos en la
fantasía accidentogénica.
En el adolescente hay, en el accidente, un desplazamiento de deseos edípicos y de la acción castratoria del superyo que por la intensidad
de la pulsión y la reactivación de los impulsos edípicos no puede representarse con desplazamientos menos directos y menos auto/alo
agresivos (ruptura del periodo de latencia - hipertensión pulsional y antipulsional, imposibilidad de sublimación).
Todo esto lo resumimos al expresar que el conflicto accidentógeno es entre cambio y contra cambio. Conflicto que se exacerba al
transcurrir la infancia y en la adolescencia que son épocas de intensos cambios internos y ambientales (en las relaciones objetales).
Recordemos que se han mencionado significativamente los tres duelos fundamentales de la adolescencia:
1. Duelo por el cuerpo, pérdida del cuerpo de niño.
2. Duelo por el rol y la identidad infantil.
3. Duelo por los padres que ya no son los mismos que en la infancia.
Alta tasa de mortalidad en jóvenes y adolescentes. Conductas maníacas: alcoholismo, drogadicción, y omnipotencia maníaca (que
encubriría el dolor y los duelos).
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Accidente Conflicto Cambio - Contra Cambio.


La esencia del conflicto es la pugna entre cambio-contra cambio. Sus contenidos Edípicos y Pre-
Edípicos; y las ansiedades de abandono y de persecución (producto de la necesaria y evolutiva
transformación de la simbiosis) han sido desplazadas, desorganizadas y sobretodo decatectizadas
en su forma original (desmentida interna). El sujeto y el aparato psíquico queda entonces invadido
por fuerzas eróticas y tanáticas descontroladas ante la decatexis y que no han encontrado una
adecuada representación inconciente ni mucho menos una representación conciente y/o verbal.
No queda otro camino para estas fuerzas así liberadas que la descarga en el acto accidentogénico.
Donde está comprometido además del aparato psíquico: el cuerpo.

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En ese sentido el accidente no es sólo una descarga sino que allí los contenidos y las energías
tanático/libidinosas liberadas por esta desmentida interna adquieren una nueva forma en el
accidente.
Como todo síntoma es una neoformación.
Porque consideramos que el Yo Inconciente no puede controlar estas energías que no quedaron
fijadas a una representación y que esta es en realidad una situación en cierto modo “psicótica” en el
trabajo del accidente. Al descargarse en el mundo externo: ruptura de cuerpos y objetos. Y en el
mundo interno: heridas y fracturas corporales; se logró una representación. Porque estas rupturas
y lesiones son expresión de los contenidos del conflicto Cambio - Contracambio. Y son formas de
darles representación a los contenidos de este conflicto.
Por ejemplo: La ruptura de una relación amorosa (filial, amistosa o erótica) no puede ser mejor
representada que por una fractura de una parte del cuerpo. Según cada caso siguiendo las leyes de
la representatividad cada parte del cuerpo será apta para representar a la manera corporal las
partes que se rompieron en el conflicto. Esa parte del cuerpo (supongamos una pierna, un brazo,
los dedos del pie) asumió mucho antes del accidente la representación de una relación objetal (“sos
mi brazo derecho”). Consideramos que esto se adquirió en épocas muy primitivas comenzando con
el desarrollo del cuerpo en la época embrionaria fetal.
La sangre cuando se derrama está representando el dolor de la pérdida y es equivalente a un llanto
profundo (son lágrimas de sangre).
Un edema en un dedo, producto de haber sido apretado con violencia por “el otro” puede estar
representando que el sujeto está hinchado de rabia y de fantasías agresivas que no puede expresar
de otra manera.
Consideramos que el accidente en la medida que trata de comprometer el cuerpo y los objetos del
mundo exterior como elementos para representar su conflicto puede ser un intento para impedir lo
que el Yo Inconciente puede considerar más dañino y peligroso como sería una enfermedad
somática: un infarto, una leucemia o hasta un cáncer.
Por más que sea el accidente traumático y peligroso no debemos dejar de entenderlo como un
intento (a veces fallido) de dar forma a lo que por la decatexis defensiva había quedado sin
representación.
Porque para el Yo Inconciente lo que queda sin representación genera una vivencia de vacío y
desamparo; y más aún una vivencia de muerte que puede compensarse ante la angustia psicótica
que esto produce por una enfermedad orgánica, como ya dijimos, o por un síntoma psicótico
(alucinaciones, delirios, obsesiones).
Esta pérdida de una representabilidad adecuada conduce entonces a una vivencia de mutilación
que es relativamente compensada por el accidentarse que constituye un reencuentro con los
contenidos perdidos.
Una actitud maníaca encubre esa falta de representación y conduce o favorece al accidente que
sería un encuentro maníaco con lo decatectizado.
Destacaré que el accidente no es solo una descarga de las pulsiones edípicas y de los movimientos
antiedípicos sino una manera de evitar otro recurso más extremo y psicótico: la desmentida total y
la desinvestidura completa de estos contenidos que llevaría a un vacío pulsional y representacional
solo llenado por la pulsión de muerte con peligro de enfermedad somática y muerte del sujeto.

El suicidio.
Estamos de acuerdo con la concepción psicoanalítica de que todo suicidio no es sólo matarse o
destruir una parte interna que tiene como objetivo el cumplimiento de un acto homicida. A alguien
se está matando al matarse. Es una manera masoquista y autodestructiva de vengarse de una
humillación, de una desilusión, de un abandono.
Eso se puede observar en el estado emocional en que quedan los deudos del suicida.
También podemos decir desde un punto de vista complementario que puede interpretarse que el
suicida esté actuando las fantasías homicidas del grupo (y/o de la sociedad) en relación a él
(filicidas o fratricidas o etc.).
Pero en todos estos casos existe una idealización de la post-muerte. Delirantemente la muerte es
asociada a un estado de tranquilidad y paz, sin enemigos y sin rivales. Y sin gente frustrante.
Esto es lo que Abadi y Yampey han llamado la “fascinación de la muerte”, por supuesto contiene el
delirio de que la persona va a ser conciente de ese estado de paz.

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También algunos autores como Rank y Arnaldo Rascovsky, destacaron que la muerte para algunas
personas implica una regresión a la supuesta felicidad del estado embrionario fetal; donde no hay
opositores, ni frustración, la alimentación es continua y el abrigo y calor es permanente.
Pero todos estamos de acuerdo y Arnaldo también que se trata de una idealización de ese período
pre-natal.
Hay también un registro de los estados emocionales de la madre y el padre.
Hemos observado que situaciones graves de la madre, como ser un duelo, se transmiten
intensamente al feto que no tiene defensas para soportar y elaborar las variaciones, humorales,
celulares que este estado produce.
Lo que los biólogos llaman unión feto-madre-placenta es funcionalmente una unidad pero lograda
a través de un juego continuo de interrelaciones genéticas y endocrinas que si no ocurrirían se
produciría la muerte. Ese estado continuo de lucha contra una posible desorganización debe tener
algún registro en el Ello fetal.
Como toda organización post natal está al servicio de cubrir micro-viscicitudespsico-orgánicas que
ocurren en esa unión madre-feto. Hasta los momentos, que se han descripto como de angustia en
que el feto siente que si no nace muere.

Caso de Suicidio.
Una chica de 16 años se disparó un tiro en la cabeza en el colegio. Falleció al día siguiente. Se
investiga si fue instigada a través de una red social.
el Juez federal platense ordenó una investigación al sitio web nacional e internacional para
descubrir la posibilidad de que un instigador haya manipulado psicológicamente al adolescente.
Leeremos a continuación el mensaje en internet que envió esta chica dos días antes del hecho.

“El Jueves voy a suicidarme en la escuela y lo voy a trasmitir por directo. Les cuento. Voy a robarle
el revolver a mi papá antes de salir para el colegio y pienso pegarme un balazo en la primera hora,
así que si no se quieren perder el directo van a tener que estar despiertos a las 7.50 de la mañana.
Tengo 5 balas, si en ese momento da para matar a 3 o 4 compañeros, joya. Pero mi misión principal
es el suicidio”

Se brindó asistencia psicológica a los compañeros que estaban en un estado que no podían superar.
El diario La Nación destaca la vulnerabilidad de los chicos atrapados por redes virtuales. A través
de los teléfonos los adolescentes pueden intervenir en teléfonos lejanos. Continua diciendo La
Nación en estos casos no hay contacto cara a cara. Y están conectados a mundos inaccesibles que
La Nación califica como la telaraña del mundo virtual. No habría fronteras ni límites para la
curiosidad del adolescente. Así se transmiten de forma directa homicidios, suicidios, golpes
brutales.
Y serían expresión de vivencias de desarraigo, desamparo, incomunicación, vacío, pérdida de
referencias de comunidad, espejismos de una galaxia virtual. Consumismo, insensatez e
intolerancia a la frustración.
Como analistas debemos explorar lo que Freud denominó el Malestar en la Cultura y los efectos de
la pulsión de muerte que no se puede controlar ni sublimar.
Lo único posible de hacer es determinar un adecuado desplazamiento de la pulsión de muerte en
acciones donde no se realice y se alivie la tensión destructiva.
Al contrario son negativos los diques y controles porque la represión de la pulsión de muerte se
vuelca sobre el cuerpo.
También los adultos estaríamos en estado de goce individualista con un aislamiento narcisista que
implica un abandono del adolescente, asediado por sus impulsos tanáticos y eróticos, y por una
soledad por la cual le falta un continente para elaborar y desplazar sus impulsos.

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Tema: “Allí donde nada sucede, todo sucede”. La escuela escenario
de Prevención.
Lic. Mónica Toscano

Síntesis:
Aristóteles dice en la Poética:“La tarea del poeta es describir no lo que ha acontecido, sino lo que
podría haberocurrido.”
La distinción entre el historiador y el poeta no consiste en que uno escriba en prosa yel otro en
verso –se podría trasladar al verso la obra de Heródoto y seguiría siendouna clase de historia–; la
diferencia reside en que uno relata lo que ha sucedido, y elotro, lo que podría haber acontecido.
Así pues, el poeta está más cerca de descubrir las pasiones del hombre que elhistoriador.
Sófocles, Esquilo y Eurípides, coinciden en las sagas griegas en las que describen laspasiones
humanas en el hecho que los protagonistas sean los adolescentes.
¿Por qué? ¿Por qué Edipo y Orestes? ¿Por qué así mismo Romeo y Julieta en Shakespeare?
Gritando. Proclamando sus Verdades.
¿Por qué se teme escucharlos?
¿Qué verdad desvelan?
¿Nos ponen los adolescentes en escena aquello que como familia, como sociedad noqueremos ver,
negamos o no entendemos?
¿Qué mitos tenemos como sociedad con respecto a la adolescencia, que no nos dejaver la realidad
de una etapa tan difícil como creativa?
¿Qué hacemos, si desde el principio no los escuchamos?
¿No es acaso la noción de diálogo, como dicen los griegos, lo que posibilita que surja la creatividad
antes que la violencia? ¿A merced de qué riesgos dejamos a los chicos, si no los escuchamos en su
dolor?
¿Qué máscaras construirán para anestesiar el miedo y el dolor si no hacemos un espacio para
escucharlos?
¿Por qué como sociedad, llegamos tarde la mayoría de las veces frente a la máxima expresión de
violencia pasiva como es el suicidio en la adolescencia?

Extracto de un escrito de una adolescente de dieciséis años, dirigido a su docente.


1 “Hola. No contesta nadie. Me estoy volviendo loca. Ya sólo hablo con el ordenador. No es que el
mundo no quiera, es que yo no quiero, ya no. Ya no me importa nada. No duermo. Ya no puedo
dormir.
No sueño si no es con esa basura que fumo cada día, pero sin ella no sueño.
Me quita la carga del colegio, de las materias, de las risas de mis ¿amigos?
Finalmente, quizá ellos tengan razón al no dejarme estar con ellos.
Cuando fumo siento que no estoy sola. Sí, aunque no me crean es así. Ellos no saben lo que siento.
Yo no quiero decírselo.
Esto tiene que terminar, pero ¿cómo?
Antes me pasaba el día en la cama, durmiendo todo el día, no tenía por qué levantarme, hasta que
un día decidí hacer como si nada sucediera.
Nada más va a suceder.
Casi no dudo. Nada tengo que perder. Nada tengo que esperar. “
¿Nada tiene que esperar?
Cuando se llega a extremos en los que los chicos dicen: «Nada más va a suceder. Casi no dudo.
Nada tengo que perder. Nada tengo que esperar», nos encontramos en el borde mismo, donde la
desilusión juega su principal mascarada haciéndoles creer que el camino se ha terminado, es decir,
que ya no hay espera, que ya no hay esperanza.
El suicidio en la adolescencia violenta, coarta ferozmente el devenir natural, donde toda la pulsión
de vida y crecimiento se estrella contra la pulsión de muerte.
El incremento del consumo de drogas en edades cada vez más tempranas constituyen un suicidio
lento, continuo pero muy eficaz.
Circuito mortal, donde los chicos cuentan que toman cocaína para sacarse la resaca del alcohol y,
como esta es un estimulante del sistema nervioso central, comienzan largas horas en las que no
pueden dormir, produciendo esto una profunda angustia, entonces vuelven a tomar alcohol o,

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cuando eso no alcanza, toman un barbitúrico, que es un depresor del sistema nervioso central, y así
comienza el riesgo de un circuito compulsivo que puede llevarlos a la sobredosis.
Un adicto grave ya no puede pedir nada, sólo es “eso” que el flagelo lo deja ser, un resto perdido
que sólo quiere ese alivio que la muerte enmascarada le ofrece.
Paradoja violenta, ya que allí donde cree existir muere.
Distintas realidades socioeconómicas y socioculturales, sin embargo, lo que hemos podido observar
a través de nuestra investigación 2 es que los jóvenes nos están pidiendo ayuda de manera muy
similar y que tenemos que ayudarlos con la urgencia que la adolescencia impone.
Un estudiante japonés víctima de bullying anuncia su suicidio. El Ministerio de Educación
japonés recibió el pasado lunes una carta de un estudiante que anuncia su suicidio para el
próximo sábado en su propia escuela, debido a la impotencia que sufre ante el acoso escolar o
bullying de sus compañeros. Por lo pronto se desconoce el origen del mensaje. (...) La carta
recibida (...) incluye otros cinco mensajes que van dirigidos a un comité de educación, al rector de
la escuela, al tutor de la clase, a sus compañeros de clase y a sus propios padres. «Los que me
acosaron no han recibido ningún castigo. Avisé al profesor y no hizo nada», dice el mensaje, que
no especifica nombres. «Escribo esta carta porque vivir es doloroso», prosigue la nota, que ha
salido también publicada en la prensa japonesa. «Si no cambia nada, me suicidaré y la gente
conocerá mi identidad el sábado, cuando los medios hablen de mí.»
Implementación del método MONICA TOSCANO PREVENTION IN ACT®, con más de 10.000
niños, púberes y adolescentes, en distintas instituciones educativas:
En Buenos Aires, desde el año 2000 hasta la fecha.
En Barcelona, desde el año 2005 hasta la fecha.
En París, desde el año 2011 hasta la fecha.
En Düsseldorf, desde el año 2013 hasta la fecha.
Los talleres MONICA TOSCANO PREVENTION IN ACT ® para alumnos se llevan a cabo por las
escuelas formadas en la aplicación del método.
Sabemos, que la adolescencia es una etapa fundamental que pasamos todos los seres humanos y,
muchas veces, encontramos que el tan reiterado acoso escolar que padecen los chicos en la escuela
hoy puede llegar a ser un disparador de alto riesgo de situaciones que no han sido entendidas.
Nos podemos encontrar –sabiendo que cada situación es singular y debe ser evaluada y
diagnosticada de este modo– con que situaciones no entendidas, como el acoso escolar y otras
causas como conflictos intrapsíquicos y/o familiares, pueden llevar al chico a la autodestrucción
total, es decir, al suicidio.
Cómo acompañar a los adolescentes para que puedan pronunciarse, antes que situaciones de tanto
riesgo sucedan, y no lleguemos tarde la mayoría de las veces.
Poder pronunciarse frente a un grupo que la mayoría de las veces los deja en posición de objeto sin
posibilidad de decisión ni elección.
El joven japonés de la noticia aparecida en La Vanguardia pide ayuda. ¿Cuáles son los indicios,
cuáles son los signos? Las cartas: a un comité de la escuela, al rector, al tutor, a sus compañeros, a
sus padres. Las cartas son una demanda de ayuda y eso quiere decir que el adolescente todavía está
dispuesto a recibirla. Este joven dice:
«Vivir es doloroso. No soporto más el maltrato de mis amigos», porque siente un dolor insostenible
frente al acoso de sus compañeros. No se siente escuchado en su demanda de ayuda: «Avisé al
profesor y no hizo nada». Observamos una ausencia de límites ordenadores ante el acoso sufrido:
«Los que me acosaron no han recibido ningún tipo de castigo.». Finalmente, menciona la decisión
de ejercer un tipo de violencia pasiva sobre sí mismo que lo llevaría a la autodestrucción: «Si no
cambia nada, me suicidaré».
Es muy importante hacer saber a este adolescente que estamos dispuestos a escucharlo en su dolor.
Que, como sociedad, como educadores y padres, creemos en su sufrimiento. Tenemos que trabajar
mucho en la concienciación que necesita la sociedad respecto a este tipo de situaciones.
Y tenemos la responsabilidad de dar respuestas. Para un chico que se siente de ese modo, es
fundamental ofrecerle algún marco de garantía sobre lo que él pide, asegurarle que la situación va a
ser modificada, que los que lo han lastimado recibirán la sanción que merecen dentro de los límites
ordenadores. Debemos transmitirle que la sociedad entera se solidariza con su dolor, que, como
hemos dicho, creemos en su sufrimiento, y que puede ser ayudado por quienes él necesite. Pero
también hay que hacerle saber que la sociedad necesita de su colaboración para que las cosas

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cambien, y para eso es imprescindible que él continúe estando vivo, ya que su palabra es
fundamental para pronunciarse desde su vida y no desde su muerte.
Para el mundo entero y para miles de jóvenes que sufren como él, es fundamental su presencia viva
como agente de cambio.

***

Romeo y Julieta
Dr. Arnaldo Smola
Introducción
Agradezco al Departamento de Niños y Adolescentes la invitación, que me llevó a recordar de
cuando, años atrás, ofrecí un seminario que tuvo por título “Adolescencia y Literatura”, y donde
examinábamos personajes adolescentes célebres en la literatura: Antígona, Edipo, Julieta, Peer
Gynt, y alguno de los héroes de Dickens. Es escaso el tiempo que tenemos hoy para referirnos a
Romeo y Julieta, y no será fácil elegir entre los varios planos de interés que la obra ofrece. Diré,
primero, que según la cuenta la historia, la obra tuvo resonancia instantánea. Creó moda, y creó
subjetividad. Shakespeare es un escritor de los que llamaríamos présbite, porque dedica su mirada
a un panorama abarcativo, en contraposición a los que se enfocan en la crítica de costumbres, a
quienes llamaríamos miopes, no por falta de agudeza visual sino por lo cercano de su mirada.
Romeo y Julieta es una tragedia propiamente dicha, porque todo llega hasta sus últimas
consecuencias. Las primeras tragedias, las griegas, hablan del hombre en lucha contra los dioses, o
sea el destino; el teatro isabelino habla de hombres en lucha contra otros hombres. Por eso,
muchas de las obras de WS tratan el tema de las luchas por el poder político. Los casi actuales
Ibsen, Strindberg, Lenormand, y lo que sigue, hablan del hombre contra sí mismo. El psicoanálisis
se interesó en todas.
WS escribió esa tragedia cuando tenía 28 años, inspirado en una de origen italiano, un tal Luigi da
Porte, quien a su vez se inspiró en un tal Masuccio, a quien sus contemporáneos llamaron “El
Bocaccio Napolitano”, quien a su vez se basó en una novela griega del siglo 2° de Jenofonte Efesio.
Poco importa hoy la originalidad, sino que quiero mostrar con esto que el relato… paga, interesa; el
atropello al amor no queda sin castigo, como puede verse en los personajes mayores al final de la
obra. WS es un autor de gran agudeza cognitiva, pasión ontológica, energía lingüística admirable y
gran poder de invención, y esto da a su obra el tratamiento, la profundidad, y la evolución que, a lo
largo de ella tienen algunos de sus personajes.
¿Cuál es el secreto del éxito de la obra -- por cierto no de las mayores del autor-- y qué es lo que
tanto nos interesa, siendo que varios siglos nos separan de ella?
¿Lo brevísimo de la adolescencia de esos tiempos, por consiguiente, como diría Peter Bloss, tareas
evolutivas no realizadas en ese tiempo por causa de la brevedad? ¿Y esa brevedad traducirse en
urgencia, intensidad y compulsión amorosa?
¿La escena del balcón? Esta escena es de una belleza, un apasionamiento, una dulzura exquisita e
instantánea que vale la obra entera. Un divino coloquio, que continúa al del baile en la fiesta que
ofrece Capuleto.
¿La intervención, en altísimo grado, de las voluntades parentales en los asuntos amorosos de los
jóvenes?
¿La constitución del Self basada en sucesos o epopeyas grupales, desconocidas ya, quizá perdidas
en el tiempo, pero con toda la fuerza que les otorga la porfía, que estrecha filas y se torna
constitutiva de la identidad? Ver para ejemplo, el personaje de Teobaldo, quien por esa sola razón
encuentra un depositario de su odio y se considera habilitado a matar?
¿Una estética del amor, en plena época del amor cortés, junto a un conocimiento intuitivo del
narcisismo? Romeo dice lo que es estar enamorado así, como puede estarlo un adolescente. Dice
“yo me he perdido, no estoy aquí, este no es Romeo, Romeo está en otra parte”. Señala con esto que
el torrente de su libido ha desaguado en otro ser. Cuando dice Romeo está en otra parte, señala
que el amor que antes tuvo hacia sí mismo, lo ha brindado a otro ser. Todos los símbolos se
desgranan en ese lenguaje gentil, propio de jóvenes inteligentes, educados, y ricos.
¿El aspecto más invasivo de la compulsión de amor? Cuando Benvolio le sugiere que mire hacia
otras mujeres, diciendo “da libertad a tus ojos”, Romeo muestra, una vez más, la cautividad de la
pasión. No puede.
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¿Marcas ya superadas por ulteriores usos y costumbres, pero que todavía siguen conmoviéndonos,
y cuyas víctimas han sido las mujeres jóvenes, pieza ideal para el romanticismo y apetecida por
hombres maduros, o familias a las cuales convenía determinada unión. Una modalidad, cierto que
más tenue, de femicidio, que tan salvajemente está presente en nuestros días Aquello fue, de todos
modos, un forzamiento naturalizado.
¿La reserva romántica en cada uno de nosotros, como que “alguna vez, fui Romeo”?
Finalmente, el tema del suicidio en la adolescencia.

Los personajes y la tragedia


La historia es conocida: dos familias, Montescos y Capuletos, mantienen una situación de pelea en
la que está en juego el poder y la rivalidad y sobre cuyas razones no hay explicación alguna en todo
el desarrollo de la obra. De esas dos poderosas familias, los integrantes más jóvenes riñen y
producen una cadena de crímenes y retaliaciones que acaban con la vida de varios de ellos, los
últimos de los cuales, Romeo y Julieta, entrelazan su intenso amor en clandestinidad, y terminan
cometiendo suicidio, ante la imposibilidad de concretar su relación.
Iré paso a paso, en el intento de describir la psicología de las personas que intervienen en la
tragedia, basándome en el instrumental psicoanalítico y en el desarrollo de la obra. Entiendo que lo
que vaya diciendo puede forzar la estructura de la pieza en una dirección que no fue la del escritor;
pero, el mundo interno de William Sheakespeare es tan rico que la obra, en cada detalle, ofrece la
ocasión de múltiples caminos. Deberé resignar algunos.
Voy a ir paso a paso, basándome en el desarrollo de la obra.
Los personajes:
Capuleto-hombre fuerte y rico en su comunidad. No sabemos de cuándo data la lucha entre ambas
casas, pero WS muestra que están en juego el poder, y la rivalidad. El viejo Capuleto muestra un
carácter controlador, firme en sus propósitos. Se deja llevar por la ira cuando se le contraría. Se
abre la Escena1 con una riña entre criados de ambas casas; ellos también se hacen cargo de una
identidad basada en la lucha: olvidan que son simplemente criados. En ese primer encontronazo,
aparecen Capuleto y Montesco, Capuleto pide su espada, en un intento de recaptura del poder
fálico. Las esposas de ambos tratan de pacificarlos, y la de Capuleto le dice: “más bien un bastón”
volviéndolo a la dolorosa realidad de su senectud. Podemos sospechar que la mujer actúa lo que el
mismo Capuleto desea, es decir, ser apartado de la lucha. La escena es farsesca.
En la escena de la fiesta en casa de Capuleto, hay un diálogo con su sobrino Teobaldo, y Capuleto se
muestra dispuesto a reconocer los méritos del hijo de su enemigo. Uno se pregunta ¿estará el viejo
acunando una fantasía de reconciliación a través de esa pareja que ve constituirse ante sus ojos?
Eso lo haría coincidir con los propósitos de Fray Lorenzo; cuando los jóvenes Montesco quieren
marcharse de la fiesta, intenta retenerlos. Si así fuera, el propósito queda abortado por el imperio
de la paranoia. Regaña a su sobrino Teobaldo, que se muestra invariablemente furioso.
En otro momento, puede notarse lo complacido que está al procurarle a su hija Julieta un
candidato al matrimonio como el conde Paris. Le viene bien ese candidato, del cual hablaré a su
turno. Capuleto se porta bien al principio con su hija, parece decidido a darle tiempo a que elija
según su deseo, esto es, a constituir una identidad propia, y exogámicamente basada, pero cuando
ve frustrados sus propósitos, es poseído por una ira violatoria, casi criminal. Es hábil negociador,
pero ante la negativa de su hija Julieta, queda arrebatado por su carácter controlador, y estalla en
intensa furia. Por otra parte, su reto a Teobaldo es el reconocimiento, mínimo tal vez, de que hay
una autoridad que se yergue como freno, código, razonabilidad, representación de la cultura que
contiene el fuego de la odiosidad que ellos mismos, las generaciones anteriores, han desatado. Me
permito sospechar que ha quedado consciente a partir de la intervención destituyente de su esposa.
De lo que no hay dudas es que lo aristocrático exige el riesgo, la puntillosidad, el pundonor, más
allá de la decencia y la bondad.
Paris. Se trata de un candidato ideal, un hijo varón que Capuleto nunca tuvo, que se muestra
amable y respetuoso con él, y a pesar de su status superior (conde) no se acerca a Julieta sin el
consentimiento del padre de ésta. Un joven, en suma, que no forjó su propia identidad, y,
obediente a los modales de su clase no parece haber atravesado los períodos de turbulencia
imprescindibles para el desarrollo. Al ser seleccionado por los padres, es al menos, inicialmente
incestuoso. Es el candidato para Capuleto, no para Julieta, menos aún para la Julieta que luego
conoceremos.
Montesco aparece menos en la obra, su presencia es simétrica a la de su viejo rival.

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Nodriza: un personaje del burlesco, pero, que mirada seriamente, es uno de los personajes
ambivalentes de la obra. Aconseja a Julieta a favor de Romeo, pero también, en otro momento, a
favor de Paris. La sabe casada ya, y aún así la impulsa a olvidar el amor objetal, del cual ella misma
parece haber olvidado. El empeño de casar a su pupila, y de que tenga un hombre en la cama, es,
claramente una búsqueda de amor vicariante de sus propios placeres ya perdidos para siempre,
como sus dientes. Se nota que ha sido un buen sustituto materno en la infancia de Julieta, con
quien fue afectuosa y entrañable, pero no puede aconsejarla en este período. Le presenta a los
hombres como intercambiables. Es notable, en nuestros días, y aún entre gente instruida, cómo
pueden entrometerse en la vida amorosa de un allegado, amiga o pariente, y es siempre para vivir
vicariamente lo que la vida les viene negando. Estos personajes pueden hallarse detrás de la
conducta promiscua de un o una adolescente, o un adulto/a que revisita su adolescencia
regresivamente. (A veces, un terapeuta mal orientado puede jugar ese rol, que induce separaciones,
Sex and the City, etc). Un personaje típico de todos los tiempos, que hoy en día, puede impulsar a
una persona a un peregrinaje amoroso, con frecuencia de desgraciado final.
Lady Capuleto: ella es poco menos que una extraña para su hija. Sabemos que la dejó en manos de
la nodriza, y que no la amamantó, lo cual era frecuente en esos tiempos. Tan extrañas son madre e
hija, que cuando debe hablarle a esta de matrimonio, no prescinde, antes bien, solicita la presencia
de la nodriza. El no haberla amamantado es muy importante, porque es en ese período donde los
sentimientos maternales se producen e incrementa, y la intercambiabilidad que sugiere la nodriza
hace pensar nuevamente en el destete y cambio de alimento, pasaje a los sólidos, etc. Es también
notable la frialdad con que la madre deja a Julieta en manos de su padre encolerizado. Lady
Capuleto fue casada a los trece años, y es incapaz de entender la adolescencia, porque ella tampoco
la atravesó. No hay que olvidar que en ese tiempo no había medios de difusión, la ciencia no tenía
palabra propia, estaba demasiado comprometida con la religión, tanto en la Europa cristiana como
en el imperio islámico, donde todavía se observa matrimonios que mucho tienen de abuso sexual
infantil. Era fácil, entonces, que imperara la tradición, y que una madre hiciera con su hija lo que
con ella hicieron. No había brecha generacional, salvo algo muy tenue, nada de lo que hoy hay,
quizá en exceso.
En realidad, eran tiempos en que se pasaba con frecuencia, en especial entre la gente de poder, de
la latencia a la adultez. F Dolto titula uno de sus artículos de difusión “Romeo y Julieta tenían 15
años”.
Lady Capuleto tenía una sola hija, Julieta.
Julieta: es, con mucho, el personaje más querible, más equilibrado de toda la pieza. Lo que es más
resaltado por diferentes autores, de que los personajes de Shakespeare recorren parte de su
desarrollo en el transcurso de la obra, es aquí más manifiesto en Julieta. Tiene 13 años, y a lo largo
de la obra realiza un recorrido importante, meteórico, hacia un comienzo de adultez. La propuesta
de matrimonio con Paris le llega demasiado temprano, antes de un verdadero proceso de
individuación y de genuina separación de los padres. Le hablan de Paris, y ella elige a Romeo. No
dudo de los méritos de este, pero el amor a primera vista de Julieta más parece una huída del poder
paterno, que le presenta un candidato que viene de parte del padre y por eso, tiene fuertes lazos con
lo incestuoso. Y es eso de lo que Julieta huye. Romeo es no sólo exogámico, es el enemigo, y el No—
Paris, el No—Padre, lo cual se une a sus propias virtudes. Julieta, acosada por ese poder paterno,
finge entonces una obediencia que es desmentida por su conducta ulterior, fruto de su rabia
impotente.
En la escena del balcón, que ha quedado como el paradigma del amor romántico, Julieta es
apasionada y audaz, pero con proyecto, en tanto que su amante Romeo se conduce como un
poseído. Quizá valga la comparación que hoy todavía sostenemos entre los adolescentes jóvenes
varones y mujeres. Los varones empleamos mucho de nuestro tiempo de la latencia y adolescencia
compitiendo, y exaltando en lo posible los valores fálicos. En el acto 3°, donde se precipita el
espanto, hablan las espadas.
En cambio Julieta, aunque movida por la pasión amorosa pero desde una posición femenina,
desenmascara una identidad prestada por el nombre y el odio al rival. Y culmina el párrafo
“¡Romeo, rechaza tu nombre, y a cambio de él, tómame a mi toda entera!” Esto es: si tu nombre es
obstáculo, si el ser Montesco nos separa, me ofrezco yo toda. Puede verse allí la fuerza de una
inicial y pujante exogamia.
En la escena del balcón, cuando ella se pregunta “¿qué es Montesco? No es ni mano, ni pié, ni
brazo, ni rostro, ni parte alguna que pertenezca a un hombre”, está proponiendo el abandono de la

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identidad impuesta por los padres y su grupo, identidad cuya densidad y narcisismo se oponen al
amor objetal, no incestuoso. Cuando la madre no puede acallar a la nodriza, y lo hace Julieta
misma, empieza la transformación, y a comportarse como una adulta, como la única adulta en esa
escena. Julieta y su madre eran dos extrañas. Y no la convence el ejemplo materno. Otro detalle: ha
sido destetada tarde, a los 3 años, con una sustancia amarga y en medio de un terremoto. Debe
notarse que en el último beso que da a su amante muerto sorberá los restos del veneno. Un
reencuentro con el amargo destete del pasado, invoca el trauma precoz, al prohibir el desarrollo del
amor. En toda la obra puede respirarse la conjunción de narcisismo con pulsión de muerte. Y la
soledad de Julieta, que no tiene hermanas ni amigas, y cuenta solo con la nodriza, en este caso,
nadie.
Romeo:
Nos enteramos de Romeo, de su conducta de los últimos tiempos, a través del diálogo que el padre
sostiene con su amigo Benvolio. Allí, el padre dice que su hijo camina durante la noche, llora, se
encierra durante el día. Es decir, vive agudamente el período de separación del adolescente de sus
padres, con aislamiento y tristeza. Esta separación constituye una verdadera pérdida de objeto,
porque se acompaña del retiro libidinal y es, en él, distinta de la turbulencia habitual en el
adolescente. Podría formar parte de un síndrome presuicidiario. En todas las apariciones de
Romeo se respira un clima de inminente peligro, que los amigos registran. Tristeza muy honda,
angustia por dicha pérdida, que él pone en Rosalinda. Esta es una figura que no aparece en la obra:
altamente idealizada y lejana, tanto, que no ha cruzado con ella una palabra, ni siquiera estuvo
cerca. Inaccesible, y por consiguiente, claramente asociada a la madre de la interdicción edípica.
Además, ha hecho votos, se ha desexualizado. En el comienzo de la pieza, Romeo no está en
condiciones de realizar una verdadera separación interna de sus padres. Una persistencia de sus
anhelos edípicos, es lo que hay en su amor por Rosalinda, sustituto materno.
Romeo dice lo que es estar enamorado así, como puede estarlo un adolescente. Dice “yo me he
perdido, no estoy aquí, este no es R, R está en otra parte Cuando Benvolio le sugiere que mire hacia
otras mujeres, diciendo “da libertad a tus ojos, Romeo muestra, una vez más, la cautividad de la
pasión. No puede.
En su diálogo, saben los jóvenes que pasarán una dura prueba. Romeo se queja en términos
lucidos, como dando rienda suelta a aquello que puede amar, que son sus propias palabras, y lo
hace jugando con los opuestos, los oxímoron y anfibologías. El viejo Montesco no tiene insight de lo
que le ocurre a su hijo ¿penas de amor? Él no entiende, o tiene reprimido lo que le dejaría entender
eso. Un objeto de transición adolescente: “dos estados, dice Peter Bloss, duelo y enamoramiento”.
“El adolescente está incurso en una real pérdida al renunciar a sus objetos edípicos”. Está más
cerca de esos nuevos sentimientos, recién nacidos, que todo joven experimenta, el deseo de estar
solo, explorar sus pensamientos y sentimientos; y el deseo del mundo exogámico. Pero, se muestra
los peligros del entorno exterior, allí están, el amor y el enemigo. También es en ese período donde
se experimenta el placer del intercambio con su grupo de pares, compartiendo con ellos y
formando su propia identidad.
Al comienzo de la pieza, Romeo no es más que el amor a otro ser. Colocación masiva, propia del
primer amor adolescente. Todos los símbolos se desgranan en ese lenguaje gentil, propio de
jóvenes inteligentes y educados y ricos. Y apresurados, que no tienen que ver con el sentido
común. Aquí, la combinación de adolescencia, gentilidad, aristocracia, van a articularse para el
amor y la muerte. En el diálogo sigue una indicación de Romeo en la pregunta de cómo dejar de
pensar, lo cual revela el aspecto más invasivo de la compulsión amorosa.
Pero, esto hace de Romeo un ser en el que se entremezclan el amor y la muerte. Si bien es cierto
que Julieta pronuncia su famoso “si es casado, la tumba…” etc, es Romeo quien menciona muchas
veces la palabra muerte, dándole a éstas un significado heroico o sacrificial.
Hay que tomar en cuenta lo siguiente: la obra está situada en tiempos en que la movilidad social
era estrecha, y los jóvenes no tenían grandes posibilidades de optar por algo que no sea lo que le
precedió en la sociedad. Si es hijo de nobles, será noble; si lo es de plebeyo, o siervo, o jornalero,
también seguirá el oficio y la condición de su padre. Entonces, la brevedad de ese lapso convoca a la
intensidad en el amor. Luego, todo seguirá su rumbo. La adolescencia brevísima, será condensada.
Esa edad poco se parece a nuestra época, en que la adolescencia se prolonga hasta mucho después.
Y lo breve de la adolescencia de los jóvenes de antaño llama a la intensidad, y esta a la pasión. Esta
pasión resulta ser regulada por la autoridad parental, casi como una necesidad. Entonces, hay que
aprovechar el intervalo tan corto; que contrasta con nuestros tiempos de hoy, en que hasta las

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parejas ya conformadas se piden y conceden moratorias de amor y de convivencias, y hace que nos
resulte difícil entender las prisas que la obra shakesperiana sugiere. De paso diré que la crisis de
religiosidad de la vida actual conduce, por vía de pautas obsesivógenas, a ocuparse por sí mismo de
la trascendencia. Ya no está Dios, que se ocuparía de ella. Esto, y su vinculación con las tentaciones
de la vida moderna, arrastran a las crisis de las parejas, para que nada quede sin experimentar.
Inversamente, se debe tomar en cuenta cuánto la religiosidad de antaño contribuía a la resignación.
Mercucio es otro personaje burlón. Se burla del amor, de las mujeres. Todavía está en la posición
de lealtad a su grupo de pares; es más, en su actitud de rechazo al ligamen con una mujer,
retrocede a tiempos puberales, donde no hay intereses de ese tipo, y en cambio, complacencia por
el dominio del lenguaje y subidas de tono; desde esa posición defensiva, las mujeres son rechazadas
como extrañas, envolventes, traidoras. Precavido de la ansiedad que el amor es capaz de producir
en los destinos de la libido, se vale de los juegos de palabras, una exhibición de poder fálico
narcisista en mezcla con la burla anal. Juguetea con ellas, seguro de que esto lo previene de caer en
las redes del amor de una mujer. Trata de ayudar a su amigo de esa forma. Evoca a Mab, y esto es
interesante; Mab es la reina de las hadas, es minúscula, bella, veloz, traviesa, quizá, la versión
juguetona de Cupido. Pero es más: es la que hace que los hombres se inspiren, que se ilusionen,
juega con la libido de los otros, y tanto con el amor de objeto como con las sublimaciones. Rubén
Darío, en su libro ¨Azul…¨, escrito en plena adolescencia, retoma esta figura del folklore inglés en
su cuento ¨El Velo de la Reina Mab¨, inspirado, según él mismo dice, en la lectura de WS. Como la
misma Mab, Mercucio juega, prolonga su estado de inconsciente inocencia, se empeña en no
desear; no se entrega, conserva el amor a sí mismo. Romeo está más adelante en esa su marcha
hacia la adultez, y juega con apuro su destino. Y hay aquí algo más: se trata de la idealización. Los
analistas de escuela inglesa tratan el tema con minuciosidad y se equivocan poco al respecto,
cuando hablan de la idealización como lo que gratifica en una situación persecutoria. Romeo se
enamora de Julieta en plena casa de Capuleto, que puede ser la de su muerte.
En el acto tercero, estalla la pelea. Funesta pelea, inficionada por los imprudentes mayores, cuya
prepotencia les impidió enseñar la paz y entender la adolescencia y el camino hacia la
individuación.
Teobaldo mata a Mercucio, hiriéndole por debajo del brazo de Romeo, que intenta interponerse y
pacificar. La ingenuidad de Romeo, al interponerse, parece el resultado de ser tomado por la
idealización del amor. Teobaldo es un hábil espadachín, y esa destreza le reasegura de ser
masculino y nada más que masculino. En realidad, Mercucio pelea a favor de Romeo; Teobaldo es
un representante de la parte psicótica familiar, una condensación de odio. Quizá esté furioso por el
acercamiento de éste a su prima Julieta, y también, por la reprimenda que le propinó su tío
Capuleto, durante la fiesta, en la que habló bien del hijo de su enemigo, como prefiriéndolo, como
si bajara las banderas. Entonces, los hechos se suceden así, según lo veo: su mujer destituye al viejo
Capuleto del poder fálico que pretende—éste reprime a Teobaldo cuando, en la fiesta, quiere retar a
Romeo—Teobaldo busca a Romeo para matarlo, por lo anterior y porque el mismo Capuleto habla
bien de Romeo—quiere desplazar sobre sus pares los celos y la humillación recibida del padre
autoritario que él ve en la figura de Capuleto. Su destreza con la espada le otorga confianza, liquida
a través de la hombría todo resto de bisexualidad que contienen los celos y sobrecarga la
agresividad reaseguradora.
Fray Lorenzo: es el santo varón, que interviene con la expectativa de que, al unir a la pareja, cesará
la rencilla de ambas casas. Esa es su búsqueda. Creo que la interpretación de este personaje y sus
acciones es sobre todo, social. Se vincula con Escalus, el príncipe de Verona. Fray Lorenzo falla
porque busca un escape y no la verdadera solución. El príncipe también falla en su intento de
evitar la sangre, porque sus apariciones son escasas, incompletas, tardías, uniformes y demasiado
indiscriminadas. En esta tragedia hay, sin duda, un problema con la ley; los ricos y aristócratas la
respetan poco, y Verona parece, en ese momento, una sociedad en regresión, en que la comunidad
retrocede hacia una organización de tipo tribal. La moralidad de la sociedad se encuentra en ese
momento contaminada con los efectos de la proyección sobre el líder (el príncipe) de rasgos
superyoicos de la moralidad infantil. Eso es lo que ambos personajes, el fraile y el príncipe, desean
evitar.
Lo que sigue es la trama que Fray Lorenzo idea para la provisoria salvación de la pareja. Hay allí,
cuando Julieta está por beber la poción que la hará parecer muerta, una escena de locura que hace
evocar lo siniestro del cual habla Freud en su trabajo ¨Das Umheimlich¨. Julieta, cuando fantasea
despertar en la cripta, desenvolver a Teobaldo, desarticular los cadáveres de sus predecesores,

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machacarlos, muestra su agudo dolor y resentimiento hacia ellos, causantes de su desdicha. Ya
antes, en la escena del jardín, se mostró dispuesta a romper sus vínculos con ellos, vínculos que la
condenan a un destino de miembro amorfo, prisionero del contrato narcisista de la familia;
fantasea con afrontar el supremo y por desgracia, fatal esfuerzo de desarticularse de ellos.
Esta es una historia en la cual el impacto de la adolescencia es notable, así como la inhabilidad de
los mayores para acompañar el proceso, para guiarlos en su camino hacia la individuación.
También puede percibirse que presenta un amplio proceso grupal, y muestra una acechante
violencia y pérdida de la identidad personal, característica de esos procesos grupales. El amor
idealizado unifica a los miembros de esta pareja, los libera de las tendencias de su grupo social y
facilita su maduración, aunque apresurada. Ellos representan los anhelos universales de todos los
miembros del grupo, y creo que es esa la respuesta a mi interrogante inicial. Son nuestras
expectativas mesiánicas de algo que nos aparte de las fuerzas agresivas internas que amenazan la
existencia. Esa es la esperanza de los todos los amantes, y también las de Fray Lorenzo, que,
aunque terminan con el sacrificio de la joven pareja, culminan en este caso con su labor de
unificación y frenan la lucha tribal. Es la historia de un sacrificio. La relación amorosa de la pareja
es inconscientemente experimentada como la ruptura de las barreras y prohibiciones edípicas. Los
intentos de los padres de controlar las formas de expresión sexual a cambio de su protección y
legitimación, se realizan a costa de una disminución del placer y de la libertad, contrariamente a la
elección voluntaria. Así, con la inicial idealización del amor, los amantes desafían la amenaza de
potencial destrucción por la envidia, los celos y el odio que pueden provocar en el grupo. La
idealización del amor romántico persiste en cada uno de nosotros, como un recurso, el único, capaz
de enfrentar la ambivalencia. Esta idealización está destinada a negar la universalidad del odio y la
agresión. La historia de R y J muestra en una dimensión desnuda la relación de la pareja dentro de
los mecanismos grupales.
En general, el amor romántico comprende una convicción compartida por la pareja que la
autonomiza de las expresiones de su grupo circundante. Por supuesto, no estoy hablando de lo no
convencional en sentido patológico, sino de una actitud interna que cimenta a la pareja en varios
modos que le son propios, y que debe ser conservada en intimidad, y disimulada por una
adaptación superficial al entorno. Esto debiera ser tenido en cuenta en nuestros días, donde, en
algunos sectores, impera una cultura travesti y oportunista. Si lo que impera es sólo la adaptación
superficial de la pareja, la vida entera de ésta como tal, puede asemejarse a, como reza el dicho,
“Cruzar el Jordán sin ser bautizados”.
Al leer o presenciar la tragedia de y J, nos preguntamos por qué tuvo que ocurrir esto: debemos
pensar cómo este par de adolescentes lucha contra sus familias y su medio social, y cómo utiliza los
recursos que entre ellos había. Lo que corresponde pensar es que la impulsividad y la falta de
reflexión imperante en su alrededor y en ellos mismos es la causante. El sueño de Romeo, antes de
recibir la noticia de la muerte de Julieta, puede darnos la solución. Será emperador (padre). Tan
envuelto está en su modelo social, que no registra el origen de sus dificultades, y termina
desafiando a las estrellas, en lugar de hacerlo a su familia y a su sociedad. Su gesto de desafío es
inútil y violento, y no deja de ser un miembro de esa sociedad que es Verona, y reacciona como un
Montesco más. O sea:
R y J deben luchar, no sólo contra la hostilidad de sus familias, sino contra sus propias deficiencias
internas y falta de control, hechos a la medida de su modelo social. Verona es en ese tiempo
violencia, pasión, confusión moral, impulsividad y tendencia hacia métodos regresivos de solución
de conflicto. Fray Lorenzo debe amonestar a R más de una vez, reprendiéndolo por su falta de
control. Hay un continuum de esto, que abarca fuerzas sociales e intrapsíquicas. Puede pensarse
que Julieta bebe el resto de nepente que la violencia familiar y social ha matado al amor
adolescente, aunque esto también, cursó intrapsíquicamente en ellos. Por eso, quizá haya que
pensar lo ocurrido como un especial síndrome que lleva a los jóvenes al suicidio.
Y ahora podemos hablar directamente del suicidio en la adolescencia, y cómo evitarlo.

***

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Romeo y Julieta
Lic. Mercedes Santos Barreiro
En nuestra práctica con adolescentes que evidencian actuaciones que ponen en riesgo severo sus
vidas o su subjetividad- anorexia-bulimia-adicciones-intentos de suicidio-sexualidad promiscua- la
transferencia será el escenario continente-significante y/o depositario-evacuativo del conflicto
intrapsíquico del paciente.

Nos vemos así enfrentados a diversas manifestaciones de los estados mentales por los que
atraviesan tanto paciente como analista, inmersos en un clima de chantaje y manipulación
de la transferencia sobre la base del riesgo suicida potencial. Algunas situaciones habituales:

-Permanentes intentos de desestabilizar el setting: cambios de horario, ausencias, llamados


telefónicos, whats app, etc.
Dice Mariela: “Me sigue pareciendo muy raro no saber nada de vos, encima cuando te llamo a tu
casa siempre me contestás vos. No puedo saber si estás con alguien, casada, nada…
(provocadoramente) Yo creo que estás divorciada y seguís enganchada con el tipo”.
Natalia Desde el comienzo de nuestra relación me avisa que puede irse en cualquier momento.
Intenta imponer su impronta de vertiginosidad, dice querer pensar, pero lo que ella entiende por
pensamiento no es más que la continuación mental de sus compulsiones. Al comienzo hace mucho
lío con los horarios: pide cambios, se olvida de venir, llama fuera de su horario para disculparse. A
medida que voy interpretando estas actuaciones como su necesidad de tenerme a disposición
permanentemente, éstas van cediendo, y logra establecerse cada vez más, mostrándose permeable
a mis intervenciones y valorando mi actitud de preservar el encuadre: es raro que falte, llega
puntualmente, con sorpresa descubro una capacidad reflexiva que no hubiera anticipado en
Natalia.
-Resistencias a aceptar la seriedad de actos suicidas por parte del adolescente y de su entorno,
queriendo convencer al analista que su visión con respecto a la gravedad de los mismos es
exagerada.
Natalia va los fines de semana al country manejando a toda velocidad habiendo fumado
marihuana. Cuando interpreto esto como suicida, me acusa de exagerada pero inmediatamente
comenta el accidente sufrido por un amigo que es arrastrado por un coche cuando iba en bicicleta
“muy fumado” y que se encuentra en estado de coma.
-La vulnerabilidad a la separaciones del analista- fines de semana, vacaciones, que serán vividos
como abandono, favorecen la aparición de actuaciones sexuales o enfermedades psicosomáticas
como sustituto del espacio analítico suspendido.
Cuando le comunico a Mariela que la última semana de Julio no voy a atender, me amenaza
jocosamente:
“Te parece bien, yo acá sola y ella se va de vacaciones…Juicio por mala praxis!.Ah no!, todos se
van de vacaciones y yo aquí sola. Mirá que me voy a tirar por el balcón!
Sigue relatando los desmanes que su perro hace cuando ella se va de vacaciones, destrozando todo
en la casa. Le interpreto el enojo porque se siente abandonada y me pide si no le puedo dejar a otra
psicóloga de reemplazo. Le doy el nombre de una colega y mi mail:
“Te voy a romper la casilla, te la voy a llenar de mensajes!!”.

-Persistentes silencios como forma de hacer sentir soledad e inutilidad al analista. En contrapartida
sentir el silencio del analista como desinterés o deseo de muerte.
Clara retoma su segunda sesión semanal “obligada”, viene con tarea del colegio para hacer en la
sesión o libros que tiene que leer y se sumerge en su trabajo. Sin embargo noto un control sobre
qué estoy haciendo yo. Esto se reitera en otras sesiones, no me dirige la palabra muy enfrascada en
lo suyo. Los títulos de los libros tienen en varias oportunidades la palabra “rebelión”. Hago
alusión a esto diciéndole que está haciendo “piquetes” manifestando así que se está revelando
frente a nuestro espacio. En otras oportunidades se duerme toda la sesión. Situaciones que
imponen un clima de aletargamiento o desubjetivación del analista.
-Tenemos que estar atentos a decisiones respecto a algún cambio en la vida del adolescente que
pueden ser usados como alternativas al tratamiento o una resistencia al cambio. Situaciones
típicas donde comunican con gran entusiasmo que comienzan un curso de música, o kabalá, baile,
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gimnasia, yoga, tela, equitación…..etc. etc.(siempre me sorprende la variedad de la oferta!)
introduciendo solapadamente un sustituto del análisis, que se verá limitado “por falta de tiempo”
-Reproches al analista considerándolo instigador de sus conductas riesgosas, en tanto lo obliga a
conectarse con su dolor psíquico.
-El alivio que el análisis ofrezca, puede ser vivido como vergonzante, señal de sometimiento y/o
confirmatorio de anormalidad.

Pensamientos y sentimientos contratransferenciales se hacen presentes en el analista pudiendo


potenciar complicidades con la pulsión de muerte.
El temor a que un paciente “se nos suicide” constituye un fantasma siempre presente entre
nosotros. Tanto más cuando nos enfrentamos a estas problemáticas donde la idea suicida es
manifiesta.
La propuesta implícita en todo analista, el deseo de ayudar y reparar algo dañado, se enfrentará
con la propuesta paradójica del suicida que verá en el acto suicida la mejor solución a ese algo
dañado.
Esto producirá violentas reacción es contratransferenciales como severos sentimientos de culpa, o
bien respuestas omnipotentes, que pueden inducir a actuaciones del analista. Por ejemplo olvidarse
de la sesión

Con un adolescente muy enfermo no creemos que en todos los casos la terapia es la respuesta. Es
importante evaluarlo para ver si puede funcionar en el ambiente en el que está, si el ambiente es
suficientemente continente o será necesario el recurso de la internación.
O bien el psicoanalista debe dar lugar a la intervención de un equipo con el propósito de resolver la
asistencia apropiada a la situación psiquiátrica o médica que se requiera, reguardando nuestra
función analítica.
A pesar de estos recaudos, la interacción analítica va a estar de todos modos impregnada de
tensiones afectivas. Tensiones inherentes a la inoculación de violentas emociones y la delegación
inconsciente del cuidado de la vida del paciente. Muchas veces esto se desplaza al equipo
interviniente, convirtiéndolo en el campo donde se escenifican desacuerdos y adjudicación de
culpas por “mal manejo”.

Es un enorme esfuerzo para el analista transformar estas previsiones en disposición a la escucha,


evitando rumiaciones obsesivas en cuanto a los riesgos que sostener nuestro lugar implica, que
pueden llevarnos a “cuidarnos de” más que a “cuidar a” nuestro adolescente. Pienso en ese curioso
desliz del lenguaje cuando hablamos de adolescentes “de riesgo” en lugar de adolescentes “en
riesgo”
Evoco a Moisés Laufer, probablemente unos de los analistas que más experiencia nos ha
transmitido acerca del trabajo con suicidas. El nos alerta sobre el “deseo de “fallar” con algún
adolescente. Liga este deseo con nuestro posible enojo o frustración con los compromisos y
reponsabilidades que hemos asumido en nuestra vida y la envidia que podemos sentir por la
sexualidad adolescente actual y futura, por las posibilidades de elección de que disponen.

Tomando la propuesta que aquí nos convoca “Romeo y Julieta, entre el amor y el espanto” pienso
que como analistas tenemos que estar alertas frente a actuaciones que nos emparentarían
peligrosamente con la figura de Fray Lorenzo, que con sus mejores intenciones pretende zanjar un
odio ancestral… la magistral pluma de Shakespeare nos señala el destino de estos intentos.

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PANEL de CIERRE: Julieta y Romeo buscando otro final
Dra. Claudia Borensztejn (Psicoanalista, Presidenta APA)
Dra. Mirta Goldstein de Vainstoc (Psicoanalista, Vicepresidenta APA)
Dra. Hilda Catz(Coordinadora del Dto. de Niños y Adolescentes “A. Aberastury”- APA)
Dr. Andrés Rascovsky (Psicoanalista, APA)
Coordinadora: Mag. Clara Graciela Benseñor (Secretaria del Dto. de Niños y
Adolescentes “A. Aberastury”- APA)

¿Amarías a tu hijo como a ti mismo y a ti mismo como a tu hijo?


Dra. Mirta Goldstein1
Titulé a esta ponencia sobre el suicidio-homicidio juvenil: ¿Amarías a tu hijo como a ti mismo y a ti
mismo como a tu hijo? Porque hacernos estas preguntas ya supone estar advertidos de que el amor
-ya sea por defecto o por exceso- no es perfecto y por ello puede terminar en estragos y tragedias
como la que se describe en la ficción: Romeo y Julieta.
Los que como Romeo creen en el amor sin límites se topan con el límite de la muerte; los que creen
que el objeto amado es el único y es único, se equivocan porque Julieta no es el objeto sino que lo
porta, porta algo de ese objeto perdido parental al que se ama con nostalgia. Con esta primera idea
nos adentramos en la dramática de la vida amorosa.
Romeo y Julieta protagonizan una transición epocal en lo referente al amor; su conflicto es parte de
la transición del amor cortés: prohibido, que se daba entre los nobles y llevaba a muchos plebeyos a
suicidarse por amar idílicamente a la mujer del amo feudal, hacia el amor romántico idealizado
cuya meta era cumplir con el sacramento del matrimonio para unir sexualidad y amor. O sea
Shakespeare se encuentra entre el amor medieval y el moderno por eso Romeo era un taciturno
doliente como lo era Hamlet; viviendo una transición respecto del amor, las cosas para ellos
estaban confusas.
El padre de Romeo lo describe así: “mi melancólico hijo escapa de la luz a la casa, y se aprisiona a
solas en su cuarto: cierra las ventanas, deja fuera la hermosa luz del día, y se hace una noche artificial.
Negro y extraño ha de resultar este humor, a no ser que un buen consejo elimine la causa".
La causa de la melancolía de Romeo es anterior a Julieta, y no se elimina con un buen consejo; la
causa de la melancolía no hay que buscarla en el amor, sino en el resto de odio de los padres,
alojado por identificación en el Superyó precoz y feroz.
La primera lectura de este drama nos induce a creer que Romeo y Julieta se suicidan por el amor
incumplible entre ellos; pero la verdad es que se suicidan porque hay un Otro, sus familias, sordo y
ciego a sus deseos. ¿Qué desean? Desean alcanzar un amor libre de sujeciones pero ambos ya están
afectados por la melancolía que produce la endogamia y los restos de voz y de mirada del padre
terrible que anhela un hijo pero al que no le permite sublimar. Estos padres, los de ambos que se
odian entre sí, quieren hijos a imagen y semejanza de su nobleza, desconociendo que el primer
homicidio que cometen es contra sus propios herederos. Ellos desconocen el odio inconsciente que
para Freud era primigenio al amor y para Arnaldo Rascovsky la base del filicidio.
En este filicidio-suicidio tenemos tres perspectivas a tomar en cuenta en los trayectos analíticos de
los jóvenes melancolizados: la de la ambivalencia del Otro parental que el sujeto no puede
concientizar, la del sujeto que actúa la faz más cruel del Superyó castigándose, y la del doble
especular a quien proyectivamente se desea eliminar real o fantaseadamente. Por estos tres
motivos encuentro una conexión de desplazamiento y de condensación entre filicidio, parricidio y
fratricidio en cualquier suicidio-homicidio.
¿Qué nos vuelve sordos y ciegos en tanto cultura al sujeto en su deseo? El suicidio angustia por lo
cual hemos construido defensas a esa angustia. En primer lugar hemos construido una ética de la
vida como Bien Supremo que muchas veces desconoce que el dolido quiere que cese el sufrimiento,
y entonces caemos en el error que medicando no habrá suicidio, pero recuerden la falsa droga que

1
Dra. En Psicología, Vicepresidente de APA, Directora de La Época Online y Coordinadora del Espacio Lacan de APA. Presidente de la
Red de Mujeres Judías Argentinas sede argentina del International Council of JewishWomen.
Email: goldsteinmirta@gmail.com - Celular: 1545318409
20
toma Julieta que nos invita a pensar en lo falso de la medicación; en segundo lugar el amor actual
es sabedor de la imposibilidad de una realización plena, salvo para los creyentes, y este saber nos
vuelve nostálgicos del amor incondicional y fiel resabio del amor a dios pero el Psicoanálisis nos
muestra que Saber para los modernos no es lo mismo que Simbolizar lo cual ha llevado a las
confusiones de la modernidad y la posmodernidad; en tercer lugar como sociedad tenemos
contradicciones, pues por un lado hablamos de los derechos del adolescente y el niño pero por otro
acortamos o alargamos estas etapas a través de hábitos y modas, por ejemplo que un niño de 9
años vaya a un boliche o un adulto de 30 siga viviendo con sus padres.
En las tres defensas mencionadas se reconoce el amor a los hijos pero se niega el odio parental
inconsciente. Lacan decía que el Superyó ordena que el Otro goce y yo agrego que goce odiando, lo
cual produce el desplazamiento incesante entre filicidio- parricidio- fratricidio y suicidio.
Cuando pensamos en el odio parental no reconocido pensamos en padres crueles, pero olvidamos
que los padres demasiado permisivos o indiferentes, inscriptos en la imperfección del amor que
denominamos castración, también resultan terribles.
El hermano, el socio, el amigo y no solo el enemigo, forman parte de esta cadena especular que en
las neurosis queda en la dimensión fantasmática pero pasa a la acción en afecciones graves por
heridas narcísicas primigenias renovadas en situaciones presentes. Pensemos en los lobos
solitarios y en los terroristas que matan sin saber a quien en un intento de aniquilar el placer del
otro anónimo que por casualidad se encuentra circulando ante sus ojos porque no toleran la
presencia del semejante en una escena diferente al mundo que anhelan.
Quiero señalar que el suicidio no es solo quitarse la vida. Hay suicidios irreversibles y hay otros
parciales, o sea, que cercenan la vida psíquica, física y social de alguna manera pero no toda. Este
no toda muestra la diferencia estructural entre la identificación total al residuo superyoico del odio
parental que melancoliza, y la identificación parcial a los rasgos parentales como salida del Edipo
pos castración simbólica.
¿Qué se mata en el suicidio? Se intenta expulsar la presencia viva interior que es el superyó precoz
y feroz, que conduce al pasaje al acto homicida de sí y/o del otro, resto no simbolizado denominado
Kakon, concepto utilizado por Pierre Guiraud en 1931 para designar lo que algunas esquizofrenias
intentan eliminar con el asesinato; Kakon es el malviviente interior, que se expulsa de sí por la
angustia catastrófica que produce, y que también forma parte de la xenofobia, el bullying, la tortura
y los autoflagelamientos.
Emparentado con el objeto malo de Melanie Klein y con algunas acepciones del objeto a de Lacan,
la expulsión proyectiva del Kakon intenta eliminar el “padecer”. Su fuerza proviene del odio del
Otro, que en el sujeto se inscribe como sentimiento inconsciente de culpa pues el sujeto se
pregunta: ¿por qué no me ama manchado, si lo amo inmaculado? Este es el drama de la castración
imaginaria y simbólica. No hay inscripción de la castración simbólica del Otro si se lo sostiene
como perfecto. El anhelo de perfección tanto de un hijo como de un padre hace estragos.
Justamente las religiones se basan en la construcción de un pecado que permite descargar acciones
de crueldad sobre el pecador, piensen en las lapidaciones y autoflagelamientos, y a la vez dictan
mandamientos de compasión con el extranjero. De esta forma exteriorizan el conflicto inconsciente
de la civilización entre el Yo y el Extranjero que, en primera instancia, es el propio hijo. U hijo al
nacer resulta extranjero para la mirada de sus padres, angustia que se recubre preguntándose: ¿a
quién se parece? Comerse a los hijos fue uno de los primeros actos caníbales y ese sedimento se
inscribió como un trauma originario. “Es una suerte que todos estos deseos no posean la fuerza
que los hombres eran todavía capaces de darles en épocas primordiales” [ Freud, “De guerra y
muerte”. A. E. Tomo 14. p. 298].
La figura del heredero ya es una elaboración secundaria del trauma filicida originario, pensemos en
Caín y Abel, en Jacob y Esaú, que luchaban por la progenitura, pero hizo falta que se declararan los
Diez mandamientos como Ley Simbólica para elevar a Hijo, Padre y Hermano al estatuto de
Semejante y de Significante. “Honrará a tu padre y a tu madre” significa que éstos sean también
semejantes.
El Génesis no solo relata el odio inconsciente al heredero y al primogénito en el sacrificio de Isaac o
las 7 plagas sobre Egipto, sino mucho antes cuando Dios ordena reproducíos y multiplicaos; ¿por
qué no es suficiente decir reproducirse y hace falta agregar el multiplicarse? A mi entender no
solo para generar la idea de pueblo, sino porque con esta orden se intenta disimular y a la vez
prohibir la eliminación de “el que me sigue” en la cadena generacional.

21
Hoy pasamos del mandato bíblico de multiplicarse que esconde el odio al que me sigue y la
sumisión a este mandato por el cual todos debían tener hijos, a desear no-hijos. Y digo no-hijos
porque el no hijo da cuenta de su afirmación inconsciente. ¿Es la renuncia a la parentalidad un
suicidio masivo? Mientras en las familias ortodoxas de características aún patriarcales sigue
prevaleciendo el mandato de multiplicarse, en las familias abiertas en las cuales prima el deseo
individualista y se permite actuar a The majestic de baby como si lo fuera, hay crisis de autoridad.
Ambos tipos de familia tienen un componente reactivo y un componente de odio inconsciente
entre las generaciones.
En síntesis, los romeos y julietas actuales son hijos del rechazo a las diferencias entre amor y odio,
autoridad y censura, protección y desprotección, entre las distintas etapas de la vida por lo cual hay
niños y adultos a destiempo, a la multiplicación de los géneros sin referencia simbólica. A esto se
agrega que hoy educamos, paradojalmente, en la posibilidad de exteriorizar el odio. ¿Qué
consecuencias tienen esto en nuestra subjetividad?
Siempre habrá suicidios que son en realidad homicidios del Kakon, productos de los cambios en el
amor de pareja, de los vínculos entre padres e hijos, en la relación al trabajo que ordena la
sublimación y muchos más; la cuestión es seguir investigando por qué hoy son tan frecuentes y ver
que hacemos ante estos fenómenos que además se expanden por las redes sociales con un correlato
de contagio afectivo.

BIBLIOGRAFIA
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***

23
¿Hay algún adulto acá?
Dra. Hilda Catz Ph. D2
Sólo el juego jugado con el padre,
el juego que gana el que pierde,
le permite al niño conquistar
la vía por la que se registra
la primera inscripción de la ley”
(Lacan, S4,p.211)

En “El señor de las moscas” William Golding, cuenta como un grupo de niños que quedan sin
adultos a cargo, organizan una sociedad en una isla solitaria, y reproducen toda la violencia, en esa
sociedad de "hermanos huérfanos". Al final del libro al llegar a la playa el capitán de un barco para
rescatarlos se encuentra con dos grupos de chicos matándose entre ellos, y pregunta:
¿"Hay algún adulto acá"?. Y esa es la pregunta que todavía espera una respuesta, un desafío
que nos confronta cada día con la desesperanza, y con la peor de las violencias: "La violencia
incandescente de la indiferencia".
Recalcati señala que hoy no se puede hablar de complejo de Edipo porque no hay padre con el
cual competir, al cual oponerse o matar. El padre ha desertado de su lugar simbólico y con él
desaparecieron el legado, la norma, la guía. Ausente el padre, en nuestra cultura nace el complejo
de Telémaco.
Es el hijo de Ulises, que otea el mar ansiando el regreso de su padre, que partió hacia la guerra
de Troya, y lo espera para que restaure la armonía en el reino de Itaca, pero para regresar Ulises
deberá sortear todo tipo de peligros pero lo guía la misma ansia de reencuentro que hace a su hijo
salir a buscarlo.
El filicidio del que hablaba Rascovsky se consuma hoy por el contrario, en un padre-hijo-
adolescente extraviado, un padre débil que ha dejado vacío el lugar de quien encarna la «ley de la
palabra», está perdido y se niega a volver, por lo que no hay legado posible.
La función paterna diluida da lugar a la ilusión de que todo es posible, crea la falsa sensación de
libertad, y así pueden ser fácilmente manipulados por falsos profetas, ya que sin ideales se arrojan
frecuentemente a un goce vacío y mortífero.
Las fronteras de las generaciones se borran o se derriban y el modelo ofrecido por los padres parece
superado en algunos casos por las innumerables innovaciones tecnológicas de estos últimos años
en materia de comunicación que amplían la brecha. Por añadidura, la edad se ha vuelto intolerable,
los mayores obsesionados por la voluntad de “permanecer jóvenes”, poco interesados en asumir
una postura generacional que los envejece. Pero al no marcar las diferencias de edad y al no asumir
su responsabilidad, privan al adolescente de los puntos de referencia necesarios para crecer y
adquirir su autonomía.
Las fantasías de muerte y resurrección en la Adolescencia existen desde siempre, como también las
fantasías de suicidio, donde viven la separación con la familia como una muerte y los jóvenes se
construyen apoyándose en sus mayores, así sólo sea para superarlos u oponerse a ellos, pero
si estos últimos se sustraen a la tarea de aceptar la confrontación permanente, la apertura a la
alteridad carece de consistencia.
Ante la carencia de un espacio de transición, de la posibilidad de confrontación, guía y protección
de la función paterna, ante la declinación de la misma, se puede observar que tratarán de suplir
este déficit en el marco de grupos adolescentes sectarios, presididos por un subrogado paterno. En
general se trata de mayores de edad que perversamente abusan de ellos, y generalmente vienen a
tratar de llenar ese vacío del padre como ideal.
La mayoría de las veces se aprovechan de su desamparo y los utilizan para sus fines convirtiéndolos
en un instrumento manipulado a su servicio en general para acciones delictivas y/o criminales y
suicidas. Ante la falta de ley, la ley de la calle, ante la ausencia de familia, la familia mafiosa, que
fusiona de manera indisoluble y siniestra pero brinda una ilusión de amparo, seguridad y
certidumbre frente a la indiferencia circundante.
En realidad, nos encontramos muchas veces con adolescentes sin rumbo, sin brújula, a la deriva,
desaparecidos del mundo adulto donde los usan pero no los guían con la consecuente
desorganización, violencia, adicciones y aumentos en la tasa de criminalidad.

2
Miembro titular en función Didáctica APA. Coordinadora del Departamento de Niños y Adolescentes de la
APA
24
Además hay que tener en cuenta de que el padre se puede mantener como garante de la Ley, si la
sociedad lo considera como tal. En las sociedades posmodernas, éste lugar cae, como acontece en la
actualidad yal debilitarse la red que da sustento a la figura de autoridad, el padre se desvanece,
perdiendo en el acto su eficacia simbólica. Hecho que puede observarse en todas las clases
sociales.
Aparecen así altísimos niveles de narcisismo, incapacidad de culpa, desborde de la acción erótico-
destructiva, casi nula capacidad de reparación, consumo de estupefacientes y desafiante burla ante
toda figura de autoridad. Desenfreno que reclama mediante estallidos de furia, desde una
perspectiva psicoanalítica, un límite, ante el miedo y el terror que los inunda. Y esa contención es la
presencia de los adultos, de su función de confrontación, que en general están desaparecidos de la
escena, ya sean los padres, la sociedad, la cultura, la ley, y/o el Estado.
Sabemos que Lara Tolosa es la alumna de 15 años del Colegio Nacional de La Plata, quien en agosto
de 2017 se suicidó en el aula, habiendo avisado previamente a través de las redes sociales. Y por
ejemplo Hannah Baker es la protagonista de la serie Por 13 razones (Brian Yorkey, 2017),
producida por Netflix, que ha tenido enorme popularidad.
Tanto en Lara como en Hannah, encontramos que existen múltiples y variados actos de violencia:
verbal, sexual, psicológica y social. Cada una de estas situaciones sabemos que se traducen como
inseguridades, baja autoestima, tristeza y sufrimiento sin palabras, donde las formas de ejercer la
violencia pueden darse en persona o a través de las nuevas tecnologías de la información y
comunicación como el cyberbullyingy hablan de la compleja trama del padecimiento psicosocial
en el que está inmerso el adolescente.
Nos convoca a sostener una mirada crítica y repensar los avatares de la adolescencia como
el bullying, la violencia escolar, el abuso sexual, las diferentes formas de suicidio,
anorexia, bulimia, cortes, adicción a las drogas y la búsqueda de experiencias límite
para poder abordar la cuestión en una complejidad que excede totalmente por supuesto tanto a las
noticias del diario como a las series televisivas.
En los pueblos originarios, los ritos de pasaje son una simulación simbólica de la muerte seguida de
un renacimiento bajo una identidad modificada. Esos ritos de pasaje consagran la pertenencia a un
sexo a través de marcas corporales precisas. Apuntan a la perpetuación de la trama colectiva y de
las representaciones y valores que subyacen a ella mediante identificaciones colectivas.
En el contexto individualista de nuestras sociedades, los adolescentes se hallan en la necesidad de
inventar sus creencias, sus líneas de orientación porque los mayores ya no tienen autoridad en la
materia. La cultura de los pares suplanta la de los padres, la transmisión se borra ante la imitación
y procura un inestable sentimiento de seguridad.
Por ejemplo para un joven, enarbolar un logo, una consigna o un desafío como los que proponen
los fanáticos anónimos creadores de pruebas que llegan al suicidio, le permite experimentar su
inclusión en los juegos de la moda, de la juventud y el consumo. Aunque sea una consigna
suicida, les da sentido, es la insistencia de estar inscriptos en una pertenencia,
como un logo conocido les permite hacer entrada en la escena de lo cotidiano en
una forma valorizada, y el sentimiento de perderse en el seno de una identidad común.
En una publicidad de los jeans Diesel, dos jóvenes coreanos acaban de suicidarse y
se transforman en pájaros con sus jeans. Escapar a la gravedad del mundo, planear gracias
a sus jeans y alcanzar así la eternidad del instante. La marca es superior a la vida, puesto que da a
uno más que la vida. En una sociedad del espectáculo regida por la imagen o el logo es preciso
volverse imagen o logo o embanderarse en un objetivo siniestro, ya que no son identificaciones
proveedoras de sentido, de valores, o de un espíritu crítico. Ejercen una suerte de efecto narcótico,
como si fueran una fábrica de clonación social, una cultura de masa globalizada, donde por su
vulnerabilidad es fácilmente presa elegida por intereses espurios.
Como la invitación a suicidarse, una forma de sentir que al fin pertenecen, que son llamados por un
padre todopoderoso que los inscribe en una historia heroica de una maravillosa familia virtual,
donde muchas veces el suicidio se lo vive como algo idealizado donde ellos no mueren, sobreviven y
miran todo desde afuera. Como autores de una escena donde el personaje no muere,
sobrevive y burla hasta la muerte.
"La verdadera función del padre
(…) es fundamentalmente unir
(y no poner en oposición) un deseo y la Ley” (Lacan, Escritos,p.321)

25
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Recalcati M (2017)"El complejo de Telémaco" padres e hijos tras el ocaso del progenitor Edit. Anagrama

26
TRABAJOS

27
Consideraciones psicojurídicas en torno al supuesto Síndrome de
Alienación Parental
Prof. Graciela Angeloz3
La definición del Síndrome de Alienación Parental, también conocido por su sigla SAP, es producto
de la febril imaginación de Richard Gardner. Su obra está contaminada por su propia toxicidad y
abre la puerta para silenciar a los hijos del divorcio destructivo y desacreditar su discurso
Se utiliza comúnmente en los juzgados como fundamento para decidir sobre la convivencia de los
hijos menores con uno u otro progenitor frente a una situación de divorcio. Es casi un diagnostico
intuitivo que realizan abogados y jueces, con el enorme peligro que esto conlleva.
Richard Gardner se desempeñó en EEUU, como psiquiatra contratado en litigios por la custodia de
los hijos. Y sigue siendo, aún después de su muerte en 2003, el principal referente teórico del
término.
El SAP se ha introducido y aplicado en los juzgados de nuestro medio bajo el argumento de tratarse
de un nuevo trastorno clínico. Sin embargo, dicho Síndrome no ha sido receptado explícitamente
en nuestra legislación de fondo aunque, sí reconoce por parte de la jurisprudencia su existencia en
algunos supuestos en los cuáles, efectivamente, las pericias psicológicas han demostrado que los
niños expresan el discurso de “un otro”. Habitualmente, la reticencia del niño en vincularse con el
progenitor con quien no convive, suele manifestarse a través del llamado “discurso peyorativo”.
Esta conducta ha sido descripta por juristas de la talle de López del Carril (*) como el comentario
dirigido a captar la voluntad de los hijos despertando en ellos la reacción subjetiva de hechos
sucedidos entre los progenitores y no con los hijos, y de los cuales se agravian mutuamente los
cónyuges en su mayor dosis de rencor.

Bibliografía
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Alienation Syndrome Families. When Psychiatry and the Law Join Forces», Court Review, 1991,
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firenze.it/crescereinsieme/articoli/gardner98inglese.htm.
GARDNER, R. A., «Basic Facts about The Parental Alienation Syndrome», RICHARD, A.
GARDNER, M. D.

(*) López del Carril. Julio, “El discurso peyorativo y su influencia en la conservación o modificación de la
tenencia o guarda de los hijos”, L.L., 1990-A-70.

El padecer adolescente-cortes como partícipes de lo siniestro. Un


Saber-no-sabido cierre de lo re-conocible
Lic. Mariela Antequera4
Introducción: El Psicoanálisis en un Hospital conduce a pensar que, si todas las esferas de la vida
del sujeto se interrelacionan e influyen recíprocamente, pueden articularse diferentes discursos
tanto en la salud como en la enfermedad.
En Salud Mental, el Psicoanálisis puede convivir con otros discursos, respetando sus límites y
estableciendo los propios, donde lo patológico remite a la relación del sujeto con los signos de su

3 graciela.angeloz@cciargentina.com.ar
4 adoleshospos@yahoo.com.ar. Servicio de Adolescencia.Hospital Posadas
28
lengua, ubicando la enfermedad en el plano subjetivo, entendiendo al sujeto como perteneciente a
una estructura colectiva, que incluye familia y sociedad. Lo resultante es la inclusión del
Psicoanálisis en el campo de la Salud Mental, que deviene en un polo des-medicalizante, que
culturaliza la comprensión de la enfermedad y las prácticas terapéuticas. Introducción: La
cultura de la satisfacción se exige inmediata y absoluta. Eso no significa que sea posible, sino que la
angustia que esa imposibilidad genera se ha vuelto tan insoportable, que propicia la impotencia y el
miedo, degradando la falta de deseo y la propia pulsión de vida, sosteniendo a la vez la ficción que
toda angustia, dolor o sufrimiento puede ser resuelto con sustancias artificiales.
En Psicoanálisis el objeto abordable es un sujeto deseante, sujeto barrado, mientras que en
medicina es un sujeto informante de la situación de un cuerpo que falla, un sujeto portador de un
cuerpo enfermo que resalta por su complejidad y requiere del recorte que cada uno hace sobre él.
Ante la consulta, es tiempo de re-conocer hasta donde se puede llegar y allí donde haya una
hiancia, hay que saber que se está frente a la necesidad de encontrar una interacción subjetiva
posible. La diferencia hace al diagnóstico.
Diagnosis significa distinción y juicio, decisión o fallo. Implica un fallo cognoscitivo desde lo
universal a lo particular. Es un juicio de decisión: refiere a un fallo e implica un intento de
acomodar lo subjetivo singular a algo que es universal: la enfermedad.
En Medicina, es un diagnóstico de síntomas a eliminar para solucionar la enfermedad. Se observan
huellas y signos en el cuerpo orgánico, ubicados en un grupo universal definido por la enfermedad.
No trata sujetos singulares.
S. Freud, establece que es necesario olvidar el saber clínico para abordar cada caso por su
singularidad y no por el diagnóstico que remite a un universal y J. Lacan, dice que el diagnóstico se
juega desde la primera entrevista. Una vez iniciado el análisis propiamente dicho, la transferencia,
eso debe dejarse de lado.
El diagnóstico en Psicoanálisis resulta de escuchar la palabra como constituyente de un sujeto, cuya
singularidad implica armar un síntoma a partir de un recorrido significante. El síntoma es aquello
que el paciente considera como tal. El sujeto ubica al síntoma en tanto los síntomas producen
preguntas. Toda universalización implica una sutura del sujeto. La Ciencia entonces se presenta en
un esfuerzo por suturar el sujeto, no así el Psicoanálisis que sitúa la angustia como afecto
primordial permitiendo la conexión entre cuerpo real-orgánico y cuerpo pulsional-erógeno. Es
necesario decodificar la angustia a partir de ese sufrimiento que implica un malestar. El sujeto
deberá interrogar para armar el síntoma a partir de la palabra articulando los significantes
singulares.
Según el grado de intensidad de la Pulsión de Muerte, el Psicoanálisis considera al Intento de
Suicidio como Acting-out o Pasaje al Acto, dependiendo de las tres Series Complementarias: Lo
Constitucional - Lo Infantil - Lo Desencadenante, que implican Personalidad Previa, Estructura
Psíquica - Antecedentes Familiares y Factor Desencadenante. En el factor desencadenante, lo
primordial es observar e integrar el grupo familiar o continente actual.
La diferencia entre acting-out y pasaje al acto radica en el contenido de la acción: El acting-out es
un llamado de atención, un mensaje cifrado, simbólico, dirigido a un Otro, al que ha sido imposible
transmitir un mensaje en palabras. El sujeto realiza una acción relativamente aislable como señal
de la emergencia de lo reprimido. La interpretación y la construcción como intervenciones
analíticas permiten diagnosticar la intensidad de la acción. En el pasaje al acto, el sujeto queda sin
soporte real, sin objeto, donde la ideación de muerte, haciendo efectiva la acción y produciendo
una desaparición del sujeto de la escena, lo convierte en un mero objeto. Pasa de la representación
a la acción en una acción desmedida -maníaca- que implica la caída de la articulación significante.
Refiere al proceso de alienación del sujeto “sujetado”: es objeto del Otro, como objeto ‘a’: objeto de
la escena y sujetado al deseo parental.
En el adolescente hay fallas en la comunicación por falta de contactos reales. Los contactos son
virtuales: cientos de contactos, pero en perpetuo aislamiento.
Objetivo: Develar el discurso corporal propio de sujeto en función del encuentro con la palabra
enigmática detrás de los cortes.
Material y Método: Viñeta clínica: paciente ‘A’, sexo femenino, 16 años. Se presenta a la
entrevista espontáneamente.
Motivo de Consulta: restricción alimentaria, cortes en brazos y piernas. Refiere que lo vive como
una emoción ‘aliviadora’. Dinámica del grupo familiar: ‘A’ es hija única de esos padres. Pero, a su
vez, su madre tiene cuatro hijos mayores de edad: un varón, preso por reiterados robos calificados

29
y una hija internada en su adolescencia por I.S. con diagnóstico de Depresión. Su padre tiene dos
hijos mayores de edad, con los que no se relaciona hace 6 años, fue consumidor de cocaína y
marihuana. Actualmente, a diario, consume alcohol en exceso. Su madre también es alcohólica.
Hace más o menos 6 años, una de sus hermanas arrojó su bebé por una ventana en el Hospital y el
niño murió. ‘A’ no concurrió a la escuela este año, situación que sus padres no cuestionan.
Manifiesta que retomará el colegio en horario vespertino, cuando cumpla 18 años. Relata episodio
de abuso por parte de un vecino, pero no quiere hablar del tema. Hay sentimiento de culpabilidad
por este hecho. Su madre no autoriza salidas con amigas, no le permite tener novio, tiene prohibido
tener Facebook u otras redes sociales, le ‘puede pasar algo’ y no quiere que le pase lo mismo que a
sus otros hijos. No explicita esos argumentos. ‘A’ relata que su madre llora muy frecuentemente
porque extraña a sus padres muertos, les reza y acude a la iglesia para reencontrarse con ellos. ‘A’
pasa todo el día en su pieza escuchando música. No tiene hambre y se alivia cortándose. Dice: ‘a
veces pienso que es mejor desaparecer’. En este caso, sucede que al tratar de identificar en el
entorno un referente vincular acompañante, se encuentra un contexto familiar incontinente con
referentes sin actitud de compromiso para adoptar medidas de cuidado. Los padres que deben
actuar como tutores dando cuidados, son reemplazados por los denominados tutoriales de internet
que actúan con des-cuidos. Los Tutores / Padres no responden a nuevas preguntas completadas
patológicamente desde los Blogs: cómo cortarme / cómo vomitar / cómo autoagredirme, para el
adolescente significa placer. En el estado psíquico se observan funciones mentales conservadas,
acción autolesiva de bajo grado de agresión, ideación de poca consistencia, conformando un efecto
de acting out.
Método: Descriptivo. Estudio cualitativo de caso.
Resultado: Se trata de hacer hablar a los cortes. Si significan darse muerte, se debe discriminar
qué muerte: subjetiva-concreta. Hablan los cortes, dicen alivio: por ideación suicida-pasaje al acto.
Ideación suicida como acto-autoagresión-autoflagelo-autolesión. Todas son para aliviarse. Tiene
que aguantar por eso se corta. Eso implicó el diagnóstico-tratamiento de bajo riesgo. La Cura-
restitución: los cortes se traducen en análisis, hablan y logran decir. Se corta, pero los padres
lamentan a un hijo muerto. Y no la miran para lamentar al muerto, con gran apego al personaje
muerto. Así, ella aspira a ser uno de esos muertos, para ser querida, mal-querida y darse muerte
como un reaseguro para ser amada y no ser olvidada. Tras un tiempo de tratamiento ya no se corta.
Los cortes son ocultos, no deben ser vistos, hasta que son descubiertos y los padres siempre mudos,
ahora hablan a través de esos cortes. Luego consigue una forma de comunicación con sus pares a
través del grupo.
Conclusión: En ciertos momentos, las ideaciones suicidas se despliegan como pensamientos y en
otros como actos que las ponen en evidencia. Mientras la madre se hunde en sus pensamientos,
retraída y en silencio sin prestar atención a su hija. En ‘A’ surge un enigma que ella lee en su madre
como apego mudo a personajes muertos amados. Entonces, aspira a ser uno de ellos que son el
centro de atención de su madre que, a su vez, es determinante a la hora de fijar las reglas en esta
dinámica familiar. Pero, en suma, el hombre es lo que es, humano, porque habla, pero solamente es
sujeto porque dice. En el Orden Médico el sujeto habla sin decir. En el Orden Psicoanalítico, se
sujeta a decir su padecer. Es decir, no sólo habla, sino que su palabra dice su dolor, significando el
malestar que lo convoca. Discurso de decires y padeceres, opuesto a todo otro discurso, incluido el
del saber médico. El saber de no-saber: el saber del Inconsciente, es el más profundo de los
saberes, sin ninguna conexión con lo enciclopédico, únicamente conectado al saber propio y
singular, sin otro interés que el Bien-decir que soporta y sostiene al Bien-estar, porque supone la
verdad subjetiva. La palabra es una singularidad de la que cuesta mucho desprenderse. La práctica
de los cortes de sesión tiene que ver con limitar el goce de la palabra. A través de los cortes
concretos en su cuerpo, esta paciente encuentra una forma defensiva de limitar el goce letal que
repliega su propia vida. Los Cortes actúan como límites fallidos, aunque significantes porque son
los que, en definitiva, promueven la consulta. Desde allí, la Dirección de la Cura aspira a de-
construir esa identificación inestable, para producir el nombre propio del sujeto.

RESUMEN
Introducción: Cultura de satisfacción: inmediata y absoluta. Angustia insoportable,
propicia impotencia-miedo, degradando pulsión vital.
Objetivo: Develamiento discurso corporal propio: encuentro con la palabra enigmática
detrás de cortes.
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Material y Método: Viñeta clínica: ‘A’, sexo femenino, 16 años. Entrevista espontánea.
Motivo de Consulta: restricción alimentaria, cortes brazos-piernas, vivenciado como
‘aliviador’. Grupo familiar: hija única. Episodio abuso por un vecino.
Método: Descriptivo. Estudio cualitativo.
Resultado: hacer hablar los cortes. Dicen si es darse muerte, discriminar qué muerte.
Hablan: dicen alivio. Ideación suicida-pasaje al acto.
Conclusión: Ideaciones suicidas se despliegan como pensamientos o actos que las
evidencian. Cortes actúan como límites, fallidos, aunque significantes: promueven la
consulta. La Dirección de la Cura aspira a de-construir identificación inestable,
produciendo el nombre propio del sujeto.
Palabras Clave: Restricción-alimentaria, Cortes, Autoagresión, Ideación-suicida.
Eje Temático: Suicidio en la Adolescencia o Adolescente suicidado

BIBLIOGRAFÍA:
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2- Clavreul, Jean (1978): “El Orden Médico”. Cap. 4: La medicina es un discurso. Poder e impotencia del
discurso, Cap. 6: La exclusión del deseo, Cap. 11: Discurso médico y discurso psicoanalítico y Cap. 12: Clínica
médica y clínica psicoanalítica. Ed. Argot. Barcelona.
3- Dolto Francoise – Dolto Catherine (1992). “Palabras para Adolescentes o El Complejo de la
Langosta”. Ed. Atlántida Buenos Aires.
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5- Lacan, Jacques (1966): “Psicoanálisis y Medicina”. En Intervenciones y Textos. Ed. Manantial.
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6- Lacan, Jacques (1965-66): “La Ciencia y la Verdad”, en Escritos 1. Ed. Siglo XXI. México. 1971.
7- Lacan, Jacques (1975-76): El Seminario. Libro 23: “El Sinthome”. Ed Paidós. Buenos Aires. 2006.
8- Miller, Jacques-Alain (2011): “Sutilezas analíticas”. Cap. I: Retorno a Lacan, Cap. III: Posición del
analista, Cap. IX: La verdad mentirosa, Cap. XV: Lo imposible de negativizar y Cap. XVII: El goce no miente.
Ed. Paidós. Buenos Aires.

La anorexia nerviosa, en la pubertad. ¿Una falla en la


metabolización de la de la vivencia ominosa?
Lic. Cintia Baratta5; Dra. Charo Maroño Ph.D6
Los esqueletos vivientes
Las niñas con anorexia nerviosa presentan, en su aspecto físico, los signos de una persona con
desnutrición por una marcada disminución del peso corporal. Sus cuerpos están cubiertos de piel
grisácea y arrugada, con el abdomen hundido y los muslos separados.
Sus rostros, con profundos pliegues, se caracterizan por tener una expresión de tristeza y agobio.
Las encías inflamadas, el cabello ralo, quebradizo y sin brillo. La temperatura y la tensión arterial
por debajo de lo normal teniendo grandes dificultades en el sistema gastrointestinal. Presentan
amenorrea, síntoma primordial y de gran valor diagnóstico, que no se corrige a pesar que
aumenten el peso.
En cuanto a las características psicológicas se observa el miedo aterrador a engordar, el problema
principal aparente es el control del peso y el logro del dominio sobre el propio cuerpo. Tal vez esto
encubre otra dificultad, la búsqueda de control general, de competencia y eficacia.
Diferentes autores (Bruch 1975, Sperling 1978, Winnicott 1974, Kaplan 1996) explican este cuadro
clínico, por una falla en el vínculo primario madre-hija, en el proceso de individuación, momento
constitutivo del psiquismo.
La pubertad

5 cintiaeb@yahoo.com.ar
6 charomaronio60@gmail.com;
31
La pubertad es una etapa específica del desarrollo enmarcada entre los 10 años y los 13 años. A
diferencia del crecimiento paulatino del niño, en la pubertad, se producen importantes cambios
corporales que en esta etapa se caracterizan por ser drásticos y vertiginosos. Los cambios
hormonales y la adquisición de las nuevas funciones sexuales, determinan un incremento pulsional
que hace que la pubertad tenga características específicas y un proceso psíquico particular que debe
ser elaborado.
Al respecto la Dra. Maroño (2016) nos dice:
“Los cambios drásticos y vertiginosos determinan un desfasaje entre el crecimiento corporal y la
inscripción y representación psíquica de los cambios físicos acaecidos, apareciendo el
extrañamiento del propio cuerpo. En la pubertad se da el interjuego, centrado en lo corporal, entre
lo novedoso (externo) y lo conocido (interno) que desemboca en ese fenómeno de extrañamiento.
Será un tiempo de asunción de lo nuevo, un momento fundamental en la organización y re-
organización psíquica.”(Maroño, 2016, p. 10)
Las púberes se encuentran ante la tarea de inscribir, representar y metabolizar dichos cambios.
Debe inscribir algo nuevo, ese cuerpo diferente al infantil, pero también algo debe re- presentarse,
es decir algo debe volver a presentarse a partir de inscripciones previas.
La vivencia ominosa
En el modelo de lo disruptivo Benyakar, (2006), postula a la vivencia como un concepto
metapsicológico que alude a la actividad psíquica. Es subjetivante del psiquismo, en especial de la
pulsión, siendo de ese modo uno de los pilares de la constitución de la subjetividad.
La vivencia es una función psíquica articuladora que opera en el mundo interno y da cuenta de la
modalidad y especificidad de articulación psíquica. Este modo de articulación entre afecto y
representación caracteriza a la vivencia y le otorga una cualidad que la hace única y específica.
La vivencia ominosa se define por una especial articulación entre afecto y representación,
describiendo la interrelación específica que se da entre lo propio y no familiar y lo familiar no
propio. La vivencia con una cualidad ominosa genera una sensación de extrañeza que emerge
respecto de nuestro propio interior, dando lugar a una vivencia de lo propio como heterogéneo, no-
propio y no familiar. (Benyakar, 2006, Maroño, 2016)
Proceso de metabolización: de lo heterogéneo a lo homogéneo.
La función de los factores co-metabolizadores
Se considera que el importante aporte de Aulagnier (1993) es su propuesta de espacios psíquicos
donde, por medio de ellos, se irán ubicando los diferentes fenómenos, para poder precisar con
mayor exactitud, las características transformacionales del psiquismo. Este proceso será llamado
por Aulagnier “proceso de metabolización” ya que, al diferenciar los espacios psíquicos se puede
establecer el modo en que lo no propio se transforma en propio para cada uno de los espacios. La
metabolización psíquica (Aulagnier, 1993), es un proceso que se da en el inter-juego entre los
diferentes espacios psíquicos: Originario, Primario y Secundario.
Benyakar (2006) señala que todo estímulo proveniente del soma o mundo externo es heterogéneo
al psiquismo, imponiéndole la exigencia de un trabajo de metabolización para convertirlo en
homogéneo y, por lo tanto, pasible de ser utilizado para su desarrollo.
En la metabolización, la transformación de lo no propio en propio, se da por el despliegue de la
transformación de los afectos y las representaciones entre los espacios. Implica un volver a
presentar, transformar un estado en otro cualitativamente diferente.
Los autores psicoanalíticos han resaltado la importancia de la intersubjetividad como fundante del
aparato psíquico, en especial la función de las figuras parentales: función materna y paterna
necesaria para el desarrollo y constitución del psiquismo de un sujeto.
El término “factores co-metabolizadores” (Benyakar, 2005) alude a los distintos objetos
diferenciados, significativos y catectizados por un sujeto, que colaboran con el proceso psíquico de
metabolización e influyen en las cualidades de la vivencia.
Algunas reflexiones
Proponemos por lo expuesto, que en la anorexia nerviosa hubo una inadecuada función de los
factores co-metabolizadores, que no permitió la metabolización de la vivencia ominosa y por lo
tanto restablecer la regulación entre afecto y la representación.
Por lo que la púber viviría su cuerpo como no propio y no familiar lo que traería como consecuencia
una distorsión en la imagen corporal característica de la anorexia nerviosa. El cuerpo, que va
adquiriendo sus formas femeninas, lo vivencian como como una amenaza que describen como
gordura.

32
Este cuadro clínico es complejo y se debe tener en cuenta la singularidad del sujeto y de las
configuraciones subyacentes, nuestra intención fue proponer una posible explicación a la aparición
de la anorexia nerviosa en la pubertad.

Resumen
La anorexia nerviosa se caracteriza, entre otras manifestaciones, por una marcada disminución del
peso, un intenso miedo a aumentar de peso y la alteración en la percepción de la imagen corporal.
Las anoréxicas niegan el bajo peso que tienen y llegan a dejar de comer hasta el límite de la
inanición.
En este trabajo abordaremos la anorexia nerviosa en niñas púberes. Si bien el proceso puberal es
común a ambos sexos cada uno tiene características específicas que los diferencian. Se observa,
que, en niñas púberes existe una alta frecuencia de casos de anorexia, lo que ha llamado nuestra
atención.
La bibliografía consultada explica este cuadro clínico por la falla en el vínculo primario madre-hija.
Primer momento de encuentro constitutivo del psiquismo ya que permite la construcción de la
alteridad y del mundo interno.
Sin desconocer dichos aportes, es nuestra intención proponer, en este trabajo una nueva mirada
pensando a la anorexia nerviosa como consecuencia de una inadecuada función de los factores de
co-metabolizadores que no permiten, ni colaboran en la adecuada metabolización de la vivencia
ominosa característica de la pubertad.

Bibliografía
Bleichmar E. (1997) La sexualidad femenina de la niña a la mujer. Buenos Aires.
Bekei, M.: “Trastornos psicosomáticos en la niñez y la adolescencia”. Nueva Visión, 1996.
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Castoriadis- Aulagnier P. (1993) La Violencia de la interpretación. Del pictograma al enunciado. Amorrortu
Editores. Buenos Aires.
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Liberman, D. y col.: “Sobreadaptacion, trastornos psicosomáticos y estadios tempranos del desarrollo”;
Revista de psicoanálisis, tomo 39, 5, 1982.
Maroño, Ma. del R. (2016) Cualidades fácticas y psíquicas del proceso puberal en niñas. Tesis Doctoral –
USAL
Winnicott, D. W.: “El Trastorno psicosomático. I. Aspectos positivos y negativos de la enfermedad
psicosomática”, Paidós, 1964.

El Mito de Narciso: un adolescente de 16 años ¿Suicidio o


Accidente?
Dr. Rubén Basili-Lic. Luis Oswald7

En Ovidio la desdicha de Narciso proviene por cierto del hecho de que imagina su belleza y es su
víctima, como lo son todos los que la perciben, pero también y sobre todo porque finalmente
reconoce que se trata de sí mismo. ¿Puede hablarse entonces de narcisismo?, sí, si se entiende por
ello una excesiva complacencia consigo mismo. Si seguimos el mito con atención, Narciso no se
ama, porque el reconocimiento de su error y la consciencia de haberse tomado por otro lo reducen
a la desesperación. Muere desgraciado por no ser diferente de sí mismo, muere víctima de su
autoerotismo, muere víctima de la narcosis de los espejos (los antiguos griegos efectuaban un
cotejo etimológico entre las propiedades calmantes de nárkissos y narké, el embotamiento),
ilusiones acústicas, visuales y olfativas no quiere ni oír ni ver las tentaciones incestuosas de su

7 oswaldluis@hotmail.com. Espacio Fairbairn - APA


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madre-amante (Liriope-Eco), que lo persigue insistentemente, por eso se refugia regresivamente,
disocia y proyecta. Narciso se mira en el lago y el lago mira a Narciso (Relación narcisística de
objeto).
El desdoblamiento que permite que Narciso vea su rostro y toda su apariencia actúa como una
droga, cuyo abuso, una sobredosis sin lugar a dudas, para no reconocer el dolor de su progenie
filicida, incestuosa, (recordamos que todos los ríos eran hijos de Zeus, tuvieron un hijo entre
hermanos o entre padre e hija, con mucha frecuencia las ninfas de un río pasan a ser sus hijas)
marca su destino fatal ¿quién sabe si no fue un accidente?, nosotros sostenemos que si lo fue. El
relato de Ovidio no aclara la modalidad de su muerte. Julio Granel, en nuestro medio, trabaja
alrededor de la hipótesis de que muchos accidentes de adolescentes son realizaciones sangrientas
del mito sacrificial, donde éstos son las victimas expiatorias de ansiedades que aún dominan
inconscientemente a los grupos humanos.
Narciso se avergüenza como la mayoría de los adolescentes de su madre joven. En la época de la
adolescencia los jóvenes salen, en forma torpe y excéntrica, de la infancia, y se alejan de la
dependencia para encaminarse a tientas hacia su condición de adultos jóvenes. El crecimiento no
es una simple tendencia heredada filogenéticamente, sino, además, un entrelazamiento y
entrecruzamiento ontogenético de suma complejidad con el ambiente facilitador. Los mismos
problemas que existían en las primeras etapas, cuando los jóvenes eran bebés o niños más o menos
inofensivos, aparecen en la pubertad y en este sentido, creemos, cobra relieve nuestra hipótesis
sobre la muerte de Narciso en su adolescencia, cercana a los 16 años. Resulta valioso comparar las
ideas adolescentes con las de la niñez. Si en la fantasía del primer crecimiento hay un contenido de
muerte, en la adolescencia el contenido será de asesinato-suicidio. Aunque el crecimiento en el
período de la pubertad progrese sin grandes crisis (poco se sabe de Narciso desde su nacimiento
hasta su pubertad, creemos no es casual, también tiene que quedar oculto el vínculo con sus
padres, lo escaso del material sólo alude a la estética de su belleza, puede que resulte necesario
hacer frente a agudos problemas de comportamiento, dado que, en un joven, crecer significa
ocupar el lugar del padre. Y lo significa de veras. En la fantasía inconsciente, el crecimiento es
intrínsecamente un acto agresivo. ¿Qué se oculta en la consulta al oráculo?, mejor dicho ¿por qué
se consulta a Tiresias? ¿Qué poderosa razón moviliza el interrogante? Podemos imaginar que tanta
belleza heredada, ya en aquel momento de su nacimiento, que al decir de Ovidio hubiera podido
despertar la pasión amorosa de cualquiera, desatara la ira de los dioses y que precisamente su
vulnerabilidad en este caso esté, (todos los héroes la tienen), en la percepción de su belleza y que el
placer individual se alcance solo pagando el precio de las exigencias y las reglas impuestas por el
medio. Y será entonces que al ser hijo de una violación, de un abuso sexual, preanuncia un final
violento, ¿un aborto fallido de una virgen? (Lirio, emblema de castidad...quien coma dos pedacitos
de la raíz de esta planta librará sin dolor el feto muerto que lleve en sus entrañas) En el desarrollo
emocional individual el precursor del espejo es el rostro de la madre. Se explica porque en las
primeras etapas del desarrollo emocional del niño el ambiente desempeña un papel vital. Poco a
poco se produce la separación del no-Yo y el Yo, y el ritmo varía según el niño y el ambiente. Los
principales cambios se producen en la separación de la madre como rasgo ambiental percibido de
manera objetiva. Si no hay una persona que sea la madre, la tarea de desarrollo del niño resulta
infinitamente complicada. Cuando un infante es sostenido y manipulado de manera satisfactoria y
dado esto por sentado se le presenta un objeto, en tal forma, que no se viola su legítima experiencia
de omnipotencia, el resultado puede ser que el bebé sepa usar el objeto y sentir que se trata de un
objeto-subjetivo, creado por él. Todo ello corresponde al comienzo, y de ahí nacen las inmensas
complejidades que abarcan el desarrollo mental y emocional del bebé, el niño y el adolescente. En
cierto momento el bebé echa una mirada en derredor. Es posible que cuando se encuentre ante el
pecho materno no lo mire. Lo más probable es que un rasgo característico sea el de mirar la cara de
madre.
¿Qué ve en ella? ¿Qué ve el bebé cuando mira el rostro de la madre? Por lo general se ve a sí
mismo. En otras palabras la madre lo mira y lo que ella parece se relaciona con lo que ve en él.
Pero yendo directamente al caso del bebé cuya madre refleja su propio estado de ánimo o, peor
aún, la rigidez de sus propias defensas, imaginemos que veía Narciso en los ojos de Liriope. Pero
muchos bebés tienen larga experiencia de no recibir de vuelta lo que dan, miran y no se ven a sí
mismos. Surgen así consecuencias diversas. Primero empieza a atrofiarse su capacidad creadora, y
de una u otra manera buscan en torno otras formas de conseguir que el ambiente les devuelva algo
de sí. La mayoría de ellas saben responder cuando el bebé está molesto o agresivo, y en especial

34
cuando se encuentra enfermo. En segundo lugar, este se ajusta con la idea de que cuando mira ve el
rostro de la madre. Este, entonces, no es un espejo. Vemos de modo que la percepción ocupa el
lugar de la apercepción, el lugar de lo que habría podido ser el comienzo de un intercambio
significativo con el mundo, un proceso bilateral en el cual el auto-enriquecimiento alterna con el
descubrimiento del significado en el mundo de las cosas vistas. Es evidente que en este esquema
hay etapas que se detienen a mitad de camino. Algunos bebés no abandonan del todo las
esperanzas y estudian el objeto y hacen todo lo posible para ver en él algún significado, que
encontrarían si pudiesen sentirlo. El mito de Narciso sugiere que lo intentó y vivió hasta la
adolescencia. Otros, atormentados por este tipo de fracaso materno relativo sienten una amenaza
de caos, y el niño organiza su retirada, o no mira, salvo para percibir, a manera de defensa. El que
es tratado así crecerá con desconcierto en lo que respecta a los espejos y a lo que éstos pueden
ofrecer. Si el rostro de la madre no responde, un espejo será entonces algo que se mira, no algo
dentro de lo cual se mira y es mirado.
...Narciso está embrujado, no siente hambre, ni sed, ni fatiga, se siente morir “Perque oculos perit”
(y murió por los ojos), magnífica expresión que nos muestra una vida que aún no se ha abierto a la
vida y que refleja en esos ojos llenos de asombro, el ocaso. Para terminar y a modo de conclusión
recordando a Arnaldo Rascovsky, en El filicidio, “Eli, eli, lama sabactani”, en arameo antiguo:
“Padre, padre porque me has abandonado “(Exhortación de Jesús en la Cruz)... la queja en el
instante postrero revela la imposibilidad de vivir sin la presencia amorosa de los padres y lo
indispensable que resulta en los momentos iniciales de la vida y también aunque en menor medida,
en los otros. El abandono en sus diversas variantes, tan destructivo para el niño, se manifiesta
incluso cuando la presencia de los padres está desprovista de la protección afectuosa o del mínimo
amor necesario para vivir.

Resumen
El mito de Narciso es un claro ejemplo de la imposibilidad humana de vivir sino media una relación
afectiva desde la infancia. La ausencia de la presencia “amorosa” de los padres en la primera etapa
y, más tarde, una separación no resuelta satisfactoriamente entre madre e hijo, provocan
patologías profundas que, como en el caso de Narciso, lo llevan inconscientemente a la muerte ”.
Narciso según la versión de Ovidio, “el Poeta del Amor Romano por excelencia”, tenía solo 16 años
cuando muere, es decir un adolescente, después de rechazar el amor tanto heterosexual como
homosexual, cumpliendo la sentencia o mandato del Oráculo: la pregunta era sobre si este niño
llegaría a ver la longeva edad de una vejez avanzada, respondió el vate portavoz del destino: “Si no
llega a conocerse a sí mismo”. Durante mucho tiempo pareció vana esta fórmula del adivino: pero
la hizo valer el resultado, la realidad, el género de muerte y lo inaudito de la locura (El adivino
Tiresias, el oráculo), en nuestra opinión se accidenta y pierde la vida.

Referencias Bibliográficas
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35
----- Tótem y tabú. (1912-13). Tomo XIII. Página 11. O.C. anterior.
----- Introducción del narcisismo (1914). Tomo XIV. Página 71.O.C. anterior.
----- Psicología de las masas y análisis del yo. Tomo XVIII. O.C. anterior.
----- Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis. Tomo XXII (1933)
Página 24.O.C. anterior
----- Sobre la conquista del fuego (1932). Tomo XXII. Página 173. O. C.
anterior.
----- Moisés y la religión monoteísta. Tomo XXIII 1939. Página 10,71. O: C.
anterior.
Frontisi Ducroux, Francoise y Vernant, Jean Pierre. En el ojo del espejo, Páginas 57, 59, 150, 151, 157, 158,
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Garma, Angel. Edipo no era hijo de Layo y Yocasta. Revista de Psicoanálisis Número 1, 1975, volumen 36.
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Miembro titular. Modalidad: trabajo Teórico o Teórico clínico psicoanalítico, inédito e individual. Asociacion
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Páginas 147,148 y 149. Bs. As. 1986. Edit. Gedisa.

PROBLEMATICA HOSPITALARIA: Los caminos de la vida:


Desencuentros y Encuentros
Lic. M. Eugenia Bertonassi8
“Es muy difícil andarlos… difícil es caminarlos y no encuentro la salida”
Vicentico
Resumen
A través de este trabajo se presentan dos historias, que recorren un camino de
dificultades, las que nos permiten interrogarnos sobre el malestar de dos jóvenes adolescentes
internados en un Servicio de Internación, perteneciente a un Hospital Público especializado en
Niñez y Adolescencia. Ambos adolescentes presentan problemáticas ligadas al tema de las
Jornadas de Niños y Adolescentes- APA-2017.

8 eugebert@hotmail.com APA
36
Suicidio en la adolescencia y el uso de las redes sociales: 13
razones
Dra. Irene Cambra Badii9, Lic. Paula Mastandrea10
Series televisivas y subjetividad de la época
En el año 2017, preguntamos en un auditorio colmado de estudiantes de Psicología en la UBA:
¿Quiénes conocen a Lara Tolosa? Nadie levanta la mano. ¿Quiénes conocen a Hannah Baker? Más
de la mitad del auditorio la reconoce.
La primera es la alumna de 15 años del Colegio Nacional de La Plata, quien en agosto de 2017 se
suicidó en el aula, habiendo avisado previamente a través de las redes sociales. La segunda es la
protagonista de la serie Por 13 razones (Brian Yorkey, 2017), producida por Netflix, que ha tenido
enorme popularidad entre el público adolescente y adulto en general. Vemos entonces cómo las
series televisivas modelan la subjetividad de la época (Gómez y Michel Fariña, 2012).
El relato pone de manifiesto problemáticas actuales –como el fenómeno del bullying, la violencia
escolar, el (des)trato de la diversidad sexual, el acoso y abuso hacia las mujeres– transitados por
personajes adolescentes que generan en los espectadores una empatía e identificación respecto de
esta etapa de la vida que no es atravesada sin conflictos.
La historia comienza a partir del suicidio de Hannah Baker, una adolescente de diecisiete años que
ha decidido, previamente a quitarse la vida, grabar trece cassettes con su voz, donde queden
registradas las razones de su muerte a los que hace alusión el título de la serie. Además de las
grabaciones, Hannah ha dejado indicaciones específicas respecto de qué hacer con ellas: las cintas
deben ser entregadas a cada una de las personas implicadas en esos relatos; de no ser así, las
mismas serán divulgadas de manera pública. Así es como la serie va presentando, en cada uno de
los trece episodios, a aquellos compañeros de colegio a quienes Hannah señala como responsables
de su muerte.
El deslizamiento entre bullying y suicidio
Si bien la pregunta central de la serie gira en torno al porqué del suicidio de Hannah -como si fuera
posible comprender las razones últimas de un suicidio-, todo el relato de la serie pone de
manifiesto la trama de sufrimiento escolar y abusos que tantas veces quedan invisibilizados
institucionalmente. Explícitamente, en la serie se menciona el acoso escolar como uno de los
posibles motivos del suicidio de Hannah, razón por la cual se produce un juicio contra la escuela,
responsable de tal situación. Los jóvenes destinatarios de las cintas de cassettes de Hannah van a
declarar y -por primera vez- se visibiliza la trama de abusos frente a los adultos.
Ahora bien, ¿se trata efectivamente de un fenómeno de bullying? ¿Es este fenómeno presentado
por la serie como la causa última del suicidio de su protagonista? ¿Resulta correcto establecer esa
relación unicausal entre una y otra cuestión?
En la actualidad, en término bullying ha adquirido gran popularidad en el dialecto cotidiano para
referirse a cualquier situación de violencia ejercida en la escuela. Sin embargo, es necesario realizar
una diferenciación conceptual respecto de los conflictos que pueden ocurrir entre los jóvenes en
este ámbito institucional.
El bullying fue definido por primera vez por Dan Olweus (1998) como una conducta de persecución
física o psicológica que se realiza en reiteradas oportunidades “entre iguales”, es decir, desde un
alumno hacia otro. Las características específicas que distinguen al bullying de otros tipos de
violencia son: que implica un comportamiento agresivo con el fin de hacer daño; que el acoso debe
existir de manera reiterada y aún fuera de la escuela; que debe suponer una relación interpersonal
en la que existe una asimetría de poder. Olweus afirma que dichas situaciones de abuso ocurren
bajo la complicidad o indiferencia de los otros compañeros. Además, la gravedad de los hechos en
la actualidad podría deberse a la falta de una terceridad, que debería provenir de los adultos a
cargo (Travnik, 2014).
En el caso de 13 reasons why, encontramos que existen múltiples y variados actos de violencia
contra Hannah: violencia verbal; violencia sexual; violencia psicológica y violencia relacional y
exclusión social. Cada una de estas situaciones se traducen en la adolescente como inseguridades,
baja autoestima, tristeza y padecimiento, y al consecuente alejamiento de los pocos vínculos
sociales que había logrado establecer cuando llega a su nueva escuela.

9 irenecambrabadii@gmail.com Universidad de Buenos Aires - CONICET


10 mastandreapaula@gmail.com Universidad de Buenos Aires - CONICET
37
Las formas de ejercer la violencia pueden darse en persona o a través de las nuevas tecnologías de
la información y comunicación (TIC). La serie representa cómo el celular y la computadora se han
convertido en instrumentos fundamentales para la socialización de los adolescentes. Existe todo un
ámbito de sus vidas que se desarrolla en esta dimensión, la cual permite, en ocasiones, desarrollar
una identidad paralela en las redes sociales a través del envío de mensajes anónimos, o incluso la
creación de perfiles completamente falsos o con información fraudulenta respecto de una persona.
Toda conducta agresiva e intencional que se repite de forma frecuente en el tiempo mediante el
uso, por un individuo o grupo, de dispositivos electrónicos sobre una víctima que no puede
defenderse por sí misma fácilmente, se denomina cyberbullying (Smith, Mahdavi, Carvalho,
Fisher, Russell y Tippett, 2008). Este tipo de acoso tiene características propias: la mayoría de las
veces, el agresor utiliza seudónimos o nombres falsos, lo cual aumenta su impunidad y la
indefensión de la víctima, y las agresiones electrónicas pueden difundirse muy rápidamente a un
gran número de personas que, a su vez, pueden reproducirlas y reenviarlas un número indefinido
de veces (Buelga, Cava y Musitu, 2010).
En este punto, 13 reasons why logra representar los distintos modos en que se produce el acoso
hacia Hannah y la potencia de difusión que poseen las TICS. En el primer episodio observamos
cómo, a partir de una foto obtenida sin el consentimiento de Hannah, divulgada a gran cantidad de
estudiantes, se comienzan a gestar rumores en torno a la protagonista, lo cual modifica el modo en
que es vista por sus compañeros. Dicha exposición a través de las redes sociales desemboca en
diversas situaciones de acoso hacia Hannah, producto del equívoco que implica el hecho de creer
que se conoce a una persona, cuando lo que se conoce es lo que se muestra en el ciberespacio.
En la actualidad, por la popularidad del término y su impacto social, tiende a considerarse toda
conducta violenta como bullying, sin embargo, es necesario poder establecer una distinción
conceptual respecto de las distintas situaciones de padecimiento que acontecen en el dispositivo
escolar. Poder nombrar los hechos de manera correcta evita el reduccionismo simplista que tiende
a destinar el mismo tratamiento a todas las situaciones, y permite pensar estrategias de prevención
y cuidado frente a las conductas adolescentes de riesgo. ¿Hannah Baker sufre bullying? Por
supuesto que sí, pero no todo lo que le ocurre puede ubicarse en la misma categoría. Dentro de las
situaciones que la adolescente cuenta, encontramos aquellas en las cuales efectivamente existe un
abuso sostenido en el tiempo, con intención de hacer daño y con asimetría de poder: por ejemplo,
cuando uno de los jóvenes populares de la escuela, y sus amigos (carilindos y atletas), divulgan una
foto de Hannah que se presta a confusión respecto de un supuesto acto sexual cometido con el
primero. A raíz de ello, el acoso se sostuvo en el tiempo a través de distintas conductas y frases de
los varones de ese grupo para con ella. Asimismo, podríamos suponer cierta asimetría de poder al
considerar que dicho grupo de amigos representaban a “los populares” de la escuela, lo cual les
daba gran influencia sobre el resto del alumnado, que se convencía de su versión sobre Hannah sin
acercarse a ella para conocer su experiencia sobre tal situación. Sin embargo, encontramos otras
situaciones en los cassettes que también tuvieron un fuerte impacto en la protagonista y le
produjeron padecimiento, situaciones violentas pero que no serían una expresión del bullying.
Entre ellas podemos ubicar la violencia verbal que comete su amiga Jessica contra ella, cuando la
increpa suponiendo que está coqueteando con su novio, o cuando Courtney la excluye y aísla de su
grupo porque teme que se ponga en evidencia su homosexualidad oculta frente a toda la escuela.
Si no se lleva a cabo un análisis que pueda diferenciar las distintas situaciones que llevan a Hannah
hacia el suicidio, la problemática del bullying queda cercada, simplificando sus términos: se enfoca
sobre un responsable en particular, y se asocia unicausalmente el bullying y el suicidio. El
estudiante que abusa sexualmente de Hannah y otra compañera, o el que la humilla difundiendo su
fotografía, pueden ser vistos entonces como chivos expiatorios, cuando en realidad son la punta de
un iceberg de una problemática que no se conecta linealmente con la decisión del suicidio. El
problema parece agotarse entonces en una lectura lineal que termina velando la compleja trama del
padecimiento psicosocial.
A modo de cierre
Más allá de las controversias que ha despertado la serie –con sus admiradores y detractores– el
escenario de esta narrativa cinematográfica nos ofrece una nueva ocasión para repensar las
coordenadas de la adolescencia, el bullying y la violencia escolar, el abuso sexual y el suicidio, y la
responsabilidad profesional del psicólogo en estas situaciones, alejándonos del impacto
inmediatista y de concepciones moralistas que cierren la vía de problematización de la cuestión.

38
El testimonio de Hannah Baker, a partir de la materialidad de los cassettes (imposibles de borrar, e
indelegables para sus destinatarios), posibilita empezar a pensar la responsabilidad frente al
semejante, el sufrimiento ajeno, y las experiencias límite en la adolescencia. Asimismo, si bien la
serie se llama Por 13 Razones, entendemos que los motivos que llevan a semejante conducta
resisten cualquier enumeración. Las motivaciones inconscientes –en la línea de lo desarrollado en
función del acting out, el pasaje al acto y la adolescencia– pueden ofrecernos distintas vías de
análisis para abordar la cuestión en una complejidad que excede a la propia serie.
Esta propuesta va por lo tanto más allá, sin perseguir un objetivo meramente educativo o de
prevención del riesgo suicida, e incluso sin detenernos únicamente en la reprobación de la escena
explícita del suicidio de la protagonista. Se podría pensar que el deslizamiento más espinoso que
propone la serie no radica en la indiferenciación entre bullying y violencia escolar, o entre bullying
y suicidio, sino justamente al introducir la posibilidad cuantitativa de que existan efectivamente
una (o dos, o trece) razones para suicidarse.
Nuestro desafío radica, entonces, en poder ir más allá del dispositivo montado por los realizadores,
sosteniendo una mirada crítica que permita construir preguntas allí donde la serie arriesga
agotarlas en apenas trece respuestas.

Resumen:
La serie Por 13 razones (Netflix, 2017) ha sido un éxito por plantear de una manera radicalmente
diferente el fenómeno del "bullying", introduciendo el horizonte de la muerte, planteando así
interrogantes que alcanzan a la ética y al psicoanálisis. En este trabajo se indagan algunas
categorías cruciales, como el bullying y la violencia escolar, la violencia sexual, y la responsabilidad
institucional y subjetiva. Se extraen así enseñanzas de la serie en tanto una forma cultural
privilegiada que nos permite transmitir, interrogar y analizar de manera única y conmovedora las
singularidades en situación.

Referencias
Gómez, M.; Michel Fariña, J.J. (2012). Series: una interpretación del síntoma. Ética y Cine Journal, 2(2), 9-
10.
Olweus, D. (1998). Conductas de acoso y amenaza entre escolares. Madrid: Ediciones Morat.
Smith, P.K, Mahdavi, J., Carvalho, C., Fisher, S., Russell, S., y Tippett, N. (2008). Cyberbullying: Its nature
and impact in secondary school pupils. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 49, 376-385.
Travnik, C. (2014) El acoso escolar: una encerrona trágica.Ética y Cine Journal, 4(2), 53-57

Acoso escolar: de lo silenciado a lo pensado.


Mgter. Liliana Inés Caro11

1. El acoso escolar
Bullying es una palabra que proviene del inglés. El Diccionario Cambridge Compact (2008) señala
que bully significa, como verbo, avasallar, intimidar y, al mismo tiempo, como sustantivo, matón
acosador. La mayoría de la bibliografía consultada hace derivar la palabra, inadecuadamente, del
concepto de bull, toro y de ahí, se extiende a torear.
De acuerdo a lo que señala la bibliografía, el psicólogo noruego Dr. Dan Olweus (1993) acuñó el
término bullying para definir esa forma específica de maltrato entre escolares y creó una estrategia
para reducir los abusos entre estudiantes en colegios de distintos países.
El fenómeno de acoso escolar, hostigamiento o bullying se produce cuando un alumno es
agredido o se convierte en víctima, cuando está expuesto, de forma repetida y
durante un tiempo a acciones negativas que lleva a cabo otro alumno o varios de ellos con
testigos, dentro del contexto escolar y, en ocasiones fuera del establecimiento. Es una forma de
agresión que se puede producir por vía de la palabra (insultos, burlas) o por vía del contacto físico

lilianes.caro@gmail.com Magister en psicoanálisis por la AEAPG. Docente universitaria (UCA) de Psicología de la adolescencia.
11

Psicóloga Colegio Monseñor Dillon (CABA).

39
(acciones que dañan el cuerpo o las pertenencias). También puede entrar dentro de ese tipo de
respuestas no dejar jugar a alguien, excluirlo del grupo, ataques por medio de las redes sociales.
Cuando la violencia ocurre en contextos que se suponen protectores, dedicados a cuidar (como el
familiar o el escolar), se lesiona la confianza que los niños deben desarrollar hacia personas
cuidadoras, además de la confianza en sí mismo y su autoestima.
Se considera la interacción entre tres o cuatro participantes: el que sufre el acoso o víctima, el que
provoca el acoso o victimario, los activos alentadores e inductores (tribuna) y los espectadores
pasivos.
En general se tiende a caracterizar a la víctima como: tímida, temerosa, con baja autoestima, débil
físicamente, pasivo, poco hábiles en los juegos, faltos de habilidades sociales. Son niños a los que
les cuesta contar lo que les pasa, se encierran, se resisten a ir a la escuela. Las víctimas sufren la
arbitrariedad y la imposibilidad de comprender la agresión siempre injustificada e injustificable.
Los victimarios son, generalmente, físicamente más fuertes que sus pares, dominantes, impulsivos,
no acatan las reglas, manifiestan baja tolerancia a la frustración, son desafiantes ante la autoridad,
muestran alta autoestima, son proclives al uso de la violencia, parecen crear conflictos donde no los
hay, no se arrepienten de sus actos. Los activos alentadores o instigadores se identifican con los
acosadores pero no se animan a ejercer ellos acciones hostiles (identificación proyectiva). Los
espectadores pasivos no atinan a hacer nada, se paralizan. Alientan en una suerte de identificación
proyectiva gratificante.
Sin la menor dudas ocupar esos posicionamientos requiere de un plus, de un extra propio de la
subjetividad.

2. Los pares
El papel de los pares en fundamental en la adolescencia. Entre ellos se resalta la amistad pero
también las enemistades y rivalidades. Los componentes agresivos y narcisísticos están
marcadamente activos. Los intercambios ponen en juego la cooperación, la pertenencia, el amor,
así como la competencia exacerbada, la hostilidad, la exclusión.
Los pares se ofrecen como figuras de identificación. El eco afectivo y la aprobación del grupo son
fundamentales. Lo afirman en su narcisismo, fortalecen su autoestima y consolidan las capacidades
del yo y, al mismo tiempo y con similar valor, le otorgan la aceptación del grupo. Desarrolla un
sentimiento de inclusión y pertenencia.
En relación con el tema del bullying, son considerables las aplicaciones que se pueden realizar.
El sujeto que hostiga ocupa ese lugar de la superioridad, de la negación de la castración, de la
exaltación de la omnipotencia. La hostilidad lo lleva a tener que colocar su foco en aquel que, a sus
ojos, le muestra algo del orden de la limitación que no es tolerado. Se comporta como si toda
divergencia respecto de sus plasmaciones individuales implicase una crítica a ellas o una
exhortación a remodelarlas. Sobre la base de las pulsiones, observamos que prevalece Tánatos. En
relación a la familia, he podido observar padres con actitudes directa o indirectamente hostiles,
descalificadoras o con niveles de exigencia muy altos que, al no siempre poder ser alcanzados por
los hijos, activa el círculo del hostigamiento.
Desde el lugar del que recibe el acoso puedo ver como, por una autoestima frágil, tolera
pasivamente la devaluación, la exclusión, no logra desarrollar un sentimiento de pertenencia, de
aceptación por parte de sus iguales. Muchas veces esto puede estar ligado a fuertes sentimientos de
vergüenza y/o de inferioridad que lo llevan a someterse todo el tiempo con la “ilusión” de que en
algún momento lo van a dejar en paz, lo van a aceptar.
En el ámbito de su familia no han sabido favorecer la autoestima, muchas veces se aprecia una
directa subvaloración del hijo o indirecta, a través de seguir considerándolo incapaz de defenderse
por sí mismo (como si fuera todavía un bebé) pero, al mismo tiempo, se irritan porque no saben
defenderse pero no les han enseñado a hacerlo.
Por otro lado los activos alentadores del hostigador se defienden diciendo que ellos no se burlan,
no pegan. Ellos no son los decididos agresores pero se identifican con el acosador. Los espectadores
pasivos muestran cierto goce en mirar, escoptofilia. Toman un rol pasivo muchas veces porque les
falta fuerza, coraje para hacerlo o temen ser los próximos hostigados o porque no ser reconocidos
por el líder es vivido como ser excluidos.
3. La escuela.
La escuela surge como un ámbito ampliado de lo familiar con funciones protectoras; cuida y
sostiene como un yo auxiliar pero, también privilegia el cumplimiento de reglas y tareas, ejerce

40
funciones normativas. Al manejarse con límites y prohibiciones se muestra como aliada del
superyó lo que provoca temores y necesidad de acatar sus normas, así como transgredirlas,
cuestionarlas. Los padres, ante situaciones de acoso, con frecuencia señalan en las entrevistas como
la función de garante del orden, del bienestar de los chicos falla en esas circunstancias. Y de ahí en
más, una cantidad de reclamos.
Convivir significa vivir junto con otros, y esto sin duda, supone tensiones dado que no todas las
personas pensamos, sentimos y actuamos de la misma manera ni tenemos los mismos intereses. En
la escuela, estas tensiones pueden manifestarse de modos diversos y entre diferentes actores.
Habitar un espacio y un tiempo común bajo la condición de la obligatoriedad escolar no es tarea
fácil y constituye uno de los desafíos principales de los adultos en la potenciación de los procesos
de socialización y subjetivación.
Los grupos escolares constituyen un nivel complejo de experiencia social, establecen redes de
múltiples relaciones y a la vez tienen características propias que influyen en los lazos que se
producen en su interior. Muchas veces, por ejemplo en los recreos se producen intercambios
cargados de afectividad que expresan otra forma de estar con el otro no siempre visible, a cuando
se juega el aprendizaje de las ciencias por ej.
Los niños y los adolescentes, en muchas ocasiones, zanjan por sí solos situaciones de
desencuentros y desacuerdos. A menudo, en la escuela se enfrentan con conflictos, polémicas y
controversias, que representan una constante a lo largo del transcurso de la socialización,
independientemente de la cultura, condición social o la etapa de desarrollo por la que transitan.
Constituyen entornos privilegiados para aprender a resolver problemas interpersonales, reflexionar
sobre los desencuentros con la razón y con la emoción para ser más justos y solidarios con los
otros.
No obstante para la intimidación no cuentan con recursos para hacerlo por la complejidad del
fenómeno, por la persistencia del mismo, por los temores que se ponen en juego, etc. El desbalance
de poder opera obturando la posibilidad de los acosados de defenderse y esto hace que los
acosadores insistan en sus conductas hostiles.
El bullying tiene como escenario distintos lugares de la institución educativa: el comedor escolar, el
patio de recreo, las aulas (en particular cambios de hora, ausentismo docente), la salida del colegio.
También son utilizadas zonas poco transitadas o privadas, donde no hay testigos, como son los
corredores o escaleras solitarias y los baños que, además de ser espacios para el acoso, son también
utilizados por las víctimas para esconderse en caso de amenazas o para evadir situaciones
vergonzosas generadas por las burlas. En estos ámbitos, habitualmente, hay menor presencia de los
docentes lo que los hace más propicios para desplegar las conductas de acoso. Los docentes con
frecuencia dicen “en la clase no se manifiesta, no se ve”. Más allá de cierta ingenuidad del planteo
pues muchas veces las burlas, las miradas descalificadoras, se hacen presentes en “las horas de
clase”, lo cierto es que los espacios menos ligados a lo superyoico, menos centrados en el trabajo
intelectual, son los más favorables.
El uso de la violencia es un recurso frecuente ante las controversias. No toda violencia es bullying
(aunque los padres suelen pensar que sí).
El bullying es un intento fallido de resolver un conflicto que, lo que provoca es, en lo inmediato, un
acallamiento del mismo. A más largo plazo, su nueva irrupción, de seguro, será más intensa. La
experiencia me ha demostrado que todas las intervenciones centradas en los retos, las sanciones
solo provocan un acallamiento del malestar y el secreto deseo de venganza. Solo se posterga la
aparición de nuevas conductas hostiles unidas al mote de “buchón”. Así se hace evidente en la
participación del director en el caso de la novela mencionada.

Un modo de abordarlo: el trabajo con el grupo de pares


El trabajo con las cuestiones ligadas a la violencia dentro del ámbito escolar requiere de una
variedad de estrategias. No hay un solo camino para tratar este fenómeno que va en aumento. Lo
mejor serían técnicas que se complementen entre sí apuntando a encararlo en situaciones
puntuales y también de modo sistemático, organizado en contenidos. Ninguna excluye a la otra
sino que juntas potencian la efectividad y la posibilidad de resultados satisfactorios.
Siempre se persigue concientizar a los alumnos de las consecuencias negativas y destructivas de su
conducta (no sólo para sí mismos, sino también para toda la comunidad escolar), contribuyendo a
una reinterpretación de la situación.

41
Estas situaciones se pueden prevenir si los docentes, directivos y/o profesionales no minimizan los
pedidos de ayuda de alumnos para resolver conflictos; por el contrario, demuestran una actitud
activa, de escucha y, en consecuencia, recurren a acciones pertinentes. Esto tranquiliza a quien lo
solicitó y valoriza el uso de la palabra y de la búsqueda consensuada para la resolución de los
conflictos. Intervenir con rapidez puede prevenir que situaciones de agresiones físicas o verbales se
agraven o instalen.
La estrategia que propongo consiste en encuentros individuales y grupales para abordar cuestiones
ligadas al hostigamiento.
La tarea grupal no se centra en las personas involucradas pues se podría interpretar como un
tribunal, sino sobre situaciones de malestar entre ellos, sus características, las emociones que se
juegan, las reacciones que se producen, etc.
Los adultos a cargo de la tarea, tanto el psicólogo como los docentes, deben posibilitar un clima
cálido, cordial, respetuoso de la palabra de cada uno, habilitando a todos a emitir sus opiniones,
comentarios, reflexiones atendiendo especialmente a que no se produzcan descalificaciones y/o
burlas. El espacio no debe estar marcado por un tinte moralista (superyoico) señalando lo que está
bien o lo que está mal sino atendiendo a lo que les provoca bienestar o malestar. Dialogar con el
conflicto y no clausurarlo.
La finalidad que se persigue es colaborar entre todos para la comprensión de las conductas propias
y ajenas señalando sus motivaciones, las consecuencias y los afectos que se juegan.

RESUMEN
El acoso entre niños o adolescentes no es un fenómeno nuevo. Son y han sido episodios regulares
especialmente en la adolescencia. Lo llamativo es su aumento dentro del ámbito escolar y el
encontrarse cada vez a edades más tempranas.
Los medios de comunicación se hacen eco del incremento del fenómeno tendiendo a presentarlo en
sus vertientes más negativas y violentas; ligadas a suicidios y/o homicidios, marcando ese
fenómeno como el causante exclusivo de tales determinaciones extremas.
El Bullying o conducta de acoso reiterado entre pares se ha intensificado como una de las
formas en las que esa hostilidad se expresa. Antes de la difusión del concepto en inglés, se lo
denominaba “tomar de punto” a alguien. El hecho de hacerse visibles obliga a tratarlas como
problemas a encarar y prevenir para evitar que se naturalicen y, consecuentemente, se
intensifiquen. De ahí la necesidad de generar estrategias ya de prevención como de intervención
ante la situación concreta.
Es una manifestación condicionada por múltiples factores: sociales, institucionales, familiares,
individuales, o sea, se trata de un fenómeno complejo.
El marco teórico del psicoanálisis permite una comprensión de la complejidad psíquica de los
involucrados que por otro lado, ofrece recursos muy valiosos para el trabajo del profesional de la
psicología dentro y fuera del ámbito escolar.

Romeo y Julieta. El Superyó y la construcción de destino


Lic. Nélida Cortés de Castellano12
El Superyó y la construcción de destino
Para hablar del destino citaré una muy conocida frase de Freud de “El malestar en la cultura”
cuando dice: “En la vida anímica nada de lo que se formó puede perecer: todo se conserva de algún
modo y, en circunstancias apropiadas, puede ser traído de nuevo a la luz”.
El hombre no es sólo un ser para sí mismo, su pertenencia a una cadena de generaciones a cuya
suerte está ligado, queda configurada en lo intrapsíquico por las mociones pulsionales del Ello,
indiscernible e ingobernable y, más tarde y a partir del Ello mismo que aporta la energía, por la
instancia superyoica.
A imagen y semejanza del Superyó de los padres, cada sujeto porta unas “otras” presencias, una
sustancialidad distinta, un precipitado de identificaciones que, muchas veces contradictorias y en

12 cortesnelida@yahoo.com.ar - APA
42
conflicto, suceden como residuo a las primeras elecciones de objeto del Ello, pero que no se agotan
allí. Es la presencia de los antepasados, que en el terreno de lo representacional es más una huella
acústica discursiva que perceptiva, que es exterior al sujeto y anterior a él.
Sin embargo, al hundir sus raíces en el Ello, enlazadas a las mociones pulsionales dirigidas a los
objetos primordiales, lo que era exterior deviene interior.
El individuo se descubre “siendo vivido” por poderes que no puede dominar. Son como una
memoria de lo no sabido y de lo no vivido, pero son representaciones que otorgan significado y
organizan la vida psíquica. Más tarde el propio sujeto, en su decantación, tendrá un papel
primordial como protagonista y también como objeto capturado en una telaraña invisible que, sin
saberlo, él ayuda a tejer.
Como heredero del Complejo de Edipo, abogado del Ello y fiscal del Yo, el Superyó contiene la
pasión incestuosa, la furia parricida y la angustia ligada a la amenaza de castración. Al mismo
tiempo estas mociones están limitadas por una enérgica formación reactiva contra ellas,
apareciendo el aspecto prohibitivo del Superyó, que deviene entonces de naturaleza paradójica.
Porque en forma simultánea, al ser el Superyó resultante de un proceso de identificación que
desexualiza e impersonaliza la relación del sujeto con sus objetos primordiales, al decir de Freud
también “eterniza los factores a que debe su origen”.
Los mandatos inconcientes del Superyó reclaman un cumplimiento sin fisuras. Estas reglas son
transmitidas como herencia arcaica, son la presencia de nuestros muertos en nosotros.
Lo transgeneracional tiene efectos sobre lo intrapsíquico. Si esta presencia pudiese hacerse
conciente, nos preguntaríamos ¿Quién es éste dentro mío? Justamente “éste” pasa a formar parte
del sentimiento de sí, coloniza al Yo, cobra vida y exige el compromiso de todo aquél que es
reconocido como hijo.
Al decir de Piera Aulagnier: “mucho antes que el niño haya nacido, ya el grupo familiar habrá
catectizado un lugar que se supone ocupará, con la esperanza de que él transmita idénticamente el
modelo”. Esta esperanza de lo idéntico, ligada al narcisismo de los padres, es eficaz.
Nadie puede comenzar de cero, lo que un sujeto será tiene que ver con lo que fue y con lo que
fueron. Por eso Freud nos dice que las violaciones de los mandatos y prohibiciones del Superyó son
vividas por todo el clan como una advertencia de un peligro que toca a todos, como deslealtad al
ideal bajo el cual vive el grupo social.
Vayamos ahora a la obra:
En “Romeo y Julieta” encontramos, anunciada ya desde los primeros versos, una incompatibilidad
entre el amor y la Ley. Hay un hijo que ama apasionadamente lo que debería odiar. En Romeo este
amor va más allá del objeto: ora Rosalinda, ora Julieta, lo que las distingue es el sello de lo
inalcanzable.
Aquí no hay inocencia: el amor siempre está dirigido a objetos interdictos, desplazamientos de
ligazones incestuosas que nos hablan de un conflicto edípico sin solucionar. El desafío a las
interdicciones paternas pone a Romeo y Julieta nuevamente en la escena de una fusión materna,
cuyo destino es la tragedia. La sombra del tercero siempre está presente como condición del amor.
Aparece la clandestinidad como el paraíso de la pasión amorosa, ya que la infracción de la Ley es
aquí condición de la exaltación pasional, y realización de los deseos incestuosos.
Sin embargo, los mandatos de la filogenia se van infiltrando insidiosamente en escenas que llevan
el sello de la desmentida y que parecen ir construyendo, al azar, un destino trágico.
Y lo que quiso evitarse con el amor, aparece nuevamente. Estas repeticiones están disimuladas en
la obra bajo la forma de la casualidad y el malentendido. Una serie de procesos fortuitos parece
alejar a los protagonistas de cualquier escena que no sea la de la pasión amorosa.
Pero cuando Julieta exclama: ¡¡”Mi único amor nacido de mi único odio”!! denuncia que la
verdadera raíz de este amor es el odio preexistente cubierto por el velo de la idealización. Hay odio
en el origen de este fervor erótico, un odio que intenta negarse.
Sin embargo el llamado de los ancestros es poderoso y aparece en el lamento por el hombre amado:
-“Julieta:
¡Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? ¿Por qué no reniegas del nombre de tu padre y de tu
madre? Y si no tienes valor para tanto, ámame y no me tendré por Capuleto. No eres tú mi
enemigo, es el nombre de Montesco que llevas. ¿Por qué no tomas otro nombre?. Deja tu nombre
Romeo, y en cambio de tu nombre que no es cosa alguna sustancial toma toda mi alma.
Romeo:

43
si de tu palabra me apodero, llámame tu amante y creeré que me he bautizado de nuevo y que he
perdido el nombre de Romeo.”
Pero el nombre es una de las marcas y legados de los antepasados. Se teje a través de él una
urdimbre, una cierta continuidad psíquica de las generaciones. A los sujetos eslabonados en esta
cadena se les impone como vimos, aún antes de su nacimiento, un trabajo psíquico de
representación e interiorización de ese legado para transformarlo en algo propio. Este estandarte
genealógico actúa como un desplazamiento de la prohibición edípica.
Julieta pide la renuncia al nombre propio como prueba de amor. Romeo se ilusiona pensando que
puede desandar el camino de sus antepasados.
Ambos instan a una desobediencia de la Ley por efecto de la destitución de aquel que
tradicionalmente ha sido su garante: el Padre. Sin embargo es esta prohibición paterna contenida
en el nombre del amante la que en realidad determina el surgimiento de la pasión. Ambos conocen
que el otro les está prohibido.
Hay en la obra una exaltación del masoquismo moral donde lo imaginario, la fantasía, tiene más
peso que la realidad, la pasión crece en el desencuentro y la desobediencia. Un erotismo de raíz
incestuosa encubriría la tragedia. Podríamos hablar de una erotización de la muerte y el
sufrimiento.
Mientras la pareja vive sus momentos de amor son los otros los que toman sobre sí las obligaciones
familiares: hasta los personajes auxiliares Teobaldo, Mercucio, sustitutos de los protagonistas y
profundamente ligados a ellos por su genealogía y su edad, son llevados al sacrificio, convertidos en
víctimas desplazadas. Sus muertes conjuran al destino, intentando acallar la necesidad de castigo.
La transgresión activará los aspectos mortificantes del Superyó y la muerte aparecerá en el
horizonte como el único escenario posible para ambos amantes. La sangre cobra sangre, la especie
se impone al individuo.
Finalmente, como no podía ser de otra manera, Montescos y Capuletos se destruyen entre sí. No
quedan descendientes de estas familias. Detrás de los cuerpos de Romeo y Julieta, aparece el
cadáver de la madre de Romeo que se enlaza a su hijo en la tumba.
La escena final de reconciliación frente al Príncipe es una parodia entre dos viejos impotentes. El
crimen ya ha sido consumado.

Resumen
Algunas historias parecen de amor. El Yo se solaza en su nombre y la ilusión se adueña de la
escena. Sin embargo, las voces del Superyó sortean el señuelo: la sangre cobra sangre y el sujeto
“fin para sí mismo y eslabón de una cadena a la que pertenece más allá de su voluntad” cobra su
dimensión trágica. “Romeo y Julieta” nos enfrentará a las vicisitudes del Complejo de Edipo, la
transmisión transgeneracional y su correlato –la conformación del Superyó- como piezas angulares
en la construcción de destino.

Avatares en la vida de una adolescente. Entre la clínica y la teoría”.


Lic. Dolly Dolinsky13 , Lic. Irene Espósito

Freud escribe en 1924: “En la empresa científica no debiera haber espacio para el horror a lo
nuevo”.
Nuestra práctica nos enfrenta a veces con problemáticas muy difíciles de resolver si trazamos una
división tajante entre disciplinas. En la actualidad cada vez más nos vemos obligados a construir
nuevos caminos que nos ayuden a comprender las problemáticas por las que nos consultan.
La complejidad implica y exige un abordaje distinto de la realidad y del mundo que el que había
sido predominante en la tradición occidental. Esta nueva actitud consiste esencialmente en la
apertura de cada ciencia y/o disciplina a otras ciencias y a la filosofía misma, en su esfuerzo por
comprender los problemas y en la búsqueda de soluciones a los mismos. Los problemas no tienen
generalmente una única solución o respuesta, sino que existe más de una solución posible.

13 dollydol@fibertel.com.ar
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Las ciencias abrieron sus fronteras y están aprendiendo, además de sus propias certezas, la
incertidumbre, la inestabilidad, las variaciones, la necesidad de interdependencia. En una palabra,
estamos en la era de la complejidad.
En este trabajo nos proponemos pensar el trastorno de aprendizaje permitiéndonos generar
nuevos interrogantes, descubrir atravesamientos posibles, resistir al imperativo de la eficacia y
darnos tiempo, al decir de Winnicott, de experienciar.
De acuerdo con Silvia Bleichmar pensamos el TRASTORNO como el efecto de algún tipo de no
estructuración, o de algo que se ha planteado a nivel intersubjetivo como dificultad para producir
el ordenamiento necesario en el psiquismo del sujeto.
Queremos compartir con ustedes aspectos del proceso diagnóstico de una adolescente en el que
intervino una de nosotras. En él se priorizó una lectura dinámica del material.
La consulta fue por fracaso escolar. Creemos que este material puede ser ilustrativo de lo dicho
anteriormente.
La paciente, a la que llamaremos Nora, tiene 16 años. Es la menor de tres hijas mujeres. Los padres
consultan por problemas de aprendizaje a fines de febrero, cuando ya había aprobado sus materias
para ingresar a cuarto año.
Asiste a una escuela bilingüe.
Primera entrevista con los padres
Los padres de la adolescente consultan preocupados por el fracaso escolar reiterado de su hija que,
repitiendo situaciones de años anteriores, al terminar 3er. año se llevó siete materias. En la
actualidad, dicen, tiene una previa de Castellano y dos de Inglés. Para nosotras es significativa la
fecha de consulta, pues Nora ya había aprobado las materias que le permitían promover a cuarto
año.
Nora es la menor de tres hijas de una familia de clase media alta. Cuando ella nació, ya había
cambiado significativamente la situación económica de la familia. Los padres dicen que “es la hija
de la abundancia”.
Ninguna de las tres hijas fue deseada y hubo un cuarto embarazo que decidieron interrumpir.
Desde el comienzo de la entrevista me llama la atención la forma de referirse a Nora: no la
nombran, hablan de “ella” y permanentemente la comparan con sus hermanas mayores “que
siempre fueron tan buenas alumnas”. Sobre todo la del medio, que tanto intelectual como física y
socialmente, responde a todas sus expectativas.
También es recurrente el discurso peyorativo de los padres cuando se refieren a esta hija. Dicen:
“Nos acostumbramos a los malos resultados a partir de ella”, “Todos cumplimos las normas y ella
no”. Critican su cuerpo, su distracción y sobre todo sus mentiras.
Es paradojal que “la hija de la abundancia” sea tan pobre, no tenga ningún aspecto positivo.
Cuando intento recabar la historia vital de Nora, no la pueden reconstruir. Sin embargo comentan
que a los 5/6 años “tenía cara de insatisfecha”; “no quería ponerse bikini porque tenía pancita”.
Este discurso nos hace pensar en Freud cuando habla del estado base del psiquismo y en Winnicott
cuando habla de “estado de desamparo” que es el estado de un sujeto en sus primeras etapas de la
vida, cuando frente a una experiencia de displacer ha agotado sus propios recursos y no aparece la
ayuda que necesita.
Conozco a Nora
Tocan el timbre puntualmente y frente a mí se encuentra una jovencita de uniforme, agradable, que
dice ser Nora y que manifiesta que “prefirió venir sola”.
Su discurso parece al principio repetir el motivo de consulta de sus padres, manifestando estar
preocupada por sus notas y por su cuerpo.
Se reconoce poco estudiosa y lamenta tener pocos amigos. Envidia la situación de sus pares; dice:
“quiero, como los demás... ir a la escuela y pasar”. Concurre a la misma institución a la que
asistieron sus hermanas, que los padres le imponen, pese al deseo reiterado de Nora de volver a su
antigua escuela, donde cursó sus estudios hasta sexto grado y abandonó por decisión de ellos.
La modalidad de su discurso, coherente y rico, hace pensar en una persona mayor a su edad.
Sin embargo, afirma tener dificultades de concentración y una atención lábil. Su nivel de expresión
en los exámenes es confuso; esto hace que lo que estudia, mucho o poco, no se manifieste en sus
notas, que son muy bajas.
Poco a poco comienza a abandonar el discurso impostado y su diálogo se vuelve más espontáneo e
intimista.

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Confiesa entonces sus mentiras, especialmente una referida a la escuela y que parece pesarle
mucho: no sólo se fue en más materias de las que sabían sus padres, sino que en la actualidad hay
una previa que oculta, entre otras cosas, por “no angustiar a su madre” que reacciona gritando y
llora victimizándose. También confiesa mentir para no afrontar a los adultos.
Esto nos remite nuevamente al “estado de desamparo”. ¿Cuál es el problema de Nora? ¿Son
realmente las dificultades de aprendizaje?
Nora manifiesta no llevarse bien con sus padres. Casi no habla con la mamá y al padre lo ve muy
poco, y cuando esto ocurre, la relación es conflictiva.
Dice preferir el contacto con su hermana mayor, con quien comparte intimidades. Admira (y
envidia) a su hermana del medio porque “¡Es tan perfecta, todo le sale bien, tiene un cuerpo
bárbaro!”, además de sentir que es la preferida de los padres, la que no tiene conflicto con ellos y
de la que están orgullosos.
Hay prefijados dos días semanales para cenar todos juntos, a los que asisten los novios de las
hermanas. Para Nora esta cena es torturante, porque sólo se habla de ella, cuestionándola y
reprobándola.
Dice ser muy independiente, pero paralelamente envidia a sus hermanas que siempre fueron
llevadas por el padre a la escuela y en la actualidad a la facultad.
Asiste a una escuela de doble turno y cuando regresa a su casa está sola por muchas horas. Los
padres trabajan juntos en un comercio del que son propietarios y regresan muy tarde. Sus dos
hermanas tienen novio, van a la facultad y trabajan; también llegan tarde.
Pasa muchas horas encerrada en su cuarto, lo que irrita a sus padres. Periódicamente irrumpen en
la habitación de Nora sin golpear y a los gritos, no importa la hora.
En los gráficos de Familia se manifiesta claramente la imagen que Nora tiene de su familia, el lugar
que ella siente que ocupa en la misma y cómo le gustaría que fuera.
Frente a la consigna “Dibujá a tu familia tal como la ves” Nora la representa tal como la
describieron los padres en la primera entrevista: Una pareja.... y algunas personas alrededor,
casualmente las hijas, donde ella se ubica como la más distante.
En Familia Deseada, Nora dibuja a las tres hijas “entre” los padres, ella se ubica junto a la madre y
todos los integrantes están tomados de la mano. Escribe: “Más unidos”. “Conversación”. Felices”.
“Mi hermana mayor me comprende y me da consejos sobre mis problemas”.
En las entrevistas posteriores Nora continúa presentándose: una chica preocupada por sus fracasos
escolares, con falta de voluntad para todo (estudio, dieta, etc.). Además, identificándose con la
óptica de los padres, ella también se ve “gorda”. (no lo era).
Sin embargo, poco a poco comienza a aparecer la “verdadera Nora”: En su discurso manifiesto
repite la versión que los padres le dan de ella. En cambio en los gráficos su cuerpo es representado
sin señales de gordura. Queremos destacar la no coincidencia entre ambos discursos.
Es reiterativa la admiración (y envidia) hacia su hermana del medio, ya que ella, según Nora,
“Vendría a ser la preferida. No hay problemas con ella, siempre la alaban porque es muy estudiosa
y delgada. Además, a todo dice que sí y a su novio mis papás lo adoran”.
En el test de las Dos Personas, Nora dibuja hermanas gemelas, como expresando su deseo de ser
también ella tan querida como su hermana.
Siente que para ella, todo es no, incluso la comida, pues controlan su dieta, la retan si come algo de
más, se lo sacan y lo esconden (¿sólo esconden la comida estos papás?)......pero ella dice “¡Es para
ayudarme!”.
Si comparamos los gráficos de familia con el gráfico que responde a la consigna de dos personas,
notaremos una clara diferencia aparentemente madurativa entre ambos. Parecería que Nora se
siente muy chiquita, como si no hubiese crecido, cuando se dibuja junto a su familia. En cambio, en
otros vínculos, por ejemplo cuando se representa con un par en el test de las dos personas, o en su
actitud en las entrevistas conmigo, Nora es una adolescente madura para su edad.
En el relato del test de las dos personas, Nora habla de hermanas gemelas que comparten la
escuela y están mucho tiempo juntas, cosa que la hace muy feliz. Nos preguntamos por qué
gemelas. Tal vez Nora necesite sentirse “incluida” dentro del grupo familiar, tener posibilidad de
identificación y de comunicación. Tal vez el ser gemela la haría sentir más completa. Además
recordemos su deseo manifiesto de cambiarse de escuela, precisamente a la que va su amiga
íntima, que también se llama Nora.

46
Trabajamos este diagnóstico integrando permanentemente su discurso y los test que se .le
administraron. Resuenan en mí la reiteración de palabras a las que en el momento del diagnóstico
no pude darles la magnitud que tendrían después,
Manchar, engañar, mentir... parecían palabras atribuibles a la conducta transgresora de Nora.
Igual que en su vida real (luego confirmada), Nora salta en los relatos de las láminas del T.R.O.
(Test de Relaciones Objetales) de la transgresión a situaciones ideales y del amor al odio y la
muerte.......Sin embargo, se desliza permanentemente sus dificultades en el vínculo con los padres
y su deseo de una mejor relación con ellos.
Otro de los test administrado fue el de Autoconcepto, donde las respuestas de Nora parecen un
calco del discurso de sus padres cuando hablan de ella: “Me siento gorda”. “Hablo mucho en la
escuela. Me rateo”. “Hago todo mal”. Se le pregunta entonces qué quisiera hacer bien, y ella
responde: “El estudio, la dieta” Además se reconoce gritona (en una oportunidad anterior había
dicho que su mamá era gritona y que esto la molestaba).
Llama la atención la dependencia tan intensa que Nora tiene con sus padres, a pesar de manifestar
ser independiente, autosuficiente y contestataria.
Es permanente su necesidad de que alguien la escuche, que le preste atención.
Al tener que responder si se siente exigida, dice; “Mis padres me persiguen más de lo que me
exigen”.
Otra de sus respuestas es “Odio ir a la escuela, y a ésta más”.
Paralelamente a la dependencia anteriormente mencionada, hay respuestas que dan cuenta de su
lucidez frente a la problemática por la que consultan: dificultad para estudiar, confusión en las
respuestas
Durante el diagnóstico en oportunidades se desorganiza, como si hubiera una sensación de
despedazamiento y sus respuestas en ellas se empobrecieron.
En la casa, aparentemente se rebela, pero en realidad se asusta y se “bebotiza” y se pone a comer.
Su discurso remite a una Nora que se siente sola, vacía, cortada en pedazos, tal vez aludiendo a su
demanda de ayuda.
Parecería que Nora vive en situación de examen permanente. Ella dice asimilar y comprender
perfectamente los conocimientos, pero sin embargo, no los puede transferir ni conceptualizar.
Recordemos lo relatado por la mamá respecto a su examen de Lenguaje: ”La profesora que la
preparó dijo que Nora sabía muchísimo”. Sin embargo, en la situación de examen, donde la misma
profesora integraba el tribunal examinador, comentó que el desempeño de Nora, “fue
absolutamente confuso, se idiotizó”.... (¿Podríamos relacionarlo, por ejemplo, con su relato de lo
que siente en las cenas familiares?)
Tomaremos algunos momentos del tratamiento con el objeto de relacionarlos con los planteos
teóricos iniciales.
Dice Nora: “Me olvidé la plata...Todo me olvido....Me olvido los cumpleaños”. Al comienzo del
diagnóstico comenté la dificultad de los padres de Nora para recordar su historia
secuenciada....”En primero y segundo grado llegaba a la escuela sin mochila, mi hermana era la que
me hacía acordar”. ¿Los olvidos de Nora a qué remiten? ¿Por qué la cuidaba la hermana y no los
padres?
Podríamos asociar los olvidos de Nora con su situación familiar, en la que ella es de alguna manera
“olvidada”. Sólo se la registra desde lo negativo. Nora dice: “No me acuerdo ni lo que pienso”.
En otras oportunidades dice: “Cuando pienso trato de olvidar”... “Cuando estoy con alguien no
como tanto”...”Yo no me doy cuenta que estoy sola...estoy acostumbrada”...”Fui a bailar...no la
pasé, estuve”... “Yo necesito que no me larguen sola... más acompañamiento”...
Dice Sonia Abadi: “El aparato psíquico se constituye de las experiencias de proximidad y
separación con el otro, de satisfacción y frustración. Allí se crea ese espacio que el sujeto podrá
recorrer con su deseo, su pensamiento y su palabra...Aprendemos y enseñamos para ampliar el
espacio de pensar, de crear y también de vivir”. Pero Nora dice no recordar ni lo que piensa.
La consulta por Nora se realiza por su fracaso escolar y por transgresiones: mentiras y faltas
reiteradas a la escuela. Recordemos qué dicen los padres en la primera entrevista: “Todos
cumplimos con las normas, ella no”.
La situación de aprendizaje actual de Nora remite sin duda a su historia y nos desafía,
obligándonos a considerarla como totalidad y a buscar la falta de ordenamiento a nivel
intersubjetivo.

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Debemos ser capaces de abrirnos a nuevas posibilidades de pensamiento y comprensión, a nuevas
premisas, de ampliar nuestra óptica (y nuestra formación). Sólo así podremos pensar a y
comprender la paciente. En este sentido, integrar es inevitable ya que nunca un sujeto está
separado de la producción de sentido. Morín lo llama “pensamiento relacional o pensamiento en
redes.
Dijimos al comienzo citando a Freud: ”En la empresa científica no debiera haber espacio para el
horror a lo nuevo”.
Epílogo
Meses después de haber suspendido el tratamiento, me informan que los padres de Nora están
presos, acusados de asociación ilícita.

Resumen
Nos proponemos en esta presentación abordar el trabajo interdisciplinario a partir de la
perspectiva de la complejidad.
Entendemos que el mismo debe ser pensado como un saber integrador, que considere al sujeto
como una totalidad.
Intentamos revisar los bordes de nuestra práctica y nuestra teoría. Para ello partimos de la
constitución del aparato psíquico y sus vicisitudes para abordar el tema del pensamiento y del
aprendizaje.
Los paradigmas de la complejidad dan apertura a nuevas dimensiones conceptuales que nos
permiten reconsiderar nuestras fronteras disciplinarias para pensarlas y ponerlas a trabajar.
En la actualidad, a veces promovemos disociaciones en nuestra manera de abordar los problemas,
aferrados todavía a conceptos de la modernidad.

Entre el orgullo nacional del coraje y la humillación


Entre Superman y Clark Kent
Dr. Gustavo Dupuy14
Ayer vi a un niño jugando
A que mataba a otro niño
¿Quién le dirá cuando crezca?
Que los hombres no son niños.
N. Guillén.
Quien les dirá mientras niños
Que el sufrimiento que producen
Es espejo del sufrimiento propio.

Los humanos fuimos reemplazando la piedra y la masa por el gesto y luego por la palabra. Mucho
tiempo después por cuerpos de reglas y leyes.
La modalidad de la estructuración nacional se basó en la entronización de grupos regionales de
poder liderados por los caudillos que lograban su prestigio en la demostración de ferocidad y la
capacidad de hacer las reglas. Esta estructura fue siendo domada, en la medida que un cuerpo de
leyes comenzó a regir al país. Leyes y garantías se fueron entretejiendo para evitar los abusos. La
división de poderes, fue una de las mayores conquistas de los fines de 1800.
Pensar que el estilo del prestigio nacional del coraje era solo por ausencia de la ley, es en parte una
simplificación. Nosotros, herederos de los primates, identificados atávicamente con ellos
conservamos resabios de la ley del más fuerte. Cuando en la selva primitiva, un primate se cruza en
un camino con otro, rápidamente tiene que procesar gran cantidad de información. Si el otro es
macho o hembra, si es de la misma tribu, si es jerárquicamente superior o inferior y si está
dispuesto o no de disputarle el liderazgo.
1. Consultan por Pedro, un día llega al colegio y todos se ríen. Al rato comienzan a decirle boludo,
coreando. Resulta que habían organizado el concurso "DEL MAS BOLUDO" y Pedro lo había
ganado. Se fue llorando de la clase incrementando el sadismo del grupo. Nunca quiso volver. El
colegio tuvo una charla personal en el patio con el líder. Colegio confesional de enorme prestigio

14 gudupuy@gmail.com Médico, Psicoanalista. Especialista en Psiquiatria. 11 5648 8511 - 11 5722 7300.


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en San Isidro con gran parte de las familias patricias. Le mandaban a Pedro las tareas para que las
hiciera en la casa y finalmente le "regalaron la promoción a primer año.
Este ejemplo, reúne casi todas las variables mencionadas.
El sostenimiento del liderazgo a expensas de aplastar, humillar al diferente, por diferencias físicas
por carácter por color o creencia.
El colegio, el sistema complaciente con “el no te metas”. A riesgo de ventilar temas contraviniendo
al estilo de "los trapitos se ventilan en casa"
Esto se repite en los colegios que defienden su prestigio y posición social más que a su alumnado.
-Sí, sí, claro sabemos, pero… son cosas de chicos.
La defensa que los padres hacen del hijo es pobre y también quedan identificados con los ofensores
ya que no siguen una regla que es necesaria y daría a su hijo oportunidad de remontar con esfuerzo
el sitio en que quedó. “ofensas privadas, disculpas privadas, ofensas públicas disculpas públicas y
retrabajar en el colegio estos temas restituyendo también una ley, que ya vimos, ellos mismos están
dispuestas a trasgredir.
Lo que se ve en estos casos no es que no haya leyes, es peor que existan pero no se cumplan y este
incumplimiento no genere pena ni culpa ni arrepentimiento. Queda reafirmado para el alumnado
la viveza como camino al éxito
ENTRE SUPERMAN Y CLARK KENT
Los ideales de perfección imponen un freno, extendiendo la idea de “defecto” a toda diferencia con
una supuesta normalidad.
El “todo bien” es el símbolo de una posición normatizadora /normalizadora cuyos efectos se ven
especialmente en la medicina y en la pedagogía.
El hombre, necesita presentarse sin falla, como un Superman cotidiano quedando inhibido de
presentar debilidad alguna a riesgo de quedar como un ridículo Clark Kent. A la vez el gasto
enorme para mantenerse Superman es tal que va produciendo una despersonalización creciente.
Cada vez más tiene que ocultar sus sentimientos y actuar según su disfraz.
Vivir al palo o sucumbir, quedar fuera del sistema.
El verdadero problema es que las exigencias epocales lo arrinconan cada vez más teniendo, en el
estilo de la tolerancia a los fármacos que aumentar la dosis de su apariencia perfecta para calzar
en el Procusto de la época.
Este forzamiento, hace inevitable que se transparente la debilidad o la disociación necesaria para
tolerar las vicisitudes de la sociedad.
Este padre sin falla, deviene en débil contenedor de la prole. ¿Cómo puede un padre que debe
mostrarse sin falla, manejar las “fallas” inherentes al crecimiento? El simple no saber, necesario
para aprender se hace intolerable en estas condiciones.
Así como es arriba, es abajo. Esta sentencia que proviene de los esotéricos, se cumple en la cadena
ascendente que necesitamos para sostener la ley. Si vemos en los de arriba fallas, transgresiones,
impúdicas, se van cercenando los modelos de aprendizaje. Los modelos de identificación.
Si el padre de familia, o quien cumpla el rol de tal para el hijo, va sintiendo que las reglas de la
sociedad se mueven acorde a los intereses de quienes gobiernan, lo que se va rompiendo es
justamente el valor de la ley que nos trasciende.
Cuando un padre produce una interdicción en el deseo incestuoso de sus hijos, no está exhibiendo,
al estilo del padre de la horda primitiva el privilegio de ser propietario de las mujeres, está
enunciando una ley que él también tuvo que cumplir con su madre.
Esta circunstancia le da a la ley paterna validez y efecto tranquilizador al devenir en las reglas
que todos cumplimos.
El padre caído de esta manera, queda hermanado a su hijo.
La época presiona para que niños y adultos se sostengan en la posición de la necesidad
perentoria del lactante.

Que no pene, que no sufra, que no le duela, que no desee.

Este fenómeno de anulación del “defecto” -cuanto más rápido mejor-, subordina el deseo a un
modelo común.
La extensión de esta prohibición a toda manifestación de Eros, esto es a todo deseo que nos
singulariza, tiende a la tranquilizadora anulación de todo historia de vivencias y con ello de todo
conflicto.

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El deseo patentiza la falta, enuncia el estado de necesidad, hace presente al “defecto”.
Vemos, por un lado la caída de la ley, por ende del padre con la asimetría imprescindible para su
sostenimiento. Por otro, y actuando sinérgicamente, desde el otro lado del fenómeno, la exigencia
del SIN FALLA. Una condena al fracaso y la exacerbación de todo fenómeno de discriminación.
TODOS ESTAMOS CONDENADOS A FALLAR.
TODOS REPUDIAMOS LA FALLA. LA FALLA EN EL OTRO SE HACE VISIBLE, Y
REPUGNANTE LA PROPIA.

LA ELECCIÓN DE LA VÍCTIMA O, DEL MALTRATADO


Es frecuente que la persona elegida para el maltrato participe de alguna manera en esta elección. 15
El que porta una diferencia física, el más tímido, el más pobre, el más agraciado, el extranjero.
La pasión por nivelar o el mismo prejuicio que habita en algunos docentes de pesquisar y rechazar
a los diferentes es razón de la patologización, que es una manera de maltrato escolar o de la
estigmatización que transformará la vida del “blanco” en un infierno.
Patologizar las singularidades y medicalizar las diferencias es una forma de maltrato realizado por
la comunidad educativa y médica hacia los niños.
Estas acciones legalizan la consideración de Juan o de Pedro como “el diferente”, “el Enfermo”.
Si bien son dos formas de violencia que responden a distintos amos, en un punto se tocan, en el
mandato epocal de la normalidad y la felicidad plena, sin mancha, sin falla.
Las razones últimas de la elección del niñ@ blanco no siempre son conscientes en el líder ofensor.
También pueden actuar vivencias de sí mismo que repugnan a éste.
La vista del “defectuoso” pone en evidencia la posibilidad de la finitud, de la falta propia.
La misma razón conocida desde todos los tiempos por la cual en banda el hombre suele ser más
valiente ofensor. Hay piropos o insultos a una mujer en la calle que no serían dichos por hombres
solos y sí son dichos en banda. Esto habla de que esas ofensas son para exhibir atributos a la banda,
a la tropa. En este panorama, la víctima no es más que una excusa, salvo que medie algo personal.
Vamos a pensar este tema desde la “víctima” y las posibles derivaciones.
Considerando que quien habla cree como casi como único dogma en la singularidad, y pensando
que los ideales epocales desprecian a Clark Kent así como conservan la ilusión de lo perfecto y
potente encarnado por Superman. En el juego ofensor/ofendido se reedita en parte a
Superman/Clark Kent.
El título más que de “el ofendido” habla de “el Humillado”. La humillación nos habla de un fuerte
deterioro de la consideración de sí mismo y produce una profunda infelicidad en quien la padece.
Esta humillación está poblada de fantasías de retaliación e impotencia.
Impotencia que, de no lograr que sea mediada por la palabra puede, en casos producir acciones
contra sí mismo, llegando al suicidio o reacciones brutales como hemos conocido en niños que
terminan matando a los compañeros. En este caso sus enemigos no son solo los ofensores sino
todos aquellos ante quienes fue denigrado.
La posibilidad de que medie la palabra y dé curso a mejores salidas de esta situación también
dependen de la familia y de una escuela que no marche al paso del Prestigio del coraje como se veía
en muchas escuelas inglesas en las que lo valorado era quien podía defenderse solo aunque hubiera
lesionados.
Daniel a los 11 años le cuenta a su padre que lo burlan porque usa audífonos. La primera fantasía
del padre es ir a la escuela, furioso. Le pregunta que quisiera que hiciera. Comienza a preguntar y le
dice que quien lidera es un compañero. El padre le pregunta si no puede defenderse, cuando éste lo
empuja.
La respuesta llamativa de Daniel es.
-Papá ¿Cómo le voy a dar una piña en la cara?
El padre percibe que el enojo contenido de Daniel lo haría tomar una medida a su propio juicio
excesiva. Charlando llegan a la idea de que trate de usar la palabra o las manos sin golpear. Hecho
esto el líder ofensor se fue llorando, más por su propia humillación al ser burlado por Pedro. Las
burlas cesaron y Daniel pudo hablar de su sordera mostrando sus audífonos a los compañeros.

15Juana en reciente duelo por su padre, me dice llorando. Quisiera que esté, aunque sea para pegarme. Sus primeros 3 novios fueron
pegadores.
50
.
En algunos casos una intervención familiar logra lo que en otros requiere de una intervención
psicoterapéutica que descubra con el niño lo que le sucede. Llega Mario, 16 años, 1.90 de estatura,
muy robusto. Enorme timidez, al igual que el padre que sólo viene en la entrevista inicial, a pesar
de mis pedidos de que acuda a alguna otra conjuntamente con Mario.
Nadie le habla en el colegio si no es para burlarse.
Mario habla con un hilo de voz. La discordancia entre su aspecto y sus formas de acción lo hacen
blanco de múltiples cargadas que aumentan su retracción.
- Por qué hablás tan bajito? (Insisto ya que no entiendo bien qué dice)
- (Hace un gesto levanta los hombros)
- Quien habla así?
- Mi viejo
Comienza a hablar de sus compañeros primero como estúpidos, y va avanzando hasta “inútiles”,
malos. Se sienta muy cerca para que lo pueda escuchar, pero, en inútiles levanta la voz.
- Alguien te pega en tu casa?
- Ahora no, antes mi papá me pegaba
- (Sonríe) (el padre es un poco más bajo que yo. Él me lleva una cabeza)
Comenzamos a pensar juntos acerca de que fantasías tiene acerca de ellos y por qué no logra
defenderse. Aparece al igual que con Daniel fantasías de golpear pero brutalmente o, vengarse. Lo
invito a una acción no muy ortodoxa, me paro y le pido que sin golpearme me empuje,
- (se ríe) Como voy a hacer eso.
- Los dos queremos saber por qué lo estás pasando tan mal.
Después de un rato lo hace, a pesar de pararme para que no ocurra, me vence con lo que caigo en
mi sillón.
(Se ríe mucho y yo también)
La intención era mostrarle que podía cortar un circuito de agresión sin dañar.
-No era tan difícil.
Esa sesión comenzó a hablar con una voz audible, cosa que le señalé.
(Un mes después)
- vino una chica y me dijo que ella no me hablaba porque creía que yo los despreciaba ya que
no les hablaba nunca.
Este colegio parroquial de similares características a los colegios estatales fue permeable a
entrevistas conmigo y consultaban como ayudar a Mario.

51
Encontrar en el análisis el goce del paciente que se hace vulnerable no implica
acordar con los teóricos, a mi juicio perversos, que son capaces de justificar la
violencia por que el niño, o la mujer o, el que está en el lugar de debilidad, son
provocadores.
Podemos avanzar y decir que un niño no siempre tiene oportunidad de decir NO.
Observamos diversos mecanismos que tienen varias condiciones comunes.
Una la ignorancia consciente de la ley.
La necesidad de castigar la diferencia, de condenarla porque es evidencia que existe, porque estas
diferencias representen o no fallas, faltas, amenazan con ser espejos de las propias. Porque, como
en el caso del dibujo de Tonucci, hay una imaginaria normalidad que no sólo varia epocalmente
sino en la singularidad de quienes imponen las normas.
Apuntamos al título de esta charla que quien impone las normas es, en estos tiempos el que se
muestra más osado, más feroz. No es casual que estos líderes ofensores suelen ser reclutados para
bandas de delincuentes adultos.
Que este problema desplegado nos habla de situaciones heroicas consistentes en el desafío de
atravesar lo prohibido, aunque eso prohibido sean leyes universales.
Que para que esto se produzca tiene que haber una caída de la autoridad en dominó.
Que la caída de los ideales jerarquiza a “la viveza” y otorga autoridad al que sabe transgredir mejor
sin ser descubierto.
Que en esta caída los docentes están incluidos, deviniendo muchas veces en víctimas temerosas de
sus alumnos.
Que en los colegios privados en los que los alumnos son renombrados como “clientes”, se agrega la
necesidad de conservar el prestigio invisibilizando todo conflicto lo que lleva a salidas perversas
como en el primer caso, o a medicalizar al niño que perturba con la connivencia de algunos
médicos y los laboratorios siempre dispuestos a vender sus productos.

El enactment y el uso del objeto analista: Análisis de un niño que


padecía acoso escolar
Lic. Antonia Foti16
Resumen
El enactment como modo de asignación de un rol en el juego por el paciente, pero a nivel
inconsciente y como puesta en acto de sus relaciones de objeto internas constituye además la
oportunidad de usar al objeto analista y su particularidad para la elaboración de situaciones
traumáticas.
El acto del analista es, en este caso, un acto interpretativo en sí mismo en un primer momento, que
luego es procesado de otra manera a la habitual en el niño, en un segundo momento permite una
elaboración a posteriori, es ahí cuando entonces se hace posible la aparición de la historia.

Bibliografía:
Bollas, C. (1989). Fuerzas del destino, Buenos Aires, AE (1993)
(1987). La sombra del objeto, Buenos Aires, AE (1991)
Freud, S. (1905). El chiste y su relación con lo inconsciente, T VII, Buenos Aires, AE.
---------- (1912). Dinámica de la transferencia, TXII, Buenos Aires, AE
---------- (1920). Más allá del principio de placer, TXVIII, buenos Aires, AE
---------- (1927). El humor, TXXI, Buenos Aires, AE
Krakov, H. (2010). Estudio sobre el concepto de Agieren. Revista de Psicoanálisis de A.P.A., T: LXVII, Nº3,
Bs.As.
Liberman, D. y otros. (1981) Semiótica y psicoanálisis de niños (1983), Buenos Aires, AE
Rodrigué, E. (1963) La interpretación lúdica, Revista de Psicoanálisis, A.P.A Vol. XX, Nº3, Buenos Aires
Winnicott, D. (1971). Realidad y juego. Editorial Gedisa, Buenos Aires

16 antonia8@hotmail.com APA
52
Sofía. Decisiones del analista en el tratamiento con una
adolescente con depresión. Presencia y vincularidad
Lic. Patricia Linenberg17
BREVE DESCRIPCION CLÍNICA
Conocí a Sofía cuando tenía 15 años, me pareció muy delicada, bella y frágil. Sus preocupaciones se
relacionaban con las constantes y estériles discusiones entre el padre y la hermana que habían
concluido con la suspensión de la concurrencia de esta única hermana a la casa paterna hacía ya un
año. Esta situación le producía mucha tristeza que era contrarrestada, a veces, con la satisfacción
por el estudio y por la música.
La madre pidió la consulta muy preocupada por sus estados depresivos, en contra del padre, que
quería que consultara con su mismo terapeuta.
Desde el comienzo del tratamiento Sofía comentaba que su ansiedad con la alimentación y el
exceso de peso, estaban en relación con el dolor por el divorcio de sus padres que había sucedido
cuando ella tenía 5 años. Sentía mucha presión y miedo ante el padre si bajaba el nivel académico y
se angustiaba porque la madre no la dejaba ir a dormir a casa de amigas o a salir de noche a bailar.
De todas formas, necesitaba encontrar en los “otros” las causas de los acontecimientos que le
tocaban vivir. No se reconocía responsable de los atracones ni podía registrar que era ella la que
debía ejercer el control sobre sus impulsos y no los demás. Si bien presentaba vulnerabilidad en la
autoestima, que denotaba un déficit en la investidura primaria, no había en su vida signos de
aislamiento social. Cuando las tentativas de restañar este déficit a través de intentos omnipotentes
de autocontrol de sus necesidades de sostén y reconocimiento fracasaban, caía en escenas de
angustia y dependencia. Su posición en relación con la sexualidad era muy infantil. Uno de los
conflictos inconscientes se caracterizaba por el terror ante la fantasía de pérdida y abandono ante el
dilema de alejarse emocionalmente de sus padres, o caer bajo la amenaza de quedar atrapada y
asfixiada si se acercaba. En el relato de la paciente cada vez se hicieron más vívidas y reiteradas las
escenas de peleas e irritación entre Sofía, la madre y la hermana por la imposibilidad de dialogar
que le causaban mucho dolor.
Fue en ese momento que decidí proponerles sesiones vinculares, simultáneas al tratamiento
individual de dos sesiones semanales.
VIÑETA CLÍNICA CON SOFÍA Y SU MADRE
En medio de ese proceso que se mantuvo por muchos meses, esta es una entrevista a la que
concurren la madre y Sofía dado que la otra hija no pudo asistir. Era un momento de mucha
tensión familiar ante el conflicto con el padre por una demanda de aumento de cuota alimentaria.
Comienza explicando la madre: “Ahora hay un motivo muy puntual para hablar. Me resulta muy
difícil conversar con Sofía de esto y decidí que quiero que lo hagamos acá”. Sofía, atenta a la
observación de la madre, y asintiendo con su cabeza, agrega: “Yo también prefiero”. Continúa la
madre: “Cuento un poquito los antecedentes, Sofía tiene ahora mucha carga con este tema del
juicio y quiero que tenga menos. El padre me mete el dedo en el culo, renguea severamente cuando
se trata de meterle la mano en el bolsillo. En Julio inicié una mediación y fue a juicio, empezó a
torturarme con el tratamiento psicológico de Sofía, a asustarla, pero no se ocupó de llevarla al
médico, cuando se sentía mal y la amenazó que no iba a hacerse cargo de ella los días que iba a su
casa si no intervenía en el juicio a su favor”.
OBJETIVOS DE ESTE TRABAJO:
1) Reflexionar sobre la noción de presencia.
2) Reflexionar acerca de la indicación del dispositivo vincular durante el tratamiento individual.

REFLEXIÓN SOBRE LA NOCION DE PRESENCIA


A esta altura, me sentía incómoda, con pudor, al ser testigos Sofía y yo de una escena íntima de tipo
anal que no transcurría en secreto y que expresaba una modalidad naturalizada de comunicación
familiar entre ellas. Este momento, como efecto de presencia, me resultó violento, y requirió una
intervención que describiera esta situación. Es decir, había una sobre imposición de presencia que
generaba como efecto el no tener en cuenta al otro como otro, que iba más allá de un déficit de
represión. El comienzo de la sesión vincular en que la madre comentó: “Me resulta muy difícil
conversar con Sofía de esto y decidí que quiero que lo hagamos acá”, convoca el fenómeno de

17 patlinenberg@gmail.com APA
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presencia con diferentes significados. Nos hace pensar en la existencia de diferencias conscientes e
inconscientes que posibilita este tipo de encuadre. Diferencias en las que la presencia del analista
puede simbolizar varias dimensiones, más allá de la clásica de ser el tercero que posibilitaría la
simbolización.
Desde un nivel descriptivo: Ambas dan por sobreentendido que el relato dispone de un espacio y
un tiempo que lo hace posible, que es el del dispositivo vincular. Ambas consideran que es un
espacio privilegiado para que este tipo de anuncio pueda ser exteriorizado con la garantía que va a
ser escuchado “de otro modo”.
Desde una dimensión intrasubjetiva 1) La presencia funciona a modo de barrera de para-excitación
contra impulsos que de otra manera se desbordarían, provocando excesos. 2) La presencia genera
una sensación de sostén y contención donde lo dicho no es vivido como algo peligroso que puede
destruir. El relato pasaría a ser “audible” por el “otro”, no sería anulado por mecanismos
proyectivos ya que cuentan con la confianza que la presencia del analista va a “hacer algo” contra
esta amenaza que se repite afuera de la sesión, invalidando la posibilidad de comunicación.
Desde que había comenzado el juicio por el atraso alimentario, Sofía estaba pasando por un
período muy agudo de alteración alimenticia en el que había engordado casi 20 kilos en tres meses.
El trastorno de la alimentación está en el límite de la simbolización. Ella se identificaba y “cargaba”
inconscientemente con los otros al no poder diferenciarse y producir un vínculo con ellos. Fallaban
las fronteras entre el adentro y el afuera, el “Yo piel al que se refiere D. Anzieu era muy débil. Se
“tragaba” los conflictos al no poder simbolizarlos, o promovía el odio de los demás con sus
conductas infantiles provocadoras y desconsideradas. La ingesta compulsiva tiene también un
carácter vengativo inconsciente, el resentimiento la captura en la atemporalidad.
Por incorporación, identificación e introyección con el objeto frustrante, ataca al sujeto dañando su
belleza, tragando el odio sin filtros, abriendo la boca cuando tendría que cerrarla, o expulsándolo
masivamente, agrediendo verbalmente al otro. Si bien el problema jurídico se refería al juicio por
el “atraso” en la cuota de alimentos, había un “atraso” que necesitaba ser simbolizado y se refería
por un lado, a que no se estaban alimentando afectivamente de la relación entre ellas y por otro,
que había algo para lo que el tiempo no había pasado, que no era grato escuchar y que las obligaba
a estar ubicadas en dos tiempos distintos: un tiempo anterior al conflicto, (el del padre compartido
en familia), y el actual, el padre que ya no era compartido.
Presencia es lo que está fuera de la representación, no se inscribe como objeto, es algo nuevo. (1)
Sofía pretendía defender el análisis buscando un espacio que pudiera arreglar algo que ya no tenía
vigencia, es decir, para “arreglar” debía elaborar la pérdida y construir nuevamente.
El trastorno alimentario tiene también una dimensión vincular: su aspecto había cambiado y
provocaba reacciones diferentes. Para hablar en presencia, las dos tienen que tener voz. Sofía está
ahí, pero está ausente para la madre ya que ésta no tiene ningún reparo en hablar del tipo de
vínculo perverso que la mantiene unida al ex –marido como si su hija no estuviera presente ni yo
tampoco. Por lo tanto, habría dos tipos de cuerpos: El biológico que es el que habla la madre y el
otro cuerpo que es el investido, el de la presencia, es el cuerpo que requiere que alguien lo vea para
que no sea una ausencia. Genera un fenómeno distinto al biológico, es un cuerpo investido por la
relación y por la circunstancia y no es el mismo en distintos momentos.
REFLEXION ACERCA DE LA INDICACIÓN DEL DISPOSITIVO VINCULAR DURANTE EL
TRATAMIENTO INDIVIDUAL.
La decisión de incluir el dispositivo vincular está relacionada con el punto de vista que sostiene que
la relación construye a los sujetos involucrados en ella. Esto se refiere a pensar al vínculo como
algo nuevo desde donde cada sujeto puede construir su singularidad, es decir que devendrán otros
al estar en esa situación. El predominio del mecanismo de identificación proyectiva que
predominaba en el espacio individual encontraba un tope en el dispositivo vincular.
La subjetividad se vio afectada y alterada en las situaciones de presencia. Me sentía testigo y parte
del estado de sorpresa ante lo que “desencajaba” y excedía lo proyectado por las representaciones
previas. Lo inédito iba haciéndose un lugar, produciendo una alteración cuya señal era la
“sorpresa” que se refería a modos nuevos de escuchar e intervenir. Por ejemplo: ¡Ah!!! Era la
expresión más frecuente en la madre ante los comentarios en que Sofía relataba la angustia y el
dolor que le producía la violencia entre ambos padres. Parecía que por primera vez podía percibir
algo que le era ajeno, que la descolocaba, generándole sensaciones e ideas diferentes a las
habituales.

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En otra sesión donde estaban las tres, la hermana le decía a la madre: “No paro de sorprenderme y
me impacta muchísimo cómo vos escuchas acá y haces comentarios que suenan a respeto, a ver al
otro y en casa no. Me genera tanta bronca y desconfianza porque continuamente nos imponés tu
manera de ver y de pensar como la única posible y verdadera, me sorprende la capacidad que tenés
acá de autocrítica y afuera no”.
Considero el carácter de “sorpresa” como algo significativo que le otorga fluidez al campo de la
relación, donde no hay anticipación ni repetición y por eso desconcierta. Para que esta sorpresa
deje marca requiere del trabajo de aceptación de la paradoja que impone su presencia y su lejanía y
lograr un cambio de situación que nos modifica a todos. Fue así que dejándose imponer por lo
inédito de las situaciones de presencia, madre e hijas pudieron escuchar y trabajar lo desconocido
del resentimiento y lo rechazado del dolor de cada una, dolor que requería se le hiciera un lugar
para ser pensado y representado, y fueron capaces de imaginar algo inédito como fue la decisión de
interrumpir el juicio y lograr un arreglo extra judicial con el padre, que les produjo un gran alivio a
todos.

(1) Tomando algunas ideas de I. Berenstein y J. Puget, presencia se liga a opacidad, se opone a ausencia. La
presencia es lo más específico del sujeto, está sostenida por el cuerpo, por la percepción, acepta la representación que de
él tiene el otro, pero no queda agotada en ésta. Impone una marca, es efímera, sorpresiva y se conecta con el ahora. No
puede ser prevista, se sostiene en lo ajeno del otro que es diferente a lo ajeno del Yo y esto impone un trabajo constante
en cada situación, que implica hacerle en la mente un lugar sin anularla, sino actualizando y modificando el vínculo.
Presencia depende de lo que dos o más hagan en cada situación, de lo que produzcan en ella ante lo que se les impone
como nuevo y los descoloca por efecto de lo ajeno. Les impone crear algo inédito entre ellos para y desde cada situación
que los modifica a ambos. El tema de la sesión es que una diferencia radical madre/hija trata de ser minimizada hasta
casi llegar a ser anulada por un puente que es el padre. El enojo de la madre es con el ex marido. Intervenir en presencia
se refiere a diferenciar lo que es padre para una y lo que es marido para la otra. Sofía ve afectada la relación con el padre y
la idea que se trata de la misma persona es un equívoco que requiere una intervención. Esta experiencia viene bien para
explicitar que la relación con “otro” es de carácter diferente. Por ejemplo, poder comprender que una manera era estar
con la madre, reconocerla y escucharla y otra muy diferente consistía en asistirla y cargar con ella. Sofía decide entonces
firmarle un recibo al padre por un dinero que ella recibió, porque es el padre y no el marido.

Solo... ¡No puedo!


Lic. Adriana Graciela Mecca18

Donald Winnicott

7 de abril de 1896 - Plymouth, Devon, Inglaterra


28 de enero de 1971 - Gran Londres, Inglaterra

Frases de Donald Winnicott: Médico pediatra y psicoanalista inglés, autor de "Escritos de psiquiatría y psicoanálisis"
(1957), "El niño y la familia" (1957) y "Realidad y juego" (1971).

“Para dominar lo que está afuera es preciso hacer cosas, no sólo pensar o desear, y hacer cosas lleva
tiempo. Jugar es hacer”.

“En el juego, y solo en él, pueden el niño o el adulto crear y usar toda la personalidad, y el individuo
descubre su persona solo cuando se muestra creador”.

18 licameccagilly@yahoo.com.ar
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Martín, de 12 años, fue derivado a tratamiento psicopedagógico clínico con diagnóstico de
Debilidad Mental. Su padre manifiesta preocupación por las “crisis” de agresividad, ante
situaciones que le provocaban frustración o desagrado. Se dispersaba mucho y deambulaba. Los
padres se separaron cuando él tenía 4 años. Vivió con su madre y dos hermanas adolescentes hasta
los 11 años, momento en que el padre se lo lleva a vivir con él y su esposa actual (que rechazaba a
Martín) y dos hermanitas de 2 años y 6 meses.
Cuando lo conocí, se presentó con las conductas inherentes a un débil mental, con respecto a la
forma de hablar, de mover los brazos y manifestando cierta dificultad fonoarticulatoria, las que han
ido desapareciendo en el transcurso del tratamiento. Durante dicha sesión, manifestó que le
gustaba jugar a las adivinanzas y realizó la siguiente: -“Un chico, “ootoo” chico, no yo eh!!, que pasa
por el agua y no se moja y pasa por el fuego y no se quema ¿”qué” es?...” y respondió: - “La
Sombra”. En la escucha, me pareció relevante que se refiriera a “un –ooootooo- chico” y en la
pregunta se interroga por el “qué” y no por “quién”…es. Y en la respuesta, pude escuchar “qué” es
Martín, “La sombra” de quién-quienes??, él parece sentirse así… “no siendo”, no “es”, no habitando
en su “ser”.
Frente a los objetos de conocimiento, se angustiaba, aumentaba su ansiedad, se tensionaba y
experimentaba una muy baja tolerancia a la frustración; lo cuál se vincula con la relación objetal y
la respectiva presentación de objeto desde la teoría de Winnicott. Al respecto, los mismos, se le han
ido presentando gradualmente y en la medida de sus posibilidades, que constituía el momento casi
justo para que él mismo pudiera crearlos, dentro del dominio mágico, omnipotente de su mundo
interno y así, iría viviendo breves experiencias de ilusión a la vez que se iban graduando y
aumentando experiencias que representaban una menor adaptación a sus necesidades para que
fuera creciendo en él la recurrencia de experiencias de desilusión, enriqueciéndose con fragmentos
del mundo externo cada vez más objetivo; proceso básico en la línea de desarrollo, que va de lo
subjetivo a la objetividad y la psicoterapia es un espacio que ofrece la posibilidad de favorecer el
completamiento de experiencias, proceso que se fue desplegando a lo largo del tratamiento.
Martín, utilizaba una camioneta de plástico desarmable, como su objeto transicional más
significativo, por medio del cual desarrollaba sus juegos y me asignaba roles que yo desempeñaba y
a través de los mismos iba introduciendo modificaciones para ayudarlo a resolver algunos de sus
conflictos más angustiantes, como son: el desarmarse, la regresión a estados de no integración, el
caer para siempre; la separación, el abandono y la pérdida de objetos importantes de amor; y sus
imposibilidades de un ego débil al cual le costaba organizar y catalizar ciertas experiencias
traumáticas que ha vivido, de privaciones del medio ambiente. Así, al jugar, podía manipular
fenómenos exteriores al servicio de sus fantasías, y también investirlos de gran significación a
través de las mismas; de tal manera podía exteriorizar las fantasías de su mundo interior,
comunicar lo que sentía, lo que pensaba, lo que imaginaba; en definitiva, lo que le pasaba; y por
medio del juego y su respectiva manipulación de objetos y situaciones externas, podría ir
enriqueciéndose su realidad interior y así también, se podía esperar que pudiera ir resolviendo los
profundos conflictos que lo aquejaban.
Al principio, Martín manifestaba mucha desconfianza de la terapeuta, dado que por transferencia
proyectaba el tipo de vínculo que había establecido con los adultos hasta el momento. Para lograr
ese sentimiento tan importante de “confianza básica”, me ofrecí como un objeto, tal vez, también
transicional: armado, entero, seguro, tranquilo, dulce a veces, y otras, cuando era necesario más
firme y limitante; de todas formas, me ofrecí como objeto continente, sedante, afectivo, sostenedor,
características que se transfirieron al espacio terapéutico, que se convirtió en uno digno de
confianza para él, para comunicar sus elementos no integrados, incoherentes; y yo lo esperaba,
sosteniéndolo, para que al aparecer por vía regresiva la dependencia, la utilizáramos para
permitirle el desarrollo que parecía haber quedado inconcluso.
En una sesión en que Martín deseaba llevarse un lápiz del consultorio y manifestando conocer las
normas del tratamiento de no poder “llevarse” las cosas del mismo, ante mi negativa y mediando
alguna explicación para reforzar las normas del encuadre, él comenzó a jugar que se “desarmaba”
como “desinflándose”, tirándose sobre mí y rogándome que le permitiera llevárselo. Lo sostuve con
mi cuerpo y mis brazos, pasándolos por debajo de sus axilas, él se colgaba como un bebé
expresándome su profundo afecto hacia mí. Le manifesté que si él pensaba en mí cuando no estaba
en la sesión, en lo que hacíamos y conversábamos juntos, podría darse cuenta de que me llevaba en
su interior porque yo estaría con él cada vez que pensara en mí y me recordase y así, nunca nos

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“perderíamos”, que lo usaría cuando volviese… y poniendo el lápiz en el lapicero, se retiró
sonriéndose.
Así, se ha ido creando un espacio de juego en el cual aparece la regresión a la dependencia, la que
dejo emerger, para trabajarla en el marco psicoterapéutico, bajo el dominio de los mecanismos de
proyección e introyección, que funcionan mejor cuando el ego, más fortalecido, puede organizar la
experiencia y enriquecerse el mundo interior del paciente. Aquí, puede observarse la importancia
del consentimiento de las fases de dependencia que aparecen a través de la vía de la transferencia.
Resultando un elemento más, regresivo de Martín, que se tomó en la clínica y se le permitió su
desarrollo, que en la recurrencia de dichas experiencias irían completándose a la manera
winnicottiana. La misma pudo surgir, porque dejé que las cosas siguieran su curso, esperando a ver
qué traía en cada sesión, sosteniendo hasta los silencios.
En dicho contexto, y ante el advenimiento de fin de año y los proyectos para las vacaciones de
verano, su papá y la esposa actual, deciden entre ambos viajar con las niñas y Martín a la costa, sin
que mediara una conversación previa al respecto. Martín, se angustió mucho y trajo su
preocupación al tratamiento, explicitó su enojo por no haber sido partícipe de la decisión, y
argumentaba no poder separarse del espacio terapéutico que se había iniciado hacía muy poquito
tiempo y en el cuál comenzaba a encontrar un espacio de contención, en donde se sentía escuchado
y en donde él tenía un lugar, “su” lugar.
Me pidió que fuera yo quien les dijera a sus padres que no realizaran dicho viaje, él fantaseaba con
quedarse solo en la casa, lo cual no podría posibilitarse dado que no tenía con quién quedarse, ya
que se iba toda la familia. La madre tampoco quería llevárselo con ella. Ante tal imposibilidad, ya
que la esposa del papá era extremadamente inflexible, ante los deseos de Martín, éste en un acto
totalmente impulsivo, salió de la silla y tirándose al piso del consultorio, comenzó a torsionar una
cadena de plata que llevaba en su cuello, hasta el punto tal en que se le hinchaba la vena del mismo
y su cara y cuello se sonrojaban; y con muchísima rabia, impotencia y tensión gritaba: _”¡Yo no me
voy de acá!!!, ¡¡nadie me saca de acá!! ¡¡¡ porque yo me matooo… me voy a mataaar…!!!. Acto
seguido, y viendo la situación, salí de mi asiento, y me tiré al piso con él, lo tomé en mis brazos, él
depuso su actitud, se colocó en posición fetal, abrazado a mí y yo sosteniéndolo así en mis brazos lo
mecía como si fuera un bebé, al tiempo que le manifesté la importancia que para mí tenía su
persona, su vida y su ser; le hablé de todos sus aspectos positivos y valiosos, del amor que se había
construido en su interior y que desplegaba en el vínculo terapéutico. Le expliqué que lo recuerdo
cuando pienso en él, manifestándole que lo sostengo, que él es reconocido por mí y sigue siendo en
una “continuidad existencial” en tanto que es objeto de mi preocupación. Así, pude “sostenerlo” y él
pudo “integrarse” a través de reflejarse en mí, ofreciéndome como objeto muchas veces silencioso
pero “presente”; y él empezó a evidenciar que iba integrándose en él mismo y que empezaba a
experimentar y a expresar el sentimiento de: “Yo soy”, “yo existo” y “estoy aquí”, en tiempo y
espacio.
Aquella experiencia, había puesto en evidencia a ese niño suicidado por la falta de continencia
familiar, donde ninguna de las dos familias le dieron lugar para Ser, para que pudiera desarrollarse
y crecer.
Así, comenzó a trabajarse en el tratamiento, la unión-separación para poder elaborarla; para que
pudiera comprender y experimentar a través del vínculo terapéutico que los objetos amados no se
pierden por la aparente separación física, que se llevan dentro… muy profundo, tanto como los que
no lo son. Y a partir de dicha construcción y trabajo terapéutico, el viaje pudo tener su lugar y
Martín pudo irse, sabiendo que volvería con toda su experiencia acumulada durante ese mes en que
no vendría a sus sesiones y en las que al cabo de ese tiempo traería para compartirlas y a la vez
trabajar sobre las vivencias y fantasías que le hubiese provocado dicha separación.
A partir de aquí, se desplegaron juegos a través de los cuáles, Martín pudo externalizar sus
experiencias traumáticas e incluir y aceptar una realidad que se basa en el establecimiento de
vínculos basados en la confianza, en el amor y en el respeto mutuos, permitiendo la aparición y el
reflejo, de la regresión a estados de no integración y la autointegración a la que debió haber sido
sometido para no morir de angustia al enfrentarse a su fragmentado y solitario desarrollo
emocional, mediante lo cual pudo rearmarse en el transcurso del tratamiento.
Mediante el juego de encestar bolitas y ante el temor a la pérdida que emergía con las bolitas entre
los pelos de la alfombra, me pedía ayuda, yo lo “sostenía” en su angustia ante sus fantasías de
ahogo, y se desplegaba toda una escena de juego hasta re-encontrarse y re-encontrarlas. También,
sentados en posición de Buda, jugábamos a pasarnos una pelota mediante la cual se establecía el

57
conteo uno a uno, a la vez, que se desplegaba en el espacio intersubjetivo entre ambos, con el objeto
transicional, la pelota, el juego del Fort-Da, poniéndose en juego la relación objetal y la de unión-
separación para poder fortalecer el desarrollo emocional y de los aprendizajes, tanto sistemáticos
como asistemáticos.
El marco terapéutico, ofreció la seguridad para que pudiera establecerse un vínculo de confianza
cada vez más sólido, en un espacio transicional de juegos e interjuegos entre el mundo interno y la
realidad, con el respectivo enriquecimiento de ambos, que le permitió a Martín enfrentarse con sus
fragmentos e integrarlos, porque fueron reflejándose en sus juegos, en un espacio simbólico
intersubjetivo entre paciente y terapeuta. Así, pudo experimentar el sentimiento de “existencia” en
un continuo en el cual, le permitió reconocerse siendo él mismo, íntegro, lo que le permitió
enfrentarse con sus dificultades, con lo que sabe pero también con lo que no sabe.

"La capacidad para estar solo se basa en una paradoja: estar a solas cuando otra
persona se halla presente". D. WINNICOTT.

Bibliografía consultada:
WINNICOTT, D. W. (1958) Escritos de pediatría y psicoanálisis, Barcelona: Laia.
WINNICOTT, D. W. (1965) El proceso de maduración en el niño, Barcelona: Laia.
WINNICOTT, D. W. (1971) Realidad y juego, Barcelona: Gedisa.

Lost- Perdidos. Ese umbral entre la Vida y la Muerte


Lic. Verónica Miranda19, Lic. Roxana Barbarito20, Lic. Brenda Botbol

Introducción
Nos proponemos mostrar en este trabajo, que la movilización de estados autistas es posible a partir
de un accidente y que los núcleos tempranos que han quedado congelados, movilizados por las
fantasías de muerte en la adolescencia pueden vivirse como una caída interminable en el vacío.
Nuestro propósito es dar cuenta de cómo acompañar al paciente en dicho proceso .La tarea del
analista, consiste en poder asistir al paciente para que enfrente los “terrores” que emergen a causa
de dicha movilización.
Para ejemplificar, tomamos la serie televisiva Lost, que narra las experiencias de un grupo de
sobrevivientes a un accidente aéreo ocurrido en una misteriosa isla. En la serie hay un sutil manejo
de los tiempos donde los flashbacks (escenas en las que se intercalan de manera repentina y rápida
el pasado de los personajes) muestran las movilizaciones internas que los acercan a tomar
conciencia de situaciones que han sido traumáticas para ellos. Los sobrevivientes están
relacionados y conectados entre sí. La personalidad de cada uno de ellos, incluye atributos,
aspectos y elementos que son compartidos por el grupo. A cada uno de los personajes los
pensamos, en esta ocasión, como objetos internos de Jack al que tomamos como único
protagonista.
La serie comienza con Jack que despierta en medio de la selva, aturdido, desconcertado y
confundido. Se da cuenta de que el avión en el que viajaba se ha estrellado. La misma finaliza
mostrando al protagonista en la misma posición del inicio, lo cual nos hace pensar que toda la serie
transcurrió, al igual que en un sueño, en un proceso atemporal. Todos los sucesos ocurridos, son
expresiones del aparato psíquico del protagonista, a partir del accidente aéreo sufrido
posteriormente a la muerte de su padre, al que fue a buscar solo y bajo la presión de una madre
distante y profundamente desconectada que no lo acompaña ni lo sostiene dejándolo confundido y
perdido.
A partir de estas movilizaciones se hacen presentes vivencias muy primarias. En un espacio
terapéutico el analista debería entrar en consonancia con dichas vivencias primarias para entender
su estado o necesidad, lo cual permitiría una transformación, favoreciendo así el procesamiento

19 veromiranda724@gmail.com CIPEA
20 roxanabarbarito@gmail.com CIPEA
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psíquico de las emociones que han quedado congeladas. A su vez, que el paciente pueda integrar
esa nueva vivencia a su Yo y así crear, desde el vínculo, una nueva forma de ser.
Desarrollo
Lo que da Vida es el vínculo
Jack, es un médico especialista en cirugía medular. Su padre, un hombre distante y alcohólico,
también es médico cirujano. Jack se maneja con un excesivo control de sus emociones, pero su
actitud de resolver problemas, a través de la razón, le ha dado la habilidad de reaccionar bien ante
las crisis. De esta manera encuentra en ese ordenador un continente rígido que evita, en parte, la
pérdida de los límites de la mente. La manera automatizada que tiene para manejarse le es
operativa en algunas ocasiones, sin embargo esto no le alcanza y se accidenta cayendo. Sus
emociones más profundas quedan encapsuladas y el terror que subyace no desaparece. A partir del
accidente que da cuenta de su desvalimiento comienzan los flashbacks, escenas q muestran el
pasado del protagonista y que interpretamos como asociaciones libres al igual que un paciente en
sesión en donde emerge el terror que tanto paciente como terapeuta deben enfrentar sin huir del
mismo.
Nos resulta interesante tomar el concepto de Balint sobre la técnica del flash.
El flash es una toma de conciencia espontánea y mutua de algo importante para el enfermo. A
menudo se refiere a la relación entre el médico y el paciente, pero aun cuando no es así, la relación
se transforma y esta comprensión es usada por el enfermo..(Enid Balint)
Ese instante o flash corresponde al momento en el cual se sale del encapsulamiento y se enfrenta el
terror a la locura.
Jack experimentó los flash al modo de un sueño, intentando través de las imágenes
alucinacinatorias recuperar los contenidos inconscientes, los elementos disociados y concretizados
en el accidente. Estos están vivos, en busca de un continente que los reorganice. Pero él cae en una
isla, no en un continente. La isla es su refugio autista, alejado retraído del mundo, como un
adolescente suicidado, mira todo desde afuera. Ello da cuenta de la falta de un padre presente
capaz de respaldar el camino hacia la adultez y respaldar la posibilidad de enfrentar el mundo de la
realidad.
La isla es un desplazamiento de la libido al yo, en la que Jack se refugia narcisísticamente
perdiendo la capacidad de vincularse con un objeto. Por tal motivo nos interesa mostrar en este
trabajo, lo importante que es la constancia de un continente afectivo en el proceso de integración,
el cual implica tomar contacto con núcleos muy primarios para evitar la concretización del
derrumbe. En términos de Bion, la matriz es el continente para el cambio y el crecimiento cuando
cumple su función. Es este continente el que permite que el adolescente transite su desarrollo
realizando el duelo necesario y así lograr un equilibrio entre el odio, la destrucción y el amor, la
integración.
En la isla se hacen presentes y se escenifican el desamparo, la crueldad y la adoración al padre
filicida, como también el odio, los impulsos destructivos y la vivencia, al decir de Bion, de terror sin
nombre, donde los contenidos emocionales, no encontraron un continente, madre con reverie, que
los contuviera y transformara (Lost- Perdidos, 2008 ).
La isla no tiene un espacio definido en el mapa, lo cual escenifica la situación primaria vincular en
la que faltó empatía y contención llevando al adolescente ahora adulto hacia una interminable
caída
El Terror
¨ Tengo miedo de perderme……… Sé que es una Ilusión pero el Terror es real¨, Tustin
A través del accidente, Jack toma contacto con sus núcleos autistas. Intenta recurrir a sus defensas
esquizo afectivas pero no le son suficientes. Surgen de manera masiva y desorganizante las
fantasías primogénitas (incesto, parricidio-filicidio, escena primaria) en ausencia de objetos
continentes que lo llevan indefectiblemente a caer en un accidente aéreo y perderse en una isla.
¨…el terror era tan demencial, tan real y sabía que tenía que lidiar con ello. Así que tomé una
decisión, había permitido que el terror reinara, que se apoderara de mí pero solo cinco segundos y
no pensaba darle más tiempo. De modo que empecé a contar: 1, 2, 3, 4 y 5 y desapareció. Seguí
trabajando, la cosí y quedó bien.¨
El autismo es lo muerto, lo que ha quedado inhibido en el desarrollo. La persistencia en ese estado
autista puede llevar a la muerte. Para poder salir del mismo se necesita de otro con quien
interactuar. El analista debe funcionar como un andamio que apuntale con idoneidad al paciente
en el momento que emerge el Terror, producto del desbloqueo de núcleos autistas. Son terrores

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que están sepultados muy en lo hondo y que son de difícil acceso. La persona puede tener la
sensación de descontrol y de caída. Por ello, el analista debe estar atento, ya que
contratransferencialmente, puede perder momentáneamente su capacidad de reverie, perdiéndose
con el paciente en lugar de establecer la conexión necesaria para que el mismo logre integrar dichos
núcleos afianzando su sentimiento de identidad. Pensamos que Jack concretiza estas sensaciones
con el accidente.
El autismo es un intento de enfrentar un intenso terror. Al caer, Jack al igual que un niño-
adolescente, se paraliza como un animal asustado. Esto es producto del estado de indefensión en
que lo dejo la muerte de su padre. Sus defensas automáticas se suspenden ante el encuentro con el
terror.
Cuando un paciente neurótico, en tratamiento analítico, entra en contacto con este sector autista y
escindido de su personalidad, quedan expuestas las heridas psíquicas no remediadas de la
separación primaria. Tal vez, esas heridas no curen del todo, pero a lo largo de la vida las
interacciones creadoras promueven el fortalecimiento del yo (Tustin).
A partir del accidente Jack empieza a experimentar una serie de idas y venidas en el espacio –
tiempo. Esta movilización da cuenta de la amenaza de pérdida de control frente a una regresión
que lleva a una ruptura del encapsulamiento autista a los fines de intentar evitar una retracción
libidinal. Dicha ruptura creemos que es previa al accidente, producto de la denuncia que Jack
realizó hacia el padre.
Dos meses antes del accidente, el padre de Jack, Christian, operó a una mujer estando bajo la
influencia del alcohol. Cuando Jack fue advertido por una enfermera, reemplazó a su padre y tomó
el control de la cirugía, pero no pudo reparar el daño y la mujer murió. Su padre, lo presionó para
que firmara un informe que decía, que la paciente, estaba más allá de cualquier ayuda médica, pero
Jack se enteró que la mujer estaba embarazada en el momento de morir y acusó a su padre de
causar un daño fatal cuando le cortó la arteria hepática a la paciente. Jack se siente desolado al
darse cuenta como era su padre. Luego de este suceso Jack decide denunciarlo en la junta médica
del hospital en el que trabajaban. Posteriormente su padre muere. El dilema en Jack es animarse a
discriminarse, separarse y sobrevivir al padre o morir con él.
Todos estos sucesos, más la separación de su mujer, resquebrajan sus defensas, llevándolo a tener
un accidente, a partir del cual afloran sus aspectos congelados.
Consideramos que las movilizaciones ocurridas en Jack a partir del accidente le han permitido
acercarse a sus vivencias más primarias intentando aferrarse a objetos internos pero que fueron
insuficientes para separarlo de la identificación _ fusión con el padre.
El crecimiento genera agresividad y Jack no ha tenido referentes que le permitieran hacer un buen
uso de ella a favor de la vida y para enfrentar el mundo de la realidad.
Jack no ha tenido un padre responsable, vivo, que no sucumba. Jack ha tenido un padre celoso por
verlo crecer y convertirse en un médico, un padre que sólo buscaba ser recompensado y protegido
de su irresponsabilidades por su hijo.
Su padre no ha sido un adulto responsable capaz de sobrevivir al ataque ‘adolescente’, no sobrevive
al límite o a la confrontación de Jack cuando éste lo denuncia por su acto criminal.
Desde Winnicott, sólo el padre vivo, no abdicante de su condición de tal hace efecto de su
estructura y es el que puede preservar esa irresponsabilidad necesaria para que el adolescente
crezca.
La emoción lo moviliza, provocando la caída y dejándolo perdido, en un intento de seguir buscando
objetos que le permitan ligar. Jack no encuentra lo fundamental, que es un otro con quien
compartir estos aspectos más primarios. Dado que sus objetos internos son escasos y frágiles
creemos que por eso recurre a defensas esquizo afectivas y alucinaciones para evitar el
desmoronamiento y la despersonalización. Jack se resigna a seguir aferrándose a la vida.
Decimos que los objetos internos son frágiles, debido a que ha habido una falla profunda en la
capacidad de establecer un genuino vínculo (matriz) en la fase más primaria del desarrollo.
Pensamos que para establecer un vínculo sólido que permita una continuidad objetal se requiere de
una capacidad de reverie de la madre desde el inicio de la vida, que servirá de base propicia para
sostener los objetos internamente con continuidad y para incorporar nuevos.
Para Jack es devastador el hecho de no poder sostener la frágil autosuficiencia, experimentando
entonces un quiebre. Pensamos que no pudo tolerar más la tensión y al no encontrar recursos
desde una simbolización pasó a la acción desde donde expresa su dilema interno frente al cambio.

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Jack está en emergencia, emergencia que surge de la soledad, de la falta de vitalidad a la que han
llegado por regresión extrema. (Green)
Conclusión
Parafraseando a Tustin decimos que El desbloqueo de los núcleos autistas puede generar un
accidente, un trastorno psicosomático o bien una alteración psíquica. Si esto sucede en un
tratamiento psicoanalítico debemos incluirlo como elementos que se han desplegado y que tienen
un sentido inconsciente. El analista debe incorporar estos aspectos para que en el vínculo analista-
paciente se le dé cualidad o representación a los mismos y así ser integrados a la personalidad. Esto
es lo que le permitirá al paciente encontrarse en el proceso de construcción de su identidad, salir de
un modo automático de funcionar e intentar acceder a la plasticidad que permite crear nuevos
modos de vinculación.

Abstract
El objetivo, es mostrar que la movilización de estados autistas es posible a partir de un accidente y
que los núcleos autistas tempranos movilizados por las fantasías de muerte en la adolescencia
pueden vivirse como una caída interminable en el vacío.
Tomamos la serie de ficción Lost, que narra las experiencias de un grupo de sobrevivientes a un
accidente aéreo ocurrido en una misteriosa isla.
La serie comienza con Jack que despierta en medio de la selva aturdido. Todos los sucesos
ocurridos, son expresiones del aparato psíquico de Jack a partir del accidente, sufrido
posteriormente a la muerte de su padre, un hombre distante y alcohólico a quien su hijo denuncia
por mala praxis. Un padre que comete un crimen-suicidio, abortando la posibilidad de que la
separación pueda ser vivida como un nacimiento, un padre que no hace el corte que permite la
separación individuación para que su hijo pueda hacer el pasaje de la adolescencia hacia la adultez.
Jack siempre se manejó con un excesivo control de sus emociones . A partir del accidente se
resquebrajan sus defensas, emergiendo el terror encapsulado y se derrumba cayendo en la isla, su
refugio autista, sin poder enfrentar el mundo de la realidad ya que no hubo respaldo paterno para
ello.
El desbloqueo de los núcleos autistas puede generar un accidente, un trastorno psicosomático o
bien una alteración psíquica con fantasías de suicidio.

Bibliografía
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Bion, W.R.: "Experiencias en grupos", Ed. Paidós, Buenos Aires, 1997
Bion, W.R.: "Transformaciones", 1965, Ed. Promolibro, 2001
Freud, S.: "La interpretación de los sueños" 1900 Obras Completas, tomo V. Ed. Amorrortu, Buenos Aires,
1976
Granel, J.A. : "Teoría psicoanalítica del Accidentarse", Ed. Letra Viva, Bs.As. 2009
Green, A.: "El Winnicott póstumo"
Kaes, R.: "El aparato psíquico grupal", Ed. Gedisa, 1991
Mahler,M.: "El nacimiento psicológico del infante humano", Marymar, Bs. As. 1977
Miranda, Verónica y colab: "Lost, Perdidos: Deseo de re-encontrarse", 2008.
Tustin, F.: Barreras autistas en pacientes neuróticos, Ed. Amorrortu, Bs.As. 1997
Winnicott, D.W.: "Escritos de Pediatría y Psicoanálisis", Ed. Paidós, Buenos Aires, 1958
Winnicott, D.W.: "Realidad y juego", Ed. Paidós, Buenos Aires, 1971
Winnicott, D.W.: "El gesto espontáneo", Ed. Paidós, Buenos Aires, 1987
Yechua, Adriana; Waterhouse, Gabriela y colab: "Modificaciones en las identificaciones primarias patológicas
y el esquema corporal a través de un accidente. Abordaje psicoanalítico", 2002.

61
Adolescentes y la incertidumbre de la falta-en-ser
Lic. María Rosa Pronesti21
“Cuál es el gran dragón, al que el espíritu”
“no quiere llamar ya señor ni dios?”
“El gran dragón se llama ‘Tú debes’.”
“Pero el espíritu del león dice ‘yo quiero’.”
Nietzsche, “Así habló Zarathoustra”

LA EXPERIENCIA Y EL PENSAR; A partir de una imagen reflexionaré sobre las virtudes del
psicoanálisis y su convocatoria del deseo, promotor de un goce vital del sujeto. Pensaré
también sobre la eficacia de la didáctica de la filosofía y del psicoanálisis a niños y
adolescentes, en lo que significa la experiencia del pensar, en relación al arte y la ciencia.
Con respecto al concepto de experiencia les adelanto que, debido a su complejidad y a su relación
con la historia de la filosofía, lo voy a considerar en su devenir, primero como constitutivo del
proceso gnoseológico de la “relación sujeto-objeto” del sujeto moderno y sus avatares,
siempre ligado a la certeza. Luego, lo haré enmarcando su incidencia en la subjetividad, con la
subversión que Lacan, desde su práctica, teoriza acerca de la lógica del cogito cartesiano.
Momento en que, pienso, se produce una crisis del sujeto de la experiencia basado en la
certeza. De Descartes a Kant, hubo una torsión del punto de apoyo del sujeto hacia el objeto. Kant
concibe, justamente, como un giro copernicano su aserción de que el sujeto es activo para
conocer pues, hasta él, se había sostenido al objeto imprimiéndose en el sujeto. Aunque, la
experiencia siempre se dirime en oposición y en referencia a la cientificidad del
conocimiento ligado a la certeza, en el acto del conocimiento, ya que, desde Descartes, la
certeza enmarca al cogito: allí donde pienso, allí yo soy ciertamente. Pero qué dijeron
otros filósofos acerca del pensar?
Heidegger relaciona el problema del pensar a un proceso que él llama “desertización”, a
propósito de una crítica a su época, y al “espíritu de progreso”. En “Qué es pensar”
(“Was heiBt denken?”) dice: “(L)o que más merece pensarse en nuestro tiempo
problemático es el hecho de que no pensamos”.En la quinta lección afirma: “…el
aprender no se puede lograr a fuerza de regaños” “pero a veces hace falta gritar”
porque -y cita Nietzsche: …”¡el desierto crece!…” “¡Ay de aquel que guarda desiertos!”.
Allí introduce la “desertización” como “el rápido curso de la expulsión de
Mnémosyne…”. Es una crítica al ser de la metafísica presocrática hasta la filosofía medieval
en que, desde Sócrates, se lo ha encubierto con el ente. Todo lo que transcurre como
pensamiento es una re–presentación, vía imagen, que se hace el hombre de las cosas, no un
verdadero pensar. Como vemos hay un pasaje del registro de lo óntico a lo ontológico. Del
ente al ser del pensar. Se de-vela el ser del ente en la casa del Ser. El Dasein, el ser ahí del
hombre. Pensar se alcanzaría por un Acto de intuición –fenomenológico existencial, del ser de la
ex-sistencia, es decir, pre intelectual, empírico, donde, curiosamente, si conocer no es pensar,
desaparece nuestra relación sujeto-objeto. Heidegger llama desertización a un proceso
devastador de raíz. A mi entender, y en cierto sentido, yo rescataría este nihilismo entendido como
desierto estéril de toda fertilidad. Es el nihilismo moderno que impulsa a todos al desierto del
aparente perfecto conocimiento, pero sin Mnémosyne. Sin la rememoración, el llamado del
anhelo que nos piensa. Sin embargo, en Nietzsche se encuentra también el significante que
negativiza la metáfora del desierto. Es la palabra wüsten, sustantivo del que deriva un adjetivo
que alude un desorden, causa de libertinaje. Wüste califica un desierto que solamente deja crecer
ciertas plantas cuya fortaleza y resistencia intrínseca les permiten sobrevivir. Hoy, desde nuestro
atalaya histórico podemos testimoniar, que tanto Nietzsche como Heidegger cedieron en su
deseo frente al torpor de sus respectivas épocas. Mientras Nietzsche va apagando su voz y va
entregándose a la locura, abandonando su grito en el silencio de su propio desierto -su propio
wüsten; el Heidegger de la década del ’30, cae en la trampa cuando cede en su deseo y se aboca,
desde el púlpito del saber, a la voluntad de poder, convalidando un desierto devastador. Pero,
por qué el verdadero pensar es inquietante? Pienso que en el malestar de nuestra cultura, el
silencio de los significantes que mencionaba Albert Camus está instalado. Camus llamó al
siglo XX siglo del terror. El siglo pasado que podríamos decir que no pasa. Un tiempo en el que
proliferó en el mundo un silencio “desatinado” y atronador. No es el silencio de los sonidos sino de

21 marisapronesti@gmail.com Psi Instituto. Licenciada en Psicologia UBA . Maestranda en Sociologia de la Cultura, UNSAM,
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los significantes, el que tuvo sumida a la humanidad a una violencia, originaria en el hombre y que
éste experimenta en el absurdo. Para Camus, sería necesario reconstruir un goce por afuera del
mundo de las cosas, que está repleto de un silencio pleno. “Il faut se revolter”, dice. Hay que
sublevarse, indignarse frente a este estado del mundo. Hay que escuchar al otro y este acto ya es
revulsivo. A la cooptación el escritor opone la persuasión, la disposición al diálogo. Desde el
psicoanálisis, es preciso ahondar sobre cuál es el sonido furioso del silencio del desierto en el que
estamos inmersos, en el malestar actual de nuestra cultura. Es un grito munchiano que
tiene como horizonte la certeza de la robótica. Aparece como un silencio rugiente, apestoso, que
avala una tecnología que eyecta lo humano como un resto. Sin palabra y sin Simbólico. La
mirada es reemplazada por el ojo y la escucha por el oído. La piel por el vidrio del celular. El
porvenir es el robot actual y el del siglo que viene. Como verán la peste finalmente ha llegado.
Existe un todo-imaginario deglutido en las redes. Una retórica. Un draconiano “Tú debes”.
Habrá que sublevarse, entonces, enseñando filosofía y psicoanálisis a los niños y a los adolescentes.
Devolviéndole al discurso el interrogante socrático que convoca, en el lazo social, la inquietud de
la falta de sentido a favor del deseo. Aunque la cicuta esté esperándonos a la vuelta de la
esquina, la máxima lacaniana “no ceder en su deseo”, es un referente y un efecto anhelado de
esta operación del sujeto, imprescindible para la libertad de lo humano. La peste es la imposición al
montaje de ese silencio de significantes en el mundo. El ruido de las bombas, del televisor
prendido, del cable en la oreja. Un grupo de adolescentes enfocados en sus celulares al costado de
una obra de arte que no es interrogada. El todo-imaginario, la tele-tecnología, la Internet,
prevalece. Imposibilidad, entonces, de diagramar nuestro mundo para inventarlo una y otra vez. A
la manera del diagrama que pinta Bacon en sus telas. Espacios inéditos dentro de espacios
convencionales. Nuevas figuras dentro de las figuras para salir de lo figurativo. Significantes que se
intercalen en un bien decir para descubrir nuevos. Y así expresar lo inexpresable.
SENTIDO Y CERTEZA: UN GOCE AHÍ: La expresión “Non-sense!” de los ingleses en el
lenguaje corriente para invalidar el dicho del otro, se traduce en nuestro “No tiene sentido!” que se
usa en el mismo contexto. Destaco que el “Non sense!” no denota ninguna inquietud relativa a la
falta de sentido sino lo contrario. Ubica un goce en la certeza, en la solicitud compulsiva del
saber inmediato. Generando un pensar que llamo “de acumulación objetivante”. El
malestar “actual”, según Lacan, sigue la misma evolución moderna del lenguaje del discurso
corriente: al pasar de un “esto soy” (“ce suis-je”) al “soy yo” (c’est moi”), es decir, “esto es yo”,
el sujeto moderno se desentiende de su responsabilidad. “El yo del hombre moderno ha tomado su
forma (…) en el callejón sin salida dialéctico del ‘alma bella’ que no reconoce la razón misma de
su ser en el desorden que denuncia en el mundo.” Esta mirada de sí, aunque necesaria, es
objetivante. Cito: ”es esta enajenación (alienación) más profunda del sujeto de la
civilización científica…”. Un ejemplo: la identificación a los productos lenguajeros
psicoanalíticos modernos; el individuo se autocalifica ‘histérico; ‘obsesivo’; ‘fóbico’; ‘drogadicto’;
‘transexual’. Sin embargo, en el mejor de los casos son las posibles posiciones neuróticas –o no, del
sujeto transferencial. ¿Por qué el sujeto adviene “histérico” u “obsesivo” sólo en relación
transferencial? Una respuesta es: porque en el desierto al que hemos sido arrojados hay Otro que
nos precede. Es el A (Otro) del lenguaje. Soy hablado por este Otro del lenguaje, y en tanto es así,
este Otro habla en mí y determina mi estructura, cada vez que establezco una relación de demanda
de amor, que de esto se trata la relación transferencial, se desenlaza una rememoración de
mi relación con el Otro primordial. Encarnado, éste permite que mi necesidad se desdoble en
demanda de amor. Se trata de convocar, desde el analista y mediante la impostura
de un Sujeto Supuesto Saber, al sujeto del inconsciente (Icc.). Existe una experiencia
nihilista fundacional del ser hablante, que remite al primer llanto de dolor. Es la llamada al
Otro, cuya eficacia al responder nominando ese sufrimiento, determinará la dimensión del trauma
del desamparo inicial. Si no hay respuesta, la desertización del Otro crece y esta experiencia
puede llevar a la muerte biológica. René Spitz lo llamó “hospitalismo”. Hay otro tipo de ausencia
de la cual depende la capacidad de simbolizar de un bebé. Si casi todo en la crianza va bien nace el
pensamiento como experiencia estética y el símbolo como modo de referencia al Otro(A), en una
operación de hacer de una ausencia una presencia, pero ahora diferente al referente. Freud nos
regala un recuerdo de su nieto jugando al carretel, desenrollándolo a la voz de ¡Fort! ¡Da! ante la
partida de la madre que desaparece de su vista. ¿Qué resta, pues, de la relación gnoseológica en el
psicoanálisis? Hay una inversión. El “si pienso soy”, en el psicoanálisis pasa a la lógica del

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“pienso donde no soy y soy donde no pienso”. Sujeto del Inconsciente. Deja de ser
¿qué?: el sentido pro-puesto por el Otro. En esta separación se juega la libertad humana.
Dejo acá. Los invito a que sigamos este debate. Muchas gracias!

El espacio y el tiempo en la psicosis. Acerca de la formación de un


delirio y su abordaje psicoanalítico
Lic. Marcelo Redonda22
Introducción
¿Hay un mundo o hay muchos mundos?; ¿Hay un espacio o hay muchos espacios?; ¿Hay un
tiempo o hay muchos tiempos? Los interrogantes pueden parecer de un filósofo, pero son de un
psicoanalista. Kant sostenía que el tiempo y el espacio son categorías a priori. Muy bien, algunos
analistas nos encontramos a gusto con el apriorismo, especialmente los que aceptamos la teoría de
las preconcepciones23. Creemos, por ejemplo, que hay una personalidad a priori, eso quiere decir,
que no supone la experiencia pero que si se realiza en ella. Creemos que el animal humano viene
capacitado para entender su muerte, su relación con su soledad y con los otros. No sabemos, claro,
como cada uno resolverá esos problemas que se nos imponen de inmediato, esa autoconciencia que
nos diferencia de otras especies, como indicaba Hegel en la introducción de su Fenomenología del
espíritu
Nosotros, y estoy suponiendo a priori que alguien me acompaña, creemos que hay muchos mundos
y que hay que descubrirlos. El psicoanálisis es el descubrimiento de cada mundo y el modo en que
una personalidad vive alojado en él, el modo en que construyo su exoesqueleto , entre su conciencia
inicial y sus relaciones con el mundo externo.
Constituir un exoesqueleto no es un hecho menor en nuestra organización mental. Tiene una
funcionalidad, inclusive en los pacientes inestables. Abandonarlo, aceptar su provisoriedad, no
significa desmentir el alto nivel de comportamiento que reviste nuestra conducta. El exoesqueleto,
esa consistencia externa denominada así por Bion, tiene, sabemos, un movimiento limitado. Indica
una organización, y su precaria estabilidad. Sin embargo, tratando de evolucionar hacia formas
menos concretas de nuestro funcionamiento mental, empujamos con nuevas experiencias el
sentido de abandonar formas anteriores de funcionamiento, y con él, el exoesqueleto armado para
sobrevivir. Del mismo modo, Darwin en el estudio de la anatomía comparada, encontró que hay
zonas de nuestra anatomía que no tienen ninguna utilidad presente, pero fueron esenciales para
sobrevivir en épocas en las que no habíamos hallado los senderos de la transformaciones que
llevaron a abandonarlo.
El exoesqueleto organiza un espacio y una temporalidad, y sin él, la vida mental se vuelve no viable.
Meltzer sostenía que el delirio pertenecía a un no-lugar. Creo que no dio suficiente importancia al
espacio y tiempo que crea el delirio, al lugar que significa para la salud mental.
Cuanto más grave es una organización, más rígida su movilidad, como en el caso del delirio o el
fanatismo. Sin embargo, nuestras teorías sobre la psicosis pueden terminar siendo unos
exoesqueletos teóricos que nos obturen la apertura a la experiencia de ella. Mi clínica me ha
llevado a intentar incluirme en esas experiencias y esos mundos y he hallado piezas, que unidas en
abstracciones teóricas, pudieron ayudar en muchos momentos a la mejoría de la vida social y
psicológica de algunos pacientes.
El espacio del psicoanálisis
Hay mundos compartidos, el de los símbolos. En una red simbólica podemos comunicarnos,
ingresar y salir de los mundos privados con ciertos códigos universales. A eso llamamos privacidad,
intimidad, lo que demarca el límite entre nosotros, esa unidad aparente para el intercambio social,
y los otros. Se puede traspasar a través del engaño, del amor, del permiso, del robo, de la
seducción. Lo cierto, es que lo que encontramos al ingresar en ese espacio privado, o si alguien
ingresa al nuestro, tiene una consonancia, una resonancia, que nos invita a avanzar o a irnos, pero

22 redondamarcelo@yahoo.com.ar APDEBA

64
no nos es ajeno. El otro vive en un mundo propio. Pero ese mundo tiene continuidad con el
nuestro, podemos hablar, percibir, sentir en una sintonía. A eso llamo espacio simbólico.
En el psicoanálisis de la psicosis y en general de los pacientes inestables, hallamos que ese espacio
simbólico no existe o está severamente dañado. Con los cual el desafío, o la construcción de lo que
Bion llamaba conjeturas imaginativas, se vuelve un elemento central. La experiencia con la que
nos enfrentamos no tiene resonancia en nosotros, alguien la construyo fuera de nuestros modos
habituales de entender. La razón no nos asiste con sus sistemas lógicos. Pensar se afirma como una
actividad sujeta al desprendimiento de la razón como afirmaron Freud y Bion, al guiarnos hacia la
atención flotante el primero y a O el segundo. El espacio del psicoanálisis es ajeno al espacio común
simbólico y ajeno al espacio individual. Los hechos que allí suceden son siempre singulares si la
razón no entorpece con los sentidos la experiencia. Luego vendrá el espacio de articular lo que
sucedió.
El espacio y tiempo de la psicosis
La interioridad en el paciente psicótico está confundida con la exterioridad, pero es reconocida en
él como modo de vida a priori. La diferencia con el espacio simbólico es que se constituye como un
espacio de peligro. Melanie Klein sostuvo que ese espacio peligroso de los pacientes inestables está
atestado de proyecciones sádicas por necesidad de expeler la pulsión de muerte. Parece estar cerca
del sentido que he hallado en mi experiencia clínica. La vida mental se da dentro de un objeto, pero
ella no es posible de modo saludable hasta que ese objeto como espacio este liberado de fantasías
sádicas. Eso solo sucede a través de un duelo sobre la propia maldad del self según Klein. El tiempo
se halla detenido en esa función de controlar los movimientos del objeto que tiene invadido el
espacio maldito. El espacio y el tiempo quedan suspendidos en una tensión que se aliviana en el
análisis, cuando la construcción del espacio interno da lugar al símbolo. El símbolo aliviana, creo
que la primera función de la unión con el objeto es esa, aliviar, moderar la pulsión de muerte. Bion
sostenía que la función alfa era representar la unión de un par relacionado introyectada, y que esa
función transformaba los hechos no digeridos en elementos disponibles para el significado mental,
generando un alivio y un espacio psíquico. La función alfa saca del espacio concreto las
percepciones: esa es la función que alivia. No es lo mismo estar seguro de que algo es malo, que
tener una idea de que algo es malo.
Por eso, aunque la simbolización implique la comprensión por parte del self de su propia psicosis,
esto es un alivio. Los sentidos pueden así liberarse y tener un doble funcionamiento interno-
externo que los sustrae de su funcionalidad biológica.
En la inestabilidad mental las palabras pesan como un cuerpo, así como los comentarios, las
percepciones, los alimentos. Todos los elementos atravesados por los sentidos adquieren una
densidad que cabe evaluar en cada caso. Sumado a esto, el significado delirante que el paciente da
a sus observaciones. Como ejemplo, al paciente que expondré en unos párrafos, una vez le dije
¡bravo! , ante una situación en la que había tenido un logro. El me preguntó qué quería decir eso.
Le explique que era una exclamación que indicaba aprobación. Ah, me dijo. Porque podía querer
decir que yo era bravo, que es bravo lo que me sucede, y algunas cosas más-agregó. Fue evidente
que bravo no era un símbolo para él. Fue una palabra que lo siguió atormentando como un objeto
extraño que yo introduje en un sistema mental que no podía asimilar lo pasajero de una
exclamación. Incluso comenzó a repetir bravo en situaciones fuera de contexto, el paciente no sabía
qué hacer con “mi bravo”, ¿en qué espacio y tiempo entró bravo?. Eso, como ejemplo me alerto
sobre las reglas ajenas al espacio y tiempo simbólico de este caso. Rápidamente, intuí que si quería
ser un psicoanalista con este paciente, tenía que desconocer lo máximo posible lo que conocía, y
tenía que ver y oír, y en sus formas simbólicas, imaginar e intuir. Hallar una posible forma de
significar las construcciones especiales que el paciente que presento realizó para poder vivir en el
espacio y el tiempo de la vida.
Juan busca dementores
Hijo de una familia socialmente renombrada, Juan se presenta con su apellido. Ingresa a la
consulta diciendo que afuera la gente le tosía. El padre, que lo acompaño a la primera consulta, me
miró fijamente ante el comentario, sugiriendo según mi interpretación, una decodificación. Yo solo
pude decirle que nos deje a solas, que le daría más adelante alguna devolución. Pero por ahora
acababa de ver a Juan. No volví a ver al padre por algún tiempo. El hecho que Juan aceptara
concurrir al espacio analítico ya resultaba un logro para la familia.
Se acostó en el diván. Se tapó la cabeza con almohadones. Me dijo que la gente no lo conocía, que lo
seguían confundiendo con alguien que él había sido, pero que ya no era. Inclusive la familia. El

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había estado actuando de lo que no era, pero ahora iba a demostrar que él no era un tigre, que era
un león. Yo asentí y por alguna razón se sintió comprendido. Yo solo estaba tratando de ver en qué
mundo vivía el joven de veinte años.
Se explayó sobre la tos diciendo que cuando pasaba le tosían personas que le indicaban que no se
crea lo que no era. Que lo miraban como diciendo que él era el anterior, no este que es ahora.
Yo pensé que su superyó había sido proyectado en las toses y miradas y que lo estaban acusando de
algo suyo que él estaba viendo y no podía tolerar.
¿Qué sería el tigre? -le pregunté-
Los homosexuales -me dijo-, los putos esos. Piensan que soy un puto, un tigrecito y yo soy un león.
No, soy un león.
Pensé que el león era el espacio que lo estaba defendiendo de la una fragmentación psicótica aún
mayor, y lo fui confirmando a medida que aparecían más personas tosiéndole, y especialmente
cuando pasó a decirles, a esas personas, cosas agresivas, y a tener que retirarse de los lugares por
inconvenientes de ese tipo. Por suerte, se le instaló la duda de si era real o no lo que le pasaba. Me
preguntó si yo le creía. Yo le dije que sí, pero no estaba seguro de qué era lo que pasaba afuera, de si
eso era o no real.
De lo que sí estaba seguro era de que el splitting, en la medida que se vuelve más compulsivo,
divide en más partes el self y las proyecciones se vuelven más fragmentarias, como nos enseñó
Bion. También eso trae como consecuencia que la única defensa posible para dejar de ver los
partes del superyó fragmentado, sea aislarse cada vez más para tener esas proyecciones
controladas.
Y así fue, en menos de dos meses, salir a la calle fue una tarea difícil. Dejó de trabajar, comenzó a
no ser invitado por sus conocidos a reuniones adolescentes, dejó de tocar el bajo, etc. Empecé a
atenderlo en su domicilio como consecuencia de esa fragmentación. El límite de su espacio era la
casa. Hasta el balcón. En el balcón empezaban los problemas. El balcón representaba límite del
delirio, el lugar que como una zona rígida definía el delirio del resto de cordura. Paso a describir lo
que había del otro lado del balcón: el cartel del café de enfrente tenía una publicidad de un hombre
con ropa de bebé y una sonrisa estúpida. Juan sostenía que era un dementor que había quedado en
dos dimensiones expulsado por gay y que lo estaba provocando. Me explicó que los dementores
eran una especie de espíritus que succionaban el alma de las personas y que a él lo habían
succionado hacía seis años. Ahora él no sabía si era o no alguien normal. También había enfrente
un vecino que prendía muchas veces un velador gigante, cosa que ocurrió en varias de mis visitas, y
que era una provocación hacia él. Si se intensificaba el delirio, las voces de la calle y las bocinas,
podían ser también parte de ese grupo provocador.
Un día en el que estábamos realizando la sesión en el balcón Juan me decía que: “ellos creen que yo
no sé de ellos, pero los tengo detectados”. En ese momento se quedó mirando fijamente hacía el
balcón de enfrente y vi colgado un CD con un hilo fino, a modo de adorno. Inmediatamente detecté
la coincidencia, “yo sé de…y CD”. “Ahí están las mierditas -me dijo-. Saben que sé. Y me quieren
atemorizar, pero yo soy un león”. Yo vi además una remera del club Tigre, que por su
desconocimiento del fútbol Juan no detectó.
Yo pensé que ubicados allí afuera, Juan podía mantener su espacio mental estable. La condición
era que el splitting estuviera custodiado, a tal punto, que cada vez que yo llegaba me preguntaba si
estaba todo bien afuera, si había visto algo. El hecho de que yo le dijera que estaba todo bien lo
tranquilizaba. También el que yo no analizara esas figuras proyectadas del hombre bebé
homosexualizado como una parte propia. Intuitivamente nunca consideré que fuera necesario
entender eso como símbolos o protosignificados, siempre los pensé como un tema espacial, en
donde la cordura y la locura estaban sostenidas en el vínculo estable conmigo, el médico
psiquiatra...y el balcón. El espacio mental estaba amenazado y la naturaleza del delirio estaba
tratando de ser cercada en el vínculo analítico lo mas en contacto con la situación posible. Por eso,
la movilidad del encuadre, junto con el límite del balcón, permitían a mi entender, tener a raya la
expansión de la psicosis. El psicoanálisis hallaba su encuadre en la dinámica que iba permitiendo la
formación delirante, cercándola, conteniéndola.
En la medida que las figuras externas dieron muestras de no invadir el self, pudimos salir con el
paciente al espacio externo y tener las sesiones caminando por el parque, observando los posibles
dementores. Varios de ellos habían quedado capturados en obras de arte modernas, y un poco mas
trágicamente, en panteones del cementerio de la chacharita, en donde aseguró que se hallaba uno
que especialmente lo había acuciado. Visitamos el panteón donde se encontraba. Allí lo miraba,

66
fumaba y conversábamos sobre su malignidad. Lo tranquilizaba que estuviera encerrado, y por
momentos, podía hablar de otros temas.
Lo central, en términos clínicos, es que el espacio se había ampliado y comenzaron a aparecer
preocupaciones por el trabajo que había abandonado. Es decir, el espacio y tiempo del mundo real
se empezaron a hacer presentes y ciertos esbozos de sonrisas y conversaciones sobre chicas
agradables o el triunfo de D. Trumph se intercalaban con preocupaciones sobre los dementores.
Finalmente retomó su trabajo y, dentro del marco familiar y sesiones regulares, las preocupaciones
sobre los dementores ocuparon un espacio restringido.
Mi función analítica tuvo un cambio significativo: ser garante de la limpieza del espacio exterior.
Dos o tres veces al día le permití hacerme llamados telefónicos:
¿Están los putos?- me preguntaba
Nada, nada- le contestaba yo habitualmente.
Esta conversación corta, repetitiva, era suficiente para que se sintiera capacitado para enfrentar el
mundo externo.
Otra preocupación que comenzó a ser insistente es el origen de las voces e imágenes que veía. Lo
que veía, oía y no era: ¿de dónde había venido?, ¿cuando se lo habían puesto, o era como un cáncer
que crecía dentro suyo de algo malo propio?, ¿a qué espacio habían ido a parar todos ellos? La
incertidumbre se apoderaba por momentos de sus pensamientos en relación a esto. Sin dudas,
estaba muy cerca de comprender su locura. Tarea nada sencilla para su mente. Que cerca estaba de
no poder ahorrarle ese dolor.
En una de las últimas sesiones en el espacio externo me pidió ingresar a una iglesia. Me dijo que
Cristo había sido derrotado por ellos, los dementores. Que uno de los destinos era ese, vivir entre
este mundo y el otro, que a lo mejor él tenía que vivir entre dos mundos, como Cristo. Me pareció
un valioso insight sobre su psicosis.
Resumen
A través del análisis de un delirio se intenta demostrar la existencia de un espacio y tiempo
diferenciados en los pacientes psicóticos.
La tesis central es que no existe “un mundo”, sino muchos mundos. Esto tanto en los pacientes que
comparten un universo simbólico consensual como en los que construyen una neorealidad.
Utilizando autores que aceptan el “a priori” como una condición del sujeto, se intenta demostrar
como la decisión activa del ser humano permite construir o no, un espacio y tiempo compartido
para poder vivir.

Bibliografía
Bion, W “Aprendiendo de la experiencia”. Paidós
“Elementos de psicoanálisis”. Paidós.
“Memorias del futuro” . j. Yebennes
“Seminarios Romanos”. Promolibro
Kant, I “Crítica a la razón pura”. Ediciones Colihue
Meltzer, D “Claustrum”. Spatia

Crisis de la función de transmisión: de dones, filiaciones y


herencias…
Psic. Gloria Diana Rossi Arrechea24
Nos hemos formulado los siguientes interrogantes que organizan nuestra investigación, a saber:
¿De qué manera los adolescentes actuales, tramitan el malestar entre lo pulsional y el malestar en
la cultura?
¿Cómo incide en la producción de subjetividad adolescente, los nuevos ideales y contenidos del
superyó?
¿De qué manera son escuchados los discursos de los adultos, frente a las exigencias de las nuevas
configuraciones culturales?

24
gdrossi@ unr.edu.ar. Facultad de Psicología – Consejo de Investigaciones - Universidad Nacional de Rosario
67
¿Cuáles son los referentes actuales, en los que se basan para producir su proyecto identificatorio?
¿Sigue siendo vigente el concepto de proyecto identificatorio o es necesario interrogarse sobre su
declinación?
Si los adolescentes son interpelados desde el puro presente, ¿existiría una devaluación de la noción
de proyecto a futuro?
¿Existiría una sustitución del pacto intergeneracional mosaico (caracterizado por la asimetría y el
uso del poder en el adulto), por el contrato intergeneracional, en el cual existirían vínculos
intergeneracionales democráticos, en el plano de lo político y simétrico en el campo de lo
simbólico?
¿Cuáles serían las referencias identitarias que conformarían el entramado del proyecto?
¿Cuál es la valoración de los adolescentes, respecto del esfuerzo y trabajo de las generaciones que
los precedieron?
La lógica de la inmediatez e instantaneidad, ¿anularía la dimensión imaginaria y simbólica de las
anticipaciones proyectivas en los adolescentes?
¿Cuáles serían los ideales, los modelos identificatorios y las prohibiciones que les proponen los
discursos de los adultos?
¿Cuál sería la manera más adecuada para intervenir en las Prácticas Profesionales de Orientación
Vocacional, en estas nuevas configuraciones culturales?
Abordamos los puntos de tensión generados en las modalidades subjetivas acerca del modo en
cómo se tramitan en el plano de la producción de subjetividad en los adolescentes, la escucha de los
ideales y mandatos de los discursos adultos en tanto que referentes de las proyecciones y
anticipaciones subjetivas en la construcción de un proyecto identificatorio.
Por un lado, la producción de las adolescencias supone un largo proceso de tramitación, entre otros
procesos simbólicos, del pasaje de la escena familiar endogámica al campo social exogámico.
Por otro lado, actualmente este pasaje se da en un contexto caracterizado por nuevas
configuraciones culturales cuya particularidad, entre otras, es la pérdida de referencias
fundamentales en el proceso de socialización secundaria.
Asistimos a una crisis civilizatoria en la función de transmisión intergeneracional, en cuanto a la
(im)posibilidad y vacilación desde los adultos, constituidos subjetivamente en la sociedad salarial,
debido a la obsolescencia de sus referencias, de donar a las nuevas generaciones de recursos y
posibilidades que permitan el despliegue de estrategias inéditas e innovadoras para afrontar la
producción de un proyecto identificatorio, en este complejo contexto actual, nacional, regional y
mundial
Presentación
Es decir nos interrogamos respecto de cuál es el lugar que los adolescentes en la actualidad le
asignan a los adultos en tanto que referentes y objetos de identificación, para poder, de esta
manera, extraer rasgos de su identidad en relación a sus elecciones académicas futuras.
En la actualidad, la organización característica de la sociedad industrial, basada en la esfera del
trabajo, de la protección social, y del trayecto de vida se desarticula. Aparecen en consecuencia,
tanto una nueva flexibilidad temporal como una discordancia de los tiempos de vida. Esta
evolución se advierte principalmente en los tiempos del trabajo, ligados al retroceso del sistema
fordista de producción y al surgimiento de una sociedad de la información, de las redes y del
conocimiento.
La carrera se ha fragmentado, la vida en el trabajo y el trayecto profesional son cada vez menos
unidimensionales y continuos y la arquitectura de la protección social basada en una distribución
tripartita de las edades y los tiempos sociales a lo largo del ciclo de vida está quebrada.
Este proceso de crisis se da a nivel de las relaciones intergeneracionales (en los procesos de
filiación) y a nivel macrosocial, en la compleja relación del Estado, la sociedad Civil y el mercado.
La caducidad de un modo de transmisión propio de la sociedad salarial y de la modernidad, coloca
a los adolescentes en situación de tener que generar nuevos recursos para afrontar los desafíos de
la elección en ese marco de la crisis de reproducción cultural.
Pareciera que las representaciones, los valores, los ideales del mundo adulto ya no son eficaces en
la interpelación a los adolescentes, en cuanto a su proyección de futuro. Esta particular situación
sería efecto de la profunda mutación histórico – social a la que asistimos.
El quiebre en las relaciones de autoridad entre las generaciones también ha llevado a una puesta en
cuestión de la misma acción de transmisión, frente a lo cual, cabe preguntarse por los efectos de
esto respecto de la orfandad de referencias y recursos subjetivos en tanto que insumos desde los

68
cuales los adolescentes deberían poder extraer elementos para construir su proyecto anticipatorio
en relación a la elección académica.
La pérdida de referencias fundamentales en el proceso de socialización secundaria, en la
adolescencia que implica el pasaje de la escena familiar al campo de lo social, genera una crisis en
la función de transmisión intergeneracional, en cuanto a la (im)posibilidad de donar a las nuevas
generaciones de recursos y posibilidades que permitan el despliegue de estrategias para afrontar la
producción de un proyecto identificatorio.
Según Narodoswky
La asimetría entre adultos y niños/adolescentes es la que permitía dotar de sentido determinados a
la emancipación ya como adulto, pero no como cualquier adulto, sino acoplado a la imagen del
“modelo” al que fue subordinado. Este es el mecanismo central (:..) del funcionamiento de nuestra
postmodernidad postfigurativa. Es evidente que “seguir el ejemplo” de los adultos (…) es la
práctica de crianza asimétrica por antonomasia. 1
Según el análisis que realiza ese autor, basado en los conceptos de M. Mead, el pasaje de la
sociedad postigurativa a prefigurativa, ha representado modificaciones muy profundas en las
relaciones intergeneracionales, las cuales han incidido no sólo en la relación con la autoridad, sino
en los modos de vinculación entre generaciones, los cuales poseerían un carácter más simétrico y
de negociación permanente.
Es más, no sólo los hijos “no obedecen” la tradición laboral o profesional de los padres; en muchos
casos ni siquiera hay algo para obedecer, ya que los viejos oficios han directamente desaparecido y
el trabajo futuro es virtualmente una incógnita, por lo que el padre no tiene ya mucho para guiar a
un hijo quizás menos desorientado que su progenitor. Algunos autores van más allá y predicen que
el trabajo futuro deberá ser “inventado” a partir de unas pocas e imprecisas pistas que brinda el
presente. En otras palabras, no se respetan tradiciones, porque de hacerlo se caería en la más
absoluta inoperancia, irrelevancia y obsolescencia. 2
Del Pacto Mosaico al Contrato Intergeneracional: puntuaciones conceptuales
E. Giberti propone como clave de análisis en el abordaje que realiza con respecto a las relaciones
intergeneracionales diferenciar dos ideas importantes, que son contrato y pacto, dado que las
mismas le posibilitan sostener la afirmación que ella formula en relación al cambio cualitativo de
las generaciones jóvenes con respecto a la valoración de las generaciones que los precedieron. Al
respecto señala:
La dimensión o el concepto de lo intergeneracional depende del reconocimiento del pacto histórico,
pero los jóvenes y los padres han modificado o deslizado los ejes del pacto (que se refieren al
vínculo impregnado por las señales del respeto entre ambas generaciones), lo que significa que el
cuarto mandamiento: “Honrarás a tu padre y a tu madre” no necesariamente es entendido por los
padres como podría haberlo sido en el siglo XXI, ni es acatado por los jóvenes como lo fue siglo
atrás. 3
Eva Giberti sostiene que en las últimas décadas se ha producido un pasaje o sustitución del pacto
intergeneracional por lo que ella denomina contrato intergeneracional.
A los efectos de profundizar estas cuestiones, retomamos la formulación de E. Giberti, quien
diferencia el concepto de pacto mosaico intergeneracional del de contrato intergeneracional,
intentando arrojar alguna luz sobre estas cuestiones que nos inquietan, dado que consideramos
que estas dos nociones son sumamente fructíferas para articularlas en relación a los modos en que
los adolescentes tramitan sus elecciones vocacionales,
Conclusiones (in)conclusas
Consideramos que dada lo obsolescencia de las referencias adultas ante este mundo complejo, esto
produce una severa (im)posibilidad, quizás no de todo el universo representacional posible, de
donar a las nuevas generaciones de recursos y posibilidades que permitan el despliegue de
estrategias para afrontar la producción de un proyecto identificatorio, en este complejo contexto.
Citas Bibliográficas
1. Narodoswky, M. (2016). Un mundo sin adultos. Familia, escuela y medios frente a la desaparición de la
autoridad de mayores.. Buenos Aires. Argentina. Editorial Debate. 78.
2. Narodoswky, M. (2016). 66.
3. Giberti, E. (2001). Contrato y pacto intergeneracional. Los jóvenes frente a sus padres. Jóvenes. Revista
de Estudios sobre la Juventud. México D. F. México. Edición Nueva Época, año 5, Nª 13. 81.

69
El pseudo self y las redes sociales. Nuevos desafíos en el proceso
identificatorio.
Lic. Ana María Terán de Corniglio25
La Realidad Virtual, denominada también “cultura de la simulación y de la interactividad”,
propone entre sus variantes “juegos interactivos en red”. Cada participante pasa a formar parte de
distintas “comunidades virtuales” y elige en forma anónima ser un “personaje inventado”. En esa
condición recibirá el aporte de nuevos jugadores que integrándose del mismo modo “inventan
sobre el invento”; de ese modo, entre todos, generan nuevas posibilidades a ser jugadas. Dos
condiciones de los juegos destacadas son: la multiplicación de la información y el anonimato.
Turkle (1995, pág.324,25) sostiene que los juegos virtuales constituyen hoy los “sueños cyborg 26
tejidos en la red”; “yo interactivo”, “descentrado”, “simulado”, conforman “un nuevo modelo” para
el estudio de la “identidad interactiva”. En estos entornos, niños y adultos interpretan y juegan
roles explícitamente y conforman sus “yoes en conexión”; se trata de “yoes múltiples” pero
integrados con un principio de coherencia. La autora considera a la virtualidad en la pantalla como
un espacio para el crecimiento que permite jugar “sin vergüenza ni temor” múltiples
personalidades, llevando el proceso “como si fuera” el juego de la vida hasta posibilidades
simuladas, inimaginables, corrigiendo errores, repitiendo situaciones para cambiar hábitos,
vivenciando distintas identidades y afectos, etc. Esto posibilita hacernos más concientes de lo que
proyectamos en la vida real, en la naturaleza, etc., como asimismo, un modo en que construimos la
realidad del yo y de los otros. Ver nuestros sueños en la pantalla abre nuevos proyectos al yo. La
autora, respalda su posición en psicoanalistas como Freud y Winnicott.
Dos viñetas clínicas nos servirán de ejemplo:
Así, Juana, niña de 11 años, se mueve entre tres hogares virtuales (el de su madre biológica y su
padrastro, el de su madre biológica y su madrastra, y el de un primer padrastro muy querido). En
cada hogar las reglas son diferentes y también lo es ella. Se pone en juego el funcionamiento del
pseudo self, la lucha por vivir del yo, en distintas versiones, completándolo, cambiándolo,
faceteándolo, camuflándolo, etc. Los participantes en red, simulan y juegan, a su vez, distintos
personajes. De tanto en tanto aparece un “nuevo personaje” surgido desde la misma interacción,
inventado por la computadora que también juega, evoca y simula. Se trata de un permanente re-
mapeo, análogo a un bricollàge. “El ordenador es un objeto evocador que provoca la renegociación
de nuevas fronteras” (Ibid, pág 31).
Catalina (16 años) llega a la consulta por sus ataques de pánico reiterados. No puede asistir al
colegio; excelente alumna, deja de estudiar durante un año. Su estilo apocado, de normas y reglas
rígidas, la lleva a conectarse en redes que le permiten jugar con otros y en el anonimato salir de su
prisión. Sus temores más importantes de índole sexual son jugados, consultados y "resueltos" a
través de un grupo. Sus ataques de pánico se inician cuando luego de intercambios anónimos, debe
pasar de la interconectividad en la pantalla a enfrentar la realidad. Deberá encontrarse con una
mujer del grupo que se describe como homosexual. De no producirse el encuentro quedaría
eliminada del juego y del grupo.
A propósito de Freud, rescato particularmente su obra El Creador literario y el fantaseo (Freud,
1908e), dónde sostiene que tanto el juego de los niños, el fantaseo del adulto, los sueños nocturnos
y los sueños diurnos - que denomina “castillos en el aire” - se basan en la necesidad y el deseo que
se van construyendo en el fantaseo para dar paso a la realidad. “El dichoso nunca fantasea; solo lo
hace el insatisfecho. Deseos insatisfechos de amor y de ambición de poder. Son las fuerzas
pulsionales de las fantasías que dan cuenta de esa necesidad de ir construyéndonos a partir de
nuestros ideales; ” … en la mayoría de las fantasías egoístas y de ambición en un rinconcito está la
dama para la cual el fantaseador lleva a cabo todas esas hazañas, y a cuyos pies él pone todos sus
logros”. Freud (pág.131) también menciona la capacidad para escindirse y gestar distintos
personajes. Por un lado, ensalza esa capacidad del Yo y, por otro, alerta acerca de las brechas
patológicas posibles. Así, tanto en la vida normal como en el arte o en la patología, se despliega esa
capacidad del poeta que le permite “… escindir su yo, por observación de sí, en yoes parciales, y

25anacorniglio@gmail.com APA
26La palabra “Cyborg” refiere a personajes y situaciones dónde se conjugan seres “reales” con productos cibernéticos, tales como serían
en determinados films “sujetos biónicos”.
70
personificar luego en varios héroes las corrientes que entran en conflicto en su propia vida
anímica.”
Podríamos pensar este proceso como un continum de transformación al modo de imágenes
caleidoscópicas, percepciones, sensaciones y evocaciones, que interactúan generando fantasías
como vemos en el juego, en el teatro y en la historia .
Winnicott (1951) refiere que la existencia de problemas en el vínculo temprano con la madre, llevan
a que en el niño se exprese y manifieste la necesidad de gestar un pseudo self que calma y permite
no perder el contacto con ella. Así puede organizar y dramatizar “el personaje que necesita su
madre”, encubriendo y protegiendo, en distintos niveles de graduación al self auténtico; también
puede dar lugar a distintas patologías.
Pienso que cuando hablamos de pseudo self, referimos también a una capacidad visceral del yo
que permite el re-mapeo permanente. Las distintas “versiones yoicas” , al modo de “personalidades
múltiples”, cada una con su “sentimiento de sí”, deberán con-jugarse colaborando en la
conformación de la identidad.
Sabemos que el proceso de conformación de la identidad, posee aspectos inamovibles e invariantes
y otros secundarios donde las variaciones se tornan más posibles y necesarias. Se entiende así que,
por un lado, permanezcamos siendo los mismos y, por otro, estemos en constante cambio (Bion,
1977).
La pantalla es un importantísimo espacio transicional en nuestra época, no una cárcel. Permitiría
alcanzar mayor libertad y coherencia en la construcción del self; en las luchas del Yo al tener que
lidiar con sus tres amos: el Ello, el Superyó y la Realidad (Freud, 1923b). La capacidad visceral de
figurar personajes, es una herramienta simbólica. La pseudo identificación, posibilita el
“entrenamiento” necesario en la copia e imitación de modelos en el proceso identificatorio.
Un centro clave en el tema es el devenir narcisista en la pantalla; algo que preocupa a todos es su
calidad hipnótica y fascinante que propone una atracción magnética. Al modo de una cybermadre,
la pantalla recibe las proyecciones de los más pequeños, los adolescentes y los adultos; podríamos
decir que asistimos a la adoración narcisista en la pantalla. Si la cosa funciona bien, la vida en la
pantalla refleja una vida virtual posible; no obstante la realidad contraataca y estamos sujetados a
nuestros deseos, al dolor y la mortalidad físicos que nos traen permanentemente de la
interactividad virtual a la interactividad real y a la solidaridad más visceral.
El uso excesivo o patológico de la pantalla es un mal negocio. Tanto el anonimato como la
multiplicación mediática, pueden patologizar el devenir narcisista del niño y del adolescente. Como
vemos, a menudo quedan atrapados en la red que se teje en la pantalla, generando ilusiones
extremas que fracturan el equilibrio entre la ilusión y la desilusión necesario para ir resolviendo el
proceso identificatorio. La pantalla figura, entonces, una araña o pulpo que chupa hasta estadios
muy tempranos del "narcisismo primario". (Freud, 1914c).
Como sabemos, la metamorfosis adolescente provoca no solo una reactivación de la sexualidad y
una mutación de identificaciones. Conjuntamente, los vínculos y circuitos del narcisismo gestados
en las fases tempranas se reactivan. His mayesty the baby (1914c) se hace presente nuevamente.
En el proceso identificatorio adolescente, considero también el valor de la experiencia, tanto de la
realidad virtual como de la realidad material de nuestras vidas. En la experiencia en la red virtual
se tejen múltiples conexiones entre ambas que pueden enriquecer o perturbar el devenir.
Los efectos de la conectividad permanente, donde el anonimato y la multiplicación mediática rigen
el proceso, facilitan la relativización respecto a la responsabilidad, la solidaridad y la capacidad de
duelo. La riqueza de modelos posibles, la interactividad en la red, la velocidad de la simulación, etc.
a veces empalidecen la expresión vivencial y posibilitan el no hacerse cargo de las implicancias de
las acciones; otras, en cambio, su exacerbación conduce a altos riesgos.
Cabe una reflexión prudente y profunda acerca de lo que sucede con la actividad sintética del yo,
con la capacidad de introspección, la memoria, etc. necesarias e implícitas en el proceso
elaborativo.
Una reflexión similar intenta transmitir el peligro de la incomunicación en el exceso mismo de la
hiper cyberg conexión. Este tema se refleja en el estudio y desarrollos acerca de los robots sociales,
cuya función esencial es estimular la conversación y el encuentro entre grupos reales. Se intenta
así, trabajar la problemática acerca de estar "solos pero conectados".
La identidad considerada como una fortaleza privada de muros firmes y estables que protegía los
valores y delimitaba claramente lo interno de lo externo va mutando. Los valores más importantes

71
en cuanto al logro de una identidad saludable, pienso que están dados por la coherencia y la
adaptabilidad.
En el contexto revolucionario de la cibernética y de las redes sociales, nacen nuevos fenómenos y se
reactualizan viejos, tales como la conectividad básica humana que expresa la necesidad de vínculos
que cobran nuevas expresiones. El Yo en su polifacética capacidad va armado nuevas defensas y
formas.
Resumen: a partir de la definición de la identidad virtual se intenta mostrar los efectos saludables
de la misma así como los riesgos de su uso excesivo. A través del proceso identificatorio llevado a
cabo en las redes sociales, se analiza la influencia y perturbaciones del narcisismo en la mutación
adolescente. Asimismo, se muestra la función saludable del pseudoself como herramienta
simbólica.

Bibliografía:
Bion, Wilfred (1977). Volviendo a pensar. Edit. Paidós, Bs. As. 1977.
Corniglio, Ana María Terán. Acerca de la función del pseudoself. En Simposio 2012, Fundación CPSEA,
Buenos aires.
Freud, Sigmund (1908e- 1907). El creador literario y el fantaseo, en Obras completas. Tomo 9, Amorrortu
Editores, Bs. As, 1976.
Freud, Sigmund (1914c). Introducción del narcisismo , en Obras completas. Tomo 14, Amorrortu Editores,
Bs. As, 1976.
Freud, Sigmund (1923b). El yo y el ello, en Obras completas. Tomo 19, Amorrortu Editores, Bs. As, 1976.
Freud, Sigmund (1940e- 1938), La escisión del yo en el proceso defensivo, en Obras completas. Tomo 23,
Amorrortu Editores, Bs. As, 1976.
Morin, Edgar (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Edit. Nueva Visión, Buenos
Aires, 2.001.
Morin, Edgar y col. (2.002) Educar en la era planetaria. Edit. Gedisa, Barcelona, 2003.
Romano, Eduardo M. (1998). La computadora en el tratamiento de los problemas de aprendizaje. Edit.
Nueva Visión, Buenos Aires, 1998.
Romano, Eduardo M. (2000) Navegantes de Internet, personalidades interactivas y agrupamientos virtuales.
Edit. Lugar, Buenos Aires, 2000.
Turkle, Sherry (1995) La vida en la pantalla. La construcción de la identidad en la era de Internet. Edit.
Paidós, Buenos Aires, 1997.
Turkle, Sherry (2012) La computadora como objeto evocador. (visto por Internet…aún sin plublicar en
español).
Winnicott, Donald (1971) Realidad y juego. Edit. Gedisa, Barcelona 1979.

72
TALLERES

73
Suicidio en Adolescentes y Depresión en Niños: Un estudio
realizado por el Servicio de Internación Infantojuvenil de la
Clínica Abrines.
Dra. Hebe Abrines de Sanvittori27; Dr. Gabriel Valente; Lic. Yesica Gutiérrez;
Lic. Alberto Damonte
Está actividad de Taller pretende tratar el Tema del Suicidio Adolescente, desde la óptica del
Equipo Interdisciplinario del Servicio de Internación Infantojuvenil de la Clínica Abrines.
1. Para esto se hará en principio un acercamiento desde el análisis de datos estadísticos. Se
realizó un estudio de tipo exploratorio-descriptivo sobre una muestra de pacientes menores de
edad que necesitaron Internación. Los resultados determinan conductas relacionadas al continum
de suicidabilidad en los menores, que han sido comparados con estadísticas mundiales y
nacionales de organismos oficiales. Los estudios demuestran que el suicidio está dentro de las
principales causas de muerte en los adolescentes.
2. Luego entraremos en la metapsicología del suicidio. Se hará un breve recorrido por los
autores que echaron luz sobre esta problemática.
3. A través de un caso clínico, nos adentraremos en los cuadros psicopatológicos subyacentes
al fenómeno de la suicidabilidad. Depresión en la infancia. Ansiedad Adolescente. Acting Out.
Pasaje al acto.
4. Finalmente nos planteamos como tratar a estos casos, principalmente en el contexto de los
tratamientos que requirieron internación. Ya sea desde los aspectos psicoterapéuticos así como
también desde el abordaje psicofarmacológico. Desde el trabajo con el paciente en cuestión hasta la
necesidad de encarar importantes intervenciones con la familia y el entorno social.

Estas 4 breves exposiciones servirán de disparadores para trabajar en conjunto con los presentes,
respecto de esta problemática Adolescente grave. Y poder pensar nuestro rol como profesionales.

Reflexiones en relación al abordaje clínico psicoanalítico con el


adolescente y su familia.
Dr. S. Guillermo Bruschtein28
En este taller nos proponemos discutir e intercambiar experiencias de la clínica con el paciente
adolescente y su familia.
Puntualizaremos acerca de los riesgos con los que el analista puede quedar expuesto en el caso de
no detectar las urgencias o los emergentes del momento por que el joven paciente transita.
Nos interesa detenernos en el fenómeno de la transferencia y de la contratransferencia en tanto que
desde nuestra función de analista asumimos el desafío de dar respuesta al despliegue sentimientos
y fantasías inconscientes cruzados del joven y de su familia.
Pensamos que la experiencia clínica con el adolescente está signada por variables que hacen de esta
práctica la necesidad de contemplar variables que la diferencian y la significan.
Los analistas que asumimos el compromiso y el desafío de esta experiencia con jóvenes, sabemos
que con los pacientes, que ya no son niños pero tampoco son en su mayoría lo suficientemente
independientes como para asumir el manejo y la responsabilidad de sus actos, nos obligan a
contemplar, variables del encuadre y una especial atención a la multiplicidad de despliegues de
perfiles diagnósticos.

27 hebeabrines@yahoo.com.ar Coordinadora, Servicio de Internación Infantojuvenil de la Clínica Abrines


Coordinadora, Servicio de Internación Infantojuvenil de la Clínica Abrines
28 sg.bruschtein@gmail.com APA
74
El terapeuta que no puede o se ve privado de implementar un encuadre y una escucha apropiada
en relación a cada situación y a cada paciente, corre el riesgo de quedar en una posición de máxima
vulnerabilidad para implementar los recursos terapéuticos ante posibles y muy habituales
situaciones de riesgo en la que nuestros jóvenes pacientes puede incurrir.
1- Singularidad del Encuadre:
A- ¿El paciente o los pacientes?
El paciente adolescente mayormente cuenta con la participación activa o pasiva de los padres o de
alguien de su grupo familiar. Son características que marcarán el tipo o la modalidad de contrato y
de compromiso con la terapia y la actitud terapéutica que deberá asumir el analista.
B- ¿Quién es el que pide el tratamiento, el joven o sus padres?
C- ¿Es el joven quien desea o demanda de ayuda terapéutica?
D- ¿Hay acuerdos o coincidencias de criterios en relación al motivo inicial de la consulta?
E- ¿Ambos padres concuerdan en los criterios o ejes centrales de una ayuda o consulta para
una posible terapia?

2- Importancia del Proceso Diagnóstico:


A- La posibilidad de realizar un proceso de eventuales diagnósticos del paciente y su entorno
será un recurso imprescindible para el abordaje futuro.
B- Consideramos que los diagnósticos deberían no ser unívocos ni definitivos, y en tanto
psicoanalistas no podemos implementar una sola modalidad estandarizada pues estaríamos
invalidando la riqueza de la espontaneidad de la escucha y de la lectura de la trama discursiva,
desaprovechando la singularidad que nos brinda el diagnostico en transferencia.
C- Diferenciaremos los que se debe considerar como paciente de riesgo o en riesgo, para sí
mismo o para terceros. La tendencia del pasaje al acto de muchos jóvenes es un aspecto de máximo
cuidado y es importantísimo ser muy sensible a la lectura de los cambios y los dichos.
D- No siempre harán pasaje al acto los jóvenes con características más extrovertidas, como así
otros menos expansivos pueden llegar ante situaciones insoportables y de mucha angustia sufrir un
episodio impulsivo de riesgo. Sabemos que esta etapa de la vida por la que transcurre con una
estructura psíquica de marcada labilidad por lo que el psiquismo no está preparado para afrontar
situaciones muchas de las veces vivenciadas como insoportables e imposibles de resolver.

3- Responsabilidad Profesional:
A- Por todo lo que planteado anteriormente creemos que los terapeutas nos vemos ante la
exigencia de implementar en la clínica con adolescentes algunas modalidades que hasta aquí, tal
vez había una tendencia a no tener tan en cuenta.
En parte por desconocimiento de los riesgos para a los que quedamos expuestos en el caso de que
un paciente se viera involucrado, pero también los analistas hemos tratado de excluir de nuestra
clínica, todas aquellas conductas contractuales que tal vez puedan ser consideradas como de
formalidades burocráticas
Sin embargo los analistas que damos en una posición de riesgo y de vulnerabilidad
paradójicamente frente a la vulnerabilidad de nuestros pacientes.
Nosotros debemos responder legalmente ante cualquier problema en que pudieran incurrir
algunos de nuestros pacientes. Así lo sostiene la nueva Ley de Salud Mental de la Nación.
Es así que debemos comenzar a evaluar y discutir en nuestros intercambios científicos, la
posibilidad de implementar lo que se viene realizando ya en otras prácticas médicas en relación a
las coberturas legales es el consentimiento informado y la elaboración y actualización de la Historia
Clínica.
Creemos que el psicoanálisis es un dispositivo terapéutico sumamente eficaz y de gran ayuda.
Par a que el terapeuta pueda desarrollar su tarea utilizando todos sus potenciales que la formación
le brinda es fundamental que se sienta lo más seguro y lo menos expuesto ante los posibles avatares
que la práctica clínica propone.
Estos serán los temas que discutiremos enriquecidos con viñetas clínicas y con el recurso del Power
Point.

75
Adicciones y Anorexias en la Adolescencia: respuestas frente al
vacío?
Dra. María Teresa Calabrese29, Lic. Susana Lentino de Pacheco M.30

¿Qué es la adolescencia?: Metamorfosis de la pubertad para Freud, Despertar de la primavera para


Lacan, mejor hablar de adolescencias como respuestas subjetivas frente a la segunda oleada
pulsional y al doloroso pero necesario desasimiento parental que al decir de Freud ¨es el único que
crea la oposición, tan importante para el proceso de la cultura, entre la nueva generación y la
antigua¨ Frente a esto el joven debería poder atravesarla sin hacerse daño. Pero todo depende del
aparato simbólico construido desde la infancia junto a sus padres. Cuando no cuenta con ese
recurso, el riesgo es el acting out y el pasaje al acto.
Hay respuestas epocales (pero no nuevas) dado que está dado el terreno propicio para tomar las
vestiduras actuales como ser anorexias y adicciones que pueden darse en la distintas estructuras.
Ambas buscan llenar un vacío y sortear la angustia.
No debemos incurrir en generalizaciones y perder la singularidad de cada caso, por eso se torna
importante hacer el diagnóstico de estructura, si estamos en la Neurosis o en la Psicosis, para ver
con qué recursos cuenta para la tramitación de la pérdida de goce.
Hay una intolerancia al dolor y una tendencia a evitar el dolor psíquico a través del uso inadecuado
de psicofármacos.
Recordemos que el psicoanálisis es en las adicciones. Está en la carta de presentación del mismo:
luego de escribir Uber Coca, Freud dejó un camino abierto a partir del cual puede empezar a
formularse una clínica psicoanalítica allí donde desfallece la droga. Sabemos que si el objeto es
contingente pero que una vez acontecida la represión primordial hay una fijación y soldadura difícil
de mover. Cómo pasar del goce del cuerpo al goce de la palabra? Ya en la carta 52 Freud planteaba
que en cada nueva retranscripción había pérdida de goce. La OMS habló de dependencia en 1985,
cien años después que Freud hablara del desamparo inicial, de la dependencia del auxilio ajeno a
través de la acción específica. Desamparo que genera angustia.
En una carta a Fliess refiere a la masturbación como adicción primordial, o sea un goce
autoerótico, sin contenido psíquico, sin fantasía, sin representación. Es el Ello arrasando sin
mediación simbólica (Diana Rabinovich: Las impulsiones) Los dependientes de la droga son
esclavos de la misma. Están en posición de objeto. Algunos llegan al despojo representacional, a la
nadificación subjetiva y a la realización de actos de los que nada saben. No están ahí como sujetos.
Hay una ilusión imaginaria de anestesiar el dolor y de alcanzar el paraíso perdido que lleva al
borramiento subjetivo El ¨sopor beato¨ que habla Freud en ¨Uber Coca¨ es la creencia de haber
logrado el Nirvana. Hay una lenta desaparición de las ligaduras representacionales. Son adictos al
superyó, el cual funciona como imperativo que ordena gozar y a la vez castiga por el mismo medio.
Son modos en que la pulsión se hace presente en la clínica. Ello dice como compulsión
(D.Rabinovich)
En el Malestar en la Cultura Freud dice que para soportar el sufrimiento de la vida no podemos
prescindir de calmantes: distracciones, satisfacciones sustitutivas que lo reduce y sustancias
embriagadora, tóxicas que nos insensibilizan.
En nuestro consultorio recibimos muchos jóvenes( y no tan jóvenes) con exceso de consumo sin
todavía haber llegado a la adicción:
Qué satisfacción sustitutiva podemos ofrecer? Freud propone la fantasía y la sublimación. Cómo
lograrlo?
Si bien se considera a las adicciones como enfermedades de la modernidad, hay casos descriptos
desde mucho tiempo atrás. La primera Historia Clínica de Anorexia data del año 1245 y se trata de
Margarita de Hungría quien muere caquéctica a los 23 años.
En la actualidad hay un incremento del consumo, producto de “el malestar en la cultura”, o el
mayor estímulo inducido por el tráfico de estupefacientes y también al aumento de la población
mundial; no obstante hay que tomar en cuenta que hay una mayor toma de conciencia y un mejor
diagnóstico clínico, sobre todo en lo atinente a la anorexia.
Pero que es lo que promueve este incremento en los tiempos modernos? La cultura actual idealiza
la delgadez extrema, los cuerpos perfectos, la juventud eterna y al mismo tiempo se da prioridad al

29 matecal@gmail.com APA
30 asusanalentino@yahoo.com.ar APA
76
tener más que al ser. Esto induce a los adultos a trabajar largas jornadas y dispensar mucho
tiempo en esforzar los cuerpos para alcanzar el ideal de belleza. Concomitantemente los niños y
adolescentes están en colegios de doble jornada y cuando llegan a sus casas se conectan a los
aparatos tecnológicos y la vida familiar y el contacto con sus padres queda relegado a escasos
momentos. Suelen ser niños sobreadaptados de padres que han impuesto sus propios deseos por
sobre los de sus hijos y no los han ayudado a ir perfilando una personalidad propia. Han sido
buenos hijos y buenos alumnos, pero al llegar a la pubertad con toda su carga de demandas y
exigencias, se dan cuenta de un interior vacío y no pueden adquirir responsabilidades, elegir una
carrera, tener independencia de pensamientos. Esto crea el caldo de cultivo para que se
identifiquen con el ideal que cada cultura ofrece. El vacío interior es llenado por el modelo exterior.
Es aquel que la cultura dice que hay que ser. No obstante tiene que suceder algo más para que un
joven que siente que no es sea ese que la cultura impone.
En el taller se intercambiará sobre los siguientes ítems además de los que propongan los
participantes:
 Donde ubicar psicopatológicamente a la Anorexia y a las adicciones?
 Por qué es más frecuente en la adolescencia?
 Hay factores constitucionales que predispongan?
 Cuál es el rol de la familia?
 Hay culturas más propensas a inducir a estas patologías?
 Cómo se pueden prevenir?
 Cuál es la mejor manera de abordarlas?

“…Lo esencial es invisible a los ojos”. Abuso sexual en la infancia y


en la adolescencia.
Lic. Casilda Casado Sastre31, Lic. Juana Berezin de Guiter32
Antecedentes culturales, familiares, vinculares e intra-psíquicos predisponentes del abuso sexual
infantil (ASI)
Estados primitivos de búsqueda y de entrega emocional saludables entre el infans y la madre, su
entorno cultural y/o familia, en oposición a las vicisitudes patológicas, del engrama de alojamiento
del niño en los comienzo de la vida. Dinámica vincular entre todos ellos.
Fragilidad en la niñez y adolescencia, debido a carencias estructurales por mudas violencias
desestabilizadoras.
El silencio, síntoma elocuente en los casos de abuso sexual. Lo innombrable, la ausencia del otro, la
no respuesta.
La oscuridad, como la falta de mirada y el vértigo innombrable como caída por la falta de sostén.
ASI, trauma sin registro representativo en el niño que lo ha padecido.
Invisibilidad, negación del padecimiento de la víctima y del acto abusivo.
El decir del lenguaje pre verbal arcaico, planteado metapsicológicamente como legible y descifrable
desde lo simbólico, expresión clara en los casos de ASI.
Posición del analista en la transferencia y escucha analítica en el trabajo con niños y adolescentes,
en situaciones de borde como lo son las abusivas.
Observaciones referentes a la pulsionalidad perverso polimorfa des-bordada.
Caracterización de la dinámica entre el abusador y el niño abusado.
Referencia a la judicialización del ASI en nuestro país.
Ejes temáticos .Planteo de preguntas o reflexiones con la presentación de una o dos
viñetas clínicas y tal vez algún corto video:
Qué tipo de trauma es el abuso sexual?

31 casildacasadosastre@yahoo.com.ar APA
32 juanaberezin@hotmail.com APA
77
Orígenes en nuestra cultura.
Dinámica intrapsíquica entre el abusador y el abusado.
Pautas de prevención temprana del abuso sexual y de otros abusos.

La anorexia: ¿una respuesta al ideal o una pregunta por el ser?


Lic. María Pía Isely 33
“Y un día la Oruga se convirtió en Mariposa y se sintió bien porque las Mariposas vuelan y la
Libertad es Belleza”.

Quisiera comenzar con un chiste de Caloi donde, Clemente añora las calóricas épocas de Doña
Petrona. Dice así:
- El mundo está definitivamente loco.
- Mi mulatona, mi pobre mulatona, ahora hecha una flaquita, una inocente víctima de las
deformaciones de la “era moderna”.
- Despojada de sus mejores atributos por la evolución de los tiempos que se viven.
- Se han trastocado todos los valores.
- Ahora las mujeres en vez de comprar los libros de Doña Petrona, compran los del Doctor
Cormiyot.

¿Qué es lo que nos dice Clemente con todo esto? Quizá menciona muchas de las cuestiones que nos
preguntamos sobre la anorexia y la bulimia.
¿Es una moda?
¿Influye la cultura en estas patologías?
¿Son los medios de comunicación los que incitan a caer en estos trastornos?
¿Es culpa de los talles pequeños que se ofrecen en los negocios?
¿Es el ideal de belleza actual, el ideal de mujer ultra delgada?
¿A los hombres no les gustan las mujeres gordas?
¿Tiene que ver con la belleza? Si es así; ¿qué es la belleza?
Ahora bien, ¿la belleza tiene que ver con la mirada?, por ejemplo aquí desde la mirada del artista,
su concepto de belleza, y que es lo que él ve o bien le seduce de la mujer.
Yo me pregunto: Cuando Clemente ve a la Mulatona, ¿qué es lo que ve? Y cuando la Mulatona ve
que Clemente la mira ¿qué es lo que piensa?
La Mulatona despierta en Clemente el deseo, la sexualidad, la seducción.
La “flaquita, víctima de la era moderna”, no despierta en Clemente el deseo, sino la añoranza por
un cuerpo sexuado, la añoranza por un cuerpo con formas, con panza. Una panza como almohada,
con descanso mullido y suave, la panza que no se avergüenza de ser panza porque tiene que ver con
el ser mujer, con la reproducción, con la sexualidad, con el ser madre. ¿Quizás añoranza de
Madre? ¿Cuál es la mirada que espera la anorexia? ¿Cuál es la idea de perfección que quiere cubrir
o encubrir? ¿Ante la mirada de quien responde con este ideal?
Quisiera compartir con Uds.un testimonio de una paciente que por algún motivo yo sin saberlo me
dejó esta misma tarde en la recepción de mi consultorio, una carta con fecha del 11/09/17.
Pía, Ya pasaron cuatro años desde esa vez en el 2013 que tuve mi primera sesión con vos. Ya
rendida y negada a seguir luchando después de haber pasado por dos psicólogas cuya ayuda fue
nula, te conocí a vos. La tercera es la vencida dicen, y así fue. Durante estos cuatro años pasaron
muchas cosas, muchas idas y venidas, muchos enojos y miedos pero al final siempre estabas
dispuesta a ayudar, dispuesta a salvarme.
Pienso en lo que era antes, y miro lo que soy hoy y me siento orgullosa del cambio. Allá por el
2013, no era más que una nena de 15 años, perdida, frágil, muerta de hambre,
pidiendo a gritos que la quieran, que la abracen. Varias veces sentí la muerte tan de
cerca y las veces que abre deseado antes de irme a dormir no despertarme al otro día.

33 Mariapiaisely@yahoo.com.ar/ iselymariapia@yahoo.com.ar Hope Centro Psicoanalítico


78
Estaba muerta en vida. Y cuando estaba a punto de caer al vacío, alguien me agarró
de la mano y me ayudó a buscar motivos para quedarme. Esa fuiste vos.
Si hablamos de hoy me enorgullece verme grande. Me siento tan bien. Fuerte, segura, decidida, me
miro al espejo y me gusto. Me siento linda, activa, con mucha energía. Tengo muchas ganas de
vivir, tengo muchos sueños por cumplir. Hoy amo la comida, tengo ganas de probar todo lo que me
restringí antes. Tengo ganas de reírme a carcajadas de todo, hasta de mi misma. Tengo ganas de
abrazar, de besar de querer mucho y bien, de confiar. Tengo mis miedos también, mis
inseguridades, me voy conociendo y tengo mis puntos débiles todavía. Pero eso no me reprime no
me da vergüenza, a pesar de eso, tomo aire e impulso y voy.
Antes lo único que miraba era mi propio ombligo, egoísta y superficial como nadie, hoy mi postal
cambió, hoy observo mucho mi entorno, me preocupo por el otro, un montón, cuando algo no me
gusta o no me siento cómoda puedo decir que no, y cuando quiero algo lo digo o voy a buscarlo con
mis propios medios. Salí de mi burbuja y ahora exploro el mundo, lleno de gente de mierda. Pero
eso no me frena, estoy segura que frente a tanta basura hay gente con honor, con valores dando
vueltas. No pierdo la Esperanza de que todavía queden personas con códigos, con pasiones, con
ganas de querer mucho, con ganas de trabajar y estudiar, gente como vos, como yo, y no pierdo la
fe en que la vida va a poner ese lujo de personas en mi camino.
Aprendí a aceptar a mi Mamá tal cual es, entendí que no la puedo cambiar, y así no
sólo recuperé mi relación con ella sino conmigo misma. Aprendí a valorar lo que
tengo y a entender que si no lo tengo nadie me lo va a regalar, tengo que ir a buscarlo.
Aprendí a no perder más tiempo, a dejar de mendigar amor y amistad. Aprendí a
soltar lo que me lastima y a ser menos obsesiva con las cosas.
Sé que todavía hay muchas chicas por ahí, contando calorías, llenando sus vacíos y
carencias con más vacíos. Si tan solo pudiera ayudarlas, hacerlas entender que la
vida es tan linda, que hay dolores de panza más lindos que los que genera el hambre y
los vómitos, como el que genera el reírse fuerte. Hacerles entender que tienen
motivo para estar acá en el mundo, que la comida no lastima, que la vida a veces
puede no ser lo que queremos pero no hay que perder la esperanza.
Pía, gracias, esto también es logro tuyo. No solo sos una gran profesional, sos muy humana y
sensible, eso fue lo que hizo que con vos funcionara, y con las otras dos no.
Para los que dicen que la Bulimia y La Anorexia no son curables, este testimonio
demuestra lo contrario. Yo…gané la Batalla.
Es por eso que te digo…Me acuerdo de la primer sesión y la primera pregunta que me hiciste fue
quien era mi Ideal, mi modelo a seguir. En este momento no me acuerdo bien la respuesta, no sabía
que decir. Pero si hoy me lo volvieras a preguntar te diría que querría ser una gran profesional, una
gran mama, una esposa, y sobre todo una gran persona; y a la persona que tomaría de ejemplo es a
vos.
Gracias por tu cariño desinteresado, tu amparo, gracias por ayudarme a encontrar mi camino.
Y cuando sea grande y me acuerde por todo lo que pasé siempre voy a pensar en vos, si no fuera por
vos, hoy no estaría acá para escribirlo.
La vida es muy linda y todavía me queda todo por vivir.
Lo Logramos Pía. Hoy si puedo decir que me siento del todo recuperada; y no solo que volví a
ser lo que era antes de enfermarme, sino alguien mejor, me siento alguien más grande y con más
paz. Crecí.
Te quiero mucho
Agus 11/09/2017
“Y un día la Oruga se convirtió en Mariposa y se sintió bien porque las Mariposas vuelan y la
Libertad es Belleza”.
Y desde aquí el Psicoanálisis se enfrenta con una pregunta por el Ser, Más cercano a Hamlet que a
Edipo. Y desde allí nos lleva a revisar la técnica.
“Desmentido lo siniestro la aparente mansedumbre de la realidad nos tienta, al igual que
Narciso, como el lugar concreto del objeto imposible”. Naturaleza de Narciso, Nasón.
¿Es esta la realidad a la que nos enfrentamos hoy más cercanas a Hamlet que a Edipo?
Y de ser así ¿cuál será la función del Analista?

79
El Factor trágico de la adolescencia, en Romeo y en Werther.
Melancolía, amor apasionado, creación y pasaje al acto en las
ficciones adolescentes.
Dra. Alicia Killner34
Coordinación: Alicia Killner, Invitadas: la poeta Marina Mariasch y Lucia Vogelfang Profesora de
Literatura Francesa (UBA).
 La poesía como vía de entrada o de salida de la escena.
 La insuficiencia del lenguaje para afrontar el universo de la dificultad.
 El duelo por la infancia y por lo padres ideales.
 Cuando el cuerpo y la palabra se vuelven peligrosos.
 Anudar lo real del cuerpo con la responsabilidad del acto.
Se trabajará sobre la producción juvenil de Pizarnik y de otros poetas.

El adolescente se ve confrontado en ese momento clave de la existencia a anudar lo real del cuerpo
con la responsabilidad del acto. No cuenta con demasiados elementos simbólicos, y eso real del
cuerpo que es básicamente su sexualidad le propone el eterno enigma del goce al que cree que debe
responder. El amor surge como la gran respuesta y el mayor desafío, no sólo el amor de pareja, sino
el amor del par, del grupo y del Otro. Cuando ese amor no se presenta y cuando la expectativa es
excesiva los fenómenos de acting y de pasaje al acto no se hacen esperar. Escribir es un modo de
intentar un anudamiento posible, por eso se dice que la poesía es un género básicamente juvenil,
pero no siempre la escritura salva como esperaríamos, y, en ocasiones la escritura misma es el
pasaporte a la destrucción. Algo diferencia el suicidio adolescente de un suicidio a secas? Hay algo
específicamente adolescente en el suicidio juvenil?
El suicidio es un acto que se prepara en el silencio del corazón como una gran obra, nos dice
Camus. Es difícil discernir un acto de locura de un rapto de lucidez y es inútil desgañitarse
averiguando las causas de un suicidio, las más aparentes no suelen ser las más eficaces. Hay
suicidios patéticos, los hay heroicos, así, no hay suicidios, sólo hay suicidas.
En principio quien se mata, toma conciencia de aquello que todos sobrellevamos sin pensar, de la
existencia, que se vive por hábito.
Esfuerzo, más o menos vano, sacarnos de la rutina de hacerlo todo sin pensar. La propuesta
religiosa de dar sentido no resulta menos narcótica que la costumbre, ni pretende ser más
reveladora. Lo que sí podría descubrir, en una segunda lectura, es la intuición de que cuestionarse
demasiado el sentido, no puede sino ser peligroso. El pensamiento mina, agujerea el sentido. Ese
gusano envenena.
Preguntarse, entonces si la vida vale la pena, hiriendo la tersura de la inercia del vivir sin saber
(que se vive), funciona como el hecho de poetizar. La poesía es peligrosa, porque es un juego que no
puede sino romper la rutina. La verdadera poesía interroga, al igual que el tentado de suicidio, por
el sentido. Ella no responde a los enigmas de la vida, sino que ella misma es el planteo de un
enigma, ¿qué es poesía?, dice Gustavo Adolfo, con esa gracia, que se tornó en comicidad, pero que
no por eso anula el poder de la pregunta, ¿acaso un golpe de dados podría anular el azar? pregunta
Mallarmé a ese otro poderoso enigma que es el azar.
Poco habrá más misterioso que el suicidio, nada invita tanto como él al chismorreo, a la fisgonería
y toda otra forma más o menos sutil y encubierta de voyeurismo. Biógrafos, literatos y público en
general se dan cita en las conjeturas derivadas de los últimos días de la víctima (por mano propia).
Los amigos y conocidos intercambian sus fragmentos que, como preciosas gemas separadas de la
joya que les diera origen, forman ese imposible rompecabezas que es la voluntad de morir

34 aliciakillner@fibertel.com.ar APA
80
Actuaciones en torno al suicidio en pacientes con desórdenes del
comportamiento alimentario
Dr. Humberto Persano35; Dr. Adrián Ventura36, Dr. David Gutnisky37; Dra.
Carla Gibellino38; Dr. Carlos Kremer39
Resumen
La presencia de actuaciones caracterizadas por gestos suicidas y para suicidas en pacientes con
desórdenes del comportamiento alimentario son muy frecuentes, especialmente en la cultura
contemporánea donde la viralización mediática de este comportamiento está muy difundida y
promovida. Este fenómeno aumenta considerablemente el riesgo de actuaciones de este tipo en
pacientes que tienen tendencia a expresar impulsivamente sus emociones.
A su vez, en este tipo de pacientes encontramos perturbaciones en el desarrollo temprano, con una
tasa significativa de familias disfuncionales, indicadores significativos de negligencia en el cuidado,
conductas agresivas en el entorno ambiental y deprivación emocional, así como también
situaciones de abuso físico, psicológico y/o sexual.
La presencia de expresiones arcaicas de funcionamiento mental, organizaciones de personalidad
limítrofes y manifestaciones de desregulación afectiva, asociado a múltiples conductas adictivas
hacen que estos cuadros tengan una relación muy cercana con actuaciones mortíferas, que en el
marco de la adolescencia contemporánea hace que la tasa de mortalidad en estos sujetos sea cada
vez más preocupante, puesto que el suicidio es la segunda causa de mortalidad en los sujetos
adolescentes.
Comprender los determinantes inconcientes de estos padecimientos resulta fundamental para
poder implementar abordajes terapéuticos y para que los sujetos puedan liberarse de sus ataduras
a comportamientos repetitivos determinados por su funcionamiento mental, sus historias de vida y
el entorno familiar, social y cultural favorecedor de los síntomas del malestar en la cultura de la
contemporaneidad.
Ejes para la discusión:
Desórdenes del Comportamiento Alimentario
Transnosografía
Multi-impulsividad
Acting-out
Organización de la Personalidad
Factores de Riesgo

Abuso sexual infantil y sus efectos en la subjetividad e


intersubjetividad. Película clínica
Lic. Eva Rotenberg40

Se proyectara un caso clínico de una señora que relata cómo fue abusada por su padre y mostraré la
incidencia de trauma y el proceso psicoanalítico de elaboración.
Presentadora del material: Lic. Eva Rotenberg
Coordinadora: Dra Nora Revere

35 hpersano@gmail.com APA
36 adriandanielv@yahoo.com.ar APA
37 dgutnis@gmail.com
38 carsigib@yahoo.com.ar APA
39 carlos_daniel6@hotmail.com
40 www.escuelaparapadres.net

81
Actuaciones suicidas y campo transferencial
Lic. María Dolores Santos Barreiro41
“Como adultos trabajando con adolescentes vulnerables o enfermos, tenemos que estar alertas de que
siempre estará el deseo, desde nuestro lado, de fallar con algunos adolescentes. Nuestra envidia por la
sexualidad adolescente actual y futura, por las posibilidades de elección de que disponen, pueden llevarnos
a estar en desacuerdo y enojados con nuestros compromisos establecidos desde hace tiempo en nuestras
vidas y que no podemos separar de los enfermos que llegan necesitando ayuda, algunas veces, o
culpándonos otras por las crisis.
Estos sentimientos que se dan en nosotros pueden contribuir sustancialmente a nuestras necesidades de
fallar o de ofrecer respuestas omnipotentes a algunos adolescentes.”
Moisés Laufer

En nuestra práctica con adolescentes que evidencian actuaciones que ponen en riesgo severo sus
vidas o su subjetividad- anorexia-bulimia-adicciones-intentos de suicidio-sexualidad promiscua- la
transferencia será el escenario continente-significante y/o depositario-evacuativo del conflicto
intrapsíquico del paciente.
Nos adentraremos a través de viñetas clínicas a las diversas manifestaciones de los estados
mentales por los que atraviesan tanto paciente como analista, inmersos en un clima de
chantaje y manipulación de la transferencia sobre la base del riesgo suicida potencial. Algunas
situaciones habituales:
-Permanentes intentos de desestabilizar el setting: cambios de horario, ausencias, llamados
telefónicos, whats app, etc.
-Resistencias a aceptar la seriedad de actos suicidas por parte del adolescente y de su entorno,
queriendo convencer al analista que su visión con respecto a la gravedad de los mismos es
exagerada.
-La vulnerabilidad a la separaciones del analista- fines de semana, vacaciones, que serán vividos
como abandono, favorecen la aparición de actuaciones sexuales o enfermedades psicosomáticas
como sustituto del espacio analítico suspendido.
-El alivio que el análisis ofrezca, puede ser vivido como vergonzante y confirmatorio de
anormalidad.
-Persistentes silencios como forma de hacer sentir soledad e inutilidad al analista. En contrapartida
sentir el silencio del analista como desinterés o deseo de muerte.
-El analista deberá estar atento a decisiones respecto a algún cambio en la vida del adolescente que
pueden ser usados como alternativas al tratamiento o una resistencia al cambio
-Reproches al analista considerándolo instigador de sus conductas riesgosas, en tanto lo obliga a
conectarse con su dolor psíquico.
La intención es trabajar lo planteado en el epígrafe por Laufer, dando lugar en la discusión a cómo
pensamientos y sentimientos contratransferenciales se hacen presentes en el analista pudiendo
potenciar complicidades con la pulsión de muerte.

Crisis y salida al mundo en la adolescencia. Sus expresiones en el


marco escolar. Casos prácticos
Presentadora: Lic. Mónica Toscano42
Colaboradora: Lic. Isabel Totah.
Colaborarán también: Lic. Silvia Samanes y Lic. Dalia Katz.
En ese difícil momento que viven los adolescentes cuando se les impone la realidad de la salida al
mundo, cuando la mayoría de las veces quizá ni quieren ni tampoco se sienten preparados, cuando

41 dolosantos@hotmail.com Miembro titular de APdeBA- Directora del Departamento de N y A


42 monicatoscano@monicatoscanopreventioninact.com
82
recrudece el dolor existencial de no saber bien quién se es, ni qué se quiere, ¿cómo hacer para
sostener un lugar de crecimiento cuando hay tantas situaciones que no se entienden?

¿Qué sucede cuando observamos chicos que empiezan a quedarse solos, encerrados, que pierden la
conexión con el mundo y también su medio social? Generalmente, el grupo los empieza a rechazar.
No pertenecen a ningún grupo y, como decía una adolescente en una carta escrita a una docente:
“Finalmente, quizá ellos tengan razón al no dejarme estar con ellos.”

Desde nuestro trabajo mediante la aplicación del método MONICA TOSCANO PREVENTION IN
ACT®, transmitiremos los principales resultados de dicho trabajo de prevención e investigación,
en relación a la mayor expresión de violencia pasiva como es el intento de suicidio y el suicidio en
la adolescencia.
Dichas expresiones son lamentablemente muy habituales en la adolescencia y se expresan desde
edades cada vez más tempranas, en distintos medios socioculturales y socioeconómicos.
¿Qué nos muestran los chicos, cuando como adultos, como sociedad, no se pueden
leer los signos que muchos de ellos muestran antes de pasar al acto de suicidarse?
¿Por qué dichos signos son siempre leídos a posteriori?
¿Cómo se cruzan los ejes de violencia pasiva, entre otras como son las adicciones y
los intentos de suicidio, y de salida al mundo en la adolescencia?
Proponemos a partir del trabajo sobre casos prácticos presentados por docentes, desarrollar las
siguientes preguntas, estructuradas en torno a dos grandes ejes, que consideramos fundamentales
en el trabajo de prevención:

I. La interrelación entre la problemática individual y grupal en las expresiones de


violencia pasiva de los adolescentes.
Desde nuestro trabajo de prevención e investigación en las escuelas, observamos que la lectura de
la problemática familiar de un adolescente necesita ser leída también en interacción con la
problemática singular de su grupo clase de pertenencia.
¿Cuál es la relación entre la problemática individual y la problemática grupal que observamos a
partir de los Talleres en las escuelas, en las expresiones de violencia pasiva de los adolescentes?

II. La importancia fundamental de la puesta en marcha de una red de prevención


para llegar “Antes de que los hechos sucedan” *
Sabemos que las escuelas intervienen frente a las expresiones de violencia activa de los
adolescentes. Pero como los signos de la violencia pasiva no se dan a leer fácilmente, observamos
que dichos signos son lamentablemente leídos a posteriori.
Los directores y los docentes llegan a preguntarse: “¿Qué es lo que se nos ha pasado por alto?
Nunca pensamos que este chico podría intentar suicidarse. Lo veíamos retraído, agresivo, porque
esto lo hemos hablado reiteradamente en sala de profesores, y siempre llegábamos a la conclusión
que era ésta una actitud típicamente adolescente.** ¿Por qué generalmente se llega demasiado
tarde en estas situaciones como son el suicidio en la adolescencia?
Sabiendo que las escuelas piden ayuda para aprender a leer signos ¿Cuáles son los signos a los
cuales un docente tiene que estar atento?
La importancia de la función docente en la observación de los signos en los chicos.
Herramientas de prevención.

* y ** Mónica Toscano, “Adolescencia. Actuar antes de que los hechos sucedan. Parámetros
teórico-prácticos I del método MONICA TOSCANO PREVENTION IN ACT®”

83
Anorexia nervosa y Bulimia. Drama femenino adolescente
Dr. Rodolfo Urribarri43
- Definición y diferenciación diagnóstica con otros trastornos alimentarios Anorexia y Bulimia NO
se corresponden como anverso y reverso, son cuadros y escenarios diferentes.
- Modalidades en el funcionamiento psíquico, relacional y social
- Vivencias exacerbadas y distorsiones en su representación del cuerpo
- Lo irrefrenable y lo adictivo. Riesgos clínicos
- Ideal social e individual. Condicionamientos familiares y sociales

Depresiones enmascaradas en infancia y adolescencia


Dra. Sara Zusman de Arbiser44
Nos ocuparemos de los distintos ropajes con que se enmascara la depresión en los niños y en los
adolescentes.
En los primeros años, por la dificultad de expresar verbalmente las emociones, una de las vías de
elección es la enfermedad psicosomática. Otras manifestaciones muy frecuentes son trastornos de
conducta con berrinches a repetición. Dificultades con el control de esfínteres: enuresis,
encopresis. Fobias alimenticias. Alteraciones del sueño: duerme demasiado o se despierta en la
noche con ataques de angustia o sufre de insomnio.
Más adelante nos encontramos con dificultades muy marcadas frente a la adaptación a la
escolaridad con problemas de aprendizaje o de concentración. Les cuesta mucho socializar. Fobia
escolar. Irritabilidad, agresividad, faltas de respeto, peleadores. También pueden presentarse
trastornos de negativismo desafiante.
En todos estos trastornos, a través de horas de juego con el niño y entrevistas con los padres
podemos reconocer la depresión enmascarada.
Durante la Adolescencia, los cuadros depresivos latentes acompañan patología narcisista grave. No
son psicóticos, no requieren internación, ni presentan las características clásicas de una
depresión.
En estos casos, los síntomas por los que sus padres consultan, no son alarmantes desde su fachada
o contenido manifiesto. Por ejemplo, el motivo manifiesto de la consulta puede ser: dificultades
escolares y "mi hijo se fue a examen en casi todas las materias"
En las primeras entrevistas, con los padres y con el adolescente, podemos reconocer que el motivo
de consulta representa la punta del iceberg de cuadros depresivos latentes crónicos, que están
presentes desde hace mucho tiempo y enmascarados con diferentes y cambiantes sintomatología
previas.
Son pacientes con un fuerte déficit en la posibilidad de pensar y comunicarse verbalmente y con
distintas formas de pasaje al acto (autodestructividad: cutting, anorexia y bulimia, ingesta de
alcohol y uso de drogas, accidentes, suicidio consciente o inconsciente) y con muchas
probabilidades de desarrollar enfermedades psicosomáticas.
Presentaremos casos clínicos.

43 urribarrirodolfo2@gmail.com APA
44 arbisersara@hotmail.com APA
84

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