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Para comenzar, considero necesario definir en primer lugar lo que se entiende por texto literario

y las características que éste posee. El discurso literario es una construcción discursiva, que no
quiere ni puede reflejar la realidad, sino que construye la propia. Una de las particularidades de
la obra literaria es su valor estético, al igual que su condición ficcional. Es una realidad que en
todas las culturas, los cuentos han permitido a los niños y niñas explorar mundos lejanos o saberes
complejos de su propio mundo. Por esta razón La Literatura es un arte, un arte que posee sus
propias características y una función específica, es una fuente de disfrute, de conocimientos a
través de una mirada estética, de juego con el lenguaje, de valoración de aspectos verbales en
circunstancias concretas y debe respetarse desde esta perspectiva. Por ello en el contexto escolar
la Literatura se debe trabajar con la idea de que analizar textos literarios implica desarrollar otras
destrezas que están más asociadas con el goce estético, el placer y la ficción , que con la búsqueda
de información específica o la utilidad del texto por sí mismo. En difinitiva Los alumnos deben
saber que cuando se aproximen a una novela,a un cuento o a un poema, se encuentran ante la
posibilidad de descubrir mundos nuevos , evadirse, jugar con el lenguaje, divertirse, conocer otras
culturas, adquirir otros conocimientos, entre otras cosas.
La escuela debe ser un lugar en donde los procesos anteriormente dichos,
se desarrollen y no donde se limiten, en otras palabras, la literatura debe
respetarse en su dimensión artística y a partir de eso analizarla, comentarla, compartirla
y disfrutarla, Teniendo en cuenta que los textos literarios, son literarios y simplemente por este
motivo No
corresponde utilizarlos para desarrollar otra actividad que no sea la lectura, análisis y reflexión
literaria puesto que la literatura tiene su propia especificidad, y no es un

(sino, que tiene un fin en si misma,como


Como mencione antes, La literatura es el arte, un arte que enseña a pensar. Por eso la necesidad
de acercar la literatura a los más pequeños, primero leyéndoles y luego acercándoles sus primeros
libros para que puedan leer y elegir por su cuenta. La literatura puede ser divertida, y eso es lo
que tiene que saber un niño. La imaginación es ilimitada y abre la puerta a un mundo de juegos y
fantasías.El niño que ha aprendido a disfrutar de ella apreciará el valor de la palabra escrita, tendrá
la posibilidad de desplegar sus alas y volar junto a la imaginación del autor de su libro,
desarrollando así su propia imaginación. Cada obra le proveerá un universo de nuevas imágenes,
enriquecerá su vocabulario, contribuirá a formarlo social y culturalmente,, a confrontar su propio
sentir con el de los personajes y hasta le posibilitara desarrollar su sensibilidad al enfrentarse con
las emociones de los protagonistas de sus cuentos. Por todo esto es muy importante ser
conscientes del valor la literatura infantil, no solo a la hora de desarrollar la capacidad recreativa,
creadora, de expresión, imaginativa, etc., sino también en la adquisición de actitudes, de
conocimiento del mundo, de capacidad crítica y estética, de toma de conciencia y, por último en
la toma de opciones o de decisiones. En pocas palabras La literatura infantil en la escolarización
primaria genera , principalmente, placer y ayuda al autoconocimiento y a la interpretación del
mundo que rodea al niño/a..
Del mismo modo, para que un maestro/a pueda ser un buen mediador entre la Literatura infantil
y los niños/as, debe alcanzar una sensibilidad hacia la “verdadera” literatura infantil, y saber
diferenciarla de aquellas producciones que, aun queriéndose llamar literatura, son, en realidad,
textos escritos al servicio de las enseñanzas que, en ningún momento persiguen provocar en el
receptor la admiración, el deleite y la razón del esfuerzo por interpretar el texto. Debido a que la
función de la escuela es formar lectores/as de literatura generando situaciones en las que se lean
textos literarios para procurar diversión, terror, emoción, para vivir vidas diferentes a la propia;
para transportarse a otras realidades. Lectores/as que disfruten de la literatura por lo que ésta
ofrece, sin esperar de ella fines moralizantes, didácticos o pedagógicos. El objetivo de los
educadores es, ayudarles a sus alumnos a desarrollar la imaginación, la originalidad y la
expresión, tiene la tarea de guiar, mostrar, ofrecer e invitar…, para facilitar de este modo la
experiencia literaria. El docente juega un papel decisivo para despertar en sus estudiantes ese
amor por la lectura de textos literarios, debe buscar las herramientas necesarias para hacer de la
literatura un espacio donde se compartan gustos e intereses, donde el estudiante pueda dar su
punto de vista sobre una obra leída, que comparta sus saberes y experiencias de lo leído, que el
texto le ayude en cierta forma a darle explicación a cosas de su mundo. El maestro debe llegar
con ellos a un acuerdo de lo que se va a leer en clase, debe escuchar las propuestas que los
estudiantes tienen y el también llevar las suyas, para llegar a un punto de equilibrio. He aquí la
importancia y la necesidad de un adulto formado, que sea capaz de una lectura crítica para poder
transferir esa experiencia a los niños, no en cuanto a los aspectos técnicos de la traducción de un
código escrito a un código oral, sino con respecto al aspecto productivo de la lectura, en cuanto a
la búsqueda de significados, destacando el papel activo del lector, en el medida de que quien lee
un intérprete y de él depende la construcción del sentido del texto. En conclusión el docente debe
tener una fuerte formación literaria, que le permita elegir y trabajar adecuadamente los textos que
va a proponer a sus estudiantes.
En cuento a La selección de textos literarios hay que tener en cuenta qué seleccionar y para qué.
Seleccionar un texto implica valorar, descartar y tomar posición desde criterios literarios. Un
posible criterio de selección podría ser: que el texto permita una situación comunicativa en la
medida que el receptor participe activamente del proceso creativo, apropiándose de sus
significaciones y disfrutando estéticamente de la obra. Sin embargo también se puede seleccionar
un texto desde criterios didácticos hablando con respecto a la formación de lectores, pero para
ello es necesario conocer e implicar al sujeto que aprende. Y aquí se nos presenta una
consideración, una cosa son los lectores implícitos (o lector modelo) propuestos por los textos y
otra, los lectores empíricos. Sintetizando este podría ser un criterio para tener en cuenta, la
relación entre el lector modelo que el texto construye y el lector empírico que va a leer tal texto,
esta relación permite establecer – o no- conexiones entre lo que un texto ofrece y la experiencia
real de los lectores a los que está dirigido. Para ello es importante saber qué experiencias de
lectura tienen los lectores empíricos y con qué expectativas se acercan al texto, en este aspecto se
incluye y amplía los criterios tradicionales de adecuación a la edad y la etapa evolutiva de los
niños, parafraseando a Seppia “La edad no es importante, no cuesta interpretar un texto por la
edad que tengas, sino porque aun quien lee es un lector inicial, en conclusión, se trata de los libros
leídos y no de los años vividos”
Un segundo criterio podría ser con respecto al tema y a la historia o mundo narrado que propone
el texto. Si se tiene en cuenta esto, sería conveniente que la elección no sólo se apoye en los
marcos afectivos y cognitivos del lector sino que también amplíe sus conocimientos culturales,
que no se agote en su mundo conocido. Para ello es necesario saber que en la literatura para niños
no hay temas “tabúes”, ni tampoco temas para grandes o para chicos, sólo hay temas vivos que
deben ser bien tratados y con respeto.
Un tercer criterio podría ser la construcción intra-textual, es decir, prestar atención a la
organización de la trama como un elemento más de la construcción del sentido y a la riqueza y la
complejidad de la realidad planteada en el texto. Otro criterio valido podría ser el entramado
intertextual es decir, las relaciones que el texto entabla con otros textos ya sea que se trata de-
adhesiones o confrontaciones- . Esto permite ampliar las posturas y las bases de discusión.
Un quinto criterio posible seria que el texto tenga un lenguaje que ofrezca todas las posibilidades
propias del uso literario, Un lenguaje que posea los significados múltiples para que cada palabra
y cada frase despierten muchas repercusiones e interpretaciones. De esta manera iremos en contra
de Esa postura, ya insostenible, de que el lenguaje apropiado para los chicos debe ser “claro y
sencillo”, esta tendencia que alude a un lenguaje ñoño, pueril, lleno de diminutivos que infantiliza
más al niño de lo que lo ayuda a crecer, y que revela una concepción del niño como un ser incapaz
de entender algo complejo. En conclusión, es importante entender que el desarrollo lector tiene
más que ver con las posibilidades y modos de exposición a la cultura letrada que con la edad
evolutiva. De este modo, podemos entender que habrá niños, jóvenes, adultos o padres que se
comportaran como lectores iniciales, en proceso o habitualizados independientemente de su edad
cronológica.
El último criterio a tener en cuenta, puede estar relacionado con la dimensión ideológica presente
en todo discurso. Sabemos que Ningún texto es inocente, que no existen los discursos neutros y
cuando un autor elige un determinado tema y un determinado punto de vista frente a él está
también asumiendo una postura ideológica, contribuye a su distribución y busca convencer
respecto a ella. Lo ideológico también aparece en la literatura infantil. Se encuentra presente en
todas las instancias del texto: la voz del narrador, que puede abrir o clausurar opciones; la
construcción del lector modelo, de quien se pueden esperar ricas o limitadas posibilidades de
comprensión; la idea de niñez la concepción de literatura infantil como un instrumento de
enseñanza o como contribución del disfrute de un texto literario.
En pocas palabras y para concluir, enseñar literatura en la primaria es importante, porque permite
formar sujetos que puedan percibir todo lo que contiene una obra literaria: lo intelectual, lo
estético, lo ideológico; que reconozca las significaciones múltiples que todo texto ofrece; que
acepte las variaciones posibles de la interpretación individual que enriquecen y recrean el texto
permanentemente. Permite formar a un lector que sepa leer entre líneas, apto para una lectura
plural y disponible a todo lo nuevo, En fin Es necesario Enseñar literatura en la escuela primaria
para contribuir a la formación de lectores críticos, creativos e interactivos con la sociedad y el
mundo que los rodea, contribuyendo a su desarrollo social , emocional y cognitivo y sobre todo
para darles a los niños la posibilidad de abrir inexplorados caminos para la creación y la
imaginación, porque considero que la motivación principal no debería ser simplemente la
utilidad práctica, sino también la mera instancia de disfrute, de deleite, de placer, que nos
produce la literatura.

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